002 Arrepentimiento

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ARREPENTIMIENTO
En el nuevo testamento las palabras griegas para el “arrepentimiento” son
METANOIA (cambio de pensamiento, propósito de corazón y voluntad) Y
METAMELOMAI (tristeza, remordimiento pesar o pena).
Las palabras griegas tienen significado distinto, pero que en castellano ambas se
traducen con la misma frase que es arrepentimiento. El verdadero creyente pasa
por el arrepentimiento METANOIA, que es el que Dios busca para darnos la fe para
la salvación. Y el falso o engañado creyente pasa por el arrepentimiento
METAMELOMAI, es decir se llena de llanto y remordimiento por lo que ha hecho,
pero no lo conduce a la salvación.
Veamos un ejemplo claro que nos presenta la Biblia:
En el libro de Hebreos capítulo 12:16-17 nos dice acerca de ESAÚ lo siguiente: “no
sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida
vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la
bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque
la procuró con lágrimas.
La Biblia nos dice que ESAÚ lloró buscando su primogenitura, es decir se
arrepintió, pero no alcanzó lo que buscaba porque no había aceptado la disciplina
que Dios le impuso en su vida con relación a la decisión que había tomado en su
oportunidad “por una sola comida vendió su primogenitura” ni menos se acercó a
Dios. Me explico mejor con relación a la primogenitura que perdió Esaú.
En libro de Génesis capítulo 27 nos dice que la primogenitura tiene cuatro
privilegios que son:
1.
2.
3.
4.
El sacerdocio.
La responsabilidad sobre toda la casa.
La doble herencia.
La bendición (que había sido dada a Jacob)
El error de Esaú es que solo quería la bendición de Isacc y que la procuró con
lágrimas y mucha tristeza o dolor, pero no le interesaban los otros privilegios de la
primogenitura. Desde el punto de vista de Dios, Esaú nunca estuvo arrepentido.
No pasó de METAMELOMAI (tristeza) a METANOIA (cambio de pensamiento)
porque las otras cosas de la primogenitura no las deseaba Esaú. El arrepentimiento
es más que dolor. Es un cambio interior que se manifiesta en acciones concretas.
La historia de Esaú es un seria advertencia a los cristianos que se sientan tentados
a abandonar a Cristo. Esaú procuró con lágrimas la bendición, pero su dolor fue en
vano. Cometió un pecado voluntario al rechazar sus privilegios de primogénito y no
buscó a Dios para que lo perdonara.
Otro ejemplo muy claro es el caso de Judas que traicionó a Jesús. Judas sintió un
profundo dolor o arrepentimiento por lo que había hecho y devolvió el dinero, pero
su decisión fue ahorcarse, es decir nunca se arrepintió o en otras palabras no
cambió su forma de pensar ni el propósito de su corazón ni menos decidió ir a Dios
en confesión de su pecado para obtener el perdón. Qué lástima. No ir a Dios cuya
naturaleza es amor. Todo el tiempo que estuvo con Jesús no se dio cuenta que
Dios es amor. En el caso de Pedro, que también lo traicionó, el lloró amargamente
y volvió a los brazos amorosos del Señor para que lo perdonara.
Si observamos la vida del pueblo de Israel en el antiguo testamento, veremos que
muchas veces clamaron a Dios por el profundo dolor que sentían al estar en
esclavitud que les imponían sus enemigos. Esa situación en que se encontraban de
esclavitud era la disciplina de Dios para llevar a su pueblo al arrepentimiento, pero
ellos no se daban cuenta que el sufrimiento que tenían era a causa de su pecado
ni querían aceptar ni soportar la disciplina de Dios ni clamaban sinceramente al
cielo por ayuda, solo querían su libertad sin cambiar su pensamiento ni corazón.
Ellos no estaban dispuestos al verdadero arrepentimiento.
Ahora, quisiera que leamos lo que dice la Biblia en el libro de San Mateo capítulo
3:1-2 “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,
y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. La frase
arrepentimiento puede traducirse como convertirse. Es romper con el pasado y dar
fruto. (Mt 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento). La conversión
afecta no sólo las emociones, sino también la mente y voluntad. El arrepentirse o
convertirse indica un cambio radical de mente y corazón que conduce a un cambio
completo de vida.
Leamos algunos versículos:
2 Corintios 7:8 -10
Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa, aunque entonces lo lamenté;
porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó. Ahora me
gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para
arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna
pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios
produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la
tristeza del mundo produce muerte.
2 Timoteo 2:25
Que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda
que se arrepientan para conocer la verdad.
Lucas 18: 9-14
A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros,
dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era
fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta
manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy
diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun
alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a
mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será
enaltecido
Es necesario efectuar un comentario a la parábola del fariseo y el publicano de los
versículos del evangelio según San Lucas. El arrepentimiento significa reconocer
que uno no tiene absolutamente ningún derecho ante Dios y entregarse sin
excusas o intentos de justificación a la misericordia de Dios. La conversión es
volverse o retornar a Dios.
Bíblicamente, una persona que se arrepiente no sigue continuamente en pecado.
El arrepentimiento es volver del pecado, y siempre resulta en un cambio de
comportamiento (Lucas 3:8). Arrepentirse es pensar de la forma como Dios piensa
acerca del pecado; es identificarnos con Cristo en su repulsión por el pecado. Sin
arrepentimiento no hay perdón.
Finalizaremos este comentario acerca del arrepentimiento, tomando el evangelio
según San Juan 3:19-21 que dice lo siguiente: Y esta es la condenación: que la
Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, porque sus
obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la Luz y no viene
a la Luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad
viene a la Luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios
En el evangelio según San Juan no se usa el término arrepentimiento, pero está en
todo el libro en el término creer. Por ejemplo, Jesús le dijo a Nicodemo lo
siguiente: “De verás te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el
reino de Dios”. Aquí está incluido el arrepentimiento en la vida de Nicodemo.
La vida cristiana comienza con una entrega decisiva en un acto de fe. La Biblia
enseña sobre la relación entre la salvación y el arrepentimiento. Primero, enseña
que el arrepentimiento es esencial a la salvación. Uno no puede verdaderamente
creer a menos que se haya arrepentido, y uno no puede verdaderamente
arrepentirse a menos que haya creído. El arrepentimiento y la fe son dos lados de
la misma moneda (pero no son términos sinónimos). Hechos 11:18 y 2 Pedro 3:9
son dos de muchos versículos que enseñan que el arrepentimiento es necesario
para la salvación.
Volvamos al libro de Segunda de Timoteo 2:25 donde se explica la relación entre
el arrepentimiento y la fe salvadora cuando Pablo dice “que se arrepienta para
conocer la verdad” (también vea Hechos 20:21).
Lamentablemente hoy día se escucha o se presenta “el otro evangelio”. En el
mensaje no se anuncia la muerte de Jesucristo ni su sepultura ni su resurrección
al tercer día de los muertos ni menos su ascensión al cielo. Simplemente a las
personas se les invita a recibir a Jesús sobre un mensaje que habla de sucesos de
vidas exitosas, experiencias personales que las atribuyen que han sido la voluntad
de Dios o historias o fábulas sin explicarles a las personas cuál es el significado de
la cruz de Cristo y excluyendo el arrepentimiento y la fe salvadora.
En el evangelio según San Marcos, en el capítulo 1:15 encontramos que Jesús
dijo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y
creed en el evangelio”
El arrepentimiento y el reconocimiento del señorío de Jesús son necesarios a la
salvación.
El Señor viene pronto “arrepentíos y creer en el evangelio”.
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