QUIEBRAS, CALIFICACION DE LAS. La calificación por el Juez del

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361262. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XL, Pág. 1045.
QUIEBRAS, CALIFICACION DE LAS. La calificación por el Juez del concurso, de que la
quiebra es culpable o fraudulenta, no es definitiva e irrevocable, porque sólo produce los
efectos de permitir el ejercicio de la acción persecutoria por parte del Ministerio Público y el
de mantener la inhabilitación del comerciante, por todo el tiempo que dure el proceso, hasta
que se decida respecto de la responsabilidad del fallido, hasta que extinga la condena o hasta
que prescriba la acción penal; la ley quiere que no se ejercite esta acción penal; la ley quiere
que no se ejercite esta acción, sino hasta que, por sentencia irrevocable, haya sido calificada
la quiebra; mas tal calificación no produce efectos definitivos en materia penal, pues de ser
así, el precepto relativo resultaría contrario al procedimiento estatuido por la Constitución,
que atribuye al Ministerio Público la persecución de los delitos y a los Jueces Penales la
facultad de declarar si dichos delitos existen y castigar a los responsables. Si la sentencia de
graduación resuelve que no ha habido quiebra, la rehabilitación del fallido se produce
automáticamente, es decir, cesa la incapacidad originada por el procedimiento judicial del
concurso; si la sentencia declara que la quiebra es fortuita, no puede iniciarse contra el fallido
acción persecutoria alguna y el quebrado puede obtener su rehabilitación, protestando atender
el pago de sus deudas insolutas, tan luego como se lo permita su situación; si la quiebra es
declarada culpable, el fallido puede ser perseguido por el Ministerio Público, pero puede
alcanzar su rehabilitación bajo la misma protesta, con la taxativa de asegurar, además el
cumplimiento de sus obligaciones en alguna materia. El convenio entre el fallido y sus
acreedores y el pago total de las deudas, acarrean la rehabilitación automática del fallido
culpable, pero no libera la acción persecutoria, ni puede quedar rehabilitado, a menos que el
Juez del proceso declare que no hubo culpa, e igual fenómeno se verifica si el Ministerio
Público no ejercita la acción penal. Por lo que toca a los quebrados fraudulentos, no pueden
alcanzar su rehabilitación, ni mediante el pago de sus deudas, ni mediante el convenio con
sus acreedores, el cual no puede celebrarse, mientras subsista la calificación de fraudulencia,
continuando su inhabilitación hasta después de que la acción penal se haya extinguido,
porque cumplan la condena, porque hayan sido indultados de ella o porque le hubiesen
prescrito, quedando entonces en la condición de quebrados culpables. Por todo lo
anteriormente dicho, se viene a la conclusión de que la sentencia de calificación de la
quiebra, aunque irrevocable, no es de carácter definitivo o de efectos definitivos, ya que
puede perder su eficacia, por lo que en el proceso se falle pues como se ha dicho, no tiene
más fin que permitir el ejercicio de la acción penal, y sería absurdo admitir que la sentencia
de calificación fuese definitiva y que, sin embargo, el Juez del proceso pudiera declarar no
probados los hechos constitutivos del delito de quiebra fraudulenta, y la sentencia del Juez de
la quiebra limitaría las funciones que, conforme a la Constitución, corresponden a los Jueces
Penales, obligando a éstos a tener por probado el delito, en vista de la declaración del Juez
del concurso. El Juez de la quiebra, está en aptitud de calificar ésta, apoyándose no
precisamente en una prueba plena, sino en los datos que arroja el juicio, y que, en su
concepto, sean bastantes para establecer la naturaleza de la quiebra.
Amparo civil directo 2617/29. Bueso y Pantoja. 1o. de febrero de 1934. Mayoría de cuatro
votos. Disidente: Joaquín Ortega. La publicación no menciona el nombre del ponente.
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