RERUM NOVARUM BIOGRAFIA DE LEÓN XIII Vincenzo Gioacchino Pecci, el sexto hijo de una familia humilde, vino al mundo el 2 de marzo de 1810, en la ciudad de Carpineto, situada al sur de Roma. Vincenzo fue educado primero en el colegio jesuita de Viterbo (1818−24), luego en el Colegio Romano (1824−32) y Posteriormente estudió en la Academia de Estudios Eclesiásticos (1832−37). Ordenado sacerdote del Señor en 1837, fue inmediatamente integrado en el servicio papal, y como gobernador fue enviado primero a Benevento (1838−41) y luego a Perugia (1841−43). Se distinguió por ser muy capaz y justo en el gobierno de los estados pontificios a él encomendados, por lo que tuvo una reconocida popularidad. Su profunda preocupación social le llevó, entre otras iniciativas, a crear un banco para ayudar a los pobres. En 1843 fue consagrado obispo, siendo enviado por Su Santidad Gregorio XVI a Bélgica para asumir allí la nunciatura. Dos años más tarde, nuevamente en Italia, le era encargado el gobierno pastoral de la diócesis de Perugia. En 1853 es creado Cardenal por el Papa Pío IX. Durante su paternal presencia como Pastor de su diócesis, insistió mucho en fomentar una profunda instrucción religiosa de sus fieles. Para dar un fuerte impulso al estudio del tomismo, fundo en el año 1859 la Academia de Santo Tomás de Aquino. Cuando en el año 1860 en estado pontificio de Perugia era anexado a Cerdeña, una legislación fuertemente secularista era introducida por los nuevos gobernantes− conocidos con el nombre de piamonteses−, poniendo fuertes trabas a la libertad religiosa de los fieles católicos. La situación llevó a Mons. Pecci a alzar firme su voz de protesta, siendo constante y firme en la defensa que hacía de los derechos de la Iglesia y de su grey en particular. Sin embargo, a pesar de esta actitud de oposición, supo mantener siempre una buena relación con el nuevo gobierno. En una serie de cartas pastorales publicadas entre 1874−77 el Cardenal Pecci hacía público su deseo de lograr un mayor acercamiento entre el catolicismo y la cultura contemporánea. El año 1877 es trasladado a Roma y − luego del tránsito del Papa Pío IX− es nombrado camarlengo (Cardenal que administra los asuntos de la Iglesia cuando sobreviene la vacancia de la Sede Apostólica). Será elegido, el 20 de febrero de 1878, para sucederle en la cátedra de Pedro. CONTEXTO HISTÓRICO Para entender lo que se expone en este documento es muy importante que nos situemos en el contexto histórico de las fechas en que fue escrito, ya que en nuestros días no tendría ningún sentido. Estamos a finales del siglo XIX, principios del XX, cuando debido a la revolución industrial las fábricas prosperan, pero por esa misma razón el capitalismo que impera se vuelve abusivo. Los obreros cada vez se encuentran en peores condiciones y reciben sueldos más escasos con los que apenas pueden subsistir por jornadas de trabajo cada vez más extensas. Las condiciones de trabajo de los obreros no les confieren ningún derecho, excepto el derecho a recibir un sueldo a cambio de su fuerza de trabajo, y la competencia feroz por conseguir un trabajo hace que los mismos obreros se perjudiquen entre ellos al ofrecer su trabajo cada vez por un precio más bajo, hasta llegar a sueldos ínfimos con los que no pueden sobrevivir. El derecho a las bajas por 1 enfermedad, a la jubilación, a las vacaciones pagadas, son cosas de nuestros días, pero entonces el hecho de no acudir un solo día al trabajo por cualquier motivo suponía el despido sin ningún tipo de compensación económica. Como los sueldos no daban para mantener a una familia esto hacia que muchas veces mujeres e incluso los niños trabajasen en las fábricas junto con los hombres en jornadas muchas veces de doce y dieciséis horas, para poder subsistir. La Iglesia intenta solucionar el tema y conciliar a patronos y obreros, asi como unir a los obreros para que las relaciones entre unos y otros mejoren y las condiciones de trabajo de estos sean más justas y acordes con las circunstancias personales de cada individuo. En estas circunstancias, Su Santidad el Papa León XIII, publica la Encíclica Rerum Novarum. INTRODUCCIÓN Se compara la "lucha" entre patronos y obreros a una guerra tan peligrosa e importante que no hay persona que no se preocupe de darle solución, motivo por lo que la Iglesia no puede desentenderse de la llamada "cuestión obrera". La Iglesia ha de pensar en el bienestar común y proponer una solución justa tanto para unos como para otros. Se ha de apoyar principalmente a los, más desfavorecidos en este caso los obreros, ya que al desaparecer los gremios sin nada que los sustituya, y haber olvidado los gobiernos los preceptos de la religión en cuanto a justicia los obreros se encuentran indefensos frente a sus patronos. La avaricia y la usura aumentan el mal, y el hecho de que la riqueza, y por tanto los medios de producción, se encuentren en manos de unos pocos lleva a que la gran mayoría de la población se encuentre próxima a la miseria. SOCIALISMO Los socialistas proponen como solución la supresión de la propiedad privada, y la distribución de esta entre todos los ciudadanos por igual, lo cual solo no vulnera los derechos de los propietarios legítimos, sino que altera la competencia y misión del estado. LA PROPIEDA PRIVADA La finalidad del trabajo no es tan solo la subsistencia sino el que el obrero obtenga cosas que pueda poseer como suyas propias. El obrero tiene derecho a recibir un salario a cambio de su trabajo y a emplear este como quiera. Los socialistas al suprimir la propiedad privada quitan el derecho de los obreros a emplear libremente sus salarios. Además la propiedad privada es un derecho natural del hombre, lo que diferencia al hombre del resto de los animales es principalmente la inteligencia, o la razón, por lo que sí los animales han sido dotados por la naturaleza para usar los bienes que esta les ofrece, el hombre a ser superior tiene la facultad y el derecho natural a usarlos estable y perpetuamente, ya que tiene esta capacidad de la cual los animales carecen. LOS BIENES CREADOS El hombre bajo la providencia de Dios y la ley eterna se gobierna a sí mismo, tiene la posibilidad de escoger tanto en el momento presente como en el futuro. Al hombre le pertenecen los frutos de la tierra, tanto como la tierra en si, ya que solo esta con su inagotable fecundidad es capaz de darle la perpetuidad de socorro que necesita. Ya que el hombre es anterior al Estado debe de poder proveerse a sí mismo los medios para vivir sin intervención del Estado. La propiedad privada además sirve al beneficio de todos, pues de ella se recibe lo necesario para vivir siempre que se la cultive y se cuide de ella, y si no se posee una finca trabajando la de otro y recibiendo un salario a cambio se obtiene lo necesario para vivir de manera humilde pero no míseramente. 2 LA PROPIEDAD Y LAS LEYES Es justo que el hombre tiene derecho a gozar del fruto de su trabajo, pero es ilógico que se le dé el uso de la tierra y de los frutos que den los campos gracias a sus cuidados y se le niegue el dominio de la tierra, ya que si esta no es cultivada y cuidada por alguien no daría ningún fruto. La propiedad privada es aceptada por las leyes civiles que derivan de la ley natural y todas ellas se hayan sancionadas por la ley divina que prohibe el deseo de lo ajeno. FAMILIA Y ESTADO El hombre es libre de elegir su propio estado, siguiendo el consejo evangélico de la virginidad, o bien obligándose por el matrimonio. El matrimonio es un derecho natural y primario de cada hombre y ninguna ley puede restringir la finalidad propia del matrimonio dada por Dios, "Creced y multiplicaos" . Al ser un derecho natural el Estado no debe entrometerse en los derechos y deberes que este conlleva en ningún momento. También es ley de la naturaleza que todo padre de familia defienda y alimente a los hijos que haya engendrado, y les prepare los medios para que puedan subsistir de manera honrada a lo largo del difícil curso de la vida. Y esto lo hace transmitiendo a sus hijos en herencia la posesión de los bienes fructíferos. Al igual que la convivencia civil es una sociedad perfecta lo es también la familia y tiene iguales derechos para procurarse los bienes necesarios para su existencia. Por esto mismo es Estado no debe intervenir excepto en caso de extrema necesidad. Pero la patria potestad en ningún momento y bajo ninguna circunstancia puede ser asumida por el Estado, los hijos entran a formar parte de la sociedad civil no por sí mismos, sino a través de la familia. Los hijos son naturalmente algo del padre antes de que tengan uso de su libre albedrío. COMUNISMO = MISERIA Además de la injusticia que esto supone. Ya que quitaría todo estímulo al ingenio y diligencia de cada uno, lo cual llevaría a una situación universal de miseria. Con el comunismo volvemos al mismo problema de la supresión de propiedad privada que conlleva como ya hemos visto innumerables perjuicios a los ciudadanos tanto de clases ricas como de las clases más bajas. LA IGLESIA Y EL PROBLEMA SOCIAL Ninguna solución a este problema es aceptable sin recurrir a la religión y a la Iglesia. La Iglesia trata de conciliar los ánimos entre patronos y obreros y regir la vida y costumbres de cada uno mediante instituciones benéficas que acaban mejorando la condición de las clases proletarias, pero para llevas a cabo su labor necesita de la colaboración de todos ricos y obreros. CONCORDIA NO LUCHA Es imposible eliminar todas las desigualdades de la sociedad civil, por naturaleza todos los hombres somos diferentes. La diferencia beneficia a la sociedad ya que esto hace que unos hombres estén mejor dotados que otros para desempeñar ciertos oficios. Es ley divina el que el hombre tenga que trabajar como penitencia por sus pecados, y nadie puede librar al hombre de tales obligaciones. Pero es absurdo suponer que una clase social es enemiga de la otra. Es más bien lo contrario ya que ambas clases se necesitan mutuamente, y ninguna puede prescindir de la otra ya sean los proletarios, ya los ricos. El cristianismo ayuda a acabar con la lucha ya que concilia a unos y a otros recordando a cada cual su deber. 3 PATRONOS Y OBREROS Obligaciones de justicia son para el obrero el cumplir lo pactado en libertad y justicia, y no dañar ni al capital ni a su propietario, y para el patrón respetar la dignidad del obrero como persona y como cristiano. El patrón también debe cuidar de que el obrero tenga tiempo libre para cumplir sus deberes religiosos, y no se exponga al peligro de pecar. Los trabajos que se le impongan a un obrero deben de adecuarse a su sexo y edad. El principal derecho de los patronos es dar a cada uno lo que se merezca, esto es justo salario, y no dañar en modo alguno los ahorros de los obreros, ya que infligir estas leyes es pecado. La Iglesia aún asi aspira no solo a conciliar ambas clases sino aún a hacerlas amigas. Dios no nos ha creado para bienes frágiles y temporales sino que la riqueza verdadera son los bienes eternos y celestiales, por lo que poco o nada importa abundar en los bienes terrenales o no para conseguir la eterna felicidad. Ya dijo Dios afortunados los pobres porque de ellos será el reino de los cielos. RIQUEZAS, POSESION Y USO Sobre el uso de las riquezas hay que distinguir entre uso legítimo y posesión ilegitima. Una vez satisfecha la necesidad es un deber socorrer a los necesitados con lo que para nosotros mismos es superfluo. Y en los casos de extrema necesidad ya no solo por justicia sino por caridad cristiana. La ley suprema y el juicio de Cristo nos enseñan que es mejor dar que recibir. Es decir que a quien Dios dota de mayores bienes lo hace para servirse de ellos como administradores de la providencia divina. TRABAJO Cristo nos enseño con su ejemplo que la verdadera dignidad y grandeza del hombre dependen tan solo de las obras virtuosas se obtendrá el premio de la eterna bienaventuranza. Además Dios tienen especial predilección por los infelices, lo que acorta las distancias entre las dos clases y las hace amigas. BIENES DE NATURALEZA Y DE GRACIA Si las dos clases siguen los mandatos de Cristo acabarán por darse el abrazo del amor fraterno, porque todos provienen de Dios y todos se dirigen a Dios en su fin último. Todos se hallan unidos entre sí y a Cristo Señor por una santa fraternidad. Los bienes de naturaleza y de gracia son patrimonio del linaje humano por lo que nadie será desheredado de los bienes celestiales. La Iglesia intenta influir en los hombres para que se dejen gobernar por los divinos preceptos y solo ella tiene verdadera eficacia ya que los instrumentos empleados para mover los ánimos le fueron dados por Jesucristo y tienen virtud divina. Gracias al cristianismo se transformo plenamente la sociedad humana y esto fue un verdadero progreso. Si existe algún remedio para los males de la humanidad este es la vuelta a las costumbres y a la vida cristiana. La perfección de toda sociedad es llegar al fin para el que fue instituida. La Iglesia llama a los hombres a la virtud y a las costumbres cristianas, que refrena el ansia de placeres y de los bienes materiales y a ayudan a que los proletarios salgan de su desgraciado estado, y suplan la escasez de salario con el ahorro. CARIDAD DE LA IGLESIA La Iglesia contribuye directamente al bien de los proletarios, Entre los primitivos cristianos era frecuente ver al rico despojarse de sus bienes para socorrer al más desfavorecido. Era misión de los diáconos ejercitar la beneficencia diaria. San Pablo no dudo en llevar personalmente los resultados de las colectas a los cristianos más pobres. Existían voluntarios que se encargaban de alimentar y sepultar a los pobres, y auxiliar a niños 4 huérfanos ancianos y náufragos. Poco a poco se fue formando el llamado patrimonio de la Iglesia que se tomo como herencia de los pobres, y libero a estos de la vergüenza de pedir. Poco a poco se fueron creando numerosas instituciones benéficas, que se encargaron de socorrer cualquier tipo de miseria. Hoy algunos censuran a la Iglesia por esa caridad diciendo que esta es deber del Estado, pero ninguna caridad puede igualar la infinita caridad cristiana. DEBERES DEL ESTADO Para solucionar la cuestión obrera deben de participar todos al ser problema de todos, y Estado ha de tomar parte tomando sus principios de la recta razón y en perfecta armonía con las doctrinas católicas. LA PROSPERIDAD NACIONAL Los gobernantes están obligados a promover la prosperidad tanto pública como privada, y como esta deriva de las buenas costumbres y la recta y ordenada constitución de las familias deben promover esta última. La guarda de la religión, la justicia la equitativa distribución de las cargas públicas y el progreso de las industrias, el comercio, la agricultura... son cosas que todas contribuyen al bienestar social y en las cuales es Estado tiene que tomar parte para contribuir con ello al bienestar de todas las clases. Es Estado esta formado por ciudadanos y tienen los mismos derechos como ciudadanos que son los proletarios que los ricos, como los proletarios son su mayor número y debe de proveérseles de lo necesario sin olvidar que no se debe proveer a unos a costa de los otros ya que todos son ciudadanos, se ha de actuar conforma con la justicia y dar a cada uno lo suyo, y proveer por igual a todos los ciudadanos como ordena la justicia distributiva. Todos los ciudadanos están obligados a cooperar al bienestar común, pero cada uno con arreglo a sus posibilidades. Hay que tener en cuanta que los obreros contribuyen al bienestar del resto de los ciudadanos con su trabajo y que este es un bien que debe ser valorado por el Estado, y el estado debe de ocuparse de ellos, ya que forman parte de la riqueza del Estado. GOBIERNO; GOBERNADOS La gobernación ha sido instituida no para beneficio de los gobernantes sino para beneficio de la sociedad y de las distintas clases de que esta se compone. Como el poder político viene de Dios se ha de dar ejemplo de este en su administración. INTERVENCIÓN DEL ESTADO Se ha de mantener el orden y la tranquilidad en provecho del bien público y del privado, seguir los mandatos de Dios, los principios de naturaleza, justicia, ya que todo ello contribuye al bien general. Los derechos han de ser respetados religiosamente, y el Estado se ha de ocupar de la defensa de los ciudadanos en el ejercicio de estos derechos y especialmente con los de clase ínfima ya que se encuentran más desprotegidos que los de clases ricas. LA PROPIEDAD PRIVADA El gobierno debe asegurar la propiedad privada, ya que los ciudadanos tienen derecho a mejorar su suerte, pero tan solo si es mediante el honrado trabajo, y sin despojar a nadie de sus bienes obtenidos a su vez mediante su trabajo. 5 LÍMITES DEL TRABAJO Tanto el trabajo durante jornadas excesivamente largas, como el salario insuficiente dan motivo a los obreros para declararse en huelga, a lo que debe poner remedio el estado suprimiendo antes de que ocurran todos las causas que pueden ser motivo de la huelga, es decir fijando jornadas de trabajo que no resulten abusivas y salarios que se ajusten al número de horas trabajadas. TUTELA DE LO MORAL El Estado también esta obligado a proteger al obrero en los bienes del alma, ya que esta hecha a imagen y semejanza de Dios y es igual en todos los hombres. Nadie puede por tanto impedirle el camino de la perfección, ni tampoco se le puede impedir que cumpla sus deberes para con Dios. OBREROS − MUJERES − NIÑOS Hay necesidad de descansar de obras y trabajos en los días de fiesta, y este descanso debe estar consagrado a la religión y al pensamiento en los bienes celestiales, y el culto a la divina majestad. Dios lo sanciono diciendo "acuérdate de santificar el sábado" y dio ejemplo cuando el mismo tras crear al hombre descanso al séptimo día después de haber creado el mundo. Es necesario librar a los obreros de la crueldad de los especuladores que pensando tan solo en las ganancias abusan de las personas como si estas no fueran más que cosas. La actividad del hombre esta determinada por ciertos límites, y el reposo necesario depende tanto del trabajo realizado como de la condición del obrero, y de las condiciones en las que se realiza el trabajo. Hay que tener gran cuidado de no admitir a niños en los talleres antes de que estén lo suficientemente desarrollados física, moral e intelectualmente. También hay determinados trabajos impropios de la mujer preparada por la naturaleza para las labores domésticas. Como regla general hay que conceder a los obreros tanto descanso como sea necesario para compensar sus fuerzas, en todo contrato debe figurar la obligación de proveer al un y al otro de descanso, para que ambos tengan tiempo suficiente para cumplir sus deberes con Dios. JUSTO SALARIO La cuantía del salario debe ser fijada por acuerdo entre ambas partes y asi tan solo si el obrero no rinde lo acordado o el patrono no paga íntegro el salario se comete una injusticia. El trabajo de un hombre es personal y necesario, pero el hecho de conservarse en la vida es un deber por lo que el salario debe ser al menos lo suficiente para sustentarse. El salario por lo tanto aún fijado libremente por acuerdo de las partes no puede ser inferior al necesario para sustentarse por justicia natural. AHORRO − PROPIEDAD Si el obrero recibe un salario suficiente para sustentarse el mismo y a su familia (mujer e hijos), puede ahorrar un pequeño capital. Esto nos da otra razón para que el Estado respete el derecho a la propiedad privada, al haber mayor número de propietarios entre las clases ya no habrá tanta diferencia y los bienes estarán repartidos más equitativamente. Cuando se trabaja un terreno propio se pone más interés porque del provecho que se obtenga del terreno trabajado depende tu sustento, además el hombre termina por coger cariño a la tierra que le alimenta y que es suya en propiedad con el deseo de no abandonar su tierra nativa que es la misma que le alimenta. Para que el ahorro surta estos efectos beneficiosos es necesario que el Estado no imponga excesivos tributos e impuestos a los propietarios de ellas para que poseer una tierra no signifique mayor miseria que no tener nada en propiedad excepto tu trabajo. 6 ASOCIACIONES El instinto natural mueve al hombre a juntarse, y asi forman la sociedad civil cuyo fin es el bien común. Dentro de esta se forman otras sociedades privadas cuyo fin es el particular de los socios. EL ESTADO Estas sociedades privadas no pueden ser prohibidas por el Estado, excepto cuando tengan un fin contrario ala honradez, la justicia, o la seguridad de la sociedad civil, cuando el estado adquiere derecho para oponerse a ellas. ASOCIACIONES RELIGIOSAS Dichas sociedades al tener evidentemente un fin honesto son legítimas, si de algún modo se refieren a la religión están evidentemente sometidas a la autoridad de la Iglesia, y el estado no tienen ningún derecho a interferir en su organización ni en nada referente a ellas, sino que tiene el deber de respetarlas, conservarlas y defenderlas. ASOCIACIONES OBRERAS Hoy en día son mucho más numerosas las asociaciones generalmente de obreros que en otros tiempos, pero están organizadas de manera contraria a la religión y dirigidas por ocultos jefes que no buscan sino su propio beneficio y obligan a pagar con hambre y pena a los que no quieren asociarse con ellas. Los obreros cristianos tienen tan solo dos recursos: asociarse en sociedades peligrosas para la religión, o formar otras propias. Muchos católicos se han dedicado a formar asociaciones cuyo fin verdadero sea mejorar la condición de los obreros por medios honrados y mejorar las relaciones entre patronos y obreros. Todo esto siempre bajo los preceptos evangélicos que les recuerdan a todos sus deberes entre sí y para con Dios. Estas asociaciones mejoran la situación de los obreros y muchos son los católicos ricos que se unen a ellas y ayudan económicamente a fundar difundir estas asociaciones, por lo que el Estado debe protegerlas jurídicamente, pero no intervenir en ellas. Los ciudadanos tienen derecho a asociarse y a escoger para sus socios la reglamentación que crean apropiada, y que cada uno de ellos reciba de ella el mayor beneficio posible. El fin principal de estas asociaciones es la perfección religiosa y moral. El católico primero encuentra a Dios, y entonces todo lo demás le es dado por El. Gran importancia han de dar estas asociaciones a la instrucción religiosa, para que todos conozcan sus deberes para con Dios, y el camino a la salvación, y asi los obreros se animen al culto de Dios y a la piedad. Estas sociedades también ayudan a una mejor distribución de los cargos y de las cargas, de los bienes y mejoran las relaciones entre patronos y obreros. Se ocupan de socorrer a las víctimas de enfermedad, a los ancianos. INVITACIÓN A LOS OBREROS Esas condiciones aceptadas voluntariamente casi aseguran el bienestar moral de las clases inferiores, y las sociedades católicas ejercerán gran fuerza en el progreso de la sociedad civil Estas asociaciones solucionaran la cuestión obrera de buena manera anteponiendo la justicia y su deber como cristianos a todo lo demás y mostraran a los indecisos y a los incrédulos la fe y el camino para la salvación. Haciéndoles salir de las dudas y socorriéndoles en caso de necesidad. SOLUCIÓN DEFINITIVA: CARIDAD 7 Cuanto antes cumpla cada uno con su parte, en cuanto a derechos y deberes se refiere antes se solucionara el problema y los gobiernos deben de cooperar para que cada cual lleve a acabo sus deberes sin olvidar ninguno, y procurar la vuelta a las costumbres y a la vida cristiana que es uno de los caminos para solucionar la cuestión obrera. La salvación debe ser fruto siempre de la caridad verdadera de quienes están dispuestos a sacrificarse por el prójimo y no busca por ello ningún beneficio. OPINIÓN PERSONAL Hoy en día este documento habla de cosas en muchos casos absurdas e incluso indignantes para ciertos colectivos, como cuando refiriéndose en la página quince a las mujeres dice que están mejor dotadas por naturaleza para las labores domésticas relegándolas así a los trabajos del hogar y llevándolas a un segundo plano. Hoy en día los obreros cuentan por ley con unos derechos como son: El derecho a la huelga, a la baja por enfermedad, a las vacaciones pagadas, a una jubilación, a un justo salario, a unos días de descanso suficientes, y a un subsidio de desempleo por lo que muy pocos son los que aún se encuentran desamparados por el Estado o por la ley. Tanto los patronos como los obreros tienen derecho a unos días de descanso acordados en el contrato y a un salario también acordado que no puede variar sino es para mejorar la situación del obrero. Es cierto que las asociaciones tanto católicas como no han ayudado mucho a que los obreros lograran todo esto, y aún hoy están luchando por conseguir cada vez una mayor igualdad entre patronos y obreros. Hoy en día no se ve a niños trabajando en las fábricas, ya que están recibiendo una educación, y los obreros pueden faltar a su trabajo si están enfermos sin temor a quedarse en la calle sin ningún medio de vida. Las leyes actuales se ocupan de casi todo aquello que dice la Iglesia que debería de ocuparse el Estado y aún se han conquistado mayores beneficios para la sociedad civil en general, y estamos más cerca del fin último de esta, el bien común. TRABAJO SOBRE LA RERUM NOVARUM CARTA ENCÍCLICA DEL SUMO PONTÍFICE LEÓN XIII SOBRE LA "CONDICIÓN" DE LOS OBREROS 8 1 14 9