AMNISTÍA INTERNACIONAL DECLARACIÓN PÚBLICA Índice AI: EUR 30/015/2012 21 de septiembre de 2012 Italia/Estados Unidos: El Tribunal Supremo ordena que se juzgue de nuevo a ex altos cargos de los servicios de inteligencia y confirma todas las condenas por el secuestro de Abu Omar Amnistía Internacional ha acogido con satisfacción la decisión adoptada por el Tribunal Supremo de Italia (Corte de Casación) el 19 de septiembre de 2012 en el proceso sobre el caso de Usama Mostafa Hassan Nasr (conocido como Abu Omar), secuestrado ilegalmente en Milán en febrero de 2003 y posteriormente trasladado por la CIA a Egipto, en donde, al parecer, fue torturado. El fallo supone un paso adelante en la rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos –como detención ilegal y traslado, detención secreta, desaparición forzada, y tortura y otros malos tratos– cometidas en el contexto de los programas de entrega y detención secreta encabezados por Estados Unidos. El Tribunal Supremo confirmó las condenas por el secuestro de Abu Omar dictadas contra 22 agentes de la CIA, un oficial del ejército estadounidense, y dos agentes de los servicios secretos italianos. Todos los ciudadanos estadounidenses fueron juzgados in absentia, circunstancia permitida por la legislación italiana pero no por el derecho internacional. Conforme al derecho internacional, si los ciudadanos estadounidenses están sujetos a la jurisdicción del sistema de justicia italiano, deber ser juzgados de nuevo ante un tribunal diferente. Además, el Tribunal Supremo ordenó que se juzgase de nuevo a dos altos cargos de la agencia italiana de inteligencia (anteriormente conocida como Servizio per le informazioni e la sicurezza militare o SISMI), su ex director Niccolò Pollari y el subdirector Marco Mancini, y a otros tres altos funcionarios: Giuseppe Ciorra, Luciano Di Gregori y Raffaele Di Troia. El Tribunal de Apelación de Milán había desestimado los cargos contra ellos tras alegar el gobierno que no debían revelarse pruebas clave porque constituían “secretos de Estado”. El Tribunal Supremo parece haber puesto en duda la aplicación, por parte del Tribunal de Apelación de Milán, del fallo sobre la definición e interpretación de la prerrogativa del “secreto de Estado” dictado por el Tribunal Constitucional en 2010. Anteriores gobiernos italianos habían recurrido ampliamente al argumento del “secreto de Estado”, en un evidente intento de proteger a los funcionarios de los servicios de inteligencia y a los gobiernos italiano y estadounidense para que no tuviesen que rendir cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto de los programas de entrega y detención secreta encabezados por Estados Unidos. Ahora, el Tribunal de Apelación de Milán tendrá que examinar de nuevo el alcance y los límites del “secreto de Estado” y cómo se aplicaría en los nuevos juicios a los ex funcionarios de los servicios de inteligencia italianos. La orden dictada por el Tribunal Supremo para que se vuelvan a celebrar los juicios transmite un importante mensaje en cuanto al uso y la interpretación de la prerrogativa del “secreto de Estado”. Amnistía Internacional sostiene desde hace mucho que un gobierno no puede invocar el “secreto de Estado” para protegerse frente a una situación bochornosa y/o la rendición de cuentas por la comisión de violaciones de derechos humanos, incluida la complicidad en tortura y otros malos tratos. Las víctimas de estas violaciones de derechos humanos tienen derecho a un recurso efectivo, incluido el derecho a que se dé a conocer la verdad sobre las violaciones de derechos humanos sufridas y a que las autoridades la reconozcan públicamente. El conjunto de la sociedad también tiene derecho a saber la verdad sobre estas violaciones de derechos humanos. De conformidad con el fallo del Tribunal, deben aplicarse las condenas impuestas a todas las personas halladas culpables en el caso de Abu Omar. Por consiguiente, el gobierno italiano debe cursar al gobierno estadounidense órdenes de detención solicitando la extradición de los agentes de la CIA y el oficial del ejército estadounidense. Tal y como señala Amnistía Internacional, según el derecho internacional, si los ciudadanos estadounidenses son extraditados a Italia, los declarados culpables in absentia tienen derecho a ser juzgados de nuevo ante un tribunal distinto y a la presunción de inocencia en ese nuevo juicio. Amnistía Internacional hace un llamamiento a las autoridades italianas para que garanticen que cualquier nuevo enjuiciamiento de ex funcionarios de los servicios de inteligencia italianos se lleve a cabo conforme a las normas internacionales sobre garantías procesales, y que el poder ejecutivo no invoque el “secreto de Estado” para proteger al Estado o a agentes estatales de la rendición de cuentas y/o responsabilidad por su presunta complicidad en los programas de entrega y detención secreta encabezados por Estados Unidos. Es más, el gobierno italiano debe iniciar de inmediato una investigación independiente, imparcial, exhaustiva y efectiva sobre todos los aspectos de la participación de Italia en estas operaciones de la CIA. Un informe del Parlamento Europeo publicado en 2012 insta a todos los Estados miembros de la UE implicados a iniciar este proceso, conforme a su incuestionable obligación jurídica internacional de llevar a cabo investigaciones efectivas sobre las denuncias de tortura y otros malos tratos. Amnistía Internacional sigue considerando motivo de gran preocupación el hecho de que Estados Unidos no haya garantizado la rendición de cuentas y el acceso a un recurso para las víctimas de los programas de entrega y detención secreta encabezados por Estados Unidos. En ese sentido, Estados Unidos continúa incumpliendo gravemente sus obligaciones jurídicas internacionales. Información complementaria: Abu Omar, ciudadano egipcio residente en Italia, fue secuestrado en una calle de Milán en febrero de 2003 y posteriormente trasladado ilegalmente por la CIA de Italia a Egipto, en donde estuvo recluido en secreto y fue presuntamente torturado. El 15 de diciembre de 2010, el Tribunal de Apelaciones de Milán confirmó las declaraciones de culpabilidad de 25 personas, incluidos 22 agentes de la CIA, un oficial del ejército de Estados Unidos, y dos agentes de los servicios de inteligencia italianos. Las condenas por los cargos de secuestro aumentaron de cinco a siete años de cárcel para los 22 agentes de la CIA y de ocho a nueve años para el oficial del ejército estadounidense. La pena para los dos agentes de los servicios de inteligencia italianos acusados de complicidad en la comisión del delito se redujo de tres años a dos años y ocho meses. Los cargos contra cinco altos funcionarios de la agencia de inteligencia italiana (anteriormente conocida como Servizio per le informazioni e la sicurezza militare o SISMI), incluidos su ex director Niccolò Pollari y el subdirector Marco Mancini, fueron desestimados en la fase de apelación tras alegar el gobierno que no debían darse a conocer pruebas clave contra los hombres porque constituían “secretos de Estado”. El recurso por la desestimación de los cargos contra tres ciudadanos de Estados Unidos a quienes la sentencia judicial concedía inmunidad diplomática iba a examinarse en un proceso de apelación distinto.