D I R E c c I o s los guerreros que entonaban sus himnos bajo el inmenso cielo de las tempestadesj las florestas perdieron el susurrante aliento de las canciones corales y se extenai6 en altitudes, Ilanuras y desiertos la elegia de los graves silencios. R EI Imperio de 10$ hombres del sol, que vi6 derrumbada la alteza de su vigoroso palacio de obsidianas y que sufrio el cumplimiento de sus fatales profecias, se esdaviz6 en el idioma de acero y c61era de las encomiendas, entre las blasfemias y las injurias del Ihigo. Asi aprendio el americano la hermosa lengua que se fragu6 en la peninsula, rodeada por los navegantes fenicios de astucia y avaricia, que recorrieron las legiones romanas implantando el rigor de sus instituciones inmort:des y que subyugara eI arabe con la sutileza del nardo y la sabiduria sel'lsual de sus paraisos morenos. Fanatica, afiebrada, rigurosa e implacable, la Espana del Renacimiento desbordo con la amplitud de las herencias su ambicion vital y, plet6rica de virtudes y defectos, fomento la estirpe antigua en las tierras gigantescas de las Indias, abrazadas por los mares del universo. Di6 nombres mestizos a montaDias y rios, a ciudades y bosques. Espana fue la epopeya del asombro y GALVEZ del mito, la tragedia de la avaricia, el madrigal franciscano y la humanidad fugran publico, ineditas algunas de elias y tura. Desplego sus ejercitos de metal y luvaliosas casi todas. AI conduir, tuvimos juriaj abrio los ojos ante la inmensidad, la satisfaccion de haber sido utiles a los construyo fortalezas y templos, amo profundamente y opresora y liberrima, renademas: simplemente. cio en la sangre de los sacrificios y coHoy en esta pJatica que con enfasis inmulg6 la carne indigena de las absoluciomerecido ha sido Ilamada conferencia, renes. construyo mis impresiones, me acerco a la La sociedad colonial que tuvo todas fuente de las imagenes, respctuosamente esas resonancias, antes de presenciar la pronuncio los nombres de la leyenda, con vida de Juana de Asbaje, prodigio del inla sobriedad de los poemas preteritos y genio racial, maxima musa, vi6 reflejada la alegria de convivir la intuicion de los la cortesania de sus costumbres, el renoversos modernos. Que nada manche mi vado esplendor de la vida castellana, en voz, y sin pasion i,npura, pueda seguir el los versos agiles y heraldicos de Balbuena, latido de la poesia de Mexico. que declamo la Grandeza Mexicanaj en los Ensordecida h sensibilidad indigena sonetos de Francisco de Terrazas, que con la abrumadora invasion de la conquisse dejaba influir por Garcilaso y por eI ta europea, se interrumpio el ritmo poe- portugues Luis de Camoens, y en los mistico de aquel lenguaje misteriosamente ticos de Miguel de Guevara. surgido de la garganta de los pajaros silSimbolo del virreinato, en el ap0geo vestres, que discurria en el murmurar constructivo del siglo XVII, mientras solacustre de imperiales poderios. Se detu- bre las sinuosas superficies de Nueva Esvo la danza de los sagrados ademanesj el pana se trazaban caminos, y se fundaban sol dejo de' propiciar la rutilante raza de ciudades, centros religiosos y politicos, N E D E L A LIRICA MEXICANA p RAMON Texto de la primera de las cOllferencias sustentadas ell la H emeroteca N acional, bajo el patrocinio de la Direcci6.. General de Difusi61l C"lt"ral. Por estos dias se cumplira la fecha en que iniciamos Vicente Echeverria del Prado y yo, en las paginas dominicales del desaparecido suplemento tabloide de Novedades, la antologia de la poesia mexicana en sus diversas epocas. Precisamente en abril de 1946, aparecieron las primeras paginas de seleccion en las que siempre impero la sincera comprension, eI espiritu de la cordialidad y la intencion desapasionada, para toda obra que significara, indiscutible manifestacion poetica, un reflejo de la cultura patria. Seguramente que el humano defecto pudo acompanar esa labor, con aceptacion plena reconocemos errores cometidosj pero es innegable que cumplimos period isticamente -Ia poesia es periodisticauna labor publica 'de rito poetico, haciendo que los versos mexicanos estuvieran al akance de todos, esos versos que tanto tiempo fueron desdenados por el diarismo considerando cosa pueblerina y yerta la divulgacion de la poesia. Creemos nosotros, en cambio, que la poesia es la suprema educadora, entendiendo que abarca la inmensidad de la Naturalezaj creemos, con Werner Jaeger, que el poeta es eI interprete creador de Ia tradicion. Cuando en abril de 1949, por circunstancias que no viene al caso referir, cesamos Echeverria del Prado y yo esa labor antologica en eI periodismo, ya habia sido recorrido un camino de revision de nuestra historia literaria desde Juana Ines de la Cruz hasta nuestros dias, ya se habia suscitado la inquietud por conocer diversas expresiones poeticas de la colonia, habian aparecido figuras ignoradas del o Metalicos Secclonales CONVIERTA SU COCINA EN UN RINCON BELLO Y AMABLE ... ! floreci6 con eI milagro aleg6rico del talento y con la gracia imperecedera de la inspiracion, Sor Juana Ines de la Cruz. Ninguna curiosidad falto a su temperamento singular: la comprensi6n por los problemas cientificos de su tiempo, el gusto por la musica, Ia devocion de los misterios teologales y, sobre todo, el c·ultivo de la poesia en sus diferentes manifestaciones. Tal parece que eI espiritu de su siglo, empenado en desarrollar exhaustivamente el movimiento civilizador en la colonia, satur6 el alma femenina de la monja iluminada, que dejo en sus paginas, huellas de un ingenio aun no igualado en nuestras letras. Domin6 las ret6ricas mas exigentes de la epoca de oro espanola, escribi6 teatro profano. y sagrado, diserto sobre cuestiones espirituales y temporales, discutio las primeras libertades del pensamiento que no reconocen nacimientos ni sexos, y cant6 con un lirismo que, ajustado a las modas que Gongora y Quev;do hacian preponderar en la metr6poli, no se queda atras de los mas nobles, preclaros y famosos. Su vida fue la mejor 'constancia del relieve espiritual de la colonia. Su inquietud emblematiza a la mujer y a la tierra de America, que no es indice exclusivo de una sola tendencia 0 de una sola sangre. Recuerdese que Sor Juana enorgullecia su humanismo incorporando a la poesia culta sus tocotines escritos en lengua aborigen. Intuia que en America se fusionaria el espiritu del hombre con todas sus expresiones culturales. Monumental y ejemplar, debe recordarse la obra de Rafael Landivar, el latinista autor de la Rusticatio Mexicana,. que con tan apasionado sentimiento cantara los seres y las cosas de la Nueva Espana. Por diversas traducciones lihres y parafrasticas, nos hemos podido percatar de la importancia de los hexametros de Landivar cuya vitalidad aun persiste identica. Independientemente de las formas 7 mochas veces recargadas, en que esculpia su pensamiento, el mento de Landivar consiste en haber recogido, por primera vez, en un ciclo de rapsodi!ls, el multiple especdculo americano, que siglos mas tarde capturarian los mexicanos modernos Othon y Diaz Miron, el argentino Lugones y el peruano Santos Chocanoj bien puede ser, ademas, antecesor del aliento poderoso del norteamericano Walt Whitman, si no por eI mensaje filosO£ico, si por la vasta perspectiva. Desgraciadamente su famoso poema, escrito en latin, no pertenece de lleno a nuestra literatura. Si el idioma espanol 10 hubiera recibido, sin duda que la escuela nacionalista de Ignacio Altamirano tendria en Landivar su indudable antecedente. Las conmociones poli ticas que finalizaron los siglos del virreinato no fueron propicias para el desarrollo de la Iirica. Apenas si Manuel Navarrete con sus versos no muy deslumbrantes deja oirse. La. vida guerrera de los primeros tiempos independientes tuvieron su significaci6n lirica en Andres Quintana Roo, que con arrebato civico se entrego a la causa y escribio odas y estrofas progresistas, mas atentas al contenido revolucionario que a la factura retorica. UNIVERSIDAD DE MEXICO * 13 Alios de indecision, decadas en busca manifestacion de lirica tan armonion y de 10 Jalso y 10 exotico: ajeno a nuestra bella. AI desaparecer su editor ,la'· Revista altidad geografica y espiritual, sumision a la formula europea en el gusto por los. Azul murio, pero no su impulso renovatemas y las preocupaciones, se acentuaron dOl:. Se aficmo en la Revista Moderna que en las estarnpas de Israel y Egipto, de Ni- fundo Jesus E. Valenzuela, y codirigio nive y Roma, que Manuel Carpio, Pesado con. Amado Nervo. En ella se ~onsagra­ y otros salmistlls ~ue asi los llamo la ron entre otros Jose Juan Tablada, Bal~ opinion mexicana-, rimaron con lujo de biRO Davalos, Ruben M. Campos, Ciro frialdad y rimbombancia. Luego el ro" B. Ceballos y el malogrado Bernardo Coumanticismo que estallo con el suicidio de to, asi climo eI genial dibujante Julio Manuel Acuna, celebre Werther criolIo, Ruelas; en sus paginas agrup6 los nomnostilgico de la noche y de la muerte, nos bres de Jesus Urueta, Luis G. Urbina, Jollevo a exageraciones de mal gusto y se·I. Novelo y otros. En esa revista se ademanes inutiles. dio a conocer Manuel Puga y Acal, de Todo se modero con Ia templanza de quien es la famosa critica sobre los tres Ignacio Altamirano. Mas fecundo qtie El paetas mas conocidos en el limite de los NigrO!"'ante, con un'decisivo instinto mu- siglos XIX y XX: Juan de Dios ?eza, Salsical, maestro de muchas generaciones, vador Diaz Miron y Manuel Gutierrez talento :politico nunca en calma: pudo Najera. Despues ·de ella, Peza opto por un ~doctrin~r 'sobre las nuevas corrientes 'de siJencio decoroso, dolido por la censura a la poesia mexicana. Incitaba a Iii contem- su' sentimentalis\.llo; Diaz Miron sujeto plaeion de la naturaleza, a su amor sin sus verbosos arrebatos y. paso a la estricengaiios. Y pedia nuevas libertades a la ta disciplina que produjo Lascas y los poeacademia de los formulismos para entron- mas posteriores a ese libra, en los que adecar c~n la lirica habitual, el vocabulario mas 'de la pureza acentual del verso sin americana, rico en regionalismos y fu'en- ripios' ni cacofonias, eI ademan del poema te . de recursos para la matizacion del es impecable; asimismo su comentario a poema. De Altamirarto, de sus f1uviales la falta de realidad directa en eI poema estl\ofas, derivan conscientemente el c1a- , "Tristisima Nox" de ,Gutierrez Najera, sico Manuel Jose Othon, quien -ademas definio en adelante, segun 10 confiesa en cbnocio la Rusticatio de Landivar tradu- su epistolario Manuel Jose Othon, su imciC:la por 10aquin Arcadio Pagaza, y eI pulso ya iniciado entonces, de consagrarmodernista Manuel Gutierrez Najera, se a la emocion y al canto de la naturalequieIicon Carlos Diaz Dufoo fundo la za patria. Ret;;s!a Az~l dando principio al moviAqui, .es oportuno reflexionar que pamiento renovador en nuestras letras. Des- ra la independencia poli tica de America de SOr Juana Ines de la Cruz no se habia Simon Bolivar es eI heroe. Su aecion guerev:elado tan. plenamente la vocacion Urr- rrera, su pensamiento poli tico, Ia consca ~On1.o en Gutierrez Najera. Exclusiva-" titucion de varias naciones, y sus concepmente hombre de letras, batallo en el tos filosOficos y profeticos para el porveperiodi'smo heroico de su tiempo. Poemas, nir del continente aun no han sido supecrorucas, cuentos y relatos magnifico~, 10 rados. No obstante la influencia de su esacreditanen la historia literaria de :Me~ piritu que penetra todas las regiones xico. Espiritu :\.vido y prodigo, ensayo \ americanas, Bolivar, que es un simbolo, todas las metricas y las literaturas, ali- esta al margen de las realidades y progenS el 'caracter del poema, fue a las rai- blemas poli ticos y sociales de Mexico, ces mismas de la palabra y renovo con que Jose Maria Morelos, nuestro heroe y acierto atico y sutileza al modo frantes visi'onario, preciso' y resol vio ideologila estrofa tra~icional espanola. Sus con- camente, a1 promover historica asamblea, 'sagra~as "Odas br~ves" son 'Ia mejor ori&en de Ia primera constitucio.Q. absoluprueba de ello. No creo que todavia se t:lrnente nacional, que desafortunaGamenhaya trascendido en nuestra poesia" una te no tuvo vigencia. . , .~ M.I.R, PAT. 384115 ?tz, SOLIDO PRESTIGIO UNA SOLIDA CONSTRUCCION .' ",C A L I'D n,156.A ",. flCtIla *. I - lJNIVER,SIDAD.:DE:MEXICO 0 m,ucho 'ha h~cho por la literatura for_ . malista, pues a eI se dehe una innovadora '7 veoria que hace evoluc1onar la rima; Leopoldo' Ramos, muy seguro de su Vocacion, de palabra enfatica y e1evada, ha tonces dispersas concreta, sobr.e todo en b~scado sin descanso la pureza de las raiCantos de vida y esperanza, eI cauce al ces del vocablo poetico y ha lIegado a que afluyen todas las energias nonatas de 'Ia diafanidad de la emocion admirable, la poesia americana, antes de el sujetas a pura, inefable; Carlos Pellicer, figura tur'a' contl'nental que por la orbita que senala " I I' Ia tra di.cion lffipuesta por a ltera espanola. Ahora bien, el mismo orden de su obra completa y por 1a renovacion que relacion establecido para 10 politico, rige realiza es qui,en 'exalta todas las manifespara 10 poetico: Bolivar y' Morelos, Da- taciones apu'ntadas en los poetas citados. rio y Gutierrez Najera, cabeza ,del mo- 'La importancia de su labor, 10 erige en vimiento moderno de la poesia mexica~a. un Dario actual. . Las mas recientes generaciones, heredeApuntado 10 anteri~r, es pertinente as~verar que si bien la poesia mexicana par- ras deesa' multiple inquietud estetica, ticipo de las inquietu<,!es suscitadas por agregap. ~~, sus' pr,oducciones anhelos, ferRuben Dario, tambien es cierto que exis- vores eminentemente mexicanos, pero tio ~n fenomeno poetico local encarnado vinculados a 10 humano universal, que no en Manuel Gutierrez Najera, Salvador permite raqviticos regionalismos ni "arDiaz Miron, Martuel J.' OthQn, e~ princi- tepurismos" infecundos. Algunos de los pio, continuado por Urbina, Nervo y nuevos poctas se han agrupado, igual que Gonzalez Martinez y culmillante en Ra- sus '~ntl;cesores, para animar la publicamon Lopez Velarde, quieti nO se I~mito a cion de. revistas literarias que en ocasiola gracia y bueD, gusto de Gutierrez Na,..-, nes, son indice de cenaculos y capillas y jera 0 a la profundidad del senrimiento', ' Qtras veces reunen las mas diversas inothoniano; ni a la castigada expresion de . quietudes y tendencias, Pueden nombrarDiaz Mir6n enemiga impli.lcabl~ dt:llugar se: TaNfT, Tierra Nueva, Tiras de Colocomun 0 a la crepuscular de Urbina; tam- res; Firmame'n!o, Ru,eca, Caucc, V6rtice, poco a Ia cultivada serenidad de Nervo ni Roja de Poesia, Rojas de Literatura, Amra la solemne poesia del autor de las "Pa--' rita y Fuensanta: Elias dieron a conocer rabolas", sino que amalgamo las virtudes a Octavio Paz, Efrain Huerta, Rafael Sode los mencionados Iiridas y entrano)a lana, y Alberto Quintero Alvarez, los mas poesia nuestra con un vocabulario esen- inmediatos en tiempo a sus predecesores cialmente mexieano, formado por varios "contemporaneos". Paz, definitivamente 'siglos de mestizaje racial y espiritual. Lo- logrado, con exponentes tan altos c;omo los pez Velarde, que ausculto "la exquisita I poemas qu'e reune en la parte final de su partitura del intimo decoro" de la na- ultimo libra Libertad bajo palabra; Huercionalidad, abre el franco horizonte de ta, que todavia no se aparta por compieto una Iirica que caracteriza, dentro de' 10 de sus originales influencias; Solana, que universal, un perfil de neta e inconfundi- ha abandonado casi el cultivo del verso; ble mcxicanidad. ' Quintero Alvarez, silenciado por la muerDespues, y encaminados en la senda que el trazo, se destaca la obra acuciosa de los "Contemporaneos" y sus contempodneos: Xavier Villaurrutia, de torturante autocritica; eI desconcertante Salvador Novo, que oscila de 10 frivolo y humoristico hasta 10 dolorosamente ironico; Jose Gorostiza, de inigualada c1aridad Iirica y penetrante inteligencia; Renato Leduc, sarcastico y paradojicamente ingenuo; Jaime Torres Bodet, sobrio y mesurado en Ia variedad de su tematica; Manuel Maples Arce, cuya ambic'ion poetica 10 incito a producir la tendencia estridentista; Bernardo Ortiz de Montellano desigual en Ia factura de los versos, per~ sostenido en su nota de mexicanidad; Elias ~andino, primero indeciso, luego apasionadamente colorido y por fin poeta de gran hondur~, y estremecimien~o originaJ; Alfonso GutIerrez Hermosillo, nutrido de inquietudes, con un acento tierno y severo, dueno de un lirismo notable que \la muerte suspendio en franca produccion; Jorge Cuest~, sonetista. intachable, arquitectp d~ e$tf~fas ciclicas, CuY;t obra a la f~cha se enc~entra dispersa; Miguel N: . d" LIra, que ha hecho del "corrido'" una . 19o S. ·A. J'BB,BOOAJl.BII.EB HAOIONALEB OOL, AHAJlUAO, D. P. ~~ 17~23! 7.. 17-39-66; 38-2946. Ap.. Post&1 1. Sue. Mari&no Escobedo, D. P. 14 1 Para los valores literarios -pu~tua ,b D' 1 mente: los liricos-, Ru en ano es a equivalencia espiritua-l de Simon Bolivar. Su ob~a, resumen ,de las tentativa.s de expresion renova dora y lOb I re h'asta en- 0 " ' . mfl~aclon a la ~Jr1;'1ra de la poesia culta; te prematura; Ali Chumacero, que a lucida conciencia estetica 1.me eI misterioso incentivo de una vocacion poetic a apegada a 10 esencialmente Iirico y.depurado, no abandona la insistencia del poema; Jorge Gonzalez Duran, con un libro triunfal: A.nte, el polvo y la muerte; Vicente Magdaleno, de seca entonacion y temas trascendentalistas, detuvo su ~bra Iirica con eI volumen Atardecer sin I{rios; Neftali Beltran, autor de Soledad enemiga, poemario que 10 revela dueno de ~as formas retoricas y de un espiritu sutil y moderno, matizado de patetismos insospechados en nuestra literatura; Jorge Hernandez Campos, de una sensibilidad c1aramente indigena; Jorge Ramon' Juarez, que con sus sonetos descriptivos del paisaje veracruzano, ha consolidado su trayectoria de poeta dotado de notable capacidad objetiva; Roberto Guzman Araujo, Efren Hernandez y Marco A~tonio Millan se identifican en su afan por volver a las formas cIasicas; el tono vibrante de' uno, eI deleite verbos o, intimo y nimio del otro, la· cIausula franca y severa del tercero, senala sus diferencias; Lerin, Asunsol 0 Y G'omez Mayorga destacan por e1 sentido riguroso, personal, de S'US imDamel Castaneda, que acusa .una,direc- presiones, ya sostenido en Ia levedad de cion poetica en' las fu'ente's del Ia' musioa' ' - nutrida verb a,I ya d , · I '. e 'Imagen precIsa arte popu.. Iar, h a cu tivad o tambien el co- y , reIevante" ya t" , ,. ,rrido, quiza- cpn ,mas acferto. Aacionat y " e s o enca e marmomca; Manuel Gonzalez Flores, autor de varios volumenes, senala un proceso de responsabilidad poetica alejado de grupos y componendas; en la provincia destacan Rafael del Rio, Hector Gonzalez Morales, Jesus Medina Romero, Antonio Penaloza y ArturO Sotomayor; Margarita Paz Paredes, Margarita Michelena y Guadalupe Amor, en simuldneo florecimiento, dan categoria en sus cantos al jubilo solar, al sentimiento de la angustia y al de la muerte respectivamente; Rosario Castellanos, correcta en la estructura de sus versos, y Dolores Castro, animada por ensonadoras ternuras, significan una vuelta a los temas biblicos; Vicente Echeverria del Prado, sonetista pulcro y fecundo que no cesa en su tarea, debia derivar hacia el poema de gran aliento; Javier Penaloza Calderon y Ruben Bonifaz Nuno, muy cuidadosos de la finura del poema y que junto con Pedro Cafarell Peralta, Jesus Reyes Ruiz y el muy inteligente Miguel Alvarez Acosta, forman el equipo de campeones de los juegos florales en boga; Anibal Magana, Ramon Galguera Noverola, Miguel Duhalt Krauss, Ruben Calatayud Balaguero y Jose Vicente Ibarra, el intuitivo autor de Sontoneone, guardan ineditos los meritorios signos de sus obras; y entre los mas recientes, Ramon Mendoza Montes, Francisco Serrano Mendez, Jesus Arellano, Jaime Sabines, aun muy cerca de modelos visibles. Sin edad, perteneciente a todas las inquietudes, humanista, poeta sintesis de todas las tentativas, don Alfonso Reyes, ateneista incansable, satura a 10 largo de este medio siglo nuestra literatura y eleva su maestri a por encima de las fronteras del espiritu nacional. En esta mencion, queda aludido en cada momento .como una certidumbre de ingenio, un ·acierto de la inteligencia mexicana, honra de luminosa humanidad. Entroncados valerosamente al misterio de las metHoras de estirpe aborigen, inconmovibles aunque silenciosos algunos de ellos, nombremos al maestro Antonio Mediz Bolio, Clemente Lopez Trujillo, Francisco Gonzalez Guerrero y a los entusiastas Humberto e Ignacio Magaloni; este ultimo ha logrado en su libro Oido en la tierra, de aparicion reciente, capturar el espiritu sustantivo de America; ha actualizado el poema de los libros sagrados y el convencimiento de nuestra originalidad. Ultimo en la mencion, primero elBA DE MEXICO, S. A. • GUERRERO, 2. Tele£onos: 38-16-34 18-65-74 18-6593 MEXICO, D. F. en una Hrica que se enfrenta a los problemas multiples de Mexico, esd el nombre de Jose Lopez Bermudez, cuya protesta patria, que replica los conformismos coloniales de Lopez Velarde, culrnino en su Canto a CUOllhtemoe donde inicia los derroteros de una poesia conscientemente respaldada en sus fuentes heroicas y obligada a promover entre los mexicanos el espiritu esforzado del progreso y de la ciudadania alerta y superior. Vinculada con la posicion epico-lirica de Lopez Bermudez, conclusion de las multiplicadas direcciones de nuestra Hrica y a manera de excitativa final, afirmemos que hasta hoy los poetas mexicanos no se habian enfrentado al compromiso de hablar 0 de intentar hablar para los mexicanos que entienden a Mexico, desde antes de la Conquista y que comprenden su destino tempestuoso refinadisimo y sagrado, como la suma de elementos geogrHicos, historicos y sociologicos, que 10 hacen heredero autentico de la cultura humana. Dc ninguna manera europeo, tampoco plenamente americano, Mexico se debate en el constante caos, en la busqueda del equilibrio entre el Viejo y el Nuevo Mundo, entre sus viejas razas y sus hombres actuales, queriendo resolver atcaicos y futuros anhelos, problemas de toda indole y especie. Accion y pensamiento, idioma castellano y religiosidad aborigen, la edad de piedra y la del prodigio atomico, son los contrastes que rodean al poeta mexicano; en una area epica de tensa lucha e inquietud, si no elabora una epica entendida con rigorismo retorico -tal que se relacione con sucesos guerreros alternados con la monotonia primitiva de los epitetos y los dialogos que se prolongan con anecdotas heroicas y chismes celestes--':' si se enfrenta a su realidad, y con legitima ambicion, pretende apoderarse de la esencia de Mexico, la fuente y los oceanos de su energia vital. Adios al Maestro Ochoterena Oraeion jltnebre prommciada por el ficeneiado Luis Garrido, Rector de fa Universidad Nacional Autonoma de Mexico, en los junerales del eminente biofogo doctor Isaac Ochoterella (12 de abril de 195 0) . Vengo a decir aqui unas breves palabras de despedida, en nombre de la Universidad Nacional de Mexico, al ilustre hombre de ciencia y trabajador constante que hoy abandona nuestra compaiiia para gozar, al fin, del bien ganado descanso en el amor de la madre tierra, despues de cumplida su mision fecund a y ejemplar, como pocas en nuestro medio. Decir los merecimientos del Maestro Ochoterena, no seria sino repetir 10 que todo el mundo sabe: 10 que esti en la conciencia de aquel que conoce los desvelos del hombre de estudio y 10 que ha lIegado hasta la conciencia popular, puesto que no hay mexicano que ignore que el era uno de nuestros autenticos valores' intelectuales. No me detendre, pues, en pormenores de su actuacion de ciudadano, ni de su paciente trabajo de investigacion, ni de su atinada labor de tratadista, ni de su empeiio, mas humilde pero no menos eficaz, de divulgador cientifico en Epico y cardinal, por heredarlo todo y por la magnitud del futuro que ante el revistas y periodicos, al que conse presenta, debe el poeta mexicano mo- sagro buena parte de su tiempo codemo superar las limitaciones de la pala- mo consecuencia de su incesante bra, no dejarse ahogar por preceptivas 0 aHn por elevar el nivel cultural formulas y buscar insaciablemente, desdenando polemicas, la formula integral del de nuestro pueblo. Pero, si no me detengo a revisar toda la obra de poema de Mexico. Seguir comodamente y sin superados su vida, quiero, no obstante, rede ninguna manera, a San Juan de la cordar los rasgos de su caracter y Cruz, a Gongora 0 a Quevedo; a Shelley de su conducta que considero eseno a Keats; a Hoelderlin 0 Rilke, a Valery o a \'V'ilde, es una tarea que con seguridad ciales porque seiialan nitidamente establece un renombre rapido y una Hcil los perfiles de la noble figura del situacion. Conservar, fomentar los cami- Maestro. nos ejemplares es bueno y es noble; pero amparar en obras periclitadas, aunque c1asicas, los nuevos intentos, es querer escabullir la creacion verdadera que al igual de la aparicion de los mundos y de los universos es dolorosa, esforzada y heroica. Sin desdeiiar en nada las obras admirabies de nuestros poetas consagrados y sin establecer comparaciones, el poeta de Mexico, comprometido con los destinos de su nacion, ha de recrear la orbita de su canto entre la grandeza de su pasado que se pierde en las remotas y legendarias peregrinaciones nahoas y el universo de nuestro porvellir. Su biografia no es de las que se Henan, ostentosamente, con prolijas enumeraciones de los altos puestos desempeiiados, en constante cosecha de triunfos merecidos 0 contestables. La biografia del Maestro Isaac Ochoterena es la de un sabio verdadero, sujeta a las vicisitudes del medio, pero siempre fundada en una conducta ejemplar e invariable. Su vida fue la del humilde maestro de escuela, iniciada en la provincia, que con escasos elementos para el estudio logra encauzar sus propositos en una direccion bien definida, la de las ciencias biologicas, en las que alcanzo reputacion y maestria. Su vida fue de perseverancia y de sacrificios. Y por este camino lIego a la conquista de vastos conocimientos, que luego supo transmitir a la dtedra. Asi se Ie vio en nuestra Escuela Preparatoria, en la de Medicina, en la de Odontologia, en Ia de Veterinaria. Asi se Ie vio trabajar en el Instituto Nacional de Biologia, en el Departamento de Investigaciones Cientificas de la Secretaria de Educacion Publica y en £1 Colegio N acional, del que fue miembro fundador. Y asi 10gro sus concienzudos tratados de Histologia, de Biologia, de Citologia, etc. Fue la suya, en pocas palabras, la vida de un verdadero estudioso, y de un verdadero maestro. Deja muchos discipulos, entre los que no faltaran quienes honren al Maestro siguiendo su ejemplo. Si tambien hubiera ingratos, entre ellos se cumpliria, hasta en esto, la suerte de los grandes maestros, que son negados cuando no pueden ser superados. T odo entra, naturalmente, en la cosecha del hombre de positiva significacion. Y como su valia ha sido bien reconocida dentro y fuera de Mexico, cuyo prestigio de alta cultura supo representar en e1 extranjero, nuestro Gobierno acordo con gran acierto que fuese sepultado en esta Rotonda de los Hombres Ilustres, como justo homenaje a uno de los mas altos exponentes de la ciencia mexicana. £1 Maestro cumplio su mision y ahora hay que desearle el goce per_ petuo de la paz, como la deseaba Othon para eI hombre que habia tenido "la inefable dicha de ser sabio y el orgullo sagrado de ser bueno". Pocas veces, como ahora, se antoja repetir ante los despojos de quien ha merecido el amor y e1 descanso perdurable, los lapidarios versos de nuestro gran poeta: .11 fin etl el alllor los ojos ciena; pues i donde hay mas a1llor que el de la "merte ni 1IIas materno 01ll0r que el de la tierra? UNIVERSIDAD DE MEXICO * 15