El Juicio de Amparo Mexicano y los Procedimientos Respectivos en

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EL JUICIO DE AMPARO MEXICANO Y LOS
PROCEDIMIENTOS RESPECTIVOS EN ESPAÑA.
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INDICE.
INTRODUCCIÓN.
CAPITULO I.
EL JUICIO Y EL RECURSO DE AMPARO.
1.Constitución y Derechos Fundamentales.
2.Antecedentes Histórico-Jurídicos.
2.1.Antecedentes Generales.
2.1.1.Grecia y Roma.
2.1.2.España.
2.1.3.Inglaterra.
2.1.4.Origen.
2.2.Antecedentes de Derecho Mexicano.
2.2.1.EL Imperio Azteca.
2.2.2.La Nueva España.
2.2.3.Derecho Positivo Mexicano.
2.2.4.La Constitución Yucateca de 1840.
2.2.5.El Amparo en la Constitución General de la República.
3.La Influencia del Amparo en el ámbito internacional.
3.1.El Amparo y los Organismos Internacionales.
4.El Recurso de Amparo Español.
4.1.Antecedentes.
4.2.El Amparo Judicial.
4.2.1. Legitimación.
4.2.2.Ámbito de Protección.
4.2.3.Partes.
4.2.4. Competencia.
4.2.5.Características.
4.2.6.Procedimientos de Amparo Judicial.
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4.2.7.El Amparo Judicial Administrativo.
4.2.7.1 Competencia, Legitimación y Cobertura.
4.2.7.2.Pasos procedimentales.
4.2.7.3.Vía previa al Amparo Constitucional.
4.2.7.4.Suspensión.
4.2.7.5.Sentencia.
4.3.El Recurso de Amparo Constitucional.
4.3.1.Competencia.
4.3.2.¿Juicio o Recurso?
4.3.3. Procedencia.
4.3.3.1.Amparo contra actos del Legislativo.
4.3.3.2.Amparo contra actos administrativos.
4.3.3.3.Amparo contra actos judiciales.
4.3.3.4.La Objeción de Conciencia.
4.3.4. Legitimación.
4.3.5.Partes.
4.3.6.Competencia.
4.3.7. Procedimiento.
4.3.7.1.Demanda.
4.3.7.2.Admisión e Inadmisión de la Demanda. 4.3.7.3.Emplazamiento y desarrollo del
procedimiento.
4.3.8. Suspensión.
4.3.9.La acumulación.
4.3.10.Conocimiento de motivos no alegados.
4.3.11.La Sentencia.
4.3.12.Recursos.
4.3.12.Ejecución de la Sentencia.
5.El Juicio de Amparo Mexicano.
5.1.La evolución del amparo.
5.2.Naturaleza y definición.
5.3.Legitimación.
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5.4.Término para la interposición de la demanda.
5.5.Las partes y el acto reclamado.
5.1.1.Quejoso.
5.5.2.Autoridad responsable.
5.5.3.Acto reclamado.
5.5.4.Tercero Perjudicado.
5.5.5.Ministerio Público Federal.
5.6.Principios rectores del amparo.
5.6.1. Instancia de Parte.
5.6.2.Relatividad de las Sentencias.
5.6.3. Principio de Definitividad.
5.6.4.Suplencia en la Deficiencia de la Queja.
5.7.Tipos de Procedimientos.
5.8.Causales de Improcedencia.
5.9.El juicio de amparo indirecto.
5.9.1. Competencia.
5.9.2.Demanda.
5.9.3.Procedimiento.
5.9.3.1.Auto de Iniciación.
5.9.3.2.Emplazamiento y contestación de la demanda. 5.9.3.3.Audiencia.
5.9.4.La Suspensión.
5.9.4.1.Suspensión de oficio.
5.9.4.2.Suspensión ordinaria.
5.9.5.La Sentencia.
5.9.5.1.Resolución de Sobreseimiento.
5.9.5.2.Sentido de la Sentencia.
5.9.5.3.Cumplimiento Sustituto.
5.9.5.4.Efectos de la Sentencia.
5.9.5.5.Sanciones Constitucionales.
5.10. Recursos.
5.10.1. Recurso de revisión.
5
5.10.1.2. Competencia.
5.10.2. Recurso de Queja.
5.10.2.1.Competencia.
5.10.3.La acumulación.
5.11.El juicio de amparo Indirecto.
6.Breves Reflexiones.
CAPITULO II.
PROTECCION JURISDICCIONAL DE LA LIBERTAD FISICA.
1.El derecho a la libertad.
1.1. Antecedentes de Derecho Positivo.
1.2.Reconocimiento Internacional.
1.3.La libertad Personal como Derecho limitado.
1.4.Enfoque Constitucional.
2.Antecedentes.
2.1.El Writ of habeas corpus anglosajón.
2.2.La manifestación de personas.
3.El procedimiento de habeas corpus en España.
3.1.Legitimación.
3.2.Competencia Jurisdiccional.
3.3.Interposición y Demanda.
3.4.Obtención judicial de datos.
3.5.Audiencia.
3.6.Pruebas.
3.7.Resolución.
3.8.Posibles conductas delictivas.
3.9.Recursos.
4.El Juicio de Amparo Mexicano.
4.1.Procedencia.
4.2.Legitimación.
4.3.Interposición y Demanda.
4.4.Suspensión del acto reclamado.
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4.5.Suplencia en la deficiencia de la queja.
5.Breves reflexiones.
CAPITULO III.
TUTELA JURISDICCIONAL DE LA LEGALIDAD DE LOS ACTOS DE LA
ADMINISTRACION PUBLICA.
1.El Estado y su Administración Pública.
1.1.Referencias de Derecho Administrativo.
1.2.Legalidad de los actos de la Administración Pública. 1.3.Antecedentes.
1.4.Definición de Contencioso-Administrativo.
2.El procedimiento contencioso administrativo en el ordenamiento jurídico español.
2.1.Antecedentes de Derecho Positivo español.
2.2.El contencioso-administrativo en la legislación.
2.3.Agotamiento de recursos previos.
2.4.Ambito de Protección y competencia.
2.5.Partes.
2.5.1.Legitimación activa.
2.5.2.Ministerio Fiscal.
2.5.3.Legitimación pasiva.
2.6.Procedimiento
2.6.1.Interposición de recurso.
2.6.2.Emplazamiento y admisión.
2.6.3.Deducción de la demanda.
2.6.4.Acumulación.
2.6.5.Suspensión.
2.6.6.Período probatorio.
2.6.7.Vista y presentación de conclusiones.
2.6.8.Sentencia.
2.6.8.1.Obligatoriedad de las sentencias.
2.6.8.2. Suspensión de la ejecución de la sentencia. 2.6.9.Conclusión del proceso sin
sentencia
2.7.Recursos.
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2.7.1. Recurso de súplica.
2.7.2. Recurso de casación.
2.7.3.Recurso de revisión.
2.7.4.Audiencia del rebelde.
3.Tribunales de lo contencioso-administrativo en México. 3.1.Tribunal Fiscal de la
Federación.
3.1.1.Antecedentes mexicanos.
3.1.2.Independencia orgánica.
3.1.3.Revisión de sus resoluciones.
4.El juicio de amparo.
4.1.El amparo como procedimiento contencioso-administrativo. 4.2.Garantías de
Seguridad Jurídica.
4.2.1.Garantía de audiencia.
4.2.1.1.Juicio previo.
4.2.1.2.Tribunales previamente establecidos.
4.2.1.3.Formalidades esenciales del procedimiento
4.2.1.4.Exacta aplicación de la ley.
4.2.1.5.Extensión de la garantía de audiencia.
4.2.2.Garantía de legalidad.
4.2.2.1.Acto de molestia.
4.2.2.2.Autoridad Competente.
4.2.2.3.Fundamentación y Motivación.
4.2.2.4.Extensión de la garantía de legalidad.
4.3.Procedimiento de amparo.
4.4.Principio de definitividad.
5.Breves Reflexiones.
CAPITULO IV.
LOS RECURSOS DE LEGALIDAD.
MEXICANO.
1.Generalidades.
2.Antecedentes.
3.Características de la Casación.
LA CASACION Y EL AMPARO
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4.El recurso de casación en españa.
4.1.Antecedentes y diferencias con el sistema francés.
4.2.Función de la casación.
4.3.Competencia.
4.4.Procedencia.
4.5.Legitimación.
4.6.Procedimiento.
4.6.1.Interposición.
4.6.2.Nombramiento de abogado.
4.6.3.Requisitos y motivos de interposición.
4.6.4.Principio de definitividad.
4.6.5.Auto de admisión.
4.6.6.Pasos y plazos procedimentales.
4.6.7.Sentencia.
4.7.Interposición per-saltum.
4.8.Casación en interés de la ley y legitimación del Ministerio Fiscal.
4.9.Ejecución de la sentencia.
4.10.Documentales.
4.11.Acumulación.
4.12.Desistimiento.
4.13.Publicidad de las sentencias.
4.14.Competencia de los Tribunales Superiores de Justicia de las
Comunidades Autónomas.
4.15.Casación como recurso contradictorio.
5.El juicio de amparo directo.
5.1.Antecedentes de derecho positivo.
5.2.Ámbito de protección.
5.2.1.Garantía de audiencia.
5.2.2.Exacta aplicación de la ley.
5.2.2.1.Materia penal.
5.2.2.2.Materia Civil.
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5.2.2.3.Materia Administrativa, del Trabajo y Militar.
5.3.¿Juicio o recurso?
5.4.Competencia y procedencia.
5.5.Procedimiento.
5.5.1.Demanda.
5.5.2. Emplazamiento y contestación de la demanda.
5.5.3.Admisión.
5.5.4.Sentencia.
5.5.5.Suspensión.
5.6.Recursos.
5.6.1.Recurso de revisión.
5.6.2.Recurso de queja.
5.6.3.Recurso de reclamación.
5.7.Evolución.
5.8.Función jurisprudencial.
6.Breves reflexiones.
CAPITULO V.
EL
SOMETIMIENTO
CONSTITUCIONAL.
DEL
DERECHO
1.Supremacía constitucional.
1.1.Definición de Constitución.
1.2.Medios de defensa constituciona
l.1.3.Pirámide Kelseniana.
1.4. Sistema de reformas.
1.5.Sistemas de control difuso y concentrado.
1.6.Antecedentes del control constitucional.
2.La cuestión de inconstitucionalidad.
2.1.Antecedentes.
2.2.Función de la cuestión de inconstitucionalidad.
2.3.Etapas.
2.4.Procedencia.
POSITIVO
AL
ORDEN
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2.5.Legitimación.
2.5.1. Solicitud de las partes.
2.5.2.Afectación de la resolución judicial.
2.6.Límites de la jurisdicción del Tribunal Constitucional.
2.7.Competencia.
2.8.Procedimiento.
2.8.1.Condiciones previas al planteamiento.
2.8.2.Requisitos de interposición.
2.8.3.Suspensión del proceso.
2.8.4.Causas de inadmisión.
2.8.5.Emplazamiento y desarrollo procedimental.
2.8.6.Acumulación.
2.8.7.Término del proceso constitucional.
2.8.8.Sentencia.
2.8.10.Efectos de la sentencia.
2.9. Definición.
2.10.Tratados Internacionales.
3.Recurso de Inconstitucionalidad.
3.1.Competencia y procedencia.
3.2.Legitimación.
3.3.Efectos de la sentencia.
4.Sistema de control en España.
5.Amparo contra leyes.
5.1.Supremacía constitucional en México.
5.1.1.Artículo 133 constitucional.
5.1.2.Tratados Internacionales.
5.1.3.Jurisdicción constitucional.
5.1.4.Restricción del control difuso.
5.2.Medios de defensa constitucional en México.
5.2.1.Antecedentes.
5.2.2.Vías de la declaración de inconstitucionalidad de las leyes.
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5.2.2.1.Vía de acción.
5.2.2.2.Vía de excepción.
5.3.Juicio de Amparo.
5.4.Procedencia.
5.5.Naturaleza y objeto.
5.6.Vía idónea. El juicio de amparo indirecto.
5.6.1.Autoridades responsables.
5.7.Carácter de la ley.
5.7.1.Leyes autoaplicativas.
5.7.2.Leyes heteroaplicativas.
5.7.3. Momento de interposición.
5.8.Excepción del principio de definitividad.
5.9.Suspensión.
5.10.Sentencia.
5.10.1.Efectos de la sentencia.
5.10.2.Suplencia de la queja deficiente.
5.11.Recursos.
5.12.Amparo directo.
6.Acciones de Inconstitucionalidad.
6.1.Antecedentes.
6.2. Legitimación y procedencia.
6.3.Efectos de la sentencia.
7.Sistema de control en México.
8.Ordenes competenciales en México.
9.Breves Reflexiones.
CAPITULO VI.
EL JUICIO DE AMPARO EN MATERIA AGRARIA.
1.Derechos sociales.
2.Amparo agrario.
2.1.Antecedentes.
2.2.Procedencia.
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2.3.Legitimación.
2.4.Interposición de la demanda y competencia.
2.5.Suspensión.
2.6.Suplencia de la queja deficiente.
2.7.Otras diferencias respecto del amparo genérico.
3.Breves reflexiones.
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EL JUICIO DE AMPARO MEXICANO Y LOS
PROCEDIMIENTOS RESPECTIVOS EN ESPAÑA.
Que todo aquel que se queje con justicia, tenga un
tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda
contra el Arbitrario.
José María Morelos y Pavón.
INTRODUCCION.
Una de las principales aportaciones jurídicas del Derecho mexicano al mundo es el
juicio de amparo, siendo además una de las instituciones mas nobles, en virtud de su
finalidad, la protección de la Constitución, y con ello de los derechos fundamentales
consagrados en la misma.
Así pues, como estudiosos del derecho, y durante el proceso por llegar a ser juristas,
hemos aprendido a respetar y a valorar el Estado de Derecho, que debe imperar en
todos los Estados; por ello, consideramos el respeto a la Constitución, como uno de los
aspectos básicos, primarios y fundamentales para el mantenimiento del mismo; y el
juicio de amparo no sólo es piedra angular en dicha tarea, sino que además protege con
ello a las personas de los posibles atropellos por parte de la autoridad, que no tiene otro
motivo de existencia que el de servir precisamente a esa sociedad, razón primaria y fin
último de lo que conocemos como Estado.
Nuestra inquietud en conocer las instituciones jurídicas por las cuales se protegía a
las personas de los actos de poder en España, nos llevó a leer (durante el curso de
especialización en Derecho Constitucional y Ciencia Política, impartido por el Centro
de Estudios Constitucionales, en Madrid) un artículo escrito por el maestro y jurista
mexicano Héctor Fix Zamudio, sobre la influencia recírpoca del Derecho de amparo en
México y en España.
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En dicho artículo, el maestro mexicano expuso que la influencia definitiva que tuvo
el juicio de amparo mexicano sobre el recurso de amparo español, en forma directa en
la Constitución española de 1931, a través de las enseñanzas del jurista mexicano
Rodolfo Reyes, e indirecta (a través de la citada Constitución de 1931) en la actual
Constitución española de 1978. A su vez, comentó los antecedentes del derecho de
amparo en México, que se remontan en gran medida a instituciones de origen
hispánicas como los procesos forales.
Fix Zamudio, hace una distinción (a modo de análisis) de las formas en que se
desenvuelve el juicio de amparo mexicano, y las compara con diversas instituciones
jurídicas en España, tales como el habeas corpus y el recurso de casación, los cuales
tiene finalidades que en México han sido absorbidas por el juicio de amparo.
Así pues, el ordenamiento jurídico de dichos Estados (México y España), protegen
a las personas en sus derechos, mediante instituciones jurídicas diversas.
Ello, influyó en la decisión de realizar el presente trabajo, con una finalidad de
carácter descriptiva de las instituciones mediante las cuales, los individuos pueden
proteger sus derechos de los ataques y arbitrariedades de las autoridades. Si bien, no
con el objetivo de cubrir la totalidad de las expectativas de los estudios de ámbos
derechos (el español y el mexicano), sí con el afán de dar a conocer en forma concreta,
el desarrollo de dichas instituciones, sus coincidencias y sus diferencias.
Para la mejor realización del presente trabajo, dividimos el juicio de amparo
mexicano. Así pues, lo analizamos como amparo a efecto de proteger las principales
garantías individuales de la persona, en forma genérica; amparo libertad, a efecto de
defender a las personas de los posibles actos de privación de libertad física, de que
puedan ser objeto por parte de la autoridad, amparo administrativo a efecto de revisar
el apego a derecho por parte de los actos realizados por la Administración Pública;
amparo prejudicial o amparo casación, que tiene como finalidad el revisar el apego a la
garantía de legalidad por parte de los órganos jurisdiccionales; amparo contra leyes,
que protege a la Constitución en contra de la lgislación secundaria que en
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desobediencia a la misma, se desapegue del texto constitucional; y amparo agrario, que
protege a la clase trabajadora del campo.
No obstante, y como se verá en el transcurso del presente trabajo, el juicio de
amparo mexicano, es uno, sin que sea obstáculo para ello el que se pueda desarrollar
mediante el procedimiento de amparo directo o indirecto.
En efecto, el juicio de amparo mexicano es proceso único, y la división llevada a
cabo, es con la sola finalidad de analizarlo y estudiarlo directamente relacionado con
las diversas instituciones jurídicas en España, más sin que ello conlleve al ánimo de
suponer la posible existencia de diversos juicios de amparo en México.
Así pues, durante el desarrollo del presente análisis, observaremos los puntos en
común entre el juicio de amparo, como institución protectora de los derechos
fundamentales de la persona, con el recurso de amparo español, y la forma en que
mediante éste y el conocido por la doctrina como amparo ordinario, se protegen los
derechos fundamentales en España.
Por otra parte, el proceso de habeas corpus español, guarda gran similitud con el
juicio de amparo mexicano, en la medida en que éste último (al igual que el habeas
corpus), sirve de igual forma, como medio de impugnación de los actos de autoridad
que tengan por finalidad la privación de la libertad física de las personas.
De igual forma, el recurso contencioso-administrativo español, se identifica en gran
medida, con el juicio de amparo mexicano, en virtud de que ámbos, revisan la
legalidad de los actos de la Administración Pública.
El amparo directo, al igual que el recurso de casación español, vigila por el apego
de las resoluciones emitidas por los órganos jurisdiccionales, a la propia Constitución y
a la legislación secundaria.
Por lo que respecta a uno de los principales medios de defensa constitucional,
consistente en la protección y obediencia de la misma, en su carácter de suprema, de la
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legislación ordinaria, en España existen las cuestiones de inconstitucionalidad, con una
finalidad similar al juicio de amparo mexicano que se entabla contra leyes, si bien con
grandes diferencias (como analizaremos en su oportunidad), más con el mismo
objetivo, la protección de la supremacía constitucional.
Finalmente, analizamos el amparo mexicano en materia agraria, el cual, no tiene
una institución similar en el ordenamiento jurídico español; más forma parte del juicio
de amparo mexicano con carácterísticas especiales, a efecto de proteger los grupos
sociales considerados desprotegidos, específicamente, aquellos que se dedican a la
explotación de los recursos naturales. Lo exponemos, como complemente del amparo
mexicano, dado que forma parte de él, y como ejemplo de la amplitud garantista del
amparo en favor de las clases sociales que se encuentran en un nivel posibilidades
diferentes e inferiores con el resto de los gobernados.
No hay que olvidar, que España y México, tienen organizaciones diferentes por lo
que respecta a sus órganos jurisdiccionales, por lo cual, los procedimientos respectivos
serán resueltos por las autoridades judiciales, de conformidad a las respectivas
competencias de éstas en cada Estado.
Esperamos que la presente investigación sirva a quienes se inicián en el estudio, ya
de uno u otro ordenamiento jurídico, dado que esa es la principal finalidad del presente
trabajo, colaborar con aquellos estudios del derecho, bien mexicanos, bien españoles,
que se interesen en el conocimiento de un sistema jurídico diverso al suyo, y con la
firme creencia de que el desarrollo de toda sociedad, radica en la Estado de Derecho.
Madrid, a 23 de junio de 1997.
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CAPITULO I.
EL JUICIO Y EL RECURSO DE AMPARO.
SUMARIO.- 1.Constitución y Derechos Fundamentales.2.Antecedentes Histórico-Jurídicos.
2.1.Antecedentes Generales. 2.1.1.Grecia y Roma. 2.1.2.España. 2.1.3.Inglaterra. 2.1.4.Origen.
2.2.Antecedentes de Derecho Mexicano. 2.2.1.EL Imperio Azteca. 2.2.2.La Nueva España. 2.2.3.
Derecho Positivo Mexicano. 2.2.4.La Constitución Yucateca de 1840. 2.2.5.El Amparo en la
Constitución General de la República. 3.La Influencia del Amparo en el ámbito internacional. 3.1.El
Amparo y los Organismos Internacionales. 4.El Recurso de Amparo Español. 4.1.Antecedentes.
4.2.El Amparo Judicial. 4.2.1. Legitimación. 4.2.2.Ambito de Protección. 4.2.3.Partes. 4.2.4.
Competencia. 4.2.5.Características. 4.2.6.Procedimientos de Amparo Judicial. 4.2.7.El Amparo
Judicial Administrativo. 4.2.7.1 Competencia, Legitimación y Cobertura. 4.2.7.2.Pasos
procedimentales. 4.2.7.3.Vía previa al Amparo Constitucional. 4.2.7.4.Suspensión. 4.2.7.5.Sentencia.
4.3.El Recurso de Amparo Constitucional. 4.3.1.Competencia. 4.3.2.¿Juicio o Recurso? 4.3.3.
Procedencia. 4.3.3.1.Amparo contra actos del Legislativo. 4.3.3.2.Amparo contra actos
administrativos. 4.3.3.3.Amparo contra actos judiciales. 4.3.3.4.La Objeción de Conciencia. 4.3.4.
Legitimación. 4.3.5.Partes. 4.3.6.Competencia. 4.3.7. Procedimiento. 4.3.7.1.Demanda.
4.3.7.2.Admisión e Inadmisión de la Demanda. 4.3.7.3.Emplazamiento y desarrollo del
procedimiento. 4.3.8. Suspensión. 4.3.9.La acumulación. 4.3.10.Conocimiento de motivos no
alegados. 4.3.11.La Sentencia. 4.3.12.Recursos. 4.3.12.Ejecución de la Sentencia. 5.El Juicio de
Amparo Mexicano. 5.1.La evolución del amparo. 5.2.Naturaleza y definición. 5.3.Legitimación.
5.4.Término para la interposición de la demanda. 5.5.Las partes y el acto reclamado. 5.1.1.Quejoso.
5.5.2.Autoridad responsable. 5.5.3.Acto reclamado. 5.5.4.Tercero Perjudicado. 5.5.5.Ministerio
Público Federal. 5.6.Principios rectores del amparo. 5.6.1. Instancia de Parte. 5.6.2.Relatividad de
las Sentencias. 5.6.3. Principio de Definitividad. 5.6.4.Suplencia en la Deficiencia de la Queja.
5.7.Tipos de Procedimientos. 5.8.Causales de Improcedencia. 5.9.El juicio de amparo indirecto.
5.9.1. Competencia. 5.9.2.Demanda. 5.9.3.Procedimiento. 5.9.3.1.Auto de Iniciación.
5.9.3.2.Emplazamiento y contestación de la demanda. 5.9.3.3.Audiencia. 5.9.4.La Suspensión.
5.9.4.1.Suspensión de oficio. 5.9.4.2.Suspensión ordinaria. 5.9.5.La Sentencia. 5.9.5.1.Resolución de
Sobreseimiento. 5.9.5.2.Sentido de la Sentencia. 5.9.5.3.Cumplimiento Sustituto. 5.9.5.4.Efectos de la
Sentencia. 5.9.5.5.Sanciones Constitucionales. 5.10. Recursos. 5.10.1. Recurso de revisión. 5.10.1.2.
Competencia. 5.10.2. Recurso de Queja. 5.10.2.1.Competencia. 5.10.3.La acumulación. 5.11.El juicio
de amparo Indirecto. 6.Breves Reflexiones.
1. CONSTITUCION Y DERECHOS FUNDAMENTALES.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, dada en Francia en el
año de 1789, establece en su artículo 16 que "Las sociedades en las que la separación
de poderes no esté asegurada y los derechos del hombre no estén reconocidos carecen
de Constitución". El avance social y humano, los esfuerzos y sacrificios otorgados por
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la historia nos conducen a reconocer en los ordenamientos jurídico-constitucionales los
derechos humanos, los cuales son inalienables al ser humano por el sólo hecho de
serlo. Estos derechos positivisados a nivel constitucional son los conocidos
primordialmente como garantías individuales o derechos fundamentales, necesarios
para la convivencia y desarrollo armónico del hombre, y base indispensable del Estado
de Derecho.
Por ello, "los derechos fundamentales poseen una dimensión ética, que se convierte
en eficáz con su incorporación al Derecho positivo con la intermediación del poder,
que asume los mismos valores que los derechos representan y por esa razón impulsan
su posivitización."1
Así pues, la Constitución como base del sistema jurídico y reconocimiento supremo
de los derechos fundamentales, conforma el máximo ordenamiento jurídico de los
estados, más no basta con la mera determinación de soberanía por la misma, es
necesario establecer procedimientos por los cuales se logre el respeto por el sistema en
ella establecido. Es por ésta razón que en éstas se establecen verdaderos medios de
defensa constitucional, como la institución de amparo, creados específicamente para la
autoprotección constitucional y con ello para la de las personas que se encuentren bajo
su protección.
Podemos establecer tres formas diversas de respeto a la Constitución: a) los factores
sociales y culturales traducidos por el respeto voluntario del orden establecido; b) los
factores políticos creados por la propia Constitución referentes a la estructura y
organización de poderes, principalmente la división de poderes; y, c) mediante
sistemas jurídicos que establecen los instrumentos necesarios para restablecer el orden
constitucional violado y las garantías individuales expresamente concedidas por ella a
los particulares.
Efectivamente, el respeto a la Constitución debe ser espontáneo y natural, más
considero que no basta con la buena fe, es necesaria su obligatoriedad y la regulación
de su cumplimiento. Por lo que respecta al factor político, ciertamente la teoría de
división de poderes coadyuva al cumplimiento del orden constitucional, dada la
vigilancia que ejercen los poderes entre sí, evitando invasiones en sus respectivas
esferas; no obstante, su sola aplicación, no prevé la protección de las garantías
individuales, o el procedimiento respectivo a efecto de dirimir las controversias
1
Peces-Barba, Gregorio.
Estudios Constitucionales.
Derecho y Derechos Fundamentales.
pág. 351.
Centro de
19
suscitadas entre los poderes. Finalmente, el factor que permite realmente la defensa
constitucional, el jurídico, el cual establece con precisión, las acciones procesales y
jurídicas a emplearse cuando se presenten dichas violaciones constitucionales.2
Así pues, la constitución debe hacerse respetar no por una sola de las formas
indicadas con antelación, sin por las tres en su conjunto, desarrollándose cada una en
su ámbito respectivo, más la observancia constitucional se encuentra mejor
resguardada en los medios de defensa constitucional.
En efecto, la Constitución no sólo organiza al Estado y a la sociedad, dotándola de
los lineamientos esenciales para su desarrollo integral, estructurando los poderes que
dirigirán las acciones sociales y estableciendo la regulación a través de la forma de
creación de la legislación secundaria; la Constitución ostenta, además de una parte
conocida como orgánica, una parte dogmática, en la cual nos encontramos con la
declaración de determinados derechos otorgados a los gobernados, los cuales vinculan
al Estado en su totalidad; más dichos derechos fundamentales no son efectivos por el
sólo hecho de su pronunciamiento y de su categoría constitucional (no obstante
debieran serlo). Por ello, es necesario establecer los mecanismos idóneos a efecto de
hacerlos prevalecer y respetar. "La efectividad de los derechos fundamentales depende
tanto de su reconocimiento constitucional y legal, cuanto, y quizá sobre todo, de la
existencia de mecanismos susceptibles de garantizar en la práctica su eficacia real."3
En los ordenamientos jurídicos (en mayor o menor medida), se establecen medios
tendentes a hacer respetar la Constitución como ordenamiento supremo del Estado,
bien sea a través de un procedimiento jurisdiccional o político, más siempre con el fin
de mantener el principio de supremacía constitucional sobre todo actos emanada ya
sea directamente de ella o de los poderes e instituciones a quienes ha dado vida.
Dichos mecanismos son conocidos como medios de defensa constitucional, y dentro de
éstos encontramos el procedimiento jurisdiccional por excelencia protector de las
garantías individuales, "el amparo".
El procedimiento de Amparo, no sólo defiende pues, los derechos humanos
reconocidos expresamente por el máximo ordenamiento jurídico, defiende
primordialmente la Constitución, velando por el respeto irrestricto de la misma en lo
2
cfr. Castro, Juventino.
3
Garantías y Amparo.
México 1994. pág. 281.
García Morillo, Joaquín.
La Protección Judicial
Fundamentales. ed. Tirant lo Blanch. pág. 21.
de
los
Derechos
20
que hace a derechos fundamentales, principalmente ocasionados por actos de
autoridad.
2.ANTECEDENTES HISTORICO-JURIDICOS.
Ciertamente, una institución jurídica complejo no nace en un solo acto, es precisa
una constante evolución del mismo, pero además generalmente su nacimiento se
encuentra provocado por la influencia de diversas circunstancias históricas y
principalmente jurídicas; los personajes impulsores de su nacimiento se han visto
inmersos en el estudio de instituciones similares, por lo cual, al dar vida a éste, lo
realizan con un intento de adecuación a su realidad social, y con el empeño en lograr
una evolución y perfeccionamiento respecto del ya existente.
El juicio de amparo mexicano no es la excepción, si bien es cierto que sus creadores
(Manuel Cresencio Rejón y Mariano Otero), se vieron influenciados por diversas
sistemas de defensa de derechos humanos preexistentes, también lo es que al dar vida
al juicio constitucional, lo hicieron con la evolución y perfeccionamiento suficiente
para hacer del juicio de garantías un sistema de observancia internacional y de gran
orgullo para el sistema jurídico mexicano.
2.1.Antecedentes Generales.
En efecto, el analizar cocretamente que ordenamientos jurídicos influyeron de
manera decisiva para la creación del juicio de amparo, requiere de un trabajo jurídicohistórico extenso y en extremo complicado que sobrepasa la finalidad del presente, por
lo cual nos limitaremos a realizar breves consideraciones respecto de la evolución
histórica del juicio de amparo mexicano, haciendo una somera mención de algunos
procedimientos o sistemas de protección del los derechos fundamentales anteriores a
nuestro juicio de amparo, sin pretender con ello, cubrir la totalidad de las expectativas
del estudioso del tema evolutivo del juicio constitucional indicado.
2.1.1.Grecia y Roma.
Son varios pues, los antecedentes que podemos encontrar en la complicada
evolución jurídica de la humanidad; ya desde la antigua Grecia podemos encontrar la
existencia de una especie de garantía de legalidad, consistente en que toda ley y acto
público debían estar conforme a la costumbre jurídica, las asambleas de ciudadanos
21
constituían el parangón ente la ley o el acto y la práctica consuetudinaria, con el fin de
apreciar si dicha ley o acto, contradecían el derecho consuetudinario. "Se ha
pretendido descubrir, en una institución jurídica romana pretoriana, un antecedente de
nuestro juicio de amparo y, en general, de cualquier medio de preservación de los
derechos del hombre frente al poder del Estado. Nos referimos al famoso interdicto de
homine libero exhibiendo...La acción que se derivaba del interdicto mencionado, que
culminaba con una resolución interina particular que no pretendía decidir
definitivamente la cuestión debatida, ya que, según afirmaba Vallarta `se protegía y
amparaba la libertad del detenido desde luego y se seguía por cuerda separada el
procedimiento criminal conforme a la Ley Favia´, se daba a favor del que lo ejecutaba,
quien en esta forma se constituía en demandado. El objeto de dicha acción
interdictal..., era la restitución provisional de la libertad al ofendido, ordenada por el
pretor."4
2.1.2.España.
El Fuero Juzgo en el Imperio Español, pudo haber tenido relevante influencia en la
creación del juicio de amparo mexicano. En el derecho foral se pueden descubrir
ciertas prerrogativas que atañían a la seguridad personal de los villanos o ciudadanos
frente a posibles violaciones por los poderes; la tutela de los fueros, se encontraba
encomendada a un alto funcionario judicial denominado Justicia Mayor (en Castilla y
Aragón principalmente), que debía velar por la observancia en favor de las personas
que denunciasen alguna contravención a las disposiciones forales. "Uno de los fueros
que más significado tiene para la antecedencia hispánica de algunas de nuestras
garantías individuales, es sin duda el llamado Privilegio General, que en el reino de
Aragón expidió don Pedro III en el año de 1348, estatuto que ya consagraba
derechos...en favor del gobernado oponibles a las arbitrariedades del poder público en
lo que concierne a la libertad personal. Las garantías de seguridad jurídica que dicho
fuero general contenía en beneficio de dicha libertad, se hacían respetar a través de
distintos medios procesales que él mismo instituía y los cuales se conocen con el
nombre de `procesos forales`, constituyendo algunos de ellos, verdaderos antecedentes
o precedentes hispánicos de nuestro juicio de amparo."5
4
Burgoa, Ignacio.
5
El Juicio de Amparo.
ed. Porrua.
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de... pág. 58.
págs. 47 y 48.
22
2.1.3.Inglaterra.
Por su parte, el write of habeas corpus inglés (el cual trataremos con mayor
detenimiento en capítulo posterior), constituía un medio de defensa de la libertad
personal, utilizable contra toda detención y prisión arbitraria, independientemente de la
categoría de la autoridad que la hubiera dictado; dicho recurso existió con anterioridad
a la ley de 1679, creado por el Common Law, y al igual que los procesos forales,
constituye un verdadero antecedente del juicio de garantías constitucionales.
2.1.4.Origen.
"Así pues, si nos preguntamos por el enfoque de nuestro Amparo en el Justicia de
Aragón; por el parentesco con el `Habeas Corpus´; o por la influencia del Juicio
Constitucional consagrado en la Constitución de los Estados Unidos; se debe al deseo,
no de polemizar, sino sencillamente de presenciar el nacimiento de un `híbrido´ -si se
quiere-, pero de un `hibrido´más pujante, más completo que sus patrones; y -sobre
todo-, tan plenamente naturalizada en el espíritu mexicano, que parece nacido desde
siempre en aquella tierra. Decímos `mexicano´, porque como tal nace allí; y allí
evoluciona. Pero según veremos, puede implantarse en el seno de cualquier otro
ordenamiento jurídico, siempre que haya lugar, aún mínimo, para el juego de la
democracia."6
2.2.Antecedentes de Derecho Mexicano.
"Tradicionalmente..., se considera que Alexis de Tocqueville, el autor francés que
viajó a los Estados Unidos de Norteamérica para estudiar las instituciones políticas y
jurídicas de ese país, influyó definitivamente con su libro La Democracia en América,
en los creadores del juicio de amparo."7
Con motivo de la revolución francesa de 1789, se decretó la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, misma que fue adoptada por casi la totalidad
6
Barragán Barragán, José. El juicio de amparo mexicano y el recurso de
contrafuero. Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. pág. 23.
7
Castro, Juventino.
292.
Garantías y Amparo.
ed. Porrua.
México 1994. pág.
23
de los estados occidentales, entre ellos México, que en sus diversos cuerpos
constitucionales (desde 1814), asumió dichos derechos fundamentales, en la cual se
establecía el fin del Estado en proteger al individuo en el goce y disfrute de los
derechos humanos.
En efecto, ya desde la Constitución de Apatzingan (1814) se dio vida a los primeros
medios de defensa constitucional, al velar por su supremacía facultándose
privativamente al Supremo Gobierno para proteger los derechos de la libertad,
propiedad, igualdad y seguridad de los ciudadanos, usando de todos los recursos que le
franquearan las leyes.
2.2.1.El Imperio Azteca.
Incluso, en anteriores civilizaciones que se asentaron en el territorio que
actualmente compone el Estado Mexicano, como la Azteca, existían determinados
procedimientos, en los cuales se limitaba el poder del rey, en base a un mandato de un
magistrado supremo, el cual era inapelable hasta ante el mismo rey. De igual forma,
los ciudadanos, contaban con un representante en los negocios judiciales, que defendía
sus negocios ante los jueces y que recibía el nombre de "Chinancalli".
2.2.2.La Nueva España.
Debemos tener en cuenta, de igual forma, que en la Nueva España, existió una
institución denominada por algunos jurídico-historiadores, "amparo colonial". "El
amparo colonial es una institución procesal que tiene por objeto la protección de las
personas en sus derechos, cuando éstos son alterados o violados por agraviantes, que
realizan actos injustos de acuerdo con el ordenamiento jurídico existente, y conforme
al cual una autoridad protectora, el virrey, conociendo directamente, o indirectamente
como presidente de la Real Audiencia de México, de la demanda del quejoso
agraviado, sabe de la responsabilidad del agraviante y los daños actuales y/o futuros
que se siguen para el agraviado, y dicta el mandamiento de amparo para protegerlo
frente a la violación de sus derechos, sin determinar en éste la titularidad de los
derechos violados, y sólo con el fin de protegerlos de la violación."8
8
Lira González, Andrés. El amparo colonial
mexicano. Fondo de Cultura Económinca. pág. 35.
y
el
juicio
de
amparo
24
2.2.3.Derecho Positivo Mexicano.
Respecto de la Constitución mexicana de 1824, "en la última parte del inciso sexto
de la fracción V del artículo 137, se descubre una facultad con la que se invistió a la
Corte Suprema de Justicia, consistente en `conocer de las infracciones de la
Constitución y leyes generales, según se prevenga por ley`, atribución que, podría
suponerse, pudiera implicar un verdadero control de constitucionalidad y de legalidad,
según el caso, ejercitado por dicho alto cuerpo jurisdiccional. Bien es cierto que esta
disposición, juzgada teóricamente, encierra un principio de control constitucional y
legal que debiera haber sido reglamentado por una ley especial, mas su utilidad
práctica fue nula, pues nunca se expidió la citada ley..."9
La Constitución de 1836, creó el denominado Supremo Poder Conservador (a
imitación del Senado Conservador Francés); compuesto por cinco miembros, y cuyo
objetivo principal era el control constitucional de los actos de los restantes poderes
(ejecutivo, legislativo y judicial), y sólo a instancia de alguno de éstos, no de los
particulares, más dicho control era ejercido políticamente (no jurisdiccionalmente),
adquiriendo las resoluciones dictadas por el Supremo Poder Conservador efectos ergaomnes.
2.2.4.La Constitución Yucateca de 1840.
Fue en la Constitución del Estado de Yucatán, aprobada a finales del año de 1840,
donde su autor principal, Manuel Cresencio Rejón, insertó varios preceptos que
instituían diversas garantías individuales, creando en la misma un medio de defensa
constitucional al que denominó "Amparo", desarrollado a través de un procedimiento
jurisdiccional que encomendó al Poder Judicial, por el cual conocía de todo acto
inconstitucional; organizando un control o defensa de toda la Constitución. El artículo
53 de la Constitución Yucateca establecía: "Corresponde a este tribunal reunido (la
Suprema Corte de Justicia del Estado): 1.- Amparar en el goce de sus derechos a los
que le pidan su protección, contra leyes y decretos de la Legislatura que sean contrarios
a la Constitución; o contra las providencias del Gobernador o Ejecutivo reunido,
cuando en ellas se hubiese infringido el Código fundamental o las leyes, limitándose en
ambos casos a reparar el agravio en la parte en que éstas o la Constitución hubiesen
9
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de Amparo. pág. 109.
25
sido violadas". Así también, los artículos 63 y 64 de dicha Constitución establecían:
"Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos garantizados
por el artículo anterior a los que les pidan su protección contra cualesquiera
funcionarios que no correspondan al orden judicial, decidiendo breve y sumariamente
las cuestiones que se susciten sobre los asuntos indicados." "Art. 63: De los atentados
cometidos por los jueces contra los citados derechos, conocerán sus respectivos
superiores con la misma preferencia de que se ha hablado en el artículo precedente,
remediando desde luego el mal que se les reclame, y enjuiciando inmediatamente al
conculcador de las mencionadas garantías".
"Ya en el sistema propuesto por Rejón se establecían dos de los principios
fundamentales que hasta la fecha rigen el proceso de amparo, o sea que éste sólo se
promueve a instancia de parte agraviada, y la relatividad de las decisiones definitivas
que se produzcan dentro del proceso, que por lo tanto no tienen el carácter de
resoluciones erga-omnes."10
2.2.5.El amparo en la Constitución General de la República.
En el año de 1842, tuvo lugar un Congreso Constituyente, por lo que se creo un
equipo de siete jurisconsultos (entre los cuales se encontraba Mariano Otero) que
tenían como principal finalidad la elaboración de un proyecto de Constitución Federal.
En este se propuso un sistema mixto de defensa de la Constitución, en el que se
establecía el control judicial encomendado a la Suprema Corte, a efecto de proteger las
garantías individuales, exclusivamente frente a los poderes Ejecutivo y Legislativo de
los estados, así también, se permitía que una ley del Congreso General fuera reclamada
como anticonstitucional por el Presidente de la República de acuerdo con su Consejo,
por dieciocho diputados o seis senadores, o por tres legislaturas; siendo sometida la
cuestión de inconstitucionalidad a la decisión de las legislaturas locales, dándose a
conocer el resultado por la Suprema Corte.
Posteriormente en el año de 1846, se integró una Comisión de Constitución por
Cresencio Rejón, Mariano Otero, Espinosa de los Monteros, Joaquín Cardoso y Pedro
Zubieta; "fue entonces cuando ocurrió un caso, a la par curioso y trascendental, en la
historia de nuestro Derecho. Rejón, el autor indiscutible de la organización del
amparo, no sostuvo su sistema en el seno de la Comisión, sino que con Zubieta y
10
ob.cit. Castro, Juventino.
Garantías y... pág. 286.
26
Cardoso propuso la restauración lisa y llana de la Constitución de 24, por temor de que
la República quedara sin ley suprema si se empleaba el tiempo en discutir reformas; en
cambio, Otero completamente solo (Espinosa de los Monteros quedó excluido),
aprovechó como suyo lo principal del sistema de Rejón, lo formuló magistralmente y
al fin lo hizo triunfar en el seno de la asamblea, al conseguir la aprobación del Acta de
Reformas, entre cuyos puntos más importantes quedaron consignados los derechos de
la persona y la institución del amparo. Al servicio del pensamiento de Rejón se puso la
voluntad de Otero; los juristas mexicanos no pueden escatimar su reconocimiento a
ninguno de los dos."11
Finalmente en el mes de mayo de 1847 se promulgó en Acta de Reformas, que
restablecía el orden constitucional de 1824, pero que implementaba al sistema jurídico
mexicano la institución del amparo, dentro del artículo 25 del Acta citada, el cual
establecía: "Los tribunales de la Federación ampararán a cualquier habitante de la
República en el ejercicio y conservación de los derechos que les concedan esta
Constitución y las leyes constitucionales, contra todo ataque de los Poderes Legislativo
y Ejecutivo, ya de la Federación, ya de los Estados; limitándose dichos tribunales a
impartir su protección en el caso particular sobre que verse el proceso, sin hacer
ninguna declaración general respecto de la ley o del acto que lo motivare";
estableciendo con ello la conocida como "formula Otero", consistente en que los
Tribunales Federales al otorgar el amparo no realizarían ninguna manifestación general
respecto de la ley o acto que motivó la violación, limitándose a impartir su protección
al caso particular sobre el que verse el proceso.
"Pese a los esfuerzos tanto del Ejecutivo como del Congreso por reglamentar el art.
101 de la Constitución de 1857, no fue sino hasta noviembre de 1861
cuando...promulgó la ley correspondiente, cuyo encabezado era: `Ley Orgánica de
procedimientos de los Tribunales de la Federación, que exige el artículo 102 de la
Constitución Federal, para todos los juicios de que habla el artículo 101 de la misma.´
Tampoco se le llama Ley de Amparo, aunque ciertamente se trata de la primera ley de
amparo."12
11
Tena Ramírez, Felipe.
págs. 499 y 500.
12
Derecho Constitucional Mexicano.
ed. Porrua.
Barragán Barragán, José.
Primera Ley de Amparo de 1861. Universidad
Nacional Autónoma de México. pág. 66.
27
Así pues, el juicio de amparo mexicano, determinó un proceso que sostendría en
gran medida el estado de Derecho, influyendo seriamente a los restantes estados en el
concierto mundial.
3.INFLUENCIA DEL AMPARO EN EL AMBITO INTERNACIONAL.
Los primeros países que adoptan nuestra institución son principalmente los países
de América Latina, como la República de El Salvador en el año de 1886; Nicaragua lo
incluye en su sistema jurídico en 1893, modificándolo considerablemente; Honduras
en 1894; Guatemala en 1921; Brasil en 1934, ratificándolo en sus constituciones de
1946 y 1967, introduciendo modificaciones sustanciales y denominándolo "mandato
de segurança", influyendo de igual forma los "writs" anglosajones; Costa Rica lo
adopta en 1949; Argentina, desde el año de 1957 tramitó procesos de amparo, mas sin
observar disposiciones constitucionales o legales, hasta el año de 1966, en que expidió
la Ley Nacional de Amparo; Panamá en 1941; Venezuela en 1961; Bolivia, Ecuador y
Paraguay en 1967; etc.
Más el juicio de amparo mexicano no influyó únicamente en los países
latinoamericanos, sino también en diversos estados fuera del nuevo continente, como
lo fue el caso de España, que en su Constitución Republicana de 1931, la cual adopta la
institución de amparo (artículo 105), creando un Tribunal de Garantías
Constitucionales (ad-hoc); más dicha Constitución estuvo poco tiempo en vigor, dada
la Guerra Civil española de 1936.
3.1.El amparo en los Organismos Internacionales.
Incluso los varios organismos internacionales realizan varias sugerencias a sus
estados miembros a efecto de que adopten el juicio constitucional de amparo; entre
ellas podemos observar que en la Conferencia de Bogotá, celebrada en 1948, se
formuló la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la cual
entre sus artículos incluyo: "Toda persona puede ocurrir a los tribunales para hacer
valer sus derechos. Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por
el cual la justicia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo,
alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente".
De igual forma, la Asamblea de las Naciones Unidas, proclamó en Paris, el 10 de
diciembre de 1948, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre,
28
estableciendo en su artículo 8: "Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante
los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley." Finalmente,
citaremos la declaración de Lake Succes celebrada en 1949 (la cual fue adoptada por
el Consejo de Europa), misma que en su párrafo segundo, artículo 2o dice: "Las Altas
Partes contratantes se comprometen a asegurar a todo individuo cuyos derechos y
libertades definidos en el presente Pacto hubieren sido violados, un recurso efectivo
ante las jurisdicciones nacionales competentes, aún cuando la violación hubiere sido
cometida por personas que actuasen en ejercicio de funciones oficiales."
Como se puede observar, en los dos últimos ordenamientos citados se prevé la
procedencia de un procedimiento en favor de derechos fundamentales, incluso en
contra de actos originados por particulares.
El juicio de amparo se reglamenta mediante ley específica, siendo el primer
proyecto el de José Urbano Fonseca, reglamentario del artículo 25 del Acta de
Reformas de 1847.
Podemos pues determinar, que en un aspecto general "el procedimiento judicial en
el que un particular demanda la protección de la justicia de la Unión contra el acto
inconstitucional de una autoridad, es lo que se llama juicio de amparo, la institución
más suya, la más noble y ejemplar del derecho mexicano."13
4.EL RECURSO DE AMPARO ESPAÑOL.
4.1.Antecedentes.
"Si como antecedentes se quiere encontrar una Constitución escrita y leyes que
establezcan defensas en relación con bases fundamentales de la misma, al modo de la
supremacía constitucional americana o de la jurisprudencia de la flamante escuela
austriaca, sin duda que no se encontrarán; pero si se buscan modos que en el tiempo y
en las circunstancias limitaran el Poder, en el caso el real, a favor de brazos, grupos,
regiones o individuos; si algún pais cuenta con tales antecedentes, es España, y si algo
puede relacinarse con la moderna Defensa constitucional, son esas limitaciones.
Cualquiera de los inumerables fueros peninsulares es ejemplo a tal respecto, y si
entendemos la palabra garantía como hay que entenderla, o sea como la protección de
13
ob.cit. Tena Ramírez, Felipe.
Derecho Const... pág. 494.
29
un derecho fundamental en forma preventiva, represiva o rearadora, contra omisión o
acción de la autoridad, no es otra cosa que aquel solemne compromiso de los reyes
antiguos, que habían de serlo `si respetaban Fueros y costumbres, y si no, no".14
Ahora bien, el antecedente más próximo del mecanismo de protección
jurisdiccional (propiamente dicho) de los derechos fundamentales consagrado en la
Constitución de 1978, lo constituye la Constitución española de 1931, la que se
establecía en sus artículos 105 y 121 la creación de tribunales de urgencia ante quienes
sería exigible "el derecho de amparo de las garantías individuales" así como la creación
de un "Tribunal de Garantías Constitucionales" que conocería, entre otras materias de
recurso de amparo cuando hubiere sido ineficaz la reclamación ante otras autoridades.
En efecto, en caso de que los tribunales de urgencias no resolviesen en el plazo legal
señalado la petición de amparo, o ésta fuese esta inadmitida o rechazada, se abría la vía
para solicitar el amparo ante el Tribunal Constitucional. No obstante, la escasa vida de
la Constitución de 1931, dada la guerra civil española de 1936, impidió que entraran en
funcionamiento los tribunales de urgencia.
Como indicamos anteriormente, la Constitución de 1931, se encontró fuertemente
influenciada por el juicio de amparo mexicano, que se dio a conocer en dicho estado
europeo, por las enseñanzas del mexicano Rodolfo Reyes, que inspiraron al
Constituyente español a introducir en su sistema constitucional "el recurso de amparo
de las garantías constitucionales."
Podemos determinar (sin afán de realizar un análisis expreso de esta afirmación),
que las principales circunstancias que determinaron el nacimiento del recurso de
amparo en el sistema jurídico español fueron: la influencia del amparo mexicano
(influencia que fue alentada principalmente por el jurista mexicano Rodolfo Reyes); la
influencia del sistema austriaco de justicia constitucional; la reacción frente a las
violaciones de derechos que se habían producido durante la dictadura del general
Primo de Rivera; y, la insuficiencia, ambigüedad y lentitud de los mecanismos legales
establecidos para tutelar los derechos fundamentales de los ciudadanos.15
Así pues, la Constitución española de 1978, no es la excepción en materia de
derechos humanos, al igual que la mayoría de los estados constitucionales, reconoce y
14
Reyes, Rodolfo.
pág. 25.
15
La Defensa Constitucional.
ed. Espasa-Calpe, S.A.
cfr. Oliver Araujo, Joan. El Recurso de Amparo.
de Palma de Mallorca. págs. 87 a 89.
Facultad de Derecho
30
garantiza determinados derechos humanos otorgándoles con ello carácter
constitucional y por ende, dotándolos de supremacía; más no es meramente
enunciativa, el ordenamiento jurídico español establece los medios de defensa
respectivos para lograr el cumplimiento de los derechos establecidos
constitucionalmente.
"La eficacia de la Constitución como norma reconocedora de derechos se relaciona
directamente por eso, con la simultánea existencia de la acción y de la viabilidad del
proceso llamados a hacerlos valer. La normatividad constitucional cobra sentido en la
medida en que los preceptos constitucionales son efectivamente prescripciones de
obligado cumplimiento y alegables, en su caso, ante los Tribunales. Es su
potencialidad procesal, su virtualidad en la vida jurídica real la que hace de la
Constitución una norma jurídica, y no un mero organigrama de los poderes públicos.
Constitución, derechos fundamentales y proceso, son, por ello, tres pilares que, unidos
por la urdimbre del ordenamiento jurídico, sostienen un mismo edificio: el Estado de
Derecho. Cuando son aplicables y, por tanto, defendibles por los Tribunales
ordinarios, son los derechos fundamentales los que más vigorosa o más directamente
hacen de la Constitución una norma jurídica. Entre los derechos fundamentales y la
Constitución nace, así, una relación estrechamente simbiótica: aquellos necesitan, para
cobrar eficacia real y, sobre todo, protección frente a las amenazas, de ésta; pero la
Constitución necesita también de los derechos fundamentales, no sólo porque si no los
reconociera no sería Constitución, sino porque son ellos los que más directamente la
insuflan su ser jurídico. Los derechos fundamentales no son solo, pues, el fundamento
axiológico de la Constitución; son, también, su componente juridificante, lo que hace
de la Constitución una norma jurídica y no un mero mandato abstracto o un programa
político."16
4.2.El amparo judicial en España.
Los mecanismos de control constitucional, en materia de derechos humanos, son
ejecutados a través de procedimientos jurisdiccionales específicos, cuya realización
corresponde primordialmente a los tribunales ordinarios, es la actividad judicial la que
debe garantizar el cumplimiento y el respeto a los derechos fundamentales de la
persona; así pues, la protección de los derechos fundamentales no se asienta única y
16
ob.cit. García Morillo, Joaquín.
La Protección... págs. 23 y 24.
31
exclusivamente en el Tribunal Constitucional, sino preferentemente en los tribunales
ordinarios; el Tribunal Constitucional es la cúspide del sistema de protección de las
garantías individuales, no su base. Es pues, ante los tribunales de la jurisdicción
ordinaria ante quienes se debe recabar la tutela de los derechos fundamentales, para lo
cual, y dada la importancia que ellos revisten, la Constitución española prevé en su
artículo 53 un procedimiento extraordinario.
Mediante dicho procedimiento constitucional, se prevé la protección de las
garantías individuales frente a los actos de poder contrarios a la Constitución, más
dichos actos emanados primordialmente de los poderes públicos, no son los únicos
protegidos a través del mecanismo indicado con antelación, sino cualquier acto que
afecte garantías individuales, incluidos los actos de particulares, ya sea desplegando
una actividad delegada por el poder público, o a mutuo propio. El artículo 7.1 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, establece que los derechos fundamentales y las
libertades públicas vinculan, en su integridad, a todos los jueces y tribunales, y están
garantizados bajo la tutela efectiva de los mismos; por lo que el primer mecanismo de
protección de las garantías individuales es encomendado a las autoridades
jurisdiccionales ordinarias, ante quienes se debe acudir en caso de violación a un
derecho fundamental, haciendo uso de los procedimientos ordinarios, aunque si bien es
cierto, se puede hacer uso del procedimiento establecido para ello por el artículo 53
constitucional el cual en su párrafo segundo establece: "Cualquier ciudadano podrá
recabar la tutela de las libertades y derechos reconocidos en el artículo 14 y la Sección
primera del Capítulo segundo ante los Tribunales ordinarios por un procedimiento
basado en los principios de preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del recurso
de amparo ante el Tribunal Constitucional. Este último será aplicable a la objeción de
conciencia reconocida en el artículo 30."
Así pues, la doctrina española, distingue estos dos tipos de protección jurisdiccional
de los derechos fundamentales, de conformidad con el órgano competente para
conocer dicha controversia, como amparo judicial (el que se desarolla frente a los
tribunales ordinarios, y el amparo constitucional, el cual es competencia del Tribunal
Constitucional.
Ciertamente, la tutela de las garantías individuales es protegida a través de un
procedimiento específico establecido a nivel constitucional, procedimiento que se basa
en los principios de "preferencia y sumariedad"; ello en virtud de la calidad de
derechos que se están protegiendo, los cuales no admiten demora alguna en lo que hace
a su restitución cuando han sido objeto de violación.
32
De igual forma, el artículo constitucional transcrito con antelación inmediata, prevé
que en <<en su caso>>, dichos derechos fundamentales podrán ser protegidos a través
del recurso de amparo frente al Tribunal Constitucional, quien conocerá del asunto
siempre y cuando, no se haya obtenido la protección adecuada a través de los
tribunales ordinarios; estableciendo así la Constitución, en la mayoría de los casos, la
obligación de recabar con antelación dicha tutela ante los tribunales ordinarios; es
decir, la protección de las garantías individuales, se podrá solicitar ante el Tribunal
Constitucional a través del recurso de amparo, únicamente cuando de conformidad a la
ley proceda expresamente, o cuando se hayan agotado las instancias judiciales previas.
"El Tribunal Constitucional no es, por tanto, no puede serlo, un órgano ordinario de
protección de los derechos fundamentales en todos y cada uno de los concretos casos
en que tal protección sea requerida, sino un órgano extraordinario, de protección de
tales derechos en los casos extremos y siempre con carácter retardado; es, sobre todo,
un órgano de interpretación de la Constitución; en lo que a derechos fundamentales
respecta, de determinación del alcance y contenido exactos de los preceptos
constitucionales que reconocen derechos fundamentales o regulan sus formas de
desarrollo. La función básica del Tribunal Constitucional no es, pues, de concreta
reacción frente a las vulneraciones singulares de derechos fundamentales, sino de
carácter global, y puede resumirse como el control de la forma en que los jueces y
tribunales ordinarios aplican los preceptos constitucionales que consagran los derechos
fundamentales. De esta suerte, cuando el Tribunal Constitucional resuelve un recurso
concreto de amparo constitucional no sólo preserva o restablece a un ciudadano en el
derecho fundamental que le ha sido violado; realiza, además, una función de alcance
general, en la medida en que determina la forma en que los jueces y tribunales
ordinarios han de operar en ese tipo de supuestos...Por otra parte el amparo
constitucional cumple aún una última función. El Tribunal Constitucional es el
supremo interprete de la Constitución. Los recursos de amparo constitucional que ante
él se substancian permiten, por tanto, que el Tribunal Constitucional realice una labor
interpretativa y defina el alcance y significado exacto de los preceptos constitucionales
que consagran los derechos fundamentales, un alcance y significado que, como se ha
visto, deben informar la interpretación y aplicación que de las leyes y los reglamentos
realicen los órganos jurisdiccionales ordinarios...El recurso de amparo constitucional
es, por todo ello, un mecanismo extraordinario, subsidiario y limitado..."17 Con ello, se
le concede a los tribunales ordinarios, además de la protección de las garantías
17
ob.cit. García Morillo, Joaquín.
La Protección... págs. 49 a 51.
33
individuales en el plano de la legalidad, la ampliación a la protección de la
Constitución, guiados siempre de la mano de la interpretación del Tribunal
Constitucional.
4.2.1.Legitimación.
Es de notar que la redacción del artículo 53 de la Constitución española hace
referencia "a cualquier ciudadano", cuando establece el procedimiento preferente y
sumario a efecto de proteger los derechos fundamentales. No obstante, dicho término
no debe interpretarse en sentido estricto, dado que el recurso de amparo puede ser
interpuesto (de conformidad con el artículo 162 de la misma Constitución), por "toda
persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo"; ante lo cual, debemos
hacer extensivo dicho término a efectos de la legitimación en lo que hace al amparo
judicial solicitado ante los tribunales ordinarios, interposición que es obligada y previa
a efecto de estar en posibilidad de acceder al amparo constitucional ante el Tribunal
Constitucional.
Por otra parte, el artículo 24 constitucional, establece el derecho a la tutela judicial
efectiva, sin hacer distinción alguna entre nacionales o extranjeros, estableciendo así a
los tribunales judiciales la obligación de otorgar protección a las personas,
independientemente de su nacionalidad, siempre y cuando se encuentren realizando
alegaciones aplicables al derecho español. En efecto, la legitimación del amparo
judicial en la Constitución española es amplia, dado que es reconocida a toda persona
ya sea física o moral, española o extranjera, siempre y cuando invoque un interés
legítimo respecto del derecho fundamental violado. Esta interpretación debemos
entenderla en forma extensiva; no obstante, no hay que olvidar que en el ordenamiento
jurídico español (al igual que en el mexicano), existen determinados derechos
fundamentales que son exclusivos de sus nacionales, tal es el caso del artículo 19
constitucional, en el cual se establece que "Los españoles tienen derecho...a entrar y
salir libremente de España en los términos que la ley establezca..."; tal como podemos
observar, dicho derecho fundamental es aplicable única y exclusivamente a los
nacionales españoles y no así a los extranjeros, quienes deben sujetarse a requisitos
más estrictos, e incluso a quienes se les puede negar en determinadas circunstancias el
ingreso a territorio español.
Así pues, no debemos entender el término "cualquier
ciudadano" de una forma restrictiva, sino más bien, con una interpretación amplia,
entendiendo a cualquier persona con un interés legítimo.
34
De igual forma, y como se ha indicado, la legitimación debe entenderse respecto de
personas tanto físicas como jurídicas, en virtud de que las personas morales también
pueden ser sujetos de derechos fundamentales, por tanto estar en posibilidad de invocar
un interés legítimo; como podría ser el caso de las asociaciones, sindicatos, etc; si bien
es cierto, el derecho de asociación es del individuo, la asociación una vez constituida
adquiere determinados derechos e intereses colectivos y autónomos.
Finalmente, debemos tomar en consideración "la extensión de la legitimación activa
a figuras como el Defensor del Pueblo o el Ministerio Fiscal. Por lo que al Ministerio
Fiscal se refiere, parece coherente con el tenor del artículo 124.1 de la Constitución,
según la cual aquél tiene por misión <<promover la acción de la justicia en defensa de
la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la
Ley, de oficio o a instancia de los interesados>>. Nada parece oponerse, por tanto, a
que se otorgue al Ministerio Fiscal la legitimación activa para instar la protección
judicial de los derechos fundamentales. Por lo que al Defensor del Pueblo respecta, el
artículo 29 de la Ley Orgánica 3/81, reguladora de dicha institución, le confiere
legitimación para instar el amparo constitucional, de acuerdo con lo dispuesto en la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Por su parte, el artículo 46 de esta Ley
Orgánica atribuye dicha legitimación a las dos figuras que nos ocupan, Defensor del
Pueblo y Ministerio Fiscal. Cuestión distinta es, sin embargo, la legitimación en el
ámbito de la protección judicial. Respecto del Defensor del Pueblo, considero (no
obstante ser una cuestión muy debatida), que lo correcto será suponer, que no se
encuentra legitimado para interponer el recurso de amparo judicial, aún cuando lo esté
para interponer el recurso de amparo constitucional; por lo cual, al momento en que el
Defensor del Pueblo tenga conocimiento de una violación de derechos fundamentales
(si es preciso agotar la vía judicial previa), lo correcto será que a través de su Oficina
de Información, oriente al afectado sobre las vías adecuadas para restaurar la violación
sufrida, otorgándole el asesoramiento necesario; no obstante si el particular no obtiene
una reparación del derecho violado, eso dejara expedita la vía de amparo constitucional
al Defensor del Pueblo a efecto de interponerlo ante el Tribunal Constitucional.
4.2.2.Ambito de Protección.
Por lo que respecta a los derechos fundamentales que son objeto de protección
mediante el amparo judicial, el artículo 53, no deja lugar a dudas, son específicamente
los artículos consagrados constitucionalmente, del 14 al 29, por lo cual no es posible
restringir de dicho ámbito de protección dichas garantías individuales.
35
4.2.3.Partes.
Debemos entender pues, que sólo serán partes en el amparo judicial, el Ministerio
Fiscal, el agraviado en sus derechos fundamentales, la autoridad de la cual emanó el
acto que se impugna y los terceros interesados en el procedimiento del cual emana el
acto que se combate.
4.2.4.Competencia.
De lo anterior, se puede desprender que una de las características principales del
amparo judicial es la competencia de este en favor de los tribunales ordinarios,
abarcando con ello, todos los órganos jurisdiccionales incardinados en la estructura del
Poder Judicial, de conformidad a sus correspondientes competencias establecidas por
ley, este sistema lo diferencia así del propio amparo constitucional, que se encuentra
encomendado al Tribunal Constitucional.
4.2.5.Características.
De lo anteriormente indicado, podemos extraer algunas características esenciales
del amparo judicial.
El amparo judicial establecido en el artículo 53 de la Constitución española es un
procedimiento excepcional, ello en virtud de que se encuentra expresamente regulado
en la Constitución con características determinadas y específicas, con una finalidad
concreta, la defensa de las garantías individuales.
Por otro lado, dicho procedimiento es alternativo, dado que el particular puede optar
por accionar a los tribunales en defensa de sus derechos fundamentales, ya sea
mediante la vía del amparo judicial o bien, mediante el procedimiento ordinario
regulado en la legislación procesal secundaria, sin contar con las ventajas que le
proporciona este medio de impugnación constitucional. La Constitución ofrece una
vía adecuada, rápida y eficaz para la protección de los derechos fundamentales, más
esto no obliga al particular a elegirla con preferencia a los medios de protección
ordinarios establecidos en la ley, mediante los cuales el particular puede (al igual que
el por el amparo judicial), obtener la tutela efectiva de sus derechos, en virtud del
artículo 24 constitucional.
36
Otra característica del amparo judicial en estudio, es la preferencia, la cual se
encuentra establecida en el precepto legal invocado, la cual indica que los asuntos que
se ventilen por dicha vía jurisdiccional, tendrán primacía o ventaja, respecto de los
procedimientos ordinarios; es decir, el tribunal resolverá con anterioridad y dará
prioridad al amparo judicial ante los asuntos diversos que tenga pendientes de
resolución; dicho procedimiento deberá ser resuelto en primer lugar y antes que las
otras causas. "El de preferencia es, pues, un concepto relativo cuya pertinencia viene
dada por el volumen de asuntos pendientes en los órganos jurisdiccionales, por el
interés constitucional en la protección de los derechos fundamentales -que son (art.
10.1 CE) fundamento del orden público y la paz social- y porque las características de
éstos obligan en muchos casos a una especial premura en su protección, si se quiere
evitar que el transcurso del tiempo provoque que desaparezca el objeto mismo de la
protección instada. El interés constitucional en la protección de estos derechos es,
pues, superior al existente para proteger los demás derechos e intereses, lo que justifica
que se otorgue preferencia a la tramitación de las pretensiones encaminadas a hacer
valer derechos fundamentales."18
Finalmente, nos encontramos ante un procedimiento sumario; término que debemos
entender en dos aspectos, referente el primero de ellos a la rapidez y agilidad del
procedimiento, respecto de la vía ordinaria, y en segundo término, en que estamos ante
un procedimiento de cognición limitada, en virtud de que ambos procesos (el ordinario
y el excepcional), pueden ser interpuestos sucesivamente si los plazos así lo permiten,
e incluso simultaneamente, dado que el procedimiento de amparo judicial solo acarrea
efectos de cosa juzgada respecto de los derechos fundamentales que se estimaron
violados, no así respecto de cuestiones diversas como la legalidad del acto que se
impugna; ello a efecto de no perder los plazos que la ley establece para la interposición
del recurso correspondiente.
Ahora bien, el procedimiento de amparo judicial, si bien es cierto que se establece
en el máximo ordenamiento jurídico, en el cual se señalan las características
primordiales de dicho procedimiento, creándolo y regulándolo en lo esencial; también
lo es que dicho precepto constitucional, no regula el procedimiento en su totalidad (no
es la función de una Constitución), por lo que es necesario remitirnos a la legislación
ordinaria a efecto de utilizar dicho procedimiento de protección judicial a los derechos
fundamentales. En efecto, la legislación establece el procedimiento a seguir a fin de
18
ob.cit. García Morillo, Joaquín.
La Protección... pág. 85.
37
poder instar ante los tribunales la protección de las garantías individuales, más sin
embargo, en el ordenamiento jurídico español, no existe un procedimiento único para
el desarrollo del artículo 53.2 constitucional (por lo que hace al amparo judicial),
regulado en norma específica; son varias las normas atinentes al procedimiento en
comento.
4.2.6.Procedimientos en el amparo judicial.
Ciertamente, la ley 62/78, de Protección Jurisdiccional de los Derechos
Fundamentales de la Persona, regula la mayoría de los procedimientos a seguir
mediante la utilización del amparo judicial. Considero pertinente comentar que dicha
ley, fue aprobada con anterioridad a la Constitución de 1978, por lo cual nos
encontramos ante una ley preconstitucional, (que no por ello pierde vigencia), así pues,
a efecto de regular el procedimiento a seguir mediante el amparo judicial, con los
derechos amparables en esta vía, la ley Orgánica del Tribunal Constitucional en la
disposición transitoria segunda indica: "En tanto no sean desarrolladas las previsiones
del artículo 53.2 de la Constitución para configurar el procedimiento judicial de
protección de los derechos y libertades fundamentales se entenderá que la vía judicial
previa a la interposición del recurso de amparo será la contencioso-administrativa
ordinaria o la configurada en la Sección Segunda de la Ley 62/78, de 26 de diciembre,
sobre protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, a cuyos efectos el
ámbito de la misma se entiende extendido a todos los derechos y libertades a que se
refiere el expresado artículo 53.2 de la Constitución." Así pues, dicho procedimiento
regulado en la ley 62/78, es considerado el idóneo para interponer el amparo judicial
(sin olvidar que puede desarrollarse el procedimiento ordinario correspondiente como
fase previa al amparo constitucional, dejando al afectado en su derecho fundamental la
posibilidad de elección entre este y un procedimiento sumario como el que nos ocupa).
La Ley de Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales de la Persona,
regula diversos procedimientos, como el contencioso-administrativo, un procedimiento
de naturaleza civil, de tipo penal. Tal procedimiento se ocupa tanto de las violaciones
a derechos fundamentales por la autoridad, como por un particular; más como hemos
indicado, no es esta la única ley que regula un procedimiento específico y aplicable al
amparo judicial establecido en el artículo 53.2 constitucional, existen diversas normas
que regulan procedimientos adecuados para la protección de derechos fundamentales
aplicables al amparo judicial, tal como en materia del trabajo, la Ley de Procedimiento
Laboral, o en diversas materias sobre garantías individuales como la Ley Civil del
38
Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y a la propia Imagen; la Ley de Habeas
Corpus (que tiene una regulación especial emanada, no del artículo 53.2 constitucional,
sino del numeral 17 de dicho ordenamiento jurídico); la Ley Reguladora del Derecho
de Reunión, etc.; siendo aplicables a todas ellas, el procedimiento sumario y preferente
establecido en la propia Constitución.
"Como es sabido, el art. 53.2 CE prevé que los derechos que habrán de ser
protegidos por un procedimiento sumario y preferente son los reconocidos en los arts.
14 a 29. Ya se vió mas arriba, sin embargo, que este es el ámbito mínimo que ha de
ser protegido por este procedimiento, y que cabe, también, que el legislador puede
ampliar su cobertura a otros derechos. Hasta el momento, este protección se ha
ampliado a otras tres materias: asilo, refugio y objeción de conciencia."19
4.2.7.El amparo judicial administrativo.
Ahora bien, toda vez que podemos considerar que las principales violaciones a los
derechos fundamentales, provienen de los poderes públicos, específicamente de las
administrativas, tomaremos como referencia el procedimiento contenciosoadministrativo establecido en la Ley de Protección Jurisdiccional de los Derechos
Fundamentales de la Persona.
4.2.7.1.Competencia, legitimación y cobertura.
Dicho procedimiento, deberá ser ventilado ante los tribunales ordinarios con
competencia para conocer de la materia contencioso-administrativa.
"La LPJ (Ley de Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales de la
Persona) no establece norma específica alguna sobre los órganos judiciales
competentes para entender del recurso planteado por esta vía. De acuerdo con la
supletoriedad que afecta a la LJCA (Ley de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa) (art. 6 LPJ) será aplicable lo que al respecto establezca la referida ley
jurisdiccional. La jurisprudencia del Tribunal Supremo reitera este planteamiento
recordando asimismo, el carácter preclusivo que junto con el trámite de admisibilidad
tienen las cuestiones de competencia. La Ley 62/1978, de 26 de diciembre, conforme
a la que se tramita este procedimiento, no contiene norma específica alguna respecto de
19
ob.cit. García Morillo, Joaquín. La Protección... pág. 81.
39
la competencia, y en razón a lo dispuesto por la misma en su artículo 6.1º la
competencia jurisdiccional corresponde a las Salas de lo Contencioso-Administrativo
de las Audiencias Territoriales (art. 101 b) de la LJCA)."20
Por lo que hace a la legitimación activa para instar dicho procedimiento, la misma
no plantea problema alguno, en virtud de que se entenderá, como se indicó con
anterioridad a toda persona con un interés legítimo, que corresponde a la persona
directamente afectada, es decir "al titular del derecho subjetivo vulnerado o,
excepcionalmente, a quienes sin ser titulares del derecho puedan ejercitar éste, en
virtud de una especial disposición de la ley en atención a su relación con el derecho o
con el titular de él..."21
La legitimación pasiva, se entenderá a cargo del órgano de la Administración
Pública que viole el derecho fundamental respectivo, extendiéndose la misma a
cualquier ente con facultades derivadas de la administración pública o con posibilidad
de realizar actos con fuerza administrativa, como podría ser el caso de los Colegios
Profesionales de Abogados.
Así pues, serán recurribles mediante el amparo judicial toda disposición, actos
jurídicos o simple vía de hecho, derivados de la administración pública que vulneren
los derechos fundamentales protegidos específicamente. Efectivamente, es necesario
recordar que la procedencia del amparo judicial, dependerá que el acto impugnado
viole un derecho fundamental, no basta que cause un agravio específico en el
particular, quien en este caso, tendrá el empleo de la vía contencioso-administrativa
ordinaria para impugnar dicho acto; nos encontramos ante un procedimiento
encaminado a la protección de derechos fundamentales no un medio impugnador de
cualquier acto de la Administración Pública.
Por su parte, y a diferencia del procedimiento contencioso-administrativo común,
no se plantea la necesidad de agotar los recursos previos, dado el carácter urgente en
restituir el derecho fundamental violado, lo cual sería incompatible con la interposición
de una serie de recursos que harían perder al procedimiento de amparo judicial su
carácter urgente y acelerado que es otorgado por la Constitución. Dicha disposición la
encontramos en el artículo 7.1 de la citada ley, en el que establece: "Para la
20
Carillo, Marc. La Tutela de los Derechos Fundamentales por los
Tribunales Ordinarios. Centro de Estudios Constitucionales. pág. 176.
21
Sentencia del Tribunal Constitucional 141/85.
40
interposición de estos recursos no será necesaria la reposición ni la utilización de
cualquier otro recurso previo administrativo."
4.2.7.2.Pasos procedimentales.
Dicho procedimiento deberá interponerse en el plazo de diez días, que deberá
contarse a partir de que quede legalmente notificado el afectado en el derecho
fundamental del acto que lesione el mismo. Ahora bien, por lo que hace al silencio
administrativo, el artículo 8.1 de la Ley de Protección Jurisdiccional de Derechos
Fundamentales de la Persona, establece que el término para interponer el recurso
indicado será el de diez días contados a partir de que hayan transcurrido veinte días de
la presentación de solicitud, sin la necesidad de denuncia de mora.
De conformidad con el artículo 8 de la ley analizada, el amparo judicial se iniciará
primeramente con el anuncio del recurso, entendiéndose interpuesto hasta que el
recurrente formalice la demanda; ello será posterior a una serie de actos a realizar por
el órgano jurisdiccional, como el requerimiento al órgano al que se imputa el acto
reclamado, la solicitud del expediente en el cual se efectuó, etc.
En efecto, una vez anunciado el recurso ante el órgano jurisdiccional ordinario con
competencia en materia contencioso-administrativa, el tribunal requerirá a la autoridad
correspondiente a efecto de que le sea remitido el expediente que contiene el acto
impugnado, quién deberá remitirlo en el plazo de cinco días, contados a partir del en
que se encuentre legalmente notificada de dicho requerimiento. La autoridad al
ordenar la remisión del expediente, notificará a los interesados en el procedimiento
administrativo a efecto de que comparezcan en un término de cinco días ante el órgano
judicial en caso de que así lo estimen conveniente. La falta de remisión del expediente
podrá ser sancionada con multa por la cantidad de cinco mil pesetas, sin que la falta de
expediente pueda suspender el curso del procedimiento. Hecho lo anterior, el
recurrente, podrá formalizar su demanda, una vez que le sea puesto de manifiesto el
expediente, a este y a las demás partes involucradas, aportando con esta las
documentales que estime convenientes.
Una vez formalizada la demanda, las partes restantes, incluido el Ministerio Fiscal y
el Abogado del Estado, podrán formular las alegaciones respectivas, acompañando a
las mismas las pruebas documentales pertinentes.
El órgano jurisdiccional, una vez recepcionada la demanda y las alegaciones a la
misma, formuladas por las partes, o fenecido el plazo para dar contestación a la
41
demanda (ocho días), resolverá sobre la procedencia o improcedencia de un período
probatorio en caso de haberse ofrecido éstas, el cual no será superior a veinte días,
comunes a las partes. Dicho plazo se entiende respecto, tanto del ofrecimiento como
del desahogo de las pruebas. Dictando sentencia en el plazo de tres días, una vez que
se ha concluido el período probatorio.
4.2.7.3.Vía previa al amparo constitucional.
Como podemos analizar, nos encontramos ante un procedimiento sumarísimo
(acelerado), que se realiza en gran medida con apego al procedimiento contenciosoadministrativo común, mas precedido por las reglas de rapidez procesal.
Tal como se ha indicado, dicho procedimiento de amparo judicial, será utilizado
únicamente en caso de violación a un derecho fundamental, con la posibilidad de
interponerse simultaneamente el recurso contencioso-administrativo ordinario, más
deberá entenderse que el procedimiento previo para la interposición del amparo
constitucional, será el desarrollado por la ley 62/78, en virtud de que es el que regula el
artículo 53.2 constitucional, por lo cual, los plazos para interponer el mismo deberán
ser contados a partir la resolución de éste procedimiento, y no del contenciosoadministrativo ordinario, por lo que en caso de esperar la resolución del procedimiento
indicado en último término, puede transcurrir el plazo para la interposición del amparo
constitucional, y por ende ser inadmitido por extemporáneo.
Dada la finalidad del procedimiento indicado, la demanda podrá ser inadmitida en
caso de que el órgano jurisdiccional estime que el acto no es presuntamente vulnerador
de derecho fundamental; en cuyo caso se remitirá el asunto al procedimiento
ordinario, encontrándose en posibilidad el actor de acudir en amparo ante el Tribunal
Constitucional. Al valorar la admisión de la demanda nos encontramos pues, ante "un
juicio sobre la adecuación del contenido material de la pretensión a la tipicidad del
cause procesal elegido, sin que quepa en tal momento entrar en valoraciones sobre las
razones de fondo que puedan asistir a una u otra parte."22 Por ello, el recurrente,
deberá invocar en la demanda el derecho fundamental que estima violado, a efecto de
que el órgano jurisdiccional esté en posibilidad de examinar en la fase de admisión, la
procedencia de la vía intentada.
22
ob.cit. García Morillo, Joaquín. La protección... pág. 122.
42
El afectado deberá realizar todos los razonamientos que influyan a la convicción de
la real violación de su derecho fundamental, sin ser suficiente la sola invocación de la
garantía individual que estima violada; sin que esto obste para que el tribunal, de
conformidad con el artículo 24 constitucional, y en virtud de la tutela judicial efectiva,
pueda derivar los razonamientos de violación al derecho fundamental invocado. El
particular debe, pues, permitir al tribunal identificar plenamente el derecho
fundamental violado.
4.2.7.4.Suspensión.
Como se ha expresado con anterioridad, la interposición del procedimiento regulado
por la Ley de Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales de la Persona,
otorga ventajas incuestionables respecto del procedimiento común (ventajas que se
entienden dada la importancia y delicadeza de los derecho que se protegen), como son
la sumariedad y la preferencia; más otra ventaja realmente considerable es la
posibilidad de suspensión del acto impugnado. En efecto, el procedimiento
contencioso-administrativo ordinario prevé la suspensión sólo en determinados casos,
no es así en el procedimiento seguido por la ley 62/78; en la cual se establece mediante
su artículo 7.2, la posibilidad de solicitarse la suspensión del acto reclamado, al
momento de interponer la demanda o en cualquier momento posterior; suspensión que
será otorgada por el órgano jurisdiccional siempre y cuando, su concesión no genere
perjuicios graves al interés general.
"Ahora bien, el mecanismo de suspensión y fundamentación, en la Ley 62/1978, ni
se acomoda a las previsiones de la Ley de Procedimiento Administrativo, ni a las de la
Ley para la Jurisdicción, es más, tampoco se identifica plenamente con lo dispuesto en
el art. 56 de la LOTC, por lo que el T.C. ha señalado las correspondientes notas
diferenciadoras, así en Auto 529/1983, de 8 de noviembre: <<estas normas sobre la
suspensión de los actos recurridos en amparo -se refiere al art. 56.1 LOTC- no
responde al mismo criterio que el adoptado en la ley 62/1978, de 26 de diciembre...(art.
7.4.) en la cual la suspensión del cumplimiento del acto impugnado es obligatoria,
salvo que se justifique la existencia o posibilidad de perjuicio grave para el interés
general>>."23
23
Montoro Puerto, Miguel.
Jurisdicción Constitucional
Constitucional. Tomo II. ed. Colex. págs. 79 y 80.
y
Proceso
43
Así pues, corresponderá a la autoridad (o a cualquiera de las partes, como el
ministerio Fiscal), justificar que la concesión de la suspensión producirá graves
perjuicios al interés general; ello no debe ser interpretado en forma estricta, puesto que
tal presupuesto puede ser analizado de oficio por el tribunal, quien al negar la
concesión de la suspensión, motivará su negativa.
4.2.7.5.Sentencia.
La sentencia dictada en este tipo de procedimientos, solo se ocupará de amparar al
agraviado por lo que hace a sus derechos fundamentales violados, no es un
procedimiento con el cual se pretenda examinar la legalidad de la actuación
administrativa, puesto que es precisamente la protección del derecho fundamental lo
que justifica este tipo de procedimientos, dotados de sumariedad y preferencia frente al
procedimiento ordinario.
Es pertinente aclarar que en caso de que se interpongan ya sea simultanea o
sucesivamente ambos procedimientos (el especial y el ordinario), cada uno se remitirá
a pronunciarse en la sentencia respecto de su ámbito respectivo; es decir, la sentencia
que recaiga en el procedimiento contencioso-administrativo común, no se pronunciará
respecto de violación de derecho fundamental alguno, si esta circunstancia fue
valorada ya mediante el procedimiento seguido conforme a la ley 62/78; la cual
generará efectos de cosa juzgada por lo que hace a los derechos fundamentales
analizados.
Contra la sentencia cabra recurso de casación ante el Tribunal Supremo, de
conformidad con la Ley de la Jurisdicción contencioso-administrativa, aplicando a
este, los aspectos de sumariedad y preferencia establecidos en el artículo 53.2 de la
Constitución española; recurso que deberá agotarse a efecto de considerar firme la
sentencia y no satisfactoria la reposición del derecho fundamental violado, quedando
libre entonces la vía del amparo constitucional.
4.3.El Recurso de Amparo Constitucional.
"Con todo, la característica más específica del recurso de amparo constitucional
deriva, precisamente, del órgano ante el que se residencia; a diferencia del amparo
judicial, que, como se vio, se insta de los órganos jurisdiccionales ordinarios, el
amparo constitucional se solicita, precisamente, del Tribunal Constitucional...Así pues,
44
el amparo constitucional, amén de constituir una garantía específica de los derechos
fundamentales, permite que el TC realice lo que se ha llamado una función
<<ejemplar>> o <<persuasiva>>, sentando los patrones de conducta que han de guiar
las actuaciones de los órganos judiciales. Por otra parte, el amparo constitucional
cumple aún una última función...es el supremo intérprete de la Constitución. Los
recursos de amparo constitucional que ante él se sustancian permiten, por tanto, que el
TC realice esa labor interpretativa y defina el alcance y significado exacto de los
preceptos constitucionales que consagran los derechos fundamentales, un alcance y
significado que, como se ha visto, deben informar la interpretación y aplicación que de
las leyes y los Reglamentos realicen los órganos jurisdiccionales ordinarios. De esta
forma, el amparo constitucional posibilita al TC la realización de una función
nomotética."24
Además, "el recurso de amparo constituye un proceso propiamente jurisdiccional,
aunque el órgano ante el que se tramita y decide no sea un tribunal integrante del Poder
Judicial...reune las notas que se estiman indispensables para calificar la función que
lleva a cabo el Tribunal Constitucional como función jurisdiccional; exclusividad,
independencia y sometimiento a la Ley, imparcialidad y efecto de cosa juzgada."25
Una de las principales notas distintorias del amparo constitucional, es su carácter
subsidiario. "Este, en efecto, solo tendrá viabilidad procesal cuando la jurisdicción
ordinaria, haya tenido previamente la oportunidad de restablecer el derecho
fundamental supuestamente vulnerado, con lo que de nuevo se trata de garantizar que
sean primordialmente los jueces y tribunales ordinarios de justicia los que dispensen la
tutela de los derechos fundamentales."26
4.3.1.Competencia.
Así pues, el recurso de amparo constitucional, a diferencia del amparo judicial, que
es competencia de los tribunales ordinarios, contra cualquier acto que vulnere los
24
García Morillo, Joaquín.
blanch. págs. 396 y 398.
25
Derecho Constitucional. vol. I. ed. Tirant lo
Castillo Rigobert, Fernando.
Universidad de Murcia. pág. 37.
26
La
admisión
del
recurso
de
amparo
Borrajo Iniesta, Ignacio.
Díez-Picazo Jiménez, Ignacio.
Fernández
Farreres, Germán. El Derecho a la tutela judicial y el recurso de amparo.
ed. Civitas. pág. 143.
45
derechos fundamentales, incluso por parte de los particulares, es competencia
exclusiva del Tribunal Constitucional (órgano que no forma parte del Poder Judicial,
siendo un Tribunal creado ad-hoc para la protección e interpretación constitucional)
quien conocerá del proceso de amparo contra actos que violen garantías individuales,
emanados exclusivamente de los poderes públicos (legislativo, ejecutivo o judicial), no
así de los particulares. Esto no quiere decir que las violaciones de derechos
fundamentales realizadas por los particulares, no puedan nunca acceder ante el
Tribunal Constitucional en busca de la protección otorgada por vía de amparo, puesto
que dado el carácter subsidiario del recurso de amparo constitucional, las violaciones
realizadas por particulares, deberán ser alegadas (como ya se ha expuesto), ante los
tribunales ordinarios, por lo cual, en caso de no obtener la restitución del derecho
fundamental vulnerado, se podrá acudir en amparo constitucional, mas no en contra del
acto particular, sino en contra de la actuación judicial, en virtud de que ésta no ha
protegido correctamente al agraviado en su garantía individual, contando con ello con
un acto de poder público que no ha protegido el derecho fundamental violado; es decir,
en caso de que se interponga un proceso por vulneración de derechos fundamentales, y
la resolución de la autoridad judicial no repare dicha situación, se podrá entender que
la misma al no reparar dicha violación, vulnera de forma directa e inmediata el derecho
fundamental.
En efecto, "aunque la Constitución no configure un proceso de amparo con doble
instancia, ordinaria y constitucional, ni obliga expresamente tanpoco a que se agote la
vía judicial previa, lo cierto es que la LOTC ha querido acentuar la naturaleza
subsidiaria del amparo constitucional, seguramente con el propósito de no sobrecargar
de trabajo al Tribunal Constitucional."27
4.3.2.¿Juicio o Recurso?
"Que el recurso de amparo es, no obstante su denominación, un verdadero proceso
y no un recurso parece bastante evidente. En efecto, un recurso implica un
replanteamiento de la cuestión litigiosa ante un órgano judicial superior del mismo
orden que aquel que pronunció la resolución recurrida, característica que no se da en el
instituto que ahora estamos analizando...Los redactores de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional fueron conscientes de esta deficiencia terminológica y
27
Prieto Sanchís, Luis.
Debate. pág. 224.
Estudios sobre Derechos Fundamentales.
ed.
46
utilizaron, en determinados preceptos de la misma, las expresiones <<proceso de
amparo constitucional>> (art. 47-1), <<proceso de amparo>> (art. 47-2, <<proceso
constitucional>> (art. 51-2) y <<juicio de amparo constitucional>> (art. 57)."28
4.3.3.Procedencia.
"La garantía de la Constitución a través del recurso de amparo, preserva los
derechos subjetivos, es decir los derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución, de los ataques de todos los niveles normativos inferiores a la
Constitución y también frente a hechos agresores, incluso sin apariencia normativa,
siempre que procedan de los poderes públicos."29
La procedencia del amparo constitucional, deberá entenderse exclusivamente como
vía de protección a los derechos fundamentales establecidos en la Constitución en los
artículos 14 a 29, así como 30.2; careciendo por ello, de protección jurisdiccional
constitucional, los restantes derechos reconocidos constitucionalmente que no se
encuentre expresamente integrados en los artículos antes citados.
"No cabe duda que el catálogo de derechos protegidos constituye una lista cerrada y
no suceptible de ampliación. Sin embargo, tampoco cabe excluir una interpretación
flexible que, en cierto modo, ha sido ya proporcionada por el Tribunal, pero que tal vez
pudiera llegar mas lejos".30
La vulneración del derecho fundamental protegido a través del recurso de amparo,
no deberá ser obligatoriamente actual; es decir, se puede recurrir en amparo, ante una
violación potencial de la garantía del gobernado, aún cuando dicha violación no se
haya consumado. La sentencia que conceda el amparo, deberá pues, restituir al
agraviado de su derecho fundamental, restableciendo las cosas al estado que se
encontraban antes de la violación, o en caso de un acto negativo, obligar al poder
público a que adopte las medidas necesarias a efecto de hacer posible el disfrute del
derecho; mas si la alegación se realizó contra un acto potencialmente vulnerador de un
28
ob.cit. Oliver Araujo, Joan.
El Recurso... pág. 43.
29
Peces-Barba, Gregorio. La Constitución Española de 1978.
Torres-editor, S.A. pág. 239.
30
ob.cit. Prieto Sanchís, Luis.
Estudios sobre... pág. 241.
ed. Fernando
47
derecho fundamental, la sentencia se enfocará a preservar el derecho que se pretendió
violar.
La ley Orgánica del Tribunal Constitucional establece cuatro
diferentes
modalidades de amparo constitucional, relacionadas directamente con la naturaleza de
la autoridad de la cual provenga la violación del derecho fundamental; así pues, deberá
interponerse el recurso de amparo conforme a lo establecido en el artículo 42,
tratándose de actos o decisiones sin valor de ley emanadas de las Cortes Generales, o
de las asambleas legislativas de las comunidades autónomas, así como de cualquiera de
los órganos de cualquiera de éstas (Cortes Generales o asambleas legislativas);
apegado al artículo 43, cuando se interponga el amparo contra disposiciones, actos
jurídicos o simples vías de hecho del Gobierno de la Nación o de sus autoridades o
funcionarios, o de los órganos ejecutivos colegiados de las comunidades autónomas o
de sus autoridades, funcionarios o agentes; apegado al artículo 44, respecto de actos u
omisiones judiciales que violen inmediata y directamente un derecho tutelable por esta
vía; estableciéndose de igual forma, preceptos especiales por lo que hace al derecho a
la objeción de conciencia reconocido en el artículo 30.2 de la Constitución española.
4.3.3.1.Amparo contra actos del Legislativo.
Respecto al amparo constitucional, contra actos de los órganos legislativos, es
importante notar que el mismo no es procedente contra decisiones o actos con valor de
ley; lo cual parece lógico desde el punto de vista que existen procedimientos
específicos para impugnar la constitucionalidad de las leyes, como la cuestión y el
recurso de inconstitucionalidad, los cuales son procedimientos jurisdiccionales que de
igual forma serán competencia del Tribunal Constitucional. En efecto, no es
procedente el recurso de amparo contra leyes, más en caso de existir alguna ley que
vulnere directamente un derecho fundamental, existe la posibilidad de que al
interponerse el recurso de amparo, se de la denominada "autocuestión de
inconstitucionalidad", la cual será planteada por la Sala respectiva al Plano del
Tribunal Constitucional. Esta medida, aparentemente protege al particular de las leyes
inconstitucionales que violen sus derechos fundamentales, en virtud de que al serles
aplicada la ley, podrán concurrir al amparo impugnando el acto de autoridad que aplica
dicha ley, con la posibilidad de que la Sala, no solo otorgue el amparo al particular
contra el acto de autoridad, anulándolo, sino que plantee la cuestión de
inconstitucionalidad al Pleno, a efecto de que este deje sin aplicación dicha ley,
declarándola nula con efectos erga-omnes. Mas esta solución no parece ser muy
48
satisfactoria encontrándonos frente a leyes autoaplicativas, es decir, aquellas que por su
sola entrada en vigor, vulneran derechos fundamentales, en virtud de que al realizar un
acto determinado, prohibido expresamente por la ley, aún cuando esta viole un derecho
fundamental, el particular será objeto de sanción por la autoridad. No queda más que
dos alternativas al particular, incurrir en violación de dicha ley, y acudir en amparo una
vez que sea sancionado por la autoridad, o abstenerse de realizar el acto prohibido por
la ley, aún cuando esto (como dijimos con anterioridad) sea violatorio de alguna
garantía del gobernado.
En efecto, sólo existe un tipo de actuación de los poderes públicos exento, en
principio, de control a través del recurso de amparo. Se trata de las normas con fuerza
de ley, que, como se indicó previamente, han de ser controladas a través de los
recursos y cuestiones de inconstitucionalidad. Ahora bien, nada impide que mediante
la impugnación de actos de aplicación de las normas con fuerza de ley se pueda llegar
a declarar la inconstitucionalidad de éstas; con ese fin...".31
Así pues, en este tipo de amparo constitucional, son pocos los actos que pueden
impugnarse, dado que son pocos los actos realizados por un órgano legislativo que
pueda causar violación de un derecho fundamental, sin ser este acto una norma
general. A modo de ejemplo, indicaremos que el amparo constitucional, podrá
proceder en contra de cualquier acto realizado por alguna Comisión de Investigación
del órgano legislativo, si esta dictara la comparecencia obligatoria del particular,
realizando su investigación sin apego a los derechos fundamentalmente protegidos por
la Constitución.
De igual forma, por lo que hace a los actos lesivos de derechos fundamentales del
Defensor del Pueblo, procederá el recurso de amparo conforme al artículo 42 de la ley
Orgánica del Tribunal Constitucional, en virtud de que dicho funcionario no forma
parte de la Administración Pública, ni del Poder Judicial; el Defensor del Pueblo es un
Alto Comisionado de las Cortes Generales, por lo cual debe entenderse que sus actos
son generados dentro de la esfera de las Cortes Generales, sin tener estos fuerza de ley.
Los actos emanados por los órganos legislativos, serán impugnables en vía de
amparo en un plazo de tres meses, contado a partir de, atendiendo a las normas internas
del órgano legislativo, sean firmes. En efecto, los actos indicados podrán ser
impugnados mediante amparo constitucional siempre y cuando tengan carácter
31
Pérez Tremps, Pablo.
Derecho Constitucional. Vol. II
Constitucional. ed. Tirant lo blanch. pág. 279 y 280.
El Tribunal
49
definitivo; ello de conformidad con el artículo 42 de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional, que establece que los actos indicados podrán ser recurridos "desde que,
con arreglo a las normas internas de las Cámaras o Asambleas, sean firmes"; lo cual
parece lógico desde el punto de vista que un acto legislativo que carezca de firmeza, en
la mayoría de casos será inexistente, puesto que tendrá todos sus efectos jurídicos una
vez que tenga precisamente la firmeza y definitividad requeridos por el ordenamiento
jurídico. Este tipo de actos, podrán ser recurribles directamente ante el Tribunal
Constitucional, sin necesidad alguna de agotar vía judicial
previa.32
4.3.3.2.Amparo contra actos administrativos.
Por lo que hace al amparo constitucional contra actos de las autoridades
administrativas, es necesario indicar que no obstante, el artículo 43.1 de la Ley
Orgánica del Tribunal Constitucional hace referencia al Gobierno, sus autoridades o
funcionarios u órganos ejecutivos colegiados de las comunidades autónomas, sus
funcionarios, autoridades o agentes; este precepto no debe entenderse de manera
restrictiva, dado que existen diversas autoridades administrativas de los diversos entes
territoriales como las provincias, municipios, etc, contra los cuales procede de igual
forma el amparo constitucional. Debemos ante ello, remitirnos al artículo 41 del
ordenamiento legal invocado, el cual establece que el amparo constitucional procede
contra violaciones realizadas por los poderes públicos del Estado, las comunidades
autónomas y demás entes públicos de carácter territorial, corporativo o institucional,
así como de sus funcionarios o agentes, ampliando con ello la procedencia del recurso
aludido a todas las autoridades ejecutivas o administrativas.
Los tipos de actuaciones que son recurribles en amparo (de conformidad con lo
establecido en el artículo 43 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional), son las
disposiciones, los actos jurídicos y las vías de hecho; las cuales (no debemos
olvidarlo), requieren del agotamiento del recurso de amparo judicial ante los órganos
de la jurisdicción ordinario, mediante el procedimiento legalmente establecido con las
características indicadas en el artículo 53.2 constitucional, sin que por ello podamos
considerar que el recurso de amparo constitucional tenga el carácter de segunda
32
cfr. Oliver Araujo, Joan. ob.cit. El Recurso de... pág. 174.
50
instancia, el amparo constitucional, como se ha indicado anteriormente es un
procedimiento constitucional autónomo.
Dentro de la de actuación administrativa, encontramos a los reglamentos, los cuales
tienen carácter general. Caso contrario deberá ser por lo que hace a los decretos leyes
y los decretos legislativos, los cuales no obstante emanar de la Administración Pública,
tienen fuerza de ley y por ello deberán ser controlados mediante los procedimientos
específicamente creados para ellas, tales como la cuestión y el recurso de
inconstitucionalidad.33
Los actos jurídicos emanados de la autoridad administrativa, de igual forma serán
motivo de recurso de amparo constitucional siempre que incurran en violación de
derecho fundamental alguno, y teniendo en consideración que los mismos deberán ser
efectuados por la Administración Pública cuando ésta actúe revestida con carácter de
imperium, dado que en caso contrario, se debe reputar a la Administración Pública,
como un ente particular, utilizando los recursos respectivos, no así el amparo,
exclusivo medio de defensa constitucional contra actos de poderes públicos.
Por lo que se refiere a las vías de hecho, de igual forma son impugnable a través de
amparo constitucional, entendiendo estas como los casos de inexistencia o
irregularidad sustancial del acto de cobertura y aquellos en que se produce una
irregularidad o exceso en la propia actividad de ejecución en sí misma considerada.34
Es de advertir que el artículo 43 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, se
refiera exclusivamente a la actuación de la Administración Pública, sin tomar en
consideración los actos omisivos; lo que conlleva a pensar que este tipo de actuaciones
no pueden ser impugnadas mediante recurso de amparo. Por ende, los actos negativos
de la Administración Pública, en principio, no serán objeto de tutela constitucional
mediante el recurso de amparo.35
Por lo que se refiere a los actos emanados del Consejo General del Poder Judicial, y
en virtud que dicho órgano es eminentemente administrativo, y no así jurisdiccional,
sus actos deberán impugnarse de conformidad con el artículo 43 del ordenamiento
legal en cita.
33
cfr. Oliver Araujo, Joan. ob.cit. El Recurso de... pág. 183.
34
Tomás-Ramón Fernández, citó Oliver Araujo, Joan. ob.cit. El Recurso
de... pág. 185.
35
cfr. Oliver Araujo Joan. ob.cit. El Recurso de... pág. 185.
51
El multicitado artículo 43, establece un plazo de veinte días para la interposición del
recurso de amparo constitucional, contados a partir del siguiente al en que quede
legalmente notificado el agraviado en su derecho fundamental, de la resolución que se
dicte en el proceso judicial previo, el cual se substanciará, ante los tribunales ordinarios
de conformidad con el artículo 53.2 constitucional, con las características de
preferencia y sumariedad anteriormente analizadas.
4.3.3.3.Amparo contra actos judiciales.
Dicho plazo de interposición del recurso de amparo constitucional, es de igual
forma de veinte días, de conformidad con el artículo 44.2 de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional, cuando nos encontremos ante la impugnación de un acto
lesivo de derechos fundamentales emanado de órganos jurisdiccionales, mismo que se
computará a partir del día siguiente al en que se notificó la resolución del proceso en el
cual se cometió la presunta violación, misma que deberá entenderse como la última en
la que se combatió la violación al derecho fundamental violado. Este tipo de amparo
constitucional (como se puede observar), se dirige en contra de actos emanados por los
tribunales ordinarios (incardinados dentro de la estructura el Poder Judicial), quienes
tienen la obligación de hacer respetar los derechos fundamentales, y por ello,
respetarlos de igual forma, estableciendo el artículo 44 de la Ley Orgánica indicada,
que el recurso de amparo será procedente contra las violaciones que tuvieren su origen
inmediato y directo en un acto u omisión de un órgano judicial.
Es preciso notar pues, que dichos actos violatorios de derechos fundamentales
pueden ser cometidos, no únicamente mediante sentencia, sino mediante cualquier tipo
de actuación judicial que lesione garantías individuales; encontrándonos ante un medio
de impugnación no solo de la actuación judicial vulneradora de derecho fundamental,
también nos encontramos ante la posible impugnación de la abstención a actuar, es
decir de la omisión por parte del órgano judicial respectivo que ocasione con dicha
actitud lesión al particular.
"El recursom de amparo se entiende como <<amparo especial>> ante el Tribunal
Constitucional; denegada la protección por los tribunales ordinarios, en única instancia,
en los que podríamos denominar <<amparo ordinario>>. En este sentido parece que
ha de interpretarse el art. 43.2 de la citada Ley Orgánica, que habla de <<previo
proceso judicial>>. Sin embargo, hay un supuesto de amparo en el que se exige haber
agotado toda la escala de recursos de la jurisdicción ordinaria antes de acudir a la
52
Justicia Constitucional; se trata del supuesto de amparo contra actos u omisiones de un
órgano jurisdiccional, previsto en el art. 44. La razón que justifica tal requisito, viene
determinada por la intención de evitar conflictos entre las dos instancias
jurisdiccionales."36
Así pues, a efecto de estar en posibilidad de interponer el recurso de amparo
constitucional contra un acto u omisión de algún órgano jurisdiccional, es necesario
(tal como lo establece el artículo 44 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional),
que se hayan agotado previamente todos los recursos utilizables dentro de la vía
judicial; lo cual es entendible dada la característica del recurso de amparo
constitucional como un recurso subsidiario. En efecto, el recurso de amparo
constitucional, debe ser empleado sólo cuando no se haya logrado conseguir la
reparación del derecho fundamental vulnerado, por lo cual, dicha violación debe ser
reclamable primeramente ante los órganos judiciales respectivos, empleando los
medios procesales existentes para ello, es decir, todos los recurso previstos en la ley a
efecto de subsanar el derecho violado. En efecto, al ser vulnerado una garantía
constitucional mediante un proceso judicial, el agraviado debe impugnar dicha
violación ante el órgano jurisdiccional, si esto procede, o ante su superior jerárquico al
momento de recurrir la resolución en la que sea vulnerado el derecho. Debemos pues
con ello, entender, que deberán agotarse los recursos pertinentes para restablecer el
derecho violado, sin ser necesaria la interposición de recursos que no se encuentren en
posibilidad de realizar tal función. Con ello, además, se da la opción al propio sistema
jurisdiccionales de restablecer los derechos que han violado.
Otro requisito exigido por la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional es que la
violación del derecho fundamental sea imputable de modo inmediato y directo al
órgano jurisdiccional, con independencia de los hechos que dieron lugar al proceso en
que aquéllas se produjeron, acerca de los que, en ningún caso, entrará a conocer el
Tribunal Constitucional. Con dicho requisito se establece además, la competencia del
Tribunal Constitucional para resolver respecto de la violación de un derecho
fundamental, y no así de la totalidad del proceso en el cual se produjo la violación, esta
no es su función, para ello se encuentran los propios órganos jurisdiccionalmente
superiores y los recursos procesales previstos en la ley; el Tribunal Constitucional tiene
una competencia determinada, en el presente caso es la protección de derechos
36
García Ruíz, José Luis.
El recurso de amparo en el derecho español.
ed. Editora Nacional. págs. 283 y 284.
53
fundamentales constitucionalmente violados por la autoridad judicial, no el resolver
respecto de las violaciones aducidas por el particular ente el propio órgano
jurisdiccional; no debe pues, haber intromisión en las competencias de estos distintos
órdenes. Por otra parte, dicho precepto permite distinguir, los hechos que produjeron
el proceso, los cuales en caso de ser conculcadores de los derechos fundamentales, se
podrán impugnar mediante la vía procedente, y los hechos ocasionados por el propio
órgano judicial, ante los cuales es aplicable el recurso e amparo constitucional ahora
analizado; es por ello que la ley hace referencia a que el acto o la omisión debe tener su
origen de modo directo e inmediato en el órgano jurisdiccional.
Finalmente,
el artículo 44 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, prevé en su inciso c) que
se haya invocado formalmente en el proceso el derecho constitucional vulnerado, tan
pronto como una vez conocida la violación, hubiere lugar para ello. Lo anterior viene
íntimamente relacionado con el agotamiento de los recursos útiles para restituir el
derecho vulnerado, dado que al agotar los mismos, se debe impugnar el acto u omisión
que haya producido el conculcamiento del derecho, a efecto de que el órgano
jurisdiccional revisor, se encuentre en posibilidad de restituir la garantía constitucional
vulnerada.
4.3.3.4.La Objeción de Conciencia.
El último tipo de recurso de amparo constitucional, es aquel que puede promoverse
contra la vulneración del derecho constitucionalmente reconocido a la objeción de
conciencia. Aquí nos encontramos ante un recurso que no será aplicable en virtud de
la autoridad que vulnere el derecho constitucional, sino por el contrario, dicho recurso
se define por el propio derecho al cual se reconoce la protección en la Carta
Fundamental, mediante el recurso amparo constitucional, el cual deberá proceder una
vez interpuesto el proceso judicial previo ante los órganos jurisdiccionales ordinarios.37
4.3.4.Legitimación.
La legitimación pasiva en el recurso de amparo (como habíamos indicado con
anterioridad), debe entenderse respecto de los poderes públicos, cualquiera que sea su
37
El derecho a la objeción de conciencia es aquel en el cual se declarará
exenta a una persona de prestar el servicio militar precisamente por
razones de conciencia (religiosas, éticas, filosóficas, etc.), siendo
sustituido dicho servicio militar por una prestación social.
54
ámbito o naturaleza.
Así pues, "dentro del concepto de <<poder público>> hay que
incluir, como afirma la sentencia 35/1983, de 11 de mayo del T.C., a <<todos aquellos
entes que ejercen un poder de imperio, derivado de la soberanía del Estado y
procedente, en consecuencia, a través de una mediación más o menos larga del propio
pueblo>>. Son portadores, pues, de los <<poderes públicos>>, el Poder Ejecutivo, el
Legislativo y el Judicial, entendiéndose comprendido dentro de aquellos, tanto los
poderes ejecutivos y legislativos del Estado Central, como de las Comunidades
Autónomas."38
Ahora bien, la legitimación activa pertenecerá a cualquier persona (ya sea jurídica o
física), que invoque un interés legítimo, así como al Defensor del Pueblo y al
Ministerio Fiscal, ello de conformidad al artículo 161 fracción primera, inciso b). Así
pues, podemos entender, dos tipos de legitimación activa en el recurso de amparo, la
legitimación activa particular (perteneciente a las personas físicas o jurídicas) y la
legitimación activa pública (atribuida al Defensor del Pueblo y al Ministerio Fiscal).
Además, por lo que respecta al Ministerio Fiscal (de conformidad con el artículo 47
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional), el mismo será parte en todos los
procesos de amparo, en defensa de la legalidad, de los derechos ciudadanos y del
interés público tutelado por la ley. No obstante, entenderemos dicha función con
exclusión; es decir, el Ministerio Fiscal, no podrá intervenir de dos formas diversas en
el mismo asunto, o actúa como parte en defensa de la legalidad, o con la legitimación
activa que a su vez le otorga la ley.
La legitimación activa particular, se entenderá en favor de toda persona que resulte
directamente afectada, sin que se requiera que dicha afectación, sea violación directa
de un derecho fundamental, basta con que se obstaculice o menoscabe, el disfrute del
mismo.
Así pues, "si se interpone el recurso en demanda de tutela de un derecho o libertad
no amparados, el Tribunal Constitucional declarará inadmisible la pretensión. Si el
derecho está amparado, pero quien solicita la protección no es su titular, bien porque
manifiestamente no puede ser titular del derecho de que se trate, bien porque pide la
tutela de un derecho cuya titularidad corresponde a otra persona, carecerá de
legitimación, salvo en el supuesto de que sea titular de un interés legítimo lesionado
38
Cascajo Castro, José L. y Gimeno Sendra, Vicente.
Amparo. ed Tecnos. págs. 113 y 114.
El Recurso de
55
que, conforme al art. 162.1 b) de la Constitución le faculta para pedir en juicio la tutela
de un derecho o libertad de los que no es titular."39
Considero importante señalar que en aquellos casos en que a efecto de tener
expedita la vía del recurso de amparo, se hayan agotado las vías judiciales previas a
través del amparo judicial, no será preciso que el afectado haya sido parte en el proceso
previo; bastará con que la resolución dictada le haya causado perjuicio en alguno de
sus derechos, para poder acudir al Tribunal Constitucional a impugnar dicha violación.
Ahora bien, "las características de la jurisdicción constitucional y la trascedencia
objetiva de la materia objeto del mismo, imponen ciertas correcciones a la naturaleza
subjetiva del recurso de amparo; desde la legitimación del Defensor del Pueblo y el
Ministerio Fiscal para interponerlo (art. 162.1 b) de la Constitución y art. 46 de la
LOTC) -lo que permite tramitar un recurso sin la comparecencia del agraviado, como
se deduce del art. 46.2 de la LOTC- hasta las potestades del Tribunal,...para decidir de
oficio sobre determinadas incidencias (suspnsión, práctica de pruebas, diligencias para
mejor proveer) e incluso para mantener el proceso hasta su tramitación normal por
sentencia en casos de desistimiento del recurrente."40
4.3.5.Partes.
No obstante, el Defensor del Pueblo se encuentre legitimado para interponer el
recurso de amparo constitucional, debemos entender que en caso de abstenerse de
ejercer la acción, éste no será parte en el proceso respectivo, por ello, serán partes
exclusivamente el afectado en sus derechos fundamentales, el Ministerio Fiscal y los
terceros interesados en el procedimiento del cual emanó el acto que se combate.
4.3.6.Competencia.
El artículo 48 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional establece que el
órgano jurisdiccional competente para conocer del recurso de amparo constitucional
será el Tribunal Constitucional, específicamente las Salas del mismo; no obstante, a
39
Cordón Moreno, Faustino.
Ley, S.A. pág. 116.
40
Sánchez Morón, Miguel.
Estudios Constitucionales.
El proceso de amparo constitucional. ed. La
El Recurso de Amparo Constitucional.
págs. 53 y 54.
Centro de
56
propuesta del Presidente de dicho Tribunal, o de tres magistrados del mismo, el Pleno
podrá recabar para sí, el conocimiento de los recursos de amparo que estime
convenientes (artículo 10, inciso k). Ahora bien, las Salas del Tribunal Constitucional
se dividen en Secciones, las cuales conocerán de los despachos ordinarios, así como de
la admisibilidad o inadmisibilidad del recurso de amparo, en cuyo caso, al igual que en
la resolución de amparo, la Sala puede recabar para sí (dada la importancia del asunto),
el conocimiento de dichos asuntos.
4.3.7.Procedimiento.
4.3.7.1.Demanda.
"El proceso de amparo se inicia mediante demanda dirigida al Tribunal
Constitucional. Dicho escrito, de acuerdo con el artículo 49/1 de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional, deberá cumplir los siguientes requisitos: 1o) exponer con
claridad y concisión los hechos que fundamenten el recurso, y especialmente el acto u
omisión del poder público del que se deriva el presunto agravio; 2o) citar los preceptos
constitucionales que se estimen infringidos; y 3o) fijar con precisión el amparo que se
solicita ara preservar o restablecer el derecho o libertad que se considera vulnerado...El
temprano Auto de 13 de octubre de 1980 precisó que el requisito de la 'claridad',
exigido en relación con la demanda, debe entenderse referido 'no solo a la exposición
conceptual, sino también y de modo previo a la exposición material, pues de poco
serviría aquella si faltase ésta' (auto 44/80). Ello no obstante, es conveniente constatar,
en relación con estos requisitos, que el Tribunal Constitucional se ha mostrado
reiteradamente partidario de desechar 'tratamientos formales rigurosos'. Así, la
Sentencia de 30 de enero de 1981 afirmó que las condiciones que impone el art. 49/1
han de entenderse cumplidas 'cuando de la redacción del escrito es posible deducir
cuáles son los hechos y los fundamentos de derecho en que se funda la demanda de
amparo, sin que sea obstáculo el que aparezcan eventualmente unidos en los
razonamientos del recurrente' (sentencia 2/1981). Posteriormente, la Sentencia de 11
de junio de 1981 fue todavía mucho más lejos, declarando admisible una demanda
cuando la misma proporcione 'los datos indispensables para comprender lo que se
pretende'. Su razonamiento, al rechazar planteamientos restrictivos y abogar por la
búsqueda efectiva de la justicia real, es un paradigma de buen sentido jurídico..."41
41
ob.cit. Oliver Araujo, Joan.
El Recurso de... pág. 320.
57
Como podemos observar, el Tribunal Constitucional uso formulas no rigoristas,
sumamente extensas, posibilitando así, la administración de justicia constitucional sin
excesivos requisitos.
A efecto de presentar una demanda de amparo, ante el Tribunal Constitucional, será
necesario que la misma se encuentre firmada por procurador y abogado (salvo que el
actor cuente con título de Licenciado en Derecho).
"Lo que no es posible en el proceso de amparo es la ampliación de la demanda, ya
que la `LOTC no prevé ningún trámite o momento procesal en el que pueda ampliarse
el contenido de la demanda´ (STC 74/1985)."42
La demanda de amparo (de acuerdo a lo establecido en el artículo 49 del
ordenamiento legal invocado), deberá acompañar los siguientes documentos: "a) El
documento que acredite la representación del solicitante del amparo. b) En su caso, la
copia, traslado o certificación de la resolución recaída en el procedimiento judicial o
administrativo...cuantas copias literales de la misma y de los documentos presentados
como partes en el previo proceso, si los hubiere, y una más para el Ministerio Fiscal."
4.3.7.2.Admisión de la demanda.
Interpuesta la demanda de amparo, el Tribunal entrará al estudio de la misma,
admitiéndola directamente a trámite, o abriendo un incidente en el que se plantee la
cuestión de admisibilidad de la demanda (ello cuando el Tribunal entiende que existen
razones bastantes para suponer que la demanda pudiera ser admitida, pues en caso
contrario, podrá inadmitir directamente); en dicho incidente se dará oportunidad a las
partes (incluido el Ministerio Fiscal) por un plazo no mayor de diez días, a efecto de
que manifiesten lo que a su derecho convenga; posteriormente la Sección del Tribunal
acordará motivadamente lo que en derecho corresponda respecto de la admisibilidad o
inadmisibilidad, sin que exista la posibilidad de recurrir dicho acuerdo.
La demanda de amparo podrá ser inadmitida, cuando concurran determinadas
circunstancias; únicamente a modo de señalar algunas causas de inadmisión
indicaremos que la demanda de amparo será inadmisible cuando sea presentada en
forma extemporánea, lo cual debe entenderse lógico, puesto que los derechos
42
Generoso Hermoso, Flor; Muñóz Fernández, Antonio;
Casal Fernández,
María Luisa y Botella García-Lastra, Rafael.
Práctica del Recurso de
Amparo Constitucional. ed. Edigener, S.L. pág. 96.
58
precluyen, y las normas concretas (sentencias) deben adquirir firmeza, en pro de la
seguridad jurídica, la cual se obtiene con el paso del tiempo, en caso de no haberse
utilizado las vías de impugnación adecuadas. En caso de que la demanda sea
defectuosa por carecer de los requisitos legales (como pudiera ser la firma de abogado
y procurador), o no ir acompañada de los documentos exigidos por la ley, se dará
opción al actor a efecto de que subsane dichas omisiones en un término de diez días, en
caso contrario se dictará auto de inadmisión; cuando existiendo el requisito de agotar la
vía judicial previa, esta no se haya agotado; que la demanda de amparo se dirija a
efecto de restituir un derecho no tutelado por ésta vía (como se indicó, serán tutelables
los derechos consagrados en los artículos 14 a 29 y 30.2 constitucionales); que la
demanda de amparo carezca manifiestamente de contenido que justifique una decisión
en forma de sentencia por parte del Tribunal Constitucional, dejando con ello, una
amplia facultad al Tribunal Constitucional para analizar la admisión de la demanda,
que si bien es cierto puede atraer el riesgo de no tutelar correctamente a los agraviados,
usado correctamente, el Tribunal tiene un amplio margen para inadmitir recursos que n
el fondo serían desestimados, aligerando considerablemente su carga de trabajo; no
obstante, dicha carencia de contenido debe ser manifiesta, por lo que al inadmitir el
Tribunal motivará de forma suficiente su acuerdo; finalmente, el Tribunal podrá
desechar la demanda, cuando se hayan desestimado en el fondo anteriores recursos de
amparo, o una cuestión o recurso de inconstitucionalidad sustancialmente iguales, ello
en virtud de que ya se ha resuelto en el fondo, y el Tribunal se ha pronunciado respecto
de dichos asuntos, siendo importante indicar que el Tribunal no se encuentra impedido
para cambiar de criterio, por lo cual, en algunos casos, pudiera ser admitido dicho
recurso y resolverse en forma diferente al entrar al estudio del fondo del mismo, no
obstante, al separarse de su anterior criterio, lo tendrá que hacer mediante el propio
Pleno.
4.3.7.3.Emplazamiento y desarrollo del procedimiento.
Admitida la demanda, el Tribunal Constitucional, solicitará de la autoridad
demandada, en un plazo no superior a diez días, las actuaciones o testimonios dentro
de las cuales se ocasionó el acto reclamado; recabándo de igual forma, la
documentación que considere pertinente de cualquier poder público.
La autoridad deberá pues, acusar recibo del requerimiento formulado, remitir la
documentación solicitada, y emplazar a las partes del procedimiento del cual emanó la
59
supuesta violación, a efecto de que comparezcan en el proceso de amparo en un plazo
no mayor a diez días.
Recibidas las actuaciones y transcurrido el tiempo de emplazamiento, la Sala del
Tribunal dará vista de las mismas a las partes en el proceso constitucional, en un plazo
común de veinte días, presentándose durante el mismo las alegaciones que se estimen
pertinentes, siendo facultativo de la Sala el realizar la celebración de la vista oral, en la
cual las alegaciones se formularán verbalmente. Transcurrido el plazo de alegaciones
o celebrada la vista oral, el Tribunal dictará sentencia definitiva en un plazo no
superior a diez días.
Durante el período de alegaciones, el Tribunal de oficio o a instancia de partes,
podrá abrir un período probatorio, recibiendo y desahogando durante el mismo las
pruebas que considere oportunas, las cuales podrá, inclusive, desahogar mediante otro
órgano jurisdiccional, quienes se encuentran obligados a auxiliar con carácter
preferente y urgente al Tribunal Constitucional. En dicha etapa del procedimiento, se
deja amplias facultades al Tribunal Constitucional, dada su escasa regulación.
En efecto, "como indica la STC de 15 de julio de 1988, pueden las partes solicitar la
apertura del proceso a prueba, pero el juicio de la necesidad y pertinencia de la prueba
corresponde al T.C. quien puede, por tales causas, rechazarla, como ocurrió en el caso
que motivó dicha sentencia. Esta actitud superrestrictiva del Tribunal no es obra del
capricho o arbitrariedad, sino que se manifiesta conforme con la naturaleza del recurso
de amparo."43
4.3.8.Suspensión.
"Con notorias influencias del sistema tutelar mexicano y e nuestra (sic) legislación
republicana, el primer apartado del artículo 56 de la vigente Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional señala que la Sala que esté conociendo de un recurso de amparo
suspenderá de oficio o a instancia del demandante, la ejecución del acto de los poderes
públicos por razón del cual se solicite el amparo constitucional, `cuando la ejecución
hubiere de ocacionar un perjuicio que haría perder al amparo su finalidad´. No
obstante, continúa diciendo este precepto, podrá denegar la suspensión cuando de la
misma pueda seguirse `perturbación grave de los intereses generales, o de los derechos
43
Gimeno Sendra, Vicente y Garberí Llobregat.
ed. Colex. pág. 225.
Los procesos de amparo.
60
fundamentales o libertades públicas de un tercero´. Veamos, pues, que, cuando se dé
la condición que establece este precepto (que la ejecución ocasione un perjuicio que
haga perder al amparo su finalidad), la suspensión de la ejecución será la regla general,
que sólo podrá desvirtuarse a causa de alguna de las dos excepciones que, de forma
taxativa, reconoce esta misma norma."44
En efecto, "la ejecutividad del acto firme de los poderes públicos frente al que se
impetra amparo puede quedar suspendida en virtud de decisión de la Sala excepcionalmente del Pleno- del TC que conozca del recurso. La medida suspensiva,
aunque puede ser adoptada de oficio, normalmente lo será a instancia del recurrente,
que podrá solicitarla en cualquier momento antes de que el recurso de amparo se haya
decidido...De otra parte, si la Sala lo creyese necesario, se solicitará informe de las
autoridades responsables de la ejecución del acto. Esta posibilidad apenas presenta
virtualidad, pues normalmente esos informes de las autoridades responsables de la
ejecución del acto tienen ya cauce abierto para ponerse de manifiesto a través de las
alegaciones que las propias autoridades, o la Administración a la que pertenezcan, en
su condición de partes del proceso de amparo pueden formular al dárseles la pertinente
audiencia. Y desde otra perspectiva, no parece que la previsión que se comenta de
cobertura a la intervención del órgano judicial que hubiere dictado la resolución objeto
del amparo, o que hubiere conocido del acto objeto del amparo, evacuando a estos
efectos ese informe como autoridad responsable de su ejecución. Todo ello explica, en
fin, que en la práctica del Tribunal, esta facultad que se le otorga no haya tenido apenas
ninguna relevancia, prescindiendo de su uso para la preparación de la resolución de los
incidentes de suspensión."45
Es importante indicar que la redacción del artículo 56 del ordenamiento legal
invocado, emplea el término "podrá", de lo cual se puede desprender que dicha
denegación de la suspensión, es potestativa para el Tribunal. No obstante lo anterior,
considero que el Tribunal, usando prudentemente su arbitrio, denegará en todo caso la
suspensión, siempre que concurran alguna de estas circunstancias, principalmente, la
consistente en "perturbación grave de los intereses generales", dado el principio del
beneficio de los más por los menos.
44
ob.cit. Oliver Araujo, Joan.
45
El recurso de... pág. 359.
Fernández Farreres, Germán.
El recurso de amparo según
jurisprudencia constitucional. ed. Marcial Pons. págs. 335 y 337.
la
61
Respecto de la suspensión de resoluciones judiciales, el Tribunal Constitucional, ha
indicado que las mismas revisten un interés general por cuanto a la acción de la
justicia, por lo cual no procede la suspensión de las mismas, salvo poderosas razones
en contrario.46
La suspensión podrá solicitarse a petición de parte en cualquier tiempo, hasta antes
de pronunciarse sentencia; de igual forma podrá concederse de oficio por el Tribunal.
Al solicitarse la suspensión, el Tribunal perceptivamente dará audiencia a las partes y
al Ministerio Fiscal por un plazo común de tres días, a efecto de que manifiesten lo que
a su derecho convenga, acompañando las pruebas que consideren pertinentes; el
Tribunal Constitucional se encuentra facultado para a solicitar los informes que
considere necesarios a las autoridades responsables a efecto de mejor resolver.
Dicha concesión o denegación será emitida por la Sala respectiva, la cual estará
facultada para solicitar fianza en caso de concederla, a efecto de restituir los daños
causados por su concesión en caso de denegarse el amparo. Contra dicha resolución
procederá recurso de súplica, el cual no tiene efectos suspensivos.
La resolución que otorgue o niegue la suspensión, podrá ser modificada de oficio o
a instancia de parte, en caso de hecho superveniente; es decir, cuando aparecieren
nuevos hechos que hasta el momento de dictar resolución eran desconocidos.
4.3.9.La acumulación.
El proceso de amparo constitucional prevé la posibilidad de acumulación; es decir,
que se reúnan en un expediente, varios procesos que tengan objetos conexos (cuando
los elementos informantes de las pretensiones, tanto en su fundamento, como en su
objeto, como en la calidad de las partes, sean esencialmente coincidentes); ello, a
efecto de estar en posibilidad de tramitarlos conjuntamente, resolviendo en un solo
acto dichos procesos. En este caso, el Tribunal podrá decretar la acumulación, de
oficio o a instancia de parte, previa audiencia de las partes en el proceso, misma que se
celebrará en un plazo que no excederá de diez días, a efecto de que manifiesten lo que
a su derecho convenga. Dicha acumulación podrá tener lugar en cualquier tiempo,
hasta antes de dictarse sentencia.
46
cfr. Oliver Araujo, Joan. ob.cit. El Recurso de... pág. 362.
62
4.3.10.Conocimiento de motivos no alegados.
"En cualquier tiempo anterior a la decisión, el Tribunal podrá comunicar a los
personados en el proceso de amparo 'la eventual existencia de otros motivos distintos a
los alegados, con relevancia para acordar lo procedente sobre la...estimación o
desestimación de la pretensión constitucional' (art. 84 LOTC). En este caso se les
deberá dar audiencia por plazo común no superior a diez días, suspendiéndose entre
tanto el término para dictar la oportuna resolución."47 Ello permite al Tribunal fundar
el fallo en motivos distintos a los aducidos por las partes, en defensa de los derechos
fundamentales, dado el interés público; no obstante, es preciso, dar oportunidad a las
partes a que manifiesten lo que a su derecho convenga, en virtud de que puedan
defender sus posturas respecto de la apreciación realizada por el Tribunal
Constitucional, garantizando el principio de contradicción.
4.3.11.La Sentencia.
La sentencia que resuelva en cuanto al fondo del asunto, se dictará otorgando o
denegando el amparo solicitado.
Las sentencias que otorguen el amparo podrán declarar, la nulidad del acto
reclamado; reconocer el derecho o libertad fundamental de conformidad con su
contenido constitucionalmente declarado (ello como máximo interprete de la
Constitución); restableciendo al actor en el derecho fundamental violado, en su caso,
adoptando las medidas propias para su conservación.
Las sentencias que denieguen el amparo, se limitarán a desestimar la pretensión
formulada por el actor, declarando apegado a la Constitución el acto impugnado.
De igual forma, nos podremos encontraremos ante una sentencia que declare
desestimado el recurso de amparo, en virtud de encontrar una causa de inadmisión que
no fue declarada al iniciarse el proceso, ya sea porque haya sido sobrevenida, o porque
fue detectada ya iniciado el mismo, absteniéndose de realizar declaraciones sobre el
fondo del asunto; o ante sentencia que declare terminado el proceso de amparo por
satisfacción extraprocesal de la pretensión.
47
ob.cit. Oliver Araujo, Joan. El Recurso de... pág. 341.
63
Respecto de dichas resoluciones, considero necesario indicar que las mismas no
entrarán a conocer el fondo, solo a desestimar la pretensión, puesto que no fue posible
entrar al estudio completo de las misma.
La sentencia dictada por el Tribunal Constitucional, podrá condenar en costas
cuando apreciare temeridad o mala fe; encontrándose facultado incluso para imponer
sanción pecuniaria.
En las sentencias, se agregará el voto particular en contra, en caso de que existiese,
lo que no presenta mayores problemas de interpretación o explicación; dicho voto,
plantea la discrepancia de criterio de algún magistrado del Tribunal Constitucional
respecto de la decisión tomada por el mismo Tribunal.
4.3.12.Recursos.
Contra las sentencia de amparo constitucional, no existe posibilidad de recurso
alguno (no olvidemos que nos encontramos ante el máximo interprete constitucional);
no obstante, las partes, en el término de dos días, podrán solicitar la aclaración de la
sentencia; es decir, solicitarán la explicación, por parte del Tribunal Constitucional, de
algún precepto o consideración de difícil entendimiento, ante lo cual el Tribunal
procederá a definir con mayor claridad la misma, esclareciendo la duda del solicitante.
De igual forma, será procedente (de conformidad con el artículo 93.2 de la Ley
Orgánica del Tribunal Constitucional) el recurso de súplica, contra los autos y
providencias, de Tribunal Constitucional, el cual se interpondrá en un plazo de tres
días, resolviéndose al respecto, previa audiencia de las partes.
4.3.13.Ejecución de la sentencia.
Las sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional tienen carácter vinculante,
obligando a todos los poderes públicos, sin excepción. La ejecución de las mismas,
puede ser supervisada por el propio Tribunal o en su caso, puede delegar dicha función
en diverso órgano, estando con ello en posibilidad, de conformidad con el artículo 92
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, de disponer quien ha de ejecutar la
sentencia y, en su caso, resolver las incidencias de la ejecución. El órgano encargado
de ejecutar o hacer ejecutar la sentencia, podrá hacer uso de las medidas necesarias
para su cumplimiento, acarreando incluso responsabilidad penal a quien incumpla, por
delito de desobediencia.
64
5. EL JUICIO DE AMPARO MEXICANO.
"Originariamente, las instituciones que preceden en la historia al juicio de amparo,
tenían como objetivo principal, esencial y distintivo, la protección o tutela de ciertas
prerrogativas o derechos que los gobernados exigieron al gobernante, como fácilmente
se puede observar en el somero estudio del habeas corpus inglés y de los recursos para
preservar los derechos forales de los súbditos en el Derecho español, verbigracia, que
son antecedentes históricos nítidos de nuestro medio de control...Ahora bien, en
nuestro régimen, dicha finalidad del juicio de amparo se ha ampliado palpablemente,
ampliación que no es producto de una indebida práctica judicial ni de su torcido
ejercicio, sino operada por preceptos constitucionales expresos."48
5.1.La evolución del amparo.
En efecto, el juicio de amparo constitucional, ha cambiado desde su origen
considerablemente, mas ello corresponde a una evolución; evolución que atiende a las
diversas circunstancias históricas, sociales, jurídicas y culturales que han envuelto a la
nación mexicana; considerando la misma como un perfeccionamiento de su finalidad
genérica esencial, superando su primario objetivo de protección. No consideró que se
deba enfocar el cambio del juicio de amparo mexicano de otra forma que no sea la
anteriormente indicada; así pues, no se justifican las acerbas críticas que, por dicha
evolución han entendido una desnaturalización del mismo hasta el grado de llamarlo
"institución degenerada".49 El juicio de amparo mexicano, continúa cumpliendo su
función primordial, más empleando con mayor fuerza y amplitud su utilidad para la
protección del orden constitucional, del Estado de Derecho.
Tal como se podrá desprender a lo largo del presente trabajo, el juicio de amparo es
un proceso jurisdiccional que preserva las garantías constitucionales del gobernado
contra cualquier acto de autoridad que las vulnere; garantiza el sistema de
competencias entre la Federación y los estados; y en resumen, protege toda la
Constitución, así como la legislación secundaria (en virtud de la garantía de legalidad)
en función del interés jurídico particular del gobernado. "En estas condiciones, el
48
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
49
El Juicio de... págs. 145 y 149.
En el mismo sentido opinan reconocidos jurisconsultos como Ignacio
Burgoa.
65
amparo es un medio jurídico de tutela directa de la Constitución y de tutela indirecta de
la ley secundaria, preservando, bajo este último aspecto y de manera extraordinaria y
definitiva, todo el derecho positivo."50
De esta forma, el amparo es un procedimiento jurisdiccional, ocasionado por la
contienda entre un particular que considera violado un derecho fundamental y el acto
de autoridad que considera causante de la violación que alega.
Ahora bien, el juicio de amparo (no obstante se pueda analizar desde diversos
aspectos y en función de diferentes ámbitos de protección), es un proceso unitario, que
puede ser desarrollado a través de dos tipos de procedimientos, que son el juicio de
amparo indirecto o bi-instancial, y el juicio de amparo directo o uni-instancial. Tal
como afirma el maestro Burgoa Orihuela, su unidad descansa en que procede contra
cualquier acto de autoridad (lato sensu) que agravie al gobernado, y en que protege a
toda la Constitución e indirectamente a la legislación secundaria, mediante la
invalidación o inefectividad concreta del acto reclamado (leyes, reglamentos, actos
administrativos, y, actos judiciales y jurisdiccionales en todas las materias).
5.2.Naturaleza y definición.
Actualmente el juicio de amparo rebasa la idea de un simple control jurídico,
independientemente de que en la realidad nunca lo ha sido, pues asume naturaleza
jurisdiccional, en cuanto a la reclamación del quejoso es algo mas que una simple
queja, por el contrario, constitiuye una demanda verdadera demanda, de acuerdo con
los art. 116 y 166 de la Ley de la materia, que plantea una controversia...y en la cual
figuran como contra partes las autoridades responsables, cuyos `informes justificados´
hacen las veces...de contestación de dicha demanda y por último, la sentencia que se
pronuncie, con excepción de la de sobreseimiento, adquiere autoridad de cosa
juzgada."51
A efecto de establecer una definición del juicio de amparo mexicano, indicaremos
que: "El amparo es un juicio o proceso que se inicia por la acción que ejercita
50
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
51
El Juicio de... pág. 173.
Fix-Zamudio, Héctor.
Imagen y obra escogida.
Autónoma de México. págs. 36 y 37.
Universidad Nacional
66
cualquier gobernado ante los órganos jurisdiccionales federales contra todo acto de
autoridad (lato sensu) que le causa un agravio en su esfera jurídica y que considere
contrario a la Constitución, teniendo por objeto invalidar dicho acto o despojarlo de su
eficacia por su inconstitucionalidad o ilegalidad en el caso concreto que lo origine."52
Tal como se puede desprender de la siguiente definición, el juicio de amparo es
meramente jurisdiccional, se desenvuelve mediante un procedimiento específico de
carácter contencioso (quejoso-autoridad responsable), mediante el cual se intenta
resolver el litigio en cuestión, a efecto de determinar si un acto originado por la
autoridad responsable del mismo (tanto las ordenadoras como las ejecutoras), es o no
violatorio de la Constitución General de la República.
Dicho juicio será substanciado y resuelto por los órganos jurisdiccionales del Poder
Judicial de la Federación (no obstante en algunos casos puede ser resuelto por el
superior del tribunal que incurrió en el acto reclamado, como órgano sustituto de la
justicia de amparo).
5.3.Legitimación.
La solicitud de amparo únicamente puede ser realizada por el gobernado que se vió
afectado en el uso o disfrute de sus derechos por el acto de autoridad que impugna
como violatorio de la Constitución Federal (aún cuando como veremos con
posterioridad, la demanda de amparo puede ser interpuesta por persona distinta que el
directamente afectado, pero solicitando la protección en favor de esta).
Es conveniente hacer la aclaración que el artículo 103 constitucional, establece la
procedencia del juicio de amparo en los siguientes casos: "I. Por leyes o actos de la
autoridad que violen las garantías individuales; II, Por leyes o actos de la autoridad
federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o la esfera de competencia
del Distrito Federal, y III. Por leyes o actos de las autoridades de los Estados o del
Distrito Federal que invadan la esfera de competencia de las autoridades federales."
Si bien dicho precepto, en sus fracciones I y II, nos pueden hacer pensar que en el
juicio de amparo podrán encontrarse legitimados las autoridades federales o locales,
debe decirse que no es así, el precepto constitucional legítima de igual forma, única y
exclusivamente (salvo por lo que se refiere a las personas morales oficiales que
52
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de... pág. 177.
67
analizaremos más adelante), a los particulares, los cuales podrán interponer el juicio de
amparo cuando dicha invasión competencial de esferas vulnere sus derechos
fundamentales, no en ningún otro supuesto.
Por lo que hace a los menores de edad o incapaces, necesitarán de sus
representantes legales a efecto de solicitar el amparo ante el órgano jurisdiccional
respectivo; no obstante es importante indicar que el artículo 6 de la Ley de Amparo,
establece una disposición especial de legitimación por lo que hace a los menores de
edad, al indicar: "El menor de edad podrá pedir amparo sin la intervención de su
legítimo representante cuando éste se halle ausente o impedido; pero en tal caso, el
juez, sin perjuicio de dictar las providencias que sean urgentes, le nombrará un
representante especial para que intervenga en el juicio. Si el menor hubiere cumplido
ya catorce años, podrá hacer la designación de representante en el escrito de demanda."
Finalmente, indicaremos, que si bien es cierto que el juicio de amparo tiene amplia
legitimación procesal, no hay que olvidar que (al igual que en España), existen
determinadas garantías individuales son exclusivas para los nacionales mexicanos, por
lo cual, no podrán ser ámbito de protección por el juicio de garantías respecto de los
extranjeros.
La legitimación en el juicio deberá entenderse respecto del agraviado en forma
personal y directa, más dicha acción podrá ser empleada por el propio afectado, o por
diversas personas en nombre de éste, en los casos específicamente establecidos en la
ley; así pues, en materia penal, el amparo podrá ser interpuesto por el agraviado o por
su representante o defensor; de igual forma, tratándose de los actos prohibitivos por el
artículo 22 constitucional, o de actos de destierro o deportación, de actos que importen
peligro de privación de la vida o ataques a la libertad personal fuera de procedimiento
judicial, el amparo podrá solicitarse (en caso de que el agraviado se encuentre
imposibilitado para hacerlo) por cualquier persona en su nombre, aunque sea menor de
edad.
5.4.Término para la interposición de la demanda.
El término para interponer la demanda de amparo, de conformidad con los artículos
21 y 22 de la Ley de amparo, será de 15 días tratándose de actos de autoridad; 30 días
tratándose de leyes autoaplicativas; 30 días tratándose de actos en materia agraria que
causen perjuicio a los derechos individuales de ejidatarios o comuneros sin afectar los
derechos y el régimen jurídico del núcleo poblacional al que pertenezcan; 90 días
68
tratándose de resoluciones definitivas en las que no se haya citado al quejoso para
audiencia, si este radica fuera del lugar del juicio, pero en el interior del país; 180 días
tratándose de audiencias definitivas en las que no se haya citado a audiencia al quejoso,
si éste radica fuera de la República; no existe plazo, tratándose de actos en materia
agraria que tengan o puedan tener efectos de privar total o parcialmente, en forma
temporal o definitiva, de la propiedad, posesión o disfrute de sus derechos agrarios a
un núcleo de población sujeto al régimen ejidal o comunal; así tampoco existe término
para interponer la demanda de amparo, tratándose de actos previstos por el artículo 22
constitucional, la incorporación forzosa al servicio del Ejército o Armada Nacionales o
actos que importen peligro a la vida, ataques a la libertad personal, deportación o
destierro.
5.5.Las partes y el acto reclamado.
Una vez admitida la demanda y emplazado el sujeto pasivo, surge la relación
jurídico procesal; se ha comentado por doctrina, que las partes en todo proceso
contencioso deben ser como mínimo tres, entendiendo al sujeto activo (demandante),
al sujeto pasivo (demandado) y al órgano jurisdiccional que resuelve la controversia
(Juez). No obstante, pueden intervenir en el juicio diversas personas sin que
necesariamente tengan el carácter de parte.
Debemos entender pues como parte a aquella persona que la ley le reconoce
determinadas facultades al intervenir en un proceso, ejerciendo una acción,
interponiendo un recurso, ofreciendo pruebas, realizando su defensa en general, etc.;
sin reconocer como tales (como se indicó anteriormente) aquellos sujetos que
intervienen en el juicio sin contar con dichas atribuciones, como pudieran ser los
peritos, testigos, etc.
Así pues, "parte es aquella persona o entidad que tiene capacidad para pedir la
actuación de los órganos jurisdiccionales y ponerlos en movimiento a fin de obtener la
tutela jurídica; es decir, que tiene capacidad para pedir la actuación de una voluntad de
la ley. En consecuencia, es indudable que la idea de parte se deriva de la relación
jurídico-procesal, y, aún más, de la demanda en la que se plantea el ejercicio de la
acción."53
53
Noriega, Alfonso.
Lecciones de Amparo.
ed. Porrua.
pág. 318.
69
El artículo 5 de la Ley de Amparo (Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos), establece quienes son partes
en el juicio de amparo, indicando: "Son partes en el juicio de amparo: I.- El agraviado
o agraviados. II.- La autoridad o autoridades responsables. III.- El tercero o terceros
perjudicados...IV.- El Ministerio Público Federal, quien podrá intervenir en todos los
juicios e interponer los recursos que señala esta Ley, independientemente de las
obligaciones que la misma le precisa para procurar la pronta y expedita administración
de justicia."
5.5.1.El Quejoso.
Así pues, entenderemos (en forma general) por sujeto activo, a la parte quejosa, que
será el agraviado en sus garantías individuales, aquel gobernado se ve afectado en su
esfera jurídica por un acto de autoridad que considera inconstitucional, ocacionándole
un agravio personal y directo. Por lo cual debemos entender que el acto reclamado,
debe afectar a una persona o personas concretas (agravio personal), puesto que de lo
contrario el amparo será improcedentes, dada su naturaleza protectora a sujetos
concretos y al caso específico por el que se solicitó el amparo; debiendo entender por
agravio directo, en función a la realización del acto en forma presente, pasada o
inminentemente futura, que vulneró las garantías del gobernado solicitante de amparo.
Atendiendo al artículo 103 constitucional, el acto que autoridad que viole los
derechos del quejoso podrá de igual forma consistir en una invasión de competencias
entre la federación y los estados, más sólo cuando dicha invasión competencial le
causa un perjuicio al gobernado, violando sus derechos fundamentales.
"Ahora
bien, como gobernados, es decir, como sujetos cuya esfera puede ser afectada total o
parcialmente por un acto de autoridad, pueden ostentarse tanto las personas físicas
(individuos) como las personas morales de derecho privado (sociedades y asociaciones
de diferente especie); de derecho social (sindicatos y comunidades agrarias);
organismos descentralizados y personas morales de derecho público, llamadas también
personas morales oficiales. La condición de quejoso que puede tener todo individuo,
se deriva de la titularidad que tiene de las garantías individuales consagradas en la Ley
Fundamental, y dada su condición de `gobernado´".54 Por tanto, toda persona que sea
titular de garantías o derechos fundamentales puede tener el carácter de parte quejosa
en el juicio de amparo.
54
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
El Juicio de... pág. 332.
70
Respecto de las personas morales oficiales (la federación, los estados, los
municipios, corporaciones de carácter público) el artículo 9 de la Ley de Amparo les
otorga la posibilidad de acudir en demanda de amparo, por conducto de los
funcionarios o representantes que designen las leyes, cuando el acto o la Ley que se
reclame afecte los intereses patrimoniales de aquéllas; debiendo entender que cuando
dichas personas morales oficiales, no actúen como sujetos de derecho privado, sino
revestidos con su carácter de imperio, como entidad soberana, ejerciendo actos de
autoridad, el juicio de amparo no procederá en su favor.
5.5.2.Autoridad responsable.
El concepto de autoridad responsable, se encuentra claramente definido por la Ley
de Amparo en su artículo 11, al indicar "Es autoridad responsable la que dicta u
ordena, ejecuta o trata de ejecutar la ley o el acto reclamado". Como podemos
observar, el concepto de autoridad responsable se encuentra íntimamente ligado con el
de acto reclamado. Ahora bien, la ley de amparo hace alusión a la autoridad que dicta
u ordena, así como la autoridad que ejecuta o trata de ejecutar; aún cuando el concepto
nos parece claro, solo indicaremos que una autoridad puede ejecutar un acto en base a
una orden previa, o bien producir el acto aisladamente, sin emanar de orden alguna,
afectando la esfera jurídica del quejoso por cuanto hace a sus derechos fundamentales.
5.5.3.Acto reclamado.
Antes de entrar al concepto de tercero perjudicado y al carácter del que tiene el
Ministerio Público Federal como partes en el juicio de amparo, considero oportuno
describir lo que debemos entender por acto reclamado, dada su íntima relación con el
concepto de autoridad responsable que acabamos de exponer.
Por acto reclamado, debemos entender que es la ley (que afecta derechos en forma
general, de igual forma que los reglamentos y facultades legislativas de las autoridades
administrativas, contra los que también procede el juicio de amparo) o el acto (que
afecta derechos en forma particular), de autoridad que vulneran de forma imperativa,
unilateral y coercitivamente los derechos del solicitante de amparo.
Así pues, y
no obstante que la anterior definición nos pueda inclinar a pensar que el acto
reclamado debe ser presente (dado en término empleado "vulnera"); indicamos que el
acto reclamado puede consistir en un violación de carácter futuro y cierta.
Efectivamente, el juicio de amparo procede contra actos que no obstante aún no se han
71
producido, se producirán de forma inminente, como es el caso de los actos reclamados
contra una autoridad que trate de ejecutar una orden, puesto que el amparo no se
solicitará única y exclusivamente en contra de la orden que considera violatoria de
garantías, sino también en contra de la posible ejecución de la misma.
Una vez expuesto que el acto reclamado, indicaremos que este puede ser además de
una ley, cualquier acto de autoridad administrativo, jurisdiccional o judicial, que
consista en una omisión (abstenerse de hacer) una negativa (rechazar una pretensión) o
un acto positivo (un hacer), y que cause con ello una vulneración de los derechos
fundamentales del quejoso.
5.5.4.Tercero perjudicado.
Regresando a los conceptos de parte en el juicio de amparo, expondremos que el
tercero perjudicado es quien tiene un interés jurídico en la subsistencia del acto
reclamado, entendiendo por interés jurídico cualquier derecho subjetivo que se
desprenda de los actos reclamados.
El tercero perjudicado de conformidad con el artículo 5 de la Ley de Amparo, serán
"a) La contra parte del agraviado cuando el acto reclamado emane de un juicio o
controversia que no sea del orden penal, o cualquiera de las partes en el mismo juicio
cuando el amparo sea promovido por persona extraña al procedimiento; b) El ofendido
o las personas que, conforme a la Ley, tengan derecho a la reparación del daño, o a
exigir la responsabilidad civil proveniente de la comisión de un delito, en su caso, en
los juicios de amparo promovidos contra actos judiciales del orden penal, siempre que
éstas afecten dicha reparación o responsabilidad; c) La persona o personas que hayan
gestionado en su favor el acto contra el cual se pide el amparo, cuando se trate de
providencias dictadas por autoridades distintas de la judicial o del trabajo; o que, sin
haberlo gestionado tengan interés directo en la subsistencia del acto reclamado." El
tercero perjudicado, como parte en el juicio de amparo, gozará de las facultades que la
ley le otorga a toda parte en el juicio.
5.5.5.El Ministerio Público Federal.
"El Ministerio Público Federal es una institución que, dentro de sus funciones y
objetivos específicos que prevé su ley orgánica respectiva, tiene como finalidad
general,...defender los intereses sociales o del Estado. La intervención concreta que
72
tiene el Ministerio Público Federal en los juicios de amparo se basa precisamente en el
fin primordial que debe seguir, esto es, velar por la observancia del orden
constitucional, y específicamente, vigilar y propugnar el acatamiento de los preceptos
constitucionales y legales que consagran las garantías individuales y que establecen el
régimen de competencia entre la Federación y los Estados. Por tal motivo, el
Ministerio Público Federal no es, como la autoridad responsable y el tercero
perjudicado, la contraparte del quejoso en el juicio de amparo, sino una parte
equilibradora de las pretensiones de las demás, desde el punto de vista constitucional y
legal. Como parte autónoma en el juicio de amparo, el ministerio Público Federal tiene
una propia intervención procesal, por lo que le competen todos y cada uno de los actos
procesales a la actividad de las partes."55
5.6.Principios rectores del juicio de amparo.
A efecto de establecer los lineamientos generales del juicio de amparo, haremos una
enunciación de los principios que lo rigen.
5.6.1.Instancia de Parte.
El juicio de amparo, únicamente será procedente a instancia de parte, que
manifestará y ejercerá su acción a través de la demanda de amparo.
Dicho sujeto activo se encontrará legitimado para instar el juicio de amparo, cuando
se le haya causado un agravio personal y directo en sus derechos fundamentales.
5.6.2.Relatividad de las sentencias.
Las sentencias de amparo no surten efectos erga-omnes, por lo que sólo se limitarán
a amparar al quejoso en forma concreta sin hacer declaración general alguna respecto
de la inconstitucionalidad de la ley o el acto reclamado (principio Otero).
En efecto, las sentencias que concedan el amparo a la parte quejosa (agraviado),
contra el acto reclamado (emanado de la autoridad responsable), sólo tendrán efectos
en contra del acto impugnado específico, con eficacia plena en el acto concreto; es
decir.
55
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
El Juicio de... pág. 348.
73
5.6.3.Principio de definitividad.
A efecto de que se esté en posibilidad de acudir en amparo ante la justicia federal,
es preciso agotar con antelación todos los recursos que la ley establezca para subsanar
el acto que se impugna; más dichos recursos deben encontrarse previstos de tal forma
que se entiendan idóneos para combatir los actos de idéntica naturaleza que los que
reclama la parte quejosa y no así para combatir actos que tiene con éstos semejanza o
identidad de autoridad responsable. No obstante lo anteriormente indicado, existen
determinados actos que pueden impugnarse directamente mediante el juicio de
amparo, sin necesidad de agotar la vía judicial o el recurso legal previa.
En efecto, únicamente para establecer lo anteriormente indicado, señalaremos a
modo de ejemplificar, que el amparo en el que se reclamen actos violatorios del
artículo 22 constitucional (penas de mutilación, marcas, azotes, muerte en los casos
prohibidos expresamente, etc), así como en el que se reclame el acto consistente en
destierro o deportación; no existe la obligación de interponer los recursos legales para
combatir dicho acto antes de acudir en vía de amparo. De igual forma sucede con el
acto reclamado que consiste en el auto de formal prisión, en el cual el quejoso podrá
optar por instar directamente en amparo, o en su caso interponer el recurso de
apelación procedente.
5.6.4.La suplencia en la deficiencia de la queja.
Finalmente, el juicio de amparo se rige por el principio de estricto derecho,
conteniendo en casos específicos, la posibilidad de contrariar el mismo, supliendo la
deficiencia de la queja. En base a dicho principio de estricto derecho, el resolutor de
amparo, sólo se encuentra facultado para enjuiciar los actos reclamados en virtud de
los conceptos de violación expuestos en la demanda respectiva (los conceptos de
violación, son pues, las consideraciones realizadas por la parte quejosa respecto del
acto que consideró violatorio de garantías, exponiendo el porque, considera que los
mismos le causan un agravio personal y directo).
Así pues, la suplencia en la queja definciente, "rige una categoría específica de
sentencias de amparo, debe ser considerado como una excepción o más bien, como una
estimación especial del principio de estricto derecho. En efecto, éste último, según se
ha precisado, exige que el juzgador se sujete al dictar su fallo, a los términos precisos
de la demanda inicial y a las consideraciones estrictas de los conceptos de
74
violación...de acuerdo con el principio de la suplencia de la queja...se autoriza al
juzgador cuando encuentra que se ha violado de una manera manifiesta, una garantía
en perjuicio del quejoso y éste, por error o ignorancia, no la hizo valer en sus
conceptos de violación, a suplir la omisión o imperfección de la demanda y otorgar el
amparo por los conceptos que no fueron mencionados expresamente en la demanda."56
Efectivamente, en contraposición al principio de estricto derecho, existen
determinadas materias y casos en los que el Juez puede subsanar las omisiones en que
incurrió el quejoso al realizar sus conceptos de violación; es decir, el órgano
jurisdiccional, no tiene la obligación de basarse única y exclusivamente en los
argumentos realizados por el quejoso, a efecto de resolver el amparo, sino que se
encuentra posibilitado para conceder el amparo en base a cualquier aspecto que
considere inconstitucional de los actos reclamados. Dicha suplencia en la deficiencia
de la queja opera en materia penal, en materia del trabajo (laboral) en beneficio del
trabajador, cuando los actos reclamados se funden en leyes declaradas
inconstitucionales por jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
los casos en que los quejosos sean menores o incapaces; en materia agraria en
beneficio de los núcleos ejidales, etc.
5.7.Tipos de procedimientos.
El juicio de constitucional indicado, se podrá substanciar a través del amparo
indirecto o bi-instancial (competencia de los Juzgados de Distrito o de los Tribunales
Unitarios de Circuito, en primera instancia), o por medio del amparo directo o uniinstancial (conocido por los Tribunales Colegiados de Circuito o la Suprema Corte de
Justicia de la Nación); competencia que será analizada al estudiar la procedencia y
tramitación del juicio de amparo en la respectiva vía.
5.8.Causales de Improcedencia.
Ciertamente, existen diversos motivos que puedan generar la improcedencia del
juicio de amparo, emanadas de diversas disposiciones legales; así pues, la propia
Constitución General de la República en el desarrollo de su articulado, contiene
algunos preceptos en los cuales establece la improcedencia de juicio o recurso alguno,
56
ob.cit. Noriega, Alfonso.
Lecciones de... pág. 701.
75
incluido entre estos el juicio de amparo; así a modo de ejemplificar, el artículo 110
constitucional, hace referencia a la procedencia del juicio político contra altos
funcionarios, procedimiento del cual pueden emanar diversas sanciones, indicando el
último párrafo del citado artículo constitucional: "Las declaraciones y resoluciones de
las Cámaras de Diputados y Senadores son inatacables", por lo cual no procede juicio
alguno contra dichos actos, incluido entre éstos el juicio de amparo.
No obstante la improcedencia del juicio de amparo se desprende del análisis total de
la Constitución en cada caso específico, o de la propia ley de amparo (por ejemplo, el
juicio de amparo no será procedente cuando fuere interpuesto por persona no
legitimada para ejercer la acción); la Ley de Amparo establece en su artículo 73, la
improcedencia genérica del dicho juicio constitucional, estableciendo que: "El juicio
de amparo es improcedente: I.- Contra actos de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación; II.- Contra resoluciones dictadas en los juicios de amparo o en ejecución de las
mismas; III.- Contra leyes o actos que sean materia de otro juicio de amparo que se
encuentre pendiente de resolución, ya sea en primera o única instancia, o en revisión,
promovido por el mismo quejoso, contra las mismas autoridades y el propio acto
reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean diversas; IV.- Contra leyes o
actos que hayan sido materia de una ejecutoria en otro juicio de amparo, en los
términos de la fracción anterior; V.- Contra actos que no afecten los intereses jurídicos
del quejoso; VI.- Contra leyes, tratados y reglamentos que por su sola vigencia no
causen perjuicio al quejoso, sino que se necesite un acto posterior de aplicación para
que se origine tal perjuicio; VII.- Contra las resoluciones o declaraciones de los
organismos en materia electoral; VIII.- Contra las resoluciones o declaraciones del
Congreso Federal o de las Cámaras que lo constituyen, de las Legislaturas de los
Estados, o de sus respectivas Comisiones o Diputaciones Permanentes, en la elección,
suspensión o remoción de funcionarios, en los casos en que las Constituciones
correspondientes les confieran la facultad de resolver soberana y discrecionalmente;
IX.- Contra actos consumados de modo irreparable; X.- Contra actos emanados de un
procedimiento judicial, o de un administrativo seguido en forma de juicio, cuando por
virtud de cambio de situación jurídica en el mismo deban considerarse consumadas
irreparablemente las violaciones reclamadas en el procedimiento respectivo, por no
poder decidirse en tal procedimiento sin afectar la nueva situación jurídica; XI.- Contra
actos consentidos expresamente o por manifestaciones de voluntad que entrañen ese
consentimiento; XII.- Contra actos consentidos tácitamente, entendiendo por tales
aquellos contra los que no se promueva el juicio de amparo dentro de los términos que
se señalan en los artículos 21, 22 y 218...; XIII.- Contra las resoluciones judiciales o de
76
tribunales administrativos o del trabajo respecto de las cuales conceda la ley algún
recurso o medio de defensa, dentro del procedimiento, por virtud del cual puedan ser
modificadas, revocadas o nulificadas, aun cuando la parte agraviada no lo hubiese
hecho valer oportunamente...; XIV.- Cuando se esté tramitando ante los tribunales
ordinarios algún recurso o defensa legal propuesta por el quejoso, que pueda tener por
efecto modificar, revocar o nulificar el acto reclamado; XV.- Contra actos de
autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo que
deban ser revisadas de oficio, conforme a las leyes que los rijan, o proceda contra ellos
algún recurso, juicio o medio de defensa legal por virtud del cual puedan ser
modificados, revocados o nulificados, siempre que conforme a las mismas leyes se
suspendan los efectos de dichos actos mediante la interposición del recurso o medio de
defensa legal que haga valer el agraviado, sin exigir mayores requisitos que los que la
presente Ley consigna para conceder la suspensión definitiva, independientemente de
que el acto en sí mismo considerado sea o no susceptible de ser suspendido de acuerdo
con esta ley. No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa, si el
acto reclamado carece de fundamentación; XVI.- Cuando hayan cesado los efectos del
acto reclamado; XVII.- Cuando subsistiendo el acto reclamado, no pueda surtir efecto
legal o material alguno por haber dejado de existir el objeto o la materia del mismo;
XVIII.- En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición de
la ley. Las causales de improcedencia en su caso deberán ser examinadas."
De lo anterior, podemos analizar que la improcedencia del juicio de amparo puede
desprenderse por razón de la autoridad de la cual emana el acto (fracción I); por deber
ser motivo de trámite en otros juicios de amparo (fracción II); por causa de
litispendencia (fracción III); por razón de cosa juzgada (fracción IV); por ausencia de
agravio personal y directo (fracciones V y VI); en materia política (fracciones VII y
VIII); por consumación irreparable del acto reclamado (fracciones IX y X); por
consentimiento tácito o expreso del acto reclamado (fracciones XI y XII); por cesación
de los efectos del acto reclamado y por insubsistencia de la materia de éste (fracciones
XVI y XVII); y, por disposición legal (fracción XVIII).
Así también, "la inadmisión puede ser manifiesta e indudable, y en ese caso, los
jueces de Distrito (art. 145 de la Ley), los Tribunales Colegiados de Circuito...(art.
177), pueden desechar de plano la demanda. Cuando la improcedencia no aparezca del
simple examen de la demanda, pero se manifieste de forma indubitable en el curso del
procedimiento y se trate de amparos que en primera instancia corresponde a los jueces
de Distrito, dicha improcedencia puede declararse a través de simple auto o proveído,
77
que admite el recurso de revisión ante los Tribunals Colegiados de Circuito (art. 83
frac. III, de la Ley). En los demás casos, la imporcedencia determina el sobreseimiento
del juiio a través de una sentencia definitiva."57
5.9.El juicio de amparo indirecto.
5.9.1.Competencia.
El juicio de amparo indirecto o bi-instancial, será competencia de los Tribunales
Unitarios de Circuito, órganos unipersonales que conocerán de los juicios de amparo
indirectos promovidos contra actos de otro Tribunal Unitario de Circuito; y por los
Juzgados de Distrito, con jurisdicción para conocer en primera instancia del amparo
indirecto promovido en contra de actos de autoridad que no constituyan sentencias
definitivas.
No obstante lo anteriormente indicado, la Ley de Amparo prevé en su artículo 37,
que: "La violación de las garantías de los artículos 16, en materia penal, 19 y 20,
fracciones I, VIII y X, párrafos primero y segundo de la Constitución Federal, podrá
reclamarse ante el juez de Distrito que corresponda o ante el superior del Tribunal que
haya cometido la violación."
Este artículo de la Ley de Amparo, prevé pues la competencia del superior de la
autoridad responsable, en los casos en materia penal indicados (solicitud de libertad
caucional, duración el proceso, etc.); ello en virtud de la celeridad y por la calidad de la
violación. Dicha competencia concurrente, es a favor del propio perjudicado, dado que
se encuentra en posibilidad de elegir la autoridad jurisdiccional ante la cual solicitar el
amparo, funcionando en dicho aspecto, como una autoridad sustituta de la autoridad de
amparo. No obstante, la realidad, es que dichos juicios de amparo son promovidos
ante el propio Juez de Distrito, dada la confianza que se tiene en los órganos del Poder
Judicial de la Federación, quienes en forma general, son los competentes para conocer
de los juicios de amparo; y su ubicación en todo el territorio nacional.
Hecha la anterior aclaración, indicaremos, que si bien es cierto que (como hemos
indicado) el juicio de amparo indirecto no es competencia exclusiva de los Juzgados de
Distrito, para los efectos de desarrollo de dicho procedimiento de amparo indirecto o
uni-instancial, haremos referencia a los interpuestos ante éstos, más debe entenderse
57
Fix-Zamudio, Hector.
Juicio de amparo.
ed, Porrua.
pág. 329.
78
que las reglas y consideraciones a expresarse, son aplicables a todos los amparos
indirectos, ya bien, ante los Juzgados de Distrito, ya ante los Tribunales Unitarios, o
ya, ante el superior del Tribunal que cometió la violación que se combate; excepción
hecha, con relación al juicio de amparo del que conozca el superior del Tribunal que
dictó el acto reclamado; de conformidad con el artículo 37 de la Ley de Amparo, en el
cual el término para rendir el informe justificado por parte de la autoridad responsable
será de tres días, y la fecha de audiencia constitucional se fijará en un plazo no superior
a diez días, contados a partir del siguiente al en que se admitió la demanda de amparo.
Será competente para conocer del juicio de garantías indirecto, el Juez de Distrito
en cuya jurisdicción se ejecute, trate de ejecutarse, se haya ejecutado o deba tener
ejecución el acto reclamado.
5.9.2.Demanda.
Así pues, el juicio de garantías indirecto, se iniciará con la interposición de la
demanda de amparo, mediante la cual se ejercita la acción que le corresponde al
vulnerado en sus derechos fundamentales. Dicha demanda de amparo, de conformidad
con el artículo 116 de la Ley de Amparo deberá contener: "I.- El nombre y domicilio
del quejoso y de quien promueve en su nombre; II.- El nombre y domicilio del tercero
perjudicado (si es que existe); III.- La autoridad o autoridades responsables; el quejoso
deberá señalar a los titulares de los órganos de Estado a los que la Ley encomiende su
promulgación, cuando se trate de amparo contra leyes; IV.- La ley o acto que de cada
autoridad se reclame; el quejoso manifestará bajo protesta de decir verdad, cuales son
los hechos o abstenciones, que constan y que constituyen antecedentes del acto
reclamado o fundamentos de los conceptos de violación; V.- Los preceptos
constitucionales que obtengan las garantías individuales que el quejoso estime
violadas, así como el concepto o conceptos de las violaciones, si el amparo se pide con
fundamento en la fracción I del artículo 1o de esta ley (el artículo 1o de la Ley de
Amparo, corresponde al artículo 103 constitucional, antes indicado); VI.- Si el amparo
se pide con fundamento en la fracción II del artículo 1o de esta Ley, deberá precisarse
la facultad reservada a los Estados que haya sido invadida por la autoridad federal, y si
el amparo se promueve con apoyo en la fracción III de dicho artículo, se señalará el
precepto de la Constitución General de la República que contenga la facultad de la
autoridad federal que haya sido vulnerada o restringida."
79
Con la demanda de amparo, se deberán presentar tantas copias de la misma, como
autoridades responsables, así como una copia para el Ministerio Público Federal, otra
para el tercero perjudicado, y dos más para el incidente de suspensión, en caso de
haberse solicitado éste.
La demanda de amparo deberá interponerse por escrito, salvo excepciones en que se
reclamen violaciones al derecho a la vida, a la libertad personal fuera de procedimiento
judicial, deportación, destierro o cualquiera de los actos prohibidos por el artículo 22
constitucional; en cuyos casos, la demanda de amparo podrá promoverse mediante
comparecencia. Incluso, en los casos que no admita demora la petición de amparo o
suspensión del acto reclamado, la solicitud de amparo podrá realizarse mediante vía
telegráfica, la cual deberá ser ratificada por escrito dentro de los tres días siguientes a
la fecha en que se hizo la petición por telégrafo, en caso contrario, la demanda se
tendrá por no interpuesta. La anterior disposición no rige en el caso de los actos
reclamados primeramente citados en el presente párrafo, en virtud de los cuales, en
caso de que el Juez de Distrito no pueda lograr la comparecencia del agraviado,
utilizando para ello las medidas que estén a su alcance, una vez que resuelva sobre la
suspensión definitiva, mandará a suspender el procedimiento y consignará los hechos
ante el ministerio Público Federal. Transcurrido un año sin que nadie se apersone en el
juicio en representación legal del agraviado, se tendrá por no interpuesta la demanda.
La demanda de amparo podrá ser ampliada por el quejoso, ya sea como extensión
de la misma o como aclaración, corrección o complementación, antes de que las
autoridades responsables rindan su informe con justificación y siempre que el quejoso
se encuentre en el término legal para solicitar el amparo. En caso de que de los
informes justificados, se advierta que el acto reclamado proviene de autoridad diversa
a las indicadas por el quejoso en su demanda, podrá hacer la aclaración de la misma,
antes de que se celebre la audiencia constitucional.
La demanda de amparo es indivisible, esta "peculiaridad denota el principio de que
el Juez de Distrito no debe separar o discriminar los actos que se impugnen para
admitir o rechazar parcialmente la demanda por considerar que respecto de algunos de
ellos opere una causa notoria de improcedencia. El mencionado principio se ha
proclamado por la jurisprudencia de la Suprema Corte, preconizando que tiene
aplicación `cuando los actos reclamados están fuertemente ligados entre sí formando
una unidad o todo que no es posible desmembrar`. En otras palabras, si entre ellos
existe una vinculación causal o teleológica, es decir, si no se trata de actos claramente
independientes entre sí, la demanda de amparo debe admitirse o desecharse en su
80
totalidad. Por lo contrario, si entre los actos que se señalan como reclamados no hay la
citada vinculación, está permitido al juzgador constitucional examinarlos
separadamente para rechazar o admitir tal demanda en relación con unos o con otros, o
como afirma la invocada jurisprudencia, `cuando la demanda contenga actos aislados o
independientes, que puedan examinarse por separado, será necesario estudiar si
procede aplicar las reglas anteriores`, esto es, las que conciernen al principio de
indivisibilidad".58
Considero oportuno indicar, que en caso de que la demanda de amparo, la cual es
indivisible, contenga actos que por su naturaleza correspondan a distintas materias,
deberá conocer de ella el Juez de Distrito competente respecto del acto reclamado
principal; es decir, en el hipotético caso de que se presente una demanda de amparo, en
la cual se reclama la privación ilegal de la libertad por parte de las autoridades
migratorias (materia penal), reclamándose de igual forma la deportación del quejoso
(materia administrativa), debemos analizar pues, cual conforma el acto reclamado
principal de la demanda, analizando si al quejoso lo quieren deportar porque se
encuentra privado de libertad, o lo tienen privado de libertad temporalmente con el fin
de deportarlo; dada que en el presente ejemplo, al quejoso se le privó de libertad en
virtud de la intención de deportarlo, nos encontramos en que el acto reclamado
principal es la deportación, por lo cual, será competencia de un Juez de Distrito en
Materia Administrativa, quien a su vez conocerá de los actos reclamados consistentes
en la privación ilegal de liberad.
5.9.3.Procedimiento.
5.9.3.1.Auto de Iniciación.
Presentada la demanda de amparo, el Juez de Distrito, resolverá respecto de su
admisión o inadmisión. Será decretada la inadmisión de la misma, cuando sea
apreciada alguna causa de improcedencia, en cuyo caso se desechará de plano sin
proveer respecto de la suspensión.
En caso, de que la demanda de amparo adolezca de algún vicio subsanable (que no
se indique correctamente la denominación de la autoridad responsable, que se omita la
protesta de decir verdad, en general, cualquiera de los requisitos exigidos por el
58
Tesis jurisprudencial 83 de la compilación 1917-1965, y 81 del Apéndice
1975, Materia General.
81
artículo 116 de la ley de amparo analizado con anterioridad), el Juez de Distrito
otorgará un plazo de tres días al recurrente en amparo, a efecto de que subsane dichas
omisiones o errores en que incurrió; en caso contrario la demanda será inadmitida.
Cuando los actos reclamados afecten derechos no patrimoniales del quejoso, antes de
resolver sobre la admisión o inadmisión de la demanda, se dará vista al Ministerio
Público Federal, por el término de veinticuatro horas, a efecto de que manifieste lo que
a su derecho convenga, hecho lo anterior, el Juez resolverá.
El artículo 147 de la Ley de Amparo indica: "Si el Juez de Distrito no encontrare
motivos de improcedencia, o se hubiesen llenado los requisitos omitidos, admitirá la
demanda y, en el mismo auto, pedirá informe con justificación a las autoridades
responsables, y hará saber dicha demanda al tercero perjudicado, si lo hubiere; señalará
día y hora para la celebración de la audiencia, a más tardar dentro del término de
treinta días, y dictará las demás providencias que procedan con arreglo a esta ley."
5.9.3.2.Emplazamiento y contestación de la demanda.
Como se puede apreciar de dicho artículo, en el mismo acto en que se admita la
demanda de amparo, se solicitará a las responsables su informe con justificación. Al
momento de notificarseles la admisión, serán emplazadas y requeridas para ello,
concediéndoles un plazo de cinco días para remitir dicho informe.
En el informe justificado, las responsables contestarás respecto de los actos que se
les imputan, ya sea negándolos o afirmándolos, en cuyo caso (afirmándolos), pueden
realizar los razonamientos tendientes a establecer la constitucionalidad de su acto. La
falta de informe justificado (es decir la no remisión del mismo por parte de las
autoridades responsables), plantea la certidumbre de ser ciertos dichos actos, salvo
prueba en contrario que se desprenda del expediente.
Así pues, el informe justificado es aquel "en que la autoridad responsable cumple
con lo que se le solicita en el auto de admisión de demanda, en que se llama a juicio, y
dá respuesta a ésta. Al rendir el informe con justificación, la autoridad contesta los
argumentos del promovente del amparo, pidiendo al juzgador que declare la
constitucionalidad de los actos reclamados y, como consecuencia la negativa del
amparo solicitado. También acostumbrará, si es procedente,...abrogar por el
82
sobreseimiento del juicio. La autoridad debe justificar con pruebas lo que dice en su
informe." 59
No obstante, es importante indicar, que si bien es cierto que la falta de informe
justificado presume ciertos los actos reclamados, también lo es que el quejoso, en
principio debe aportar indicios suficientes para presumir dicha certeza.
Así también, dentro de una lógica jurídica, en caso de que las autoridades
responsables, designadas como ordenadoras por el quejoso, rinden informe justificado,
negando los actos, y no se desprende prueba en contrario que desvirtúe la negativa
formulada por éstas; no obstante las autoridades responsables ejecutoras omitan rendir
sus respectivos informes, no se podrán considerar ciertos dichos actos e ejecución, en
virtud de que no se demostró la orden de la cual emanarían los mismos.
5.9.3.3.Audiencia.
La fecha de audiencia, será fijada al momento de admitir la demanda de amparo,
dicha audiencia constitucional será pública, y en ella se podrán presentar las
alegaciones y probanzas que las partes consideren pertinentes.
"El período probatorio comprende propiamente tres actos o sub-períodos, en los que
la actividad de los sujetos de la relación jurídico-procesal se va alternando. Tales son,
en efecto, el ofrecimiento de pruebas, el de su admisión y el de su desahogo. Respecto
del ofrecimiento y admisión de pruebas en materia de amparo, existe un principio
liberal, en el sentido de que pueden aducirse y admitirse todos aquellos medios que
produzcan convicción en el juzgador, posibilidades que sólo encuentran restricciones
expresas en la ley. Así el articulo 105 de la Ley de Amparo dice textualmente: `En el
juicio de amparo es admisible toda clase de pruebas, excepto la e posiciones y las que
fueren contra la moral o contra el derecho".60
La audiencia constitucional podrá ser diferida o suspendida, según proceda de
conformidad con la ley.
Así pues, el artículo 152 de la ley de amparo, prevé el diferimiento de la audiencia
constitucional al establecer: "A fin de que las partes puedan rendir sus pruebas en la
59
Gongora Pimentel, Genaro.
amparo. ed. Porrua. pág. 229.
60
Introducción
al
estudio
del
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de... págs. 664 y 665.
juicio
de
83
audiencias del juicio, los funcionarios o autoridades tienen obligación de expedir con
toda oportunidad a aquellas las copias o documentos que soliciten; si dichas
autoridades o funcionarios no cumplieron con esa obligación, la parte interesada
solicitará del juez que requiera a los omisos. El juez hará el requerimiento y aplazará
la audiencia por un término que no exceda de diez días; pero si no obstante dicho
requerimiento durante el término de la expresada prórroga no se expidieron las copias
o documentos, el juez a petición de parte, si lo estima indispensable, podrá transferir la
audiencia hasta en tanto se expidan y hará uso de los medios de apremio, consignando
en su caso a la autoridad omisa por desobediencia a su mandato."
La audiencia será suspendida cuando una vez iniciada no pueda continuarse de
conformidad con la ley, así pues, "Cuando durante su transcurso se presenta un
documento por alguna de las partes que sea objetado de falso, `el juez suspenderá la
audiencia para continuarla dentro de los diez días siguientes` debiéndose presentar en
el acto de continuación de dicha audiencia `las pruebas y contrapruebas relativas a la
autenticidad del documento` (art. 153). Estimamos que este precepto debió haber
hecho un distingo, pues no en todos los casos en que se impugne la autenticidad de un
documento ofrecido como prueba en juicio, se debe suspender la audiencia en éste,
sino sólo respecto de aquellos en los que dicho documento objetado de falso es
decisivo para la resolución del amparo. Por ende, cuando el documento cuya
autenticidad se ha atacado, no tiene los efectos mencionados, la audiencia y, en
consecuencia, el juicio podrá proseguirse, sin perjuicio de que se dé vista al Ministerio
Público que corresponda para el esclarecimiento del delito que se hubiere cometido."61
Una vez celebrada la audiencia constitucional, el Juez de Distrito procederá a dictar
la sentencia que en derecho corresponda.
En efecto, "al señalar la ley que a continuación de darse por concluida la audiencia
se dictará el fallo que corresponda, se entiende que no hay solución de continuidad y
que de inmediato se debe proceder a pronunciar la sentencia; sin embargo, en la
práctica esto no siempre es posible porque en ocasiones lo voluminoso del expediente
o lo complicado del caso obliga a un estudio minucioso en el que pueden ocuparse
varios días."62
61
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
62
El Juicio de... pág. 675.
Esquinca Muñoa, Cesar.
El juicio de amparo indirecto en materia de
Trabajo. ed. Porrua. pág. 145.
84
5.9.4.La suspensión.
El juicio de amparo prevé la posibilidad de suspensión del acto reclamado.
"La suspensión del acto reclamado es la institución que dentro de nuestro juicio de
amparo reviste una importancia trascendental, a tal grado que, en muchas ocasiones,
sin ella nuestro medio de control sería nugatorio e ineficaz. En efecto, es mediante la
suspensión del acto reclamado como se mantiene viva la materia del amparo,
constituida por situaciones concretas y específicas que el agraviado pretende preservar.
Bien es cierto que, como hemos advertido, la sentencia constitucional tiene efectos
restitutorios, por lo que podría pensarse que, mediante ella, se reintegraría al quejoso
en el goce y disfrute de sus derechos conculcados en caso de que se le concediese la
protección federal; más también es absolutamente verídico, que muchas veces, si no se
suspendiera el acto reclamado evitando su consumación, y siendo ésta de naturaleza
irreparable, la materia tutelada por el juicio de amparo se destruiría irremediablemente.
Por otra parte, en otros casos en los que la consumación del acto reclamado no es
irreparable y no trae como consecuencia la destrucción definitiva de la materia del
amparo, también la suspensión juega un papel relevantemente preponderante, puesto
que en varias ocasiones, si no se suspendiere a tiempo oportuno el acto o los actos
reclamados, la sentencia que otorgara la protección federal sería jurídicamente y
prácticamente muy difícil de ejecutar, en vista de la diversidad y aun variedad de
situaciones de derecho y de hecho que podría derivarse de la realización de los actos
reclamados, hipótesis que en la realidad son muy frecuentes."63
La suspensión podrá ser conocida por el Juez responsable de oficio o a petición de
parte; en cualquier tiempo hasta antes de dictarse sentencia.
5.9.4.1.Suspensión de oficio.
De conformidad con el artículo 123 de la Ley de Amparo, la suspensión del acto
reclamado, será conocida de oficio por el Juez de Distrito, y se concederá de plano por
el mismo: "I.- Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida,
deportación o destierro, o alguno de los prohibidos por el artículo 22 de la Constitución
Federal. II.- Cuando se trate de algún otro acto que, si llegare a consumarse, haría
físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía individual
63
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de... pág. 704.
85
reclamada." Dicha suspensión será concedida, al momento en que se admita la
demanda de amparo.
Así pues, "la primera suspensión -el primer tipo o especie de providencia cautelar
suspensional en el proceso e amparo-, es la suspensión de oficio, a la cual el art. 123 de
la Ley que la distingue y caracteriza también llama suspensión de plano, porque la
decreta sin substanciación posible, además de imponerla de oficio. Si bien
aparentemente este tipo de providencias admiten hipótesis -previstas en las dos
fracciones en romanos que se pueden consulatr en el artículo mencionado-, en realidad
es una sola la condición, referida genéricamente en la fracción II, y resaltada en
circunstancias especiales de grave peligro para las personas en la fracción I. En efecto,
podríamos definirla afirmando que es aquella providencia que el Juez debe decretar,
sin esperar a que se la solicite el agraviado, o quien promueva en su nombre, por
contemplarse en la instancia -a demanda de amparo-, un acto que, si llegare a
consumarse, haría físicamente imposible restituir al quejoso en el goce de la garantía
individual reclamada."64
5.9.4.2.Suspensión ordinaria.
"Ahora bien, en la suspensión que podemos llamar ordinaria y que es la que nos
ocapa ahora, la finalidad de la misma, no se funda en las anteriores razones, sino en
algo que incumbe directamente al quejoso, se funda en el interés jurídico de evitar se
causen a éste, con la ejecución inmediata del acto reclamado y la dilación necesaria en
dictar sentencia sobre el fondo de la cuestión planteada, perjuicios de difícil -y aún de
imposible- reparación. Es por esta razón esencial que interesa, como he dicho,
directamente al quejoso la estimación de dichos perjuicios, que la ley ha querido
confiar a éste el impulso procesal tendiente a iniciar el procedimiento y solicitar el
beneficio de la suspensión del acto reclamado, por tal motivo, la suspensión ordinaria,
se ha llamado suspensión a petición de la parte agraviada."65
La suspensión se decretará a petición de parte, de conformidad con el artículo 124
del ordenamiento legal invocado, el cual prevé: "Fuera de los casos a que se refiere el
artículo anterior, la suspensión se decretará cuando concurran los requisitos siguientes:
64
Castro, Juventino V.
La suspensión del acto reclamado en el amparo.
ed. Porrua. págs. 73 y 74.
65
ob.cit. Noriega, Alfonso.
Lecciones de... pág. 904.
86
I.- Que lo solicite el agraviado; II.- Que no se siga perjuicio al interés social, ni se
contravengan disposiciones de orden público...III.- Que sean de difícil reparación los
daños y perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto."
La suspensión que en caso de concederse, pueda ocasionar daños a un tercero, será
concedida previa garantía exigida al quejoso, a efecto de restituir los daños
ocasionados en caso de que no obtuviere sentencia favorable. Sin que proceda la
misma, si a su vez, el tercero perjudicado, otorga caución bastante para restituir las
cosas al estado que guardaban antes de la violación de garantías, sin que haya lugar a
admitirse la contragarantía, si en caso de no concederse la suspensión quedara sin
materia el juicio de amparo.
Así pues, la suspensión podrá solicitarse al momento de interponer la demanda de
amparo, ante lo cual, el Juez de Distrito, en caso de que esta procediera, la otorgará
provisionalmente, abriendo para efectos de substanciación un incidente que se llevará
por cuerda separada. En el auto en que se declare la apertura el incidente de
suspensión, el Juez de Distrito solicitará de las autoridades responsables, un informe
previo, en el cual argumentarán lo que consideren respecto de la procedencia de la
concesión de la suspensión; concediendo al efecto un plazo de veinticuatro horas.
En el mismo auto, será fijada fecha para la celebración de la audiencia incidental, la
cual no excederá del término de setenta y dos horas, en ésta se ofrecerán, admitirán (o
desecharán), y desahogarán las pruebas pertinentes. Dicha audiencia incidental será
pública, ofreciéndose en ella los alegatos de las partes en el juicio de amparo; una vez
concluida la misma, se procederá a dictar la resolución en la que se otorgue o se niegue
la suspensión definitiva.
La suspensión podrá modificarse o revocarse por hecho superveniente, hasta en
tanto no sea dictada sentencia en cuanto al fondo del amparo se refiere.
Finalmente, la fracción XVII del artículo 107 constitucional establece: "La
autoridad responsable será consignada a la autoridad correspondiente, cuando no
suspenda el acto reclamado debiendo hacerlo..."
5.9.5.La sentencia.
Las sentencias dictadas en el juicio de amparo podrán ser analizadas según
concedan o nieguen el amparo solicitado, en virtud de considerar el acto reclamado
constitucional o inconstitucional respectivamente.
87
En caso de que la sentencia conceda el amparo al quejoso, de conformidad con el
artículo 80 de la Ley de Amparo, esta "tendrá por objeto restituir al agraviado en el
pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las cosas al estado que
guardaban antes de la violación, cuando el acto reclamado sea de carácter positivo; y
cuando sea de carácter negativo, el efecto del amparo será obligar a la autoridad
responsable a que obre en el sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir,
por su parte, lo que la misma garantía exija."
Así pues, el juicio de amparo puede concluir con la ejecución de la sentencia, o el
dictado de la misma (en caso de no conceder el amparo solicitado); más de igual
forma, el juicio de amparo puede llegar a su fin mediante una resolución de
sobreseimiento, que es aquella, que se dicta, dando fin al juicio, en virtud de
encontrarse imposibilitado el juzgador para examinar el fondo del asunto; es decir, de
pronunciarse respecto de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos
reclamados.
5.9.5.1.Resolución de sobreseimiento.
"La resolución que decreta el sobreseimiento en el juicio de amparo,...por su propia
naturaleza, tiene el carácter propio de una resolución meramente declarativa, al igual
que la sentencia desestimatoria. Efectivamente, el sobreseimiento es una institución
que pone fin al juicio de amparo, sin hacer ninguna consideración sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado y, por tanto, respecto de si
la Justicia de la Uión ampara o no a la parte quejosa; en esa virtud, la autoridad de
control, en la resolución que dicta para fundar el sobreseimiento, se concreta a
comprobar la existencia de alguna de las causas que lo originan, de acuerdo con lo
dispuesto en los artículos 73 y 74 de la Ley de Amparo, sin analizar, por ningún
motivo, los conceptos de violación."66
Procederá el sobreseimiento en el juicio de amparo, si el quejoso se desiste
expresamente de la demanda de amparo, dado que el juez se encuentra imposibilitado
para continuar el juicio; si el agraviado muere durante el proceso, y los actos
reclamados solo afectaban a su persona, en virtud de que no se podrá ya sostener el
interés jurídico; cuando se advierta, una vez admitida la demanda, alguna
improcedencia de amparo; ya sea sobrevenida, o porque el juez no la había detectado
66
ob.cit. Noriega, Alfonso.
Lecciones de... pág. 737.
88
al admitir la misma; cuando se demuestre la inexistencia del acto reclamado,
obedeciendo ello, a que si no existe tal acto, por ende no podrá el juzgador declararlo
constitucional o inconstitucional, no es posible hacer manifestación alguna respecto de
algo que no existe; o, por inactividad procesal o caducidad de la instancia.
Dicha
resolución de sobreseimiento será dictada antes de la celebración de la audiencia
constitucional, o al momento de resolver, una vez celebrada dicha audiencia,
dependiendo las características y el momento en que dicha causal de sobreseimiento
fue advertida por el juzgador.
5.9.5.2.Sentido de la Sentencia.
Puede suceder, que la sentencia de amparo, contenga los tres tipos de sentido
indicados con anterioridad; esto será entendido en relación directa con los actos que se
reclamaron, por lo cual respecto de algunos de ellos (en caso de que así procediere) se
podrá decretar el sobreseimiento, respecto de diversos actos reclamados se podrá negar
el amparo y respecto de otros actos, se podrá conceder el amparo y protección de la
justicia de la Unión. Es decir, el sentido en el que se pueden dictar las sentencias de
amparo no es excluyente; pueden converger uno, dos o los tres casos en una misma
sentencia de amparo.
5.9.5.3.Cumplimiento sustituto.
Es importante indicar, que en caso de que la sentencia de amparo concedida al
quejoso, cause mayores perjuicios que beneficios, en relación con la sociedad, podrá
ser decretado un cumplimiento sustituto. En efecto, la sentencia de amparo volverá las
cosas al estado en que se encontraban antes de la violación, restituyendo al quejoso de
su garantía individual violada, por lo que en el hipotético caso de que la sentencia de
amparo haya sido concedida en contra de un acto de expropiación, al concederse el
amparo y protección al quejoso, se le debe restituir de las tierras de las que fue
despojado; pero supongamos que dichas tierras, ya se encuentran ocupadas o fueron
enajenadas (obviamente en forma indebida), y supongamos que en las mismas fueron
construidos diversos edificios en los cuales se encuentran viviendo varias personas, o
se encuentran en ellas trabajando un número considerable de campesinos. En estos
casos, debe entenderse que la restitución de tierras al quejoso, ocasionaría perjuicios
considerables a aquellas personas que poseen la tierra en el momento, las cuales tienen
preferencia en virtud del beneficio social; por lo cual, en dicho caso, se sustituirá al
89
quejoso la restitución de su garantía violada con un cumplimiento sustituto, siendo la
medida más general la indemnización, por el pago de las tierras perdidas, fijada por la
propia autoridad judicial de conformidad con los datos con que cuente en el
expediente, hechos llegar a través de las partes en litigio. El cumplimiento de las
sentencias de amparo será sustituto, siempre que con su cumplimiento se afecte
gravemente a la sociedad o a terceros en mayor proporción que los beneficios
económicos que pudiera obtener el quejoso. Igualmente, el quejoso podrá solicitar
ante el órgano que corresponda, el cumplimiento sustituto de las sentencias de amparo,
siempre que la naturaleza del acto lo permita.
5.9.5.4.Efectos de la sentencia.
Una vez que la sentencia de amparo ha obtenido firmeza, ya porque no procede
contra ella ningún recurso, ya porque procediendo alguno, haya transcurrido el tiempo
otorgado por la ley para interponerlo, o bien porque interpuesto, la sentencia ha sido
confirmada, ésta vincula a las autoridades responsables, así como aquellas que se
encuentren investidas de competencia para cumplir las mismas.
En efecto, debemos entender que la ejecución de las sentencias de amparo
corresponde a los tribunales que las han dictado, puesto que en ellos recae la potestad
de dictar las ordenes respectivas para lograr su cumplimiento. Ahora bien, el
cumplimiento de las sentencias del juicio de garantías, corresponderá a todas las
autoridades que se encuentren vinculadas por la misma, es decir, aquellas a quienes
expresamente les sea ordenado el cumplimiento de ellas.
El cumplimiento de las sentencias de amparo debe ser tal, que no admitirá una
repetición del acto reclamado (que incurran nuevamente en los mismos actos que
fueron declarados inconstitucionales), un exceso en su cumplimiento (que las
autoridades encargadas de cumplir con la sentencia se hayan extralimitado con
pretexto de su cumplimiento), ni el defecto en el mismo (que las autoridades hayan
cumplido defectuosamente lo ordenado en la sentencia de amparo).
En el primer caso (repetición del acto reclamado), se podrá impugnar dicha actitud
de la autoridad a través de la vía incidental; en los supuestos restantes (exceso o
defecto en el cumplimiento de la sentencia), será procedente el recurso de queja.
5.9.5.5.Sanciones Constitucionales.
90
Respecto de las sanciones que conlleva el incumplimiento de las sentencias de
amparo, el artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
en su fracción XVI establece: "Si concedido el amparo la autoridad responsable
insistiere en la repetición del acto reclamado o tratase de eludir la sentencia de la
autoridad federal, y la Suprema Corte de Justicia estima que es inexcusable el
incumplimiento, dicha autoridad será inmediatamente separada de su cargo y
consignada al Juez de Distrito que corresponda. Si fuere excusable, previa declaración
de incumplimiento o repetición, la Suprema Corte requerirá a la responsable y le
otorgará un plazo prudente para que ejecute la sentencia. Si la autoridad no ejecuta la
sentencia en el término concedido, la Suprema Corte de Justicia procederá en los
términos primeramente señalados."
5.10.Recursos.
Al ser un juicio bi-instancial, debemos entender pues, que consta de dos instancias,
por lo que se establece la posibilidad de diversos recursos, principalmente el de
revisión, por el cual se puede impugnar la sentencia dictada.
5.10.1.Recurso de Revisión.
Por lo que hace al juicio de garantías uni-instancial o indirecto, será procedente el
recurso de revisión contra la sentencia de amparo que concedan o nieguen el mismo,
contra las resoluciones de sobreseimiento, contra los autos que desechen o tengan por
no interpuesta una demanda. De igual forma, quedará expedita la vía para interponer
dicho recurso de revisión en contra de la resolución que conceda o niegue la
suspensión del acto reclamado, o que revoque, modifique o niegue la revocación
solicitada de la misma.
5.10.1.2.Competencia.
El recurso de revisión será competencia de los Tribunales Colegiados de Circuito,
salvo los casos expresamente indicados en el artículo 84 de la Ley de Amparo,
respecto de los cuales conocerá la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El citado
artículo indica: "Es competente la Suprema Corte de Justicia para conocer del recurso
de revisión, en los casos siguientes: I.- Contra las sentencias pronunciadas en la
audiencia constitucional por los jueces de Distrito, cuando: a) Habiéndose impugnado
91
en la demanda de amparo, por estimarlos inconstitucionales, leyes federales o locales,
tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente de la República de
acuerdo con la fracción I del artículo 89 constitucional y reglamentos de leyes locales
expedidos por los gobernadores de los Estados, o cuando en la sentencia se establezca
la interpretación directa de un precepto de la Constitución, subsiste en el recurso el
problema constitucional; b) Se trate de los casos comprendidos en las fracciones II y
III del artículo 103 constitucional;".
En dicho artículo, se establece de igual forma la facultad de atracción de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, es decir, cuando la Corte lo estime conveniente, podrá
atraer a su conocimiento cualquier recurso de revisión que sea competencia de los
Tribunales Colegiados de Circuito, que dadas las características especiales del mismo,
estime debe ser resuelto por ella. Dicha facultad de atracción podrá ser decretada por
la Suprema Corte ya sea de oficio, o bien a petición del correspondiente Tribunal
Colegiado de Circuito o del Procurador General de la República; sin que dicha petición
obligue a la Corte a atraer dicho asunto a su conocimiento.
El recurso de revisión se interpondrá ante el propio Juez de Distrito en el plazo de
diez días, contado a partir del en que surta efectos la notificación de la resolución que
se combate.
5.10.2.Recurso de Queja.
Por lo que hace a los aspectos más generales del juicio de amparo, y respecto del
recurso de queja, éste procederá dentro del procedimiento del juicio de amparo
indirecto: a) en contra de la admisión de demandas notoriamente improcedentes; b) en
contra de las autoridades responsables por exceso o defecto en el cumplimiento de las
sentencias de amparo; c) contra los autos que no admitan a trámite el recurso de
revisión; d) contra las resoluciones que se dicten en el incidente de daños y perjuicios;
e) contra las resoluciones que determinen el cumplimiento sustituto de la sentencia; f)
en las resoluciones que determinando la forma y cuantía del cumplimiento sustituto de
la sentencia de amparo; g) contra las resoluciones en que se conceda o se niegue la
suspensión provisional; y, h) contra las autoridades responsables, por exceso o defecto
en el cumplimiento de la suspensión del acto reclamado, ya sea provisional o
definitiva.
El recurso de queja se interpondrá por escrito ante el Juez de Distrito. Dicho
recurso se deberá interponer en el plazo de cinco días contados al en que surta efectos
92
la notificación de la resolución recurrida, en los casos de los incisos a), c), d), e) y f).
En el plazo de un año contado a partir del día siguiente de la notificación de la
sentencia al quejoso, en el caso del inciso b). Dentro de las veinticuatro horas
siguientes al en que surta efectos la notificación del auto, en el caso del inciso g). Y en
cualquier tiempo, hasta antes de dictarse sentencia en el caso del inciso h).
5.10.2.1.Competencia.
En los casos de los incisos b) y h), será competente para conocer de dicho recurso
de queja, la propia autoridad judicial que conoció del juicio de amparo; en los demás
casos será competente el Tribunal Colegiado de Circuito.
5.10.3.La acumulación.
En los juicios de amparo indirecto, procederá la acumulación de oficio o a instancia
de parte "I.- Cuando se trate de juicios promovidos por el mismo quejoso por el mismo
acto reclamado, aunque las violaciones constitucionales sean distintas, siendo diversas
las autoridades responsables; II.- Cuando se trate de juicios promovidos contra las
mismas autoridades, por el mismo acto reclamado, siendo diversos los quejosos, ya sea
que éstos hayan intervenido en el negocio o controversia que motivó el amparo o que
sean extraños a los mismos."
5.11.El amparo indirecto.
Por lo que hace al juicio de amparo uni-instancial o directo, y en virtud de que el
mismo, contiene mayor semejanza con el recurso de casación español, será objeto de
estudio en el capítulo correspondiente.
6. BREVES REFLEXIONES.
A efecto de analizar breve y concretamente algunas características de los sistemas
jurídicos descritos anteriormente, procederemos a realizar algunas consideraciones,
que deben entenderse en forma genérica, dado que varias de éstas contienen sus
respectivas excepciones.
93
Así pues, tanto el juicio de amparo mexicano como el recurso de amparo español,
son verdaderos medios de defensa constitucional en favor de los derechos
fundamentales, que la misma otorga a los particulares.
Debemos comentar que el sistema jurídico mexicano y el español, tienen influencia
recíproca en materia de defensa de derechos fundamentales contra violaciones de los
poderes públicos; en virtud que el juicio de amparo mexicano se vió influenciado por
los procesos forales españoles y el sistema de protección imperante en la Nueva
España, así como el actual recurso de amparo español surge en gran medida de la
divulgación del juicio de amparo realizada en España por el jurista mexicano Rodolfo
Reyes, siendo determinante para la creación de dicha institución en la Constitución
española de 1978.
Sin embargo es importante advertir, que tanto en México, como en España, el
control constitucional tiene matices, tanto de control difuso, como de control
concentrado.
En efecto, en España, no obstante el recurso de amparo constitucional, se encuentra
encomendado a un órgano de control denominado Tribunal Constitucional, creado ad
hoc, para conocer de las violaciones que en materia de derechos fundamentales se
cometan contra la Constitución (control concentrado); no hay que olvidar que a través
de los tribunales ordinario se protege de igual forma la Constitución, en virtud del
procedimiento conocido por la doctrina como amparo judicial (control difuso).
Por su parte, en México, el juicio de amparo, si bien es cierto que se encuentra
competencialmente, en conocimiento exclusivo del Poder Judicial de la Federación,
encontrándose restringido a los tribunales ordinarios realizar la interpretación de la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos de autoridad (control
concentrado); también lo es que el Poder Judicial de la Federación se encuentra
compuesto de diversos órganos jurisdiccionales, los cuales son competentes de conocer
del juicio de amparo de conformidad al caso concreto que se plantee; además, no
obstante que el Poder Judicial de la Federación, al conocer en materia de amparo,
forma parte del orden total o constitucional, es uno de los Poderes Públicos de la
Unión, que realiza funciones de jurisdicción ordinaria en materia federal.
Así pues, se advierte de lo anteriormente analizado, que mientras en España,
podemos encontrar dos tipos diversos de protección jurisdiccional de los derechos
fundamentales constitucionalmente garantizados (amparo judicial y constitucional), en
México, la protección principal recae en un solo tipo de juicio de amparo, conocido por
94
órganos incardinados en la misma institución constitucional (el Poder Judicial de la
Federación)
El amparo judicial es un proceso jurisdiccional ordinario, mientras que el juicio y el
recurso de amparo, son procesos constitucionales.
Advirtiendo también que respecto del amparo constitucional español, el mismo es
conocido en única instancia por el Tribunal Constitucional, mientras que el juicio de
amparo mexicano, cuando sea amparo indirecto, será conocido en dos instancias, ante
los Juzgados de Distrito y ante los Tribunales Colegiados de Circuito respectivamente.
En los procesos de amparo analizados, la legitimación es bastante amplia,
entendiéndose primordialmente en favor del particular que se considere vulnerado en
sus garantías individuales, más en España, se extiende dicha legitimación para ejercer
la acción de amparo constitucional al Ministerio Fiscal y al Defensor del Pueblo, en
tanto que en México, únicamente podrá interponer el amparo, el afectado directamente
en sus derechos fundamentales, sin intervenir de ninguna forma el Presidente de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos (funcionario equivalente al Defensor del
Pueblo español); otorgando legitimación para interponer el juicio de amparo a las
personas morales oficiales, cuando como gobernados, vean afectados sus intereses
patrimoniales. Encontrando, en dichas instituciones, por lo demás, que las partes en el
amparo son similares, interviniendo el afectado en sus garantías constitucionales, el
Ministerio Público, la autoridad de la cual emano el acto reclamado, y los terceros
interesados en el procedimiento del cual emanó el mismo.
El amparo español y el mexicano, son procedimientos sumarios de agilidad
procesal considerable, con pocas restricciones para acceder a los mismos, dada la
importancia de los derechos que se defienden y la protección de los mismos, que se
encuentra su verdadera finalidad en la protección constitucional.
La demanda de juicio de amparo mexicano, es perceptible de ser ampliada; en el
ordenamiento jurídico español, esta posibilidad no existe.
Tanto el amparo mexicano, como el español, contienen la posibilidad de suspender
el acto que se reclama (con sus matices propios) a efecto de mantener viva la materia
del amparo, otorgando con dicha medida, una amplia protección al afectado en sus
derechos fundamentales.
El amparo mexicano, se encuentra regulado específicamente por la Ley de Amparo
(Reglamentaria de los artículos 103 y 107 constitucionales), siendo aplicable
supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles; con aplicación en gran
95
medida por la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Por su parte el
amparo constitucional español, se encuentra previsto procedimentalmente por la Ley
Orgánica del Tribunal Constitucional, siéndole aplicables en forma supletoria la Ley de
Enjuiciamiento Civil y la Ley Orgánica del Poder Judicial; más el amparo judicial
español, se encuentra regulado en diversa legislación, dependiendo el derecho
fundamental que se supone vulnerado y la autoridad de la cual emanó el acto que se
impugna, pudiendo emanar de un particular.
Los procedimientos de amparos analizados son verdaderos juicios, no son recursos
dado que no analizan en segunda instancia una resolución emitida por el inferior
perteneciente a la propia estructura orgánica del resolutor de amparo. Tanto el recurso
de amparo español, como el juicio de amparo mexicano, son verdaderos procesos
jurisdiccionales autónomos de tipo contencioso.
El recurso de amparo español, no es procedente contra leyes, a diferencia del
amparo mexicano, en el cual se puede impugnar de inconstitucional la legislación
secundaria; aspectos estos que se analizarán en el capítulo respectivo del presente
trabajo.
La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, no prevé la procedencia del recurso
de amparo contra omisiones de la Administración Pública. No obstante, considero que
aún y cuando la ley no lo señale expresamente, debemos entender recurribles en
amparo las violaciones a derechos fundamentales que provengan de actos omisivos de
dichas autoridades, debiendo por ello el Tribunal Constitucional hacer una
interpretación extensiva de este derecho, a efecto de salvaguardar con amplitud las
garantías del gobernado. Así pues, si la Administración se abstiene de realizar función
alguna, respecto de la cual sea competente, lesionando con ello un derecho
fundamental, el particular debe ser amparado.
En el ordenamiento jurídico español, se requiere al particular, a efecto de interponer
una demanda de amparo, la asistencia de abogado y procurador (salvo que el propio
agraviado sea Licenciado en Derecho). Considero que dicha cuestión es demasiado
estricta, y podría en un caso determinado entorpecer en gran medida la posibilidad de
acceso a la justicia constitucional. Por el contrario en el sistema jurídico mexicano, no
se solicitan tales requisitos, estando en posibilidad el quejoso de interponer la demanda
de amparo sin asistencia de abogado; aún cuando en la práctica, la casi totalidad de las
demandas de amparo interpuestas han sido bajo la asesoría o con la representación
legal de abogado.
96
En el amparo constitucional español, en virtud de su naturaleza uni-instancial, no
proceden mayores recursos que el de súplica contra proveídos y autos, y el de
aclaración de sentencia; mientras que en el amparo indirecto mexicano, dada su
naturaleza bi-instancial, procede la revisión de la sentencia dictada en una segunda
instancia; así como el recurso de queja. En el amparo judicial español, dada su
naturaleza de vía ordinaria, procederán los recursos previstos en la legislación
procedimental respectiva.
El juicio y el recurso de amparo contienen diversos plazos para la interposición de
la demanda, en relación con el acto y la autoridad de la cual emana el mismo; así
también la demanda deberá ser presentada por escrito. Más en el amparo mexicano no
existe plazo para interponer la demanda de amparo tratándose de determinados actos
en materia agraria; de actos prohibitivos por el artículo 22 constitucional;
incorporación forzosa al servicio del Ejército o Armada Nacionales, o actos que
importen peligro a la vida, ataques a la libertad personal, deportación o destierro. En
dichos supuestos, la demanda puede presentarse por comparecencia.
La acción de amparo siempre será a instancia de parte, existiendo la posibilidad de
interponerla en nombre propio o en representación del agraviado; más además, el
amparo español legítima para ejercer la acción al Defensor del Pueblo y al ministerio
Fiscal, ampliando la posibilidad de protección eficaz de los derechos fundamentales y
del respeto constitucional.
Tanto en el recurso como en el juicio de amparo, existe el principio de definitividad;
es decir, la obligación de agotamiento de la vía judicial previa (conteniendo ambas
instituciones salvedades); sin que sea necesario agotar vías previas que aún cuando
sean prevista en la legislación respectiva, no sean las idóneas para proteger el derecho
fundamental violado.
En el sistema jurídico mexicano, el amparo prevé la suplencia en la deficiencia de la
queja en determinados casos, otorgando con ello protección más amplia a los
trabajadores, a los procesados en materia penal, a los menores, etc. Figura que se
acerca a la anteriormente indicada, es la prevista en el recurso de amparo, en el artículo
84 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, en la cual el Tribunal puede basar
la sentencia en motivos no alegados por las partes, previa audiencia en que escuche a
las partes.
En el juicio de amparo mexicano, opera la figura el sobreseimiento, consistente en
una resolución o acuerdo en el que se da por finalizado el amparo por estar
97
imposibilitado el juzgador para resolver el fondo del asunto. En el amparo español, se
prevén diversos acuerdos para dar por finalizado el juicio en estos supuestos.
Las sentencias de amparo, serán siempre con efectos relativos, es decir, sólo se
limitarán a hacer la manifestación que en derecho corresponda respecto del acto
concreto, sin hacer pronunciamiento alguno de carácter general. Las sentencias de
amparo, no tiene efectos erga-omnes.
Las sentencias de amparo serán siempre vinculantes; no obstante, en el sistema
jurídico mexicano se prevén disposiciones más severas para lograr el cumplimiento de
las mismas; previéndose expresamente a nivel constitucional, el cumplimiento
sustituto de las sentencias de amparo.
Finalmente, la diferencia más considerable, consiste en que el recurso de amparo
español, protege los derechos fundamentales analizando la constitucionalidad de los
actos impugnados; mientras que el amparo mexicano, analiza además, en forma
indirecta la legalidad de los mismos, otorgando protección mediante dicha vía a todo el
derecho positivo mexicano.
Así pues, podemos considerar al recurso y al juicio de amparo, como medios de
defensa constitucional, que se desarrollan jurisdiccionalmente en un proceso
contencioso autónomo, entre los particulares y los poderes públicos (excepto el amparo
judicial español que procede contra actos de particulares) en defensa de los derechos
fundamentales consagrados constitucionalmente (en España arts. 14-29 y 30.2
constitucionales); interpuesto siempre a instancia de parte y cuyas sentencias no tienen
efectos erga-omnes, limitándose siempre a manifestarse respecto del caso concreto.
98
CAPITULO II.
PROTECCION JURISDICCIONAL DE LA LIBERTAD FISICA.
SUMARIO. 1.El derecho a la libertad. 1.1. Antecedentes de Derecho Positivo.1.2.Reconocimiento
Internacional. 1.3.La libertad Personal como Derecho limitado. 1.4.Enfoque Constitucional.
2.Antecedentes. 2.1.El Writ of habeas corpus anglosajón. 2.2.La manifestación de personas. 3.El
procedimiento de habeas corpus en España. 3.1. Legitimación. 3.2.Competencia Jurisdiccional.
3.3.Interposición y Demanda.3.4.Obtención judicial de datos. 3.5.Audiencia. 3.6.Pruebas. 3.7.
Resolución. 3.8.Posibles conductas delictivas. 3.9.Recursos. 4.El Juicio de Amparo Mexicano. 4.1.
Procedencia. 4.2.Legitimación. 4.3.Interposición y Demanda.4.4.Suspensión del acto reclamado.
4.5.Suplencia en la deficiencia de la queja. 5.Breves reflexiones.
1. EL DERECHO A LA LIBERTAD.
A fin de que el hombre pueda desarrollarse como tal, es necesario permitir que
dirija plenamente sus acciones, puesto que en caso contrario, no es sino un elemento
reflejo de quien lo determina, perdiendo así una de las características esenciales del ser
humano, la libertad.
Por ello, "una de las condiciones indispensables, sine qua non, para que el individuo
realice sus propios fines, desenvolviendo su personalidad y propendiendo a lograr su
felicidad, es precisamente la libertad, concebida no solamente como una mera potestad
psicológica de elegir propósitos determinados y escogitar los medios subjetivos de
ejecución de los mismos, sino como una actuación externa sin limitaciones o
restricciones que hagan imposible o impracticable los conductos necesarios para la
actualización de la teleología humana".67
Así pues, la libertad, es un derecho inseparable del ser humano, irrenunciable,
imprescriptible e inalienable; conforma uno de principales derechos humanos,
emanados del derecho natural, y los cuales ostenta el hombre por el solo hecho de
serlo, con plena independencia de que éstos le sean reconocidos o no por el
67
Burgoa, Ignacio.
Las Garantías Individuales.
Ed. Porrua. pag. 17.
99
ordenamiento jurídico de la sociedad en que se desenvuelve, dado que como se indicó,
forman parte del derecho natural, el cual no es producto de la legislación de un estado
determinado.
1.1.Antecedentes de Derecho Positivo.
Partiendo de esta base, los derechos humanos, deben (y son en la mayor parte de las
legislaciones de derecho positivo) ser reconocidos por los estados, garantizando su
observancia a través de medios eficaces de obligada observancia.
Efectivamente, los derechos humanos han sido reconocidos por la sociedad durante
el transcurso de la historia, específicamente el derecho a la libertad, ya desde el siglo
XVIII, en países como Estados Unidos de América y Francia, se redactaron
documentos que pugnaron por el respeto y reconocimiento de estos.
Uno de los antecedentes mas remotos del respeto estatal a los derechos
fundamentales lo constituye el artículo 29 de la Carta Magna del monarca inglés Juan
Sin Tierra, en el cual se establecía: "Ningún hombre libré será detenido ni preso, ni
desposeído de su tenencia, de sus libertades o libres usos, ni puesto fuera de la Ley, ni
exiliado, ni molestado de manera alguna; y Nos no podremos ni haremos poner mano
sobre él, a no ser en virtud de un juicio legal de sus pares y según la ley de la tierra".68
1.2.Reconocimiento Internacional.
De igual forma, la sociedad internacional ha pugnado por el respeto a la libertad
personal de individuo, existiendo serias declaraciones y convenios a través de los
cuales se exige la observancia de este derecho fundamental; encontrando de entre éstas
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, misma que en su artículo 7o,
sanciona: "Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie
puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas
de antemano por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes
dictadas conforme a ellas". Así también, el numeral 5o del Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos dice: "Toda persona tiene derecho a la libertad y
a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y
con arreglo al procedimiento establecido por la ley". Finalmente, la Organización de
68
cfr. Castro, Juventino.
Garantías y Amparo. ed Porrua.
pag. 221.
100
las Naciones Unidas, en el precepto 9o del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, se indica: "Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personales. Nadie podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá
ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por la ley y con arreglo al
procedimiento establecido en ésta".
Así pues, es en la espontanea elección de fines y de los medios a obtener los
mismos, en donde se ostenta efectivamente la libertad; medios y fines que son potestad
del individuo como tal a efecto estar en posibilidad de alcanzar su propia felicidad.
"La libertad social u objetiva del hombre se revela como la potestad consiente en
realizar trasendentalmente los fines que él mismo se forja por conducto de los medios
idóneos que su arbitrio le sugiere, que es en lo que estriba su actuación externa, la cual
sólo debe tener las restricciones que establezca la ley en aras de un interés social o
estatal o de un interés legítimo privado ajeno."69
Es pues, el derecho a la libertad, la libertad corporal, el punto medular de la
protección del procedimiento de habeas corpus, análisis primordial del presente
capítulo, y medio procedimental regulado en el derecho positivo español, tendiente a la
observancia por parte del estado de éste derecho fundamental.
1.3.La libertad personal como derecho positivo.
Como se indicó anteriormente, uno de los derechos humanos vigilado y regulado
minuciosamente por los ordenamientos constitucionales de los estados, es el derecho a
la libertad, específicamente la libertad física de las personas, debido precisamente a
que es un derecho indispensable para el desarrollo pleno del individuo como ser
humano y es fácilmente susceptible de violación en nombre de la obligación del Estado
de regular la vida en sociedad.
Este derecho (libertad física), se encuentra regulado específicamente (para el campo
de estudio que nos ocupa), en la Constitución española, formando parte (como hemos
indicado con anterioridad), de los derechos fundamentales de la persona humana; con
lo cual se convierte en un derecho público subjetivo, oponible y exigible al Estado. No
obstante, la normatividad positiva de este derechos constitucional no es ilimitada. Así
pues, "la libertad social, traducida en la potestad del sujeto para realizar sus fines
vitales mediante el juego de los medios idóneos por él seleccionados, y la cual
69
ob.cit. Burgoa, Ignacio. Las Garantías... pag. 307.
101
determina su actuación objetiva, no es absoluta, esto es, no está exenta de restricciones
o limitaciones. Estas tienen su razón de ser en la vida social misma. En efecto, la
convivencia humana sería un caos si no existiera un principio de orden";70 es decir,
paralelamente a la posesión de éstos derechos fundamentales o garantías individuales,
existen también deberes y obligaciones fundamentales en relación con ellos; así pues,
el derecho a la libertad personal, se encuentra restringido al cumplimiento de las
normas sociales positivas que cada Estado impone a sus integrantes, previendo éste la
posibilidad de disponer del derecho a la libertad física de la persona humana a efecto
de asegurar las diversas libertades y derechos del resto del conglomerado social, sin
que por esta razón, el Estado pueda actuar ilimitadamente en el uso de éste derecho en
aras de preservar el orden previamente establecido, dicha facultad estatal debe
encontrarse regulada jurídicamente.71 En efecto, el Estado, a través de sus autoridades,
tiene de igual forma, la obligación de cumplir con una serie de requisitos
indispensables y establecidas apriori, al uso de esa facultad restrictiva de las garantías
individuales de las personas.
1.4.Enfoque constitucional.
La Constitución española, contienen un mínimo de derechos fundamentales
(garantías constitucionales), sin que sea obstáculo ésta inclusión de garantías
individuales en el máximo ordenamiento jurídico, para que dichos derechos
fundamentales puedan ser ampliados en la legislación ordinaria.
Estos derechos fundamentales, pueden ser divididos en garantías de libertad, de
igualdad, de propiedad y de seguridad jurídica; así pues, la garantía de libertad física
del individuo se encuentra comprendida dentro de las garantías consagradas como de
libertad. Ahora bien, dicha libertad personal, puede en determinados casos ser
interrumpida por el Estado en aras del cumplimiento del orden jurídico previamente
establecido; no obstante, a efecto de que la autoridad estatal se encuentre en
posibilidad de afectar al gobernado en su libertad personal, es necesario cubrir una
serie de modalidades jurídicas que le impone la Constitución y las leyes, emanadas de
esta.
70
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
71
Las Garantías... pág. 305.
Fernández, Eusebio. El Problema del Fundamento de los Derechos Humanos.
Universidad Complutense de Madrid. pág. 77.
102
"Ese conjunto de modalidades jurídicas a que tiene que sujetarse un acto de
cualquier autoridad para producir validamente, desde un punto de vista jurídico, la
afectación en la esfera del gobernado a los diversos derechos de éste, y que se traduce
en una serie de requisitos, condiciones, elementos, etc., es lo que constituye las
garantías de seguridad jurídica. Estas implican en consecuencia, el conjunto general de
condiciones requisitos, elementos o circunstancias previas a que debe sujetarse una
cierta actividad estatal autoritaria para generar una afectación válida de diferente índole
en la esfera del gobernado, integrada por el summum de sus derechos subjetivos. Por
ende, un acto de autoridad que afecte el ámbito particular de un individuo como
gobernado, sin observar dichos requisitos, condiciones, elementos o circunstancias
previos, no será válido a la luz del derecho".72 Por lo cual dichos derechos
fundamentales de seguridad jurídica son eminentemente positivos, en virtud de que a
diferencia de los restantes, consistentes en un respetar por parte del Estado, las
garantías ahora analizadas, contienen, no una abstención de vulnerar, sino el
cumplimiento de los requisitos impuestos por el ordenamiento jurídico.
Así pues, la Constitución, a través de sus garantías de seguridad jurídica establece
los requisitos mínimos a efecto de autorizar a las autoridades a restringir la libertad
personal de los individuos.
Ahora bien, la Constitución, debe tener diversos medios de defensa que le permitan
hacerse observar, estableciendo para ello procedimientos específicos y determinados,
mediante los cuales, los particulares tengan la posibilidad de impugnar el acto de la
autoridad estatal si este no se apega a los lineamientos fijados por la Constitución; es
pues, mediante el derecho fundamental a la seguridad jurídica que se protege la
garantía individual de libertad.
Respecto específicamente a la libertad personal, la Constitución española establece
en su artículo 17.4 la regulación de un procedimiento de "habeas corpus" a efecto de
proteger la libertad de los gobernados si la privación de ésta no se llevó a cabo de
conformidad a las leyes previamente establecidas. Previendo de esta forma, el
ordenamiento jurídico indicado, un medio y procedimiento específico efecto de hacer
valer el derecho fundamental frente a la actividad estatal.
Así lo ha especificado el Tribunal Constitucional al indicar que "...la libertad
personal reconocida en el art. 17.1 de la Constitución queda vulnerada cuando se priva
72
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
Las Garantías... pág. 305.
103
de ella a una persona sin observar lo dispuesto en el mismo o en casos o forma no
previstos en la Ley. De aquí el cumplimiento del principio de legalidad punitiva
(tipicidad) y procesal, pueda configurarse como una vulneración de la libertad
personal, en garantía de la cual el propio art. 17 prevé la regulación por Ley de un
procedimiento de habeas corpus para producir la inmediata puesta a disposición
judicial de toda persona detenida ilegalmente. Dada la función que cumple este
procedimiento, no cabe duda de que comprende potencialmente a todos los supuestos
en que se produce una privación de libertad no acordada por el Juez, con el objeto de
conseguir el resultado indicados sin la detención fuera ilegal".73
Por su parte, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en sus
artículos 14 y 16 reconoce el derecho a la libertad física de la persona, estableciendo
una serie de requisitos a efecto de que la autoridad estatal pueda (en su función de
rectora del orden social), privar de ella al individuo.
Así pues, en caso de no respetarse lo legalmente establecido, el particular podrá
impugnar el acto arbitrario mediante el juicio de amparo.
2.ANTECEDENTES.
Ciertamente, desde la antigüedad existieron gobiernos que previeron en sus
respectivas leyes, ciertas garantías a efecto de respetar la libertad personal de sus
gobernados, como pudiera ser el caso del Imperio Romano con la "actio de libero
exhibiendo"; no obstante, no remontaremos hasta estas instituciones, principalmente
porque solo pretendo dar una visión histórica general del procedimiento en análisis,
dado que un estudio a fondo, podría ser objeto de todo un tratado histórico.
2.1.El Writ of Habeas Corpus anglosajón.
"Como es notorio, la garantía de habeas corpus tiene su origen en la práctica
judicial del writ de habeas corpus, que funcionaba como un recurso judicial por el que
se solicita a un juez o tribunal que se dirija a quien tiene detenida a una persona y la
presente ante ellos. Posteriormente esta práctica se plasmó como derecho escrito en el
Habeas Corpus Amendment Act del año 1679, reformado en el año 1816."74
73
Sentencia del Tribunal Constitucional 31/1985.
74
Pérez-Luño, Antonio. Los Derechos Fundamentales. ed. Tecnos. pág. 85.
104
Aparentemente, el proceso de habeas corpus inglés, surge en un principio, como un
acto por el cual los tribunales exigían la presentación de persona determinada a efecto
de desarrollar un proceso, ni siquiera como una garantía del ciudadano. El Write of
Habeas Corpus, formaba parte del derecho consuetudinario inglés, emergiendo al
derecho positivo en la época de Juan sin Tierra en 1215, continuando un largo proceso
de reformas, y no es sino a partir del siglo XVII, cuando la doctrina jurídica se inclina
a la idea de que todo acto de autoridad debía encontrarse sujeto a la ley, incluso los
actos del rey, es cuando se comienza a transformar con mayor fuerza en una protección
a los gobernados, indagando la legalidad de todo acto de autoridad. En el Acta de
1679, toma el Writ of Habeas Corpus, un aspecto más comparable a un verdadero
procedimiento defensor de las garantías y derechos fundamentales de los ciudadanos,
en esta acta, se regula el procedimiento en estricta competencia penal; puede ser
solicitado por el detenido a por cualquier persona; existe la obligación por parte de los
jueces, de conceder el Habeas Corpus si se le demuestra la existencia del auto de
prisión o se realiza promesa sobre la misma; con la presentación del detenido, la
autoridad debe presentar escritos en los que fundamente su actuación de detención, así
como copia auténtica del auto de detención o prisión; y, la prohibición de trasladar al
detenido a prisión diversa de la que se encuentra.75
2.2.La Manifestación de Personas.
Otro antecedente que ciertamente tiene gran influencia en la institución del Habeas
Corpus español, es la manifestación de personas, derivada del derecho aragonés.
Efectivamente, la corona de Aragón elaboró una serie de instrumentos procesales a
efecto de otorgar cierta seguridad jurídica a sus súbditos, de entre los cuales se puede
observar la manifestación de personas; este procedimiento contenía una fase de
aseguramiento de la persona, a efecto de evitar fuera objeto de malos tratos por parte
de las autoridades, (concediendo dicho procedimiento de cárcel especial, aposentos
diversos a los usados por las autoridades comunes y bajo la estricta vigilancia del
Justicia de Aragón; un tipo de arresto domiciliario, en el cual, se privaba de la libertad
a la persona y se le encerraba en su casa; y, el otorgamiento de libertad bajo caución), y
75
cfr. Soriano, Ramón. El Derecho de Habeas Corpus.
Congreso de Diputados. págs. 53-67.
Publicaciones del
105
otra fase en la que concurría un proceso penal específico si en el proceso ordinario se
culminaba con una sentencia condenatoria.76
En efecto, "la cción y pretensión o recurso -pues de ambos modos podía operar- de
manifestación de personas, consistía en la postestad del Justicia y de sus
Lugartenientes de emitir una orden o mandato -Letras- dirigido a cualquier juz o
persona que tuviera a otra detenida o presa, pendiente o no de proceso, de que se le
entrease, a fin de que no se hiciere violencia alguna contra ella antes de que se dictase
sentencia; y examinado dicho proceso o acto, si no era contrafuero, se devilvía el preso
a la citada autoridad, para que lo juzgase o ejecutase su sentencia; más si el acto o
proceso eran desaforados, no se devolvía al preso, sino que se le ponía en libertad."77
Esta manifestación de personas, podía ser solicitada por los súbditos de la corona o
por los extranjeros que se encontraran en dicho territorio, incluso existía la posibilidad
de que fuera solicitada por persona diversa al afectado; procediendo dicha solicitud
ante el Justicia Mayor de Aragón, en contra de funcionarios, jueces y particulares,
excepción hecha del Tribunal de la Santísima Inquisición.78
"De tal manera que cuando decimos que la legitimación procesal es amplia para la
protección de la manifestación aragonesa, no hay que olvidar que esa legitimación
debe ser entendida en el contexto de la sociedad estamental, y que un determinado
colectivo social se queda al margen de recabar la protección de los fueros aragoneses.
Los derechos forales aragoneses eran unos auténticos privilegios de clases, que no
afectaban a los señoríos de carácter laical. Los villanos y pecheros estaban fuera de la
protección de los fueros de la Corona de Aragón...la manifestación de personas tenía
escasas posibilidades de ser invocada por los súbditos de la Corona de Aragón en razón
de que sólo ante el Justicia Mayor de Aragón o sus Lugartenientes podía interponerse
esta acción o recurso para exigir la manifestación de determinada persona. La
legitimación procesal pasiva dejaba mucho que desear y no facilitaba la disponibilidad
de este recurso para sus destinatarios".79
76
ob.cit. Soriano Ramón.
El Derecho de... pag. 43.
77
Fairén Guillén, Víctor.
Antecedentes aragoneses de los juicios de
amparo. Universidad Nacional Autónoma de México. pág. 77.
78
El Derecho de... pag. 47.
79
El Derecho de... pág. 49.
ob.cit. Soriano, Ramón.
ob.cit. Soriano, Ramón.
106
3.EL PROCEDIMIENTO DE HABEAS CORPUS EN ESPAÑA.
Ahora bien, el proceso de Habeas Corpus, que aparece recogido en el artículo 17 de
la Constitución española de 1978, es un procedimiento especial de amparo, dirigido en
contra de los actos de la autoridad y de los particulares, cuya finalidad es la puesta a
disposición judicial de cualquier persona que se encuentra dentro de los supuestos que
marca el propio artículo 1 de la ley reguladora del Habeas Corpus.
El Habeas Corpus es "un proceso constitucional que se dilucida ante un
procedimiento penal. Nos encontramos ante un proceso constitucional, porque su
objeto lo constituye una pretensión de amparo o, lo que es lo mismo, una pretensión
fundada en las normas del Derecho Constitucional y nacida con ocasión de la violación
de un derecho fundamental."80
En efecto, el Habeas Corpus es el procedimiento especial de amparo que tiene por
objeto primordial, poner a la inmediata disposición de la autoridad judicial a la persona
detenida ilegalmente, ya sea por la autoridad estatal o por un particular.
Así pues, el
habeas corpus "es un procedimiento de acusada naturaleza especial. En primer lugar,
porque su objeto no es, como es sólito, la protección de una pluralidad de derechos
fundamentales o no, sino la de uno sólo de ellos, la libertad personal. En segundo
lugar porque, en consonancia con ello, su tramitación tiene características de rapidez,
sencillez y abreviación de trámites notablemente singulares. En tercer lugar, en fin,
sus efectos se limitan, en congruencia con el objeto, a la determinación de la legalidad
o ilegalidad de la detención y de las condiciones de la misma."81
Ahora bien, dicho proceso de Habeas Corpus, debe ser incoado por el juez, siempre
que se le presenten datos fehacientes de posible privación ilegal de libertad.
En el proceso de Habeas Corpus, la parte agraviada siempre será una persona física,
en virtud de la naturaleza específica del derecho público subjetivo que se protege con
dicho procedimiento, siendo por ello la imposibilidad de que dicho medio
impugnatorio pueda interponerse en favor de una persona con naturaleza jurídica o
moral.82
80
Gimeno Sendra, Vicente.
págs. 58 y 59.
81
El proceso de "Habeas Corpus".
García Morillo, Joaquín.
La Protección Judicial
Fundamentales. ed. Tirant lo blanch. pág. 165.
82
de
ed. Tecnos.
los
cfr. Gimeno Sendra, Vicente. ob.cit. El proceso de... pág. 61.
Derechos
107
3.1.Legitimación.
La Ley Orgánica 6/84, en su artículo tercero, legitima para instar el procedimiento
de Habeas Corpus, al poseedor del derecho fundamental violado (esto por razones
obvias), legitimando de igual forma a su cónyuge o persona unida por similar relación
afectiva; a los ascendientes y descendientes; hermanos y, en caso de menores e
incapacitados, a sus representantes legales. Como se puede analizar, la ley establece
una relación o parentesco necesario con la persona afectada en sus derechos
fundamentales, más sin embargo, esta relación o parentesco debe ser especial, dado
que no se atribuye a cualquier familiar la posibilidad de incoar el procedimiento en
estudio, sin únicamente los ya indicados, siendo de igual forma especial la relación del
promovente de Habeas Corpus con la persona privada de libertad; nulificando de este
modo la posibilidad de interposición de este medio impugnatorio a toda persona que no
reúna estas características. Además de las personas indicadas con antelación, la ley
atribuye la posibilidad de solicitar dicho procedimiento al ministerio Fiscal, el cual de
conformidad con la ley, es el encargado de velar por el respecto a los derechos
fundamentales y a las libertades públicas, quien no se encuentra limitado única y
exclusivamente a la interposición de la demanda, sino que, en caso contrario será de
igual forma parte activa en el proceso respectivo; y al Defensor del Pueblo, quien de
conformidad con el artículo primero de la Ley Orgánica 3/1981, de seis de abril, es el
encargado de la defensa de los derechos fundamentales, facultado a efecto de fiscalizar
la actividad de la administración. Finalmente, la ley otorga al Juez de Instrucción
respectivo, la posibilidad de incoar el proceso de Habeas Corpus de oficio, siendo esta
por ende, facultad exclusiva de la autoridad judicial competente para conocer del
proceso de habeas corpus.
Ciertamente, esta postura del legislador (respecto de la legitimación activa) es muy
limitada, en virtud que dado el derecho fundamental relacionado con el proceso en
comento, consistente el la libertad personal, éste debe ser altamente protegido, no
siendo suficiente con prever el procedimiento respectivo, sino establecer la posibilidad
de allegarlo a todos los gobernados que lo posean; por lo que dicha legitimación de
incoación del proceso de habeas corpus, al ser limitativa, restringe de este derecho a un
porcentaje de población; por lo cual la posibilidad de demanda de habeas corpus,
considero, debiera ser concedida de manera mas genérica, llegando incluso al extremo
de legitimar a toda persona con capacidad legal. Ello conlleva a la reflexión respecto
de los extranjeros, los cuales en muchos de los casos no cuentan en territorio español
108
con familiares o sujetos con los requisitos establecidos por la ley para promover un
procedimiento de habeas corpus; no se escapa la posibilidad de que el proceso
encomento pueda ser interpuesto por el afectado en su derecho fundamental, mas si se
está ante un caso de incomunicación, de poco le serviría dicha legitimación.
Por otra parte, existe también la posibilidad de que cualquier persona no legitimada
directamente, en caso de tener conocimiento de la situación de la privación ilegal de
libertad, pueda instar indirectamente el procedimiento poniendo los hechos en
conocimiento del Juez competente, del Ministerio Fiscal o del Defensor del pueblo.83
No obstante lo anterior, considero que dicha medida retrasaría la finalidad de celeridad
a la restitución del derecho violado, existiendo la posibilidad, además, de un negativa
por parte de éstos.
3.2.Competencia jurisdiccional.
Una vez establecida la legitimación activa del habeas Corpus, procedemos a indicar
que el numeral 2 de la ley reguladora del artículo 17.4 constitucional, establece la
competencia jurisdiccional al juez de instrucción radicado en el lugar en que se
encuentra privado de libertad la persona afectada; a falta de esta constancia, el del
lugar en el cual se haya practicado la detención o en su defecto, en donde se hubieran
tenido las últimas noticias del detenido; entendiendo dicho artículo en el sentido que
será competente el Juez del lugar o el más cercano si no existiere Juez de Instrucción
en éste. No obstante lo indicado con anterioridad, la ley establece dos excepciones en
los párrafos segundo y tercero del precepto legal invocado, las privaciones de libertad
relacionadas con bandas armadas o terroristas y el sostenimiento del fuero militar; en
los casos en que será competente el Juez Central de Instrucción (el cual reside en
Madrid) o el Juez togado militar respectivamente.
Ahora bien, esta excepción legal (la concerniente a las bandas armadas o
antiterroristas) obstaculiza el principio fundamental de la inmediación, y por lo tanto,
de la propia eficacia del procedimiento, en virtud del traslado del detenido a un juez
que pudiera resultar territorialmente alejado; por otra parte, el otorgamiento de
competencia al juez central, convierte a dicho funcionario judicial en juez y parte, dado
que es el competente de igual forma de la instrucción del procedimiento seguido por el
83
cfr. García Morillo, Joaquín. ob.cit. La protección judicial... pág.
167.
109
delito relacionado, por lo que se degenera el concepto de igualdad, dado que la
finalidad del Habeas Corpus es la puesta a disposición de la autoridad judicial a la
brevedad posible del detenido ilegalmente, independientemente del delito que se le
imputa.84
Por otra parte, y dado que el proceso en comento se encuentra regulado a efecto de
restituir el derecho fundamental vulnerado, sin que deba obstar la condición del sujeto
activo, considero incorrecto que exista una distinción de fueros, dado que se puede
generar cierta parcialidad del juez togado militar en virtud de la disciplina y el régimen
al que pertenecen; circunstancia que parece desaparecer en virtud de la unificación
jurisdiccional del orden común y el militar, pasando los tribunales militares a formar
parte de los tribunales ordinarios, integrantes todos del Poder Judicial. El Tribunal
Supremo, de igual forma absorbió la competencia del derecho castrense al incluir en su
organización estructural, una Sala de lo Militar.
3.3.Interposición y demanda.
Como hemos indicado, el procedimiento se iniciará por oficio o a instancia de
parte; esta instancia de parte puede ser conformada por la petición del privado de
libertad, quien puede solicitar el inicio del proceso de Habeas Corpus ante la autoridad
responsable de su detención o custodia, quien tiene la obligación de poner en
inmediato conocimiento del juez respectivo tal solicitud, correspondiéndole por ende a
la autoridad estatal la indagación del juez competente para conocer de dicho proceso,
sin exigir la ley, requisito especial alguno para tal interposición; basta en este caso la
sola manifestación de voluntad de la sujeto activo; manifestación de voluntad que
como hemos indicado, "no puede estar sometida a disposición alguna por las partes
interesadas. Nos encontramos ante normas imperativas."85
Ahora bien, cuando dicha solicitud de Habeas Corpus es realizada por persona
distinta al privado de libertad, el ordenamiento jurídico impone determinados
requisitos de forma establecidos en el artículo 4 de la ley en comento; no obstante, y
debido a la sumariedad del proceso, la interposición respectiva puede realizarse ante el
Juez de Instrucción mediante escrito o comparecencia, entendiendo que en caso de ser
por comparecencia, el juez respectivo levantará un acta circunstanciada de la misma,
84
cfr. Soriano, Ramón.
85
ob.cit. El Derecho de... pág. 241.
ob.cit. Gimeno Sendra, Vicente.
El procedo de... pág. 107.
110
circunstancias que se entienden extensivas para el caso de que la solicitud de Habeas
Corpus sea realizada por el Ministerio Fiscal o el Defensor del Pueblo. En la solicitud
deben expresarse de conformidad con el citado articulo 4, "a) El nombre y
circunstancias personales del solicitante y de la persona para la que se solicita el
amparo judicial regulado en esta ley. b) El lugar en que se halle el privado de libertad,
autoridad, o persona, bajo cuya custodia se encuentre, si fueren conocidos, y todos
aquellas otras circunstancias que pudieran resultar relevantes. c) El motivo concreto
por el que se solicita el Habeas Corpus." Estos requisitos se estiman lógicos e
indispensables para la prosecución de un proceso de esta naturaleza, sin restringir la
legislación a la exactitud de los datos indicados en el inciso b), dado que se pudiere
estar en la circunstancia de desconocimiento de dichos datos. Por otra parte, la
exposición de motivos a que alude el inciso c) son los expresados en el artículo 1 de la
ley analizada, es decir, la detención ilegal por parte de autoridad, agente de la misma,
funcionario público o particular, sin que concurran las formalidades y requisitos
exigidos por la ley, los cuales son el internamiento o mantenimiento del mismo
ilícitamente en cualquier establecimiento; las que lo estuvieran por plazo superior al
señalado en la legislación, si transcurrido el mismo no fueren puestos en libertad o
entregadas al Juez más próximo; y, las privadas de libertad a quienes no le sean
respetados sus derechos fundamentales; sin que sea obstáculo para el juez de
instrucción el indagar motivos diferentes a los expresados por el solicitante, es decir,
no obstante se haya argumentado uno de los motivos expresados con anterioridad, la
autoridad judicial que conoce del proceso, está en posibilidad de traer al mismo un
motivo diferente al que se le solicita si comprueba su existencia; ello en virtud de la
materia en que nos situamos y la gravedad que infiere la vulneración de un derecho
fundamental como lo es la libertad física de las personas.
Ahora bien, esta pretensión del demandante es mixta, dado que conjuntamente a la
solicitud de reconocimiento de un derecho fundamental violado, existe la petición de
condena consistente en el cumplimiento de una determinada prestación (entendiendo
por ella una actitud de la autoridad), como pudiera ser el caso de la puesta en libertad
del actor.86
"El objeto del proceso de habeas corpus se constriñe, en principio, a la
determinación por parte de un integrante del Poder Judicial, de si la privación de
libertad de una persona está legalmente justificada. Son, por tanto, ajenas a este
86
cfr. Gimeno Sendra, Vicente.
ob.cit. El proceso de... pág. 73.
111
procedimiento cualesquiera otras cuestiones que, aunque relacionadas con lo anterior,
no se ciñan a la pertinencia de la detención. Así pues, y aún cuando no hay plazo para
interponer la solicitud, ésta sólo procede mientras persiste la privación de libertad, y no
una vez que ésta ha cesado...Sólo la estricta privación de libertad o las condiciones de
la misma, pueden ser objeto de este procedimiento especial. Tal vez no sea ocioso
señalar, por otro lado, que, en lógica congruencia con su carácter de control judicial de
la legalidad de la privación de libertad, el habeas corpus no es procedente, por carecer
de sentido, cuando la persona privada de libertad se encuentra a disposición judicial."87
Una vez presentada la solicitud de habeas corpus, "el juez deberá examinar en
escaso tiempo una serie de requisitos formales y materiales en relación con la petición
del habeas corpus: su propia competencia, la competencia y capacidad de las partes,
los requisitos formales de la petición de habeas corpus y los requisitos materiales de la
misma, es decir, su fundamentación. Tras el examen de estas circunstancias el juez
acordará en auto la incoación del procedimiento del habeas corpus o, en su defecto, la
denegación del mismo. El hecho de que la decisión judicial se tome en auto quiere
decir que debe ser motivada en cumplimiento del artículo 131,8 de LECrim, que exige
que los autos se redacten con expresión de considerandos y resultandos concretos."88
3.4.Obtención judicial de datos.
Una vez admitida la demanda de Habeas Corpus, el Juez requerirá a la autoridad
respectiva (la que tenga detenido al afectado o en su caso a la autoridad a disposición
de quien se encuentre), a efecto de que sea inmediatamente presentada ante el Juez de
Instrucción del Habeas Corpus; dicha manifestación (término recabado muy
posiblemente de la manifestación de persona de los procesos forales de Aragón) deberá
realizarse sin excusa
ni pretexto de conformidad con el artículo 7 de la ley en estudio; ello a efecto de
desarrollar el proceso de Habeas Corpus sin dilaciones y en aras de la sumariedad.
Ahora bien, es necesario considerar, que la persona privada de libertad puede
encontrarse bajo la vigilancia de una autoridad determinada, mas sin embargo, a
disposición de autoridad diversa, por lo cual, considero que el juez instructor, debe, no
87
ob.cit. García Morillo, Joaquín. La protección judicial de... págs. 168
y 169.
88
ob.cit. Soriano, Ramón. El Derecho de... pág. 248.
112
solo realizar la orden de presentación ante la autoridad a la que se encuentre a
disposición, sino al mismo tiempo, emitir dicha orden a la autoridad ante quien se
encuentre bajo custodia el afectado, ello a fin de evitar dilaciones innecesarias. Por
otra parte, es facultad potestativa del juez, el personarse en el lugar de detención,
facultad comprensible para casos en los que, a criterio del juez, pueda recabar con su
presencia determinadas pruebas que ayuden a esclarecer los hechos, o en casos de
graves violaciones de derechos fundamentales, para estar en posibilidad de suspender
dicha violación (en este caso, no pretendo usar el término de suspensión en el sentido
del recurso de amparo, a modo de ejemplificar, en casos de tortura, la presencia del
juez detendrá dicha vulneración de derechos, en virtud que desde ese momento el
detenido se encuentra a su disposición). No obstante, dicha facultad potestativa se
convierte en obligación, si existiere sospecha o tuviere noticia de la existencia de un
delito grave, o cuya comprobación fuere difícil por circunstancias especiales, o que
hubiese causado alarma; ello, de conformidad con el artículo 318 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.89
3.5.Audiencia.
Hecho lo anterior, de conformidad con el segundo párrafo del artículo 7 de la ley
6/1984, "oirá el Juez a la persona privada de libertad o, en su caso, a su representante
legal y Abogado, si lo hubiera designado, así como al ministerio Fiscal"; cabe señalar
que debe ser potestativo del juez instructor el escuchar no solo al privado o a su
representante, sino el escuchar a ambos sujetos a efecto de gozar de un mejor
panorama de los hechos. Dichas declaraciones de la parte actora son de gran relevancia
para demostrar la falta en que incurrió la parte demandada.
Acto continuo, el juez procederá a escuchar la justificación de la parte demandada,
indispensable en vía de defensa de los hechos que se les imputan, siendo entendida la
comparecencia de la demandada en calidad de parte material y no de testigo; así
también, agrega la ley que a la parte demandada, dará a conocer las declaraciones del
privado de libertad; mas considero que de igual forma, el juez debe dar la posibilidad
de información de las actuaciones a quienes forman parte en el proceso, es decir, de
igual forma debe entenderse que la parte actora está en posibilidad de enterarse de las
declaraciones del demandado.
89
cfr. Gimeno Sendra, Vicente.
ob.cit. El proceso de... pág. 157.
113
3.6.Pruebas.
En la fase probatoria, las partes están en posibilidad de ofrecer todas las pruebas
pertinentes a fundar su solicitud o justificar su actuación, dichas pruebas serán aquellas
que se encuentren reseñadas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal aducibles en la vista
oral; los únicos condicionantes para la admisión de dichas pruebas es su viabilidad (a
criterio del juzgador) para demostrar hechos que importen al proceso, y la posibilidad
de desahogo inmediato, ello en virtud del principio de sumariedad con que se rige el
habeas Corpus. Una vez desahogadas las pruebas, el juez de habeas corpus, procederá
al dictado de la resolución correspondiente, la cual deberá realizar dentro del
inexorable plazo de veinticuatro horas contadas a partir del auto de incoación de
proceso.
3.7.Resolución.
La resolución de Habeas Corpus debe realizarse mediante auto motivado, en el cual
se puede negar la protección de Habeas Corpus si el juez estima que no se da ninguna
de las circunstancias a que se refiere el artículo 1 de la ley respectiva, declarando
conforme a derecho la detención y las circunstancias en que se realiza. Esta
determinación de la ley, pone de manifiesto que el juez deberá entrar al estudio de
todas las circunstancias que prevé el artículo 1, independientemente de cual o cuales
hayan sido alegadas por la parte actora; ello a efecto de otorgar una mayor protección
al solicitante y contar con la seguridad de que la privación de libertad (para los efectos
de la ley), realmente no es ilegal, existiendo por ello, y de conformidad con el precepto
invocado, la suplencia en la deficiencia de los agravios en materia de Habeas Corpus.
Por otra parte, la resolución del juzgador puede estimar que ha concurrido alguna de
las circunstancias que marca el numeral primero de la ley, acordando "a) La puesta en
libertad del privado de ésta, si lo fue ilegalmente. b) Que continúe la situación de
privación de libertad de acuerdo con las disposiciones legales aplicables al caso, pero
si lo considerase necesario, en establecimiento distinto, o bajo la custodia de personas
distintas de las que hasta entonces la detentaban. c) Que la persona privada de libertad
sea puesta inmediatamente a disposición judicial, si ya hubiere transcurrido el plazo
legalmente establecido para su detención".90
90
Art. 8.2 de la Ley Orgánica 6/1984, de 24 de mayo.
114
No obstante, considero que el juez, debe de igual forma, analizar todas las
circunstancias que prevé el artículo 1 de la Ley de Habeas Corpus, realizando su
determinación judicial de conformidad a los hechos comprobados, con suplencia en los
motivos expresados por el solicitante.
"La disposición de estas alternativas (las indicadas en el artículo 8,2 de la ley en
comento) no es intercambiable de un modo gratuito, sino que depende de los motivos
de la privación de la libertad, ya positivamente valorados por el juez, la estimación de
la conveniencia de practicar una de las posibilidades a que da lugar el referido artículo
8,2 de la LOHC. Es por esta razón que este artículo debe ser puesto en relación con el
artículo 1 de la Ley. Si los motivos estimados son los incluidos en el punto b) de este
artículo 1 -internamiento ilícito en cualquier establecimiento o lugar-, o en el primer
fragmento del punto a) -detenciones sin que concurran los supuestos legales-, la
decisión lógica del juez es la de disponerla puesta en libertad del detenido (artículo 8,2
a) de la Ley). Si el motivo estimado es el referido en el segundo fragmento del punto
a) -detenciones sin haberse cumplido las formalidades prevenidas y requisitos legalessería procedente una resolución que dispusiera un cambio de lugar para la custodia del
detenido o la custodia de éste por otras personas distintas a las que anteriormente la
detentaban (artículo 8,2, b) de la Ley). Si, finalmente, el motivo demostrado es el
presente en el punto c) y último -detenciones por encima del plazo legal- el juez se
verá obligado a disponer, por razones obvias, la inmediata entrega del detenido ante su
persona y control (artículo 8,2 c) de la Ley)".91
3.8.Posibles conductas delictivas.
Finalmente, el artículo 9 de la Ley Orgánica reguladora del procedimiento de
Habeas Corpus, establece: "El Juez deducirá testimonio de los particulares pertinentes
para la persecución y castigo de los delitos que hayan podido cometerse por quienes
hubieran ordenado la detención, o tenido bajo su custodia a la persona privada de
libertad. En los casos de delito de denuncia falsa o simulación de delito se deducirá,
asimismo, testimonio de los particulares pertinentes, al efecto de determinar las
responsabilidades penales correspondientes. En todo caso, si apareciese temeridad o
mala fe, será condenado el solicitante al pago de las costas del procedimiento; en caso
contrario, éstas se declararán de oficio." Este artículo se explica de conformidad a las
91
ob.cit. Soriano, Ramón. El Derecho de... págs. 255 y 256.
115
facultades del juez de instrucción de conocer e investigar hechos que pudieran ser
constitutivos de delito, por lo cual, si el juez tiene conocimiento de hechos
constitutivos de delitos, podrá en su caso realizar las investigaciones pertinentes a
efecto se instaurar el proceso penal correspondiente.
3.9.Recursos.
Así pues, la decisión judicial, debe estar debidamente motivada, con expresión de
considerandos y resultandos concretos. "Esto es tanto más exigible cuanto que la
resolución judicial en esta fase del procedimiento es impugnable. Con todo, a pesar
del artículo 6 de LOHC, que impide la impugnación de la resolución del juez, sea ésta
a favor o en contra de la tramitación del habeas corpus, no puede afirmarse que la parte
demandada no tenga ya otros caminos para obtener la defensa judicial; en primer lugar
porque el juez da traslado de su decisión al Ministerio Fiscal, estando éste en
posibilidad de intervenir, y en segundo lugar, ya que la resolución judicial denegatoria
podría dar lugar a la conculcación del derecho fundamental a la tutela judicial del
artículo 24,1 de la Constitución, cabe la posibilidad del amparo ante el Tribunal
Constitucional. En este último supuesto es necesario distinguir entre las detenciones
perpetradas por las autoridades y las efectuadas por particulares; en estas segundas el
recurso de amparo es directamente ante el Tribunal Constitucional; en las primeras, el
amparo se incoará tras la ratificación del juez de la denegación de la tramitación del
habeas corpus, una vez solicitado la reforma del auto de denegación por el solicitante
en virtud de lo dispuesto en el artículo 44,1 de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional".92
En efecto, antes de ser impugnada la resolución del juez de
habeas corpus a través del amparo, debe ser solicitada una rectificación de la
denegación de incoación del procedimiento o de habeas corpus, ello en virtud del
artículo 44.1 c) de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, dado que al negarse
dicha admisión se vulnera el derecho fundamental del artículo 24.1 constitucional, por
lo que se está en posibilidad de dar oportunidad al órgano jurisdiccional de rectificar
dicha resolución. El particular puede, pues, a través de la mencionada manifestación,
suscitar la reforma del auto denegatorio y el Juez está legitimado implícitamente por la
LOTC a rectificar dicha resolución.93
92
ob.cit. Soriano, Ramón.
93
El derecho de... pág. 248.
ob.cit. Gimeno Sendra, Vicente.
El proceso de... pág. 150.
116
Así pues, el recurso de amparo es procedente respecto del procedimiento de habeas
corpus. Al estar reconocido el derecho a la libertad personal entre los artículos
comprendidos del 14 al 29 (art. 17), goza de la protección especial del recurso de
amparo; no obstante que la propia Constitución le otorgue un procedimiento específico
para su protección; el cual deberá interponerse en cumplimiento del requisito del
agotamiento de la vía judicial previa que exige la ley para la interposición del recurso
de amparo.
"La Constitución prevé un específico y más acelerado procedimiento para la
protección de la libertad personal, pero no impide la utilización del recurso de amparo.
Dos argumentos apoyan, a nuestro entender esta tesis: en primer lugar, el tenor literal
del segundo párrafo del artículo 53 de la Constitución, que incluye en el ámbito
amparado todos los derechos reconocidos en la `sección primera del capítulo segundo`
(artículos 15 a 29), sin ninguna exclusión; y en segundo lugar, el hecho de que el
ciudadano detenido ilegalmente, además de sufrir una restricción de su libertad
personal, padece un ataque a su `integridad física y moral` garantizada en el artículo
15, que también está incluido en el marco tutelado por el recurso de amparo."94
Además, de conformidad con el Tribunal Constitucional, no hay que olvidar que
"...una resolución desestimatoria en el procedimiento de habeas corpus pueda
contrariar, por inmotivada o por falta de fundamento razonable, el derecho a la tutela
judicial efectiva y tampoco que en la misma, de otro modo, se haya denegado la
protección del derecho a la libertad personal que se establece en el art. 17 de la norma
fundamental, derecho éste que, tanto en una como en otra hipótesis, sería conculcado
en último término por el juzgador";95 lo que dejará de igual forma, expedita la vía de
acceso al recurso de amparo constitucional.
4. EL JUICIO DE AMPARO MEXICANO.
Ahora nos remitiremos al procedimiento similar de protección a la libertad persona
en México. Me refiero al juicio de amparo.
"Inglaterra es la cuna del habeas corpus, como Méjico (sic) es del amparo, Brasil
del mandamiento de seguridad y Aragón de la manifestación de personas; son todas
94
Oliver Araujo, Joan.
El Recurso de Amparo.
Palma de Mallorca. pág. 150.
95
Sentencia del Tribunal Constitucional 98/1986.
Facultad de Derecho de
117
éstas, instituciones que en mayor o menor medida protegen a la libertad y seguridad de
los atropellos de funcionarios o particulares".96
Efectivamente, la regulación jurídica en México, protege el derecho a la seguridad
jurídica a través del juicio de amparo, regulado constitucionalmente por los artículos
103 y 107 del Pacto Federal.
"Al amparo mediante el cual se reclama la violación de garantías individuales, se le
denomina doctrinalmente amparo-garantías. Pero constructivamente puede dársele un
contenido positivo, mencionando las dos grandes ramas que lo integran: el amparoadministrativo, que es el proceso constitucional que garantiza la protección de una
persona contra actos definitivos de las autoridades administrativas; y el amparo de la
libertad, que es el que protege a la libertad personal, -física-, de los individuos, puesta
en peligro por actos de autoridad. En los inicios de nuestro juicio de amparo, esta
modalidad de nuestro proceso constitucional (la protección a la libertad personal), fue
la que se tuvo en mente en forma fundamental; tanto así que numerosos juristas y
jueces se alzaron en contra de la posibilidad de que se mezclara con el amparo judicial,
ya que debe recordarse que al crearse el amparo (considero que se federalizó), en el
Acta de Reformas de 1847, el recurso se daba contra actos de los Poderes Legislativo y
Ejecutivo, pero no contra actos del poder Judicial, e incluso la Ley de Amparo de 1869
prohibió el juicio para negocios judiciales, en su artículo 8."97
En diversas ocasiones se quiso identificar al amparo exclusivamente con el writ of
habeas corpus, concluyendo que el amparo es el juicio de o por la libertad; siendo
dicha postura inexacta, en virtud de que el juicio de amparo mexicano, abarca más que
la sola protección del derecho fundamental de la libertad personal, protege
directamente la totalidad de las garantías individuales consagradas en la Constitución
(entre ellas la libertad personal), e indirectamente la legislación secundaria;
adquiriendo de esta forma rasgos de un sistema de protección de la totalidad del
Derecho Positivo Mexicano.
Desde tiempos anteriores, Don Ignacio L. Vallarta, ilustre jurista mexicano del siglo
XIX, realizó una serie de consideraciones a este respecto al exponer que "El writ of
habeas corpus tiene por objeto proteger la libertad personal contra toda detención y
96
ob.cit. Soriano, Ramón.
97
Castro, Juventino.
y 121.
El derecho de... pág. 53.
Hacia el Amparo Evolucionado. ed. Porrua. págs. 119
118
prisión arbitrarias, cualquiera que sea la categoría de la autoridad que las haya
ordenado, y aun cuando ellas no sean motivadas sino por el acto de un particular...El
amparo puede definirse diciendo que es el proceso legal intentado para recuperar
sumariamente cualquiera de los derechos del hombre consignados en la Constitución y
atacados por una autoridad de cualquiera categoría que sea, o para eximirse de la
obediencia de una ley o mandato de una autoridad que ha invadido la esfera federal o
local respectivamente. Considerando el amparo sólo bajo su primer aspecto y
atendiendo a la extensión que tiene, la protección de los derechos naturales del hombre,
no se pueden poner en duda sus ventajas sobre el habeas corpus. Este no asegura más
que la libertad personal, y esto, dejándola en muchos casos sin protección, mientras
que nuestro recurso comprende y abarca no sólo ese derecho, sino todos los otros que
consigna la Constitución."
4.1.Procedencia.
Ahora bien, el artículo 103 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos establece: "Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia
que se suscite: I. Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías
individuales...". Para los efectos del presente estudio, debe entenderse que la privación
de libertad, es recurrible a través del juicio de amparo, siempre y cuando sea ejecutada
por la autoridad estatal. Ciertamente, la privación ilegal que sea practicada por
particulares, a diferencia del habeas corpus español, no se encuentra contemplada en el
juicio de garantías, dado que la misma puede ser denunciada (al igual que en el sistema
español) directamente ante la autoridad investigadora (siéndolo en el caso el Ministerio
Público), como hecho delictivo; no obstante la Constitución autoriza a los particulares
a la detención del indiciado en caso de delito flagrante, dicha detención debe ser a
efecto de poner al indiciado, sin demora alguna, a disposición de la autoridad, quien
inmediatamente lo pondrá a disposición del Ministerio público, en caso contrario, el
particular que realice dicha detención, puede incurrir en delito de privación ilegal de
libertad.
La privación ilegal de la libertad, así como la posible ejecución de ésta, es recurrible
en amparo indirecto ante un Juzgado de Distrito.
4.2.Legitimación.
119
"En las causa criminales, el defensor puede promover el amparo; se admite también
en los casos en que la ley diga expresamente que puede actuar por el agraviado (como
en el caso analizado) un pariente, incluso un extraño, sin necesidad de que exista
formalizada representación voluntaria o legal."98
En efecto, respecto a la solicitud de amparo, el artículo 17 de la Ley de Amparo
establece: "Cuando se trate de actos que importen peligro de privación de la vida,
ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial, deportación o destierro,
o alguno de los actos prohibidos por el artículo 22 de la Constitución Federal (las penas
de mutilación, de infamia, las marcas, los azotes, los palos, el tormento de cualquier
especia, la multa excesiva, la confiscación de bienes en el sentido constitucional, y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales), y el agraviado se encuentre
imposibilitado para promover el amparo, podrá hacerlo cualesquiera otra persona en su
nombre, aunque sea menor de edad. En este caso, el Juez dictará todas las medidas
necesarias para lograr la comparecencia del agraviado, y habido que sea, ordenará que
se le requiera para que dentro del término de tres días ratifique la demanda de amparo;
si el interesado la ratifica se tramitará el juicio, si no la ratifica se tendrá por no
presentada la demanda, quedando sin efecto las providencias que se hubiesen dictado".
Como podemos observar, el juicio de amparo promovido contra actos de privación de
libertad puede ser interpuesto por cualquier persona, incluso por un menor de edad,
siempre que dicha privación de libertad se encuentre fuera de procedimiento judicial,
puesto que en caso contrario y de conformidad con el artículo 4 del ordenamiento legal
invocado, el juicio de garantías deberá de promoverse por el agraviado, por su
representante o por su defensor, en el entendido que desde la detención el afectado
tiene derecho a defenderse por sí o por persona de su confianza, en caso de no nombrar
o estar en posibilidad de abogado particular, se le designará a un defensor de oficio; así
pues, la legitimación para interponer la demanda de amparo respecto de la libertad
personal es muy amplia, en virtud del derecho fundamental que se protege.
Ahora bien, en caso de que el afectado se encuentre incomunicado, el Juez de
Distrito ordenará (a algún funcionario judicial bajo su mando, y con fe pública, siendo
generalmente un Actuario), la localización del privado de libertad (el cual podrá ser
localizado de conformidad con los datos que se otorguen en la demanda de amparo);
en este caso, el funcionario público tiene el más amplio poder de solicitar al encargado
98
Almagro Nosete, José. Cuestiones sobre la legitimación en el proceso
Constitucional de Amparo.
Revista de Derecho Político. Universidad
Nacional de Educación a Distancia. pág. 64.
120
del centro de detención, le sea puesto en su presencia al quejoso, en caso contrario
entrará a las instalaciones reservadas para los detenidos y lo voceará hasta encontrarlo,
a efecto de informarlo de la demanda de amparo interpuesta en su nombre y del plazo
de tres días con que cuenta para ratificar su demanda, estando en posibilidad dicho
quejoso de ratificarla en el acto de su notificación.
4.3.Interposición y demanda.
El término de interposición de la demanda de amparo será de quince días, de
conformidad con el plazo genérico establecido por el artículo 21 de la Ley de Amparo,
no obstante el artículo 22 expresa: "Se exceptúan de lo dispuesto en el artículo
anterior:...II.- Los actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la
libertad personal...(todos los contenidos en el artículo 17 anteriormente citado)...En
estos casos la demanda de amparo podrá interponerse en cualquier tiempo."; por lo que
la interposición del juicio de amparo, para el caso que nos interesa no tiene plazo;
habilitando la ley de Amparo, en su artículo 23, todas las horas y días del año para la
interposición del mismo.
La demanda de amparo deberá ser interpuesta ante el Juez de Distrito en cuya
jurisdicción deba tener ejecución, trate de ejecutarse, se ejecute o se haya ejecutado el
acto reclamado; agregando la ley en su artículo 54, que en casos de notoria
incompetencia del juez de Distrito ante quien se presente la demanda, el juez se
limitará a proveer sobre la suspensión provisional, inclusive de oficio cuando se trate
de actos que importen ataques a la libertad personal fuera de procedimiento judicial.
4.4.Suspensión.
La demanda de amparo deberá contener los requisitos indispensables que la ley
establece en forma genérica, (los cuales hemos analizado con anterioridad); no
obstante, cuando se trate de los actos mencionados en el artículo 17 de la Ley de
Amparo, bastará para la admisión de la demanda que la misma contenga el acto
reclamado; la autoridad que lo hubiere ordenado si fuere posible al promovente; el
lugar en que se encuentre el agraviado, y la autoridad o agente que ejecute o trate de
ejecutar el acto; en cuyos casos la demanda podrá formularse por comparecencia,
levantando el Juez de el acta correspondiente; agregando la ley que en los casos que no
admitan demora, la petición de amparo y la suspensión del acto podrá solicitarse al
Juez de Distrito por vía telegráfica, siempre que el actor encuentre algún inconveniente
121
en la justicia local, encontrando el peticionario de garantías la obligación de ratificarla
por escrito dentro de los tres días siguientes a la fecha en que se hizo la petición por vía
telegráfica (artículos 117 y 118 de la ley).
Como hemos indicado en el capítulo respectivo, en el mismo acto de la admisión de
la demanda de amparo (como regla genérica en el amparo indirecto), en caso de
solicitarse, se ordenará la apertura del incidente de suspensión, el cual será tramitado
por cuerda separada, resolviéndose respecto de la suspensión provisional, misma que
procederá de oficio, de conformidad con los artículos 123 y 124 de la Ley de Amparo,
si se trata de actos que importen peligro de privación de la vida, deportación, destierro
o alguno de los previstos en el artículo 22 constitucional; es decir en caso de
concederse la suspensión, ésta será otorgada para el efecto de que cesen dichos actos
reclamados; facultando la ley al Juez a tomar las medidas que estime convenientes para
el cumplimiento de dicha suspensión.
Respecto a los ataques a la libertad personal
fuera de procedimiento judicial, el Juez de Distrito siempre concederá la suspensión
provisional (si fuere solicitada, dado que en este caso no procede su concesión de
oficio), para el efecto de que el quejoso quede a su disposición, bajo la responsabilidad
de la autoridad ejecutora, más sin perjuicio, de que pueda ser puesto en libertad
caucional por el Juez de Amparo, si ésta procediere, quien en este último caso, tomará
de igual forma las medidas de aseguramiento que estime pertinentes (por ejemplo,
imponer la obligación al quejoso de presentarse los días que fije el Juez de Distrito ante
el Organo Jurisdiccional); solicitando de igual forma al quejoso, garantía bastante para
cubrir los daños causados a terceros o la indemnización de los perjudicados, para el
caso de que el solicitante de garantías no obtenga sentencia de amparo favorable.
En caso de ser concedida la suspensión, sólo tendrá efectos por lo que se refiere a la
libertad personal, sin que se pueda suspender el procedimiento respectivo, quedando el
quejoso a disposición de la autoridad que deba juzgarle cuando el acto emane de un
procedimiento penal por lo que hace a la continuación de éste; ello en virtud de que los
procedimientos son de orden público y contra estos no procede la suspensión. De igual
forma, si la detención se encuentra en relación con la comisión de algún ilícito penal,
no será susceptible de suspensión la consignación respectiva a la autoridad que deba
juzgarle.
El artículo 136 de la Ley de Amparo establece que en casos en que la demanda de
amparo se encuentre relacionada con el cumplimiento de una orden de aprehensión, la
suspensión respecto de la libertad del quejoso, solo podrá concederse si el delito por el
que se ordenó aprehenderle no se encuentra sancionado con pena privativa cuyo
122
término medio aritmético exceda de cinco años; en cuyo caso sólo producirá el efecto
que el peticionario de garantías quede a disposición del Juez de Distrito en cuanto a su
libertad en el lugar que este señale, quedando a disposición de la autoridad que deba
juzgarle para los efectos de la continuación del procedimiento; en caso de proceder la
suspensión respecto de la privación de libertad, la misma será otorgada bajo caución de
conformidad con las leyes locales o federales aplicables al caso concreto.
Es necesario tener en consideración que si bien es cierto, que en el presente caso, la
importancia relevante de la suspensión es la restitución del derecho fundamental a la
libertad personal, también lo es que la imposibilidad de suspender el procedimiento
respectivo no causa agravios al quejoso, dado que dicho procedimiento será objeto de
estudio al momento de dictarse la sentencia en cuanto al fondo del amparo. Dicha
suspensión del procedimiento, sólo podrá concederse, si la continuación de este, deja
irreparablemente consumado el daño o perjuicio que pueda ocasionarse al quejoso.
Por otra parte, si a criterio del Juez, existe temor fundado de que la autoridad
responsable trata de burlar las órdenes de libertad del quejoso, o de ocultarlo
trasladándolo a otro lugar, el resolutor de amparo podrá hacerlo comparecer ante su
presencia para hacer cumplir dichas órdenes. Por el contrario, la libertad bajo caución
podrá ser revocada en cualquier momento cuando aparezcan datos bastantes que hagan
presumir, fundadamente, que el quejoso trata de burlar la acción de la justicia.
No hay que olvidar que el amparo es un proceso único, por lo que las
consideraciones expresadas en el presente capítulo son determinadas modalidades
aplicables al proceso de amparo cuando se impugna la libertad personal, actos que
importen peligro a la vida, deportación, destierro, etc; por lo que al impugnar un acto
de autoridad consistente a la privación de la libertad personal, el mismo debe seguir los
causes del amparo indirecto, siendole aplicable ciertas medidas específicas (como las
enunciadas en el presente capítulo), principalmente en materia de suspensión; por lo
que se rige por las normas genéricas de todo juicio de amparo; es decir, le son
procedentes todos los recursos establecidos por la Ley de Amparo y su tramitación
debe realizarse conforme a esta, para lo cual nos remitimos a las consideraciones
vertidas al exponer el amparo indirecto en el capítulo primero del presente trabajo.
4.5.Suplencia en la deficiencia de la queja.
Por otra parte, la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 constitucionales, en
su artículo 76 Bis, fracción II, establece que la suplencia en la deficiencia de la queja
123
procederá en materia penal, aún ante la ausencia de conceptos de violación y de
agravios, con lo cual, el Juez está obligado a subsanar las anomalías cometidos por el
quejoso en la formulación de conceptos de violación y agravios, ampliando con ello la
protección que otorga la legislación a las garantías individuales en materia penal y en
virtud del derecho a proteger, como pudiera se la vida, la libertad, etc.
5. BREVES REFLEXIONES.
Como podemos analizar, ambos procedimientos son emanados del imperativo
constitucional, y encaminados específicamente a la protección del derecho
fundamental de la libertad personal a través de la garantía de seguridad jurídica.
Tanto el amparo-libertad, como el habeas corpus, pueden (y son por diversos
jurisconsultos) admirados o fuertemente criticados. No es el motivo del presente
trabajo de investigación. Ahora bien, en el juicio y procedimiento analizados, es
importante remarcar que el juicio de amparo aquí estudiado, engloba no únicamente la
libertad personal, sino contempla de igual forma, medidas eficaces para reclamar la
penas prohibidas en el artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como la deportación o destierro, ampliando así su efectividad respecto
del habeas corpus español, en virtud, además, de que éste analiza la privación ilegal de
libertad y el amparo mexicano examina al igual que la privación, la posibilidad de ésta,
como pudiera ser el caso del amparo que se interpone en contra de una orden de
aprehensión.
En efecto, el juicio de amparo mexicano tiene efectividad respecto de cualquier
violación provocada en el procedimiento penal; mientras que el ordenamiento jurídico
español, prevé el procedimiento de habeas corpus, únicamente a efecto de poner a
inmediata disposición judicial a cualquier persona privada de libertad física, por lo que
a fin de proteger todas las posibles violaciones del procedimiento, deberá
complementarse con el recurso de amparo.
Así también, es de observarse que el habeas corpus, tiene ciertas restricciones
respecto a la legitimación para solicitar la incoación de dicho procedimiento, mientras
que el juicio de amparo no contiene restricciones de ningún tipo. Por el contrario, el
habeas corpus, legitima al Defensor del Pueblo y al Ministerio Fiscal, mientras que el
juicio de amparo mexicano carece de dicha legitimación, por lo que en este aspecto, el
habeas corpus, otorga mayor pretensión; siendo además posible que el procedimiento
de habeas corpus, se inicie de oficio por el propio juez competente, posibilidad nula en
124
el amparo mexicano, en virtud de que uno de sus principios rectores (como analizamos
en el capítulo primero) es la instancia de parte.
Por su parte, el habeas corpus español, contiene una sumariedad envidiable al
amparo mexicano, si este no aplica la suspensión provisional en los casos
discrecionales que le otorga la ley. No obstante; la suspensión provisional se dicta al
momento de resolverse sobre la admisión del amparo, mientras que el habeas corpus
español se resolverá dentro veinticuatro horas, contadas a partir de que se dictó el auto
de incoación del procedimiento.
Finalmente es de llamar la atención una posible cuestión a suscitarse, "supongamos
que la detención se produce, en todo lo que hace a su procedimiento, adecuadamente, y
la orden de privación de la libertad es válida, y el acto se funda en orden escrita de
autoridad competente. Pero supongamos también que esa orden correctamente emitida
se funda en una norma inconstitucional...el habeas corpus no es la acción más
adecuada para resolver el problema..."99
En el sistema jurídico mexicano, dicha cuestión no sucita mayor problema dado que
en la misma demanda de amparo que se interponga en contra del acto privativo de
libertad, se podrá impugnar la inconstitucionalidad de la ley, sin que dicha medida
afecte la concesión de la suspensión por lo que hace al acto reclamado que se relaciona
estrictamente con la detención ilegal. No es el caso de España, en el ordenamiento
jurídico, si bien es cierto que se prevé un procedimiento específico para combatir la
inconstitucionalidad de la ley, denominado cuestión de inconstitucionalidad; mediante
el cual el Juez que duda respecto de la constitucionalidad de una ley específicamente
aplicable al caso concreto y de la cual dependa el fallo, suspenderá el procedimiento,
elevando la cuestión ante el Tribunal Constitucional, el cual resolverá respecto del
apego o desapego de la misma con la Constitución, vinculando al juez que se cuestionó
dicha inconstitucionalidad; también lo es que dicha medida retardará
considerablemente la acción de la justicia, causando graves perjuicios al solicitante de
habeas corpus.
En efecto, supongamos que existiere alguna ley mediante la cual, no se establezcan
o se suspendan las garantías procesales de los privados de libertad, por lo que el Juez
de Instrucción entrará en conflicto con la constitucionalidad de la ley que sirvió de
base al actuar de la autoridad. Considero que ante dicha circunstancia, el Juez de
99
Herrindorf, Daniel.
El Poder de Policía en un Sistema de Derechos
Humanos. Instituto Nacional de Ciencias Penales. págs. 120 y 121.
125
Habeas Corpus, deberá promover la cuestión de inconstitucionalidad por el
procedimiento respectivo ante el Tribunal Constitucional, pero sería prudente, que la
legislación de Habeas Corpus, facultara al Juez de Instrucción a efecto de que esté en
posibilidad de adoptar medidas suspensivas con efectos similares a las del juicio de
amparo mexicano, a fin de que dicho planteamiento de inconstitucionalidad ante el
Tribunal Constitucional no cause mayores perjuicios al agraviado alargando la espera a
que su derecho fundamental de liberad personal sea restablecido.
126
CAPITULO III.
TUTELA JURISDICCIONAL DE LA LEGALIDAD DE LOS
ACTOS DE LA ADMINISTRACION PUBLICA.
SUMARIO.1.El Estado y su Administración Pública. 1.1.Referencias de Derecho
Administrativo.1.2.Legalidad de los actos de la Administración Pública.1.3.Antecedentes. 1.4.
Definición de Contencioso-Administrativo. 2.El procedimiento contencioso administrativo en el
ordenamiento jurídico español.2.1.Antecedentes de Derecho Positivo español. 2.2.El contencioso
administrativo en la legislación.2.3.Agotamiento de recursos previos. 2.4.Ambito de Protección y
competencia. 2.5.Partes. 2.5.1.Legitimación activa. 2.5.2.Ministerio Fiscal. 2.5.3.Legitimación
pasiva. 2.6.Procedimiento 2.6.1.Interposición de recurso.2.6.2.Emplazamiento y admisión.
2.6.3.Deducción
de
la
demanda.2.6.4.Acumulación.2.6.5
Suspensión.2.6.6.Período
probatorio.2.6.7.Vista y presenta ción de conclusiones. 2.6.8.Sentencia. 2.6.8.1.Obligatoriedad de las
sentencias. 2.6.8.2. Suspensión de la ejecución de la sentencia.2.6.9.Conclusión del proceso sin
sentencia 2.7.Recursos. 2.7.1. Recurso de súplica. 2.7.2. Recurso de casación. 2.7.3.Recurso de
revisión. 2.7.4.Audiencia del rebelde. 3.Tribunales de lo contencioso-administrativo en México. 3.1.
Tribunal Fiscal de la Federación.3.1.1.Antecedentes mexicanos. 3.1.2.Independencia
orgánica.3.1.3.Revisión de sus resoluciones. 4.El juicio de amparo.4.1.El amparo como
procedimiento contencioso-administrativo. 4.2.Garantías de Seguridad Jurídica.4.2.1.Garantía de
audiencia. 4.2.1.1.Juicio previo.4.2.1.2.Tribunales previamente establecidos. 4.2.1.3.Formalidades
esenciales del procedimiento 4.2.1.4.Exacta aplicación de la ley. 4.2.1.5.Extensión de la garantía de
audiencia. 4.2.2.Garantía de legalidad. 4.2.2.1.Acto de molestia. 4.2.2.2.Autoridad Competente.
4.2.2.3.Fundamentación y Motivación. 4.2.2.4.Extensión de la garantía de legalidad. 4.3.
Procedimiento de amparo. 4.4. Principio de definitividad. 5.Breves Reflexiones.
1. EL ESTADO Y SU ADMINISTRACION PUBLICA.
La función primordial del Estado es la de organizar la vida en sociedad mediante un
régimen jurídico adecuado emanado del pueblo, en quien originariamente reside la
soberanía, depositándola éste a través del Constituyente Originario en su máximo
ordenamiento jurídico, su constitución.
Ahora bien, dicha función organizativa es ejercida por el Estado a través de sus
instituciones, siendo una de estas la Administración Pública; dicha Administración
pública, debe encontrarse regulada orgánica y funcionalmente, por lo que la
127
legislación, en tanto se encuentre relacionada con el sector administrativo, formará
parte de lo que la doctrina ha denominado Derecho Administrativo.
1.1.Referencias de Derecho Administrativo.
"El Derecho Administrativo surge derechamente de la Revolución Francesa y se
extiende en seguida por todo el continente...La poderosa Administración que surge de
una manera un tanto sorpresiva de la Revolución Francesa, adviene porque ha
absorbido todos los poderes que coexistían con el Rey absoluto, porque ha establecido
la centralización y porque va a tener que organizar todo un vasto sistema de servicios
públicos para hacer frente a la igualdad de condiciones que la revolución instaura. Esta
administración va a tener que ser a partir de ahora, y esta es una novedad formidable en
la historia del Derecho, una Administración legalizada, organizada desde la ley y cuya
función es servir los intereses generales, pero dentro de los ámbitos que la Ley de una
manera previa le reserva...Pero además ocurre que al lado de la ley están los derechos
fundamentales, los derechos del hombre y del ciudadano, en la terminología
revolucionaria, el segundo gran eje de la concepción revolucionaria. El ciudadano no
es un simple destinatario de la acción administrativa, no es un simple instrumento de
poder, esta en el origen del poder; lo hemos visto puesto que suya (mediante la
representación política) es la creación legal. Pero a la vez, es cada uno titular de un
conjunto de derechos fundamentales, cuya formación clásica hará tempranamente en la
famosa Declaración...Del cauce de esos dos principios, legalidad de la administración
y posición del ciudadano como sujeto de derecho y de libertades surgirá el Derecho
Administrativo."100
1.2.Legalidad de los actos de la Administración Pública.
La Administración Pública actúa como ente Estatal y por tanto en favor de la
sociedad, más al realizar sus funciones debe apegar cada uno de sus actos a la legalidad
a efecto de evitar violaciones en los derechos ciudadanos. Aquí la máxima de derecho
que nos establece que el gobernado puede realizar todo aquello que la ley no le
prohíba, más la autoridad solo puede realizar aquello que la ley expresamente le
permita. Esta apreciación no es puramente doctrinal, está apoyada fuertemente en los
100
García de Enterría, Eduardo.
ed. Civitas. págs. 35-37.
Hacia una nueva justicia administrativa.
128
ordenamientos constitucionales que consagran las garantías individuales,
específicamente el derecho fundamental de seguridad jurídica y junto a él la garantía
de legalidad que impone a la autoridad la obligación de realizar previamente a su
actuación una serie de requisitos indispensables y previstos en el ordenamiento jurídico
para estar en posibilidad de afectar la esfera de los derechos del gobernado; "el
procedimiento administrativo no es un mero ritual tendente a cubrir un poder desnudo
con una vestidura pudorosa que evite el rechazo social. Que no se trata de cubrir
impudicias, sino de que no las haya; porque lo que exige el pudor en las relaciones
entre el poder público y los ciudadanos es que el comportamiento de aquél inspire
confianza a los administrados. Y el primer factor capaz de generar esa confianza es la
adecuación a un procedimiento que garantice que el obrar administrativo, por más
reflexivo, tenga más posibilidades de adecuarse al ordenamiento administrativo. Si se
actúa sin procedimiento y sin acto previo, se produce una vía de hecho, incurriendo la
actuación en causa de nulidad de pleno derecho."101
No obstante lo anterior, la Administración puede llegar a ocasionar violaciones en
los derechos ciudadanos, desapegándose de la legalidad; desde la revolución francesa
surge el concepto de "acto arbitrario" para definir el desapego de la autoridad a la ley.
La Declaración de Derechos del hombre y del Ciudadano de 1793 establece que "Todo
acto ejercido contra un hombre fuera del caso y sin las formas que la Ley determine es
arbitrario y tiránico; aquel contra quien se quisiese ejecutar por la violencia tiene
derecho a repelerlo por la fuerza";102 es por ello que el ordenamiento jurídico establece
la posibilidad de subsanar dichas desviaciones a la propia administración, otorgándole
al ciudadano la posibilidad de defensa frente a la administración, y a la misma la
oportunidad de corrección y apego a la ley que en principio desatendió. Sin embargo,
podemos encontrarnos con la posibilidad de que la propia administración no desee
desapegarse de su acto arbitrario, ocasionando con ello, grave vulneración al derecho
ciudadano y específicamente a la garantía de legalidad. El hombre depende en gran
medida de la actuación administrativa, y se ve afectado por ella cotidianamente. "Ante
esta situación es ineludible someter esas relaciones entre la administración y los
administrados a los causes formales de un procedimiento. De un procedimiento en el
101
Gimeno Sendra, Vicente y Garberí Llobregat.
Ley de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa y legislación complementaria.
Concordancias,
comentarios y jurisprudencia. ed. Colex. pág. 184
102
cfr. García de Enterría, Eduardo y Fernández Tomás-Ramón.
Derecho Administrativo II. ed. Civitas. pág. 534.
Curso de
129
que, sin detrimento de la eficacia, resulten garantizados los derechos fundamentales y
libertades individuales. De aquí la trascendencia de las leyes de procedimiento
administrativo en un Estado que pretenda ser de derecho."103
1.3.Antecedentes.
Así pues, los ordenamientos jurídicos mexicano y español, prevén la posibilidad de
impugnar los actos de la Administración Pública mediante la vía jurisdiccional, ante
órganos jurisdiccionales que examinen si los actos realizados por la autoridad
administrativa han sido apegados a la normativa jurídica, más este logro del estado de
derecho tuvo un arduo camino con la frontal oposición de quien realizaba la función
administrativa, auspiciado bajo la errónea definición que daban a la teoría de la
división de poderes realizada por Montesquieu, argumentándo que la actividad
jurisdiccional del Estado no podía entrometerse en el sector administrativo, dado que
"juzgar a la administración es administrar". Incluso, desde tiempos anteriores a la
mencionada teoría de división de poderes, la autoridad del rey intentó mantener la
soberanía a toda costa, no obstante haber jurado el respeto a la ley, entregándola de
esta forma al ordenamiento jurídico imperante en ese momento. Es digno de mención
el conflicto surgido en inglaterra en el siglo XV entre el Rey Jacobo I y el Justicia
Mayor del Reino, Lord Eduard Coke. "En un conflicto de jurisdicciones, el rey Jacobo
I declaró que podía fallar personalmente en cualquiera causa, sustrayéndola del
conocimiento de los jueces ordinarios, a quienes consideraba sus delegados. Coke se
opuso y la Historia ha conservado, en los documentos que se cambiaron entre sí, el
dialogo intrépido que sostuvo el justicia con su rey. <<De acuerdo con la ley de
Inglaterra -dijo el Justicia-, el rey en persona no puede juzgar causa alguna; todos los
casos civiles y penales, tendrán que fallarse en algún tribunal de justicia, de acuerdo
con la ley y la costumbre del reino.>> A lo que respondió el rey: <<Creo que la ley se
funda en la razón; yo, y otros, poseemos tanta razón como los jueces>>. <<Los casos
que atañen a la vida, a la herencia, a los bienes o al bienestar de los súbditos de su
majestad -replico Coke-, no puedes decidirse por la razón natural, sino por la razón
artificial y el juicio de la ley, la cual es un arte que requiere largo estudio y experiencia,
antes de que un individuo pueda llegar a conocerla a fondo.>> Esta respuesta ofendió
al rey, quien dijo que en tal caso, <<el estaría sometido a la ley, lo cual era traición
103
González Pérez, Jesús.
Procedimiento Administrativo Federal.
Porrúa. Universidad Nacional Autónoma de México. págs. XIX y XX.
ed.
130
sostener>>. Allí estaba la tesis fundamental del absolutismo; frente a ella, Coke no
evadió la afirmación de la monarquía constitucional: el rey no está sometido a ningún
hombre, pero si está <<bajo Dios y la ley>>."104
Una vez determinada y admitida por varios ordenamientos jurídicos la teoría de la
división de poderes, la administración, heredera en gran medida de las antiguas
funciones que ejercía el rey, no deseaba la intervención y vigilancia del orden
jurisdiccional sobre sus actos. Posterior a la Revolución Francesa, el Código
Napoleónico estableció una forma de protección de los gobernados frente a los actos
administrativos, a la que llamó "contencioso-administrativa", creando la institución del
Consejo de Estado, siendo este un órgano puramente administrativo, el cual proponía
resoluciones a la Administración sobre peticiones de anulación de actos
administrativos en los que se denunciaba vicios manifiestos de legalidad.105
"Lo verdaderamente singular del Régimen de Derecho Público surgido de la
Revolución, que se concreta, en cuanto a nosotros nos interesa, en el Derecho
Administrativo, y lo que constituye la definida originalidad histórica de éste. es
justamente ese cambio radical de concepción del sistema jurídico. La Administración
es una creación abstracta del Derecho y no una emanación personal de un soberano y
actúa sometida a la legalidad, la cual, a su vez, es una legalidad objetiva, que se
sobrepone a la Administración y no un mero instrumento ocasional y relativo de la
misma, y por ello también tal legalidad puede ser invocada por los particulares
mediante un sistema de acciones, expresión del principio de libertad que la Revolución
instaura, y que revela como dicha legalidad viene a descomponerse en verdaderos
derechos subjetivos."106
En la actualidad, el sistema de derecho pone claramente de manifiesto la correcta
interpretación de la división de poderes, que ha evolucionado con el trascurso de
tiempo y se ha enriquecido con las valiosas aportaciones de destacados juristas, no es
posible continuar con la errónea idea de que la Administración Pública ejerza sus
facultades sin que se encuentre previsto el medio idóneo para revisar el apego a la
104
Tena Ramírez, Felipe.
pág. 214.
Derecho Constitucional Mexicano. ed. Porrua.
105
cfr. García de Enterría, Eduardo y Fernández, Tomás-Ramón. ob.cit.
Curso...Administrativo II. pág. 535.
106
García de Enterría, Eduardo y Fernández,
Derecho Administrativo I. ed. Civitas. pág. 434.
Tomás-Ramón.
Curso
de
131
legalidad de sus actos, siendo el más apto para ello la revisión por el orden
jurisdiccional, por los verdaderos interpretes de la ley, los jueces. "Bien sabemos que
la Administración no representa al pueblo, sino que le sirve, que no puede ampararse
en la nota de soberanía, sino que, antes bien, es una organización íntegramente
subordinada al Derecho, no señora del mismo, obligada a justificarse en la observación
estricta de las normas legales. Por otra parte, hoy la jurisdicción contenciosoadministrativa está encarnada en verdaderos Tribunales y no es, como en ese primer
modelo histórico, un simple autocontrol residenciado en el propio aparato de la
Administración, de modo que no podría hablarse de que ésta disfruta de una exención
jurisdiccional absoluta que dé a sus decisiones la misma fuerza que las Sentencias, que
era lo propio de ese primer modelo histórico. Igualmente resulta inválido como
explicación técnica recurrir al principio constitucional de la división de los poderes,
interpretado en el sentido de una <<separación>> entre la Administración y
Tribunales. El sistema operará como una infraestructura, no nos desvelará los secretos
de la estructura técnica, que es el nivel en donde ahora estamos. Por otra parte. es
obvio que tal <<separación>> ha perdido su carácter absoluto y de principio, en
cuanto que el actual recurso contencioso-administrativo supone un sometimiento
efectivo de la Administración a un proceso y a una decisión verdaderamente
jurisdiccionales."107
1.4.Definición de Contencioso-Administrativo.
Efectivamente, los actos de la Administración Pública son susceptibles de
impugnación por los particulares afectados o incluso por órganos estatales, a través de
un procedimiento jurisdiccional, en el que deducen pretensiones fundadas en derecho
administrativo, a efecto de que se analice la legalidad de los actos gubernativos. "En
una forma general se puede decir que el contencioso-administrativo es el examen
jurisdiccional de los actos administrativos. En esta corta oración están incluidos sus
elementos, al hablar de jurisdicción se está excluyendo la revisión vertical de los actos
por la propia Administración, y se está implicando una relación angular en que se
encuentra un juez independiente sin importar que pertenezca desde el aspecto formal al
poder judicial o al ejecutivo. Al hablarse de acto administrativo se especifica que no
es motivo del contencioso-administrativo cualquier actuación de la Administración;
107
ob.cit. García de Enterría, Eduardo
Curso...Administrativo I. págs. 496 y 497.
y
Fernández,
Tomás-Ramón.
132
respecto a la finalidad del mismo no se dice nada, ya que aunque primordialmente es
una defensa de los particulares frente a la Administración, también puede ser una
defensa de órganos que no tengan la característica de particular o gobernado."108
Así pues, los ordenamientos jurídicos de México y España, al prever la procedencia
de procedimientos jurisdiccionales a efecto de impugnar los actos realizados por la
Administración Pública u otro organismo que desempeñe funciones derivadas de esta,
cumplen con la obligación de velar por los derechos de los ciudadanos, garantizando
el cumplimiento de la ley y la Constitución.
2. EL PROCEDIMIENTO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO EN EL
ORDENAMIENTO JURIDICO ESPAÑOL.
2.1.Antecedentes de Derecho positivo español.
El derecho español adopta en el siglo XIX, el modelo de contencioso-administrativo
del derecho francés, basado principalmente en el aseguramiento de la legalidad de los
actos de la Administración y las libertades del ciudadano, encomendando dicha
función a órganos no jurisdiccionales (stricto sensu). Dicho modelo se apunta en la
Constitución de Bayona en forma Napoleónica, que es tomada en gran medida (con
influencia también del derecho anglosajón) por la Constitución de Cádiz de 1812.
La evolución del derecho administrativo español es asombrosa en gran medida, y el
procedimiento contencioso-administrativo no es la excepción, evolución que es
suspendida por algunos años durante el período de la dictadura Franquista; el 27 de
agosto de 1938 se eliminó del sistema jurídico de derecho administrativo español, el
recurso contencioso-administrativo contra los actos estatales, recurso que reaparece
con la ley de 18 de marzo de 1944.109
Actualmente, se encuentra en proyecto una nueva Ley de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, sin que actualmente haya sido aprobada.
2.2.El contencioso-administrativo en la legislación.
108
Carpizo, Jorge.
Estudios
Autónoma de México. pág. 179.
109
Constitucionales.
Universidad
Nacional
cfr. García de Enterría, Eduardo y Fernández, Tomás-Ramón. ob.cit.
Curso...Administrativo II. pág. 538.
133
"El principio constitucional básico relativo a la Administración Pública es el de su
sujeción al ordenamiento jurídico. En efecto, el art. 103.1 (CE) concluye señalando
que la Administración se encuentra sometida a <<la ley y el Derecho>>. El art. 103 de
la CE en este punto representa la concreción del principio general del art. 9.1 de
sometimiento de los poderes públicos a la Constitución y al resto del ordenamiento
jurídico. Se trata en definitiva, de manifestar respecto de la Administración el dogma
fundamental del Estado de Derecho...el sometimiento de la Administración al
ordenamiento jurídico implica, como es obvio, que su actuación puede ser controlada
jurídicamente por los jueces y tribunales, y así lo dispone el art. 106.1 dela CE."110
El procedimiento contencioso-administrativo, se encuentra regulado principalmente
por la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, de 27 de
diciembre de 1956 y por la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas
y del Procedimiento Administrativo Común, de 26 de noviembre de 1992; éste es un
procedimiento plenamente jurisdiccional, en el cual los Tribunales que lo resuelven
tienen plena libertad e independencia con la Administración a la que juzgan. El
contencioso-administrativo (como se ha indicado), es la respuesta a la observancia de
determinados derechos fundamentales, como el de seguridad jurídica, que contiene la
obligatoriedad de apego de los actos de las autoridades estatales a la ley. "El
contencioso-administrativo, está incluido, de esto no hay duda -la jurisprudencia
constitucional lo dice todos los días-, en el artículo 24...la justicia administrativa es una
justicia de tutela de derechos e intereses legítimos..."111
Si bien es cierto que la función jurisdiccional es primordialmente estatal, también lo
es que al desarrollarse el proceso contencioso-administrativo, no formula mayor
problema el que sea precisamente a la Administración (órgano estatal) a quien se
juzga, dado que aún cuando el Juez y el demandado formen parte de este ente único
que es el Estado, son completamente autónomos e independientes uno del otro; sin
olvidar que el Estado (de conformidad con la doctrina clásica) no sólo se conforma de
gobierno, sino también de territorio, soberanía y población, por lo cual, los ciudadanos
forman parte a su vez del Estado, y los órganos gubernativos están (en gran medida)
para el servicio de éstos y para el mantenimiento del ordenamiento jurídico que el
pueblo en uso de su soberanía estableció a través de su representación política.
110
Pérez Tremps, Pablo.
blanch. pág. 191.
111
Derecho Constitucional. Vol. II. ed. Tirant lo
ob.cit. García de Enterría, Eduardo.
Hacia una... pág. 52.
134
2.3.Agotamiento de los recursos previos.
A efecto de estar en posibilidad de interponer el recurso contencioso-administrativo,
ante la autoridad jurisdiccional, es presupuesto en la mayoría de sus casos, el que se
hayan agotado las vías y procedimientos administrativos previos ante la propia
Administración Pública, procedimientos que se encuentran regulados en gran medida
por la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y el Procedimiento
Administrativo Común, dando a la propia Administración la posibilidad de revisar sus
propios actos y la legalidad de los mismos, sin perjuicio de que una vez desarrollados
dichos procedimientos, el particular se encuentre en posibilidad de impugnar el acto
administrativo ante los tribunales jurisdiccionales, ofreciendo las pruebas que sean
procedentes conforme a la ley a efecto de demostrar la legalidad y razonabilidad de su
pretensión. "Precisamente porque el recurso contencioso-administrativo es un
auténtico proceso, el mismo permite llegar a la verdad material del hecho enjuiciado,
no sólo con el material de conocimiento aportado en vía administrativa, sino con el
incorporado después en vía judicial, factores que permiten llegar a una solución
opuesta a la ofrecida por la Administración, en base a los elementos de convicción
puestos a disposición de los juzgadores, y a la facultad soberana de los mismos para
interpretarlos, de acuerdo con los dictados de la sana crítica."112
En efecto, requisito indispensable a efecto de que pueda ser ejercitada la vía
contencioso-administrativa, será la previa interposición del recurso de reposición,
mismo que se presentará ante el mismo órgano de la Administración Pública que dictó
el acto impugnado en el transcurso de un mes contado a partir de la notificación o
publicación del acto impugnado; exceptuándose de dicho requisito los actos que
implicaren resolución de cualquier recurso administrativo, los dictados en ejercicio de
potestad de fiscalización, los actos presuntos en virtud del silencio administrativo, los
actos no manifestados por escrito y las disposiciones de carácter general que dictaren la
Administración del Estado, las Entidades Locales y las Corporaciones e Instituciones
Públicas, una vez aprobadas definitivamente en vía administrativa. De igual forma es
requisito previo para la Administración Pública, a efecto de estar en posibilidad de
interponer recurso contencioso-administrativo, la declaración de lesividad del acto que
impugna.
112
ob.cit. Gimeno Sendra, Vicente y Garberí Llobregat, José.
Jurisdicción... pág.59.
Ley de la
135
2.4.Ambito de Protección y Competencia.
De conformidad con el artículo 1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, dicha jurisdicción "conocerá de las pretensiones que se
deduzcan en relación con los actos de la Administración Pública sujetos al Derecho
administrativo y con las disposiciones de categoría inferior a la ley". entendiendo por
Administración Pública a la Administración del Estado, (Administración General del
Estado y Administración de las Comunidades Autónomas), entidades que integran la
Administración Local y las Corporaciones e Instituciones públicas sometidas a la tutela
del Estado o de alguna Entidad local.
A su vez, la ley establece que "No corresponderán a la Jurisdicción Contenciosoadministrativa: a) Las cuestiones de índole civil o penal atribuidas a la jurisdicción
ordinaria, y aquellas otras que, aunque relacionadas con los actos de la Administración
Pública, se atribuyan por una ley a la Jurisdicción social o a otras jurisdicciones. b)
Las cuestiones que se susciten en relación con actos políticos del Gobierno, como son
los que afecten a la defensa del territorio nacional, relaciones internacionales,
seguridad interior del Estado y mando y organización militar, sin perjuicio de las
indemnizaciones que fueren procedentes, cuya determinación sí corresponde a la
jurisdicción Contencioso-Administrativa.
c) Las decisiones de cuestiones de
competencia entre la Administración y las jurisdicciones ordinarias o especiales y las
de conflictos de atribución."
A efecto de delimitar que órganos son jurisdiccionalmente competentes para
conocer del procedimiento contencioso-administrativo, hemos de indicar que si bien el
Estado realiza sus diversas funciones a través de sus órganos e instituciones, ya sea
juzgando, legislando o administrando. "El los Ordenamientos que consagran el
principio de unidad jurisdiccional y lo aplican rígidamente, el órgano jurisdiccional
está encuadrado en la común organización judicial, en el Poder Judicial. Ahora bien,
al distinguirse distintos órdenes jurisdiccionales, existirán órganos a los que se confía
la jurisdicción en cada uno de ellos. Como uno de esos órdenes es el contenciosoadministrativo (art. 9.4, LOPJ), será órgano del mismo aquél al que se confía la
satisfacción de las pretensiones fundadas en Derecho administrativo."113
113
González Pérez, Jesús.
Civitas. pág. 122.
Manual de Derecho Procesal Administrativo. ed.
136
Así pues, la competencia del órgano jurisdiccional vendrá a determinarse en
relación directa con la pretensión procesal formulada por el actor; a efecto de que la
pretensión pueda ser ventilada en vía del procedimiento contencioso-administrativo, la
misma debe estar fundada en el derecho administrativo.
"La pretensión procesal es un acto, no un derecho; algo que se hace, no algo que se
tiene. Es una declaración de voluntad, no una manifestación afectiva, emocional o
psicológica del que la formula; pero tampoco es una exteriorización intelectual o
declaración de ciencia que se limita a poner de manifiesto la existencia o inexistencia
real de una cierta proposición...la pretensión procesal...es la petición presentada por un
sujeto activo ante un órgano jurisdiccional frente a un sujeto pasivo en demanda de que
se haga algo jurídico, esto es, que se operen o se manejen situaciones estrictamente de
Derecho."114 No existe proceso sin pretensión procesal, esta es la que da vida al
proceso, que va a ser desarrollado a través de un procedimiento, mas a efecto de que el
proceso pueda ventilarse es necesario que exista la litis, y esta se desarrollará en base a
la pretensión.
El recurso contencioso-administrativo será conocido por las Salas de lo
Contencioso-Administrativo de las Audiencias Territoriales, las Salas de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, la Sala de Revisión de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo y la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Audiencia Nacional. Es importante hacer la aclaración que en
este ámbito competencial, las Salas de lo Contencioso-Administrativo de los
Tribunales Superiores de Justicia, tienen las atribuciones y competencias que la ley
determina a las Audiencias Territoriales; a su vez, la ley prevé el funcionamiento de
Juzgados de lo Contencioso-Administrativo, sin que estos se hayan constituido aún,
por lo cual, hasta en tanto se instalen dichas funciones competenciales serán ejercidas
por los respectivos Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas.
"Antes de delimitar la competencia de los órganos del Orden Jurisdiccional
contencioso-administrativo, ha de hacerse referencia a los órganos de la Jurisdicción
militar, a los que corresponde el conocimiento de pretensiones fundadas en Derecho
Administrativo. Porque la Ley Orgánica 12/1985, de 27 de noviembre, del régimen
disciplinario de las Fuerzas Armadas (art. 77), la LOJM (art. 4o) y la LOPM (art. 448)
atribuyen a la jurisdicción militar el conocimiento de las pretensiones que se deduzcan
en relación con los actos dictados en aplicación de la Ley Orgánica 12/1985. Dentro
114
ob.cit. González Pérez, Jesús.
Manual de Derecho... pág. 206.
137
de la Jurisdicción militar, la competencia corresponde: a') A la Sala militar del TS, los
recursos contra sanciones impuestas o reformadas por el Ministro de Defensa, incluso
las extraordinarias (art. 23,5,LOJM). b') Al Tribunal militar central en Sala de justicia
los recursos contra las sanciones impuestas o reformadas por el Jefe del Estado Mayor
de la Defensa, Jefes del Estado Mayor de cada Ejército, Subsecretario de Defensa,
Director General de la Guardia Civil y Oficiales Generales (art. 37, 7, LOJM). c') A los
tribunales militares territoriales, los recursos contra las sanciones impuestas por los
mandos militares que no sean competencia de las Salas anteriormente señaladas (art.
45,6, LOJM). Para determinar la competencia territorial de éstos, se estará a lo
dispuesto en el art. 451, LOPM: será competente el Tribunal en cuyo territorio se
encuentre destinado el mando que originariamente impuso la sanción, o aquel en cuyo
territorio tenga su destino o domicilio el demandante, a elección de éste."115
La jurisdicción es un requisito procesal, incluso es el primero de dichos requisitos
en virtud de que a efecto de que un tribunal esté capacitado para conocer de cualquier
litigio es necesario que tenga jurisdicción para ello, dicha jurisdicción puede ser
examinada a instancia de parte, pero el órgano jurisdiccional deberá estudiarla de
oficio, previa audiencia de las partes, a efecto de estar en posibilidad legal de conocer
el asunto. Dicha jurisdicción será al tenor de la legislación correspondiente
improrrogable y una vez determinada y admitida la misma los tribunales serán
jurisdiccionalmente competentes para conocer el asunto, sus incidencias y para
fiscalizar la ejecución de las sentencias que dicten. Cuando la Sala que conoce del
litigio se declare incompetente para continuar conociendo, antes de la sentencia,
remitirá las actuaciones a la que considere competente, a efecto e que continúe el curso
del proceso.
Los Tribunales Superiores de Justicia de las respectivas Comunidades Autónomas,
de conformidad con el artículo 10 de la Ley de la jurisdicción ContenciosoAdministrativa, conocerán en única o primera instancia de los actos no susceptibles de
recurso administrativo ordinario de los órganos de la Administración Pública cuya
competencia no se extienda a todo el territorio nacional, y de las cuestiones que
susciten contra actos de los Gobernadores Civiles (actualmente Subdelegados del
Gobierno) y los Presidentes de las Corporaciones Locales al decretar la suspensión de
acuerdos adoptados por éstas; de los actos y resoluciones dictados por órganos de la
115
González Pérez, Jesús.
Manual de Práctica Forense Administrativa.
ed. Civitas. págs. 162 y 163.
138
Administración Pública, cuya competencia se extienda a todo el territorio nacional, y
cuyo nivel orgánico sea inferior a Ministro en materias de personal, propiedades
especiales y expropiación forzosa; de los actos, expresos o presuntos, de ministros,
autoridades y órganos centrales de inferior jerarquía, resolutorios de recursos
administrativos, incluido el económico-administrativo, y los que se dicten en el
ejercicio de la función fiscalizadora sobre órganos o entidades cuya competencia no se
extienda a todo el territorio nacional, cualquiera que sea la materia a que se refiera y el
contenido de la decisión que se dicte, exceptuándose las resoluciones de los Ministros
que reformaren el acto del inferior; y, de los recursos sobre responsabilidad patrimonial
de la Administración Pública, autoridades o funcionarios civiles y los que se entablen
por éstos cuando hubieren sido declarados responsables por la Administración, por
actos o hechos realizados en el ejercicio de sus cargos, si en uno u otro caso la
competencia no corresponde al Tribunal Supremo. Como se expresó con anterioridad,
en "el orden jurisdiccional contencioso-administrativo los Tribunales Superiores de
Justicia, mientras no se pongan en funcionamiento los Juzgados de la jurisdicción,
tienen no sólo la competencia establecida por el art. 74 LOPJ, en cuanto sea posible,
sino también las que tenían las Audiencias Territoriales, con la salvedad respecto de las
del primer grupo, es decir, que cuando aquél precepto la otorga transitoriamente al
Tribunal Superior de Justicia para conocer en única instancia, esto debe entenderse
sustituido por la de <<en primera instancia>>...Mientras no entren en funcionamiento
los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo, las Sala de los Tribunales Superiores
de Justicia, tienen una competencia reforzada, ya que aparte de la que gozan en
plenitud, derivada de la LOPJ, asume en bloque las atribuciones que en base al art. 10
LJCA, venían conferidas a las Salas de las Audiencias Territoriales del mismo orden
jurisdiccional."116
La comperencia atribuida al Tribunal Supremo (específicamente a las Salas de lo
Contencioso-Administrativo), se encuentra delimitada por el artículo 14 de la Ley de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa, el cual establece: "1. Las Salas de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo conocerán de los asuntos
siguientes: A. En única instancia: a) De los recursos contencioso-administrativos que
impugnen directamente las disposiciones de carácter general emanadas de órganos de
la Administración del Estado, general o institucional, cuya competencia se extienda a
todo el territorio nacional, en los casos a que se refieren los párrafos 1 y 3 del artículo
116
ob.cit. Gimeno Sendra, Vicente y Garberí Llobregat, José.
Jurisdicción... pág. 124.
Ley de la
139
39 de esta Ley. b) De los recursos contencioso-administrativos que se formulen
respecto de los actos emanados del Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas
y de los Ministros, excepto, en este último caso, cuando se refieren a los comprendidos
en el apartado c) del artículo 10. c) De los actos y resoluciones dictados por órganos
de la Administración Pública, cuya competencia se extienda a todo el territorio
nacional y cuyo nivel orgánico sea inferior a Ministro, en las materias no incluidas en
el apartado b) del artículo 10. d) De la responsabilidad patrimonial de la
Administración Pública cuando proceda, conforme a la regla del apartado b) de este
artículo, y, en todo caso, de los recursos que se entablen por los Gobernadores Civiles
(actualmente Subdelegados del Gobierno), autoridades o funcionarios cuyo nivel
orgánico sea equivalente o superior al de Director General, declarados responsables
por la Administración por hechos o actos realizados en el ejercicio de su cargo. e) De
los recursos contencioso-administrativos que se formulen contra actos dictados previo
informe preceptivo del Consejo de Estado. f) De los actos adoptados por el Consejo
Supremo de Justicia Militar o a propuesta o con informe del mismo. B. En segunda
instancia, de los recursos que se deduzcan en relación con decisiones susceptibles de
apelación pronunciadas por las Salas de lo Contencioso-Administrativo de las
Audiencias Territoriales. 2. También conocerán: a) De los recursos de revisión contra
sentencias firmes de las Salas de lo Contencioso-Administrativo de las Audiencias
Territoriales. b) De los recursos de queja por la inadmisión del recurso de apelación.
c) De las cuestiones de competencia que surjan entre dos o más Salas de lo
Contencioso-Administrativo de otras tantas Audiencias Territoriales, o de la misma, si
tuvieren su sede en distinto lugar." La sentencias firmes de las Salas de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, podrán ser recurribles en revisión
por la Sala de Revisión de lo Contencioso-Administrativo de dicho Tribunal Supremo.
2.5.Partes.
2.5.1.Legitimación Activa.
La capacidad procesal para interponer recurso contencioso-administrativo será
determinada por la Ley de Enjuiciamiento Civil para los procedimientos civiles
ordinarios.
Así pues, se encuentran legitimados para interponer el recurso
contencioso-administrativo, todos los que tuviere interés directo en la declaración de
no ser conformes a derecho o de anulación de los actos y disposiciones de la
Administración; las Entidades, Corporaciones e Instituciones de Derecho Público que
impugnen directamente disposiciones de carácter general de la Administración Central
140
siempre y cuando éstas les afecten directamente y la Administración autora del acto
impugnado, si en virtud de la legislación no pudiere anularlo o revocarlo por sí misma.
Es necesario indicar que no obstante la amplitud del término utilizado en la ley, en el
sentido de otorgar capacidad a aquella persona que tenga un interés directo en la
declaración de no ser conformes a derecho o anulación de los actos y disposiciones de
la Administración, dicha legitimación requiere precisamente un interés directo, el cual
no se presume únicamente por su invocasión, es necesario probarlo ante el órgano
jurisdiccional.117
2.5.2.El Ministerio Fiscal.
El Ministerio Fiscal únicamente tiene intervención en el proceso contenciosoadministrativo especial para la protección de los derechos fundamentales, en el que
debe oírsele, tanto en el incidente de suspensión de ejecución del acto, como en el
proceso principal.
2.5.3.Legitimación Pasiva.
La ley considera como parte demandada a la Administración (entendida esta, como
indicamos, ya sea del Estado Central o de las Comunidades Autónomas) de la cual
proviene el acto o disposición impugnada; a las personas a cuyo favor deriven
derechos del propio acto y cuando sea sujeto activo, cualquier persona que tuviere
interés directo en la anulación del acto o disposición o su declaración de no ser
conforme a derecho.
Cuando una Corporación o Institución dictare algún acto o
disposición, pero estos no fueren firmes sin previa autorización, aprobación o
conocimiento de oficio o a instancia de parte de la Administración estatal o de las
Comiunidades Autónomas, se entenderá como administración demandada, la
Corporación o Institución que dictare dicho acto o disposición fiscalizado, si dicha
fiscalizadora lo aprobare; y, la Corporación o Institución que ejerza la fiscalización, si
mediante ella no aprobare el acto o disposición. La ley permite la intervención de
coadyuvante del demandado a cualquier persona que tuviere interés directo en el
mantenimiento del acto o disposición, así como de coadyuvante de la Administración
demandante de la anulación de sus propios actos, a quien tuviera interés en la
117
cfr. Gimeno Sendra, Vicente y Gabrerí Llobregat, José. ob. cit. Ley de
la Jurisdicción... pág. 159.
141
anulación de los mismos.
Si la pretensión deriva de alguna relación jurídica
transmisible, el causahabiente podrá suceder en cualquier estado del proceso a quien
inicialmente actuó como parte activa.
De igual forma se encuentran legitimados para intervenir como parte en el proceso
contencioso-administrativo, los Colegios Oficiales, Sindicatos, Cámaras, Asociaciones
y demás entidades constituidas legalmente para velar por los intereses profesionales o
económicos determinados, si se encuentra en litigio alguna pretensión relacionada en
forma directo con los intereses indicados.
No es muy complejo el entendimiento de la representación y defensa de las partes
en el proceso contencioso-administrativo, el cual se desarrolla en los artículos 33 a 36,
en los que determina la representación de los particulares por Procurador asistido de
Abogado, o por abogado debidamente autorizado con poder al efecto; dada la
naturaleza jurídica de las partes en el proceso, como podrían ser las Corporaciones,
Instituciones sometidas a la tutela del Estado o de alguna entidad local, o Entidades
que integran la Administración local, estas podrán ser representadas por los Abogado
del Estado, salvo que designen letrado que las represente, litiguen entre sí, o contra la
Administración del Estado, a quien en todo caso representarán los Abogados del
Estado.
Hacemos nuevamente énfasis, que las Administraciones a que hemos hecho
referencia, no se concretan únicamnte a las del Estado Central, sino que abarcan de
igual forma a las de las Comunidades Autónomas.
2.6.Procedimiento.
2.6.1.Interposición del recurso contencioso-administrativo.
El órgano judicial competente para conocer del asunto que se le plantea en la
jurisdicción contencioso-administrativa, activará el proceso incitado previamente por
el demandante, a través de la presentación de un escrito de interposición (siempre y
cuando el demandante no sea la Administración Pública) en el que deberá limitarse a
expresar el acto razón por el cual se formula dicho recurso y a solicitar se tenga por
interpuesto el mismo, acompañando para tal efecto los documentos exigidos por el
artículo 57 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, concediendo el
órgano jurisdiccional un plazo de diez días al demandante para el caso de que dicho
escrito adoleciese de un error subsanable, archivando el asunto en caso de una vez
requerido el demandante no subsanase el error.
142
El plazo para interponer el recurso contencioso-administrativo será de dos meses
contados a partir de la notificación del acuerdo resolutorio del recurso de reposición si
este fue expreso, en caso contrario de un año a partir de la fecha de interposición del
mismo; en el caso de los actos de silencio administrativo el plazo será de un año
contado a partir del día siguiente al en que se entienda desestimada la petición; de igual
forma el plazo será igualmente de dos meses para la Administración Pública que acuda
en contencioso-administrativo, contados a partir del día siguiente al en que sea
declarado lesivo el acto impugnado.
2.6.2.Emplazamiento y admisión.
Una vez interpuesto el recurso, el Tribunal ordenará sea anunciado en el Boletín
Oficial del Estado o de la Provincia (o en el Boletín Oficial de la Comunidad
Autónoma de que se trate) según de conformidad con la naturaleza del órgano
jurisdiccional que se encuentre conociendo de dicho recurso; hecho lo anterior
ordenará a la demandada la remisión del expediente administrativo que contenga el
acto impugnado, misma que a partir de este momento se considerará emplazada, quien
deberá presentarlo en el plazo máximo de veinte días. El Tribunal decretará en auto
motivado la admisión o inadmisión del recurso de conformidad con los requisitos
exigidos por la ley; contra el auto que decrete la inadmisión del recurso podrá
interponerse recurso de súplica, y contra el desestimatorio de éste, el de apelación.
Una vez emplazada la Administración autora del acto o disposición impugnada,
ésta, al acordar la remisión del expediente solicitado por el Tribunal notificará de
inmediato a cuantos aparezcan como interesados, emplazandolos por nueve días a
efecto de que se personen (comparezcan) ante el Tribunal, hecho lo anterior, con
inserción de las notificaciones realizadas, remitirá al Tribunal correspondiente el
expediente solicitado.
Aquellos que no hubiesen podido ser emplazados
personalmente, se entenderán emplazados en virtud de la publicación realizada por el
Tribunal en el Boletín Oficial del Estado o de la Provincia, según corresponda.
En los casos en que el recurso contencioso-administrativo, tenga por finalidad la
impugnación de un acto declarado lesivo, el emplazamiento de las partes será realizado
en forma individual por el propio Tribunal que conozca del asunto.
2.6.3.Deducción de la demanda.
143
Una vez que el Tribunal cuente con el expediente que contenga el acto reclamado,
se correrá traslado al sujeto activo, con el expediente administrativo a efecto de que
deduzca la demanda en el plazo de veinte días; en caso de no hacerlo así quien
interpuso el recurso, el Tribunal declarará de oficio caducado el mismo. Presentada la
demanda, se correrá traslado a los demandados y coadyubantes a efecto de que
contesten la misma, debiendo hacerlo en primer término, en su caso, la Administración
demandada. La Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, indica a las partes
la posibilidad de presentar con la demanda o contestación de la misma, los documentos
en los cuales funden su derecho, o en caso de no estar posibilitados para ello, la
designación del lugar o persona en cuyo poder se encuentren; posteriormente, sólo
serán admitidas las documentales de la naturaleza expresada en los casos previstos para
el proceso civil, excepción hecha del demandante, a quien se le admitirán las
documentales necesarias para desvirtuar las alegaciones del demandado o
coadyubante.
2.6.4.Acumulación.
La ley establece la posibilidad de acumulación por parte del órgano jurisdiccional,
siempre y cuando los actos impugnados tengan relación directa y no sean
incompatibles entre sí. "En principio, para que sea admisible la acumulación inicial de
pretensiones es necesario que el órgano jurisdiccional sea competente para conocer de
todas ellas...No obstante, la jurisprudencia administrativa ha declarado que si las
pretensiones se dirigen contra actos distintos entre los que existe conexión directa y el
conocimiento de los recursos correspondiera en principio a órganos distintos, la
competencia para conocer de las pretensiones acumuladas corresponderá al de superior
jerarquía...Ha de solicitarse la acumulación por el demandante o demandante
legitimados activamente para deducir todas las pretensiones acumuladas".118
2.6.5.Suspensión.
El ordenamiento jurídico que regula el procedimiento contencioso-administrativo,
establece la posibilidad de solicitud de suspensión del acto impugnado, misma que
podrá deducirse mediante escrito independiente con esta finalidad, o mediante <<otro
sí>>, en alguno de los escritos que presente la parte actora, especificando los motivos
118
ob.cit. González Pérez, Jesús.
Manual de Derecho... pág. 255.
144
que justifiquen su pretensión de suspensión, misma que será concedida cuando la
ejecución del acto impugnado ocasione al demandante daños o perjuicios de difícil o
imposible reparación, no siendo obice a lo anterior, el que la suspensión pueda ser
negada por el Tribunal que conoce del asunto, cuando con su concesión se cause grave
perturbación a los intereses públicos; en caso de ser concedida la suspensión, el órgano
jurisdiccional respectivo solicitará caución suficiente si la concesión de ésta pudiere
ocasionar algún daño o perjuicio a los intereses públicos o de algún tercero. Dicha
solicitud podrá realizarse en cualquier estado del proceso, en primera o segunda
instancia, y esta dará lugar a la apertura de un incidente que deberá llevarse a cabo por
cuerda separada.
No debemos olvidar, que cuando el acto generado por la Administración Pública,
afecte los derechos fundamentales de la persona, dicho acto podrá ser impugnado
mediante el procedimiento sumario y preferente establecido en la Ley 62/78, de
Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales de la Persona, en el cual se
prevé de igual forma la suspensión, mas de forma más sencilla y asequible al
gobernado. Procedimiento que hemos analizado al estudiar el amparo judicial en el
capítulo primero.
Todas las cuestiones incidentales que se suscitaren en el proceso, incluso las que se
refieran a la nulidad de actuaciones, se substanciarán por pieza separada y sin
suspender el curso de los autos.
2.6.6.Período Probatorio.
La Ley de la jurisdicción Contencioso-Administrativa establece la posibilidad del
proceso a prueba. "La petición del recibimiento del proceso a prueba se hará
necesariamente en los escritos de demanda o contestación a la demanda. El artículo 74
LJ exige que se haga por <<otro sí>> y, aunque el aforismo conduce a admitir la
petición que no se haga de esta forma, es preferible seguir la letra de la norma y
hacerlo por <<otro sí>>. Es requisito esencial de la petición del recibimiento a prueba
que se expresen los puntos de hecho sobre los que ha de recaer la prueba..."119
"El principio de jurisdicción revisora ha conducido a afirmar que la prueba pugna
con la esencia del proceso administrativo. Reducido el principio a sus justos límites...,
es evidente que la prueba se rige en el proceso administrativo por los mismos
119
ob.cit. González Pérez, Jesús.
Manual de Práctica... pág. 200.
145
principios que en los demás procesos y, concretamente, en el proceso civil. En efecto,
a través de la vía administrativa, se han discutido unos hechos y acerca de los mismos
se ha practicado prueba, tanto por parte del particular como por parte de la
Administración. Si después discuten la cuestión ante los Tribunales es porque los
hechos básicos no están claros ni existe prueba contundente, salvo los casos de dudas
interpretativas y temeridad."120
Son las partes, quienes tienen el derecho de probar ante el órgano jurisdiccional,
recayendo la carga de la prueba para el demandante, puesto que es éste quien acudió
ante el órgano jurisdiccional y debe probar ante el la veracidad de los hechos en los
que funda su pretensión, más éste último (el Tribunal), esta facultado para realizar de
oficio las pruebas que estime convenientes a efecto de llegar a la verdad y resolver la
litis con apego a la justicia y al derecho.
2.6.7.Vista y presentación de conclusiones.
Una vez finalizado el período probatorio, el Tribunal celebrará la vista siempre y
cuando sea solicitado por las partes o dicho órgano jurisdiccional lo estime necesario,
solicitud a instancia de parte que deberá realizarse por medio de <<otro sí>> en los
escritos de demanda o contestación a dentro de los tres días siguientes contados a partir
de la legal notificación de la providencia que declare concluso el período a prueba; en
caso de no llevarse a cabo la celebración de la vista, las partes presentarán por escrito
en el plazo de quince días, conclusiones sucintas acerca de los hechos alegados, las
pruebas practicadas y los fundamentos jurídicos en que apoyen sus pretensiones.
2.6.8.Sentencia.
La sentencia emitida por el Tribunal, será dictada en el plazo de diez días, desde la
celebración de la vista o del señalado para la votación del fallo. Esta se pronunciará
respecto de la inadmisibilidad del recurso o de la estimación o desestimación del
mismo y contendrá, además el pronunciamiento de costas. El recurso contenciosoadministrativo no es la excepción en el sentido de que la justicia será gratuita a quien
acredite insuficiencia de recursos para litigar, ello en virtud de lo ordenado por el
artículo 119 constitucional; en este caso, se deberá contar con declaración de pobreza,
120
ob.cit. González Pérez, Jesús. Manual del Derecho... pág. 309.
146
misma que deberá ser emitida por el Juez municipal o comarcal del domicilio de quien
la solicite, sin que sea obstáculo para la Sala, habilitar (oyendo a las demás partes) e
pobreza a quien lo solicite sin necesidad de justificación.
2.6.8.1.Obligatoriedad de las sentencias.
El Tribunal velará el cumplimiento de las sentencias dictadas, y hará ejecutar la
misma por los medios a su alcance, legalmente establecidos. "Una vez que los
Tribunales han dictado sentencia firme, la misma despliega plenos efectos ejecutivos.
La persona obligada por el mandato judicial debe cumplir lo mandado voluntaria o
forzosamente. Si la obligada es la Administración Pública que fuere parte en el
proceso, como tal parte procesal debe cumplir los pronunciamientos del fallo. Ahora
bien, la Administración pública es algo más que una parte procesal. Los órganos que
la integran ejercen una función pública, están investidos de poder, integran el Poder
Público para realizar fines de interés general. De aquí que, además de la obligación
como parte procesal, tengan un deber especialmente cualificado. Como todos, y muy
especialmente como tal Poder Público, debe prestar a los Tribunales la colaboración
requerida por éstos en la ejecución de lo resuelto. Es un deber que establece la propia
Constitución (art. 119)".121
2.6.8.2.Suspensión de la ejecución de la sentencia.
No obstante lo anterior, la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa,
otorga a la Administración la posibilidad de suspender el cumplimiento total o parcial
de la sentencia dictada, o incluso la inejecución de la misma; resolución que deberá ser
tomada por el Consejo de Ministros, fundando su decisión en peligro de transtorno
grave del orden público, temor fundado de guerra con otra potencia si se cumpliere la
sentencia, quebranto en la integridad del territorio nacional, o detrimento grave de la
hacienda pública, sin que esta última causa proceda cuando la sentencia condene a la
Administración al pago de cantidad, más en este caso, podrá el Consejo de Estado fijar
la modalidad de pagos a realizar para el cumplimiento de la sentencia dictada, previo
conocimiento del Tribunal resolutor, a efecto de que oídas las partes, éste último
resuelva en definitiva el modo de ejecutar la sentencia.
121
ob.cit. Pérez González, Jesús.
Manual de Práctica... pág. 279.
147
2.6.9.Conclusión del proceso sin sentencia.
"Pero puede ocurrir que el proceso no termine con la sentencia. Cabe que se den
determinadas circunstancias que provoquen la terminación del proceso sin que el juez
dicte sentencia. No quiere decir que en estos casos no exista un acto del órgano
jurisdiccional por el que se dé por terminado el proceso, ya que en todo proceso, una
vez iniciado, no termina hasta que no lo declare así el órgano jurisdiccional ante el que
se dedujo la pretensión. Lo que se afirma es que el acto que dicta en estos casos el
Juez no es una sentencia. Porque el Juez no decide acerca de la conformidad o
disconformidad de la pretensión con el Derecho objetivo; ante unos determinados
hechos o actos ha de dictar decisión en un sentido determinado."122
Dicha terminación del proceso sin que se haya dictado sentencia, puede producirse
por actividad unilateral de las partes, en los casos de renuncia (cuando el demandante
al fundamento de su pretensión), desistimiento (cuando el demandante renuncia a la
pretensión) y allanamiento (acto procesal del demandado por medio del cual abandona
su oposición) o, por actividad bilateral, cuando se trate de transacción (contrato por el
cual, mediante recíprocas concesiones se elimina el pleito o la incertidumbre de las
partes sobre una relación jurídica); de igual forma el proceso puede terminar por
inactividad de las partes, produciendo con ello la caducidad (falta de ejercicio de un
derecho, interposición de un recurso o realización de un trámite en el plazo concedido
expresamente por la ley) y por terminación por hechos que impiden la continuación del
proceso (pudiera ser el caso de la reforma legislativa que puede privar de su esencia al
proceso y determinar la extinción del mismo).123
2.7.Recursos.
El ordenamiento jurídico español, prevé respecto de la jurisdicción contenciosoadministrativa la posibilidad de impugnación mediante los recursos de súplica, de
casación, de revisión, y de audiencia del rebelde.
122
ob.cit. González Pérez, Jesús.
123
cfr. González Pérez, Jesús.
379.
Manual de Derecho... pág. 360.
ob.cit. Manual de Derecho... págs. 361-
148
2.7.1.Recurso de súplica.
El recurso de súplica será presentado ante el Tribunal que haya dictado la
resolución atacada y resuelto por el mismo tribunal a quo; dicho recurso deberá
interponerse en el plazo de cinco días contados a partir del siguiente al de la
notificación de la resolución impugnada. Del escrito de interposición se correrá
traslado a las demás partes a efecto de que manifiesten lo que a su derecho convenga.
2.7.2.Recurso de casación.
El recurso de casación habrá de interponerse ante el Tribunal que dictó la resolución
que se impugna, más habrá de ser decidido por el juez ad quem. Dicho recurso de
casación, procederá ante los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades
Autónomas, una vez que se hayan creado los Juzgados de lo Contencioso
Administrativo.
De igual forma, procede el recurso de casación como medio de impugnación, el
cual será conocido por el Tribunal superior jerárquico, y ha de fundarse por causas o
motivos tasados; dicho recurso de casación se interpondrá a efecto de que el tribunal ad
quem revise la legalidad de la resolución impugnada, no así los hechos que fueron
ventilados en el proceso.
2.7.3.Recurso de revisión.
El recurso de revisión procederá contra las sentencias firmes de las Salas de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de los
Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas. Este recurso tiene
como principal fundamento los hechos supervenientes que fueren suficientes y
necesarios para desacreditar el fallo dictado por el órgano jurisdiccional.
2.7.4.Recurso de audiencia del rebelde.
Aún cuando la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa no lo establece la
"audiencia del rebelde" es aplicable en esta materia, siendo la impugnación de una
sentencia por parte de quien se mantuvo en rebeldía durante todo el proceso. Dicho
recurso será interpuesto ante el juez ad quem, quien de igual forma lo resolverá. "La
LJ no contiene ningún precepto sobre la audiencia del rebelde, criterio lógico, ya que al
149
regir la Lec como supletoria y no darse ninguna especialidad al aplicarse la institución
al proceso administrativo, resultaba innecesario recoger precepto alguno sobre el tema
en una Ley procesal administrativa."124
Finalmente, es necesario apuntar que la Ley de la Jurisdicción ContenciosoAdministrativa, además del procedimiento ordinario prevé los procedimientos
especiales, mismos que se instituyeron a efecto de fundar pretensiones con un
fundamento determinado, como en el caso específico los recursos contenciosoadministrativos que tuvieren por objeto actos que se refieran a cuestiones de personal
que no impliquen separación de empleados públicos inamovibles.
De igual forma, pueden regularse dichos procedimientos por ley especial, como es
el caso del proceso administrativo para la protección de los derechos fundamentales de
la persona, analizado en el capítulo primero del presente estudio.
3.TRIBUNALES DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
EN MEXICO.
Como habíamos indicado con anterioridad, los actos de la Administración Pública
deben estar en todo momento apegados a derecho; así pues, el ordenamiento jurídico
mexicano prevé las instituciones respectivas para que el gobernado pueda impugnar los
actos administrativos que considere le ocasionan un perjuicio en virtud de que los
mismos son arbitrarios o se encuentran en contradicción con la ley.
3.1.El Tribunal Fiscal de la Federación.
El procedimiento contencioso-administrativo, en México, se encuentra asumido en
gran mayoría por el juicio de amparo, en virtud de las garantías constitucionales que
estudiaremos con posterioridad en el presente capítulo; no obstante, es necesario
indicar que en México, al igual que en España, existen Tribunales ContenciosoAdministrativos que desempeñan la función fiscalizadora de la Administración
Pública, sin encontrarse dentro de la estructura de la institución de Amparo, tribunales
que son de índole local o federal, dada la estructura del Estado mexicano. El Tribunal
que analizaremos a groso modo, es el Tribunal Fiscal de la Federación, el cual se
encuentra incardinado en la estructura federal; análisis somero en virtud de que la
124
ob.cit. González Pérez, Jesús.
Manual de Derecho... pág. 651.
150
finalidad del presente trabajo es la descripción de la institución del amparo mexicano y
los procedimientos respectivos en España, por lo que nos enfocaremos en mayor
medida al juicio de amparo administrativo.
3.1.1.Antecedentes mexicanos.
A modo de señalar una brevísima referencia histórica de los tribunales contenciosoadministrativo en México, indicaremos que desde la época colonial existían tribunales
de características similares, en virtud de que las Audiencias Reales de las Indias
conocían de los actos que hacían los particulares de los actos o decretos del virrey o
gobernadores, confirmando o anulando los mismos; con la creación del juicio de
amparo mexicano, se atribuyó dicho control a el poder judicial federal en vía de
amparo, indicandose que dicho amparo, en materia contencioso administrativa, tendría
una regulación especial. Fue hasta Teodosio Lares, en que se concibió la ley para el
arreglo de lo contencioso-administrativo de 25 de mayo de 1853, haciendo del Consejo
de Estado, un tribunal de justicia retenida. La ley Lares fue abolida, declarándose que
en México no existía contencioso-administrativo, dado que era sustituido por el
Amparo.125
Es hasta 1936, que se crea el Tribunal Fiscal de la Federación.
3.1.2.Independencia orgánica.
El Tribunal Fiscal de la Federación, es un órgano jurisdiccional autónomo, con
plena independencia al dictar sus resoluciones. Dicho Tribunal no se encuentra
incardinado en la organización del Poder Ejecutivo Federal, pero tampoco en la
estructura del Poder Judicial de la Federación; no es dependiente de ninguno de los
poderes antes indicados, funcionando (como hemos indicado) con plena autonomía e
independencia, resolviendo las controversias ante el planteadas en calidad de suprapartes.
Efectivamente, el artículo 1 de la Ley Orgánica del Tribunal Fiscal de la
Federación establece que "El Tribunal Fiscal de la Federación es un tribunal
administrativo, dotado de plena autonomía para dictar sus fallos, con la organización y
atribuciones que esta Ley establece."
125
ob.cit. Carpizo, Jorge.
Estudios... págs. 183 y 184.
151
Preciso es no olvidar que México es un Estado Federal, por lo que el Tribunal Fiscal
de la Federación, se desenvuelve en el ámbito federal, sin que ello sea obstáculo para
que existan en las entidades federativas, sus respectivos tribunales de lo contenciosoadministrativo.
Considero sin objeto, entrar al cuestionamiento de si el Tribunal Fiscal de la
Federación debe encontrarse incardinado o no en la estructura de alguno de los Poderes
de la Unión (Legislativo, Ejecutivo o Judicial), dado que no obstante la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, hace referencia a la existencia de dichos
poderes, consagrando la tesis de la división de poderes, no es exigible que continuemos
atados a dichas teorías, ni es el objeto del presente, el entrar al estudio constitucional
respectivo. Lo importante es que el Tribunal Fiscal de la Federación, dicte sus
resoluciones con plena autonomía e independencia.
3.1.3.Revisión de sus resoluciones.
Ahora bien, dicho Tribunal Fiscal de la Federación, si bien es cierto que no se
encuentra dentro de la estructura orgánica del Poder Judicial Federal, también lo es que
de conformidad con el artículo 104, fracción I-B, y 248 del Código Fiscal de la
Federación, las resoluciones definitivas dictadas por dicho Tribunal, podrán ser
recurribles ante los Tribunales Colegiados de Circuito (Poder Judicial), quienes para su
tramitación se sujetarán a la Ley de Amparo, específicamente a la tramitación del
recurso de revisión del amparo indirecto, sin que proceda contra dichas resoluciones de
segunda instancia, ningún tipo de recurso; siéndole obligatoria al Tribunal Fiscal de la
Federación, la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la nación, así como la
de los Tribunales Colegiados de Circuito que funcionen en sus respectivas
jurisdicciones.126
Dicho recurso de revisión, procede ante los Tribunales Colegiados de Circuito,
además, porque dada la calidad del amparo, el cual es un juicio constitucional que se
sigue a instancia de parte agraviada, siendo éstas principalmente los particulares, en
caso de que el Tribunal Fiscal de la Federación dictara una resolución contraria a la
126
El Tribunal Fiscal de la Federación, cuenta con Salas Regionales,
diseminadas en todo el territorio nacional; por lo cual los recursos de
revisión de las resoluciones de las mismas, deberán ser competencia del
Tribunal Colegiado de Circuito con jurisdicción territorial en que tenga
ámbito competencial la Sala.
152
Administración Pública Federal, la misma quedaba firme al momento de su dictado,
causando ejecutoria por Ministerio de Ley, quedando la Federación sin recurso alguno,
para poder impugnarla; no así el particular, que tenía el juicio de amparo directo como
ulterior acción, para impugnar una resolución del Tribunal Fiscal de la Federación que
le fuere adversa. Por lo cual, se da la posibilidad de que dicho recurso proceda ante el
Poder Judicial de la Federación, dándose así igualdad de armas a la Administración y a
los gobernados, con legitimación para ambos de recurrir las resoluciones dictadas;
siendo las mismas definitivas, en virtud de que al ser dictadas por los Tribunales
Colegiados de Circuito (órganos jurisdiccionales que de igual forma conocen del juicio
de amparo directo), no será procedente el juicio de amparo contra las mismas.
4.EL JUICIO DE AMPARO.
4.1.El amparo como procedimiento contencioso-administrativo.
Así pues, en México, hasta antes de la creación del Tribunal Fiscal de la Federación
(el cual actualmente goza de reconocido prestigio, dada su imparcialidad y la calidad
de sus resoluciones a lo largo de su historia), la función fiscalizadora a nivel
jurisdiccional de los actos de la Administración Pública, perteneció por completo al
Poder Judicial de la Federación, coadyubando a lo anterior la interpretación realizada
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación del artículo 14 de la Constitución de
1857, transformando el juicio de amparo en el medio procesal del control de toda la
legalidad en la nación; incluida la respectiva a que deben apegarse los actos
administrativos. "Si bien hasta 1861, en que se expide la primera Ley de Amparo, se
regula el procedimiento, estableciéndose un proceso ante los tribunales judiciales para
controlar entre otros aspectos la legalidad de las resoluciones administrativas, la
inestabilidad política que embarazó al país por esos años impidió la realización plena
del amparo. Sin embargo, sucesivas leyes de amparo, la práctica ante los tribunales y
las sentencias de los jueces de Distrito y de la Suprema Corte de Justicia dieron en
cincuenta años crédito y prestigio absoluto a esta vía procesal que inventaron y
constituyeron Manuel Cresencio Rejón y Mariano Otero."127
La procedencia del juicio de amparo, en contra de el actuar de la Administración
Pública, sustituyendo en gran medida el contencioso-administrativo, no se da
127
Nava Negrete, Alfonso. Días y Trabajos del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo en el Distrito Federal. Revista de Administración Pública.
Centro de Estudios Constitucionales. págs. 1414 y 1415.
153
únicamente en base legal o constitucional a efecto de que los particulares estén en
posibilidad de impugnar los actos administrativos ante los tribunales de justicia; para
ello existe el Tribunal Fiscal de la Federación. El juicio de amparo es el medio de
defensa constitucional que protege las garantías individuales consagradas
constitucionalemente, y con fundamento en ellas, es que existe la posibilidad de
impugnar los actos de la Administración a través del amparo ante los órganos del
Poder Judicial de la Federación.
En efecto, dadas las garantías individuales consagradas en los artículos 14 y 16
constitucionales, la posibilidad del amparo se extiende a la totalidad de los actos
administrativos y judiciales, protegiendo así todo el derecho positivo mexicano.
4.2.Garantías de Seguridad Jurídica.
Tal como habíamos indicado en el capítulo segundo, las garantías de seguridad
jurídica, establecen la obligación constitucional a la autoridad, consistente en un hacer,
a cubrir una serie de requisitos a efecto de estar en posibilidad de afectar la esfera
jurídica del gobernado; pues dentro de dichas garantías de seguridad jurídica,
encontramos las garantías de audiencia y legalidad, las que como analizaremos, serán
la base principal de impugnación de los actos administrativos.
4.2.1.Garantía de Audiencia.
En efecto, el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, consagra la garantía de audiencia al establecer en su segundo párrafo:
"Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en
el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las
leyes expedidas con anterioridad al hecho".
Así pues, la garantía de audiencia establecida en el artículo aludido con antelación
inmediata, prevé cuatro garantías específicas de seguridad jurídica, mediante las cuales
se protegen la vida, la libertad, las propiedades, posesiones y derechos. Dichas
garantías de seguridad jurídica consistirán en a) el juicio previo a la privación; b)
mismo que deberá ser seguido ante los tribunales previamente establecidos; c)
observando las formalidades esenciales del procedimiento; y d) con apego a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho. Por lo cual, la autoridad administrativa, a efecto
154
de poder privar de uno de estos derechos a los gobernados, deberá cumplir todos y
cada uno de los requisitos establecidos constitucionalmente en el artículo 14 del pacto
Federal; ante la falta de uno de ellos, el actuar administrativo, será anulado a través del
juicio de amparo.
4.2.1.1.Juicio previo.
Como podemos analizar de la transcripción del citado artículo 14 constitucional, la
garantía de audiencia, hace referencia exclusiva a los actos de la autoridad que tengan
carácter de privativos; es decir, cuando el fin último del actuar administrativo lo
constituya la extracción de la esfera del gobernado de cualquiera de los derechos
establecidos en dicho artículo; a contraposición de la garantía establecida en el artículo
16 de la Constitución, el cual como más adelante analizaremos hace referencia
exclusivamente a actos de molestia en los derechos del gobernado.
Omitimos hacer una referencia específica a los conceptos enunciados por el
precepto legal invocado (la vida, la libertad, propiedades, posesiones y derechos), en
virtud de considerar que no contiene mayor grado explicativo la definición de los
mismos, y son de fácil comprensión para los lectores del presente, no sin indicar que
los mismos deben ser entendidos sin restricción alguna; más considero importante
indicar que es "a través del concepto de derechos como la garantía de audiencia
adquiere gran alcance tutelar en beneficio del gobernado, pues dentro de su
connotación se comprende cualquier derecho subjetivo, sea real o personal. Se ha
definido a los derechos subjetivos como facultades concedidas a la persona por el
orden jurídico, de tal manera que mediante esta idea,...se demarca con claridad el
ámbito de los mismos y la esfera de los simples intereses que no están protegidos por
la mencionada garantía constitucional."128
Así pues, de conformidad con el Pacto
Federal, y específicamente con la garantía de audiencia consagrada en el mismo; a
efecto de que cualquier autoridad este en posibilidad de privar a los gobernados de su
vida, libertad, propiedades, posesiones o derechos, es obligatorio que éste lo realice
mediante juicio, entendiendo éste como el procedimiento mediante el cual se dirime la
controversia entre el afectado y la autoridad, procedimiento que será en todo momento
apegado a la legislación; ante lo cual la autoridad requerirá forzosamente iniciar un
procedimiento específico a efecto de privar de sus bienes o derechos al gobernado.
128
Burgoa, Ignacio.
Las Garantías Individuales.
ed. Porrua. pág. 547.
155
4.2.1.2.Tribunales previamente establecidos.
Por su parte, y específicamente relacionadas con la garantía de juicio previo,
encontramos el mandato constitucional consistente, en que el mismo debe ser seguido
ante los tribunales previamente establecidos; es decir, no se puede ejecutar el
procedimiento (juicio) aquí enunciado, mediante la creación de un tribunal especial
con la finalidad específica de privar de sus derechos o bienes al gobernado.
4.2.1.3.Formalidades esenciales del procedimiento.
De igual forma, el procedimiento seguido ante los tribunales previamente
establecidos debe cumplir las formalidades esenciales del procedimiento; es decir, las
garantías respectivas que todo proceso debe tener, tal como el derecho a ser oído,
oportunidad probatoria, la correcta notificación de los actos procesales que afecten al
gobernado, el emplazamiento, etc.
4.2.1.4.Exacta aplicación de la ley.
Finalmente, el artículo 14 constitucional establece que dicho juicio seguido ante los
tribunales previamente establecidos en el que se respeten las garantías procesales, debe
seguirse de conformidad con las leyes expedidas con anterioridad al hecho; lo se
encuentra acorde con la garantía de prohibición de la irretroactividad de ley en
perjuicio de persona alguna, consagrada constitucionalmente en el primer párrafo de
dicho precepto legal.
En efecto, "evidentemente las garantías constitucionales que reconoce el derecho de
audiencia -como su propio nombre lo indica-, se refieren a una fórmula que permite a
los individuos oponerse a los actos arbitrarios de las autoridades, cuando éstas los
privan de sus derechos, negándoles a los propios afectados el beneficio de tramitarse
procedimientos que les permitan el ser oídos -en sus excepciones, argumentaciones y
recursos-, y aún más; condicionar las resoluciones definitivas a una congruencia entre
lo alegado y lo resuelto."129
129
Castro, Juventino V. Garantías y Amparo.
ed. Porrua. pág. 530.
156
4.2.1.5.Extensión de la garantía de audiencia.
Ahora bien, no obstante que el citado párrafo constitucional, aparentemente nos
enfoque dichas garantías en un ámbito exclusivamente jurisdiccional; la jurisprudencia
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha reiterado que la obligatoriedad del
procedimiento previo a la privación, no es una obligación exclusiva de las autoridades
judiciales, sino se debe entender extensiva a las autoridades administrativas, por lo
cual, éstas tienen la obligación de apegarse a o establecido en el artículo 14
constitucional, a efecto de privar de sus derechos o bienes a los gobernados.
"Dentro de nuestro sistema constitucional no basta que una autoridad tenga
atribuciones para dictar alguna determinación, para que ésta se considere legal e
imperiosamente obedecida; máxime cuando tal determinación es revocatoria de otra
anterior otorgada en favor de algún individuo. Los artículos 14 y 16 de la Constitución
General de la República imponen a todas las autoridades del país la obligación de oír
en defensa a los posibles afectados con tales determinaciones..."130
Así pues, en caso de que la autoridad administrativa, prive de sus bienes o derechos
a algún gobernado, éste podrá validamente acudir en amparo en caso de que no le sea
respetada su garantía de audiencia, bien porque no se le de la oportunidad de
procedimiento, porque no se sigan las formalidades esenciales del mismo, expuestas
con anterioridad, porque éste se lleve a cabo por tribunales especiales, o porque dicho
procedimiento no se encuentre conforme a las leyes expedidas con anterioridad al
hecho; lo cual, da un amplio margen de acción al juicio de amparo respecto de los
actos realizados por las autoridades administrativas, convirtiéndose dicho medio de
defensa constitucional, en un verdadero proceso contencioso- administrativo.
4.2.2.Garantía de Legalidad.
Ahora bien, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no otorga
protección a los gobernados, únicamente por lo que se refiere a los actos de privación
por parte de la autoridad de sus bienes o derechos, sino que mediante el artículo 16 del
máximo ordenamiento legal, establece la garantía de legalidad en contra de los actos de
autoridad, que causen una molestia al particular, por lo que su alcance es mucho mayor
a los actos meramente privativos, abarcando con ello, cualquier acto de autoridad que
130
Tesis 339. Jurisprudencia 1917-1985. Tercera Parte. pág. 580.
157
no constituya una privación, más sí implique cualquier afectación a la esfera jurídica
del individuo.
En efecto, el artículo 16 constitucional establece: "Nadie puede ser molestado en su
persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del
procedimiento."
4.2.2.1.Acto de molestia.
Tal y como se observa de dicho artículo constitucional, la autoridad administrativa
(o cualquier autoridad diversa), tiene la obligación de cubrir determinados requisitos a
efecto de estar en posibilidad de molestar al gobernado en su esfera jurídica;
obligaciones que se derivan de dicho precepto constitucional, en virtud de que dicho
acto de molestia, debe encontrarse apoyado en un mandamiento escrito, excluyendo
con esto, toda clase de ordenes verbales, dando además, la seguridad al gobernado (el
cual observara dicho escrito), de que la autoridad ejecutora actúa de conformidad a una
orden dictada, y no a título propio.
4.2.2.2.Autoridad competente.
Por demás está indicar, que dicha orden debe provenir de autoridad competente para
realizarla, es decir, cualquier acto de autoridad que cause una molestia en la esfera
jurídica del gobernado, debe provenir de la autoridad que tenga capacidad legal para
emitirlo, pues de lo contrario sería no sólo arbitrario y por ende inconstitucional, sino
contrario a toda lógica jurídica, y al principio referido a que la autoridad sólo puede
realizar lo que le está expresamente permitido en la ley.
4.2.2.3.Fundamentación y motivación del acto.
Finalmente, la obligatoriedad constitucional a la autoridad ordenadora, de fundar y
motivar la causa legal del procedimiento, es la más amplia protección del gobernado;
en virtud de que a efecto de que dicha autoridad pueda fundamentar (es decir, indicar y
apoyar su actuar en los preceptos específicamente determinados en la legislación)
coherentemente su actuación, necesariamente, la ley deberá contener el supuesto
concreto que permite dicho acto de molestia, ajustando el verdadero alcance y sentido
del mismo, puesto que de lo contrario, la autoridad se encontraría impedida
158
constitucionalmente para afectar al individuo. De igual forma, la fundamentación, será
correlativa a la competencia de la autoridad, en virtud que no podrá fundar su
actuación, si la ley, no le otorga la capacidad de realizar el acto de molestia.
Por su parte, la referencia a la motivación, indica que la autoridad debe expresar en
su escrito, las razones por las cuales la autoridad ha tomado dicha decisión; es decir,
las circunstancias que la conducieron al actuar administrativo de afectación, el cual,
como hemos indicado, deberá encontrarse lealmente revisto.
4.2.2.4.Extensión de la garantía de legalidad.
Por ello, "el artículo 16 de nuestra Constitución es uno de los preceptos que
imparten mayor protección a cualquier gobernado, sobre todo a través de la garantía de
legalidad que consagra, la cual, dadas su extensión y efectividad jurídicas, pone a la
persona a salvo de todo acto de mera afectación a su esfera de derecho que no sólo sea
arbitrario, es decir, que no esté basado en norma legal alguna, sino contrario a
cualquier precepto, independientemente de la jerarquía o naturaleza del ordenamiento a
que éste pertenezca...el gobernado encuentra su esfera de derecho...preservada...cuyo
orden jurídico total, desde la Ley Suprema hasta el más minucioso reglamento
administrativo, registra su más eficaz tutela en las disposiciones implicadas en dicho
precepto."131
Considero oportuno indicar que si bien es cierto que dichos preceptos
constitucionales (arts. 14 y 16), son plenamente aplicables a los actos de la autoridad
administrativa; los mismos no son de obligatoriedad exclusiva de ellas. En efecto,
dichas garantías constitucionales, deberán entenderse vinculantes a todas las
autoridades del país, y respecto de todas las materias.
4.3.Procedimiento de amparo.
Dichas garantías constitucionales, podrán ser defendidas por el particular a través
del juicio de amparo indirecto, al cual le son aplicables todas las reglas
procedimentales que hemos analizado en el capítulo primero del presente trabajo; al
cual nos remitimos a efecto de complementar las nociones generales aquí expuestas,
referentes al juicio de amparo en materia administrativa.
131
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
Las Garantías... pág. 589.
159
"Uno de los problemas más complejos que afronta la teoría del juicio constitucional
mexicano es el concerniente a si los organismos descentralizados pueden ser
considerados como autoridades para los efectos del amparo y si, por ende, sus actos
pueden reclamarse en el proceso de garantías. Dicha cuestión ha adquirido aspectos
muy importantes en atención al auge que ha tomado la actividad estatal tendiente a la
creación de entidades descentralizadas, que no son sino formas jurídicas a través de las
cuales el Estado actúa en funciones que, desde un punto de vista estricto de Derecho
Público, no le son exclusivas y, pudiéramos decir, no le son propias, por lo que, al
desplegarlas, compite con los particulares en variados ramos de la vida socioeconómica del país. La índole jurídica de un organismo descentralizado sólo ha sido
dable determinarla recurriendo a un método comparativo entre las notas distintivas de
tal organismos y los rasgos fundamentales que peculiarizan a un órgano centralizado
del Poder Ejecutivo, como generalmente ha procedido la doctrina de Derecho
Administrativo para solucionar dicha cuestión. Por tanto, el tratamiento de ésta debe
comprender la fijación de las características de un órgano descentralizado, por un lado,
y el señalamiento de peculiaridades de un organismo descentralizado, por el otro."132
4.4.Principio de definitividad.
Finalmente, si bien es cierto que (como hemos indicado en el capítulo respectivo)
uno de los principios rectores del juicio de amparo, es el principio de definitividad;
también lo es que de conformidad con el artículo 107, fracción IV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, el quejoso no se encontrará obligado a
interponer previamente ningún recurso, juicio o medio de defensa legal contra el acto
de autoridad, si con motivo de su interposición, la ley que lo rija exige mayores
requisitos que los previstos en la Ley de Amparo para otorgar la suspensión.
De igual forma, a efecto de estar en posibilidad de acudir en vía de amparo
constitucional, no será necesario impugnar los actos administrativos, ante los tribunales
contencioso-administrativos, si dichos actos administrativos, en sí mismos, constituyen
una violación a las garantías individuales consagradas constitucionalmente, como las
previstas en los artículos 14 y 16 constitucionales, previamente analizados.
Ante
dicha circunstancia, y no obstante la buena fama de la que goza el Tribunal Fiscal de la
Federación, en muchos de los casos, los particulares prefieren ventilar sus casos
132
Burgoa, Ignacio. El Juicio de Amparo. ed. Porrua. pág. 194.
160
directamente ante los órganos jurisdiccionales del Poder Judicial de la Federación
mediante el juicio de amparo.
5.BREVES REFLEXIONES.
De lo analizado con anterioridad en el presente capítulo, podemos indicar concreta
y brevemente que el procedimiento contencioso-administrativo español, será ventilado,
directamente ante los órganos de la jurisdicción ordinaria, incardinados en la estructura
del poder Judicial, y en casos especiales, en los que el acto de la Administración
Pública vulnere derechos fundamentales, serán revisados mediante el procedimiento de
amparo judicial (analizado en el capítulo primero del presente trabajo), en base a la
Ley de Protección Jurisdiccional de los Derechos Fundamentales de la Persona 62/78;
mientras que en el ordenamiento mexicano, existen grandes casos de procedencia del
juicio de amparo en contra de los actos de la Administración Pública por violación a
las garantías de audiencia y de legalidad, consagradas en los artículos 14 y 16
constitucionales, por lo cual y dada la naturaleza del amparo, no nos encontramos ante
la vía judicial ordinaria, sino ante la jurisdicción constitucional; siendo procedente de
igual forma en casos determinados, el agotamiento de la vía judicial previa ante el
Tribunal Fiscal de la Federación, el cual no se encuentra incardinado en la estructura
organizativa del Poder Judicial.
Como hemos indicado, mediante las garantías de
audiencia y legalidad, la Autoridad Administrativa, al no apegarse a la ley, violará la
Constitución, lo cual dejará expedita la vía de amparo ante los órganos del Poder
Judicial de la Federación.
Tanto en México como en España, los órganos que juzgan a la Administración
Pública, son jurisdiccionales, con plena autonomía e independencia de ésta.
El recurso contencioso-administrativo español, contiene al igual que el amparo
mexicano, la obligación de agotamiento de los recursos previos, más en el
ordenamiento jurídico mexicano, dicha obligación es mucho más flexible.
Así también, el ordenamiento jurídico español, regula el procedimiento
contencioso-administrativo en forma minuciosa y específica, al igual que en México
respecto del procedimiento seguido ante el Tribunal Fiscal de la Federación; no
obstante, por lo que respecta al juicio de amparo, su regulación se encuentra contenida
en forma genérica en la Ley de Amparo, dado que como hemos indicado en múltiples
ocasiones, el proceso de amparo es uno.
161
El Ministerio Fiscal, únicamente tiene intervención en el procedimiento
contencioso-administrativo, ante el procedimiento de amparo judicial, al igual que en
México, ante el procedimiento de juicio de amparo; procedimientos ambos que
conocen respecto de violaciones a los derechos fundamentales.
Tanto en el procedimiento contencioso-administrativo español, como en el
procedimiento ante el Tribunal Fiscal de la Federación en México (artículo 198 del
Código Fiscal de la Federación), tendrá legitimación pasiva, el beneficiado por el acto
de la Administración Pública; mientras que en el juicio de amparo mexicano, si bien es
cierto que también es parte en el proceso, también lo es que tiene un carácter diverso al
de demandado, pues se ostentará como tercero perjudicado.133
Todos los procesos analizados en el presente capítulo se inician a instancia de parte,
prevén la posibilidad de acumulación y contienen posibilidad de suspensión.134
El procedimiento contencioso-administrativo español, prevé la posibilidad de
suspender la ejecución de la sentencia en caso de peligro de trastorno grave al orden
público, lo cual se asemeja en gran medida al cumplimiento sustituto de la sentencia de
amparo analizada en el capítulo primero del presente.
133
Para los efectos del concepto y capacidad del tercero perjudicado en
el juicio de amparo, nos remitimos al capítulo primero de la presente
memoria de investigación.
134
El procedimiento ante el Tribunal Fiscal de la Federación prevé la
suspensión en los artículos 227, 228 y 228bis, del Código Fiscal de la
Federación.
162
CAPITULO IV.
LOS RECURSOS DE LEGALIDAD.
LA CASACION Y EL AMPARO MEXICANO.
SUMARIO. 1.Generalidades. 2.Antecedentes. 3.Características de la Casación. 4.El recurso de
casación en españa. 4.1.Antecedentes y diferencias con el sistema francés. 4.2.Función de la
casación. 4.3.Competencia. 4.4.Procedencia. 4.5.Legitimación.
4.6. Procedimiento. 4.6.1.
Interposición. 4.6.2.Nombramiento de abogado.4.6.3.Requisitos y motivos de interposición. 4.6.4.
Principio de definitividad. 4.6.5.Auto de admisión. 4.6.6.Pasos y plazos procedimentales. 4.6.7.
Sentencia. 4.7.Interposición per-saltum. 4.8.Casación en interés de la ley y legitimación del
Ministerio Fiscal.
4.9.Ejecución de la sentencia. 4.10.Documentales.
4.11.Acumulación.
4.12.Desistimiento.4.13.Publicidad de las sentencias. 4.14. Competencia de los Tribunales Superiores
de Justicia de las Comunidades Autónomas.4.15.Casación como recurso contradictorio. 5.El juicio
de amparo directo. 5.1.Antecedentes de derecho positivo. 5.2.Ambito de protección. 5.2.1.Garantía
de audiencia. 5.2.2.Exacta aplicación de la ley. 5.2.2.1. Materia penal. 5.2.2.2.Materia Civil.
5.2.2.3.Materia Administrativa, del Trabajo y Militar. 5.3.¿Juicio o recurso? 5.4.Competencia y
procedencia. 5.5.Procedimiento. 5.5.1.Demanda. 5.5.2. Emplazamiento y contestación de la
demanda. 5.5.3.Admisión. 5.5.4.Sentencia. 5.5.5.Suspensión. 5.6.Recursos. 5.6.1.Recurso de revisión.
5.6.2.Recurso de queja. 5.6.3.Recurso de reclamación. 5.7.Evolución. 5.8.Función jurisprudencial. 6.
Breves reflexiones.
1. GENERALIDADES.
Para lograr la armonía en sociedad es que se instituyen la generalidad de las leyes, y
estas son obligatorias para los individuos que integran la sociedad en que estas
imperan, en cuyo caso contrario perdería eficacia y por tanto su razón de ser. Es
precisamente a la autoridad estatal (en primer término) a quien corresponde verificar el
cumplimiento por parte de los ciudadanos, de las normas creadas para la mejor
convivencia del ser en sociedad, y específicamente a los jueces, quienes determinan el
cumplimiento de la ley, velando así por el apego de los ciudadanos a las normas
previamente establecidas. No obstante lo anteriormente expresado, si bien es cierto
que los individuos en sociedad tienen la obligación de apegarse a lo previamente
establecido por las normas y leyes creadas, también lo es que las autoridades estatales
no están exentas del imperio de la ley, y por tanto, se encuentran bajo éste, obligadas a
su exacto cumplimiento (entendiendo dicho razonamiento en cuanto a su función de
163
autoridades estatales y no como individuos sociales indeterminados en los cuales
concurre un cargo estatal), sin escapar de esta observación los jueces; ellos los están
obligados a la legalidad.
En términos generales, el orden constitucional establece dos premisas
indispensables para el desarrollo de la sociedad dentro de un estado de derecho, la
prohibición a la colectividad de hacerse justicia por su propia mano y por consiguiente
la obligación por parte del Estado a impartir la misma, obligando a los funcionarios
judiciales a otorgarla en base a la aplicación correcta de la ley.
Por otro lado, si bien es cierto que el ordenamiento jurídico establece la obligación
por parte de los jueces a la impartición de justicia en base a la aplicación correcta de la
ley, también lo es que para lograr el aseguramiento de éste imperativo existen
procedimientos jurídicos por los cuales una autoridad jurisdiccionalmente superior
revisa el apego a la ley por parte del juez que resuelve, estableciendo para ello los
lineamientos de la interpretación de ésta a través de la jurisprudencia a efecto de lograr
la unidad del derecho y con ella la satisfacción del interés público.
En el ordenamiento jurídico español se encuentra regulado específicamente el
recurso de casación; no obstante, en México, dicha función es asumida por la autoridad
judicial de amparo, la cual a través de éste y en defensa de la garantía de exacta
aplicación de la ley, contenida en el artículo 14 del Pacto Federal, examina la legalidad
de la autoridad judicial.
2.ANTECEDENTES.
El recurso de casación propiamente dicho nace en Francia con la revolución
francesa en el Decreto de la Asamblea Constituyente de la República Francesa de 1 de
diciembre de 1790, creándose un "Tribunal de cassation (de casser, romper, anular), a
causa del recelo existente contra los jueces del Ancien Régime que habían sido
nombrados por el Rey, para que se ajustaran al texto de las leyes, intentando impedir
que con la aplicación de las normas se convirtieran en legisladores; el recurso procedía
por contravention expresse au texte de la loi (recuérdese como ya Montesquieu
advertía que los jueces debían limitarse a ser <<la boca que pronunciara las palabras de
la ley>>)".135
135
Víctor Moreno Catena. Derecho Procesal Civil, tomo I, vol. II, ed.
Tirán lo Blanch. pág. 61.
164
Efectivamente, el recurso de casación nace en principio con un carácter
eminentemente político, dada su finalidad de garantizar el imperio de la ley, elaborada
por los representantes del pueblo, frente a los jueces que aplicaban ésta con un criterio
no siempre apegado a la ideología que inspiró la creación de la ley aplicada, en una
base de la soberanía popular; se intenta la defensa de la ley frente a las sentencias de
los tribunales judiciales. No obstante, si esta fue la finalidad en un principio, la de
garantizar el apego de los jueces a la ley y al espíritu de la misma, garantizando con
ello el triunfo de la revolución y de la soberanía popular, más tarde se develó la
utilidad del recurso de casación para el otorgamiento de seguridad jurídica a los
ciudadanos litigantes. Dicha seguridad jurídica se conseguía mediante la unificación
de la jurisprudencia, emitida ésta por un único y Tribunal Superior, sobre diversas
cuestiones (siempre análogas) relativas a sentencias dictadas por los tribunales
procesalmente inferiores.136 Por esto, la casación no solo defiende la ley respecto de
las sentencias judiciales, sino a su vez la interpretación de ésta dada por la
jurisprudencia, unificadora de criterio.
3.CARACTERISTICAS DE LA CASACION.
Ahora bien, la casación cuenta con diversos caracteres que la explican, y le dan
forma propia, de entre estos podemos observar el "Carácter público. En cuanto fin
principal de la casación es proteger la legalidad del fallo de la sentencia en su
aplicación correcta del Ordenamiento Jurídico; siendo fin secundario el de garantizar
los derechos de los litigantes...Carácter de unificación de la Jurisprudencia. En cuanto,
a través de la Casación, el Tribunal...crea doctrina que, a más de ser complementaria
del Ordenamiento jurídico, es motivo de propia fundamentación del recurso. Es la
función unificadora, antes las posibles y discrepantes interpretaciones de las leyes
realizadas por los Jueces de inferior grado; cumpliendo, así, los principios
constitucionales de seguridad jurídica y de igualdad ante la ley, tan necesarios para los
litigantes posteriores. Carácter anulatorio. En cuanto sólo se da, el recurso de
casación, contra sentencias y resoluciones definitivas, a las que si se estima, anula.
Casación significa anulación. El Tribunal de Casación anula;...Carácter de motivación
tasada. Porque las alegaciones impugnativas únicamente pueden fundamentarse en las
causas limitadas de los únicos existentes motivos. Carácter de respeto a los hechos
136
cfr. Antonio Agúndez Fernández.
págs. XVII y XVIII.
El recurso de casación. ed. Comares.
165
fijados por la recurrida sentencia de instancia. Es la nota distintiva con el recurso de
apelación, en el cual se permite una nueva valoración del material fáctico de la primera
instancia. El Tribunal de Casación solamente puede modificar los hechos tenidos por
acreditados cuando la sentencia recurrida, incida en manifiesto error en la apreciación
de la prueba...Carácter de tramitación específica. Porque desde la preparación y la
formalización del recurso hasta la sentencia de casación, todos los trámites tienen
propia y a la vez distinta regulación de los demás medios impugnativos procesales.
Carácter de recurso extraordinario. Carácter compendio de los acabados de exponer,
ya que ninguno de ellos se da en los recursos ordinarios..."137
Así pues, la casación cuentan con características propias que los diferencian de
otros recursos ordinarios, con vida y desarrollo propio en defensa de la ley y en estricta
obediencia al mandato constitucional.
4.EL RECURSO DE CASACION EN ESPAÑA.
4.1.Antecedentes y diferencias con el sistema francés.
Como hemos indicado, el recurso de casación es una contribución francesa al
mundo jurídico, y de ahí precisamente la toma el ordenamiento español. No obstante
"la casación española adquirió pronto perfiles propios, apartándose del modelo francés
en la regulación de aspectos fundamentales de este recurso. En primer término, si el
Tribunal de cassation francés quedaba fuera de la jerarquía de los tribunales, el
Tribunal Supremo español estuvo ligado siempre con la idea de instancias judiciales y
alejado del carácter eminentemente político de aquél, de donde viene una
predominancia de la defensa del ius litigatoris; de los derechos de las partes que
interponen el recurso sin considerar a los litigantes como simples instrumentos de la
casación. En segundo lugar, la casación francesa tenía carácter puramente negativo, de
rescisión de la sentencia, en tanto que la española asumió jurisdicción positiva al paso
de poco tiempo, actuando tanto por vía de retractación (reenvío al tribunal de instancia)
como de reforma (dictando resolución sobre el fondo); en tercer lugar, si bien la
casación <<ortodoxa>> solo procedía por infracción de la ley (material o procesal), en
España se viene admitiendo también por infracción de la jurisprudencia...".138
137
ob.cit.Antonio Agúndez Fernández.
XXIII y XXIV.
138
ob.cit.Víctor Moreno Catena.
El recurso de... ed. Comares. págs.
Derecho Procesal. pág. 61.
166
Así pues, es en el artículo 259 de la Constitución de Cádiz de 18 de marzo de 1812,
la cual también tuvo vigencia en la Nueva España (territorio que actualmente ocupa el
Estado Mexicano), en donde se concede al Tribunal Supremo la posibilidad de conocer
de la <<nulidad que se interpongan contra sentencias dictadas en última instancia para
el preciso efecto de reponer el proceso devolviéndolo>> y es hasta el decreto de 4 de
noviembre de 1838 en que se precisa el recurso de nulidad por <<infracción clara y
terminante de la Ley>>.139
4.2.Función de la Casación.
La casación es un recurso de carácter extraordinario por el cual se impugnan las
resoluciones judiciales en contra de las cuales proceda de conformidad con lo
dispuesto por la ley, dictadas ya sea en apelación o en única instancia, a efecto de
determinar si dicha resolución a infringido alguna norma material aplicable al caso
específico o si se ha incurrido en error in procedendo, quebrantando las formas
esenciales del juicio, provocando la indefensión de alguna de las partes. De igual
forma, el recurso de casación es de carácter público en virtud de que tiende a
determinar el imperio de la ley vulnerada, con función nomofiláctica o guardadora de
la ley, defendiendo así todo el derecho objetivo. Es importante indicar que el recurso
de casación no es una tercera instancia, dado que deja intacta la base de la instancia,
impidiendo la aportación y valoración de nuevas pruebas relativas al asunto cuya
resolución se recurre, determinando si sobre hechos específicos que han quedado
incólumes, y por ende con carácter vinculante, ha recaído una resolución apegada a
derecho.140
Como hemos indicado con anterioridad, el recurso de casación tiene como uno de
sus fines primordiales la unificación de la doctrina, función que realiza a través de la
jurisprudencia. "La idea básica reposa en la necesidad de unificar criterios de
interpretación y aplicación de las leyes, que es la tarea básica del Tribunal Supremo y
de los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas dentro de su
competencia..."141
139
cfr. Juan José González Rivas.
jurisdicción contencioso-administrativa.
El recurso de casación
ed. Aranzadi. pág. 33.
en
la
140
cfr. De Castro García, Jaime. Ley de Enjuiciamiento Civil. Doctrina y
Jurisprudencia. Tomo III. ed. Trivium, S.A. pág. 463.
141
Gullón
Ballesteros,
Antonio.
La
Constitución
Española
y
la
167
"La principal finalidad que debe acometer y satisfacer el recurso de casación en la
actualidad es la de uniformar la jurisprudencia, con el objeto de salvaguardar el
principio de igualdad ante la (aplicación e interpretación de la) ley, así como los
principios de seguridad y de certidumbre jurídicas."142
4.3.Competencia.
Ciertamente en España, el ordenamiento jurídico prevé la posibilidad de recurrir en
casación las resoluciones de los órganos jurisdiccionales en todas las materias
(contencioso-administrativa, social, penal, civil y militar); estableciendo para cada una
de ellas, un procedimiento específicamente regulado en una normativa diversa a las
restantes. Estos procedimientos son conocidos por el Tribunal Supremo, (algunos por
el Tribunal Superior de Justicia de cada Comunidad Autónoma), el cual de
conformidad con la ley, es el órgano jurisdiccionalmente superior en todos los órdenes
(salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales, que se encuentra
encomendado al Tribunal Constitucional), y en todo el territorio español,
diversificando su competencia en materia de casación en sus respectivas salas,
estableciendo así la Ley Orgánica del Poder Judicial, en su Título IV, capítulo Primero:
"56. La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo conocerá: 1. De los recursos de
casación, revisión y otros extraordinarios en materia civil que establezca la ley...57. La
Sala de lo Penal del Tribunal Supremo conocerá: 1. De los recursos de casación,
revisión y otros extraordinarios en materia penal que establezca la ley...58. La Sala de
lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo conocerá:...2. De los recursos de
casación que se interpongan contra las sentencias dictadas por la Sala de lo
Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional...3. De los recursos de casación
que establezca la ley contra las sentencias dictadas en única instancia por las Salas
de lo Contencioso-Administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia en recursos
contra actos y disposiciones procedentes de órganos de la Administración del Estado.
4. De los recursos de casación que establezca la ley contra las sentencias dictadas en
única instancia por las Salas de lo Contencioso-Administrativo de los Tribunales
Superiores de Justicia, en relación con actos y disposiciones de las Comunidades
Autónomas y siempre que dicho recurso se funde en infracción de normas no
Administración de Justicia. ed. Fundación el Monte. pág. 31.
142
Guzmán Fluja, Vicente C.
blanch. pág. 25.
El recurso de casación civil.
ed. Tirant lo
168
emanadas de los órganos de aquellas...59. La Sala de lo Social del Tribunal Supremo
conocerá de los recursos de casación y revisión y otros extraordinarios que establezca
la ley en materias propias de este orden jurisdiccional."
Efectivamente, el recurso de casación es operante en las materias anteriormente
dichas mediante la vía jurisdiccional; no obstante, y en virtud de que el objeto del
presente trabajo es realizar un estudio descriptivo y en la medida de lo posible
comparativo, entre el juicio de amparo mexicano y los procedimientos similares en
España, no pretendo analizar todos y cada uno de los recursos de casación a que hay
lugar en el orden jurídico español, dado que cada uno de estos puede ser objeto una
tesis de investigación específica, excediendo por mucho la finalidad de la presente
memoria de investigación; no siendo obice a lo anterior el que reseñemos brevemente
uno de los procedimientos de casación español a fin de estar en posibilidad de analizar
con mayor visión su similitud con el juicio de amparo mexicano (amparo-judicial o
amparo-casación).
Así pues, y dada la naturaleza del presente trabajo, considero que a efecto de
analizar la institución jurídica encargada de velar por el apego a la legalidad de los
órganos jurisdiccionales en España y México, conveniente será realizar el análisis
respecto de la materia civil, dada su naturaleza y caracterísiticas especiales, la cual
podrá generar más posibilidades de análisis comparativo y los razonamientos surgidos
de ésta, podrán ser aplicados en mayor medida a las restantes materias; esperando con
ello dar una visión general al lector de las formas en que se desarrollan dichos
procedimientos en los ordenamientos estatales citados, las instituciones jurídicas
mediante las cuales se desenvuelven, su función específica, finalidad, y los motivos
por los cuales son desarrollados a través de procedimientos diversos, no obstante su
finalidad común.
Por lo apuntado con antelación, nos remitiremos al recurso de casación civil, mismo
que se encuentra regulado en la Ley de Enjuiciamiento Civil 10/1992, de 30 de abril de
1992.
4.4.Procedencia.
Tal y como determina la legislación invocada con antelación inmediata, el recurso
de casación civil será jurisdicción de la Sala Primera del Tribunal Supremo, el cual
conocerá en casación a instancia de parte de las sentencias definitivas pronunciadas por
las Audiencias Provinciales en los juicios declarativos ordinarios de mayor cuantía; es
169
decir, aquellos asuntos litigiosos cuyo valor económico exceda de 160'000,000 de
pesetas. Para los efectos del recurso de casación, se consideran sentencias definitivas,
de conformidad con los artículos 1689 y 1690, las resoluciones que pongan fin al
proceso por hacer imposible su continuación; las que, recayendo sobre un incidente o
artículo, hagan imposible la continuación del juicio principal; y, aquellas que declaren
haber lugar o no, a oír a un litigante que haya sido condenado en rebeldía.
De igual forma, podrá interponerse recurso de casación contra las sentencias
definitivas pronunciadas por las Audiencias Provinciales en los juicios declarativos de
menor cuantía, siempre y cuando se trate de juicios respecto de filiación, paternidad,
maternidad, capacidad y estado civil de las personas; que dicha cuantía exceda de
6'000,000 de pesetas; o, que la cuantía sea inestimable o no pueda determinarse ni aún
en forma relativa, salvo casos excepcionales en que las sentencias sean "conformes de
toda conformidad", es decir, aquellas en las que la resolución dictada en apelación
haya confirmado la sentencia de primera instancia.
Finalmente, la Ley de Enjuiciamiento Civil, prevé la procedencia del recurso de
casación contra los autos dictados en apelación en los procedimientos para la ejecución
de las sentencias indicadas con antelación, cuando resuelvan puntos sustanciales no
controvertidos en el pleito, no decididos en la sentencia o que contradigan lo
ejecutoriado; contra las sentencias dictadas por las Audiencias en juicios de desahucio
que no tengan regulación especial o en los juicios de retracto, siempre y cuando el
valor litigioso de dichas sentencias alcance la cuantía requerida para esta clase de
recursos en los declarativos ordinarios, quedando excluidas aquellas sentencias
dictadas en los juicios por falta de pago de la renta; y, contra las resoluciones para las
que expresamente se admita en las circunstancias y conforme a los requisitos que
vengan establecidos, es decir, los casos que expresamente indica la Ley de
Enjuiciamiento Civil y aquellos previstos en leyes especiales.143
4.5.Legitimación.
Están legitimados para interponer el recurso de casación las partes que hayan
intervenido en el juicio cuya sentencia o resolución se impugna y que hayan resultado
perjudicados por la misma, siempre que no hubiesen consentido otra previamente
recaída sobre igual objeto y en el mismo proceso; por ende, aquellos a quienes la
143
cfr. De Castro García, Jaime.
ob.cit. Ley de... págs. 465-469.
170
resolución o sentencia no perjudica no tienen legitimidad para interponer dicho
recurso. Dicha legitimación alcanza incluso, al tercero que no habiendo sido parte en
el litigio, le ha sido notificada la sentencia que le perjudica, principalmente si le recaen
los efectos de cosa juzgada.
Así pues, dicha legitimación "es una aplicación explícita del principio procesal de
rogación o dispositivo, el cual despliega aquí toda su eficacia. En efecto, el proceso
nos habla de tres requisitos que ha de reunir quien desee entrablar el recurso de
casación: a) Haber sido parte como actor o demandado en instancias inferiores; es
decir, sujeto de la relación jurídico-procesal. b) Resultar perjudicado por la resolución
que se pretende recurrir en casación...La falta de ausencia del requisito <<perjuicio>>
determina una verdadera falta de acción (falta de legitimación <<ad causam>>) para el
que pretenda recurrir, la cual acarreará la pérdida del recurso de casación...c) No haber
consentido otra resolución previamente recaída sobre igual objeto y en el mismo
proceso, pues tal permisión -por no haber utilizado en su momento el recurso
pertinente- convierte a la resolución judicial discutida en consentida, y pasada en
autoridad de cosa juzada..."144
4.6.Procedimiento.
"Los principios procesales más significativos que informan el proceso civil español
y que inciden en mayor o menor medida (con el recurso de casación), son los
siguientes: 1. El principio de disposición (o rogación), aquel que otorgue a la parte en
el proceso la libre facultad de ejecutar sus derechos sustantivos y procesales. En
consecuencia, el demandante promoverá acciones y sigue normalmente el trámite hasta
finalizar el proceso; pero puede, en cualquier momento desistirse de ellas. El
demandado, a su vez, puede, a su voluntad, adoptar las posturas de defenderse, no
defenderse, allanarse o renunciar a sus excepciones cuando lo desee...2. El principio de
preclusión, significa la imperiosa precisión de realizar cada acto procesal dentro del
plazo que para el mismo esté señalado...3. El principio de acumulación, consiste en la
utilización simlutanea de las acciones y excepciones que las partes deseen esgrimir,
incluso aunque sean incompatibles entre si, en relación con los sujetos y objetos del
proceso...4. El principio de escritura, que es preponderante en este proceso, si bien esta
complementado por el de oralidad...5. El principio de inmediación tiene aquí la
144
Tovar Morais, Antonio.
pág. 62.
El recurso de casación civil.
ed. Aranzadi.
171
limitada significación que el de la oralidad. 6. El principio de publicidad no ofrece
distintas notas que las exigidas en la tramitación ordinaria. Pero una vez finalizado el
recurso y recaida la resolución, alcanza este principio la máxima y peculiar
importancia en la casación, al hacerse publicación de las sentencias en la <<Colección
Legistlativa>>...7. El principio de vencimiento, materializado por la conducta en costas
en todos los casos en que se declare no haber lugar al recurso de casación...".145
4.6.1.Interposición.
El recurso de casación deberá ser preparado mediante escrito presentado ante el
Organo Jurisdiccional que dictó la resolución que se impugna, dicho escrito deberá ser
presentado dentro del plazo de diez días contados a partir de que surta efectos la
notificación de dicha resolución, en este se expresarán los motivos legales por los que
se interpone el recurso, señalando el porque dicha resolución es recurrible conforme a
la ley, solicitando sean remitidos los autos y en su caso el rollo de apelación con los
votos particulares si los hubiere a la Sala Primera del Tribunal Supremo para los
efectos correspondientes, así como el emplazamiento de las partes. En caso de que se
tratare de un proceso que no tenga cuantía determinada, la Audiencia escuchará a las
partes y realizará los exámenes periciales y avalúos necesarios a cargo de las partes a
efecto de determinar dicha cuantía. En caso de no presentarse escrito por el que se
interponga recurso de casación en el plazo indicado, la resolución dictada quedará
firme.
Si la parte recurrente goza de los beneficios de la justicia gratuita, la ley impone al
Procurador y Abogado encargados de la defensa la obligación de la presentación del
escrito de preparación.
La Sala de la Audiencia tendrá por preparado el recurso si el escrito cumple con los
requisitos indicados en los dos párrafos anteriores y dicho recurso se contrae a una
resolución susceptible de ser revisada en casación; en cuyo caso, remitirá dentro del
plazo de cinco días los autos originales y el rollo de apelación a la Primera Sala del
Tribunal Supremo, emplazando a las partes a efecto de que comparezcan ante dicho
máximo Tribunal en el plazo de treinta días, siendo obligatorio dicha presentación
únicamente a la parte recurrente, quien en el acto presentará el escrito de interposición
145
Morales, Antonio. El recurso de casación civil. ed. Aranzadi. págs.
23-25.
172
del recurso, pues en caso contrario se tendrá por no interpuesto el mismo quedando
firme la resolución recurrida.
Si la sentencia o resolución, a juicio de la Audiencia, no es susceptible de recurso de
casación, o no cumple con los requisitos previstos en la ley para la interposición del
mismo, dictará auto motivado denegando la remisión de los autos al Tribunal Supremo
y el emplazamiento de las partes.
En la notificación del auto denegatorio se dará copia certificada del mismo al
recurrente a efecto de que pueda concurrir en queja ante la Primera Sala del Tribunal
Supremo dentro del plazo de diez días contados a partir de la fecha siguiente a la
entrega de dicha copia certificada. A dicho escrito de interposición de queja se
acompañará la copia certificada del auto denegatorio, y, en su caso, las sentencias
dictadas en ambas instancias.
El artículo 1699 de la Ley de Enjuiciamiento Civil establece: "La entrega de la
copia certificada no impide la continuación del procedimiento, que sólo quedará
suspendido si la Sala Primera del Tribunal Supremo estimar la queja."
En caso de que el recurrente interponga queja ante la Primera Sala del Tribunal
Supremo; la Sala (sin más trámites o previa reclamación de los autos al Organo
Jurisdiccional que denegó el recurso de casación), dictará la resolución que proceda,
contra la cual no cabrá recurso alguno.
4.6.2.Nombramiento de abogado.
La ley "regula dos situaciones para el caso de que la parte recurrente en queja
gozare de la situación legal de justicia gratuita. Si el Abogado o Procurador son
designados por el interesado en el mismo escrito de interposición del recurso, la
aceptación de ambos profesionales se entenderá realizada por el hecho de suscribirlo,
aunque podrá completarse -por más que resulte innecesario- con la manifestación
expresa de que asumen la representación y defensa. Y si hay que proceder a la
designación de oficio, se abre un plazo de diez días para recurrir el auto <<a partir de
la comunicación de los nombramientos>>."146 En caso de realizarse el nombramiento
de oficio, el plazo de presentación del escrito se computará a partir de la comunicación
de los nombramientos, siempre que haya mediado solicitud de la parte dentro de los
diez días siguientes a la solicitud de la sentencia.
146
ob.cit.De Castro García, Jaime.
Ley de... págs. 487 y 488.
173
En caso de que el recurrente goce del beneficio de la justicia gratuita y no esté en
posibilidad de designar a su Abogado y Procurador en el escrito de interposición del
recurso, realizará la solicitud al Tribunal Supremo (Primera Sala), quien se dirigirá al
Colegio de Abogados a efecto de que se designen por turno a dos de ellos, así como al
de Procuradores, quien designará al que por turno corresponda. A dichos profesionales
se le comunicarán las actuaciones.
La razón que la ley establezca la solicitud de nombramiento de dos abogados se
entiende, en virtud de que si el abogado nombrado por turno en primer lugar considera
que el recurso no es procedente, se solicitará la opinión del segundo de los nombrados,
evitando dilaciones y perdidas de tiempo en una segunda solicitud de nombramiento de
abogado, quien de igual forma expresará su parecer sobre la interposición de dicho
recurso; ambos abogados, en caso de no estimarlo procedente, lo expondrán por escrito
sin razonar su proceder. Dicha opinión deberá expresarla el Abogado en el término de
seis días, en caso contrario se entenderá su conformidad con el mismo y su obligación
de interponerlo. En caso de que ambos abogados se excusen, se pasaran las
actuaciones al Ministerio Fiscal a efecto de que si lo estima procedente, interponga el
recurso, en caso contrario, en el plazo de seis días devolverá los autos con la nota
"visto", con lo cual la Sala decretará desierto el recurso y firme la resolución recurrida.
En caso de que el recurrente en casación no se encuentre en el supuesto del
beneficio de la justicia gratuita, deberá constituir depósito en garantía de 50,000
pesetas, únicamente si las sentencias o resoluciones recaídas en primera y segunda
instancia son "conformes de toda conformidad"; es decir, cuando la resolución dictada
por el juzgador ad quem confirme la sentencia emitida por el Juez de primera instancia,
por lo tanto, no existirá la obligación de constituir la garantía indicada si dichas
sentencias no son conformes o cuando la casación se haya interpuesto en forma per
saltum (directa), en virtud de que en este supuesto no existe la segunda instancia.
4.6.3.Requisitos y motivos de interposición.
Al escrito de interposición del recurso de casación que se presente ante la Primera
Sala del Tribunal Supremo deberá acompañarse, de conformidad con el artículo 1706
de la Ley de Enjuiciamiento Civil: "1o. El poder acreditativo de la legítima
representación del Procurador, de no haberlo presentado, o haber sido nombrado de
oficio. 2o. El resguardo justificativo del depósito, cuando sea necesario. 3o. En los
recursos que procedan de juicios sobre arrendamientos rústicos, urbanos o de cualquier
174
naturaleza, el documento que acredite el pago o consignación de las rentas vencidas,
siempre que el recurrente sea arrendatario o inquilino. 4o. Tantas copias del escrito y
de los documentos cuantas sean las otras partes emplazadas, a las que les serán
entregadas si están personadas o cuando se personen."
En dicho escrito de interposición se indicará el motivo o motivos legales en que se
ampare, citándose a su vez las normas del ordenamiento jurídico o la jurisprudencia
que se consideren infringidas.
Dichos motivos legales son claramente establecidos por el
artículo 1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil mismo que establece: "El recurso de
casación habrá de fundarse en alguno o algunos de los siguientes motivos: 1o Abuso,
exceso o defecto en el ejercicio de la jurisdicción. 2o Incompetencia o inadecuación
del procedimiento. 3o Quebrantamiento de las formas esenciales del juicio por
infracción de las normas reguladoras de la sentencia o de las que rigen los actos y
garantías procesales, siempre que, en este último caso, se haya producido indefensión
para la parte. 4o Infracción de las normas del ordenamiento jurídico o de la
jurisprudencia que fueren aplicables para resolver las cuestiones objeto de debate."
En el motivo primero, al señalar la ley el abuso, exceso o defecto en el ejercicio de
la jurisdicción, hace referencia a la falta de jurisdicción en sentido estricto, ya sea
ocasionada por razón de territorio o por materia; "debiéndose entender...tanto la
limitación espacial de jurisdicción en relación con la extranjera como a la jurisdicción
interna pero referida a materia que no sea de naturaleza privada...";147 dicha falta de
jurisdicción debe el Tribunal Supremo, incluso, examinarla de oficio.
Por lo que respecta a la incompetencia o inadecuación del procedimiento ésta
comprende los casos de incompetencia objetiva, funcional y territorial. "La
incompetencia territorial, por lo tanto, tendrá que ser alegada oportunamente por la
parte a quien interese, pues, de no hacerlo se producirá sumisión tácita; podrá utilizarse
en su momento la vía de la inhibitoria o de la declinatoria, lo que hará posible su
censura en casación al ser impugnada la sentencia definitiva. La inadecuación de
procedimiento, por haberse seguido el carente de idoneidad para substanciar la
cuestión litigiosa propuesta, se originará normalmente cuando el legislador ha
establecido para decidirla un procedimiento específico del que se ha prescindido en el
caso, a no ser que resulte permitido acudir al juicio declarativo en lugar de promover el
147
ob.cit.González Rivas, Juan José.
El recurso de... pág. 43.
175
proceso sumario...aún tratándose de juicios ordinarios, si se ha seguido el de menor
cuantía cuando procede el de mayor cuantía."148
Los vicios cometidos in procedendo, a que alude el motivo tercero, puede analizarse
desde dos tipos de infracción, la vulneración de las normas reguladoras de la sentencia
y el quebrantamiento de las formas esenciales de los actos y garantías procesales,
siempre que hayan producido indefensión a quien impugna la resolución en casación.
Efectivamente, el recurso de casación se puede fundar en cualquier infracción a las
normas reguladoras de la sentencia, a modo de ejemplificar, indicaremos la falta de
motivación a que obliga el párrafo tercero del artículo 120 de la Constitución española;
así también la casación podrá fundarse por violación de las normas que rigen los actos
y garantías procesales, tales como pueden ser los defectos en la citación,
emplazamiento, incorrecta apreciación de la personalidad de los litigantes o desarrollo
de la actividad probatoria, siendo indispensable para poder impugnar por vía de
casación que dicha infracción produzca en el recurrente indefensión.149
Finalmente, por lo que respecta al cuarto motivo para fundar el recurso de casación,
este puede ser la infracción de las normas del ordenamiento jurídico o de la
jurisprudencia que fueren aplicables para resolver las cuestiones objeto del debate;
dicho motivo hace referencia al fondo de la cuestión litigiosa, en aras de la correcta
aplicación del derecho material. El concepto de "normas del ordenamiento jurídico o
de la jurisprudencia" hacen referencia a todo el derecho sustantivo, sin importar la
fuente de éste, incluyendo no solo a la ley, sino a la costumbre y a los principios
generales del derecho, así como a la jurisprudencia; sin dejar de anotar que el derecho
sustantivo aludido debe ser aplicable al litigio del cual emana la resolución que se
combate. Dicha norma incluye también los tratados internacionales, cuya vulneración
puede ser denunciada en casación desde el momento en que estos hayan pasado a
formar parte del ordenamiento interno mediante su publicación íntegra en el Boletín
Oficial del Estado.150
4.6.4.Principio de definitividad.
148
ob.cit.De Castro García, Jaime.
149
cfr. De Castro García, Jaime.
ob.cit. Ley de... pág. 478 y 479.
150
cfr. De Castro García, Jaime.
ob.cit. Ley de... págs. 480 y 481.
Ley de... págs. 477 y 478.
176
Por su parte, el ordenamiento legal invocado, impone en su artículo 1693, la
obligación al recurrente de solicitar la subsanasión de la violación a las normas que
rigen los actos y garantías procesales que le produzcan indefensión en la instancia en
que se hubieren cometido, agregando que en caso de haberse producido en la primera
instancia, debió ser objeto de impugnación en la segunda instancia, salvo que dicha
infracción cometida en segunda instancia sea de imposible reclamación.
4.6.5.Auto de admisión.
Interpuesto el recurso de casación, se correrá traslado al Ministerio Fiscal por el
plazo de diez días a efecto de que manifieste lo que a su derecho y representación
corresponde en defensa de la legalidad y de los intereses públicos y sociales,
pronunciándose respecto de la admisibilidad o inadmisibilidad del mismo o de alguno
de sus motivos. Hecho lo anterior, se devolverán las actuaciones a la Primera Sala del
Tribunal Supremo, quien las remitirá por turno al Magistrado Ponente a efecto de
instruir y someter a la sala lo que haya de resolverse.
El recurso de casación será
inadmitido en caso de que no presentándose o encontrándose algún defecto en los
documentos exigidos por los números 1 y 3 del artículo 1706, y otorgado el plazo que
la Sala estime "suficiente" (sin que en ningún caso exceda de veinte días), no se
subsane dicho defecto; cuando la resolución o sentencia impugnada no es susceptible
de recurrirse en casación o si las que normas que argumenta el recurrente violadas no
guardan relación con las cuestiones debatidas y siendo necesaria la petición de
subsanasión de la falta no se hubiere realizado por el recurrente; cuando el recurso
carezca manifiestamente de fundamento o cuando se hubiere desestimado en el fondo
otros recursos sustancialmente iguales, señalando la ley que al efecto de decretar esta
inadmisión deberá tomarse la decisión por unanimidad de la Sala; y cuando no
habiéndose determinado la cuantía del recurso, el Tribunal estime que la misma no
supera los límites establecidos por la ley. Contra las resoluciones de inadmisión
dictadas por el Tribunal Supremo no procederá recurso alguno.
Al exponer la ley la inadmisión del recurso de casación por carecer
manifiestamente de fundamento puede "entenderse que se trata de una valoración del
recurso, que se hace en esa fase del procedimiento para no continuar una tramitación
inútil. Puede igualmente sostenerse que el legislador...lo que ha hecho es mantener la
inadmisión por apartarse manifiestamente el recurso de la apreciación probatoria
efectuada en la sentencia recurrida, si no se intentara la impugnación por la vía
adecuada...la idea de valoración del recurso en una fase de admisión es la más
177
adecuada, teniendo en cuenta que la identificación de la falta manifiesta de fundamento
con la cita de normas que el recurrente considera infringidas que no guardan relación
alguna con las cuestiones debatidas ha sido descartada por el propio legislador al elevar
a causa de inadmisión del recurso esta última, diferente a la primera (art. 1710, regla
2a). Puede inadmitirse también el recurso si se hubieran desestimado otros recursos
'sustancialmente' iguales. Ello equivale a dar valor jurídico al precedente en la fase de
admisión, pues es apto para inadmitir un recurso porque al final se ha de desestimar.
No es obligatoria para la Sala la inadmisión sino potestativa; el precedente no la obliga,
puede cambiar, mediante explicación racional y suficiente su criterio anterior."151
Por otro lado, es importante destacar que la expresión "sustancialmente iguales", no
hace referencia a recursos idénticos, sino similares, por lo cual pueden varias los
sujetos, el objeto o la causa.152
4.6.6.Pasos y plazos procedimentales.
En caso de admitirse el recurso, se entregará copia a la parte o partes recurrentes y
personadas a efecto de que formalicen por escrito su impugnación en el plazo común
de veinte días; trascurrido el cual, la Sala señalará dentro de los noventa días
siguientes, día y hora para la celebración de vista o, en su caso, para la votación y el
fallo, que no podrá ser emitido sino a más tardar a los quince días de celebrada la
audiencia o realizada la votación. Dicha celebración de audiencia es potestativa por
parte de la Sala del Tribunal Supremo, quien la celebrará en caso de estimarla
necesaria; no obstante, será celebrada la audiencia en caso de que así lo solicite el
recurrente y el recurrido no esté personado o cuando sea solicitado por ambas partes.
La Sala Primera del Tribunal Supremo, a efecto de resolver el recurso de casación
interpuesto, se compondrá de tres magistrados, salvo que el proceso verse sobre
derechos fundamentales (previstos en los artículos 14 a 29 constitucionales) y cuando
el juicio haya versado respecto de filiación, paternidad, maternidad, capacidad y estado
civil de las personas, en cuyo caso se compondrá por cinco magistrados, de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 1712 de la Ley de Enjuiciamiento
Civil.153
151
ob.cit.Gullón Ballesteros, Antonio.
152
cfr. González Rivas, Juan José.
153
cfr. De Castro García, Jaime.
La Constitución... págs. 24 y 25.
ob.cit. El Recurso de... pág. 41.
ob.cit. Ley de... pág. 500.
178
4.6.7.Sentencia.
El artículo 1715 del ordenamiento legal en cita estatuye que: "1. Si se estimase el
recurso por todos o alguno de los motivos, la Sala en una sola sentencia, casando la
resolución recurrida, resolverá conforme a derecho, teniendo en cuenta lo siguiente:
1o. De estimarse algún motivo amparado en los números 1 y 2 del artículo 1692,
(abuso, exceso o defecto en el ejercicio de la jurisdicción o incompetencia o
inadecuación del procedimiento), se dejará a salvo el derecho a ejercitar las
pretensiones ante quien corresponda o por el procedimiento adecuado. 2o. De
estimarse motivos comprendidos en el número 3 del artículo 1692 (quebrantamiento de
las formas esenciales del juicio por infracción de las normas que rigen los actos y
garantías procesales, siempre que, en este último caso, se haya producido indefensión
para la parte) que se refieran a transgresiones o faltas cometidas en los actos y en las
garantías procesales, se mandará reponer las actuaciones al estado y momento en que
se hubiera incurrido en la falta. 3o. De ser estimados motivos de infracción
comprendidos en el número 4o (infracción de las normas del ordenamiento jurídico o
de la jurisprudencia que fueren aplicables para resolver las cuestiones objeto de
debate), o en el primer inciso del 3 del artículo 1692 (quebrantamiento de las formas
esenciales del juicio por infracción de las normas reguladoras de la sentencia), la Sala
resolverá lo que corresponda dentro de los términos en que aparezca planteado el
debate. 2. En las sentencias que declare haber lugar el recurso, la Sala resolverá en
cuanto a las costas de las instancias, conforme a las reglas generales, y en cuanto a las
del recurso, que cada parte satisfaga las suyas. 3. Si no se estimase procedente ningún
motivo, la sentencia declarará no haber lugar al recurso, con imposición de las costas al
recurrente y la pérdida del depósito constituido."
Podemos analizar que "si prosperan los motivos de casación basados en el número
4o o en el primer inciso del número 3o del artículo 1692 (infracción de normas del
ordenamiento jurídico y de las normas reguladoras de la sentencia, respectivamente), la
Sala resolverá <<lo que corresponda dentro de los términos en que aparezca planteado
el debate>>. Decide pues, como órgano jurisdiccional de instancia y con la misma
amplitud que a éste corresponde."154 Dicha medida es de entender, si atendemos a la
resolución que ha sido casada en virtud de una incorrecta interpretación de la norma
del ordenamiento jurídico, puesto que la misma la establece correctamente en la
154
ob.cit.De Castro García, Jaime.
Ley de... pág. 502.
179
sentencia el Tribunal Supremo, estableciendo jurisprudencia si procede e indicando los
alcances, medidas y correcta interpretación de la norma que motivó la casación; no
obstante, respecto de las normas que regulan la sentencia, en caso de que esta sea la
falta de motivación o cualquier otra subsanable por el mismo Organo Jurisdiccional
que la dictó, la ley debiera establecer la casación únicamente para el efecto de que el
Tribunal Supremo remita las actuaciones a la autoridad judicial responsable con las
indicaciones respecto de la violación en que incurrió, dejándola en libertad de
jurisdicción para que dicte nueva resolución en el sentido que estime procedente
mientras no se desapegue de lo ordenado en la sentencia emitida por el Tribunal
Supremo.
Una vez notificada la sentencia dictada por el Tribunal Supremo, se remitirán los
autos a la Audiencia o Juzgado que haya emitido la resolución recurrida a efecto de
que proceda a disponer el curso legal de la misma.
4.7.Interposición per-saltum.
La ley en cita, prevé la posibilidad que en las sentencias dictadas en primera
instancia que se encuentren comprendidas en los ordinales 1 y 3 del artículo 1687
(sentencias definitivas pronunciadas por las Audiencias Provinciales en los juicios
declarativos de mayor cuantía; en los de menor cuantía que excedan de 6'000,000 de
pesetas; que la cuantía no haya podido determinarse, que se resuelva respecto de
paternidad, maternidad, filiación, capacidad y estado civil de las personas; o aquellos
seguidos ante las Audiencias por desahucio que no tengan regulación especial y
retracto, cuando en dichos casos alcancen la cuantía requerida para esta clase de
recursos declarativos ordinarios, excepto los juicios de desahucio por falta de pago de
la renta) puedan ser impugnadas en casación sin haberse agotado previamente la
segunda instancia. Dicho recurso de casación se solicitará al interponer el recurso de
apelación, solicitando en el escrito de interposición se tenga por preparado el recurso
de casación, por entender que la cuestión a resolver es estrictamente jurídica; dándose
traslado a las demás partes a efecto de que en un plazo de cinco días, manifiesten lo
que a su derecho convenga, en virtud de que dicho recurso implica el prescindir de una
instancia, en el entendido de que cuando la parte recurrida sea plural, la oposición de
cualquiera de los interesados provocará que el recurso de considere improcedente;
expresando la citada ley que en caso de no exponer su oposición o manifestar su
conformidad se tendrá por preparado el recurso de casación. A esta solicitud, recaerá
la resolución procedente por el Juzgado de primera instancia, la cual no será
180
susceptible de recurso alguno; en caso de no estimarse procedente el recurso de
casación directo se tendrá por interpuesto el de apelación. Dicha resolución no causa
agravios de imposible reparación al recurrente, en virtud de que contra la resolución
pronunciada en vía de apelación, podrá interponer (si procede conforme al artículo
1687) recurso de casación, con la posibilidad de que sean atendidos favorablemente
sus agravios en la segunda instancia. En caso de que proceda dicho recurso de
casación per saltum, se remitirán los autos a la Sala Primera del Tribunal Supremo, con
emplazamiento de las partes; más en el supuesto de que el Tribunal entienda que dicho
recurso no se encuentra en los supuestos indicados con antelación inmediata, devolverá
las actuaciones al juez de primera instancia a efecto de que sea substanciado el recurso
de apelación.
"El recurso de casación directo se haya sometido a presupuestos que el precepto
señala. La sentencia de la primera instancia tiene que haber sido pronunciada en un
proceso en el que sea admisible el recurso de casación; y aunque la norma se refiere
concretamente a los núm. 1o y 3o del art. 1687, no existen dificultades para
comprender el núm. 4o, omitido por inadvertencia del legislador."155
4.8.Casación en interés de la ley y legitimación de Ministerio Fiscal.
La ley establece la posibilidad al Ministerio Fiscal de interponer el recurso de
casación en contra de las resoluciones que se pronuncien en los juicios en que sea parte
y si contra estas procede el mismo de conformidad con la ley; incluso, la ley prevé la
posibilidad al Ministerio Público de interponer recurso de casación en cualquier tiempo
si considera que se presenta la hipótesis del número 4 del artículo 1692, exponiendo la
legislación citada que dicho recurso lo interpondrá en interés de la ley, emplazando a
las partes, a efecto de que comparezcan si lo estimaren conveniente. El "Estatuto
Orgánico del ministerio Fiscal (Ley de 30 de diciembre de 1981) le encomienda, entre
otras, las misiones de tomar parte, en defensa de la legalidad y del interés público o
social, en los procesos relativos al estado civil y en los demás que establezca la ley; y
asumir o, en su caso, promover la representación y defensa en juicio y fuera de él de
quienes, por carecer de capacidad de obrar o de representación legal, no puedan actuar
por sí mismos, así como promover la constitución de los órganos tutelares que las leyes
155
ob.cit. De Castro García, Jaime. Ley de... pág. 471.
181
civiles establezcan y formar parte de aquellos otros que tengan por objeto la protección
y defensa de menores y desaparecidos."156
Las sentencias que se dicten en los recursos de casación interpuestos por el
ministerio Fiscal, únicamente en interés de la ley, tendrán efectos exclusivos para crear
jurisprudencia sobre las cuestiones legales discutidas, no alcanzando la sentencia a
afectar jurídicamente a las partes que intervinieron en el juicio del cual emanó la
resolución recurrida. Compréndase dicha disposición en virtud de que las sentencias
dictadas por las autoridades judiciales, tienen un término establecido por la ley para
quedar firmes, estableciendo con ello la seguridad de la ley concreta (la sentencia), y la
ejecución y aplicación de la misma.
4.9.Ejecución de la sentencia.
El artículo 1722 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, prevé la posibilidad de que el
Juzgado o la Audiencia que hubiere dictado la resolución recurrida decrete su
ejecución a petición de la parte interesada y previa fianza o aval bancario suficiente
para responder en caso de que del recurso de casación se haya obtenido sentencia
favorable al recurrente del mismo.
"La ejecución de las sentencias pendientes de recurso de casación constituye uno de
los casos de excepción al principio general, proclamado en el artículo 919 de la LEC
según el cual para que una sentencia sea ejecutable es necesario que haya ganado
firmeza...La ejecución provisional requiere petición de parte. Y no es vinculante para
la Audiencia, ni para el Juzgado en la casación directa, pues el órgano jurisdiccional
resuelve discrecionalmente según el tenor literal del precepto...la ejecución ha de ser
concedida en todo caso cuando se trate de cantidad líquida o cuya liquidación pueda
obtenerse por simples operaciones aritméticas; y si se trata de sentencias condenatorias
a entregar una cosa determinada, a un hacer o a un no hacer, o de sentencias
meramente declarativas, es potestativo de la Audiencia o del Juez acceder a la
ejecución provisional."157
4.10.Documentales.
156
ob.cit.De Castro García, Jaime.
Ley de... pág. 504.
157
ob.cit.De Castro García, Jaime.
Ley de... pág. 508.
182
La ley prohibe la admisión de documentales ante el Tribunal Supremo, así como
también la lectura de éstos o realizar alegaciones de hechos que no resulten de los
autos; exceptuando aquellos que se presenten con el escrito de interposición del
recurso que sean "de fecha posterior a los escritos de demanda y contestación y cuya
presentación anterior no ha sido posible; los anteriores respecto de los cuales jure la
parte no haber tenido antes conocimiento de su existencia; y los que no haya sido
posible adquirir con anterioridad por causas que no sean imputables a la parte
interesada."158
4.11.Acumulación.
En caso de que se interpongan dos o mas recursos contra una misma sentencia o
resolución, se substanciarán acumulados en una sola pieza; acumulación que debe
entenderse será ordenada de oficio por el Tribunal Supremo sin necesidad de solicitud
de alguna de las partes, a efecto de que sean tramitados conjuntamente y resueltos en
única sentencia.
4.12.Desistimiento.
De igual forma, la ley establece la posibilidad del desistimiento del recurrente;
ahora bien, en caso de que exista pluralidad de actores, el Tribunal Supremo continuará
el procedimiento de casación respecto de quienes no se hayan desistido del recurso,
comunicando al Tribunal a quo, el auto en el que sea acordado el desistimiento de la
parte.
4.13.Publicidad de las sentencias.
Artículo 1728. "Las sentencias dictadas por la Sala Primera del Tribunal Supremo al
conocer de los recursos de casación se insertarán en la Colección Legislativa. Podrá el
Tribunal acordar, si concurrieren circunstancias especiales de su exclusiva apreciación,
que se haga la publicación suprimiendo los nombres propios de las personas
interesadas en el pleito."
158
ob.cit.De Castro García, Jaime.
Ley de... pág. 510.
183
4.14.Competencia de los Tribunales Superiores de Justicia de las Comuniades
Autónomas.
Tanto la Ley Orgánica del poder Judicial (6/1985), como la Ley de Enjuiciamiento
Civil, establecen competencia a los Tribunales Superiores de Justicia de las
Comunidades Autónomas para conocer de los recursos de casación en caso de que el
recurso se funde en infracción de un derecho civil, foral o especial propio de la
Comunidad Autónoma, que corresponda al estatuto de la propia Comunidad en el cual
se haya previsto dicha competencia en favor de su Tribunal Superior de Justicia.
Dichos recursos de casación se tramitarán y resolverán conforme la Ley de
Enjuiciamiento Civil en el procedimiento analizado con anterioridad. No obstante lo
anterior, la competencia será exclusiva del Tribunal Supremo, si el recurso de casación
se fundamenta en la infracción de un precepto constitucional, subsistiendo la
competencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma en caso de
que se prepare diverso recurso ante el Tribunal Supremo y no concurra la violación de
algún precepto constitucional. En el caso anteriormente indicado, la ley impone la
obligación al Ministerio Fiscal de expresar su opinión razonadamente si estima que el
recurso de casación se ha presentado ante una Sala incompetente, ante lo cual la Sala
que conozca en este momento del recurso, resolverá lo que corresponda. En caso de
declararse incompetente, remitirá las actuaciones a la Sala competente en el plazo de
cinco días, emplazando a las parte por el término de diez días a efecto de que
comparezcan ante la Sala del Tribunal competente. En caso de dudas respecto de la
competencia, se resolverán conforme al artículo 52 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, mismo que establece: "No podrán suscitarse cuestiones de competencia entre
Jueces y Tribunales subordinados entre sí. El Juez o Tribunal superior fijará, en todo
caso, y sin ulterior recurso, su propia competencia, oídas las partes y el ministerio
Fiscal por plazo común de diez días. Acordado lo procedente recabarán las
actuaciones del Juez o Tribunal inferior o le remitirán las que se hallare conociendo."
"La atribución de competencia funcional al TSJ viene, pues, determinada por la
circunstancia de que el recurso se base en la infracción de una norma correspondiente
al Derecho civil foral, aunque se cite también como transgredida otra no perteneciente
a su esfera, siempre que no se trate de un precepto constitucional",159 en cuyo caso la
competencia será declinada en favor del Tribunal Supremo.
159
ob.cit.De Castro García, Jaime.
Ley de... pág. 515
184
4.15.Casación como recurso contradictorio.
Así pues, el recurso de casación es "un recurso extraordinario, en contraposición a
los llamados por antonomasia recursos ordinarios. Este carácter deriva de varios
extremos. En primer lugar, el recurso no está abierto a todo tipo de resoluciones
judiciales y a todo tipo de infracciones. Tan sólo determinadas resoluciones judiciales
tienen acceso a la casación y además por motivos tasados: la ley señala
casuísticamente las infracciones que dan lugar a la casación. En segundo lugar, la
interposición del recurso va acompañada en la generalidad de los casos de la exigencia
de efectuar un depósito en metálico de cierta cantidad de dinero, gabela que grava
económicamente el acto de recurrir. En tercer lugar, es un recurso en que está
sumamente acentuado el rigor formal en cuanto a la técnica de su formulación. En
ocasiones este rigor ha desembocado en puro formalismo, poco menos que en la
exigencia de pronunciar las palabras sacramentales de la ley para que el recurso sea
simplemente admitido a trámite. El recurso de casación no es una nueva instancia del
proceso, con lo que quiere significarse que no es posible en este momento introducir
nuevos hechos en el debate, ni discutir los problemas fácticos de la instancia por la vía
de este recurso, salvo contadas excepciones. La casación no es una alzada, ni siquiera
una apelación. El Tribunal Supremo se limita, según los casos, a conocer de la
regularidad de la aplicación del derecho o de determinados principios básicos del
proceso por los Tribunales de instancia."160
Fianalmente, cosidero pertinente hacer el comentario respecto del artículo 24
constitucional, mediante el cual es posible acceder en vía de amparo constitucional en
caso de que sea vulnerado el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, en vritud
de ser uno de los derechos fundamentales protegibles por esta vía; más no hay que
olvidar que el cumplimiento y análisis constitucional debe ser primeramente función
de los órganos de la jurisdicción ordinaria (sin incluír con ello, el exámen de la
constitucionalidad de las leyes); por lo que en caso de que no se aplique la ley
correctamente por el tribunal respectivo, antes de acudir en vía de amparo
constitucional, será necesario agotar la vía judicial previa, como en el caso analizado,
el recurso de casación.
160
Ramos, Francisco. Derecho Procesal Civil. Tomo II. ed. Hijos de José
Bosch, S.A. pág, 752 y 753.
185
En efecto, "la interpretación y aplicación de las reglas que regulan el acceso a los
recursos legalmente establecidos es, en principio, una cuestión de legalidad ordinaria
cuyo conocimiento compete exclusivamente a los Jueces y Tribunales integrados en el
Poder Judicial (art. 117.3 CE), a quienes corresponde precisar el alcance de las normas
procesales y, más en concreto, la concurrencia de los presupuestos que condicionan la
válida constitución del proceso. Unicamente cuando se deniegue un acceso al recurso
de forma inmotivada (STC 18/1990), basándose en una causa legal inexistente o en
error patente (STC 192/1992, FJ 2.º y 255/1994, FJ 2.º) o, finalmente, mediante una
interpretación de la misma manifiestamente arbitraria e infundada que no podría
considerarse expresión del ejercicio de la justicia (por todas STC 148/1994, FJ4.º), es
posible su revisión en sede constitucionalmente relevante del citado derecho
fundamental."161
5. EL JUICIO DE AMPARO DIRECTO.
5.1. Antecedentes de Derecho Positivo.
Antes de entrar al análisis del juicio de amparo directo (amparo-casación),
considero oportuno citar que en la legislación mexicana "existió la casación...esta no
tuvo características destacadas lo suficientemente importantes como para poder hablar
de la casación mexicana...El primer recurso de casación se estableció en el Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito y Territorios Federales el 13 de agosto de 1872.
Conocía del recurso la Sala de Casación del Tribunal Superior de Justicia del Distrito.
El Código Federal de Procedimientos Civiles de 1897, creó la casación federal, de la
cual conocía la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia. En materia penal, el
recurso de casación lo creó el Código de Procedimientos Penales para el Distrito
Federal y Territorios Federales de 1894. El actual Código de Comercio, en sus
artículos 1344 y 1345 -virtualmente derogados-, establece la casación contra las
sentencias definitivas de última instancia. Por último, la mayor parte de los Estados
establecieron el recurso de casación, que se tramitaba y resolvía ante e Tribunal
Superior de cada Estado."162
161
Gil-Robles, Alvaro.
Los nuevos límites de la
efectiva. Centro de Estudios Constitucionales. pág. 73.
162
tutela
judicial
Castro, Juventino. Hacia el amparo evolucionado. ed. Porrua. págs. 91
y 92.
186
"La casación se suprimió...porque existiendo entre nosotros el juicio de amparo,
menos técnico que el recurso de casación, se prefería utilizar éste."163
En efecto, dicha función es realizada por los órganos del Poder Judicial de la
Federación, mediante la procedencia del juicio de amparo directo ante los Tribunales
Colegiados de Circuito.
5.2. Ámbito de Protección.
"El juicio de amparo, que tiene como finalidad esencial la protección de las
garantías del gobernado...extiende su tutela a toda la Constitución al través de la
garantía de legalidad...Es cierto que ésta tutela se imparte siempre en función del
interés particular del gobernado, ya que sin la afectación de éste por un acto de
autoridad, el amparo es improcedente; pero también es verdad que por modo
concomitante o simultáneo, al preservar dicho interés, mantiene y hace respetar el
orden constitucional. De ahí que el control de la Constitución y la protección del
gobernado frente al poder público, sean los dos objetivos lógica y jurídicamente
inseparables que integran la teleología esencial del juicio de amparo. Este, por ende, se
ostenta como el medio jurídico de que dispone cualquier gobernado para obtener, en su
beneficio, la observancia de la Ley Fundamental contra todo acto de cualquier
autoridad del Estado que la viole o pretenda violarla. Es en esta última propensión
donde se destaca el carácter de orden público del amparo como juicio de control o
tutela de la Constitución, ya que el interés específico del gobernado se protege con
vista o con referencia siempre a un interés superior, el cual consiste en el respeto a la
Ley Suprema."164
5.2.1.Garantía de Audiencia.
En el capítulo anterior, analizamos la garantía de audiencia contenida en el segundo
párrafo del artículo 14 constitucional; indicando que mediante dicha garantía, todas las
autoridades del país (incluidas las jurisdiccionales), se encontraba en la obligación de
163
Rodríguez, Agustín. citó Juventino V. Castro. ob.cit.Hacia el... pág.
92.
164
Burgoa, Ignacio. El Juicio de Amparo. ed. Porrua. pág. 148.
187
cubrir ciertos requisitos previos a efecto de estar en posibilidad de causar un
menoscabo en la esfera jurídica del gobernado.
5.2.2.Exacta aplicación de la ley.
5.2.2.1.Materia Penal.
Pues bien, dicho artículo 14, en sus siguientes párrafos, prevé la garantía de exacta
aplicación de la ley en todas las materias; específicamente obligatoria a los órganos
judiciales.
El artículo 14 constitucional, en su tercer párrafo indica: "En los juicios
del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía y aun por mayoría de
razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de
que se trata."
Dicho párrafo, establece la exacta aplicación de la ley (garantía de legalidad) en
materia penal.
En efecto, "el tercero párrafo del artículo 14 se refiere a dicha garantía en lo que
toca a los juicios penales -enunciados como juicio del `orden criminal´-, en los cuales
no se puede decretar una pena que no sea la exactamente aplicable en los términos de
una ley que así lo disponga, prohibiéndose por lo tanto el uso de la analogía y la
mayoría de razón como métodos interpretativos utilizados para decretar dicha pena.
En realidad, esta disposición constitucional pretende ser una referencia al principio
universal del derecho penal que se enuncia como: nullum crimen nulla poena sine lege,
que como es sabido prohíbe la creación extra legem de delitos y penas por parte del
juzgador. Exige por lo tanto un ajustamiento, por parte del juez que conoce de un
proceso, a la estricta tipicidad y sanciones establecidas por la ley. Es conocido que el
principio antes mencionado en realidad combina otros dos: nullum crimen sine lege, y
nulla poena sine lege, aunque éste último también comprende el de nulla poena sine
iudicium. La disposición constitucional sólo se refiere al segundo y no al primero;
pero uno está implícito en el otro, ya que si una disposición penal describe una
conducta humana como delictuosa, y no le señala su sanción, estaríamos contemplando
una norma imperfecta, ya que contiene una prohibición que no produce ningún
resultado jurídico por su incumplimiento. Y por otra parte, no puede haber una
referencia a una sanción, por una conducta atípica."165
165
Castro, Juventino. Garantías y Amparo. ed. Porrua. pág. 241.
188
Así pues, en los procesos jurisdiccionales en materia penal, la autoridad judicial se
debe ajustar a la aplicación exacta de la ley, en virtud del artículo 14 constitucional,
que establece las garantías de audiencia y legalidad, por lo cual, si en dicho proceso, el
juez incumple dicha disposición, estará violando la constitución y por ende, el afectado
estará en posibilidad de acudir en amparo ante los órganos del Poder Judicial de la
Federación, quienes revisarán si dicha resolución judicial se encuentra apegada a
derecho.
5.2.2.2.Materia Civil.
Finalmente, el último párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, establece: "En los juicios del orden civil, la sentencia
definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta
de ésta se fundará en los principios generales del derecho."
En dicho artículo, se indica pues, la obligación constitucional de apegarse a lo
estrictamente indicado en la ley al momento de resolver en materia civil, más debe
tenderse en consideración, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en múltiples
jurisprudencias ha reiterado que dicha garantía se extiende no sólo a las sentencias de
fondo, sino a todas aquellas resoluciones interlocutorias y en general a todas las
actuaciones dentro del proceso, en virtud de que en todo momento la autoridad judicial
tiene la obligación de apegarse a derecho.
Es necesario puntualizar que el
amparo-casación, no solo vela por la estricta aplicación de la ley propiamente dicha;
como se puede analizar, el amparo-casación es pues, protectora de la aplicación de
todo el derecho objetivo, no solo de la ley, dado que el silencio, o la insuficiencia de la
ley no autoriza a los jueces a dejar de resolver una controversia.166
Así pues, cuando el artículo constitucional citado hace referencia a los principios
generales del derecho se refiere a "aquellas normas de derecho positivo aplicables a la
cuestión que está por decidirse, porque corresponden al sistema o el espíritu del cuerpo
concreto de las normas de derecho objetivo aplicables, y aunque no hacen una
referencia exacta al caso, evidentemente lo estructuran y lo envuelven dentro de una
correcta sistemática jurídica."167
166
cfr. Juventino V. Castro.
167
ob.cit. Castro, Juventino. Garantías y... págs. 243 y 244.
ob.cit. Hacia el... págs. 85 y 86.
189
5.2.2.3.Materia Administativa, del Trabajo y Militar.
Ahora bien, dicha garantía de legalidad, no es aplicable exclusivamente a los
procedimientos jurisdiccionales en materia civil (stricto sensu), sino de conformidad
con la Suprema Corte de Justicia, a todas las resoluciones en materia civil (lato sensu),
incluyendo en estas las referentes a la materia mercantil.
"Por otra parte, la jurisprudencia de la Corte ha resuelto que este cuarto párrafo del
artículo 14 constitucional debe entenderse aplicable a toda clase de juicios, con
excepción de los penales previstos en el tercer párrafo del artículo 14, y por lo tanto
igualmente abarca a los juicios laborales y a los procesos administrativos."168
Es importante indicar, que en el juicio de amparo, no existe propiamente la materia
militar, en virtud de que ésta, se diversifcará en las materias existentes (penal, civil,
administrativa y del trabajo), es decir, dependiendo la materia de que se trate, será
establecida la competencia entre los órganos del Poder Judicial de la Federación,
independientemente que sea a su vez derecho castrense o un acto emanado de las
autoridades militares.
5.3. ¿Juicio o recurso?
Así pues, cuando el Poder Judicial Federal, revisa las sentencias y demás autos o
resoluciones contra las que procede el juicio de amparo directo, difícilmente se puede
establecer que el amparo sea un juicio; en virtud de que se acciona como revisor de la
legalidad de las resoluciones judiciales.
En efecto, "el amparo fundado en la violación de los artículos 14 y 16, no ha podido
conservar su categoría de juicio, sino que es técnicamente un recurso. No es...que el
amparo haya degenerado; trátase más bien de su natural evolución."169
No obstante lo anteriormente indicado, y si bien es cierto (como se ha indicado, que
el amparo directo es técnicamente un recurso, por las razones expuestas), también lo es
que el amparo directo (como amparo general), es eminentemente un juicio, en virtud
de que: a) Su litis (violación de garantías), es distinta al problema planteado ante la
168
169
ob.cit. Castro, Juventino. Garantías y... pág. 243.
Tena Ramírez, Felipe. Derecho Constitucional Mexicano.
pág. 526.
ed. Porrúa.
190
autoridad responsable. b) Se tramita ante una autoridad que no necesariamente
pertenece a la estructura orgánica a la que pertenece la responsable, por lo que no es
superior jeráquico de aquella. c) La autoridad de amparo, en ningún caso está
legalmente autorizada para sustituirse en facultades propias de la responsable. d) Las
partes en el juicio no son las mismas, o no tienen el mismo carácter que las que
intervinieron ante la responsable. e) La autoridad de la cual emana el acto reclamado,
pasa a ser parte demandada, lo que no acontece en los recursos ordinarios (como el de
casación española), en los que la autoridad recurrida no es parte en el recurso.
Por lo tanto, el amparo directo, guarda principales rasgos de juicio y no de recurso,
no obsante que al revisar la legalidad de los actos de la autoridad demandada, realice
las funciones propias de un recurso extraordinario de legalidad.
5.4.Competencia y procedencia.
El artículo 158 de la Ley de Amparo, establece: "El juicio de amparo directo es
competencia del Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda, en los términos
establecidos por las fracciones V y VI del artículo 107 constitucional, y procede contra
sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, respecto de los cuales no proceda
ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o revocados, ya sea que la
violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte a las
defensas del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo, y por violaciones de
garantías cometidas en las propias sentencias, laudos o resoluciones indicados. Para
los efectos de este artículo, sólo será procedente el juicio de amparo directo contra
sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por
tribunales civiles, administrativos o del trabajo, cuando sean contrarios a la letra de la
ley aplicable al caso, a su interpretación jurídica o a los principios generales del
Derecho a falta de ley aplicable, cuando comprendan acciones, excepciones o cosas
que no hayan sido objeto del juicio, o cuando no las comprendan todas, por omisión o
negación expresa..." El artículo 159 de dicho ordenamiento legal, continúa diciendo:
"En los juicios seguidos ante tribunales civiles, administrativos o del trabajo, se
considerarán violadas las leyes del procedimiento y que se afectan las defensas del
quejoso. I.-Cuando no se le cite al juicio o se le cite e forma distinta a la prevenida por
la ley; II.-Cuando el quejoso haya sido mala o falsamente representado en el juicio de
que se trate; III.-Cuando no se le reciban las pruebas que legalmente haya ofrecido, o
cuando no se reciban conforme a la ley; IV.-Cuando se declare ilegalmente confeso al
191
quejoso, a su representante o apoderado; V.-Cuando se resuelva ilegalmente un
incidente de nulidad; VI.-Cuando no se le concedan los términos o prórrogas a que
tuviere derecho con arreglo a la Ley; VII.-Cuando sin su culpa se reciban sin su
consentimiento, las pruebas ofrecidas por las otras partes, con excepción de las que
fueren instrumentos públicos; VIII.-Cuando no se le muestren algunos documentos o
piezas de autos de manera que no pueda alegar sobre ellos; IX.-Cuando se le desechen
los recursos a que tuviere derecho con arreglo a la Ley, respecto de providencias que
afecten partes sustanciales de procedimiento que produzcan indefensión, de acuerdo
con las demás fracciones de este mismo artículo. X.-Cuando el tribunal judicial,
administrativo o del trabajo, continúe el procedimiento después de haberse promovido
una competencia, o cuando el juez, magistrado o miembro de un tribunal del trabajo
impedido o recusado, continúe conociendo del juicio, salvo los casos en que la ley lo
faculta expresamente para proceder; XI.-En los demás casos análogos a los de las
fracciones que preceden, a juicio de la Suprema Corte de Justicia o de los Tribunales
Colegiados de Circuito según corresponda."
Similares consideraciones expresa la ley de amparo, respecto de la materia penal, en
su artículo 160.
"El juicio de amparo directo es aquel que se instaura ante la Suprema Corte de
Justicia o los Tribunales Colegiados de Circuito en única instancia, es aquel respecto
del cual dichos órganos judiciales federales conocen en jurisdicción originaria, esto es,
sin que antes de su injerencia haya habido ninguna otra instancia, a diferencia de lo que
sucede tratándose de amparo indirecto, del que conocen en segunda instancia o en
jurisdicción apelada o derivada, mediante la interposición del recurso de revisión
contra las sentencias constitucionales pronunciadas por los Jueces de Distrito."170
Por otra parte, y a efecto de establecer el procedimiento del juicio de amparo
directo, nos referiremos exclusivamente a la materia civil, al igual que lo hicimos
cuando analizamos el recurso de casación en el ordenamiento jurídico español, a fin de
estar en posibilidad realizar breves aspectos comparativo, en la misma materia, sin
estar en posibilidad de abarcar todas las materias existentes, puesto que ésto, excedería
por mucho el objetivo del presente trabajo.
En efecto, el juicio de amparo directo procede en contra de sentencias civiles,
penales, laborales o administrativas, que tengan el carácter de definitivas. El artículo
170
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de... pág. 681.
192
46 de la Ley de Amparo establece que serán sentencias definitivas "las que decidan el
juicio en lo principal, y respecto de las cuales las leyes no concedan ningún recurso
ordinario por virtud del cual puedan ser modificadas o revocadas. También se
consideran como sentencias definitivas las dictadas en primera instancia en asuntos
judiciales del orden civil, cuando los interesados hubieren renunciado expresamente a
la interposición de los recursos ordinarios que procedan, si las leyes comunes permiten
la renuncia de referencia...se entenderá por resoluciones que ponen fin al juicio,
aquellas que sin decidir el juicio en lo principal, lo dan por concluido, y respecto de las
cuales las leyes comunes no conceden ningún recurso ordinario por virtud del cual
puedan ser modificadas o revocadas."
Así pues, el amparo directo, procederá tanto en contra de las sentencias definitivas,
como por infracciones cometidas en el transcurso del procedimiento del cual emanó la
sentencia que se combate, siempre y cuando dichos actos hayan trascendido afectando
el resultado del fallo. En estos casos, el agraviado en sus derechos fundamentales
deberá denunciar la violación mediante el recurso ordinario procedente y dentro del
plazo otorgado por la ley; invocando la violación en la segunda instancia, si es que esta
fue cometida en la primera instancia.
Ante lo cual, las violaciones cometidas en los procedimientos jurisdiccionales, que
no se comprendan en los casos antes citados, serán competencia de los jueces de
Distrito al conocer del juicio de amparo indirecto.
Así lo establece la Constitución General de la República en las fracciones III,
incisos b) y c) y VI, ambas de su artículo 107, al establecer la procedencia del amparo
indirecto contra actos en juicio cuya ejecución sea de imposible reparación, fuera de
juicio o después de concluido, o que afecten a personas extrañas al juicio.
Unicamente, serán competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los
juicios de amparo directos que por su interés y trascendencia así lo ameriten, lo cual
será decidido por la propia Suprema Corte de Justicia, de oficio o a petición fundada
del correspondiente Tribunal Colegiado de Circuito o del Procurador General de la
República, sin que dicha petición obligue a la Corte al conocimiento del mismo; lo
anterior con apoyo en la fracción V, párrafo segundo, del artículo 107 constitucional.
Ello corresponde en virtud de la facultad de atracción con que cuenta la Suprema
Corte.
5.5.Procedimiento.
193
5.5.1.Demanda.
El juicio de amparo directo, se iniciará con la presentación de la demanda, la cual
debe ser siempre escrita, y contendrá de conformidad con el artículo 166 de la Ley de
Amparo: "I.- El nombre y domicilio del quejoso y de quien promueva en su nombre;
II.- El nombre y domicilio del tercero perjudicado; III.- La autoridad o autoridades
responsables; IV.- La sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto fin al
juicio, constitutivo del acto o de los actos reclamados; y si se reclamaren violaciones a
las leyes del procedimiento, se precisará cuál es la parte de éste en la que se cometió la
violación y el motivo por el cual se dejó sin defensa al agraviado. Cuando se impugne
la sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto fin al juicio por estimarse
inconstitucional la Ley, el tratado o el reglamento aplicado, ello será materia
únicamente del capítulo de conceptos de violación de la demanda, sin señalar como
acto reclamado la Ley, el tratado o el reglamento, y la calificación de éste por el
tribunal de amparo se hará en la parte considerativa de la sentencia; V.- La fecha en
que se haya notificado la sentencia definitiva, laudo o resolución que hubiere puesto
fin al juicio, o la fecha en que haya tenido conocimiento el quejoso de la resolución
recurrida: VI.- Los preceptos constitucionales cuya violación se reclame y el concepto
o conceptos de la misma violación; VII.- La ley que en concepto del quejoso se haya
aplicado inexactamente o la que dejó de aplicarse, cuando las violaciones reclamadas
se hagan consistir en inexacta aplicación de las leyes de fondo. Lo mismo se observará
cuando la sentencia se funde en los principios generales de derecho. Cuando se trate
de inexacta aplicación de varias leyes de fondo, deberá cumplirse con esta prescripción
en párrafos separados y numerados."
A la demanda de amparo directo, deberán acompañarse tantas copias de la misma
como terceros perjudicados, así como una copia para el expediente en el que se
cometió el acto reclamado, y una para el Ministerio Público Federal.
Dicha demanda de amparo, será presentada ante la propia autoridad responsable, la
que una vez recibida ésta, deberá hacer constar al pie de la misma la fecha en que fue
notificado al quejoso la resolución reclamada y la fecha en que fue presentado dicho
escrito de demanda de amparo
5.5.2.Emplazamiento y contestación de la demanda.
Una vez interpuesta la demanda, la autoridad responsable, dentro del término de tres
días, remitirá los autos originales al Tribunal Colegiado de Circuito que corresponda,
194
así como la copia respectiva al Ministerio Público Federal; emplazando a los terceros
perjudicados a efecto de que antes del término de diez días se presenten ante el
Tribunal Colegiado respectivo a defender sus derechos presentando las alegaciones
que estimen pertinentes.
Al tiempo en que la responsable remita las constancias indicadas a la autoridad de
amparo, remitirá su respectivo informe con justificación.
"El informe justificado de la autoridad responsable, en el amparo directo, al igual
que en el amparo indirecto, es la contestación de la demanda de amparo, por tanto en el
informe justificado, la autoridad responsable controvertirá los hechos con cuya
exposición no esté de acuerdo, también argumentar en contra de los conceptos de
violación que se hayan hecho valer por el quejoso en la demanda de amparo. De la
misma manera, contradecira los argumentos de presunta aplicación inexacta de la ley,
o de falta de aplicación de alguna ley, o los argumentos relativos a los principios
generales del derecho. En el informe justificado la autoridad responsable hará valer las
causas de improcedencia o de sobreseimiento que, en su concepto procedan."171
5.5.3.Admisión.
Corresponderá al Tribunal Colegiado de Circuito, la admisión o desechamiento de
la demanda. En caso de que no se encuentren satisfechos los requisitos que debe
cumplir la demanda de amparo, el Tribunal Colegiado, requerirá al quejoso por un
término de cinco días a efecto de que subsane los mismos; en caso de que dicho
quejoso no cumpliere con la prevención realizada en el término indicado, el Tribunal
Colegiado tendrá por no interpuesta dicha demanda de amparo.
5.5.4.Sentencia.
Una vez admitida la demanda, el Presidente del Tribunal Colegiado de Circuito
competente, turnará el expediente al Magistrado que corresponda, dentro del término
de cinco días, a efecto de que éste formule su proyecto de sentencia. El auto por el
cual sea turnado el expediente tendrá efectos de citación para sentencia, la que se
pronunciará sin discusión pública dentro de los quince días siguientes, la cual al igual
171
Arellano García, Carlos.
Porrua. pág. 439.
Práctica Forense del juicio de amparo.
ed.
195
que en el amparo indirecto podrá ser en diversos sentidos, ya sea concediendo el
amparo, negándolo o sobreseyendo.
La resolución será tal, que cuando conceda el amparo, anulará la resolución
impugnada, dejando libre la jurisdicción a la responsable a efecto de que nuevamente
resuelva, subsanando la violación en que incurrió.
5.5.5.Suspensión.
En los juicios de amparo directo o uni-instancial, procederá de igual forma la
suspensión. "Hemos afirmado insistentemente que el amparo directo o uni-instancial
procede contra sentencias definitivas civiles, penales, administrativas o contra laudos
laborales definitivos...ante los Tribunales Colegiados de Circuito...Ahora bien, tales
resoluciones, en cuanto a su dictado, son obviamente actos consumados, por lo que la
suspensión opera contra su ejecución, deteniendo los actos de autoridad tendientes a
hacerlas cumplir frente al sujeto procesal a quien le hayan impuesto determinadas
prestaciones en beneficio de su contra-parte o sanciones de carácter penal. Por tanto,
al reclamarse en amparo directo una sentencia definitiva o un laudo laboral definitivo y
pedirse la suspensión contra ellos, esta medida debe entenderse concesible contra su
ejecución, cuando dichas resoluciones no sean exclusivamente declarativas,
habiéndolo estimado así la jurisprudencia de tal suerte que nunca deben reputarse
como actos consumados, pues de este carácter solamente participa su mera
pronunciación, como ya se dijo."172
La competencia para conocer de la suspensión será entendida en favor de la
autoridad responsable, de conformidad con el artículo 170 de la Ley de Amparo, el
cual establece que "En los juicios de amparo de la competencia de los Tribunales
Colegiados de Circuito, la autoridad responsable decidirá sobre la suspensión de la
ejecución del acto reclamado con arreglo al artículo 107 de la Constitución,
sujetándose a las disposiciones de esta Ley."
En los amparos directos del orden civil, la suspensión sólo podrá decretarse a
petición de parte, surtiendo efectos previa garantía a otorgar por el quejoso, por los
daños y perjuicios que pudiera ocasionar a terceros en caso de no obtener sentencia
favorable.
172
ob.cit. Burgoa, Ignacio.
El Juicio de... pág. 807.
196
Una vez solicitada la suspensión (en materia civil), esta se decretará de plano dentro
del término de tres días. Así pues, la suspensión en el amparo directo (a diferencia del
indirecto), será dictada en un solo auto, sin existir posibilidad de diferenciar entre
suspensión provisional y definitiva, ni solicitud de informes previos, la suspensión es
única.
5.6.Recursos.
5.6.1.Recurso de revisión.
Contra las sentencias dictadas por los Tribunales Colegiados de Circuito, procederá
el recurso de revisión, de conformidad con la fracción V del artículo 83 de la Ley de
Amparo; ello cuando las mismas decidan sobre la constitucionalidad de las leyes
federales o locales, tratados internacionales, reglamentos expedidos por el Presidente
de la República y reglamentos de leyes locales expedidos por los gobernadores de los
estados, o cuando establezcan la interpretación directa de un precepto constitucional.
Agregando dicha fracción que la materia del recurso se limitará, exclusivamente, a la
decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras.
Dicho recurso de revisión será competencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación. No obstante, deberá ser interpuesto ante el propio Tribunal Colegiado de
Circuito, en el plazo de diez días, contados a partir del en que surta sus efectos legales
la notificación de la resolución que se combate.
5.6.2.Recurso de Queja.
Además, del recurso de revisión en el amparo directo, procede el recurso de queja,
en contra las autoridades responsables en caso de que no provean respecto de la
suspensión dentro del término legal, o cuando concedan o nieguen esta, o respecto de
las fianzas y contrafianzas relacionadas con dicha suspensión; y, contra las autoridades
responsables por exceso o defecto en el cumplimiento de la sentencia. Respecto del
primer supuesto, el recurso de queja deberá interponerse ante la autoridad responsable
el plazo de cinco días contados a partir del en que surta efectos la notificación; por lo
que hace al segundo de los casos indicados en el presente párrafo, el recurso de queja,
se interpondrá ante dicha responsable, en el plazo de un año, a partir de que surta
efectos la notificación de la resolución que se combate. En ambos casos, interpuesto el
197
recurso de queja, la responsable lo remitirá de inmediato al Tribunal Colegiado de
Circuito que corresponda a efecto de que resuelva lo correspondiente.
5.6.3.Recurso de reclamación
Finalmente, existe el recurso de reclamación, el cual se interpone en contra de los
acuerdos de trámite dictados por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, los presidentes de las Salas de dicho Alto Tribunal o los presidentes de los
Tribunales Colegiados de Circuito.
5.7.Evolución.
Así pues, el juicio de amparo directo, protege la Constitución, la cual se vulnera
cuando las resoluciones judiciales no aplican la ley correctamente; desde
constituciones anteriores (1857) se había previsto a nivel constitucional la
obligatoriedad de la exacta aplicación de la ley. "Pronto se esgrimió por los litigantes,
y se hizo triunfar ante la Corte, la tesis de que la garantía de que se habla, resultaba
infringida cuando la ley no se aplicaba exactamente; desde entonces el juez
constitucional tuvo que examinar en el amparo si el juez común había aplicado o no
exactamente la ley ordinaria, lo que equivalía a conocer de la legalidad de la actuación
judicial, de las violaciones a las leyes ordinarias, tal como se había propuesto Rejón y
Otero."173
En resumen, "el juicio de amparo protege pues, tanto la Constitución como la
legislación ordinaria en general...Ahora bien, al través de éste último aspecto, podría
suponerse que el amparo se ha desnaturalizado, es decir, que ha desvirtuado su esencia
teleológica, consistente en tutelar únicamente el orden constitucional. No falta quien
afirme que el juicio de amparo, sobre todo el directo o uni-instancial del que conocen
los Tribunales Colegiados de Circuito o la Suprema Corte de Justicia en sus
respectivos ámbitos competenciales, se ha convertido en un mero recurso de legalidad,
que ya no tiende a preservar la Constitución sino las leyes secundarias sustantivas o
adjetivas contra las sentencias definitivas civiles, penales y administrativas o contra los
laudos arbitrales por indebida o inexacta aplicación legal. Esta apreciación es
puntualmente correcta; pero no debe llevarnos al extremo de considerar al amparo
173
ob. cit. Tena Ramírez, Felipe. Derecho Constitucional... pág. 525.
198
como una institución jurídica degenerada. Lejos de ello, creemos que, al haber
asumido la modalidad de recurso extraordinario de legalidad, conservando, por otra
parte, su carácter de medio de control constitucional, no sólo no ha descendido del
rango en que lo coloca nuestra Ley Suprema, sino que se ha complementado y, por lo
tanto, perfeccionado. En efecto, la sindéresis exige la reducción a la unidad
institucional de la variedad o pluralidad de medios jurídicos que propendan al logro de
una defensa común frente a los actos del poder público, cualquiera que sea la
naturaleza de éstos. Dicha resolución ha operado en nuestro juicio de amparo, cuya
virtud primordial, que lo sitúa en una posición de indisputable superioridad frente a
instituciones extranjeras similares, estriba en haber conseguido refundir en un solo
procedimiento y al través de una misma finalidad genérica, todos los medios
específicos distintos de que puede disponer el gobernado para defenderse de cualquier
acto de autoridad. No hay razón valedera, en efecto, para que, en atención a la índole
diversa de un acto de autoridad, la protección del particular frente a él adopte
procedimientos y configuren medios jurídicos de tutela diferentes...Si la Constitución
puede violarse por leyes ordinarias, por actos de autoridad administrativa o por
sentencias judiciales, y si el amparo tiene como objetivo esencial la preservación del
orden constitucional, sobre todo mediante la tutela de las garantías del gobernado, es
rigurosamente lógico que proceda contra cualesquiera de los referidos actos de
autoridad (lato sensu) y que se substancie en un procedimiento unitario independiente
de la naturaleza de éstos. Es por ello que nuestro juicio de amparo es una institución
total que, merced a su ya centenaria evolución, ha superado las desventajas que
representa un sistema parcializado de protección constitucional."174
5.8.Función jurisprudencial.
Finalmente, considero oportuno indicar que una de las principales finalidades de la
institución de la casación, es la de establecer jurisprudencia, a efecto de que los
órganos jurisdiccionales inferiores, se ajusten a ella, realizando una interpretación
coherente y acorde de la legislación. Así pues, dicha finalidad se encuentra cubierta
por el amparo-casación de igual forma, en virtud de que, si bien es cierto que cada
Estado tiene su propia legislación, por lo que las interpretaciones de éstas pudieran ser
diferentes, dada la posible existencia de preceptos diferentes; también lo es que las
legislaciones de los diversos estados mexicanos, tienden a unificarse, y no obstante
174
ob.cit. Burgoa, Ignacio. El Juicio de... págs. 150 y 151.
199
existen diferencias marcadas, la jurisprudencia de los Tribunales Colegiados de
Circuito, les es obligatoria, de conformidad con el artículo 193 de la Ley de Amparo, a
los Tribunales Unitarios de Circuito, a los Juzgados de Distrito, a los tribunales
militares y judiciales del fuero común de los Estados y del Distrito Federal, y a los
tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales; existiendo en las diferentes
entidades federativas Tribunales Colegiados de Circuito, que serán competentes
respectivamente para conocer de los juicios de amparo directo o uni-instanciales que
ante ellos se promuevan. Siendo además, la jurisprudencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, obligatoria para todos los tribunales jurisdiccionales del país.
"La doble verificación, de constitucionalidad y de legalidad, que mediante el
amparo se realiza, no solo no debe desaparecer -mejor dicho: la segunda de ellas-, sino
que ha de asentuarse y perfilarse, porque con independencia de las ideas que en su día
tuvieron los forjadores de la institución, la evolución de la vida jurídica mexicana ha
hecho del amparo casación un instrumento de uso constante."175
6.BREVES REFLEXIONES.
Del desarrollo y análisis de las anteriores instituciones jurídicas, podemos
desprender que tanto el recurso de casación español, como el juicio de amparo
mexicano (específicamente el amparo directo o uni-instancias), tienen como finalidad
común, el análisis de la legalidad de la actuación de los órganos jurisdiccionales, así
como la unificación interpretativa de la legislación, examinando el apego de las
resoluciones judiciales a la legislación y a las fuentes del derecho, protegiendo con
ello, gran parte del derecho positivo vigente.
No obstante lo anterior, dicha función es desarrollada mediante vías jurídicas
diversas, dado que el recurso de casación en España, es competencia de la jurisdicción
ordinaria, siendo competencia del más alto tribunal jurisdiccional español, el Tribunal
Supremo, quien entrará a conocer de igual forma respecto de la constitucionalidad de
la resolución impugnada; mientras que en México, dicho procedimiento es realizado en
vía constitucional (protegiendo indirectamente la legalidad) por la institución de
amparo, encomendando dicha competencia a los Tribunales Colegiados de Circuito del
país.
175
Alcalá-Zamora y Castillo, Niceto. citó Juventino V. Castro. ob.cit.
Hacia el... pág. 105.
200
De igual forma, y en base a lo anteriormente indicado, en el recurso de casación
español, el Tribunal Supremo como órgano jerárquicamente superior y con actuación
en el ámbito de la jurisdicción ordinaria, podrá (en caso de anular la resolución)
resolver lo que corresponda dentro de los términos en que aparezca planteado el
debate, sustituyendose de esta forma al momento de resolver en las funciones del
inferior; sin que dicha circunstancia pueda ser posible en el amparo directo, en virtud
de que el tribunal de amparo no forma parte de la jurisdicción ordinaria, por lo que al
resolver en amparo y por ende a nivel constitucional, no podrá sustituirse en las
funciones del órgano al que revisa, el cual no es su inferior jerárquico, dado que
pertenece a diversa jurisdicción. El Poder Judicial Federal, al actuar en el ámbito del
amparo, forma parte del orden constitucional o total, no del orden federal, por lo cual
goza de superioridad respecto de los órdenes restantes (federales y locales), sin que
esto indique que se encuentra inmerso en las estructuras orgánicas de los Poderes
Públicos, por lo cual no debe asumir las competencias encomendadas por la propia
Constitución a los mismos. El Tribunal Colegiado de Circuito, dejará en todo
momento, libre la jurisdicción de la responsable, la cual deberá apegarse al fallo
dictado y sin volver a cometer las violaciones examinadas en vía de amparo, resolverá
lo que conforme a derecho corresponda (como habíamos indicado) con libertad de
jurisdicción.
Aún y cuando considero correcto, que la función de exámen de legalidad de los
órganos jurisdiccionales, además de ser realizados por los respectivos superiores
jerárquicos en vía de apelación, sea realizada en forma general por las autoridades
judiciales de amparo; en la legislación mexicana se deberían imponer mayores
limitantes a efecto de estar en posibilidad de acudir a dicho recurso, en relación a la
cuantía y la importancia del asunto, sin que con ello, se llegue al extremo de privar de
la justicia constitucional a la sociedad. Considero un ejemplo claro, los lineamientos
impuestos en el ordenamiento jurídico español a efecto de acceder al recurso de
casación.
En el ordenamiento jurídico mexicano, y sólo en determinadas circunstancias (como
la sentencia que afecte a un tercero), la finalidad casacionista no será competencia de
los Tribunales Colegiados de Circuito en vía de amparo directo, sino que dicha función
será realizada mediante el amparo bi-instancial o indirecto, siendo competencia de los
Juzgados de Distrito. Así también, y aunque responde a motivos diferentes, en
determinados casos, el recurso de casación no será competencia del Tribunal Supremo,
en vrtiud que deberá ser conocido por los Tribunales Superiores de Justicia de las
201
respectivas Comunidades Autonómicas, y simpre que la litis verse respecto de leyes
internas de cada Comunidad, sin que estén en posibilidad de analizar cuestiones de
constitucionalidad.
Aún y cuando, en ambos casos, la casación y el amparo directo fungen
técnicamente como un recurso, el amparo mexicano, incluso el directo, no es un
recurso, es un juicio propiamente dicho, dado el ámbito en el cual se desenvuelve.
En las instituciones analizadas, se incita al tribunal competente a través de la
autoridad jurisdiccional que emitió la resolución que se combate, con la obligación
para ésta de realizar el emplazamiento respectivo a las partes interesadas, procediendo
a realizar un exámen previo respecto de la procedencia del recurso interpuesto,
determinando su envió a la autoridad judicialmente competente de resolver.
Así pues, ante un auto denegatorio por parte de la autoridad ante la cual se interpone
el recurso, el agraviado podrá concurrir en queja ante el tribunal competente de
resolver en casación o en amparo directo.
En el recurso de casación español, la función del abogado y procurador, es
fundamental para estar en posibilidad de acceder a la casación, en virtud de que en
caso de que el recurrente se encuentre en beneficio de la justicia gratuita, le será
designado abogado de oficio, quien realizará un examen previo respecto de la
procedencia de la casación y los motivos existentes para acudir en ella. Exámen que
en caso de ser negativo impedira el acceso al recurso mencionado, tras el respectivo
traslado al Ministerio Fiscal. En el ordenamiento jurídico mexicano, no se encuentra
previsto tal requisito, por lo que se está en posibilidad de acudir en amparo aún sin la
intervención de abogado (lo cual, como habíamos indicado anteriormente no es
común).
Tanto el recurso de casación español, como el amparo directo o uni-instancial,
podrá ser procedente sin agotar los recursos jurisdiccionales previos, existiendo la
figura de per-saltum; más en el ordenamiento jurídico mexicano, esta posibilidad
deberá encontrarse prevista en la ley respectiva de la cual emana el procedimiento en el
cual se generó la resolución que se combate; siendo en la mayoría de los casos, la
obligación de agotar los recursos previos, como el de apelación. No obstante lo
anterior, en ambas instituciones jurídicas, será preciso que sea solicitada la subsanación
de la violación (ya sea en primera o segunda instancia, según proceda) cometida por el
órgano jurisdiccional.
202
El recurso de casación español (por regla general), no admite el análisis de hechos,
dado que se enfoca únicamente a cuestiones estríctamente jurídicas. Por el contrario,
en el amparo directo, los tribunales mexicanos, que no tienen la formación
casacionista, tienen la tendencia a estudiar también la situación de hecho, con el
pretexto de revisar la valoración de las pruebas hechas por la responsable. Por otra
parte, con criterios más modernos de los que existían cuando se creó la institución de la
casación, los tribunales mexicanos, consideran expresa o implícitamente, que no se
puede apreciar satisfactoriamente si un precepto fue o no correctamente aplicado si no
se aprecian o determinan los hechos o circunstancias en que resulta aplicable y en las
que no.
Otro aspecto interesante a resaltar, es que tal y como se observa, la casación es la
contrapartida a la impugnación de una ley por ser contraria a la Constitución.
Efectivamente, mientras que en la casación se anula (se casa) una sentencia en virtud
de que en ésta no se aplicó exactamente la ley; en la impugnación de la ley, no se juzga
la aplicación de ésta, sin precisamente a ésta por ser aparentemente inconstitucional.176
Tanto el amparo directo, como el recurso de casación, son instituciones previstas
para mantener la garantía de legalidad (correcta aplicación de la ley) por parte de las
autoridades jurisdiccionales; sin que dicha fiscalización pueda hacerse extensiva sobre
los restantes órganos del Poder Público (Ejecutivo y Legislativo) mediante esta vía de
protección.
El recurso de casación español, y el juicio de amparo directo
mexicano, son procesos concentrados de anulación, dada su finalidad de casar (anular)
la resolución que se encuentre desapegada de la ley.
Una de las finalidades primordiales de las instituciones analizadas en el presente
capítulo, es la de interpretar la ley, realizando declaraciones respecto de la misma,
obligatorias para los órganos jurisdiccionales, función que se realiza a través de la
creación de la jurisprudencia.
Es de observarse que en el recurso de casación español, se legitima al Ministerio
Fiscal para interponer el mismo, incluso sin término para ello, cuando lo haga en
interés de la ley, a efectos de incitar al Tribunal a la creación de jurisprudencia. Sin
que dicha circunstancia ocurra en el juicio de amparo directo, en el cual el Ministerio
Público Federal, no tiene dichas facultades.
176
cfr. Juventino V. Castro.
ob.cit. Hacia el... pág. 87.
203
En la legislación española, la sentencia recurrida en casación podrá ser ejecutada a
petición de parte y previa fianza otorgada para ello (en los casos en que así proceda),
mientras que en el amparo directo mexicano, se habla de la solicitud de la suspensión
de la ejecución de la resolución recurrida por lo que mientras que en el ordenamiento
jurídico español nos encontramos ante la necesidad de solicitar la ejecución de la
sentencia, en el sistema jurídico mexicano, lo que se debe solicitar no es la ejecución,
sino la suspensión de la misma.
La casación y el amparo directo son rigoristas y formalisatas; ambos se basan en
motivos tasados específicamente en la ley.
204
CAPITULO V.
EL SOMETIMIENTO DEL DERECHO POSITIVO
AL ORDEN CONSTITUCIONAL.
SUMARIO.1.Supremacía constitucional.1.1.Definición de Constitución. 1.2.Medios de defensa
constitucionales l.1.3.Pirámide Kelseniana. 1.4. Sistema de reformas. 1.5.Sistemas de control difuso
y concentrado. 1.6.Antecedentes del control constitucional.2.La cuestión de inconstitucionalidad. 2.1.
Antecedentes. 2.2.Función de la cuestión de inconstitucionalidad. 2.3.Etapas. 2.4.Procedencia. 2.5.
Legitimación. 2.5.1. Solicitud de las partes. 2.5.2.Afectación de la resolución judicial. 2.6. Límites de
la jurisdicción del Tribunal Constitucional. 2.7.Competencia. 2.8.Procedimiento. 2.8.1.Condiciones
previas al planteamiento. 2.8.2.Requisitos de interposición. 2.8.3.Suspensión del proceso. 2.8.4.
Causas de inadmisión.2.8.5.Emplazamiento y desarrollo procedimental. 2.8.6.Acumulación. 2.8.7.
Término del proceso constitucional. 2.8.8.Sentencia.2.8.10.Efectos de la sentencia. 2.9. Definición.
2.10. Tratados Internacionales. 3.Recurso de Inconstitucionalidad. 3.1.Competencia y procedencia.
3.2.Legitimación. 3.3. Efectos de la sentencia. 4.Sistema de control en España. 5.Amparo contra
leyes. 5.1.Supremacía constitucional en México.5.1.1.Artículo 133 constitucional. 5.1.2. Tratados
Internacionales. 5.1.3.Jurisdicción constitucional. 5.1.4.Restricción del control difuso. 5.2.Medios de
defensa constitucional en México. 5.2.1.Antecedentes. 5.2.2.Vías de la declaración de
inconstitucionalidad de las leyes. 5.2.2.1.Vía de acción. 5.2.2.2.Vía de excepción. 5.3.Juicio de
Amparo. 5.4.Procedencia. 5.5.Naturaleza y objeto.5.6.Vía idónea. El juicio de amparo indirecto.
5.6.1. Autoridades responsables. 5.7.Carácter de la ley. 5.7.1.Leyes autoaplicativas. 5.7.2. Leyes
heteroaplicativas. 5.7.3. Momento de interposición.5.8.Excepción del principio de definitividad. 5.9.
Suspensión.5.10.Sentencia. 5.10.1.Efectos de la sentencia. 5.10.2.Suplencia de la queja deficiente.
5.11. Recursos. 5.12.Amparo directo. 6.Acciones de Inconstitucionalidad. 6.1.Antecedentes. 6.2.
Legitimación y procedencia.6.3.Efectos de la sentencia.7.Sistema de control en México. 8.Ordenes
competenciales en México. 9.Breves Reflexiones.
1. SUPREMACIA CONSTITUCIONAL.
"Quodcunque ergo imperator per epistolam constitut, vel cognosens decrevit, vel
edicto praecepit, legem esse constat; haec sunt, quae constitutiones appelantur". De
esta manera, lo que el emperador establece por prescriptos, o lo que decide con
205
conocimiento de causa, o lo que ordena por medio del edicto, es la ley. Es lo que
llamamos una constitución.177
Toda nación o grupo de hombres, necesita diversos sistemas para su desarrollo y
convivencia, más el sistema imperante y de mayor necesidad es el sistema de derecho,
el que organiza y dirige a la comunidad; así pues, la Constitución en ambas partes
(orgánica y dogmática), realiza precisamente dicha función, organiza al Estado
dotándolo de un sistema de derecho y por ende de convivencia y desarrollo armónico;
no obstante, no basta con su sola existencia, es necesaria su observancia y la
determinación de su superioridad.
Continuando la línea del presente trabajo, consistente en breves reflexiones del
juicio de amparo mexicano y los procedimientos relativos en el ordenamiento jurídico
español, indicamos que uno de los derechos a proteger por ambos sistemas estatales es
el de una legislación acorde a la Constitución, realizándose dicha protección por vías
distintas pero con una finalidad común, la supremacía constitucional respecto del resto
del ordenamiento jurídico. Efectivamente, en el Estado Mexicano, gran parte de dicho
control jurisdiccional se ejerce a través del juicio de amparo, por el cual se puede
impugnar la inconstitucional de una ley, reglamento, tratado internacional, etc. De
igual forma sucede en el orden de derecho español, más este es ejercido en gran
medida por la cuestión de inconstitucionalidad.
Como hemos indicado, ninguna norma puede estar por encima de la Constitución,
por lo cual, la misma establece diversos mecanismos para lograr el control, la
observancia de ésta y la regulación de la legislación restante. Más en virtud de que
dichos medios de control deben su existencia al principio de la supremacía
constitucional, y los mismos se encuentran contenidos respectivamente en la propia
Constitución, oportuno es, antes de entrar al análisis de los mismos, realizar algunos
comentarios del rango que ostenta el código que los contienen, del sistema que lo hace
posible y del orden jurídico en que se desenvuelven.
1.1.Definción de Constitución.
"La Constitución es el ordenamiento fundamental y supremo del Estado que
establece su forma y la de su gobierno; crea y estructura sus órganos primarios;
177
Justiniano (Las Institutas). citó
constitución? ed. Fontamara. pág. 7.
Eduardo
Pallares.
¿Que
es
una
206
proclama los principios políticos y socioeconómicos sobre los que se basa la
organización y teleología estatales; y, regula sustantivamente y controla adjetivamente
el poder público de Estado en beneficio de los gobernados."178
La constitución en sentido material esta constituida por los preceptos que regulan la
creación de normas jurídicas generales y, especialmente la creación de leyes y en
sentido formal es el documento solemne que lleva ese nombre.179 Pero ciertamente, la
Constitución abarca más aún que la creación de la legislación secundaria; la
Constitución crea y regula los poderes del Estado, estableciendo su supremacía ante
todo ordenamiento jurídico,
soberanía absoluta que el pueblo le ha depositado a través del Constituyente, que
representa la voz del pueblo, depositándola de forma íntegra en el Código Político en
mención y dotándola de autonomía y superioridad absoluta y exclusiva.
1.2.Medios de defensa constitucional.
Dado el principio de supremacía constitucional, el máximo ordenamiento jurídico
establece mecanismos diversos para lograr el respeto al mismo, mecanismos conocidos
por la doctrina jurídica como medios de defensa constitucional, dentro de los cuales se
encuadran los controles constitucionales motivos del presente capítulo.
No obstante, los medios de defensa constitucional, no son los únicos que operan en
la observancia constitucional. Podemos establecer tres formas diversas de respeto a la
Constitución: los factores sociales y culturales traducidos por el respeto voluntario del
orden establecido; los factores políticos creados por la propia Constitución referentes a
la estructura y organización de poderes, principalmente la división de poderes; y,
mediante sistemas jurídicos que establecen los instrumentos necesarios para restablecer
el orden constitucional violado.
Efectivamente, el respeto a la Constitución debe ser espontáneo y natural, más
considero que no basta con la buena fe, es necesaria su obligatoriedad y la regulación
de su cumplimiento. Por lo que respecta al factor político, ciertamente la teoría de
división de poderes coadyuva al cumplimiento del orden constitucional, dada la
178
Burgoa Orihuela,
Porrua. pág. 328.
179
Ignacio.
Derecho
Kelsen. citó Felipe Tena Ramírez.
ed. Porrua. págs. 22 y 24.
Constitucional
Mexicano.
ed.
Derecho Constitucional Mexicano.
207
vigilancia que ejercen los poderes entre sí, evitando invasiones en sus respectivas
esferas; no obstante, su sola aplicación, no prevé la protección de las garantías
individuales, o el procedimiento respectivo a efecto de dirimir las controversias
suscitadas entre los poderes. Finalmente, el factor que permite realmente la defensa
constitucional, el jurídico, el cual establece con precisión, las acciones procesales y
jurídicas a emplearse cuando se presenten dichas violaciones constitucionales.180
Así pues, la constitución debe hacerse respetar no por una sola de las formas
indicadas con antelación, sin por las tres en su conjunto, desarrollándose cada una en
su ámbito respectivo, más la observancia constitucional se encuentra mejor
resguardada en los medios de defensa constitucional.
1.3.Pirámide Kelseniana.
Por su parte, la "Ley de leyes" prevé su observancia y vigencia por encima de
cualquier ordenamiento jurídico establecido o que se pretenda establecer, sanciona de
manera directa "la Supremacía Constitucional". "Supremacía constitucional significa
que una norma contraria -ya sea material o fundamentalmente- a esa norma superior no
tiene posibilidad de existencia dentro de ese orden jurídico".181
"El análisis del derecho, que revela el carácter dinámico de este sistema normativo,
así como la función de la norma fundamental, revela otra peculiaridad del mismo
derecho: éste regula su propia creación en cuanto a una norma jurídica determina la
forma en que otra es creada, así como, en cierta medida, el contenido de la misma.
Cuando una norma jurídica es válida por haber sido creada en la forma establecida por
otra, la última constituye la razón de validez de la primera. La relación entre la que
regula la creación de otra y esta misma norma, puede presentarse como un vínculo de
supra y subordinación, siendo estas figuras de lenguaje de índole especial. La norma
que determina la creación de otra, es superior a ésta; la creada de acuerdo con tal
regulación, inferior a la primera. El orden jurídico, especialmente aquel cuya
personificación constituye el Estado, no es, por tanto, un sistema de normas
coordinadas entre sí, que se hallasen, por así decirlo, una a lado de la otra, en un mismo
nivel, sino que se trata de una verdadera jerarquía de diferentes niveles. La unidad de
180
181
cfr. Castro, Juventino.
Garantías y Amparo.
Carpizo, Jorge.
Estudios
Autónoma de México. pág. 13.
ed. Porrua. pág. 281.
Constitucionales.
Universidad
Nacional
208
esas normas hallase constituida por el hecho de que la creación de la de grado más bajo
se encuentra determinada por otra de grado superior, cuya creación es determinada, a
su vez, por otra todavía más alta. Lo que constituye la unidad del sistema es
precisamente la circunstancia de que tal regresus termina en la norma de grado más
alto, o básica, que representa la suprema razón de validez de todo el orden jurídico."182
Ciertamente, la pirámide Kelseniana describe una jerarquía de normas jurídicas, así
pues en el sistema jurídico encontramos a la Constitución en el más alto nivel y
supremacía normativa, de la cual emanan las leyes secundarias.
1.4.Sistema de reformas.
Por ello, y en virtud de que la Constitución ocupa un primer plano de superioridad
(vocablos super y primacía, así como soberanía que indican que se encuentra sobre
todo, en primer lugar) en el sistema de derecho nacional, dicha Constitución establece
su propio sistema de reforma, lo que la convierte en una Constitución "rígida";
estableciendo también, la forma de creación, modificación y derogación de la
legislación restante.
Sin embargo, "no basta con reconocer la supremacía de las
Constituciones, estableciendo complicados procedimientos para su reforma, diferentes
a los previstos para las leyes ordinarias; es además necesario, imprescindible, crear
otros mecanismos que garanticen el exacto cumplimiento de las Cartas Fundamentales
para todos los Poderes Públicos y los ciudadanos en general."183
1.5.Sistemas de control difuso y concentrado.
Ahora bien, el control constitucional de la legislación, mediante procedimientos
jurisdiccionales, es llevado a cabo mediante un determinado sistema de control; de
entre los cuales podemos destacar primordialmente el sistema de control difuso y el
sistema de control concentrado.
El sistema de control constitucional difuso se caracteriza primordialmente, por el
control constitucional de las leyes por parte de los diversos órganos jurisdiccionales,
182
Kelsen, Hans. Teoría General del Derecho y del Estado.
Nacional Autónoma de México. pág. 146.
183
Saavedra Gallo, Pablo.
Almendro. pág. 11.
Universidad
La Duda de Inconstitucionalidad.
ed. El
209
independientemente del grado de éstos; estando en posibilidad de estimar la
inconstitucionalidad de una ley cuando resulte aplicable al proceso, absteniéndose en
esta forma de su aplicación.
En contraposición a dicho sistema difuso podemos encontrar el sistema de control
concentrado, el cual realiza de igual forma la función jurisdiccional de control
constitucional de la legislación secundaria, más para ello, establece un Tribunal
especial, creado <<ad hoc>>, para desempeñar dicha función, impidiendo de esta
forma, a los órganos jurisdiccionales ordinarios, el juicio de constitucionalidad de las
leyes ordinarias.
1.6.Antecedentes del control constitucional.
Ambos sistemas de control constitucional, garantizan la primacía de la Constitución
respecto de la legislación ordinaria.
La regulación jurisdiccional de la legislación, se puede vislumbrar desde sus inicios,
teniendo su antecedente más remoto en la antigua Grecia, en su "graphé paranomon",
institución que consistía en la acusación penal a aquellos que hubiesen diligenciado la
aprobación de ley alguna que contraviniese la Constitución.184
Así también es de importancia indicar como antecedente "la Sentencia dictada por
el Juez John Marshall en el año 1803 (caso Marbury versus Madison) y que supuso la
construcción de la doctrina de la revisión judicial de las leyes (judicial review). En
este sistema, que puede denominarse...jurisdicción difusa, cualquier juez debe inaplicar
en el caso concreto la ley contraria a la Constitución."185
Por su parte, la Constitución Austriaca de 1929, crea un Tribunal "ad hoc"
(Verfassungsgerichtshof), a efecto de controlar jurisdiccionalmente la
constitucionalidad de las leyes; realizando dicha función en forma exclusiva, quedando
vedada la misma a los organos jurisdiccionales ordinarios;186 aunque dicho supuesto no
puede considerarse en forma alguna antecedente del juicio de amparo mexicano contra
leyes, dado que el mismo se encontraba regulado constitucionalmente desde 1847.
184
cfr. Fix Zamudio Héctor. La Defensa Subsidiaria de la Constitución.
Revista de la Facultad de Derecho. Culiacán Sinaloa. pág. 140.
185
Ribas Maura,
Civitas. pág. 21.
186
Andrés.
La
cuestión
ob.cit. Saavedra Gallo, Pablo.
de
inconstitucionalidad.
La Duda de... pág. 14.
ed.
210
2.LA CUESTION DE INCONSTITUCIONALIDAD.
2.1.Antecedentes.
El Verfassungsgerichotshof Austriaco de 1929, es considerado el antecedente
principal de la cuestión de constitucionalidad, instaurando un procedimiento mediante
el cual, los órganos jurisdiccionales superiores, al presentárseles una duda sobre la
constitucionalidad de una norma legal, cuya aplicación tenían que efectuar, podían y
debían trasladar la cuestión al dicho Tribunal Constitucional. Dicho sistema de
jurisdicción concentrada, fue acogido favorablemente por diversos ordenamientos
jurídicos, creando sus respectivos tribunales constitucionales, tal como la "Corte
Costituzionale" en Italia (1948) y el "Bundesverfassungsgericht" alemán (1949).
Por su parte la Constitución española de 1931, creó el "Tribunal de Garantías"; en
dicha Carta Fundamental se recogía una consulta judicial, por la cual se solicitaba a
dicho tribunal constitucional la declaración de inconstitucionalidad de una norma
determinada.
2.2.Función de la cuestión de inconstitucionalidad.
La actual Constitución española en su artículo 163 establece: "Cuando un órgano
judicial considere, en algún proceso, que una norma con rango de ley, aplicable al
caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución, planteará
la cuestión ante el Tribunal Constitucional, planteará la cuestión ante el Tribunal
Constitucional en los supuestos, en la forma y con los efectos que establezca la ley, que
en ningún caso serán suspensivos." Dicho precepto constitucional da entrada en el
ordenamiento jurídico español, a las cuestiones de inconstitucionalidad, reguladas
mediante un procedimiento específico, establecido para tal efecto en la ley orgánica del
Tribunal Constitucional.
Como se desprende del citado artículo, el control constitucional de las normas se
establece en virtud de una duda de constitucionalidad derivada de la futura aplicación
de la norma a un proceso jurisdiccional; no obstante, la finalidad de dicho
procedimiento constitucional no se encuentra primordialmente en otorgar protección al
sujeto afectado por la aplicación de dicha norma, en defensa de determinados intereses
subjetivos; el fin principal de la cuestión de inconstitucionalidad, es la defensa objetiva
de la Constitución, el control de la legislación secundaria, a efecto de que la misma no
211
contravenga dicha Carta Fundamental; independientemente que el proceso
constitucional tenga naturaleza prejudicial, dado que la resolución del mismo
(emanada de un tribunal diverso al que conoce del proceso principal), afectará una
sentencia o juicio emitida por el órgano jurisdiccional que elevó la cuestión ante el
Tribunal Constitucional.
En efecto, "el control de la constitucionalidad de las normas con fuerza de ley es el
último instrumento de fiscalización jurídica de los poderes públicos; con él se trata de
asegurar la supremacía de la Constitución, haciendo prevalecer a ésta sobre las normas
aprobadas por el Poder Legislativo."187
"La cuestión de inconstitucionalidad es, como el recurso del mismo nombre, un
instrumento destinado primordialmente a asegurar que la actuación del Legislador se
mantenga dentro de los límites establecidos por la Constitución, mediante la
declaración de nulidad de las normas legales que violen esos límites. El objetivo
común, la preservación de la constitucionalidad de las leyes, puede ser perseguido a
través de estas dos vías procesales, que presentan peculiaridades específicas, pero cuya
identidad teleológica no puede ser ignorada"188
Así pues, la cuestión de constitucionalidad "actúa en el momento dinámico de la
interpretación del ordenamiento, lo que permite la depuración contínua del mismo
desde el punto de vista de la constitucionalidad..."189
Es importante no olvidar que la cuestión de inconstitucionalidad es un proceso
autónomo, desde el momento en que se plantea la duda el órgano jurisdiccional, hasta
que se ha dictado sentencia por el Tribunal Constitucional, a quien la propia
Constitución le encomienda dicha función por se el máximo interprete constitucional.
2.3.Etapas.
Dicho proceso se desarrolla en dos etapas principales.
187
Pérez Tremps, Pablo.
Blanch. págs. 263 y 264.
188
189
Derecho Constitucional. Vol. II.
ed. Tirant lo
Boletin de Jurisprudencia Constitucional número 3, pág. 168.
Pérez Royo, Javier. citó Ribas Maura, Andrés.
de... pág. 38.
ob.cit. La cuestión
212
La primer etapa del proceso de cuestión de inconstitucionalidad, es llevada a cabo
por el órgano jurisdiccional que se plantea la duda respecto de la constitucionalidad de
una norma con fuerza de ley, aplicable un proceso determinado; por lo que, (dada su
obligación de comprobar la regularidad constitucional de las normas que aplica), al
dudar respecto del apego de la norma al máximo ordenamiento jurídico (ya sea que la
duda surja de oficio o a instancia de parte), llevará a cabo una audiencia con la
presencia de las partes y el Ministerio Fiscal a efecto de que éstos viertan ante el
juzgador sus opiniones respecto de la duda surgida. Una vez escuchadas a las partes,
el órgano "a quo", deberá confirmar o rechazar su juicio inicial sobre la dudosa
constitucionalidad de la norma en cuestión, elevando una petición al máximo tribunal
de constitucionalidad a efecto de que resuelva la cuestión surgida.
La segunda etapa del proceso que nos ocupa será substanciada ante el propio
Tribunal constitucional, el cual ante el cuestionamiento realizado por el órgano
jurisdiccional, dará la oportunidad de manifestarse a los órganos legislativos y de
gobierno que tienen relación directa con la norma cuestionada. Posteriormente, el
Tribunal Constitucional resolverá la cuestión planteada por el órgano jurisdiccional,
quien quedará vinculado a dicha aclaración de duda; sin olvidar que como hemos
indicado anteriormente, dicho proceso constitucional, no tiene como fin primordial
resolver únicamente la duda del juez "a quo" a efecto de proteger los derechos
subjetivos de las partes en el proceso, sino la defensa objetiva de la Constitución.
Dichas etapas, conforman el proceso autónomo de la cuestión de
inconstitucionalidad, "estimamos que el hecho de que un proceso nazca dentro de otro,
o que intervengan órganos jurisdiccionales distintos en algunas de sus fases, no son
motivos para negar autonomía al proceso indirecto por inconstitucionalidad de
leyes".190
2.4.Procedencia.
De conformidad con el artículo 27.2 de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional, serán susceptibles de impugnarse mediante cuestión de
inconstitucionalidad: "a) Los Estatutos de Autonomía y las demás Leyes orgánicas. b)
Las demás leyes, disposiciones normativas y actos del Estado con fuerza de Ley. En el
caso de los Decretos legislativos, la competencia del Tribunal se entiende sin perjuicio
190
ob.cit. Saavedra Gallo, Pablo.
La Duda de... págs. 37 y 38.
213
de lo previsto en el número 6 del artículo 82 de la Constitución. c) Los tratados
internacionales. d) Los Reglamentos de las Cámaras y de las Cortes Generales. e) Las
Leyes, actos y disposiciones normativas con fuerza de Ley de las Comunidades
Autónomas, con la misma salvedad formulada en el apartado b) respecto de los casos
de delegación legislativa. f) Los Reglamentos de las Asambleas legislativas de las
Comunidades Autónomas."; englobándo se esta forma la legislación secundaria, en
virtud de que toda, sin excepción debe encontrarse apegada a la Constitución, so pena
de inaplicabilidad e invalidez. "Cualquier otra norma con rango infralegal, no incluida
por tanto en la relación anterior, será controlada por los jueces y tribunales ordinarios,
a los que corresponderá apreciar y decidir su contradicción, o no, con la Constitución y
el ordenamiento jurídico, inaplicando la norma en caso de existir tal contradicción. La
falta de rango o fuerza de ley impide plantear la cuestión de inconstitucionalidad,
incluso en el hipotético caso de que, por su contenido material, dicha norma debería
haber revestido la categoría formal de ley".191
"La cuestión de inconstitucionalidad sirve, pues, como instrumento que permite
reaccionar ante cualquier inconstitucionalidad de una norma con fuerza de ley sin
necesidad de la intervención de quien está legitimado para interponer recurso directo;
pero, a la vez, hace posible no abrir la legitimación para recurrir normas con fuerza de
ley a cualquier persona; los órganos judiciales actúan como <<filtro>> para hacer
llegar al Tribunal Constitucional las quejas de constitucionalidad que posean un último
fundamento y que tengan una dimensión concreta y efectiva."192
2.5.Legitimación.
"Ante todo, la competencia para inciar un proceso de inconstitucionalidad por la vía
de las cuestiones de esta naturaleza -y con la excepción contenida en el art. 55.2corresponde a los órganos judiciales; a todos los órganos judiciales de cualquier órden
jurisdiccional y de cualquier nivel en la estructura judicial, rompiendo con ello criterios
anteriores, como en sostenido en la Constitución española de 1931, y en la Ley del
Tribunal de Garantías Constitucionales, que concretaba en el más alto grado de la
jerarquía judicial -el Tribunal Supremo- la competencia para acceder al primero de los
191
Auto del Tribunal Constitucional 214/1982.
192
ob.cit. Pérez Tremps, Pablo. Derecho... pág. 273.
214
citados (Vd. arts. 122 de la Constitución de 1931 y art. 31 de la Ley de 14 de junio de
1933, del Tribunal de Garantías Constitucionales)."193
En efecto, la legitimación de la cuestión de inconstitucionalidad se encuentra
vedada a los individuos particulares, es una potestad exclusiva de los órganos
jurisdiccionales, sin limitación alguna, independientemente del rango, materia o
especialización que estos ostenten; incluidos por ende los tribunales de jurisdicción
castrense, así como las Salas del propio Tribunal Constitucional, realizando con dicha
legitimación a la denominada "autocuestión"; no obstante, la principal diferencia de la
cuestión de inconstitucionalidad genérica, con la denominada autocuestión, consiste en
que la primera de las citadas, se elevará al Pleno del Tribunal Constitucional, antes de
resolver el fallo, en el cual se aplicará la norma general cuestionada, mientras que en la
segunda de ellas, la Sala del propio Tribunal, elevará la cuestión, una vez que haya
estimado un amparo en virtud de considerar una ley, violatoria de derechos
fundamentales o libertades públicas.
Efectivamente, "el art. 53.2 LOTC establece la posibilidad de que la duda sobre la
constitucionalidad de una norma con fuerza de ley se la plantee el propio Tribunal
Constitucional, de ahí el nombre con el que se conoce a esta institución:
<<autocuestión>>. Se trata de aquellos casos en los que una Sala del Tribunal,
conociendo de un recurso de amparo, aprecie que la lesión de un derecho fundamental
procede de una norma con fuerza de ley contraria a la Constitución. La Sala, en ese
supuesto, a la vez que resuelve el amparo, debe plantear la posible inconstitucionalidad
de la norma con fuerza de ley ante el Pleno para que éste, si así lo decide, declare la
inconstitucionalidad de la norma con fuerza de ley."194
Dada la regulación de la cuestión de inconstitucionalidad podemos observar que la
autoridad judicial que eleva la consulta al Tribunal Constitucional respecto de la
constitucionalidad de una norma determinada no se encuentra incondicionada. En
efecto, el órgano jurisdiccional que promueve dicho medio de defensa constitucional
debe encontrarse en una situación determinada por la ley, y cumplir con los requisitos
que la misma establece. La cuestión de inconstitucionalidad deberá ser promovida
cuando el órgano jurisdiccional albergue dudas respecto de la constitucionalidad de la
norma a aplicar en un proceso específico y cuya aplicación afecte al fallo del mismo.
193
Montoro Puerto, Miguel.
Jurisdicción Constitucional
Constitucionales. Tomo I. ed. Colex. págs. 257 y 258.
194
ob.cit. Pérez Tremps, Pablo. Derecho... pág. 276.
y
Procesos
215
2.5.1.Solicitud de las partes.
Ciertamente, la decisión de promover el medio de impugnación de la norma
encomento, es una facultad exclusiva del órgano jurisdiccional, la cual podrá por ende
elevarla de oficio; sin embargo, las partes en el proceso respectivo podrán hacer la
petición a la autoridad judicial, misma que en todo caso, celebrará una audiencia a
efecto de que las partes puedan expresar lo que en derecho corresponda, en el plazo de
común de diez días, más la petición formulada, no será en ningún momento vinculante
para el juez "a quo", quien una vez escuchado a las partes decidirá en el plazo de tres
días, mediante auto, respecto de elevar la cuestión al Tribunal Constitucional o
abstenerse de ello en virtud de considerar que la norma relacionada se encuentra
apegada a la Constitución; sin que haya lugar a recurso alguno en contra de la
resolución que resuelva respecto de la promoción de la cuestión. Dado que la solicitud
por las partes en el proceso no es vinculante para el Juez, la misma contiene un carácter
primordial de denuncia de inconstitucionalidad de la norma específica. No obstante,
en caso de obtener alguna de las partes en el proceso resolución negativa respecto de la
formulación de la cuestión de inconstitucionalidad por parte del órgano jurisdiccional,
ello no impedirá que dicha petición ante el Tribunal Constitucional, pueda ser realizada
en alguna instancia posterior, siempre y cuando así lo estime el tribunal "ad quem".
Dicha audiencia ha celebrar a efecto de que el Juez escuche a las partes y al Ministerio
Fiscal respecto de posible solicitud ante el Tribunal Constitucional, deberá realizarse
independientemente de que la duda de constitucionalidad haya surgido a instancia de
parte o de oficio.
2.5.2.Afectación en la resolución judicial.
Por otra parte, en virtud de que la norma cuya constitucionalidad se cuestiona,
afectará directamente el fallo a dictar, es requisito indispensable que el órgano
jurisdiccional que eleva la cuestión ante el Tribunal Constitucional, sea competente
para resolver.
De igual forma, es preciso indicar que por fallo, no debemos entender
exclusivamente, la resolución que resuelve en cuanto al fondo de asunto
216
exclusivamente, dado que la cuestión de inconstitucionalidad puede promoverse
respecto de norma alguna que afecte de igual forma una resolución interlocutoria.195
2.6.Límites de la jurisdicción del Tribunal Constitucional.
Así pues, el Tribunal Constitucional, al substanciar la cuestión de
inconstitucionalidad, no entrará al estudio directo respecto de si la norma es o no
aplicable al fallo a pronunciar por el Juez, este resolverá en forma exclusiva respecto
de la constitucionalidad de la norma impugnada, dado que no se encuentra en
posibilidad de revisar la actuación del juez, excepto que hayan razones notoriamente
evidentes de que la norma no es aplicable a la resolución relacionada con el proceso
del cual emana la duda de constitucionalidad. No obstante, el órgano jurisdiccional
promovente, se encuentra obligado a indicar al Tribunal Constitucional, en qué
medida, la decisión del proceso depende de la validez de la norma a aplicar. Sin ser
indispensable que la norma afecte estrictamente el sentido de la resolución, dado que la
misma puede afectar únicamente la ejecución del fallo, más no el sentido del mismo.
Por ende, la norma deberá encontrarse relacionada con el fallo. La cuestión de
inconstitucionalidad surge "desde el mismo momento en que el juzgador la lleva a su
resolución".196
2.7.Competencia.
Podemos observar que la jurisdicción constitucional, es asequible a todos los
órganos jurisdiccionales, permitiéndoles el respeto y la aplicación constitucional, dado
que todo juez, al aplicar el derecho, deberá examinar previamente la conformidad o no
de la norma respecto a la Constitución; en la inteligencia de que en caso de no
cumplirse dicha condición, rechazará la aplicación de la norma; así pues, con la
cuestión de constitucionalidad se les da la posibilidad a los órganos jurisdiccionales de
cumplir con la aplicación de la ley, más observando su obligación de vinculación
constitucional. Ahora bien, dicha aplicación constitucional no es absoluta, en virtud de
que la declaración de inconstitucionalidad no es realizada por el órgano jurisdiccional
que cuestionó la norma, sino por el Tribunal Constitucional. Así pues, el control
195
Sentencia del Tribunal Constitucional 76/1982.
196
Sentencia del Tribunal Constitucional 19/1988.
217
constitucional que se ejerce al sustanciarse la cuestión de inconstitucionalidad es de
carácter concentrado, dado que es resuelto por un tribunal "ad hoc", siendo éste el
único facultado para realizar la declaración de no apego de una norma a la Carta
Fundamental.
2.8.Procedimiento.
2.8.1.Condiciones previas al planteamiento.
De lo expresado con anterioridad, podemos advertir el conjunto de las diversas
condiciones de planteamiento de las cuestiones de inconstitucionalidad, distinguiendo
los siguientes: "a) Con carácter previo, la existencia de un proceso del que esté
conociendo un juez o tribunal. b) Fuerza de ley de la norma o normas que se
cuestionan. c) Contradicción, según el criterio del órgano judicial, de dicha norma con
determinados preceptos constitucionales. d) Dependencia, en la resolución del proceso
principal, de la validez de la norma legal aplicable."197
2.8.2.Requisitos de interposición.
Por su parte, el órgano jurisdiccional, encontrándose en los supuestos indicados en
el párrafo inmediato anterior, deberá cumplir con ciertos requisitos impuestos por la
ley.
En efecto, el Juez promovente, deberá indicar concretamente la norma con fuerza
de ley, respecto de la cual cuestiona su constitucionalidad; el precepto constitucional
que considere infringido por la norma a aplicar; y exponer la aplicabilidad y relevancia
de la norma para la decisión del proceso, acompañando a la solicitud los argumentos
realizados por las partes en la audiencia celebrada, así como testimonio de los autos.
De igual forma, el órgano jurisdiccional indicará los razonamientos que le llevaron a
engendrar la duda respecto de la constitucionalidad de la ley, permitiendo incluso al
juez, la posibilidad de emitir un juicio hipotético de la inconstitucionalidad de la
norma; proporcionando de esta forma, elementos al Tribunal Constitucional al
momento de resolver, dando una respuesta al órgano judicial, desvaneciendo la duda
del juzgador, aún cuando, no obstante, el Tribunal Constitucional se encuentra
facultado para declarar la inconstitucionalidad de la norma en base a razonamientos
197
ob.cit. Ribas Maura, Andrés.
La cuestión de... pág. 51.
218
diversos de los argumentados por la autoridad judicial promovente, e inclusive
motivando dicha resolución por la violación de un precepto constitucional diverso al
argumentado por el órgano jurisdiccional.
2.8.3.Suspensión del proceso.
Por otra parte, el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad suspenderá el
proceso dentro del cual se plantea la misma, en virtud de que el órgano judicial
promovente no estará posibilitado para emitir resolución, sino hasta en tanto obtenga
una respuesta que aclare la duda que planteó al Tribunal Constitucional. Debemos
pues, entender que al momento en que la Constitución indica que los efectos de la
promoción de la cuestión de inconstitucionalidad "en ningún caso serán suspensivos",
hace referencia a la norma impugnada, y no al procedimiento del cual emana dicha
cuestión.
2.8.4.Causas de inadmisión.
Una vez elevada la cuestión ante el Tribunal Constitucional, éste procederá a la
admisión o inadmisión de la misma, resolviendo en relación directa con el
cumplimiento de las condiciones procesales impuestas por la ley al órgano
jurisdiccional al promover la cuestión o que ésta no sea notoriamente infundada,
cuestiones a las que hemos hecho alusión en el transcurso del capítulo; no obstante,
citaremos brevemente las posibles causas de inadmisión de la cuestión de
inconstitucionalidad: "- Falta de audiencia (no acreditada) de las partes y/o del
Ministerio Fiscal, o su realización defectuosa. - No identificación expresa del precepto
legal cuestionado en el auto de planteamiento, sin posibilidad de su clara deducción de
los elementos aportados por el órgano judicial. - No identificación del precepto
constitucional que se supone infringido, con las mismas circunstancias expresadas
anteriormente. - Notoria falta de fundamento de la duda judicial sobre la
inconstitucionalidad de la norma cuestionada. - No realización expresa del juicio de la
aplicabilidad y de la relevancia de la norma cuestionada para la resolución del proceso.
- Notoria falta de fundamento del juicio de aplicabilidad o de la relevancia realizado
por el órgano judicial. La apreciación de cualquiera de estas causas produce la
inadmisión de la cuestión, sea en el trámite de admisión mediante auto, o sea en la
219
sentencia."198 No obstante, la inadmisión de la cuestión de inconstitucionalidad, no
impide al órgano jurisdiccional, promover dicha cuestión en ulterior momento
cumpliendo con los requisitos exigidos por la ley.
2.8.5.Emplazamiento y desarrollo procedimental.
Una vez admitida la cuestión por el Tribunal Constitucional, éste correrá traslado al
Congreso de los Diputados y al Senado por conducto de sus presidentes, al Fiscal
General del Estado, al Gobierno por conducto del ministerio de Justicia y, en caso de
afectar a una ley o a otra disposición normativa con fuerza de ley dictadas por una
comunidad autónoma, a los órganos legislativo y ejecutivo de la misma. Dicho
emplazamiento se entiende por el carácter de interés público que reviste el control de la
constitucionalidad de leyes.
Las partes en el proceso constitucional, podrán personarse en el mismo, y formular
alegatos respecto de la cuestión planteada dentro de un plazo de quince días. Una vez
fenecido dicho plazo, el Tribunal Constitucional dictará sentencia en el término de
quince días, siendo extensible hasta treinta días, cuando así lo estime dicho Tribunal
mediante resolución motivada.
2.8.6.Acumulación.
De conformidad con el artículo 83 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional,
procederá la acumulación de oficio o a instancia de parte, en aquellos procesos con
objetos conexos que justifiquen la unidad de tramitación y decisión.
2.8.7.Término del proceso constitucional.
La cuestión de inconstitucionalidad será resuelta mediante sentencia; no obstante, el
proceso puede extinguirse sin sentencia dictada por el tribunal, ya sea por haber sido
anulada con anterioridad a la misma la norma que se impugna o por haberse extinguido
el proceso del cual emanó dicha cuestión.
2.8.8.Sentencia.
198
ob.cit. Ribas Maura, Andrés.
La cuestión de... pág. 126.
220
La sentencia dictada por el Tribunal Constitucional podrá ser desestimatoria,
indicando que la norma impugnada no es contraria a la Constitución, permitiendo al
órgano jurisdiccional que consultó respecto de la duda de constitucionalidad, aplicar la
norma al fallo del proceso; sin ser obice a lo anterior, el que pueda volver a plantearse
la duda por razones de forma, siempre y cuando hayan razonamientos suficientes para
suponer la inconstitucionalidad de la norma.
2.8.10.Efectos de la sentencia.
Por otra parte, la sentencia podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma
impugnada, en cuyo caso, especificará los preceptos que ha declarado
inconstitucionales, creando por ende la nulidad de los mismos; facultando la ley al
Tribunal Constitucional a ampliar la declaración de inconstitucionalidad a los
preceptos que tengan conexión o sean
consecuencia del declarado contrario a la Constitución.
Dicha sentencia
vinculará al órgano jurisdiccional que elevó la cuestión ante el Tribunal Constitucional,
dejando de aplicar en el fallo a resolver, la norma declarada inconstitucional en virtud
de la cuestión planteada.
La sentencia del Tribunal Constitucional, tendrá efectos erga-omnes, en virtud de
que vinculará además de al órgano jurisdiccional que promovió la cuestión, a todos los
poderes públicos, produciendo efectos generales desde la fecha de su publicación en el
Boletín Oficial del Estado.
Finalmente, el artículo 40.1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional
establece que: "Las sentencias declaratorias de la inconstitucionalidad de Leyes,
disposiciones o actos con fuerza de Ley no permitirán revisar procesos fenecidos
mediante sentencia con fuerza de cosa juzgada en los que se haya hecho aplicación de
las leyes, disposiciones o actos inconstitucionales, salvo en el caso de los procesos
penales o contencioso-administrativos referentes a un procedimiento sancionador en
que, como consecuencia de la nulidad de la norma aplicada, resulte una reducción de la
pena o de la sanción o una exclusión, extensión o limitación de la responsabilidad."
2.9.Definición.
De lo anteriormente analizado, podemos indicar que la cuestión de
inconstitucionalidad es un proceso escrito que se instaura ante el T.C. para que éste
221
enjuicie, a requerimiento de un órgano jurisdiccional, la adecuación a la Constitución
de una determinada ley o norma equiparada, de aplicación en un proceso pendiente
ante ese juez o tribunal, y cuya resolución, además de vincular al requiriente, producirá
efectos generales y vinculantes para todos los Poderes Públicos.199
2.10.Tratados Internacionales.
Problemas especialmente complejos respecto con la Supremacía Constitucional
plantea el tema de los tratados internacionales.
En efecto, si no existe supremacía
constitucional respecto de los tratados internacionales, no puede jurídicamente
revisarse la inconstitucionalidad de los mismos y en base a ella, derogarlos o hacerlos
ineficaces; sí por el contrario, podrá denunciar su discrepancia con la Constitución.
Sin abarcar el estudio del tema, dado que plantea cuestiones que no son el fin del
presente trabajo de investigación, indicaremos que el artículo 96 de la Constitución
Española establece: "Los tratados internacionales validamente celebrados, una vez
publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno (por tanto
supeditados a la Constitución). Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas,
modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo
con las normas generales del Derecho internacional". Por su parte, el artículo 93 de
dicho ordenamiento legal indica que "mediante ley orgánica se podrá autorizar la
celebración de tratados por los que se atribuya a una organización o institución
internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución. Corresponde a
las Cortes Generales o al Gobierno, según los casos, la garantía del cumplimiento de
estos tratados y de las resoluciones emanadas de los organismos internacionales o
supranacionales (no supeditados a la Constitución) titulares de la cesión."
De lo anterior, podemos concluir, que la Constitución Española prohíbe (contrario
sensu) toda modificación que se haga de los tratados internacionales por cualquier vía
que no sea la expresamente admitida por el propio tratado internacional o por las
normas generales del derecho internacional, ante lo cual, ciertamente resulta
contradictorio la procedencia de las cuestiones de inconstitucionalidad en a favor de la
impugnación de los tratados internacionales, con el fin de derogarlos ya sea total o
parcialmente. Por el contrario, debe entenderse que la función del Tribunal
Constitucional, será la denuncia del tratado internacional como contrario a la
199
Almagro Nosete, José. Derecho Procesal II.
Educación a Distancia. págs. 228 y 229.
Universidad Nacional de
222
Constitución, especialmente si nos encontráramos ante el caso de una resolución
emanada de un organismo supranacional, al cual la propia Constitución da posibilidad
de existencia.
Por otro lado, también es cierto que el artículo 163 constitucional prevé la
procedencia de las cuestiones de inconstitucionalidad en contra de las normas con
rango de ley, caso de los tratados internacionales, los cuales desde su publicación
oficial forman parte del derecho interno. Así pues, "sería absurdo contar con unas
normas del ordenamiento jurídico interno -que es en lo que se convierten los Tratados
validamente celebrados y publicados- contrarias a la Constitución pese a ser de rango
inferior a ella, sin que el Tribunal Constitucional, cuya misión es la de velar para que la
Constitución no se conculque, pueda declararlos inconstitucionales."200
No obstante, considero que debemos tener en cuenta el razonamiento consistente en
que un precepto de la Constitución no puede ser inconstitucional, en todo caso debe ser
analizado como una excepción al precepto constitucional con el cual se contrapone, en
virtud de que goza de la misma superioridad jerárquica. Por lo cual, es necesario
respetar las normas a las cuales la propia Constitución da entrada con carácter
supranacional; así como la orden constitucional de la modificación, derogación o
suspensión de los tratados internacionales, únicamente mediante las formas previstas
en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho
internacional.
3. RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD.
Finalmente, en forma breve indicaremos que existe en la Constitución una forma
diversa de la velar que la legislación secundaria no contravenga a la Constitución; me
refiero al recurso de inconstitucionalidad; con mismo fin que las cuestiones de
inconstitucionalidad.
3.1.Competencia y procedencia.
Dicho recurso será conocido por el Tribunal Constitucional, ante el cual puede
impugnarse al igual que en las cuestiones de inconstitucionalidad "a) Los Estatutos de
Autonomía y las demás Leyes orgánicas. b) Las demás leyes, disposiciones
200
Aragón Reyes.
citó Saavedra Gallo, Pablo.
La Duda de... pág. 97.
223
normativas y actos del Estado con fuerza de Ley. En el caso de los Decretos
legislativos, la competencia del Tribunal se entiende sin perjuicio de lo previsto en el
número 6 del artículo 82 de la Constitución. c) Los tratados internacionales. d) Los
Reglamentos de las Cámaras y de las Cortes Generales. e) Las Leyes, actos y
disposiciones normativas con fuerza de Ley de las Comunidades Autónomas, con la
misma salvedad formulada en el apartado b) respecto de los casos de delegación
legislativa. f) Los Reglamentos de las Asambleas legislativas de las Comunidades
Autónomas."
3.2.Legitimación.
Dicho recurso de inconstitucionalidad podrá se promovido, de conformidad con el
artículo 31 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional por "a) El Presidente del
Gobierno. b) El Defensor del Pueblo. c) Cincuenta Diputados. d) Cincuenta
Senadores. Para el ejercicio de inconstitucionalidad contra las Leyes, disposiciones o
actos con fuerza de Ley del Estado que puedan afectar a su propio ámbito de
autonomía, estarán también legitimados los órganos colegiados ejecutivos y las
Asambleas de las Comunidades Autónomas, previo acuerdo adoptado al efecto."
El recurso se formulará dentro del plazo de tres meses al en que sea publicada la
ley, disposición o acto con fuerza de ley.
3.3.Efectos de la sentencia.
Las sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional dentro de los recursos de
inconstitucionalidad, tendrán los mismos efectos que las sentencias emitidas en razón
de las cuestiones de inconstitucionalidad, vinculando a todos los poderes públicos y
produciendo efectos generales desde la fecha de su publicación en el Boletín Oficial el
Estado.
4.Sistema de control en España.
De lo anterior, podemos advertir que la revisión de la constitucionalidad de las
leyes, se realiza mediante sistema de control concentrado, en virtud de que dicha
competencia recae en un órgano ad hoc, como lo es el Tribunal Constitucional, siendo
el único facultado para declarar la inconstitucionalidad de las leyes.
224
5.AMPARO CONTRA LEYES.
5.1.Supremacía constitucional en México.
Hemos analizado en el presente capítulo, el rango de superioridad del que goza la
Constitución. Así pues, México no es la esepción; el artículo 133 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, prevé su observancia y vigencia por encima
de cualquier ordenamiento jurídico establecido o que se pretenda establecer,
sancionado así de manera directa "la Supremacía Constitucional".
En base a ello, la Constitución como norma superior, respecto de todo el
ordenamiento jurídico positivo imperante en la nación, deberán ajustarse a ella, sin
posibilidad de contradecirla.
En efecto, "cada norma de grado jerárquico superior tiene, respecto de las normas
que le son inferiores, dos propiedades: la de regular su creación y la de establecer
preceptos que deben ser respetados por las normas inferiores so pena de invalidez".201
Así pues, es necesario, distinguir entre la Constitución y las leyes que de ella
emanan. En un sentido positivo, la ley fundamental surge mediante un acto de poder
constituyente, tal constitución es una decisión consiente dada a través del titular del
Poder Constituyente que se adopta por sí misma y se da a sí misma. Toda especie de
normación jurídica, incluyendo a la constitucional presupone una voluntad como
existente, las leyes secundarias valen en base a la Constitución y surgen de
conformidad a lo sancionado por ésta.202
5.1.1.Artículo 133 constitucional.
El artículo 133 constitucional establece: "Esta Constitución, las leyes del Congreso
de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la
misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación
del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión..."
201
Villoro Toranzo,
Porrua. pág. 301.
202
Miguel.
Introducción
al
Estudio
del
Derecho.
ed.
Carl Scmitt, citó Daniel Moreno.
Clásicos de la Ciencia Política.
Universidad nacional Autónoma de México. pág. 275.
225
Ahora bien, aunque no intento desarrollar toda una temática respecto de la
interpretación del artículo en mención, ni establecer la jerarquía de las leyes federales
respecto de las locales, pues ello no es cuestión de jerarquías sino de competencia, lo
que asentamos de forma directa y categórica es que la Constitución se encuentra en
primer un plano en la estructura jurídica del país. Como ella misma lo establece, es la
Ley Suprema de la Unión de las entidades federativas y no admite contradicción
alguna, so pena de desconocer y ordenar la inobservancia de los ordenamientos que la
contravengan. Efectivamente, la Supremacía de la cual goza la Constitución nos indica
que ésta es la soberana en nuestro país, vocablos (supremacía y soberanía) que indican
que ésta se encuentra "sobre todo"; así pues, y no obstante que la soberanía radica
originalmente en el pueblo, éste a través del Congreso Constituyente que representa la
voz del mismo, la deposita de forma integra en el Código en mención y lo dota de
autonomía y superioridad absoluta y exclusiva.
5.1.2.Tratados Internacionales.
En México, y de conformidad con el citado artículo constitucional, debe aceptarse
que la supremacía de la Constitución opera también respecto de los tratados
internacionales; es decir, la eficacia de éstos, dependerá de que los mismos no vulneren
principio constitucional alguno. A tal conclusión se llega de la interpretación del
citado artículo 133.
Así pues, se reconoce valor a los tratados, pero sólo en la medida que estén de
acuerdo con la Constitución. Apoyan esta conclusión los artículos 107 y 105 de la
propia Constitución, que permiten, el primero el juicio de amparo contra los tratados
internacionales contrarios a ella; y el segundo, la acción de inconstitucionalidad. Por
ello, los tratados internacionales que contravengan la Constitución General de la
República, no tienen eficacia jurídica en el interior (ni la deberían tener en el exterior),
puesto que el Estado Mexicano, no puede contravenir su sistema jurídico interno.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (órgano encargado de la interpretación
constitucional), en inumerables tesis jurisprudenciales ha sostenido la misma:
"CONSTITUCION FEDERAL.- Es la Ley Suprema de la Nación y debe ser
obedeciada sin obstáculos ni observaciones."203
203
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación. Tomo IV. pág 729. año
1918.
226
5.1.3.Jurisdicción constitucional.
En el sistema jurídico mexicano, la Constitución otorga la jurisdicción
constitucional principalmente a los órganos del Poder Judicial de la Federación, más es
importante destacar que ésta no es la única encargada de desarrollar dicha función, ni
los juicios constitucionales son resueltos en forma exclusiva por esta (baste recordar la
procedencia del juicio político, que es competencia del Senado de la República.
"Algunas veces suele decirse que el control de la constitucionalidad es en México
tarea privativa del Poder Judicial, y específicamente de la Suprema Corte. La
afirmación es excesiva; aunque es verdad que conforme a nuestro sistema...los
principios más generales relativos a la tutela o salvaguardia de la vigencia de la
Constitución están contenidos en preceptos relativos al Poder Judicial de la
Federación".204
5.1.4.Restricción del control difuso.
Considero necesario indicar que si bien es cierto que la Constitución debe ser
observada en su carácter de soberana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha
reducido considerablemente los efectos del control difuso por parte de las autoridades
ordinarias (locales o federales) a las cuales no se encuentra reservada la interpretación
constitucional, puesto que el mismo puede ser objeto de un uso desmedido y erróneo a
cargo de autoridades a fin de desobedecer su legislación secundaria, bajo el pretexto
del mismo. Por ello es necesario tomar en cuenta la existencia de los órganos de
control constitucional, que entre sus facultades tienen la de determinar en que
momento una ley secundaria o acto de autoridad contraviene el Pacto federal, no
cualquier autoridad tiene la facultad ni el conocimiento y capacidad para determinar
que ciertos lineamientos contravienen la Constitución, y a razón de esto desobedecerla.
Así pues, todas las autoridades del país, deben aplicar en forma primaria el
ordenamiento inmediato que le sujete a una determinada actuación; el juez ordinario
debe aplicar preferentemente la Constitución y leyes de su Estado (entidad federativa),
en virtud de que el control de la Constitución General de la República se encuentra
reservado al Poder Judicial de la Federación. Efectivamente, no obstante la
204
Carrillo Flores, Antonio. La Constitución, la Suprema Corte y los
Derechos Humanos. ed. Porrua. pág. 20.
227
Constitución goce de la más absoluta soberanía y superioridad jerárquica, en la
práctica jurídica, dicha jerarquía opera a la inversa. Si una sentencia contraria a una
ley, debe aplicarse con preferencia ésta a la ley; en otros términos, la sentencia debió
cumplir la ley, aunque si la desacata debe aplicarse preferentemente la sentencia
mientras no sea privada de eficacia por la autoridad competente, y lo mismo puede
decirse de cualquier norma inferior que contraríe a una superior, incluso a la
Constitución.
"Si en un terreno estrictamente teórico-constitucional toda autoridad está obligada a
ceñir su actuación a los mandamientos de la Ley Fundamental contra cualquier
disposición legal secundaria que se le oponga, en un ámbito real, práctico, el
cumplimiento efectivo o aparente de esa obligación traería como consecuencia la
subversión de todo el orden jurídico y, principalmente, el caos en la jerarquía
autoritaria en detrimento de los intereses del Estado. En efecto, a pretexto de cumplir
con una obligación constitucional, cualquier autoridad, por ínfima que sea, podría
negarse a acatar una disposición u orden de su superior jerárquico, alegando que se
opone a la Constitución. De esta manera se rompería la unidad autoritaria,
principalmente en la administración, pudiendo darse frecuentes casos en que los actos
emanados del presidente de la República o de autoridades superiores resultasen
incumplidos y nugatorios por parte de las autoridades administrativas inferiores, so
pretexto de que aquellos son contrarios a los mandatos constitucionales, a los cuales
habría de obedecer preferentemente."205
Así pues, si bien es cierto que existe una jerarquía normativa; en la práctica, dicha
jerarquía opera a la inversa (en cuanto a su cumplimiento). Si, por ejemplo, una
sentencia contraría una ley, debe aplicarse con preferencia a la ley; en otros términos,
la sentencia debió cumplir la ley, aunque si la desacata debe aplicarse preferentemente
la sentencia mientras no sea privada de eficacia por la autoridad competente, y lo
mismo puede decirse de cualquier norma inferior que contraríe a una superior, incluso
a la Constitución.
Por ende, la legislación secundaria, deberá ser obedecida, hasta en tanto no sea
declarada inconstitucional por el órgano de control respectivo a través del juicio de
amparo.
205
Burgoa, Ignacio.
El juicio de amparo.
ed. Porrua. pág. 162.
228
De esta forma lo ha determinado la Suprema Corte de Justicia a través de diversas
jurisprudencias, de entre las cuales encontramos: "AUTORIDADES Y
CONDICIONES
PARA
HACER
LA
DECLARACION
DE
206
CONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES".
5.2.Medios de defensa constitucional en México.
Como hemos indicado, en México, la Constitución Federal es el máximo
ordenamiento jurídico, más no basta con la mera determinación de soberanía por la
misma, es necesario establecer procedimientos por los cuales se logre el respeto por el
sistema en ella establecido, es por ésta razón que el propio Pacto Federal establece los
medios de defensa constitucional, creados específicamente para la autoprotección
constitucional.
5.2.1.Antecedentes.
Ya desde la Constitución de Apatzingan (1814) se dio vida a los primeros medios
de defensa constitucional, al velar por su supremacía facultándose privativamente al
Supremo Gobierno para proteger los derechos de la libertad, propiedad, igualdad y
seguridad de los ciudadanos, usando de todos los recursos que le franquearan las leyes.
De igual forma es de mención en la historia de la nación mexicana, la Constitución
Central de 1836 (Las Siete Leyes Constitucionales), la cual se caracteriza por la
creación del Supremo Poder Conservador (a imitación de la Constitución Francesa del
año VII), superior y omnipotente frente a los tres poderes restantes (Legislativo,
Ejecutivo y Judicial), órgano que se conformaba de cinco miembros, renovables cada
dos años, elegidos mediante selecciones por las Juntas Departamentales, la Cámara de
Diputados y el Senado, encargado de la declaración de la nulidad de los actos
contrarios a la Constitución de uno de los tres poderes, a solicitud de cualquiera de los
otros dos.
5.2.2.Vía de acción y vía de excepción del control judicial a las leyes.
206
Tesis jurisprudencial.
la Federación. pág. 967.
Tomo CII, Quinta Epoca, Semanario Judicial de
229
"La distinción que existe entre estas dos formas de control, estriba en la forma del
planteamiento del problema constitucional. En el primer sistema -o sea, por vía de
acción-, se intenta un verdadero proceso judicial en relación con la ley impugnada
como inconstitucional. En otras palabras, existe una acción cuyo ejercicio puede ser
intentado por los particulares, o bien por algunas entidades públicas, de acuerdo con el
sistema que se adopte. or el contrario, la segunda forma de plantear el proceso
constitucional -o sea, por vía de excepción-, supone la existencia previa de un proceso
entablado ante un tribunal ordinario, en el curso de cual, una de las partes interesadas,
pretende que se intenta aplicar una ley inconstitucional. En esta situación, la parte que
tiene tal pretensión, inserta en el proceso ordinario, la excepción de la
inconstitucionalidad, para el efecto de que la ley no sea aplicada, por ser contraria a la
Constitución. Si el tribunal admite tal tesis, deja inaplicada la ley, en el proceso
particular en el que la excepción ha sido planteada, aun cuando exista la posibilidad de
que el ordenamiento jurídico, prevea la existencia de recursos extraordinarios, para
elevar el conocimiento del problema particular de la inconstitucionalidad, al
conocimiento de otros tribunales de jerarquías superiores."207
5.3.Amparo contra leyes.
Actualmente, el ordenamiento jurídico mexicano, prevé el juicio de amparo, para
atacar aquellas leyes que se juzguen inconstitucionales, causando con ello un perjuicio
en la esfera jurídica del particular; siendo la autoridad competente para ventilar el
mismo (como se ha indicado en el transcurso del presente trabajo), los diversos
órganos del Poder Judicial de la Federación.
"En tal sentido, anticipamos, desde luego, que el amparo que se interpone para
obtener a declaratoria de inconstitucionalidad de una ley, es un juicio instituido por el
Poder Constituyente para la defensa de la propia Constitución, y por ello lo llamamos
`Juicio Constitucional´, y es de tal importancia que si de él se prescindiera resultaría
dudosa la calificación atribuida; pero también, lo creó para la defensa del hombre y de
la persona en contra de toda ley o acto de autoridad que desconozca, vulnere, restrinja
o viole sus garantías individuales y sociales, o que conculcando éstas invada el
207
Noriega, Alfonso.
Lecciones de Amparo.
ed. Porrua.
pág. 41.
230
régimen competencial entre la Federación y el de los Estados, debido a lo cual se
denomina asimismo como `Juicio de Garantías´".208
Así pues, uno de los medios de defensa constitucional, es el juicio de amparo, que
de conformidad con el artículo 103 constitucional, es procedente contra las normas
generales.
En efecto, "el artículo 103 constitucional, al establecer, en sus tres fracciones la
procedencia del amparo, se refiere a leyes o actos de autoridad que violen las garantías
individuales y a leyes o actos de autoridad federal o de los Estados que invadan sus
respectivas esferas de competencia. Ninguna interpretación puede dividir el vocablo
`leyes´ que utiliza el artículo 103 constitucional. Por tanto, es derecho vigente, de
nivel constitucional, el que consagra la procedencia del amparo contra leyes. Ello sin
perjuicio de que se cumplan requisitos adicionales para la operancia del amparo como
la instancia de parte agraviada y la presencia de agravio personal y directo."209
5.4.Procedencia.
"Comenzando por las normas de superior jerarquía, es posible cuestionar la
constitucionalidad de los vicios procedimentales u orgánicos en que hubiere incurrido
el poder revisor de la Constitución (art. 135 const.) al reformar o adicionar a esta
última, más no por vicios materiales, en virtud de no existir jerarquías entre las propias
normas constitucionales. En lo que respecta a las normas federales de carácter general,
se acepta sin discusión la procedencia del juicio respecto de leyes emitidas por el
Congreso de la Unión, leyes emitidas por el Ejecutivo en uso de facultades
extraordinarias (arts. 29 y 131 const.), tratados internacionales (art. 76, frac. 1 y 133
const.) y reglamentos expedidos por el Presidente de la República (art. 89, frac. 1), en
términos de los dispuesto en la fracción VII del art. 107 constitucional. En materia
local, el juicio de amparo es procedente en contra de las constituciones de los estados,
las leyes emitidas por las correspondientes legislaturas (sean aquellas del ámbito
propiamente estatal o municipal) y los reglamentos expedidos por el Gobernador.
Tratándose del Distrito Federal, el amparo procede contra las leyes emitidas por el
Congreso de la Unión (Estatuto de Gobierno o leyes ordinarias, art. 73, frac. VI y 122,
208
209
ob.cit. Polo Bernal, Efraín.
Arellano García, Carlos.
Porrua. México, 1989.
El juicio de... pág. 4.
Práctica Forense del Juicio de Amparo.
ed.
231
frac. IV) o de los reglamentos expedidos por el Presidente de la República (art. 89,
frac. I const.) o por el Jefe del Distrito Federal (art. 122, frac. VI, const.), en términos
de la fracción VIII, por ejemplo, del art. 107 constitucional."210
5.5.Naturaleza y objeto.
Ahora bien, dicho control de constitucionalidad de leyes, es tarea exclusiva del
Poder Judicial de la Federación, por lo cual, el juicio de amparo (por el que se analiza
la constitucionalidad de las normas generales), tiene una naturaleza jurisdiccional, a
diferencia de diversos sistemas que atribuyen dicha función a órganos de naturaleza
diversa, como los sistemas de control político.
"Hemos dicho que la institución del juicio de amparo tiene por objeto conservar la
pureza de la Constitución, por tal motivo está capacitado para impedir toda clase de
violaciones a la misma, cometidas por cualquier autoridad; por tal motivo, si el juicio
de amparo es útil para impedir las violaciones a la ley, cometidas por el Ejecutivo en
sus actos de ejecución, también lo debe ser para atacar las violaciones en que incurra el
Legislativo, pues siendo los principios útiles en el primer caso, deben serlo también
para detener la acción legislativa inconstitucional; de otra manera, si su objeto se
concreta únicamente a controlar los actos del Ejecutivo y del Judicial, el Legislativo se
convertiría en un poder con una situación privilegiada que estaría por encima de la
Constitución, y al que sus actos por anticonstitucionales que fueran, serían inatacables
por aquellos a quienes perjudicaran."211
Mas en el juicio de amparo, además de encontrarse el gobernado legitimado para
impugnar la ley, se encuentra legitimado para impugnar el acto de autoridad que
ejecutará lo ordenado en la misma, en virtud que dicho acto, es el que le genera
directamente el agravio en su esfera jurídica.
En efecto, "una ley es <<un acto y mandamiento>> lo mismo que el reglamento o la
orden ejecutivos, la sentencia del juez, la resolución administrativa o la ordenanza
municipal; todos esos actos tienen la calidad común de simples determinaciones
emanadas de autoridad, y por lo que a esa calidad común atañe, lo que se diga de unos
los comprende todos. Ninguno es ejecución material, pero todos son órdenes de
210
Cossio,
José
Ramón.
Anuario
Iberoamericano
de
Constitucional. Centro de Estudios Constitucionales. pág. 248.
211
Noriega, Alfonso.
Lecciones de Amparo.
ed. Porrua. pág. 128.
Justicia
232
ejecución puestas en manos de agentes mas o menos inmediatos que no pueden dejar
de cumplirlas; sería así perder todo sentido lógico y negar todas las concepciones
jurídicas del caso, ver la violación en el acto que se realiza sin libertad y negarla en el
acto libre de la voluntad que ordena. La violación es necesariamente un acto de
voluntad."212
5.6. Vía idónea. El juicio de amparo indirecto.
Así pues, la inconstitucionalidad de las normas generales, debe ser impugnada a
través del juicio de amparo indirecto; en el será impugnada la ley o norma general, a
efecto de que el Juez de Distrito correspondiente la declare inconstitucional, siguiendo
para ello, todas las faces procedimentales que expusimos en el capítulo primero del
presente trabajo. Sin que sea obstáculo la interposición del amparo contra una ley
determinada, para que en el mismo acto (ejercicio de la acción), se impugne, como
consecuencia lógica, el acto de autoridad que en acatamiento a la ley combatida, afecta
los derechos subjetivos del gobernado.
La procedencia del juicio de amparo directo en contra de leyes, se prevé en la
fracción VII, del artículo 107 constitucional, al establecer: "El amparo contra...leyes o
contra actos de aurtoridad adminsitrativa, se interpondrá ante el juez de Distrito...".
5.6.1.Autoridades responsables.
El artículo 11 de la Ley de Amparo, indica que es autoridad responsable: "La que
dicta, promulga, publica, ordena, ejecuta o trata de ejecutar la Ley o el acto
reclamado."
Así pues, al impugnarse la inconstitucionalidad de una ley en vía de amparo, se
deberán tener como autoridades responsables a: a) El Congreso de la Unión o las
legislaturas que en su caso la expidieran; y, b) El Presidente de la República o los
Gobernadores de los Estados que la promulgaron y el Secretario de Estado que la
refrendó.
"Es elemental que no sea posible resolver sobre la inconstitucionalidad de una ley,
sin oir al Poder que la dictó; y esto no se opone a la tesis de que las autoridades deben
212
Rabasa, Emilio.
El artículo 14 y el juicio constitucional.
Porrua. págs. 228 y 229.
ed.
233
acatar ante todo la Constitución, porque ellas no dirimen una controversia sobre
violaciones a los derechos fundamentales individuales y se concretan a normar sus
actos a las reglas de la Ley Fundamental, sin que para ello tengan que oir al órgano
legislador. En cambio, el juez de amparo, ya con competencia emanada de la
Constitución, está llamado a decidir una controversia judicial de orden superior, pero
con sujeción estricta a las normas tutelares de todo proceso, entre las que está como
más elemental, la de la audiencia de las autoridades, no solo ejecutoras, sino
ordenadoras...no es posible que dentro de las normas procesales, se pueda examinar la
inconstitucionalidad de la ley a espaldas de la autoridad que directamente debe
responder de ella..."213
Ahora bien, "respecto de la promulgación y publicación de las leyes, conviene
comentar en forma especial, la reforma hecha por el legislador al artículo 11 de la Ley
de Amparo, que se refiere a ambos conceptos...La reforma agregó, como autoridad
responsable, a quien promulga y a quien publica una ley. Parece, por tanto, distinguir
entre promulgación y publicación. Sin embargo, no explica las razones de la distinción
en la exposición de motivos...La Suprema Corte ya había tomado partida en este
aspecto al resolver el amparo en revisión 2260/74, promovido por La Nacional,
Compañía de Seguros, S.A. en sesión del TRibunal en Pleno el día 19 de agosto de
1980, en que dijo: `...cabe advertir, que la promulgación no es otra cosa que la
publicación formal de la ley y que ambas voces se emplean como sinónimos, tanto en
el lenguaje común como en el jurídico...´."214
Dichas autoridades responsables, deberán ser llamadas a juicio, únicamente cuando
se impugne la inconstitucionalidad de la ley, directamente a través del juicio de amparo
indirecto, pues no obstante que la ley puede impugnarse mediante amparo directo, en
este caso no se impunga la ley, sino la resolución dictada por el órgano judicial como
autoridad responsable.
Efectivamente; "situación distinta es aquella en que la
aplicación de la ley se hace en un procedimiento judicial a través de la sentencia
definitiva, pues en estos casos, la Corte ha sostenido que no es menester llamar al
Congreso, ni al Ejecutivo en el proceso de amparo directo, sino solamente a la
213
214
Tomo XC. pág. 1386. Amparo en revisión 2028/45.
Gongora Pimentel, Genaro.
Introducción
amparo. ed. Porrua. México, 1990.
al
estudio
del
juicio
de
234
autoridad que aplicó la ley, pues los efectos de la ejecutoria federal estan limitados a la
sentencia señalada como acto reclamado."215
5.7.Carácter de la ley.
Por ello es necesario hacer la distinción entre las normas auto-aplicativas y las
hetero-aplicativas.
5.7.1.Leyes autoaplicativas.
Cuando una norma general produzca consecuencias con su sola expedición,
afectando la esfera jurídica del sujeto, es decir, cuando la ley no requiera de un acto
posterior para causar una violación a los derechos subjetivos del gobernado, nos
encontraremos ante las conocidas leyes autoaplicativas, dado que por sí mismas,
producen una alteración en el ámbito jurídico del particular.
5.7.2.Leyes heteroaplicativas.
Ahora bien, si la ley o norma general, requiere de un acto posterior y concreto, para
que se lleve a cabo dicha afectación al particular, estaremos en presencia de las leyes
heteroaplicativas, en virtud de que éstas, por si solas, no causan perjuicio al gobernado.
5.7.3.Momento de interposición.
Así pues, si uno de los principales presupuestos de capacidad procesal para
interponer el juicio de amparo, es que se haya cometido una violación personal y
directa en los derechos subjetivos del particular, deberá entenderse que cuando nos
encontremos ante leyes autoaplicativas, el gobernado podrá solicitar el amparo, a partir
del momento mismo de su publicación o a partir del momento en que se establezca su
ejecución por la propia ley; en virtud que desde dicho instante, la norma general le está
causando un agravio. Por otro lado, si la ley es heteroaplicativa, será preciso (para los
efectos de la interposición del juicio de amparo), el primer acto de afectación posterior,
puesto que antes de éste, la ley no le causa agravios al particular.
215
Martínez Garza, Valdemar.
La autoridad responsable en el juicio de
amparo en México. ed. Porrua. pág. 154.
235
De conformidad con el artículo 21 de la Ley de Amparo, el término para interponer
el juicio constitucional en contra de una ley heteroaplicativa, será el de quince días,
contados a partir del primer acto de aplicación en contra de los derechos del quejoso,
en virtud de que la misma causará agravio personal y directo una vez que tenga su
primer acto de aplicación.
Por su parte, el artículo 22, fracción I, del ordenamiento legal invocado, establece
que el término para interponer el amparo en contra de una ley autoaplicativa, será de
treinta días.
Ello no implica, que en caso de que el particular no haya impugnado la
constitucionalidad de la misma, haya perdido el derecho a la acción; en virtud de que
podrá impugnarla en el momento en que se produzca el primer acto concreto de
aplicación de la ley, contando con un plazo de quince días, de conformidad con el
citado artículo 21 de la Ley de Amparo.
Ahora bien, en caso de que el particular, no impugne la ley dentro de los términos
indicados, una vez que se haya efectuado el primer acto de aplicación de la norma
general, se entenderá que ha admitido tácitamente la ley, y por lo tanto, el acto que de
la misma deriva, por lo cual perderá el derecho al amparo.
En efecto, el artículo 73 de la Ley de Amparo, en su fracción XII, establece: "El
juicio de amparo es improcedente: XII.- Contra actos consentidos tácitamente,
entendiéndose por tales aquellos contra los que no se promueve el juicio de amparo
dentro de los términos que señalan los artículos 21 y 22. No se entenderá consentida
tácitamente una ley, a pesar de que siendo impugnable en amparo desde el momento
de su promulgación con los términos de la fracción VI de este artículo, no se haya
reclamado, sino sólo en el caso de que tampoco se haya interpuesto amparo contra el
primer acto de su aplicación en relación con el quejoso."
5.8.Excepción del principio de definitividad.
"Tratándose del juicio de amparo contra leyes, esto es, cuando éstas, en sí mismas
son consideradas, independientemente de cualquier acto aplicativo posterior, son las
directamente atacadas por él, no opera el principio de definitividad, puesto que puede
instarse tal medio, aun cuando la disposición tildada de inconstitucional consigne
medios comunes que el afectado pueda hacer valer contra su aplicación. La razón de
esta excepción fundamental al consabido principio es obvia y está consignada por la
jurisprudencia de la Suprema Corte, a cuyos términos nos remitimos, por estimarlos
236
antingentes. (Semanario Judicial de la Federación. Apéndice al tomo CXVIII, tesis 96
y tesis I de la compilación 1919-1965. Pleno) `Antes de acudir al amparo no existe la
obligación de agotar los recursos ordinarios establecidos en la ley del acto, cuando se
reclama principalmente la inconstitucionalidad de ésta, ya que sería contrario a los
principios de derecho, el que se obligara a los quejosos a que se sometieran a las
disposiciones de esta ley, cuya obligatoriedad impugnen por conceptuarla contraria a
los textos de la Constitución´."216
5.9.Suspensión.
Respecto de la suspensión en el amparo interpuesto en contra de normas generales,
se entiende que la misma será procedente, en contra del acto de aplicación de la norma,
ya sea por su naturaleza heteroaplicativa, o bien porque siendo autoaplicativa, se
impugne hasta el primer acto concreto de aplicación de la misma.
En efecto, la autoridad judicial de amparo, no suspenderá la eficacia de la ley,
máxime que sus sentencias no tienen efectos generales (en este caso, derogatorios de la
ley); por lo cual, dicha medida solo producirá efectos contra la ejecución del acto de
autoridad emanado de la misma, cuando se reclame junto con la inconstitucionalidad
de la ley.
Por ende, la impugnación a través del amparo de las leyes heteroaplicativas, no
contemplan la posibilidad de suspensión, por lo que hace a la ley en si misma
considerada, sin que ello implique que no se puedan suspender los posibles actos de
ejecución en aplicación de la misma.
En efecto, respecto de la suspensión "es procedente la que se pide contra una ley
cuyos preceptos, al promulgarse, adquieren el carácter de inmediatamente obligatorios,
que se ejecutarán sin ningún trámite y serán el punto de partida para que se consumen
posteriormente, otras violaciones de garantías."217
Así también, "aunque se haya negado la suspensión por lo que se refiere a la
promulgación de una ley, por tratarse de un acto consumado, debe estimarse que sí son
216
ob.cit.
217
Jurisprudencia número 285. Octava Parte del Apéndice de 1985, página
484.
Burgoa, Ignacio.
El juicio de... pág. 232.
237
susceptibles de suspenderse los efectos de la misma ley, tan luego como éstos se
pretendan poner en práctica."218
5.10.Sentencia.
5.10.1.Efectos de la sentencia.
Es de recordar, tal como lo indicamos en capítulos anteriores, que las sentencias de
amparo no conllevan efectos erga-omnes, por lo cual, la sentencia que otorgue el
amparo al quejoso, declarando la inconstitucionalidad de una ley, si bien evitará que la
misma le sea aplicada al quejoso, no tendrá efectos derogatorios respecto de ella.
5.10.2.Suplencia de la queja deficiente.
Por otra parte, considero prudente recordar que (tal como lo expusimos con
anterioridad) la suplencia en la queja deficiente, operará tratándose de amparos contra
leyes declaradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación; es decir, cuando en el amparo se impugnen actos concretos,
derivados o emanados de una norma general que haya sido declarada inconstitucional
por la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el juez tiene la
obligación de estimar la pretensión como si la misma hubiera sido reclamada,
independientemente que no se combata la ley propiamente dicha, sino los actos de
autoridad realizados en acatamiento de la misma.
5.11.Recursos.
Contra las resoluciones de amparo contra leyes, procederá el recurso de revisión
ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, únicamente por lo que hace a la
impugnación de la ley; por lo que si en la misma demanda se impugnan la ley y actos
de autoridad; al recurrir en revisión, será competente el Tribunal Colegiado de
Circuito, únicamente respecto de los citados actos de la autoridad responsable,
quedando libre la jurisdicción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para
resolver lo que corresponda respecto de la inconstitucionalidad de la ley.
218
Tesis relacionada con la número 186.
1985. pág. 303.
Octava Parte del Apéndice de
238
5.12.Amparo directo.
Si bien es cierto que el medio correcto para combatir la inconstitucionalidad de las
normas generales, es el juicio de amparo indirecto; también lo es que mediante el
amparo directo, el Tribunal Colegiado de Circuito competente, podrá analizar la
Constitucionalidad de los preceptos en que se basó el órgano jurisdiccional para dictar
la resolución que se combate, declarando la constitucionalidad o inconstitucionalidad
de los mismos, según proceda.
Así pues, mediante el amparo directo, se protege, no sólo la legalidad de las
resoluciones jurisdiccionales, sino su apego a la Constitución, en virtud de que en caso
de que estos se hayan basado en leyes inconstitucionales, los mismos serán anulados
por el propio Tribunal al resolver en amparo directo.
De conformidad con la fracción IX, del artículo 107 constitucional, las resoluciones
que en materia de amparo directo sean dictadas por los Tribunales Colegiados, en las
cuales se decida sobre la inconstitucionalidad de una ley o se establezca la
interpretación directa de un precepto constitucional, podrán ser recurridas ante la
Suprema Corte de Justicia de la Nación; limitándose la materia del recurso
exclusivamente a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece, además del
juicio de amparo, las acciones de inconstitucionalidad, a efecto de combatir una norma
general que contravenga la Constitución, las cuales se encuentran previstas en el
artículo 105 del supremo ordenamiento legal citado.
6. ACCIONES DE INCONSTITUCIONALIDAD.
6.1.Antecedentes.
Uno de los antecedentes más remotos de las Acciones de Inconstitucionalidad lo
constituyen los artículos 22 a 24 del Acta Constitutiva y de Reformas de 1847,
específicamente el artículo 23, que establecía: "Si dentro de un mes de publicada una
ley del congreso General, fuera reclamada como anticonstitucional, ó por el Presidente,
de acuerdo con su Ministro, ó por diez diputados, ó seis senadores, ó tres Legislaturas,
la Suprema Corte, ante la que se hará el reclamo, someterá la ley al examen de las
Legislaturas, las que dentro de tres meses, y precisamente en un mismo día, darán su
239
voto. Las declaraciones se remitirán a la Suprema Corte, y ésta publicará el resultado,
quedando anulada la ley, si así lo resolviere la mayoría de las legislaturas".
6.2.Competencia, legitimación y procedencia.
Actualmente, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, prevé las
Acciones de Inconstitucionalidad en la fracción II del artículo 105, cuyo conocimiento
es de carácter exclusivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en única
instancia.
Las Acciones de Inconstitucionalidad que tengan por objeto plantear la posible
contradicción entre una norma de carácter general y la Constitución, podrán ser
interpuestas por el equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes de la
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en contra de leyes federales o del
Distrito Federal expedidas por el Congreso de la Unión; por el equivalente al treinta y
tres por ciento de los integrantes del Senado de la República, en contra de leyes
federales o del Distrito Federal, expedidas por el Congreso General o de tratados
internacionales celebrados por el Estado Mexicano; por el Procurador General de la
República en contra de leyes federales, estatales o del Distrito Federal, así como de los
tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano; por el equivalente al
treinta y tres por ciento de los integrantes de las legislaturas locales en contra de leyes
expedidas por dicho órgano; y, por el treinta y tres por ciento de la Asamblea de
Representantes del Distrito Federal, en contra de leyes expedidas por la propia
Asamblea.
6.3.Efectos de la sentencia.
Las sentencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia, tendrán efectos de nulidad
sobre la norma general impugnada, siempre y cuando sea votada por una mayoría
cualificada de al menos ocho votos de los integrantes del Pleno de dicho Tribunal en
materia de constitucionalidad.
Así también, por lo que respecta al cumplimiento de las sentencias, la Constitución
se remite a la fracción XVI del artículo 107 constitucional, el cual hace referencia al
cumplimiento de las sentencias de amparo.
7.Sistema de control en México.
240
Como podemos observar "el sistema constitucional mexicano tiene la peculiaridad
de simultaneamente poder ser calificado como concentrado, en cuanto que sólo son
competentes para ejercitar el control de regularidad constitucional los órganos
del Poder Judicial de la Federación, y difuso, debido a que tal control se ejercita por los
distintos órganos jurisdiccionales que componen a ese Poder..."219
8.Ordenes competenciales en México.
De igual forma considero oportuno establecer que en México, existen tres diversos
tipos de ordenes jurídicos, que son: el Orden Total o Constitucional, el Orden Federal y
el Orden Local, encontrándose dentro de los últimos nombrados el Orden Municipal.
El primero de estos es creado de igual forma que los restantes por la Constitución
General de la República, pero a diferencia de ellos, es creado únicamente para ésta, y
tiene un ámbito total en la nación, sin operar competencias, ámbitos territoriales, ni
autoridades superiores, a diferencia del Orden Federal, que aunque sea operante en
todo el territorio nacional, no puede invadir la esfera competencial del Orden Local y
está supeditado al Orden Total por la Constitución Federal, o el Orden Local que
siendo activo en el territorio de la Entidad Federativa a la que pertenece, sin estar
subordinado al Orden Federal, si lo está con respecto al Total.220
Así pues, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (titular de uno de los Poderes
Federales) y en general, el Poder Judicial, de la Federación, al aplicar los medios de
defensa constitucional (en el caso que nos ocupa, al resolver en vía de amparo), no
actúa como órgano de federal, sino como órgano elevado a nivel constitucional y por
ello con autonomía e investidura superior al Orden Federal o al Local. No es el Poder
Judicial de la Federación, quien la resolver los juicios constitucionales, actúa dentro del
orden constitucional, el único que goza de dicha supremacía, dado que a la misma
esfera, pertenecerán todos los órganos instituidos expresamente por la Constitución,
para su defensa o desarrollo de actividades expresamente consignadas por ella,
relacionadas con su carácter supremo. En efecto, y como ejemplo, indicaremos que es
el Orden Total quien tiene la potestad de reformar la Constitución, facultado por ésta
misma; el Constituyente Permanente se conforma por la decisión unificada de por lo
219
220
ob.cit. Cossio, José Ramón.
Anuario Iberoamericano... pág. 221.
cfr. Schmill Ordóñez, Ulises. El Sistema de la Constitución Mexicana.
ed. Porrua. pág. 140.
241
menos dos terceras partes del Congreso de la Unión (Orden Federal), y el cincuenta y
uno por ciento de las legislaturas de los estados (Orden Local). Ahora bien, este
Constituyente Permanente, facultado para reformar la Constitución, que pertenece al
Orden Total, es independiente y diverso a los restantes órdenes existentes.
Reitero, dentro de este orden se desenvuelve el Poder Judicial de la Federación al
realizar la jurisdicción constitucional en México, como parte del Orden Total y
restringido única y directamente al deseo de la nación, expresado en su Constitución.
9.BREVES REFLEXIONES.
Del análisis de los medios de defsna constitucional descritos con anterioridad,
procedemos a indicar, en forma breve y concreta, que los sistemas jurícos de México y
España cuentan con una Constitución escrita, que goza de nivel superior al resto de los
ordenamientos de derecho existentes en dichos estados.
Al gozar la Constitución de Supremacía respecto del ordenamiento jurídico restante,
la propia Constitución establece un medio de defensa a efecto de evitar ser vulnerada o
contradicha por la legislación secundaria. Existiendo en España la denominada
cuestión de inconstitucionalidad y en México el juicio de amparo.
Dichos procedimientos constitucionales, son diversos, por lo cual, difícil resulta
realizar un estudio comparativo entre los mismos; siendo la principal característica
común, la finalidad de mantener la superioridad constitucional en el ordenamiento de
derecho interno.
Tanto en España como en México, el control de la constitucionalidad de las normas
generales es concentrado.
En México, dicho control concentrado tiene ciertas características de control difuso,
en virtud de que si bien es cierto que la competentencia para resolver en amparo, recae
en el poder Judicial de la Federación, también lo es que el mismo se conforma por
diversos órganos jurisdiccionales, que en sus respectivas competencias conocen de la
constitucionalidad de las leyes.
Por su parte, en España, la autoridad constitucionalmente competente para declarar
la inconstitucionalidad de las normas generales es el Tribunal Constitucional.
Tanto en México, como en España, los citados medios de defensa constitucional,
son procesos jurisdiccionales de carácter contencioso.
242
En México, la impugnación de leyes se origina mediante la vía de acción; mientras
que en España, será procedente mediante la vía de excepción.
Ambos juicios son medios de defensa constitucional con un extenso ámbito de
revisión, en virtud de que analizan la constitucionalidad de cualquier norma con
carácter general.
El juicio de amparo mexicano y la cuestión de inconstitucionalidad son a instancia
de parte, es decir, el órgano revisor de la constitucionalidad de las leyes, no podrá
actuar de oficio; más la legitimación en dichos sistemas es diversa. En la cuestión de
inconstitucionalidad, solo podrá incitar al órgano con jurisdicción constitucional, la
autoridad judicial al resolver una controversia se cuestione respecto de la
constitucionalidad de la ley a aplicar en el fallo respectivo; mientras que en México, la
legitimación activa se establece en favor de cualquier persona que vea lesionados sus
derechos en forma personal y directa por una ley que considera inconstitucional.
Así pues, en España, la cuestión de inconstitucionalidad actúa siempre en el marco
de la aplicación de la ley por autoridades jurisdiccionales. En México, el juicio de
amparo, podrá analizar la constitucionalidad de la ley bien con anterioridad a su
aplicación, trtándose de leyes autoaplicativas, o con posterioridad a dicho acto de
aplicación, cuando nos enconremos frente a leyes heteroaplicativas; o incluso
autoaplicativas, si no se impugnó la misma dentro del plazo concedido por la ley, a
partir de su entrada en vigor.
El amparo contra leyes, procede cuando la aplicación de la norma impugnada, se
realizada por cualquier autoridad; mientras que la cuestión de inconstitucionalidad será
procedente, únicamente respecto de las normas generales ha aplicar por parte de los
órganos jurisdiccionales.
Por ello, la cuestión de inconstitucionalidad actúa en el momento mismo de
aplicación de la norma general por el órgano jurisdiccional respectivo, mientras que el
amparo en México, revisa la constitucionalidad de las leyes, una vez que se intenta su
aplicación o se aplica la misma, pero en el caso de los órganos jurisdiccionales,
mediante el amparo directo, se analizará la constitucionalidad de la ley (siempre
respecto con la resolución que se impugne. Recordemos que en el amparo directo, no
se impugna la constitucionalidad de la ley, sino la propia resolución del órgano
jurisdiccional), una vez que se ha aplicado la misma.
Así pues, lo dicho en el párrafo inmediato anterior, nos lleva a la conclusión, de que
en España la cuestión de inconstitucionalidad tiene carácter preventivo, mientras que
243
en México, el juicio de amparo respecto a los órganos jurisdiccionales (amparo
directo), tiene carácter restitutivo.
La cuestión de inconstitucionalidad establece en favor de la autoridad judicial, la
certeza de que la ley aplicada es conforme a la Constitución; el órgano jurisdiccional
aplica la constitución directamente (mediante la previa intervención del Tribunal
Constitucional) en virtud de que quien aplica la norma declarada constitucional o se
abstiene de su aplicación es la propia autoridad judicial. En México (como se indicó
con anterioridad), la constitucionalidad de las normas aplicadas por el órgano
jurisdiccional, será revisada por el correspondiente Tribunal Colegiado de Circuito, al
resolver en amparo directo; no obstante, consideramos que sería una reforma
importante, el integrar en el sistema jurídico mexicano, las cuestiones constitucionales,
a efecto de que el correspondiente órgano jurisdiccional, al momento de aplicar la
norma general, lo realice con la completa seguridad de que la misma no viola la
Constitución, cumpliendo con ello, además, lo ordenado por el artículo 133 del Pacto
Federal; sin que ello sea obstáculo para que dicha resolución pueda ser impugnada
mediante amparo directo, tal y como hasta ahora se ha realizado en el derecho
mexicano, en virtud de que aún cuando la ley aplicada sea constitucional, puede existir
violación de las garantías consagradas constitucionalmente, por parte de la autoridad
judicial por motivos diversos.
El sistema español, tiene la insuperable ventaja que las cuestiones de
inconstitucionalidad, generan sentencias con efectos erga-omnes; mientras que en
México, las sentencias de amparo tendrán siempre efectos individualizados;
protegiendo únicamente a la persona que solicitó el amparo.
En ambos sistemas de derecho, se prevén, además de los medios de defensa
constitucional indicados, procesos jurisdiccionales de revisión constitucional de las
leyes, otorgándo legitimación en ellos, a las autoridades estatales, con similares
procedimientos y objetivos. Nos referimos a las acciones y los recursos de
inconstitucionalidad, existentes en México y España, respectivamente.
Finalmente, en España, la denominada autocuestión, genera el inconveniente, que la
misma es instada ante el Pleno del Tribunal Constitucional por la Sala de dicho
Tribunal, una vez que ha estimado el recurso de amparo planteado ante la misma, en
virtud de considerar que la ley aplicada lesiona derechos fundamentales o libertades
públicas; por lo cual puede ocurrir, que la Sala haya otorgado el amparo por considerar
que un acto de autoridad, realizado en apego a la ley, resulta inconstitucional, más el
Pleno considere que dicha ley se encuenra apegada a la Constitución, generandose con
244
ello una discrepancia de importancia considerable, por lo cual sería una reforma
importante, el que la Sala, se abstuviese de resolver el amparo (al igual que los
restantes órganos jurisdiccionales), hasta en tanto la ley relacionada con el acto de
autoridad que se revisa en amparo, no sea declarada constitucional o inconstitucional
por el Pleno del Tribunal.
CAPITULO VI.
EL JUICIO DE AMPARO EN MATERIA AGRARIA.
SUMARIO. 1.Derechos sociales. 2.Amparo agrario. 2.1.Antecedentes. 2.2.Procedencia. 2.3.
Legitimación.2.4.Interposición de la demanda y competencia. 2.5.Suspensión.2.6.Suplencia de la
queja deficiente. 2.7.Otras diferencias respecto del amparo genérico. 3.Breves reflexiones.
1.DERECHOS SOCIALES.
"Uno de los acontecimientos destacados en el campo jurídico universal -y del cual
no sólo no es ajeno el derecho mexicano, sino inclusive `pionero´-, es el nacimiento de
los derechos sociales. No debemos subrayar la crítica que se ha hecho a la
denominación -que podría llevarnos a la fácil argumentación de que todo el derecho es
social-, sino al contenido mismo de tales derechos."221
Los derechos sociales, son aquellos que le son reconocidos a la persona no en forma
de individuo aislado, sino precisamente como perteneciente a una determinada
colectividad o grupo social; por ello, con una finalidad de carácter colectivo; es decir,
los derechos sociales, reconocidos constitucionalemente, forman parte de igual forma
221
125.
Castro, Juventino V.
Hacia el amparo evolucionado.
ed. Porrua.
pág.
245
de los derechos fundamentales de la persona, más le son propicios al individuo en
virtud de pertenecer a un determinado grupo social, en virtud de que el individuo (o los
individuos), es considerado en base a su pertenencia a una colectividad, con una
finalidad específica.
2.AMPARO AGRARIO.
Dentro de éste ámbito de derechos fundamentales se desenvuelve el juicio de
amparo en materia agraria; los derechos reconocidos a las personas que trabajan y
explotan la riqueza natural, en forma conjunta, gozan de la protección y de los
derechos sociales constitucionalmente reconocidos. No son ellos, los únicos
poseedores de derechos sociales (los derechos sociales a diversos sectores, como por
ejemplo los trabajadores); no obstante, son los derechos sociales inherentes a este
grupo, el que nos interesa, en virtud de que en el presente capítulo examinaremos el
juicio de amparo en materia agraria.
2.1.Antecedentes.
La necesidad de dar un tratamiento especial y diferenciador a los trabajadores de la
tierra, viene dada por circunstancias históricas. Desde la época colonial en México,
existían instituciones procesales de carácter interdictal, que tenían como finalidad
proteger los derechos colectivos de las comunidades indígenas en contra de los colonos
españoles que pretendían despojarlos de sus bienes, confirmados por la legislación
española.
Los derechos de una clase (como la campesina) que por sí sola se puede encontrar
desprotegida frente a los abusos de las autoridades o de los sectores o individuos con
gran capacidad de acción (dada por características sociales, económicas, etc.), han sido
ganados en México con el transcurso de la historia. Sin afán de entrar a un estudio
histórico de los mismos (dada su extensión), baste recordar que fue una de los
principales impulsos a los diversos movimientos armados en México, tal como la
propia Revolución Mexicana de 1910, siendo de digno de mención Emiliano Zapata,
que lucho conjuntamente por dichos derechos, manteniendo el lema: "Tierra y
Libertad".
246
Así pues, la primer Constitución que reconoce los derechos sociales (como tales), es
la Constitución Mexicana de 1917; garantizando mediante el artículo 27 del citado
Pacto Federal, los derechos a la clase campesina.
Actualmente procedente el juicio de amparo en materia agraria, como garantía de
los derechos sociales pertenecientes a dicha clase o colectividad; más con un
tratamiento especial, a grado tal, que la Ley de Amparo, contiene un libro segundo
titulado: "Del Amparo en Materia Agraria".
2.2.Procedencia.
"En el proceso constitucional de amparo confluyen, o pueden confluir, todas las
cuestiones o conflictos jurídicos de las diversas ramas del derecho, entre las cuales
figura la materia agraria. La materia agraria comprende todos los actos de autoridad
que violen real o aparentemente las garantías sociales e individuales de los gobernados,
que estén vinculados con cuestiones agrarias. Comprende la materia agraria todo acto
de autoridad relacionado con el conocimiento, decisión y ejecución de cuestiones
agrarias en el ámbito administrativo y jurisdiccional."222
No obstante, el juicio de amparo en materia agraria respecto de la pequeña
propiedad o posesión, debemos ubicarlo en el contexto del juicio de amparo en materia
administrativa, en virtud de que el mismo se llevará a cabo mediante las aplicaciones
comunes que para la materia administrativa rige el amparo, evitando con ello, el mal
uso que de éste se podría hacer en favor de los dueños y poseedores de predios
agrícolas o ganaderos, bien, industriales o bien particulares en general, que cuentan con
los medios económicos, sociales y culturales, suficientes para proteger sus derechos
por las vías jurídicas establecidas en general. En efecto, el juicio de amparo, prevé
grandes ventajas y especial protección, en favor de la clase que pudiera encontrarse
desprotegida o de bajo nivel social, económico y cultural, tales como los menores, los
incapacitados, los trabajadores, los campesinos, etc.
El artículo 212 de la Ley de Amparo establece: Con la finalidad de tutelar a los
núcleos de población ejidal o comunal y a los ejidatarios y comuneros en sus derechos
agrarios, así como, en su pretensión de derechos, a quienes pertenezcan a la clase
campesina, se observarán las disposiciones del presente Libro Segundo en los juicios
222
Ponce de León
Trillas. pág. 123.
Armenta,
Luis
M.
Derecho
procesal
agrario.
ed.
247
de amparo: I.- Aquellos en que se reclamen actos que tengan o puedan tener como
consecuencia privar de la propiedad o de la posesión y disfrute de sus tierras, aguas,
pastos y montes a los ejidos, o a los núcleos de población que de hecho y por derecho
guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, lo mismo si las entidades o
individuos mencionados figuran como quejosos que como terceros perjudicados; II.Cuando los actos reclamados afecten o puedan afectar otros derechos agrarios de las
entidades o individuos a que se refiere la fracción anterior, sea que figuren como
quejosos o como terceros perjudicados; III.- Aquellos en que la consecuencia sea no
reconocerles o afectarles en cualquier forma derechos que hayan demandado ante las
autoridades, quienes los hayan hecho valer como aspirantes a ejidatarios o comuneros."
Del anterior artículo, podemos observar que las características especiales del
amparo en materia agraria, no sólo beneficiarán al núcleo de población ejidal o
comunal, cuando presente una demanda de amparo, en contra de actos de autoridad en
los casos específicamente determinados en la ley, sino que de igual forma le será
propicio, cuando se ostente en dicho juicio como tercero perjudicado.
2.3.Legitimación.
La legitimación para interponer el juicio de amparo en nombre del núcleo de
población, se encuentra en favor de los Comisariados ejidales o de bienes comunales;
de los miembros de éstos o del Consejo de Vigilancia o de cualquier ejidatario o
comunero, si transcurridos quince días de la notificación del acto que mediante la vía
de amparo se impugnará, dicho Comisariado no ha interpuesto el juicio de amparo por
los sujetos indicados anteriormente; y todos aquellos a quienes les conceda
legitimación procesal la Ley Federal de Reforma Agraria, en los casos de restitución,
dotación y ampliación de ejidos, de creación de nuevos centros de población y en los
de reconocimiento y titulación de bienes comunales.
Quienes interpongan el juicio de amparo en materia agraria, se encuentran
obligados a acreditar su representación en los términos establecidos por el artículo 214
de la Ley de Amparo.
2.4.Interposición de la demanda y competencia.
No existe término para la interposición de la demanda de amparo (de conformidad
con el artículo 217 del ordenamiento legal invocado), cuando se promueva contra actos
248
que tengan o puedan tener por efecto privar total o parcialmente, en forma temporal o
definitiva, de la propiedad, posesión o disfrute de sus derechos agrarios a el núcleo de
población sujeto al régimen ejidal o comunal. En los demás casos, la demanda de
amparo se deberá interponer en el plazo de treinta días.
La competencia para conocer del juicio de amparo, será determinada por la
competencia genérica, más el amparo en materia agraria, se encuentra dentro de la
materia administrativa; por lo cual, serán competentes los órganos especializados en
materia administrativa, o a falta de ellos, los órganos jurisdiccionales con competencia
mixta.
No obstante, cuando se señalen como actos reclamados, aquellos que tengan o
puedan tener como objeto privar de sus derechos agrarios a un núcleo de población
quejoso, de sus derechos individuales o ejidatarios o comuneros, podrá acudirse a la
competencia auxiliar; es decir, en aquellos casos en que en el lugar en donde se
encuentre asentado el núcleo de población, no resida juez de Distrito, se estará en
posibilidad de acudir al juez de primera instancia dentro de cuya jurisdicción radique la
autoridad que ejecuta o trata de ejecutar el acto reclamado, el cual recibirá la demanda
de amparo, resolviendo respecto de la suspensión, solicitando los respectivos informes
justificados (los que se deberá remitir al Juez de Distrito correspondiente), y remitirá al
Juez de Distrito correspondiente y sin demora alguna la demanda original y las
actuaciones realizadas hasta dicho momento, a efecto de que se continúe el cause
normal del amparo.
2.5.Suspensión.
Por lo que respecta a la suspensión en materia de amparo agrario, la misma se regirá
por las reglas generales del amparo; no obstante, una de las principales característicos
de la misma en la materia agraria, consisten en que la suspensión procederá de oficio, e
inclusive se decretará de plano, en el mismo auto en el que se admita la demanda de
amparo, cuando los actos reclamados tengan o puedan tener por consecuencia la
privación total o parcial, temporal o definitiva de los bienes agrarios del núcleo de
población quejoso o su substracción del régimen jurídico ejidal.
En efecto, en los casos indicados, el Juez de Distrito (o la autoridad auxiliar)
conocerá de la suspensión, inclusive sin que la misma le sea solicitada, concediéndola
en todo momento sin obstáculo e impedimento alguno.
249
De igual forma, en materia de amparo agrario, la suspensión concedida a los
núcleos de población, no requerirá garantía alguna para que surta sus efectos.
2.6.Suplencia de la queja deficiente.
El artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su
fracción II, párrafo tercero, indica: "Cuando se reclamen actos que tengan o puedan
tener como consecuencia privar de la propiedad o de la posesión y disfrute de sus
tierras, aguas, pastos y montes a los ejidos o a los núcleos de población que de hecho o
por derecho guarden el estado comunal, o a los ejidatarios o comuneros, deberán
recabarse de oficio todas aquellas pruebas que puedan beneficiar a las entidades o
individuos mencionados y acordarse las diligencias que se estimen necesarias para
precisar sus derechos agrarios, así como la naturaleza y efectos de los actos
reclamados."
De conformidad a lo ordenado por la propia Constitución, así como por la Ley de
Amparo, en sus artículos 225 y siguientes, podemos apreciar, que en materia agraria, la
suplencia en la deficiencia de la queja, opera con gran amplitud.
En efecto, "la suplencia de la queja deficiente, en materia agraria, es la más amplia
que reconoce nuestro derecho positivo, ya que no únicamente se corrigen o
perfeccionan los conceptos de violación, sino que el juzgador está obligado a buscar y
obtener las pruebas que estime necesarias y al resolver éste sobre la
inconstitucionalidad de los actos reclamados, debe estimarlos tal y como resulten
probados, aún cuando se trate de actos distintos o diferentes de los invocados en la
demanda de amparo."223
2.7.Otras diferencias respecto del amparo genérico.
El plazo otorgado a las autoridades responsables para rendir sus respectivos
informes con justificación será el de diez días. De igual forma el término para
interponer el recurso de revisión en los amparos agrarios será el de diez días, sin que la
falta de las copias exigidas por la Ley para ello, sea causa para que el mismo se tenga
por no interpuesto (cuando el recurso de revisión se interponga por el núcleo de
223
Noriega, Alfonso.
Lecciones de Amparo.
ed. Porrua.
pág. 723.
250
población, los ejidatarios o comuneros), en virtud de que en tal supuesto, dichas copias
serán expedidas por la propia autoridad judicial correspondiente.
Así también, en los juicios de amparo en materia agraria, no procederán, en
perjuicio de los núcleos ejidales o comunales, o de los ejidatarios o comuneros, el
sobreseimiento por inactividad procesal ni la caducidad de la instancia, pero uno y otra
sí podrán decretarse en su beneficio. Cuando se reclamen actos que afecten los
derechos colectivos del núcleo tampoco procederán el desistimiento ni el
consentimiento expreso de los propios actos, salvo que el primero sea acordado por la
Asamblea General o el segundo emane de ésta.
3.BREVES REFLEXIONES.
En el contexto en que se ha desarrollado el presente trabajo, observamos que en
España, no existe un medio de protección con similares características, como aquellas
en que se desenvuelve el juicio de amparo en materia agraria. Considero que ello se
encuentra determinado, en virtud de que España no ha tenido las vivencias históricas
con las que cuenta México, principalmente por lo que hace a los núcleos indígenas y de
campesinos.
El derecho agrario, tiene en México, avances inalcanzables en el ámbito
internacional, siendo una de sus principales conquistas, la procedencia del juicio de
amparo en contra de los actos de autoridad que desconozcan los derechos
constitucionalmente otorgados a la clase social que ahora nos ocupa; con ventajas
considerables en el procedimiento de amparo.
El juicio de amparo mexicano,
contempla pues, fuertes medios de protección y grandes ventajas procesales en favor
de aquellos grupos sociales que se consideran desprotegidos o con niveles inferiores de
posibilidad para defender sus derechos; los cuales les han sido otorgados por la propia
Constitución General de la República, y han sido logrados mediante la lucha continua
del pueblo mexicano en el decurso de la historia, en la búsqueda constante por la
igualdad.
251
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