Sosa - Postgrado FADECS

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Pacientes mentales. Suicidio de un internado: Sistema de
puertas abiertas
Kraut, Alfredo J. Sosa, Guillermina Leontina
Publicado en: LA LEY 24/05/2013 , 5
Fallo Comentado: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala E ~ 2012-12-19 ~ B. J.
A. y otro c. F. J. y otros s/ daños y perjuicios
Sumario: I. Líneas de inicio.- II. Derechos del paciente. Actualización normativa y
jurisprudencial.- III. Deber de seguridad de los profesionales y la institución. Conductas
autolesivas del paciente internado. Fuga y daño. Distintos supuestos. Doctrina
jurisprudencial.- IV. Obligaciones que asume el nosocomio. Culpa y relación causal por
fallas en la atención.- V. A modo de cierre.
Voces
I. Líneas de inicio
El fallo de la Cámara Nacional en lo Civil Sala E, nos permite nuevamente abordar ciertos
temas en torno a las personas con sufrimiento mental y la responsabilidad civil.
La cuestión fáctica está constituida, como adelantáramos en el titulo, por el suicidio de un
joven internado tras haberse fugado del Hospital Municipal José Tiburcio Borda. (1) (2)
Este hecho debe articularse con otra triste realidad que persiste en nuestro país respecto de
las personas con adicciones (problemática que también padecía la victima de esta causa)
que no cuentan con establecimientos públicos adecuados que los ayuden a superar tan
delicado problema y sus penosas consecuencias: la tremenda situación en la que quedan
subsumidos la victima de adicción y sus familiares ante la falta de contención por parte del
Estado. No es poco frecuente encontrarse con la triste realidad de padres que ruegan por la
permanencia de sus hijos en instituciones manicomiales por no hallar una solución que les
permita asistirlos con el fin de reinsertarlos en la vida social libre de consumo y continuar
con su propio devenir. (3)
Pero volvamos ahora al tema de análisis en esta ocasión.
Un joven que había sido internado en contra de su voluntad, por orden judicial, se fuga del
Hospital Borda y acaba con su vida. Los padres inician acción resarcitoria, admitiéndola la
Cámara sólo respecto del Hospital psiquiátrico.
Por ende, la cuestión a abordar en el fallo se centra en el alcance de la obligación que pesa
sobre un hospital psiquiátrico, sin poder soslayar los derechos y tutela especifica de las
personas con problemas de salud mental.
II. Derechos del paciente. Actualización normativa y jurisprudencial
Actualmente —afirma Dworkin— (4) el lenguaje de los derechos domina el debate político.
Continúa el autor expresando que está aún más en disputa cuáles derechos en particular
tiene el ciudadano. Luego afirma que, en definitiva, en la práctica son las cortes y el
gobierno (government) quienes tienen la última palabra. Finalmente, concluye "If the
government does not take rights seriously, then it does not take law seriously either.".(Si el
Gobierno no toma seriamente los derechos, entonces no toma tampoco en serio a la ley).
En nuestro país, ya desde la reforma constitucional de 1994, se hace especial referencia a
las personas con discapacidad. En el artículo 75 inciso 23 se dispone que corresponde al
Congreso "Legislar y promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real
de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por
esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en
particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad",
asimismo existen numerosos tratados de Derechos Humanos, varios de ellos reconocidos
por nuestra Constitución en el art. 75 inc. 22 con valencia análoga a nuestra Carta
Fundamental en los términos allí descriptos, que reconocen el derecho a la dignidad de
todas las personas. Asimismo, existen otros tratados que si bien no gozan de jerarquía
constitucional, poseen un rango superior a las leyes en nuestro orden jurídico.
En 2009, la ley de Derechos del Paciente (26.529), ha aggiornado el sistema en torno a la
relación médico paciente y significó un gran avance en torno a la protección y trato digno
de la persona que por algún motivo entable una relación médico-asistencial.
Un año después, 2010, la Ley de Salud Mental (26.657) en su artículo segundo dispuso: "Se
consideran parte integrante de la presente ley los Principios de Naciones Unidas para la
Protección de los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atención de Salud
Mental, adoptado por la Asamblea General en su resolución 46/119 del 17 de diciembre de
1991. Asimismo, la Declaración de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud y
de la Organización Mundial de la Salud, para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica
dentro de los Sistemas Locales de Salud, del 14 de noviembre de 1990, y los Principios de
Brasilia Rectores; para el Desarrollo de la Atención en Salud Mental en las Américas, del 9
de noviembre de 1990, se consideran instrumentos de orientación para la planificación de
políticas públicas", brindando de este modo mayor protección a los sufrientes mentales "sin
perjuicio de las regulaciones más beneficiosas que para la protección de estos derechos
puedan establecer las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires". (5)
Sin perjuicio, de las críticas que ha merecido por una parte minoritaria de la doctrina (6)
esta nueva norma, lo cierto es que la ley —que no ha sido reglamentada por el Poder
Ejecutivo— significa un avance en pos de la efectiva vigencia de los derechos humanos a
favor de las personas con sufrimiento mental.
Por otro lado, integra nuestra normativa concerniente —reforzando la tutela de estas
personas especialmente vulnerables— la Convención sobre Derechos de las Personas con
Discapacidad. A su vez, cabe señalar el Proyecto de Reformas del Código Civil y Comercial
ha incorporado estos principios a la propuesta sometida a la Comisión Bicameral. (7)
Así las cosas, no podemos dejar de señalar los importantes fallos de la CSJN que ha
decidido "obitur dicta" en distintos casos enfatizar la necesidad de protección de este
colectivo. (8)
En definitiva, podemos afirmar que nuestro país cuenta con legislación protectoria de este
grupo en especial situación de vulnerabilidad. Por supuesto, como afirmábamos al
comenzar este apartado, tanto la legislación como la jurisprudencia protectoria —si bien
necesarias— son insuficientes si no cuentan con políticas de gasto público que las
acompañen.
En este sentido, creemos preciso no dejar pasar la oportunidad de detenernos en los
derechos específicos de los pacientes mentales y así reforzar (9) —una vez más— la
afirmación de que el paciente mental goza, entre otros, del derecho al respeto de su
dignidad.
Esta dignidad implica que el sufriente mental no sea "alojado" en un establecimiento
sanitario y "olvidado" en ese preciso instante.
La tutela jurídica del paciente mental significa el derecho del paciente a gozar del respeto
de sus derechos humanos fundamentales. (10) A que el instituto de la internación forzosa
sea entendido como un derecho para el paciente en procura de su rehabilitación y no en
pos de la "protección" de una sociedad que se niega a "los diferentes". La realidad indica
que, salvo excepciones, estas personas (especialmente si son pobres) viven marginados del
sistema legal ya que la Constitución no penetra las murallas de estas instituciones.
La nueva ley de Salud Mental (11) en su artículo 4 dispone que "Las adicciones deben ser
abordadas como parte integrante de las políticas de salud mental. Las personas con uso
problemático de drogas, legales e ilegales, tienen todos los derechos y garantías que se
establecen en la presente ley en su relación con los servicios de salud." (12) Por uno u otro
motivo se encuentran en situación de vulnerabilidad, "estas personas se enfrentan al
estigma, la discriminación y la marginación en todas las sociedades, incrementando las
posibilidades de que: (a) se violen sus derechos y (b) no se realicen socialmente". (13) La
inserción social ha de ser el objetivo en el que se centre el tratamiento y la rehabilitación
del sufriente mental.
III. Deber de seguridad de los profesionales y la institución. Conductas autolesivas del
paciente internado. Fuga y daño. Distintos supuestos. Doctrina jurisprudencial
Existe en cabeza de las instituciones psiquiátricas una obligación principal y deberes
secundarios de conducta entre los que se encuentran el deber de seguridad o indemnidad.
Este deber implica el de mantener al paciente sano y salvo de sí mismo y de terceros. Esto
se articula con los derechos específicos de los pacientes mentales, en particular y en lo que
aquí en especial nos interesa resaltar en virtud de su incumplimiento: a la personalidad, a la
vida e integridad personal, a la asistencia adecuada (diagnóstico y tratamiento, e
internación como ultima ratio, a la continuidad del tratamiento, a la protección de la
indemnidad; a evitar conductas auto o heterolesivas; y en especial a la externación y al alta
médica como etapas del tratamiento.
Efectuamos ahora un sucinto repaso de la jurisprudencia.
Los herederos de una paciente que se suicidó estando internada en una clínica psiquiátrica
iniciaron acción resarcitoria, (14) la cual es admitida contra los psiquiatras y la clínica donde
la mujer se hallaba internada.
El Tribunal entendió, en cuanto a la internación de un enfermo en una clínica psiquiátrica,
que la distinción entre obligación de resultados, de medios o de medios agravada,
resultaba inoperante a los fines de configurar normativamente el deber profesional pues la
prestación se conformaba con la disposición de todos los medios orientados hacia la
obtención del resultado que integra el objeto de modo mediato (15) La responsabilidad
profesional se hizo patente en el caso por la omisión en la toma de diligencias
correspondientes a la naturaleza de la prestación.
Finalmente precisó, en lo que aquí nos interesa, que la omisión de los cuidados pertinentes
por parte del profesional torna asimismo indiscutible la responsabilidad civil de la entidad.
(16)
En otro precedente (17) se discutía la responsabilidad de la entidad asistencial en la que un
paciente perdió la vida tras autoinfringirse un disparo. Allí, CNFed. Civil y Com., sala II,
sostuvo que el Estado Nacional era responsable a raíz del incumplimiento del deber
secundario de los establecimientos asistenciales de proporcionar seguridad a los
internados. En el caso, el deber de cuidado imponía la realización de requisas y controles
cotidianos a los internados a fin de retener los que pudieran entrañar peligro para sí o
terceros.
En otra causa (18) se destacó que era deber de la entidad extremar las precauciones para
garantizar, dentro de lo previsible, la salud y la vida del internado que se retiró de la
institución en la que había sido internado compulsivamente para luego prenderse fuego en
el interior de un vehículo y perder la vida. La fuga y posterior suicidio configuran un
paradigma de fallas del deber de cuidado, agravado por el hecho de que la Clínica
accionada era una clínica psiquiátrica y su director un especialista en la atención de
pacientes mentales, lo que amplificaba el deber de indemnidad asumido (arts. 902 y 909,
ap. 2, Código Civil).
La huida del enfermo —o mejor dicho, la simple "salida" de aquél sobre quien debían
ejercerse los máximos cuidados—, y la posterior muerte explican el no logro del resultado
(preservar, dentro de lo previsible, la vida del internado), o bien —desde una perspectiva
subjetiva—, patentizan la existencia de culpa en el cuidado y tratamiento del doliente, sea
por parte del profesional o de la institución psiquiátrica especializada (incumplimiento de la
obligación de diligencia). En ambos casos, la muerte del internado genera, en contra del
deudor, una adecuación causal, en tanto no se acreditó que el hecho tuviera lugar por una
circunstancia imprevisible o inevitable (caso fortuito).
En un caso análogo por su dramático desenlace, un paciente diagnosticado como
esquizofrénico, luego de reiteradas internaciones y tratamientos ambulatorios e intentos de
suicidio, se hallaba internado en el Instituto de Psicopatología: consigue fugarse, y se quita
la vida, arrojándose desde un puente. (19)
Los familiares promueven juicio ordinario por daños y perjuicios en contra de la psiquiatra y
del Instituto de Psicopatología S.R.L.. Se rechazó la demanda respecto de la psiquiatra por
no existir relación de causalidad entre el suicidio del paciente y la prestación médica, ni
culpa imputable. Sin embargo, con relación al Instituto demandado, se le imputó
responsabilidad en su carácter de propietario de la entidad asistencial, por su obligación
tácita de seguridad y se dijo que se estaba ante una responsabilidad de carácter objetivo,
debiendo responsabilizarse a la entidad, en virtud de la obligación tácita de seguridad que
nace cuando el establecimiento se compromete a cumplir una prestación médicoasistencial, no sólo por la posible mala praxis del profesional médico y sus colaboradores,
sino por las deficiencias de alojamiento, suministro de medicamentos, servicios
paramédicos, etcétera.(20)
En tal sentido, se declaró la responsabilidad civil de la clínica por el incumplimiento
contractual de su obligación tácita de seguridad con relación al paciente y, conforme al art.
1113 del Cód. Civil, con relación al daño propio ocasionado a su cónyuge y descendiente.
En otro caso, se estableció la responsabilidad de un nosocomio general por la fuga y
posterior suicidio de un paciente con problemas psiquiátricos (21) al considerar que la
referida fuga ponía en evidencia que no se habían realizado los actos tendientes a la
contención de una persona con un cuadro sicótico o esquizofrénico, tales como son los
impedimentos de salida, recaudos que son esenciales para pacientes que han tenido
antecedentes de intentos de suicidio, por más que se trate de un "hospital de puertas
abiertas". Surge en cabeza de los establecimientos psiquiátricos la obligación de medios
"reforzada" o "agravada". (22)
Hemos enfatizado el hecho de que la internación ha de ser dispuesta a favor de la persona
con padecimiento mental y siempre que de dicha restricción de la libertad se derive un
claro beneficio a la persona afectada.
Los padres de un menor (23) demandaron a un hospital neuropsiquiátrico provincial y al
Estado local por los daños derivados del suicidio de su hijo cuya determinación fue
consecuencia directa de la impericia de los galenos que no supieron cuidar y salvaguardar
la vida del menor que ya contaba, incluso, con tres intentos de suicidio anteriores.
En el caso se externó al paciente dejándolo a cuidado de los padres cuando claramente
surgía de la historia clínica que los padres no estaban en condiciones de contener al menor.
Acertadamente, puntualizó el magistrado Dr. Sánchez Torres "la circunstancia que el hijo de
los actores no estuviera internado, parece desdibujar la obligación de cuidado que recaía
en los médicos del nosocomio demandado. Pero estimo que los peritos han mostrado que
no se estuvo a la altura de las circunstancias, esto es, no hubo una actividad diligente, ni un
diagnóstico adecuado conforme los datos que surgían de la historia clínica (...) cabe a favor
de un paciente un derecho a un adecuado diagnóstico y tratamiento como "el derecho a la
internación con la mira puesta en su recuperación o a la provisión de un acompañante
terapéutico." (24)
Consecuentemente, se halló responsable al médico psiquiatra tratante por no haber
dispuesto la nueva internación del menor en la última entrevista que mantuvo con él.
De modo adverso, resolvió la CNCiv., sala L (25) respecto de la pretensión resarcitoria
intentada por la madre de quien se quitó la vida en el baño de la habitación de un centro
asistencial no especializado en psiquiatría tras haberse intentado suicidar con la ingesta de
psicofármacos, colgándose de la ducha. Ello así por cuanto la Cámara entendió que la
entidad había tomado las precauciones necesarias (custodia policial y ventanas selladas)
atendiendo a la premura que el cuadro exigía y a las características del centro asistencial. Se
afirmó en el fallo que el deber de seguridad hacia un paciente con tendencias suicidas no
implica una obligación de resultado y que en el caso el sanatorio había cumplido con lo
que podía esperarse de una correcta atención y, dentro de los parámetros asistenciales que
la ciencia médica actualmente establece, no pudo evitar el suicidio.
IV. Obligaciones que asume el nosocomio. Culpa y relación causal por fallas en la
atención
Ya hemos afirmado en comentarios anteriores que los establecimientos psiquiátricos
asumen una obligación de medios "reforzada" o "agravada". (26) Esta afirmación implica
que aun cuando, como en el caso de autos, la persona se halle internada en una institución
de puertas abiertas, dicha institución debe garantizar atención a quienes puedan
ocasionarse un daño a sí mismos o a terceros. Esta garantía significa, como claramente se
puntualiza también en el fallo, que la simple partida o fuga de un paciente no constituye un
hecho imprevisible e inevitable. Para que ese hecho cumpla con los requisitos exigidos por
el art. 512 del Cód. Civil, suficientes para exonerar de responsabilidad, esa fuga debe ir
acompañada del carácter de irresistible.
Los entes asistenciales deben tomar los recaudos necesarios para mantener indemne al
paciente, y a más de esa indemnidad, la obligación —aún mayor— de hacer todo lo
necesario para la recuperación y reinserción social del paciente con sufrimiento mental.
Lo anterior es igual a afirmar que aquellos centros asistenciales de salud mental que se
limiten a la retención de la persona en sus instalaciones incumplen con su obligación. Más
aún, es la lisa y llana violación a las obligaciones impuestas por la Constitución Nacional y
los Tratados de Derechos Humanos en los que el país es parte.
La conducta de la víctima no era imprevisible. No tuvo la entidad suficiente como para
cortar la relación de causalidad entre la falta en la obligación de seguridad del hospital y su
muerte. (27) El paciente había ingresado por orden judicial, y debió brindársele la asistencia
necesaria hasta que se encuentre fuera de peligro. La vigilancia que se le requería,
conforme indica en su voto el Dr. Racimo puede no requerir "una vigilancia demasiado
especial pero si una vigilancia apropiada para el de estos enfermos lo que incluye al menos,
conocer su localización o avisar, si fuera el caso, de su fuga para localizarlo en caso de no
encontrarse totalmente rehabilitado de su afección psíquica o de su crisis transitoria". Lo
contrario, como lamentablemente aconteció en el caso, implica un completo desprecio por
la persona humana, dejándolo librado a su suerte en un grado de especial vulnerabilidad a
raíz de su enfermedad.
La víctima en este caso, claramente, no halló protección a su derecho a la integridad ni
dignidad personales. Aun ante el claro conocimiento del peligro que acarreaba para sí en
virtud de su cuadro psicótico, no se tomaron medidas para salvaguardarlo so fundamento
en que se encontraba alojado en una institución de puertas abiertas. (28)
Acertadamente el fallo recogió la jurisprudencia (29) y doctrina que venimos propugnando
hace tiempo, encontrando insuficiente dicho argumento para liberar de responsabilidad al
Hospital, máxime cuando la víctima había sido internada en virtud de una orden judicial, y
se mantenían conforme surge de la historia clínica allegada a la causa, que relata "se lo
observa con musitaciones, monólogos, risas inmotivadas, reticente a hablar, y paranoide,
siendo medicado con antipsicóticos por vía parenteral (fs. 333); el 03-01-2001 se asienta:
"deambula por el servicio, se ríe solo, habla, hace gestos como si estuviera comunicándose
con otra persona.".
Si el establecimiento había logrado estabilizar el brote psicótico (que no pareciera ser el
caso, conforme a lo expuesto con antelación), y no contaba con medios para tratar la
patología del paciente, debió haberlo derivado para su efectivo tratamiento y recuperación
a una institución apropiada para el caso (error de diagnóstico y de tratamiento). Derivación
que no se efectuó en el caso, incumpliendo con las obligaciones a su cargo. Insistimos, la
debida diligencia del hospital implicaba que ante la ausencia de medios para procurar el
tratamiento que requería el paciente se procurara y efectivizara el traslado a una institución
que si pudiera brindarle la asistencia que necesitaba, pero sin descuidar en el ínterin el
control y vigilancia que precisaba la persona de acuerdo con su patología. (30)
El Hospital Borda debió asistir al sufriente mental hasta tanto haya superado o mitigado la
dolencia y el riesgo que lo llevó a la internación, o más bien, hasta tanto se considere que
su salida no ocasionara inminente y previsible un daño para sí o terceros.
No se cumplió con un plan terapéutico que llevara eventualmente a una mejoría del
paciente.
Con la excusa de tratarse de un sistema de puertas abiertas no se tomó cuidado alguno
respecto de las particulares circunstancias en que se hallaba el paciente, terminando en el
desenlace fatal que podría haberse evitado con la debida diligencia (deber de cuidado).
La obligación de medios reforzada significa la toma de especiales recaudos de acuerdo a
las particulares circunstancias en que se hallaba el paciente por más de que se tratara de un
hospital de puertas abiertas. Estas medidas están constituidas por actos "tendientes a la
contención" de la persona.
En las obligaciones de medios reforzadas o agravadas, que asumen los establecimientos
psiquiátricos, el modelo de conducta debe ser el del profesional particularmente diligente y
cuidadoso. La diligencia que se requiere es la "especialísima". (31) Es decir, aquélla
necesaria de acuerdo a las particularidades que presenta la persona a tratar. De cualquier
manera, consideramos que el caso en análisis configura un supuesto de "culpa res ipsa
loquitur" ("los hechos hablan por sí solos).
Observación aparte merece el planteo de la demandada respecto a que a su entender los
padres del fallecido resultaban responsables por la falta de vigilancia o de buena educación
impuestos por la ley "a mérito de la patria potestad que ejercen sobre los mismos."
Acertadamente, el sentenciante recordó que en el caso no se estaba en presencia de un
menor de edad y que "Resulta obvio así que ante la ausencia de otros datos —por ejemplo
la designación de uno de los demandantes como curador definitivo— jamás puede
atribuirse culpa alguna a los padres en este caso bajo el modelo de la "patria potestad"
aludido en el pronunciamiento ni por vía directa (porque no era menor) ni por vía analógica
(si eventualmente se entendiera que un incapaz se sitúa en relación a su curador en una
situación similar a la del deber de protección que corresponde a los progenitores respecto
de sus niños).". Valga acotar que entender la función del curador en analogía con el deber
de protección que corresponde a los progenitores respecto de sus niños es una afirmación
que esconce a sujeción al modelo biológico jurídico de incapacidad contrario al nuevo
paradigma del modelo social sentado por la Ley de Salud Mental.
El modelo social implica —como sostienen Kraut-Diana— (32) que no debe privarse a la
persona de su posibilidad de elegir y actuar. Significa otorgar apoyo para la toma de
decisiones. (33)
V. A modo de cierre
El fallo adecuadamente revoca el decisorio de grado ponderando la relación de causalidad
existente entre la fuga del paciente por la falta de cuidado del hospital y su posterior
deceso. Ello en cuanto a que el suicidio de acuerdo a la patología detallada en la historia
clínica elaborada por la misma demandada se hallaba lejos de resultar un hecho
imprevisible.
En concordancia con la jurisprudencia sobre la materia, se reitera el criterio respecto a las
obligaciones en cabeza de las instituciones psiquiátricas de puertas abiertas, quienes deben
acreditar su diligencia. (34)
El carácter de sistema abierto no sirve como excusa para diluir el reproche que pesa sobre
estas instituciones respecto de los pacientes que llegan a ellas. Pesa sobre las instituciones
psiquiátricas una obligación de medios reforzada que implica que debe tomarse una
especialísima diligencia respecto de las personas con sufrimiento mental.
La relación causal entre la fuga del paciente y su posterior suicidio es indudable. Los
demandantes no lograron demostrar que el hecho no pudo evitarse pese a las medidas
terapéuticas tomadas y las precauciones que adoptaron para evitarlas. (35)
En primer lugar porque no se tomó, en el caso, medida alguna tendiente a evitar que el
paciente dejara las instalaciones en virtud del terrible cuadro en el que se hallaba conforme
constaba en la historia clínica y en segundo término porque no derivaron al paciente a
otras institución, y como bien se afirma en la sentencia, el mero pedido de derivación no
exime a la institución de prestar los cuidados necesarios hasta tanto dicha derivación se
efectivice.
La internación como solución de "ultima ratio" es el criterio que ha de mantenerse. En este
sentido ha sido rotundo nuestro Máximo Tribunal al expresar "la debilidad jurídica
estructural que sufren las personas con padecimientos mentales —de por sí vulnerable a los
abusos—, crea verdaderos ‘grupos de riesgo' en cuanto al pleno y libre goce de los
derechos fundamentales, situación que genera la necesidad de establecer una protección
normativa eficaz, tendiente a la rehabilitación y reinserción del paciente en el medio familiar
y social en tanto hoy nadie niega que las internaciones psiquiátricas que se prolongan
innecesariamente son dañosas y conllevan, en muchos casos, marginación, exclusión y
maltrato y no es infrecuente que conduzcan a un ‘hospitalismo' evitable. En esta realidad, el
derecho debe ejercer una función preventiva y tuitiva de los derechos fundamentales de la
persona con sufrimiento mental, cumpliendo para ello un rol preponderante en la actividad
jurisdiccional". (36)
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723).
(1) Hospital psiquiátrico de la Ciudad de Buenos Aires, que ha sido, hace décadas, una de
las principales instituciones dedicadas a la salud mental en la República Argentina. Cuenta
con cerca de 1000 pacientes. Entre las instalaciones del hospital se cuenta la emisora de
LT22 Radio La Colifata, gestionada por los propios internos y sin apoyo institucional;
además funcionan diversos dispositivos con la clara idea de resaltar que quienes allí viven
son sujetos de derecho y por lo tanto deben ser garantizados sus derechos, destacando su
identidad e individualidad. Entre ellos se encuentran: Pan del Borda, Cooperanza y el Frente
de Artistas del Borda (FAB dirigido hace décadas por Alberto Sava, con participación en
encuentros nacionales e internacionales.
(2) Hoy muy deteriorado y maltratado por el gobierno local.
(3) En distintos lugares de Capital y del conurbano, los diferentes grupos desarrollan
distintas tareas para que de acuerdo a sus posibilidades la epidemia no se extienda. Uno se
llama Movimiento de Madres en Lucha, otro Madres Villeras Antipaco. Son las madres que
luchan contra el paco y que hoy conforman más de 200 organizaciones barriales.
(4) DWORKIN, Ronald, .A Special Supplement: Taking Rights SeriouslyDecember 17, 1970,
disponible
en
http://www.nybooks.com/articles/archives/1970/dec/17/a-specialsupplement-taking-rights-seriously/?pagination=false, última vez consultado 01/02/2013.
(5) Art. 1 Ley 26.657 reza: Artículo 1º. La presente ley tiene por objeto asegurar el derecho a
la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos
humanos de aquellas con padecimiento mental que se encuentran en el territorio nacional,
reconocidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos, con jerarquía
constitucional, sin perjuicio de las regulaciones más beneficiosas que para la protección de
estos derechos puedan establecer las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(6) Véase por ejemplo, MAYO, Jorge A. - TOBÍAS, José W., La nueva ley 26.657 de salud
mental. Dos poco afortunadas reformas al Código Civil, LA LEY, 2011-A, 949.
(7) Art. 41 - Internación. La internación sin consentimiento de una persona, tenga o no
restringida su capacidad, procede sólo si se cumplen los recaudos previstos en la
legislación especial y las reglas generales de esta Sección. En particular: 1. Debe estar
fundada en una evaluación de un equipo interdisciplinario de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 37, que señale los motivos que la justifican y la ausencia de una alternativa eficaz
menos restrictiva de su libertad; 2. Sólo procede ante la existencia de riesgo cierto e
inminente de un daño de entidad para la persona protegida o para terceros; 3. Es
considerada un recurso terapéutico de carácter restrictivo y por el tiempo más breve
posible; debe ser supervisada periódicamente; 4. Debe garantizarse el debido proceso, el
control judicial inmediato y el derecho de defensa mediante asistencia jurídica; 5. La
sentencia que aprueba la internación debe especificar su finalidad, duración y periodicidad
de la revisión. Toda persona con padecimientos mentales, se encuentre o no internada,
goza de los derechos fundamentales y sus extensiones.
(8) CS, 12/06/2007, H., L. A, LA LEY 11/07/2007, 11, "Comp. N° 1524.XLI. Cano, Miguel Angel
s/insania",27/12/2005, "Tufano" (Fallos: 328:4832), "R., M. J. s/insania" (Fallos: 331:211) y CS,
26/03/2008, L. C. M., LA LEY 20/05/2008, 7, CS, 02/03/2010, B., M. J.,La Ley Online, CS,
30/10/2012, B. C., I. J. s/insania, LA LEY 13/11/2012, 7 "Comp. N° 1524.XLI. Cano, Miguel
Angel s/insania" del 27 de diciembre de 2005, "Tufano" (Fallos: 328:4832), "R., M. J.
s/insania" (Fallos: 331:211) y Comp. N° 1066.XLIII "L., C. M. s/internación", del 26 de marzo
de 2008
(9) En este orden de ideas, tanto la Convención sobre Derechos de las Personas con
Discapacidad, como el Proyecto de reformas del Código Civil y Comercial 2012 refuerzan el
nivel de tutela de las personas con discapacidad.
(10) Derecho a la salud integral y a recibir un servicio de salud adecuado, Cámara de
Apelaciones en lo Contencioso administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, sala I, 25/06/2007, Asesoría Tutelar Justicia Contencioso Administrativo y
Tribu. c. Ciudad de Buenos Aires, La Ley Online
(11) B.O 03/12/2010
(12) Interesantes reflexiones sobre el artículo pueden encontrarse en LLORENS, Luis R. RAJMIL, Alicia B., La protección de los derechos de las personas con enfermedades
mentales. La nueva ley 26.657
(13) KRAUT, Alfredo Jorge - DIANA, Nicolás, Derechos de las personas con discapacidad
mental: hacia una legislación protectoria, LA LEY, 2011-C, 1039.
(14) Pereyra Alicia c. O., E.N., Cám. Civ. y Com., Mar del Plata, sala II, 7/11/00, P., A. L. c. O.,
E.N., LLBA, 2002-278, con nota de TANZI, Silvia Y., "La responsabilidad del ente asistencial y
el médico psiquiatra por el suicidio del paciente internado, LLBA, 2002-275/282.
(15) ver ALTERINI en "Carga de la prueba en las obligaciones de medio", LA LEY, 1989-B,
942.
(16) KRAUT, Alfredo Jorge, Responsabilidad civil de los psiquiatras, Buenos Aires: La Rocca,
1998, ps. 94 y ss.
(17) CN Fed. Civil y Com., sala II, 7/08/01, S., R. y otros c. Estado Nacional. ED. 195-347.
(18) CNCiv., sala H, 15/10/1999. Carrasco, Jorge M. c. Clínica San José de Flores. JA 2000-II610. Ver comentario al fallo por Kraut, Alfredo Jorge, "Suicidio de un paciente psiquiátrico:
un fallo ilustrado y justo", en Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires, ejemplar de mayo 10
de 2000, ps. 23/39.
(19) C. Civ. y Com. Jujuy, sala 1ª, 30/10/2002 - Olmos, Adriana C. c. Liguori, Laura y otros. JA,
2003-III-628.
(20) Conf. BUERES, Alberto, "Responsabilidad civil de las clínicas y establecimientos
médicos", Buenos Aires, Ábaco, 1981, p. 30.
(21) CNCiv., sala E, 2/9/04, V. I. y otro c. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires s/daños y
perjuicios. JA, 2004-IV-408.
(22) Conf. KRAUT, Alfredo Jorge, Responsabilidad Profesional de los Psiquiatras cit. pp. 90 a
92.
(23) Cámara 1ª de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Córdoba, 23/06/2010, G., M. E. y
otro c. Hospital Neuropsiquiátrico Provincial y otro, LLC, 2011-286, con nota de María
Cristina Plovanich
(24) Con cita de KRAUT, Alfredo Jorge, "La Responsabilidad de los Profesionales de la Salud
frente a un suicidio involuntario", RCyS, 2009-90 y ss.
(25) CNCiv., sala L, 02/09/2011, D., G. G. c. Instituto Dupuytrén de Traumatología y
Ortopedia S.A., LA LEY, 2011-E, 520.
(26) KRAUT, Alfredo Jorge, Responsabilidad profesional de los psiquiatras, La Rocca, p. 90-2.
(27) Idem Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala F, 27/12/2007, Biasotti, Eduardo
Jorge c. Hospital de Emergencias Psiquiátricas T. de Alvear, RCyS, 2008-799.
(28) La decisión misma de su internación en un centro de puertas abiertas puede ser otra
falta.
(29) Conf. CNCiv., sala 2ª, 11/10/1994, citada por LORENZETTI, Ricardo L., Responsabilidad
civil de los médicos, t. II, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 1997, p. 175.
(30) KRAUT, Alfredo Jorge, Pacientes mentales y Derecho privado, Tutela Jurídica, Rubinzal
Culzoni, 2006, pp. 163-4.
(31) KRAUT Alfredo Jorge, Responsabilidad profesional de los psiquiatras, La Rocca, 1996,
pp. 90-2.
(32) Op. cit.
(33) Así también lo apunta FAMA, Victoria - FORTUNA, Sebastián, con cita del fallo Trib.
Familia San Salvador de Jujuy, sala 2ª, 14/11/2011, "C., M. R. y otros s/solicitud de
declaración de inhabilidad "La nueva Ley de Salud Mental... impone nuevas prácticas, trae
derecho ubicado en los tratados de derechos humanos y estándares internacionales de
intervención en salud mental, que son ahora derecho vinculante... Las normas que
reconocen derechos de las personas con discapacidad mental refieren primordialmente al
respeto a la autonomía del sujeto, a su autodeterminación y autorresponsabilidad, el
respeto a su decisión y el apoyo para la toma de decisiones" en Actualidad en Derecho de
Familia 1/2012, SJA-2012/04/25-26; JA, 2012-II.
(34) En este sentido, es interesante la doctrina jurisprudencial emanada del TEDH, en
particular en torno al derecho a la vida y su protección respecto de personas con
discapacidad (enfermedad mental en los casos):, Francis v UK 3346/02 (2003) ECHR 707,
Rabone v Pennine Care NHS Foundation Trust (2012) UKSC 2, (2012) MHLO 6, Rabone v
Pennine Care NHS Trust (2009) EWHC 1827 (QB), Renolde v France 5608/05 (2008) ECHR
1085, Reynolds v UK 2694/08 (2012) ECHR 437, (2012) MHLO 30, Savage v South Essex
Partnership NHS Foundation Trust (2010) EWHC 865 (QB)
(35) KRAUT, Alfredo Jorge, Salud mental, Tutela Juridica, Rubinzal Culzoni, 2006, p. 431.
(36) Consid. 6, párr. 1), "R., M. J. s/insania", "R., M. J. s/insania" Fallos 331:211. Véase, BAZÁN,
Víctor, El derecho a la salud en el escenario jurídico argentino y algunas líneas
jurisprudenciales de la Corte Suprema de Justicia en la materia, JA, 2012-II; SJA-2012/04/043.
Daños y perjuicios - Suicidio de un paciente que se escapó de un hospital psiquiátrico.
Responsabilidad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Negligencia del nosocomio
en el cumplimiento del deber de custodia. Rechazo de la demanda contra la Policía
Federal.
Hechos: Un hombre que se encontraba internado por orden judicial en un hospital psiquiátrico fugó y sufrió
un accidente vial. Fue trasladado a un nosocomio del cual se escapó nuevamente, y se arrojó ante el paso de
un camión, produciéndose su deceso. Sus padres promovieron acción de daños contra el Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, el conductor embestidor y la Policía Federal Argentina. La sentencia la rechazó. La
Cámara la revocó parcialmente y admitió la pretensión contra el Estado local.
Sumarios
1.- El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es responsable por las consecuencias dañosas del fallecimiento
de una persona que se arrojó frente al paso de un camión luego de fugarse del hospital psiquiátrico en el que
estaba internada, pues la voluntad de la víctima no pudo ser la causa eficiente de su muerte, sino que ésta se
debió a la negligencia del nosocomio en el cumplimiento de sus deberes de custodiar y atender a la seguridad
de los pacientes.
2.- La Policía Federal no debe responder por el fallecimiento de un paciente psiquiátrico que se suicidó luego
de escaparse de un hospital en el que estaba internado, pues no se acreditó que el personal médico o policial
que prestaba servicios en el nosocomio tuviera conocimiento de las particulares características del paciente, las
cuales no eran en absoluto evidentes.
El hecho dañoso:
Suicidio de un paciente que se fugó de un hospital psiquiátrico.
Referencias de la víctima:
Sexo: Masculino.
Edad: 32 años
Observaciones: Los reclamantes son los padres del paciente fallecido.
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