artículo 12 ¿para qué me callo?

Anuncio
¿PARA QUÉ ME CALLO?
LA IMPORTANCIA DE EXPRESAR LO QUE SE SIENTE
Y LO QUE SE PIENSA
Cuando en algún momento no expresamos lo que sentimos, o lo hacemos
maquillándolo, el cuerpo, que no entiende la incoherencia, puede
reaccionar con algún síntoma, poniendo en marcha un plan de acción
para informarnos de las desventajas de ciertas decisiones. Esas
desventajas se pueden llegar a transformar en lo que llamamos
patologías o enfermedades.
El hecho de callarse o de no decir las cosas tal y como uno lo siente, a menudo
se suele sustentar en criterios educativos, por diplomacia, por miedo a no
poder afrontar las consecuencias, o para no hacer daño. En cualquiera de
estos casos, dependiendo de la importancia de lo no expresado, el cuerpo
humano ha desarrollado una estrategia de comunicación con su dueño que se
ha dado en llamar enfermedad. A continuación os presento una relación de las
más frecuentes, con sus órganos diana y sus conflictos predominantes, bajo el
prisma de La Nueva Medicina y de mi experiencia como terapeuta. Con todo
ello, pretendo que esta lectura os resulte de utilidad práctica diaria para que
observéis las ventajas de expresarse con el máximo de sinceridad. Y de que
entendáis con responsabilidad las consecuencias biológicas cuando no lo
hacéis.
Una de las primeras dianas que se activa al callarse es la región de la garganta
y cuello. Concretamente la faringe nos puede molestar por tragarnos algo que
no nos ha gustado, y no hemos dicho nada al respecto, o por no conseguir algo
que habríamos deseado tener a nuestro alcance. La mayoría de los dolores de
garganta tienen poco que ver con coger frío o por la ingesta de bebidas frías, o
cosas así que nos llevan contando. Aunque es cierto que un cambio brusco de
temperatura sí puede ayudar a que se desencadenen este tipo de molestias,
siempre y cuando vaya acompañado del conflicto que estoy mencionando. La
sinceridad y la coherencia mantienen las defensas altas, por eso, si te
quieres bañar en un mar de aguas frías, porque ése es tu deseo, es bastante
improbable que enfermes.
La laringe, con sus cuerdas vocales, reacciona la mayoría de las veces
regalándonos una afonía, no para molestar, sino para que nos demos cuenta
de que los órganos entran en disfunción o se atrofian cuando no se utilizan.
La glándula tiroides responde con frecuencia ante conflictos de impotencia,
cuando hay que hacer algo urgente y nos sentimos en soledad ante las
responsabilidades. Esta glándula es la encargada de regular la velocidad del
metabolismo celular, por eso, reacciona ante estos conflictos, con mayor o
menor producción de hormonas, para adecuar al organismo a las necesidades
del entorno. Se trata de un conflicto muy frecuente en las mujeres, dado que su
capacidad ancestral para ocuparse de muchas actividades le ha generado una
carga social que, hasta hace bien poco, estaba muy bien vista. Si a eso
añadimos su progresiva incorporación al mercado laboral, nos encontramos
demasiadas mujeres que, al regresar del trabajo, se tienen que seguir
ocupando de las tareas domésticas y de los asuntos importantes de los hijos,
pese a que convivan con su pareja. Frases típicas que animan al organismo a
enfermar de esta manera son: “-Pero, ¿cómo tenéis esto así? Mira, mejor me
callo. –La próxima vez, ¡Os vais a enterar!”(Y llega una próxima vez, y nadie
se entera, porque no hay determinación).” –No voy a discutir, porque no sirve
de nada.” “-El día que yo hable, vais a ver lo que es bueno.”
Hay que responsabilizarse de lo que se dice y de lo que no se dice; de lo
que se hace y de lo que no se hace. Porque el cuerpo toma buena nota de
ello, y en cuanto detecta alguna incoherencia, nos avisa.
Seguimos con los toques de atención que nos brinda nuestra naturaleza
orgánica con el órgano de la visión. Éste se puede ver alterado cuando tu
actitud frente a lo que haces o frente a lo que te proponen ves que no te
gusta, pero no haces nada al respecto. Le haces tragar al ojo imágenes de una
realidad que no aceptas viviéndola en silencio.
Los problemas de la ATM, como el bruxismo nocturno, a menudo tienen
relación con no decir a lo largo del día lo que se siente. Revelan una actitud, la
mayoría de las veces inconsciente, de apretar los dientes durante el día para
que no se escape cualquier improcedencia. Otra causa del bruxismo se gesta
en la dificultad a lo largo del día para conseguir los objetivos, lo que provoca la
tensión de los músculos masticatorios.
Las vías urinarias y la vejiga de la orina son otras dianas corporales a tener
muy presentes en conflictos de marcaje territorial. Lo que significa que, si no
ponemos límites a los demás en aquello que nos interesa preservar, provocará
una reacción corporal en la vejiga de la orina y en los uréteres para que se
pueda acumular más cantidad de orina. Esto se suele traducir en las molestas
cistitis, que suelen aparecer cuando alguien se adentra en nuestro territorio y
no le decimos nada.
Otras reacciones corporales que nos podemos encontrar afectan al aparato
locomotor. Espasmos, contracturas, convulsiones, son manifestaciones
corporales en respuesta a otro modo de callarse: no mover, no llevar el cuerpo
en la dirección que se desea. Vuelvo a insistir, cuando no se utilizan las
distintas partes del cuerpo para lo que están diseñadas, tienden a la disfunción
y/o a la atrofia.
Para concluir, aunque hay más dianas corporales, os menciono una muy
frecuente: las cefaleas y las migrañas. Uno de sus motivos es el de llevar a la
cabeza problemas que se tienen que resolver en otros espacios. Se suele dar
en personas que tienden a expresar con dificultad lo que sienten y piensan,
pero que tienen una extraordinaria facilidad para rumiar dentro de sus cabezas
cuanto se les antoje. Esa situación genera un aumento de la presión
intracraneal que, sumado a las tensiones cervicales, facilita la aparición de los
molestos dolores de cabeza que, en muchos casos, alcanzan niveles muy
limitantes para la persona afectada.
Si alguien se ha visto reflejado en algunas de las alteraciones mencionadas y
no encuentra solución inmediata, le propongo una herramienta que me parece
muy útil. La denomino ERT: Escribir, Romper y Tirar. Consiste en escribir en un
papel de manera esquemática, y a mano, inmediatamente después de
generarse la situación de conflicto o de tensión, los motivos que nos han hecho
sentir así. A continuación lo leemos para sentirnos conformes con lo escrito, lo
firmamos, lo rompemos y lo tiramos. Hay que escribir de manera sintética, sin
rodeos ni estilo literario, con lenguaje visceral, como nos salga de las tripas,
porque nadie más que uno mismo lo va a leer. Se convierte el papel, por un
momento, en nuestro mejor amigo. Sabemos que no se lo va a decir a nadie
porque a continuación lo vamos a destruir. Es una acción semejante a la de
evacuar nuestros excrementos, una vez expulsados hay que hacerlos
desaparecer. Este ejercicio muchas veces hace la función de espejo, ya que al
escribir lo que uno siente y piensa se va conociendo cada día mejor. Y además
nos sirve de entrenamiento para, en lo sucesivo, sentirnos cada día con más
confianza para decir lo que se siente y se piensa.
Deseando que os haya resultado de utilidad práctica, os saludo y os envío un
buen abrazo.
Michael Laloux Kodaewa, diplomado en Osteopatía, Naturopatía, Terapia
Cráneo-Sacral y terapeuta de La Nueva Medicina, Terapia Hormonal
Craneosacral y Terapia Biológica Craneosacral. Director del Centro
Terapiasalus en Madrid. Web: www.terapiasalus.com
Descargar