MONICIÓN: La fe da sentido a todo lo que ocurre, aporta energías nuevas para vivir y actuar. La fe crece, se afianza entre luces y sombras, como la de santa Luisa en el peregrinar de la vida siguiendo a Cristo. Con el paso de los años, nuestra fe madura, y se convierte en una prolongación incesante de la misericordia y del amor del Señor. La vida de Luisa es un verdadero himno de amor, empecemos nuestra oración en nombre de Dios Trino y descubramos el testamento que hoy nos ha dejado nuestra Madre. HIMNO: PARA LUISA (CD del grupo Siembra #10-el audio se puede descargar de nuestra página web) Al caer la tarde mi buena Luisa te nombro, cuando por los caminos tu imagen tierna en mi hombro; Nos dices que los pobres somos benditos de Dio, nos brindas tus cuidados, tu protección y tu amor. Siembras en nuestra tierra semillas de caridad, eres Santa Luisa de Marillac muy fecunda. Vienes, nos animas con corazón de servicio, eres manantial, mujer que cura miserias. Te tiñes de despojos de los enfermos, de olvidos, de los necesitados, abandonados, esclavos, te dicen buena madre los campesinos humildes y los encarcelados, los huérfanos, los mendigos. Eres el manantial pues de un gran pozo fecundo, fuente de fortaleza, mujer vestida de cielo, Te pierdes en mil campos labrando, arando justicia, en nombre de mi Dios, pequeño, humilde, sencillo. Creo muy firmemente que sólo ahora comienza esta gran obra nuestra que todo el mundo comenta, Luisa, te hiciste pobre en nombre de nuestro Dios, para enseñar al mundo lo que es amar al Señor. Cantemos todos juntos, que nadie se quede mudo que en este mundo todo se puede hacer con amor, levántense los pobres, los presos, huérfanos, todos los enfermos del mundo, Jesús está con nosotros. I SALMO: Cantado Ant. 1: “La fe es fundamento de lo que se espera y garantía de lo que no se ve”. Hb 11,1 Te doy gracias Señor, de todo corazón delante de los ángeles tañeré para Ti. Me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama. Que te den gracias Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca, canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. Cuando camino entre peligros, me conservas la vida. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. CÁNTICO: Alterno Ant. 2:”Sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan.”Hb. 11,6 1 Hna.: Vivir la Fe es acoger, con un corazón humilde y convertido, la revelación de Dios y su salvación, manifestada en Jesucristo. Todos: Bendito seas, buen Dios, porque sembraste el espíritu de fe en Santa Luisa. 1 Hna.: Vivir la Fe es adherirse de corazón a Jesucristo, el amigo, el maestro y Señor, apoyarse en El, roca y baluarte seguro, seguirle y pertenecerle. Todos: Bendito seas, buen Dios, porque sembraste la confianza plena en tus designios en Santa Luisa. 1 Hna.: Vivir la Fe implica un compromiso de vida, coherente con el don recibido. Todos: Bendito seas, buen Dios, porque sembraste el amor afectivo y efectivo en Santa Luisa. 1 Hna.: Vivir la Fe transforma la mirada, la hace capaz de acoger a cada una de nuestras hermanas con el corazón de Dios, aceptando a cada persona con toda su riqueza. Todos: Bendito seas, buen Dios, porque sembraste tu ternura y misericordia en Santa Luisa. REFLEXIÓN: Podemos compartir en torno a la lectura de un “TESTAMENTO MUY SINGULAR”, legado de Santa Luisa en este siglo XXI. PETICIONES: Se puede hacer entre dos lectores con una pausa entre presentación y súplica. La Fe engendra libertad, el amor ni ata ni teme, porque es energía creadora, viento impetuoso. Que este amor nos lleve a la Iglesia y a todos los cristianos a extender el Reino de Cristo, que es salvación por todo el mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR. La Fe es expresión de un amor responsable. El que ama se preocupa del otro, lo cuida y lo cultiva como el jardinero a su rosa. Que en las familias reine la unión, la comprensión, la ayuda mutua y la responsabilidad que ayude a todos los miembros a vivir en la fe y en el amor. ROGUEMOS AL SEÑOR. No hay amor sin dolor, el amor se alimenta como la llama de la cera de la renuncia, del aceite del perdón y del pabilo de la paciencia. Que sepamos superar los cansancios y los malos ratos de cada día viviendo con generosidad constante. ROGUEMOS AL SEÑOR. El amor tiene predilección por los pequeños y los pobres, por eso se inclinará con ternura hacia los dolientes y maltratados de la vida. Que no falten seguidores de Cristo que como Luisa de Marillac sepan estar al lado de los que sufren. ROGUEMOS AL SEÑOR. PADRE NUESTRO: Cantado ORACIÓN FINAL: Todas Oh Dios, fuente y premio de la caridad, que por medio de tu Hijo hecho hombre entregaste a la Iglesia el mandamiento del amor; danos, te pedimos, seguir de tal modo los ejemplos de la bienaventurada Luisa que, manifestando tu caridad sobre la tierra, merezcamos conseguir el reino prometido a tus elegidos. Por nuestro Señor Jesucristo que vive y reina….Amén UN TESTAMENTO MUY SINGULAR Yo, Luisa de Marillac, consciente del camino recorrido y atenta a tus deseos de vivir la Fe según el estilo de Jesús de Nazaret quiero dejarles las siguientes cosas: Les dejo un celular con la batería llena y una recarga hasta la Vida eterna con la única conexión que necesité para vivir: en número del Buen Dios. El nunca deja de comunicarse y todo SMS tiene siempre su respuesta. Los lentes que usé también se los cedo: son lentes que me permiten ver a los hombres y mujeres como Dios los ve, con el corazón. Con ellos descubrirán que todos tenemos algo que compartir, por pequeño que sea. Dejo también mis sandalias, que han recorrido mil caminos buscando la felicidad de otros y la mía propia. Seguramente le queden al menos mil más para quien esté dispuesto a levantarse de su cómodo sillón y ponerse en marcha. Mi computadora. En ella encontraran las armas necesarias para afrontar la vida desde la solidaridad y la justicia. Nunca se ha bloqueado y su conexión con otros hermanos te permitirá entrar en la red de los cristianos resucitados. Les dejo mi mejor tarjeta de crédito: el cuidado de los más pobres, ellos son nuestros amos y señores, para que experimenten la presencia de Jesús, necesitado en cada uno de ellos. No tiene limitado el saldo. Por último, si en algún momento te sientes desorientada, te dejo la comunidad de las Hijas de la Caridad, tu Comunidad, para que nunca te encuentres sola en el camino de la fe y de la entrega. Con estos pequeños regalos, podrán caminar hacia la Vida Plena, nuestro lugar de origen donde nos volveremos a encontrar.