ESPAÑA INFLACIÓN (Análisis) La inflación baja indica una economía débil, aunque beneficia al consumidor ________________________________________ Santi García Bustamante Madrid, 15 ene (EFECOM).- Una tasa de inflación baja implica aspectos positivos, como beneficiar al ciudadano en época de salarios bajos, y otros negativos, al mostrar que la economía continúa débil, según han afirmado diferentes expertos a Efe. La inflación aumentó una décima en diciembre respecto al mes anterior y cerró 2013 en el 0,3 %, marcando así la tasa anual más baja desde que se comenzó a elaborar la serie histórica, en 1961, El catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor University (Reino Unido) e investigador de Funcas, Santiago Carbó, asegura que una inflación tan baja no es algo "ni bueno, ni malo, ni todo lo contrario". A su juicio, una moderada inflación es buena cuando es compatible con un crecimiento sostenido de la economía. Asimismo, incide en que lo que no es bueno es lo que ha ocurrido en años anteriores: no tener crecimiento junto a una inflación más elevada de lo deseable. Además, sostiene que, si la economía crece como se espera, la inflación también lo hará, aunque lo ideal sería que lo hiciera de forma moderada. El catedrático subraya que el escenario más perjudicial sería aquel en el que se entrara en deflación (caída continuada de los precios), "algo que no es probable porque las perspectivas macroeconómicas sugieren que la inflación volverá al alza y porque la autoridad monetaria reaccionaría en consecuencia". En la misma línea se manifiesta el analista de AFI Matías Lamas, quien considera que una inflación baja implica aspectos tanto positivos como negativos. Entre los primeros destaca que en un momento como el actual es bueno que no se encarezca la cesta de la compra y el hecho de que con ello se ayuda a no entorpecer la recuperación económica. También es positivo, añade, para las exportaciones españolas, ya que las empresas pueden vender sus productos a un mejor precio en el exterior, lo que permite incentivar la competitividad. Dentro de los riesgos, Lamas incluye la posibilidad de que se produzca deflación, si bien recalca que es un escenario que no se prevé en el futuro. Asimismo, incide en que la baja inflación expresa claramente que que el consumo sigue sin recuperarse. El economista del IE Business School Rafael Pampillón defiende que este escenario entraña más puntos positivos que negativos. Pampillón recalca que es bueno para salvaguardar la capacidad adquisitiva de los trabajadores en un contexto de rebaja de salarios y para ganar competitividad, al permitir a las empresas rebajar sus costes y sus productos. El economista señala que sólo la deflación puede convertirse en un enemigo de la tendencia bajista de los precios. Además, indica que lo más negativo es lo que significa tener una baja inflación, al mostrar un consumo y una economía débil. Algo más pesimista en torno a la escasa inflación se muestra el catedrático de la Universidad de Valencia Joaquín Maudos, quien señala que puede ser una mala noticia que indica que hay problemas de demanda y que la economía está débil, aunque matiza que lo realmente grave es que hubiera deflación. En su opinión, el gran perjudicado es el deudor, ya que el valor de su deuda prácticamente no varía en términos reales. En este sentido, asegura que el problema en España es que hay un sector privado muy endeudado y añade que si hubiera una inflación superior, el valor de sus deudas se reduciría. En cambio, afirma que beneficia a los acreedores ya que el valor de las deudas que terceros tienen con ellos apenas pierde capacidad adquisitiva. Asimismo, destaca que también beneficia en estos momentos de reducción salarial a los consumidores, ya que apenas se reduce el valor real de sus rentas, y al sector exportador, porque la contención de precios es una vía de ganancia de competitividad. EFECOM sgb/cs