Isabel Imaz - Amigos de la Ópera de Madrid

Anuncio
El milagro de la ópera
Isabel Imaz
“Parece un milagro…” Y empieza la representación.
Madrid. Eso sí, lo que no ha cambiado nunca durante estos 50 años es la afición y la pasión de los
amantes de la lírica madrileños…. y todo empezó
aquí, con un grupo de gente que apostó por ello,
que se arriesgó por una ilusión, que trabajó por
amor al arte y por la emoción de escuchar ópera
en su ciudad.
La Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid celebra sus 50 años y sí, parece un milagro.
Ilusiones, emociones, tensión, alegrías, penas,
aplausos y mucha música han rodeado el mundo de la lírica en Madrid desde 1963. En 50 años
la ópera en Madrid se ha trasladado del Teatro
de la Zarzuela al Teatro Real, los aficionados
han pasado de hacer largas y pacientes colas de
muchas horas en la calle para conseguir una entrada, a comprarlas directamente desde su casa
con un ordenador; hemos dejado a un lado los
míticos discos de vinilo y hemos pasado a escuchar las óperas en cd o MP3 llevándonos la
música allá donde vamos..!
El mundo de la ópera ha cambiado a tenor de la
sociedad, han evolucionado los gustos, las producciones, la sensibilidad, la educación y hemos
asistido poco a poco a la expansión de la ópera en
Nadie se esperaba que tras La Bohème de 1925 el
Teatro Real cerrara sus puertas debido a la aparición de grietas que obligaron a apuntalar parte
del edificio. ¿Qué pasaría con la ópera? Era un
misterio. El público madrileño se quedaba sin su
templo operístico y esto propició el que un grupo de personas empezaran a aunar ideas y trabajo
para que la ópera volviera a Madrid. La historia
de la lírica en la capital no podía morir de esta
forma y se unieron fuerzas para tratar de mantener la cultura operística.
A principio de los años 60, los aficionados madrileños si querían ver ópera tenían que viajar.
A pesar de los intentos por
parte de Lola Rodríguez de
Aragón, y más tarde, César
Mendoza Lasalle, por iniciar
una temporada de ópera estable en Madrid, el resultado fue un desastre tanto
artístico como económico.
Como narra Ignacio Sáenz
de Ibarra en los libros conmemorativos de la AAOM
anteriores, en Madrid se intuían que existían espectadores potenciales, que aún
no conociendo el mundo de
la ópera estaban dispuestos
a asistir a ella siempre que
se les garantizase mínimamente las representaciones,
la continuidad y la calidad.
Por ello, un grupo reducido
de personas decidió tomar
Foto: Teatro de la Zarzuela
9
por asociaciones que luchaban por la música,
y toda la burguesía y los hombres de cultura
de los siglos XIX y XX se vieron comprometidos
con estas asociaciones”.
la iniciativa y abrir la ópera en Madrid. Un anuncio en prensa de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) publicando la siguiente
temporada en Bilbao y señalando fechas, artistas, precios y condiciones de pago a plazos de
abonos, fue el detonante que determinó la creación de la Asociación.
Ahora empezaba el trabajo de verdad, todo se
había puesto en marcha pero faltaba mucho
camino que recorrer. Las arias de las óperas
de Verdi, las melodías puccinianas, las coloraturas barrocas, el belcanto rossiniano o la
intensidad de la música wagneriana eran la
mayor motivación de aquel grupo de personas
para levantar el telón operístico en Madrid. La
creación de una Asociación se difundió por el
llamado “Pregón de la Ópera” en el Diario Informaciones y en la Hoja del Lunes, así como
en todos los periódicos madrileños, gracias a
la publicidad que financió el dueño de Galerías Preciados. Los apoyos de D. Joaquín Calvo Sotelo y de la Duquesa de Alba fueron definitivos para establecer la sede de la Asociación
en el Círculo de Bellas Artes, donde se celebró
la primera reunión en 1962, en la cual se constituyó una Comisión Gestora y se redactaron
Como explica Juan-Miguel Villar Mir en la
presentación del libro conmemorativo del 40
aniversario: “En tantas otras épocas de nuestra historia pasada, la música hubo de recurrir al asociacionismo tratando de buscar los
medios para llevar a cabo un proyecto musical
que las circunstancias de la nación lo impedían. Desde que en 1839 y durante las regencias de Mª Cristina y Espartero, las nuevas leyes políticas permitieron el asociacionismo, la
vida musical giró en buena medida en torno a
él. La mayor parte de los grandes movimientos
musicales producidos en España se debieron a
esta realidad: las reformas del teatro lírico, el
sinfonismo, la música de cámara, el coralismo
o la música religiosa, fueron llevadas a cabo
Foto: Salón Goya del Teatro Real
10
11
Alfredo Kraus en La Favorita
los Estatutos que fueron posteriormente presentados al Ministerio de Educación y Ciencia
para su aprobación.
Finalmente, gracias a la existencia de unos fondos conmemorativos de los “Veinticinco años
de paz” puestos a disposición del Ministerio
de Información y Turismo y a los Festivales de
España, se consiguió que el propio Ministerio
aplicase los fondos a la temporada lírica y a la
organización de la misma con Lola Rodríguez
Aragón al frente. En un espacio brevísimo de
tiempo Lola desarrolló una actividad febril de
contactos con músicos, cantantes, directores,
agentes, etc. y finalmente, a pesar de las grandísimas y dificultades, se estableció y se publicó
el programa definitivo, determinando precios y
fechas de aquellas representaciones. El programa constaba de diez títulos; la mayor parte de
ellos con una sola representación, siendo varias
óperas italianas (Tosca, IlTrovatore, La Bohème,
Don Giovanni, Le nozze di Figaro, La Cenerentola), francesas (Les pêcheurs de perles, Faust),
Sáenz de Ibarra narra en las crónicas de la historia de la Asociación como el público empezó a
responder, aunque no tan rápidamente como se
deseaba, y se iban nutriendo las listas de sociosabonados. A los muchos trabajos que comporta
siempre la creación de una nueva organización,
se unían unos riesgos económicos muy superiores a los esperados, ya que la afición era muy
recelosa y desconfiada. Un último paso tras la
constitución y difusión, fue la búsqueda de un
empresario que organizara el primer Festival de
la Ópera en Madrid. Federico Moreno Torroba,
presidente de la SGAE y propietario del Teatro
de la Zarzuela renunció a serlo al igual que Juan
Antonio Pamias, empresario del Liceu de Barcelona.
12
13
Alfredo Kraus y June Anderson en La fille du régiment - 1985
una alemana (Die Zauberflöte)y una española,
Pepita Jiménez, de Isaac Albéniz, reorquestada y
arreglada por Pablo Sorozábal.
Ópera?” Y Sorozábal con su sorna característica
le contestó: “Amigo de la ópera es poco, todas
las noches me acuesto con ella”.
Una anécdota graciosa que le sucedió al Maestro Sorozábal en el propio Círculo de Bellas
Artes fue la ocurrida en una de las colas que
formaban los socios para la compra de abonos, en la que manifestó su deseo de adquirir
localidades sueltas para alguna función. Un
miembro de la Junta Directiva que atendía
en ese momento a los asociados no conoció
a Sorozábal y le indicó que allí no se vendían
localidades sueltas, sino abonos completos a
los Amigos de la Ópera. Ante la insistencia
del Maestro para retirar las localidades, el directivo le preguntó: “¿Es usted Amigo de la
El I Festival de Ópera de Madrid fue posible
gracias a los esfuerzos que la recién constituida
Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid desplegó para aglutinar a los aficionados madrileños
con la disposición de los poderes públicos a promover la actividad lírica de la capital después de
décadas de abandono.
Gracias al apoyo de Federico Moreno Torroba,
el Teatro de la Zarzuela abrió sus puertas para
inaugurar la temporada con Tosca. Ambiente
primaveral aquel día 10 de mayo, con el Teatro lleno donde se respiraba más que emoción.
14
15
Alfredo Kraus en Rigoletto - 1988
Al frente de la orquesta el maestro Cristóbal
Halfter dirige como preludio el himno nacional. “Se apagan las luces, el maestro Guarnieri
sube al podio y yo musito a mi vecino de localidad: ‘Parece un milagro’. Y empieza a representación…”1
Vittoria, Vittoria… debieron tararear, a la vez que
el personaje Mario Cavaradossi (en el Acto II),
aquellos que hicieron posible este sueño. Una ilusión hecha realidad que este año cumple 50 años.
Miremos atrás con agradecimiento, pero no dejemos de observar al futuro porque la historia de la
ópera en Madrid continúa y la Asociación, como
siempre, estará entregada.
…¡Gracias por el milagro!
1
Testimonio de Ignacio Sáenz de Ibarra (†) en el libro de los 25
años de AAOM
16
17
Das Rheingold - 2002
L’Enfant et les sortilèges - 2002
Victoria de los Ángeles - Foto: Javier del Real
18
Descargar