dirección, jazz, tap, música y canto para la humorista mexicana, su familia es lo más importante en su vida. “Con mi esposo y mis hijos me encuentro más que feliz, ahorita que ando a mil por hora por lo de la obra; se van mis hijos a las cinco para las siete de la mañana, a esa hora corro al refrigerador y busco algo en la alacena para hacer de comer, termino de hacer la comida por ahí de las 10 de la mañana y vuelo para mi trabajo o lo que tenga que hacer y a las 3 de la tarde ya estoy comiendo con ellos”. “La verdad si procuro que esa parte de mi casa no se descuide, porque tengo la idea clarísima de que en nuestra vida debe haber muchos pozos como lo es la familia, las amistades, el trabajo, la espiritualidad y que ninguno de ellos se debe descuidar, porque si centramos toda nuestra atención a uno sólo, cuando volteemos otro se nos seca y ya no vamos a tener nada en los demás, entonces yo creo que hay que tener y abastecernos del agua de todos los pozos de nuestra vida”. Actualmente, María Elena Saldaña está trabajando para la empresa Televisión Mexiquense, donde dijo que está viviendo una grata experiencia con La Güereja, debido a que este personaje siempre lo había realizado con libreto, y ahora se va por la línea de la vida cotidiana de La Güereja como las tareas, los juegos y hasta maquetas que los niños pueden hacer, trabajos manuales y cocina, lo cual se convierte todo en aprender junto al público infantil, al cual se dirige. Por último, María Elena se despide de la entrevista con un mensaje con motivo de Navidad y Año Nuevo: “Antes que nada, quiero agradecerles porque se cierra un año más y año con año me han dado todo su cariño, amor y me han apapachado con sus críticas positivas y negativas. Sin embargo, también eso nos hace evolucionar. Les deseo toda la paz, alegría y felicidad que alcancen a imaginar y mientras estemos en este universo, que siga caminando y evolucionando todo para bien. La felicidad es válida, es un regalo maravilloso de Dios”. “Y para este 2015 tengo la esperanza de un año lleno de salud, alegría, trabajo y armonía; así hay que sembrarlο para poderlo cosechar, y si solamente vemos lo negativo, pues difícilmente vamos a poder cosechar otra cosa. Entonces hay que empezar por sembrar todas las cosas y todas las que se nos puedan ocurrir, además de sembrar siempre en presente y en positivo para que así lo podamos disfrutar el año que viene”, concluye la actriz. [email protected] ¿ Hace cuánto que no te regalas algo a ti mismo? ¿Has pensado cuál sería el mejor obsequio que te puedes dar, aprovechando este ambiente de amor y paz? Definitivamente, lo preferible para ti y los demás sería el perdón. Jean Piaget decía: “El perdón es un acto propio de personas que han llegado a una auténtica madurez”. Saber perdonar y pedir perdón es una experiencia liberadora, que equilibra la salud física, emocional y espiritual. Es muy importante saber que dicho acto no es justificar el daño, y en algunas ocasiones no necesariamente se tiene que restablecer el vínculo. Podemos perdonar sin la necesidad de sentarnos a tomar un café con esa persona. El Dr. Fitzgibbon y otros psiquiatras y psicólogos aplican una terapia que induce al paciente a indultar, y comprueban que hay una mejoría considerable. Estos son los pasos terapéuticos que recomiendan los expertos: l. Confrontar la rabia interior, la vergüenza, la herida. La persona puede estar deprimida sin saber por qué, hasta que descubre la causa oculta por muchos años o sólo por horas. 2. Reconocer la fuente de la herida y descubrir su por qué. 3. Elegir perdonar. Aunque haya base para la ira y la venganza, no se elige eso, sino perdonar. 4. Buscar una nueva forma de pensar sobre aquel o aquella que nos hizo sentir mal. Cuando lo hacemos, por lo general descubrimos que es un ser vulnerable, probablemente con heridas profundas. “Perdonar es liberar a ese prisionero que llevamos dentro” Así que ahora te invito a hacer una lista de la gente que necesitas perdonar y que te perdone. Empieza escribiendo en una hoja de papel el nombre de quienes te han lastimado y de aquellos que tú lastimaste. Anota qué fue lo que te hicieron y qué fue lo que tú hiciste. La oración es una herramienta maravillosa que Dios pone a nuestro alcance con infinidad de beneficios. Perdona y pide perdón en voz alta, nombre por nombre, acción por acción y ¡sé libre! Perdona, no porque los que te dañaron se lo merezcan, sino porque tú te mereces tener armonía. Bendiciones