un enfoque inclusivo contra la vulneración lgtb

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CARGAS HISTÓRICAS EN LA CONSTRUCCIÓN EN LAS IDENTIDADES SEXUALES EN BOLIVIA:
DECONSTRUCCIÓN
Vega de Hoyos Aragoneses, Trabajadora
Social y Antropóloga
Sara Campuzano Establés, Trabajadora
Social
“Género y sexo
organizan la totalidad
de la vida
social”Mercedes
Expósito
El comienzo de toda organización social se centra en los individuos que la componen. La vida social
comienza con la interacción entre dichos individuos y, el poder, desde las primeras civilizaciones ha
necesitado organizarlos para así controlar sus conductas en su propio beneficio y, teóricamente,
para el todos nosotros. Es aquí donde aparecen como variables más pragmáticas para organizar, las
únicas diferencias visibles entre los mismos: las diferencias anatómico-sexuales. Éstas diferencias,
no sólo son comunes a todos los individuos en cualquier parte del mundo (lo que facilitaba la
división de tareas), sino que eran las diferencias que hacían posible la reproducción social. Es por
esto por lo que el sexo y el género se convirtieron en los pilares centrales de la construcción de la
identidad del individuo y, por ende, de la sociedad.
La discriminación en el espacio de las diversidades sexuales surge del choque frontal con la
construcción sexo-género establecida a lo largo de los siglos como mayoritaria. A pesar de ello, a lo
largo de la historia encontramos una constante ineludible: las diversidades sexuales siempre han
existido y es desde aquí que comenzamos a cuestionar.
Aspectos históricos de la sexualidad en América Latina
Desde la historia de los pueblos precolombinos se sabe que las prácticas sexuales, cualquiera que
fuera su forma, no eran castigadas ni estigmatizadas, se desarrollaban en un ambiente de respeto y
dignidad.
Desde el imperio Inca existen pruebas de que las sexualidades diversas no eran penadas. Una de las
mejores crónicas a este respecto es “La Crónica de Pachacuti”. De los miles de datos reveladores,
dos de ellos destacan. El primero se refiere al Creador andino por excelencia, Viracocha, Dios
Andrógino que se sitúa en la cúspide del orden cosmológico, sugiriendo la dualidad sexual que
incorporaba a su naturaleza las fuerzas ocultas que cada sexo representa.Fueron de las primeras
civilizaciones en venerar a los dioses a través del travestismo. Los soldados Incas antes de ir a las
campañas militares tenían relaciones sexuales con los “pampayrunas” (los travestis), como un acto
que les iba a reportar un buen desempeño en la batalla.
Esto nos da una pauta para entender por qué la dualidad impregna la cosmovisión andina y
también cómo no había una diferenciación de sexos/género tan marcada, por lo que no había
necesidad de castigar a quién se movía entre ambos polos. También cabe mencionar al Dios
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ChuquiChinchay que protegía a los hermafroditas e indios de dos naturas.En el Imperio Inca a un
hombre homosexual o gay se le llamaba “hualmishcu”, y a la lesbiana “marmi”.
Por otra parte, existía una figura femenina llamada Amazona cuya desenvoltura como hombres las
convirtió en heroínas y que se dieron a conocer por sus hazañas y sus relaciones comerciales con el
imperio incaico. Estudios antropológicos y lingüísticos han demostrado que los Incas utilizaron
varias voces para llamar a las amazonas, pues las llamaban “chanchakmarmi, kakcha, warkana o
komí”, palabras que tienen el significado de lesbiana. La homosexualidad femenina era bien vista
en los pueblos andinos y en los estratos altos de la sociedad incaica su conducta sexual se
admiraba.
De todas las civilizaciones precolombinas bajo el poder de los Incas, la cultura aymara conocía las
prácticas homosexuales. Entre los mapuches y guaraníes se tenían estas prácticas sexuales y se
consideraban bien vistas.
En el imperio Azteca algunas tribus del estado de Sonora permitían que ciertos hombres asumieran
el papel de mujer sin tener que avergonzarse de ello. En la tribu de los Mojaves,los jóvenes tenían
libertad para elegir su propiaidentidad sexualmediante un rito sagrado en el que los infantes
tomaban algún objeto femenino o masculino como obsequio.
Actualmente, en las poblaciones Zapotecas de Oaxaca existen los muxe, quienes son considerados
parte de un tercer sexo. Los muxe nacieron varones pero se visten con ropa de mujer y asumen
roles femeninos en la comunidad.En Centroamérica, las islas del Caribe y Norteamérica, los
homosexuales eran considerados frecuentemente comoseres especiales, mágicos, dotados de
poderes sobrenaturales cuya cercanía era augurio de buena suerte.
En Ecuador se podía distinguir entre divinidades masculinas y femeninas, existía el Dios Sol, La
Diosa Luna, Madre Naturaleza, Padre Volcán, de esta forma respetaban la bisexualidad. Por otra
parte, según las leyes y creencias de aquel entonces, para ser chaman era necesario ser
homosexual ya que dicha figura implicaba la representación de lo masculino y femenino en un solo
ser.En México existen momentos en la historia del país en los que la homosexualidad y el
travestismo se consideraban parte de la sociedad y no recaía sobre estas figuras ningún estigma ni
rechazo social.También entre los aborígenes de Brasil, la homosexualidad era algo común y su
práctica era a veces algo digno de ser contado, por otra parte los amores homosexuales eran una
alternativa, y muchos de ellos vivían en pareja.
En las costas de Venezuela y Colombia, la homosexualidad era entendida y aceptada. En el Museo
del Oro de Bogotá encontramos figuras de barro con representaciones del comportamiento sexual
homosexual. Los españoles encontraron en Perú esculturas de oro de hombres practicando sexo
con otros hombres, estas mismas esculturas fueron derretidas y el oro fue llevado a la corte
española.
Acuñamos un cuadro que refleja las zonas de América Latina en donde se practicaba la
homosexualidad:
México
Alardos, Cipacingo, Itza, Jaguaces, Panuco, Sonora, Tabasco, Tahus, Tlasca,
Yucatecas, Mayas y Aztecas
Panamá
Colombia
Darien y Panamá
Bogotá, Cayos, Chinatos, Chitareros, Guaira, Gauticos, Laches,, Kabaga, Mosca,
Motilones, Urabes y Zamba
Camana, Cañares, Carauli, Chinchas, Chincamas, Conchuco, Guanuco, Huayllas,
Manta, Perú, Picta, Quellaca, Tarama, Tunebamba y nativos del puerto viejo, Isla de
Plata, Isla de Puna, Santa Helena, San Miguel y Serranos
Perú
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Venezuela
Bolivia
Chile
Brasil
Achaguas, Bobure, Capechos, Caribana, Caribes, Chiricoas, Ciparicote, Coquibacoa,
Guaibos, Salivas, Timotes, WaraoYpules e Ytatos
Chiguano,Wachipaeri
Araucano, Mapuches y Patagones
Bororó, Tupinambá, Guatos, Panaré, Wai.wai, Xavante, Guaicurú, Xamicos,
Nambiquiara, Tenehara, Yanomami, Camaiurá, Cubeo y Guaiquil
En 1492 con el “descubrimiento” de América, las poblaciones provenientes del viejo continente
traen consigo la creencia católica. Esto supuso en primer lugar, la prohibición de todas las creencias
que no fueron la católica, incurriendo en un genocidio cultural, y en segundo lugar la designación
de las prácticas homosexuales como sodomía, un crimen más grave que el del homicidio y
castigado con la pena de muerte.
Indios asesinados por los perros de los conquistadores como castigo a su
abierta homosexualidad.
En occidente se instauraba la Santa Inquisición,sistema instaurado por la iglesia para perseguir a lo
que denominaron como herejes, entre los cuales se encontraban los ateos, los médicos
tradicionales y los homosexuales. Como se ha mencionado anteriormente en la América
Prehispánica la homosexualidad era común y corriente, como refiere el historiador e investigador
venezolano Antonio Raquena:
“Así, en la América virgen, los conquistadores con su mentalidad medieval y azuzada por los fueros
de la Inquisición consiguieron una falta de libertad sexual jamás vista, y aunque la homosexualidad
ya existía en todo el mundo, la frescura y la naturalidad con que los precolombinos llevaban su vida
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sexual chocó enormemente con el pensamiento cultural y religioso de estos hombres que se
adentraban en el Nuevo Mundo.
Muchos fueron los cronistas y exploradores que escribieron, no sólo de las riquezas encontradas en
oro y plata, los nuevos y ricos frutos y animales que los alimentaron en su osada travesía. Estos
hombres también narraron las costumbres de nuestros precolombinos antecesores y en sus largas y
vastos libros anotaron y describieron las costumbres sexuales, entre ellas la “Sodomía”, “El Pecado
Nefando” como era conocido en aquel entonces en la Europa que salía del Medioevo para entrar ya
en el Renacimiento.”
Alvar Núñez Cabeza de Vaca vivió con los nativos de la Florida durante más de seis años y relata lo
siguiente:
“Entre ellos vi una diablura, y es que vi un hombre casado con otro, y estos son unos hombres
amarinados”… “y andan tapados como mujeres y hacen oficio de mujeres, y tiran arco y llevan una
gran carga, y entre ellos vimos muchos de ellos así amarinados”… “como digo, y son más
membrudos que los otros hombres, y más altos; sufren muy grandes cargas.”
De esta manera se introdujo en América Latina la homofobia, sus raíces provienen de la conquista y
la evangelización que declaraba:
… “de todos los pecados, la sodomía es el más torpe, sucio y deshonesto, y no se encuentra otro
más aborrecido por Dios y por el mundo. Por este pecado lanzó Dios el diluvio sobre la tierra y por
este pecado destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra; por causa de la sodomía fue destruida la
Orden de los Templarios por toda la Cristiandad en su día. Por lo tanto, mandamos que todo
hombre que cometa ese pecado, sea quemado y convertido en polvo por el fuego, para que ya
nunca de su cuerpo y sepultura se tenga memoria”.
Cabe destacar que no en todas las culturas de América se aceptaba la homosexualidad, según los
cronistas franciscanos, en algunos pueblos Mayas y aztecas los actos homosexuales no eran
aceptados. Por otro lado en el antiguo México se interpretaba la homosexualidad de forma diversa,
en las clases altas eran conductas admiradas, mientras que en las clases bajas podía ser rechazada,
llegando a matar a las personas que incurrían en actos homoeróticos.
En 1576 se describe en unas crónicas la existencia de las “Indias-Machos” o “Mujeres –Machos”
que eran aborígenes femeninas lesbianas:
“Algunas indias hay que no conocen hombre alguno de ninguna calidad, ni lo consentirán aunque
por eso las maten. Estas dejan todo el ejercicio de mujeres e imitan a los hombres y siguen sus
oficios como si no fuesen hembras”… “y cada una tiene mujer que le sirve, con quien dice que es
casada. Y así se comunican y conversan como marido y mujer.”
Como podemos ver el género y la sexualidad se construían dependiendo de la sociedad. Existían
mujeres casadas con otras mujeres y a las que se las consideraba marido. La Homosexualidad era
castigada con la muerte en algunas culturas y en otras admirada. En otros lugares se consideraba
que daba buena suerte relacionarte con ellos/as y en otros se creía te contagiarían su mal.
Aspectos históricos de la sexualidad en Occidente
Recientemente el movimiento gay se considera producto de la modernidad y, como tal, algo nuevo
que se presenta para muchos como desconocido. Sin embargo, si analizamos la historia de
Occidente con más detenimiento comprobamos que, al igual que en América Latina y el Caribe ser
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homosexual no se castigaba, se admiraba y era algo natural en la mayoría de los lugares, en
Occidente en origen tampoco era algo reprobable.
Los primeros escritos atribuibles a lesbianas datan del cuarto milenio antes de Cristo en Babilonia y
en lengua sumeria, tales escritos relatan con claridad el amor de una mujer por otra. Parecía ser un
comportamiento erótico/amoroso habitual y no era objeto de sanción alguna en la época.
En Grecia y Roma, las prácticas homosexuales existían con frecuencia, aunque, hay que matizar los
contextos en los que se daba y lo que significaba. En ambos hubo casamientos. No existía la
referencia al género del compañero/a en la cama como determinante de la elección. El único
criterio que se utilizaba era el del incesto. En las actividades culturales aparecían relaciones
homosexuales con toda normalidad. Mientras los dos consintieran en la relación sexual era un
símbolo de amor entre ambos/as. Existían muchos casos en los que los varones adolescentes del
mismo sexo formaban pareja y la mantenían hasta que llegaba el momento de tener que ser
padres. En ese momento muchos decidían casarse con una mujer y formar una familia y muchos
decidían quedarse con su pareja el resto de su vida.
En Roma, específicamente, la homosexualidad era considerada positiva con esclavos y jóvenes. Un
hombre podía tener relaciones homosexuales siempre y cuando tuviese el papel activo en la
relación y no lo practicase con un semejante. Ser activo en las relaciones también era algo obligado
con una mujer puesto que el romano debía mostrar su virilidad en cada acto de su vida. Las
prácticas homosexuales son un símbolo de supremacía de los hombres libres. El emperador Julio
César era conocido como “el hombre de todas las mujeres y la mujer de todos los hombres”.
Ser homosexual o bisexual en la sociedad romana era algo común que se extendía a lo largo de
todas las condiciones y clases sociales. Esto se daba porque el imperio empezó a hacerlo público lo
que significó un ejemplo para el resto de la población.
A partir del año 313 Constantino condenó la homosexualidad ya que el cristianismo se convirtió en
la religión del Estado. Bajo pretextos religiosos la libertad sexual se reprime. En el año 342, las leyes
estipulan la castración de los homosexuales pasivos y las relaciones entre personas del mismo sexo
empiezan a denominarse pecaminosos. En los años venideros se crean nuevas leyes que sancionan
los actos homosexuales con la hoguera.
En Grecia ser homosexual era considerado indignode un ciudadano distinguido. A pesar de ello la
homosexualidad era aceptada e incluso se alentaban las relaciones entre un hombre adulto
(erastes) y un adolescente (erómenes). Esta relación constituía para el adolescente un rito que
marcaba su llegada a la edad viril. El adulto, por su parte, tomaba bajo su protección a un
adolescente y le formaba para la vida social y política, manteniendo a su vez relaciones sexuales, de
esta forma el joven era mantenido y educado desde los 12 hasta los 18 años. El adulto ejercía el rol
activo, mientras que el joven reproduce la pasividad. Se trata entonces de paederastia”(pederastia) y no de homosexualidad. Los Griegos de la Antigüedad, actualmente serían
condenados por pedofilia pero hay que recalcar que ellos no distinguían entre homosexualidad y
heterosexualidad, sino entre el papel de activo y pasivo. En cuanto a las relaciones entre mujeres,
la más célebre y pionera de las mujeres lesbianas es sin dudaSafo la poetisa de la isla de
Lesbos. Vivió en torno a los años 630-560 antes de C. Mujer muy admirada en el mundo griego
por sus dotes humanas, líricas e intelectuales.
En el siglo XII la represión sexual es explicita, puesto que se relacionaba con la herejía y era
perseguida por los tribunales dela inquisición y las autoridades seculares.El mundo occidental
empieza a tomar una posición contraria a la homosexualidad; la moral católica rechaza los placeres
y las satisfacciones sexuales. Se orienta la sexualidad hacia la reproducción a través de normas
sociales, jurídicas y religiosas. El matrimonio es la institución que refleja el orden establecido en la
sexualidad. Bajo la influencia de Santo Tomás de Aquino la homosexualidad se considera un
“crimen contra natura” Este teólogo codifica la moral sexual cristiana en su "SummaTheologiae”.
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Éste advertía a las hermanas monjas diciéndoles que el amor que sentían entre ellas debía ser
carnal no espiritual. Sin embargo, en La Edad Media se publican los versos de “Lis de María de
Francia, versos que provienen del amor entre dos monjas en Baviera:
“Cuando recuerdo los besos que me disteis y la forma con que tiernas palabras acariciasteis mis
pequeños pechos, quisiera morir porque no os puedo ver “
Los Concilios de París (1212) y Ruán (1214) prohíben a las monjas dormir juntas y exigen que una
lámpara esté prendida toda la noche en los dormitorios. Las reglas monásticas prohíben a las
monjas entrar en las celdas de las otras y estaban obligadas a no cerrar con llave, de la misma
forma les instaban a evitar especiales lazos de amistad en el interior del convento.
Los europeos consideraban que nada en una mujer podía despertar los deseos sexuales de otra
mujer. Por consiguiente, en el derecho, la medicina y en la opinión pública se ignoraron las
relaciones amorosas y sexuales entre mujeres.
En el SXIII Federico II de Prusia tuvo que soportar ver en directo la ejecución de su joven amante.
Rey filósofo ilustrado, compuso una marcha de granaderos que regaló a su primo Carlos III, hoy es
el himno oficial de España. Eduardo II amó públicamente a PiersGavestón, incluso se casó con él,
como nos cuenta John Boswell:
"Cuando
el
hijo
del
rey
lo
vio,
sintió
tanto
amor
que
realizó
un
hermanamiento con él y se decidió resolutamente ante todos los mortales a
entrelazar una liga indisoluble de amor con él." (Texto sacado de la crónica oficial de su reinado).
En el cementerio de Cambridge aún se pueden observar gran número de tumbas de parejas
masculinas.
Durante el siglo XV la Inquisición tomó más fuerza que nunca y los juicios por mantener relaciones
homosexuales seguían siendo despiadados. Estas imágenes, se difundían con el fin de dar ejemplo
a la población de lo que podía ocurrirles si incurrían en ese tipo de placeres
Representación de la ejecución de una pareja de homosexuales en Inglaterra
En siglos posteriores, XVI,XVII y XVIII, las relaciones sexuales entre monjas es un tema recurrente
en la literatura de la época, sobre todo en los países protestantes y círculos católicos. Hay novelas
cortas y poemas que reflejan las relaciones sexuales entre monjas dentro de los
conventos.Brântome, comentarista de las extravagancias sexuales de los cortesanos franceses a
finales del siglo XVI, comenta:“Las relaciones sexuales entre mujeres se han convertido en algo
común tras la moda traída de Italia por una dama de alta alcurnia que no nombraré”
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En el siglo XVIII aparecer una nueva figura del homosexual: el libertino elegante y afeminado. En
Londres, las "MollyHouses" florecen en el barrio del Parque de Saint-James. En esos locales se
bebe, baila, liga o se parodia el mundo "normal". Posicionándose deliberadamente al margen de la
sociedad, esos intrépidos señores se reapropiaban de las injurias populares, hablaban en femenino
o se hacían llamar "tía" o "madame".
En Francia la Asamblea Constituyente adopta en 1791 un nuevo código penal y suprime las
relaciones entre personas del mismo sexo de la lista de delitos, igual que la blasfemia, la magia o el
sacrilegio. Una tendencia confirmada con la promulgación del Código Napoleón en 1810.
En el SXIX Bismarck afirmaba que si se aceptaba la homosexualidad surgirían problemas de
autoridad y jerarquía, poniendo en peligro el ejército, la administración, la justicia y la policía.
En mayo de 1868 Kertbeny escribe por primera vez las palabras “heterosexual” y “homosexual” en
una carta dirigida a Karl Ulrichs, uno de los primeros en reconocer a las personas que sentían
deseos por el mismo sexo. Es aquí donde se categoriza la sexualidad para con el fin de estudiar
clínicamente ese tipo de comportamientos. Es aquí donde comienza la verdadera frontera entre la
sexualidad normada y la no normada.
Situación actual en América Latina y Occidente
La población LGTB sigue teniendo una posición polémica en ambos contextos. En todos ellos recibe
reacciones antagónicas dependiendo del sector poblacional con el que se relacione. A pesar de que
la iglesia ya no es un referente moral en muchos países de Occidente, si lo sigue siendo en muchos
de América Latina. En este sentido la población LGTB se encuentra con una institución que los
estigmatiza y margina provocando una reacción homofóbica en gran parte de la población. En estos
países existe una clara fragmentación entre la población homófoba, que sigue arraigada a la idea
de la “perversión sodomita” de la Biblia, y la población menos conservadora y más abierta que
busca la igualdad de derechos de la población LGTB.
En Occidente, sin embargo existe una idea más diversa sobre la sexualidad y se han promulgado
leyes nacionales en algunos de ellos en los que se reconocen los derechos de la población
homosexual.
En los últimos años en América Latina y Centro América se han producido avances en el
reconocimiento de los derechos del colectivo LGTB. Haremos un rápido análisis de los mismos:
Nicaragua: La homosexualidad fue despenalizada en el 2010 ha sido el último país de la región en
despenalizarla, en 2008 se reconocieron estos cambios a nivel jurídico, se nombró a una
procuradora especial de derechos humanos de la diversidad sexual. El Estado Nicaragüense ha
iniciado un proceso restitutorio de derechos de la comunidad LGTB. Se están haciendo procesos de
incidencia política para emitir leyes relacionadas con la familia, así como la elaboración de una
propuesta que permita el reconocimiento de la identidad de género de la comunidad transexual,
sin embargo la iglesia sigue imponiendo su poder.
Ecuador: La homofobia se manifiesta en ámbitos sociales y familiares. Existen grupos neonazis que
amenazan con operaciones de limpia social y existe prohibición de acceso a determinados espacios
públicos, así como clínicas privadas donde se realizan terapias de conversión. Desde 2008 se
reconoce el derecho a la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, así como
la permisividad de las parejas de hecho del mismo sexo, sin embargo hay que tener en cuenta que
hasta 1998 la homosexualidad estuvo legalmente prohibida. Actualmente no existe una aplicación
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real de la ley. Existe la necesidad de generar insumos que orienten los temas de agenda planteados
que son matrimonio igualitario, educación, seguridad social y adopción.
Brasil: Aún son recurrentes los asesinatos de gays y travestis. La homofobia se da en ámbitos
familiares, laborales, educativos, de salud y seguridad. Se da una situación particular puesto que
existen decretos, leyes y ordenanzas a nivel local pero no constituyen una herramienta jurídica que
proteja de manera efectiva a la población LGTB. Existen cursos de capacitación para profesionales
así como monitoreo de las denuncias y discriminación contra la población LGTB. Sin embargo se da
una homofobia persistente a nivel institucional y de los tomadores de decisiones encargados de
hacer cumplir las políticas y normativas. El 5 de Mayo de 2011 el Tribunal Supremo reconoció las
uniones de homosexuales como entidades familiares.
Bolivia: La discriminación sigue siendo sistémica a nivel institucional, laboral, educativo y familiar.
Existe un alto grado de invisibilización de la población LGTB puesto que aún se dan agresiones
públicas cotidianas. La policía es uno de los cuerpos de seguridad más homófobos de la sociedad
boliviana y no protegen de las agresiones a esta población cuando se les requiere. Por otro lado,
existe un incipiente tejido organizativo que tiene como pilar fundamental la defensa de los
derechos LGTB. Sin embargo la iglesia católica y la cosmovisión chacha- warmi siguen siendo
obstáculos y herramientas de rechazo para las personas que defienden su diversidad sexual. Existe
un plan nacional de derechos humanos para LGTB que prioriza la educación, la salud y las políticas
públicas que aún no se han promulgado, exceptuando la ley contra todo tipo de discriminación
recientemente aprobada.
Chile: La discriminación afecta a toda la comunidad LGTB acentuándose contra las personas transfemeninas que sufren maltrato. Los avances en políticas públicas son muy escasos, ya que no se ha
llegado a promulgar ninguna de las propuestas legales que el movimiento de diversidad sexual ha
movilizado. Se ha dado un trabajo de presión que consiguió en la década de los 90 que los gays no
fueran a la cárcel. Chile es un estado laico sin embargo la iglesia está presente en diversos
estamentos adquiriendo poder de presión ante las propuestas legales de igualdad.
Perú: Existe una fuerte presencia de la discriminación en los imaginarios, prácticas sociales,
estereotipos y prejuicios contra las personas LGTB, en medios de comunicación escritos y visuales.
La discriminación se manifiesta en ámbitos educativos, laborales y de seguridad social. Existen
datos de crímenes de odio, extorsiones y acoso homofóbico en las escuelas. Persiste una clara
ausencia de voluntad política así como barreras burocráticas que impiden tener un plan de
monitoreo, implementación y evaluación sobre las denuncias de discriminación. Se ha introducido
la orientación sexual en el plan nacional de derechos humanos 2006-2010.
Países como Argentina, Colombia, Uruguay y Venezuela tienen en sus legislaciones el
reconocimiento de los derechos LGTB.
En Occidente existen 8 países con leyes de igualdad plena de la población LGTB: Países bajos,
Bélgica, España, Canadá, Noruega, Suecia, Portugal e Islandia.
Aun reconociéndose los derechos de la población LGTB en las legislaciones de diferentes países,
este colectivo sufre de forma permanente y cotidiana discriminación y vulneración de sus
derechos. Las personas transexuales en Brasil denuncian asiduamente la discriminación que sufren
en el sistema de salud, así como maltrato, falta de acceso a los servicios y una negativa
generalizada a reconocer sus identidades. Como consecuencia estas personas se alejan del sistema
de salud, exponiendo, en ocasiones, peligro a su vida ya que se niegan a recibir malos tratos.
También encontramos casos de personas transexuales que se mueren debido a la auto medicación
con hormonas y siliconas, porque no confían en los médicos. Cabe destacar que la mayoría de los
gobiernos latinos, actualmente no permiten ningún cambio en la identidad legal para las personas
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transexuales, y la falta de dicho documento que refleja realmente su identidad se traduce en la
imposibilidad de trabajar legalmente, conseguir una vivienda, etc.
Existen muchas denuncias en Ecuador realizadas por la población LGTB que recriminan a las
numerosas instituciones psiquiátricas que intentan “curar” a las personas homosexuales utilizando
terapias de choque y otros medios abusivo. También debemos mencionar la discriminación que
sufren estas personas en el ámbito laboral, siendo en varios casos, despedidos de su puesto de
trabajo. La discriminación laboral aún no se ha dado a conocer en muchos países pero en Bolivia
también existen casos de discriminación por presunción de orientación sexual diversa. Se dice
presunción puesto que la persona no informa anadie de su orientación sexual sino que se juzga por
su vestimenta. Recientemente se ha promulgado una Ley en el país en contra de cualquier forma
de discriminación pero la población LGTB aún no se anima a denunciar. El miedo a perder el puesto
de trabajo y al ostracismo les lleva a preferir buscar otro tipo de trabajo donde no sean
discriminadas que a reivindicar sus derechos. Desde las instituciones sociales de está empezando a
trabajar con las organizaciones sociales LGTB para paliar este tipo de abusos y dar a conocer las
situaciones que sufren.
En el ámbito educativo, los niños y niñas de diversidad sexual no reciben ninguna protección por
parte de los educadores. Los profesionales no saben cómo abordar este tipo de situaciones e
incluso, algunos dicen no protegerles por miedo a que el resto piense que son gays ,trans o
lesbianas ellos/as. Hablar de orientación sexual e identidad de género en menores genera miedos
terribles. Sin embargo, del 100% total de suicidios de menores el 60% son menores de diversidad
sexual o genérica. Este dato nos da una idea de lo imprescindible que se hace trabajar en las
instituciones educativas con los padres, profesionales y alumnos/as.
Tras el análisis de los abusos a población LGTB en América Latina y los avances legislativos en la
zona así como en los demás países occidentales proponemos cuestionamientos que quedan en el
aire:
¿Quién dictamina lo que es normal y anormal en una sociedad?
¿Por qué la población LGTB es de las más vulnerables ante este tipo de abusos?
¿De dónde proviene la ofensa de esta población por el mero hecho de ser?
EL PODER Y LA LEGITIMACIÓN DE LA HETEROSEXUALIDAD
Afirmaremos entonces que existe un factor determinante en lo considerado normal y no normal
dentro del campo de la sexualidad en todo el mundo: lo estipulado por la sociedad. Las sociedades
y culturas son las que definen desde su mirada qué prácticas sexuales son aceptadas y cuáles no. El
factor del tiempo histórico también determina dentro de esa sociedad estos criterios puesto que,
como hemos visto, en una misma cultura ha habido momentos en que ciertas prácticas sexuales
han sido admiradas y tiempo después, en ese mismo contexto social se han tildado de
pecaminosas.Es por tanto pertinente decir que el sexo es algo biológico pero la sexualidad es algo
construido socialmente. Por otro lado, hemos visto como los géneros son roles sociales que, a lo
largo de la historia, se interpreten desde un sexo u otro y adquieren significados y valoraciones
completamente diferentes. Estas valoraciones también cambian según el contexto social y el
tiempo en que se definen.
La sexualidad se define como “ el conjunto de experiencias humanas atribuidas al sexo y definidas
por éste, es decir, al conjunto de actitudes, prácticas, hábitos y discursos que cada sociedad, en un
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tiempo y espacio determinado , construye de manera colectiva en torno a la reproducción, los
deseos y las relaciones eróticas”.(Lagarde). A partir de estas dos definiciones analizaremos el papel
de las instituciones sociales, así como el discurso de la iglesia en la construcción de la sexualidad y
veremos cómo se han ido gestando en nuestro entorno los prejuicios y valoraciones que se hacen
en torno a las diferentes prácticas sexuales y afectivas.
Tanto la religión como la sexualidad son campos que contienen en su interior no sólo expresiones,
discursos y actores, sino relaciones de poder que hablan de la disputa por el campo en cuestión,
por la hegemonía y el orden social establecido como legítimo dentro de ellos.A lo largo de los siglos
la sexualidad se ha construido en torno a cuatro premisas: la heterosexualidad, la monogamia, el
matrimonio y la reproducción. Estos principios rectores se pueden comprobar a través de una serie
de normas sociales, jurídicas y religiosas vigentes y cualquier diversidad sexual que salga de la
norma establecida se entiende como “distinta”, “diferente”, “ilegítima” o “anormal”.
En el siglo XVI la sexualidad empieza a abordarse desde otro prisma, si bien el campo médico
permite el abordaje y la construcción de un discurso sobre la sexualidad, el cuerpo y la anatomía,
también se crea la construcción de los anormales que muestra la forma en que la sociedad
construye los límites entre el orden y el desorden, e identifica lo que es contrario a la norma. De
esta forma los homosexuales se consideran contrarios al orden sexual legitimado y a la regla
corriente de la naturaleza y concentra la idea de que la desviación y la anormalidad ya no recaen en
la naturaleza, sino en la conducta a través de las prácticas contra natura. Los “pecados”
relacionados con la sexualidad pasan de ser faltas vinculadas al aspecto relacional de la sexualidad
y estatus (incesto, adulterio, estrupo, etc.), a faltas vinculadas al cuerpo, sus sensaciones y
placeres, de esta forma el “pecado” se centra en el cuerpo, en la carne.
A finales del Siglo XVII esta visión de la sexualidad está arraigada profundamente en la sociedad y
se centra en el objetivo de la pareja, la reproducción. Se prohíbe todo acto que impida la
concepción. En los siglos XVIII y XIX la sexualidad es regulada por el código civil y canónico,
inspirados por la pastoral. El sexo en el matrimonio era el único del que se hablaba. El interés del
poder era regular la procreación sólo permitida desde lo que se llamó el deber matrimonial. Este
tipo de sexualidad era la adecuada puesto que aseguraba el orden establecido en la sociedad. Este
tipo de discursos se reafirmaban con las escrituras eclesiásticas, en las que se calificaba a las
prácticas sexuales no heterosexuales como pecados graves. Desde el poder, la sexualidad se utiliza
como instrumento de gestión demográfica y de mantenimiento del orden social. Debe gestionar los
recursos existentes y el reparto de los mismos para controlar los desajustes y mantener el
equilibrio.
Ya en el SXX aparece la diversidad sexual y comienza a ser visible. La estructura de
dominaciónimpuesta sobre la sexualidad definida por los cuatro parámetros deja fuera muchas
prácticas sexuales e identidades individuales que no encajan en este marco. La Iglesia Católica
colabora en el sostenimiento de un orden social y sexual específico. Al ser un referente que
históricamente ha sido moral, influye de manera determinante en las conductas de los individuos y
en la construcción de su idea de lo bueno y lo malo. Desde este prisma se dedica a estigmatizar y
rechazar a todas esas personas que mantienen una sexualidad diferente a la que marca el discurso
católico.
Para Foucault, quien estudió de manera exhaustiva la sexualidad en occidente, existe una
diferencia entre las prohibiciones sobre la sexualidad y las demás restricciones:
“A diferencia de lo que ocurre con otras prohibiciones, las prohibiciones sexuales están
continuamente relacionadas con la obligación de decir la verdad sobre sí mismo… La conducta
sexual, más que cualquier otra, ha estado sometida a reglas muy estrictas de secreto, decencia y
modestia, de tal modo que la sexualidad se relaciona de una forma extraña y compleja, a la vez con
la prohibición verbal y con la obligación de decir la verdad, así como con el hecho de esconder lo
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que se hace y con el descifrar lo que uno es. La asociación de la prohibición y de la fuerte incitación
a hablar es un rasgo constante de nuestra cultura”
En este sentido Foucault nos describe la contradicción inherente en la que los seres humanos nos
socializamos desde pequeños. Por un lado, operan las normativas que interiorizamos y que vienen
definidas desde las instituciones de poder, por las cuales tenemos un cuadro claro sobre qué tipo
de sexualidades son las permitidas y cuáles son las negativas. Por otro lado, nos educan en ideas
como que hay que ser honesto con los demás y con nosotros mismos y la importancia de defender
quiénes somos. En la sexualidad todos tenemos muy claro, según la sociedad en la que hayamos
sido socializados, qué prácticas son aceptadas y cuáles no, como miembros de una sociedad. En
nuestra relación con nuestra propia identidad hemos de ser honestos y, en muchas ocasiones, las
prácticas y deseos que tenemos no encuentran cabida en el marco normativo que nos
hanenseñado. Ante esta situación la Iglesia dispone de un instrumento para aliviarlo: La confesión.
En el ejercicio de la confesión se da un instrumento de control social sutil en el que el poder es
consciente de qué tipo de prácticas existen para así “perdonarnos” y que tratemos de volver al
esquema y, por otro lado, para diseñar las normas que regirán con el objetivo de mantener el
orden establecido. Es por esto por lo que, como dice Foucault, las prohibiciones sexuales operan de
modo mucho más complejo y nosotros nos encontramos en la encrucijada definida por el poder.
Las sociedades pueden operar, vivir y desarrollarse gracias a la producción y consolidación de
discursos de sentidos, de un capital que le permite vivir cohesionada y a la vez caracterizarse. Los
procesos de socialización nos permiten hacernos parte del mundo social, aprehenderlo y darlo por
supuesto y la sociedad así garantiza que consideremos como propio ese mundo social y que lo
consideremos deseable y “natural”. Esta misma sociedad se construye a partir de procesos de
control externos e internos, esto es, los que se configuran desde las instituciones para controlar
nuestra conducta en el medio social (mecanismos de control externo), como los mecanismos de
socialización de lo normal y lo anormal que hemos interiorizado en nuestra educación (mecanismos
de control internos).
El catolicismo como sistema de creencias, durante largo tiempo asociado al Estado, ha tenido un
papel central en la configuración que Occidente ha dado a los sistemas de control y vigilancia de la
sexualidad. Así, la heterosexualidad adquiere carácter institucional, se le dota de un poder capaz
de alejar y recluir a todo aquel que lo cuestione, a todo lo que pueda ser un peligro para el orden
social o el equilibrio sistémico vigente en un contexto dado. El alejamiento se materializa en
discriminación, acoso y violencia para el que no se incluya en “la norma”. Este tipo de rechazo está
vinculado en parte a que la homosexualidad no se ve como un acto de amor entre dos personas
que se desean, sino que aún está vinculado inconscientemente a la búsqueda del placer sexual en
sí, sin implicación afectiva alguna. Por esta vinculación no se le da importancia a las relaciones
entre personas del mismo sexo y se rechaza con la indiferencia del que rechaza algo menor y trivial.
En relación a este factor, Foucault expuso explícitamente que el abordaje de la homosexualidad y
su aceptación en la sociedad pasa por la comprensión del reconocimiento de la base del deseo y el
amor y no sólo del sexo y el placer sexual.
Más allá del discurso institucional desde la Iglesia y la Medicina, existen tres aproximaciones
teóricas que abordan la sexualidad y desde las que muchos de los discursos mencionados
anteriormente han encontrado la justificación para mantener el orden socio-sexual impuesto hasta
el momento:
-
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Concepción biologicista: Entiende la sexualidad como una función innata, resultante de la
selección natural, de la evolución de la reproducción humana o bien de la fisiología
hormonal. El determinismo biologicista fomenta la creencia de que el sexo es una actividad
humana instintiva, para la cual todos poseemos habilidades innatas que son despertadas
por estímulos similares y que siguen idénticos ciclos de respuesta por lo que se buscan las
explicaciones a los patrones de conducta de los individuos en la etiología animal. Resalta
los aspectos fisiológicos y fija rangos estadísticos sobre lo que debe ser el comportamiento
sexual “normal y sano”, tanto en el plano físico como en el psicológico. Este modelo
rechaza la diversidad sexual. Es reduccionista y político.
-
Modelo de influencia cultural: Es la aproximación de los estudios antropológicos durante
la mayor parte del Siglo XX. Desde este enfoque la sexualidad es concebida como un
impulso elemental, universal que se canaliza mediante el proceso de enculturación hacia
determinadas conductas socialmente deseables. Es un modelo esencialista. Así mismo
expone que en la cultura se asientan las bases de la motivación o desmotivación sexual de
la expresión de la sexualidad.
Con la aparición de los movimientos feministas en la época de los 70, aparece la perspectiva
construccionista.
-
Teoría de la construcción social: La sexualidad puede ser analizada como fruto de las
relaciones culturales e históricas que un grupo humano concreto desarrolla en un tiempo y
lugar determinado, y no como un producto inmutable enraizado en la biología. La
investigación de la sexualidad debe hacerse dentro de las particularidades culturales del
grupo de estudio: lo concreto, lo singular y lo preciso temporal. El énfasis está en las
relaciones que existen entre los significados que dan los sistemas culturales y sociales a la
sexualidad, y el poder del sistema fundamentalmente político y económico.
Como se puede comprobar el discurso homófobo se encuentra enraizado en la concepción
biologicista y la diversidad sexual aparece como elemento constitutivo de la teoría de la
construcción social.
Con la modernización en las sociedades, el modelo instituido hasta ahora ha perdido su capacidad
normativa. El cuestionamiento al modelo ha surgido de los movimientos sociales que han
defendido que su identidad y sexualidad no es algo que dependa del estado. Es por esto por lo
que, al aparecer grupos de población que exteriorizan la diversidad sexual, la sociedad se ha
polarizado. Es en este proceso de polarización en el que nos encontramos inmersos y en el que
buscamos la ruptura de lo establecido para asumir a toda la población que no es heterosexual y
que no sigue los cánones de género hasta ahora estipulados. Existen fuertes corrientes católicas y
evangélicas que siguen estigmatizando las sexualidades periféricas, defendiendo que el único fin de
la mujer es reproducirse, oponiéndose al aborto y violando los derechos de igualdad de las
personas transexuales. Estas franjas poblacionales siguen queriendo mantener el “status quo” y
luchan contra la transformación de su ideario. Por otro lado, se están imponiendo precedentes
legislativos que cooperan en la introducción y reconocimiento de las sexualidades periféricas no
tanto como sexualidades sino como elecciones de afecto y sexualidad entre las personas, lo que
implica derechos y deberes reconocidos nacionalmente en más de 10 países en el mundo. Se hace
necesario seguir luchando por comprender el origen de tanta discriminación y homofobia en un
plano distinto al institucional y construir juntos un discurso más inclusivo que luche contra la
vulneración de los derechos de la población LGTB.
FEMINISMOS Y QUEER
Hasta ahora el estudio de género ha venido dado de los movimientos Feministas. A lo largo del
siglo XX los feminismos han elegido distintos enfoques para su estudio. Se pueden englobar en tres
discursos principalmente:
Feminismo con enfoque de género
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Feminismo de la Diferencia Sexual
Feminismos Queer
En el debate promulgado por las tres corrientes existen argumentos que parecen interesantes para
construir un análisis que nos lleve a la inclusión de las diversidades sexuales y de los géneros.
Comenzaremos afirmando que para poder hablar de feminismo hemos de hablar primero de qué
se entiende por mujer y qué se entiende como hombre. Durante la historia estos dos conceptos
aparecen asentados y no necesariamente diseccionados. Cuando hablamos de qué es ser mujer
algunos entienden el concepto desde el sexo de la persona. Ser mujer significa tener vagina. Otros
se refieren a la manera como se identifica una persona. Hay personas con vagina que se identifican
como mujeres y personas con pene que se identifican como mujer. Otros se refieren a ser mujer
cuando una persona actúa y se mueve de manera femenina y a hombre cuando se mueven y
actúan de manera masculina. Las personas que tienen vagina y se mueven de manera masculina no
se les consideraría mujeres y las personas que tienen pene y se mueven de forma femenina no
serían considerados formalmente hombres. Como podemos comprobar existe cierta confusión
sobre lo que significa ser mujer u hombre y qué personas podrían ser identificadas como tales.
Es por esto por lo que creemos existe tanta diversidad de discursos en relación al género y tantas
discrepancia entre los mismos. Cada uno tiene una idea de lo que significa ser mujer y hombre y es
desde estos enfoques desde los que se construyen los discursos feministas. Al encontrarnos con
estas confusiones y querer trabajar el género de manera inclusiva, nos vemos en la necesidad de
argumentar qué ideas creemos que son más adecuadas y por qué, y construir un discurso nuevo e
incluyente pero no por ello menos crítico que nos ayude a dilucidar a qué nos referimos con mujer
y hombre y cómo entender la inmensa diversidad sexual existente en el mundo.
Teorías de género-son aquellas que parten del presupuestode que el género es una construcción a
partir del sexo y asumencomo su objeto teórico fundamental el género. Son teorías que
sedespreocupan de eso que tradicionalmente se consideraba femeninoy ponen el acento en una
noción universal de individuo.
En el caso de esta corriente nos parece interesante rescatar la idea de que el género es una
construcción social que parte de un categoría biológica, el sexo. Así tendríamos que las categorías
biológicas, son Hembra y Macho y el género, categoría social sería lo Femenino y lo Masculino.
Por otro lado aparece la noción de que el individuo existe más allá de su sexo o de su género.
Teorías de la diferencia sexual- Pretenden poner de relieve la noción de sexo, las diferencias entre
los sexos, la nociónde identidad sexual, del deseo y su relación con aspectospsicoanalíticos de la
subjetividad femenina frente a la masculina. Suponen que no reconocer la diferencia sexual implica
el mismo tipo de omisión queen filosofía y en política condujo a la conversión del cuerpomasculino
en norma para lo humano con la consiguientesubordinación de las mujeres.
Esta corriente plantea la subordinación de la mujer a partir de declarar como norma al hombre y
exige reconocer las diferencias a partir de los sexos. La mayoría de los grupos feministas que
abogan por el patriarcado como causa del problema entre los géneros se encontraría en esta
corriente. Creemos que más allá del patriarcado y por el mismo, las mujeres no son las únicas que
tienen obligaciones y exigencia provenientes de esta estructura y que más allá del patriarcado
existe una estructura más amplia que también rige las normas de género.
Teoría Queer-Defiende la idea de que ni el sexo ni el género existen naturalmente. Su punto de
partida es que género y sexo son categorías generizadas, esto es,impregnadas de aspectos
culturales.Butler no se posiciona en contra de laheterosexualidad y las prácticas heterosexuales,
sino de las normasheterosexuales, más que por lo que las normas abarcan, se interesapor lo que
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excluyen y, en especial, por las insuficiencias de aquellastesis que se sustentan en una
heterosexualidad universal basada enel Edipo.
Lo queer hace énfasis en el hecho de que la sociedad se construye a partir de la única diferencia
visible entre los seres humanos: sus órganos genitales. Partiendo de ahí nos parece interesante la
idea de que el género está imbuido por la cultura. Por otro lado, nos encontramos con la idea de un
marco superior que engloba las confusiones anteriormente mencionadas.
UN ENFOQUE INCLUSIVO CONTRA LA VULNERACIÓN LGTB
La vulneración de Derechos humanos a la que están expuestas las poblaciones LGTB en Bolivia
requiere urgentemente de análisis y reacción por parte del Estado. Este tipo de vejaciones se dan
en los ámbitos más públicos y en los más privados de la cotidianeidad. Desde los insultos, pasando
por el acoso sexual hasta llegar a la marginación dentro de la familia, la persona de diversidad
sexual o genérica se encuentra sola frente a una estructura infame que le hace sentir insignificante
y que no la considera individuo de pleno derecho. Es una situación inaceptable en un país que
defiende el proceso de cambio como bandera frente al mundo. Es por esto por lo que hemos
construido un discurso abierto e inclusivo necesario para que la población empiece a analizar de
dónde surgen los conflictos y cómo se pueden subsanar desde la simple comprensión.
Si hemos de encasillarnos como profesionales en algún tipo de feminismo diríamos que nos
interesa la corriente de género y la Queer. Nuestro conocimiento sobre las diversidades sexuales
viene de factores empíricos, académicos y sobre todo reflexivos. Observamos cómo el movimiento
feminista y el movimiento LGTB caminas y luchan por separado por sus derechos. Comprobamos
como los hombres heterosexuales no parecen formar parte del debate de género o de las
diversidades sexuales y creemos que esto es un grave error. Por un lado las mujeres feministas
heterosexuales buscan la igualdad en el marco de lo que se considera aceptado y normal. Las
mujeres bisexuales, trans o lesbianas luchan por su espacio en un contexto social que aún no las
reconoce como personas normales y por separado de la lucha feminista heterosexual. Los hombres
gays no se sientan a conversar ni con hombres heteros, trans ni con ningún movimiento de
mujeres, (en muchas ocasiones son ellas las que no lo permiten), existe una clara fragmentación
cuando la vulneración de derechos se da en todos los grupos.
Existe un factor histórico que es importante mencionar. En la lucha de género, se identificaron a las
mujeres como primeras víctimas políticas y sociales de la desigualdad pro lo que todas las políticas
públicas y los avances en derechos se han construido desde el prisma de la mujer subordinada.
Estos avances son admirables puesto que han abierto las puertas a las mujeres en todas las esferas
sociales y la igualdad se ha consolidado en ámbitos prohibidos históricamente. Sin embargo, ha
llegado un momento en el que son los hombres los que no tienen un rol claro dentro de la
relaciones sociales frente a la mujer; Al igual que se ha reeducado a la mujer para poder acceder y
ser parte de todo los ámbito que tradicionalmente fueron de los hombres, esto nos ha hecho con
ellos en los ámbitos que tradicionalmente fueron de mujeres; Sin embargo, existe una clara
exigencia social porque formen parte y contribuyan en esos espacios. Identificamos aquí una clara
desigualdad en detrimento de los hombres que no entienden no saben en qué lugar posicionarse ni
qué se espera de ellos. Es posible que parte de la reticencia a la igualdad o del aumento de
violencia hacia las mujeres venga de factores como la frustración, la impotencia o la
desorientación. Sería bueno analizar cómo ha sido el proceso para ellos, para así construir un
proceso que nos incluya a todxs y que no ofenda a ninguno.
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En cuanto a la fragmentación en los movimientos feministas y LGTB, en primer lugar, no
entendemos que su lucha sea distinta puesto que todxs exigen los derechos en temas de identidad,
ya sea genérica o sexual por lo que consideramos que deben trabajar unidos contra la vulneración
de todxs los individuos. Por otro lado, consideramos imprescindible la participación de los hombres
en todos los espacios de mujeres puesto que forman parte de los géneros y de las diversidades
sexuales, ya sean hetero, trans o feminista. Entendemos que la parcialización del debate y la
exclusión de las personas en los mismos es otra forma de discriminación que los grupos que luchan
por los derechos no pueden tolerar. Creemos que no es incompatible ser de cualquier orientación
sexual o de cualquier género o sexo con luchar en contra de la vulneración de derechos humanos.
Por último, consideramos que parte de la ceguera en ciertos aspectos relacionados con la
construcción genérica, la homofobia o la sexualidad aparecen como consecuencia de espacios
sesgados de reflexión donde sólo se disponen de ciertos enfoques, perdiendo de vista la
experiencia de personas que analizan la realidad desde otros puntos de vista. La riqueza de la
diversidad reside en la pluralidad de enfoques que ayudan a dilucidar la realidad en la que vivimos,
cómo la hemos construido, por qué la hemos aceptado y cómo podemos de-construirla. Por esto
animamos a estos grupos a que unan sus ideas en busca de una lucha para todxs.
Desde nuestra experiencia nos gustaría contribuir a esta lucha tan necesaria con un enfoque que
no parece realista, sencillo y que nos incluye a todxs los individuos del mundo dentro del estudio
de género y diversidades.
“La inserción en un medio social, exige a toda persona la adopción de un género femenino o masculino
sin ambigüedad, en consonancia con las normas establecidas. El Género es un resultado performativo
abierto a la transformación donde los actos constituyen la identidad de sujeto/actor, siendo los actos de
género los que crean el mismo y los que ocultan el mecanismo de construcción de género posibilitando la
ilusión de que el género es natural.” Judith Butler
La elección de esta frase viene determinada por la claridad con la que nos expone tres ideas centrales
del enfoque queer:
-
La exigencia por parte de la sociedad de que nos identifiquen como mujer u hombre para ser
aceptados.
La existencia de una estructura que rige y domina nuestras vidas desde el género
“GenderNorms”
La definición del género como construcción social que se retroalimenta mediante nuestro
actuar el género.
Desde aquí ya podemos percibir cómo nuestra identidad, en todas las facetas de nuestra vida, viene
determinada por el género con el que nos identifican al nacer. Si pensamos en nuestra infancia
comprobamos que los juguetes que nos regalaban iban ligados a nuestro género (niña-muñecas, niñocoches), cómo nos vestían dependía de si éramos niño o niña, incluso en cómo hablarnos de sexo, cómo
comportarnos, el tipo de obligaciones que teníamos y aún tenemos bien determinadas por nuestra
identificación, ser hombre o ser mujer. Por tanto, como dijo Beauvoir “No se nace mujer, se va
haciendo”. Confirmamos en los recuerdos que lo que nos hace mujer no es nuestra vagina sino la
construcción social de normas, deberes, juguetes, vestidos y canciones que se nos atribuye por tener
una vagina. Por si queda alguna duda, recordemos cualquier caso de persona, compañero de colegio
etc..que haya tenido vagina y haya jugado con coches o vestido de azul. Siempre se le consideraba
“rarita” o se le atribuía una orientación sexual diferente, como si se hubiese confundido de lado. Es
desde aquí que hacemos presente la innegable existencia del sistema de SEXO-GÉNERO desde el que se
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construye nuestra identidad. En base a esta reflexión es que Judith Butler nos muestra y afirma que el
género es una construcción social basada en el sexo.
Desde este punto ya podemos inferir que para que en la sociedad se te identifique como hombre o
como mujer, la persona ha debido interiorizar las normas-asociaciones de género, que son las
siguientes:
HEMBRA-FEMENINA------MUJER
MACHO-MASCULINO-----HOMBRE
Como decíamos anteriormente, el “rarito o rarita“de clase era aquella persona que no cumplía con las
asociaciones arriba mencionadas, por lo que no se sabía si llamar mujer, hombre, marimacho, marica,
etc… El término Queer viene del inglés y significa extraño o raro y se eligió como forma de reivindicar
las identidades de aquellas personas que no se identificaban con las asociaciones clásicas del género.
Tomaron como propio el concepto en un ejercicio de reírse de sí mismos y asu vez posicionarse
políticamente en la sociedad diciendo “Soy Raro (queer) y ¿qué?” como manera de luchar por su
reconocimiento. La crítica al sistema viene desde la discriminación que crea el mismo cuando excluye a
todo aquel que no cumpla con el canon.
Los teóricos Queer ponen de manifiesto que existe un sistema que legitima las asociaciones de género
mencionadas como únicas y naturales cuando se comprueba en la realidad cotidiana que no es así. Por
otro lado, las orientaciones sexuales diferentes tampoco cumplen con la norma ya que las únicas
legítimas son aquellas que conllevan la reproducción. Al ser un sistema que parte de la diferencia
anatómica (vagina y pene) y que se construye desde ella (VAGINA-HEMBRA-FEMENINA, PENE-VARONMASCULINO), el fin legítimo de reproducción social condiciona la identidad de las personas de tal forma
que si no se pueden reproducir, no se les reconoce como “normales”. Este es el caso de los Gays y las
Lesbianas. El esquema que siguen nuestras sociedades sería el siguiente:
SISTEMA HETERONORMATIVO
Categoría biológica HEMBRA
Categoría Social FEMENINA
Orientación Sexual HETEROSEXUAL
MUJER
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HOMBRE
MACHO
MASCULINO
REPRODUCCIÓN
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Tras observar el cuadro comprobamos que el sistema heteronormativo se basa en la asociación y
naturalización del as categorías sociales. Las asociaciones sobre las que se construye la
organización social y las identidades son:
VAGINA-HEMBRA-FEMENINA-HETEROSEXUAL-----MUJER
PENE-MACHO-MASCULINO-HETEROSEXUAL ------HOMBRE
Para ser considerada plenamente mujer has de cumplir los paso asociativos al igual que para ser
considerado hombre. Sin embargo, existen muchas personas que no se encuadran en estas
asociaciones y no por ello son menos personas:
HEMBRAS-MASCULINAS-HETEROSEXUALES, MACHOS-FEMENINOS-HETEROSEXUALES, HEMBRAFEMENINAS-HOMOSEXUALES, MACHOS-MASCULINOS-HOMOSEXUALES y un largo etc…
Las identidades diversas no se incluyen en el sistema heteronormativo puesto que desafían las
asociaciones impuestas para el orden social y es por esto por lo que reciben tal nivel de
vulneración. Se busca la igualdad de reconocimiento porque el sistema es excluyente y limitado.
Por otro lado, la legitimación de las relaciones heterosexuales como las únicas válidas provienen de
una idea de reproducción social que actualmente muchas personas no priorizan en su vida, no
pueden tener hijos/as o no ven la reproducción como el fin último de la existencia.
Por estos motivos consideramos que hay que cuestionar el sistema impuesto y reconfigurarlo
introduciendo a todas las personas y reconociendo la capacidad y deseos de cada uno en cuanto a
la configuración de su identidad. Consideramos que una normativa no debe dirigir nuestra vida y
que la identidad no debe construirse desde el sexo sino que debe ser algo que se va construyendo
a medida que vive la persona de acuerdo a sus deseos, vivencias y evolución.
Como conclusión afirmaremos que el género no es una cuestión meramente personal sino
que es social, colectiva y común, es el que da sentido y significado a eso que llamamos identidad de
género. Desde ahí nos reconocemos y nos reconocen. Es por esto que es tan importante reivindicar
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las sexualidades periféricas, la identidad más allá del sexo, la no relación entre sexo género como
marco de estudio del género y de la identidad.
Somos algo más que categorías, somos seres vivientes y sintientes y debemos poder SER.
BIBLIOGRAFÍA
“Y la iglesia inventó a la mujer” Michela Murgia
“Pasamientos en acción” Judith Butler
“Los géneros de la violencia” Olga Arisó y Rafael M. Mérida
“Manifiestos gays, lesbianos y queer” Rafael M. Mérida
“El laberinto queer” Susana López Penedo
“Pensamiento heterosexual” Monique Wittig
“Guía de acciones estratégicas para prevenir y combatir la discriminación por orientación sexual e
identidad de género: Derechos humanos, salud y VIH” Rubén Mayorga ONUSIDA
“Conversatorios sobre la homofobia” Esteban Paulón, Alberto Moscoso y Susana Salinas –
Asociación civil de la comisión directiva Argentina LGTB
“El activismo en torno a la orientación sexual” Publicación: Human rightswatch
“Antropología y arqueología de la sexualidad: premisas teóricas y conceptuales” Universidad
Autónoma del Estado de México.
“Sexualidades periféricas” Fonseca Hernández y Quintero Soto
18
“Diversidad sexual y políticas públicas en América Latina” Orlando Montoya y Samira Montiel
“El rostro oculto de los pueblos precolombinos” Eduardo Ramón López
“La homosexualidad en la época precolombina” Félix Estévez
“Homosexualidad Griega” K. J. Dover
“Una historia natural de la homosexualidad” Francis Mark
“El devenir del sistema sexo-género, la necesidad de hablar de las mismas cosas” Mercedes
Expósito
“Historia de la sexualidad I – La voluntad del saber” Michael Foucault
“Discursos sociales sobre la sexualidad: narrativas sobre la diversidad sexual y prácticas de
resistencia” María Martha Collignon
19
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