IGLESIA DE SANTIAGO EL REAL Tres cosas tiene la iglesia de Santiago el Real que merecen un poco de tu tiempo: la contemplación del espacio interior, su historia y las diferentes imágenes (iconografía) del Apóstol que le da nombre. Te invito a que sigas estas líneas y te adentres en el pasado de este templo, disfrutando, a su vez, con el arte que atesora. Tal vez, al entrar, te haya llamado la atención el volumen de la gran nave cuyo aire no queda cortado ni por muros ni por pilares. Este impresionante espacio en forma de salón, de 42 metros de largo y otros 20 de anchura y sin ningún apoyo intermedio, queda coronado por una hermosa bóveda estrellada que se levanta a más de 24 metros de altura. Fue construida en el primer cuarto del siglo XVI, cuando ya se notaba en España el gusto por el arte renacentista. Es completamente ojival, de estilo sobrio, sin más detalles decorativos que los delgados nervios de los machones que se coronan con pequeños capiteles. La impresión de grandiosidad con que supo dotarla el arquitecto sigue admirando por sus proporciones, como ya lo hizo con el rey Felipe II a su paso por Logroño. La iglesia de Santiago tiene reconocido el origen tradicional de ser la más antigua de la ciudad y ha estado, a lo largo de la historia, muy ligada al Concejo logroñés. En un templo anterior a éste, quizás románico, que se levantaba en este lugar, se llevaron a cabo las primeras reuniones del ayuntamiento de la ciudad. Dos elementos nos recuerdan esta estrecha relación: la imagen gótica de la patrona de Logroño –la Virgen de la Esperanza- que puedes ver en la segunda capilla a la derecha, y la puerta del antiguo archivo de la ciudad, cerrado con una reja, que se abre junto al retablo mayor, y bajo la que podemos leer: “Este es el archivo de la muy noble y muy leal ciudad de Logroño”. El retablo mayor, dedicado al apóstol Santiago, está formado por tres pisos con cinco calles y ático. En la parte inferior, unos pequeños relieves nos describen la historia de Santiago según la Leyenda Dorada. En los superiores, de tamaño mucho mayor, se puede identificar a Santiago a caballo mostrando las llaves de la ciudad de Coimbra al obispo Esteban (milagro 19 del libro II del Codex Calixtinus); al Apóstol sosteniendo su cabeza cortada en el momento de su martirio; la gran escultura gótica de Santiago Peregrino rodeado de ángeles (de la segunda mitad del siglo XIV) y que debió pertenecer a un templo anterior; el momento en el que se le apareció la Virgen del Pilar en Zaragoza; una alegoría de la batalla de Clavijo; el encuentro de San Isidoro con el rey Alfonso VII, junto a la mano de Santiago empuñando una espada; o el traslado de los restos del apóstol a hombros de sus discípulos. Estos relieves junto a las estatuas de diferentes santos, al grupo de la Asunción, el Calvario y un Padre Eterno bendiciendo entre el sol y la luna, conforman este retablo barroco planificado de una forma tan equilibrada en el primer tercio del siglo XVII. Antes de salir observa a los pies del templo la bonita reja que cierra el coro y que fue realizada por Sebastián de Medina en el siglo XVII. Fíjate también en la gran Cruz de Santiago que la remata. A su derecha se abre una capilla que guarda una interesante escultura que recuerda modelos románicos; se trata de un gran Cristo de madera policromada que se talló a principios del siglo XIII. Es de los de cuatro clavos, con paño de pureza en pliegues anudado hacia el centro y con la cabeza, de ojos cerrados y larga melena, inclinada hacia su derecha. Otros elementos de interés que guarda esta iglesia son los sepulcros localizados en las capillas abiertas para acoger enterramientos, la imagen moderna del Nazareno que recorre las calles de Logroño en Semana Santa, tallada por los artistas Dalmati y Narvaiza, y la pila bautismal con copa gallonada y decorada con relieves de hojarasca, obra del siglo XVII. Cuando abandones el templo, observa en el exterior dos de las imágenes de Santiago más repetidas: el apóstol peregrino con bordón, vieiras y esclavina situado sobre la puerta de entrada, y el enorme grupo escultórico de Santiago Caballero que corona la fachada principal y que nos recuerda la mítica batalla de Clavijo. IGLESIA DE SANTIAGO EL REAL C/ Barriocepo 6. 26001- LOGROÑO (La Rioja) Página web: santiagoelreal.org [email protected]