LA REDACCIÓN Acto de poner en orden las ideas, pensamientos, sensaciones o experiencias de una persona. La palabra redacción proviene del latín redactio. Hace referencia a la acción y al efecto de redactar un tema, significa compilar o poner en orden. Por redacción se entiende a todo aquel elemento escrito que haya sido redactado y realizado por una persona. La redacción puede darse de muchas diferentes maneras y con muchos diferentes estilos dependiendo del tipo de información que se quiera describir, del momento, del espacio, del público y de muchas otras cosas. La redacción podría definirse como una composición literaria en la que se desarrolla, de una manera completa, correcta y elegante, un tema determinado, dentro de ciertos límites de amplitud. El acto de redactar es, en otras palabras, poner por escrito algo que se vivió o algo que se quiere contar. En un sentido más preciso consiste en expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad. Esta aceptación del concepto de redacción suele ser utilizada en los centros educativos, donde la redacción debe constituir un ejercicio o práctica frecuente en los estudiantes. Cuando escribimos un texto, sea del tipo que sea, debemos seguir una serie de pautas y reglas que nos indicarán cómo redactar bien. En este sentido, no va a ser igual el procedimiento de redacción que se sigue para escribir una novela, que, el que se sigue para redactar un noticiero o un programa de espectáculo; explicar la forma como se debe organizar un evento o desarrollar una tarea escolar. Redactor es quien desarrolla un contenido escrito producto de un raciocinio: un estudiante que realiza su tarea, un escritor que escribe una novela, un profesional de la escritura que toma en cuenta todos los requisitos de la escritura y de la composición correcta. En contextos periodísticos, la redacción es una categoría profesional dentro de los medios de comunicación y de difusión. La redacción es la parte esencial de la escritura. Si bien, normalmente el término redacción se relaciona con la literatura artística; todo acto de escritura implica redacción, siempre y cuando se “armen” oraciones o ideas con las palabras o símbolos. De más está decir que cada individuo impone a su redacción un estilo único y propio, específico. Generalmente este tipo de especificidades tienen que ver con las experiencias, las sensaciones, la forma de pensar y la forma de encarar el mundo que cada autor o redactor tiene y que lo hace completamente diferente a los demás. Una de las cosas que debemos tomar en cuenta al momento de saber cómo redactar bien es que el texto debe estar organizado de manera tal que pueda ser entendido por el lector. Para que el texto esté organizado debemos comprender la sintaxis de las oraciones. SINTAXIS: es la parte de la lengua que estudia de qué forma se relacionan las palabras que aparecen en una misma frase o párrafo. A las distintas formas en que se relacionan esas palabras se le llama función sintáctica. Otras definiciones de sintaxis: 1. Parte de la gramática que estudia la forma en que se combinan y relacionan las palabras para formar secuencias mayores, frases y oraciones y la función que desempeñan dentro de estas. 2. Orden y modo de relacionarse las palabras dentro de la oración o las oraciones dentro de un discurso. 3. En informática: forma correcta en que deben estar dispuestos los símbolos que componen una instrucción ejecutable por el ordenador. LA ORACIÓN Y SU IMPORTANCIA EN LA REDACIÓN. “LA ORACIÓN ES A LA REDACCIÓN COMO LOS CIMIENTOS AL EDIFICIO”. Una oración es una palabra o un conjunto de palabras que se caracteriza por poseer sentido completo. Estas palabras pueden mantenerse siempre igual; es decir, no variar ni en género ni en número independientemente de lo que se diga (partes invariables de la oración) o bien pueden variar en género y número (partes variables de la oración). El siguiente esquema muestra las partes variables e invariables de una oración: Partes variables de una oración: 1) El sustantivo o nombre: Corresponde a una palabra que nombra o designa a las personas, animales, cosas o ideas. Ejemplos: Chile, Luis, casa, libro, río, flor, azul, pájaro, amistad, etc. 2) El adjetivo: es una palabra que siempre acompaña al sustantivo. Su función principal es ampliar o precisar el significado del sustantivo, es decir, complementarlo cuando se precise. Ejemplos: grande, nuevo, triste, viejo, feo, bonito, etc. 3) Los artículos: Pueden ser indefinidos o indeterminantes: un, una, unos, unas y definidos o determinantes: el, la, los, las. 4) El pronombre: por su etimología, la palabra pronombre significa "en vez del nombre", "por el nombre" o "en lugar del nombre". Con esta significación da a entender su condición de palabra sustitutiva del sustantivo o nombre. Se clasifican en: Personales Posesivos Demostrativo o mostrativos Numerales Indefinidos Interrogativos Reflexivos Exclamativos Relativos 5) El verbo: Es una palabra que indica acción (correr, saltar, pensar, dibujar...), estado de ánimo (reír, llorar. suspirar, soñar, etc.) y acontecimientos de la naturaleza (llover, temblar, nevar, etc.) Atendiendo a su conjugación pueden clasificarse en: Verbos auxiliares: haber, ser, estar. Verbos regulares son, aquellos que al conjugarse mantienen su raíz. En español hay tres tipos de verbos regulares de acuerdo a su terminación en infinitivo: verbos que terminan en –ar, en -er y en -ir. Ejemplos: Amar Llamar Cenar Hablar Jugar Pelear Manejar Atender Temer Comer Beber Correr Morder Tejer Ceder Morir Partir Dormir Reír Arañar Besar Caminar Ejercitar Disfrutar Ejemplos de conjugación de los verbos regulares conforme a cada tiempo: Infinitivo Amar Temer Partir Participio Amado Temido Partido Gerundio Amando Temiendo Partiendo Verbos irregulares: son aquellos que poseen conjugaciones particulares. En español las irregularidades se presentan diferenciadas en los llamados tiempos verbales primitivos, que son: el presente del modo indicativo ("Yo quepo"). el pretérito perfecto simple del indicativo ("Yo cupe"). el futuro simple del mismo modo ("Yo cabré"). (Recuerde que los verbos conjugados en pasado y en futuro llevan tilde). En español, la irregularidad de un verbo simple cualquiera, generalmente se mantiene en la conjugación de los verbos que de él se deriven, aunque hay excepciones. Ejemplos de verbos que mantienen su forma: Hacer: deshacer, satisfacer, rehacer, etc. Poner: componer, descomponer, reponer, etc. Entre las excepciones, la más común es la que se aprecia en los derivados del verbo "decir" ("maldecir" y "bendecir"), que en el futuro del modo indicativo no se conjugan como "maldiré" y "bendiré" (que es lo que se supondría según la regla) sino "maldeciré" y "bendeciré". Verbos defectivos son aquellos caracterizados por poseer una conjugación incompleta. Es decir, los mismos no pueden ser conjugados en todos los tiempos, modos y personas como pueden serlo los verbos regulares. Aunque algunos verbos defectivos admitan en su estructura el poder ser conjugado en todas las formas, solo se emplea una o algunas de esas conjugaciones. Como por ejemplo el verbo llover, que admite poder ser conjugado como un verbo regular, sin embargo, es un verbo defectivo. Ejemplos de verbos defectivos: acostumbrar, llover, balbucir, concernir, nevar. No se puede afirmar que: yo lluevo o nosotros llovemos. El infinitivo llover generalmente solo utiliza la conjugación llueve. Tipos de verbos defectivos: Tres grupos conforman los verbos defectivos, los cuales se detallan a continuación: a. Verbos referidos a fenómenos de la naturaleza: verbos como llover o nevar se conjugan en la tercera persona y en número singular. Ejemplo: En esta temporada siempre llueve a cántaros. Nieva mucho en mi ciudad. Aquí anochece rápidamente. Algunos de estos verbos pueden ser utilizados de una forma impersonal. Es decir, que no están conjugados. Ejemplo: Le llueven los pedidos por el nuevo calzado. b. Verbos terciopersonales: Los verbos terciopersonales hacen referencia a determinados sucesos o acontecimientos, no a las personas. Ejemplos de verbos terciopersonales: El sábado por la noche ocurrió el fatídico accidente. Aconteció lo esperado por el público. Le atañe aquel asunto. c. Verbos acostumbrar o soler: Estos verbos solo se conjugan en el tiempo presente del modo indicativo, presente del subjuntivo, pretérito imperfecto del indicativo y en el tiempo pretérito compuesto. Ejemplos: Yo acostumbro a pasear por el parque: Presente-indicativo. Acostumbra ir los viernes por la tarde al conservatorio: Presente-subjuntivo. Solíamos ir a los campamentos cuando éramos jóvenes. Pretérito perfectoindicativo. Me he acostumbrado a estar solo: Pretérito compuesto. Lista de verbos defectivos: Para un repaso rápido de cuáles son los verbos defectivos, en la siguiente tabla se ilustra la mayoría de los casos. Verbo defectivo Conjugación llover llueve nevar neva granizar graniza tronar truena diluviar diluvia relampaguear relampaguea amanecer amanece atardecer atardece anochecer anochece acostumbrar acostumbro, acostumbre, acostumbraba soler suelo, suele, solía embaír embaís, embairé, embaía, etc. concernir concierne, concernirá, concierna, concernió, etc. aterir aterís, ateriré, atería, etc. acontecer acontece, acontecerá, acontezca, etc. atañer atañe, atañerá, ataña acaecer acaecer, acaecerá, acaezca PARTES INVARIABLES DE LA ORACIÓN Son aquellas palabras que nunca cambian no importa si hay un elemento o varios o si es femenino o masculino, siempre se mantienen inalterables. Son las preposiciones, los adverbios, las interjecciones, las conjunciones y las contracciones. Preposición: Tradicionalmente, la gramática del español la ha definido como la parte invariable de la oración que une palabras denotando la relación que tienen entre sí. Ejemplos: a, ante, bajo, con, contra, de, desde, en, entre, hasta, hacia, para, por, según, sin, sobre, tras, mediante y durante. Adverbio: En la morfología española suelen ser una palabra invariable. Suelen añadir información circunstancial al verbo, a un adjetivo o un adverbio (por ejemplo: lento, lentamente) y algunos casos incluso a toda la oración. Pueden ser de tiempo, de modo, de lugar, de duda, de afirmación o de negación. Clases de adverbios Tradicionalmente los adverbios se han dividido en las siguientes categorías: Adverbios de ubicación (en tiempo y espacio), de modo y de cantidad. o Adverbios de lugar: aquí, allí, ahí, allá, acá, arriba, abajo, cerca, lejos, delante, detrás, encima, debajo, enfrente, atrás, alrededor. o Adverbios de tiempo: pronto, tarde, temprano, todavía, aún, ya, ayer, hoy, mañana, siempre, nunca, jamás, próximamente, prontamente, anoche, enseguida, ahora, mientras, anteriormente. o Adverbios de modo: bien, mal, regular, despacio, deprisa, así, tal, como, aprisa, adrede, peor, mejor, fielmente, estupendamente, fácilmente, negativamente, responsablemente —todas las que se formen con las terminaciones «mente»—. o Adverbios de cantidad o grado: muy, poco, mucho, bastante, más, menos, algo, demasiado, casi, sólo, solamente, tan, tanto, todo, nada, aproximadamente.1 Adverbios que cumplen la función de epistémicos (que afirman o niegan, indican duda, exclamación o interrogación): o o o o o Adverbios de afirmación: sí, también, cierto, ciertamente, efectivamente, claro, exacto, obvio, verdaderamente, seguramente, asimismo, etc. Adverbios de negación: no, jamás, nunca, tampoco. Adverbios de duda o dubitativos: quizá(s), acaso, probablemente, posiblemente, seguramente, tal vez, puede, puede ser, a lo mejor. Adverbios interrogativos/exclamativos y relativos, las formas usadas ortográficamente en oraciones interrogativas y exclamativas son cuándo, cómo, cuánto y dónde (las formas relativas son idénticas aunque se escriben sin acento). Otros adverbios: sólo/solamente, aun, inclusive, además, únicamente, incluso; mismamente, propiamente, precisamente, concretamente; viceversa, contrariamente, siquiera, consecuentemente. Interjección: La interjección es un tipo de enunciado en una lengua natural (son expresiones propias de cada idioma) que expresa alguna impresión súbita, exclamativa o un sentimiento profundo, como asombro, rabia, sorpresa, dolor, molestia, amor, etc. Sirven también para apelar al interlocutor, o como fórmula de saludo, despedida, conformidad, etc. Ej: ¡bah!, ¡oh!, ¡recáspita!, ¡chanfles!, ¡diablos!, etc. (hay otras expresiones muy propias de nuestro idioma que también son interjecciones, tales como los garabatos, que sirven para expresar palabras o comentarios inadecuados). Por ejemplo: ¡Alto! no siga. Se usa como llamada enérgica imperativa. ¡Ay! Me chuce. Se emplea para expresar un sentimiento vivo. ¡Eh! ¿Ud. que se cree? Se usa para preguntar, llamar, despreciar, reprender o advertir. ¡Hola! ¿Como están?: se usa como salutación familiar. ¡Bah! No te creo. Denota desconfianza, inquietud. ¡Chanfle! Que sorpresa. Expresa asombro. Conjunción: son palabras que enlazan palabras u oraciones completas, por lo tanto, sirven de nexo o elemento de unión. Se clasifican en: copulativas: Enlazan uniendo conceptos. Son: y, e, ni, que disyuntivas: Enlazan excluyendo. Son: o, ya, bien, sea adversativas: Enlazan expresando oposición. Son: pero, mas, sino causales: Enlazan indicando motivo. Son: porque, pues, ya que, puesto que, que consecutivas: Enlazan relacionando las consecuencias. Son: luego, pues, así que. continuativas: Enlazan indicando una relación lógica. Son: pues, así pues. condicionales: Enlazan indicando que una se cumple si se cumple la otra. Son: si, con tal que, siempre que finales: Enlazan indicando fin. Son: para, para que, a fin de que concesivas: Enlazan expresando objeción a lo afirmado en la primera afirmación. Son: aunque, por más que, bien que, que Contracción: La contracción o crasis es un recurso morfonológico que consiste en fusionar dos o más palabras para formar una sola. Se forman con una preposición más un artículo: del = de + el al = a + el Otra de las formas posibles y aceptadas de realizar una contracción en el español es uniendo dos palabras a través de vocales, es decir, cuando la primera palabra termina en vocal y la segunda palabra empieza con una vocal, ejemplos es este tipo son "desto" y "desta" ("de esto" ó "de esta"), o también "esotro" y "esotra" (en lugar de decir "ese otro" y "esa otra", respectivamente). Sin embargo estás formas no son de uso común. ORDENAMIENTO DE LOS TÉRMINOS DE LA ORACIÓN. El idioma español admite un amplio grado de libertad en cuando a la ubicación en el orden de los términos estructurales de la oración. No obstante lo cual, para lograr una mejor comprensibilidad de las expresiones, es conveniente estructurar las oraciones siguiendo el orden lógico de precedencia marcado, no solamente por la normalidad de la estructura gramatical, sino asimismo por el proceso de elaboración de la idea a expresar: 1º: el sujeto 2º: el verbo 3º: el complemento directo 4º: complemento indirecto 5º: complemento circunstancial. ESTRUCTURA DE LAS ORACIONES. En el conjunto de la oración se distinguen diversas partes, que se denominan términos. Primariamente, toda oración se compone de dos términos: EL SUJETO: que es el agente que cumple o realiza la acción expresada en el verbo esencial de la oración: El automóvil estaba pintado de azul. Bolívar y Santander fueron dos grandes caudillos. Las nubes aparecen en el cielo como copos de algodón. A veces el sujeto no aparece Fuimos a cenar. (Nosotros). en forma explícita en la oración: Ladró toda la noche. (El perro). Si bien el sujeto es un elemento esencial y siempre presente en el sentido de la oración, esto ocurre, y es posible, debido a que en el idioma español el sujeto queda identificado por otros elementos emergentes de la forma asumida por el verbo; lo cual no sucede en otros idiomas, en los cuales expresar el sujeto es ineludible. Pero esa posibilidad de identificar el sujeto mediante la inflexión del verbo conjugado no ocurre siempre; por lo cual la omisión del sujeto, en tales casos, produce ambigüedad en la oración. EL PREDICADO: que es todo el resto de la oración, en el cual se predica lo que la oración expresa respecto del sujeto: El automóvil estaba pintado de azul. Bolívar y Santander fueron dos grandes caudillos. Las nubes aparecen en el cielo como copos de algodón. El predicado se compone a su vez de varios términos que se distinguen claramente: El núcleo del predicado lo constituye el verbo esencial de la oración, el que es realizado por el sujeto. El complemento del predicado está formado por las demás palabras que se agregan al verbo, y que permiten completar la idea que emana de ese verbo conjugado. TÉCNICAS DE REDACCIÓN Las técnicas de redacción son fundamentales para la expresión escrita. Con la redacción se comunican y transmiten mensajes (ideas, sentimientos) y se expresan fenómenos de manera ordenada mediante signos comunes entre emisor y receptor. La expresión escrita se manifiesta mediante signos llamados grafías para conseguir una reacción o efecto determinado. Cuando escribimos un texto, sea del tipo que sea, debemos seguir una serie de pautas y reglas que nos indicarán cómo redactar bien. Una de las cosas que debemos tomar en cuenta al momento de saber cómo redactar bien es que el texto debe estar organizado y presentado, de manera tal, que pueda ser entendido por el lector. CAUSAS DE MALA REDACCION: Algunas causas que colaboran a una mala redacción, y que deben evitarse, son las siguientes: Comprender mal el tema. Enfocarlo desde un ángulo indebido. Tratarlo en forma parcial. Dar mayor importancia a los aspectos secundarios que a lo principal. No profundizar y sustentar las ideas. Desarrollar un tema de manera muy superficial (decir banalidades). Desconocer o no utilizar terminología adecuada. Desconocer o utilizar en forma incorrecta los signos de puntuación. Es muy importante que se tome en cuenta lo siguiente: Al inicio, antes de escribir, debe pensar qué se va a escribir. Documéntese sobre el tema. Es necesario saber qué mensaje se desea comunicar. Se debe trazar un plan o guión (realice primero un borrador). Debe preguntarse sobre a quién va destinado lo escrito. Escriba con sencillez, claridad y naturalidad Utilice el tono y el lenguaje preciso y apropiado en la escritura. Use correctamente los signos de puntuación. Profundice su lectura y conocimiento del idioma. Defina la forma y el fondo. La forma: es el “cómo decirlo”, es el modo particular que se posee de expresar una idea, lo que llamamos técnicamente redactar. El fondo: Toda redacción debe versar, claramente, sobre algún tema propuesto de antemano. Entonces, las ideas que sugieren dicho asunto y que han de servir para su desarrollo, constituyen el fondo de la redacción. En otros términos, el fondo equivale a “qué decir”. Otros aspectos de importancia en la redacción son: Claridad: Corresponde al código utilizado. Hay que escribir con un máximo de sencillez para que el código no dificulte la comprensión, sino que permita el paso del mensaje. Brevedad: Corresponde al mensaje que se expresa. Es importante intentar dar la máxima información en un mínimo de palabras. Precisión: Corresponde al contexto. El texto debe focalizarse en lo que interesa transmitir, de una manera concreta, sin rodeos ni añadidos. Corrección: Corresponde al canal. Se debe escribir correctamente, cumpliendo las normas gramaticales y estructurales y presentar el texto formalmente digno. Totalidad: Corresponde al receptor. No se debe dar la impresión de que transmite un mensaje incompleto. Originalidad: Corresponde al emisor. Se debe tratar de no copiar las formas, expresar con estilo propio, pero correcto, las ideas que se quieren trasmitir. Toda composición escrita debe tener en cuenta los elementos propios de las técnicas de redacción: Estilo: El estilo de un escritor no se refiere exclusivamente su sensibilidad literaria, su capacidad creativa para escribir novelas o hacer poesías. Todos nosotros, en cualquier redacción que realicemos, tenemos un estilo propio. Estilo se podría definir como un equilibrio entre el orden y el movimiento. Por una parte el estilo depende de la organización y jerarquía de las ideas en el texto, de la coherencia que se desprende del mismo; pero también de la capacidad de interesar, agradar y dar vida a las ideas, dar un ritmo adecuado al tipo de mensaje. Ritmo: El ritmo del texto le confiere movimiento, vida, ser motivador y sugerente. Varía según el tipo de escrito, pero en suele ser muy homogéneo en un mismo texto. De este modo el lector crea sus propias expectativas sobre lo que va a leer a continuación y las confirma o rechaza a medida que avanza en la lectura. Los cambios bruscos, si no son intencionados, dificultan la creación de expectativas y reducen el interés por la lectura. Coherencia: Podemos saber si un texto es coherente por las palabras que utiliza y por la relación que tienen entre ellas, el orden en que aparecen y la jerarquía que les confiere este orden. Entonces, el texto es coherente porque los párrafos recogen y desarrollan la idea principal y las secundarias, inducen al lector de una forma clara, concreta, organizada. Algunos autores, sin embargo, utilizan en sus textos un estilo no secuencial, “poco coherente”, con cambios bruscos que pueden desorientar al lector, pero que también pueden generar mayor interés por la lectura. Asertividad: Suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Cabe mencionar que la asertividad es una conducta de las personas, un comportamiento. Es, también, una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia. Sencillez: Esta cualidad de la redacción estriba en redactar las ideas, los conceptos, hechos y aportaciones con naturalidad; es decir, con sencillez en el uso del lenguaje, utilizando frases y palabras simples, sin rebuscamientos ni tecnicismos inútiles, ni con frases o palabras presuntuosamente elevadas que suponen mayor cultura […]. Se puede entender como el uso de un lenguaje coloquial en la escritura, como si el autor lo estuviera dictando una conferencia, con un lenguaje simple, sin adornos ni rebuscamientos inútiles y estériles que sólo entorpecen el entendimiento del texto. La mejor forma de redactar, bajo esta cualidad, es hacerlo como si el escrito se expresara como una charla, una conversación. Propiedad: La característica de propiedad en la redacción es la utilización correcta de las palabras, construyendo las frases conforme a las reglas gramaticales; usando solo los vocablos adecuados, de acuerdo al significado, la escritura y la pronunciación que se les quiere dar a las palabras. Concordancia: Es un medio gramatical de relación interna entre las palabras. En español existen dos clases de concordancia: Concordancia nominal: Es la coincidencia de género y número: entre el sustantivo y el artículo o los adjetivos que lo acompañan: la blanca paloma; esos libros viejos. entre el pronombre y su antecedente o su consecuente: A tus hijas las vi ayer; Les di tu teléfono a los chicos. entre el sujeto y el atributo, el complemento predicativo: Mi hijo es un santo; Ella se encontraba cansada; Esas casas fueron construidas a principios de siglo Concordancia verbal: es la coincidencia de número gramatical y generalmente de persona gramatical que se da entre el verbo y su sujeto de la misma: Ellos cantan muy bien. En español dicha concordancia es obligatoria, salvo en el caso de oraciones impersonales y en el caso del llamado sujeto inclusivo: Los colombianos somos así, Los mexicanos somos guadalupanos. Concordancia de polaridad: La concordancia de polaridad, llamada a veces "doble negación" y "negación permeable", es un requerimiento de muchas lenguas cuando dentro de una misma oración aparezcan dos formas negativas. En español, por ejemplo, tenemos: No pude hablar con nadie No pude hablar con alguien Nunca nadie me dijo nada de todo eso. No lo había visto nunca. Nunca lo había visto. No, nunca lo había visto EL PÁRRAFO Se puede definir de diferentes maneras: Es un grupo de palabras en un texto escrito que expresa una idea o un argumento, o reproduce las palabras de una historia o la vida actual. Está integrado por un conjunto de oraciones que tienen cierta unidad temática o que, sin tenerla, se enuncian juntas. Es un componente del texto que en su aspecto externo inicia con una mayúscula y termina en un punto y aparte. Comprende varias oraciones relacionadas sobre el mismo subtema; una de ellas expresa la idea principal. Es el conjunto de oraciones constituidas de un texto separadas por un punto y aparte y punto y seguido. Es la parte de un escrito que se considera con unidad suficiente para poder separarlo mediante una pausa que se indica con el punto aparte. Es una unidad del texto escrito en la cual se desarrolla determinada idea que presenta una información de manera organizada y coherente. Cuando tenemos ideas que expresar, pero no sabemos cuando parar o de qué forma seguir, hay algunos elementos que ayudan, son los elementos de enlace, partículas o expresiones que logran la continuidad en la secuencia de ideas dentro de los párrafos, o para relacionar unos con otros. Estos son los que indican: • Sucesión de la misma idea: al principio, en segundo lugar, a continuación, por último. • Limitación: pero, no obstante, con todo, sin embargo. • Exclusión: por el contrario, antes bien. • Concesión (derecho a): aunque, si bien, es cierto que. • Distribución: bien (unos)... bien (otros). • Consecuencia: por lo tanto, pues, luego, por consiguiente. • Continuidad: pues bien, ahora bien, además, por otra parte, como decíamos. Existen normas sobre como escribir un buen párrafo: 1. Escoja un tema sobre el cual escribir. 2. Escriba una buena oración principal (idea principal). 3. Para sustentarla, busque los detalles apropiados (ideas secundarias). 4. Deseche los detalles irrelevantes. 5. Construya y enlace las oraciones coherentemente. 6. Concluya con una oración apropiada 7. Revise y corrija lo escrito. Para esto pregúntese: ¿desarrolló ideas centrales? ¿hay oración principal? ¿las ideas secundarias se relacionan y desarrollan la idea principal? ¿concuerdan las partes de las oraciones? ¿las oraciones están adecuadamente separadas por signos de puntuación? ¿las palabras son apropiadas? ¿se refleja en el párrafo las ideas que tenía que expresar? ¿se tiene correcta la ortografía? REQUISITOS BÁSICOS PARA LA BUENA PRESENTACIÓN DE UN ESCRITO El lenguaje debe ser claro y sencillo: no use palabras “rebuscadas”; si lo hace aclare su significado. Los párrafos deben ser cortos con frases breves y concretas. Los párrafos largos “cansan” y hacen difícil la comprensión del tema. Evite el uso excesivo del “Yo” autoral o expresiones personales en singular o plural que denotan petulancia o inmodestia. Para eliminar la repetición de palabras o para identificar el concepto adecuado debe disponerse de: diccionario general, un diccionario de sinónimos y otro específico de la materia o disciplina del trabajo, por ejemplo, salud, administración, economía, etc. No debe utilizarse abreviaturas en el texto; si son necesarias o son varias, se debe destinar una página antes de la introducción, para enunciarlas. Para el uso de los números: hasta 3 cifras y las fechas se colocan en número. No es recomendable iniciar un párrafo con un número, salvo excepciones que impliquen el manejo de fórmulas o estadísticas como matemática, física, etc. Es preferible subrayar toda palabra que sea de un idioma extranjero: las locuciones griegas o latinas, verbigracia: quo vadis? (¿dónde vas?), ad hoc (para esto), etc. Utilice en forma prudente y oportuna las locuciones latinas u otras, verbigracia: in situ, a priori, a posteriori, ceteris paribus, etc. Las notas y/o citas juegan un papel destacado en los escritos científicos, por varias razones: para remitir al lector a que lea otro material, para confirmar lo que se sostiene en el texto o para contra argumentarlo. Los pies de página deben hacerse en orden correlativo, y tal numeración debe cerrarse en cada capítulo. Por ejemplo, si el capitulo 1 tiene pies de pagina del 1/ al 20/; el capítulo 2 debe comenzar con la llamada 1/ y no con la 21/. Con respecto a la paginación, las páginas que componen las secciones preliminares (antes del primer capítulo) se numeran con números romanos pequeños. El texto del trabajo que se inicia con el primer capítulo o con la introducción según el caso; lleva numeración arábiga correlativa o secuencial. Esta numeración se extiende en caso que haya secciones de referencia, glosario, apéndice, bibliografía, índice. Para la revisión de la primera versión: antes de hacer una revisión total, es conveniente “dejar reposar” el documento por no menos de 24 horas con el fin de hacerla más precisa y luego tomar la versión definitiva. Revise la versión manual, mecanográfica (o digital), el tipo de letra, la forma de títulos y subtítulos, la paginación, etc. Si el texto corresponde a una tesis, informe final, proyecto o anteproyecto, deberá ser escrito a máquina o computadora, a doble espacio. Para los márgenes o sangrías se sugieren las siguientes: Margen izquierdo: 3.5 cm. Margen derecho: 2.5 cm. Margen superior: 3.5 cm. Elaborado por: Yolanda Inés Villegas Jiménez Enfermera docente. ECOSESA Tomado y adaptado de: http://www.memo.com.co/fenonino/aprenda/… http://www.google.com/search?q=cache:GvO Artículo sustraído de http://www.ejemplode.com/12-clases_de_espanol/439Ejemplo_de_verbos_regulares.html Ejemplo de Verbos Regulares Artículo sustraído de http://www.ejemplode.com/12-clases_de_espanol/439Ejemplo_de_verbos_regulares.html Ejemplo de Verbos Regulares Fabra I Sales, María Luisa. Asertividad. Octaedro. 2009. www.profesorenlinea.cl - Registro Nº 188.540