¡Qué gran ejemplo!

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Martes 9 de noviembre de 2010 l Heraldo de Aragón
18 l TRIBUNA
EL MERIDIANO
María Pilar
Martínez Barca
LA TRIBUNA I El proyecto de Presupuestos del Estado para 2011 ni aborda la creación de empleo ni impulsa el cambio de modelo productivo. Centrarse solo en reducir el déficit puede ser contraproducente
Por Cristina Monge Lasierra, directora de Proyección externa de la fundación Ecología y Desarrollo
Gaudí
Presupuestos sin audacia
EN plena adolescencia llegaría al asombro. Fue en un
viaje en familia, organizado
con la empresa en la que trabajaba mi padre. De Suances
a Comillas en autobús. Formas como de cuento, motivos vegetales, ventanas para
princesas tristes. «Aquí tienen El Capricho. Máximo
Díaz de Quijano le encargó
la casa a Antonio Gaudí en
1833. Era una villa de recreo». Regresaría, con otros
compañeros, mi pareja, nacidos mis sobrinos… y en cada
nuevo viaje, la sorpresa me
abría a más detalles, como
ese minarete sobre cuatro
columnas de la puerta, alianza de culturas.
¡Oh, maravilla! El encantamiento me esperaba cuando
en el coche de mi hermano
llegamos a León. Yo no había jugado a Exín Castillos,
pero estaba empapada en la
lectura de los cuentos de
Andersem. Un torreón en
cono en cada esquina, cinco
pisos de ojivas medievales,
un foso que servía de lucerna; y, ¿en la puerta?, San Jorge y el dragón. La Casa de
los Botines, almacén y vivienda de unos ricos comerciantes de tejidos, 1891. Me
quedé embelesada… ¡pero
qué susto! Gaudí seguía allí,
absorto en sus apuntes, como de piedra.
Seguimos hacia Astorga.
Y otra vez un castillo entre
interior y místico, fortaleza
y capilla: el Palacio Episcopal. Arcos abocinados, almenas, miradores. Residencia de obispos que luego pasaría a otros fines, como a
veces sucede a lo largo de la
historia. Inserto en el entorno, los ángeles, pensados
para lo alto, terminaron de
pie en el jardín.
Si algo nos cautivó ya de
por vida fue la Casa Batlló,
situada en el barcelonés paseo de Gracia, con sus balcones máscara y su embrujo. Igual que el Parque
Güell, con sus curvas y mil
escalinatas que parecían copiar aquella tarde la música
y sus fuentes.
Y, mucho más profundo,
la Sagrada Familia, con su
majestuosidad y sus vacíos.
«Mirad, hasta cien especies
vegetales. La serpiente, el
buey y la mula; la Adoración
de los Reyes y el Zodiaco».
No fue fácil acceder a la
portada de la Natividad, tantas sillas como íbamos. Después, la nave central y el
claustro, dibujos originales
y maquetas a escala. Y columnas torcidas y oquedades y círculos y rampas. Me
quedé contemplando al
Cristo de la puerta de la Pasión: crucificado dentro de
sí mismo, totalmente desnudo, escabrosamente actual.
Hay autores que pasan
los fuertes y fronteras, las
creencias, los tiempos.
LOS planteamientos estratégicos
no deben perder de vista lo inmediato; por eso, a veces, gobernar es
quedarse bizco: un ojo, en el día a
día y otro, en el mañana. En esta
crisis económica, social y ambiental en la que estamos inmersos, es
hora de recuperar la política y utilizar la audacia para ir resolviendo
lo inmediato mientras construimos el futuro.
Lamentablemente, los Presupuestos Generales del Estado
(PGE) que acaba de presentar el
Gobierno español carecen de audacia, ya que ni en el corto ni en el
largo plazo resuelven las encrucijadas en las que estamos inmersos.
Ni están pensados para generar
empleo de inmediato ni empujan
el cambio de modelo económico
hacia la sostenibilidad que debemos construir a medio y largo plazo.
Hay que saludar positivamente
la apuesta por el gasto social, con
un 58% de los gastos para este ám-
bito, lo que posibilita, entre otras
cosas, que muchas familias perciban unos mínimos ingresos que
pueden ser vitales. Sin embargo, el
objetivo que se plantea en el corto
plazo no es la recuperación económica ni el fomento de la productividad, sino la lucha contra el déficit. Un déficit cuya importancia no
hay que negar, pero que, como han
hecho otros países europeos, entre ellos la propia Alemania, no
puede ser un fin en sí mismo cuando las cifras del paro superan los
cuatro millones. Como han observado ya algunos de los grandes
guardianes de la ortodoxia económica internacional, esta política
puede suponer un importante freno a la recuperación.
A esto hay que añadir que estamos viviendo una crisis que tiene
perfiles mucho más profundos que
los típicos de las crisis de demanda que ya conocemos. Hoy sabemos lo suficiente para afirmar que
no es posible el crecimiento inde-
«No podemos salir de esta
crisis por la vía del aumento
del consumo, que nos
abocaría a profundizar
mucho más la alerta
ecológica que vivimos»
finido, que existen límites al crecimiento ya incuestionables y que el
planeta no puede aguantar la presión a la que está sometido. Lo estamos viendo, por ejemplo, en los
efectos del cambio climático de
origen antrópico, en un entorno en
el que el 20% de la población consumimos el 80% de los recursos.
No podemos, por tanto, salir de esta crisis por la vía del aumento del
consumo, que nos abocaría a profundizar mucho más la alerta ecológica que vivimos.
A los PGE no podemos pedirles
que arreglen todos los desafíos de
nuestro modelo de desarrollo, pero sí, al menos, que dibujen los
grandes ejes que nos hagan avanzar hacia la sostenibilidad. Según
afirmaba la profesora Pilar Egea,
las inversiones en educación y en
I+D tienen un efecto directo en el
incremento de la productividad,
como se ha comprobado a lo largo
de los años. ¿Por qué, por poner un
ejemplo, no se apuesta de manera
decidida por la inversión en investigación en campos como las renovables, en los que España puede liderar buena parte del sector? Actuaciones de esta índole ayudarían
a esbozar esas grandes líneas por
las que debemos buscar la salida a
esta compleja crisis.
Innovar es crear una idea que
aporte valor para solucionar un
problema, así que, ahora más que
nunca, es el momento de la innovación, con la mirada en el hoy y en
el mañana. Y para eso, el Estado,
sigue teniendo un papel fundamental.
LA TRIBUNA I Los alcaldes de Berbegal, Peralta de Alcofea y Villanueva de Sijena, al conseguir llevar
a la calle la reivindicación de los bienes religiosos, han dado un gran ejemplo de dignidad
Por José Antonio González, secretario general de OSTA
¡Qué gran ejemplo!
EL pasado domingo, en la plaza
del Pilar de Zaragoza, miles de
aragoneses acudieron a la llamada de Miguel Ángel Puyuelo,
Obdulia Gracia e Ildefonso Salillas, alcaldes de Berbegal, Peralta de Alcofea y Villanueva de Sijena respectivamente, a los que
se sumó Francisco Mateo, alcalde de Tamarite de Litera, para
reclamar la devolución de los
bienes religiosos aragoneses retenidos en el Museo de Lérida.
Años y años sin que las gestiones del Gobierno de Aragón hayan obtenido resultados han generado cansancio y desánimo
entre los aragoneses, quienes
asisten perplejos ante los litigios
interminables que se dirimen en
las salas de los juzgados y los pasillos de los obispados.
Miguel Ángel, Obdulia e Ilde-
fonso han dado un paso de gigante para la resolución del conflicto. Han llevado el asunto de
los despachos a la calle, a los ciudadanos, primero en sus pueblos
y ahora en la capital. Ellos han
dado la oportunidad, a las gentes de las ciudades y pueblos de
Teruel, de Huesca y de Zaragoza, de expresar una firme voluntad de recuperar los bienes. Su
empuje ha hecho que toda la clase política tenga que aligerar el
paso para ponerse al frente de la
reivindicación, so pena de quedarse atrás, descolgada, fuera de
juego.
Y ello ha sido posible porque
han puesto por delante de sus intereses partidarios los intereses
y sentimientos de sus vecinos.
En todo momento se han mirado
a los ojos, no a las siglas. En un
«Han dado oportunidad,
a las gentes de Teruel, de
Huesca y de Zaragoza,
de expresar una firme
voluntad de recuperar
los bienes»
ejercicio de dignificación de la
actividad política han sabido ser
dialogantes, pacientes y confiados los unos con los otros.
Embargados por la emoción
de intervenir, por fin, ante miles
de ciudadanos aragoneses, hemos visto cómo se daban ánimos, cómo se abrazaban, cómo
se felicitaban por el éxito de su
iniciativa.
CANO
Estos tres alcaldes, principales
promotores de la primera gran
movilización por la reclamación
de los bienes de las parroquias
aragonesas retenidos en Lérida,
han hecho mucho más que poner la cuestión sobre la mesa,
nos han devuelto a todos gran
parte de la dignidad que las instituciones catalanas pretenden
arrebatarnos, ante la ineficacia
de nuestro gobierno.
El pueblo ha hablado. Ahora
toca actuar a los representantes
políticos, en el convencimiento
de que los ciudadanos estamos
tomando nota, tanto de sus ausencias como de sus incoherencias.
Gracias, Miguel Ángel, Obdulia e Ildefonso, muchas gracias a
los tres por darnos este gran
ejemplo.
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