LA INFORMACIÓN Y LA LIBERTAD

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LA INFORMACIÓN Y LA LIBERTAD
El objetivo que me propongo con este pequeño ensayo, es hacer ver cómo la libertad no
se puede dar sin la verdad y como ésta se basa en una información veraz y no
manipulada.
Creo que una definición de la libertad solo se puede dar a partir de como los hombres
buscan el conocimiento, es decir, buscan explicaciones y forman respuestas ante el
mundo que los rodea, partiendo de la idea de que no hay ningún conocimiento
desinteresado, ya que el hombre es apertura, está abierto al saber. Por ello la libertad se
basa en la veracidad de la información recibida que utilizamos para actuar, es decir, la
libertad se fundamenta en la calidad de la verdad recibida. Así, la libertad es la
capacidad de tomar decisiones ante las situaciones que nos presenta el entorno, y la
verdad es la información que necesitamos para resolver los retos del entorno, por lo que
necesitamos de la verdad para llegar a la libertad.
La vida de un hombre se basa en continuas decisiones. Y para tomar éstas, necesitamos
la mejor y máxima información. Una información es verdadera cuando nos ayuda a
tomar correctamente una decisión.
Desde mi punto de vista, el peligro que acecha a nuestra libertad es la manipulación de
la información o bien la falta de rigor de ésta. Por ello, los profesionales de la
información deben tratar de liberarse de sus propios condicionamientos negativos y de
todos aquellos elementos que intenten crear una visión favorable a sus propias
intenciones, es decir, no deben intentar manipular las ideas de los demás a favor de sus
ideologías.
El papel de la información honesta consiste en hacer más libres a los hombres dentro de
la sociedad.
Por lo tanto me pregunto: ¿cuál es el principal obstáculo para que la verdad nos haga
libres? Ese obstáculo sería el deseo de control de los otros, la pugna por adueñarse de la
mente ajena, tratando de llegar a ella para que sus decisiones sean vistas como propias.
La lucha informativa es la lucha por el control, siendo útil a aquellos que desean
privarnos de decidir libremente, nos manipulan y no nos informan bien. Desde este
punto de vista, tanto la imposición como la manipulación buscan eliminar la posibilidad
de una decisión libre de la persona. Así, no hay mucha diferencia entre una dictadura y
una democracia manipulada. En la primera no hay libertad y en la segunda solo hay
apariencia de ella, es decir, es una democracia formal, pero no real.
Pero pienso que existen otros peligros que acechan a una información verdadera y
conformadora de la libertad. Se trata cada vez más a la información como una
mercancía, no importando tanto su veracidad como el valor que tenga en el mercado, es
decir, se está haciendo un consumo de información. Cada vez se valora más la velocidad
con que llega la información: cuanto más rápido llegue mejor, no importando el interés
que tenga, desechando otras informaciones con mucho más interés, mucho mejor
formadas y procesadas, pero que llegan con menor velocidad.
La información hoy es sobreabundante y no tenemos tiempo de procesarla. La
información ha supuesto siempre poder: quien tenía información tenía el poder. Pero
actualmente hay tanta información que nadie es capaz de controlarla, ni siquiera los
gobiernos. Así, en las sociedades democráticas, tiene que haber una relación directa
entre información y libertad: a mayor información mayor libertad. Pero actualmente es
tanta la oferta informativa que es posible que un aumento de ésta no produzca un
aumento de libertad, sino confusión y desinformación, y por lo tanto, interfiera
negativamente en las tomas de decisiones de las personas, restando así libertad.
El precio y el valor de la información deben depender de su relación con la verdad y no
de la cantidad de personas que pueda estar interesada en ella. Actualmente, es el
mercado quien determina los contenidos informativos. Una información es más valiosa
cuanta más personas estén interesadas en ella, sea verdadera o no. Las noticias se eligen
en función de su atractivo visual y la veracidad pasa a ser la que todos los medios dicen
que es verdad, aunque no sea cierto.
Por ello es importante que los individuos conozcan quienes son los propietarios de los
medios de información, sobre todo en nuestro tiempo, donde existe una concentración
en unas pocas manos de empresas dedicadas a la información: las agencias de noticias,
que, además, dan las mismas noticias a todos los medios de comunicación, por lo que se
crea una uniformidad en todos ellos.
Nuestra capacidad crítica tiene ciertos límites y ante el bombardeo informativo podemos
ser fácilmente manipulados. La información que nos llega puede ser malintencionada
y/o sesgada, influyendo en la toma de nuestras decisiones y por lo tanto en nuestra
libertad. Sólo con una información verdadera, sin prejuicios y lo más objetiva posible,
podremos caminar hacia la libertad y tomar decisiones en las que no seamos
manipulados. ¿Y cómo puede ser posible esto? Pienso que ese puede ser el gran reto al
que nos tengamos que enfrentar en el siglo XXI.
Pablo Heredia Macías
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