La responsabilidad al proteger Ideas para un discurso Francis M

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La responsabilidad al proteger
Ideas para un discurso
por
Francis M. Deng
Sr. Presidente, Ministro Patriota,
Gracias por cederme la palabra. También les doy las gracias a usted y al
copresidente, mi colega Edward Luck, por sus discursos de apertura, que han
marcado una pauta positiva para el debate.
En los tres minutos que me corresponden, me propongo abordar tres
cuestiones:
– La asignación de prioridad a la prevención
– La gestión de la diversidad como estrategia de prevención
– Si la responsabilidad al proteger es un nuevo concepto o un principio de
aplicación de la responsabilidad de proteger.
En primer lugar, la importancia de la prevención, que ocupa una posición
destacada en el documento de concepto del Brasil, ha sido ampliamente reconocida.
Como se indica en el documento, y usted, Sr. Ministro, ha reiterado, “la prevención
es siempre la mejor política; es el hincapié en la diplomacia preventiva lo que palia
el riesgo de conflicto armado y los costos humanos que conlleva”. Es de destacar
que en su discurso en la Conferencia sobre la responsabilidad de proteger
organizada por la Stanley Foundation, el Secretario General propuso que 2012 fuera
declarado año de la prevención, como usted, Sr. Ministro, ha observado.
La segunda cuestión que deseo plantear tiene que ver con el desarrollo de una
estrategia adecuada para la prevención. Ello exige comprender la naturaleza del
problema y las causas profundas de los conflictos que suelen dar lugar a atrocidades
en masa. En mi opinión, esos conflictos a menudo se derivan de errores graves en la
gestión de la diversidad, que suelen manifestarse en la intolerancia de las
diferencias y la estratificación de grupos que se definen por la nacionalidad, raza,
etnia o religión de sus miembros, factores todos ellos contemplados en la
Convención de 1948 sobre el genocidio, o por otros criterios, como las diferencias
políticas. Como he señalado en repetidas ocasiones, no son las diferencias en sí
mismas las que generan los conflictos, sino las consecuencias de esas diferencias
que se traducen en discriminación, marginación, exclusión, deshumanización y
privación de derechos fundamentales.
Si esa es la raíz profunda del problema, la estrategia adecuada para una
prevención estructural debería ser una gestión constructiva de la diversidad que
genere inclusividad, igualdad y respeto de los derechos fundamentales y las
libertades civiles. Ello depende esencialmente de que exista una buena gobernanza
en relación con los dos primeros pilares de la responsabilidad de proteger y dentro
del marco normativo de la “Soberanía como responsabilidad”.
La tercera idea plantea la cuestión de si la responsabilidad al proteger es un
nuevo concepto o un principio de aplicación de la responsabilidad de proteger. En
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los dos últimos años, el examen de la responsabilidad de proteger se ha desplazado
de los debates sobre el concepto a aspectos específicos de su aplicación, como la
evaluación y la alerta temprana, la función de las organizaciones regionales y
subregionales, y la discusión prevista de diversos instrumentos en relación con el
tercer pilar, como mi colega Edward Luck y otros oradores han observado.
Recientes decisiones del Consejo de Seguridad en respuesta a acontecimientos
ocurridos en Côte d’Ivoire y Libia y las deliberaciones en curso sobre la situación
en Siria indican también que actualmente el debate se centra en el modo de proceder
para hacer efectiva la responsabilidad de proteger, más que en el propio concepto.
No cabe duda de que la propuesta sobre la responsabilidad al proteger ha
recibido una respuesta generalmente positiva. La cuestión sería por tanto determinar
las repercusiones de considerar la responsabilidad al proteger como un nuevo
concepto o de utilizarlo para refinar el debate sobre la aplicación. Interpretarlo
como un nuevo concepto podría tener como consecuencia generar un debate paralelo
al de la responsabilidad de proteger, que además desviaría la atención de este
último. Por el contrario, su consideración como una estrategia para aplicar la
responsabilidad de proteger añadiría precisión al debate sobre el mejor modo de
responder a las situaciones en que se plantea dicha responsabilidad. Y como usted,
Sr. Ministro, y otros oradores han explicado, ello sería un modo de avanzar en el
examen de varias cuestiones relacionadas con la puesta en práctica del concepto de
responsabilidad de proteger. En general, es indudable que la propuesta sobre la
responsabilidad al proteger es una importante contribución al análisis de la
responsabilidad de proteger.
A modo de conclusión, aunque las dificultades a que se enfrentan las Naciones
Unidas y la comunidad internacional para responder a las situaciones en que se
plantea la responsabilidad de proteger seguirán dando lugar a controversias, puede
decirse que el concepto goza de amplio reconocimiento y arraigo. No cabe duda de
que para avanzar habrá que abordar las verdaderas preocupaciones que subyacen a
las controversias con el fin de ampliar y profundizar el consenso mundial sobre la
responsabilidad de proteger. Entiendo que es esto lo que la propuesta brasileña
aspira a conseguir.
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