las reformas a la ley federal del trabajo mexicana

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LAS REFORMAS A LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO MEXICANA
DR. HUGO ITALO MORALES SALDAÑA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE
DERECHO DE LA UNAM
ANTECEDENTES.
El viernes 30 de noviembre del 2012, fue publicado en el Diario Oficial de la
Federación, el decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la
Ley Federal del Trabajo.
Antes de referirme concretamente a dicha normatividad, he considerado
conveniente un relato histórico del largo camino recorrido para lograr la
actualización de la Ley Federal del Trabajo de 1970.
PROMESAS INICIALES.
Tuvieron que transcurrir más de 42 años, a partir de las promesas del candidato y
posterior Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari (1988 – 1994),
formuladas el 21 de agosto de 1988 en el Auditorio de la Confederación de
Trabajadores de México (CTM).
En aquella ocasión, constituyó un reclamó generalizado la Nueva Ley Laboral,
argumentando su obsolescencia derivada de la modernización del País, que exigía
herramientas más actuales para el cumplimiento de las disposiciones laborales.
Al tomar posesión como Presidente de la Nación, se dio a la tarea inmediata de
integrar una Comisión encargada de formular el proyecto iniciándose las platicas
correspondientes una vez constituida en forma tripartita, con la intervención, de los
sectores obrero, patronal y gubernamental.
CAMBIO DE ACTITUD.
Encontrándose en platicas el Ejecutivo para la celebración de un Pacto Comercial
con Estado Unidos de Norteamérica y Canadá (Tratado de Libre Comercio),
recibió la visita de los principales dirigentes sindicales, quienes en forma por
demás sorpresiva, le pidieron cesar en el estudio del Proyecto Laboral, toda vez
que consideraban que el Pacto abriría las fronteras del País en detrimento de los
empleos, consecuentemente insistían en dejar el Ordenamiento Laboral como se
encontraba en ese momento sin modificación alguna, atribuyéndole así mayores
ventajas en el embate que significaría la apertura comercial.
MODIFICACIONES DE CRITERIO.
Al transcurrir el periodo del Ejecutivo, fue sustituido por Ernesto Zedillo Ponce de
León (1994 - 2000), el cual recibió la misma petición de la clase trabajadora, y por
lo tanto se conservo durante largo tiempo el “statu quo” de la Ley.
La clase empresarial considero importante tomar medidas, puesto que la
globalización universal impactaba en la relaciones de trabajo y en esa virtud creo
el concepto “La Nueva Cultura Laboral”, la cual promovía el acercamiento
armónico y directo entre sectores, que evitaría toda clase de conflictos individuales
o colectivos en detrimento de la paz laboral, suscribiéndose un acuerdo.
NUEVA CULTURA LABORAL.
Percatándose el Gobierno Federal que le estaban ganando la partida, hizo suya
“La Nueva Cultura Laboral” y convocó a un evento en las instalaciones del
Ministerio de Trabajo a los sectores involucrados, con el objeto de establecer una
serie de medidas fundamentales en las áreas de su competencia, delineando con
mayor precisión las condiciones bajo las cuales se aseguraría una armonía que
incidiera en el desarrollo económico.
Al concluir las diversas reuniones, generó la creación de una nueva Comisión
Tripartita que se reuniría periódicamente en las instalaciones de su Ministerio,
para examinar la práctica misma de las actividades laborales, corrigiendo todos
aquellos aspectos que provocaran desequilibrio en las relaciones.
Carente de una reglamentación legal, por las vías de hecho, y aprovechándose de
su autoridad moral, fueron citados toda clase de funcionarios federales y locales,
que a juicio de la Comisión venían apartándose de las disposiciones laborales, o
en su caso se les convocaba para efectos informativos.
En todas las oportunidades el sector obrero insistió, que la integración de este
Órgano no implicaría un reconocimiento tácito para modificar la Ley Federal del
Trabajo y su presencia solo obedecía la supervisión en el cumplimiento de la Ley.
ASPECTOS PROCESALES.
En las postrimerías del periodo de Ernesto Zedillo, se convenció al sector obrero
de la necesidad de actualizar algunos puntos de la legislación, aceptándolo a
regañadientes, siempre y cuando no fueran modificado el Articulo 123
Constitucional, el cual consideraban como la base fundamental de sus derechos.
Bajo esa tónica, se inició el estudio de la parte procesal, lográndose un capítulo en
dicha materia que fue aceptado por unanimidad y presentado ante el Congreso de
la Unión, sin embargo, en dicho momento histórico el partido de oposición (Acción
Nacional), logró el triunfo de las elecciones en el Ejecutivo Federal y el propio
Congreso Nacional, integrándose en su mayoría por miembros de dicho Instituto
Político, motivando que se enviara al archivo el Proyecto.
REINICIO DE FUNCIONES.
La nueva administración federal representada por Vicente Fox Quezada (2000 2006), se preocupó por los aspectos laborales, gracias a la intervención de su
Secretario del Trabajo (creador de “La Nueva Cultura Laboral”), autorizándole a
formar una nueva Comisión encargada de la redacción.
Sus actividades fueron lentas y tortuosas, en virtud de que los miembros del sector
obrero se integraban con centrales de oposición y pensamientos diversos, sin
embargo después de varios años se formuló el texto definitivo presentándolo ante
el Congreso de la Unión.
ASPECTOS LEGISLATIVOS.
Dicho Organismo aceptó su debate con muchos obstáculos, invocando la falta de
oportunidad política, y la necesidad de examinar más de 350 iniciativas
individuales presentadas, dando lugar a que no fuera concluida
período la discusión legislativa.
durante ese
REITERACIÓN DE CONCEPTOS.
Con el arribo de Felipe Calderón Hinojosa (2006 - 2012), se aseguró como una
meta prioritaria, el Ordenamiento Laboral dándole instrucciones precisas a su
Secretario del Trabajo que considerará dicho objetivo como fundamental e
insoslayable, señalándole un término para la formulación.
Fue hasta el año de 2010, cuando fue presentada la Iniciativa, dando lugar a
múltiples críticas y censuras, argumentando varias centrales obreras, que no
habían sido considerados dentro del grupo que redactó el Ordenamiento,
oponiéndose en consecuencia a su debate.
ACONTECIMIENTOS LEGISLATIVOS.
Los acontecimientos políticos de esa fecha indicaban una debacle en el Partido
Político en el poder (PAN), lo cual aprovechado por la oposición para rechazar la
discusión de la Iniciativa Laboral. Se presentaron múltiples Proyectos de la misma
naturaleza por diversos Partidos Políticos, y la Comisión Legislativa encargada de
su estudio, confundida ante el problema, dilató sus discusiones en espera de que
transcurriera el periodo legislativo sin resultados positivos.
INICIATIVA PREFERENTE.
En las postrimerías del periodo presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, y en la
primera reunión del Nuevo Congreso Legislativo (1° de septiembre de 2012),
presentó como preferentes cuatro iniciativas, las cuales de acuerdo con las últimas
reformas constitucionales, deberían discutirse en un plazo máximo de 30 días.
Bajo esa tónica y opiniones encontradas al respecto, se logró que las Cámaras
debatieran por turno y después de algunos cambios que ambas realizaron, se
pusieron de acuerdo para expedir la Nueva Ley Federal del Trabajo, dejando para
otra ocasión los puntos en los cuales no coincidían.
INICIO DE VIGENCIA.
El Ejecutivo Federal que concluía su mandato el 30 de noviembre de 2012, sin
mayor dilación, se aprovechó de la circunstancia política y publicó el Decreto
precisamente el último día de sus funciones, con vigencia a partir del día siguiente
(1° de diciembre de 2012), encontrándose en el poder nueva administración.
CONSIDERACIONES PERSONALES.
En este largo camino extenuante, absurdo y kakfktiano, muy propio de los países
latinos, cree haber superado con estas reformas la meta trazada; sin embargo los
juristas consideramos que no estamos frente una Nueva Ley Federal del Trabajo,
toda vez que la anterior no ha sido abrogada simplemente se reformaron,
adicionaron y derogaron diversas disposiciones, manteniéndose en vigencia el
resto; en consecuencia, técnicamente, continua en vigor la Ley Federal del
Trabajo de 1970 con las diversas modificaciones realizadas el 1973, 1980 y 2012.
De ninguna manera se han logrado los objetivos, simplemente se actualizan
disposiciones que ya se venían practicando, tales como: incluir la expresión
“trabajo decente o digno”; agregar algunas cláusulas al contrato de trabajo; crear
el contrato de temporada, capacitación inicial y periodo de prueba; puntualizar el
régimen de subcontratación (outsourcing); insistir sobre participación de utilidades;
definir el hostigamiento y acoso sexual; modificar el aviso de rescisión; sancionar
con mayores pena la utilización de menores de 14 años; limitar los salarios caídos;
expresar la multihabilidad del trabajador; aceptar el pago del trabajo por
transferencia o depósito en cuenta; referirse al pago por hora; establecer como
medio de prueba los métodos electrónicos y aumentar las sanciones.
CONCLUSIONES.
Los laboralistas mexicanos sentimos que la Legislación Laboral, se encuentra
desactualizada, aún con las reformas y adiciones de reciente vigencia, y la
negativa a modificar los aspectos constitucionales, constituyen actos demagógicos
y absurdos puesto que la dinámica del derecho no admite su paralización por
consideraciones sectoriales.
No olvidemos, sin embargo que el Derecho Laboral Mexicano se encuentra muy
encima de la legislación que pretende encausarle, y las practicas reales derivadas
de los usos, costumbres, contrataciones individuales y colectivas, reglamentos
interiores, etc., desde hace tiempo han superado a esta Ley Federal del Trabajo.
El País deberá comprender que la conducta de los hombres es la creadora de la
Legislación y no a la inversa; luego entonces pretender llevar a cabo el Derecho
del Trabajo por cauces rígidos constituye un absurdo que la realidad se encarga
de superar.
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