UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO FRANCISCO BLANCO QUINTANA Palabras clave: Venancio Blanco, escultura, dibujo, neofiguración, arte religioso contemporáneo, bronce. Resumen: Venancio Blanco es uno de los artistas contemporáneos más relevantes de la tendencia neofigurativa española. Partiendo de las formas tradicionales, ha renovado la escultura religiosa actual, incorporando un nuevo lenguaje plástico a través del bronce. Asimismo, el tema taurino, la música, la figura humana y otros motivos de la Naturaleza, constituyen su principal escenario creativo, apoyándose siempre en el dibujo como principio fundamental para dar forma a la idea en la materia elegida. Se describe en este artículo su trayectoria artística a través del tema mariano, incorporando elementos de su pensamiento sobre la belleza y el hecho creativo. THE HOLY VIRGIN THROUGHOUT THE WORK OF THE SPANISH SCULPTOR VENANCIO BLANCO KEY WORDS: Venancio Blanco, sculpture, drawing, neo-figurative art, contemporary religious art, bronze. SUMMARY: Venancio Blanco is one of the most important contemporary artists of the Spanish neofigurative movement. Based on traditional forms, he has renewed religious sculpture contributing a new plastic language using bronze as the preferred material. Additionally, bullfighting, music, the human figure and other themes inspired in nature, constitute his main creative world. Drawing is considered crucial by Venancio Blanco, in giving shape to the esthetic idea employing the chosen material. This article describes the Marian theme throughout the artistic career of the sculptor, including aspects of his innermost thinking about beauty and creativity. ScrdeM 429 FRANCISCO BLANCO QUINTANA Venancio Blanco Martín nace en 1923 en Matilla de los Caños del Río (Salamanca). A los 18 años viaja por primera vez a Italia becado por Educación y Descanso, tras recibir dos premios de escultura. De 1943 a 1948 estudia en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). En 1959 adquiere en Roma conocimientos sobre la fundición artística en bronce, gracias a una beca de la Fundación Juan March. Ha sido galardonado con diversas distinciones nacionales e internacionales, como el Premio Nacional de Escultura (1959), la Primera Medalla de Escultura de la Exposición Nacional de Bellas Artes (1962), la Medalla de Oro de Escultura en la IV Bienal de Arte Sacro de Salzburgo (1964), el Premio de las Artes de Castilla y León (2001) y la Medalla de Oro de la provincia de Salamanca (2009). En 1977 ingresa como miembro de número en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es nombrado en 1981 Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma. Pertenece además a la Pontificia e Insigne Academia Artistica dei Virtuosi al Panteon de Roma, así como a varias academias de Bellas Artes españolas. Es Presidente de la Fundación Venancio Blanco, desde su constitución en 2009. Su obra se enmarca dentro de la tendencia neofigurativa contemporánea, siendo uno de los artistas españoles que, partiendo de las formas tradicionales, ha renovado la escultura religiosa actual, incorporando un nuevo lenguaje plástico a través del bronce. Ha desarrollado asimismo una amplia labor docente, dirigida a alumnos de las Escuelas de Artes Aplicadas y Facultades de Bellas Artes. Sus obras figuran en colecciones particulares de España y del extranjero, así como en diversos museos, ciudades e instituciones, destacando el MNCARS, la sede de las Cortes de Castilla y León, el Museo Vaticano, el Museo Middelheim de Amberes, el Museo Nacional de El Cairo, la Universidad de la Santa Cruz en Roma, la Universidad Católica de Murcia, la Catedral de la Almudena en Madrid, y monumentos en distintos lugares de la geografía española. Scripta de Maria se complace en ofrecer a sus lectores este trabajo de la dimensión mariana de su obra preparado por su hijo Francisco Blanco. 430 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO “Todo el Arte es religioso. La belleza es la personalidad del Creador” (Venancio Blanco) Suele afirmar mi padre que su primer contacto con la escultura fueron los santos de la iglesia de su pueblo. Se refiere a Robliza de Cojos, a unos 30 km de Salamanca, donde transcurrió su segunda infancia. Él había nacido en Matilla de los Caños del Río, muy cerca del anterior, entre encinas, caballos y toros bravos. En varias ocasiones hemos ido juntos a Matilla y a Robliza. Y allí siguen algunas de aquellas imágenes de madera policromada, a las que el paso de los años no hace sino embellecer. La pátina del tiempo va dejando poco a poco su impronta, que hermosea la pieza y la ennoblece. De la iglesia de Matilla se conserva una talla espléndida de San Bartolomé, que pudo recuperar mi abuela de un incendio. También se quemó unos años después la iglesia de Robliza. Unos velones prendieron los paños morados que cubrían el retablo antes de la Semana Santa, y poco se pudo salvar. Mi padre ya no era un niño. Precisamente unos días antes del fatal accidente había llevado una Virgen de la Soledad en madera, encargada por un pariente. “Esta pieza se libró del fuego porque yo no acepté sustituir una preciosa Santa Bárbara que había en el retablo del altar mayor, como quería el párroco, para poner la mía en un sitio preferente. Entonces tuve que hacer otro retablo...”. La Virgen ocupa desde entonces una capilla lateral de la iglesia. Según reconoce el artista, no logró en esa Virgen el semblante de dolor que habría deseado. Una hermana suya le sirvió de modelo. Más adelante, viviendo sus padres en El Escorial, realizó un retrato a su madre cuyo rostro sereno le evocó aquel otro que no consiguiera. “Tal vez en ese retrato estuviese aquella cabeza, pero no me atreví a modelarla para una Virgen... Hice además retratos a mis abuelos, y siento no haber hecho el de mi padre, pero él siempre buscaba una disculpa para no posar...”. Aquellas lecciones iniciales de escultura religiosa tradicional representaron un descubrimiento, y también un sólido fundamento. “Después he intentado contar esos temas, tan conocidos, pero desde una interpretación contemporánea. No pude hasta que tuve el bronce, que me permite expresar unas formas desde mi manera de hacer escultura, y desde mi ScrdeM 431 FRANCISCO BLANCO QUINTANA 432 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO responsabilidad”. La Virgen de Robliza fue un ejercicio de talla en madera, como tantos realizó en su juventud, cuando se abría camino en Madrid después de finalizar los estudios de Bellas Artes en la Escuela de San Fernando, en la calle de Alcalá. El mismo edificio alberga la Real Academia de Bellas Artes, y a él regresó años después para ingresar como miembro de número. Ese lugar tan querido, que hoy recoge el fruto de toda una vida con la misma ilusión que en los comienzos, fue testigo durante la etapa difícil de la postguerra española de un periodo importante de formación, y también de amigos. “En mis tiempos de estudiante realicé una escultura que representa a una mujer con un cántaro. Se trata de una talla en piedra, cuyo bloque recogí entre las ruinas de la Ciudad Universitaria y me llevé a la pensión para trabajarla allí. En ésta y en una Inmaculada de madera policromada que realicé también por aquella época, estaba presente el interés de buscar el movimiento en la escultura. Era difícil y de alguna manera un contrasentido utilizar la piedra o la madera para conseguirlo. De ahí que es la materia bronce la que venía presintiendo ya, para poder plasmar lo que después va a ser la personalidad que dejo en mi escultura. En la experiencia del taller advierto la necesidad del bronce, porque es la materia que menos me condiciona y me permite conseguir las formas que pretendo. Sin embargo trabajé la madera durante bastantes años, en mi juventud. Su aroma siempre rico era una delicia... Entonces fue más bien una dedicación al servicio del hecho decorativo, por los encargos que me hacían y con los que iba saliendo adelante en Madrid. Era aquí donde había que dar la batalla, pues las posibilidades eran mayores y el futuro más abierto”. No fueron un tiempo perdido aquellos años, en que las circunstancias limitaban al artista para desarrollar un lenguaje estético más personal. El oficio de taller le proporcionó la experiencia y conocimientos necesarios que le servirían luego en su creación posterior. El hombre y el artista, pero también el artesano, han de confluir en uno mismo: es una imagen que suele subrayar mi padre con frecuencia. “Dominar la materia para contar una historia, o simplemente una ocurrencia, es lo que entendemos por Páginas anteriores Virgen de la Soledad. Madera policromada. 1950. Iglesia de Robliza de Cojos (Salamanca). ScrdeM 433 FRANCISCO BLANCO QUINTANA Inmaculada. Madera policromada. Hacia 1945. Fundación Venancio Blanco. 434 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO el oficio o la destreza. Y así la huella de tu sentimiento queda en la escultura. Cuando has aprendido bien tu oficio y eres un buen profesional, hagas lo que hagas te proporcionará satisfacción”. De aquel periodo de los 50 es una Virgen en madera, María Auxiliadora, que responde a un encargo para el Colegio de San Fernando, de la Diputación de Madrid. Y también talló en madera una Virgen del Carmen para su madre. “Le hice esa Virgen después de muchos años de insistirme y de rezarle... le tenía gran devoción”. Por aquellos años trabajó también otros materiales, como el cemento o la escayola. “Eran materiales baratos, que tratados con nobleza, responden de la mejor manera y se convierten en un magnífico vehículo de expresión. Ambos acusan perfectamente cuanto de táctil tiene el barro, hecho que en la piedra es imposible conseguir, pues se trabaja a base de cincel. Y también se pueden tallar, como la piedra o la madera”. Recuerdo la entrada de la casa de mis abuelos en Guadarrama, en la ScrdeM Virgen. Madera policromada. Hacia 1950. Colección particular. 435 FRANCISCO BLANCO QUINTANA que colgaba un relieve de una Sagrada Familia en yeso, que fue boceto para un concurso en los años 60. Eran todas piezas amables, de una ternura y delicadeza íntimas, que mostraban cercano el motivo que representaban. Plásticamente dejan entrever una voluntad de búsqueda, de innovación, dentro de la figuración. Algo muy importante para mi padre fue la beca que le concedió la Fundación Juan March a finales de los 50 para estudiar en Roma la fundición artística en bronce a la cera perdida. “El pensar en el espíritu de las formas es lo que me lleva a buscar la materia más adecuada. La primera pieza que yo fundo es un desnudo que sale defectuoso, pero capta mi atención. Esa fue la lección primera y más importante, que me convenció para utilizar en adelante el bronce. Nace en mí una nueva forma de hacer: los elementos lineales, las planchas, los espacios abiertos, el dibujo en definitiva”. En adelante sería el bronce el elemento más empleado en la mayor parte de su producción artística. Después de regresar de Italia, pudo exponer una serie de esculturas de pequeño formato que había realizado en Roma, y otras fundidas ya por él mismo en su propio taller, con la ayuda de su hermano Juan. Fue en la sala Artis de Salamanca primero, y luego en la galería Neblí de Madrid, en 1960. Dos temas preferidos en la obra de Venancio, el taurino y el religioso, convivían en estrecha armonía. “El religioso para contar la grandeza del Creador, y el taurino para plasmar la belleza y la ilusión del joven torero, y la belleza y nobleza del toro. Un hombre con inquietudes nunca llega al final de estos dos temas. Ambos son profundos, y es importante descubrir desde el dibujo su verdadera dimensión, más allá de lo que puede ser la realidad aparente”. Una Sagrada Familia y una Huida a Egipto pertenecen a aquel momento. En más de una ocasión ha comentado mi padre que esas obras forman parte de una hornada de primeras fundiciones, que aún resultaban imperfectas: efectos no pretendidos por el artista, que pendiente del proceso de la obra, complejo y sorprendente, sabe aprovechar esos imprevistos para conseguir una nueva figuración. Analizadas desde el hecho plástico, supusieron para él clarísimas lecciones para futuras esculturas. Los fallos de fundición dan lugar a formas rotas que se convertirán en lo sucesivo en espacios meditados, para conjugarse con superficies planas y volúmenes, incorporándose así al conjunto de la pieza. Las experiencias de taller 436 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO dan lugar tantas veces a nuevas soluciones que enriquecen la búsqueda, desde la necesidad de inventar. “La evolución en un artista debe ser tan natural como la vida. La evolución en el arte de los distintos momentos, de los distintos siglos, es una evolución lógica, tiene un recorrido, una armonía. No siempre aciertas, pero el intento es válido. Lo importante es estar vivo: el artista y el hombre... Huida a Egipto. Bronce. 1960. Fundación Rodríguez Acosta. Granada. ScrdeM 437 FRANCISCO BLANCO QUINTANA Cuando se pinta o se hace escultura, hay que esperar con paciencia e ilusión los momentos más bonitos que vive el artista en su silencio, el amanecer de cada instante en el proceso de una obra. La ilusión nace con la juventud y madura con los años. La experiencia se logra trabajando todos los días. El proceso es lo que nunca terminas de aprender, y hay que prestarle toda la atención. Ahí está el poder del Creador, que siempre te está ayudando; otra cosa es que a veces no quiera despertarte...”. La Anunciación es otra de las primeras obras que mi padre fundió en bronce en su propio taller a la vuelta de su estancia en Roma. “Fue modelada con planchas de cera, materia que permite conjugar de una manera más ágil tanto la forma como los espacios. El carácter estilizado de la pieza, que comparte con otras de tema religioso, me permite hablar de algún modo de un periodo gótico en mi trayectoria. Un gótico que nada tiene que ver con las formas conocidas de esa etapa de la Historia del Arte. Se trata más bien de descubrir otros caminos, al emplear un nuevo material, tan diferente de los que había utilizado antes, como el barro o la madera. La iconografía tradicional representa habitualmente la escena de la Anunciación como pintura o relieve. Las cualidades del bronce, que no limitan la expresión de la forma, me permitieron llevar a cabo una escultura exenta, en la que María recibe el mensaje del Arcángel. Quiero pensar que el Creador, a la vez que en el Hijo pensó en la Madre. Desde el nacimiento hasta la muerte, la Virgen fue partícipe y consuelo de la vida de su único Hijo: una existencia corta en la tierra para mostrarnos el misterio de su venida, y una muerte grandiosa para cumplir así su obediencia al Padre”. Venancio Blanco reconoce en su vida una sucesión de talleres, y la familia representa el primero y más importante. “Y particularmente la madre. Su aliento, su devoción, su consejo, serán fundamentales. Siempre nos conformará esa suave y profunda huella maternal, ese taller dulcísimo en que comienza –tan decisivamente– a moldearse nuestra personalidad”. Otro de sus bronces en los que destaca la verticalidad es la Virgen con el Niño. “También fue de las primeras piezas, como la Anunciación, que realicé en cera a base de planchas y fundí en mi estudio con la colaboración de mi hermano. Las formas se armonizan de tal manera que definen espacios y volúmenes, acercándonos a la geometría descriptiva”. 438 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO Anunciación. Dibujo. 2005. Fundación Venancio Blanco. En 1973 se incorporó a los Museos Vaticanos la Colección de Arte Religioso Moderno y Contemporáneo, inaugurada por Pablo VI en el Apartamento Borgia. Junto con otros artistas españoles y extranjeros, como Picasso, Oteiza, Chillida, Chagall, Klee o Kandinsky, figuran dos piezas en bronce de Venancio Blanco, que representan una cabeza de Cristo y otra de la Virgen, realizadas por aquellos años. Ambas expresan un gesto apacible, de sereno dolor, que las planchas de cera empleadas al modelar los rostros consiguen transmitir, insinuando tan sólo los detalles faciales. ScrdeM 439 FRANCISCO BLANCO QUINTANA 440 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO Virgen. Bronce. 1965. Museo Vaticano. Roma. La Piedad nació unos años después y formó parte de la exposición sobre tema religioso en el Ateneo de Madrid el año 74. “Recoge uno de los momentos más trascendentales de las vidas de Jesús y de María, mostrando el profundo dolor de la Madre y la belleza plástica del Hijo muerto. Este motivo iconográfico ha supuesto en toda época un reto para los artistas, desde la Edad Media hasta nuestros días. No podemos olvidar la primera Piedad de Miguel Ángel en el Vaticano, y la última del castillo de los Sforza en Milán. En mi escultura quedan patentes dos ejes fundamentales sobre los que se compone: el vertical, que centra la actitud de la Virgen inmersa en su serena tristeza, y el eje horizontal, definido por el cuerpo sin vida de Cristo. María permanece en un segundo plano, presentando al Hijo muerto como Redentor del género humano”. Página anterior Virgen con el niño. Bronce. 1960. Fundación Venancio Blanco. ScrdeM 441 FRANCISCO BLANCO QUINTANA 442 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO Piedad. Detalle. Una versión de mayor tamaño, junto con otras también de formato más grande de la Anunciación y la Virgen con el Niño, se encuentran en el Museo Religioso Venancio Blanco en El Plantío (Madrid). Su pieza central, la única tallada en madera y que dio lugar a la idea del proyecto, es un Cristo de tamaño natural, en el instante mismo en que vuelve a la vida. “Jesús vuelve con la alegría de habernos salvado y nos muestra las huellas de su precio”. El resto de las obras son todas fundidas en bronce: junto a las ya mencionadas se disponen además una Sagrada Cena presidiendo el espacio de la capilla, un Calvario, así como cuatro figuras que representan a Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San Francisco de Asís y San Sebastián. Completan el conjunto tres piezas sobre música: Haendel, Mozart, y la Gran Misa de Bach. “Tuve la fortuna de poder dedicar varios años de mi vida a este proyecto, con la libertad total y absoluta para trabajar en la materia adecuada, y contar así nuestro patrimonio religioso desde el momento actual. En el entorno de Página anterior Piedad. Bronce. 2002. Museo Religioso Venancio Blanco. Mapfre. El Plantío. Madrid. ScrdeM 443 FRANCISCO BLANCO QUINTANA 444 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO ScrdeM 445 FRANCISCO BLANCO QUINTANA la Capilla he pretendido destacar tres escenarios decisivos en la vida de la Virgen: sorprendida por el Ángel que le anuncia la Vida para morir, gozosa con el Niño en sus brazos, y sumida en la aflicción ante el Hijo que reposa en su regazo. En la Piedad, la Virgen acoge la Muerte y nos anuncia la Vida Eterna, significada en la figura del Cristo yacente en madera: un Cristo que no yace, sino que vuelve a la vida”. Las piezas sobre música de la Capilla recrean una abstracción, religiosa también, y por tanto espiritual: como toda la obra y la personalidad de mi padre. “Pienso que ha existido siempre en mí una percepción de lo que es el espíritu, sin llegar a entenderlo; creerlo y estar convencido sí. Se trata además de un soplo, de un anuncio de que el Espíritu Santo anida en las formas bellas. No sabría definirlo...”. Aunque el contexto plástico de Venancio Blanco es fundamentalmente la neofiguración, el abstracto no le es ajeno. “Para llegar al hecho figurativo partiendo de la idea, el primer planteamiento resulta una abstracción total: la estructura, la armadura, el encaje. Los pasos iniciales han de dirigirse en la búsqueda de la totalidad, siendo el final de la obra una síntesis, su esencia misma. Como en música: hay un tema, que requiere un planteamiento, un desarrollo y una conclusión. En mis obras hay una idea que nace, un planteamiento plástico desde la materia y hay un final. Para mí la abstracción radica en el hecho mental de la idea, unida a la ilusión del artista en espera del encuentro con la materia. Tan pronto como la idea se plasma en la materia, se convierte en una figuración. Hay una libertad de reconocer un algo figurativo en cada una de las manifestaciones que entendemos por abstractas. Pero lo auténticamente abstracto es la idea”. Algunas advocaciones de la Virgen han sido también objeto de otras representaciones en la obra escultórica de Venancio Blanco, como una María Auxiliadora en bronce de gran formato realizada a finales de los 60 para la iglesia del seminario de los salesianos en Pedro Abad (Córdoba), o el Monumento a la Virgen de la Encina, que se encuentra en una plaza de Ponferrada (León). Esta última es una pieza en bronce, integrada por la figura Páginas anteriores y siguiente Cristo que vuelve a la vida. Madera. 1991. Fundación Venancio Blanco. Original de la réplica modificada que se encuentra en el Museo Religioso Venancio Blanco. Mapfre. El Plantío. Madrid. 446 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO ScrdeM 447 FRANCISCO BLANCO QUINTANA de un cruzado de tamaño natural, con una Virgen en la mano, y un árbol junto a él como composición. La escultura reposa sobre el suelo, de forma que el espectador puede aproximarse hasta la misma obra y dialogar con ella. Igualmente en el dibujo, el motivo mariano ha estado presente a lo largo de la trayectoria artística de mi padre. Son formas claras, sencillas, las que nos transmiten el encanto de la Virgen madre con el Niño en brazos, mostrando un gesto afable, primoroso. Se añaden además a este itinerario las felicitaciones navideñas, que son ya una tradición desde hace tantos años, Mª. Auxiliadora. Bronce. 1969. Centro de Arte Contemporáneo de Pedro Abad. Córdoba. 448 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO para mantener una comunicación viva con los amigos. El procedimiento elegido es diverso: aguafuertes, monotipos, gofrados o dibujos. Realizando los christmas, he visto gozar tantas veces a mi padre ante lo que surgía inesperadamente después de cada vuelta de tórculo, lejos de toda pretensión, como un juego, un divertimento dice él. Matices, texturas, color... En la intención late la búsqueda, la investigación, y la satisfacción viene tras un nuevo descubrimiento. Pero aún me gustaría referirme al mundo más íntimo del artista, a su misma entraña. Y así, el nervio de su discurso plástico es el dibujo, entendido como primera forma de la idea, previa a la materia. Es el primer lenguaje. Se traducirá luego en hecho plástico, líneas y volúmenes, espacios, color; en música o palabra. El dibujo es la esencia. Y es también el sentido para comprender la obra de arte, la Naturaleza. Y el sentimiento para gozar de todo lo que es bello. “Dibujar es saber ver y trasladar, es una conexión mente-oficio, que no se aprende sino haciéndolo, como casi todo. El dibujo busca siempre el alma de las formas, te descubre su belleza y te hace partícipe de su vida interior. Es entendimiento, sensibilidad, razonamiento. En el niño el dibujo es un juego. Más tarde será rigor y disciplina, y por último libertad para disfrutar de lo que es bello. Un lenguaje que estimula y alimenta la ilusión de los hombres, y conduce al artista hacia el encuentro con la obra de arte. Ésta nace del encuentro entre dos esencias: la idea y el dibujo como entendimiento”. No conozco a mi padre sin lápiz y papel. Ningún instrumento es más idóneo para desvelar su pensamiento. Su primera elocuencia se vuelca en el dibujo, “que me enseñó a ver la realidad, a conocer a las personas, a gozar de la Naturaleza y sentirme hombre ante el Creador”. Es en el taller donde el dibujo recoge las distintas materias que fueron apareciendo en el recorrido plástico del escultor. “Cuando el silencio invade el espacio del taller, la idea hace en él acto de presencia, desde el hecho mental que la genera. Y el artista le da forma en la materia adecuada. Partimos del dibujo y terminamos dibujando la idea con las distintas materias. Como el trigo necesita la lluvia para que la semilla germine, la idea artística requiere de un espacio y un silencio para desarrollarse. El silencio es el transmisor de las ideas en quienes tienen sensibilidad para descubrir la belleza, es el vehículo de los grandes pensamientos. La oración se purifica y se expande en el silencio”. ScrdeM 449 FRANCISCO BLANCO QUINTANA Y en todo momento la invención: una necesidad del artista de buscar algo nuevo, asombroso quizá, que aparece de repente tantas veces. “La invención parte siempre de un conocimiento previo de la realidad. No es otra cosa que contar lo mismo de una forma diferente, porque nosotros no podemos inventar lo que ya hizo el Creador. Pero cuando te olvidas de inventar y se apodera de ti la realidad, estás perdido. Es una ráfaga de viento lo que me proporciona una idea, un pensamiento rico desde la imaginación, un algo que te sorprende. Y poco a poco las formas nacerán sin necesidad de tema alguno, llegando a la abstracción total. Estamos hablando de una parcela exquisita del Creador y no muy amplia, que son los artistas. Sin ellos, ¿qué hubiese sido del hecho religioso? Los Apóstoles transmitieron aquello de lo que fueron testigos, pero los artistas le han dado forma. Personalmente podría haber seguido el camino de nuestra imaginería tradicional, pero he preferido buscar siempre formas nuevas, también en el hecho religioso, con una nueva materia que es el bronce. Romper es muy difícil...”. ¿Figuración, abstracción? ¿Arte religioso o religiosidad? ¿Tradición o contemporaneidad? Comparten una misma realidad. “El Arte nace del sentimiento del artista. Y todo hecho creativo es religioso en la medida en que busca la belleza. No hay más que una única verdad”. La obra de Venancio Blanco surge de una reflexión profunda, serena, fruto del talento y de la fe. Percibimos una honda espiritualidad, una actitud humilde, agradecida, ante la generosidad de Dios, desde el reconocimiento de lo que uno mismo es y ha recibido. “El Creador es el artista por excelencia, que da a los hombres la gran lección. Todo está dicho en la Naturaleza. Ante su belleza, el hombre ha de estar dando gracias siempre. La manera de sentir de un artista es algo muy bello: es una forma de gozar que no puedes dejar de agradecer. Lo que tú eres es un regalo que has recibido”. En 2009 acompañé a mi padre a Roma, donde fue invitado para asistir al encuentro de Benedicto XVI con el mundo del arte, en el 10º aniversario de la carta a los artistas que Juan Pablo II redactó con motivo del Jubileo del 2000. En aquella otra ocasión él acudió también, y pudo dirigirse al Santo Padre en representación de España: “En el nacimiento de la idea que más tarde se convertirá en belleza, se advierte sencillamente la mano misteriosa del Omnipotente, que se acerca al artista y le inspira claridad para concebir la obra de arte. Es en este momento cuando el hombre tiene la sensación de estar más próximo al Creador. Un sentir especial que le infunde un 450 ScrdeM UN ITINERARIO MARIANO POR LA OBRA DEL ESCULTOR VENANCIO BLANCO Venancio Blanco en su taller. estado de ánimo difícil de explicar. Un gozo extraordinario que sirve de estímulo y provoca en el artífice la necesidad de transmitirlo a la materia”. Al finalizar estas líneas me encuentro en el taller de mi padre, y él está trabajando. Se trata de una pieza grande en escayola, que luego se fundirá en bronce. Es otro Cristo que vuelve a la vida, después del que tallara en madera veinte años antes. Y ahora, sólo la invención plástica, largamente meditada, puede atreverse a plasmar lo inefable: el agradecimiento del Padre al Hijo obediente: la vertical de un ángel ingrávido que se conjuga con el plano de Cristo incorporándose. Descubro unos apuntes que hay sobre la mesa, escritos en un papel cualquiera: “El silencio y la oscuridad de la muerte son el comienzo más claro y tal vez el único para encontrar la Luz y la Verdad”. Intuyo una próxima obra, un segundo momento, que seguramente el artista habrá madurado en su coloquio con el Resucitado: el reencuentro con la Madre. Francisco Blanco Quintana Médico. Vocal de la Fundación Venancio Blanco Madrid ScrdeM 451 FRANCISCO BLANCO QUINTANA 452 ScrdeM