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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
MAESTRIA EN HISTORIA
SEMINARIO TEÓRICO DE ÉNFASIS II:
CATEGORIAS Y DEBATES DE LA HISTORIA CULTURAL
Hering Max, Jessica Pérez y Leidy Torres. “Prácticas sexuales y pasiones prohibidas en el Virreinato
de Nueva Granada”. En Historia Cultural desde Colombia. Categorías y Debates, editado por Max
Hering Torres y Amada Pérez Benavides, 51 – 80, Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2012
Elaborado por:
Claudia María Vargas Aldana
Maestría en historia – IV semestre
En el libro Historia Cultural desde Colombiase presenta un panorama de la apropiación en el país
de las categorías centrales de la Historia Cultural: prácticas, imaginarios y representaciones. Junto
con otros elementos, estas categorías han posibilitado el estudio de la interpretación, de la
apropiación, de la circulación y la producción de significaciones como procesos históricos.En el
marco de esta apertura teórica y metodológica en el país,se ubica el capitulo Prácticas sexuales y
pasiones prohibidas en el Virreinato de Nueva Granada(Hering y Pérez, Apuntes introductorios
para una historia cultural desde Colombia 2012).
En este artículo los autores retoman una invitación de Michelle Perrot de estudiar los campos en
los que se diluyen las distinciones de género, además, intentan “rescatar la tensión entre los
espacios de agencia de la privacidad y la normatividad moral como un escenario de conflicto y
contradicción del individuo” (Hering, Pérez y Torres, Practicas sexuales y pasiones prohibidas en el
Virreinato de Nueva Granada 2012, 80). En tanto, se interrogan por las prácticas e imaginarios
sobre la transgresión sexual y pasional a fines de la colonia. Esto lo realizan a través de dos
relaciones teóricas y metodológicas. La primera es la relación directa que plantean entre género y
sexualidad, entendiendo el género como producto de unos esquemas perceptivos sobre el
hombre y la mujer, cuyas percepciones sobre las distinciones biológicas se producen y reproducen
en el marco de una sociedad. En esta línea la sexualidad presenta tres características: es una
construcción histórica, que tiene un impacto sobre el cuerpo, el comportamiento y las relaciones
sociales, es una práctica simbólica presente en el ámbito de lo privado, que tiene la capacidad de
dotar de identidad a los sujetos, por último es un lugar privilegiado de la microfísica del poder para
someter a los sujetos a una moral sexual impuesta(Hering, Pérez y Torres, Practicas sexuales y
pasiones prohibidas en el Virreinato de Nueva Granada 2012, 52).
En cuanto a la segunda relación, es decir,la de imaginarios y prácticas, el artículo se divide en dos
grandes apartados, en un primer momento, se exponen algunos de los elementos sobre los
imaginarios de género y sus efectos en el deber ser de lo sexual. En un segundo momento, se
exponen tres casos criminales transgresores de una moral sexual específica que permiten
entender tanto las prácticas sexuales como los imaginarios presentes sobre éstas en la colonia.
En la definición realizada por los autores sobre imaginarios, no es comprensible la referencia que
realizan sobre la significación con realidad del entorno social efectuada a través de unos esquemas
mentales individuales o colectivos. En esta línea Juan Camilo Escobar define lo real de los
imaginarios atendiendo a: el uso del concepto de imaginarios implica superar la distinción entre
imaginario y realidad, el nivel de referencia de la realidad en los imaginarios se encuentra en una
relación distinta al contenido de éstos, el carácter de lo real tiene que ver con su existencia
material, en la medida, que incide en los comportamientos y en las sensibilidades de los sujetos y
los colectivos. (Escobar Villegas 2000, 114)
Por prácticas los autores entienden “Una puesta en escena, bien sea en la privacidad o en lo
público, de acciones individuales o colectivas que significan un contexto” (Hering, Pérez y Torres,
Practicas sexuales y pasiones prohibidas en el Virreinato de Nueva Granada 2012, 53) es decir, son
una serie de acciones en las que se ponen en evidencia los significados presentes en un tiempo y
espacio específicos sobre las redes sociales que las constituyen.
En el texto puede ubicarse un constante relevo entre prácticas e imaginarios, en la medida, que
estos últimos se materializan en unas acciones y en unas identidades específicas (mujer y hombre)
durante la colonia. A su vez, en el marco de la agencia de los sujetos se ubican desde las prácticas
los modos como son subvertidos dichos imaginarios y las tensiones que se constituyen en las
significaciones sobre lo sexual y el género en los sujetos inmersos.
IMAGINARIOS Y JERARQUÍA DE GÉNERO
En este apartado los autores realizan un esbozo sobre las significaciones que permiten la
configuración de un orden jerárquico del género en el cual se inferioriza a la mujer. Este se
sustenta en dos supuestos provenientes del cristianismo, por un lado, desde el mito bíblico y
algunos planteamientos de Tomas de Aquino se asocia la mujer con el pecado, con la poca
capacidad de raciocinio, con una fuerte inclinación a lo sexual y con la imperfección, esto justificó
el sometimiento, imposición y control del hombre sobre la mujer. El segundo supuesto, enmarca
el deber ser al que deben aspirar las mujeres, en la imagen de la Virgen María, específicamente en
cualidades como lacastidad, docilidad y obediencia.
Estas concepciones asignaron un lugar específico a hombres y mujeres. El hombre debía sostener
lo social mediante el liderazgo en los distintos roles que desempeñase, mientras la mujer debía
adiestrarse en el sometimiento de su naturaleza. Esto hizo que durante la colonia se asociase al
hombre blanco, europeo como el ideal de ser de los sujetos sometidos (ej. indígenas), mientras la
mujer presentaba una asociación directa a estos sectores también inferiorizados. Esto nos permite
ubicar una posible asociación entre Mujer/naturaleza/primitivo y hombre/cultura/civilización,
como eje de discusión del texto.
La Iglesia generó dos espacios que permitieron la reproducción de dichos imaginarios, el
matrimonio y el convento. En el primer escenario, se configura la identidad de género de hombres
y mujeres a partir de la asignación de una serie de funciones, sin embargo, esta distinción de
género presentó un carácter flexible dependiendo del estamento y distinciones de raza. El
matrimonio fue el lugar social en el que se ubicó la sexualidad como una práctica normal, en la
medida, que permitiese la reproducción de la especie, negándose aun para este espacio el placer.
Las practicas de ascetismo presentes en los conventos, se configuraron en un modelo de control
de las pasiones para la población. Igualmente, reproducía la distinción de género al reivindicar la
castidad, obediencia y pobreza como elementos sustanciales de las religiosas mientras asignó al
hombre la defensa de los intereses de la Iglesia y el apostolado.
En la definición de la sexualidad transgresiva, los autores, retoman la dilucidaciónde Tomas de
Aquino sobre la lujuria y el contra natura. Esta sexualidad se oponía a la significación de las
distinciones de género, y era entendida como un atentado al cuerpo, el alma y la sociedad (Hering,
Pérez y Torres, Practicas sexuales y pasiones prohibidas en el Virreinato de Nueva Granada 2012,
59).
SEXUALIDADES Y PASIONES PROHIBIDAS
En este apartado realizan un estudio microhistórico de tres prácticas sexuales transgresivas a
través de documentos producidos en juicios criminales. Estas prácticas son: la prostitución,
lasodomía y la violación de una hermafrodita.
El lenocinio al parecer fue una práctica recurrente en el Nuevo Reino de Granada, debido a la
circulación de una normatividad que buscaba restringirlo. A través de las denuncias realizadas a
Domingo Pereyra, alcalde de Tocaima, los autores ubican elementos sobre los imaginarios
existentes frente a la prostitución. De este modo se consideró en dicha época la prostitución como
cualquier acto sexual realizado fuera del matrimonio. Las mujeres que caían en dichas prácticas
eran asociadas al caos, el bullicio y la maldad. Los documentos muestran un paralelo entre
Thomasa y Petronila, el cual señala la prostitución como fuente de contaminación de las buenas
costumbres. Esto implicó la criminalización y anulación social de las mujeres que practicaban la
prostitución, pues eran, la “antinomia más evidente del tipo ideal de mujer” (Hering, Pérez y
Torres, Practicas sexuales y pasiones prohibidas en el Virreinato de Nueva Granada 2012, 65) la
significación de la prostitución la dimensiona en la colonia como un atentado contra la familia, el
matrimonio como lugar de lo sexual, y la reducción al carácter reproductivo de lo sexual.
Dos casos de sodomía en Puente Real (hoy Puente Nacional) son los procesos judiciales que
permiten a los autores reflexionar sobre la práctica y los imaginarios de la sodomía en el Nuevo
Reino de Granada. Para los autores, las investigaciones por parte de la Iglesia y la Real audiencia
de Santafé sobre las acusaciones separadas a Don Alejo Franqui y Don Carlos Pinzón, señalan
como la sodomía era significada desde un saber religioso y uno medico, coincidiendo ambos en su
carácter anormal. El imaginario construido era que esta práctica estaba “en contra del orden
divino, del orden social y de la naturaleza”, y representaba el incumplimiento del rol asignado al
hombre, siendo un delito que requería ser criminalizado, sancionado y normalizado, en la
medidaque pasaba del ámbito de lo privado a lo público.
Igualmente,los autores destacan como las mujeres hacen parte,con las denuncias que realizaron a
sus esposos,del proceso de reproducción del orden jerárquico de género, ellos afirman que fue
resistencia de las mujeres a la subvención de la dicotomía hombre/mujer en la que habían caído
sus esposos al practicar la sodomía, y abandonarlas en la parte económica.Frente a esto, más que
resistencias puede conjeturarse la flexibilidad de dicha dicotomía, pues es adecuada a las
aspiraciones personales de los sujetos.
En el caso de Martina Parra los autores ponen en evidencia la construcción del ser hermafrodita
desde la religión y la medicina. La religión la concibe como natural y a semejable al pecado y la
maldad, por su condición ambivalente, siendo la estrategia de control, el sometimiento de estas
personas a la actuación bajo un rol determinado. Desde el saber médico se construyó una mirada
sobre el género, en la que se asocia el hermafroditismo a una invención y una anomalía en el
clítoris. Este caso indica cierto nivel de permisividad frente al lesbianismo y un grado de denuncia
de este y el hermafroditismo a las distinciones de género.
Es importante destacar el lugar que asignan los autores a las prácticas sexuales “anómalas” como
lugares de inversión del orden social y el género, como se ve en la definición de género con que
concluyen el artículo: “red de significaciones que se reproducen a partir de los deseos y las
pasiones, y estas se manifiestan durante las prácticas sexuales, que pueden revertir los
imaginarios y las normas sobre los roles de género y del deber ser.” (Hering, Pérez y Torres,
Practicas sexuales y pasiones prohibidas en el Virreinato de Nueva Granada 2012, 80) No obstante,
considero que se debe mantener una distancia crítica frente a la afirmación “el género es el
resultado de la conducta sexual y los gustos por los cuerpos”, pues, olvida que como construcción
social está imbuida por procesos políticos y sociales externos a la conducta sexual, que construyen
identidades y separan los sujetos como puede ser el asunto de la raza, el cuerpo y la maternidad
(Hering, Saberes médicos - saberes teológicos: de mujeres y hombres anómalos 2008)
EJES TEMÁTICOS DE DISCUSIÓN
DIÁLOGOS ENTRE HISTORIA CULTURAL E HISTORIA DE GÉNERO
Carmen Ramos realiza un recorrido sobre la configuración de la historia de la mujer como un
campo emergente en la historiografía, expresa la necesidad que tuvo este campo de alejarse de la
propuesta de Annales de estudiar lo privado, para encontrar un lugar prospero en la categoría de
género. De este modo, la pregunta por lo femenino se desplazó al interrogante sobre “cómo se
conforman las relaciones sociales entre hombres y mujeres, y en qué medida esa relación social
conforma a los actores, es decir los hace hombres y mujeres: sujetos a los que se les asigna,
conductas, actitudes específicas.” (Ramos Escandon 1997, 13) Es decir, se pasó de la pregunta de
la mujer a la pregunta por el género.
Esta propuesta fue especialmente fecunda en la medida que permitió estudios sobre la mujer que
se descentraron de la relación de esta en espacios como la familia, la reproducción, y los aportes
de unas pocas mujeres en ámbitos como la política y la ciencia. Igualmente permitió la emergencia
de preguntas por lo que se ha considerado “anormal” en la construcción de género y la sexualidad.
La historia de género comparte antecedentes con la Historia Cultural como lo es la Antropología
simbólica, que permite distanciarse de una mirada determinista sobre lo biológico y su relación
social.Esta mirada general lleva a resaltar algunos aspectos que se retoman en el artículo de
Hering, Pérez y Torres, que merecen ser reflexionados:
-
-
¿Cómo una concepción de género y las categorías empleadas pueden contribuir a la
superación de dicotomías: mujer/privado y hombre/público, mujer/naturaleza y
hombre/cultura?
¿Cuáles son los dominios que distancian y alejan la Historia de Género y la Historia
Cultural?
La historiografía de género ha discutido la pertinencia del patriarcado como lugar
explicativo del sometimiento de las mujeres, pues se ha configurado en una categoría
transhistórica. Se destaca del texto en discusión, el tratamiento del saber médico en la
reproducción de significaciones que afirman las distinciones de género y las referencias en
América de los discursos eclesiales sobre estas distinciones. ¿Qué distancias se pueden
ubicar entre la propuesta del orden jerárquico delgénero y el patriarcado?
PREGUNTAS AL AUTOR
¿A qué se refiere en la definición de Imaginarios la expresión “significan con realidad el entorno
social”?
¿Por qué se plantea una relación directa entre conducta sexual y género?
BIBLIOGRAFÍA
Escobar Villegas, Juan Camilo. «Lo imaginario, entre las ciencias sociales y la historia.» 154.
Medellín: Fondo Editoria Universidad EAFIT, 2000.
Hering, Max. «Saberes médicos - saberes teológicos: de mujeres y hombres anómalos.» En
Cuerpos Anomalos, editado por Max Hering, 101 - 130. Bogotá: Editorial Universidad Nacional,
2008.
Hering, Max, Jessica Pérez, y Leidy Torres. «Practicas sexuales y pasiones prohibidas en el
Virreinato de Nueva Granada.» En Historia Cultural desde Colombia. Categorías y Debates, editado
por Max Hering y Pérez Amada, 51 - 80. Bogoyá: Universidad Nacional de Colombia, 2012.
Hering, Max, y Amada Pérez. «Apuntes introductorios para una historia cultural desde Colombia.»
En Historia Cultural desde Colombia. Categorías y debates, editado por Max Hering y Pérez Amada,
15 - 50. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2012.
Ramos Escandon, Carmen. Género e Historia: La historiografia sobre la mujer. Editado por Carmen
Ramos Escandón. México: Instituto Mora, 1997.
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