Declaración del Reverendísimo Michael F. Burbidge, Obispo de

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Declaración del Reverendísimo Michael F. Burbidge,
Obispo de Raleigh
de una
Reforma Migratoria
Basílica de Santa María
Wilmington, NC
Septiembre 8, 2013
Al concluir esta Misa de Acción de Gracias, me uno a ustedes al expresar nuestra
gratitud a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, por reconocer esta hermosa
Iglesia como Basílica para ustedes y todos los fieles que vendrán aquí a rezar.
Siempre conscientes al llamado de nuestro Santo Padre, que hizo este fin de
semana, de rezar por la paz. Lo hemos hecho aquí hoy en esta gran celebración de nuestra
fe Católica. Ahora les invito a que se unan a nuestro Santo Padre, a mis hermanos
Obispos y a mí a donde nos lleva esta oración pedir, especialmente a llamar esta
semana al Congreso y al Presidente a que renuncien al uso de una acción militar, y en su
lugar, trabajar hacia una paz verdadera y duradera.
Además, como ustedes saben, la Cámara de Representantes dentro de poco examinará
otro asunto de importancia moral, una en que la Cámara debe también actuar sin más
demora; presentado la necesidad urgente en nuestro país de una Reforma Migratoria
Integral.
Una de las características en su parroquia, que fue distinguida por la Santa Sede al crear
este sagrado lugar como Basílica, es que su parroquia refleje la catolicidad de la Iglesiala universalidad de la Santa Madre Iglesia al abrazar necesariamente
a la gente de tantos países del mundo. Pero, tal vez como algunos de ustedes han
experimentado de primera mano, la manera en que los inmigrantes vienen a nuestro país
no funciona; se ha quebrado y está en la necesidad de una reforma. Sólo este pasado
junio, el Senado de los Estados Unidos pasó una legislación para dirigir esta necesidad.
Mis hermanos Obispos y yo, como Conferencia de Obispos Católicos de los Estados
Unidos, hemos declarado que mientras esta legislación no es perfecta, es una que la
Iglesia puede apoyar. Entre sus provisiones mayores está que la legislación provee un
camino hacia la ciudadanía, en la que creemos debe ser incluida en cualquier proyecto de
reforma migratoria.
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Otra cuestión clave para muchos y una que nosotros apoyamos en nuestra enseñanza
Católica, es el derecho del gobierno a defender las fronteras y regular la
migración en nuestro país. Pero, la Iglesia también enseña que cualquier política
migratoria para ser justa, debe también incluir un camino a aquellos individuos proveer
para ellos mismos y sus familias las necesidades básicas, si no pueden hacerlo en su
propio país.
La Iglesia enseña esto porque reconocemos que aquellos que son inmigrantes
tienen una dignidad inherente otorgada a ellos como miembros de la familia humana de
Dios. Esta misma dignidad humana también se extiende a la institución
de la familia, de tal manera que ninguna ley debe amenazar a la integridad de la vida
familiar separando a los cónyuges o a los hijos de sus padres.
Las Sagrada Escrituras nos dicen, que como niño, Jesús mismo sabía lo que es ser un
refugiado y también ser itinerante, al ser trasladado de un lugar a otro, ejerciendo su
ministerio público. La Biblia registra sus palabras, guiándonos aun
hoy, como El nos enseñó, a dar la bienvenida al extranjero (Mateo 25;35), y que al
hacerlo, lo hacemos a Cristo.
Entonces, únanse a mí al pedir la aprobación de ley para una reforma migratoria integral,
que mientras protege nuestras fronteras, prevé la legalización de los indocumentados en
nuestro país; aumente las oportunidades para que los inmigrantes entren legalmente a los
Estados Unidos; proteja a todos los trabajadores y sus garantías en el ámbito laboral.
Por favor contacten a sus Congresistas en la Cámara de Representante de Estados Unidos,
y pidan su apoyo para aprobar este año el proyecto de ley del Senado 744, a favor de una
reforma migratoria integral. Moralmente, no puede demorar más; moralmente, no
debe demorar más.
Así que, al continuar con nuestra oración por la paz y nuestra oración de Acción de
Gracias por esta hermosa Basílica, también recemos a Nuestro Señor, para que guie a
nuestros líderes electos, al considerar los muchos asuntos graves que enfrenta
nuestra gran nación en este momento crítico, especialmente a evitar una acción militar en
Siria y la urgente necesidad de una reforma migratoria integral aquí en casa. Que nuestra
Señora Reina de la Paz y Madre de la Iglesia los guie y proteja a todos ellos y a los aquí
presentes ahora y siempre.
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