Rev, de Med, E, G, N'a 0Jarra VI: 256, 1961 de RESUMEN El autor expone su experiencia en la cirngía de la vía biliar principal, Después de l 80 casos de ,esfinterotomías se muestra decidido partidario de este proceder en los conflictos de la extremidad distal, así corno ,de la derivación definitiva a un asa de yeyuno aislada en Y de Roux, en los problemas localizados a mayor altura, No emplea sondas en T ni ningún otro tipo de drenaje, Nuestra actuación en este terreno ha sufrido una evolución que creo, en general, ha sido la misma para todos. Desde un principio rechazamos los drenajes externos, por estimar que es una solución paliativa, útil sólo para resolver de momento el problema, pero nunca de forma definitiva si no se ha eliminado la causa fundamental; y en caso de haberse eliminado y dejado libre el tránsito biliar, el drenaje externo es totalmente superfluo y hasta perjudicial. Toda la patología de la vía biliar principal gira fundamentalmente alrededor de algún obstáculo al flujo normaL por ello, creí encontrar la ((panacea universaln de estas enfermedades, en una buena derivación interna y así, siguiendo los consejos por entonces de Mirizzi, comen(l') Málaga, cé por practicar cístico-duodenostomías, si este conducto era suficientemente peren caso colédocomeable duodenostomías, para muy pronto quedar sólo con este segundo típo de derivación por ser en general más fácil, amplia y segura. En un principio se obtuvieron buenos resultados y reuní un buen número de carns completamente curados sus problemas totalmente más tarde los resultados fueron peores, tándose casos te con colangitis rebeldes a todo tratamiento, desesperantes tanto para el paciente como para el Por aquel entonces, pensándose en una infección ascendente, se preconizaba la resección parcial con anastomosis yeyunal, para alejar la de contaminación alimenticia de la zona duode- a naL Tras unos pocos enfermos, observé que s1 en más o menos rnaalgunos hubo persistía la conifiestas, en la langitis. Estas reintervenciones me enseñaron una cosa fundamental: que las anastomosis se habían cerrado en todos los casos a pesar de que siempre he practicado aberturas lo más amplias posibles. Intenpara evitar el fontando nuevas do de saco del tercio distal del colédoco, de donde había obtenido bilis muy contaminada en mis reoperados, comenzamos a hacer colédoco-duodenostomías muy amplias y tan prócomo Precisaeste camino llegué a la solución que considero como más definitransduodetiva: la que vengo practicando desde con 180 casos operados con siendo bastantes de ellos enfermos reintervenidos por fra caso de la colédoco-duodenostomía realizada anteriormente. El análisis detallado de mi casuística, me ha llevado a la conclusión de que si la impermeabilidad de la vía biliar principal no es absoluta, si pasa, aunque sea con de toda derivación por amplia y correcta que sea, tiende a cerrarse y por tanto, a de cumplir la misión para la que la creamos. Si el problema primordial era temporal edema, la fístula interna, lo mismo que si se hubiese dejado una sonda en permite la curación del proceso y aunque luego cese en su función, el enfermo queda curado; pero en los casos de estenosis incompleta al ocluirse, replantea la situación inicial. Lo curioso es que esto debíamos haberlo previsto. Se han venido usando bastantes sondas en T de grueso calibre, que al sacarlas han dejado una brecha muchas veces excesivamente amplia y sin embargo, siempre ha cesado de fluir bi- lis, muy rápidamente en los casos de amplio drenaje por la vía normal y más lenta y dificultosamente en los otros ca sos, pero la fístula externa que queda nunca es definitiva salvo en las secciones vV<Hf-W.. del U oclusión permanente. la bilis, a poco que puepor su vía normal inutilizándose otro camino. Por ello, lo correcto ,es hacerla fluir por su conducto mientras más estenosis es Esta intervención correctamente efectuada no aumenta en absoluto la mortaocurre lo contrario, bien resuelto. Metractor, introducido a se puede manipular por una pequeña abertura de duodeno. Yo no dejo nunca sondas en ya que, con una amplia esfinterotomía una correcta sutura garantizada la y nunca he tenido retemo a la acción irritante de la sonda en sitio tan delicado como la confluencia de la papila. Pero es que si el drenaje por la vía normal es suficiente, no veo la necesidad ni de de las pequeñas sondas para ramas cortas, pues, por muy poco que molesten para menos sirven y es preferible un buen cierre operatorio que no dejar esta brecha que cicatrice con más probabilidad de originar una estrechez. Sólo en caso de que el cirujano no quede satisfecho de la intervención encuentro indicación para este drenaje, pero ello presupone un fallo técnico. Si bien para mí la solución ideal de los problemas de la extremidad distal de la vía biliar es la esfinterotomía, no ser lo mismo para las estrecheces más altas. Aquí ha de recurrirse a una derivación interna, previa diminación de la porción de hepatocolédoco que quede por de la anastomosis, ya que de persistir un paso por la vía principal temo se cierre la anastomosis y en <CUC> 253 caso contrario es preciso evitar el fondo de saco que quedaría. En estas derivaciones internas también abandoné el duodeno corno punto de desagüe, precisamente por haber tenido en algunos de los primeros casos colangitis persistentes. Por ello, casi desde un principio he venido recurriendo al yeyuno, empleando un asa aislada en Y de Roux, lo que me ha dado muy buenos resultados. Creo más seguro, rápido e inocuo este proceder, que empeñarse en reconstruir una vía que ofrece menos garantías de éxito. Sólo recurro a la coledocorrafia en las aberturas practicadas con fines operatorios y por tanto correctamente abierto o en leves heridas. En las estenocortas y localizadas da buen Heineke-Mikulicz. Las colédoco, hepático o hilio-yeyunostomías, deben hacerse siempre suturando los bordes árbol biliar al yeyuno, bien al borde seccionado de éste, bien al resultante de invertir el anterior para escamotear la mucosa siempre séptica, que es lo hago; pero ello a veCuando es necesario ces no es utilizar un conducto biliar intrahepático por falta de todo otro material se resuelve el problema cateterizando el conducto con una sonda cuya calibre permite su introducción, fijándola con un punto de catgut y suturando el yeyuno, previa inversión de su borde con puntos entrecortados a la superficie hepática alrededor de la sonda. Se ha hablado en estos casos de los peligros de una retracción y estenosis posterior. Yo no dudo ello es posible, pero también es a veces ésta es la única solución. eilo es bien corta, dos casos, pero en ambos se resolvió la ictericia obstructiva y no hubo complicación; el primero era una neoplasia de hilio hepático, que meses más tarde llegó al exitus letalis por metástasis, y por ello no puedo saber si se hubiese estenosado cicatricialmente más adelante; pero el segundo, una enferma con una larga ictericia obstructiva consecutiva a una operación que le habían practicado, presentó en el acto quirúrgico una destrucción total del hepático, no consiguiendo bilis en el hilio y sí más adentro. Esta tiene una supervivencia de un año en buen estado. Y para terminar, que si una intervención de vías biliares ha sido correctamente ejecutada y el problema está bien resuelto, se puede cerrar con dretoda sin peritonitis biliar si el paso normal de la bilis está asegurado y el drenaje, sea cualquiera su clase, no sirve más que para hacer el postoperatorio más molesto para el paciente, aumentar las adherencias a ese nivel y lo mismo que deja salir secreciones, también deja entrar gérmenes. Suponiendo que se produzca una bilirragia u otra complicación, es absurdo pensar que por el drenaje saldrá todo y si es como advertencia para intervenir, yo me seguiré guiando por otros datos clínicos más valiosos si se vigila adecuadamente el postoperatorio. Con la capacidad de absorción y defensa del peritoneo y la antibioterapia es más que suficiente para que sea inútil esa práctica que tanto trabajo cuesta abandonar. En una experiencia que ya va siendo larga, no he lamentado nunca esta línea de conducta. 259 View-points on surgery of tite common Bile-duct The Author surverys his eXiperience re.Jative to the surgery of the main biliary way. After 180 papillotomies performed, his opinion is that this is the best procedure at al! for the solution of .the dista.] end conflicts. The per· manent derivation to a Roux jejunaI isolated loop is a very good measure for the higher structures in the common bile dut. He never uses a T tuhe nor any other type of dreinage.