DERECHO PENAL – AGOSTO 2012 Coordinación de Legislación y

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DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
Coordinación de Legislación y Jurisprudencia
AMPARO DIRECTO PENAL PROMOVIDO POR EL SENTENCIADO. SI EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO ADVIERTE EN SUPLENCIA DE LA
QUEJA DEFICIENTE QUE INDEBIDAMENTE FUE SANCIONADO
CONFORME A LAS REGLAS DEL CONCURSO IDEAL Y NO DEL
CONCURSO REAL, DEBE CONCEDER LA PROTECCIÓN PARA QUE SE
SUBSANE ESA IRREGULARIDAD APLICANDO LAS REGLAS DEL
CONCURSO REAL, SIN QUE LA SANCIÓN PUEDA SER MAYOR A LA
IMPUESTA.
Si al quejoso indebidamente le fue impuesta una pena conforme a las reglas
del concurso ideal, más benéfica que la que realmente le correspondía por
haberse actualizado en la especie un concurso real de delitos y el tribunal
colegiado de circuito que conoce del amparo promovido por aquél, decide
concederlo por violarse el principio de "exacta aplicación de la ley penal", el
efecto debe ser que la responsable deje insubsistente la resolución reclamada
y dicte una nueva, en la que al individualizar las penas, aplique las reglas
del concurso real, pero sin imponer una sanción mayor a la decretada
inicialmente, en aras de respetar el principio de "non reformatio in peius".
Clave: 1a./J. , Núm.: 47/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 157/2011. Entre las sustentadas por el Tribunal
Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Sexta Región, en apoyo del
Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito, y el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Cuarto Circuito. 29 de febrero de 2012. La
votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que se
refiere a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Mayoría de
cuatro votos respecto del fondo. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Francisco
Octavio Escudero Contreras.
Tesis de jurisprudencia 47/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha catorce de marzo de dos mil doce.j
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
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ARTÍCULO 248 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL. LA
EXCUSA ABSOLUTORIA QUE ESTABLECE EN RELACIÓN CON EL DELITO
DE ROBO, REQUIERE PARA SU ACTUALIZACIÓN QUE NO HAYAN
INTERVENIDO DOS O MÁS PERSONAS EN SU COMISIÓN.
Para que se actualice la excusa absolutoria prevista en el artículo 248 del
Código Penal para el Distrito Federal, dispositivo que faculta al juzgador a
no imponer sanción alguna en relación con el delito de robo -entre otros-, es
indispensable, además de diversas exigencias, que no hayan intervenido dos
o más personas en su comisión. Lo anterior se colige de la literalidad del
precepto y de las razones que el legislador expresó para establecer su
procedencia, cuando el antisocial no se haya cometido: 1) con violencia
física o moral; 2) mediante el uso de armas; 3) con la intervención de dos o
más personas; o 4) con privación de la libertad del pasivo del delito o a
través de la extorsión.
Clave: 1a./J. , Núm.: 65/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 453/2011. Suscitada entre el Tercer y el Sexto
Tribunales Colegiados, ambos en Materia Penal del Primer Circuito. 2 de
mayo de 2012. La votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos
por lo que hace a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz.
Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.
Tesis de jurisprudencia 65/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha veintitrés de mayo de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
AUTO DE FORMAL PRISIÓN. EL JUZGADOR DEBE LIMITARSE A LOS
HECHOS MATERIA DE LA CONSIGNACIÓN, SIN QUE PUEDA TOMAR EN
CUENTA AQUELLOS QUE DERIVEN DE LA AVERIGUACIÓN PREVIA QUE
SEAN DISTINTOS A LOS SEÑALADOS POR EL MINISTERIO PÚBLICO.
El artículo 163 del Código Federal de Procedimientos Penales, faculta a la
autoridad judicial a dictar el auto de formal prisión por el delito que
realmente aparezca comprobado, siempre que tome en cuenta sólo los
hechos materia de la consignación. La interpretación literal y genéticoteleológica de esta norma permite afirmar que el juzgador no puede variar
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los hechos materia de la consignación y considerar las actuaciones de la
averiguación previa y los hechos que de ellas se deriven, cuando no los
hubiera señalado el Ministerio Público en el pliego de consignación, a fin de
determinar la situación jurídica del inculpado. Esta afirmación encuentra su
justificación en las funciones que desempeñan el Ministerio Público, como
órgano acusador, y el juez, como rector del proceso, las cuales no pueden
concurrir. La función del juez es determinar si la actuación del Ministerio
Público cumple o no con los estándares legales a efecto de tener por
acreditado el cuerpo del delito y la probable responsabilidad motivo de la
consignación, fijando la materia del proceso con base, única y
exclusivamente, en la imputación realizada por el Ministerio Público, sin
que pueda asumir el papel de acusador, coadyuvante o asesor del
Ministerio Público, pues ello tornaría al proceso penal en un proceso
inquisitivo. Toda decisión jurisdiccional tiene como base los principios de
equidad procesal e imparcialidad, los que exigen que el juez sea ajeno a
cualquiera de los intereses de las partes, en términos del artículo 17
constitucional, y si bien es cierto que el juez tiene la facultad de reclasificar
los delitos, dicha rectificación sólo se realiza a nivel de tipicidad, por lo que
debe distinguirse de aquella actuación que modifica o agrega elementos
fácticos diversos a los señalados por la única autoridad competente para
ejercitar la acción penal, en términos del artículo 21 constitucional. Si se
autoriza que el juez incluya nuevos hechos en la acusación y que con base
en ellos dicte un auto de formal prisión, entonces no se emitirá una
actuación justa para el indiciado, porque lo dejará en estado de indefensión
al negarle la posibilidad efectiva y equitativa de hacer valer sus puntos de
vista y ofrecer pruebas, ya que los hechos por los que finalmente se dicta el
auto, escapan de la materia de la acusación.
Clave: 1a./J., Núm.: 64/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 478/2011. Entre las sustentadas por el entonces Tercer
Tribunal Colegiado del Octavo Circuito, actual Segundo Tribunal Colegiado
en Materias Penal y Administrativa del Octavo Circuito y el Segundo
Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Quinto Circuito.
25 de abril de 2012. La votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro
votos por lo que se refiere a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío
Díaz. Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria: Carmina Cortés Rodríguez.
Tesis de jurisprudencia 64/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
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Alto Tribunal, en sesión de fecha veintitrés de mayo de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
FARMACODEPENDENCIA. CONSTITUYE UNA CAUSA EXCLUYENTE DEL
DELITO PREVISTA EN EL ARTÍCULO 15, FRACCIÓN IX, DEL CÓDIGO
PENAL FEDERAL, CONDICIONADA A LA POSESIÓN DE NARCÓTICOS Y
EN LAS CANTIDADES ESTABLECIDAS EN LA TABLA PREVISTA EN EL
ARTÍCULO 479 DE LA LEY GENERAL DE SALUD.
El Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis
P. VII/2010, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXXI, febrero de 2010, página 19, de rubro: "EXCUSA
ABSOLUTORIA. EL ARTÍCULO 199, PÁRRAFO PRIMERO, DEL CÓDIGO
PENAL
FEDERAL,
AL
ESTABLECERLA
PARA
LOS
FARMACODEPENDIENTES, VIOLA EL DERECHO A LA SALUD
(LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 20 DE AGOSTO DE 2009).", sostuvo
que la farmacodependencia es una enfermedad y, por tanto, constituye una
causa de exclusión del delito. Ahora bien, la posesión de narcóticos por
farmacodependientes no puede constituir una acción desmedida, sino que
debe sujetarse tanto a la naturaleza de los narcóticos, como a las dosis
establecidas en la tabla de orientación de dosis máximas de consumo
personal e inmediato prevista en el artículo 479 de la Ley General de Salud,
al tratarse de un sistema normativo cerrado creado por el legislador federal
que contiene delimitaciones de tipo cuantitativo y cualitativo que atienden a
la libertad del farmacodependiente, al no restringirle el consumo de
sustancias que requiere por su problema de salud, así como a la protección a
la salud de terceros, evitando la posesión indiscriminada de narcóticos. Por
tanto, la posesión de narcóticos diversos o en cantidades distintas a los
establecidos en la citada tabla, no actualiza la causa de exclusión del delito
contemplada en el artículo 15, fracción IX, del Código Penal Federal, no
obstante que el sujeto activo padezca dicha enfermedad.
Clave: 1a./J., Núm.: 43/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 454/2011. Entre las sustentadas por el Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Décimo Sexto Circuito y el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito. 29 de febrero de
2012. La votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo
que se refiere a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz.
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Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Secretario: José Díaz de León Cruz.
Tesis de jurisprudencia 43/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha siete de marzo de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
LIBERTAD PREPARATORIA. LA AUTORIDAD JUDICIAL PENAL ES
COMPETENTE PARA RESOLVER SOBRE LA SOLICITUD DE SU
OTORGAMIENTO A PARTIR DE LA ENTRADA EN VIGOR DE LA
REFORMA AL ARTÍCULO 87 DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL, PUBLICADA
EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 23 DE ENERO DE 2009,
CON INDEPENDENCIA DE QUE EL INCIDENTE RELATIVO SE HUBIERA
PROMOVIDO PREVIAMENTE A LA FECHA LÍMITE DE LA VACATIO LEGIS
ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO QUINTO TRANSITORIO DEL DECRETO
DE REFORMAS CONSTITUCIONALES DE 18 DE JUNIO DE 2008.
El artículo 21, párrafo tercero, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, reformado mediante decreto publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, refleja la voluntad del
Constituyente Permanente de establecer en nuestro país un nuevo régimen
"judicializado" de modificación y duración de penas, ahora perteneciente al
ámbito del derecho penal. Por otra parte, el artículo quinto transitorio del
mismo decreto dispone que el nuevo régimen entrará en vigor cuando lo
establezca la legislación secundaria correspondiente, sin que pueda exceder
el plazo de 3 años, contados a partir del día siguiente al de la publicación
del propio decreto. Por tanto, tratándose del beneficio de la libertad
preparatoria, a partir de la reforma al artículo 87 del Código Penal Federal,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 23 de enero de 2009, la
autoridad judicial en materia penal es competente para resolver sobre la
solicitud de su otorgamiento; así, a partir de esa fecha, todos los
sentenciados podrán exigir, en respeto al derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva, que sea una autoridad judicial penal quien conozca y
resuelva en definitiva lo relativo a la concesión del referido beneficio para
salvaguardar los principios de seguridad y certeza jurídicas. En ese tenor,
los órganos de control constitucional están obligados a velar, en el ámbito
de sus respectivas competencias, por el eficaz cumplimiento de ese nuevo
régimen penal, en acatamiento al principio de supremacía constitucional,
con independencia de que los incidentes de libertad preparatoria señalados
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ante ellos como actos reclamados hubieran sido interpuestos previamente a
la fecha límite de la vacatio legis establecida para que entrara en vigor la
reforma al citado artículo 21 constitucional (19 de junio de 2011), ya que a
partir del 24 de enero de 2009, derivado de la reforma al indicado artículo
87, cobró vigencia el nuevo esquema penitenciario, a fin de que sea la
autoridad judicial quien conozca sobre el otorgamiento del beneficio de la
libertad preparatoria.
Clave: 1a./J., Núm.: 56/2012 (10a.)
Contradicción de tesis 507/2011. Entre las sustentadas por el Tribunal
Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del
Trigésimo Circuito. 18 de abril de 2012. La votación se dividió en dos partes:
mayoría de cuatro votos por lo que se refiere a la competencia. Disidente:
José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo.
Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: José Díaz de León Cruz.
Tesis de jurisprudencia 56/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este
Alto Tribunal, en sesión de fecha veinticinco de abril de dos mil doce.
Tipo: Jurisprudencia por Contradicción
DELITOS FISCALES. EL ARTÍCULO 111, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO
FISCAL DE LA FEDERACIÓN, NO VIOLA EL DERECHO DE EXACTA
APLICACIÓN DE LA LEY PENAL.
Conforme al derecho de exacta aplicación de la ley penal, previsto en el
tercer párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, no existe pena ni delito sin ley que los establezca; lo
anterior implica que al prever las penas, la autoridad legislativa no puede
sustraerse del deber de describir las conductas señaladas como merecedoras
de sanción penal, incluyendo todos sus elementos, características,
condiciones, términos y plazos, pues ello es necesario para evitar
confusiones en su aplicación o demeritar la defensa del procesado. En ese
sentido, el artículo 111, fracción III, del Código Fiscal de la Federación, al
señalar que se impondrá sanción de tres meses a tres años de prisión, a
quien oculte, altere o destruya total o parcialmente los sistemas y registros
contables, así como la documentación relativa a los asientos respectivos, que
conforme a las leyes fiscales esté obligado a llevar, no viola el citado derecho
constitucional, pues existe claridad en la descripción de todos los elementos
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que configuran al delito y, por tanto, el destinatario de la norma puede
saber con precisión lo que está prohibido. En efecto, el elemento que integra
el tipo penal relativo a quien oculte total o parcialmente los sistemas y
registros contables, así como la documentación relativa a los asientos
respectivos, que conforme a las leyes fiscales esté obligado a llevar tal clase
de contabilidad, no implica imprecisión, pues el vocablo "oculte", que
constituye el verbo rector del tipo, no provoca confusión ni es ambiguo,
incierto o impreciso, pues sus acepciones no dejan en incertidumbre al
gobernado, ya que lo que sanciona el precepto legal es dejar fuera del
ámbito de disposición de la autoridad fiscal los sistemas y registros
contables, lo que puede acontecer cuando se escondan, tapen, o bien, se
encubran a la vista; de ahí que se configurará el antisocial si el agente no da
a conocer o no pone a la vista los sistemas y registros contables, así como la
documentación relativa a los asientos respectivos, que conforme a las leyes
fiscales esté obligado a llevar.
Clave: 1a. , Núm.: CLXVII/2012 (10a.)
Amparo directo en revisión 1057/2012. 23 de mayo de 2012. Unanimidad de
cuatro votos. Ausente y ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; en su
ausencia hizo suyo el asunto Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria:
Carmina Cortés Rodríguez.
Tipo: Tesis Aislada
PRISIÓN PREVENTIVA. DEBE DURAR UN PLAZO RAZONABLE.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, publicado en el
Diario Oficial de la Federación el 20 de mayo de 1981, prevé en su artículo
9o., numerales 1, 3 y 4, respectivamente, que todo individuo tiene derecho a
la libertad y a la seguridad personales, sin que pueda ser sometido a
detención o prisión arbitrarias, esto es, no podrá ser privado de su libertad,
salvo por las causas fijadas por la ley y con arreglo al procedimiento
establecido en ésta; que toda persona detenida tendrá derecho a ser juzgada
dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad; que la prisión
preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla
general, y que éstas tendrán derecho a recurrir ante un tribunal a fin de que
decida, a la brevedad posible, sobre la legalidad de su prisión. De lo anterior
y de una interpretación al principio pro personae al derecho nacional en
términos del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
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Mexicanos, se concluye que la prisión preventiva debe durar un plazo
razonable.
Clave: 1a., Núm.: CXXXVI/2012 (10a.)
Amparo en revisión 27/2012. 28 de marzo de 2012. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.
Tipo: Tesis Aislada
PRISIÓN PREVENTIVA. FORMA DE PONDERAR EL PLAZO RAZONABLE
DE SU DURACIÓN.
Conforme al artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, la prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como
máximo de pena fije la ley al delito que motivare el proceso. Ahora bien,
una interpretación basada en el principio pro personae, con fundamento en
la Constitución y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
adoptada en San José de Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969, permite
definir la forma en que debe ponderarse si ha transcurrido un plazo
razonable en la duración de la prisión preventiva, en atención a los factores
siguientes: 1. Probabilidad de que el acusado cometió un delito merecedor
de pena carcelaria, en donde el juzgador podría estimar que la medida
cautelar provisional decretada ya no es imperiosa, lo que no prejuzga lo
resuelto en el auto de formal prisión; 2. Peligro de fuga o evasión de la
acción de la justicia, donde deben tenerse en cuenta la gravedad del delito y
la eventual severidad de la pena, elementos que por sí solos son
insuficientes para concluir que no ha transcurrido un plazo razonable de
duración de la prisión preventiva; 3. Riesgo de comisión de nuevos delitos,
en donde el peligro debe ser real; 4. Necesidad de investigar y posibilidad
de colusión, circunstancias que deben evaluarse en asuntos donde el
acusado puede impedir el curso normal del proceso judicial, dicha
necesidad debe fundarse en un peligro efectivo; 5. Viabilidad de presión
sobre los testigos, caso en que debe examinarse si existe un riesgo legítimo
para éstos u otras personas; 6. Preservación del orden público, en donde por
circunstancias excepcionales, la gravedad especial de un hecho delictivo y la
reacción del público ante el mismo, pueden justificar la aplicación de la
medida cautelar por cierto periodo; 7. Debida diligencia en la sustanciación
del procedimiento, donde debe justipreciarse si las autoridades la han
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empleado; 8. Motivos expuestos por las autoridades judiciales para justificar
la continuación de la medida, donde la información se analiza caso por caso
para determinar la relevancia y suficiencia de las justificativas para la
prisión preventiva; 9. Lapso constitucional de duración del juicio, donde
debe constatarse si han transcurrido 4 meses en caso de delitos cuya pena
máxima no excede de 2 años de prisión o 1 año si la pena excede de ese
tiempo; 10. Ejercicio efectivo del derecho de defensa, el cual no debe ser un
pretexto para que la autoridad alargue el proceso de manera injustificada; y
11. Eventualidad apoyada en datos de riesgo para el ofendido o la sociedad,
donde el riesgo debe justipreciarse con elementos de convicción aportados
por la Representación Social. Así, los jueces, fundándose en una prudente
apreciación, deben evaluar en forma proporcional y razonada en cada caso
dichos factores, a efecto de determinar si ha transcurrido un plazo razonable
de permanencia del procesado sujeto a prisión preventiva.
Clave: 1a., Núm.: CXXXVII/2012 (10a.)
Amparo en revisión 27/2012. 28 de marzo de 2012. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.
Tipo: Tesis Aislada
PRISIÓN PREVENTIVA. NO
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
TRANSGREDE
EL
PRINCIPIO
DE
Conforme al artículo 29 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, adoptada en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969,
no pueden suprimirse el goce y ejercicio de los derechos y libertades
reconocidos en la propia convención o limitarlos en mayor medida que la
prevista en ella. Ahora bien, la privación de la libertad de una persona en
forma preventiva con arreglo a la ley y al procedimiento fijado para ello no
constituye una transgresión al principio de presunción de inocencia, toda
vez que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su
texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el
18 de junio de 2008, permite que se restrinja la libertad de una persona como
medida cautelar, mediante un auto de formal prisión dictado por un delito
que merezca pena de prisión; lo que es acorde con el artículo 7.2 de la
referida Convención que dispone que nadie puede ser privado de su
libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano
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por las Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas
conforme a ellas, máxime que el detenido preventivamente no purga una
pena anticipada.
Clave: 1a., Núm.: CXXXV/2012 (10a.)
Amparo en revisión 27/2012. 28 de marzo de 2012. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.
Tipo: Tesis Aislada
ROBO CON VIOLENCIA FÍSICA. EL ARTÍCULO 225, FRACCIÓN I, DEL
CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL QUE LO PREVÉ, NO VIOLA
LA GARANTÍA DE EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY EN MATERIA PENAL.
La citada garantía, prevista en el tercer párrafo del artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no sólo prohíbe a la
autoridad jurisdiccional imponer penas por analogía o por mayoría de
razón, sino que también obliga al legislador a emitir normas claras en las
que precise las conductas típicas y la consecuencia jurídica por la comisión
de un ilícito, a fin de que la pena se aplique con estricta objetividad y
justicia, y para que no se desvíe ese fin con una actuación arbitraria del
juzgador ni se cause un estado de incertidumbre jurídica al gobernado. En
ese sentido, el artículo 225, fracción I, del Código Penal para el Distrito
Federal, al establecer que la pena impuesta por el delito de robo se
incrementará con prisión de 2 a 6 años, cuando se cometa con violencia
física o moral, o cuando se ejerza violencia para darse a la fuga o defender lo
robado, no viola la garantía de exacta aplicación de la ley en materia penal
prevista en el artículo 14 constitucional, ya que el concepto "violencia física"
sí tiene una connotación determinada y específica, esto es, no es ambiguo o
indeterminado, ni da lugar a una labor de integración por el aplicador de la
norma. En efecto, desde el punto de vista gramatical, la violencia consiste en
utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo y lo físico es lo que
pertenece al mundo material, lo relativo a la constitución y naturaleza del
cuerpo o al aspecto exterior de alguien; de ahí que aludir a la "violencia
física" como medio de comisión del delito de robo, se traduce en que dicho
ilícito se comete prevaliéndose del uso de la fuerza sobre el cuerpo o la
persona del sujeto pasivo. Por tanto, la violencia física también comparte el
carácter de elemento normativo de valoración cultural, pues el juzgador
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debe determinar, en cada caso concreto, si ésta se actualizó como medio de
comisión del delito. Este juicio de valor no constituye una autorización para
integrar la ley penal a través de la analogía o la mayoría de razón, pues por
un lado, el medio de comisión en estudio tiene una connotación lo
suficientemente clara como para que el juzgador se abstenga de acudir a
otra norma del sistema, a fin de trasladar su solución legal al delito de robo
y, por otro, porque la labor de valoración judicial que lleve a cabo debe estar
debidamente fundada y motivada, en términos del artículo 16
constitucional, a fin de dictar sentencia con base en parámetros que
descarten toda arbitrariedad.
Clave: 1a. , Núm.: CXLVIII/2012 (10a.)
Amparo directo en revisión 1099/2012. 23 de mayo de 2012. Unanimidad de
cuatro votos. Ausente y ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; en su
ausencia hizo suyo el asunto Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria:
Carmina Cortés Rodríguez.
Tipo: Tesis Aislada
SENTENCIA CONCESORIA DE AMPARO. SUS EFECTOS CUANDO SE
RECLAMA EL CESE DE LA PRISIÓN PREVENTIVA POR HABER
TRANSCURRIDO "UN PLAZO RAZONABLE" EN SU DURACIÓN.
El hecho de que transcurra un "plazo razonable" después de dictado el auto
de formal prisión, sin que el procesado que se presume inocente esté
ejerciendo su derecho de defensa o aun ejerciéndolo hubiera transcurrido un
lapso excesivo en relación con lo dispuesto en la ley y todavía no exista
decisión sobre su culpabilidad o inculpabilidad, puede dar cabida a
considerar violados los principios de presunción de inocencia, plazo
razonable, dignidad humana y pro homine, emanados de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; por lo que cuando en el amparo
se reclama la violación a dichos principios y se otorga al quejoso sujeto a
prisión preventiva la protección constitucional, sus efectos, conforme a la
norma constitucional vigente antes del 18 de junio de 2008 -sistema penal
anterior al nuevo acusatorio adversarial-, implicarían que todas las
autoridades de instancia, en el ámbito de sus respectivas competencias,
queden vinculadas a emitir con prontitud las resoluciones faltantes y acatar
estrictamente los plazos a que alude la ley, sin dilación alguna; donde la
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carga de trabajo, la dificultad del asunto o cualquier otra circunstancia no
podría ser un argumento válido para aplazar cualquier determinación de
absolución o de condena. Por otro lado, cuando resulten aplicables las
reformas a la Constitución General de la República publicadas en el Diario
Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, que instauran el nuevo
sistema penal acusatorio, si ha transcurrido un plazo superior a 2 años, el
imputado no está ejerciendo su derecho de defensa y no se ha pronunciado
sentencia, el efecto de la concesión del amparo será ponerlo en libertad de
inmediato mientras se continúa con el proceso, sin que ello obste para
imponer otras medidas cautelares conforme al artículo 20, apartado B,
fracción IX, de la Ley Fundamental.
Clave: 1a., Núm.: CXXXVIII/2012 (10a.)
Amparo en revisión 27/2012. 28 de marzo de 2012. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.
Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.
Tipo: Tesis Aislada
SUSTITUCIÓN DE LA PENA DE PRISIÓN Y CONDENA CONDICIONAL.
LOS ARTÍCULOS 70, ÚLTIMO PÁRRAFO Y 90, FRACCIÓN I, INCISO B), DEL
CÓDIGO PENAL FEDERAL, QUE IMPIDEN SU OTORGAMIENTO A QUIEN
HUBIERE SIDO CONDENADO EN SENTENCIA EJECUTORIADA POR
DELITO DOLOSO PERSEGUIBLE DE OFICIO, NO SON CONTRARIOS A
LOS DERECHOS DE FAMILIA DEL SENTENCIADO NI AL INTERÉS
SUPERIOR DEL MENOR.
Las razones que el legislador tomó en cuenta para impedir la concesión de
la sustitución de la pena de prisión y del beneficio de la condena
condicional a los sentenciados que hayan sido juzgados por un delito doloso
perseguible de oficio en el caso de la sustitución, en términos de los citados
preceptos, se basaron en lo injusto que resulta que quienes cometen delitos
aprovechen tal concesión para obtener su libertad y volver a delinquir, y a la
facultad del legislador de generar limitaciones en la ley, siempre y cuando
resulten razonables y proporcionales. Bajo ese tamiz, los artículos 70, último
párrafo y 90, fracción I, inciso b), del Código Penal Federal, no son
contrarios a los derechos de familia de los sentenciados ni al interés superior
del menor, porque la debida salvaguarda de esos postulados no depende
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del otorgamiento de la sustitución de la pena de prisión o de los beneficios
de la condena condicional que prevén dichos numerales, sino de que tales
derechos no se vean afectados por disposiciones que eviten el contacto del
condenado con los integrantes de su núcleo familiar, lo cual es un medio
para lograr su reinserción, que constituye el fin constitucional esperado.
Clave: 1a. , Núm.: CLXVIII/2012 (10a.)
Amparo directo en revisión 2672/2011. 11 de abril de 2012. Cinco votos.
Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz
Palma.
Tipo: Tesis Aislada
SUSTITUCIÓN DE LA PENA DE PRISIÓN Y CONDENA CONDICIONAL.
LOS ARTÍCULOS 70, ÚLTIMO PÁRRAFO Y 90, FRACCIÓN I, INCISO B), DEL
CÓDIGO PENAL FEDERAL, EN LA PARTE QUE LIMITAN EL
OTORGAMIENTO DE DICHOS BENEFICIOS, SON CONSTITUCIONALES Y,
POR ENDE, LA AUTORIDAD JURISDICCIONAL NO DEBE DEJAR DE
APLICARLOS
MEDIANTE
UN
CONTROL
DIFUSO
DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD.
Los artículos citados limitan el acceso a los sustitutivos de la pena de prisión
y a los beneficios de la condena condicional, respectivamente, a quien
anteriormente hubiere sido condenado en sentencia ejecutoriada por delito
doloso perseguible de oficio y al sentenciado reincidente por delito doloso,
lo que guarda proporcionalidad y razonabilidad constitucional, en la
medida en que quienes no se encuentran en las hipótesis mencionadas
pueden aspirar a ellos si cumplen con las exigencias previstas en dichos
preceptos. Lo anterior es así, toda vez que el legislador está facultado para
generar las limitaciones a los beneficios de la ley, siempre y cuando resulten
razonables y proporcionales, como sucede en los supuestos referidos, en los
que por cuestiones de política criminal y para combatir la inseguridad
pública, así como para evitar la impunidad, dispuso regular su acceso con
un doble efecto: uno preventivo y otro represivo; el primero tiene que ver
con alcanzar la paz social al evitar que se cometan delitos, y el segundo,
guarda razonabilidad con los fines de la pena, esto es, con la retribución, la
ejemplaridad y la aflicción. Así, su esencia es acorde con los postulados de
la Ley Suprema, pues es constitucional y convencionalmente válido que el
creador de la ley limite la sustitución de la pena de prisión y el beneficio de
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la condena condicional a quienes insisten en reiterar una conducta antisocial
reprochable, en la medida en que de la interpretación del artículo 18 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que los
beneficios de la ley deben concederse cuando se cumplen los parámetros
que condicionan su otorgamiento. Consecuentemente, la autoridad
jurisdiccional no puede dejar de aplicar los artículos 70, último párrafo y 90,
fracción I, inciso b), del Código Penal Federal, en la parte que restringen el
otorgamiento de los beneficios ahí contenidos, mediante un control difuso
de constitucionalidad y convencionalidad.
Clave: 1a. , Núm.: CLXIX/2012 (10a.)
Amparo directo en revisión 2672/2011. 11 de abril de 2012. Cinco votos.
Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz
Palma.
Tipo: Tesis Aislada
VIOLACIONES COMETIDAS EN LA DETENCIÓN DEL INCULPADO CON
MOTIVO DE LA EXCEPCIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 16
CONSTITUCIONAL (FLAGRANCIA O CASO URGENTE). PROCEDE
ANALIZARLAS EN AMPARO DIRECTO.
Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia 1a./J. 121/2009, de rubro: "AMPARO DIRECTO. PROCEDE
QUE EN ÉL SE ANALICEN COMO VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO
LAS COMETIDAS EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA, CUANDO
AFECTEN LAS GARANTÍAS CONTENIDAS EN LOS ARTÍCULOS 14 Y 20
DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, EN TÉRMINOS
DEL ARTÍCULO 160, FRACCIÓN XVII, DE LA LEY DE AMPARO.",
sostuvo que es procedente que en el amparo directo se analicen como
violaciones al procedimiento las cometidas en la averiguación previa
cuando afecten las garantías contenidas en los artículos 14 y 20 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual no debe
interpretarse de manera limitativa, en la medida en que la protección del
derecho humano al debido proceso está conformada sistemáticamente por
diversos numerales constitucionales, esto es, el respeto a este derecho está
vinculado con la observación de los parámetros que la Constitución
establece para todas las etapas procedimentales. Así, el catálogo de derechos
del detenido previsto en el artículo 20, apartado A, fracciones I, V, VII y IX
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constitucional, en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008, se extiende a todos aquellos
actos o diligencias que se realicen desde la averiguación previa, lo que
permite ubicar posibles violaciones en cualquier diligencia de esta etapa.
Ahora bien, el artículo 16 de la Constitución General de la República
establece algunas excepciones que implican la restricción a aquellos
derechos, entre los cuales se encuentra la privación de la libertad personal,
específicamente en las detenciones por flagrancia o caso urgente, derivadas
de la existencia de elementos que permiten atribuir a una persona su
probable responsabilidad en la comisión de un hecho calificado como delito
por las leyes penales; sin embargo, para que dicha excepción sea
constitucionalmente válida, debe satisfacer ciertas condiciones de legalidad,
de ahí que el órgano de control constitucional esté en condiciones de
verificar si la prolongación injustificada de la detención policiaca sin poner
al detenido a disposición inmediata de la autoridad ministerial o sin
cumplir los requisitos constitucionales que justifican el caso urgente, generó
la producción e introducción a la indagatoria de elementos de prueba que
incumplen con los requisitos de formalidad constitucional que deban
declararse ilícitos, o si las diligencias correspondientes se realizaron en
condiciones que no permitieron al inculpado ejercer su derecho de defensa
adecuada. En esas condiciones, procede analizar en amparo directo, en
términos del artículo 160, fracción XVII, de la Ley de Amparo, las
violaciones cometidas con motivo de la excepción prevista en el artículo 16
constitucional (flagrancia o caso urgente), que justifican la detención de una
persona como probable responsable de la comisión de un delito, pues
podrían constituir una transgresión al derecho humano al debido proceso,
conforme al cual es necesario el respeto a las formalidades esenciales del
procedimiento, a la licitud de las pruebas y al ejercicio de defensa adecuada
a que se refieren los artículos 14 y 20 constitucionales.
Clave: 1a. , Núm.: CLV/2012 (10a.)
Amparo directo en revisión 997/2012. 6 de junio de 2012. Mayoría de tres
votos. Ausente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Disidente: Guillermo I.
Ortiz Mayagoitia. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Rosalba
Rodríguez Mireles y Julio Veredín Sena Velázquez.
Nota: La tesis de jurisprudencia 1a./J. 121/2009 citada, aparece publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXXI, mayo de 2010, página 36.
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Tipo: Tesis Aislada
ACTOS DE TORTURA. CUANDO LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES,
CON MOTIVO DE SUS FUNCIONES, TENGAN CONOCIMIENTO DE LA
MANIFESTACIÓN DE UNA PERSONA QUE AFIRME HABERLOS SUFRIDO,
OFICIOSAMENTE DEBERÁN DAR VISTA CON TAL AFIRMACIÓN A LA
AUTORIDAD MINISTERIAL QUE DEBA INVESTIGAR ESE PROBABLE
ILÍCITO.
El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
vigente a partir del 11 de junio de 2011, establece que todas las autoridades
del país, dentro del ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos contenidos
en la Constitución Federal y en los instrumentos internacionales suscritos
por el Estado Mexicano. Esa disposición también adopta el principio
hermenéutico pro homine, según el cual, en la protección de los derechos
humanos debe elegirse la interpretación más favorable para las personas.
Por otro lado, los artículos 22 constitucional, 5 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos reconocen el derecho humano de toda persona a no sufrir actos de
tortura. Además, este derecho fundamental fue garantizado por nuestro
país al suscribir la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, de cuyos artículos 1, 6 y 8 se advierte que las personas que
denuncien haber sido torturadas tienen derecho a que las autoridades
intervengan inmediata y oficiosamente a fin de que su caso sea investigado
y, de ser procedente, juzgado en el ámbito penal. Por su parte, el artículo 11
de la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura establece que todo
servidor público que en el ejercicio de sus funciones conozca de un posible
hecho de tortura está obligado a denunciarlo de inmediato. Así, del análisis
de los preceptos invocados se concluye: a) Las personas que denuncien
actos de tortura tienen el derecho a que las autoridades intervengan de
forma expedita para que su acusación sea investigada y, en su caso,
examinada a través de un juicio penal; b) La obligación de proteger ese
derecho recae en todas las autoridades del país (en el ámbito de sus
competencias), y no sólo en aquellas que deban investigar o juzgar el caso; y
c) Atento al principio interpretativo pro homine, para efectos del
mencionado derecho, debe considerarse como denuncia de un acto de
tortura a todo tipo de noticia o aviso que sobre ese hecho se formule ante
cualquier autoridad con motivo de sus funciones. Consecuentemente,
cuando los órganos jurisdiccionales, con motivo de sus funciones, tengan
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conocimiento de la manifestación de una persona que afirme haber sufrido
tortura, oficiosamente deberán dar vista con tal afirmación a la autoridad
ministerial
que
deba
investigar
ese
probable
ilícito.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DE
AUXILIAR DE LA OCTAVA REGIÓN.
CIRCUITO
DEL
CENTRO
Clave: XXVII.1o.(VIII Región) , Núm.: J/1 (10a.)
Amparo directo 631/2011. 14 de octubre de 2011. Unanimidad de votos.
Ponente: Juan Ramón Rodríguez Minaya. Secretario: Samuel René Cruz
Torres.
Amparo en revisión 65/2012. 3 de febrero de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Livia Lizbeth Larumbe Radilla. Secretario: José Francisco Aguilar
Ballesteros.
Amparo directo 332/2012. 16 de mayo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Ybraín Hernández Lima. Secretario: José Gabriel Campos
Hernández.
Amparo en revisión 361/2012. 25 de mayo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Livia Lizbeth Larumbe Radilla. Secretario: Hernán Whalter Carrera
Mendoza.
Amparo en revisión 441/2012. 15 de junio de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Livia Lizbeth Larumbe Radilla. Secretario: Hernán Whalter Carrera
Mendoza.
Tipo: Jurisprudencia por Reiteración de Criterios
SUSPENSIÓN PROVISIONAL CONTRA UNA ORDEN DE APREHENSIÓN.
CORRESPONDE AL QUEJOSO MANIFESTAR EN LA DEMANDA DE
AMPARO LO REFERENTE A SU SITUACIÓN ECONÓMICA PARA SER
TOMADA EN CUENTA AL MOMENTO EN QUE SE FIJE EL MONTO DE LA
GARANTÍA RESPECTIVA.
El artículo 124 bis de la Ley de Amparo establece, para la efectividad de la
suspensión concedida contra actos derivados de un procedimiento penal
que afectan la libertad personal, que se exija al quejoso una garantía cuyo
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monto se fijará tomando en cuenta la naturaleza, modalidades y
características del delito que se le impute, su situación económica y la
posibilidad de que aquél se sustraiga de la acción de la justicia; sin embargo,
tratándose de la suspensión provisional contra una orden de aprehensión, el
Juez de Distrito debe fijar el monto de la garantía con los datos asentados en
la demanda interpuesta, y si de ella no se advierte alguno sobre la situación
económica del quejoso, hará uso de su facultad discrecional para
determinarla pues, en este aspecto, corresponde a éste proporcionar dicha
información.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P. , Núm.: J/57 (9a.)
Queja 66/2006. 19 de septiembre de 2006. Unanimidad de votos. Ponente:
Margarito Medina Villafaña. Secretario: José Alejandro Esponda Rincón.
Queja 54/2010. 23 de septiembre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente:
José Manuel Torres Pérez. Secretario: Antonio Rodríguez Ortiz.
Queja 56/2010. 23 de septiembre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente:
José Manuel Vélez Barajas. Secretaria: Silvia Gómez Guerrero.
Queja 58/2010. 24 de septiembre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente:
José
Manuel
Torres
Pérez.
Secretaria:
Hilda
Tame
Flores.
Queja 38/2011. 22 de junio de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: José
Manuel Torres Pérez. Secretario: Antonio Rodríguez Ortiz.
Tipo: Jurisprudencia por Reiteración de Criterios
ABUSO SEXUAL. NO PUEDEN COEXISTIR LAS CALIFICATIVAS
PREVISTAS EN LAS FRACCIONES III Y IV DEL ARTÍCULO 266 BIS DEL
CÓDIGO PENAL FEDERAL, PUES ELLO IMPLICA RECALIFICAR LA
CONDUCTA.
El artículo 266 Bis de la legislación punitiva en cita, contempla diversas
hipótesis de agravación de las penas para el delito de abuso sexual, entre
ellas, en la fracción III, establece la relativa a cuando el autor comete el
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delito en el desempeño de un cargo o empleo público, utilizando los medios
o circunstancias que éste le proporciona; y en la IV, por quien tiene al
ofendido bajo su educación. Por tanto, si el activo (mentor), durante el
desempeño de la actividad laboral, comete el ilícito en agravio de uno de
sus alumnos, atento al derecho fundamental de exacta aplicación de la ley,
es incorrecto sancionar por ambas calificativas, porque ello implica
recalificar la conducta, toda vez que únicamente se acredita la primera de
ellas, puesto que aprovecha los medios y circunstancias que el empleo le
proporciona.
QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.5o.P., Núm.: 7 P (10a.)
Amparo directo 192/2012. 24 de mayo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: María Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretaria: Mónica Luna
Baraibar.
Tipo: Tesis Aislada
ACCESO A LA JUSTICIA. EL ANÁLISIS DE LA RESOLUCIÓN DEL
PROCURADOR GENERAL DE JUSTICIA DEL ESTADO DE SAN LUIS
POTOSÍ QUE CONFIRMA EL NO EJERCICIO DE LA ACCIÓN PENAL POR
EL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO LOCAL, VIOLA
EL DERECHO RELATIVO DE LA VÍCTIMA U OFENDIDO DEL DELITO
[APLICACIÓN DE LA TESIS 1a. CCXVI/2011 (9a.)].
Los artículos 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 8, numeral 1 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos prevén el derecho de acceso a la justicia, por el cual toda persona
tiene derecho a ser escuchada por un Juez o tribunal competente en la
determinación de sus derechos, esto es, competente constitucionalmente de
acuerdo a la naturaleza del asunto, pues en caso contrario se le deja en
estado de indefensión. Por otra parte, el artículo 19, fracción IX, de la Ley de
Justicia Administrativa del Estado de San Luis Potosí, que establece que el
Tribunal de lo Contencioso Administrativo local es competente para
conocer de la resolución que confirma el no ejercicio de la acción penal es
inconstitucional, como se advierte de la tesis 1a. CCXVI/2011 (9a.), de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
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página 189 del Libro II, Tomo 1, noviembre de 2011, del Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Décima Época, de rubro: "ACCIÓN PENAL.
EL ARTÍCULO 19, FRACCIÓN IX, DE LA LEY DE JUSTICIA
ADMINISTRATIVA DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ, QUE
ESTABLECE COMO AUTORIDAD COMPETENTE PARA CONOCER DEL
MEDIO DE IMPUGNACIÓN CONTRA LAS RESOLUCIONES QUE
CONFIRMEN SU NO EJERCICIO AL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO, VIOLA EL ARTÍCULO 21 CONSTITUCIONAL.". En
consecuencia, el análisis de la resolución del procurador general de justicia
del Estado que confirma el no ejercicio de la acción penal por el mencionado
órgano jurisdiccional, viola el derecho de acceso a la justicia de la víctima u
ofendido del delito, pues ese acto sería examinado por una autoridad cuya
naturaleza principal reside en el conocimiento de asuntos fiscales y
administrativos, aun cuando es materialmente penal, no obstante que
provenga de una autoridad formalmente administrativa. Lo anterior es así,
porque derivado de la propia Constitución Federal y de la citada
convención, también conocida como Pacto de San José, el análisis de un acto
estrictamente penal debe ser juzgado por una autoridad jurisdiccional y
normas de igual naturaleza.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.
Clave: IX.2o., Núm.: 6 A (10a.)
Amparo directo 201/2012. Esteban Nava Morán, por su propio derecho y
como representante legal de Combustibles Centrifugados, S.A. de C.V. 11 de
abril de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Pedro Elías Soto Lara.
Secretaria: Fabiola Delgado Trejo.
Tipo: Tesis Aislada
ASALTO Y ATRACO. AUN CUANDO LA DIFERENCIA ENTRE ESTOS
DELITOS SEA QUE EL PRIMERO SE COMETA EN DESPOBLADO O PARAJE
SOLITARIO Y EL SEGUNDO EN UNA CALLE O SUBURBIO DE UNA
CIUDAD, DE UN PUEBLO O RANCHERÍA, EN AMBOS, LOS SITIOS DEBEN
REUNIR LA CARACTERÍSTICA DE SOLEDAD QUE IMPIDA A LA VÍCTIMA
RECIBIR UN PRONTO AUXILIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).
De la interpretación armónica de los artículos 294 y 295 del Código de
Defensa Social del Estado de Puebla, se obtiene que los delitos de asalto y
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atraco se configuran con similar conducta, consistente en hacer uso de
violencia contra una persona con el propósito de causarle un mal o de exigir
su asentimiento para cualquier fin, cualesquiera que sean los medios y el
grado de violencia que emplee, e independientemente del hecho delictuoso
cometido. En este sentido, si la diferencia entre estos delitos es que el
primero se cometa en despoblado o paraje solitario y el segundo, en una
calle o suburbio de una ciudad, de un pueblo o ranchería, resulta inconcuso
que en ambos, los sitios deben reunir la característica de soledad, ya que la
gravedad de la sanción prevista para este tipo de ilícitos obedece al hecho
de que se impide a la víctima recibir un pronto auxilio, precisamente por las
condiciones de incomunicación en que se halla, debido a dicha característica
del lugar.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P., Núm.: 4 P (10a.)
Amparo directo 512/2011. 26 de enero de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Alfonso Gazca Cossío. Secretario: Gonzalo de Jesús Morelos Ávila.
Tipo: Tesis Aislada
ASALTO Y ATRACO. NO SE CONFIGURAN DICHOS DELITOS SI LA
CONDUCTA VIOLENTA DEL ACTIVO, DE CAUSAR UN MAL A UNA
PERSONA O DE EXIGIR SU ASENTIMIENTO PARA CUALQUIER FIN, SE
INICIÓ EN UN LUGAR DIVERSO AL DE DESPOBLADO O PARAJE
SOLITARIO, O SIN QUE ÉSTA TRANSITARA POR UNA CALLE O
SUBURBIO DE UNA CIUDAD, DE UN PUEBLO O RANCHERÍA, Y
POSTERIORMENTE SE CONDUCE AL PASIVO HASTA ESTOS LUGARES
SOLITARIOS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).
De la interpretación de los artículos 294 y 295 del Código de Defensa Social
del Estado de Puebla, se advierte que los delitos de asalto y atraco prevén
una conducta violenta desplegada por el sujeto activo, de causar un mal a
una persona o de exigir su asentimiento para cualquier fin, en el momento
en que ésta se encuentre en despoblado o paraje solitario, o bien, transite
por una calle o suburbio de una ciudad, de un pueblo o ranchería, pero que
evidentemente dichos sitios reúnan la característica de soledad, con lo cual
se impide a la víctima todo tipo de intento de defensa y recibir un pronto
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auxilio, precisamente por las características de dicho lugar; sin embargo, si
esta conducta se inició en un lugar diverso a los mencionados y,
posteriormente, el agente conduce al pasivo hasta estos lugares solitarios, en
donde ejerció la violencia en su contra, debe considerarse que no se
configuran los delitos de que se trata, pues para ello se requiere que el
activo aproveche esa circunstancia de lugar y no que la procure.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P., Núm.: 5 P (10a.)
Amparo directo 512/2011. 26 de enero de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Alfonso Gazca Cossío. Secretario: Gonzalo de Jesús Morelos Ávila.
Tipo: Tesis Aislada
AUDIENCIA DE FORMULACIÓN DE LA IMPUTACIÓN. SI EL JUEZ DE
GARANTÍA QUE IMPUSO AL QUEJOSO COMO MEDIDA CAUTELAR
PRISIÓN PREVENTIVA RESULTA INCOMPETENTE, NO DEBEN
REMITIRSE LAS CONSTANCIAS RESPECTIVAS AL COMPETENTE PARA
QUE RESUELVA NUEVAMENTE SOBRE ÉSTA (NUEVO SISTEMA DE
JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE CHIHUAHUA).
Si bien es cierto que conforme al principio general de derecho de que todo lo
actuado ante autoridad legalmente incompetente carece de validez jurídica
y que la solución tradicional es remitir las actuaciones al Juez que se estime
competente, también lo es que ello no resulta aplicable al actual sistema
acusatorio penal, adversarial y oral, en donde la presencia del Juez de
garantía es fundamental para controlar la investigación que se realiza
previamente al juicio oral, y para velar por la protección de los derechos de
todas las partes intervinientes en dicha etapa, lo cual hará presenciando en
su integridad el desarrollo de las audiencias, sin que pueda delegar sus
funciones. En ese sentido, si el Código de Procedimientos Penales del
Estado de Chihuahua determina la unidad de la audiencia de formulación
de la imputación y la declaración preparatoria que se celebra a solicitud del
Ministerio Público, y una vez que se le haya dado la oportunidad al
imputado de rendir ésta, la autoridad judicial, después de escuchar sus
razones, le impondrá, fundada y motivadamente alguna medida cautelar,
entre otras, la prisión preventiva, es claro que cuando ésta fue decretada por
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un Juez de garantía que resultó incompetente, no deben remitirse las
constancias o actuaciones respectivas al juzgador competente para el único
efecto de que resuelva nuevamente sobre la medida cautelar, pues con tal
determinación se escindiría indebidamente la unidad de la audiencia de
mérito. Lo anterior porque los artículos 3 y 75 del citado código determinan
que en el procedimiento penal se observarán especialmente los principios de
oralidad, publicidad, igualdad, inmediación, contradicción, continuidad y
concentración, y que los actos que impliquen violación de derechos
fundamentales, ejecutados con inobservancia de las formas, no podrán ser
valorados para fundar una resolución judicial ni utilizados como
presupuesto de ella, salvo que el defecto sea saneado, de acuerdo con las
normas previstas por el propio código. Por tanto, si el acto restrictivo de
libertad que reclama el quejoso fue declarado por una autoridad legalmente
incompetente, no subsisten sus consecuencias legales y la protección federal
que se le otorga no puede ser para efectos.
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
Clave: XVII., Núm.: 1 P (10a.)
Amparo en revisión 7/2012. 1o. de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Luis Gómez Molina. Secretario: Rafael Maldonado Porras.
Tipo: Tesis Aislada
AVERIGUACIÓN PREVIA. DEBE DURAR MÁXIMO CUARENTA Y OCHO
HORAS CUANDO EN ESTA ETAPA EL INCULPADO ES PUESTO EN
LIBERTAD PROVISIONAL (LEGISLACIÓN FEDERAL Y DEL DISTRITO
FEDERAL).
De acuerdo con los derechos humanos de libertad personal y seguridad
jurídica, y con apego al principio de interpretación pro persona, cuando el
inculpado estuvo detenido y se le concedió libertad provisional, el plazo de
duración de la indagatoria es hasta de cuarenta y ocho horas. Es así porque,
si bien en los casos de inculpado detenido y no detenido la regla de
duración puede obtenerse de diversas normas, el legislador no dispuso
cuánto debía durar la indagatoria si le concedió libertad provisional; en este
último supuesto ya no está materialmente tras las rejas pero tampoco está
completamente libre pues, aunque puede deambular, su libertad está
limitada porque se encuentra sujeto a determinadas condiciones y
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obligaciones (como no cambiar de domicilio ni salir del país sin previa
autorización) y la misma es provisional ya que sólo es mientras dure el
procedimiento, además de que puede ser revocada si incumple aquéllas. De
manera que la duración de la averiguación previa está determinada por la
situación personal en la que el inculpado la enfrenta. Tradicionalmente sólo
había dos alternativas claramente determinadas por el hecho de si el
inculpado estaba detenido o no: 1. Si se encontraba detenido, la
averiguación previa debía ser resuelta "de inmediato"; en cambio, 2. Si no
estaba detenido, debía ser resuelta, en definitiva, en cuanto las pruebas
recabadas lo permitieran. En el primer caso, si en lo inmediato no se
disponía del material suficiente para decidir, se ponía al inculpado en
libertad "bajo reservas de ley" y, en automático, pasaba a regirse por el
segundo caso. Aunque este criterio de distinción permitía identificar con
absoluta claridad tales alternativas, el lapso de duración de la averiguación
previa distaba mucho de estar objetivamente determinado en el caso de
estar detenido; situación que se vio resuelta hasta el año mil novecientos
noventa y tres con la reforma al artículo 16 constitucional, que estableció el
plazo de cuarenta y ocho horas tras el cual debe ponerse al inculpado en
libertad o a disposición del Juez. En el segundo caso, la duración de la
averiguación previa, hasta la fecha, no está acotada legalmente por una
regla positiva, sino por un conjunto de reglas de cuya conjugación deriva
que el fiscal decide cuando disponga de las pruebas suficientes para
accionar, sin que haya plazo de antemano establecido, tomando como límite
máximo la prescripción. En ese estado de cosas, en la misma reforma
constitucional se modificó el artículo 20, fracción I y penúltimo párrafo, para
establecer la posibilidad de que el detenido fuera puesto en libertad
provisional durante la averiguación previa, a condición de que, entre otras
cosas, cumpliera con una serie de obligaciones durante el tiempo de esa
libertad, reveladoras de que no se evadiría; lo cual se reguló en mil
novecientos noventa y tres en el artículo 135 del código procesal penal
federal y al año siguiente en el artículo 271 de la ordenanza adjetiva
capitalina. Pero no se dispuso de manera expresa cuánto debía durar la
averiguación previa en tal caso. De manera que, ante la ausencia de norma
expresa para este caso, deben extenderse los efectos de una de las dos reglas
existentes, por medio de interpretación de la norma (de entre las
racionalmente posibles); y de entre ellas debe prevalecer la que más
beneficia a la persona (en oposición a la autoridad, que sería la de mayor
plazo para investigar) y que le proporcione mayor seguridad jurídica; esto
se traduce en la interpretación de que el inculpado en libertad caucional se
encuentra en la misma situación que si estuviera detenido, y por eso la
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averiguación previa debe durar cuarenta y ocho horas; y no que está en una
situación semejante a la de quien enfrenta la averiguación en libertad (sin
adjetivos), en cuyo caso la indagatoria podría durar años; además de que la
reducción del tiempo para el fiscal no implica pasar desmedidamente por
encima de sus facultades, en tanto que no se merma su capacidad real de
investigación porque si decide calificar la retención de un inculpado es
porque estima que hay flagrancia y ello implica que ya dispone de un
suficiente estándar probatorio de que hay un delito y de la probable
responsabilidad, además, al ponerlo en libertad provisional, no se
incrementa el estándar para accionar. De modo que si el Ministerio Público
no ejerce acción penal antes de que concluya el plazo citado, el inculpado
debe recobrar su libertad, lo que significa que debe ser liberado de las
obligaciones contraídas con motivo del disfrute de ese derecho y continuar
la averiguación previa en las condiciones temporales que rigen para cuando
no está detenido -entre ellas devolver caución o cancelar fianza-; y si
finalmente el Ministerio Público decide ejercer acción penal, lo que procede
es solicitar orden de aprehensión, mas no de presentación.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.1o.P., Núm.: 2 P (10a.)
Amparo en revisión 272/2011. 15 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Juan José Olvera López. Secretario: Saúl Cota Murillo.
Amparo en revisión 13/2012. 29 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Luis Villa Jiménez. Secretario: Mauricio Francisco Vega
Carbajo.
Tipo: Tesis Aislada
ORDEN DE PRESENTACIÓN. NO PROCEDE LIBRARLA SI EL INCULPADO
ESTÁ EN LIBERTAD PROVISIONAL Y EL MINISTERIO PÚBLICO EJERCIÓ
ACCIÓN PENAL DESPUÉS DE CUARENTA Y OCHO HORAS.
De acuerdo con la tesis de este propio tribunal de rubro: "AVERIGUACIÓN
PREVIA. DEBE DURAR MÁXIMO CUARENTA Y OCHO HORAS
CUANDO EN ESTA ETAPA EL INCULPADO ES PUESTO EN LIBERTAD
PROVISIONAL (LEGISLACIÓN FEDERAL Y DEL DISTRITO FEDERAL).",
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ése es el plazo que impera en estos casos, atendiendo a los derechos
humanos de libertad personal y seguridad jurídica, y con apego al principio
de interpretación pro persona. En el entendido de que las cuarenta y ocho
horas son para decidir, pues la presentación física de la consignación puede
ocurrir en las horas hábiles inmediatas siguientes. De modo que si el
Ministerio Público no decide ejercer acción penal antes de que concluya el
citado plazo, el inculpado debe recobrar su libertad, lo que significa que
debe ser liberado de las obligaciones contraídas con motivo del disfrute de
ese derecho y continuar la averiguación previa en las condiciones
temporales que rigen para cuando no está detenido -entre ellas devolver
caución o cancelar fianza-; y a su vez, si a pesar de ello el Ministerio Público
ejerce acción penal y solicita orden de presentación, el Juez no debe acceder
a ordenarla, sino devolver los autos al fiscal y transferirle las cauciones
exhibidas, para que continúe investigando sin detenido y, dado el caso,
decida si ejerce acción penal sin detenido, con solicitud de orden de
aprehensión.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.1o.P., Núm.: 3 P (10a.)
Amparo en revisión 272/2011. 15 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Juan José Olvera López. Secretario: Saúl Cota Murillo.
Amparo en revisión 13/2012. 29 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Luis Villa Jiménez. Secretario: Mauricio Francisco Vega
Carbajo.
Nota: La tesis citada aparece con la clave o número de identificación I.1o.P.2
P (10a.), en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Libro XI, Tomo 2, agosto de 2012, página 1654.
Tipo: Tesis Aislada
CONCURSO APARENTE DE NORMAS EN EL DELITO DE ROBO. ANTE LA
INCOMPATIBILIDAD DE LAS CALIFICATIVAS DE VIOLENCIA Y
PANDILLA Y CONFORME AL PRINCIPIO DE ABSORCIÓN DEBE
SUBSISTIR LA PRIMERA POR TENER MAYOR ÁMBITO DE APLICACIÓN Y
ALCANCE (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL).
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
Coordinación de Legislación y Jurisprudencia
EI legislador ha previsto el tipo penal de robo, que en su fase básica protege
lisa y llanamente el bien jurídico patrimonio. Sin embargo, ha considerado
que la comisión de este delito es singularmente de mayor gravedad cuando
concurren ciertas circunstancias, lo que da lugar a un tipo complementado
cualificado que genera un incremento en la gravedad del injusto y de la
pena. Así, la razón que produce un incremento en la gravedad del injusto
penal prevista en el artículo 225, fracción II, del Código Penal para el
Distrito Federal (violencia) son dos circunstancias: una los instrumentos
utilizados para ejecutar el robo, pues deben usar armas o portar
instrumentos peligrosos; la segunda, es el número de personas que lo
cometen que pueden ser uno o más sujetos activos, es decir, deben ser los
sujetos activos las personas armadas. Por otro lado, la calificativa de
pandilla regulada en el artículo 252 del mismo ordenamiento agrava la
comisión del robo simple cuando son tres o más los sujetos activos que lo
ejecutan. La razón esencial de esta circunstancia cualificante es el número de
sujetos activos, pues al ser al menos tres se entiende, ya que el robo es de
mayor gravedad en cuanto a su ejecución. En estas condiciones, si el robo se
cometió por tres o más sujetos armados y la responsable tuvo por
demostrada ambas calificativas (violencia y pandilla), es evidente que surge
un concurso aparente de normas que debe solucionarse conforme al
principio de absorción previsto en el artículo 13, fracción II, del propio
código, toda vez que dichas calificativas son incompatibles entre sí para
aquellos casos en que intervienen tres o más personas armadas en la
comisión del robo, pues las circunstancias de armas y pluralidad de sujetos
es materia de regulación por la primera de ellas, ya que ése es su ámbito de
aplicación en relación con el bien jurídico y obvio es de mayor alcance que
la calificativa de pandilla, cuya regulación se limita al número de sujetos
activos sin aludir al empleo de armas. Consecuentemente, ante dicha
incompatibilidad de normas debe subsistir la agravante de violencia
regulada en el artículo 225, fracción II, del referido ordenamiento.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.4o.P., Núm.: 1 P (10a.)
Amparo directo 392/2011. 26 de enero de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Héctor Lara González. Secretario: Teodoro Quintín Galindo
Sánchez.
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Tipo: Tesis Aislada
CONCURSO IDEAL DE DELITOS. DEBEN SEGUIRSE SUS REGLAS Y NO
LAS DEL CONCURSO REAL, SI EL ACUSADO FUE CONDENADO POR LOS
ILÍCITOS DE PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO SIN LICENCIA Y DE
PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO DE USO EXCLUSIVO DEL EJÉRCITO,
ARMADA O FUERZA AÉREA POR HABERLOS COMETIDO EN UN MISMO
ACTO, EN APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS PRO PERSONA Y DE
EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY.
De una interpretación sistemática y funcional y en coherencia con el
principio pro persona a que se refieren tanto la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, como la Convención Americana sobre Derechos
Humanos "Pacto de San José de Costa Rica" y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, se concluye que si el acusado fue condenado
por los delitos de portación de arma de fuego sin licencia y de portación de
arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada o Fuerza Aérea, por
haberlos cometido en un mismo acto, deben aplicarse las reglas del
concurso ideal de delitos y no las del concurso real. Ello, porque de los
artículos 81, párrafo segundo y 83, penúltimo párrafo, de la Ley Federal de
Armas de Fuego y Explosivos se advierten hipótesis a las cuales les resulta
común que si se trata "de dos o más armas, la pena correspondiente se
aumentará hasta en dos terceras partes"; lo que evidencia la intención del
legislador, en cuanto a que en presencia de tal pluralidad de armas, de
optarse por las reglas de punibilidad del concurso material, se trataría de
una interpretación de la ley (según su espíritu), con detrimento al principio
de su exacta aplicación, porque en caso de portar una y otra armas de las
mencionadas características, se impondrían penas singularizadas a cada
una, siendo que justamente, tratándose de portación de dos o más armas de
similar clasificación, el legislador optó por el aumento "hasta en dos terceras
partes". En consecuencia, cuando se trate de artefactos de la naturaleza
señalada, no puede hablarse de concurso real, por imperar el espíritu que
inspiró la verdadera intención del legislador, es decir, de proscripción de
dicho concurso, en tanto que continúa la premisa de portación de dos o más
armas, a lo cual la ley no ha querido sancionar con la pena correspondiente
a cada una. Así, en correspondencia con lo más favorable a la persona
humana, deben seguirse las reglas del concurso ideal, ya que la intelección
con base en el citado principio, y de por medio la exacta aplicación de la
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norma, da lugar al acto sancionatorio en los indicados términos.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO
AUXILIAR DE LA TERCERA REGIÓN.
Clave: III.2o.(III Región), Núm.: 1 P (10a.)
Amparo directo 786/2011. 14 de marzo de 2012. Mayoría de votos.
Disidente: Ángel Michel Sánchez. Ponente: Celestino Miranda Vázquez.
Secretaria: Blanca Edith Saldívar Gutiérrez.
Tipo: Tesis Aislada
ESTADO DE EMOCIÓN VIOLENTA. PARA ACREDITAR DICHA
ATENUANTE ES NECESARIO PONDERAR LA RELACIÓN DE
PROPORCIONALIDAD ENTRE LAS CIRCUNSTANCIAS OBJETIVAS
PROVOCADORAS Y EL ESTADO MISMO DE CONMOCIÓN.
El hecho de que el agente del delito obre bajo influjo de una emoción
violenta no es suficiente para acreditar la atenuante en comento, sino que es
necesario ponderar la relación de proporcionalidad entre las circunstancias
objetivas provocadoras y el estado mismo de conmoción, toda vez que entre
ambos debe existir tal correspondencia que permita determinar
adecuadamente las reacciones de una conciencia normal y las asumidas por
el sujeto afectado transitoriamente en su capacidad reflexiva.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.4o.P., Núm.: 4 P (10a.)
Amparo directo 508/2011. 23 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Héctor Lara González. Secretaria: Ana Luisa Beltrán González.
Amparo directo 22/2012. 4 de mayo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente:
Héctor Lara González. Secretaria: Ana Luisa Beltrán González.
Tipo: Tesis Aislada
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FALSIFICACIÓN DE MONEDA. EL GRADO DE PERFECCIÓN EN LAS
CARACTERÍSTICAS DE LOS BILLETES QUE SE PRODUZCAN, ES LO QUE
DETERMINA SI SE CONFIGURA EL DELITO PREVISTO EN EL ARTÍCULO
234, PÁRRAFO TERCERO, O EL DIVERSO ESTABLECIDO EN EL NUMERAL
235, FRACCIÓN I, AMBOS DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL.
El párrafo tercero del artículo 234 del Código Penal Federal prevé: "Comete
el delito de falsificación de moneda el que produzca, almacene, distribuya o
introduzca al territorio nacional cualquier documento o pieza que contenga
imágenes u otros elementos utilizados en las monedas circulantes, y que por
ello resulten idóneos para engañar al público, por ser confundibles con
monedas emitidas legalmente. ..."; por su parte, la fracción I del artículo 235
del mismo código dispone: "I. Al que, produzca, almacene o distribuya
piezas de papel con tamaño similar o igual al de los billetes, cuando dichas
piezas presenten algunas de las imágenes o elementos de los contenidos en
aquéllos, resultando con ello piezas con apariencia de billetes.". Ahora bien,
del análisis de ambos preceptos se aprecia que contienen elementos
similares como son: 1. La existencia de una conducta, para el caso,
consistente en producir; 2. Un elemento objetivo como documentos que
contengan imágenes u otros elementos utilizados en los billetes; y 3. El
elemento normativo, que para el previsto en el citado artículo 234, párrafo
tercero, consiste en que el resultado de la acción delictiva sea un documento
que por sus características físicas resulte idóneo para engañar al público por
ser confundible con billetes emitidos legalmente; y para el delito previsto en
el mencionado artículo 235, fracción I, se limita a que resulten piezas con
apariencia de billetes; de lo que se concluye que es el grado de perfección en
las características de los billetes falsos que se produzcan, lo que determina si
se configura el delito invocado en primer término o el diverso establecido en
el segundo.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P., Núm.: 7 P (10a.)
Amparo directo 416/2011. 17 de noviembre de 2011. Unanimidad de votos.
Ponente: Alfonso Gazca Cossío. Secretario: Gonzalo de Jesús Morelos Ávila.
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Tipo: Tesis Aislada
FRAUDE ESPECÍFICO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 306, FRACCIÓN III, DEL
CÓDIGO PENAL DEL ESTADO DE MÉXICO. EL ELEMENTO TÍPICO
"DISPONER" REQUERIDO PARA ESTE DELITO NO SE ACREDITA POR EL
HECHO DE QUE EL INCULPADO SEÑALE COMO GARANTÍA PARA SU
EMBARGO, DENTRO DE UN JUICIO MERCANTIL, UN BIEN INMUEBLE
CON GRAVÁMENES PREVIOS.
El embargo es un acto procesal por virtud del cual se aseguran o vinculan
con carácter provisional determinados bienes a título de garantía
intraprocesal, según la naturaleza de éstos, para que estén a las resueltas del
juicio, pues no concede al embargante un poder directo o inmediato sobre la
cosa secuestrada, sino que la coloca a disposición del Juez que conoce del
juicio en que se ordenó la providencia; lo que significa que la cosa
embargada no se encuentra bajo el poder del embargante sino bajo el de una
autoridad judicial, quien es la que puede decidir sobre el bien secuestrado,
únicamente para efectos intraprocesales. Por otro lado, según el Diccionario
de la Lengua Española de la Real Academia Española, "disposición", entre
otras acepciones, significa: "acción y efecto de disponer", y "disponer":
"Ejercitar en algo facultades de dominio, enajenarlo o gravarlo, en vez de
atenerse a la posesión y disfrute. Testar acerca de ello". Por ende, para
efectos del tipo penal atribuido, el acto de disposición requerido para la
hipótesis de la fracción III del artículo 306 del Código Penal del Estado de
México, debe entenderse como aquel comportamiento del sujeto activo de
trasladar, enajenar o decidir sobre el destino del bien, de modo que afecte el
patrimonio del titular y ello conlleve directamente a la producción de un
daño patrimonial con repercusión lesiva a un tercero; aspectos éstos que
indebidamente se pasan por alto cuando el actuar del inculpado fue
únicamente señalar como garantía para su embargo dentro de un juicio
mercantil, cuando fue requerido de pago por los funcionarios de los
juzgados civiles, un bien inmueble con gravámenes previos, pues con ese
acto en sí, no se afectó materialmente la titularidad de los derechos que
integran el patrimonio del activo o de las víctimas. En consecuencia, el
estimar acreditado el delito se traduce en violación del principio de exacta
aplicación de la ley penal comprendido en el artículo 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues no se advierte que se haya
cumplido con el elemento típico "disponer", previsto en el citado precepto
legal, para tener por demostrado el delito de fraude específico.
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SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL
SEGUNDO CIRCUITO.
Clave: II.2o.P., Núm.: 4 P (10a.)
Amparo directo 34/2012. 24 de mayo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Nieves Luna Castro. Secretario: Silvestre P. Jardón Orihuela.
Tipo: Tesis Aislada
HOMICIDIO. PARA ACREDITAR LA CALIFICATIVA PREVISTA EN EL
ARTÍCULO 138, FRACCIÓN VII, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO
FEDERAL, NO BASTA DEMOSTRAR EL ESTADO DE EBRIEDAD DEL
SUJETO ACTIVO, SINO QUE LA RAZÓN POR LA CUAL ÉSTE ASUMIÓ LA
DECISIÓN DE PRIVAR DE LA VIDA AL PASIVO FUE POR EL ANORMAL
ESTADO DE VOLUNTAD EN EL QUE SE ENCONTRABA.
El artículo 138, fracción VII, del Código Penal para el Distrito Federal prevé
que el homicidio doloso es calificado si el sujeto activo lo comete en estado
de ebriedad por constituir ello un estado de alteración voluntario. En ese
sentido, conforme a un derecho penal democrático, un resultado es
penalmente relevante sólo si es atribuible a una conducta bajo criterios
normativos que van más allá de la responsabilidad objetiva o basada por el
mero resultado. Por ello, y conforme a una interpretación teleológica, para
acreditar la agravante citada no basta demostrar el estado de ebriedad en el
que estaba el sujeto activo cuando privó de la vida a otro, pues tal
atribución sería meramente objetiva, sino que también es necesaria una
imputación normativa, es decir, que el peligro para el bien jurídico
generado por colocarse el sujeto activo en estado de ebriedad se concretó en
el resultado típico, lo que implica demostrar que la razón por la cual aquél
asumió la decisión de privar de la vida al pasivo fue por el anormal estado
de voluntad en el que se encontraba.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.4o.P., Núm.: 5 P (10a.)
Amparo directo 76/2012. 4 de mayo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente:
Héctor Lara González. Secretario: Arturo García Ruiz.
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Tipo: Tesis Aislada
HOMICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA. PARA ACREDITAR QUE EL
ACTIVO PUSO EN PELIGRO LA VIDA DE SU VÍCTIMA, ES NECESARIO
QUE EL JUEZ VALORE INTEGRALMENTE SI LOS ACTOS QUE LLEVÓ A
CABO FUERON LOS IDÓNEOS, Y NO SÓLO QUE UN PERITO MÉDICO
CERTIFIQUE QUE LAS LESIONES CAUSADAS AL PASIVO LO
COLOCARON EN REAL PELIGRO DE MUERTE.
El delito de homicidio en grado de tentativa requiere que se coloque en
peligro la vida de la víctima; sin embargo, la acreditación de este elemento
no depende de que un perito médico certifique que las lesiones causadas al
pasivo lo colocaron en real peligro de muerte, sino que es necesario que el
Juez, como rector del proceso, valore integralmente, a partir de los datos
que arroje la causa natural, si los actos ejecutivos del agente fueron idóneos
para poner en peligro la vida del sujeto pasivo, bien jurídico tutelado por la
norma.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.4o.P., Núm.: 3 P (10a.)
Amparo directo 508/2011. 23 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Héctor Lara González. Secretaria: Ana Luisa Beltrán González.
Tipo: Tesis Aislada
IMPEDIMENTO. ES INFUNDADO EL PLANTEADO POR EL MAGISTRADO
DE UN TRIBUNAL UNITARIO DE CIRCUITO PARA CONOCER DEL
RECURSO DE APELACIÓN PROMOVIDO CONTRA UNA RESOLUCIÓN DE
FONDO EN MATERIA PENAL, SI SOLAMENTE INTERVINO COMO JUEZ
EN DETERMINACIONES DE TRÁMITE Y NO DE FONDO.
En el caso de que el Magistrado de un Tribunal Unitario de Circuito plantee
impedimento para conocer del recurso de apelación promovido contra una
resolución de fondo en la cual debe hacer pronunciamiento en cuanto al
delito y/o responsabilidad penal, dictada por quien lo sustituyó en el cargo,
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
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aduciendo aquél que intervino como autoridad de primera instancia,
empero de la revisión de constancias remitidas se aprecia que solamente
intervino como Juez en determinaciones de trámite y no de fondo, como un
incidente de nulidad de actuaciones, y otras que no son referentes al hecho
delictivo ni a la responsabilidad, debe considerarse entonces infundada tal
pretensión; pues si bien es cierto que la fracción XVI del artículo 146 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación señala como causa de
impedimento "Haber sido Juez o Magistrado en el mismo asunto, en otra
instancia. ...", también lo es que dicha hipótesis no debe interpretarse de
manera literal, sino de acuerdo con la finalidad de los impedimentos, que es
preservar la independencia y objetividad de los juzgadores, es decir, el
impedimento no se actualiza por la sola razón del desempeño de ambos
cargos, sino que ello deriva de la existencia de una determinación previa
con respecto al fondo del asunto por parte del entonces juzgador, que
obligará al ahora revisor a mantener ese criterio previamente emitido, lo que
evidentemente
sí
trastocaría
su
independencia
subjetiva.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL
SEGUNDO CIRCUITO.
Clave: II.2o.P., Núm.: 1 P (10a.)
Impedimento 6/2012. 17 de mayo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente:
Adalid Ambriz Landa. Secretario: Omar Fuentes Cerdán.
Tipo: Tesis Aislada
OFENDIDO O VÍCTIMA DEL DELITO. PUEDE ACUDIR AL JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO CON EL CARÁCTER DE QUEJOSO CUANDO EL
ACTO RECLAMADO SEA LA RESOLUCIÓN DE LA ALZADA QUE
CONFIRMA LA NEGATIVA DE LIBRAR UNA ORDEN DE APREHENSIÓN.
De las jurisprudencias 1a./J. 114/2009 y 1a./J. 25/2011 de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicadas en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomos XXXI y XXXIII, mayo
de 2010 y de 2011, páginas 550 y 75, de rubros: "OFENDIDO O VÍCTIMA
DEL DELITO. PUEDEN ACUDIR AL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO
CON EL CARÁCTER DE TERCERO PERJUDICADO CUANDO EL ACTO
RECLAMADO AFECTE EN LOS HECHOS A LA REPARACIÓN DEL
DAÑO, AUNQUE NO SE REFIERA DIRECTAMENTE A ELLA." y
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
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"OFENDIDO O VÍCTIMA DEL DELITO. PUEDE ACUDIR AL JUICIO DE
AMPARO INDIRECTO CON EL CARÁCTER DE TERCERO
PERJUDICADO CUANDO EL ACTO RECLAMADO SEA UNA ORDEN
DE APREHENSIÓN O UN AUTO DE FORMAL PRISIÓN.",
respectivamente, se advierte que es criterio de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, que el ofendido o la víctima del delito pueda intervenir en el
juicio de amparo indirecto, en su carácter de tercero perjudicado, cuando el
acto reclamado sea una orden de aprehensión o un auto de formal prisión,
por vincularse dicho acto a la reparación del daño aunque de manera
indirecta; extremos que se actualizan por identidad jurídica, cuando el acto
reclamado sea la resolución de la alzada que confirma la negativa de librar
la orden de aprehensión, pues, al quedar firme esa determinación, no
existirá la posibilidad de que el órgano jurisdiccional realice, en su
oportunidad, ningún pronunciamiento relacionado con la reparación del
daño que, como consecuencia del ilícito atribuido a los activos, se le pudo
ocasionar a quien se dice víctima u ofendido; consecuentemente, el ofendido
o víctima del delito puede acudir al juicio de amparo indirecto con el
carácter de quejoso cuando el acto reclamado sea la resolución de la alzada
que confirma la negativa de librar una orden de aprehensión.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P., Núm.: 6 P (10a.)
Amparo en revisión 492/2011. 10 de febrero de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Manuel Torres Pérez. Secretaria: Hilda Tame Flores.
Tipo: Tesis Aislada
OPERACIONES CON RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA, DELITO DE.
INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN DEL PÁRRAFO SEXTO DEL ARTÍCULO
400 BIS DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL.
El análisis e interpretación del párrafo sexto del artículo 400 bis del Código
Penal Federal, debe realizarse en sentido integral y sistemático con dicho
precepto legal, de manera que para determinar la existencia del objeto
material del ilícito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, en
tanto elemento del tipo, es imprescindible establecer: a) la existencia
objetiva y cierta de recursos, derechos o bienes; b) la existencia de indicios
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
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fundados o la certeza de que aquéllos provienen (de manera directa o
indirecta -entre otras hipótesis en tanto puedan resultar ganancia-) de la
comisión de un delito; y c) que el sujeto activo no acredite su legítima
procedencia. De manera que ante la prueba suficiente en torno a la
existencia de la cosa sobre la que recae la conducta típica (adquiera, enajene,
administre, custodie, cambie, deposite, dé en garantía, invierta, transporte o
transfiera), en forma alternativa es posible actualizar la prueba que apoye la
certeza de que los recursos, derechos o bienes provienen o representan el
producto de la comisión de diverso ilícito penal, o bien, que convergen
indicios fundados tendentes a establecer ese origen, aunado a la
circunstancia de que el imputado no acredite su legítima procedencia. Por
ende, si en el caso el agente del delito custodió y transportó del extranjero a
territorio nacional una cantidad de moneda foránea (euros), lo anterior
oculto en una maleta que traía consigo y respecto de lo cual, en el
documento aduanal respectivo negó traer consigo el equivalente a diez mil
dólares americanos, lo que aunado al hecho de que por sus circunstancias
personales y de actividad económica, en modo alguno puede inferirse razón
que justifique su capacidad para detentar el monto de lo que custodió y
transportó, por todo ello es razonable concluir que los recursos económicos
representados por los euros en cita debe entenderse que corresponden a
producto de una actividad ilícita, respecto a los cuales en forma indiciaria y
circunstancial también conduce a inferir, que en las conductas típicas
demostradas concurrió en forma adicional el elemento subjetivo específico
de ocultar tanto su origen como su destino.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.3o.P., Núm.: 1 P (10a.)
Amparo directo 20/2012. 11 de abril de 2012. Unanimidad de votos. Ponente:
Humberto Venancio Pineda. Secretaria: María Imelda Ayala Miranda.
Tipo: Tesis Aislada
OPERACIONES CON RECURSOS DE PROCEDENCIA ILÍCITA Y NO
CONTRABANDO EQUIPARADO.
Si el hecho demostrado consistió en que el agente del delito custodió y
transportó del extranjero a territorio nacional una cantidad determinada de
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moneda foránea (ciento sesenta y cinco mil euros), lo que hizo oculto en una
maleta que traía consigo, de manera que en el trámite aduanal
aeroportuario falseó reporte al manifestar no traía cantidad superior a diez
mil dólares americanos, amén de que conforme a los registros asentados en
su pasaporte se estableció que en último año viajó en diversas ocasiones al
extranjero (Sudamérica y Europa), asimismo que acorde a sus circunstancias
personales carece de la capacidad económica para detentar la suma
monetaria indicada; en tal situación, conforme a los principios de legalidad
y exacta aplicación de la ley penal a que se refieren los preceptos 14 y 16 de
la Constitución Política para los Estados Unidos Mexicanos, no es dable
tipificar de manera parcial el evento acreditado, es decir, atender
únicamente la falsedad con la que se condujo el activo en el citado informe
aduanal y con ello demostrar el delito equiparable al contrabando previsto
en el artículo 105, último párrafo, del Código Fiscal de la Federación, pues
conforme a la dinámica y contexto integral del hecho demostrado, en
realidad lo que se actualiza es el ilícito de operaciones con recursos de
procedencia ilícita a que se refiere el numeral 400 bis del Código Penal
Federal, en virtud de que el ámbito material normativo de la última
disposición legal abarca de modo completo la secuela de ingreso al país de
la suma referida de euros, así como el dolo directo vinculado al
ocultamiento de esos recursos tanto de su origen como de su destino.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Clave: I.3o.P., Núm.: 2 P (10a.)
Amparo directo 20/2012. 11 de abril de 2012. Unanimidad de votos. Ponente:
Humberto Venancio Pineda. Secretaria: María Imelda Ayala Miranda.
Tipo: Tesis Aislada
PRISIÓN PREVENTIVA PROLONGADA. CASOS EN LOS QUE CONFORME
A UN ADECUADO CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO NO
ES PROCEDENTE DECRETAR LA LIBERTAD CONTEMPLADA EN LOS
ARTÍCULOS 9 NUMERAL 3 DEL PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS
CIVILES Y POLÍTICOS Y 7 NUMERAL 5 Y 8 NUMERAL 1 DE LA
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
Coordinación de Legislación y Jurisprudencia
El artículo 20, apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en su texto anterior a la reforma publicada en el
Diario Oficial de la Federación el dieciocho de junio de dos mil ocho,
establece un término para ser juzgado de cuatro meses si la pena máxima
del delito no excede de dos años de prisión, y de un año cuando la sanción
sea mayor, salvo que el procesado solicite mayor plazo para su defensa;
postulado que se vincula con el artículo 17 constitucional, en torno al
derecho fundamental de ministrar justicia en los plazos y términos que fijen
las leyes, como vertiente del debido proceso y tutela jurisdiccional, que se
funda en los principios de justicia pronta, completa, imparcial y gratuita.
Asimismo, los artículos 9 numeral 3 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, 7 numeral 5 y 8 numeral 1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos -de los que México es parte-, prevén el derecho
humano a un juzgamiento dentro de un plazo razonable o a ser puesto en
libertad mediante las garantías que aseguren su comparecencia al juicio y la
continuación del proceso; por ello, en los casos en que un proceso penal
hubiere excedido de los términos contemplados en el citado artículo 20
constitucional, acorde con un correcto control de convencionalidad ex
officio en materia de derechos humanos (previstos en los artículos 1o. y 133
de la Constitución Federal), deberá determinarse si dicha ampliación está
justificada con base en los criterios establecidos en la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (organismo internacional que
junto con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos constituyen
los máximos intérpretes en el sistema regional de protección de los derechos
humanos) en los que México haya sido parte -criterios vinculantes-, o bien,
en los que éste no hubiera intervenido -resoluciones orientadoras-, en cuyo
caso, deben verificarse los test de dilaciones indebidas fijadas por dicho
tribunal en diversas sentencias, a saber: a) la complejidad del asunto cantidad de procesados, delitos, hechos relacionados y pruebas-, b) la
actividad procesal de los interesados -pruebas ofrecidas y medios de
impugnación presentados en ejercicio de su derecho a la adecuada defensay, c) la conducta de las autoridades judiciales -si se ha dejado de actuar por
un tiempo, el retraso o no en la resolución de recursos pendientes, etcéteralo que se vinculará al plazo transcurrido de la prisión preventiva en relación
con la penalidad prevista para el delito, las que no deben ser
desproporcionadas entre sí, aspectos que de no violentarse, justifican la
prolongación de la prisión preventiva; por tanto, la negativa a conceder la
libertad con base en las citadas normas internacionales no viola el derecho
humano de que se habla.
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
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PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO
CIRCUITO.
Clave: II.1o.P., Núm.: 2 P (10a.)
Amparo en revisión 194/2011. 1o. de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Rubén Arturo Sánchez Valencia. Secretario: Saúl Armando Patiño
Lara.
Nota: En relación con el alcance de la presente tesis, destacan las diversas
aisladas 1a. CXXXV/2012 (10a.), 1a. CXXXVI/2012 (10a.), 1a. CXXXVII/2012
(10a.) y 1a. CXXXVIII/2012 (10a.), de rubros: "PRISIÓN PREVENTIVA. NO
TRANSGREDE EL PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.",
"PRISIÓN PREVENTIVA. DEBE DURAR UN PLAZO RAZONABLE.",
"PRISIÓN PREVENTIVA. FORMA DE PONDERAR EL PLAZO
RAZONABLE DE SU DURACIÓN." y "SENTENCIA CONCESORIA DE
AMPARO. SUS EFECTOS CUANDO SE RECLAMA EL CESE DE LA
PRISIÓN PREVENTIVA POR HABER TRANSCURRIDO ‘UN PLAZO
RAZONABLE’ EN SU DURACIÓN.", publicadas en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XI, Tomo 1, agosto de
2012, páginas 493, 491, 492 y 499, respectivamente.
Tipo: Tesis Aislada
PRISIÓN PREVENTIVA. NO SE INTEGRA CON EL TIEMPO EN QUE EL
QUEJOSO GOZA DE LA LIBERTAD PROVISIONAL BAJO CAUCIÓN, PARA
EFECTOS DE COMPUTARSE PARA EL CUMPLIMIENTO DE LA PENA DE
PRISIÓN IMPUESTA (TEXTO CONSTITUCIONAL ANTERIOR AL
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN DE 18 DE JUNIO
DE 2008).
La prisión preventiva comprende el lapso efectivo en que la persona sujeta
al procedimiento penal permanece privada de su libertad, desde su
detención hasta que la sentencia de primera instancia cause estado o se dicte
la resolución de segundo grado, sin que deba computarse el tiempo en que
el inculpado goza del beneficio de la libertad provisional bajo caución, pues
aun cuando está sujeto al auto de formal prisión, disfruta de una
deambulación transitoria, con ciertos requisitos que la ley procesal de la
materia establece, esto es, no está efectivamente privado de la libertad;
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Coordinación de Legislación y Jurisprudencia
consecuentemente dicho lapso no se considera como prisión preventiva
para efectos de computarse para el cumplimiento de la pena de prisión
impuesta en términos del artículo 20, apartado A, fracción X, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su texto anterior
al publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P., Núm.: 8 P (10a.)
Amparo en revisión 67/2012. 15 de marzo de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Manuel Vélez Barajas. Secretario: Jorge Patlán Origel.
Tipo: Tesis Aislada
PRUEBAS SUPERVENIENTES EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO
PROMOVIDO CONTRA EL AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. SI EL
JUEZ DE DISTRITO LAS ADMITE VIOLA EL PRINCIPIO DE
CONTRADICCIÓN PREVISTO EN EL ARTÍCULO 20 DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL.
El hecho de permitir en el juicio de amparo indirecto que el Juez de Distrito
admita pruebas diversas a las que tuvo a la vista el Juez natural, para
analizar la constitucionalidad del auto de vinculación a proceso reclamado,
viola el principio de contradicción establecido en el artículo 20 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ello es así, porque
de llegar a considerarse datos que no se hayan desahogado en la audiencia
de vinculación a proceso, se quebrantaría la igualdad procesal entre las
partes para sostener la acusación o la defensa, respectivamente; y, con ello,
el citado principio que rige el proceso penal acusatorio, que permite el
equilibrio entre aquéllas y conduce a un pleno análisis judicial de la
contienda, como lo determinó la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 64/2011 (9a.), visible en la
página 993, Libro I, Tomo 2, octubre de 2011, Décima Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro: "ORDEN DE
APREHENSIÓN O AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. EL JUEZ DE
DISTRITO PARA RESOLVER SOBRE SU CONSTITUCIONALIDAD NO
ADMITIRÁ NI TOMARÁ EN CONSIDERACIÓN DATOS QUE NO SE
HUBIESEN TOMADO EN CUENTA POR EL JUEZ DE GARANTÍA PARA
DERECHO PENAL – AGOSTO 2012
Coordinación de Legislación y Jurisprudencia
SU EMISIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).". En
consecuencia, atento a dicho criterio, el Juez de amparo no debe analizar en
el juicio de amparo indirecto promovido contra el auto de vinculación a
proceso los documentos ofrecidos ante el Juez Federal con el carácter de
pruebas supervenientes, pues de hacerlo de facto, excluiría al representante
social de su derecho de contradecir su contenido, y quebranta el
mencionado principio, al igual que la fracción III del apartado A del artículo
20 constitucional, pues se les estaría considerando como pruebas
fehacientes, carácter que sólo adquieren cuando son desahogadas y/o
incorporadas en la audiencia del juicio oral. Aunado a que, debido al
carácter de supervenientes, el Juez natural no tuvo conocimiento de los
datos que revelan su contenido, por lo que, en términos del artículo 78 de la
Ley de Amparo, el Juez de Distrito no tiene obligación de imponerse de
aquéllas.
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
Clave: XVII., Núm.: 2 P (10a.)
Queja 77/2011. 8 de marzo de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José
Luis Gómez Molina. Secretaria: Marcela Eugenia Ogushi Treviño.
Tipo: Tesis Aislada
QUERELLA EN DELITOS CULPOSOS CON MOTIVO DEL TRÁNSITO DE
VEHÍCULOS. SI LA AGRAVIADA ES MENOR DE EDAD Y ESTÁ
INCONSCIENTE O NO PUEDE DECLARAR, EL PARTE DE LAS
AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS CORRESPONDIENTE, SURTE AQUEL
EFECTO, SIENDO INNECESARIO QUE SUS PADRES O QUIEN EJERZA LA
PATRIA POTESTAD LA PRESENTEN EN SU NOMBRE Y REPRESENTACIÓN
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).
El artículo 87 del Código de Defensa Social del Estado de Puebla prevé, en
lo que interesa, lo siguiente: "Cuando por el tránsito de vehículos, en forma
culposa se ocasione daño en propiedad ajena y/o lesiones, se aplicarán las
siguientes disposiciones: I. Sólo se perseguirá a petición de parte si el
presunto responsable no se hubiere encontrado en estado de ebriedad, o
bajo el influjo de estupefacientes, psicotrópicos u otras substancias que
produzcan efectos similares; II. Si la parte agraviada estuviera inconsciente
o no pudiera declarar, el parte de las autoridades administrativas
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correspondientes, surtirá los efectos de querella; ...". Ahora bien, si la
agraviada del delito es menor de edad y está inconsciente o no puede
declarar, ello actualiza la hipótesis a que alude la fracción II del citado
artículo 87, pues en materia penal no existe disposición que prohíba a la
menor de edad formular querella para acreditar el requisito de
procedibilidad respectivo, por lo que es innecesario que sus padres o quien
ejerza la patria potestad la presenten en su nombre y representación,
máxime que el artículo 20, apartado B, fracción VI, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su texto anterior a la reforma
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008,
establece que, tratándose de las víctimas del delito, éstas deben solicitar las
medidas y providencias que prevea la ley para su seguridad y auxilio.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.1o.P., Núm.: 9 P (10a.)
Amparo en revisión 76/2012. 12 de abril de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: José Manuel Vélez Barajas. Secretario: Francisco Maldonado Vera.
Tipo: Tesis Aislada
ROBO EN CASA HABITACIÓN. DICHA CALIFICATIVA PUEDE COEXISTIR
CON LA DIVERSA DE LUGAR CERRADO, SI PARA INTRODUCIRSE AL
DOMICILIO SE EMPLEARON HORADACIONES, TÚNELES, LLAVES
FALSAS, GANZÚAS, ALAMBRES O CUALQUIER ARTIFICIO PARA ABRIR
PUERTAS O VENTANAS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).
El artículo 380, fracción III, del Código de Defensa Social del Estado de
Puebla regula dos hipótesis de calificativas en el robo; la primera, cuando el
delito se cometa en lugar cerrado y la segunda, cuando se lleve a cabo en
casa, edificio, vivienda, aposento o cuarto que estén habitados o destinados
para habitación; de ese modo, esta última agravante contempla la
circunstancia de que el infractor se introduzca al inmueble con
independencia de que se encuentre o no asegurado, pues no constituye un
presupuesto que esté materialmente cerrado, si se parte de la base de que
tratándose de un domicilio particular, no tiene acceso una persona ajena a
él; de ahí que no sea una condición para el delincuente que entre al
domicilio el que tenga que hacerlo forzando alguna cerradura. Por ello,
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cuando el robo se comete en una casa habitación, y para introducirse al
domicilio se empleen horadaciones, túneles, llaves falsas, ganzúas, alambres
o cualquier artificio para abrir puertas o ventanas, dichas calificativas
pueden coexistir.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO
CIRCUITO.
Clave: VI.2o.P., Núm.: 2 P (10a.)
Amparo directo 528/2011. 12 de enero de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Diógenes Cruz Figueroa. Secretario: Arnoldo Guillermo Sánchez
de la Cerda.
Tipo: Tesis Aislada
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