In Memorian,BACHILLERES DEL COLEGIO CENTRO AMERICA

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In Memorian
BACHILLERES DEL COLEGIO CENTRO AMERICA
PROMOCION 1955 -1960 – Promoción Gilberto Robelo Pereira
A OSCAR TERAN IN MEMORIAM
Recuerdo el primer cuento que leí de Oscar que era una especie
de auto-biografía, cargada de sentimiento. No se me olvida.
Ahora, su despedida antes de tiempo, me hace reflexionar,
recapacitar, sobre lo que somos. De dónde venimos, para dónde
vamos.
Solemos interpretar la muerte como una especie de desgracia, o
maldición inevitable; y no como lo que realmente es: el cierre
de un ciclo por el que hemos tenido la oportunidad de
transitar.
Saber enfrentar ese momento difícil con serenidad, es un
desafío, que no todos aceptamos. Ver la muerte, no como una
desgracia, sino como algo natural, inevitable; como el
descanso eterno, o como el tránsito a la otra vida, según se
quiera ver. No es fácil. Pero vale la pena intentarlo.
Cada vez que un pariente o un amigo nos abandona, se presenta
la ocasión para reflexionar sobre ese viaje inevitable que
todos tendremos que emprender.
Aprovechemos el
planificar, para
a nuestros seres
rendir al amigo,
legado.
tiempo que nos queda para recapacitar, para
revisar nuestras prioridades, para acercarnos
queridos. Es el mejor homenaje que le podemos
al compañero, que nos dejó. Como si fuera su
Para meditar, para reconocer nuestros errores, para tener
conciencia de que aún estamos vivos y de que aún podemos hacer
cosas. Para arrepentirnos. Para alegrarnos. Para
congraciarnos. Y para agradecer con humildad lo que tenemos,
lo que la vida nos dio, lo que haya sido.
Si lo sabemos asimilar, esta etapa de reflexión pudiera llegar
a convertirse en lo más precioso de nuestra existencia, en lo
más valioso. Convertir esa reflexión en una larga despedida de
nuestros seres queridos. Con resignación.
Morir conscientes de lo que somos y de lo que fuimos. De la
oportunidad que tuvimos de haber vivido, de haber gozado de la
belleza, de la naturaleza, del amor, de la familia. Que hemos
sido privilegiados.
Morir tranquilos. Contentos por lo que hicimos, resignados por
lo que no hicimos. Pero tranquilos. Compartiendo intensamente
esos sentimientos, esa tranquilidad, con nuestras familias,
con nuestros amigos. Es el mejor consuelo que les podemos
dejar. No esperemos hasta el último momento. No habrá tiempo.
Hagámoslo ahora.
Nuestras vidas son un diario aprendizaje de la muerte. Entre
nacer y morir transcurre nuestra vida. Sabemos que vamos a
morir. Pero nadie nos enseña a morir. Nadie nos prepara para
eso. Tenemos que aprenderlo solos. Y no todos tenemos la
suficiente entereza y serenidad; ni todos estamos igualmente
preparados. No es fácil. Ni es igual para todos.
“Nacer y morir son experiencias de soledad. Nacemos solos y
morimos solos. Nada tan grave como esa primera inmersión en la
soledad que es el nacer, sino esa otra caída en lo desconocido
que es el morir.
Morir, ¿será volver allá, a la vida antes de la vida? Quizás
la muerte sea la vida eterna. Quizás nacer sea morir, y morir
nacer. Nada sabemos”.(Nos dice Octavio Paz, en su obra “El
laberinto de la Soledad”).
Paz se refiere a la soledad de uno mismo. A la soledad de la
impotencia, de lo inevitable, del encuentro con ese arcano
destino del mas-allá. Puede que Paz tenga razón. Debe ser un
sentimiento de soledad muy profundo, llegado ese momento
inefable.
Pero es una soledad diferente.
Si lo vemos a través del cristal del amor, del afecto, del
cariño, de la solidaridad, de la amistad sincera, Oscar no
murió solo, a como dice Peñita. Murió rodeado del amor de sus
seres queridos, y del pensamiento y los deseos de sus
compañeros y amigos del Colegio Centroamérica; y me imagino
que de muchas otras personas que tuvieron la suerte de
conocerlo y tratarlo.
Pero, más importante aún, murió dejando un legado, dejando una
familia, dejando su ejemplo, dejando sus cuentos, que fueron
parte de su vida.
Unos creen y otros no creen. Los creyentes tienen la ventaja
de la esperanza. De la vida eterna. Tienen esa ventaja, que
les da fortaleza y resignación, que los prepara para esos
momentos difíciles. Oscar era un creyente, y eso nos
tranquiliza. Y debe ser confortante para su familia.
Su recuerdo es imperecedero. Estará siempre presente entre
este grupo de ex-alumnos del CCA, sus compañeros de promoción,
que tuvimos la oportunidad de apreciar de cerca, por más de
cincuenta años, la calidad humana de Oscar.
Supo vivir, aprendió a vivir, y debe haber sabido morir. Con
esa su mente prodigiosa, debe haber descubierto el camino para
llegar a la encrucijada donde el tiempo y la eternidad se
encuentran. La vida más allá de uno, a como decía Arríen. La
vida eterna.
Que Dios lo tenga en su Santo Reino.
TDelaney
Managua, martes 10 marzo 2015
Recordando a Oscar J. Terán
Para mí fue un honor conocer a Oscar. Fue hace más de
cincuenta años que por última vez nos vimos en los corredores
del Colegio cuando intercambiábamos saludos durante los
recreos y otros eventos oficiales y religiosos del CCA. Al
graduarnos, él siguió su rumbo, yo el mío; él regresó a
Nicaragua, yo no.
A pesar de esa distancia que el tiempo se ocupó de agrandar,
más adelante cuando la vida hizo que nos reencontráramos hace
cinco o seis años atrás, cuando comenzamos a comunicarnos más
fácilmente por las vías electrónicas, yo había comenzado a
jugar con mis cuentos.
Ex funcionario de OEA y cuentista, fue como Oscar me
distinguió en su último libro al citar un breve comentario que
le hiciera a uno de sus cuentos. Hubiera preferido que me
hubiera llamado solamente “cuentista”.
Pero fue con fecha más reciente, en julio del 2013, a raíz de
que él nos brindara su cuento Cuéntame un cuento, cuando con
más frecuencia comenzamos a intercambiar correos. Fue por esas
coincidencias de la vida que yo había escrito también sobre un
nieto que le pide a su abuelo que le contase un cuento.
A raíz de este pequeño intercambio iniciamos una conversación
más amigable, entre dos “cuentistas”, siendo Oscar más ducho
que yo en este campo. En una de sus “divagaciones” Oscar nos
comunicó entre líneas sobre el mal que le afligía, del dolor
que en silencio sufría.
Oscar fue un hombre sincero, honesto, amante de su familia, de
su querida esposa Alejandra, de sus hijos – sus hormigas –
como se refirió a su familia en uno de sus cuentos
describiendo su vida en ese frio Chicago; cómo se aclimataron,
cómo se abrieron paso con su guía y cuido y cómo se
desenvolvieron en su país adoptivo.
Oscar te vamos a echar de menos, vamos a extrañar tus cuentos,
tus anécdotas, tus pensamientos y divagaciones las cuales
tuviste la gentileza de compartir con todos nosotros. Gracias
por obsequiarme tu último libro. Gracias por tu ayuda, tu guía
y asesoramiento. Te agradezco que a pesar de la enfermedad que
te agobiaba, no dejaste en ningún instante de leer mis
cuentos, siempre ofreciéndome tu crítica constructiva y guía
profesional. Como te dijera anteriormente, ya tengo guardado
“tu libro” junto con los libros de los grandes, los cuentistas
famosos latinoamericanos.
Antes que se me olvide mi estimado Oscar, donde quiera que
estés, como te diría tu nieto Gerardito en tu cuento, no te
olvides nunca de “contarnos un cuento”.
Como Gerardito, estaremos soñolientos, con nuestros ojos
abiertos como ventanas en nuestro corazón, buscando el
profundo y apropiado lugar para almacenar para siempre vuestra
maravillosa enseñanza.
En unión de mi esposa Silvia, extendemos nuestro más sentido
pésame a tu querida esposa Alejandra, tus hijos, tu hermano
Julio y a toda la familia Terán.
Armando J. Calonje M. Monterey, California
9 de marzo de 2015
BACHILLERES
DEL
CENTRO AMERICA
COLEGIO
Promoción 1955-1960 “Gilberto Robelo Pereira”
Gilberto Robelo Pereira Colegio Centroamérica Granada
Patio de los ídolos
1943-1959
1960
1960
Gilberto Robelo Pereira“En esta misma esquina del tiempo,
estaba, estuvo” Un 2 de agosto de 1959….”yo vi su chorro de
sangre, erguido cesar, caer de pronto”. Muerte trágica
vestida de rojo. Estuvo con nosotros cinco años, la
secundaria toda hasta aquel día. Ahora muy cerca de Dios,
está más cerca de nosotros.Recuerdos 1959-1960 (Revista
1959-1960)
Si desea ver el “website anterior” con toda la información:
http://cca-promocion1955-1960.net/index1.html
1960
2011
Canto a la Promoción del 60 CCA Granada
Danilo Callejas B. 20 de febrero de 2011
Al sonar de los clarines,
Oigan ustedes señores,
compañeros de promoción,
cual recios titanes que son,
hoy les rindo mis honores.En
esta vida han triunfado,
y han tenido buen suceso,
nadie puede negar eso:
¡La vida les ha
premiado!Bachilleres del
sesenta:
fue un veinte de febrero,
blindados con sus aceros,
y la fe que se
acrecienta.Salieron con
pecho erguido,
muy dispuestos a enfrentar,
a la vida, y a luchar,
entusiastas y aguerridos.Con
valor descomunal,
en mil batallas ganar,
y a dragones machacar,
en esa estela triunfal.
y al retumbar de tambores,
han cosechado honores,
de la tierra, en sus
confines.En profesiones
diversas:
Ingenieros competentes,
y abogados diligentes,
nunca están a la
reversa.Como eminente
doctor,
en cualquier rincón de
América,
o en la Península Ibérica,
En México o El Salvador.Y,
entre otros doctores,
también está a nuestra
vista,
un Cirujano Dentista,
y otros buenos
escritores,que tocan muchas
facetas.
Y formaron sus hogares,
en muy diferentes lares,
enamorados cual poetas.Pero,
en ellas lo mejor,
además de su belleza,
es su gracia, es su nobleza,
Escogieron como esposas,
a damas de gran talante,
son señoras fulgurantes,
de presencia luminosa.Hoy
que han pasado los años,
son abuelos amorosos,
de unos nietos primorosos,
que cuidan no sufran daño.
Pero, a tono con sus años,
son señores reflexivos,
que mantienen siempre vivo,
aquel cariño de antaño.Una
amistad muy sincera,
hoy y siempre han
demostrado,
por aquí y en todos lados,
que es vivaz y duradera.Al
colegio, un gran amor,
En Nicaragua, confianza,
a Jesús, sus alabanzas,
también a Dios, El
Creador.Ya por doquier se
comenta,
que es digna de admiración,
del ex – alumno ilusión,
LA PROMOCIÓN DEL SESENTA
y de Dios su gran fervor.
50 años después
Oscar Terán describió en la “Biografía de un hormiguero” lo
que le pasó cuando dejamos el CCA hace 50 años y habla sobre
nuevos mundos y experiencias. Esto se aplica incluso para
aquellos que han tenido la suerte de quedarse y hacer una vida
en la tierra de origen. Algunos estamos fuera de nuestro país
de origen y no todos terminamos en “ardillolandia”, hay unos
en “burrolandia” y otros en “vacalandia como el que tiene el
honor de escribir esta presentación” pero todos deseamos, que
los que quedarán cuando nos vamos, sepan de donde venimos.
Gracias Oscar por tu mensaje, Un cordial saludo para todos,
Peñita (Amado Salvador Peña)
Biografía de un hormiguero PDF 103KB
“Lo disfrute, no solo por la historia en sí, muy nuestra en el
sentido que de una u otra forma nos representa nuestra
diáspora, sino por la forma sencilla y ágil que nos dice Oscar
muchas cosas profundas, mientras leía, me transportaba al
colegio con Oscar de compañero, y en la lectura oía la voz de
Terán, tal vez no contando cuentos, quizás solo fumando o
pidiendo una chiva, pero si hablando, en resumen, te felicito
Oscar y a Peñota, por permitirme este momento de gozo.
Un abrazo para todos”, Simeón Rizo“
Tu tocayo Oscar Wilde, decía: “No existen más que dos reglas
para escribir: tener algo que contar y contarlo”. Y los
entendidos en la materia le agregaron: “… y hay que saber cómo
hacerlo, hay que saber contarlo”. Es habitual que cuando nos
iniciamos en la escritura tendamos a contar episodios de
nuestra vida de forma casi literal. Algunos dicen que éso no
es literatura, contar sin más lo sucedido en su vida. Que la
escritura es un falseamiento de la verdad ocurrida. Cuando el
escritor usa su imaginación y se vuelve creativo, entonces
convierte su verdad en literatura. Y ésto es lo que has hecho
con “Biografía de un Hormiguero”. Te felicito. Te animo a que
sigás escribiendo”.
Un abrazo, Tomás Delaney
¡Hola mundo!
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