b R5 LATERCERA Domingo 19 de junio de 2016 nistro DC -que continúa de viaje en Londres- llamó a quien era su compañero más cercano en el comité político para comunicarle su decisión. La dimisión de Burgos supuso un duro golpe para Valdés. Por esa complicidad que ambos personeros cultivaron en el gabinete desde que desembarcaron en mayo de 2015 como la dupla que venía a moderar el espíritu reformista del gobierno, en el entorno de Burgos pensaban que Valdés suspendería sus actividades en Valparaíso -como sí hicieron otros miembros del equipo ministerial- y regresaría a Santiago para despedir al ex diputado en La Moneda, junto al resto de sus colegas. Valdés, sin embargo, para sorpresa de algunos personeros en Palacio, optó por quedarse en el Congreso, porque ya había comprometido su presencia en comisiones legislativas como Obras Públicas y Derechos Humanos. Pasadas las 14 horas, cuando el arribo de Mario Fernández ya se había transformado en una realidad, el titular de Hacienda llegó hasta el piso 15 para almorzar junto a algunos de sus asesores. Minutos después, los senadores DC se percataron de su presencia y lo invitaron a pasar al comedor del comité. Según parlamentarios presentes en el encuentro, Valdés estaba afectado y transmitía un semblante de resignación, que en el oficialismo ya habían percibido varias semanas atrás, pero que la salida de Burgos hizo más evidente. En el almuerzo, el dueño de la billetera fiscal insistió en el complejo escenario que atravesará la economía, al menos, por los próximos dos años, y transparentó su preocupación por el impacto de algunas de las reformas en la trayectoria de las finanzas, en especial, el resultado final de la reforma laboral. Valdés, inquieto hace mucho por el evidente desorden al interior de la coalición y por la insistencia de La Moneda en ocupar el veto presidencial en la reforma laboral, formuló una sentencia que para los parlamentarios DC sonó más bien como una advertencia respecto de su continuidad en Valdés se allanó a dar curso al veto para poder poner fin al debate laboral que generaba incertidumbre en el empresariado. el gabinete: para el economista PPD era fundamental que ese proyecto saliera del Congreso “lo más razonable posible”. En la Nueva Mayoría concuerdan en que Valdés ya no transmite el mismo entusiasmo de antes, que anda hastiado, mucho más irascible. El dueño de la billetera fiscal ya no disimula su amargura o su molestia cuando repasa algunos episodios producidos en el oficialismo en los últimos meses. De hecho, uno de los senadores DC presentes en el improvisado almuerzo sintió que lo del miércoles 8 fue un “sinceramiento” del ministro. En el círculo de Rodrigo Valdés reconocen que, junto con la salida de Burgos, también salió del gabinete el gran aliado que el titular de Hacienda tenía en el equipo ministerial. Ambos se reunían mínimo dos veces por semana, conversaban prácticamente todos los días -en persona o por vía telefónica- y compartían el mismo diagnóstico sobre la necesidad de bajar la velocidad reformista, en línea con la tesis de imponer una mayor gradualidad atendiendo las dificultades económicas, y también, a la tensa relación que La Moneda había cultivado con el gremio empresarial en el primer tiem- po de gobierno, con Alberto Arenas y Rodrigo Peñailillo a la cabeza. Ambos ministros eran la contraparte del frenesí legislativo en el segundo tiempo, a pesar de la célebre frase de Bachelet respecto a que “algunos leyeron sólo la palabra realismo, no escucharon el ‘sin renuncia’”. A sus más cercanos, Valdés les ha confesado que el ex diputado DC, con el tiempo, se convirtió en su amigo. Hoy, ya sin Jorge Burgos y con Mario Fernández como el nuevo jefe del gabinete -un dirigente histórico que proviene de la Concertación y con el cual Valdés no tiene una mayor cercanía-, el principal vínculo, por ahora, del jefe de las finanzas en Palacio es un viejo conocido: el titular de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre. La difícil reactivación En el Congreso, cuando algunos parlamentarios se lo han llegado a preguntar directa o indirectamente, dadas sus señales de incomodidad, Valdés ha descartado de plano una eventual salida del gabinete. Desde su entorno aclaran que una renuncia nunca ha estado en los planes. SIGUE EN PAGINA [6] 3