Crecer con los Beatles. Mediología de los jóvenes y la música para

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Estudios de Juventud y Comunicación
Crecer con los Beatles.
Mediología de los jóvenes y la música para habitar la ciudad.1
Héctor Gómez Vargas
Universidad Iberoamericana León.
[email protected]
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Resumen:
¿Qué ha sido crecer, ser adolescente y generar una experiencia de ser joven? Nuestra
apuesta a pensar lo constructivo de la ciudad en sus habitantes se enfoca a trabajarlo
mediante la experiencia con la música, en particular con aquella que ha estado presente
en la vida de los jóvenes desde la década de los sesenta. Consideramos que esto es posible
al acceder a las experiencias de lo que ha sido crecer en la ciudad, la sucesión de identidades juveniles de diversas generaciones y el vínculo alrededor de la música de los Beatles
porque con el tiempo llegaron a ser una sucesión de públicos culturales de la música y que
ello ha expresado y estructurado el tránsito en la cultura y el diseño de la vida social, es
decir, una constelación de posibilidades para habitar y moverse con recursos vinculados o
creados por los Beatles y que se incorpora en las biografías.
Palabras clave: Jóvenes, Cultura, Música, Beatles, Identidad.
1
El presente documento es parte del, Proyecto de Investigación, “Crecer en la ciudad: música, infancia
y generaciones de jóvenes” que se desprende de la línea de investigación Jóvenes e Hipermediaciones, del Cuerpo
Académico de Culturas Post Mediales de la Universidad Iberoamericana León.
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Estudios de Juventud y Comunicación
Crecer con los Beatles.
Mediología de los jóvenes y la música para habitar la ciudad.
Héctor Gómez Vargas
Universidad Iberoamericana León.
[email protected]
Introducción. Ciudad, cultura, jóvenes: sendas de mediología.
¿Por qué un día algunos jóvenes en la ciudad se preguntaron quiénes eran como sujetos sociales en el tiempo y hubieron de dar
respuesta a algunas cuestiones de su identidad como jóvenes en un momento determinado? Y dentro de ello, ¿Qué importancia tuvo
la música para poder movilizar su vida emocional, dar una configuración a su subjetividad, y a partir de ello administrar el sentido del
tránsito del tiempo, de su memoria como individuo y como parte de un grupo más amplio?
Las preguntas no están encaminadas a buscar lo que es la cultura de los jóvenes, ni lo que han sido los jóvenes, más bien, y como
expresa sobre la música Simon Frith (2001), se refieren a lo que construye y ha construido la música en la ciudad en los jóvenes. Es decir,
¿qué le ha hecho la música a la ciudad y la ciudad a los jóvenes, y qué han construido los jóvenes a partir de estos vínculos con la música
en la ciudad.
Hay preguntas que llegan solo después de un largo recorrido y así fue como llegué al estudio de los jóvenes, porque más bien andaba
en la pista de las transformaciones culturales que se habían dado a lo largo del siglo XX en la ciudad de León, Guanajuato, pero en algún
lugar se asomaron y al hacerlo, integradas por un programa de conocimiento y mediante varios proyectos de investigación, me llevaron
a entender de otra manera los cambios en la cultura de la ciudad, principalmente al reconocer que algo se ha movido en la vida social,
en los entornos de la cultura, si la concebimos como una ecología de correspondencias entre redes simbólicas, estructuras ordenadoras
de la experiencia individual y colectiva (Lévy, 2000).
Partiendo de una perspectiva de la mediología2, asumimos que algunas de las transformaciones que se han dado a lo largo de
las últimas décadas en la ciudad se han gestado debido a la presencia de cambiantes entornos comunicativos desde la década de los
cincuenta por la llegada a la ciudad de los medios masivos, con un posterior tránsito hacia los entornos mediáticos y culturales que
activan medios y tecnologías digitales, interactivas y móviles, y la emergencia del fenómeno sociocultural de las culturas juveniles, y
que a partir de entonces, ellos, los jóvenes y sus culturas juveniles, han sido una de las principales alteraciones en la vida social y en
la cultura. Llegar a encarar esta perspectiva fue transitar por fases de exploración para comprender cómo se construyó la experiencia
juvenil en la ciudad de León, Guanajuato hasta llegar a la idea de que tocaba entender lo que ha sucedido en la ciudad a lo largo de
la segunda mitad del siglo XX, y principios del XXI, y la pauta constructiva para ello era explorar lo que ha sido crecer, transitar de la
infancia a la adolescencia, y en ello, ubicar a los jóvenes que han habitado en la ciudad a partir de la creación de un tipo de vinculo con
la música, experimentar y vivir situaciones, construyendo una identidad3 que “describe lo social en lo individual y el cuerpo en la mente;
la identidad, como la música, es una cuestión de ética y estética” (Frith, 2003: 184).
Buscamos la manera como su música les ha permitido a los jóvenes en la ciudad crear y construir una experiencia de ser joven, y
elegimos la música de los Beatles porque marcaron la pauta de un cambio en la cultura y en la comunicación, una forma de habitar el
tiempo y el espacio, desde principios de la década de los sesenta y hasta el presente, es decir, la experiencia de varias generaciones de
niños que crecieron y se convirtieron en jóvenes, adultos.
Considerando aquella observación de Michel Maffesoli (2012: 114) de que la cultura es un momento donde emerge una manera
2
A lo largo del programa de conocimiento, y del actual proyecto de investigación, abordamos a la mediología de acuerdo a la propuesta de Regis Debray (1994 y
2001).
3
Una forma de observar, desde los estudios culturales, la parte constructiva de la identidad por parte de la música de los jóvenes puede ser trabajada a partir de
la concepción de los usos sociales de la música popular de acuerdo a la propuesta de James Lull (1987), y de las funciones sociales de la música de Simon Frith (2007).
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específica de ser y de estar juntos, la mirada que abrimos atiende a aquello que ha estado emergiendo de continuo desde hace varias
décadas para observar la importancia que ha tenido el imaginario colectivo para activar la vida social, un imaginario que al cambiar por
la acción de los medios de comunicación y la cultura mediática, han ido gestando alteraciones en el orden simbólico profundo de las
culturas. Es un tanto el por qué las prácticas juveniles se han movido a través de actividades alrededor del cine, la televisión, la música,
el video, y en ello hay una nueva forma de ser y estar juntos que tanto altera el orden tradicional, como lo reactualiza “lo que siempre
ha sido” (2012: 39).
La música por su parte tiene una importancia la la conformación de la experiencia de la cultura, del ser y estar juntos, como expresa
Jaime Hormigos (2010: 94) porque es una manera de ingresar a un orden simbólico colectivo en forma individual “cuando aparecen
canciones o melodías que poseen un valor representativo para un grupo humano en un contexto y tiempo determinado”, y ello se forma
en una experiencia situacional y relacional, donde el individuo se conforma como tal y adquiere una identidad histórica y cultural a través
de la música, en su proceso de individuación como persona. En tiempos de desarrollo de nuevos dispositivos tecnológicos para escuchar
música, una pauta importante es observar cómo se han forjado públicos culturales de la música, las alteraciones en esas configuraciones
en los sujetos sociales en los tiempos recientes (Fouce, 2010).
Miradas y procedimientos: Música para habitar el tiempo y la cultura.
¿Por qué una niña de cinco años quiere ser una Monster High, está enamorada de Justin Bieber, y, más que nada, desea ir a un
concierto de One Direction?
Al dialogar con madres de familia sobre como las niñas y adolescentes están creciendo como una fangirl, una madre de familia
joven me encara y me dice que su hija de cinco años quiere ser una Monster High, está loca por Justin Bieber, se la pasa viendo videos
y platicando con amigas sobre One Direction: ¿Cómo le hace para que deje de quererlo de hacerlo todo el día? Me pregunto: ¿no es
mejor preguntarse por qué quiere eso? ¿Cómo llego a eso y que la dinamiza para crear algo para ella y sus amigas? Las condiciones de la
convergencia de medios de comunicación, la cultura que se moviliza por las redes digitales, la congregación de jóvenes que se integran
en comunidades y subculturas, pueden explicar en parte casos de niñas que están creciendo como believers, direccioners, entre otras
manifestaciones de subculturas juveniles emanadas de lo mediático-global (Jenkins 2008), pero me parecía que había algo más.
Comencé a tomar consciencia de la importancia de los Beatles para entender las condiciones como los jóvenes están creciendo
dentro de entornos mediáticos y condiciones generacionales que provienen en gran parte de las culturas de lo digital, porque me
encontré con algunas adolescentes que decían estar enamoradas de los Beatles, y de Paul MacCartney en particular. Si la beatlemanía
había sucedido más de cincuenta años atrás, ¿por qué esas niñas se enamoran de los Beatles y en especial de Paul McCartney?
Las preguntas me llevaban a considerar los antecedentes que llevaron a los jóvenes, y en particular a las mujeres jóvenes, a cobrar el
sentido de entender su lugar y su tiempo, su diferenciación generacional y sexual a través de la música del rock (Frith y McRobbie 1990),
el vínculo posible de la beatlemanía como antecedente de un fenómeno generalizado y global desde entonces por el cual las mujeres
jóvenes hacen algo colectivamente y a través de productos que llegaban de la cultura popular, en este caso con las imágenes y las
canciones de los Beatles (Ehrenreich, Hess y Jacons, 1997; Corry, 2010). Entonces: ¿por qué regresa la Beatlemanía a la ciudad, al mundo,
circula por la arquitectura de lo virtual, de lo digital y lo hace enamorando a las mujeres jóvenes, despertando en ellas una especie de
nostalgia que no han tenido en su vida, en su cultura, en su historia?
Las preguntas cobraban sentido cuando articulaba el momento actual de los adolescentes con un cierto diseño de la arquitectura de
lo cultural y lo comunicacional en el tiempo y lo ubicaba en el espacio de la ciudad: ¿Cómo ha sido la infancia en las ciudades del país?
¿Qué ha sido crecer, ser adolescente y generar una experiencia de ser joven? Con ello, la apuesta era pensar lo constructivo de la ciudad
en sus habitantes al enfocar la experiencia con la música, en particular con la música que ha estado presente en la vida de los jóvenes
desde la década de los sesenta y hasta el momento actual, lo cual nos llevó a planteamos la pregunta, ¿qué le ha hecho el rock a los
jóvenes en el país, en la ciudad?
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En 1957 Richard Hoggart (1990), al publicar su primer libro, con el cual anuncia la aparición de los Estudios Culturales Británicos,
identificaba y daba el nombre a “la generación de la rocola” (1990: 209). Un año, en 1956, John Lennon conoció al rock and roll y formó
el grupo musical The Quarrymen, antecedente de los Beatles. En alguna entrevista posterior, Lennon expresó que en esos momentos
encontró al rock and roll y manifiesta lo que ello le significó: “El rock and roll era real. Y todo lo demás era irreal”4. La experiencia no fue
cualquier tipo de experiencia: fueron momentos de rupturas y de transiciones (Frith, 1981), una onda de novedad donde se percibe
que se está en medio de una diversidad de realidades paralelas, momentos que se estaban abriendo para muchos jóvenes en el mundo
porque la música fundaba un yo individual y colectivo, la emergencia de un “yo móvil” (Frith, 2003: 187), que les permitía vivir lo que
querían expresar.
Cuando Lennon y McCartney se asumen como los compositores de su tiempo5, con ello la obra musical que llegarán a crear los
Beatles no solamente habla de una revolución en la forma de pensar (McDonald, 2008), sino que todo aquello que hacen, dicen o
interpretan son actos de creación y de fundación que permiten a muchos jóvenes vivir lo que sienten y piensan y con ello colocan a varias
generaciones de jóvenes de frente a su momento al apropiarse de las tecnologías, los iconos, narraciones y sentimientos que se requiere
para habitar cada quien su tiempo y su propia experiencia formando parte de algo más grande, como un colectivo, una comunidad, una
época (Pérez Colman y del Val Ripolles, 2009; MacFarlane, 2013).
Varias décadas después la experiencia de los nuevos beatlemaniacos es diferente, aunque se percibe una continuidad en el tiempo.
Cuando Appadurai (2001: 90) señalaba a finales de la década de los noventa que “Paul McCartney se dispone a vender Los Beatles a una
audiencia nueva asociando su propio sentido oblicuo de la nostalgia al deseo de esa nueva audiencia por lo nuevo con saber viejo”, estaba
señalando la dimensión que se ha gestado en el mundo de los jóvenes desde la década de los sesenta hasta el presente y que quedo claro
en el año del 2009 con la aparición del Beatles Rock Band, donde el mundo de los Beatles, las estancias para ingresar en un mundo de los
imaginarios sociales Beatles, son llevadas al ciberespacio, a través de una nostalgia experimentada de manera diferencial por jóvenes y
adultos, pero todos ellos unidos bajo el branding The Beatles (Hodson, 2010).
Entonces, es posible pensar acceder a entender lo que ha sido crecer en la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XX y hasta
la fecha a partir de los Beatles porque con el tiempo llegaron a ser una configuración memética que expresa y estructura la pauta de un
tránsito en la cultura, el diseño de una vida social, es decir, una constelación de posibilidades para habitar y moverse con recursos vinculados o creados por los Beatles en las distintas configuraciones del tiempo y del espacio en lo cotidiano que se conforma en biografía, en
vida social por parte de las generaciones de jóvenes que lo fueron por un vínculo con la música del rock y de los mismos Beatles.
A partir de estas consideraciones se puede trabajar con elementos constructivos de sistemas de información que permitan conformar mapas de situaciones para crear rutas y puertas de entrada, vinculadas e interaccionadas de acuerdo a la inquietud y a la pregunta
por abordar, para acceder a la manera como los jóvenes han crecido en la ciudad, las distintas generaciones de jóvenes que se han
configurado y que conviven en el presente porque fueron conformados con y a partir de la música del rock, y en particular a través de la
música de los Beatles.
Una primera imagen puede ser la de una figura espacial de cuatro vectores, que por principios de presentación se muestran formando
un cuadrante, pero que más bien parecen actuar de modo íntimo y complejo a la manera de un cubo. Cada cuadrante se puede desplegar
con una diversidad de elementos, que igualmente pueden ser relacionados con los de otro cuadrante. Por un lado tenemos la presencia
de los Beatles a través de dos lógicas, la primera la relación del tiempo en el espacio, lo cual nos lleva a verlos como un fenómeno con
su propia historia y, por otro lado su lugar dentro de la cultura, con lo cual se tienen dos cuadrantes: la historia cultural de los Beatles y
la presencia en la cultura, en la historia de la cultura contemporánea, cuadrante A y B respectivamente. Por otro lado podemos ubicar
la conformación de lo espacial en el tiempo, distintas dinámicas y pautas configuradoras de la cultura como entornos generales de
vida como ha sido el paso de lo tradicional a lo moderno, la convivencia simultánea con lo pos moderno y lo hipermoderno, así como la
4
Citado en Norman, 2009: 85.
5
Importantes las observaciones de Mark Lewisohn (2013) sobre la presencia e importancia de los Beatles en la cultura del mundo a finales del siglo XX, al igual
de subrayar la importancia de la ciudad de Liverpool para que emergiera un movimiento musical y cultural del cual emergen los integrantes de los Beatles.
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creciente presencia de lo global en lo local y los reacomodos y reacciones de lo local ante nuevos entornos inéditos de vida, ello a partir
de dos cuadrantes, por un lado, cuadrante C, la presencia de la música y de los Beatles en la vida cotidiana de las ciudades como forma
de vida social, de su cultura, y, por otro lado, cuadrante D, en los cambiantes procesos de individuación, mediante la presencia en la
biográfica de grupos y tipos de jóvenes en la ciudad, en el país.
Los cuadrantes, con algunas posibilidades de los sistemas de información por desarrollar en cada uno de ellos, que de conjunto
pueden formar una matriz de información de corte ecológico, se pueden ver en el cuadro No. 1:
Cuadro 1: MATRIZ DE MAPAS DE SISTEMAS DE INFORMACIÓN DE LOS BEATLES
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Historia Cultural de los Beatles:
(A)
Mediología de los Beatles.
Mediásfera y las eras de los Beatles.
Culturas Visuales de los Beatles.
Economía simbólica y emocional: The Beatles
como marca y nostalgia
Beatles en la ciudad:
(C)
Historia cultural y Mediología de lo cotidiano en
la ciudad
Historia cultural y la emergencia de lo juvenil:
paisajes y estancias juveniles
Estratos del tiempo en la ciudad y subjetividades
juveniles: memorias y nostalgias
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Beatles en la Cultura:
(B)
Mediología de las culturas juveniles.
Geografía visual y sonora de la cultura.
Tecnología, formas culturales y códigos expresivos.
Música y memética cultural: identidades, subjetividades,
individuaciones.
Beatles en lo biográfico:
(D)
Estratos del tiempo: genealogías de fans-Beatles.
Líneas del tiempo: individuación y narrativas biográficas.
Cuerdas del tiempo: formas culturales, comunidades
afectivas y generaciones de fans Beatles.
Biografía de la nostalgia Beatle.
Fuente: elaboración propia a partir de distintos materiales
Una imagen por trabajar como recurso metodológico de investigación es una las figuras temporales, es decir, lo biográfico, y se
refiere a personas que crecieron, o están creciendo, de modo variable y cuya ontogenia propia los coloca en una posición y relación
diferenciada con la experiencia de los Beatles como cultura en el tiempo, lo cual facilita entender a personas de diferentes edades y los
contextos de posibilidades en la conformación de subjetividad a partir de la música, la música y cultura de los Beatles, como si esta fuera
un rayo de luz que cruza un cristal y se difracta de acuerdo a las marcas presentes en el cristal de la cultura y de los individuos.
La llegada de nuevos dispositivos tecnológicos para la distribución y el consumo de música, como una de las nuevas formas de
ser y estar juntos alrededor de comunidades de consumo de la música (Kibby, 2000), no solamente han traído consigo reconocer la
importancia de explorar las maneras como se ha alterado el escuchar y el uso social de la música, sino igualmente la creación como
públicos culturales, y esto remite a un diseño de la cultura que proviene, como expresa Antoine Hennion (2010: 26) en el tránsito de la
invención del oyente a través de la “discomorfosis”y el traslado hacia la “internetización” de la música, y en esos dos momentos las formas
como se han articulados las subjetividades con obras, prácticas y gustos concretos de la música, un efecto que permanece en las narraivas
biográficas al considerar, como lo hace Hennion (2010: 27) de que el gusto es una “actividad colectiva, instrumentada y reflexiva”. Es, en
términos de Héctor Fouce (2010: 67), lo que acontece con las nuevas prácticas de escucha de la música que alteran el uso dentro de un
contexto cultural”, y que se puede observar en las distintas generaciones de jóvenes.
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Por ello, las narrativas biográficas, tanto de sujetos como de grupos pertenecientes a diferentes generaciones que conviven en un
mismo espacio social son importantes porque permiten organizar la información obtenida a través de personas que crecieron en la
ciudad desde la década de los sesenta, de acuerdo a visiones que intentan entender a la modernidad que se construye ante la cultura que
emerge de la globalización, a la cultura musical como un sistema expresivo que conforma prácticas de consumo a partir de una economía
simbólica que trabaja la experiencia de la nostalgia como elemento constructivo de realidades y experiencias musicales (Reynolds,
2012). A partir de lo anterior, fue posible contemplar un espectro de generaciones de jóvenes que crecieron de alguna manera con los
Beatles, considerando que las delimitaciones y características de los grupos se pautan de manera aproximada:
• Pre-Beatle: Jóvenes que eran adolescentes a mediados o finales de la década de los cincuenta y que descubrieron a los
Beatles.
• Beatle: Jóvenes que crecen con la aparición de los Beatles, o que son niños y se convierten en adolescentes en paralelo de la
historia musical de los Beatles.
• Post-Beatle: Jóvenes que fueron niños mientras cuando los Beatles eran un grupo musical pero los descubrieron cuando ya se
había separado aunque seguían produciendo de manera independiente y por tanto conservan algo de memoria de ellos como
creadores en activo durante los setenta y ochenta.
• Retro- Beatle: Jóvenes que no crecieron con los Beatles pero los encuentran y los admiran a los a partir de ser un recurso para
atraer y hacer propio un pasado que no vivieron.
• Digital-Beatle: Niños o adolescentes que descubren a los Beatles, principalmente por las tecnologías y formas culturales de
lo digital, y los toman como pauta para crecer y edificar su sensibilidad y subjetividad durante la primera década del siglo XXI..
Trabajar con narrativas biográficas de personas de distintas generaciones remiten a diferentes experiencias de crecer con los Beatles,
pues cada generación tendría una estructura de experiencia particular y en relación a las demás a partir de la manera como vivieron las
dimensiones comunicativas, es decir, la expresiva, la difusión y la interacción. A partir de ello se pueden encontrar hilos en el tiempo,
por generación Beatle, o hilos del tiempo, por la interacción de distintas y diversas generaciones Beatle. Para el caso de la investigación,
se trabajó a partir de dos estrategias metodológicas: primero, el empleo de conversaciones grupales, llamados conversaderos dentro
de nuestros protocolos, donde un grupo con diversidad de características, pero formando parte de una genealogía de público Beatle,
dialogaba durante tres o cuatro horas a partir de una pregunta simple y básica: ¿cómo llegaste a los Beatles, o los Beatles llegaron a
ti? Segundo, entrevistas individuales a profundidad con diversas personas que vivieron como público cultural de la música, distintas
experiencias en su vida a partir de la música, y en particular, aunque no exclusivamente, con la de los Beatles.
Todas las canciones del mundo: Crecer con los Beatles.
Para una mediología de la cultura que emanó el fenómeno de la beatlemanía, hay dos momentos importantes que, para lo que
nos ocupa, queremos destacar. Por un lado, la llegada de los Beatles a los Estados Unidos el 7 de febrero de 1964, el momento cuando
el mundo conoció a los Beatles y con ello la beatlemanía alcanzó un nivel mundial. Por otro lado, el 25 de junio de 1967, cuando se
presentaron a todo el mundo, en vivo y en directo, durante la primera transmisión televisiva a través de un satélite y que participaron
interpretando All you need is love, representando a Inglaterra. Con el primer suceso, los jóvenes del mundo vieron por primera vez a los
Beatles y a partir de ello los pudieron escuchar6. Con lo segundo, los jóvenes del mundo no solo los vieron, sintieron que participaban en
un evento que los involucraba mientras sucedía a miles de kilómetros de sus casas.
Si bien estos dos momentos coinciden con dos momentos de la mismas etapas de los Beatles, aquella cuando los Beatles adquirieron
sus rasgos más distintivos y primarios a partir de 1962 y hasta 1966, en la que todavía pueden ser vistos como efecto de una cultura
moderna, y aquella que va de 1967 a 1969 cuando cambian sus trazos primarios y construyen los principales rasgos culturales con los
cuales van a impactar en la cultura mundo, igualmente coinciden con el tránsito en la mediásfera señalado por Regis Debray (2007), el
6
Esto fue posible por su presentación en la televisión norteamericana y, meses después, por la exhibición de su primera película, A Hard Day´s Night.
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paso de la grafósfera a la videosfera, cuando el mundo se torna prioritariamente visual a partir de 19687, y con ello se convirtió realidad
generalizada una cultura de lo audiovisual que provenía de una tecnología dinamizada por la electricidad, y de la que habló Marshall
Mcluhan, y fue parte central de su concepción de la aldea global (MacFarlane, 2013), por la cual se gestó un estrecho y complejo vínculo
de lo visual con lo aural, que comenzó a ser una realidad con los inicios de la música del rock and roll sobre todo con el desplazamiento
visual del cine hacia la televisión8 (Frith, 2002), y hoy es una de las principales pautas de la creación musical y de la cultura visual mundial
(Mitchell, 2005; Moxey, 2005).
Estos dos momentos son parte de la experiencia que define a unos jóvenes que ya lo eran cuando aparecieron los Beatles e igualmente a quienes comenzaron a ser adolescente en los momentos de más impactaban en el mundo y la cultura, es decir el tránsito entre
lo que he definido como la generación pre-Beatle y la generación Beatle.
Quienes fueron adolescentes en 1964 vivieron ese momento como una sacudida en la vida en la ciudad. Vibraron y sintieron la
energía que llegaba de los productos audiovisuales de los Beatles, sobre todo en la radio, el cine, la prensa y las revistas, pero igualmente
sintieron un mundo social que era impactado, era tomado por sorpresa, advertido por el fenómeno del rebelde sin causa casi diez años
antes, y era hostil. Las cosas fueron distintas con quienes tenían de doce a catorce años de edad entre 1966 y 1967, cuando vieron y
escuchaban la música que provenía de los discos Revolver y Sargento Pimienta, y toda la propuesta que emanaban de ahí. Para ellos
fue entrar a un mundo que se construía encima de un desierto, un páramo, como concebían a la ciudad. Pasmados, accedían a todo lo
Beatle, atentos y expectantes, aprendían de ellos porque sabían que estaba apareciendo una cultura nueva. Para quienes abrazaron la
música y todo lo que estaba alrededor de lo Beatle, era la invención de una cultura que no sólo aceptaban y querían participar en su
construcción. Fue la toma de consciencia que debían cambiar a la sociedad y a su familia, y ellos debían ser diferentes, y para ellos, siendo
principalmente un fenómeno de hombres jóvenes, su acción fue buscar comunidades de inteligencia y sensibilidad, dentro y fuera de la
ciudad, para constituir su subjetividad mediante el ingreso a la lectura y al cine, en cierta forma ser un hippie, un ser que se interesa en
el mundo intelectual y sensible.
Cuando las personas que habían crecido con los Beatles rondaban los treinta años de edad, ocurrió otro momento de la mediología
que tiene un fuerte vínculo con los Beatles: el 8 de diciembre de 1980 asesinaron a John Lennon. La noticia circulo a nivel mundial en
segundos durante la transmisión de un partido de fútbol americano, un lunes por la noche, y minutos después muchos noticieros daban
cuenta de la vida de Lennon. Algunos de los hijos de de la generación Beatle recuerdan que vieron llorar a sus padres esa noche. Algo
había terminado con la muerte de Lennon, algo de ellos, de la música, la cultura y el mundo.
Giles Lipovetsky y Giles Serroy (009: 11), proponen una genealogía del cine y pautan a la década de los ochenta como la última
y actual edad del proceso de la constitución de una cultura basada en la “pantallaesfera”, el tránsito de la condición de la unipantalla
a la omnipantalla, lo visual se hace total y generalizado, principalmente en condiciones de una cultura de convergencia de medios y
tecnologías, de lo digital, interactivo y móvil. Los inicios de los ochenta fueron los momentos donde lo visual giró hacia una condición
hipermoderna, y, para los miembros de la generación Beatle, es cuando son padres de familia de jóvenes que serían adolescentes entre
finales de los ochenta y los primeros años de los noventa, cuando emerge otra genealogía de fans de los Beatles: la generación retroBeatle.
Para la generación retro-Beatle, la mediología de los Beatles es más una condición, un entorno, un ambiente, con el cual van
creciendo en su paso de la infancia a la adolescencia. La muerte de Lennon representa el comienzo de una condición virtual: al mundo
de los Beatles, y a los mismos Beatles, solo se les podrá conocer y acceder por la virtualidad de su presencia y productos, siendo el mayor
emblema la imagen y presencia de McCartney que deja a un lado a su grupo, a los Wings, y comienza a reciclar la música de los Beatles, y
7
Para el caso de México, y de acuerdo con la cronología del rock en México propuesta por Laura Martines (2013), coincide con la primera etapa, la del rock and roll
mimético de 1955 hasta la década de los sesenta, y la segunda etapa, la del rock contracultural de la segunda mitad de los sesenta y hasta 1971.
8
De acuerdo con Geoff Emerick (2011), ingeniero de sonido de los Beatles desde su álbum Revolver, la innovación tecnológica fue clave para re inventar el sonido
de los Beatles, los momentos cuando comenzaron a impactar de manera consciente en la música y en la cultura en general, algo que sería más evidente con sus siguientes
producciones discográficas. Se puede decir que coincide con el impacto en lo visual y la incursión por territorios audiovisuales nuevos creando una serie de productos basados en
metaimágenes. Para la una comprensión de las metaimágenes, ver Mitchell (2009), capítulo 2.
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con eso muchos adolescentes ingresan a los entornos de los Beatles porque pueden acceder a las películas a través de la videocassetera,
primero, el DVD y la computadora, al igual que su música con los cds y los MP3. Para muchos de estos jóvenes la música de los Beatles
era parte de su vida cotidiana porque era habitual en el ambiente de su casa, de sus padres, pero un día, al pasar de la primaria a la
secundaria, los descubren como un recurso de definición personal y de diferenciación con los demás. Algo distinto de la generación
Beatle, que fue prioritariamente visible en los hombres jóvenes, a partir de esta generación, y más en la siguiente, las mujeres jóvenes
cobraran una presencia y un rol muy importante y visible.
Para estos jóvenes, durante la etapa que se transita a la adolescencia, acontecerían varias derivas que coinciden con momentos
importantes de su experiencia en el crecer: la ciudad se altera, lo mismo que la conformación y dinámica familiar; sus procesos e instancias
de socialización, las comunidades y grupos de pertenencia de los cuales son integrados o rechazados; su vida emocional, sentimental,
sus esferas de intimidad, al igual que su sexualidad y estética corporal; el equipamiento para escuchar música, y así como sus gustos y
preferencias musicales, hasta que llegan a una condición donde descubren el mundo de los viniles, o emplean al smartphone, como un
yo móvil, una cultura musical y visual total.
Esto pauta una diferencia importante con sus padres: la cultura de la reproducción de la videocassetera y de lo digital, los ingresan
a una condición de una temporalidad en loop, donde se vive unos productos que pueden estar presentes en cualquier momento, pero en
forma fragmentada, en pedazos. Esto lleva a una subjetividad Beatle donde el reciclar es fundamental porque se tiene que acceder a ellos
a través del coleccionismo y de una actividad Wiki: al llegar tarde al mundo de los Beatles, tienden a armar retazos de lo que ya fue. Para
la gente de esta generación Beatle, el espacio de la ciudad es fundamental porque es parte de la exploración y experiencia del crecer, de
conformar una identidad y pertenecer a determinadas comunidades. El mundo Beatles es una constelación con la cual encontraron algo
importante: ser diferentes a los demás. No todo lo Beatle es importante y no todo se reduce a los Beatles: otros universos y genealogías
de la música complementan sus gustos y su atención. Un punto importante es que, a diferencia de sus padres que se interesaban más en
la etapa de los Beatles más elaborada, desde Revolver en adelante, a estos jóvenes se mueven entre reconocer aquello que es de culto,
pero de entusiasmarse más por aquello que fue más pulsión y energía de la primera etapa de los Beatles, como fue con la generación
pre-Beatle. El mundo virtual, el ciberespacio, es un mundo que se comienza a habitar como una sucesión de de equipamientos para
escuchar música, como un complemento para la continuidad de una vida social y comunitaria n lo ordinario.
El caso es diferente en aquellos quienes comienzan a ser adolescentes a partir de la primera década del siglo XXI, sobre todo cuando
se tiene de doce a catorce años de edad cuando se acerca el inicio de la segunda década, porque los entornos comunicativos con los
que crecen serán otros completamente: principalmente digitales, interactivos y móviles, y la mediología Beatle tiene que ver con un
factor fundamental: la digitalización. Por ello se les ha denominado como generación digital-Beatle. Para esta generación son muy
importantes los soportes que les permiten estar con otros como ellos en línea es muy importante y parte de su vida social y sentimental
cotidiana. El empleo de tecnologías móviles (MP3, smartphone, tablets) para escuchar y ver a los Beatles es el modo habitual y deseable.
Es el momento donde la marca de los Beatles se convierte en una marca global, una love-mark como sucedió en otro momento
mediológico de los Beatles, en el año del 2009 cuando la música y las imágenes de los Beatles se digitalizan y se lanzan al mercado
internacional, el ingreso a itunes, el lanzamiento del videojuego Rock Band The Beatles, el lanzamiento de sus películas digitalizadas, el
espectáculo Love, del Circo del Sol, la explosión de recursos en línea y de estaciones de radio de los Beatles por Internet.
.Los adolescentes que se tornan parte de la digital-Beatles entran al mundo Beatle en condiciones que posibilita la arquitectura de
lo virtual, y su vínculo con ese mundo es una condición fantasmal: se convive con espectros, imaginarios sociales, empleando el recurso
de la imaginación y la emoción que nace de un mundo de añoranza y nostalgia: un reino que se perdido y que nunca tuvieron, pero que
les hubiera gustado tener, una sensación que van a sentir permanentemente y que los alimenta a buscar y a sentir más y más, como
dijo un adolescente, una especie de un mal karma porque no vivieron cuando los Beatles eran jóvenes, pero a la vez como un deja-vú
porque les es muy familiar y muy cercano, sienten que ellos debieron haber nacido en otro momento, o que de una forma ya son adultos.
A diferencia de la generación retro-Beatle que tenían que reciclar lo que encontraban y coleccionaban, esta generación más bien
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tienden a encontrar en línea la información que necesitan para recuperar lo que está ausente, para sentir lo que desean sentir al expresarse y compartir, por lo cual se acerca más al sampleo de un Dj.
Para esta generación los Beatles pasan de ser un entorno familiar a un sentimiento personal, a un espacio que hay que cubrir de
continuo para poder tener una identidad ante los demás y ante ellos mismos. Las adolescentes viven este tránsito en algo que consideran
cercano a enamorarse, y la figura de McCartney es central: las giras alrededor del mundo, y su visita a la ciudad de México, fueron
claves en ello. Pero igualmente la recuperación visual y sonora de la primera etapa de los Beatles en la cual se ven como cuatro jóvenes
haciendo cosas simples y juguetonas de niños, hablando siempre de cosas felices, como si lo estuvieran, la etapa cuando generaban no
sólo espontaneidad sino pulsión sexual juvenil.
La visualidad es muy importante porque se torna expresión y comunidad: por un lado, todas las épocas de los Beatles forman parte
de un mundo cotidiano que lo pueden vivir y emplear de manera aleatoria, en loop permanente, de acuerdo a situaciones y estados de
ánimo, las canciones y los videos, se ajustan a circunstancias, porque pueden mezclar y creando imágenes de acuerdo a sus intereses y
expectativas al juntar historias, estéticas, imágenes, frases, títulos de canciones y situaciones del universo de los Beatles, al igual que
pueden emplearlas para confrontar con aquello que aceptan o rechazan de la cultura juvenil actual; por otro lado, les permite estar
presente en comunidades virtuales y ser parte de algo que las dinamiza y les da vigor, las redes sociales les dan una comunidad que no
encuentran en sus casas o salones de clase porque ahí el resto de las compañeras son unas believers o directioners. Ser del mundo Beatle
es tener un capital social que las hace diferentes.
Conclusiones (Por ahora).
…la música es metáfora creíble de lo real.
Jaques Attali, Ruidos.
¿Por qué una niña de cinco años quiere ser una Monster High, está enamorada de Justin Bieber y quiere asistir al concierto de One
Direction?
Pensando en Jaques Attali (2011), si se quiere saber cómo será el futuro conviene atender la música que está llegando porque la
música es profética: anuncia el orden social que está en construcción y que para muchas personas llegará a ser lo más real de su vida y de
su experiencia, la pregunta, creo, debería plantearse de otra manera: a partir de lo que está viendo y de la música que está escuchando,
¿qué experiencia está viviendo que llegara a conformar una identidad cuando sea adolescente?
Hasta el momento, acercarnos a personas que pertenecen a distintas generaciones y que han escuchado la música de los Beatles bajo
el proyecto de investigación, “Crecer en la ciudad: música, infancia y generaciones de jóvenes”, y bajo la perspectiva de la mediología, nos
permite entender que desde mediados del siglo XX, las transformaciones culturales en la ciudad no pueden ser entendidas sin incluir
la emergencia del fenómeno sociocultural de la juventud, y la manera como estos crecen a través de los medios de comunicación, su
acercamiento a una cambiante cultura mediática y del entretenimiento. Pero igualmente, al atender la música que escucharon cuando
transitaron de la infancia a la adolescencia, nos permite entender la manera como las transformaciones en la cultura de la ciudad se
gestaron y se movieron con otras dinámicas, entornos y circunstancias, y ese diseño de lo social y lo cultural que proviene de cómo se ha
escuchado la música es fundamental para entender una serie de preguntas a las que no hay claridad suficiente: ¿qué está sucediendo con
la cultura y hacia dónde va? ¿qué ciudadanía caracterizara en el futuro a quienes son hoy niños y adolescentes?
Toca entrar a ver lo que están escuchando los niños y saber por qué algunas niñas quieren ser una Monster High, están enamoradas
de Justin Bieber, quieren ir al concierto de One Direction, para atisbar lo que se está formando y será una realidad en un futuro no muy
lejano.
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