MAESTRIA PSICOLOGIA CLINICA TRASTORNOS DE LA ALIMENTACION Y NUTRICION Volviendo al Juramento Hipocrático. MARY YELLY LONDOÑO CALLE ID # a9UB31726 ASESOR: Dra. Miriam Garibaldi ABRIL DE 2015 MEDELLIN, ANTIOQUIA, COLOMBIA ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY U.S.A. TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCION DESCRIPCION ANALISIS GENERAL ACTUALIZACION DISCUSIONES RECOMENDACIÓN CONCLUSION BIBLIOGRAFIA INTRODUCCION Aproximadamente en el año 460 a.C., nació en Cos, Islas Egeas, Hipócrates, hijo de Heráclides y quien posteriormente fuera llamado “El Padre de la Medicina”. En esa época, los tratamientos médicos no contenían fármacos de principios químicos activos procesados como se conocen hoy en día. Aunque es bien conocido que toda sustancia medicamentosa, debe usarse con cuidado, no es un secreto que la extracción de tinturas madre de las plantas, o los derivados de minerales e incluso organopreparados derivados de animales como el cerdo, son más inocuos que cualquier fórmula sintética química que pretende aliviar incluyendo contraindicaciones. En el mundo de los preparados naturales, también se presentan algunos limitantes como el caso de estados de embarazo y lactancia y episodios alérgicos a alguna planta. Pero está comprobado que siguen siendo una mejor opción, incluso para el tratamiento de enfermedades mentales y procesos emocionales. Hipócrates enseñaba en su discurso que “nuestro alimento debería ser nuestra medicina” (Juramento Hipocrático). Es algo que se presenta como una alternativa a los medicamentos, cualquiera sea el origen de ellos. El cuerpo humano está diseñado para curarse a si mismo; la mayoría de enfermedades son el producto de comportamientos errados en cuanto a manejo de las emociones y el factor nutricional. Cuando una persona come para alimentarse correctamente, el resultado es una salud prácticamente inquebrantable. El origen de la mayoría de las enfermedades está en el factor dietético. Aunque no pretendemos ignorar la genética de algunas de ellas o el resultado de accidentes y traumatismos. Sin embargo, la alimentación sigue siendo un factor determinante. Actualmente, la alimentación se basa en comidas hipercalóricas. Son preparadas industrialmente y adicionadas con altas cantidades de químicos contraproducentes que prolongan la vida de los alimentos y le añaden sabor para que sean más apetitosas al gusto. Y aunque se consideren de origen sano y natural, la ingesta de leche de vaca y sus derivados, causa más daño que beneficio. Cuando es necesario enfrentar una enfermedad cuyo alivio o control requiere de medicamentos, sería interesante que la medicina se enfocara de nuevo en el principio básico de su mentor: “Que la sustancia sea útil o al menos, no perjudicial.” (Juramento Hipocrático) Leyendo atentamente su discurso, extraemos frases con conceptos coherentes cuyo sentido parece haberse olvidado con el tiempo. El dejó constancia de su pensamiento en una frase que justifica el amor por esta hermosa carrera: “Todo filósofo o psicólogo que pretenda conocer al ser humano de forma integral, debe ser médico; en caso contrario, solo será un teórico.” (Juramento hipocrático) La dietética era la base de sus enseñanzas. Los alimentos contienen sustancias que previenen enfermedades y que pueden corregirlas. En la época actual, la contaminación, las tierras cansadas y desmineralizadas, la lluvia ácida, y los abonos no orgánicos, las hormonas en los animales y los antibióticos, han hecho que la nutrición sea defectuosa. Aparece entonces la necesidad de suplementos que logren alcanzar los niveles necesarios para mantener la buena salud. El juramento hipocrático es un código de ética moral. El trato humano y bondadoso del enfermo, la poca ostentación en los procesos, el respeto por los maestros y el ideal de servicio y no de lucro, son parámetros un poco distorsionados actualmente. Las ansiedades, los vacíos emocionales, la falta de aceptación y muchos fallos en el afecto, han provocado una serie de trastornos alimenticios en nuestros niños, que muchas veces no se corrigen hasta edades muy avanzadas; incluso algunas personas han perdido la batalla frente a este problema creciente. Precisamente la mal nutrición da paso a la anorexia y a la bulimia. La anorexia se presenta con falta de apetito y decreciente interés por alimentarse. Los tratamientos integrales son a largo plazo y se busca la nivelación nutricional con bases emocionales y predisposición mental para asumir el compromiso de un proceso bastante serio. La bulimia caracterizada por la abstención alimentaria y los atracones de comida o ingestión excesiva de alimento para luego provocar vómitos compulsivos, o uso indiscriminado de laxantes, también la padecen muchas personas, en especial las jóvenes. Otro desorden relacionado con la alimentación es la megarexia. Esta es una condición opuesta a la anorexia. Las personas peligrosamente obesas, se ven frente al espejo, como individuos sanos y delgados; de esa forma, no limitan su consumo de alimentos, los cuales ingieren indiscriminadamente. La adicción a la comida fue reconocida por la Asociación Americana de Psiquiatría e incluida en el manual de estadísticas y diagnósticos de enfermedades mentales (DSM-5). Las personas ingieren los alimentos sin pensar en el daño que causan dentro del cuerpo, con tal de que el sabor les agrade. Por eso se han inventado muchos químicos que actúan como realzadores de sabor para la comida empaquetada e industrializada. Todo esto con serias consecuencias para la salud. Debemos regresar a las prácticas ancestrales. DESCRIPCION Los desórdenes alimenticios son condiciones mediante las cuales, quienes las padecen, reciben inicialmente un torrente de dopamina que les hace sentir bienestar. En el caso de la anorexia y la bulimia nerviosa, las principales afectadas que son mujeres jóvenes, lo hacen por conservar una línea de aceptación social dedicada más a crítica de la moda que a la salud. Lo que sucede en sus cuerpos va tomando ventaja; y lo que al principio se consideraba bienestar, es bruscamente cambiado por una condición de desnutrición avanzada que al volverse crónica, genera múltiples enfermedades que llegan a causar hasta la muerte. Las niñas adolescentes, entre 13 y 17 años, son las más propensas a sufrir estas dos condiciones. Están expuestas socialmente a desarrollar un cuerpo perfecto, según los criterios de los medios; además los cambios hormonales les genera mucha ansiedad y el deseo de permanecer dentro de un grupo, siendo aceptadas. En el caso de la megarexia, las personas que lo padecen pueden ser mayores; pero de igual forma, el letargo debe desaparecer cuando el cuerpo les anuncie el inicio de enfermedades asociadas al sobre peso. Las terapias que buscan enseñar la forma adecuada de comer, son las más acertadas. Una estrategia efectiva para abordar el tema con las jovencitas es el de la belleza y los principios nutricionales antienvejecimiento. A algunas les ha impactado en terapias de choque donde se enfrentan a una imagen modificada, ver cómo el cuerpo se deteriora y envejece; presentando formas cadavéricas, cabellos escasos, secos y sin brillo, huesos pronunciados poco atractivos e incluso arrugas en el rostro. Cuando se les enseña el equilibrio entre juventud, belleza, nutrición y salud, se puede avanzar en la erradicación de este flagelo. David Grotto en su libro “Lo mejor que puedes comer” dice: “Hay dos tipos de envejecimiento: El biológico y el cronológico. No se puede hacer mucho respecto al segundo, pero si hay algunas cosas que se pueden hacer para frenar el efecto de las manos del tiempo en tu aspecto, y quizá incluso revertir el daño a través de una buena nutrición y un estilo de vida saludable. No fumes, descansa lo suficiente, cuídate del sol y consume frutas y verduras. Investigadores de la universidad de St. Andrews encontraron que tras la ingesta de abundantes frutas y verduras, a partir de la sexta semana, empieza a notarse la mejoría y la piel se ve más saludable y atractiva. Las tonalidades rojas y amarillas juveniles de la piel, se recuperan y acentúan; mientras que los colores menos cálidos pierden intensidad. Se genera más energía y se tiene mejor disposición para prender, memorizar y se agudizan los reflejos.” Pag. 237-238 Quizá el abordaje del tema desde este punto de vista, genere una mejor percepción del mismo. La nutrición debería ser una asignatura para los niños. Enseñarles a alimentarse adecuadamente debería ser parte de las prioridades académicas como conjugar verbos y realizar operaciones matemáticas. Incluso las nociones de gastronomía saludable, la interacción con los alimentos desde su origen y las preparaciones donde ellos mismos participen, quizá podría competir sanamente con las publicidades de mercadeo que venden como saludable, comestibles saturados de azúcar y químicos que producen enfermedades importantes. La obesidad, el cáncer, la diabetes y hasta la hipertensión son las enfermedades que hasta hace poco pertenecían solo a un grupo de adultos. Ahora tenemos niños entre 6 y 12 años que las padecen, aunque el grupo va en aumento sin excluir otras edades. De nuevo estos chicos reciben entonces un torrente de químicos prescritos por la medicina alopática y pocas veces se revisa su adecuada nutrición. Jean Carper en su libro “Los Alimentos: Medicina Milagrosa” dice: “La mayoría de la gente piensa que los medicamentos milagrosos se deben a las ideas luminosas de los genios de la industria farmacéutica y que son como cápsulas mágicas fabricadas en un laboratorio para curar todas las dolencias, grandes y pequeñas. Pero son muchos los científicos que han empezado a buscar otros tesoros muy distintos, creados en este planeta hace millones de años. Se trata de sustancias prevenientes de las plantas y de otros seres vivos que nos llevamos a la boca todos los días como alimentos, muchas veces sin darnos cuenta,” Pag. 1 En todos estos trastornos, nos enfrentamos a reeducar en nutrición y a curar enfermedades que ya han empezado a aparecer. El juramento hipocrático nos enseña una alta ética moral diseñada para restablecer el equilibrio en la salud; es decir, enfrentar la enfermedad como un conflicto emocional sin resolver; y que al fin y al cabo, detrás de cada trastorno, síndrome o adicción, hay un grupo grueso de motivos emocionales y mentales que necesita resolverse para que exista verdadera salud. Muchos no encuentran como combatir enfermedades, sino con el contenido de la farmacopea. El camino sigue abierto dentro del amplio espectro de posibilidades que el creador ha diseñado para que su obra subsista. Jean Carper en su libro: “Los Alimentos: Medicina Milagrosa” dice: “¿Quién podría decir que no es un milagro que el ajo puede matar las células cancerosas y regular la presión arterial? ¿Qué las sustancias presentes en las espinacas pueden aprisionar y paralizar el posible causante del cáncer del cuello uterino? ¿Que los compuestos del repollo y de muchas frutas pueden desintoxicar el organismo? ¿Qué algunos elementos químicos del reino vegetal puedan llegar al cerebro y afectar la transmisión de mensajes entre neuronas, influyendo sobre el estado de ánimo, la vigilia, los recuerdos , y todo aquello que apreciamos porque nos distingue como seres humanos?” Pag.3 La urgente necesidad de rehabilitar a las personas con estos trastornos, desde su mente y emociones hasta su estado biológico ideal, es lo que sucede dentro de ellos cuando permanecen bajo estas condiciones. La mitocondria celular se afecta y se deprime. De esta manera se agota la energía celular y comienza a colapsar todo el sistema. Aparece la anemia, las paredes del ventrículo izquierdo se adelgazan y la función aeróbica se hace irregular al igual que el funcionamiento del corazón. Los intestinos dejan su peristalsis normal, se evidencia un problema importante en la termorregulación y se presenta un deterioro del eje hipotalámico-hipófiso-tiroideo, suprarrenal y gonadal. El problema reside en que tanto los trastornos que evitan la ingesta de alimento como el exceso de los mismos, conllevan al deterioro crónico de los sistemas, por exceso o por defecto. Jean Carper en su libro “Los alimentos: Medicina Milagrosa” dice: “La comida puede estrechar y endurecer las arterias y formar coágulos que taponan y matan; pero también los alimentos pueden crear agentes para disolver los coágulos, adelgazar y purificar la sangre, estimular la producción de insulina, enviar hormonas, relajar las paredes arteriales, bajar la presión arterial y frenar el deterioro del organismo.” Pag. 5 Usando correctamente los alimentos y cuidando lo que ingerimos, entonces verdaderamente nuestra medicina es lo que comemos. Las células se oxigenan y reciben la energía necesaria además de eliminar la carga tóxica residual. Producimos entonces las hormonas correctas en medidas adecuadas y la estabilidad psicosomática comienza a producir la verdadera salud. ACTUALIZACION Ya reconocidas como trastornos mentales, las emociones mal expresadas y reprimidas agudizan las condiciones biológicas al punto de fomentar el espacio adecuado para desarrollar enfermedades agudas y crónicas. Hasta hace poco, no era factible pensar que la diabetes o el cáncer tuvieran su origen en las emociones. Una persona con desórdenes alimenticios de cualquier índole, tiene un vacío emocional, una ansiedad o una depresión no resuelta. Ahora se tiene en cuenta este factor como precursor de las enfermedades. Más sorprendente puede parecer que la serotonina precursora de la melatonina, hormona necesaria para conciliar el sueño reparador, se produzca en el intestino. Sólo un 5% es usado por el cerebro. Un intestino que no está trabajando de forma correcta y está saturado de tóxicos, produce menos de esta valiosa hormona. Hiromi Shinya en su libro “La enzima para rejuvenecer” dice: “Muchos de nosotros ignoramos la carga que representan los desechos para nuestro cuerpo. La gente que tiene mucha basura en sus células y en sus intestinos, experimentará un declive en su poder mental y físico.” Es triste ver que formulen Prozac cuando en realidad lo más benéfico sería una limpieza profunda o detoxificación. El aminoácido triptófano es esencial para la síntesis de la serotonina y es necesario ingerirlo porque el cuerpo no lo puede producir. Pero hay alimentos ricos en este aminoácido y existen suplementos que contienen los aminoácidos esenciales. Guiar a las personas para que asuman la experiencia alimenticia como un elixir de renovación, de salud y juventud, sirve para que estos males sean erradicados. Los tratamientos más avanzados incluyen una terapia denominada “La terapia del elogio” la cual se hace en varias sesiones como un estímulo a los avances del paciente. El refuerzo de hábitos saludables con elogios, afectos, palabras positivas y sensaciones divertidas hace de este proceso, un soporte integral unido a la atención médica que busca una reconciliación del paciente con los alimentos. El cambio de óptica hacia los mismos, le permite ingerir las medidas correctas de alimentos necesarios; y el seguimiento de sus logros en cuanto a peso y bienestar, logras restablecer el equilibrio perdido. El paciente comienza a verse de forma más real; y valora de si mismo, el aspecto saludable adquirido. Es demasiado útil además, ayudarle a formar un círculo social sano, en donde no exista la demanda de exigencias negativas que lo hagan regresar al estado inicial. Esta terapia incluye demostración de cómo los iconos de la moda son retocados con photoshop y también incluye un estudio fotográfico de si mismo para notar los avances en el estado saludable. El cambio de hábitos, de forma de pensar y de directrices de vida, se logra con la terapia y las medicaciones naturales no invasivas. Solo aquellas que estimulen los sistemas de tal forma que el cuerpo, sin agentes farmacológicos, pueda reestructurarse en varios niveles: 1. Eliminación de tóxicos: El drenaje profundo de la matriz extracelular es necesaria para que las células intervengan en el proceso de regeneración y así la mitocondria tenga la suficiente energía para proveerla a todos los sistemas. 2. Alimentación correcta: Esa matriz extracelular se enriquece con las sustancias necesarias para que la producción de células sanas nuevas comience a regenerar y a revertir el daño ocasionado por la mala alimentación. 3. Fortalecimiento del sistema inmune: Incrementar la actividad de las células NK y de los linfocitos T, B y macrófagos fortalece contra virus y bacterias y puede inclusive detener procesos tumorales. Todo esto se logra con la alimentación. Vitaminas como la E, la C y la A, el salvado de arroz, la niacina presente en frutas y verduras y las vitaminas del complejo B juegan un importante papel en la recuperación. Obviamente los oligoelementos y las demás vitaminas unidas a los aminoácidos, terminarían de complementar el cuadro alimenticio óptimo para una buena salud permanente. Todo esto, demostrado una vez más, conservando el peso adecuado y sin riesgos de las medicaciones farmacológicas. Así que el paciente anoréxico o bulímico, puede estar tranquilo de que al alimentarse de nuevo con esta nueva propuesta, no llegará a estar obeso; lo cual constituye su miedo primario. El obeso entenderá que será más saludable y estéticamente presentable, sin que esto genere desnutrición. Es un equilibrio psicosomático para ambos grupos. La terapia incluye además artes, deportes y meditación como medio de relajación. El cambio es evidente y la recuperación a tiempo, puede lograrse en un 100%. DISCUSION La discusión primaria se centra en el tratamiento recibido cuando el paciente requiere hospitalización. El tratamiento, aunque puede ser el adecuado, el cuerpo no puede recibirlo. Se debe insistir una vez más en los canales de detoxificación más esenciales, drenadores hepáticos, renales, digestivos, pulmonares y de vías linfáticas. Solo entonces el cuerpo tiene el medio adecuado para canalizar los nutrientes y para regenerar las células de la forma más sana. El Ciclo de Krebs o Ciclo del ácido cítrico, sucede totalmente en la matriz de la mitocondria y su principal función es actuar como vía final de oxidación de las moléculas orgánicas como carbonatos, lípidos y aminoácidos a través del acetil-CoA. Si esto es tan esencial, son estos catalizadores y estos nutrientes los adecuados para estimular todos los sistemas metabólicos lo que debería prescribirse; y no tan solo simuladores de nutrientes sintetizados en un laboratorio. Y esto en el mejor de los casos, porque en ocasiones, son solo medicamentos farmacológicos lo que se prescribe. Hay opciones más sanas para tener una vía de recuperación que permanezca como hábito a través del tiempo. El tema del azúcar en los niños (y en toda la población en general) también causa preocupación. El azúcar genera hiperactividad en los niños y trastornos del sueño. El adulto promedio bebe alrededor de 4 tazas de café azucarado al día. La cafeína produce una alteración neuronal que produce una energía que deriva en ansiedad. El azúcar es un energizante similar a la cocaína. Ambas cosas causan una devastadora reacción celular que la gente ignora o simplemente no desean ver. Dejan residuos tan tóxicos muy difíciles de eliminar y la energía producida aún está bajo consideración. La fórmula química de la cocaína es C17H21NO4 y la fórmula química del azúcar es C12H22O11. Solo las diferencia un átomo de nitrógeno. La doble moral es que uno es legal y el otro no. Sus efectos son similares. Bastaría la suspensión de la ingesta de azúcar para evidenciar una mejoría en el estado de ánimo de personas ansiosas e hiperactivas. Podríamos inducir una limpieza profunda a nivel digestivo para aquellas personas deprimidas y bajas de ánimo, irascibles o inconformes, de genio negativo; puesto que es en el intestino donde se forma aproximadamente, el 95% de la serotonina. Con todas estas evidencias, lograremos ayudar a tener una recuperación óptima en el proceso natural de fortalecimiento celular de cada individuo. Lo que entra de nuevo en discusión es la publicidad de alimentos que etiquetan como sanos, cuando no lo son. Alimentos procesados, saturados de preservantes y saborizantes, de gluten, lácteos, grasas, sodio y azúcares. Muchas veces la información en las etiquetas no es la correcta; se deja de informar la verdadera procedencia y composición de lo que muchos niños y jovencitos consumen. Globalmente nos han vendido la idea de que los cereales, jugos, compotas, panes y demás productos empaquetados industrialmente, son necesarios y básicos dentro de la pirámide nutricional. No son alimentos vivos, y muchos de ellos pueden ser consumidos después de su fecha de caducidad. El planteamiento de nuevo es la honestidad en la búsqueda del bienestar de las personas o el bien particular de una empresa, que si bien genera empleo, ha sido la precursora de múltiples enfermedades, incluidos los trastornos de alimentación. ¿Hasta qué punto la estabilidad económica y laboral es mucho más importante que el bienestar psico-somático de la población? ¿No dice el juramento hipocrático que “somos lo que comemos”? Las respuestas no existen. Pero la respuesta natural de la epidemia de la mala alimentación no se ha hecho esperar. Son muchos los niños enfermos, los jovencitos con trastornos alimentarios y además la expresión de adicción de parte de algunos, que al no estar bien nutridos, desarrollaron condiciones neuronales de placebo en el lóbulo pre-frontal, acostumbrado al placer desde el nacimiento. La educación es necesaria; pero ¿qué tipo de educación? El modelo Japonés sigue siendo mi preferido; aquel en que los niños son educados como ciudadanos del mundo, donde pueden conocer la matemática y su aplicación tecnológica, las culturas, idiomas y religiones, el hábito de la lectura y ante todo, el cuidado y respeto de sí mismos y del entorno, como expresión de la ecología, que busca el equilibrio entre lo que somos, nuestro alimento y el impacto en el entorno. RECOMENDACIÓN La correcta combinación de nutrientes, provee a nuestro organismo, lo que necesita para mantenerse sano. La naturaleza en su sabiduría provee los agentes que el cuerpo necesita para curarse a sí mismo. Las plantas orgánicas desarrollan una defensa propia contra sus depredadores. El ácido acetil salicílico que produce el sauce blanco, también la producen las demás plantas en estado silvestre sin la intervención de pesticidas. La gran diferencia es que manipulada en laboratorio, se fabrican dosis superiores a las que el cuerpo requiere en realidad. La dosis sugerida es solo la octava parte de la dosis recomendada para niños. En altas dosis, es nociva y tóxica para el sistema renal. Precisamente al ingerir plantas orgánicas, el organismo absorbe una cantidad adecuada de salicilatos, de manera que se evita la inflamación, el dolor y los estados febriles. Sigue siendo una buena recomendación una alimentación que produzca estados preventivos para no recurrir a los medicamentos. Si desde pequeños, se les ayuda a los niños a amar los sabores de las plantas y no se les ofrece el placebo del azúcar, el sodio, el GMS, la tartrazina y demás químicos realzadores de sabor, quizá sus papilas gustativas se acostumbrarían al dulce natural de las frutas, de la miel y de la estevia; tal vez al conocer las verduras y participar en la preparación de los alimentos, reconocerían el fresco sabor de las hierbas y el intenso placer de las especias. Quizá obviando los empaquetados y los preservantes, los chicos valorarían el pescado por encima de los embutidos industrializados. Tal vez el panorama sería diferente pues los niños desearían más un zumo de frutas que una soda, la leche de almendras y de soya en lugar de lácteos que son difíciles de digerir para el cuerpo, y que además, permanecen dentro del cuerpo, fermentando las toxinas a eliminar y provocando olores corporales desagradables. La alimentación es un arte; de forma correcta, el cuerpo funciona perfectamente. Con sus sistemas estimulados, se evita el uso de medicamentos; incluso una vida sana, ofrece mentes sanas dispuestas a rechazar todo tipo de tóxico y por ende, muchas adicciones. Saber dirigir los chicos, para practicar un deporte que tonifique y moldee sus cuerpos incluyendo el entrenamiento en un gimnasio, podría ofrecerles la adecuada manera de cuidarse de la obesidad sin necesidad de recurrir al ayuno permanente o a la inducción del vómito o el uso de laxantes. Las consecuencias no se hacen esperar en un estado crónico de desnutrición, pero el estímulo adecuado, puede llegar a minimizar muchas de ellas. El tratamiento para las personas con estos trastornos, debe incluir de forma paulatina, el modo de ingerir con normalidad los alimentos. Una vez más el buen trato, la diversión en medio de la educación y la paciencia en caso de recaídas, podría recuperar por completo a las personas, que una vez rehabilitadas, pueden ser iconos de valentía para ayudar a otros a salir o a no caer en el círculo vicioso de los trastornos descritos. CONCLUSION La buena alimentación ayuda a tener una vida libre de stress y ansiedades. Esto conlleva a tener una vida más sana, pues estas condiciones degeneran nuestros tejidos produciendo enfermedades. La alimentación, cuando tiene todo lo que el ser humano requiere, es capaz por si misma de bloquear o detener la IL1, que es el motor de arranque del proceso inflamatorio pues estimula las citoquinas Th-2 y Th-3 con la polaridad para la modulación de la flogosis con una acción analgésica y sedante. Es capaz de controlar el fenómeno de flogosis local de la mucosa gástrica y de síntomas como pirosis, distención y acidez debido a la absorción de toxinas en putrefacción. Los alimentos pueden optimizar las vías de entrada en el metabolismo de la síntesis de proteínas de los 8 aminoácidos esenciales. La buena nutrición aumenta el fortalecimiento de la pared venosa. Y pueden drenar profundamente la matriz extracelular. Los alimentos pueden intervenir efectivamente en la regulación del cortisol y la síntesis de las catecolaminas, brindando un soporte funcional celular más efectivo. Una correcta alimentación produce la inhibición de la acción de la desestructuración de la hialuronidasa autóloga. La alimentación puede producir la estimulación de la inmunidad humoral y la excesiva modulación inhibitoria de la célula por medio de una respuesta compensatoria. Los alimentos pueden tener además una acción hypno-inductora, especialmente después de una reducción de la ansiedad y el estado de inquietud. Pero también tienen una acción energizante sin efectos colaterales; energía productiva sin estress oxidativo. Los alimentos tienen la capacidad de inducir el aumento de la excreción Na-Cl-K; mejoran la diuresis y la consiguiente eliminación de cloruros y sustancias que contienen nitrógeno. Estimular el sistema inmune para una mejor acción de los macrófagos y linfocitos T. Además pueden promover una salud cardiovascular eliminando trombos; y estas son solo algunas de las bondades de una buena alimentación, porque todo el sistema en general, se ve beneficiado por los nutrientes recibidos. Hiromi Shinya en su libro “La enzima para rejuvenecer” dice: “Al consumir frecuentemente arroz y pasta integral sin refinar, con legumbres y verduras, que son nutrientes en correcto equilibrio, se sentirá satisfecho tanto física como mentalmente. Verá una mejoría en sus evacuaciones, que tendrá como resultado una limpieza más profunda de sus intestinos.” Pag. 80 La alimentación adecuada promueve no solo la salud integral sino que puede hasta detener o revertir procesos de envejecimiento prematuro. David Grotto en su libro: “Lo mejor que puedes comer” dice: “Llevar una dieta alta en ácido pantoténico, puede ayudar a detener el envejecimiento de la piel. Un estudio descubrió que la deficiencia de vitamina B5, disminuía la producción y afectaba la salud de los queratinocitos, el tipo de célula de la piel más común.”Pag. 45 Optar por comida sana, el ejercicio corporal, el manejo adecuado del estrés y la canalización correcta de las emociones, es una opción de vida que ayudará a las personas, a no caer en el engaño de la agresión corporal como vía de escape de vacíos emocionales. Definitivamente, volver al Juramento Hipocrático, no solamente mantiene la salud de nuestro cuerpo, por la correcta absorción de nutrientes provenientes de fuentes naturales; sino que podría detener los procesos de degeneración neuronal y los estados de ánimo cambiantes, canalizando las emociones a un plano más eficiente, por la correcta producción endocrina, que podría tener un impacto tan fuerte en el cerebro, que se evitarían la mayoría de las adicciones por mal nutrición. Vale la pena intentarlo. BIBLIOGRAFIA 1. CARPER, Jean. 2008. “Los Alimentos: Medicina Milagrosa” Bogotá, Col. Grupo Editorial Norma. 2. GROTTO, David. 2015. “Lo mejor que puedes comer” Bogotá, Col. Penguin Random House Grupo Editorial S.A.S. 3. SHINYA, Hiromi. 2014. “La enzima para rejuvenecer” Bogotá, Col. Aguilar Ed. 4. Eurolife GUNA Laboratorios. 2015.