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Tiburones de los mares del Sur
La oportuna intervención de don Plácido hizo posible lo que él llamó
una entente provisional entre los primos Chabela y Néstor . En su avanzado
estado de gravidez, María Isabel amaneció muy feliz pues Néstor,
convencido por su cauto papá, aceptó someterse a la coyunda eclesiástica .
Reunidos con las tías ante la adusta presencia de Papa Chente y el párroco,
los cónyuges brindaron por el buen éxito del esperado alumbramiento .
Quien no estuvo de acuerdo con aquella evangélica pacificación fue
Débora que aún proseguía prendada del maestro . Néstor cuya moral a toda
prueba era modelo de honestidad tal vez había reavivado el fuego de la
antigua pasión en un descuido de efervescencia etílica. Ni la muerte de
Gancho Hermoso ni la cárcel de Goyo la habían impresionado tanto como
el saber que Néstor y Chabela se habían reconciliado . Decepcionada, se
entregó a la bebida con un nefasto vaporino . Una noche se fue con él a la
ciudad, ebria, dispuesta a no regresar a la isla nunca más . Ni siquiera se
condolió del hijo, que la quiso seguir y estuvo casi a punto de perecer
ahogado porque el cruel vaporino lo echó al agua y aun le dio con un remo .
Por fortuna Pipe sabía nadar. Chon Candela lo adoptó bondadosa y lo crió
desde esa noche, llevándoselo a convivir con ella en casa de Ñopo .
De repente comenzó a hablarse con bastante aprensión del peligroso
cometa Halley . Se decía que su cola era tan larga que, al rozar con la
Tierra, le arrancaría de cuajo uno de sus polos .
Néstor tuvo que hacer un viaje a la ciudad en busca de las nóminas de
él y Chabela . En el muelle, Fífila se le acercó angustiada, le habló aparte y
le dijo, le suplicó, que por favor tratara de encontrar a su nieta Débora .
Sabía que, abandonada por el malvado vaporino, Débora trabajaba de mesera
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en un especie de garito, antro del vicio que durante las noches se volvía lo
que la gente llamaba bailamono, situado junto al embarcadero casi frente
al mercado público . Fífila imaginaba que Débora se había entregado a la
mala vida, una muchacha que iba tan bien en sus estudios y habría triunfado
de no haberse dejado preñar por Goyo . Bondadoso como era, Néstor
prometió conducir al redil a la oveja descarriada .
-Yo sé que Débora me estima y me respeta como maestro que fui de
ella. Estoy seguro de que tendré el buen tino de convencerla . Mi deber es
reintegrarla a la isla y a la vida honorable .
Lo primero que Néstor gestionó en la ciudad fue el cobro de las nóminas
de él y Chabela que negoció con un agiotista . Necesitaba dinero para
comprar la canastilla y algunos utensilios adecuados pues su esposa estaba
a punto de dar a luz .
Los trajines del día le impidieron efectuar tales compras . Me ocuparé
de eso mañana . Esta noche debo cumplir con Fífila .
Desprevenidamente llevaba en el bolsillo su dinero completo cuando
entró a la sentina que en efecto era un figón repugnante . Débora, al ver a
Néstor se echó en sus brazos llorando de alegría .
Néstor captó al instante cierto fatal malentendido . El hecho de que en
forma imprevista él de exprofeso le fuera a hacer una visita reavivó las
marchitas esperanzas de Débora pues la hizo imaginarse una nueva ruptura
conyugal lo cual tergiversaba el verdadero sentido humanitario de su misión .
Prefirió no apagar las encendidas ilusiones de Débora para no fracasar .
Se mostró tierno y consecuente . Bebió y bailó con ella, y en su afán de
guiar sabiamente a la oveja descarriada, los tragos hicieron que él mismo
se extraviara en la siniestra selva del vicio .
Don Plácido le había prohibido a Néstor relaciones de índole íntima
con su esposa Chabela debido a que, como era primeriza, su delicado estado
de gravidez hacía forzosa la abstinencia . Tal fue la causa de que Néstor
impulsado por la embriaguez y su apetito sexual, se dejara envolver entre
las redes lujuriosas de Débora . Casi de manera inconsciente, subió con
ella al cuarto, la gozó ardientemente y se quedó profundamente dormido .
Al despertarse entre sus brazos y verla tan eufórica se dio cuenta de
haber caído en el garlito . Ya no había más remedio que darle tiempo al
tiempo dejando que las aguas fluyeran hasta encontrar su curso .
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Débora ordenó un desayuno opíparo para ambos en . el cuarto . Estaba
tan cordial, amorosa y alegre que discurría casi consigo misma .
Desde que era tu alumna te he deseado . Finalmente he logrado hacerte
mío . Regresaremos a la isla . Seremos muy felices . Ya verás .
Echado aún en la cama, desnudo y procurando cubrirse con la sábana,
Néstor sentíase avergonzado y culpable como Adán y, cerrando los ojos,
evitaba la luminosidad matutina . Sentíase un transgresor . La noche antes
había despilfarrado gran parte del dinero de las nóminas . Adiós ajuar del
niño y las bebidas para brindar con los amigos y familiares por su feliz
epifanía . Pero ¿qué hacer? Mi auténtica misión como maestro es alejar a
Débora del vicio, reintegrarla a la abuela y a la isla . No debo fracasar en
esta empresa. Le he prometido a Fífila redimir a su nieta . Lo haré de todos
modos.
Arrastrado por su misma moral comprometida, Néstor siguió gastando .
Cada noche bebía se emborrachaba y se iba al lecho con Débora .
-Vólveremos a la isla cuando pase todo este embrollo del cometa le decía ella.
La noche en que el terrífico Halley pasó radiante sobre la isla la gente,
al ver su enorme cola brillando esplendorosa en el cielo, esperó que de un
momento a otro el mundo iba a estallar en pedazos . Presa del pánico, la
muchedumbre, aglomerada en la iglesia y en la plaza, rezaba mil plegarias
y suplicaba misericordia . Como una enorme luna llena, de larguísima y
aterradora cola, el astro errante parecía inmóvil . Sabíamos que, tal como el
satélite, lo seguiríamos viendo la noche íntegra hasta el instante en que
llegara el estallido fatal . Como único médico de la isla, yo estaba al lado
de Chabela, sabiéndola en vías de parto, protegiéndola, rodeado de
centenares de mujeres que, arrodilladas en plena plaza, repetían angustiadas
las letanías del buen morir. De repente Chabela comenzó a sentirse mal y
a lanzar alaridos angustiosos . Temiendo la posibilidad de que el parto tuviera
efecto a la intemperie, yo había advertido a Lola y a Malala prevenirse con
colchas y almohadas . Extendimos las mantas en plena plaza y acomodamos
sobre ellas a la grávida cuyos gritos contagiaron al público pues la gente
creyó llegado el instante en que la cola del cometa iba a chocar contra la
tierra y se armó un orfeón de llanto general . Alborotaban, sobre todo, los
niños y las muchachas jóvenes . Chabela que, además de ser primeriza
estaba asustada por la catástrofe inminente, repetía cada .vez con más ímpetu
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sus alaridos. Todos los perros comenzaron a aullar. En la iglesia, los coros
elevaron el gregoriano volumen de sus voces mientras alguien dispuso
repicar las campanas . Chabela se debatía en el suelo sostenida por Malala
y Dolores . Que alguien haga callar esas campañas, gritaba yo colérico,
pero nadie hacía caso y entre esa algarabía de verdadero aquelarre tuve que
hundir mis manos en la sangre y enfrentarme a la muerte porque el parto se
iba haciendo cada vez más difícil . Por fin, nació una niña . Tanto la puérpera
como ella salvaron su existencia de milagro . Malala quiso que Lola la
llevara enseguida a la pila bautismal para que el cataclismo la encontrara
en gracia de Dios . Los padrinos fueron María Dolores y Papa Chente . El
párroco, al imponerle el consagrado crisma pudo decirle : Yo te bautizo,
María del Milagro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo .
Afortunadamente el cometa, fuera de ser un estupendo espectáculo pasó
sin riesgo alguno de nuestra parte . Chabela ya pudo levantarse del lecho
después de estar en cama bastantes días muy delicada y la niñita, sin duda
alguna, es un primor. Nadie ha querido que Chabela se entere de que tú
estás con Débora y que te precipitas por una cuesta peligrosa . Reflexiona,
hijo . Debes volver a la isla cuanto antes . Piensa que si Chabela se percata,
puede sufrir un grave colapso . ¿ Quieres matarla? Yo comprendo tu misión
franciscana en favor de Débora pero no olvides que Jesucristo, con cariñoso
ejemplo, nos impuso también nuestro deber para con los niños . Quiero que
veas a tu hija Milagro . Te va a encantar. Chabela ya se siente mejor y hasta
la saca a pasear por la placita cada mañana .
Al escuchar a su papá, Néstor no puso más reparos, la única solución
era decir a Débora la verdad y regresar a la isla .
Plácido tuvo la plena convicción de que su hijo regresaría al hogar
entusiasmado par las buenas noticias relativas a la recién nacida Milagro .
Chabela se sintió muy feliz al escuchar al suegro quien le mintió
diciéndole que Néstor cumplía una importantisima misión educativa
asesorando en la ciudad a las altas autoridades del ramo .
Néstor no sé atrevió a decirle a Débora la verdad seguro de que si lo
intentaba fracasaría del todo en su gestión redentora . Sabía que era imperiosa
su vuelta a la isla, con o sin Débora, no solamente por sentir el placer de
acariciar a su pequeña Milagro sino asimismo porque debía cumplir con el
apostolado de la enseñanza . Afortunadamente para él, Plácido lo había
sabido reemplazar en la escuela . Acaso Débora, una vez incorporada a la
isla comprendería ese punto .
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-Claro que debes regresar a la escuela -le dijo ella- . Viajaremos
como dos tortolitos . Ya jámás volveremos a separarnos .
Néstor pensó que lo importante era cumplir con su promesa de que
Débora se reincorporara a su vida en la isla . Una vez allí, Fífila se encargaría
de lo demás .
Se embarcaron . Débora estaba tan feliz que hasta bebió en El Izabal
nutridos tragos .
Néstor, por complacerla, trasegaba de la misma botella .
Cuando se iban aproximando al muelle de la isla, Néstor vio, entre la
gente aglomerada que, flotando pañuelos en el aire, les prodigaba una cordial
bienvenida.. . Caramba, qué infeliz contratiempo . Allí estaban esperándolo
alegres nada menos que su papá y Chabela . Esta última acunaba entre sus
brazos a la niñita . Quedó nervioso . Distrajo a Débora, y apenas el vapor se
acoderó, le dijo :
-Vete abajo a buscar tu maletín y el regalo que le trajiste a Fífila .
Aquí te espero .
Mientras ella bajaba, procurando tratar de abrirse paso a codazos a
través de los muchos pasajeros que iban desembarcando con bultos y
paquetes . Néstor aprovechó y, actuando con premura, fue uno de los
primeros en abordar el muelle y enseguida corrió a abrazar a su hija y a su
esposa Chabela .
La insólita cantidad de gente que esa tarde se apretujaba en el
desembarcadero se debía a la presencia de unos voraces tiburones, tan
hambrientos, que rondaban el muelle con el fin de atrapar varias piltrafas
de carne que unos marines les echaban . Se decía que habían llegado a la
isla tras diversas fragatas gringas procedentes de los mares del Sur. La
primera noticia que se tuvo de ellos fue cuando la desdicha le tocó a Cucho
el lamparero . Por darle gusto a su hijo sordomudo, de diez años, que iba en
la popa de la panga con los pies en el agua, el zapatero se entretenía con él
y, como estaba borracho, se durmió . Las olas empujaron la panga mar
afuera . El niño no pudo oír los gritos de quienes le advertían la presencia
del tiburón . Fue demasiado tarde cuando, al verlo, cayó hacia atrás del
susto . El animal había logrado arrancarle ambos piececitos .
Poco después de ese fatal accidente, unos pangueros desembarcaban
grandes piezas de carne traída extra debido a la insólita abundancia de
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turistas, Antes de conducirlos a la carnicería o al hotel, los cuartos de las
reses iban quedando superpuestos uno sobre otro a la orilla del mar sobre la
arena . Atraído por el olor de la carne o el sabor de su sangre, uno de estos
voraces tiburones saltó tratando de alcanzar los trozos . Tal fue su ansia que
su voracidad lo dejó en seco pues la gran ola que lo acercó a la carne
descendió bruscamente . Rápidamente los cargadores lo mataron a palos y
a machetazos .
Cuando Débora logró salir al muelle tras el gentío que le impedía
apresurarse, vio a Néstor tiernamente abrazado con su esposa María Isabel
lo cual la hizo sufrir su más terrible desilusión . Para ella aquello significaba
su derrota total . Plácido, que ya había sido advertido por Néstor, corrió a
evitar alguna escena desagradable pues Débora había bebido bastante
durante el viaje y estaba ebria, pero fue inútil . Desgreñada, vociferaba
dando alaridos y, enceguecida por el llanto, la furia y la ebriedad, perdía a
cada momento el equilibrio y estuvo casi a punto de caerse . «Tenga cuidado,
le dijo un marinero, hay tiburones feroces y con hambre», lo cual fue para
ella como una sugestión muy adecuada para atraer a Néstor declarando que
se iba a suicidar. Consciente de que, dado el estado etílico en que estaba,
podría caerse al agua, éste corrió a salvarla . La lucha entre ambos fue tan
rápida que casi nadie pudo evitar ni precisar lo ocurrido . Inesperadamente
cayeron y fueron destrozados por los escualos .
Plácido quiso evitar que María Isabel se diera cuenta de aquella escena
horripilante pero ella, sin verla, la intuyó y estuvo a punto de perder el
conocimiento . Ladera tuvo que sostenerla y aun cargar a la niña . Unidos
en el llanto, se alejaron del muelle .
Quienes lograron presenciar la tragedia comentaron más tarde el suceso
asegurando que el mar se puso rojo como cuando mataron a Gancho
Hermoso .
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Un insólito Tabernáculo
Caro figliolo : (Esas mismas palabras fueron las que mamá me dijo al
despedirse de mí en Puerto Limón . Al embarcarse me levantó en sus brazos
y me besó llorando . Su bellísimo rostro envuelto en lágrimas es la indeleble
imagen que de ella baila aún en mi mente, asimismo mi lamento angustioso
cuando al verla partir dije mammina. Mi abuela Teodorina, teniéndome
en sus brazos y besándome, sólo dijo : Non piangere . No se atrevió a
decirme : La tua mamma va a ritornare presto . Sabía que el viaje de su
figlia Rosina tenía el sentido de una ausencia total y casi igual a la muerte .)
Caro figliolo : La mia mamma. Teodora me ha escrito siempre y me ha
enterado de todos tus estudios eclesiásticos . Es una bella vocación la tuya .
Cada uno de nosotros nace con un destino, con un anhelo de ser, de hacerse .
Yo quise ser artista . No pude serlo . Se opuso mi papá injustamente . Tal
vez ya es tiempo de que sepas algunas circunstancias y las causas que me
obligaron a abandonarte en brazos de Teodorina . Por ella supo que habías
viajado a Roma con la intención de hacerte cura y que el dinero que mi
papá Giovanni te enviaba era mezquino . Necesitabas pagar a un preceptor,
comprar libros costosos, residir en una buena pensión . Desde entonces te
remití a través de su conducto, puntualmente, giros bancarios adecuados a
tus necesidades . Sabes muy bien, figliolo mío, que el fin justifica los medios .
No te avergüences, pero debes saber que tus estudios eclesiásticos han sido
sostenidos y pagados por mi burdel . Es el prostíbulo de más categoría en
Valparaíso . Se llama TABERNÁCULO . Cuando vengas a verme, ya
convertido en cura, sabrás la causa de ese nombre . Quiero que sepas que
ahora soy poseedora de una enorme fortuna de la que tú serás el único
heredero . No vayas a pensar que mi dinero sea sucio por el hecho de estar
prostituido . Jamás me he arrepentido de haber hecho dinero para mi hijo,
aun vendiéndome . Tú eres un hombre culto y sabes que entre las profesiones
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más antiguas del mundo está la mía . Suelo codearme con profesores,
filósofos, doctores, abogados, poetas y aun con sabios prelados que,
despojándose de su hábito, vienen a verme y a acostarse conmigo . Por
ellos he sabido que todo lo venéreo procede de los templos de Venus cuyas
sacerdotisas fueron, como tú sabes, las fundadoras de nuestra orden . No te
olvides que Venus en italiano es Vénere . Tú, al desposarte con la Virgen
tal vez lo hiciste pensando que ella es también tu madre . Entre hijo y
madre existe siempre un ligamen muchas veces ambiguo . La Virgen de los
griegos era Atenea . ¿Lo sabes? Por eso a Nápoles la llamaron Partenos,
que significa casto, puro, sin mancha, virgen, es decir, la doncella, pero
también recuerda que las sirenas eran las putas de Parténope . Desnudas,
con el agua hasta la cintura, cantaban, atraían a los marinos de los cuales,
ya devorados por el vicio, no se volvía a saber . Por ser napolitana, tengo
mucho de Virgen y de sirena. Dejé de serlo cuando me enamoré de un
marinero danés . En ese tiempo yo era una chica de trece años . A mi padre
jamás lo conocí por lo menos hasta cumplir casi veinte años . Me crié con
nonno Teófilo. Abandonada, joven y bella, mi mamma Teodorina se fingió
filotea pero era para acostarse con el cura posiblemente a sabiendas de mi
abuelo. Yo andaba errante jugueteando con los chiquillos de la playa . El
marinero danés era muy joven pero alto y bien plantado . Tenía barba y
cabellos largos . Parecía un Cristo . Creo que era hijo de una napolitana
porque hablaba italiano entremezclado con frases dialectales . Mi abuelo
Teófilo me había enseñado a amar a Cristo . Me decía : Ese es tu esposo .
Debes buscar a Cristo . Cuando en aquella birrería de Pausilipo vi a
Jesucristo bebiendo birra, me le acerqué sumisa. Era mi esposo . El marinero danés charló conmigo, me hizo beber cerveza y al poco rato lo seguí
fascinada . Me entregué a él, viví con él mientras su barco estuvo en Nápoles .
Después volví a Pausilipo preñada. Naciste tú, Danilo . Desde que eras
pequeño, desde el momento en que hablaste y comprendiste, no hice más
que decirte : Jesucristo es tu padre . ¿Y mi madre es la Virgen?, preguntabas .
Sí, figliolo, io solo sono la tua mamma, te decía . Te criaste entre la
Virgen y Cristo junto a tu abuelo Teófilo . La beata Teodorina se pasaba la
vida con el cura ; yo mantenía la casa puteando en la bahía desde muy joven .
Era mi sino . La carta en que Giovanni Salerno se arrepentía de habernos
abandonado fue como un terremoto . Zvaní, el hijo pródigo del buen Teófilo,
pedía perdón por sus pecados, cancelaba la suma substraída a la iglesia y
enviaba los dineros del caso para que en el primer vapor que zarpara nos
embarcáramos hacia un pequeño puerto tico que nadie conocía . La mía
mamma, que ya se había olvidado de Giovannino, no se sintió muy inclinada
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a ese viaje, sobre todo porque ella amaba al cura . Yo esperaba la vuelta del
danés . Me arrodillaba diariamente ante la imagen del Cristo y le decía :
Vuelve, vuelve . Alguien me dijo que los barcos daneses viajaban con
frecuencia a las Américas lo cual me hizo pensar que a lo mejor Jesucristo
hacía un milagro . Puerto Limón se me clavó en la mente como una cándida
esperanza . El nonno Teófilo consultó con el cura . Este le dijo que una
mujer napolitana debe seguir a su marido aunque sea al infierno, con lo
cual indicaba que ya estaba aburrido de Teodorina y lo indudable era que
ya tenía otra filotea en cierne . Al descender del barco en Puerto Limón,
Teodorina buscó con la mirada a Giovannino . Después de tantos años de
ausencia ¿qué iban a conocerse? Fue necesario que, como buenos
napolitanos, se echaran a gritar como quien llama a un perrito o a una perrita .
¡Giovannino! ¡Teodorina! Se aproximaron entre sí, se miraron y se quedaron
mudos. Era inútil . Ya no se conocían ni mucho menos se amaban . No
hubo abrazos ni besos ni parabienes . Más bien hubo miradas hostiles .
-¿Dove diavolo é mía figlia Rosina? -dijo, buscándome, Giovanni .
-Eccola lá che scende -le indicó Teodorina, señalándome .
Al verme con un niño en los brazos (tú a lo mejor tenías cinco años,
Danilo,) Giovanni preguntó, enfurruñado :
-¿Che c'entra que¡ bambino?
-E ti figlio di Rosina -repuso Teodorina.
Se enfrascaron en una violentísima pelea en napolitano
Tú, fígliolo, comenzaste a llorar. Parece que eso calmó los ánimos .
Montamos en un viejo carricoche tirado por un burro o una mula . No
sé qué diablos era.
Giovanní me miraba con unos ojos de sabueso rijoso . Yo sonreía
taimadamente . Me di cuenta enseguida de que al viejo no le importaba un
pito Teodorina . Me oteaba de soslayo . Comprendí sus malsanas intenciones .
Teodorina seguía insultándolo por haberla abandonado preñada . Él, para
contentarla, le daba la razón y aceptaba que no era un gran pecado lo de mi
hijo . Te hacía caricias y decía : bel bambino .
El mísero carruaje se detuvo frente a un pequeño restaurante situado
en un bel posto del littorale . Como sentí de pronto un hambre intensa,
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pensé que iba a invitarnos a almorzar, pero al bajamos del vehículo nos
indicó que ésa era su TRATORIA NAPOLITANA .
Súbitamente, mi mamá y yo, entendimos el afán de hacernos dejar
Nápoles y nuestro bel Pausílipo por un misero sitio como Puerto Limón .
¡Malhaya la miseria! Sabía que yo, como muchacha napolitana, sería experta
en canciones y en bailar por lo menos la tarantella. En eso no se había
equivocado porque yo había estudiado canto y baile . Deseaba ser artista .
La mía mamma era ducha en cocinar comida italiana . De lo cual resultaba,
como en efecto sucedió, que su propósito nada tenía de cariñoso ni de amor
paternal . Sólo deseaba tener, a cambio de lo que le costó el pasaje en
tercera, dos sirvientas gratuitas . Mi mamá lamentaba la maldita hora en
que, dejándose aconsejar del cura y del bondadoso Teófilo, se resignó a
viajar. Lloraba sobre las grandes ollas de spaguetti . Trabajaba metida en la
cocina más de doce horas diarias desde el amanecer hasta la noche sin
esperanzas de quejarse porque una esposa napolitana tiene que obedecer a
su marido . Yo servía de mesera, además de lo cual y lavar platos, tenía que
entretener a los clientes cantándoles canciones napolitanas y bailando con
las piernas al aire . Como era bella y atractiva (lo sigo siendo) lo que más
me agradaba era cantar y bailar. Al poco tiempo de haber llegado (ya sea
por la magnífica comida que hacía mamá o acaso por la sana alegría de mis
canciones y bailes) la tratoría empezó a llenarse de clientes de los cuales la
mayoría eran vaporinos y marineros de los barcos surtos en la bahía . En el
fondo, la clientela aumentaba debido a mis maneras afables, pero papá
Giovanni empezó a regañarme «por mi coquetería, por mis gestos y modales
de mujerzuela .» De manera consciente o inconsciente, no hacía otra cosa
que encelarme . Me deseaba sin atreverse a confesarlo . Por las noches,
cuando, agotados por la diaria faena, cerrábamos las puertas, él continuaba
bebiendo botella tras botella de vino . Mi mamá resolvió dormir conmigo,
pues lo creía capaz de cometer, borracho, un disparate . Una noche, porque
estuve coqueta con un cliente, me dio una bofetada . Menos mal que el
asunto fue en la cocina . Mi mamá lo agarró a cucharazos y se soltó a llorar
desconsolada . Yo, que seguía pensando en mi danés, supe que los barcos
de Europa llegaban a Colón y que, además, en eso puerto del Istmo, había
bastante vida nocturna . Como sabía dónde Giovanni escondía el dinero,
robé un buen fajo de billetes, compré el pasaje y, una noche, con la anuencia
de Teo, me embarqué hacia Colón . Un empresario me contrató para cantar,
bailar y desnudarme . Con miras a evitar que mi papá diera conmigo, decidí
desde entonces parapetarme tras un bonito nombre de cartel . Seguía
pensando en mi danés . Mi bello Cristo se iba volviendo una obsesión en
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mi mente . Durante el día no hacía otra cosa que visitar el muelle y las
cantinas . Por las noches, recorría los casinos y los distintos centros
nocturnos . Mi nombre se volvió famosísimo . Comencé a hacer dinero en
abundancia . Supe que, cruzando el estrecho de Magallanes, ciertos barcos
daneses llegaban hasta Valparaíso . No demoré en saberlo cuando ya estaba
en viaje hacia este puerto chileno . Con el dinero ahorrado fundé un burdel
de lujo, que aún sigue siendo el famoso TABERNÁCULO . Soy rica, figlio
mío. Gozo dando y proporcionando placer a los demás . Sé que mi profesión,
como te he dicho, es la más clásica y la de más categoría en los anales de la
historia mundial . Dios supo crearme para ofrecerles felicidad a los hombres .
Todos me quieren y me siento feliz cuando me aplauden desnuda . Sé que
muy pronto serás un sacerdote . Cada cual a lo suyo . Yo no me siento
pecadora . Nuestras dos vocaciones son aparentemente distintas, pero de
orígenes idénticos, religiosos . Tú serás sacerdote en los templos de nuestra
fe católica ; yo soy sacerdotisa en los de Venus . ¿Qué hace el cura en la
misa? Glorifica el misterio de la eucaristía . Pan y vino que nosotras, las
putas, también santificamos . No hay un solo burdel donde la gente no goce
y se deleite con el pan y el vino . Te he hablado de todo esto para que, al
recordarme y escribirme con la misma alegría que estoy haciéndolo, pienses
y reconozcas que por mi propia cuenta yo he logrado forjarme una fortuna .
Sigo espléndida y bella . Soy famosa . Mi prestigio lo admiran hasta las
Damas de la Junta Católica pues mis contribuciones para la iglesia, no
escatimadas nunca, son siempre del más alto calibre . No olvides nunca
que he pagado tu educacián con el dinero de mi burdel . Chao, caro . Un
baccio di la tua cara maroma Rosina Salerno .
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IX
La sangre no llegó al río
Peñalerta es una especie de belvedere desde el cual se contempla la
bahía . Sitio rocoso y alto paso obligado rumbo hacía Barlovento, nada
escapa a la vista del más ingenuo observador que, emocionado, se detenga
un instante a ver las barcas o la puesta del sol . Los isleños cuyos ojos de
lince compiten con los de las gaviotas distinguen desde allí hasta la aleta de
los voraces tiburones . Apenas notan el agudo espolón lanzan un grito a
plena voz que repercute en la playa y los bañistas logran ponerse a salvo .
Todas las tardes los ancianos de la isla celebran su tertulia en Peñalerta,
tradicional reunión que casi adquiere carácter de senado pues en ella se
delibera y se toman decisiones . A veces solamente se comentan los sucesos
del día refiriéndose a casos semejantes que tuvieron lugar en otras épocas
cuando la gente solía ser respetuosa de las viejas costumbres y de la ley de
Dios .
Los más asiduos al vespertino cónclave de Peñalerta son Sócrates
Galarza, de barba cana y renegrido bastón ; Plutarco Amaya, quien a pesar
de ser nonagenario goza de una memoria sorprendente ; Senón Oviedo, que
narra siempre historias de aparecidos ; Píndaro Cárcamo, patriarca de una
extensa familia de pescadores y abuelo de la inquieta Petita ; Agustín
Izaguirre, Marco Aurelio Mendíguez y Benigno Pascal, que
sistemáticamente diagnostican el tiempo y tratan de hallarle algún sentido
a las cosas .
Tras el trabajo agotador de las faenas del campo o de la pesca en el
mar, los hombres ya casados y con hijos pero de edad menos provecta se
aproximan de vez en cuando al grupo tal vez por distraerse escuchando lo
que cuentan los viejos o buscando las sabias enseñanzas de los mayores .
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De paso hacia las playas de Barlovento, los viandantes no tienen más
remedio que cruzar por el centro del severo cenáculo que de común acuerdo
enmudece para que se le rinda la adecuada pleitesía del saludo .
Felipe sabe que su vida de perdulario es criticada por aquel tribunal de
hombres sensatos . Por eso cuando va hacia la casa de Balbina o hacia el
llanito situado tras la escuela, siempre hace un alargado rodeo zigzagueando
tras las casas del pueblo loma arriba .
Quienes están sentados sobre las duras crestas de Peñalerta más se
preocupan hoy por los vaivenes de la guerra de Coto, pues el conflicto ha
terminado y los presos han regresado a su país, menos uno . Al hombre de
la barba nazarena ya se le trata como a uno de la isla, pues Hipólito se ha
ganado la confianza del pueblo por ser trabajador y sobre todo porque es
experto en naves . Precisamente pasó hace poco cuesta abajo acompañado
por Serafín del Carmen y ello ha dado motivo a que se enciendan nuevamente
los ánimos sobre ese malhadado conflicto bélico . Lo prudente será no
mencionarlo cuando regrese Hipólito dentro de unos instantes .
-Es indudable que ganamos la guerra -dice Píndaro Cárcamo- .
Recuperamos nuestras tierras en buena lid . Sin embargo, los gringos del
carajo nos quieren dar la gran jodida . Como si hubiésemos soñado, nos
imponen una falsa derrota y en vista de ello vuelven a cercenamos . Inútil
es seguir apelando . Los países de la América Hispana se han cruzado de
brazos . Nadie quiere ayudarnos .
-Mejor ni hablemos de eso-Senón Oviedo sacude su cachimba sobre
una piedra, la carga nuevamente con picadura fresca, la enciende, aspira el
humo, y, al expulsarlo, señala hacia la cuesta- . Veo que allá se aproximan
Hipólito y Serafín del Carmen . Cambiemos ese tema neurálgico .
-Serafín e Hipólito se han hecho muy amigos -comenta Marco
Aurelio Mendíguez-. Debe ser sobre todo porque han vivido en Roma .
Los he escuchado hablando en italiano . Creo que ambos conocieron al
Papa. Si le besaron el anillo están en gracia de Dios .
Píndaro Cárcamo prefiere retirarse sin hacer comentarios . Se sabe que
él no gusta de Serafín del Carmen por haberse burlado de Petita .
-Recuerdo a Serafín desde la época en que paseaba por las tardes con
Plácido -dice Plutarco Amaya- . Era un niñito de una imaginación
sorprendente . Siempre narraba sueños con una convicción de iluminado .
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Después nos convencimos que eran inventos de él . Bueno, desde nuestra
época escolar decorábamos versos de Pedro Calderón de la Barca con eso
de que la vida es sueños y los sueños sueños son .
-Cuando ya era muchacho de los de rompe y rasga -Senón Oviedo
escupe, se limpia la garganta- me hacía contarle historias de fantasmas .
Recuerdo que a él le agradaba mucho la del hombre cuya esposa asistía a
los aquelarres en que diversas brujas danzaban alrededor de Lucifer en
figura de macho cabrío y todas ellas le besaban el culo . Me sorprendió una
tarde narrándome uno de sus sueños . Lástima que ahora que regresó de
Europa sólo está interesado por escribir su libro sobre la isla . Ya no nos
entretiene con sus sueños . Lo que quiere es oír.
-Vamos a hacer un trato con él -propuso el reflexivo Agustín
Izaguirre-. Ahora que llegue podemos proponerle que nos hable de Roma .
Por una seña de Benigno Pascal notan que Hipólito y Serafín se acercan .
Los saludan con toda ceremonia y sin rodeos intentan el aproche .
-Hablando del rey de Roma, de pronto asoma -dice Plutarco
Amaya-. ¿Qué tal, señores? Siéntense . Acompañenos un rato .
Precisamente charlábamos de ustedes . Sabemos que han visitado Roma y
a lo mejor, si le han besado el anillo al Papa, ambos deben de estar en
gracia de Dios . Nosotros los de la isla es muy posible que caigamos de
bruces en las calderas de Pedro Botero . En cambio, ustedes se sentarán sin
duda a la diestra de Dios Padre . La palabra de ustedes es como agua bendita .
No hay que ser egoísta . ¿Por qué no nos conversan de Roma?
-Yo estuve en Roma en la época del cometa Halley -dice Hipólito .
-¿Lo viste? -indaga Plutarco Amaya .
-No .
-Aquí lo vimos como una luna llena con su terrible cola luminosa .
Serafín se interpone :
-Lo cierto es que al cometa de mi época le decían Mussolini . Era más
catastrófico que el otro . Recuerdo que a pocos días de hallarse en Roma los
fascistas me dieron una buena puñera sencillamente por ignorar que, como
en la época de Guillermo Tell, era un crimen no descubrirse ante el pequeño
estandarte de esos terribles criminales autodenominados camisas negras .
427
-A Píndaro Cárcamo le habría encantado saaber que te golpearon dice malignamente Senón Oviedo- . Te tiene tirria porque le hiciste una
hija a Petita . Se fue apenas te columbró a lo lejos .
-Cuando me fui de viaje, yo no sabía que estaba encinta . A mi regreso
la hallé en amores con uno de sus primos . Mi hijita ni siquiera me determina .
No me siento culpable . Menos mal que aquí en la isla la sangre no llega al
río . Allá en Roma me vi en grave peligro por preñar a una chica menor de
edad . A esa aventura, que no fue un sueño, yo la llamo la mágica epifanía
de la sangre .
428
X
El caballero de la fe
Danilo pasó la noche orando . Ahora tenía de veras la convicción de
que Dios y la Virgen le habían confiado una misión en la vida: Redimir a la
madre .
Prefirió consultarlo con el casi nonagenario Teófilo que, dicho sea de
paso, se veía siempre lúcido, jovial y seráfico .
Lisetta se mostraba impaciente y sufrió una terrible desilusión cuando
supo que la carta no era de Renato Sant'Elmo .
El asunto fue tema de sobremesa.
-Léenos la carta de Rosina -propuso Teófilo .
Danilo no se atrevía a leerla frente a las primas . Pensó que lo mejor era
exponerles el contenido . La forma escueta, sin ambages y poco escrupulosa
de la carta le parecía un insulto a la religiosidad de la familia . Tenía un alto
concepto de los abuelos Giovanni y Teodorina. No compendia por qué
motivo esta última había aceptado despreocupadamente y en forma
irresponsable servir de mediadora remitiéndole para sus estudios
eclesiásticos un dinero suciamente prostituido . Se sentía avergonzado de
los insultos y las insinuaciones de incesto o, por lo menos, de proclividad
incestuosa que la mamá afirmaba contra el nonno .
-No te hagas muchas ilusiones sobre mio figlio Giovannino -dijo el
anciano Teófilo .
-No ha sido nunca muy honesto -dijo Lisetta .
-Deja que hable al abuelo -dijo Norina .
429
Ambas llamaban nonno a Teófilo por constumbre, pero la afinidad
entre ellas y él era distinta . Hijas de dos parientes jóvenes, habían quedado
huérfanas desde el conflicto bélico del catorce . Como vivían con Teófilo
desde mucho antes, él siguió criándolas . Lo ayudaban y le servían de
compañía .
-Teodorina fue un regalo de Dios -dijo Teófilo- . Me la encontré en
la iglesia, abandonada, casi recién nacida . Mi hijo Giovanni cumplía apenas
cinco años cuando murió mi esposa sin concederme una hija . Por fortuna
Dios no olvidó mi anhelo pues Él jamás se olvida de nosotros . Cuando vi
el bulto aquel sobre una banca y, al acercarme, me di cuenta de que era una
criatura, pensé que a lo mejor la madre se habría olvidado de ella por ebriedad
o por descuido . Aquí en Pausílipo no debe uno extrañarse de nada . Busqué
entre sus pañales y hallé una nota . La niña era ofrecida al Santísimo . Y
comprendí que Dios me encomendaba la misión de cuidarla, de hacerme
cargo de ella . El Señor había escuchado mi ruego . Aquella niña era un
donde de Dios . Por tal razón, al adoptarla, la bauticé con el simbólico
nombre de Teodora . Giovannino y Teodora crecieron juntos en la iglesia .
Cuando volvían de sus colegios, me ayudaban, barrían la iglesia, tocaban
las campanas, hacían las hostias . A Giovanni daba gusto verlo oficiar de
monaguillo con su sotana roja y su blanco sobrepelliz . Yo hasta llegué a
pensar que estudiaría para sacerdote ya que yo mismo no había podido
serlo . Yo estaba convencido de su aparente misticismo . Siempre he sido
romántico, inocente e ingenuo . Jamás nos damos cuenta de qué manera
brusca crecen de pronto los muchachos . Giovannino lo que menos pensaba
era en la iglesia . Después supe que nació paa ser un perdulario . Sedujo a
Teodorina a mis espaldas y casi ante mis propias narices . El muy bellaco la
dejó bien preñada y huyó a Paris robándose todo el dinero de la iglesia
cuya custodia me había sido confiada . Después, no tuve más remedio que
cancelar la deuda hasta el último centavo . Teodorina, la pobre, avergonzada
y hecha una Dolorosa, estuvo casi a punto de suicidarse . A su hija le pusimos
Rosina porque Teodora cultivaba rosas en nuestro huerto . Rosas para la
Virgen . De las andanzas de Giovanni supe por los napolitanos que
regresaban de París o de América . Con el dinero que robó se dio a la farra,
a la ruleta y a los placeres de París . Al terminársele su escasa fortuna,
como bailaba bien y era, además de joven, muy gallardo, siguió en los
cabarets desenvolviéndose como gigoló, croupier, chulo, tramposo y vago .
Era de esos que bailan con señoras turistas que pagan por distraerse y
aprovechan su viaje a París para ponerle los cuernos al marido aun a cambio
de fuertes desembolsos . La redada contra los extranjeros vagos lo hizo
emplearse de camarero con unos compatriotas en una famosísima tratoría
napolitana . Una noche los dueños del restaurante le advirtieron a Giovanni
430
que atendiera con el mayor esmero que le fuese posible a ciertas
personalidades de rango y, sobre todo, a un caballero de cabellos canos que
ocupaba la cabecera de la mesa en la cual departían cordialmente, pues era
nada menos el conde Fernando de Lesseps . Recién llegado a París más o
menos diez años atrás, Giovannino había escuchado ese nombre con
frecuencia en los labios de la gente con motivo de la inauguración del Canal
de Suez cuya proeza fue de alcance mundial y le dio prestigio a Francia .
Desde esa noche, cada vez que Lesseps, muy esporádicamente volvía por
aquel sitio con sus amigos y a veces solo, Giovannino conversaba con él .
Era sabido que a Lesseps le agradaba charlar en italiano . Se hicieron tan
amigos, que al fin el conde se entusiasmó con Zvaní hasta el extremo de
nombrarlo ayuda de cámara . Siguió con él año tras año . Lo acompañó en
su loca aventura del Canal Interoceánico que como ya se sabe fue un gran
escándalo financiero . Giovannino no supo aprovechar la confianza que el
viejo le tenía o, mejor dicho, la aprovechó de modo ingrato y miserable
pues, entre suma y resta, le sacaba las cuentas del Gran Capitán y le robó al
buen viejo hasta las medias sin quitarle las botas . Cuando llamaron a Lesseps
a París con el propósito de que rindiera informes ante los tribunales,
Giovannino se fue a Puerto Limón y si te vi no me acuerdo . Con el dinero
que había logrado acumular fundó enseguida una tratoría napolitana . Le
hacían falta dos criadas que le sirvieran gratis y por eso se casó por poder
con Teodorina . Me escribió arrepentido, mandó dinero y yo, de ingenuo,
dejándome ambaucar, hice de tripas corazón creyendo que ése era mi deber
y, llorando, fui al muelle a despedirme cuando Teodora con Rosina y tú,
Danilo, se embarcaron rumbo a Puerto Limón . Teodorina no me quiso
escribir por no amargarme la vida, pero unos compatriotas me informaron
de todo . Por eso yo sabía plenamente que Giovannino era un canalla de
siete suelas . Creo que Rosina fue una inocente víctima de Zvanía. Mi hijo
nació y creció en la iglesia pero lleva en el cuerpo demonios insaciables .
La que más sufre con tal modo de ser es Teodorina . Puedes estar seguro,
Danilo, de que ella ha perdonado a Rosina . Pobre criatura . Desde chica
tuvo deseos de ser artista. Pero Zvani es tacaño . Según la carta de Rosina,
no sólo la explotaba ; quería también hacerla pasto de su lujuria . Es un mal
hombre, Danilo, no te conduelas de él . Piensa en Rosina . Piensa que
Jesucristo perdonó y defendió a la pecadora . Tú debes redimir a tu madre .
Procura ir enseguida a Valparaíso . Tal vez tu buen amigo, que es salesiano,
pueda ayudarte y te consiga una cátedra en el mismo colegio en que él
oficia . Ya estás graduado . Dios te ha asignado una misión . Prepárate . Tú
eres el caballero de la Fe . No pierdas ni un instante y escríbele enseguida
a Renato Sant'Elmo .
431
DECÁLOGO NOVENO
i
La corvina dorada
Al buen Hipólito le agradaba tener de vez en cuando sus paliques con
Juan Chalao . Sólo él podía entenderle ciertas galimatías que los de la isla
no lograban captar.
Ladera aseguraba que Juan Chalao sólo tenía conflictos emocionales,
pero se rumoraba que el chiflado filósofo sufría de incógnitos ataques
epilépticos .
Nadie osaba llamarlo bobo o loco pues, sin lugar a dudas, tenía
genialidades dignas del más severo profesor humanista . Criado como un
simple bastardo de Bebo Lípero, corría la voz de que era fruto espurio de
una de sus hermanas solteronas .
Sólo llegaba a la isla en el verano porque era un gran devoto de María
Magdalena . Cargaba el anda de la famosa pecadora con admirable devoción .
De modo insólito, nunca aceptaba un trago . Con suma gentileza agradecía
las múltiples insinuaciones que Felipe y el grupo de sus demás compinches
le hacían para embromarlo, pero jamás los ofendía con la más mínima frase
mordaz .
Precoz en sus estudios, sus familiares lo hicieron ir a Europa donde
inicióse en varias disciplinas sin decidirse de manera formal por ninguna,
y, al conocer la estirpe de varios humanistas geniales, quiso abarcar como
ellos tan amplia suma de los conocimientos más dispares, que al poco tiempo
regresó a la isla con la brújula completamente desnorteada .
Se pasaba la vida leyendo . Sus tías lo mantenían . No trabajaba . Vestía
sencillamente sin la menor ostentación . A veces permanecía en la isla todo
el estío . A la hora del almuerzo o de la cena visitaba las casas y jamás le
435
negaban un asiento a la mesa . Quienes más lo invitaban en verano eran las
chicas de la oligarquía por disfrutar de su amenísima charla que
entremezclaba declamando la princesa está triste y era una sombra larga,
más larga que el carajo, como decía Felipe .
Pobremente vestido pero muy limpio y atildado, Juan Chalao se paseaba
por las tardes con intención y ademanes de galante doncel . En la playa lo
esperaban las chicas para rodearlo y tomarle el pelo de lo lindo . Pacífico
como era y hombre de burbujeante ingenio, su manía consistía en cortejar
a las muchachas convencido de que bastaba hacerles tilín tilín para que
ellas se murieran por él . Amablemente le seguían la corriente y él se hacía
el vanidoso e inconquistable . Fulanita está prendada de mí, decía enfatuado,
pero prefiero hacerla sufrir.
Jovial, Hipólito se entretenía con él y se enfrascaban en atinadas charlas
sobre la Biblia. El más somero hecho evangélico para Juan Lípero era la
redención de la pecadora con la gran diferencia de que, contrariamente a la
bondad nazarena, él no aceptaba el perdón . Desde Eva para abajo la mujer
era un foco de pecado . Por eso, aunque las chicas se babeaban por él, había
sabido mantenerlas a raya, según él afirmaba .
Opuestamente a su teoría del pecado, era devoto de María Magdalena
y de las cortesanas que habían logrado superar la miseria de su existencia
pecadora como Tais y Santa María Egipcíaca . Pero el ideal para él era la
vida monástica, entendida no como reclusión de arrepentidos sino como un
cenobio de mujeres y hombres puros, intactos, vírgenes . Defendía el celibato
como la única forma de aproximarse a Dios . Él se había mantenido célibe,
núbil e inmaculado . Cuando entraba a la iglesia, lo cual era frecuente, se
sentía casi unido a la Santísima Trinidad en cuerpo y alma .
Aun a pesar de su pobreza, mantenía ciertos gustos aristocratizantes
como el amor al mar y su perenne entusiasmo por la pesca . Siempre hallaba
quien le prestase un chingo y en él se iba desde por la mañana . Las sierras
y corvinas que a menudo pescaba las cedía a las familias que lo invitaban a
su mesa. Así pagaba su exiguo manducar pues era parco, sobrio e inapetente.
Serafín e Hipólito no lo desestimaban pues era un hombre culto con el
que era agradable dialogar sobre diversos asuntos del espíritu . La opinión
que la gente tenía sobre Juan Lípero no era del todo edificante lo cual se
deducía del mismo apodo que le habían asignado . Para Faustina, en cambio,
Juan Lípero era un iluminado y, en ciertos casos, un vidente, pues tenía
propiedades carismáticas .
436
Felipe consideraba a Juan Clalao como a un niño por su pureza, inanidad
e inocencia aunque éste lo superaba en porte y en edad . Aun así, lo respetaba
con relación al deporte de la pesca. De modo temerario Juan Chalao se
adentraba más arriba en barquichuelos de muy poco calado con vela y foque
endebles sin temerle al mal tiempo . No era tan sólo la impecabilidad de su
técnica en el manejo de botes y en la pesca ni tampoco su impávido coraje.
Se trataba, como decía Faustina, de algo recóndito e ignoto, pues tal vez
Juancho Lípero siempre iba acompañado de un familiar . ¿Qué es eso?
Alguien o algo . Nadie puede saberlo concretamente . Un ser o una fuerza
del más allá . Lo que las madres llaman un ángel de la guarda .
Felipe se aficionó a pescar con Juan Chalao . Lo hizo para ganarse su
confianza, pues a él lo que en efecto lo atraía era acercarse a las chicas
oligarcas que frecuentaba el otro y de ese modo pescar en río revuelto .
Era difícil congeniar con Juan Lípero . No bebía, no fogueaba . Sólo
servía de hazmerreír pues las muchachas le tomaban el pelo de lo lindo . Lo
acariciaban sin temor. Lo besaban . Se hacían las hechizadas por la mágica
fuerza seductora de Juan . Él, de pazguato, les creía a pie juntillas . Con
Felipe, a la inversa, se portaban esquivas . Más bien lo despreciaban como
diciéndole tú quédate en tu puesto y no te pases de listo .
Felipe estaba a punto de divorciarse de una amistad que, desde luego,
le resultaba inoficiosa cuando, de modo inesperado, se abrió en el cielo una
esperanza .
Un día Juan Lípero llevó consigo a la isla algo especial . Era una chica
bilingüe, joven y casta. Daba gusto mirarla . Felipe se quedó como en
ascuas cuando la vio . Las cosas se iban poniendo buenas . Husmeó, indagó,
captó . Se puso al tanto de los antecedentes . Balbina había sabido que en la
Zona del Canal vivía una bella bastarda que, por ser hija de Cairote, era su
nieta . Se entrevistó con Juancho Lípero y éste hizo las gestiones pertinentes
a través de la Curia zoneíta . Dio al fin con ella en una carpa de Jesús Salva
Cuatro . Balbina, que se sentía muy sola entre sus santos, acogió a la devota
evangelista con las mayores muestras de afecto . Magda se encariñó con la
isla y con la abuela . Balbina recordaba que su hijo Freddy, al regresar de la
guerra del dieciocho se enamoró en la Zonal del Canal con una gringa de
costumbres poco recomendables, requiescat in pace .
Desde esa fecha Maggi hizo visitas esporádicas a la isla vestida con un
raro hábito como de monja.
437
Pertenecía a una extraña cofradía que recaudaba fondos para incógnitas
obras de caridad .
En la isla se ganó la confianza de la gente por su increíble devoción .
Viejos y jóvenes alababan a Maggi .
Felipe se moría de deseos . Sólo esperaba la ocasión más propicia para
dar el zarpazo . Lo que a él precisamente le faltaba era una bella novicia, y
ésta le había caído como del cielo .
Se quedó como en babia cuando Juan Lípero le confesó algo insólito .
Estaba enamorado de la monjita . Juan Lípero le hizo la confesión casi
llorando . Finalmente había hallado la dama ideal, la chica pura, la mujer
de sus sueños, una especie de Magdalena, redimida con anterioridad a la
culpa .
Lo grave era que Maggi le seguía la corriente a su devoto doncel pero,
eso sí, había puesto condiciones .
A Maggi le agradaba el pescado frito como sólo Balbina sabía hacerlo
ya que ella realizaba el milagro de los peces, pero a la inversa pues lo hacía
tan sabroso que, al comerlo, la gente se quedaba con ganas de seguir
saboreándolo.
-¿ Qué és lo que pide Magda? -quiso indagar Felipe .
-Una corvina .
-Es fácil .
-Nada de eso . La quiere de oro y grande,
-¿De que porte?
-Más o menos de un metro .
-¿Y de oro? No existe tal corvina . Te está tomando el pelo . Las
sierras tienen manchas doradas . Consíguele una de regular tamaño . De
noche Maggi no podiá distinguir de qué se trata . Ponte de acuerdo con
Balbina .
Desde ese día Juan Lípero se empecinó en pescar esa famosa corvina
de oro . Se iba desde temprano en su cayuco sin temor a los vientos ni a las
438
mareas . Además de aparejos y carnadas llevaba su fotuto, caracol cuya
calcárea bocina le serviría para anunciar desde lejos el hallazgo de la corvina
de oro .
Ya la Cuaresma había pasado como asimismo los días santos y, como
era sabido, por Santa Catalina rompen las brisas . Lo decían los ancianos
que desde Peñalerta contemplaban el mar y predecían de modo sistemático
el tiempo .
-Ten cuidado -le decían a Juan Lípero- . Si te sorprende un Norte
te va a llevar Canfinfia .
Él se reía impertérrito . No le temía a los vientos . Lo obsedía la pasión
casi lunática de hallar y darle caza a esa ilusoria corvina de oro .
-Es un pez mítico -le decía Serafín-. Nadie lo ha visto . No vas a
hallalo nunca . Lo que ocurre es que Maggi te está jugando la pacheca .
Sólo es un subterfugio . Poniéndote en un brete lo que pretende es
escurrírsete. No creas en pájaros preñados ni en peces de las mil y una
noche . Lo que puede pasarte es que zozobres y te trague un escualo .
Felipe estaba como en ascuas . Sabía perfectamente que Juan Lípero
no iba a lograr su intento . La primera mujer de quien su amigo se había
prendado tenía el diablo en el cuerpo . ¿Era del temple de María Magdalena?
Todo ello resultaba un embrollo .
Ya obscurecía esa tarde en Peñalerta . Los ancianos se habían ido
alejando con rumbo hacia sus casas pues se anunciaba un Norte de rompe y
rasga . Sólo quedaban Sócrates Galarza, Plutarco Amaya, Marco Aurelio
Mendíguez y Benigno Pascal .
Densos y negros nubarrones se iban aglomerando por el confín de
Sotavento .
-Mal va a pasarla Juan Chalao -dijo Amaya .
-La cáscara de nuez en que navega no aguantará el chubasco -terció
el viejo Pasea] .
-Yo no le arrendaría la ganancia -puntualizó Mendíguez .
Fue en ese instante cuando se oyó el sonoro fotuto de Juan Lípero .
439
Entre la opacidad vespertina veíase al bote surcando de bolina las
encrespadas olas.
Seguía escuchándose de manera insistente el caracol .
-Creo que ha perdido la chaveta del todo -dijo Galarza .
-Ni aunque la vea y la tiente creeré que existe esa corvina dorada diagnosticó Mendíguez .
-Por lo pronto Juan Lípero se salvó del chubasco -tranzó Plutarco
Amaya- . Amanecerá y veremos . Mejor es irse a casa .
Cuando Juan Lipero arribó a la restinga se vino abajo el agua .
Inusitadamente entusiasmado, sonó de nuevo su bocina, guardó, sus
aparejos, ensecó bien el bote y, cargando en sus brazos la inconcebible
corvina de oro se encaminó de prisa hacia el bohío de Balbina .
Ni ella ni Maggi creían lo que miraban . Era algo real y al mismo
tiempo maravilloso, mágico .
Ante los ojos de ambas, sobre la mesa, estaba la fascinante y carismática
corvina de oro .
-No te quedes extática, Balbina -dijo Juan Lípero- . Dame un
cuchillo . ¡Pronto! ¿Cómo quieres las presas, en filetes o en ruedas?
Maggi se había quedado inmóvil, muda, salinizada cual la mujer de
Lot .
-Mejor en ruedas -puntualizó Balbina .
-Pásame una vasija .
Dicho y hecho . La dorada corvina quedó enseguida destripada y
deshecha .
Maggi seguía perpleja . Frente a un milagro de tal categoría ¿cómo
podía incumplir lo prometido?
-Vete a dar un buen baño . Perfúmate y regresa. Tal como estás,
apestas.
-Mientras tanto, voy a freír las presas -dijo Balbina .
440
La noticia de la corvina de oro recorrió todo el pueblo . Nadie quería
creer ese prodigio .
Felipe presintió una derrota . Juan Chalao va a foguearse a la monjita .
Resolvió cerciorarse de motu propio.
Cuando llegó a la casa de Balbina, la dorada corvina ya estaba frita,
fragante, doradita .
Murmuró incrédulo :
-¿Quién puede asegurármelo?
-Fue un milagro, Felipe -dijo Balbina- . Lo grave es que se ha ido .
-¿Quién?
-Magda . Recordé que esta noche debía reunirse con no sé qué cofrades .
Juan Lípero llegó en ese momento, perfumado, acezante .
-¿Qué tal esa corvina? Huele bien . A mí, en cambio, me sigue el mal
olor. ¿Dónde está Maggi?
-Decidió irse de prisa . Recordó un compromiso . No tuvo más remedio
que embarcarse sin probar la corvina . Dejó esto para ti .
Juan se quedó indeciso, como en babia, pero enseguida reaccionó
briosamente . Tomó el billete . Eran diez dólares . Qué ofensa .
-Le llevo la corvina . Métela en una lata bien tapada . Ya el mar está
tranquilo . Voy en mi bote.
-No digas disparates -cortó Felipe- . Por más experto y hábil que
seas, solo en tu bote no llegarías a la ciudad .
-Sí, puedo hacerlo . Balbina, apúntame la dirección de Maggi, precisa
y clara . Soy un hombre formal . Quiero que sepa que cumplo mis promesas .
Todo depende de ella .
Felipe resolvió acompañarlo en la chalupa de José Calandraca . No
quedaba ni rastro del chubasco . La mar estaba en calma y había luna . La
chalupa se deslizaba en orza, proa al viento .
441
Juan Lípero no hablaba . Parecía preocupado .
-Maggi es púdica y casta -dijo de pronto-, Yo soy igual . Hasta
ahora me he conservado puro como un ángel . Me casaría con ella .
Balbina había apuntado las señas muy claramente .
Llegaron en un taxi .
Era una calle amplísima con muchos almacenes y lujosas vitrinas, justo
al pie de la Zona del Canal .
El edificio tenía cierto sentido como de sinagoga o de basílica antigua.
Tras oprimir el timbre, la puerta lanzó un sordo zumbido y lentamente
se abrió como por arte de birlibirloque .
Subieron a un salón . Parecía clínica . Varios hombres, sentados,
esperaban su turno .
Tras un lindo escritorio una mulata vestida de enfermera les cobraba a
los clientes al despedirlos con tono displicente .
-No estoy enfermo, coño -dijo Juan Lípero- . Supongo que Balbina
se equivocó .
-No te impacientes . -Felipe se acercó a la mulata- . Le traemos
una encomienda a Maggi . Tenemos prisa . Queremos entregarla personalmente .
La mujer tocó un timbre .
Nada ocurrió .
Esperaron.
De una de las diversas puertas salió un fulano que, tras pagar su cuenta,
se fue fumando, silbando, hecho unas pascuas .
Seguramente el médico acababa de anunciarle que no era cierto lo del
cáncer que otro le había diagnosticado .
Por la puerta de donde había salido el hombre eufórico se asomó una
manito de mujer e hizo señas .
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-¿Conmigo? -se preguntó Juan Lípero tocándose .
La mano le dio a entender que sí.
Juan se alzó con su lata entre ambas manos .
Le dijo a Pipe:
-Quiero entregársela yo mismo y además devolverle su billete . -Lo
sacó del bolsillo y, al mostrárselo, Pipe se lo quitó .
-No seas pendejo . Nos hará falta plata. Nos vinimos sin nada . Deja
de hacerte el engreído . Llévale su corvina y acabemos . Yo siento una
gazuza que me hace ver corvinas de oro . Apresúrate .
Juan Lípero dudó . Tuvo un instante de incertidumbre atroz . Finalmente,
decidido a enfrentarse con su propio destino, tras entrar en el cuarto, cerró
la puerta .
Quedó paralizado . Maggi estaba desnuda sobre el lecho . Sonreía
simulando cierto pudor maligno .
-Perdóname, Juancito. No vayas a decírselo a Balbina .
-Yo te creía una santa .
-Soy, en cambio, una puta .
Soltó una carcajada . Se retorcía en la cama . Juan dejó sobre el lecho la
corvina dorada . Salió del cuarto sollozando :
-Mi María Magdalena es una zorra .
-Son diez dólares -le dijo la mulata .
-¡No he copulado!
-Déjame entrar a mí -dijo Felipe y entró de sopetón .
Desnuda y en cuclillas frente a la cama, Maggi devoraba las presas de
la corvina de oro .
Recordando una anécdota que le escuchó al abuelo, Felipe desenvainó
su alfanje, se acuclilló tras ella y lindamente se lo hundió hasta la cacha.
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Maggi tosió atorada . Los trozos de pescado, devueltos, marcaron una
hilera de hitos dorados sobre la blanca sábana .
-Sigue tragando, idiota jadeó Felipe-. Te conviene comer por
ambas partes . Por arriba y por abajo .
Terminó. Se arregló . Tapó la lata .
-Ya comiste bastante . Me la llevo . Juan Chalao y yo tenemos hambre.
Si no pagas la cuenta, se lo digo a Balbina .
Al salir, la mulata se disponía a cobrarle, pero él se le antepuso .
-Maggi paga la cuenta . Nos debe el viaje y una corvina de oro .
Desde el cuarto se oyó la voz de Maggi que susurraba :
-Okey.
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11
La mágica epifanía de la sangre
-Una noche fui a visitar a un siciliano con quien había hecho migas
en un curso universitario al que asistí como oyente . Bronceado como ún
moro y muy ducho en lides amorosas, era huésped de cierta viuda joven
que estudiaba obstetricia o sea, ya ustedes saben, eso de partos y abortos .
Lo envidiaba por la facilidad con la que siempre seducía a las muchachas .
A mí me era difícil debido a que aún no me expresaba fluidamente en
italiano . Trataba de abordarlas, pero era inútil . Se reían en mi cara, pues
no lograban entenderme . Una lluvia a raudales se vino abajo en el momento
en que iba a despedirme . Mi amigo Moro, como yo lo llamaba, me indicó
que esa tarde había llegado a la casa una sobrina de la obstétrica, bastante
joven y graciosa . Me dijo : Quédate . Beberemos una copa de vino .
Jugaremos con ellas un partido de naipes mientras la lluvia escampa . Me
presentó a la viuda y a la chica, Ninetta, quien, de luto riguroso por la
muerte muy reciente del padre, tenía un aire romántico que se amoldaba al
tinte de sus ojos como uvas y a sus cabellos rubios . Había tenido que
abandonar sus clases en un colegio religioso carísimo pues la imprevista
defunción del papá, intestado, dejó las cosas embrolladas . Vivían en
Ladíspoli, casi a una hora de Roma, junto al mar. La madre, que era ciega,
guiada por la hija, procuraba defender sus bienes de la voracidad de otros
parientes y de los abogados . Sentados a una pequeña mesa, bebíamos y
jugábamos . Yo, que me había situado junto a Ninetta, me aproximé lo más
que pude e intenté con mi pierna un suave aproche que, para mi sorpresa,
obtuvo una favorable recompensa . También se mostró anuente cuando
oprimí su mano bajo la mesa . Al día siguiente le consulté a mi amigo Moro
sobre el buen éxito de mi prometedora aventura . Me aconsejó ver a la
madre, pedir la mano de Ninetta como novio oficial y, desde luego, solicitar
su anuencia para las respectivas visitas diarias . Todo eso me pareció muy
445
peligroso. No, me dijo, sólo es un compromiso sin testigos ni firmas . Es
como se usa . Te dejarán con ella y harás lo que te plazca . Fue así en efecto .
La obstétrica pasaba el día en sus clases o en la clínica donde ella trabajaba
como enfermera . La madre, que era ciega de parto como he dicho, se
quedaba en la sala junto al fuego porque ése fue un invierno riguroso y
hacía un frío del carajo . La señora, que era alta y bien plantada, me confiaba
a la "niña" que, desde luego, no era tan inocente aunque, sí, virgen . Con
Ninetta en la recámara, entre santos y ofrendas, la cita era una fiesta . Desde
el primer instante me di cuenta de que mis besos ejercían sobre su ánimo
como un poder hipnótico . Jamás había experimentado con otras chicas
algo igual . Le hacía ver lo que yo deseaba que ella viera : caballos volando
por el cuarto, globos de mil colores, ríos de sangre en los que ella se ahogaba,
calaveras en traqueteantes danzas macabras, ángeles de alas blancas
anunciándole el ave gratia plena . La poseí gozoso y diariamente me daba
los grandes atracones sexuales . Mi amigo Moro me había dicho : Sé muy
prudente y precavido, no vayas a preñarla, porque si ocurre, vas a tener
dolores de cabeza . Y ocurrió. Ninetta me dio la triste nueva, llorosa y
abatida . ¿Qué hacer? Para colmo de males, ella y la madre tenían que
regresar a Ladíspoli al día siguiente . No había, pues, tiempo que perder.
Toqué el asunto con el amigo siciliano . Es cosa grave, me dijo. Las leyes
del fascismo castigan el aborto cruelmente . La única solución es que te
cases o te largues de Italia . ¿Con qué dinero?, dije . Entonces, cásate . No
creo que Sandra quiera exponer su puesto y su carrera . De todos modos,
Moro le expuso el caso y sus razones . Era un dilema de alternativas ciegas .
Si yo no me casaba, me encarcelaban ; si ella ejercia el aborto, le tocaba un
castigo severísimo . Sin embargo, me dijo, la mamá de Ninetta sufrió un
colapso debido a la reciente defunción del esposo . Quedó muy delicada .
Para colmo de males estaba en trance de quedar arruinada . Mi matrimonio
de nada iba a servirles pues, siendo yo foráneo, la crisis me haría imposible
colocarme . Para evitarle un nuevo trauma a la madre, la única solución era
el aborto . Sandra aceptó que no sólo se exponía por consideración a la
señora sino también y sobre todo porque era lo que deseaba Moro . Al día
siguiente por la tarde, mientras Moro y yo conversábamos con la señora
Alicia en la sala, Sandra, encerrada en la recámara, le practicó a Ninetta el
cruel sondaje . Según me dijo ésta más tarde, le entregó unas obleas que
ella debía ingerir de tiempo en tiempo . Ninetta y su mamá debían partir
para Ladíspoli a prima noche, pero cuando llegué con ellas a la estación ya
el tren había partido . Tuvimos que esperar casi dos horas en un café cercano .
Llegó por fin la hora del viaje . Ambas abordaron el tren . Parado frente a la
ventanilla, me quedé en el andén deseoso de que la máquina partiera y
446
hecho un fajo de nervios . Hacía un frío insoportable . Asomada a la ventana,
Ninetta no hacía más que llorar . Temía perderme . La madre imaginaba
que la angustia de su hija se debía a la imprevista separación . La
muchedumbre que abordaba de prisa los vagones me hacía cambiar de sitio
a cada instante y a veces hasta me atropellaba . Para colmo de males había
por todas partes militares fascistas a quienes yo realmente les tenía pánico .
La enorme locomotora comenzó a dar soplidos cuyo vapor el frío adensaba
más y casi me impedía ver a mi chica que, al presentir el desplazamiento de
la máquina sufrió como un ataque de histeria No tuve más remedio que
subir a calmarla . ¿Por qué no viene con nosotras?, dijo la madre . Después
puede comprar el boleto sobre la marcha . Muchas personas acostumbran
hacerlo . No está prohibido . En efecto, cuando, ya el tren en marcha, le dije
al inspector lo del boleto, no tuvo inconveniente en venderme uno . Tan
riguroso era el invierno, que había caído mucha nieve y el tren marchaba
con demasiada lentitud . La estación correspondiente a Ladíspoli se hallaba
a gran distancia del pueblo . Sólo tres pasajeros descendimos, Ninetta, yo y
la madre . No había edificio alguno sino un pequeño techo sobre columnas
y un banco de tablones para sentarse . El único hombre que ejercía las
funciones de guardavía nos dijo que debido a los charcos congelados del
mal camino las diligencias no se habían acercado pues el hielo hacía resbalar
a los caballos . La única solución era sentamos a esperar la mañana a la
intemperie con un frío de mil diablos o hacer el viaje a pie lo cual tal vez
nos tomaría dos horas y que tuviéramos cuidado con los lobos . Como ha
nevado mucho, están hambrientos y son muy peligrosos . En estos días se
les ha visto bajar a los caminos . Con tal augurio nos echamos a andar.
Ninetta y yo conducíamos del brazo a la madre y en la otra mano llevábamos
cada uno una maleta . Yo pensaba, los lobos andan en manada, si nos atacan
no tendremos ni un palo . La superficie helada de los charcos se rompía a
nuestro paso y salpicaba. Por ambos lados del camino sólo había nieve que
afortunadamente la luna iluminaba . Un frío de muerte y una brisita gélida
nos impulsaba a caminar muy de prisa, pero la ciega tropezaba a menudo .
Nadie decía palabras que ni siquiera habrían podido escucharse debido a
que teníamos los rostros cubiertos con bufandas . Ninetta había ingerido
sus obleas respectivas en la casa de Roma, en el café de la estación Términi,
en el tren y en el rústico apeadero donde el agua se la dio el guardavía . La
última dosis la tomaría sin duda al llegar a su propia residencia junto al
mar, pero era inútil cantar victoria pues por doquiera que extendíamos la
vista sólo veíamos nieve . Para colmo de males comenzamos a escuchar a
lo lejos los terribles aullidos de los lobos . Teníamos que apresurar el paso,
pero el lastre de la señora Alicia dificultaba nuestra marcha . Por fortuna
447
comenzamos a distinguir, distantes, las luces del poblado . Ninetta no pudo
reprimir un agónico alarido de júbilo . Enardecida, trataba de animar a la
madre . Era preciso ganarle la partida a los lobos cuyas aullantes quejas nos
llegaban según soplara el viento . Nuestra angustiosa caminata se había
extendido más de lo que el guardavía calculara, pues cuando al fin llegamos
a Ladíspoli no se veía ni un alma por las calles . Ninetta me asignó una
recámara y, al llevarme una taza de té caliente, me dijo : Ya me tomé la
última dosis . Repuse esperanzado : Yo esperaré el efecto de esa droga como
la epifanía milagrosa de la estrella que guió a los Reyes Magos . Pasé toda
la noche desvelado, fumando . Sólo pensaba en los fascistas, sus torturas,
sus cárceles . También a Moro, que era contrario al régimen, lo apresarían
y a Sandra . La joven y bondadosa viuda perdería su carrera . Sumido a
veces en leves ráfagas de sueño, veía lobos feroces que desgarraban nuestra
piel entre fogosos aullidos y atropellada rebatiña . Me desperté aterrado
sintiendo sobre mí el peso de un lobo que me hociqueaba . Era Ninetta .
Sollozaba de júbilo al besarme . Estaba eufórica . Su carne fresca hacía
contraste con el fogaje de la mía . Tal era su emoción que los sollozos no la
dejaban expresarse . Presintiendo el motivo de su loca alegría me vi
enseguida libre de los fascistas . Algo calmada, pudo enjugar sus lágrimas
y declararme al fin la buena nueva . Dijo : Ya no hay peligro . Todo sigue su
curso natural . Por fortuna ya sucedió lo que deseabas, la mágica epifanía
de la sangre .
448
111
Lucha de Jacob con el ángel
Bajo la tenue luz del otoñal crepúsculo y el humo denso que despiden
los trasatlánticos, percibe difuminadamente, a través de los cristales del
restaurante, la bella y pintoresca bahía .
Tenía ya varios meses de haber desembarcado en Valparaíso y aun no
se hallaba en ánimos como para emprender debidamente la grave y
arriesgada misión soteriológica que sus abuelos le habían encomendado .
Bastaba solamente cruzar la calle . El edificio de renegridos muros
cuyo portón floreado en oro y lila Danilo oteaba de soslayo era el burdel
donde su madre Rosina seguía prostituyéndose .
En repetidas ocasiones, tras haber ocupado la misma mesa contigua a
la salida rezando hora tras hora, había escapado sin atreverse a entrar en el
prostíbulo cuyo antro lo aterraba .
Esta noche debo intentar, de todos modos, la dura prueba de enfrentarme
al demonio . Me habría agradado hacerlo con la infalible ayuda de Sant'Elmo .
Por eso, aprovechando su viaje a Nápoles, resolví despedirlo con una cena
creyendo que la nave partiría a media noche . Como él sabía que el hito de mi
misión soteriológica era mi madre, le propuse mi anhelo de que me guiara,
como Virgilio a Dante, en ese viaje al Infierno, pero hice mal mis cálculos
pues el zarpe imprevisto del paquebote dejó en vilo y al filo de las lágrimas
mi mejor esperanza . Mi ángel custodio voló rumbo a Pausílipo mientras yo,
en cambio, prosigo aquí sentado, entre la duda y el miedo, sabiendo que solo
y sin apoyo de nadie he de batirme con mi propio destino .
En respuesta a la carta que le escribí desde Pausílipo, Renato me
consiguió un contrato en Valparaíso . Lisetta, al despedirme, me entregó
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una misiva para Sant'Elmo y hazle saber, me dijo, que no me ciega el amor
hasta el extremo de malinterpretar su sacrificio pues sé que, fiel al celibato,
no me ha escrito por no hacerme sufrir .
Al arribar el trasatlántico al puerto, los gritos de la gente y el ulular de
las sirenas urdieron tan infernal algarabía que, realmente, desembarqué en
el muelle como atontado . Entre el tumulto de la dársena, recibí un fuerte e
inesperado abrazo de Renato .
-¿Traes muchos bultos? -indagó .
-No -repuse- . Mi equipaje completo es esta maleta . Dejé todas
mis cosas en Pausilipo, pues pienso regresar lo antes posible . Sólo me trae
a Valparaíso una misión especial .
-¿Te envía Lisetta?
-Traigo una carta de ella .
-Entonces has venido a catequizarme a la inversa . No te envidio tu
rol de Celestina .
-Dejarás de injuriarme cuando desaparezca el malentendido .
-Perdóname, Danilo . Si la palabra arcángel sigue significando
mensajero, tú has caído del cielo como tal para anunciarme buenas nuevas .
No es necesario que vayamos enseguida al colegio . Quiero permanecer a
solas contigo un largo instante . Mientras cenamos, deseo darme un hartazgo
de noticias y refrescar mis recuerdos de Pausílipo .
Aún a pesar de que la brisa helada penetraba hasta el meollo de mis
huesos, preferí hacer a pie la caminata por todo el litoral con el pretexto de
admirar la bahía, raro capricho que a Sant'Elmo le pareció excesivo .
-De todos modos -dijo- el restaurante no está lejos de aquí .
Permíteme llevar tu maleta. Mi maletín no pesa . Está vacío . Tómalo .
Después sabrás por qué motivo lo traigo sin aparente utilidad .
Danilo iba leyendo con marcada insistencia las denominaciones de las
calles.
-¿Qué estás buscando?
Quiero saber cuál de éstas es la Calle del Puerto .
450
-Es ésa la primera pregunta que hacen los pasajeros apenas
desembarcan aquí. Oficialmente no existe calle alguna con ese nombre,
pero es así como la llaman . Es famosa por su abundancia de burdeles . Yo
suelo frecuentar uno de ellos que, como cosa rara, se llama Tabernáculo .
Es famoso. Me agrada porque en él nunca faltan preciosas chicas italianas .
Precisamente nos dirigimos a un restaurante situado vis a vis al referido
prostíbulo.
Poco después, sentados en un ángulo al abrigo de brumosos cristales,
saboreaban dos espumosas maltas .
-Te agradará este sitio -dijo Sant'Elmo- . Se especializan en
mariscos que, como sabes, son el mejor afrodisíaco . Por eso lo frecuento .
Tras una buena dosis de frescas ostras, visito el Tabernáculo . Míralo allí .
Es ese antiguo edificio de la esquina . No aparenta por fuera lo que vale por
dentro . Lujo fastuoso y lindas chicas . Mi real deleite . Me quito la sotana .
La escondo en mi pequeño maletín y enseguida me lanzo al abordaje .
-¿Por qué se llama Tabernáculo? -preguntó con notorio desagrado
Danilo .
-Dícelo tú, Donato .
El camarero, que en ese instante servía las empanadas, se echó a reír de
modo malicioso y dijo con soma :
-Porque ahí los clientes hallan taberna y culo .
-La dueña es una bella italiana -dijo Sant'Elmo .
-¿Cómo lo sabes? -indagó con marcada preocupación Danilo .
-Nunca la he visto . Es presa cara . Me han dicho que es hermosa y
atractiva.
Danilo, que se sentía nervioso, creyó oportuno cambiar el tema de la
charla y, al irse el camarero, le entregó a Renato la carta de Lisetta, que éste
leyó con cariñosa avidez .
-Tiene razón Lisetta-dijo- . Debí haberme casado con ella y, si he
de ser honesto, comportarme como debe portarse un ser humano . No puedo
ser un hombre sin mi libre albedrío . Lo que hice, en cambio, fue huir como
un cobarde . Si la Iglesia Católica sigue en su loco empeño de mantener el
451
celibato in aeterno profetizo su ruina irremediable . No he de esperar que
eso suceda. Debo volver a Nápoles, casarme con Lisetta, vivir decentemente
y encontrarme a mí mismo, porque estoy harto de tapujos y de supercherías .
Cofrades y alumnos : Brindemos por la suerte, de Renato Sant'Elmo
quien por nostalgia vuelve a Nápoles o, mejor, a Pausilipo . Nuestra
capellanía se ha honrado con su grata presencia durante varios meses, lapso
durante el cual había logrado despertar en nosotros la estimación y el respeto
que se merecen las personas de espíritu elevado . Su colaboración no
solamente se ha limitado al noble oficio de regir la parroquia ; también ha
creado un Coro que deja en manos de Danilo . Al libar esta copa, digamos
al unísono . ¡Buen viaje! ¡Salud!
-Te agradezco que hayas venido vestido de seglar -dijo Danilo- .
Sé que lo has hecho porque antes de embarcarte te piensas despedir del
Tabernáculo . Como ves, yo también he guardado mi sotana, pues hoy si
pienso acompañarte .
-¿Por qué has traído tu maleta? Es la misma que trajiste de Nápoles.
¿Vas a embarcarte?
-Sí. Esta mañana cambié los giros enviados por mi abuela-dijo-.
Ya compré mi pasaje, y me ha sobrado suficiente dinero . Vuelvo a Pausílipo
contigo . Esta noche cumpliré, con tu ayuda, la misión que me trajo a
Valparaíso . No me he atrevido a realizarla ni a revelártela tal vez por
cobardía o por vergüenza, pero esta noche pienso llevarla a cabo y, libre de
ella, podré viajar.
-Has hecho una labor estupenda en el colegio . ¿Piensas abandonar a
tus alumnos?
-Quedan encaminados . Ya sembré mi semilla . Basta . Me voy.
-¿Lo haces por mí? ¿Piensas acaso seguir atado a mi sotana? Por tu
bien te lo digo . Te equivocas . En Roma, en Nápoles y aquí no he hecho
otra cosa que procurar forjarte un carácter ; pero veo que mí esfuerzo ha
sido inútil. Sigues igual de tímido y pusilánime . Desde el día que llegaste,
los meses han volado, y no has tenido el coraje de enfrentarte a tu famosa
misión . Tuviste escrupulo en confiármela, porque te avergonzabas, pero
una carta de Lisetta me reveló el secreto . La dueña del prostíbulo, de ese
famoso Tabernáculo que está ahí enfrente, es nada menos que Rosina
452
Salerno, tun mammina . Tú, ingenuamente piensas que ella se sentirá
contrita al escuchar tu palabra o mi homilia y, súbito, imitando a las grandes
cortesanas antiguas, quemará en una hoguera sus riquezas y, por arte de
bidibirloque, quedará convertida en una santa . No seas pendejo. Avívate.
Rosina no nos conviene como santa . Nos resulta más útil como puta . No
puedo acompañarte al burdel porque mi barco zarpa dentro de poco (yo
estaba equivocado al respecto) y apenas tengo tiempo de beberme contigo
algunas maltas . Tu deber es quedarte . No para redimir a tu madre sino
para alentarla a producir mucho más . Sé que, además del Tabernáculo,
posee varios burdeles y tratorías . Convéncela a donar enormes sumas para
el colegio . Hazle saber que muchos niños pobres de Valparaíso y de otros
puertos podrían ser marineros y constructores de navíos si ella los beneficia
mediante becas y más becas . Sé que estudiaste y me pagabas con el dinero
remitido por ella . No te afrente que el vicio puede servir para el fomento
de la cultura. Tu deber, en provecho de futuros cadetes e ingenieros, es
quedarte a vivir en Valparaíso . Tu auténtica misión es vigilar y administrar
los burdeles de tu mama . Funda colegios salesianos . Conviértete en un
nuevo Don Bosco . Te canonizarán por defender los prostíbulos en beneficio
de la enseñanza popular. Esa sirena que oyes es el anuncio de que mi barco
va a zarpar dentro de poco . Prométeme regresar al colegio . Mañana
devuelves tu pasaje ; pero esta noche, entra al burdel y charla con tu cara
mammina, no en plan de Jeremías ni de Pafnucio, sino de modo inteligente
y en el tono cordial que necesita el verdadero vendedor de esperanzas . La
Curia vende miles de indulgencias para provecho propio . Tú, en cambio,
fomentarás el vicio con el único fin de donar becas . Visita a tu mamá para
que inicies desde hoy la santa alianza . Desde ahora en adelante debes
hacer que te respeten . Cuando llegaste de Pausílipo tenías un rostro tan
seráfico y juvenil que parecías un nuevo alumno . Por eso el Superior te
aconsejó que te dejaras crecer la barba y los bigotes . Ahora, con el cabello
largo, tienes aspecto de Jesús . Sé que tu maroma se sentirá feliz cuando te
vea, pues te pareces al marinero que la sedujo hace años . Vi su foto en
Pausílipo . No lo dudes, Danilo . Visita a tu mamá y conságrate como el
paladín de la Gran Cruzada . Tu aspecto nazareno le infundirá respeto .
Prométeme volver al colegio .
-Es imposible .
-¿Por qué?
-Vine a decírtelo . No me has dejado hablar. Tú piensa lo que quieras
de mí. Seré un idiota, pero yo, ingenuamente, sigo creyendo que Dios te
453
envió a mí lado como ángel de mi guarda . Cada vez que te alejas, me
ocurre algo . Anoche, cuando te despediste, seguí con varios profesores y
alumnos graduados bebiendo vino . Uno de ellos, de abierta filiación
sodomita, me besó, me tocó y me excitó . Morosamente me dejé acariciar
sin darme cuenta de que era una vil trampa . El tipo, pérfido, se echó a reír
diciéndome : Tú eres también del gremio . Los demás profesores y alumnos,
que habían contribuido a la broma semiocultos, se echaron a reír,
acusándome, burlándose de mí . Me retiré muy ofendido y, al despertarme
hoy, bien temprano, fui a ver a Superior y le conté incidente . Me dijo :
Olvídelo . No se haga mala sangre por una bobería sin importancia . Fue
una sencilla broma . Sé que en un internado como éste ocurren casos de
homosexualidad como sucede en los cuarteles y cárceles . Es algo natural .
Los internos se liberan de angustias masturbándose o acostándose juntos .
Nada de esó es pecado . Pecado es si se acuestan con mujeres . No olvide
que el pecado original y la expulsión del Paraíso se debieron a Eva .
-Creíste, como siempre, solucionar el caso escapando, sin darte cuenta
de que lo que haces es huir de ti mismo . Quieres que yo sea tu ángel de la
guarda, tu perpetuo custodio, porque sabes que el ángel de Sodoma también
te sigue . Lo supe desde Roma . Sabes que al lado mío no temes nada pues
soy hombre legítimo. Sólo me excito con mujeres . Si el niño llora porque
teme estar solo en su camita al oscuro, nadie debe mimarlo, de lo contrario
seguirá siempre tímido . Tú sigues siendo una criatura indefensa . Debes
luchar, como San Jorge, con el dragón . También Jacob supo vencer al
ángel . T ú dices que un fulano te acarició el pene o el muslo y flaqueaste .
Los antiguos hebreos solían jurar tocandose los testículos . De allí vine la
palabra testigo. Para nosotros, los italianos, testículo y testigo son,
igualmente, testes . En el Génesis, Abrahán, ya viejo, le dice al criado : Pon
tu mano bajo mi muslo, y júrame por Jehová que a mi hijo Isaac no darás
mujer cananea sino de mi tierra natal . Jacob, a la hora de morir, dice a
José : Coloca tu mano bajo mi muslo y promete que no me enterrarás en
Egipto . Jacob peleó con un ángel hasta la aurora ; éste le tocó el tendón del
muslo y se lo dejó tieso . Los traductores, por pudor, en vez de pene ponen
muslo . No me atrevo a jurar pero es posible que fuese el ángel de Sodoma
quien le tocó a Jacob el pene . Afortunadamente Jacob venció . Y es eso lo
que debes hacer cuando te toquen el muslo . Nada importa que el maldito
tendón se ponga tieso . Lo importante es vencer a ese demonio que llevas
dentro . Por lo pronto, mi idea es romper con el injusto voto de castidad .
Mando al carajo los hábitos . No he de endosar más la sotana cuya
botonadura semeja una bragueta desde el cuello hasta el suelo pero, con
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todo y eso, sólo tiene el aspecto de un traje de mujer. Tú bien sabes que el
tendón de mi muslo sólo se pone tieso cuando lo tocan las mujeres . No
olvides lo que te he aconsejado . La sirena está sonando de nuevo . Me voy
rápido . Bébete un pisco doble, persígnate y entra resueltamente al
Tabernáculo . No intentes redimir a tu madre ni aspires a ser santo .
Conviértete en Don Bosco . Funda escuelas . No debe preocuparte que
Rosina sea santa . Lo que más interesa es que puta . Me voy. Adiós y buena
suerte .
Renato Sant'Elmo se apresuró hacia el puerto . Danilo lo siguió con la
vista . Lo vio esfumarse entre la bruma como quien se deslíe y desaparece .
Oyó dé nuevo la sirena del barco .
Tras cancelar la cuenta, salió del restaurante . Cruzó la calle . Se persignó
devotamente y entró en el Tabernáculo .
455
Iv
Una especie de complelo de culpa
Cuando corrió la voz de que un tal tipo de barba nazarena y ojos claros
se había instalado en la isla, las muchachas revolotearon como enjambre
de abejas por los alrededores de la iglesia . Todas las tardes se las veía
paseando por la plaza y el atrio . Cantaban, a dúo o en coro, románticas
tonadas de amor o entretejían juegos de prendas que de modo invariable se
iniciaban diciendo : «De La Habana ha venido un buque cargado de» La
importancia del juego consistía en reaccionar rápidamente diciendo en el
momento oportuno una palabra que comenzara con la letra propuesta, de lo
contrario todas gritaban « ¡prenda! » y era preciso que la persona perdedora
depositara alguna joya valiosa que podía ser anillo, arete o dije . Los turnos
de la ronda giraban de modo tan veloz que muchas veces el barco llegaba
cargado de : montañas, nubes, besos, nostalgias y suspiros . Cuando Felipe,
el Mogo Tin, Mingo Segura, Zózimo Chen y los demás compinches se
arrimaban al grupo sin previa invitación la carga se tomaba humorística o
asumía aires profanos . Muchas veces el bergantín cubano llegó cargado de
mosquitos, ladillas, piojos, cucarachas, lombrices, eructos y hasta productos
de origen coprolálico . Menos mal que una noche el cargamento fue de
orden religioso, y el buque de La Habana llegó cargado de camándulas,
ayunos, candelabros, purgatorios, infiernos, paraísos y mártires . Nadie supo
qué hacer cuando la nave llegó cargada con un absurdo cargamento de
vírgenes pues eran once mil, todas iguales, resecas como pasas . Las echaron
al mar que, entretenido, las arrojó a la orilla, y los chiquillos adornaban con
ellas sus castillos de arena .
Las maestras Josefita del Vasto, Micaela Camargo y Marucha Vela
invitaron a Hipólito, que parecía algo tímido, y lograron enrolarlo en el
grupo al que Cándida se unía de vez en cuando con licencia de las tías
solteronas .
456
Fue Cándida quien consiguió que el Ñopo firmara con Hipólito un buen
contrato y que éste se quedara en la isla frente al negocio de las naves ; lo
consiguió mediante las argucias y mañas de Chon Candela quien a su vez
estaba interesada en que el hombre de la barba nazarena le enseñara a Felipe
el buen oficio de hacer navíos y ataúdes .
Para Cándida, Hipólito encarnaba el ideal de esposo que le habían
inculcado las tres Marías, pues él era la efigie más exacta de Jesús Nazareno .
Tenía rubio el cabello, que le caía en espesos bucles sobre los hombros
confundiéndose a veces con la crespa maraña del bigote y las barbas . Era
un hombre sencillo . Vestíase de manera habitual con camisilla, pantalones
de dril y un par de rústicas sandalias playeras .
La astuta Chon Candela había intuido que la mística Cándida, aun
queriendo ocultarlo, padecía ya el flechazo de que se habla en algunos
cuentos de hadas . Conversando a su modo con el doctor Ladera, Chon
supo que la llegada de Hipólito a la isla podía beneficiar a Felipe quien le
podía servir de peón en el taller y de ese modo, casi sin darse cuenta, si era
constante y afanaba, tal vez en pocos meses aprendería un oficio . La única
forma de atrapar a Felipe era poniéndole una buena carnada. ¿Qué cebo
apetitoso podría atraer a Pipe hacia el taller de Hipólíto? No podían ser las
rosas ni las abejas porque punzaban. Las unas eran rojas y bellas, pero
tenían espinas; las otras defendían su miel con púas . Chon Candela sabía
de una carnada más atractiva, una carnada que era una rara mezcla de
dulzura, de bondad, de belleza . Ese espejuelo para cazar alondras tenía el
risueño nombre de Cándida .
-Oyeme, Chon Candela -decía don Plácido- . Ponme atención,
escúchame . Cuando Cándida inició sus funciones como maestra tenía muy
buenas condiciones para el apostolado de la enseñanza, pero era demasiado
bisoña, inexperta y aún más joven que muchos de los hombres que le tocaron
como alumnos. No lograba imponerse disciplinariamente . No tuve más
remedio que invocar y convencer a Felipe para que regresara a la escuela .
Tú bien sabes que él siempre ha sido un vago, playero y holgazán . ¿Qué no
hicimos tú y yo para que Pipe calentara las bancas de la escuela? Nada lo
hacía quedarse . Lo atraía el mar. Desde que Cándida se marchó de la isla
tras la penosa muerte de Dalila, Felipe se ausentó de las clases Nada lo
hacia volver. Apenas supo que Cándida fungía como maestra, lo vi rondando
por la playa junto a la escuela . Sólo bastó que la llamara suplicándole que
457
ayudara a Cándida para que de inmediato obedeciera Él bien sabía que
Cándida lo odiaba, que ni siquiera querría mirarlo, pero Pipe deseaba
ayudarla, recuperar su crédito, perdido por una irreparable fatalidad . Supo
cumplir con su deber y al imponer la disciplina, logró aliviar a Cándida
quien, gracias a Felipe, superó brillantemente y con creces la dura prueba .
Con todas las reservas del caso, ella me dijo que le debía a Felipe ese favor .
Ahora cambiemos la oración por pasiva . No creo que Cándida tendrá ningún
inconveniente en retribuirle a Pipe su servicio, pero sería dificil y muy
poco prudente situarla en el taller para que sirva de carnada a un tiburón
como Felipe . Como Hipólito es experto en lo que yo llamaría apipodaingertvsmarhnolictadreblsdépractinoel
cultivo de abejas y de plantas en el jardín de Hipólito . Cándida no se negaría
a acompañarlas . Felipe haría las veces de ayudante para aprender lo relativo
a las naves y cooperar con las maestras en los oficios rudos . Con tal de
estar al pie de Cándida ni sentirá el ácido fórmico que inoculan en sus
picadas las abejas .
Atraído por la atractiva noveda de esas clases en tan amena compañía,
Felipe comenzó a frecuentar el taller y a preocuparse no sólo por el duro
ensamblaje de navíos sino también por ese nuevo y curioso aprendizaje
que entremezclaba sonrisas con aromas y picadas .
Más que un amigo, Hipólito fue como un familiar para Felipe .
Comprensivo y cordial, supo ganárselo engatusándolo con la mejor paciencia
hasta enseñarle las reglas del oficio desde el manejo de los distintos
instrumentos de precisión y la factura de piezas hasta el ajuste y colocación
de las mismas . Al poco tiempo de haberse iniciado, Felipe hacía ataúdes y
ya estaba aprendiendo a hacer cuadernas, que eran -decía- como costillas
de la nave . Hipólito le demostró su gran afecto dándole un sueldo que no
era permanente ni elevado, pues la paga dependía del trabajo realizado y
Felipe nunca fue muy constante .
-Lo siento . Eres errático . No logras concentrarte, Felipe . Prefieres
navegar o soñar. Por ser semilla de marinos, llegará el momento en que te
embarques rumbo a los siete mares . De todos modos, siempre es bueno
conocer el oficio de ensamblar, carenar, calafatear un navío .
La bondadosa actitud de Hipólito hacia Felipe confundía a Cándida
pues si en verdad era una forma de educación cristiana por medio de la cual
sólo deseaba engatusarla con falsas golosinas, Cándida se oponía al sacrificio
458
en el que Hipólito desdeñaba su propio bienestar en beneficio de un pobre
diablo como Pipe .
Sin que se diera cuenta, existía entre ellos un tácito convenio triangular
en el que, uno tras otro, confirmaban el dicho de que la dama sigue al que
huye y huye de quien la sigue, pues en verdad Cándida iba tras el imán de
Hipólito quien a su vez trataba de encauzar a Felipe, cuyo único objetivo,
felón y cínico, era gozar a Cándida no sólo por su íntima y vanidosa
satisfacción sino también para vengarse del Ñopo .
Sin embargo, Felipe no atinaba a descifrarse a sí mismo, pues lo cierto
era que Cándida lo hacia experimentar como una especie de complejo de
culpa que a la mejor tenía su origen en el percance de Dalila . Frente a ella
perdía el ánimo . Se desasosegaba. Lo acometía un curioso estado de
incertidumbre, de absoluta inseguridad erótica lo cual, haciéndolo sentirse
cohibido, lo hacía bajar los ojos con sumisa humildad, pues ella era distinta
de las chicas que él había poseído, gente de medio pelo, pasatiempos . Total,
nada en dos platos . En esas burdas peripecias orgánicas sólo el deseo la
había impulsado y había cumplido tales actos y fechorías en obediencia a
algún misterio insondable . Frente a la incógnita serena e impasible de
Cándida, Felipe no tenía más remedio que sofrenar su sin igual sexapetencia,
inhibido por el extraño comportamiento de ella . Meditando sobre las
consecuencias que arrastraría consigo la posesión de Cándida (en caso de
que Dios la ayudara) ¿sería capaz de hacerlo? ¿No fallaría su clan erótico
debido a su temor frente a Cándida? De tanta respetarla logró intuir lo
grave que sería perjudicarla, pues si el Ñopo quiso casarlo con la burrita
¿no actuaría de igual modo en este caso? Le parecía más fácil imaginarse a
Cándida (como se ve en el cine) casada con un príncipe en cuya amplia
mansión ella añorara los días felices transcurridos en la isla . Felipe, esclavo
favorito de Cándida, aprovechando las ausencias del amo, se acostaría con
ella para hacerla sexaolvidar sus nostalgias, corriendo el riesgo de verse en
el siguiente episodio convertido en mendigo, ciego y acaso emasculado .
459
V
Fracaso de una misión soteriológica
Las excesivas luces del prostíbulo lo deslumbraron al entrar . Varias
muchachas mariposearon en torno a él, seductoras . La música y la alegre
algarabía lo atolondraron aumentando su timidez hasta el extremo de sentirse
perdido . Todas las chicas querían subir con él, entretenerse con el confuso
y avergonzado nazareno .
-Quiero hablar con la dueña del prostíbulo . Con Rosina Salerno.
Traigo un mensaje para ella .
-¿La dueña? Es Gloria Líberty .
-De todos modos, quiero verla . Es urgente
-¿Las prefieres maduras? -dijo una rubia- . Nosotras somos jóvenes .
Ella puede tener la edad de tu mamá.
La persistencia de Danilo corrió de boca en boca por el ámbito alegre
del Tabernáculo .
De pronto se produjo una pausa con fondo musical y el alboroto quedó
paralizado bajo la magia de una remisa expectación .
-¡Mírala, Cristo! Es toda tuya -dijo una gorda irreverente .
La rubia se echó a reír savcástica mientras Danilo miraba fíjamente a
una atractiva mujer que, detenida en las gradas de la escalera, le hacía señas
para que se acercara.
-Ven. Sígueme, precioso .
Sin dignarse esperarlo, subió gradas arriba y él la siguió sumiso .
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Ya en la lujosa alcoba, ella le dijo
-¿Preguntaste por una tal Rosina Salerno? Soy yo . Dijeron que me
traes un mensaje . Supongo que mentiste sólo por el deseo de conocerme .
¿Qué traes en esa rara maleta? ¿Viniste desde el puerto, y aun sin buscar
alojamiento en hoteles, quisiste conocerme? ¿Tengo de veras esa fama?
Cobro caro . ¿Lo sabes?
Rosina se desnuda . Va al tocador . Toma una foto y se la muestra a
Danilo.
-Te pareces a esta persona bien amada . Es un marino danés . Sigo
esperándolo.
Se tiende sobre el lecho .
-Contigo tendré la sensación de estar con él . ¿Qué te detiene? No
tengo tiempo que perder. Anda, desvístete . Pero, un momento, espera, tú
indagaste por Rosina Salerno . Nadie aquí me conoce por ese nombre . Desde
hace muchos años soy legalmente Gloria Líberty . ¿Cómo sabías mi nombre
verdadero? Todos aquí me llaman Gloria Liberty . Tengo ese nombre de
cartel desde la época en que bailaba de nudista en Colón . Dijiste que traías
un mensaje para mí. ¿Qué mensaje?¿ De dónde vienes, dime? ¿Quién eres?
Te asemejas otro . Sí, eres como el espectro de mi amado danés . No, no
eres Soren . No vayas a decirme que tú . . .
-Sí, Recibí tu carta . Vengo desde Pausílipo . Soy Danilo .
Rosina siente cierto pudor de estar desnuda frente al hijo hecho un
hombre y se cubre con una negligé .
Tú, para mí, sólo eres el amado danés recuperado . Tu llegada ha bastado
para matar al otro en mis recuerdos . A buena hora vienes a reemplazarlo,
pero para el amor siempre estoy lista . Ven . Desvístete, Soren. Acuéstate
conmigo .
-Mamá, tú no comprendes . Yo soy tu hijo Danilo .
-Ya te dije que has matado a tu padre . Quien debe reemplazarlo en el
lecho debes ser tú . Compláceme . Te envié mucho dinero . Pagué tu
educación eclesiástica . Sé que eres sacerdote .
-Sí . Tengo mi sotana en la maleta . No podía entrar al Tabernáculo
con ella puesta .
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-Póntela . Quiero saber qué tal te queda . Desde que sé que eres vicario,
me agrada cohabitar con los curas . Todos son pervertidos y sinvergüenzas .
Algunos lo que buscan es otra cosa . Indosa la sotana, caro figliolo. ¿No
dices que la traes en la maleta? Voglio vederti . Se¡ piu bello di Soren . Te
amo más que a él . Ahora está muerto . Descanse en paz .
Danilo intuye que si endosa sus hábitos puede ampararse mejor contra
el demonio . Abre rápidainente la maleta . Se pone la sotana sobre las
vestimentas que lleva puestas . Ella lo mira y goza viéndolo vestido de
cura . Va aproximándose a él, seductora . Él siente su perfume y se persigna
devotamente .
Con tu negra sotana eres más bello y eres más excitante . Tambien creo
que eres virgen. Ven, échate conmigo . Quiero iniciarte
-Mamá, sólo he venido al Tabernáculo para cumplir una misión
salvadora. Quiero catéquizarte, redimirte . Salvarte del pecado . Liberarte
de Satanás . ¿Cómo te atreves a proponerme un coito incestuoso? ¿No te
das cuenta de que estás profanando el santo nombre de la Madre de Cristo?
-No hay nexos de pudor que nos separen, porque jamás nos hemos
visto . Tú eres un hombre bello y joven . Yo soy una mujer aún tentadora.
Los hombres me desean . Sufragan sumas excesivas por poseerme . Yo te
he pagado los estudios y ahora tú debes reemplazar a tu padre . Yo te lo
exijo, tonto . O me obedeces o yo te desheredo . Soy riquísima. Tú eres mi
único hijo . Si mataste a tu padre, reemplázalo como hombre en su lecho .
No me exasperes .
-¡Mamá!
-Te suplico que no me des el nombre de madre . Prefiero que me
llames Rosina . Ven . Mírame desnuda . Toca mi piel . No temas . Siéntate
aquí a mi lado . Tranquilízate . Eres un poco tímido . Abrázame . Ponme tu
brazo fuerte sobre el hombro . Así, querido . Pega tu rostro a mi mejilla .
¿Viste qué grata soy, qué deliciosa? No quiero apresurarte . Convérsame si
quieres . Catequízame .
-Quiero hablarte de una éximia cortesana de Alejandría llamada Tais .
Leí su historia en un libro muy antiguo intitulado La Leyenda Áurea.
Pafnucio, un joven eremita de la Tebaida quiso salvarla del infierno . Se
vistió ricamente y, perfumado, fue a visitar a Tais, que era famosa, porque
era bailarina y actriz de gran coturno . Los hombres se peleaban por ella .
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Era muy rica . Tais se sintió atraída por el gallardo y apolíneo mancebo y, ya
desnuda, se echó en su lecho sin preocuparse de que estaban presentes sus
esclavas y unos cuantos eunucos . Él le dijo queprefería acostarse con ella en
un sitio donde nadie lo viera . Tais condujo a Pafnucio de una en otra recámara
pero éste siempre se abstenía exigiendo la más estricta privacidad para el
pecado. Exasperada, Tais lo llevó a un rincón muy en penumbras . En este
sitio, le dijo, nadie nos puede ven excepto Dios . Pafnucio, aprovechando la
mención del Altísimo, le dijo : Aun sabiendo que Dios te está mirando ¿puedes
pecar? Arrepentida, Tais quemó de inmediato sus riquezas a la vista del
pueblo y se puso a disposición del eremita quien la llevó al desierto de la
Tebaida, la obligó a someterse a duras pruebas viviendo recluida a pan y
agua hasta lograr su completo arrepentimiento .
-Pues yo no me arrepiento, hijo de puta . Soy lo que soy . Me siento
muy honrada porque he sabido hacerme rica creándome una importante
posición . Soy famosa . Tengo muchos burdeles y una inmensa fortuna .
Por ser mi único hijo iba a dejártela, pero te has atrevido a despreciarme y
eso te va a pesar.
Sin escrúpulo, abrió la puerta y dejó oir una orden con voz entre severa
y cariñosa .
-Yoni, querido chombo, ven acá .
Casi al instante penetró en la recámara un negro .
-Desnúdate -le dijo-. Quiero que este curita aprenda lo que es
hacer de veras el amor.
Desnudo, el negro se echó con ella y, entre caricias, la cubrió lentamente,
sin apresuramientos, con pausadas y suaves ondulaciones de su tensa
musculatura elástica.
Arrodillado ante el lecho, Danilo se dispuso a rezar .
-Señor, envíame tu Santísima Misericordia . Tú, que salvaste a tantos
pecadores, ten piedad y ayúdame . ¡Miserere nobis!
-¡Bésame, Yoni . Abrázame! ¡Penétrame hasta el fondo! ¡Así! ¡Así!
¿Lo estás viendo, Danilo? ¡Mírame bien! ¡Aprende!
-¡Señor, tú que salvaste a la Magdalena, deja que la mia mamma vea
tu rostro y ayúdala! ¡Misere nobis!
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-Danilo, no te olvides que mataste a tu padre . Tú debías reemplazarlo,
pero no importa. Yoni está haciéndolo por ti . Ahonda, querido . Me haces
sentir un goce incomparable .
señor, tú que salvaste a Santa María Egipcíaca, dale fe a la mia
maroma e inspírale el arrepentimiento . ¡Ten piedad y ampárala! ¡Misere
nobis!
-Ahora rápido, Yoni, que estoy llegando al cielo . Ya estoy viendo al
Señor en mi delicia . No hay nada comparable . ¡Dale, cariño, rápido!
-¡El Señor es conmigo!
-¡Viva la vida, coño!
Cubriéndose los ojos con ambas manos . Danilo caminó como un ciego
hasta la puerta, que había quedado abierta . Bajó las escaleras dando
trastabillones y atravesó el salón entre las risas que producía la insólita
aparición de un cura ensotanado en el Tabernáculo .
Al salir del prostíbulo sintió deseos de vomitar . Trató de hacerlo, pero
el viento le alzaba la sotana, la maldita sotana . Se la quitó, furioso, y echó
a andar hacia el puerto casi deseando hallar la forma de embarcarse aun sin
rumbo tal vez sólo para huir de sí mismo . Sentía el agobio de su feroz
derrota imperdonable. Mejor hubiera sido seguir el buen consejo de Renato .
Congeniar con Rosina, convencerla para que diera su dinero a la Iglesia o,
por lo menos, fundara un gran colegio salesiano para alumnos misérrimos .
El vicio pierde su faz venérea si sirve a la cultura . Al llegar a los muelles
latían sus sienes como un turbión sin brújula . Tiró al mar su sotana . El
fuerte viento la infló grotescamente como un fugaz fantoche que sirvió de
entretención a las olas . La brisa helada le hizo sentir escalofríos . Se protegió
subiéndose las solapas del saco . De pronto recordó que en su maleta tenía
un sweter de lana, pero enseguida se dio cuenta de haberla dejado en el
burdel de Rosina . En ella había quedado el pasaje, su diploma, sus créditos,
su pasaporte, sus documentos importantes . No podría rescatarlas . La
algarabía marítima lo hizo pensar de nuevo en la esperanza de embarcarse,
escapar, huir sin rumbo . Sintió un hambre voraz . Por culpa de Sant'Elmo
se había privado en todo el día de alimentos . Le interesaba hallar albergue
y comer algo . Al alejarse de la rada, echó a andar por una acera cubierta de
hoteluchos, negocios, almacenes, restaurantes y cafés populares . De repente
su atención fue atraída por un letrero que decía TRATORÍA NAPOLITANA .
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Al penetrar en el local se dio cuenta de que no había calefacción o, por lo
menos, no la habían encendido . Tiritaba de frío . No vio persona alguna
fuera del camarero que se acercó solícito y, aunque él quiso irse, lo hizo
sentar de todos modos en un ángulo distante de la puerta . ¿Siente frío?
Como es tarde, ya la gente se ha ido y el fuego se ha apagado . La clientela
de media noche para arriba trae su propia calefacción interior . Para ello
nada hay tan saludable como un buen pisco doble . ¿Se lo traigo? Danilo
habría pedido una malta o un moscatel o un cinzano, pero el otro no le dejó
pensar. Como Danilo estaba cerca del bar, camarero regresó de inmediato
con una copa y la botella de pisco . Sirvió una buena dosis y, bébasela
mejor de un solo cuajo y al tiro le echo más . Va a darse cuenta de un fogaje
en las tripas que para qué le digo. ¿Qué tal? Échese uno por cuenta de la
casa . Le dejo la botella por si le agrada repetir.
-Ya me siento mejor -dijo Danilo- . Llévese la botella. Prefiero
una orden de empanadas y una cerveza malta .
-Me da el pálpito de que vuelve del puerto después de despedir a un
ser amado . Siempre es igual aquí . Valparaíso en un eterno ir y venir de
pasajeros . Unos ríen muy alegres y simultáneamente se ponen tristes, lloran,
y, de nuevo, sonríen .
Mientras hablaba, sirvió las empanadas y la malta .
Súbitamente se abrió la puerta del local y entraron dos alegres
muchachas y un hombre . Colgaron en la percha sus abrigos (fa un freddo
indiabolato, per la Madonna), se frotaron las manos y se situaron junto
al bar.
-Camilo, te presento a due bámbole italiane, Paola e Rosina .
-Non far lo stúpido, Pausílipo. Le conozco beníssimo .
Danilo puso atención al diálogo mientras bebía cerveza y engullía sus
calientes empanadas . Estaban sabrosísimas .
-Bene, bene . Vobliamo bere birra . ¡Subito! ¡Andiamo! -dijo
una de las chicas.
El aspecto chispiante de ambas rubias dejaba claramente entrever que
eran del gremio correspondiente al Tabernáculo . El hecho de que el hombre
se llamara Pausílipo puso alerta a Danilo . Sin ser muy jovencito, era jovial,
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muy festivo y parlanchín . Al darse cuenta de que Danilo comprendía el
italiano pues sonreía al oír sus bromas, se aproximó a su mesa, brindó con
él y lo invitó a unirse al grupo. Sin esperar siquiera ser llamadas, las dos
chicas corrieron y se sentaron encantadas . Pausilipo, que había ocupado
un sitio junto a Danilo, pidió cervezas y empanadas calientes .
-¡Calma, calma, Pausilipo! -dijo el astuto camarero- . ¿Quién me
cancela il conto?
Danilo, que ya tenía en la mente el efecto de sus dos piscos dobles,
sintió el tonificante efecto de estar acompañado e ingenuamente dijo :
-Tengo dinero suficiente . Pago yo . La baldoria corre por cuenta mía.
Las muchachas, que eran napolitanas, se echaron a cantar Santa Lucía.
Pausilipo, que tenía bella voz, la unió al coro . Danilo se sintió melancólico
y expresó su nostalgia con su tono profundo .
Siguieron entonando canciones meridionales y bebiendo .
Danilo se fue sintiendo eufórico .
El camarero se acerco con ta cuenta . Danilo sacó un fajo de billetes .
-Ahora, vamos arriba -dijo Pausilipo- . Camilo, trae la llave . Quiero
ese cuarto grande, el de dos camas . Nos llevas más cerveza . Cobra súbito
il conto. Vieni, Paola .
Ya en el cuarto, siguieron entonando canciones y trasegando maltas
hasta el momento en que Pausílipo, entre besos, caricias y jadeos desnudó
a una de las muchachas, se desvistió él también y, sin escrúpulos, se echó al
lecho con ella . Siguiendo el buen ejemplo, la compañera de Danilo quedó
enseguida en cueros y lo besó mimosamente, diciéndole :
-Spógliati, per Becco . Andiamo a letto. Sono la tua Rosina.
Danilo quiso apagar la luz, pero Pausilipo se opuso rotundamente .
Tampoco quiso que se cubrieran con las colchas . Tenían ya suficiente
calefacción interna .
A pesar de su incoercible pudibundez, Danilo no tuvo más remedio
que desnudarse . Ya en la cama, las caricias y besos de su tierna italiana no
consiguieron excitarlo . Envidiaba la rápida y virtuosa erectidud de Pausílipo
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y no hacía más que mirar su lujurioso entrelazamiento con el desnudo cuerpo
de su chica . Ambos se habían mezclado tan zoomórficamente que daban la
impresión de estar como metamorfoseados en un solo organismo de varios
pies y brazos . Con todo y eso, la obscenidad del cuadro no despertaba los
deseos de Danilo .
-Seguramente sientes vergüenza de que te vean le susurró al oído su
compañera, que hizo el intento de ir a apagar la luz .
-No --dijo él, reteniéndola-. Quiero seguir mirándoles . Me agrada.
Tú eres bella, Rosina, pero llevas el nombre de mi mamá .
La ineficacia de Danilo fue motivo de bromas para Pausílipo que, al
terminar las peripecias de su primer asalto, propuso un cambio de parejas .
Rosina con Pausílipo, y, Paola con Danilo .
Las rubias aceptaron . Sirvieron una ronda de maltas . Comieron las
aún tibias empanadas y, con las luces apagadas, iniciaron el nuevo asalto
cada cual con diferente socia de cama .
Fue inútil que su nueva compañera pusiera en práctica sus más sutiles
gracias y habilidades en el arte de amar y seducir . A pesar del fogaje
producido en su cuerpo por el alcohol, Danilo continuaba inhibido mientras
sentía a Pausílipo jadeando sobre el lecho contiguo .
Al terminar gloriosamente su segunda embestida, Pausílipo les dijo a
las muchachas :
-Vístanse ambas y espérennos abajo . Pidan maltas y cenen por cuenta
nuestra. Bajamos súbito .
Apenas ellas se marcharon, Pausilipo se arrodilló junto a la cama donde
yacía Danilo avergonzado y le dijo :
-No te preocupes . Eso ocurre a menudo . Voy a ayudarte . Ya verás .
Mis caricias serán más efectivas que las de ellas .
Manoseándolo, logró sin gran esfuerzo el esperado milagro . Luego lo
succionó hábilmente hasta el espasmo .
Deshecho de lujuria, el indefenso Danilo suspiraba, lloraba . Pausílipo
insinuó la conveniencia de proseguir la farra .
Ya vestidos, bajaron .
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Las dos chicas cobraron sus servicios, alegando fatiga, deseos de
descansar.
Danilo sacó el fajo de billetes y les pagó con creces . Las dos vivían
arriba.
-Arriverderci .
El camarero anunció que iba a cerrar.
Durmiéndose de sueño, Danilo dijo :
-Habría deseado quedarme en ese cuarto . No sé dónde dormir.
-No te afanes -dijo Pausilipo-.Enelpurtovi nsfalúuo
amigos . Son dos hermanos italianos, loberos . Tienen ropa de lana en
abundancia .
-Quiero viajar -dijo Danilo .
-Viajaremos con ellos .
Y siguieron en brazos de la noche .
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