AL ROJO Editorial Al Rojo, como un hombre que agoniza, ha vuelto a publicar una nueva edición entre el infinito desinterés del público general, que lleva semanas sin enviar un solo artículo. La ciudad se ve en un panorama agitado, el país está en plena campaña para el congreso, que promete ser tan ineficaz, desinteresado y tramposo como lo ha sido desde momentos sin memoria. Sin embargo, el pueblo calla. Avanza a tientas el proceso de paz, pero el pueblo calla.¿ Será necesaria la hecatombe para re animar el interés?¿Tal vez una tormenta le devuelva la vida a un Al Rojo que agoniza? En medio del más sepulcral de los silencios, parimos, como una piña, esta edición de Al Rojo; con la absoluta certeza de que esta editorial no será leída, acaso para nuestro bien. Al Rojo Dirección: Juan Carlos Muñoz C. Profesor Coordinación: Gabriel Solano 10A Juan Tibaduiza 10A Sergio Mendoza 10B Jorge A. Nassar 10A Diagramación: Alejandro Lobo 10A Al Rojo recibe contribuciones de máximo 500 palabras y dardos a [email protected] Paz No. 14 12 de Febrero de 2014 La paz es de todos El actual proceso de paz se está llevando a cabo bajo una gran incertidumbre que incluye la sombra del antiguo proceso de paz de la administración Pastrana y la gran desconfianza que tiene el pueblo colombiano con esta guerrilla criminal que por sus accionas solo demuestra un cruel y sanguinario arsenal político no solo contra las fuerzas militares que son su principal contrincante sino contra la población civil. Las próximas elecciones van a ser el enfrentamiento de dos posturas frente a este proceso. El ala extremista de la derecha se lanzará y atacará fervorosamente este proceso de paz con cierta justificación moral. Contra esta, se ha formado el bloque de la defensa del proceso por parte de la izquierda, centro y la derecha moderada. A fin de cuentas, lo que nos muestra división de la visión tanto para alcanzar la paz como el posconflicto se puede tomar como una simple fachada en la mayoría de casos para recibir la tan deseada mermelada disputada entre la misma burocracia. Ante esto, se me han venido a la cabeza ciertas preguntas como, “¿Qué derecho tienen los que se oponen al proceso de paz de negarle a la población tan anhelado suspiro de tranquilidad?” Luego pensé, “¿Qué será de las familias que año tras año han sufrido los dramas del conflicto y que buscan una justa reparación por todos los muertos que han tenido que enterrar, por sus huidas forzosas de su hogar?” A mi parecer, este es un problema mucho más profundo del que realidad estamos presenciando y la solución como tal no debe ser dada solamente por aquellos que han puesto tan poco y han sufrido tan poco en esta guerra de medio siglo. De esta manera, yo que no he sufrido en carne propia los horrores de este conflicto, no me siento con la capacidad moral de dar todas las soluciones pero solamente mediante la unidad, la coherencia y con un espíritu de perdón, cada colombiano dará su granito de arena con el objetivo claro de todo este proceso de reconstrucción y memoria que a su vez, cerrara uno de los capítulos más sombríos de nuestra historia que lamentablemente, siempre está lleno de conflictos que acaban con disputas militares. Ni el gobierno, ni la oposición, ni los actores armados tienen plena omnipotencia sobre la paz. Sin embargo, cualquier acción encaminada en acabar el conflicto siempre debe ser vista sin prejuicios, con coherencia y con la capacidad de escuchar al otro. Alejandro Lobo 10 A Icfes-dependencia Parte II Dardos ¿Qué hay detrás de intentar introducir la eficiencia del sector privado industrial, comercial y de servicios a la educación? La eficiencia del sector privado se mide con indicadores claros y precisos. Los resultados de una persona, una empresa, un sector, un conglomerado, se miden en términos de altas ventas, bajos costos de operación, alta utilidad, baja cartera, veloz rotación del inventario y así sucesivamente. De esta manera es fácil determinar quién gana y quién pierde, sin juicios de valor, el número es incontrovertible. Tomado de: http://www.semana.com/caricaturas/vladdo/articulo/vladdo/376413-3 Con el auge de las economías de mercado abierto y privatización de los años noventa, los EEUU apostaron que para mejorar la calidad de la educación pública era preciso utilizar los esquemas de incentivos y castigos propios de las economías mercado. En particular, mejores resultados representan bonos en dinero para directivos y profesores. Para acceder a los bonos la medición es precisa, básicamente el puntaje obtenido en una prueba estandarizada. Así las cosas, las instituciones educativas dirigieron sus esfuerzos a mejorar sus puntajes en dichas pruebas. En las instituciones que no alcanzaran los resultados mínimos exigidos, se despedía al personal o se cerraba el colegio. Los ganadores claro está, se hacían a los bonos ya mencionados, de igual forma que un vendedor recibe su bono si cumple las metas de ventas. La pregunta que ha acompañado este proceso es qué tan sanos pueden ser este tipo de incentivos aplicados a una institución educativa. También está en discusión si efectivamente mejoró la calidad de la educación estadounidense. Estos temas serán tratados en próximas ediciones de al rojo. Fernando Valencia Profesor Mande a [email protected] sus dardos de humor politico o deportivo