ESTRATEGIA MA 25/MAYO/2010 La Responsabilidad Civil Frente al Caso Fortuito o Fuerza Mayor José Ignacio Jiménez, profesor de Derecho Civil de la Universidad Católica y abogado del estudio Guerrero, Olivos, Novoa y Errázuriz, detalla que no se exime de responsabilidad por el solo hecho de que los daños tengan como causal la ocurrencia de un imprevisto. ¿De qué manera el caso fortuito o fuerza mayor es eximente de la responsabilidad civil en nuestra legislación? En principio, el daño que provoca un hecho imprevisto e irresistible no genera responsabilidad, y, en consecuencia, deberá ser asumido por el afectado. Por ejemplo, el acreedor que esperaba que llegara su mercadería a las 21 horas del lunes 24 de mayo, deberá asumir el daño que le produzca el retraso del transportista, cuando ese retraso se debió al corte de un puente, al accidente de tránsito en la carretera o al asalto sufrido por el transportista. Sin embargo, para que el hecho constituya caso fortuito y libere al deudor de toda responsabilidad por el incumplimiento, se requiere que reúna algunos requisitos. ¿Cuáles? Primero, que sea un hecho imprevisto, o sea, que dentro de los cálculos ordinarios y corrientes no se haya podido prever. No lo sería, por ejemplo, la crecida ordinaria de un río en la época de deshielo, pero sí una crecida extraordinaria de un volumen considerablemente superior, o en otra época, cualquiera sea su causa. Por ejemplo, en un fallo muy antiguo y muy recurrido, la Corte de Apelaciones de La Serena, señaló que “no cabe considerar como fuerza mayor la circunstancia de haber llovido mucho en la ciudad de Valdivia durante el invierno”. Un segundo requisito, es que el deudor, a pesar del empleo de todas las medidas de diligencia que tuvo a su alcance, no haya podido evitarlo, es decir, que sea superior a las fuerzas del agente. En consecuencia, si el hecho que el deudor invoca como caso fortuito ha ocurrido cuando el deudor se ha constituido ya en mora, no lo liberará de responsabilidad, porque ya había incurrido en culpa no cumpliendo su obligación oportunamente; y si hubiera cumplido a tiempo, el caso fortuito no habría influido en la inejecución del acto. Aquí la ley, en todo caso, pone una excepción. ¿De qué se trata? Cuando la obligación es de dar una cosa y el caso fortuito ocurriera después de constituido el deudor en mora de darla, “si el caso fortuito hubiera dañado a la cosa debida, aun si hubiese sido entregada al acreedor”. Un tercer requisito, es que el hecho provenga de una causa enteramente ajena a la voluntad del deudor, es decir, que el deudor no haya contribuido en forma alguna a su producción. El jurista francés Pothier ponía un ejemplo muy ilustrativo: un mensajero que, conociendo que tal camino era predilecto de ladrones, y disponiendo de otro alternativo, transitaba por él, y era robado. La exposición imprudente contribuyó al asalto, por ello no podrá decirse que el hecho fue fortuito, habrá ocurrido por su culpa. ¿Qué efectos tiene el caso fortuito? Aun cuando el hecho haya sido imprevisto e irresistible, habrá que detenerse en determinar si el deudor actuó con o sin culpa, ya que en Chile la responsabilidad, es decir, el deber de reparar los perjuicios, es subjetiva. Si quien debe un determinado comportamiento, como el caso del vendedor, el arrendador, el mandatario, el constructor, etc., enfrenta un caso fortuito, responderá igualmente si ha incumplido su deber de diligencia. Si el constructor, cuyo deber de diligencia a que está obligado es mediano, construye faltando a ese deber, no podrá exonerarse invocando el caso fortuito. Del mismo modo, si no se han respetado las normas técnicas y reglamentarias relativas a la construcción, o el proyecto adolece de insuficiencias en lo tocante al estudio de suelo, o existen errores en el proyecto de ingeniería, etc., deberán indemnizarse los perjuicios producidos, aun cuando estos provengan de un caso fortuito o fuerza mayor en abstracto. ¿En conclusión? El caso fortuito o fuerza mayor no exime de responsabilidad por el sólo hecho de que los daños tengan como antecedente causal la ocurrencia de un hecho imprevisto e irresistible. Quien contrata puede o no hallarse obligado a indemnizar, lo que dependerá de si actuó o no con la diligencia y cuidado que le impone la ley, en su caso. Derribamos entonces el mito y concluimos que el terremoto registrado el pasado 27 de febrero, no libera al que hizo mal su trabajo, sino sólo a quien, habiendo dado cumplimiento a su deber de cuidado, sufrió sus consecuencias Nuestra Legislación El artículo 45 del Código Civil señala que "se llama fuerza mayor o caso fortuito al imprevisto que no es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un funcionario público, etc.". "Si el puente cortado se corta día por medio y hay otro alternativo; si el accidente en la carretera sólo obstruyó una de cuatro pistas será el transportista responsable por el retraso, pudiendo el acreedor exigir que le indemnicen", explica Jiménez.