Rerum novarum: La Iglesia y el problema social

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RERUM NOVARUM
BIOGRAFIA DE LEÓN XIII
Vincenzo Gioacchino Pecci, el sexto hijo de una familia humilde, vino al mundo el 2 de marzo de 1810, en la
ciudad de Carpineto, situada al sur de Roma.
Vincenzo fue educado primero en el colegio jesuita de Viterbo (1818−24), luego en el Colegio Romano
(1824−32) y Posteriormente estudió en la Academia de Estudios Eclesiásticos (1832−37).
Ordenado sacerdote del Señor en 1837, fue inmediatamente integrado en el servicio papal, y como gobernador
fue enviado primero a Benevento (1838−41) y luego a Perugia (1841−43). Se distinguió por ser muy capaz y
justo en el gobierno de los estados pontificios a él encomendados, por lo que tuvo una reconocida
popularidad. Su profunda preocupación social le llevó, entre otras iniciativas, a crear un banco para ayudar a
los pobres.
En 1843 fue consagrado obispo, siendo enviado por Su Santidad Gregorio XVI a Bélgica para asumir allí la
nunciatura. Dos años más tarde, nuevamente en Italia, le era encargado el gobierno pastoral de la diócesis de
Perugia. En 1853 es creado Cardenal por el Papa Pío IX.
Durante su paternal presencia como Pastor de su diócesis, insistió mucho en fomentar una profunda
instrucción religiosa de sus fieles. Para dar un fuerte impulso al estudio del tomismo, fundo en el año 1859 la
Academia de Santo Tomás de Aquino.
Cuando en el año 1860 en estado pontificio de Perugia era anexado a Cerdeña, una legislación fuertemente
secularista era introducida por los nuevos gobernantes− conocidos con el nombre de piamonteses−, poniendo
fuertes trabas a la libertad religiosa de los fieles católicos. La situación llevó a Mons. Pecci a alzar firme su
voz de protesta, siendo constante y firme en la defensa que hacía de los derechos de la Iglesia y de su grey en
particular. Sin embargo, a pesar de esta actitud de oposición, supo mantener siempre una buena relación con el
nuevo gobierno.
En una serie de cartas pastorales publicadas entre 1874−77 el Cardenal Pecci hacía público su deseo de lograr
un mayor acercamiento entre el catolicismo y la cultura contemporánea.
El año 1877 es trasladado a Roma y − luego del tránsito del Papa Pío IX− es nombrado camarlengo (Cardenal
que administra los asuntos de la Iglesia cuando sobreviene la vacancia de la Sede Apostólica). Será elegido, el
20 de febrero de 1878, para sucederle en la cátedra de Pedro.
CONTEXTO HISTÓRICO
Para entender lo que se expone en este documento es muy importante que nos situemos en el contexto
histórico de las fechas en que fue escrito, ya que en nuestros días no tendría ningún sentido.
Estamos a finales del siglo XIX, principios del XX, cuando debido a la revolución industrial las fábricas
prosperan, pero por esa misma razón el capitalismo que impera se vuelve abusivo. Los obreros cada vez se
encuentran en peores condiciones y reciben sueldos más escasos con los que apenas pueden subsistir por
jornadas de trabajo cada vez más extensas. Las condiciones de trabajo de los obreros no les confieren ningún
derecho, excepto el derecho a recibir un sueldo a cambio de su fuerza de trabajo, y la competencia feroz por
conseguir un trabajo hace que los mismos obreros se perjudiquen entre ellos al ofrecer su trabajo cada vez por
un precio más bajo, hasta llegar a sueldos ínfimos con los que no pueden sobrevivir. El derecho a las bajas por
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enfermedad, a la jubilación, a las vacaciones pagadas, son cosas de nuestros días, pero entonces el hecho de
no acudir un solo día al trabajo por cualquier motivo suponía el despido sin ningún tipo de compensación
económica. Como los sueldos no daban para mantener a una familia esto hacia que muchas veces mujeres e
incluso los niños trabajasen en las fábricas junto con los hombres en jornadas muchas veces de doce y
dieciséis horas, para poder subsistir.
La Iglesia intenta solucionar el tema y conciliar a patronos y obreros, asi como unir a los obreros para que las
relaciones entre unos y otros mejoren y las condiciones de trabajo de estos sean más justas y acordes con las
circunstancias personales de cada individuo.
En estas circunstancias, Su Santidad el Papa León XIII, publica la Encíclica Rerum Novarum.
INTRODUCCIÓN
Se compara la "lucha" entre patronos y obreros a una guerra tan peligrosa e importante que no hay persona
que no se preocupe de darle solución, motivo por lo que la Iglesia no puede desentenderse de la llamada
"cuestión obrera".
La Iglesia ha de pensar en el bienestar común y proponer una solución justa tanto para unos como para otros.
Se ha de apoyar principalmente a los, más desfavorecidos en este caso los obreros, ya que al desaparecer los
gremios sin nada que los sustituya, y haber olvidado los gobiernos los preceptos de la religión en cuanto a
justicia los obreros se encuentran indefensos frente a sus patronos. La avaricia y la usura aumentan el mal, y el
hecho de que la riqueza, y por tanto los medios de producción, se encuentren en manos de unos pocos lleva a
que la gran mayoría de la población se encuentre próxima a la miseria.
SOCIALISMO
Los socialistas proponen como solución la supresión de la propiedad privada, y la distribución de esta entre
todos los ciudadanos por igual, lo cual solo no vulnera los derechos de los propietarios legítimos, sino que
altera la competencia y misión del estado.
LA PROPIEDA PRIVADA
La finalidad del trabajo no es tan solo la subsistencia sino el que el obrero obtenga cosas que pueda poseer
como suyas propias. El obrero tiene derecho a recibir un salario a cambio de su trabajo y a emplear este como
quiera. Los socialistas al suprimir la propiedad privada quitan el derecho de los obreros a emplear libremente
sus salarios. Además la propiedad privada es un derecho natural del hombre, lo que diferencia al hombre del
resto de los animales es principalmente la inteligencia, o la razón, por lo que sí los animales han sido dotados
por la naturaleza para usar los bienes que esta les ofrece, el hombre a ser superior tiene la facultad y el
derecho natural a usarlos estable y perpetuamente, ya que tiene esta capacidad de la cual los animales carecen.
LOS BIENES CREADOS
El hombre bajo la providencia de Dios y la ley eterna se gobierna a sí mismo, tiene la posibilidad de escoger
tanto en el momento presente como en el futuro. Al hombre le pertenecen los frutos de la tierra, tanto como la
tierra en si, ya que solo esta con su inagotable fecundidad es capaz de darle la perpetuidad de socorro que
necesita. Ya que el hombre es anterior al Estado debe de poder proveerse a sí mismo los medios para vivir sin
intervención del Estado.
La propiedad privada además sirve al beneficio de todos, pues de ella se recibe lo necesario para vivir siempre
que se la cultive y se cuide de ella, y si no se posee una finca trabajando la de otro y recibiendo un salario a
cambio se obtiene lo necesario para vivir de manera humilde pero no míseramente.
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LA PROPIEDAD Y LAS LEYES
Es justo que el hombre tiene derecho a gozar del fruto de su trabajo, pero es ilógico que se le dé el uso de la
tierra y de los frutos que den los campos gracias a sus cuidados y se le niegue el dominio de la tierra, ya que si
esta no es cultivada y cuidada por alguien no daría ningún fruto. La propiedad privada es aceptada por las
leyes civiles que derivan de la ley natural y todas ellas se hayan sancionadas por la ley divina que prohibe el
deseo de lo ajeno.
FAMILIA Y ESTADO
El hombre es libre de elegir su propio estado, siguiendo el consejo evangélico de la virginidad, o bien
obligándose por el matrimonio. El matrimonio es un derecho natural y primario de cada hombre y ninguna ley
puede restringir la finalidad propia del matrimonio dada por Dios, "Creced y multiplicaos" . Al ser un derecho
natural el Estado no debe entrometerse en los derechos y deberes que este conlleva en ningún momento.
También es ley de la naturaleza que todo padre de familia defienda y alimente a los hijos que haya
engendrado, y les prepare los medios para que puedan subsistir de manera honrada a lo largo del difícil curso
de la vida. Y esto lo hace transmitiendo a sus hijos en herencia la posesión de los bienes fructíferos. Al igual
que la convivencia civil es una sociedad perfecta lo es también la familia y tiene iguales derechos para
procurarse los bienes necesarios para su existencia.
Por esto mismo es Estado no debe intervenir excepto en caso de extrema necesidad. Pero la patria potestad en
ningún momento y bajo ninguna circunstancia puede ser asumida por el Estado, los hijos entran a formar parte
de la sociedad civil no por sí mismos, sino a través de la familia. Los hijos son naturalmente algo del padre
antes de que tengan uso de su libre albedrío.
COMUNISMO = MISERIA
Además de la injusticia que esto supone. Ya que quitaría todo estímulo al ingenio y diligencia de cada uno, lo
cual llevaría a una situación universal de miseria. Con el comunismo volvemos al mismo problema de la
supresión de propiedad privada que conlleva como ya hemos visto innumerables perjuicios a los ciudadanos
tanto de clases ricas como de las clases más bajas.
LA IGLESIA Y EL PROBLEMA SOCIAL
Ninguna solución a este problema es aceptable sin recurrir a la religión y a la Iglesia. La Iglesia trata de
conciliar los ánimos entre patronos y obreros y regir la vida y costumbres de cada uno mediante instituciones
benéficas que acaban mejorando la condición de las clases proletarias, pero para llevas a cabo su labor
necesita de la colaboración de todos ricos y obreros.
CONCORDIA NO LUCHA
Es imposible eliminar todas las desigualdades de la sociedad civil, por naturaleza todos los hombres somos
diferentes. La diferencia beneficia a la sociedad ya que esto hace que unos hombres estén mejor dotados que
otros para desempeñar ciertos oficios. Es ley divina el que el hombre tenga que trabajar como penitencia por
sus pecados, y nadie puede librar al hombre de tales obligaciones.
Pero es absurdo suponer que una clase social es enemiga de la otra. Es más bien lo contrario ya que ambas
clases se necesitan mutuamente, y ninguna puede prescindir de la otra ya sean los proletarios, ya los ricos.
El cristianismo ayuda a acabar con la lucha ya que concilia a unos y a otros recordando a cada cual su deber.
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PATRONOS Y OBREROS
Obligaciones de justicia son para el obrero el cumplir lo pactado en libertad y justicia, y no dañar ni al capital
ni a su propietario, y para el patrón respetar la dignidad del obrero como persona y como cristiano. El patrón
también debe cuidar de que el obrero tenga tiempo libre para cumplir sus deberes religiosos, y no se exponga
al peligro de pecar. Los trabajos que se le impongan a un obrero deben de adecuarse a su sexo y edad.
El principal derecho de los patronos es dar a cada uno lo que se merezca, esto es justo salario, y no dañar en
modo alguno los ahorros de los obreros, ya que infligir estas leyes es pecado.
La Iglesia aún asi aspira no solo a conciliar ambas clases sino aún a hacerlas amigas. Dios no nos ha creado
para bienes frágiles y temporales sino que la riqueza verdadera son los bienes eternos y celestiales, por lo que
poco o nada importa abundar en los bienes terrenales o no para conseguir la eterna felicidad. Ya dijo Dios
afortunados los pobres porque de ellos será el reino de los cielos.
RIQUEZAS, POSESION Y USO
Sobre el uso de las riquezas hay que distinguir entre uso legítimo y posesión ilegitima. Una vez satisfecha la
necesidad es un deber socorrer a los necesitados con lo que para nosotros mismos es superfluo. Y en los casos
de extrema necesidad ya no solo por justicia sino por caridad cristiana. La ley suprema y el juicio de Cristo
nos enseñan que es mejor dar que recibir. Es decir que a quien Dios dota de mayores bienes lo hace para
servirse de ellos como administradores de la providencia divina.
TRABAJO
Cristo nos enseño con su ejemplo que la verdadera dignidad y grandeza del hombre dependen tan solo de las
obras virtuosas se obtendrá el premio de la eterna bienaventuranza. Además Dios tienen especial predilección
por los infelices, lo que acorta las distancias entre las dos clases y las hace amigas.
BIENES DE NATURALEZA Y DE GRACIA
Si las dos clases siguen los mandatos de Cristo acabarán por darse el abrazo del amor fraterno, porque todos
provienen de Dios y todos se dirigen a Dios en su fin último. Todos se hallan unidos entre sí y a Cristo Señor
por una santa fraternidad. Los bienes de naturaleza y de gracia son patrimonio del linaje humano por lo que
nadie será desheredado de los bienes celestiales.
La Iglesia intenta influir en los hombres para que se dejen gobernar por los divinos preceptos y solo ella tiene
verdadera eficacia ya que los instrumentos empleados para mover los ánimos le fueron dados por Jesucristo y
tienen virtud divina. Gracias al cristianismo se transformo plenamente la sociedad humana y esto fue un
verdadero progreso. Si existe algún remedio para los males de la humanidad este es la vuelta a las costumbres
y a la vida cristiana. La perfección de toda sociedad es llegar al fin para el que fue instituida.
La Iglesia llama a los hombres a la virtud y a las costumbres cristianas, que refrena el ansia de placeres y de
los bienes materiales y a ayudan a que los proletarios salgan de su desgraciado estado, y suplan la escasez de
salario con el ahorro.
CARIDAD DE LA IGLESIA
La Iglesia contribuye directamente al bien de los proletarios, Entre los primitivos cristianos era frecuente ver
al rico despojarse de sus bienes para socorrer al más desfavorecido. Era misión de los diáconos ejercitar la
beneficencia diaria. San Pablo no dudo en llevar personalmente los resultados de las colectas a los cristianos
más pobres. Existían voluntarios que se encargaban de alimentar y sepultar a los pobres, y auxiliar a niños
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huérfanos ancianos y náufragos.
Poco a poco se fue formando el llamado patrimonio de la Iglesia que se tomo como herencia de los pobres, y
libero a estos de la vergüenza de pedir. Poco a poco se fueron creando numerosas instituciones benéficas, que
se encargaron de socorrer cualquier tipo de miseria. Hoy algunos censuran a la Iglesia por esa caridad
diciendo que esta es deber del Estado, pero ninguna caridad puede igualar la infinita caridad cristiana.
DEBERES DEL ESTADO
Para solucionar la cuestión obrera deben de participar todos al ser problema de todos, y Estado ha de tomar
parte tomando sus principios de la recta razón y en perfecta armonía con las doctrinas católicas.
LA PROSPERIDAD NACIONAL
Los gobernantes están obligados a promover la prosperidad tanto pública como privada, y como esta deriva de
las buenas costumbres y la recta y ordenada constitución de las familias deben promover esta última. La
guarda de la religión, la justicia la equitativa distribución de las cargas públicas y el progreso de las industrias,
el comercio, la agricultura... son cosas que todas contribuyen al bienestar social y en las cuales es Estado tiene
que tomar parte para contribuir con ello al bienestar de todas las clases.
Es Estado esta formado por ciudadanos y tienen los mismos derechos como ciudadanos que son los proletarios
que los ricos, como los proletarios son su mayor número y debe de proveérseles de lo necesario sin olvidar
que no se debe proveer a unos a costa de los otros ya que todos son ciudadanos, se ha de actuar conforma con
la justicia y dar a cada uno lo suyo, y proveer por igual a todos los ciudadanos como ordena la justicia
distributiva.
Todos los ciudadanos están obligados a cooperar al bienestar común, pero cada uno con arreglo a sus
posibilidades. Hay que tener en cuanta que los obreros contribuyen al bienestar del resto de los ciudadanos
con su trabajo y que este es un bien que debe ser valorado por el Estado, y el estado debe de ocuparse de ellos,
ya que forman parte de la riqueza del Estado.
GOBIERNO; GOBERNADOS
La gobernación ha sido instituida no para beneficio de los gobernantes sino para beneficio de la sociedad y de
las distintas clases de que esta se compone. Como el poder político viene de Dios se ha de dar ejemplo de este
en su administración.
INTERVENCIÓN DEL ESTADO
Se ha de mantener el orden y la tranquilidad en provecho del bien público y del privado, seguir los mandatos
de Dios, los principios de naturaleza, justicia, ya que todo ello contribuye al bien general.
Los derechos han de ser respetados religiosamente, y el Estado se ha de ocupar de la defensa de los
ciudadanos en el ejercicio de estos derechos y especialmente con los de clase ínfima ya que se encuentran más
desprotegidos que los de clases ricas.
LA PROPIEDAD PRIVADA
El gobierno debe asegurar la propiedad privada, ya que los ciudadanos tienen derecho a mejorar su suerte,
pero tan solo si es mediante el honrado trabajo, y sin despojar a nadie de sus bienes obtenidos a su vez
mediante su trabajo.
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LÍMITES DEL TRABAJO
Tanto el trabajo durante jornadas excesivamente largas, como el salario insuficiente dan motivo a los obreros
para declararse en huelga, a lo que debe poner remedio el estado suprimiendo antes de que ocurran todos las
causas que pueden ser motivo de la huelga, es decir fijando jornadas de trabajo que no resulten abusivas y
salarios que se ajusten al número de horas trabajadas.
TUTELA DE LO MORAL
El Estado también esta obligado a proteger al obrero en los bienes del alma, ya que esta hecha a imagen y
semejanza de Dios y es igual en todos los hombres. Nadie puede por tanto impedirle el camino de la
perfección, ni tampoco se le puede impedir que cumpla sus deberes para con Dios.
OBREROS − MUJERES − NIÑOS
Hay necesidad de descansar de obras y trabajos en los días de fiesta, y este descanso debe estar consagrado a
la religión y al pensamiento en los bienes celestiales, y el culto a la divina majestad. Dios lo sanciono diciendo
"acuérdate de santificar el sábado" y dio ejemplo cuando el mismo tras crear al hombre descanso al séptimo
día después de haber creado el mundo.
Es necesario librar a los obreros de la crueldad de los especuladores que pensando tan solo en las ganancias
abusan de las personas como si estas no fueran más que cosas. La actividad del hombre esta determinada por
ciertos límites, y el reposo necesario depende tanto del trabajo realizado como de la condición del obrero, y de
las condiciones en las que se realiza el trabajo.
Hay que tener gran cuidado de no admitir a niños en los talleres antes de que estén lo suficientemente
desarrollados física, moral e intelectualmente. También hay determinados trabajos impropios de la mujer
preparada por la naturaleza para las labores domésticas. Como regla general hay que conceder a los obreros
tanto descanso como sea necesario para compensar sus fuerzas, en todo contrato debe figurar la obligación de
proveer al un y al otro de descanso, para que ambos tengan tiempo suficiente para cumplir sus deberes con
Dios.
JUSTO SALARIO
La cuantía del salario debe ser fijada por acuerdo entre ambas partes y asi tan solo si el obrero no rinde lo
acordado o el patrono no paga íntegro el salario se comete una injusticia. El trabajo de un hombre es personal
y necesario, pero el hecho de conservarse en la vida es un deber por lo que el salario debe ser al menos lo
suficiente para sustentarse. El salario por lo tanto aún fijado libremente por acuerdo de las partes no puede ser
inferior al necesario para sustentarse por justicia natural.
AHORRO − PROPIEDAD
Si el obrero recibe un salario suficiente para sustentarse el mismo y a su familia (mujer e hijos), puede ahorrar
un pequeño capital. Esto nos da otra razón para que el Estado respete el derecho a la propiedad privada, al
haber mayor número de propietarios entre las clases ya no habrá tanta diferencia y los bienes estarán
repartidos más equitativamente. Cuando se trabaja un terreno propio se pone más interés porque del provecho
que se obtenga del terreno trabajado depende tu sustento, además el hombre termina por coger cariño a la
tierra que le alimenta y que es suya en propiedad con el deseo de no abandonar su tierra nativa que es la
misma que le alimenta. Para que el ahorro surta estos efectos beneficiosos es necesario que el Estado no
imponga excesivos tributos e impuestos a los propietarios de ellas para que poseer una tierra no signifique
mayor miseria que no tener nada en propiedad excepto tu trabajo.
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ASOCIACIONES
El instinto natural mueve al hombre a juntarse, y asi forman la sociedad civil cuyo fin es el bien común.
Dentro de esta se forman otras sociedades privadas cuyo fin es el particular de los socios.
EL ESTADO
Estas sociedades privadas no pueden ser prohibidas por el Estado, excepto cuando tengan un fin contrario ala
honradez, la justicia, o la seguridad de la sociedad civil, cuando el estado adquiere derecho para oponerse a
ellas.
ASOCIACIONES RELIGIOSAS
Dichas sociedades al tener evidentemente un fin honesto son legítimas, si de algún modo se refieren a la
religión están evidentemente sometidas a la autoridad de la Iglesia, y el estado no tienen ningún derecho a
interferir en su organización ni en nada referente a ellas, sino que tiene el deber de respetarlas, conservarlas y
defenderlas.
ASOCIACIONES OBRERAS
Hoy en día son mucho más numerosas las asociaciones generalmente de obreros que en otros tiempos, pero
están organizadas de manera contraria a la religión y dirigidas por ocultos jefes que no buscan sino su propio
beneficio y obligan a pagar con hambre y pena a los que no quieren asociarse con ellas. Los obreros cristianos
tienen tan solo dos recursos: asociarse en sociedades peligrosas para la religión, o formar otras propias.
Muchos católicos se han dedicado a formar asociaciones cuyo fin verdadero sea mejorar la condición de los
obreros por medios honrados y mejorar las relaciones entre patronos y obreros. Todo esto siempre bajo los
preceptos evangélicos que les recuerdan a todos sus deberes entre sí y para con Dios. Estas asociaciones
mejoran la situación de los obreros y muchos son los católicos ricos que se unen a ellas y ayudan
económicamente a fundar difundir estas asociaciones, por lo que el Estado debe protegerlas jurídicamente,
pero no intervenir en ellas.
Los ciudadanos tienen derecho a asociarse y a escoger para sus socios la reglamentación que crean apropiada,
y que cada uno de ellos reciba de ella el mayor beneficio posible. El fin principal de estas asociaciones es la
perfección religiosa y moral. El católico primero encuentra a Dios, y entonces todo lo demás le es dado por El.
Gran importancia han de dar estas asociaciones a la instrucción religiosa, para que todos conozcan sus deberes
para con Dios, y el camino a la salvación, y asi los obreros se animen al culto de Dios y a la piedad.
Estas sociedades también ayudan a una mejor distribución de los cargos y de las cargas, de los bienes y
mejoran las relaciones entre patronos y obreros. Se ocupan de socorrer a las víctimas de enfermedad, a los
ancianos.
INVITACIÓN A LOS OBREROS
Esas condiciones aceptadas voluntariamente casi aseguran el bienestar moral de las clases inferiores, y las
sociedades católicas ejercerán gran fuerza en el progreso de la sociedad civil
Estas asociaciones solucionaran la cuestión obrera de buena manera anteponiendo la justicia y su deber como
cristianos a todo lo demás y mostraran a los indecisos y a los incrédulos la fe y el camino para la salvación.
Haciéndoles salir de las dudas y socorriéndoles en caso de necesidad.
SOLUCIÓN DEFINITIVA: CARIDAD
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Cuanto antes cumpla cada uno con su parte, en cuanto a derechos y deberes se refiere antes se solucionara el
problema y los gobiernos deben de cooperar para que cada cual lleve a acabo sus deberes sin olvidar ninguno,
y procurar la vuelta a las costumbres y a la vida cristiana que es uno de los caminos para solucionar la
cuestión obrera.
La salvación debe ser fruto siempre de la caridad verdadera de quienes están dispuestos a sacrificarse por el
prójimo y no busca por ello ningún beneficio.
OPINIÓN PERSONAL
Hoy en día este documento habla de cosas en muchos casos absurdas e incluso indignantes para ciertos
colectivos, como cuando refiriéndose en la página quince a las mujeres dice que están mejor dotadas por
naturaleza para las labores domésticas relegándolas así a los trabajos del hogar y llevándolas a un segundo
plano. Hoy en día los obreros cuentan por ley con unos derechos como son: El derecho a la huelga, a la baja
por enfermedad, a las vacaciones pagadas, a una jubilación, a un justo salario, a unos días de descanso
suficientes, y a un subsidio de desempleo por lo que muy pocos son los que aún se encuentran desamparados
por el Estado o por la ley.
Tanto los patronos como los obreros tienen derecho a unos días de descanso acordados en el contrato y a un
salario también acordado que no puede variar sino es para mejorar la situación del obrero.
Es cierto que las asociaciones tanto católicas como no han ayudado mucho a que los obreros lograran todo
esto, y aún hoy están luchando por conseguir cada vez una mayor igualdad entre patronos y obreros. Hoy en
día no se ve a niños trabajando en las fábricas, ya que están recibiendo una educación, y los obreros pueden
faltar a su trabajo si están enfermos sin temor a quedarse en la calle sin ningún medio de vida. Las leyes
actuales se ocupan de casi todo aquello que dice la Iglesia que debería de ocuparse el Estado y aún se han
conquistado mayores beneficios para la sociedad civil en general, y estamos más cerca del fin último de esta,
el bien común.
TRABAJO SOBRE LA
RERUM NOVARUM
CARTA ENCÍCLICA DEL SUMO PONTÍFICE
LEÓN XIII
SOBRE LA "CONDICIÓN" DE LOS OBREROS
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