ECA L2 LIBROS, REGISTROS Y OBLIGACIONES CONTABLES

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ECA L2 LIBROS, REGISTROS Y OBLIGACIONES CONTABLES ©EMASP
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ÍNDICE GENERAL
LIBROS, REGISTROS Y OBLIGACIONES CONTABLES
ENCICLOPEDIA DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA [ECA]
EMASP COMPAÑÍA DE AUTORES [COORDINACIÓN: VÍCTOR TALAVERO CABRERA.
CONSEJO DE REDACCIÓN: ENRIQUE CORONA ROMERO, JUAN TALAVERO SANGUINO]
ENERO DE 2013 REVISADA Y ACTUALIZADA EN NOVIEMBRE DE 2014.
PRECIO DEL LIBRO: 6,70 € + IVA 21%: 1,41 € = PRECIO TOTAL DE
DESCARGA: 8,11 €.
En este libro se estudian las obligaciones legales en lo referente al
registro de la contabilidad acompañándolas con las referencias
doctrinales interpretativas de los efectos de esas obligaciones y los
requerimientos específicos de registro exigidos por la normativa
tributaria y otras específicas. Está desarrollado en 67 documentos con
115 páginas.
LOS LIBROS REGISTRO Y SU RELACIÓN CON LA CONTABILIDAD
REFERENCIAS NORMATIVAS A LIBROS GENERALES
LIBROS, REGISTROS Y OBLIGACIONES CONTABLES: REGULACIÓN BÁSICA
PRINCIPIOS DE LA LLEVANZA DE LA CONTABILIDAD
INTERPRETACIONES DOCTRINALES SOBRE LA LLEVANZA DE CONTABILIDAD
CONTABILIDAD: LIBROS Y REGISTROS ESPECIFICOS
LIBROS: TRAMITACIÓN
RESPONSABILIDAD EN LA LLEVANZA DE CONTABILIDAD
PRÁCTICA CONTABLE
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emitir facturas, del usuario que las realiza. El justificante de la adquisición, de la compra realizada, es esta
reseña acompañada del pago realizado a favor de: emasp COMPAÑÍA DE AUTORES SL N.I.F.: B 80344864.
DOMICILIO: C/Gral. Moscardó 9 –2ºC. 28020 Madrid. REGISTRO: RMM, Tomo 3438, Libro 0, Folio 142,
Sección 8, Hoja M-58156.
INFORMACIÓN La ENCICLOPEDIA DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA [ECA] se publicó por Editorial CISS desde el
año 1992 al año 2013 y se comercializó bajo los títulos de: ENCICLOPEDIA DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA
[ECA], ATLAS CONTABLE, ATLAS CONTABLE-MERCANTIL y ONLINE CONTABLE-MERCANTIL, en formatos de:
Papel, Cd, DVD e Internet Online. En mayo de 2013 la editorial decidió no continuar publicando y
comercializando las obras propiedad de EMASP COMPAÑÍA DE AUTORES.
En mayo de 2013 la ENCICLOPEDIA DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA [ECA] estaba estructurada en 13 libros
divididos en 38 secciones y 205 agrupaciones y contenía más de 2.400 artículos de contenido, con:
selecciones normativas, interpretaciones doctrinales, práctica contable y apoyados con miles de esquemas y
asientos tipo.
ESTA ES LA OBRA QUE PONEMOS A LA VENTA dividida en distintos libros y habiendo fijando como precio de
referencia un máximo de 20 céntimos por cada uno de los documentos, artículos, que cada uno de ellos
contiene.
Para facilitar una visión completa de la ENCICLOPEDIA DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA [ECA] y la selección
por los usuarios de la sección que le pueda interesar, hemos incluido un documento, denominado ECA
Estructura, cuya descarga, que recomendamos, es sin coste alguno.
PROPIEDAD INTELECTUAL Y RESPONSABILIDADES. Los derechos inherentes a la propiedad intelectual
de esta obra ENCICLOPEDIA DE CONTABILIDAD Y AUDITORÍA [ECA] corresponden en exclusividad a EMASP
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información contenida en esta publicación.
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la llevanza del registro de valores representados mediante anotaciones en cuenta o de
una entidad participante en el sistema de registro, atendiendo para ello a las reglas del
correspondiente sistema de compensación, liquidación y registro.
3. El sistema de registro deberá ofrecer las mayores garantías para que no existan
descuadres entre los valores anotados y los valores efectivamente depositados en las
entidades encargadas de la llevanza del registro y en las entidades participantes en el
sistema de registro. Reglamentariamente podrán establecerse las situaciones en las que
las posibles incidencias tendrán que ser notificadas a las autoridades supervisoras, así
como los mecanismos y plazos para la resolución de las mismas.
En todo caso y sin perjuicio de lo previsto en el párrafo anterior, cuando los valores con
un mismo código de identificación ISIN (International Securities Identification Number)
separados de la masa no resulten suficientes para satisfacer completamente los derechos
de los titulares inscritos de los valores con el mismo código de identificación ISIN, el
déficit se distribuirá a prorrata entre todos ellos sin perjuicio de la pretensión de
resarcimiento frente a la entidad por el valor de la parte no satisfecha en valores, la cual
habrá de ser satisfecha pecuniariamente.
4. Cuando existan derechos reales limitados u otra clase de gravámenes sobre los
valores, y sin perjuicio de los pactos entre el garante y el beneficiario de la garantía, una
vez aplicada la regla de la prorrata, dichos gravámenes se entenderán constituidos sobre
el resultado de la prorrata y de los créditos por la parte no satisfecha en valores.»
RESPONSABILIDAD EN LA LLEVANZA DE CONTABILIDAD
La responsabilidad del empresario
La obligación de llevanza de contabilidad que incumbe a los empresarios conlleva la
responsabilidad de aquéllos en supuestos de falta de llevanza o llevanza incorrecta.
Al estudio de dichas responsabilidades se dedica el desarrollo de este apartado
distinguiéndose entre normas generales de responsabilidad y normas especiales,
afectantes estas últimas a distintos tipos específicos de mercantiles o a circunstancias
especiales en que estas últimas pueden verse incursas
Responsabilidad de empresarios y administradores
La responsabilidad directa de los empresarios individuales va de consuno como
consecuencia de la identidad entre el titular de la empresa y el gestor. No obstante, hay
que tener en cuenta lo previsto, con carácter general, sobre minoría de edad e
incapacidad en las normas civiles y, en particular, lo establecido en el artículo 5 del
Código de Comercio cuando dispone que: “Los menores de dieciocho años y los
incapacitados podrán continuar, por medio de sus guardadores, el comercio que hubieren
ejercido sus padres o sus causantes. Si los guardadores carecieran de capacidad legal
para comerciar, o tuvieren alguna incompatibilidad, estarán obligados a nombrar uno o
más factores que reúnan las condiciones legales, quienes les suplirán en el ejercicio del
comercio”.
En aquellos otros supuestos en que por falta de competencia, falta de capacidad técnica
o por otros motivos el comerciante individual encomienda, expresa o tácitamente, la
llevanza de la contabilidad a terceros, la norma mantiene la responsabilidad directa de
aquéllos previsiblemente en mérito a la teoría general de la culpa (“in eligendo” o “in
vigilando”) o en todo caso por exigencias de tráfico mercantil que aconsejan residenciar
claramente la responsabilidad en quien de cualquier forma es el titular de la empresa.
Lo dicho para los empresarios individuales resulta plenamente aplicable para las
sociedades mercantiles, cuya falta de sustrato corporal intensifica la necesidad de
residenciar las responsabilidades en personas físicas, personas físicas que no serán otras
que los administradores de las mismas.
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Responsabilidad de las personas autorizadas por empresarios o administradores
La norma, como antes se apuntaba, establece la posibilidad de que la contabilidad sea
llevada tanto directamente por el empresario individual o por los administradores de
sociedades como por personas autorizadas por aquéllas.
Esta autorización podrá ser expresa o tácita, presumiéndose concedida salvo prueba en
contrario, debiéndose hacer una remisión en esta materia a los preceptos del Código Civil
y de Comercio relativos al mandato, a la comisión, a la gestión de negocios ajenos, etc.,
y todo ello sin perjuicio de lo dispuesto, en su caso, por las normas laborales para las
relaciones de este tipo.
La responsabilidad señalada del empresario no excluye la que corresponda a la persona a
quien, expresa o tácitamente, le haya sido encomendada la llevanza de la contabilidad
incluso en régimen laboral.
Clases de responsabilidades
Las responsabilidades pueden ser de diversa índole, entre las que se pueden señalar
como más generales:
- Civil, exigible de conformidad con la normativa específica de cada tipo de sociedades.
En el caso de las sociedades anónimas véanse los artículos 236 a 241 del TRLSC 1/2010.
Respecto a las personas autorizadas la exigencia de responsabilidad directa a las mismas
habrá de acomodarse al régimen legal específico que rija cada tipo de relación (laboral,
profesional, ...) que una a aquéllas a la empresa de que se trate.
- Administrativa, por infracciones en materia contable tipificadas en leyes especiales,
como puede ser el caso de lo establecido en la Ley 24/1988 (artículo 95) y en la 26/1988
(artículos 15, 40 y 41), tanto para las sociedades infractoras como para los
administradores y gerentes de las mismas.
- Tributaria, dejando al margen los supuestos de delito fiscal, en las normas de esta
índole se tipifican infracciones leves y graves, aunque normalmente serán de las
primeras salvo que vayan acompañadas de impago de deudas tributarias.
La responsabilidad corresponderá en primer lugar a la sociedad y, eventualmente, a los
administradores y personas por ellos autorizados para la llevanza de la contabilidad en la
medida que causen o colaboren en la comisión de las mismas (art. 38 LGT).
- Penal, la más característica deviene del denominado delito fiscal y delito económico así
como de los que podríamos llamar "delitos concursales" (quiebra fraudulenta por
ejemplo), sin perder de vista que cualquiera de tales delitos económicos, en sentido
amplio, pueden estar asociados con una dolosa llevanza de la contabilidad de que se
trate.
No debe olvidarse respecto a la posible responsabilidad penal, tanto de administradores
como de las personas por éstos autorizados para la llevanza de la contabilidad, la teoría
general de la coautoría y de la cooperación necesaria dado que cualquier cooperador
necesario, esto es quienes colaboran en la comisión del delito con actos sin los cuales
éste no se hubiera producido, serán considerados como coautores, lo cual evidentemente
no implica que toda persona que elabore directamente una contabilidad incorrecta deba
ser considerado sin más cooperador necesario de delitos económicos.
Empresario y responsable de la contabilidad
Como resumen y principio de la Responsabilidad en la llevanza de contabilidad hay que
acudir al mandato del Artículo 25 del Código de Comercio según el cual "Todo empresario
deberá llevar una contabilidad ordenada, adecuada a la actividad de su empresa que
permita un seguimiento cronológico de todas sus operaciones, así como la elaboración
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periódica de balances e inventarios. Llevará necesariamente, sin perjuicio de lo
establecido en las Leyes o disposiciones especiales, un libro de inventarios y cuentas
anuales y otro diario. La contabilidad será llevada directamente por los empresarios o por
otras personas debidamente autorizadas, sin perjuicio de la responsabilidad de aquéllos.
Se presumirá concedida la autorización, salvo prueba en contrario" y teniendo en cuenta
que, aunque la definición de empresario suele ser equivalente a quien realiza actos de
comercio, el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el
texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, define en su artículo 1.2 "A
los efectos de esta Ley, serán empresarios todas las personas, físicas o jurídicas, o
comunidades de bienes que reciban la prestación de servicios de las personas referidas
en el apartado anterior, así como de las personas contratadas para ser cedidas a
empresas usuarias por empresas de trabajo temporal legalmente constituidas".
Responsabilidad en la llevanza de contabilidad: Interpretaciones doctrinales
sobre delito de falsedad
Nota. Los textos que se incluyen son selecciones de los textos originales o resúmenes de
contenido en función al título que les antecede. Los citados títulos son propuestas de los
autores de esta obra que pueden o no coincidir con los que consten en las
interpretaciones doctrinales, cuya lectura a texto completo se recomienda.
Jurisprudencia penal contable a propósito del delito de falsedad
**Tribunal Supremo. Sentencia de 18/10/1968. La doctrina de esta Sala en Sentencias
de 7 de mayo y 9 de junio de 1962; que deben ser entendidos como documentos
mercantiles, a efectos penales, todos aquellos que expresen una operación de comercio o
que sirvan para demostrar derechos de naturaleza mercantil, y consiguiendo la de 20 de
diciembre de 1960, que bajo la pública de documentos mercantiles deben comprenderse
no sólo los expresamente regulados en el Código de Comercio sino todos los que se
deriven de operaciones mercantiles o que hayan de surtir efecto en las mismas.
**Tribunal Supremo. Sentencia de 7/11/1955. Las enmiendas y raspaduras en libros de
comercio, significan tanto contrahacer letra como alterar un documento verdadero y con
variación de su sentido, sin que se precise expresar todas y cada una de las enmiendas o
raspaduras realizadas para que proceda la aplicación del referido precepto.
**Tribunal Supremo. Sentencia de 22/2/1968. La mutación efectiva y sustancial de la
verdad y la voluntad de llevarla a cabo, constituyen los elementos integradores del dolo
en el delito de falsedad, ya sea en documento público o en mercantil, y nada de ello
aparece en el relato fáctico, pues las dos contabilidades que de hecho se llevaban en la
empresa “Confecciones L.”, la A) u oficial a la que sólo se llevaban algunas partidas,
regulándose paralelamente por otra contabilidad B) o particular, con sus correlativas
cuentas corrientes en el Banco G., no alteraban, modificaban, cambiaban u ocultaban la
verdadera situación económica de la empresa, puesto que ambas eran complementarias
y venían a recoger en conjunto la contabilidad total de la empresa.
**Tribunal Supremo. Sentencia de 30/12/1977. Al afirmar el relato fáctico de la
resolución impugnada que el proceso “en los meses de noviembre y diciembre de 1967 y
enero a mayo de 1968, introdujo en la contabilidad de la empresa datos apócrifos que
alteraban las cifras reales de los fondos manejados”, sin hacerse aclaración, ampliación o
precisión alguna de lo transcrito en el contexto general de la sentencia; cuyos datos de
tan sucinta e imprecisa exposición son enteramente insuficientes para la tipificación del
delito de falsedad en documento mercantil estimado, habida cuenta: a) que no determina
qué era y en qué consistía tal contabilidad de empresa, siendo así que el procesado
prestaba sus servicios al perjudicado Don José M.S.G., que actuaba como particular, sin
especificación de negocio, ni si era empresario industrial o individual con nombre
registrado; b) que no existe referencia alguna o si dicha contabilidad, o en su caso los
libros, en que se intercalaron los datos apócrifos, fueran de los señalados en los artículos
33 a 44 del Código de Comercio; c) que de tratarse de simples libros provisionales o de
los llamados borradores, carecían del carácter o condición de mercantiles, siendo más
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