la educación en los valores

Anuncio
SEGUNDA PARTE:
LA EDUCACIÓN EN LOS
VALORES
‘La juventud como adolescencia prolongada es un
fenómeno vinculado a la crisis de valores en la sociedad actual.
El permisivismo, el consumismo, el erotismo y la subcultura
constituyen un serio obstáculo para la maduración personal de
muchos jóvenes’ (Gerardo Castillo, Posibilidades y problemas
de la edad juvenil, Pamplona, EUNSA, 1991, p.12 y 13)
116
Genara Castillo Córdova
117
Ética y educación en valores
I
SOBRE LOS VALORES.
1. ¿Qué es un valor?
Es una propiedad del bien. Tiene dos aspectos: uno
objetivo y el otro subjetivo. El aspecto objetivo se refiere a que
todo valor es verdadera y realmente un bien. El que sea un
bien y sea valioso es propio del ser mismo de la cosa u objeto.
El aspecto subjetivo se refiere a que todo valor supone una
valoración, que se da cuando el bien es apreciado, reconocido
como tal por las personas.
Es posible que a veces se caiga en alguno de esos
extremos, cuando se trata de teorizar sobre los valores. Hay
quienes sostienen que el valor es meramente subjetivo y hay
quienes consideran que los valores son exclusivamente
objetivos, independientemente de que alguien los reconozca.
Una vez más la solución estará en una postura que supere
ambos extremos complicándolos. Los valores se fundamentan
tanto en la cosa en sí misma, en el ser mismo en cuanto bien,
como en el sujeto que capte y reconozca aquel bien. Este bien
se puede reconocer mejor o peor, pero lo que siempre sucede es
que el valorar supone salir de la indiferencia.
118
Genara Castillo Córdova
El reconocimiento es un acto de la voluntad, pero
involucra la inteligencia y la afectividad también. Para prestar la
adhesión a un bien, para valorar, se precisa del conocimiento de
aquel, sólo entonces se puede reconocerlo, darle nuestro
asentimiento.
Cuando se habla de crisis de valores éticos de la
juventud se tendría que recordar esto. Lo que sucede muchas
veces es que los jóvenes tienen una profunda ignorancia respecto
a cada uno de los valores, y esto se agrava cuando no ven
vividos esos valores en sus padres y maestros, con lo cual no
pueden contemplarlos.
Los jóvenes, y los que no lo son, guardamos
profundamente las diversas situaciones en las cuales alguien
nos ha hecho conocer un valor por medio de su vida, y también
aquellas ocasiones en las que hemos podido contemplar un
contra-valor. Como conviene recordar lo bueno, a uno se le
queda muy grabado aquel acto y aquella persona que le mostró
tal valor, y son de las cosas que no se olvidan nunca.
Desde luego que cabe una postura a favor o en contra
de los valores, pero lo que no cabe nunca es una postura
escéptica, que pretende sostener que no existen los valores.
2. Características de los valores
* Los valores tienen un fundamento objetivo: la verdad.
Hay quienes consideran que sólo hay valoraciones
subjetivas, pero esta postura niega la verdad, fundamento
del valor. Si se cae en ese relativismo axiológico, es porque
antes se ha aceptado el relativismo en el conocimiento
Ética y educación en valores
119
(relativismo gnoseológico) Dicho relativismo se expresa en
los siguientes versos:
En este mundo traidor
nada es verdad, ni mentira,
todo es del color
Del cristal con que se mira.
*Los valores se basan en “esencias absolutas e inmutables”.
Los valores son permanentes, no cambian con el tiempo. Por
ejemplo, la traición de un amigo no altera el valor de la amistad.
*Los valores tienen una jerarquía.
La razón es que no todos los bienes son iguales, unos
son mejores que otros. Es muy importante tenerlo en cuenta
para la vida práctica, ya que normalmente la dificultad no está
en decidirnos hacer el bien o el mal directamente, sino en
hacer una cosa mejor que otra.
3. Clases de valores
Existen muchos valores. Haremos una breve reseña de
ellos:
a. Valores absolutos. Por ejemplo, Dios es valor absoluto.
b. Valores relativos. Los que se relacionan con algún aspecto del
bien. La mayoría son bienes relativos:
120
Genara Castillo Córdova
por ejemplo, valores artísticos (referidos al arte), valores
intelectuales (ciencia, saber), etc.
Los valores pueden ser:
a. Valores espirituales
-Valores intelectuales
-Valores morales
-Valores artísticos
b. Valores materiales
-Valores económicos
-Valores técnicos
-Valores útiles
En este breve texto nos dedicaremos a tratar algunos
de los valores morales llamados también virtudes morales,
porque hacen referencia a la voluntad iluminada por la verdad
de la razón práctica.
También se pueden distinguir entre: valores intelectuales y
morales:
a. Valores intelectuales: son aquellos que se refieren a la
llamada inteligencia teórica, la que sólo se refiere a la
adquisición de la verdad por ella misma, el conocimiento
por él mismo.
b. Valores morales: se fundamentan en la verdad y el bien, y
abarcan fundamentalmente todas las virtudes morales. Son
indispensables en la formación humana ya que se precisan
Ética y educación en valores
121
de ellos para saber enfrentarse a la vida, para poder actuar
con madurez y para perseguir unos ideales verdaderos.
Las virtudes morales son hábitos operativos buenos
que se adquieren por la repetición de actos y conceden al
hombre la facilidad para obrar en ese determinado sentido.
Por ejemplo, en el caso de la sinceridad, supone decir siempre la
verdad, o en el caso de la generosidad supone pensar siempre en
los demás.
Para tener la virtud, por ejemplo la de la laboriosidad,
hace falta repetir muchos actos hasta que la virtud arraigue, es
decir, hasta que se convierta en un hábito. Poco a poco y en la
medida en que se va practicando se van ganando más
espacios de libertad y el educando podrá ir descubriendo más
profundamente la virtud que práctica y se adherirá cada vez
con más firmeza a ella: la considerará valiosa.
En la primera parte hemos definido un centenar de
valores, pero se podría decir que existen muchos más,
haciendo un elenco general se podrían identificar más de
cien valores:
1-Abstinencia
2-Alegría
3-Adaptabilidad
4-Altruismo
5-Amabilidad
6-Amistad
7-Armonía
8-Autenticidad
9-Autocontrol
10-Austeridad
122
11-Autoestima
12-Austeridad
13-Autorrealización
14-Bondad
15-Caballerosidad
16-Calma
17-Caridad
18. Compasión
19-Complacencia
20. Comprensión
21-Comunicación
22-Conformidad
23-Confortación
24-Coherencia
25-Congruencia
26-Confianza
27-Conocimiento
28-Cordialidad
29-Creatividad
30-Criterio
31-Decidirse
32-Docencia
33-Diálogo
34-Delicadeza
35-Dignidad
36-Diligencia
Genara Castillo Córdova
Ética y educación en valores
37-Diversión
38-Disciplina
39-Disponibilidad
40-Dolor
41-Educación
42-Eficacia
43-Elegancia
44-Entusiasmo
45-Equilibrio
46-Esfuerzo
47-Esperanza
48-Espiritualidad
49-Estabilidad (emocional)
50-Éxito
51-Familia
52-Fe
53-Felicidad
54-Firmeza
55-Fortaleza
56-Generosidad
57-Gozo
58-Gratitud
59-Heroicidad
60-Higiene
61-Hospitalidad
62-Honradez
123
124
63-Humanidad
64-Humor
65-Ideal
66-Identidad
67-Ilusión
68-Imaginación
69-Independencia
70-Individualidad
71-Juventud
72-justicia
73-Laboriosidad
74-Libertad
75-Madurez
76-Magnanimidad
77-Mansedumbre
78-Mayores
79-Misericordia
80-Modelos
81-Modestia
82-Moral
83-Maestro
84-Naturalidad
85-Obediencia
86-Optimismo
87-Orden
88-Paciencia
Genara Castillo Córdova
Ética y educación en valores
89-Piedad
90-Placer
91-Poder
92-Proyecto
93-Profesión
94-Penitencia
95-Racionabilidad
96-Respeto
97-Reverencia
98-Responsabilidad
99-Riqueza
100-Sabiduría
101-Salud
102-Seguridad
103-Sencillez
104-Sentimiento
105-Serenidad
106-Sexualidad
107-Silencio
108-Sinceridad
109-Solidaridad
110-templanza
111-Ternura
112-Tesón
113-Tiempo
114-Tolerancia
125
126
Genara Castillo Córdova
115-Trabajo
116-Trascendencia
117-Urbanidad
118-Valentía
119-Vivir
120-Voluntad
4. La jerarquía de los valores
Según Max Scheler, los valores mantienen una relación
jerárquica “a priori” que está en la esencia misma de los valores.
Este autor señala como criterios para determinar la jerarquía
axiológica:
a. Extensión: los valores inferiores son esencialmente fugaces,
mientras que los superiores son eternos
b. Divisibilidad: un valor tiene mayor rango cuanto menos
divisible es.
c. Fundamentación: cuando un valor fundamenta a otro es
más alto que éste: aunque la caridad excede a la justicia
no cabe verdadero amor sin justicia.
d. Profundidad en la adhesión: esta adhesión es tanto más
auténtica cuanto depende de la voluntad y no de los
sentimientos. Realizar algunos valores altos supone sacrificio,
renuncia, esfuerzo, o dejar aparte todo sentimentalismo.
Ortega y Gasset, inspirándose en Scheler, propone una
escala de valores según jerarquía y polaridad, es decir, por su
poder de sacarnos de la indiferencia:
Ética y educación en valores
127
Útiles: caro-barato, ordinario-extraordinario
Vitales: noble-vulgar; sano-enfermo; fuerte-débil; vida-muerte.
Intelectuales: conocimiento-error; evidente-probable.
Morales: bueno-malo; justo-injusto
Estéticos: bello-feo; sublime-ridículo.
Religiosos: sagrado-profano; divino-demoníaco
Como es sabido Philipp Lersch presenta una clasificación
de los valores en la que los concibe como resultado de las
“vivencias pulsionales” o “tendencias” que nacen de cada una de
las “capas” de la personalidad: las que denomina fondo vital,
fondo endotímico y supraestructura personal. Las tendencias van
siempre dirigidas a un valor.
Las pulsiones vitales, se dirigen hacia valores como la
actividad, el goce, el descanso, el bienestar, el alimento, la
salud, etc. Las que provienen del fondo endotímico, o
tendencias del yo individual, son las que refuerzan el hecho de
la individualidad, afirmando el yo frente al mundo exterior, y
llevan a apreciar la conservación individual, el deseo de poder,
la autoestima, la lucha, la defensa, el dominio de los demás, la
venganza; Valoraciones siempre centradas en el yo y por tanto
egocéntricas. A estos valores los llama Lersch valores de
significado.
Por último, las tendencias transitivas son las propias
del desarrollo, no ya del yo individual sino de la persona en
cuanto tal. El yo queda superado por el estado de persona:
apuntan más allá del individuo. Son las tendencias dirigidas
hacia el prójimo (convivencia, asociación, benevolencia,
128
Genara Castillo Córdova
ayuda), así como las tendencias creadoras, el deseo de
saber, la tendencia amatoria, la tendencia normativa y las
tendencias trascendentes (el impulso artístico, la aspiración
metafísica, la búsqueda religiosa). Son los valores
denominados valores de sentido.
5. Clasificación de los valores
Poco a poco, se ha ido perfilando una clasificación de
valores en la que muchos están de acuerdo:
a. Valores religiosos
Fin objetivo: Dios
Fin subjetivo: Santidad
Actividades:
culto interno y
sobrenaturales.
externo,
virtudes
Facultades preponderantes: todas dirigidas por la Fe.
b. Valores morales
Fin objetivo: Bondad
Fin subjetivo: Felicidad
Actividades: virtudes humanas
Facultades preponderantes: inteligencia práctica y
voluntad
Ética y educación en valores
129
c. Valores estéticos
Fin objetivo: Belleza
Fin subjetivo: el gozo de la armonía
Actividades: contemplación, creación, interpretación.
Facultades preponderantes: la sensibilidad.
d. Valores intelectuales
Fin objetivo: verdad
Fin subjetivo: sabiduría
Actividades: abstracción, juicio y razonamientos
deductivos e inductivos.
Facultad preponderante: la inteligencia.
e. Valores afectivos
Fin objetivo: amor
Fin subjetivo: agrado, afecto, placer
Actividades: manifestaciones de cariño, ternura
sentimientos y emociones
Facultades preponderantes: tendencias sensibles,
afectividad
f. Valores sociales
Fin objetivo: Bien Común
Fin subjetivo: socialización
Actividades: relaciones intersubjetivas.
Política.
Liderazgo.
130
Genara Castillo Córdova
Facultades preponderantes: sentido común, imaginación,
capacidad de adaptación
y de inventiva.
g. Valores económicos
Fin objetivo: Bienes naturales riqueza
Fin subjetivo: confort
Actividades: administración
Facultades preponderantes: inteligencia práctica,
sentido común.
h. Valores físicos
Fin objetivo: Salud
Fin subjetivo: bienestar físico
Actividades: higiene
Facultades preponderantes
En el gráfico adjunto se puede apreciar la jerarquía
entre algunos de los principales valores:
131
Ética y educación en valores
Valores espirituales
Valores vitales
Valores económicos
Valores utilitarios
Existe también una clasificación axiológica según el
Profesor Gervilla Castillo, que distingue entre valores del
ser y valores del modo de ser:
Creemos oportuno hacer una recopilación de los
principales valores morales, siguiendo al profesor David Isaacs
en su libro Educación de las virtudes humanas.
1. Amor: es la donación personal, de lo que se es y
se posee a otro u otras personas.
2. Amistad: virtud por la que se desea y se
procura el bien para otra u otras personas,
132
Genara Castillo Córdova
interesándose por su persona y su mejora,
frecuentándole a causa de intereses comunes o
por mutua simpatía.
3. Alegría: virtud por la cual se complace en amar y
ser amado, en favorecer y ser favorecido, al
tiempo que se procura transmitirla.
4. Generosidad: Virtud por la que se actúa en favor
de otras personas desinteresadamente y con
alegría, teniendo en cuenta la necesidad real y
a pesar de que eso suponga esfuerzo.
5. Sabiduría: Virtud intelectual por la cual se
conoce las causas más profundas de la
realidad, el origen y destino del mundo y de las
personas.
6. Justicia: Virtud por la cual se posee la constante
inclinación de dar a cada quién lo que le
corresponde, sea éste una persona natural o
jurídica, la familia o Dios.
7. Prudencia: virtud por la cual se posee sabiduría
práctica, de tal manera que se disponen con
justa y recta razón todos los medios que sean
adecuados para conseguir un fin bueno.
Ética y educación en valores
133
8. Ciencia: virtud por la cual se conocen las
diferentes causas de los hechos o cosas,
referidos al universo natural o a las personas.
9. Sinceridad: Virtud por la que se manifiesta si
conveniente, a la persona idónea y en
momento oportuno, lo que se ha visto, se
oído o se ha hecho, lo que se siente o
piensa, con claridad.
es
el
ha
se
10. Laboriosidad: Virtud por la cual se cumplen
diligentemente las actividades necesarias para
alcanzar progresivamente la propia madurez,
así como la de los demás por medio del trabajo y
el cumplimiento de los demás deberes.
11. Lealtad: Virtud por la que se acepta y se
reconoce el o los vínculos contraídos
libremente, respecto a otra persona, amigos,
jefes, familiares, la patria, etc.
12. Piedad: Virtud por la cual se honra a los padres,
los maestros, la patria y Dios, reconociendo que
son nuestros orígenes.
13. Gratitud: Virtud por la que se reconoce los
bienes recibidos y se procura corresponder a
los benefactores.
14. Comprensión: Virtud por la cual se reconoce
las distintas causas, motivos, circunstancias
134
Genara Castillo Córdova
y factores que influyen en el comportamiento
de las personas.
15. Flexibilidad: Virtud por la cual se adapta el
propio comportamiento a las otras personas o
circunstancias, con agilidad, sin abandonar por
ello los criterios propios.
16. Fortaleza: Virtud por la cual en situaciones
ambientales, perjudiciales o difíciles, resiste a las
influencias nocivas, soporta las molestias y se
entrega con valentía a la consecución del bien.
17. Magnanimidad: virtud por la cual se comenten
grandes empresas, sin detenerse por el costo
de su realización o por el esfuerzo que
suponen.
18. Magnificencia: Virtud por la que no se mide la
inversión de grandes recursos materiales y
humanos con el fin de obtener los fines
grandiosos.
19. Paciencia: Virtud por la cual se resiste en la
procura de un bien a pesar de los sufrimientos,
penas y dificultades que ello conlleve.
20. Perseverancia: Virtud por la cual se resiste en
el bien o en la lucha contra un mal a pesar del
tiempo que ello suponga.
Ética y educación en valores
135
21. Esperanza: Virtud por la cual se confía alcanzar
lo que se espera, en vista de sus posibilidades
reales.
22. Audacia: Virtud por la cual se emprende y se
realizan distintas acciones que parecen difíciles
o novedosas, convencido de que hay
posibilidades reales para alcanzar un bien.
23: Templanza: Virtud por la cual se controla
tendencia al placer, tratando de mantener un
justo medio, evitando los extremos de defecto y
de exceso.
24: Sobriedad: Moderación en el comer y en el
beber.
25. Pudor: Moderación en el vestir, en el hablar, y
en el habitar, guardando la propia intimidad
respecto de los extraños.
26. Castidad: Virtud por la cual se usa el sexo y lo
que a él se refiere, del modo más adecuado, en
vistas al perfeccionamiento propio y ajeno.
27. Humildad: Virtud por la cual se vive en la
verdad de uno mismo. Moderación del amor
propio y de la recta estima.
136
Genara Castillo Córdova
28. Respeto: Virtud por la que se reconoce que la
otra persona es un bien independiente, es un
bien en sí mismo.
29. Solidaridad: Virtud por la cual se comunican a
quien lo necesite, los bienes materiales o
espirituales que uno posee.
30. Libertad: Capacidad de no estar limitado interna
o externamente.
31: Paz: Es la tranquilidad en el orden.
32: Unidad: Virtud por la cual se trata de buscar lo
que une con los demás y no lo que separa.
33. Cooperación: Virtud
por
la
cual
se
intercambian los bienes propios y se reciben
los ajenos atendiendo a necesidades reales.
137
Ética y educación en valores
II
LA EDUCACIÓN EN LOS VALORES
1. Criterios básicos de la educación en valores
Con respecto a esto tenemos que decir principalmente
lo siguiente: Los valores son centrales de la educación y
constituirán el reto del futuro, pues, actualmente, se da
preponderancia a lo técnico. La técnica será el gran recurso de
los maestros, pero no puede «transmitir valores».
Además, en la educación según los valores está
comprometido el propio desarrollo moral. Es posible que un
profesor tenga que ir contra-corriente, incluso de que tenga que
remar solo, pero por muy abundantes que sean las razones para
desistir nunca está justificada su dejadez, el dejar de luchar por
educar y transmitir valores; en el momento en que claudique el
primero en sufrir las consecuencias es él mismo.
Todo ser humano es mejorable, la tarea educativa es
optimable, por eso es la más humanista; si se abandonara el
proceso de mejora, de perfeccionamiento en ese mismo instante
nos envilecemos. Es decir, la tarea de la educación de los
valores no es sólo para que se ayude a los educandos a que
asimilen esos valores y el profesor se dedique a “enseñarlos”.
138
Genara Castillo Córdova
Aquí se precisa que el profesor “se moje”, que dé ejemplo de
adhesión a esos valores.
Por otra parte, no es un adoctrinamiento, sino que
supone ayudar al alumno a redescubrir los valores. Esto se
puede hacer:
a. Dando la verdad a los alumnos, es decir a proporcionar el
conocimiento respecto de cada valor, dándole criterios, etc.
Ayudar a ser una persona bien educada no sólo consiste
en enseñar a decir: “con permiso, perdón, gracias”, que tome los
cubiertos, o el pañuelo, con corrección. Tampoco es persona bien
educada la que sólo se preocupa de unos valores, sin intentar
cultivar los otros. Por ejemplo, si una persona se encierra en su
torre de marfil, a “devorar” libros, suponiendo que asimile
realmente lo que lee, sólo habrá logrado un aislamiento que no
es beneficioso para él y para los demás.
Hay que educarse en valores, conociéndolos y sabiendo
el por qué los practicamos. No basta con ser una persona que
no miente, ni roba, mecánicamente a los demás, si lo que no
sabe es que se trata de creer en el bien, si no está convencido
de ello.
b. Formando la voluntad para que se adhiera a aquellos valores.
Porque no se trata sólo de saber, sino de querer, y ¿cómo
hacer que el alumno quiera adherirse a los valores?. Aquí
interviene mucho la autoridad, la ejemplaridad del maestro, ya
que cuando se trata de gente joven deben ver vividos los
valores en sus padres y maestros, y aprenderlos a través de la
vida cotidiana.
Ética y educación en valores
139
c. Dirigiendo la afectividad. La educación en los valores
involucra al entendimiento, a la voluntad y a la afectividad.
Los niños y adolescentes deben saber educar su afectividad
encauzándola rectamente. Esta tarea es muy importante
especialmente en los momentos actuales, en que la afectividad
de los educandos puede desbocarse. Este tema lo trataremos
más detenidamente. Exige el ejemplo conjunto de Padres y
Maestros. Estos últimos se tienen que apoyar en los padres, de
lo contrario su actividad educativa es difícilmente eficaz
tratándose de los valores, ya que normalmente el alumno
necesitará “verlos” en sus maestros y padres.
2. La triple dimensión educativa
La educación en valores tiene tres aspectos: los
cognitivos (inteligencia), volitivos (voluntad) y afectivos
(sentimientos)
Para practicar una virtud hace falta:
1-Saber que es algo bueno.
2-Fuerza de voluntad para mantener la decisión de
hacerlo
3-Motivación afectiva que sostiene la inclinación a
practicar la virtud.
Centrarse sólo en uno de esos elementos nos llevaría
a un reduccionismo y a una falsación de la ética. Por ejemplo,
si sólo nos quedamos en el primer elemento tenemos una ética
y una educación moral intelectualistas. Si sólo nos quedamos
en la voluntad, caemos en un voluntarismo que pronto termina
en la arbitrariedad o centrando la moral sólo en el sujeto
autónomo, al estilo del imperativo categórico de Kant. Si
140
Genara Castillo Córdova
solamente nos quedamos con los sentimientos, tenemos una
ética del sentimiento. Se precisa por tanto:
a. La formación del entendimiento
Se trata de ayudar a los educandos a asimilar y hacer
suyos los valores y criterios de vida de manera que se fomente
en ellos un sano espíritu crítico. Se ha de lograr un clima familiar
en que los educandos puedan exponer y defender sus propias
razones
b. Fortalecimiento de la voluntad.
Pensar es requisito indispensable, pero no es suficiente.
Es necesario ayudar a los educandos a tener fuerza de voluntad
para practicar las virtudes correspondientes.
La fuerza de voluntad fomenta la autoestima de los
educandos y su seguridad personal, al proporcionarles facilidad
y energía para conseguir las metas a que aspiran.
c. Cultivo de la afectividad
Junto con el cultivo de la inteligencia y de la voluntad
es necesario además atender al desarrollo de la afectividad.
Una educación en valores debe procurar también que los
sentimientos estén ordenados, favoreciendo una disposición
generosa al bien, que en ocasiones exige sacrificio y renuncia
personal para superar el propio egoísmo.
Es importante tener en cuenta una adecuada pedagogía
de la normalidad afectiva. La base de la educación moral es una
sana educación de la afectividad, por ello brevemente señalaremos
algunos puntos que están relacionados con la educación de los
valores. Es necesaria una normalidad afectiva en el educando.
Ética y educación en valores
141
Al respecto tenemos que recordar que un niño se va
formando afectivamente desde su más tierna infancia. El afecto
materno le es más necesario a un niño que el alimento, muchas
veces rechaza el biberón porque echa de menos la presencia de
la madre.
Existen muchos otros momentos especiales: Por
ejemplo, el destete y el primer día de escuela. Son pasos
necesarios para el desarrollo. Por eso hay que planearlos
cuidadosamente, preparando con mucho cariño al niño; de lo
contrario él puede percibirlos como un rechazo. Lo mismo se
puede decir, en el caso de los primogénitos, de lo delicada que
debe ser su preparación cuando viene otro bebé, para no desatar
inseguridad, celos, y envidias, se sienten relegados y
“destronados”.
Es necesario descubrir esas “momentos” en la
afectividad en los niños y en los adolescentes. De lo contrario
se formará ahí un quiste que sangra con facilidad. La cura
afectiva es muy importante, porque puede echar por los suelos
cualquier ambicioso proyecto, personal o comunitario. Es
necesario curarse afectivamente, comprender, perdonar y
aceptar. El rencor consciente o inconsciente es lo que más
produce tensiones en nuestra responsabilidad; tensiones que
llegan a explotar en los momentos más inoportunos.
Es necesario favorecer un adecuado auto concepto y
autoestima. Se basa en conocernos y aceptarnos como somos.
Aceptar también nuestras circunstancias y los hechos que en el
pasado o en el presente nos hayan influido. Es necesario saber
asimilar bien las experiencias pasadas, si no tenemos pasado, no
tenemos historia.
Inclusive se dice que no podemos liberarnos de nuestros
prejuicios porque entonces no podríamos tener continuidad.
Siempre actuamos con algún criterio. El tema es saber si son
buenos o malos, equivocados o no.
142
Genara Castillo Córdova
Es muy importante saber aceptar nuestra realidad
actual -enfrentarla y aceptarla-, en sus diferentes aspectos: el
físico, el psíquico, el social y el moral. De la falta de
aceptación de algún aspecto pueden surgir complejos,
envidias, neurosis y hasta psicosis lamentables.
No se puede dar pie a victimismos o dar lugar a
complejos de inferioridad, no se puede perder energías y tiempo
llorando por lo que no se tiene cuando podemos sacarle mucho
partido a aquello que sí tenemos. Es famosa la frase de aquel
escritor que decía: “Lloraba por no tener zapatos, cuando a mi
lado vi a un hombre que no tenía pies”.
Es preciso tener en cuenta que con todo opera la ley
de la compensación: un ciego tiene exquisitamente afinados los
sentidos de oído, tacto y olfato. El caso impresionante de Helen
Keller, con sólo una ventana abierta al mundo -su tacto-, y una
inteligencia superior, además de la entrega total de una
maestra maravillosa, hicieron de una sorda, ciega y muda, una
mujer excepcional. No hay mejor receta para salir de
complejos, que olvidarse de sí mismos, viendo que los demás
nos necesitan.
Es necesario aceptar la etapa psicológica que estamos
pasando. Cuántos adolescentes quieren ser adultos y cuántos
adultos se comportan como chiquillos. Hay que saber crecer y
envejecer. En verano no se puede saborear bien un chocolate
caliente, ni el invierno un refrescante helado. Respetemos y
gocemos cada época: cada una de ellas tiene su belleza.
Ojalá que lo que perdemos en agilidad física la ganemos en
agilidad espiritual.
Además hay que aceptarnos a nosotros mismos,
nuestra inteligencia y nuestro tipo de temperamento. Para
esto es conveniente ser sinceros con nosotros mismos,
reconocer nuestras cualidades
defectos. Nos cuesta
especialmente reconocer nuestros errores, pero mientras más
Ética y educación en valores
143
pronto nos encaremos con ellos y los reconozcamos más pronto
podremos corregirnos, de lo contrario se harán cada vez más
hondos. Para esto ayuda acudir a la ayuda de alguien que nos
conozca y nos tenga la suficiente estima para indicarnos
nuestros defectos con la confianza de que serán superados.
Es
necesario
saber
cultivar
las
relaciones
interpersonales. El ser humano no puede vivir solo, aislado de
los demás. Por otra parte, el conocimiento y la aceptación de
sí mismo ayudarán a comprender a los demás. Así, quien es
metódico, rígido, excesivamente ordenado, tiene que
comprender al de “manga ancha”, flexible, etc.
Cada uno deberá luchar para tener mayor flexibilidad, y
para ser más organizado y responsable. Quien es hiperemotivo
tendrá que dominar sus euforias y sus tristezas, para no ser un
futuro maníaco depresivo y poder convivir en paz con los
demás. Le costará mucho lograr una estabilidad de ánimo y
una objetividad de juicio.
Qué importante es saber estar cada uno en su sitio. A
cuántos ciega la ambición desmedida de aplausos, honores,
poder, riqueza, y corren agobiados sin ser felices, sin disfrutar
cada momento de su existencia. Al final de su carrera sólo se
encuentran con una vacío amargo, con un cansancio
infructuoso y con una tristeza enorme por no poder empezar
de nuevo una vida tan mal gastada.
Es muy importante sabernos responsables de los demás,
a quienes influimos con nuestra conducta. ¡Cómo transformó
la compañía de Don Quijote a Sancho!, quien nos sorprende al
final, con su delicadeza de sentimientos y su finura en el
lenguaje. Pero también Don Quijote se vio influenciado por el
sentido de la realidad de Sancho.
Las relaciones interpersonales tienen que estar basadas
en el respeto mutuo y en no sentirse superiores a los demás.
144
Genara Castillo Córdova
En realidad, ningún ser humano es superior a otro, ya que
nadie agota la esencia humana. Existen muchas maneras o
tipos de seres humanos, unos tienen unas características y
otros, otras. La razón de esta diversidad de talentos es hacer
posible la sociedad, la cual se tiene que basar en la colaboración
mutua.
145
Ética y educación en valores
III
LA AUTORIDAD DEL PROFESOR Y LA LIBERTAD DEL
EDUCANDO
Una de las confusiones actuales en la educación moral,
se produce al entender mal la libertad, reduciéndola a una
simple autonomía, en el sentido de no vincularse a contenidos
morales, preceptos, etc., tenemos que repasar brevemente los
conceptos relacionados con este asunto.
La autoridad, bien entendida, es el modo más adecuado
de intervenir en el proceso educativo. Como sabemos,
intervenir es tomar parte en un asunto. La manera de intervenir
es muy importante, ya que de ella depende que la intervención
sea de signo positivo o negativo.
Si se interviene imponiendo la autoridad –en vez de
conquistarla– o interfiriendo sin motivo en la actividad de otro,
o a modo de intrusión en la intimidad ajena, es explicable que
la intervención produzca rechazo.
La autoridad verdadera es la que se basa en el respeto
a la libertad, la que fomenta la autonomía y no la sumisión,
entonces la intervención puede ser altamente positiva.
Como decíamos al comienzo un profesor no puede
escapar a la influencia que genera en los educandos. Los
profesores intervenimos siempre: con el planeamiento de la
146
Genara Castillo Córdova
enseñanza, la explicación de las asignaturas, la evaluación de
los resultados, a través del trato personal y de la orientación
de los alumnos.
Teóricamente el asunto puede ser claro, sin embargo,
los problemas vienen en la práctica, cuando hay que unir esa
intervención con la libertad de los educandos.
El deseo de un buen profesor es que a través de su
intervención sus educandos sean mejores que él. Es decir, el
profesor trata de ayudar a sus alumnos en razón de que los
alumnos necesitan de esa ayuda para desarrollarse como
persona: enseñarle a tomar decisiones, a saber resolver
problemas, a superar los momentos críticos en el desarrollo
que toda persona experimenta.
Sin embargo, como dice el dicho: “La meta de toda
ayuda es la autoayuda”, es decir, la meta de la ayuda es que
deje de ser necesaria. La ayuda es especialmente para que el
educando crezca en libertad, para que asuma él mismo el
proceso de mejora y forje su propia personalidad, y en
consecuencia busque con iniciativa todos los medios
necesarios para conseguirla. La ayuda realmente eficaz es la
que permite que el educando, saliendo de la escuela prosiga
por sí mismo su búsqueda de saber y su mejora personal. A
esto se dirige la autoridad del maestro: a favorecer la libertad;
por ello debe incluirla en el propio tejido de las interrelaciones
personales con sus educandos.
Por eso el modo más adecuado de considerar la
autoridad es entendiéndola como cauce natural y necesario
para ayudar a crecer en libertad y es fundamento importante
en la tarea educativa.
Por lo demás, sin autoridad moral es imposible ayudar
a que el educando crezca en libertad. Es necesario ese prestigio
reconocido, esa competencia y madurez en el educador para
que realmente influya en el educando. Estas cualidades son
Ética y educación en valores
147
necesarias para suscitar confianza, fe en él como persona y
como profesional; de lo contrario nunca llegará a suscitar su
libre adhesión a la auto tarea de educarse que el educador le
propone.
¿Se contraponen la autoridad del educador y la
libertad del educando?. ¿Qué condiciones son las que
hacen posible que autoridad y libertad confluyan en esa
tarea conjunta, de modo que se evite caer en los dos
extremos tan negativos como son el autoritarismo por un
lado, o el permisivismo por otro?. Las condiciones para
ejercer la autoridad son las siguientes:
1. El derecho a intervenir.
Para comenzar partiremos de la potestad que es lo que
confiere al educador derecho a intervenir, lo que le otorga el
título legítimo, lo que justifica su intervención.
El educador tiene derecho a intervenir cuando tiene
un poder o facultad que la sociedad le reconoce, por haber
demostrado que es competente. La potestad es un tipo de
autoridad, en cuanto es autoridad quien posee la facultad de
mando y de dirección o gobierno. Sin embargo, no se debe
confundir autoridad con puro mando, con potestad o facultad
de ordenar y de exigir obediencia, por muy legítima que sea
esa potestad.
148
Genara Castillo Córdova
2. Diferencia entre potestas y auctoritas.
a. Potestad
En general, es el poder que tiene una persona sobre
otra que le está subordinada, como el del padre sobre los
hijos o el del superior sobre los inferiores. Este poder es una
fuerza para hacer cumplir lo que la autoridad ordena que se
cumpla, como facultad para exigir obediencia de los
subordinados.
b. Autoridad
Es el crédito y fe que se da a una persona o cosa en
una determinada materia. Aquí autoridad significa
reconocimiento de la competencia, del saber de una persona
en un ámbito determinado. Es el reconocimiento de la
superioridad de esa persona, de su valía, que de inmediato,
despierta el crédito, la confianza y la fe en lo que dice o
propone.
En este sentido, se puede decir que la autoridad se
tiene por un motivo de calidad personal y no tanto porque
esté revestida de poder. Si seguimos el consejo y guía de esa
persona no es porque estemos obligados a obedecerle, sino
porque su superioridad o categoría personal, su saber y su
experiencia, nos convencen, o suscita en nosotros fe en lo que
dice o en lo que propone, lo cual es un acto de obediencia
activa, voluntaria, no obligada ni impuesta por el poder.
La potestad se basa en la ley, la autoridad en la
sabiduría. No vamos ahora a explicar lo que significa sabiduría,
pero brevemente recordaremos que es la recta capacidad de
entender el mundo, los hechos y las personas, no
superficialmente, sino con cierto fundamento. Por esto, la
Ética y educación en valores
149
sabiduría tiene una vertiente teórica y una práctica
(prudencia).
Como sabemos actualmente hay crisis de autoridad y
también de potestad. Como a veces sucede es fácil pasar de
un extremo a otro, sin discernir suficientemente. Así, se ha
pasado del autoritarismo a la dejación de la autoridad. Por
falso respeto a la libertad que suele entenderse mal, se ha
caído en el permisivismo: el profesor o el padre de familia, se
deja llevar por cualquier capricho de los alumnos, y entonces
se suele caer en desorden y en la indisciplina en las aulas, o
en la anarquía dentro de la familia.
3. El mal uso de la potestad
Suele suceder que cuando se da una reacción hostil a
todo lo que pretenda ejercer un cierto poder como potestad.
a. Potestad por exceso
Consiste en abusar de la potestad. Todo abuso es
condenable y el autoritarismo lo es, pero lo es más cuando se
practica en la educación de seres libres. El autoritarismo es
una forma de falsa “autoridad” que se pone como fin a sí
misma, que busca el sometimiento a ella como toda finalidad.
No importa otra cosa que la sumisión por la sumisión.
De ningún modo se quiere el desarrollo del educando
hacia su bien entendida libertad. Si la educación consiste en
ayudar a ser libres, el autoritarismo en la educación es un
contrasentido: se opone a la intervención educativa como
relación de ayuda al crecimiento de la libertad.
150
Genara Castillo Córdova
Las formas de autoritarismo, como abuso de
autoridad, el autoritarismo se manifiesta de diversas formas,
todas ellas de claro efecto negativo para la educación.
1) La coacción
La coacción es la violencia física o psíquica por la que,
sin mediar razones verdaderas, una persona obliga o fuerza a
otra persona para que acepte algo que ésta no aceptaría en
una situación de recta deliberación y haciendo uso de su libre
albedrío. Ante la coacción caben dos respuestas: o con la
sumisión, es decir, con el cumplimiento de un mandato impuesto
y cuyo contenido no aceptamos, o con la rebeldía.
La coacción es diferente de la obediencia precisamente
porque ésta se fundamenta en la confianza que nos merece
aquella persona que nos manda. Sólo en este caso se puede
hablar de autoridad querida y deseada por el educando. Por
tanto, existe diferencia entre la sumisión coaccionada y la
obediencia voluntaria, a quien merece nuestra confianza.
2) Manipulación
Según el profesor Oliveros F. Otero, la manipulación es
una influencia indirecta sobre el ser humano, que fomenta
acciones determinadas con el fin de conseguir
comportamientos humanos pobres, predecibles, con decisiones
de escasa calidad, a partir de un bajo nivel de reflexión y de
una fuerte carga emocional.1
1
OTERO, Olivero, Educación y manipulación, EUNSA, Pamplona, 1983.
Ética y educación en valores
151
De manera general podemos decir que las
características de toda manipulación son: la merma de la
libertad y los fines egoístas, que obedecen a intereses
personales. Por esto es la manipulación no mejora ni al que la
ejerce ni a quien la recibe. El fin de la manipulación es lograr
en la otra persona unos resultados ajenos a su propia mejora,
sometiéndole a esos intereses mezquinos, generalmente con
recursos poco nobles, pero justamente el engaño está en que
se revisten de una apariencia atractiva o seductora. Así, la
manipulación puede hacerse de muchas maneras, a través de
palabras, gestos, actitudes, etc., que no se dirigen a la
inteligencia para hacerla poseedora de la verdad, ni a la
voluntad para que se adhiera al bien verdadero, sino que se
apela a lo más débil que tiene el hombre: sus sentidos y sus
sentimientos.
Por ejemplo, la manipulación se puede hacer sutilmente,
valiéndose de una sonrisa cautivante, una insinuación, un
comentario, etc., o también, de una manera vulgar o directa;
al fin y al cabo se trata de lo mismo: de impactar, de provocar
un sentimiento determinado, sin dar pie a la reflexión, de
subyugar a la otra persona tocando “unas fibras” de su ser
que le arrastran a decidir bajo los efectos de esa
impresionabilidad, apartándole de la verdad y del bien.
En cambio, la educación exige respetar la libertad del
educando, y esto exige respetar el proceso de toma de
decisiones, es decir, no bloquear su justa deliberación, no
intervenir de manera que el otro zanje su decisión llevado por
los sentimientos (de placer, de temor, etc.), por la fascinación
o por la falsa argumentación. Es más, conlleva el ayudarle a
que el educando por él mismo descubra la verdad, ponerle en
condiciones de que se encuentre con lo verdadero y lo bueno.
“La verdad os hará libres” es la clara advertencia evangélica,
152
Genara Castillo Córdova
y en la actividad educativa, hay que ayudar al educando para
que llegue hasta la verdad y se adhiera a ella.
Así pues, la manipulación es un proceso en el que una
persona dispone unos medios de manera que otra persona
tergiverse o confunda los fundamentos de su propia
deliberación, con fines o intereses egoístas.
Actualmente, la manipulación se da frecuentemente
recurriendo a los sentimientos y a fomentar opiniones. El
elemento manipulador actúa entonces como un estímulo para
provocar una respuesta. Lo más vergonzoso de la manipulación
es que quien la sufre no es consciente de ello, si se le hiciese
comprender cómo y por qué le han llevado a tergiversar o
confundir su deliberación, entonces en ese momento dejaría de
decidir como había hecho.
Aunque no se puede generalizar, un ejemplo típico de
manipulación es la publicitaria: La selección de los datos
informativos o de las imágenes que nos ofrecen influye en
gran manera en nuestra decisión última. Hasta con una crema
dental nos ofrecen la felicidad. Nos sorprenderíamos de verdad
si supiésemos a ciencia cierta hasta dónde influye en nuestras
decisiones la manera como disponen aquellos medios las
personas que manipulan.
Sin embargo, si la manipulación tiene lugar en nosotros,
es porque tenemos por dónde penetre. Por eso, lo que evita
la manipulación es el esfuerzo por deliberar de acuerdo con la
verdad y el control y señorío de nosotros mismos, para que
una vez teniendo sujetas las pasiones y los sentimientos, no
seamos presa fácil de cualquier manipulador. Al respecto, la
manera como se puede estar en condiciones de contrarrestar
la manipulación es, según el profesor Oliveros Otero, la
siguiente:
Ética y educación en valores
153
1. La mejora en el ser.
2. La claridad en las ideas
3. El matiz en los juicios
4. El razonamiento en las soluciones
5. El apoyo en los puntos fuertes del ser humano
6. El optimismo
7. El fomento de la coherencia personal
8. La autoridad como servicio.
Es diferente si el educador les propone a los educandos
unas metas, un procedimiento, e incluso trate de convencerles
de esas excelencias, ya que si lo hace con la verdad por
delante, que es liberadora, puede, incluso, pedirles su libre
adhesión al proyecto, dejando abierta la posibilidad de aceptar
o no lo que les propone, o también de modificarlo, en parte, o
por entero.
Esta actitud del educador tiene mucha relación con la
tan discutida motivación. A menudo los profesores se
preguntan: ¿cómo hacer para que un alumno que no quiere
quiera?, ¿cómo motivarlo?. Desde luego que cuenta el proceso
que parte de las experiencias del educando, pero no para
dejarle en sólo lo “significativo” para él, sino para ayudarle a ir
como en un plano inclinado, desde su situación actual hacia la
situación de mejora.
El asunto de la motivación no es sólo de métodos, es
problema de encuentro o no con la verdad expuesta y vivida
también. Es oportuno señalar que, por ejemplo, una de las
mejores motivaciones es exponer objetivamente las razones
que el profesor tiene para proponer lo que propone.
154
Genara Castillo Córdova
Cuando se señalan los objetivos (o el desarrollo de las
competencias, como se llama ahora), lo que se pone ante los
ojos o la mente del educando es su carga de verdad y de ahí
su importancia, etc., entonces el alumno tiene “razones” para
estudiar y eso junto con el ejemplo del profesor (que tiene
que estar “enamorado” de la verdad), es lo que puede ayudar
a mover la voluntad del educando.
Tal como están las cosas, cada vez más se precisa no
tanto de simples profesores, sino de testimonios. Si por
ejemplo, un alumno ve gozar a su profesor con las
matemáticas, que trata de que los alumnos se encuentren
también gozosamente con la verdad en las matemáticas, ¿cómo
no va a ser esto motivante?. El fenómeno actual del aburrimiento
sólo se entiende por un gran déficit de verdad. Si uno se ha
encontrado con la verdad, a través de la música, de las ciencias
naturales, etc., y se mete ahí con verdadera pasión, ¿puede
serle aburrido?
Si bien es verdad que en último término es el propio
alumno el que tiene que interesarse, y puede darse que alguien
tenga los mejores profesores delante y no haga el mínimo
esfuerzo por salir de su situación; sin embargo, esto es en
muchos casos la excepción. Lo habitual, es que un profesor
que haya tenido la suerte de encontrarse con la verdad en la
disciplina que cultive, la transmite aún sin proponérselo.
En este sentido y en lo que nos toca a los profesores,
tenemos que hacer un hondo examen personal. El profesor
Luis González Simancas, en su libro Educación y Compromiso2
2
Cfr. GONZÁLEZ SIMANCAS, Luis, Libertad y compromiso Rialp,
Madrid, 1992
Ética y educación en valores
155
se plantea la siguiente pregunta tan directamente ligada con
la calidad de la tarea docente: ¿Cómo trabajar eficazmente
sin la implicación libre y voluntaria de los alumnos, contrariados
ante una tarea sin sentido, o ante lo que se ve a las claras que
es producto de la rutina, de falta de imaginación, o de la pereza
o pura comodidad del profesor?
3) Paternalismo
Se trata de una tendencia a aplicar las formas de
autoridad y protección propias del padre de familia a relaciones
sociales de otro tipo: políticas, educativas, laborales, etc. Es
un sustituir al educando proporcionándole ayudas innecesarias,
siendo éstas anti educativa porque deforma al educando,
incapacitándole para poder decidir y actuar esforzadamente para
conseguir lo que quiere.
El paternalismo es una especie de “autoritarismo
amoroso”, un sistema que busca, conscientemente o no, la
sumisión incondicional y que priva al otro del ejercicio de su
propia capacidad de deliberación y de decisión. Muchas veces,
la razón que se aduce es que se busca el bien del otro, pero
en el fondo hay una desconfianza de que él puede dirigir su
propia vida recta y libremente.
Precisamente si el educador quiere y sabe respetar la
libertad del educando, se encarga de promoverla y si bien le
da los elementos que le hacen falta para una buena deliberación
y decisión, pone especial cuidado en no sustituir al otro en su
proceso educativo, en no permitir que el educando se
acostumbre a que le hagan, o le den hecho, lo que él debe
hacer por su cuenta y con esfuerzo.
156
Genara Castillo Córdova
b. Potestad por defecto
El uso de la potestad de mando puede ser malo
también por defecto, por no ejercerlo cuando y como se debe
ejercer. Hay defecto de autoridad cuando el “educador” renuncia
a intervenir, es decir, a actuar por medio de la potestad que le
corresponde legalmente.
1) Permisivismo
El
permisivismo nace como contraposición al
abuso de autoridad. Y es un modo de negar el derecho y la
obligación a intervenir en educación, ayudando al educando.
En otras palabras, el permisivismo es una forma de nointervencionismo. El Profesor Touriñan califica a este tipo de
pedagogías como “pedagogías dejacionistas”, en las que no
intervención equivale a simple dejadez o abandono.
Se basa en un pretendido respeto a la libertad y a los
deseos e intereses del educando. Según sus partidarios, el
permisivismo significa “el derecho del niño a vivir libremente,
sin ninguna autoridad exterior en las cosas psíquicas o
somáticas”.
Sin embargo, el no intervencionismo es una forma
especial de intervención, es decir, de entender y practicar la
educación. Se sitúa al educando en unas condiciones y
circunstancias determinadas, aunque precisamente contrarias
a aquellas que favorecen su auto desarrollo. Se toma en cuenta
la singularidad y personalidad de cada educando para favorecer
su espontaneidad y se piensa que seguir los intereses del niño
son siempre lo más acertado.
No se puede confundir la libertad psicológica con la
libertad moral. Esta última consiste en ser capaz no sólo de
elegir, sino de elegir bien. No podemos abandonar al alumno
como si pudiese contar con la eficacia incondicional de la
Ética y educación en valores
157
bondad natural, sencillamente porque no es así. Por otra
parte, el naturalismo roussoniano es una teoría que a estas
alturas, ya está suficientemente contestada.
2) Complicidad
Evidentemente la complicidad surge cuando, en
general, hay un fallo en la integridad personal del educador.
Esa falta de integridad facilitará que se comporte de formas
erróneas que le llevan indefectiblemente a no exigir para “no
complicarse la vida” y a “evitar problemas desagradables” con
los alumnos, lo cual supone falta de autoridad, o cobardía, o
pura comodidad por su parte.
Según el Profesor González Simancas, todas las formas
de esta complicidad parecen basarse en un extraño principio
asimilable a la componenda: “no me exijan y yo tampoco les
exigiré”. Los profesores pueden conseguir un clima de aparente
disciplina y orden en sus clases: no se les exige, los alumnos
se portan bien, a cambio del deseado aprobado en la
asignatura.
En la complicidad existe un pacto de no agresión entre
profesor y alumnos; un pacto de mediocridad aceptada; pacto,
componenda, arreglo censurable: complicidad.
4. El modo adecuado de ejercer la autoridad
Lo único que justifica la autoridad del profesor es la
intervención que ayuda a la libertad y que se basa en el
ejemplo.
La autoridad es la que fundamenta decisivamente la
intervención del educador como relación de ayuda al educando,
158
Genara Castillo Córdova
de una ayuda que es guía, proporciona el consejo cuando
sea oportuno, orienta respecto al proyecto del educando.
Auctoritas, augere, son palabras latinas que significan
ayudar a crecer y en eso precisamente consiste la educación.
La autoridad se basa en una valoración positiva que hace una
persona sobre las habilidades o cualidades de otra, y que
genera confianza.
La verdadera autoridad no puede ser “conferida” por
nadie, como si se tratara de un título, cosa que sí ocurre con
la potestad. La autoridad se gana, se conquista, con esfuerzo,
con trabajo, convirtiéndose en una cualidad personal que exige
unas actitudes y aptitudes determinadas hasta obtener el
reconocimiento de calidad personal por parte de los demás:
educandos, alumnos, colegas profesionales, etc.
La autoridad no es un título legal, supera al mero derecho
o título legítimo. Es la misma sabiduría reconocida por los demás.
Ésta es la primera consecuencia positiva de la autoridad referida
a la educación; que, por propia naturaleza exige entrega en el
educador.
Supone espíritu de servicio, poner el alma en el trabajo,
desvivirse con ilusión, y hasta excederse gustosamente en la
realización del cometido profesional, en beneficio de todos,
no de los propios fines. Sólo así se conquista el prestigio, la
autoridad.
En segundo lugar la autoridad es expresión de
entendimiento. Ello facilita enormemente el ejercicio de la
autoridad en educación. En efecto, el elemento de sabiduría
en el que se basa, lleva al educador al conocimiento y a la
comprensión del educando; así como a saber discernir con
acierto lo que éste necesita para su perfeccionamiento, y a
exigírselo, por medio del diálogo abierto que investiga los
distintos caminos que pueden seguirse al proporcionar la ayuda
adecuada que el alumno necesita.
Ética y educación en valores
159
a. Evitar lo que impida la excelencia en la enseñanza
• Cinismo
Es un peligro letal y al cual está muy expuesto el maestro
en todos sus niveles. Se trata de una especie de desilusión
respecto a los ideales y a las personas. En las reuniones con
muchos maestros a veces aparece el fantasma del desaliento
y del cinismo, y al escuchar a algunos, uno puede pensar para
sus adentros: He aquí un hombre cínico.
El cinismo, a veces también lleva la intención de escapar
del sentimentalismo. Un mundo sentimental es sensiblero, ñoño,
ilusorio; un mundo cínico es desconfiado, “está de vuelta”, es
despectivo. Entonces, el cínico pretende ser “realista”, es
decir, que se atiene a los hechos y reduce la realidad a sólo lo
que aparece. En esto consiste su principal error, ya que la
realidad no debe ser reducida a sólo los hechos, si no que lo
mejor late en el fondo de ellos y es como una promesa que
supone el reto de sacarla de la potencia al acto.
Así pues, la realidad es mucho más que lo que aparece
en la superficie, tiene dimensiones mucho más complejas y no
puede ser encerrada en un juicio simplista que se atiene sólo
a lo que se manifiesta hacia fuera. Entre otros muchos
aspectos, la realidad tiene uno que es esencial y desde aquel
se pueden descubrir muchas posibilidades de mejorar esa
realidad.
En cambio, el cínico es poco imaginativo. Se podría
decir que sus ojos se quedan “pegados” en los fenómenos
(Fainomenon es lo que aparece), y encuentra fácil excusa
para desistir. Según el Profesor Alejandro Llano, el diablo es
conservador precisamente por eso, porque le interesa que no
se haga nada por mejorar las situaciones. Por eso su tarea
160
Genara Castillo Córdova
más antitética es la educación, que tiende a un proceso de
mejora.
El cínico es escéptico sobre cualquier ideal, el bien, la
verdad, la belleza. A menudo desconfía de la mente, de la
inteligencia y de la voluntad humana, se encuentra a punto
de perder la fe en sí mismo y en sus compañeros. Se podría
decir que cae en el clima de la sospecha generalizada, y
considera que cada sujeto es despreciable. Esta actitud
bloquea toda actividad educativa que debe partir de la
confianza en el alumno, en sus posibilidades de mejora personal.
Si se cae en el cinismo se encuentra incapacitado para
la enseñanza. Un maestro tiene que ser capaz de enseñar la
realidad a sus educandos, de ayudarles a descubrirla; pero si
parte del cinismo no podrá hacerlo. ¿Cómo podrá enseñarle a
un niño a contemplar las estrellas si se burla de ellas?. ¿Qué
autoridad tendrá entonces?. Por otra parte, la propia tarea
docente exige muchos actos de abnegación, de dedicación o
sacrificio, ¿estará en capacidad de hacerlos, si se burla de
ellos?.
La duda se presenta cuando aparece la pregunta: ¿Qué
es lo que más importa en la vida?. ¿Importa realmente alguna
cosa más que las ventajas y los placeres personales percibidos
inmediatamente por el individuo, o el esfuerzo gozoso en pro
de un gran proyecto e ideal?.
También hay que añadir que el cinismo lleva a la falta
de compromiso, por lo que se siente poca o ninguna
responsabilidad de las consecuencias que esa actitud pueda
tener para el mismo sujeto que la padece o para los demás.
Los profesores no estamos libres del cinismo. La mejor
defensa contra el cinismo es emprender una ofensiva inteligente
y valerosa. Esta ofensiva es, esencialmente, una persistente
búsqueda de la verdad, bajo un espíritu de fe y esperanza en
que la vida puede tener un significado y un propósito genuinos.
Ética y educación en valores
161
Sin esta ofensiva, lo mejor del hombre se marchita y muere; o
peor aún, en su desesperación, el hombre adopta una fe falsa
o parcial, que facilita el desarrollo de células deformadas y
cancerosas en la vida individual y social.
Un discurso muy manido es el que atribuye la causa del
cinismo al tiempo que uno se ha dedicado a la docencia. Se
suele decir que cuando empieza en su tarea de maestro tiene
sentimientos positivos acerca del alto potencial de los seres
humanos, del valor de los individuos, del propósito y significado
de la educación, de la trascendencia e importancia de la vida
entendida como magisterio, de la alegría y de la satisfacción
del trabajo bien realizado, del valor supremo de olvidarse de
uno mismo para entregarse a los alumnos, etc.
Sin embargo, se arguye que el paso del tiempo va
dando lugar al desencanto, a la desilusión. Sucede en muchas
tareas humanas, también se oye decir en el matrimonio, cuando
se empieza de enamorados muy bien y luego ¡qué decepción!,
algo muy importante que es la ilusión se cae por los suelos
hecha pedazos. Desde entonces, pareciera que ya nada es
igual.
De modo parecido ocurre en la docencia, los alumnos
son maravillosos hasta que no tienen mala conducta y hacen
tonterías, o simplemente no responden a los esfuerzos por
enseñarles y no quieren estudiar. Entonces amenaza el
desánimo, aparentemente nuestra actividad no rinde frutos,
hay que hacer frente a muchas necesidades vitales sin los
recursos suficientes y todavía, las demás personas en lugar
de reconocer nuestro trabajo y cooperar con nosotros se
encargan de perturbarlo.
Sin embargo, tenemos que tratar de no desconcertarnos
ante las quiebras de la condición humana, dentro de uno mismo
y dentro de los demás. Y dentro de estas quiebras está el
error de considerar que uno mismo y los demás tienen que ser
162
Genara Castillo Córdova
impecables. No es verdad, por otra parte esto es un ardid que
no tiene buena procedencia. Se trata de envolver una aparente
conducta impecable en la cobertura de la soberbia, que se
escandaliza de los errores de los demás y piensa que uno no
comete ni un error.
Se trata de un gran ardid táctico, porque además de
favorecer la soberbia, de desanimarse cuando comete un error,
y de todos los conflictos, aislacionismos y desasosiegos al
juzgar a los demás, o despreciarlos interior o exteriormente,
lleva a una actitud falsa, hipócrita respecto a uno mismo, ya
que no lleva a reconocer los errores personales, sino a ponerlos
debajo de una capa de impecabilidad, normalmente vivida cara
a los demás.
Hay quienes se han vuelto incapaces de reconocer
sinceramente sus faltas y de pedir disculpas. Les parece que
eso es rebajarse grandemente, cuando debe ser la sencilla
manifestación de lo normal.
La verdad es el gran cometido de nuestra vida, y
especialmente de un profesor. La sencillez de la verdad es un
gran tesoro. Reconocernos como somos, para mejorar, para
comprender a los demás, sin victimismos, sin cinismos, sin
escándalos ni hipocresías farisaicas. A veces uno entiende
muy bien porqué Nuestro Señor que era tan benévolo y
misericordioso con todos, sin embargo, cuando se trataba de
la hipocresía no cedía, porque va en contra de la verdad
Vivir en la mentira, no buscar la verdad es anti
educativo, en todos sus aspectos. Los alumnos tienen que
ver no una pretendida vida impecable, en la que nunca se
comete un error; esa vida no existe, salvo dentro de una vida
hipócrita; sino lo que tienen que ver y de lo que hay que
darles ejemplo es de lucha personal con los propios defectos,
de reconocer lo que hemos hecho mal y especialmente del
esfuerzo constante para superarlos y vivir los valores más
Ética y educación en valores
163
altos. Recuerdo que, en su vida sencilla un gran maestro, en
una ocasión, a pesar de tener un puesto muy alto, con toda
la “autoridad” que tenía, no tuvo inconveniente en reconocer
en público con una sencillez espléndida algunos errores que
había cometido, y de su esfuerzo en superarlos.
Si aprendemos a no extrañarnos de esas quiebras de la
condición humana no nos desanimaremos fácilmente y lo que
es más importante recuperaremos la ilusión por la tarea
educativa siempre que se hubiera apagado, porque aquella
ilusión tiene su fundamento en las posibilidades de mejora que
tienen los educandos y eso nos pone en el futuro. La causa
de la ilusión es precisamente el reto del futuro que se prevé,
los horizontes enriquecedores, las mil y una posibilidades de
mejora propia y ajena así como del trabajo que se realiza.
Algo parecido tendría que pasar en el ámbito del
matrimonio. A los 25 años de casados no pueden decir
desilusionados: ¡Ahora ya lo sé todo, ya pasó todo! No es así,
es a esas alturas cuando se puede empezar a amarse de un
modo mucho más intenso todavía; por lo tanto lo que se
tendría que decir es “Ahora es cuando de verdad empieza
todo, con toda la madurez que ahora poseo puedo tratar de
hacer más feliz a la otra persona”. Igualmente en la docencia,
después de 25 años es cuando se tendría que estar en mejores
condiciones de influir positivamente en los educandos y de
tener más ilusión de hacerlo.
• La excesiva especialización
Actualmente, se va imponiendo la especialización, y
esto no es malo, porque ahora el saber es tan basto que hay
que acotarlo por partes. Sin embargo, es importante que el
maestro sepa compaginar su línea profesional especializada
164
Genara Castillo Córdova
con la apertura hacia el resto de saberes. Para esto conviene
que siga un plan de lecturas fuera del campo de su propia
especialidad, que cultive la amistad con colegas al margen de
su especialización, que posea una participación recreativa y
cultural variada, que tenga la mente abierta, que cultive
intereses amplios y que realice actividades que le saquen del
propio y estrecho interés personal.
• Confusión acerca de la misión y el oficio
La influencia del educador en sus educandos es
inevitable y es muy importante, como hemos recordado, para
desarrollar la libertad de los educandos. Sin embargo, el maestro
típico a veces no percibe claramente la naturaleza y el
significado de su profesión.
Con frecuencia parece que olvidamos la misión de la
actividad educativa, de lo que significa esencialmente educar
y del sentido de nuestra participación en el proceso educativo,
y cuando menos acordamos, nos hemos reducido a un grupo
de alumnos, a unas clases, a unos exámenes, a unas
calificaciones.
Si no reaccionamos, sólo podemos ver un grupo de
educación inicial, un cuarto grado que hay que enseñar, un
curso de psicología en secundaria, o el Syllabus de una
asignatura determinada en la Universidad. A menudo tenemos
la tentación de quedar atrapados en la telaraña de las demandas
diarias, de las clases, de los trabajos, pruebas y exámenes
que hay que corregir. En esas condiciones, el maestro puede
no haberse preguntado nunca o dejar de preguntarse desde
hace mucho qué es lo que realmente está haciendo y qué
sentido tiene lo que hace.
Cuando esto sucede el profesor deja de ser un trabajador
profesional con respeto por sí mismo y rápidamente se convierte
Ética y educación en valores
165
en un trabajador rutinario, tal vez en un servidor complaciente,
con un interés decreciente en la calidad de su trabajo y un
interés cada vez mayor en su provecho y su mejoramiento
personal.
Podría ser momento para una renovación profesional
regular, quizá más eficazmente realizada a través de programas
de adiestramiento en horas de servicio, de estudio profesional
y licencias planeadas.
Son necesarios un grupo de profesores que tengan
una clara visión de la índole y el significado de la educación y
de la enseñanza, que posean una especial capacidad para
comunicar esta visión con fuerza y entusiasmo a los maestros,
y que no vean neutralizada su labor por temor a las censuras
de los cínicos. Los maestros suelen responder bien ante alguien
con competencia y autoridad, anhelan una renovación
profesional, en un mundo en peligro de perder todo propósito.
• Concepto deformado de la naturaleza de la gente
El material con el que los maestros trabajan es el hombre.
Lo mismo que un escultor trabaja con la piedra, un carpintero
con la madera, un entrenador hípico con caballos, un agricultor
con plantas y animales, un poeta con las palabras, el maestro
trabaja con seres humanos (homo sapiens). Sus conocimientos
y creencias sobre este material son sumamente importantes
para su trabajo, su eficacia actual y su desarrollo futuro.
Los alumnos traen unas características peculiares, unas
experiencias muy propias, unas ideas u opiniones más o menos
profundas, etc., ven la vida de modo muy personal. También
el maestro se encuentra en esa situación, inclusive puede ver
o percibir el material con el cual trabaja, únicamente desde su
propio prisma, es decir de lo que él ha llegado a creer y ser.
166
Genara Castillo Córdova
¿Cuál es la naturaleza de esta “materia prima” con la
que el maestro trabaja?.¿Cuáles son sus posibilidades negativas
y positivas?. Estas preguntas básicas se encuentran a lo largo
de todo el quehacer del profesor. Por tanto, la ignorancia, el
prejuicio y la confusión en estos asuntos constituyen
obstáculos importantes para la plena realización por parte del
maestro.
•
Desorden y amontonamiento
Otro peligro que tenemos los profesores es el desorden.
Es frecuente que nos invadan las prisas por el “más”, en la
actualidad el conocimiento aumenta de una manera vertiginosa.
¿Cómo podemos introducir todo ese conocimiento en el plan
de estudios?.
Cada vez hay “más” cosas por conocer y cada vez
menos tiempo y recursos. Sin embargo, podemos plantear las
preguntas esenciales de qué conocimientos vale la pena
conocer y de cuál es verdaderamente el empleo del tiempo y
el significado de ese amontonamiento.
Es importante reducir y simplificar el espacio vital
psicológico y físico en torno a nosotros mismos, que es tan
importante para el desarrollo personal. Se podría uno preguntar
¿Deben nuestras vidas tener esta cualidad que casi todos
deploramos?. ¿Es necesaria tanta prisa que casi nada se hace
con gracia y estilo?.
Si se evita el desorden se puede encontrar el tiempo
necesario para el descanso, para esos momentos de respiro
en que las tensiones se dejan de lado y uno se dedica al sano
esparcimiento. Es el momento de cultivar un hobby de leer
una novela entretenida, de escuchar música, etc.
Ética y educación en valores
167
• Aburrimiento y rutina
Alguna vez se oye la siguiente queja: “nuestro maestro
es aburrido, todos los días son iguales, no hay animación, ni
ideas nuevas. En cambio el año pasado el maestro fue
magnífico, siempre tenía algo diferente e interesante y los
minutos se iban deprisa”.
¿Cómo puede evitarse el aburrimiento?. Como decíamos
antes, el aburrimiento es la manifestación de una carencia: la
falta de verdad. Al igual que el estado de la duda, el
aburrimiento se supera ahondando en las materias que se
dan, incrementando el conocimiento. Pero también es muy
necesaria la metodología de enseñanza y de aprendizaje, la
imaginación para armar un discurso de modo interesante,
poniendo los ejemplos adecuados, despertando el interés,
ejercitando el arte de la pregunta, describiendo situaciones,
etc.
La imaginación creadora genera el entusiasmo. A veces
pareciera que se trata de algo sumamente difícil; sin embargo,
muchas veces el cambio se da a través de acciones muy
sencillas, por ejemplo, variar el paso, desacelerar, escuchar
con más atención a los alumnos, tener sentido del humor para
sacarle provecho a una situación, etc. No se trata de caer en la
tontería, ya que ésta es quizá para los alumnos tan repulsiva
como el aburrimiento, pero sí de hacer una clase atractiva,
interesante.
b. ¿Qué cualidades tiene un maestro con autoridad?
Podemos resumirlas en las siguientes:
. El maestro es un guía, es alguien que va delante
en su ejemplo y conocimientos.
168
Genara Castillo Córdova
. El maestro es un maestro: cultivador infatigable
de la sabiduría
. El maestro es un innovador, es un puente entre las
generaciones.
. El maestro es un modelo, un ejemplo.
. El maestro es un investigador, siempre es un
estudiante.
. El maestro es un consejero y amigo.
. El maestro es un creador, un estimulador de la
capacidad creativa.
. El maestro es una autoridad, con su sola
presencia.
. El maestro es un futurista, un sugeridor de
perspectivas.
. El maestro es un impulsor, de proyectos.
. El maestro es un buen orador (un buen narrador,
actor y escenógrafo)
. El maestro es un forjador, de buenos ciudadanos.
. El maestro es un valiente que sabe enfrentar la
realidad
. El maestro es un liberador.
. El maestro es un buen evaluador.
. El maestro es un buen realizador.
c. La autoridad como ayuda al crecimiento
La palabra autoridad hace referencia a aumentar,
acrecentar, desarrollar, dar vigor a una cosa, hacer prosperar,
Ética y educación en valores
169
fertilizar, hacer progresar. Ser “autor” es ser protector, dar la
cara por alguien, dar confianza, seguridad. El “auctor” es el
inventor, promotor o fundador de algo, algo así como el que
impulsa a obrar, el que instiga a ello, mediante el consejo.
La autoridad es más que una cualidad, es acción, de
potenciar, de promover, de lanzar hacia la acción que se valora.
Entonces, lo que debe proponerse un educador con autoridad
es saber valorar las potencialidades del educando y las de las
acciones que propone y promueve para su auto desarrollo; y
después saber motivar, lanzar con audacia al educando para
que, en uso de su libertad creadora, de su iniciativa, acreciente
su personalidad, crezca en todas sus dimensiones. ¿Cómo
compaginar autoridad con libertad?
• Basándose en la naturaleza ética de la autoridad, que
supone el prestigio personal conquistado por el educador, en la
fuerza moral de ese prestigio, reconocido socialmente, la
intervención que se basa en la autoridad se sitúa en el justo
medio: está lejos del autoritarismo y del permisivismo
deformativo.
• Centrándose en el servicio, en el bien del educando, entendido
como capacitación para una vida responsable y solidariamente
autónoma, la autoridad no sólo respeta ese factor decisivo de
auto desarrollo que es la libertad sino que se propone
expresamente potenciar al máximo la libertad del educando,
enseñándole a usar rectamente de ella y a sacar todo el
partido posible de ella.
• No como una manifestación de poder, sino de servicio.
Cuando la autoridad es servicio garantiza que la
actuación del educador discurrirá normalmente por los cauces
170
Genara Castillo Córdova
positivos del ejemplo y del diálogo. Educar es servir. Por esto,
debe fomentar no la sumisión, ni el capricho. Sólo en algunas
ocasiones y por motivos formativos y de justicia el educador
impondrá el pode o el mando.
• Debe ser una ayuda que atienda a una necesidad verdadera.
Como habíamos dicho antes, “toda ayuda innecesaria
es anti educativa”, se trata de ayudar al educando a que se
sepa y pueda dirigir por sí mismo. Por esto, el paternalismo, al
dar las cosas hechas deja al educando absolutamente
indefenso, sin recursos, dependiente de lo que los demás hagan
por él y en lugar de él.
Sin embargo, ante una necesidad auténtica el educador
tiene la obligación de intervenir. Conviene recordar que
necesidad es una carencia de lo que es preciso, imprescindible,
para poder seguir viviendo o desarrollándose. Todos tenemos
necesidades, pero unas son reales y otras imaginarias, unas
podemos satisfacerlas solos, otras con ayudas.
En la tarea educativa es necesario todo aquello que es
imprescindible para alcanzar el desarrollo o plenitud personal.
Existen diversos tipos de necesidades: unas fisiológicas, otras
psicológicas (autoestima, seguridad, estabilidad, no tensiones,
conflictos, crueldad o injusticia). Un tipo especial son las
necesidades de amor y pertenencia.
Todo ser humano necesita un lugar donde ser aceptado,
querido y respetado. Sólo así será capaz de dar cariño. Cuando
alguien no tiene satisfechas esas necesidades aún
mínimamente, es muy difícil su desarrollo. Pero por encima de
estas necesidades están las necesidades espirituales, las que
se refieren a la verdad, al bien, al amor, a la belleza; que son
lo que le eleva infinitamente su ser.
Ética y educación en valores
171
• Exige que el maestro tenga en cuenta la libertad del
educando.
De lo contrario, se olvida de que ejerce su autoridad,
su potestad, sobre sujetos que, lejos de ser animales o
máquinas, son personas libres. De esta manera no suscitará
la verdadera obediencia de sus educandos. A lo más que llegará
es a provocar una sumisión incondicionada, por miedo o temor
a las consecuencias de no obedecerle, o quizá su rebelión,
interna o externa, ambas igualmente perniciosas.
• Conlleva el esfuerzo por dar buen ejemplo.
Si, un profesor, aunque mande con buenos modales,
con cortesía y respeto, tiene una conducta que es lo opuesto
a lo que exige, por ejemplo, si exige orden material y él es no
lucha contra el desorden, o no vive la puntualidad al empezar
y terminar sus clases; si exige interés por lo que explica y él
no se muestra interesado, o no se preocupa de presentarlo de
modo que resulte cercano, interesante a sus alumnos, todo
ello por pereza y despreocupación, la conducta de esos alumnos
será de rechazo o de aburrimiento. Es difícil que los alumnos
sigan a quien no es ejemplo.
• Supone un ámbito que favorece la comunicación.
Al respecto podemos recordar algunos principios
generales. Entre el educador y el educando existe la
comunicación visible e invisible. Aquella es la que se expresa
exteriormente con palabras, en cambio la comunicación
invisible se da con gestos, con actitudes, con la sola presencia,
172
Genara Castillo Córdova
que transmite unos contenidos y valoraciones determinadas,
sobre lo que es la vida, el universo y las personas.
Además, la verdadera comunicación es la que se da
entre dos personas. No hay comunicación entre cosas. La
comunicación intersubjetiva supone poner en común todo lo
que uno es, lo que ocurre es que hay maneras de comunicar
el propio ser, y no siempre requieren la posesión corpórea, que
es propia de un solo tipo de relaciones intersubjetivas que son
las que pertenecen al ámbito de los esposos. En el educador
basta el respeto, una mirada al fondo del alma y mantener la
fidelidad a la verdad y a la verdadera amistad.
Las actitudes que se transmiten en la comunicación
educador-educando, tanto visible como invisiblemente son:
actitudes de coherencia, de respeto, de confianza, acogida
abierta, realismo, optimismo y de servicio.
173
Ética y educación en valores
IV
PROPUESTA DE UNA PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA DE
LA EDUCACIÓN DE LOS VALORES.
La siguiente propuesta está hecha de acuerdo a las
edades, a las virtudes o a los meses del calendario escolar.
Aquí señalaremos las dos primeras programaciones y
desarrollaremos la tercera.
1. Por edades
Según el profesor David Isaacs, en su conocido libro
“La educación de las Virtudes Humanas”, señala lo siguiente:
a. Hasta los 7 años
-Obediencia
-Orden
-Sinceridad
b. Desde los 8 hasta los 12 años
-Fortaleza
-Perseverancia
174
Genara Castillo Córdova
-Laboriosidad
-Responsabilidad
-justicia
-Generosidad
c. Desde los 13 a los 15 años
-Pudor
-Sobriedad
-Sencillez
-Sociabilidad
-Amistad
-Respeto
-Patriotismo
2. Por virtudes
a. Virtud de la generosidad
- La educación de la generosidad. (primaria y
secundaria)
- La educación de la solidaridad. (primaria y secundaria)
- La educación del compañerismo. (primaria)
- La educación de la amistad. (secundaria)
b. Virtud de la fortaleza
- La educación de la fortaleza. (primaria y secundaria)
- La educación del orden. (primaria y secundaria)
175
Ética y educación en valores
- La educación de la laboriosidad.
secundaria)
(primaria y
- La educación de la responsabilidad (primaria y
secundaria)
c. Virtud de la templanza
- La educación de la sobriedad (primaria y secundaria)
- La educación del pudor (secundaria)
d. Virtud de la prudencia y justicia
- La educación de la prudencia secundaria)
- La educación de la justicia (primaria y secundaria)
- La educación de la sinceridad (primaria y secundaria)
- La educación el patriotismo: (primaria y secundaria)
De entre todo ese elenco de valores podemos
ocuparnos de nueve de ellas, distribuyéndoles en cada uno de
los meses del calendario escolar. Sugerimos que cada mes se
tenga una conferencia para padres, otra para maestros y otra
para alumnos sobre aquel específico valor o virtud, tratando
de esforzarse ese mes para cumplir con ese objetivo de practicar
tal virtud o valor todos al mismo tiempo. Los tutores tendrán
una gran labor en cada mes ya que tratarán en lo posible de
poner metas pequeñas a sus asesorados y de ayudarles a que
cumplan sus propósitos.
176
Genara Castillo Córdova
3. Por meses de año
MES DE ABRIL
LA GENEROSIDAD
¿Qué es la generosidad?
Es la virtud por la cual otorgamos bienes y nos damos
nosotros mismos en ellos, atendiendo a la utilidad y necesidad
de la aportación para esas personas, sirviendo
desinteresadamente y con alegría aunque cueste esfuerzo.
A menudo pensamos que la generosidad se refiere sólo
a dar bienes materiales, y los bienes son muchos más. Hacer
algo a favor de otras personas puede significar muchas cosas
distintas: por ejemplo, dar tiempo, prestar posesiones, perdonar,
escuchar (dar atención), saludar, recibir, etc.
Al mismo tiempo el don va acompañado de la persona
que lo da. No es generoso el que no añade al don externo el
don del propio aprecio y reconocimiento. De lo contrario el
dar repelería; sería humillante.
También se piensa que ser generoso es dar simplemente,
pero eso no es la virtud de la generosidad, porque si se da
aquellos bienes a quienes no los necesita se le puede hacer
un daño, algo ridículo, o se puede caer en la bondad que no
es generosidad sino tontería.
Es necesario tener en cuenta las necesidades reales
de los demás. Estas pueden ser puestas de manifiesto
explícitamente por la persona necesitada. Pero muchas veces,
sobre todo las necesidades espirituales o interiores no son
advertidas concientemente por quien las padece. Tanto en
177
Ética y educación en valores
uno como en otro caso se debe
generosamente a esas necesidades.
procurar
atender
Actualmente, se oye decir a veces la siguiente frase:
“es su problema”. Evidentemente, no vamos buscando
entrometernos en la vida de nadie por puro gusto y si razones.
Sin embargo, la generosidad lleva a ver las necesidades de los
demás como propias y a hacer lo que esté de nuestra parte
para solucionarlas.
¿Cómo educar en la generosidad?
• Enseñando a valorar lo que se tiene. El generoso no
es el derrochador ni de bienes materiales, ni de tiempo. El
educando tiene que saber lo que valen sus cosas, su tiempo,
etc.
• Ayudando a comprender y a perdonar. La caridad
más que en dar está en comprender y como normalmente
todos tenemos deficiencias la generosidad se puede practicar
comprendiendo y perdonando. Perdonar es un acto que va a
remediar una necesidad: la de saberse y sentirse queridos, y
estimulados por la confianza en sus posibilidades de mejora.
• Que los educandos aprendan a atender las
necesidades ajenas sin esperar recompensa, ni siquiera la justa
gratitud por el bien recibido. La generosidad no es interesada.
La persona interesada está pensando, en primer lugar, en las
consecuencias para él y muy en segundo lugar en las
consecuencias para los demás.
• Explicándoles lo que son las verdaderas necesidades
de los demás: las que les lleven a perfeccionarse. Por tanto,
178
Genara Castillo Córdova
podrán distinguir entre necesidades y caprichos de los demás.
Si nos pidieran algo que realmente no les ayuda a mejorar
sino que es un capricho la generosidad está en no dárselo.
• Procurando que los educandos tengan un
encargo, en el colegio y en la familia. Dicho encargo será
un acto de servicio para con los demás.
• Ayudándoles a descubrir que la generosidad que es
amor debe tener un orden: primero Dios y luego los demás, en
la misma proporción con la que nos amamos a nosotros mismos,
es decir en cuanto nos procuramos la perfección y el
mejoramiento personal.
Ética y educación en valores
179
MES DE MAYO
LA SOLIDARIDAD
¿Qué es la solidaridad?
La solidaridad es un valor muy relacionado con la
generosidad. Ser solidario es saber compartir con quienes lo
necesiten los bienes materiales y espirituales que uno posee.
Es el valor social por excelencia y muy necesario para la
convivencia en cuanto que hace posible salir de la propia
individualidad para ilusionarse por los proyectos buenos de los
demás en favor del bien común.
La solidaridad lleva a dar y darse. Como hemos señalado
dar no significa simplemente despojarse de cosas, sino que es
más profundo: es enriquecer al otro con la acogida personal y
con los propios valores. No hay un don auténtico si éste no va
acompañado de nosotros mismos, es decir de nuestro afecto
y aprecio personales. Sólo entonces enriquecemos al otro, no
le humillaremos, y al mismo tiempo nos enriquecemos nosotros
mismos.
Nadie es tan pobre que no pueda dar algo: Inclusive si
no tuviéramos nada material podemos dar una sonrisa, un
gesto amable, una palabra de consuelo, un poco de nuestro
tiempo, una oración, etc.
¿Cómo disponernos a la solidaridad?
Nos disponemos a ser solidarios si vamos al
fundamento de la solidaridad, es decir:
• Considerando al otro como lo que es, como una persona
humana, digna de ser considerada como fin en sí misma, y no
180
Genara Castillo Córdova
como una cosa que puede usarse o ser tratada de cualquier
manera. Por tanto, para ser solidario hay que desprenderse
de prejuicios inútiles, de intereses egoístas y de cálculos
utilitaristas.
• Además, si somos cristianos podemos ver que
aquel necesitado es otro Cristo, y que todos somos
hermanos.
¿Cómo se manifiesta la solidaridad?
• Respetando, aceptando, y apreciando a los otros,
independientemente de su modo de ser, de su cultura o
condición social.
• Interesándose por los demás, por sus cosas. Es salir
del propio mundo y del aislamiento. Es no vivir pendiente
egoístamente sólo de uno mismo, de los propios problemas.
• Descubriendo las necesidades de los otros y tratando
de ayudar.
• En el espíritu de servicio.
¿Cómo saber cuáles son necesidades reales?
Como hemos dicho antes, necesidades reales son lo
que le falta a la otra persona para poder perfeccionarse como
ser humano. Por tanto, no se trata de hacer los caprichos
propios o ajenos, sino de acudir a las auténticas necesidades.
A veces estas necesidades nos las harán saber los
propios necesitados, pero otras veces no lo dirán porque no
181
Ética y educación en valores
se atreven o porque no son conscientes de ellas, y
entonces tenemos que descubrirlas, ver lo que está de
nuestra parte y con delicadeza ayudarle.
¿Qué es el espíritu de servicio?
Es la apertura y disponibilidad para ayudar, servir a
todos los demás, en todo aquello que esté de nuestra parte
y dentro de nuestras posibilidades.
¿A quienes va dirigido nuestro servicio?
En primer lugar a los propios familiares (padres y
hermanos), los parientes próximos; en segundo lugar a los
amigos y compañeros; en tercer lugar a la comunidad de la
que se forma parte. De modo especial, la solidaridad se
debe empezar a vivir en la familia y en la escuela.
ACTIVIDADES
SUGERIDAS
Y
SITUACIONES
DE
APRENDIZAJE
¿Cómo educar en la solidaridad?
• En primer lugar, los alumnos y los hijos deben ver que
sus maestros y sus padres se esfuerzan en vivir esa virtud,
deben ver que se ayudan entre ellos, que se socorren en sus
necesidades, aunque les cueste esfuerzo.
182
Genara Castillo Córdova
Actividades sugeridas para los alumnos.
• Dialogan en clase sobre las dificultades y ventajas
de vivir la solidaridad.
• Cada uno trata de descubrir una (o dos)
necesidad(es) de algún(os) miembro(s) de su familia o de su
salón de clase; lo anota señalando también la acción concreta
que realizará para socorrerle(s).
• Elige una noticia en el periódico, o un programa
televisivo, durante la semana, y analiza qué acto(s) de
solidaridad o insolidaridad ha encontrado, identificando: los
hechos, sus causas y consecuencias y haciendo un comentario
personal sobre lo observado.
• Se aplica un test, para saber cómo está viviendo
esta virtud.
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS PARA PADRES Y
MAESTROS.
• Como la educación de los valores es de tal naturaleza
que los alumnos necesitan del ejemplo de los mayores,
podríamos ayudarnos nosotros los profesores para esforzarnos
en vivir con más intensidad todavía esta virtud. Para ello, se
podría sugerir lo siguiente:
• Durante el mes que se señale, se podría preparar
una reunión para los profesores del Colegio, en la que se
trabajara sobre la importancia, el contenido y las actividades
educativas de la solidaridad.
183
Ética y educación en valores
• Como en la educación en valores, es muy importante
la participación de los padres, se podría involucrarlos, para
que cuiden de progresar en esa virtud, y de esa manera
hacer eficaz nuestra acción educativa.
Test de Solidaridad
1. ¿Te esfuerzas en valorar, apreciar, acoger, y no marginar
a ninguno de los miembros de tu familia y de tu salón de
clase?.
2. ¿Superas tu comodidad, antipatías, etc. y eres amable y
atento con todos, especialmente con quienes más lo
necesitan?.
3. ¿Tienes algún encargo de servicio dentro de tu hogar o
en la escuela?
4. ¿Te preguntas sobre qué pueden estar necesitando
alguno de los miembros de tu familia o de la escuela?
5.
¿Has pensado
ayudarles?.
en
alguna
acción
concreta
para
6. ¿Ayudas a algún hermano o compañero con dificultades
en el estudio?.
7. ¿Has atendido, en la medida de tus posibilidades a algún
enfermo o desvalido de tu comunidad?.
8. ¿Participas, o colaboras, en colectas para personas
necesitadas?.
184
Genara Castillo Córdova
9. ¿Podrías preparar con tus amigos un día de visita a un
hospital, orfelinato o asilo, durante este mes?.
10. ¿Podrías vencerte al momento de comprar una golosina
y entregar el importe a algún necesitado?.
Ética y educación en valores
185
MES DE JUNIO
LA FORTALEZA
¿Qué es la fortaleza?
Es la virtud que hace posible el ejercicio de las demás
virtudes y valores. Es la energía interior, básica para afrontar
las dificultades, los retos y esfuerzos que la vida plantea
continuamente. Consiste en la resistencia ante el dolor y las
dificultades y en el acometimiento de tareas difíciles.
La fortaleza no debe ser confundida con el “vivir
peligrosamente”, sino en el vivir rectamente. Es decir, que
para ser fuerte hay que ser prudente. Es necesario saber
medir los peligros y pensar sobre la mejor manera de
afrontarlos o de resistirlos. No es el mero lanzarse al peligro
“porque sí”, sin medir sus consecuencias.
Y sin embargo, el fin de la fortaleza va más allá todavía:
es la virtud propia de los enamorados, de aquellos que tienen
como meta amar. Así, no podemos ser generosos y vivir
solidariamente si no tenemos fortaleza para vencernos a
nosotros mismos y saltar por encima de las dificultades y del
dolor que se encuentre en ese camino. Por eso tampoco la
fortaleza consiste en la carencia de miedo. Más aún cuando se
ama se teme. Cuando nada se ama, nada se teme.
Virtudes derivadas de la fortaleza
a. Paciencia: es la virtud por la cual se resiste a las
dificultades y al dolor en vistas de un bien; y
por abundantes que sean los males no se
deja abatir por la tristeza ante ellos.
186
Genara Castillo Córdova
b. Reciedumbre: es la fortaleza “física”, es decir la que se
refiere al ámbito de lo corpóreo. Por
ejemplo: bañarse con agua fría en invierno,
resistir la fatiga física, etc.
c. Perseverancia: es la resistencia en el esfuerzo a lo largo
del tiempo. No basta con luchar para
conducirse bien un día; es bastante pero
no suficiente. Hace falta hacerlo durante
una semana, un mes, un año, toda una
vida.
d. Audacia: es la virtud por la que acometemos tareas difíciles
en vistas de las posibilidades que hubieran
de conseguir un bien para nosotros mismos y
para los demás.
¿En qué se manifiesta la fortaleza?
. Cuando eres capaz de realizar esfuerzos sin quejarte.
. Cuando terminas bien lo que empiezas
. Cuando te levantas y te vas a dormir a la hora
indicada.
. Cuando sigues estudiando y cumples tu tarea a pesar
de estar cansado.
. Cuando cumples tus compromisos aunque no tengas
ganas.
. Cuando soportas un pequeño malestar sin quejarte
. Cuando callas ante la acusación injusta
. Cuando refrenas tu lengua, o tu mal carácter.
187
Ética y educación en valores
Otras oportunidades de ser fuerte:
. Resistir un impulso.
.
Superar un
compañeros
disgusto
con
sus
hermanos
o
. Dominar la fatiga o cansancio
. Acabar bien las tareas encomendadas en el colegio
. Cumplir los deberes familiares con constancia, etc.
. Preferir el esfuerzo prolongado, por ejemplo en el
deporte.
¿Por qué es necesario exigir y exigirse?
• Porque nada se hace realidad sin esfuerzo. Como
dice el refrán popular “lo que vale cuesta”.
• Actualmente hay una fuerte corriente hedonista que
pone en primer lugar el placer. Nuestros educandos están
influidos por ese falso principio: esfuerzo = mal, y fácil = bien.
Por ello, los niños y jóvenes están más propensos a vivir
según la ley del mínimo esfuerzo. Sin embargo esa ley es
altamente corrosiva.
• Lo óptimo sería que cada uno nos exigiéramos a
nosotros mismos, en esta virtud. Para lograrlo es de gran ayuda
saber por qué es importante que lo hagamos y que nos
decidamos a hacerlo, dando ejemplo de fortaleza.
• Cuando sea necesario tenemos que exigir, con inmenso
cariño, pero exigir. Exigir a los educandos y a los hijos cuesta
esfuerzo, parece que todo va a ser más rápido y menos
conflictivo si los padres cargan con todos los trabajos, esfuerzos,
renuncias y sacrificios.
• Sin embargo, si a los educandos y a los hijos los
privamos de exigencias, de oportunidades para esforzarse, no
188
Genara Castillo Córdova
se desarrollarán como personas. Y llegarán a la adolescencia,
a la juventud y a la vida adulta sin una base para resistir
tranquilos a los problemas de esa etapa.
• Padres y educadores deben ir de acuerdo: Algunas
veces los padres, por un cariño mal entendido pretenden
evitar a sus hijos las dificultades que ellos tuvieron que superar
en su juventud, los protegen y los sustituyen, llevándolos sin
darse cuenta a una vida cómoda, sin exigencias, donde por
poco o nada de esfuerzo consiguen todo lo que quieren.
• Los profesores tenemos que ayudar a los padres a
vivir la fortaleza y enseñar a vivirla. De nada sirve que los
maestros exijan cuando los padres no lo hacen. Es conveniente
ayudar a los padres a comprender que más que protegerles, y
evitarles sufrimientos, lo que tienen que hacer es ayudarles a
superar el dolor y sufrimiento.
¿Cuál es la mejor edad para la fortaleza?
Cualquier momento es bueno para adquirir la fortaleza,
pero hay una edad en que hay una especial sensibilidad para
este valor: entre los 7 y los 12 años. Es el momento del
entrenamiento en esta virtud tan necesaria para la vida futura.
En el día a día de la convivencia familiar, y mediante
pequeños esfuerzos adecuados a su edad y personalidad,
podemos hacer de ellos personas acostumbradas a enfrentarse
con las dificultades que exijan empeño y esfuerzo.
Si no les exigimos en este período de vida, cuando
llegue la adolescencia será más difícil. Probablemente entiendan
lo que les decimos y les gustaría actuar y hacernos caso.
Pero no tienen la fuerza y el entrenamiento necesario para
Ética y educación en valores
189
conseguir esas metas. Y se encontrarán a un paso de caer
en la comodidad como forma de vida.
Planes de acción relacionados con la fortaleza
. Enseñar a no quejarse
. Enseñar a hacer pequeños sacrificios para la
buena marcha de la casa o de la clase
. Exigir que se acabe lo que se comienza
. Aguantar la sed en una excursión o el calor del
verano, o el cansancio, sin decir nada.
. Superar, si aún perviven los miedos infantiles de
quedarse sólo o a oscuras, la vergüenza para
hablar, o para reconocer la propia culpa, o el
sentido del ridículo.
. No patalear cuando las cosas no salen como
quisiéramos, o al sufrir cualquier contratiempo.
. Adoptar posturas correctas en casa y en la clase.
Sentarse, no tumbarse.
. Procurar comer de todo y terminar toda la comida
. Hacer los deberes antes de ponerse a jugar
. Levantarse a una hora fija y cumplir un horario
. Hacer bien los trabajos y tareas
. Cumplir bien el encargo en el momento previsto
para ello, aunque no tenga ganas
. Participar en un equipo deportivo
. Marcarse pequeñas metas y cumplirlas.
190
Genara Castillo Córdova
MES DE JULIO
EL ORDEN
¿Qué es la virtud del orden?
Es la adecuada disposición u organización de las cosas,
del tiempo y de las actividades. Es muy importante para el
logro de cualquier objetivo deseado o previsto y para cualquier
virtud. También se suele hablar del orden u organización en
las ideas.
La virtud del orden está muy relacionada con la justicia,
la cual lleva a dar a cada uno aquello que le corresponde.
Hacer justicia a las cosas es darles aquello que les corresponde.
Es necesario saber qué lugar le corresponde a cada cosa,
tanto fuera como dentro de nosotros.
Los aspectos de la virtud del orden
Como toda virtud tiene dos aspectos:
• La intensidad, la constancia con la que se vive. No
basta con un acto aislado del orden. Una golondrina no
hace verano. Para que se convierta en virtud tiene que
repetirse una y otra vez hasta que se convierta en un
hábito.
Aunque nunca es tarde para adquirir este hábito, es
importante que los padres y maestros ayuden a sus educandos
para que la adquieran cuanto antes. Es una de las tres virtudes
llamadas básicas porque se pueden adquirir desde el año y
medio o dos años de edad. Se puede enseñar y aprender esta
virtud desde la primera infancia. La infancia y la niñez son los
“períodos sensitivos” propio, es decir su momento oportuno.
Ética y educación en valores
191
Un niño de un año y medio, o dos, percibe lo que sus
padres esperan de él, en este caso: recoger sus juguetes,
almorzar porque es la hora de hacerlo, etc.; y debido a que
este hábito está muy relacionado con su actividad psicomotora,
el niño está en condiciones de ejercitarse en ese hábito. Poco
a poco, y a medida que crezca se le pueden dar razones, de
justicia y de amor, que sostienen esta virtud.
• La rectitud de los motivos con que se vive.
¿Por qué vivir el orden? El orden no es manía. La virtud
del orden no es un fin que se busque por sí mismo, es sólo un
medio, aunque muy importante para alcanzar los verdaderos
fines que son el servicio a los demás y el cumplimiento de las
tareas encomendadas.
¿Cómo educar en el orden?
• En las cosas. “Cada cosa en su lugar y un lugar para
cada cosa”
¿Para qué ser ordenado en las cosas?
El orden en las cosas tiene dos finalidades: una es el
de guardar las cosas bien, para que no se estropeen y la otra
es guardarlas razonablemente para que se puedan encontrar
en el momento oportuno.
¿Cómo educar en ese orden?
Valorando las cosas que tienen. Es conveniente que
los educandos sepan el valor que tienen sus juguetes, sus
libros, sus útiles escolares y en general, los medios materiales
de que disponen en el colegio o en su familia.
192
Genara Castillo Córdova
Asignándoles un lugar a cada cosa. Esto se puede
hacer a manera de juego. Por ejemplo, se puede decirle a un
niño de 3 años: “Como hemos terminado de jugar, los soldaditos
tienen frío, o sueño, vamos a protegerlos en ésta que es su
casita, (armario, caja, etc.)”.
Y con ingenio: por ejemplo, en casa, si no se tiene un
armario, se pueden forrar con papeles de colores llamativos
dos cajas de cartón, uno para la ropa limpia y el otro que
haga de cesta para que la ropa sucia se ponga en ese lugar y
no se deje tirada.
Exigiendo que se dejen las cosas (juguetes, útiles
escolares, ropa, objetos personales, o del colegio, o casa,
etc.) en su sitio, con paciencia y mucha constancia.
Cuando se trata de niños hay que tener precisión en la
indicación. Por ejemplo, si a un niño de cuatro años que está
utilizando las tijeras se le dice: “Cuando termines hay que
devolverlas” es probable que no lo entienda. Es más
recomendable preguntarle lo que va a hacer y decirle: “cuando
termines de recortar la figura, antes de pegarla, devuelves las
tijeras a su sitio”.
Colaborando en el orden de los mayores. Aquí como en
toda virtud el ejemplo de los padres y profesores es
fundamental.
• En la distribución del tiempo y las actividades: “Un
tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo”.
¿Para qué organizar el tiempo y las actividades?
Al igual que las cosas el tiempo es un medio, un
instrumento valiosísimo para alcanzar los fines ya señalados: el
servicio a los demás y el cumplimiento de las tareas.
Ética y educación en valores
193
¿Cómo se educa en el orden del tiempo y de las
actividades?.
Valorando el tiempo y las actividades, al igual que las
cosas materiales. Por tanto, en la medida de sus posibilidades
hay que hacerles ver que no se puede derrochar el tiempo.
Igual que sucede cuando se derrocha el dinero (la propina),
que si se la gastan toda, luego se quedan sin nada y les hace
falta para las verdaderas necesidades, igualmente si se
derrocha el tiempo, luego no alcanza y las obligaciones quedan
sin cumplir. El tiempo es oro se suele decir, y para los cristianos,
el tiempo es cielo.
Haciendo un horario. Para esto es necesario:
- considerarlo como un reto y no desanimarse si se
ve sin fuerzas para hacerlo.
- seguir un plano inclinado y poco a poco ir
paulatinamente completando el horario. Por
ejemplo, se podría empezar teniendo una hora fija
para levantarse: cuando le avisen o cuando suene
el despertador.
- diferenciar las actividades (rutinarias, periódicas y
variables) y
- tener una jerarquía en las diferentes actividades
(importantes y secundarias): Poner y hacer en
primer lugar las tareas más importantes, aunque
no tenga ganas. No empezar siempre con lo más
fácil, dejando lo más importante para el final, con
el riesgo de no hacerlo.
Si se trata de una educación cristiana, se considerarán
los deberes para con Dios, por ejemplo, el rezar es importante
y se ayudará al educando a que busque el mejor momento
para hacerlo. Igualmente, con la misa dominical.
194
Genara Castillo Córdova
UN POSIBLE HORARIO
Un niño de 8-9 años podría tener el siguiente horario, y
colgarlo en un sitio visible de su habitación, y aunque algunos
días varíe la hora de algunas actividades podría considerarlo
como punto de referencia. Se le puede plantear de una manera
simpática, poco a poco y por partes, inclusive como un deporte
o juego, con figuras y viñetas de colores, con mensajes que
animen a cumplirlo.
Rutinas Diarias:
Hora:.......
levantarse
…………..
aseo personal
…………..
desayuno
…………..
asistir a clases
…………..
llegar a casa/cambiarse de ropa
…………..
lavarse las manos/ almorzar
…………..
tiempo libre
…………..
ayudar en casa
195
Ética y educación en valores
................
hacer los deberes escolares
…………..
jugar
…………..
cenar
…………..
tiempo libre
…………..
descansar
ACTIVIDADES PERIÓDICAS:
• las actividades de fin de semana visitas, misa dominical,
paseos, etc.
• las actividades imprevistas.
196
Genara Castillo Córdova
MES DE AGOSTO
LA RESPONSABILIDAD
¿Qué es la responsabilidad?
Es asumir las consecuencias de los actos libres,
respecto de uno mismo y del beneficio de los demás. Es el
hábito de responder adecuadamente de los propios deberes,
delante de los demás y de Dios.
Esta virtud es decisiva en la formación de los educandos,
debido a que apela directamente a la libertad y está
estrechamente ligada con la obediencia. Convoca el ejercicio
de la generosidad, la solidaridad, la fortaleza y el orden,
tratados anteriormente.
¿Desde qué edad se puede educar en la responsabilidad?.
Lo antes posible. Aunque el período sensitivo ideal es el que
va desde los 7 a los 12 años, antes de los siete años un niño
puede prepararse para esta virtud, ya que va muy unida a la
obediencia. Por tanto, un niño desde los 3 ó 4 años, aunque
no sepa lo que es decidir, sí es capaz de “percibir” las
expectativas de los padres respecto a lo que “debe o no debe
hacer” y de las consecuencias, por ejemplo, de pegarle a su
compañerito, o de no tomarse la sopa o un jarabe
¿Cómo educar en la responsabilidad?
Padres y maestros pueden tener básicamente los
siguientes criterios:
1) Saber distribuir responsabilidades, de acuerdo a la edad
y a las posibilidades de los educandos.
Ética y educación en valores
197
2) Saber claramente ellos mismos qué es lo que esperan
de los educandos.
3) Exponer sus expectativas de modo que los educandos
las entiendan.
4) Saber poner a los educandos frente a sus propios
deberes, dándoles razones y motivos que les animen en
esas tareas: el servicio a los demás y el propio
crecimiento.
5) Averiguando si el educando ha entendido esas tareas y
responsabilidades. Si es muy niño conviene dividirle la
tarea, en varios pasos y pedirle que nos las repita o
explique. Si se trata de un adolescente conviene
observarle mientras las cumple, para estar cerca cuando
nos necesite.
6) Poner a su alcance o ayudarle a buscar los medios,
instrumentos, recursos o diversas posibilidades de
cumplir su tarea, por ejemplo dar el tiempo necesario.
7) Explicar las consecuencias de no hacer las cosas. Para
esto basta la coherencia. Por ejemplo: “si haces esto...
entonces... resultará lo otro”. También se puede apelar
a su libertad: “Tú verás”
8) Ayudándoles a que se anoten lo que tienen que hacer,
de modo que no cuenten con la excusa del “olvido”.
(Usar libreta o tablero)
9) Dar ejemplo y de ser posible, padre y madre, o los
padres
profesores juntos, explicar los deberes al
educando.
10) Estimulándoles en el ejercicio de la obra bien hecha,
valorando sus aportaciones.
198
Genara Castillo Córdova
Errores de padres y maestros en la educación de la
responsabilidad.
1) Sustituir a los educandos, lo cual comporta:
•
Evitarse complicaciones y hacer las cosas los
propios padres o maestros, porque “así es más fácil”
•
Hacer cosas por los hijos o educandos, para que
éstos “no se molesten”, para que “los quieran” o para
que “no les hieran en sus sentimientos “(Algunos
padres piensan que mientras más cosas hacen “en
vez” de los hijos, son mejores padres)
2) No saber lo que cada educando está en capacidad de
dar o hacer:
•
Pedir al niño que haga algo que no es capaz de hacer,
porque es demasiado pequeño, o no suficientemente
fuerte, o por que le falta experiencia, etc.
•
Subestimar la capacidad de los educandos, o dejar
que éstos los manipulen negando su capacidad para
no esforzarse (no aceptar que éstos se califiquen a
sí mismos de incompetentes).
3) No aclarar lo que se espera del educando, en qué
tiempo, de qué manera, etc., de acuerdo a unos niveles
de exigencia.
4) No proporcionar o ayudar a que el educando se acopie
de recursos suficientes, o alternativas, para hacer bien
lo que se le pide
5) No enseñar al niño cómo se hace, de modo que él pueda
aprenderlo o inclusive mejorarlo con su propia iniciativa.
6) No comprobar si el niño ha entendido lo que se le pide.
199
Ética y educación en valores
7) No estimular al niño, ni hacerle saber que se le quiere
incondicionalmente y que se valoran sus aportaciones.
8) No ayudar a que el educando reconozca sus errores, en
lugar de echarle la culpa a los demás.
Algunos recursos
responsabilidad.
didácticos
en
la
formación
de
la
¿Cómo ayudar a tomar decisiones?
Ayudando a que el educando tome la propia
iniciativa, a que se informe adecuadamente, a que
reflexione o delibere, a que elija y actúe.
Es posible fomentar decisiones con bajo o con alto
riesgo:
Bajo riesgo:
a. ¿qué prefieres hacer, A ó B? Si haces A, entonces
X, y si haces B, entonces Y.
b. Este asunto se puede resolver de ésta o de esta
otra manera
c. Haz tres de estos problemas o ejercicios
d. Siéntate aquí, por favor
e. Cuando hayas hecho las tareas, te las puedo
revisar.
Alto riesgo
a. ¿Qué quieres hacer?
b. ¿Cómo podríamos resolver este problema? ¿Cuál te
parece la mejor alternativa?
200
Genara Castillo Córdova
c. Haz todos los problemas o ejercicios que puedas
d. ¿Dónde prefieres sentarte?
e. Si te surge alguna duda pregúntame.
Evidentemente, las decisiones de alto riesgo ayudan a
ser más independientes. Pero, como sabemos, no hay recetas
en educación y cada educador, debe ejercer la prudencia en
cada caso.
¿Y si no se cumplen los deberes?
1. Averiguar por qué no se han cumplido. Preguntar: “¿Por
qué no has hecho esto?”, “¿Qué te ha sucedido?”, “Esto,
¿te parece bien?, ¿por qué?
2. No cerrarle las perspectivas de mejorar. Evitar las etiquetas.
No usar adverbios que indican generalidad o radicalidad:
“Porque tú nunca...”, “porque tú siempre...”, “tú eres
tan”.
3. Evitar el insulto personal, el “tú eres...”. No decir: “tú eres
una birria”, “tú eres un inútil”, etc.
Si el educador está indignado, lo mejor es callarse y esperar
a calmarse. Si a pesar de todo tiene que actuar, es mejor
recurrir a la descripción del hecho ocurrido:
“Cuando hablas con tus compañeros, mientras yo estoy
explicando la clase, haces que me distraiga al igual que tus
compañeros”.
4. Ser dueño de los propios sentimientos. En lugar de herir,
describir su estado de ánimo: “Me siento ofendido, herido”.
Ética y educación en valores
201
Pero siempre dando razones, o pidiéndolas: “Estoy
decepcionado, a causa de...”, “Esa actitud tuya me
intranquiliza, algo ha pasado, me gustaría saberlo”.
5. Dejar siempre una salida:
“Tú no eres así..., me pareces distinto, ¿qué te ocurre?”,
“Sé que tú puedes, espero mucho de ti”.
6. Preguntar para corregir, en lugar de amenazar:
“¿Qué crees que podríamos hacer para que tu mesa esté
limpia? Y no: “Como no limpies tu mesa, seguirás recibiendo
castigos todo el tiempo que haga falta”.
202
Genara Castillo Córdova
6. MES DE SEPTIEMBRE
LA SINCERIDAD
¿Qué es la sinceridad?
Es la virtud por la cual se manifiesta, si es conveniente,
a la persona idónea y en el momento adecuado, o que ha
hecho, lo que ha visto, lo que piensa, lo que siente, etcétera,
con claridad, respecto a su situación personal o a la de los
demás. Es el amor a la verdad.
Es una virtud muy relacionada con la justicia, por la
que se da a cada uno lo que le corresponde. A los demás les
corresponde la verdad, tienen derecho a ella.
¿Qué no es la sinceridad?
• No es una comunicación al azar.
Ser sinceros no es decir lo primero que venga a
nuestra mente o a nuestros labios.
Para ser sinceros necesitamos ser dueños de lo que
sabemos, de lo que sentimos, de lo que queremos; es decir
ser dueños de nuestra realidad, poseerla de tal modo que
podamos luego comunicarla, de acuerdo a unos criterios.
¿Cómo tener gobierno sobre nuestra lengua?
Sabremos hablar y callar si recurrimos a la caridad y a
la prudencia. No tiene sentido el descubrirse ante cualquier
persona en cualquier momento.
Ética y educación en valores
203
Es bueno ser sencillos, pero la sencillez no es
espontaneidad desenfrenada, que se deja llevar por el impulso
del momento. La buena espontaneidad es la que se relaciona
con un ambiente de confianza, conducente a la propia mejora
y a la de los demás.
Lo que sería contrario a este concepto de espontaneidad
es la estrategia. Es decir si “manifestarse a la persona
adecuada en el momento oportuno” se entendiera como algo
planificado, no natural. Algo en contra de la autenticidad
personal. Si se fingen emociones, si se calla información, si se
adopta deliberadamente una postura de bondad, ingenuidad o
sencillez.
• No es una falsa apreciación de la realidad.
Existen tres niveles en los que se mueve la sinceridad:
-Realidad externa
-Conocimiento (mente)
-Lenguaje (palabras)
Para que haya sinceridad es necesario que haya
concordancia entre la realidad externa, lo que se tiene en la
mente (conocimiento) y lo que se expresa a través de las
palabras.
• No es una manifestación intencionadamente equívoca
de una realidad conocida.
Podría ser que se tuviera en la mente lo que existe en
la realidad. Puede haber verdad en el conocimiento y sin
embargo, no ser sincero al momento de expresar con las
palabras algo distinto de lo que se tiene en la mente. Es el
caso de la mentira, la hipocresía, la adulación, la calumnia, la
204
Genara Castillo Córdova
murmuración, etc. La sinceridad lleva a no decir con las palabras
algo distinto de lo que se tiene en la mente.
¿Qué es necesario para ser sinceros?
Los educadores podemos y debemos fomentar el amor
a la verdad. Tenemos que ayudar a los alumnos a que
redescubran el valor de la verdad y de ser posible que la amen
apasionadamente. ¿CÓMO? Ayudando a los alumnos a:
a. Que sean sinceros consigo mismos. Que se
conozcan, que sepan la verdad de sí mismos,
tanto de su ser personas humanas como de su
situación personal, de sus cualidades y defectos,
de sus posibilidades, etc.
b. Que amen la verdad y odien la mentira.
Que no se engañen, que amen la verdad por muy
dura que parezca. La mentira es un mal ¿Por qué
han de querer dañarse con ella?
Para esto hace falta fortaleza. ¿Por qué los
alumnos recurren a la mentira? Normalmente por
temor. ¿Ante quién? Ante ellos mismos y ante los
demás.
c. Que actúen con rectitud de intención.
Lo primero es darle criterios para actuar bien y luego
ayudarles a que actúen en consecuencia con rectitud
de intención y de cara a Dios. Si actúan sólo como
en un palco: cara al público, tratarán de acomodar
su actuación a los gustos o exigencias de los demás
y se les hará muy difícil ser sinceros.
Ética y educación en valores
205
d. Premiando la sinceridad de los educandos.
Si cuando uno de ellos ha hecho una travesura
nosotros preguntamos: ¿quién ha sido? Y al delatarse
el niño recibe un castigo, probablemente no volverá
a ser sincero por temor. Podríamos decirle lo siguiente:
“Por haber sido sincero no te castigaremos, pero la
próxima vez debes tener más cuidado”.
La mentira corresponde a una necesidad que el niño
siente, por tanto, hay que eliminar en lo posible la
causa de esas “necesidades”: el temor al castigo, el
“deseo de quedar bien”, etc.
e. Distinguiendo los hechos de las opiniones.
Si a un niño de ocho años se le pregunta: “¿Por qué
no has hecho la tarea? y éste dice: “Porque no pude
hacerla”, tenemos que ayudarle a ahondar y encontrar
la verdadera causa. “¿Por qué no pudiste hacerla?
Podría contestar: “porque no tuve tiempo”. Al hacerle
ver que sí o tenía el niño puede decir “Bueno, porque
no sé cómo se hace”. Pero todavía podemos ayudarle
a descubrir si es ésa la verdadera causa de no haberla
hecho:“¿Seguro que no sabes hacerla? ¿No te lo explicó
la maestra?”, “Sí”, “No me enfadaré, pero es muy
bueno que no te engañes”. Al final podrá aceptar
que tuvo pereza y no la hizo. Si ésa es la causa, hay
que felicitarle: “Muy bien que hayas reconocido que
no hiciste la tarea por pereza, aunque eso no esté
bien. Has ganado mucho al reconocer cuál es la
verdadera causa porque la próxima vez, atacarás la
verdadera causa: tu pereza”.
206
Genara Castillo Córdova
Uno puede opinar de diversas maneras tratando de
justificar sus errores pero la verdad es la verdad, y
cuanto más pronto la aceptemos mejor. Una persona
puede engañarse de muchas maneras. Una vez un
profesor le preguntó a una alumna: “¿Por qué ha
llegado Ud. tarde?”. Respuesta: “Porque fui a hacer un
mandado”. “¿Seguro que es ésa la causa?”, al final
era que no quería llegar a clase con ese profesor y
tratar esos temas que se estaban tratando.
f. Distinguiendo fantasía y realidad.
Esto es muy importante especialmente con los
adolescentes, a quienes les parece que ya porque
aprueban en su cabeza, o en su corazón, una virtud
o un ideal, ya por eso o cumplen en la realidad.
Muchas veces los adolescentes creen que son viven la
solidaridad sólo por el hecho de tenerla en su mente
como bueno y de compadecerse de los niños que
mueren en el África de hambre; y en cambio, en la
vida práctica, no les interesa ayudar a sus padres o
hermanos.
Ética y educación en valores
207
MES DE OCTUBRE:
LA PERSEVERANCIA
¿Qué es la perseverancia?
Es la virtud por la cual una vez que se toma una
decisión, lleva a cabo las actividades necesarias para alcanzar lo
decidido, aunque surjan dificultades internas o externas o pese
a que disminuya su motivación personal a través del tiempo
transcurrido”.
¿Qué no es la perseverancia?
• No es la terquedad. Si se ve que la decisión era
equivocada no se debe temer dar la vuelta atrás y desistir.
• No es la rutina. No se debe mantener una actividad
sin sentido.
¿Cómo se vive la perseverancia?
• Si se trata de niños pequeños es lógico que tengan
más facilidad en desistir, debido a que no tienen motivos
realmente importantes para seguir esforzándose durante un
tiempo muy largo. Los niños no suelen ver a lo lejos, ni
plantearse problemas más que a fecha inmediata.
La ayuda que tienen los niños entonces es la exigencia
de los padres. Cuando se trata de niños esta exigencia tiene que
ser prudente: exigiendo mucho en pocas cosas. Por
ejemplo, que los niños terminen los juegos que comienzan, a
208
Genara Castillo Córdova
que cumplan sus promesas razonables, a que realicen sus
tareas bien, a que cumplan unos encargos regularmente.
Para que esta exigencia sea educativa es necesario
explicar a los hijos la conveniencia y la utilidad de lo que
están haciendo. Para esforzarse es necesario tener claros
los motivos.
• Resistir a la prueba del tiempo.
* Para ello es conveniente dividir un objetivo en varias etapas,
teniendo en cuenta objetivos secundarios.
No basta con decir al niño: “Si sacas buenas notas te
compraremos una bicicleta”, porque el niño empezará con
entusiasmo, pero el curso escolar dura nueve meses, y es
difícil que un niño sea perseverante todo ese tiempo. Para
ayudarle a cumplir la meta de sacar buenas notas, los padres
podrían proponerle que mejorase en una asignatura en la
próxima evaluación y luego ayudarle a poner los medios
para alcanzar la mejora, mostrando un interés especial en
saber lo que le ha enseñado el profesor respecto a esta
materia; hablar con el profesor para saber cuáles son las
dificultades específicas de él; en definitiva ponerle metas
cortas, de hoy para mañana y de mañana para pasado.
* También hay que tener en cuenta que en cualquier actividad
que se realice hay un primer momento al empezar, en que
predomina el entusiasmo o la ilusión por la novedad o por la
esperanza del logro del objetivo. A continuación hay un
segundo momento en que viene el cansancio y la desazón
cuando parece que no hay adelanto, que todo va mal y
que sólo hay dificultades. El tercer momento es hacia el
final cuando se vuelve a ver con nitidez el objetivo,
alcanzable, y vuelve el entusiasmo inicial ya maduro por
incluir la satisfacción del esfuerzo que ha supuesto.
Ética y educación en valores
209
• Algunas posibilidades o sugerencias
* Proponer al educando o al hijo que intente desarrollar algún
aspecto de alguna virtud concreta durante un período de
tiempo, un mes, por ejemplo.
* Centrar la atención del educando en el cumplimiento de
algún encargo, indicando claramente lo que se espera de él
al final del proceso.
* Centrar la atención del educando en alguna persona, de tal
modo que haga algo concreto para ayudarle y, otra vez,
sugerir resultados finales.
* Luchar como en un plano inclinado, ir de menos a más, no
intentar conseguir todos los objetivos a la vez y de un sólo
esfuerzo.
* Decir claramente lo que hay que hacer. Explicar la situación
para que el hijo saque sus propias conclusiones. Estar cerca
para dar una mano cuando surjan dificultades animando al
educando.
* Nunca se deben dar ayudas innecesarias, ya que estas son
una limitación para quien las recibe. No se debe orientar si se
cree que el hijo está pidiendo ayuda por pereza o por
comodidad.
* No extrañarse de que existan dificultades tanto interiores
y externas, sino que hay que verlas como retos para mejorar.
* Contar con la ayuda sobrenatural para poder perseverar en
la vida cristiana y en el cumplimiento de los propios deberes.
210
Genara Castillo Córdova
MES DE NOVIEMBRE:
EL PUDOR
¿Qué es el pudor?
Es una virtud muy relacionada con la templanza, que
lleva a reconocer el valor de la propia intimidad y respeta la
de los demás. Mantiene su intimidad a cubierta de extraños,
rechazando lo que puede dañarla y la descubre únicamente
en circunstancias que sirvan para la mejora propia o ajena
¿En qué se fundamenta el pudor?
Se fundamenta en la dignidad de la persona humana,
considerada integralmente en todos sus aspectos. Somos
personas humanas, con capacidades espirituales que
especifican todas nuestras facultades, inclusive las del
cuerpo. El cuerpo humano no es igual que el cuerpo animal,
ya que éste está desasistido de las facultades espirituales que
están presentes, en cambio, en el hombre.
Una persona sin pudor, es alguien que no valora su
intimidad, pero ser íntimo es ser persona, saberse en la posesión
de un ser personal muy propio. Si se entrega alegremente lo
propio es que no se lo valora. En el fondo es desesperar de
ser persona, de poder iluminar con lo espiritual lo corpóreo y
todas los demás aspectos u actividades.
Ética y educación en valores
211
¿Cómo se educa en el pudor?
• Valorando la intimidad. Un adolescente puede descubrir que
posee una vivencia irrepetible, que convoca a todas sus
facultades intensamente, las del cuerpo y las del espíritu.
Entonces puede guardar aquello que es tan íntimo o puede
comunicarlo a algún amigo de confianza.
El guardar la intimidad no significa ser egoísmo. Podría ser
simplemente que se valora aquello que se siente, que se
piensa, etc., de tal manera que no quiere malgastarlo
hablándolo con cualquiera, o también puede ser que quiera
guardar las propias cosas para Dios.
• Procurar y respetar que cada hijo tenga su propia parcela
de intimidad.
Los padres y maestros tendrían que procurar que los
educandos tengan ámbitos propios, por ejemplo, que tengan
su propia gaveta, armario, o cajón, donde pongan las cosas
personales. En casa se podría sugerir que cuando un niño
esté bañándose, no entre otro.
También se podría enseñar que hay que tocar la puerta o
pedir permiso cada vez que se ingrese a una habitación
que esté ocupada.
• Aceptar que los adolescentes no cuenten sus cosas
personales, y no obligarlos a que las comuniquen. Para
esto hay que ayudarles a distinguir entre aquella información
que sí deben contar a sus padres y aquella que tienen
derecho a guardar.
• Que sean capaces de estar a solas consigo mismo en algún
rato, en silencio.
• Que mantengan el contenido de su intimidad sana mediante
la orientación de las personas idóneas.
212
Genara Castillo Córdova
• Darles ejemplo, de modo que la intimidad de los educandos
sea respetada por los educadores, hasta el punto de que
los maestros no podrían contar a los padres, sin previo
consentimiento de los alumnos, las confidencias que éstos
les han hecho.
Los ámbitos de la intimidad.
• La vivienda:
“El motivo dominante por el que los hombres construyen
casas no es defenderse del clima o de los animales: el hombre
construye casas porque necesita proyectar espacialmente su
intimidad: mi casa es “mi” intimidad, mi lugar íntimo, y cuando
invito a un amigo a mi casa lo invito a mi intimidad, lo invito a
estar íntimamente en mi compañía”3.
• El vestido:
“El pudor en cubrir el propio cuerpo significa que el
propio cuerpo se tiene en posesión, que no está a disposición
de nadie más que de uno mismo, que no está dispuesto a
compartirlo con todo el mundo y que por consiguiente se está
en condiciones de entregarlo a una persona o de no entregarlo
a nadie. Este es el sentido que manifiesta el marido o el novio
4
por la decencia en el vestir de su esposa o de su prometida” .
3
CHOZA, La supresión del poder, en nuestro tiempo, julio , 1971 Nº 205,
p. 8-14.
4
Ibídem, p. 9
213
Ética y educación en valores
Una chica puede y debe estar atractiva, vistiéndose
elegantemente y con buen gusto. ¿Cómo saber si está faltando
el pudor en el vestido?. Cuidando de no caer en provocaciones
o en exhibiciones de su intimidad. Por eso el criterio que debe
tenerse en cuenta no es solamente el de cubrir mucho o
poco, sino también de cómo se lo cubre.
• Lenguaje:
Igualmente ocurre con la expresión del pudor en el
lenguaje. “Es común la experiencia del ‘no sé lo que me pasa’
en relación con estados afectivos, y la consiguiente
incomodidad. El ‘no sé lo que me pasa’ indica que no se posee
objetivamente la propia intimidad.
La posibilidad de expresión verbal del estado de ánimo
es la posibilidad de posesión objetiva del mismo, por lo cual,
la posibilidad de comunicación, o de entrega de lo que se
posee. Cuando se dice de una persona que no tiene pudor
porque se refiere indiscriminadamente a aspectos íntimos de
su vida afectiva, se quiere indicar que la intimidad de esa
persona es de dominio público”5.
Manifestaciones de pudor.
• No hablar con ligereza de temas íntimos.
• No revelar a
personalmente.
5
Ibídem p 18
cualquier
problema
que
afectan
214
Genara Castillo Córdova
•
Exponer los propios problemas y los asuntos personales a
quien posea las condiciones de recibirlos adecuadamente y
manifestarlos de un modo sencillo, con rectitud.
•
Callar ante extraños las propias intimidades.
•
No curiosear en las cosas personales o asuntos íntimos
de los demás.
•
Mantener a cubierto de la curiosidad o de la
especulación ajena, no ya sólo los problemas, sino las
emociones, sentimientos y estados de ánimo que
constituyan la trama de la vida afectiva de cada uno.
•
No hablar a la ligera y sin razón suficiente de
acontecimientos o temas que habitualmente afectan a la
esfera íntima de las personas.
•
No ponerse en ocasión de faltas de pudor. Especialmente si
se trata de dos adolescentes enamorados, que buscan los
lugares oscuros como lugares “íntimos”, o si acuden a ver
una película parcial o totalmente erótica, etc.
•
Proporcionar a los educandos la debida educación sexual.
Ética y educación en valores
215
MES DE DICIEMBRE:
LA SOBRIEDAD
¿Qué es la sobriedad?
Es la virtud por la que se “distingue lo que es razonable
y lo que es inmoderado y utiliza razonablemente sus sentidos,
su tiempo, su dinero, sus esfuerzos, etc., de acuerdo con
criterios rectos y verdaderos”6.
¿Por qué es importante educar en esta virtud?
• Porque los seres humanos estamos en relación con bienes
placenteros y la tendencia al placer es muy fuerte.
• Es necesario aprender a disfrutar de los bienes que Dios
nos ha dado del modo conveniente.
• Es importante que el uso inmoderado de los bienes
placenteros emboten el espíritu humano para poder alcanzar
la verdad y el bien.
¿Qué es y qué no es la sobriedad?
• No tiene como fin la mera inhibición, sino la capacidad de
responsabilizarse de sí mismo para servir a los demás y a
Dios.
6
ISAACS, D. La educación de las virtudes humanas, editora de revistas,
México D. F., 1988 p. 209.
216
Genara Castillo Córdova
• Es una virtud que procura el dominio de sí mismo, disfrutando
del placer con criterio y medida.
• Es una defensa frente al ataque de la publicidad que promete
la satisfacción de todos los deseos y termina por convertir
al hombre en esclavo de sus deseos desordenados.
El sentido de la medida.
¿Cómo y en qué cosas gasto mi dinero?
¿Cuál es el motivo real de mis gastos?
¿Tengo un presupuesto de gastos ordinarios?
¿Cuántas de las cosas que tengo son necesarias y
cuántas superfluas?
¿Me invento falsas necesidades?
¿Cómo y bebo para alimentarme o sólo por placer?
¿Tengo “caprichos” en las comidas y bebidas?
¿Tengo una medida en el uso del tiempo, dando a
cada asunto lo que le corresponde?
¿Suelo derrochar el tiempo sin hacer nada o en
actividades no formativas?
¿Cómo educar en la sobriedad?
1. Enseñarles a valorar lo que poseen y lo que pueden poseer.
2. Enseñarles a dominar sus caprichos con alegría.
3. Ayudarles a reflexionar sobre el porqué de sus gastos.
Ética y educación en valores
217
4. Ayudarles a confeccionarse un horario, para que valoren el
tiempo y no lo malgasten.
5. Hacerles ver la importancia que tiene el no estar atados al
placer.
6. Enseñarles a reconocer cuáles son sus apetencias que
deberían controlar.
7. Proponerles unos ideales elevados que les lleven a una
satisfacción profunda en lugar de un placer banal.
8. Dándoles ejemplo de sobriedad.
Muchas veces la falta de sobriedad de los educandos
tiene una causa importante en las faltas de sobriedad de los
educadores. A veces los profesores podrían dedicarse
desmesuradamente a una actividad y descuidar otra. También
los padres tienen este peligro. Por ejemplo, una madre que
dedicara todo el tiempo a estar con sus hijos sin sacarse
tiempo para su marido estaría demostrando una falta de medida
en su conducta.
Cuando los educandos están en la adolescencia suelen
ser más evidentes las faltas de sobriedad y entonces vienen
los conflictos. Los padres critican a sus hijos porque gastan
su dinero sin criterio, en cualquier cosa; porque gastan su
tiempo inútilmente, porque comen sólo lo que les gusta,
porque se acuestan y se levantan a la hora que les viene en gana,
etc.
A su vez, los hijos también critican a sus padres y
maestros. Les acusan de ser cómodos, de gastar su dinero en
capricho, de trabajar rutinariamente y de divertirse sin sentido,
etc. Solamente si hay uniformidad de criterios entre los padres
y maestros junto con los hijos será posible la educación en la
sobriedad.
218
Genara Castillo Córdova
219
Ética y educación en valores
V
ALGUNOS RASGOS PRINCIPALES DE LOS NIÑOS EN
EDAD ESCOLAR.
Brevemente recordaremos algunas características
saltantes de los niños en edad es colar:
Características de los 8
1. El niño de esta edad es muy activo. Puede estar quieto
sólo por un breve tiempo.
2. Es muy afectivo. Tiene avidez de comunicación afectiva.
Su necesidad fundamental es la de sentirse amado. Por
esta razón necesita un ambiente de seguridad afectiva
para que pueda desarrollarse.
3. Acusa ausencia de seguridad en sí mismo. Siente
fuertemente la necesidad de protección y de ayuda.
4. Es egocéntrico, viviendo en su propio mundo y es egoísta
en las relaciones con sus compañeros. A veces también
es caprichoso y obstinado.
5. Tiene mayor conciencia de dos fuerzas opuestas, de lo
bueno y lo malo.
220
Genara Castillo Córdova
6. Presta mucha atención a sus propios triunfos, conquistas
y éxitos, que va mostrando a todos en la misma
esperanza de ser estimado.
7. Es adaptable y extrovertido. Su capacidad de adaptación
lo hacen idóneo para la asimilación de hábitos de conducta.
8. En cuanto a su comportamiento, en general, se comporta
mejor fuera de la casa que en la familia. En la escuela es
curioso de todo, observa el trabajo de su compañero,
acumula sobre su carpeta toda suerte de objetos. A veces
labora en silencio y absorto.
9. No es capaz todavía de un conocimiento racional verdadera
y propiamente, pero sí de conocimiento vital. Comprende
por medio de la intuición. Las acciones, la experiencia
sensible y la comunicación afectiva son los mejores canales
para su conocimiento.
10. Sobre el plano de la educación religiosa, habría que decir
que los padres y los educadores más que de enseñar
deben buscar el transmitir una vida de piedad viva y sincera.
La enseñanza de algunas prácticas religiosas puramente
mecánicas, sin alma, sirve poco para educar la religiosidad
de los niños de esta edad, si no va reforzada del ejemplo.
Características de los 9 años
1. Se da una adquisición progresiva de las emociones. Las
reacciones de envidia, irritabilidad, ira, son poco a poco
sustituidas por una mayor reflexión.
2. Comienza a tener mayor seguridad en sí mismo, por lo
cual llega a hacer más cosas sin la ayuda de los adultos.
Ética y educación en valores
221
3. Es más responsable de las propias acciones, mejor dicho,
es capaz de progresar rápidamente en este sentido.
4. Demuestra gran habilidad en la crítica social y en la
autocrítica.
5. Distingue la fantasía de la realidad mejor de antes
6. El egocentrismo disminuye, pero aumenta su deseo de ser
valorado.
7. Se interesa por sus padres pero poco a poco va tomando
distancia.
8. Sobre el plano de la vida moral, su conducta es ya el
reflejo de los valores descubiertos por su conciencia. Acepta
la existencia de un orden moral y está en condiciones de
progresar rápidamente en la asimilación de los criterios
morales.
9. Tiene necesidad del testimonio personal, en particular de
los padres y educadores.
10. En cuanto a so comportamiento, es frecuente que en
casa observa mucho a sus padres. Tiende a ser poco
cuidadoso de las cosas. En la escuela es desordenado y
tiene necesidad del estímulo positivo para responder
eficientemente. Responde favorablemente si se le ayuda
a organizarse.
11. Es capaz de juzgar las cosas como bien o mal hechas.
12. Tiene necesidad de que crezca su confianza en sí mismo
y en los otros. Padres y educadores deben inculcarle la
confianza en sí misma y en sus propias capacidades. Como
sabemos, en general, es más eficaz la alabanza que la
reprobación. No se debe mostrar indiferencia; es necesario
222
Genara Castillo Córdova
alabar o reprobar. Especialmente, el niño introvertido
reacciona positivamente a la alabanza; en cambio aquellos
que son extrovertidos reaccionan a veces de forma
moderada.
Características de los 10 años
Es la edad del hacer, producir, proyectar. En esta fase
de la vida de los niños podemos observar que ellos crecen y
aprenden mucho rápidamente. Estamos en la madurez de la
infancia. Es necesario tener presente que la evolución de las
niñas es anticipada respecto de la de los niños.
Daremos, en primer lugar, algunas características
generales que detallaremos enseguida, según los diversos
campos:
1. Poseen una gran energía.
2. Gozan de los juegos y de los trabajos difíciles y complejos.
3. Sus metas son inmediatas y estables.
4. Sus inteligencias se van desarrollando y van aumentando
el ejercicio del pensamiento abstracto.
5. Sus capacidades de valorar y juzgar van aumentando,
comienzan a manifestar algunas señales de espíritu crítico
y de rebelión.
6. Se van haciendo más sensibles y centrados en sí mismos.
Su mundo interior se va desarrollando.
7. Se amplían los intereses y se hacen más amplios.
Ética y educación en valores
223
8. Tienen necesidad de asegurar su posición en algún grupo
social. De aquí el por qué del éxito de los grupos, comitivas,
sociedades secretas, etc.
9. Tienen deseo y ansia de prestigio y lo buscan en la
estatura, en la fuerza, en el dinero, en la rivalidad, en los
deportes.
10. En lo que se refiere al comportamiento, tenemos que en
casa: aumenta el interés hacia el padre. Aparecen los
primeros deseos de independencia. En esa edad prefieren
no participar en las salidas familiares. En cambio, aquello
que realmente les atrae es el grupo. En la escuela, sienten
el deseo de competir, de vencer, de hacerse notar. Les
entusiasman los juegos de grupo y su sentido de la
solidaridad es bastante elevado. Es también relevante el
espíritu de competición y de rivalidad entre los diversos
equipos.
11. En esta edad aparece una gran necesidad de ser
responsables por realizar proyectos y encargos, de tener
ocasiones en las cuales hacerse valer y de experimentar
una cierta libertad en sus acciones.
12. En este período de inicial emancipación, se tiene necesidad
de afecto y de buena directiva. El hijo debe sentir que
goza de la confianza de los padres y de los educadores.
13. Sus ideas morales son prácticas, y su interpretación de la
ley es literal y absoluta.
A continuación nos referiremos de manera especial a
las características de los hijos en la etapa de la etapa inicial
de la adolescencia:
224
Genara Castillo Córdova
Rasgos principales de los 10/11-12/13 años;
1. Características psicosomáticas
Entre los rasgos somáticos más generales podemos
observar que en este momento de la vida, se produce una
crecida en general de las dimensiones físicas, estatura y peso.
En las niñas, se manifiestan ya las primeras señales de madurez
biológica del sistema reproductor femenino. De aquí el interés
por los procesos de crecimiento que se verifican en su cuerpo
y por el origen de la vida. En cuanto a los rasgos psíquicos
tenemos los siguientes:
ETAPA DEL EQUILIBRIO
Los 10 años es la edad en que por lo general se posee
un gran equilibrio evolutivo.
• Es la edad de un gran equilibrio en su evolución según una
fase de transición. El niño se muestra feliz, tranquilo, amable,
sincero, y amigable.
• A veces manifiesta ataques de ira, sin embargo, siempre
encuentra un modo de desfogar su irritación que es breve
y superficial.
• El equilibrio que demuestra es libre de tensiones y está
inclinado a una fácil reciprocidad se muestra independiente
y directo.
• Tiene grandes deseos de complacer a los otros.
• Comprende bien su propio comportamiento.
Ética y educación en valores
225
• Muestra una mayor amplitud de gustos e intereses, los
cuales el niño manifiesta en todo su ámbito personal, familiar
y social.
• Tiene gran capacidad de protección, proyectada
especialmente hacia los niños más pequeños, animales, etc.
ETAPA DE INQUIETUD
A los11 años, dar un paso adelante en su
desarrollo, mostrándose un poco más inquieto que en la etapa
anterior.
• Muestra mayor actividad y deseos de estar en la compañía
de los otros, rechazando la soledad.
• Le gusta discutir, pero no deja que discutan con él.
• Tiene un modo de pensar más concreto y específico. Parece
empeñado en una búsqueda activa del yo y lo encuentra
en conflicto con el de los otros.
• Tiene un gran sentido de la justicia y horror al engaño.
• Es impulsivo, pero le falta todavía prospectiva.
• Es supercrítico tanto en sus propias confrontaciones como
en las de otros, pero no sabe aceptar las críticas de los
demás.
ETAPA DE ESTABILIDAD
El adolescente de 12 años denota más equilibrio, y
control de sí mismo.
226
Genara Castillo Córdova
• Acepta a los otros, les ve y se ve con más objetividad sin
embargo fluctúa entre las actividades pueriles y las
maduras.
• Posee un mayor control de sí mismo.
• Es capaz de inhibir sus temores con mayor sentido del
humor; tiene tendencia a mostrarse extrovertido, exuberante
y entusiasta.
• Llega a ser menos insistente, razonable, más amigable,
y se muestra más altruista.
• No desea que le consideren como un niño pequeño y tiene
muchos deseos de crecer.
• Denota un notable progreso en el pensamiento conceptual,
preocupándose de los valores radicales como: justicia, ley,
vida, lealtad.
• Posee un auténtico sentido de la responsabilidad.
• Su trato dominante es el entusiasmo expansivo y la
capacidad de tomar la iniciativa.
• Es sensible a los sentimientos de los otros y a las
atenciones e intereses de las personas que lo circundan.
• Su nueva visión de las cosas tiene en sí una posibilidad de
maduración, que se irá desarrollando en proporción al entorno
familiar y escolar.
Ética y educación en valores
227
2. Características sociales
En el ámbito familiar a los 10 años se goza de la
confianza y amistad de los padres y de las actividades que
involucran a toda la familia.
• A esa edad, el adolescente todavía se siente feliz en el
seno de la familia, que no cambiaría pon ninguna otra.
• El padre es particularmente importante; a veces es objeto
de idolatría e idealización, especialmente, por parte de
los niños
• A los 11 años los niños llegan a ser a veces un elemento
perturbador de la vida familiar. De otro lado, es recomendable
que se propaguen actividades familiares en las cuales
participan con entusiasmo.
• Es muy leal y se solidarizan con los otros hermanos cuando
éstos están en dificultades.
• Se puede muestra brusco ante las indicaciones maternas,
haciendo siempre objeciones.
• Todavía prevalece, a veces, una relación de cooperación
más cordial, que hace a las niñas confidentes y a los
niños amigos de los padres.
• A los 12 años, al contrario, se dirige hacia la etapa de
madurez más tranquila.
• En esta edad se muestra tolerante hacia la mamá y más
comprensivo y amigable con el papá.
• Sigue las actividades familiares, y también busca siempre
más la compañía de los otros.
228
Genara Castillo Córdova
En el ámbito escolar, el niño de 10 años tiene un gran
poder de asimilación, le gusta memorizar, y reconocer los
hechos, hacer clasificaciones, etc. aunque todavía le cuesta
conceptualizar y generalizar.
• Pasa por períodos cortos de atención, por esto le gusta
mucho hablar, ver, leer y escuchar en vez de estudiar.
• Se suele propone muchas actividades y tareas, y no
persevera en ninguna.
• Tiene mucho placer en las actividades físicas: correr, saltar,
trepar, etc.
• Le gusta que el profesor le haga la programación de sus
actividades las cuales siguen atentamente.
• Pueden buscar excusas para no ir a la escuela, especialmente
si algo no ha ido bien o ha recibido algunos regaños.
• Ordinariamente siente afecto por sus profesores.
• Manifiesta períodos de concentración, alternados con
momentos de juego.
• En cambio, a los 11 años invierten sus energías en buscar
de evitar el trabajo, especialmente si este es rutinario.
• Aman la posibilidad de elección y si se le ofrecen varias
cosas para que elijan por sí mismos, llevan a término
diligentemente la tarea o el trabajo.
• El profesor es el factor externo más importante en la vida
escolar de un niño de 11 años.
• En esta edad los niños prefieren al profesor exigente y con
sentido del humor. Un profesor paciente, justo, simpático,
comprensivo, capaz de hacer interesantes las cosas y
Ética y educación en valores
229
enemigo de gritar; he aquí las cualidades que cautivan el
afecto y la colaboración de un niño de esta edad.
• Las fechas que aprende mejor son las que los profesores le
dan bajo la forma de cuentos, en los cuales una acción
lleva inevitablemente a otras acciones.
• Hacia los 12 años es más objetivo y maduro.
• Es entusiasta e impaciente, aunque también se muestra, a
veces, un poco amorfo en el pensamiento y en las acciones.
• Su mayor problema es el que representan las tareas
escolares.
• Es típica la realización del “diario” personal.
• Busca resolver por sí solo sus problemas.
• Es muy responsable en la organización de su tiempo y se cuida
de sus objetos personales.
En lo que se refiere a las relaciones interpersonales,
empieza la voluntaria separación de los sexos, especialmente
en los juegos y en las actividades.
• Los niños de esta edad poseen gran sentido de la amistad,
a la cual dan un peso excesivo.
• Las niñas prefieren los círculos más pequeños para hablar
de sus propias cosas. Se va desarrollando su propio yo.
• Sienten el deseo de encontrarse con los amigos, mezclarse
y competir con ellos.
230
Genara Castillo Córdova
• Son sensibles a la dinámica del grupo sin que sean todavía
dominados por él.
• Manifiestan grandes intereses por los clubes, los cuales
deben estar bien organizados, de otra manera pierden su
atractivo.
• Especialmente a los 12 años. Buscan la aprobación de los
demás.
• En general son sociables y dispuestos a colaborar.
3. Recomendaciones a los educadores
En esta edad conviene suscitar sus intereses con
estímulos adecuados por que aman aprender.
• Es la edad ideal para el uso de material gráfico y medios
audiovisuales que son muy eficaces.
• Es recomendable dedicar tiempo a las actividades al aire
libre.
• Los padres deben ser flexibles en la exigencia (especialmente
con los 10 años) y proporcionar ayuda de manera
comprensiva y discreta.
• Las niñas en general, por sus características psicológicas,
se refugian en su mundo interior y requieren más perspicacia
y penetración de parte de los educadores.
• En las relaciones con los otros pasan por diversas fases,
y es mejor que los adultos no intervengan mucho para que
ellos resuelvan las situaciones por sí mismos.
Ética y educación en valores
231
• Conviene tener confianza en ellos para favorecer su sentido
de responsabilidad.
• Darles oportunidades para desarrollar actividades en grupo
y mayor libertad en la medida en que vayan creciendo.
• Deben mantener un clima de alegría, autoridad, respeto y
favorecer su originalidad.
• Es aconsejable ayudarles a organizar el pensamiento en
todos los campos de intereses.
• El favorecer el ejercicio de actitudes que gozan de la
aprobación social sirve a un doble objetivo: refuerza el
respeto y la confianza en sí mismo, y protege contra
posibles problemas de tipo social.
• Es necesario tratar de educar a los niños para formar la
personalidad, para que sepan afrontar el futuro y lleguen a
ser aquello que deben ser, en modo consciente y maduro.
Terminaremos refiriéndonos a las características a la
etapa central de la adolescencia, la que va de los 13 a los 14
años:
Se encuentran en un período particularmente importante
y al mismo tiempo problemático, ya que se han adentrado
definitivamente a la adolescencia. Este momento representa
una etapa de ordenación de los valores y de fuerte idealismo
en contraste con la realidad.
Nos resulta difícil adentrarnos en su mundo, porque el
adolescente parece complejo y difícilmente comprensible. Pero
debemos pensar que el mismo no entiende lo que le sucede. El
adolescente tiene necesidad de ayuda, la busca, pero al mismo
232
Genara Castillo Córdova
tiempo la rechaza. Es la época de la búsqueda de sí mismo,
del descubrimiento del yo, de la propia intimidad. Cuando el
adolescente se abre a la sociedad, pero ésta no corresponde
a sus ideales, entonces adopta una actitud intransigente,
rebelde, e anticonformista.
Esta etapa, no obstante las transformaciones que
comporta, no cambia al adolescente en otra persona, distinta
de los años anteriores; es por esta razón que el adolescente
se prepara en la niñez y se continúa en la juventud y en la madurez.
1. Características Psicológicas
Entre las características psicológicas podemos observar
una tendencia a preocuparse por los cambios físicos que
para cualquier niño son muy significativos y a veces generan
descontento: por ejemplo, la obesidad, defectos físicos, que
aunque sean leves, le turban; por ejemplo si la nariz es
demasiado grande, si aparece el molesto acné.
Algunos Aspecto psíquico de esta edad son los
siguientes:
• Presenta una gran inestabilidad; su actividad es tan
discontinua como su crecimiento. Pasa de las acciones a la
indolencia y cambia el humor con facilidad: alegría-tristeza,
felicidad-depresión,
responsable-inconsciente;
timidezaudacia; soledad-afecto.
• Aunque tiene necesidad de consejos, los rechaza, porque
defiende la intimidad que empieza a nacer dentro de él.
Ética y educación en valores
233
• Casi todos los adolescentes se rebelan frente a las exigencias
y prohibiciones de la familia, se muestran ansiosos e
indecisos, turbados, sin seguridad en sí mismos.
• Por lo general ellos buscan la seguridad que les ofrece el
grupo de amigos de la misma edad al cual dan más
importancia que la aprobación de los adultos.
• Sienten al mismo tiempo la necesidad de la aprobación de
quienes son mayores que ellos, por que eso les da seguridad.
• A veces su conducta es agresiva, ya que como es sabido
la inseguridad, como todo temor engendra violencia.
• El adolescente es poco expansivo con los miembros de la
familia, porque piensa que ninguno le comprende.
• Es altruista y busca de empeñarse en muchos campos.
• Tiene un gran deseo de independencia que lo lleva a
alejarse: de aquí que ha ejercitado algún dominio de sí.
• Es rebelde frente a cualquier limitación y freno, que no
vayan acompañados de una argumentación y respaldados
por el prestigio.
• Tiende a querer imponer la propia personalidad frente a
otros, no cultivando sus propias cualidades, sino buscando
imitar a los personajes famosos, amigos o profesores que poseen
las cualidades que ellos querrían tener.
• Adopta una actitud extravagante, excéntrica en el vestir,
todo por llamar la atención, junto a formas antisociales de
conducta.
• Muestran falta de inclinación al trabajo.
234
Genara Castillo Córdova
• Tienen el deseo de entrar en el mundo de los adultos y, al
mismo tiempo están en antagonismo con la familia.
• Tiene sentimientos de auto importancia: la adolescencia
encuentra igualdad física con los adultos y espera que le
concedan los derechos y privilegios de los cuales gozan.
• Tiene un número confuso y desordenado de impresiones,
imágenes y sentimientos; recibiendo cada día muchas
impresiones y debiendo aprender el mayor número de
cosas solo, aunque le resulta difícil hacerlo.
• Los complejos de inferioridad, ignorancia o inseguridad de los
cuales sufre, lo llevan a reacciones de timidez, buscando
emerger frente a sus similares y de llamarles la atención.
• Es el momento del nacimiento de la intimidad con una
profundización interior.
• Es muy inconstante en la amistad; también siente una
profunda necesidad de ella.
• Crece su interés por el otro sexo.
2. Problemas más comunes en la adolescencia
• Necesidad de aceptación: El adolescente siente
eminentemente la necesidad de ser aceptado por los otros.
• Surgen igualmente problemas interpersonales hijos-padres.
• Problemas morales y religiosos, para conquistar solidez en
los fundamentos de su vida religiosa.
• Interés por el otro sexo: formación de grupos y amistades.
Ética y educación en valores
235
3. Recomendaciones a los educadores
• El adolescente tiene necesidad de afecto, comprensión en
torno a sí mismo, por tanto debe aceptarse la edad crítica
en la cual se encuentra, para ayudarlo a entenderse y a
aceptarse.
• Tiene igualmente necesidad de motivaciones. Conviene
buscar las mínimas ocasiones para estimularlo al desarrollo
espiritual, intelectual y afectivo.
• Conviene hacerlo sentir responsable, también si para llegar
a esto deberá cometer errores. Es la edad más propicia
para conseguir el sentido de la responsabilidad.
• Tiene también mucha necesidad de orientación y de
dirección. Se debe proporcionarle los medios adecuados
para satisfacer rectamente sus necesidades ineludibles.
• Desde el punto de vista de nuestra madurez sus problemas
nos parecen claros y a menudo absurdo, porque se
consideran objetivamente, cosa que ellos no son capaces
de hacer. De aquí que sea importante el ponerse en su nivel
y no juzgarlos desde este punto de vista o con relación a
nuestros problemas.
• Se le debe ayudar a formar la propia personalidad, y a ser
libre, rodeándole de un clima de comprensión, afecto, y
sacrificio. Esto tiene un gran poder de conquista de ellos.
• insertarlo en el ambiente que lo circunda, educarlo
integralmente.
• Conviene que el adolescente pueda manifestar claramente
sus dudas de cualquier clase a alguien que no se escandalice
236
Genara Castillo Córdova
y que admita que las cosas suceden por inadvertencia o
falta de experiencia, pero que no deben repetirse, si no
van de acuerdo con las leyes morales.
• Finalmente debe favorecerse el clima propicio para que
encuentre la autoestima, autonomía, integración, visión
trascendente, a través de un ejemplo vivido. Lo ayudará
así a conquistar la madurez dando un significado a su vida
Descargar