FLACSO Junio d e 1 9 7 7 Documento d e T r a b a j o Los orígenes históricos de la organización de países exportadores de petróleo. Vol. 1* I 9 , .. - ,- - ** , w - Gustavo Martínez Bascuñán** . . . - - - Este *abajo será publicado en cuatro. volúmenes, de los cuales e1 presente constituye e1 primera. El Vol. 1 contiene la Introducción y el Capítulo 1. El presente trabajo fue realizado mientras el profesor Martínez era investigador de la Sede Santiago de la FLACSO. INTRODUCCION Los palses ~roductoresde materias primas han empezado paulatin;ii.ieíAtea tomsr conciencia de las causas profundas de Dicho fenaneno, 2-centuadoa pmtir de la década de los años sesenta, na conducido a los gobiernos de los países productores de materias p~>imas a adoptar políticas tendientes a recuperar la prcpiedad total o parcial de sus riquezas básicas, y, sobre todo, s iniciar procesos de cooperación intergubernamental destinados a estabilizar los precios de sus principales productos de exportacien. El caso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no es el Único. Hoy día las organizaciones intergubenamentales de países exportadores de materias primas comprende a un gran y variado número de bienes, tanto minerales como agrícolas que se extienden desde la bauxita hasta el café. El caso de la OPEP es, indiscutiblemente el más exitoso de todos ellos. Creada con finalidades puramente defensivas, tendientes a evitar que las com2añías petroleras multinacionales redujesen 19s y?-ecios que les pagzban por su petróleo, los países asociados en la OPEL han obtenido desde comienzos de la década de los setenta Incrementos sustanciales de sus ingresos petroleros. Son muchos los factores que explican el éxito de la OPEP en el proceso de transze-encia de ingresos de los países capitalistas desarrollados a los países productores de petróleo. El carácter ixustituible que como combustible tiene el petróleo en el presente y en el futuro próximo es, desde luego, uno de. los más importantes. El deseo de beneficiarse del reciclaje de los petrodólares, de parte de algunos países desarrol!ados como Francia, ha sido otyo factor trascendental que ha contribuido al fracaso, hasta este momento, de lod intentos de creación de organizzciones destinadas a neutralizar las decisiones de fijación da precios de la OPEP. Cualquiera que sea el destino futuro de la OPEP - sobre todo a partir de las graves discrepancias manifestadas en la Última conferencia de Dohe - ella ha servido para mostrar un camino a otros países productores de materias primas. Con ello no queremos señalar que las políticas de OPEP sean susceptibles de imitación mecánica a otras organizaciones de materias primas. Sin embargo, no deja de ser cierto el hecho de que algunas de ellas podrían dar pasos iaZ!s audaces que la tibia inacción que las ha caracterizado hasta el momento presente, máxime cuando la inelasticidad - precio de la demanda y la dispersión geografica de los compradores permitirían implementar políticas de fijación Ge precios para lograr, al menos evitar fluctuaciones descendentes de caracter excesivo. El estudio de los orígenes históricos de la OPEP resulta relevante para los palses productores de otras materias primas por varias razones. En primer lugar, la mayor parte de la producción, transporte, refinaci6n y comerciaiizaci6n del petróleo y los productos estaba controlada por grandes empresas multinacionales, cuyos intereses se habían tornado indistinguibles a partir de 1928. Mediante acuerdos de fijación de precios, creación de empresas conjuntas y contratos de ventas a largo plazo entre ellas, las empresas multinacionales habían fundido sus intereses hasta tal extremo que era difícil encontrar algún vestigio de comportamiento competitivo entre ellas. Con inversiones diversificadas geográficamente en varios países, las grandes empresas multinacionales controlaban la mayor parte de la producción y de los circuitos de comercialización en los países de economía capitalista, tanto desarrollados como subdesarrollados. En segundo lugar, porque las compañías determinaban los precios del petróleo sin que los gobiernos de los países productores pudiesen influir en su fijación, ni siquiera mínimamente. Las relaciones entre las compañías y los gobiernos de los países productores estaban marcadas por una dominación manifiesta de las primeras sobre los segundos en todos los asuntos atingentes a la explotación de petróleo en dichos países. Con un ~nrq,iioapoyo político de sus gobiernos y con el control mundial de una industria fuertemente cartelizada, resultaba difícil pensar hace 17 años atrás que las grandes empresas petroleras multinacionales pudiesen resultar tan dañadas por las acciones de la OPEP. El éxito de la OPEP para rescatar las facultades de fijación de precios del petróleo que poselan las empresas multinacionales no fue ni una tarea fácil ni de logros rápidos. Ella vino a producirse después de mas de diez años de existencia de la organización. Durante ese largo período, los países de la OPEP no dejaron de experimentar desentendimientos y conflictos, frutos de las naturales contradicciones de intereses que surgían entre ellos. Las soluciones visualizadas para remedia-rlos problemas que hicieron generar la organización no suscitaron el consenso de sus miembros. No obstante, la OPEP consiguió consolidarse como organización gracias a la cohesiÓnque en- ! gendraba la negativa de las compañías a acceder a las demandas de la OPEP y a la unanimidad exigida para la adopción de las decisiones. Los desacuerdos sobre el prorrateo internacional de la producción que tartas discrepancias suscit6 entre los palses miembros de la OPEP, no quebraron a esta. La solidaridad creada despues de mas de diez años de reuniones peri6dicas en busca de soluciones al problema de los precios di6 sus frutos y los países productores de petróleo lograron entrar a fijar directamente el valor de ellos. Las compañlas petroleras terminaron por ceder ante la OPEP. El desarrollo del conflicto entre Mohammed Khaddaffi y las compañías que operaban en Libia, representó un vuelco definitivo de las relaciones de poder entre 1a OPEP y las multinacionales petroleras. Estas, posteriormente, tuvi'e%on, que sumarse a la política de reajustabilidad de precios de la OPEP, política que las benefici6 tanto a ellas como a los países exportadores. La adaptabilidad exhibida por las compañías petroleras multinacionales a la fijaci8n de precios por la OPEP, las desplaz6 parcialmente como contendoras de la organización. No obstante, la OPEP pasó a tener cono enemigo a los gobiernos de las naciones industrializadas consumidoras del petróleo importado desde los países adheridos a la organización intergubernamental, que no excluyó sus enfrentamientos con las compañías petroleras multinacionales. problemas de balanzas de pagos, de inflación atribuida a los mayores precios del petróleo y de transferencia de ingresos, determinaron que fuesen los gobiernos de los paises desarrollados los principales interesados en contrarrestar el poder de la OPEP. Sin embargo, las compañías podían estar de acuerdo con la OPEP en las alzas de los precios internacionales del petróleo, pero no si ella lesionaba sus restantes intereses, como los de la propiedad, por ejemplo. Que la OPEP buscaba objetivos más amplios que la mera elevación de los precios se hizo evidente cuando la organización demandó a las compañías la participación en la propiedad. Las empresas tuvieron que aceptar las nuevas exigencias de la OPEP, e incluso resignarse a algunas nacionalizaciones. La transformación de las empresas petroleras multinacionales en empresas energéticas y las nuevas inversiones que ellas habían empezado a realizar en el carbón y el gas e incluso, en fuentes de energía no convencionales, son sintomático~de las nuevas realidades que la OPEP ha creado. * I El fortalecimiento que les ha significado su ampliación como empresas energéticas ha sido contrarrestado por la disminución progresiva de su rol en el control del petróleo en los psíses subdesarrollados. 1 Tal tendencia tenderá inevitablemente a acentuarse en el futuro. Las empresas petroleras multinacionales tendrán que contentarse, en la fase de producción, a un mero papel de compañías operadoras en los palses asociados en la OPEP. Lo más probable es que las compañías petroleras multinacionales puedan seguir desempeñando un rol importante en nuevas zonas productoras del Tercer Mundo, donde se estima que se concentran la mayor parte de las áreas con perspectivas petroleras. Sin-embargo, su acceso a los nuevos yacimientos sólo podrá, efectuarse bajo las condiciones contractuales que la OPEP ha logrado imponer en los filtimos años. l Estos cambios profundos que la OPEP ha creado en la Última década son significativos para las restantes organizaciones de defensa de las materias primas. Sobre todo por cuanto las empresas multinacionales de petróleo constituían para la OPEP un obstáculo mucho rri& poderoso que 10s que tienen que enfrentar las organizaciones intergubernamentales de otras materias primas. Es por ello que el estudio de los orígenes, organización y políticas de la OPEP resulta trascendente para otras organizaciones de cooperación intergubernamental que persiguen fines semejantes a la de los palses exportadores de petr6ieo. Más aún, para aquellas que asocian a países latinoamericanos, ya que la OPEP es obra, en gran medida, del gobierno de RÓmulo Betancourt y de la 'diplomacia petrolera venezolana' de aquel gobierno y de los que le siguieron. El desarrollo histórico de las particulares condiciones económicas y políticas que caracterizaron a la industria petrolera internacional hasta 1960 y que posibilitaron la creación de la OPEP primero, su subsistencia en el tiempo posteriormente y la adopción de políticas autónomas finalmente, no se dan en la producción y comercialización de otras materias primas. Las especiales características del petróleo como materia prima y fuente energética, su carácter insustítuible en muchos usos, la enorme dependencia que en el abastecimiento de él desde los palses de la OPEP,' tendrán las naciones industrializadas por muchos años.no se encuentran en otras materias primas. Sin embargo, bien podría la vasta experiencia de la OPEP en su lucha por rescatar el control de las principales decisiones que afectaban a la producción de petróleo de sus países miembros, ser suficientemente rica en lecciones para posibilitar en otras organizaciones semejantes la adopción de políticas más imaginativas. Nuestro trabajo sobre 'Los orígenes históricos de los países Exportadores de Petróleo1 tiene objetivos linitados a los tópicos de su título. Formando parte de un esfuerzo d2 investigación más amplio que cubre el análisis comparado de los orígenes, organización o políticas de la OPEP y el CIPEC, solo pretendemos en este trabajo reconstruir históricamente los principales factores que dieron nacimiento a la OPEP. A diferencia de otros autores, pensamos que el surgi- miento de la OPEP obedece a factores mucho m& significativos que circunstancialmente provocaron su creación en 1960. (Capítulo VI). El problema de la reducción de los precios del petróleo sólo constituyó el detonante de un proceso de cambios mucho más profundo que venía gestándose desde comienzos de la década de los años cincuenta. Tales cambios encontraban su explicación en los conflictos que generaban las desiguales relaciones engendradas por los contratos de concesión. Los contratos de concesión otorgados en los países del Medio Oriente y en Venezuela establecieron condiciones económicas excesivamente perjudiciales para los países produc. estaban limitados a desempeñar el motores, cuyos gobiernos desto papel de simples recolectores de regalías (Capítulo 1). . Bajo condiciones políticas distintas.de aquellas existentes al momento de su otorgamiento, los contratos de concesión se transformaron en algunos países en objeto de crítica permanente por parte de aquellas fuerzas políticas más dispuestas a hacer prevalecer los intereses nacionales sobre los de las compañías petroleras. Los importantes cambios tributarios obtenidos bajo la presidencia de Rómulo Gallego en Venezuela desencadenaron aspiraciones similares en el Medio Oriente. El rechazo de la ~~glo-Iranian a aceptar en Irán los nuevos tributos alcanzados en Venezuela, llevó al Primer Ministro Mohammed Moussadegh a nacionalizar el petróleo. El prolongado conflicto entre M~ussadeghy la AngloIranian produjo a su vez efectos importantes en los países productores de petróleo. Tal vez, la más trascendente, fue la aleccionadora experiencia que entregó sobre la infactibilidad política de realizar un proceso de nacionalización mientras el cartel dispusiese de los recursos de poder que había empleado contra Moussadegh. (Capítulo 11). as contradicciones inherentes a una industria controlada por un pequeño número de empresas americanas y británicas, que excluía la posibilidad de acceso a otras empresas petroleras empezaron a hacerse manifiestas a mediados de la década de los cincuenta. Nuevas empresas como la Ente Nazionale Idrocarburi, tuvieron que ofrecer mejores condiciones que las existentes hasta entonces para poder abrirse sitio en las zonas producductoras reservadas a las grandes compañías del cartel. Los nuevos contratos de co-propiedad del Ente NazionaIe Idrocarburi revolucionaron la industria petrolera internacional, tornando obsoletos a los viejos -contratosconcesionarios. Ellos contribuyeron, además, a robustecer el desarrollo de una mayor conciencia nacionalista en los países exporta- . dores, la que venía acentuándose con el establecimiento de impuestos más elevados y con la creación de empresas estatales (Capítulo 111). Factores nuevos en el comercio internacional del petróleo a fines de la década de los años cincuenta fueron el incremento constante de las exportaciones soviéticas a los países de Europa Occidental y el ingreso de nuevas compañías en la producción y distribución del petróleo. No obstante esto, el comercio internacional del petróleo continu6 estando controlado por las siete grandes compañías multinacionales americanas y británicas. Las exportaciones rusas no representaron más del 4% del comercializado internacionalmente en 1960 y la participación de las llamadas empresas "independientes" en la producción y comercialización de éste no fue significativo. ~e hecho, ninguna de las llamadas "empresas independientesi' controlaba una producción importante que pudiese originar la competencia aducida por las compañías multinacionales para reducir los precios de referencia en 1960. Ellas estaban, en los años precedentes a la creación de la OPEP, realizando extensas actividades de exploración pero su importancia en la producción y distribución era muy limitada. La introducción de los independientes en algunos mercados no se tradujo en ninguna competencia que el consumidor final de productos petroleros pudiera observar, salvo en muy contadas excepciones. No obstante, la ''competencia1'de los independientes y el aumento de las exportaciones de la Uni8n Soviética constituyeron razones justificatorias de la reducción de los precios de referencia, pero no fueron causas reales de ellos. Los nuevos impueitos de repartición de beneficios por mitades y el mayor control que los gobiernos de los palses productores intentaban ejercer en la contabilidad de las empresas, aconsejaban sustituir la fase de producción - como etapa de maximización de los beneficios - por las subsiguientes. Los "fantasmas" del petróleo scviético y de la Competen, cia de los independientes, hicieron pensar a los propios países productores que el cartel era incapaz de detener 10s descensos de precios de un mercado supuestamente competitivo, Sin embargo, las potencialidades productoras y exportadoras de la Uni6n Sovietica y las nuevas inversiones en oleoductos, flota naviera y mejoramiento de puertos verosímilec a los países que formarían la OPEP que el petróleo soviético contribuiría a deteriorar los precios de éste. El mismo efecto produciría el aumento de las actividades distribuidoras de las empresas independientes.(Capítulo IV). También producían el mismo efecto las políticas de restricción de las importaciones de petróleo que había adoptado Estados Unidos y las que se insinuaban en Japón. Las indecisiones de la Comunidad Económica Europea en re-. lación a la protección del carbón y las poco auspiciosas perspectivas de consuma de petróleo en la decada de los sesenta, eran también elementos que hacían plausibles estimar que los precios del petróleo continuarían deteriorándose. (Capítulo V). La creación de la OPEP, a fines de 1960, fue el resultado de la conjunción de todos estos factores. Aunque la reducción de los precios de referencia del petróleo constituy6 el antecedente inmediato, fueron factores más distantes en el tiempo y las perspectivas inciertas que deparaba el futuro, elementos igualmente significativos en la comprensión del surgimiento de la OPEP, como espero comprobar en este ensayo. Finalmente, deseo expresar mis sinceros agradecimientos al Social S-cienceResearch Council, con cuyo apoyo financiero pude realizar esta investigación. Una deuda d e e s p e c i a l g r a t i t u d t e n g o p a r & l a S r a . ~ i m e n aCuevas d e Arnezaga y l a S r t a . Ana C h a t t i n V a l e n c i a , b i b l i o t e c a r i a s d e l a Empresa N a c i o n a l d e l P e t r ó l e o (ENAP), q u i e n e s además d e f a c i l i t a r m e g e n t i l m e n t e l o s e s c a s o s m a t e r i a l e s b i b l i o g r á f i c o s q u e p o d í a c o n s u l t a r e n C h i l e , me b r i n d a r o n una a f e c t u o s a a m i s t a d . E l Autor SANTIAGO, Enero d e 1977. capítulo 1 LOS regímenes--de concesión y las fuentes de conflictos entre los - gobiernos y las empresas. / p - Desde que William Knok D'Arcy descubriera petróleo en ~asjaid-i-Suleiman,en Irán, a comienzos del siglo XX, tanto los regímenes de concesión convenidos contractualmente entre los gobiernos concedentes y las empresas concesionarias, como los impuestos a los primeros por las compañías tuvieron características muy definidas. Tales características produjeron como efecto una profunda desigualdad de derechos y beneficios para ambas partes, inequitatividad que, en la mayoría de los casos, pudo ser lograda bajo el amparo de la ignorancia de los gobernantes absolutamente desconocedores de la enorme importancia del pe&leo como combustible y materia prima, y sobre todo de las potencialidades de g1 para aliviar las condiciones de subdesarrollo de sus sociedades. En el decurso de la primera mitad del siglo algunas de las condiciones fiscales pudieron ser mejoradas en favor de los gobiernos concedentes no sin que antes los gobiernos tuviesen que otorgar otras ventajas a cambio de ellas. No obstante, a fines de la década de los cuarenta y comienzos de los años cincuenta, los regímenes de concesiones vigentes en los países que posteriormente constituirían la OPEP,estaban caracterizados por una absoluta desproporcionalidad de derechos y beneficios en que la parte del león correspondía a las grandes empresas multinacionales. ¿Cuáles eran las características tipificadoras de las concesiones petroleras? ¿Que notas distintivas tenían las concesiones para explorar y explotar petr6ieo? . M& alla de la variabilidad de particularidades que en ellas podia encontrarse, las concesiones poseían propiedades comunes en cuanto a las facultades de exploración y explotación otorgadas al concesionario y a la duraci6n de ellas. Tambi& respecto a los derechos de determinacih de los volumenes de producción, de los precios de ventas, y de los métodos de resolución de conflictos. 'Una de las características mas sobresalientes de la concesión petrolera era el otorgamiento de derechos de exploración y explotaci6n del petróleo y gas, en carácter de exclusivo, sobre áreas territoriales muy extensas, las que en algunos casos, llegaban a cubrir más de la mitad de la superficie del país concedente, como en Iran, Xuwait, y Katar. En otros casos, ella se extendía a la casi totalidad de los territorios sedimentarios del país como en las concesiones otorgadas por Arabia Saudita a la Aramco en la región de AlHasa, en la parte oriental de la Península Arábiga, o a parte importante de ella como en el caso de Venezuela, en la zona del Lago Maracaibo. Descubierto petr6leo e iniciada la producci6n de éste, las decisiones relativas a los volfimenes de producción anual eran determinados Unicamente por las compañías productoras, sin que los gobiernos concedentes tuviesen la más mínima fa- . cultad para d e c i d i r junto a ellas una resoluci6n tan importante para sus economías. Tampoco podían los gobiernos determinar los precios de venta de ellos, ni participar en los consejos administrativos de las empresas. Su participaci6n parcial en la propiedad de las empresas también estaba excluida. El papel de los gobiernos estaba limitado al ejercicio de sus facultades fiscales como recolector de impuestos, rol que muchas veces fue dificultado evitándose el control adecuado de la producci8n exportada y, con~ecuentemente~de los ingresos 1/ tributario- . Los períodos de duración de las concesiones eran extraordinariamente largos y aunque algunos de ellos fueron alterados por efecto de conflictos agudos como en el caso de la formación del Iranian Consortium con posterioridad a la caída de Moussadegh, tal peculiaridad subsistía durante la d&cada del cincuenta y comienzos de la del sesenta. As1 por ejemplo, los términos de las concesiones vigentes en 1960 eran de 75 años en Irak, 66 años en Arabia Saudita, 2/ 92 años en Kuwait y 40 años en Irán- . Otra nota distintiva de los contratos de concesión era la sujeción de los conflictos entre los gobiernos y las empresas a la juridiscción de los tribunales internacionales y a la legislación internacional o a la del país de la empresa concesionaria, normalmente inglesa o americana. - Posteriormente, los tribunales internacionales fueron sustituidos por tribunales arbitrales, en que cada parte tenía facultad para nombrar un juez árbitro y entre ambos nominar a un tercero. No obstante, la legislación aplicable a tales conflictos jurídicos continuaba siendo la antes señalada y no la del país concedente. ¿Cuáles eran los beneficios que recibían los países concedentes por las concesiones petroleras otorgadas? Como contrapartida a las tan ventajosas condiciones que los contratos de concesión estipulaban, los gobiernos recibían una regalía o royalty por el petróleo producido, consistente en una cantidad fija por unidad producida, barril o tonelada, Pagadera en moneda inglesa, americana o bien en la moneda local 0 en circulación del país respectivo, como en el caso de ~uwait. El pago de regalías o royalties fue durante mucho tiempo el Único pago permanente que las compañías cancelaron a los gobiernos. Su cancelación sustituiría cualquier impuesto a la renta. En alguzos casos, y en forma aislada y no generalizada, algunos gobiernos lograron obtener que las compañías aceptasen el pago de impuestos a las utilidades, con tasas muy reducidas que no cambiaron sustancialmente la distribución de los beneficios existentes desde los comienzos del otorgamiento de las concesiones. Las concesiones petroleras tenían las características esenciales de un contrato y por ende no podían ser modificados sino por el acuerdo conjunto de compañías y gobiernos. Las concesiones de los estados concedentes no se ajustaban normativamente a la figura de un decreto administrativo Susceptible de ser alterado unilateralmente por el gobierno que lo expedía o a una ley o decreto-ley que permitiese su modificación por la autoridad legislativa facultada para ello. Con largos plazos de durzci6n, las compañías defendieron siempre la política de que tales plazos afectaban a todas las condiciones de 1-0s contratos y no exc1usivame:lte a los derechos de explorar y explotar los hidrocarburos y, por lo tanto, un plazo de 40, 66, 75 o 92 años significaba mucho más que el derecho exclusivo a explotar ei petr6leo en el &ea concedida. Los períodos de concesión imnlicaban, para las compafíías, el derecho - otorgado por el contrato de concesión - de rechazar cualquiera demanda de los gobiernos sobre devolución de parte de los terrenos concedidos, de auinento de impuestos o royalties o de otras peticiones extra-fiscales. Protegidos por la inmodificabilidad de-los contratos de concesión, las compaÍiías podzan gozar durante un largo período de tiempo de las ventajas obtenidas en un período en que el significaba muy poco en las economías de los países concedentes. 1 Diseñados para "amarrar;-por mucho tiempo a los países concedentes, los contratos de concesión permitieron a las com@íías multinacionales acceder al petr6leo de bajo costo de los países del Medio Oriente y Venezuela y generar altísimas utilidades. 9 1 No obstante, estas mismas condiciones contractuales que aseguraban la supremacía de las compañías petroleras multinacionales sobre los gobiernos concedentes, unido a su control de la producción y comercialización mundial del petróleo, generaron el desarrollo de conflictos entre los gobiernos y las I . I 4 i ' empresas. Tales conflictos, incubados en las propias características de los contratos de concesión, cuya inequidad se tornó ignominiosa para muchos países a fines de los años cincuenta y durante la década siguiente, conducirían én algunos años - cuando.10~ ingresos petroleros se tornaron en la principal fuente de ingresos fiscales - al desarrollo de un nacionalismo que exigía la expropiación de los yacimientos petrolíferos como en Irán, o a la obtención de mayores beneficios tributarios como en Venezuela. Bajo condiciones políticas favorables al desarrollo de una mayor conciencia política sobre el destino de su principal riqueza productiva, coríio lo eran la de Venezuela bajo Acción Democrática entre 1945 y 1948, el Ir& de Moussadegh en 1951 y el Irak gobernado por Kassem entre 1958 y 1963, las concesiones petrolíferas clásicas tenían necesariamente que ser objeto de conflictos agudos., Siendo todos ellos países~mono-exportadores de petróleo y depzndiendo fuertemente de los ingresos generados por la producción y exportación de,petróleo,la insatisfacción que generaba las desiguales relaciones econ6micas entre las empresas y los gobiernos serían objeto de un profundo descontento. Es difícil pensar que a fines de la décaca de los cuarenta los gobiernos de los países exportadores de petróleo pudiesen seguir tolerando que la mayor parte de los ingresos generados por la producción de petróleo beneficiase a las compañías y no a los gobiernos, como había sucedido por décadas y que no presionasen a las compañías para modificar las normas tribu, tarias existentes. Igualmente difícil era creer que los gobiernos no exigiesen a las compañías la no devolucih de vastos territorios las que formando parte de sus concesiones originarias, ellas no habían explorado ni permitían que otras empresas lo hicieran, dado el carácter exclusivo que los derechos de exploración y explotación tenían. Tampoco era posible para los gobiernos concedentes seguir permitiendo que los principales cargos administrativos dentro de las empresas estuviesen vedados a los nacionales del p a í s concedentes, ni que sus tribunales pudiesen juzgar 10s conflictos jurídicos sobre interpretacih de contratos entre los gobiernos y las empresas petroleras multinacionales,. Estos conflictos, cuya manifestación se hizo presente muchos años después del otorgamiento de las primitivas concesiones, encontraban en las cláusulas de los contratos y en la rigidez de ellas, unida a la inflexibilidad de las compañías para alterarlas en términos más satisfactorios para los gobiernos, un origen indiscutido. Si bien estructurados para obtener fines favorables a las empresas, los contratos de concesión permitían a éstas manejar a voluntad el petróleo de los países' concedentes. Si a las empresas les interesaba aumentar la producción en un c i e r t o de las país - dentro de los programas globales de empresas multinacionales de dirección mundial centralizada bien podlan hacerlo. . dr: ja co tr l'a PO' PeKu\ ni1 quc l 0 E se mer coz- der div fuc COI- trc' pro< 0 a empí nifr Si por el contrario, cu política era disminuir la producción en un pals para incrementarla en otro, o bien dejarla estacionaria según sus conveniencias comerciales, tal ,onducta era legitima al tenor de las cláusulas de los contratos de concesión. Indepnndientenente de los intereses nacionales de un productor, si J. una compañía le convenía no producir por no tener suficientes redes de distribución para el nuevo descubierto - cono ocurrió con la Anglo-Iranian en ~uwaituna vez desarrollados los pozos del campo de Burgan gobierno era capaz de obligarla a producir más de lo que la comsafiía estimaba conveniente. &S A Los precios del petróleo tampoco eran de incumbencia de los gobiernos. Basados en que los precios del petróleo crudo se deteminaban por la oferta y demanda de ellos- en diferentes mercados y en la necesidad de establecerlos de acuerdo a las condiciones de estos, las empresas siempre se reservaron el derecho absoluto y exclusivo de su fijación. El problema de ?-osprecios del petróleo crudo y de los diversos productcs - a diferencia de los volúmenes de producción fue un asunto irrelevante mientras los pagos de los royalties constituyeron irna cantidad fija por barril o tonelada de petróleo. Cualesquiera que fuesen los precios .que las empresas , producto~ascargcrsen contablemente a sus.compañías filiales o a sus matrices G al que efectivamente vendiesen a otras empresas indeperdientes, tales precios no tenían ninguna significación tributarla para la determinación de los royalties a pagar a los gobiernos. Sin embargo, cuando a comienzos de los años cincuenta se empezó a generalizar el cobro de regalías en base a un-porcentaje de los precios Ge 'referencia' del petróleo y de los Productos, al nivel de precios adquirió trascendencia para la - determinación de los niveles de ingresos de los gobiernos, A pesar de que el royalty pas8 a ser un porcentaje del precio de i,eferenciadel barril de petr6leo y en el caso de Irán, Kuwait, Arabia Saudita y Katar era equivalente al 12.5% de él, los precios publicados o de referencia continuaron siendo determinados unilateralmente por las compañias multinacionales. Otro tanto ocurrió con los precios de refencia del petróleo venezolano, cuyo royalty del 16.2/3% y cuyas tasas de impuestos a los beneficios - a diferencia de los países del Medio Oriente - se calculaban en base a los precios efectivamente realizados. En una y otra situación, sea en el caso de precios de referencia o en el de venta efectiva, sus niveles y sus posibles fluctuaciones constituían un motivo de interés permanente para los gobiernos de los países productores. No obstante e l l o , las empresas multinacionales se reservaron la facultad de decidir, con exclusión de los gobiernos, t m t o los precios de referencia como los de venta efectiva. La inexistencia en el caso del petróleo de mecanismos institucionales como la Bolsa de Metales de Londres para la determinación de los precios de otros minerales, y las características de integración vertical y de cartel que la industria petrolera rnultinacionai revestía, tornaban más censurables y odiosas aún las facultades de fijación de precios de las compañías. Siendo las empresas multinacionales que explotaban los yacimientos petrolíferos del Medio Oriente y de Venezuela, cmpañías de integración vertical, cuyas actividades se extendían desde la exploración y producción hasta las ventas mayoristas y al detalle, en muchos casos y poseyendo además el control del transporte por oleoductos y buques-tanques y la refinación9 resultaba extraordinariamente imaginativo creer que los precios se determinaban por el libre juego de la oferta y la demanda' S i en s u múyoria 135 ? ~ ? p i a scompafiías p r o d u c t o r a s , e n s u c a l i d a d 6 e filiales de 5tras compzñízs m a t r i c e s , t r a n s f e r í a n l a t o t a l i d a d r! ja m y c r > z r ? e d - s u p r o d u c c i c n a e s t a s o a o t r a s s u b s í d i a r i a s d- i i s t r i h u c i ó n , l a demanda p o s e í a c a r a c t e r í s r i c a . s hr3sractes pecu7iz.res. 2 1 p e t r 6 l e o c ~ u d oa.Zqui-', d o ' PGF t e r c e r o s compradores d i s - t i n t o s 6 e l a s ccrnri.RI+ ;. ~ r u d u . r t o r a sc o n s t i t u y ó una p r o p o r c i ó n ' jados' u o t r a s e x p ~ e s i u n e ve c á l o g a s eran determinados administ;?ztivcincn?e poF !.as co:ripañ?as y s u f i n a l i d a d b á s i c a e r a de s e r v i r d e - . o r i e r , t a c i h a compradores i n d e p e n d i e n t e s . Ta?Les p p e c i o s experimentaban. - d e n t r o de l a s p r á c t i c a s comerciales d e l a i n d u s t r i a p e t r o l e r a - descueritos d e acuerdo a l a s c m t v e n i a n c i a s ~ . e r c a n t i l ~d es l a s compañías p a r a c o n t r a t o s d e grandes v o l h e n e s y / o de l a r g o s p l a z o s , o e n los c a s o s d e a p e r t u r a d e nuevos mercados. Esta s i t u a c i ó n generaba dos t i p o s de p r e c i o s : 103 de P C ~ W ~ I C ~ y Z I l o s de r l e a l i z a c i ó n e f e c t i v a . - las empresas ~ . ? s ? e c t c ,a iiro y \i'~rc t i p o dc p r e c i o s a f e c t a b a a l o s p a i s e s p ~ o d ~ c t o r e-s l o s g o b i e r n o s nada podian h a c e r d e n t r o d e l marco d e f a c u i t a d z s que clisponian b a j o - e l régimen c l á s i c o En ambos os a. p e s m de qtle las d e c i s i o n e s de J,cs k r g o s p s r i ~ d . 3de ~ d u r a c i ó n d e líls c o n c e s i o n e s h a c í a i n a ' t ~ a b i e s %as relaciones c o n t r a c ~ u a l - Sgobierno-empresas, E l poder. ciu l a emi;ri.sas p e t r o l e ~ a sp a r a f i j a r volúmenes de producci6n dc? an,-izrdo a S-rs i n t e r e s e s comercial-S y p a r a determinar l o s precias ?e r e f e r e n c i a y dz v e n t a e f e c t i v a e n Conformidad a SUS ~ r o ~ l l ae s - c r ~ t e g i z sd e maximización d e ben e f i c i o s en l a c;tzpa p ~ ~ i c ? ~ . l z - O t i vetn~ l a s s i g u i e n t e s , se e f e c - tuaba con prescidencia de los intereses de los países produc, topes. Obligados a aceptar los volúmenes de producción y los precios que las compañías deciaiesen a su discrecional voluntad, los países productores - especialmente aquellos donde las concesiones tenían una duración más prolongada, como en Irán, Irak, Venezuela e Indonesia - originaban resentimientos frente a una explotación que duraba varias décadas. Impedidos de ejercer un mínimo de soberanía para adoptar las decisiones básicas que afectaban a su principal riqueza productiva, carentes de la más mínima participación propietaria en las empresas productoras de petróleo; sin ningún acceso a las restantes etapas de la actividad productora petrolera y encerrados por contratos de concesión celebrados muchos años antes, los países productores de petróleo tenían en su mayoría a comienzos de la década de los años cincuenta motivos suficientes para querer alterar sustancialmente muchas de las oprobiosas condiciones de las concesiones otorgadas. Las empresas petroleras multinacionales parapetadas tras las cláusulas de los contratos de concesión, pero sobre todo conscientes de su amplio control de la producción y comercialización del petróleo - fuera del área socialista - tenían también razones igualmente suficientes para procurar la conservación de un sistema que tantos beneficios le había procurado hasta entonces. Las interrogantes que inevitablemente surgen en el a&lisis histórico de las concesiones de explotación petrolífera están orientadas a demandarse las razones explicativas del establecimiento de tan increíble rggimen. ¿Cómo y bajo qué condiciones fue posible el otorgamiento de tan diversas concesiones para las compañías multinacionales? ¿ Porqué las concesiones otorgadas no salvaguardaron de un modo más conveniente los intereses de los países productores? No resulta facil dar una respuesta general que permita 1 f hacer comprensible el proceso de apropiación de los riquísimos campos petrolíferos de Irán, Irak, Arabia Saudita, Kuwait y Venezuela, máxime cuando ellos obdecen a particularidades t i histórico-sociales diversas. Esta circunstancia obliga a reproducir los hechos más importantes de las reconstrucciones históricas de los procesos concesionarios en cada país. En Irán; entonces Persia, William D'Arcy obtuvo en 1901 una concesión del Shah Muzaffar-es-Din, de la dinastía Qajir, que contemplaba 'el derecho exclusivo para "explorar, extraer, explotar, desarrollar, refinar, exportar y vender gas natural, petróleo, asfalto, ozokerita, en toda la extensión del Imperio 3/ Persau- i . 2 De hecho, la concesión abarcaba 500.000 millas, es decir, todo el territorio de Persia con la Única exclusión de las cinco provincias septentrionales de Azarbeijan, Ghilan, Mazanderan, Astrabad y Khousan. Tales provincias fueron excluidas por el Shah Muzaffar-es-Din de la concesión hecha a D'Arcy para evitar el descontento ruso en zonas consideradas bajo su esfera de influencia. 5 t i A cambio de una concesión tan extensa y cuya duración era de 60 años, D'Arcy pagó una prima en efectivo de L.-20.000 al Shah y se'comprometiÓ a otorgar otras E..20.000 en acciones de la compañía productora que explotase el petróleo persa y una regalía del 16% de los beneficios netos anuales de la producción. 1 1 l Para una monarquía absoluta, que no efectuaba distinciones entre el interés nacional y el del propio shah, el otorgamiento de una concesión de tales características era visto ll como un acto político normal y, ciertamente, los pagos a recibir eran percibidos como ingresos extraordinarios que permi, tirían .incrementar el tesoro monárquico. Por eso, no es de extrañar que cuando DPArcy obtuvo la ratificaci6n de su 'firma' por medio de un decreto real, las altisonantes expresiones usadas mostrasen cuan convenientes eran para la corte persa la negociación concluida. En efecto, se señalaba que "se otorga y garantiza al ingeniero William D1&cy y a todos sus -herederos,representantes y amigos, completos poderes y libertad sin límites,. por un período de 60 años, para explorar, perforar y taladrar a su voluntad las profundidades del subsuelo de Persia, como consecuencia de esto, todos los productos del subsuelo extraidos por él, sin excepcih, seran de propiedad de DfArcy,que goza 4/ del favor de nuestra espléndida cortet'- . Después de algunos años de infruct~say difícil exploración en que D fArcy agotó su fortuna personal, la Burmah Oii Co., que requería disponer de más petróleo que el que producía en Birmania, apoyó fínancieramente las actividades de D'Arcy en Persia, a instancias de E.S. Pretyman, Lord Civil del Almirantazgo. La Burmah Oil Co. aportó L. 600.000 y constituy6 junto a 5/ DIArcy la First Exploration Co.. . El descubrimiento del c a q o de Masjaid-i-Suleiman, en los Montes Sagros, en Mayo de 1908, trans'formó a Persia en pocos años en la zona producto~amás importante del hemisferio oriental y desat6 el interés del Almirantazgo ~ritánicópor su pp6/ sesión- . El Reino Unido venía, desde comienzos de siglo, deseandó cambiar el combustible de su flota de guerra del carb6n al petróleo. - . Como Wins~onChurchiI.1 explicaría mas tarde, las ventajas de una fuerza acorazada movida a petr6leo le zarantizaría a i 1 f j ! i 1 los b~itanlcosuna mayor rapidez de movimiento, un mayor radio de acci6n y la posibilidad de Lecargar combustible en el mar sin tener que enviar una cuarta parte de la escuadra a los puertos en busca ae carbón. Además, dada la conveniencia de aumentar la potencia de fuego de los barcos de guerra, el uso del petróleo como combustible permitía a cualquier clase de barco, disponer de una mayor capacidad de ella en buques de menor tamaño y costos. Estas consideraciones constituían ventajas innegables para Churchill-7 / . La desconfianza de Churchill hacia el aprovisionamiento proveniente de la Royal Dutch-Shell y la Standard Oil, manejada por intereses holandeses y americanos, llevó a éste a buscar el control de la Anglo-Persian, empresa que había sucedido a 1z First Expioretion co. en la explotación del petróleo iranl. 1 1 1 l l I i No queriendo que la Marina Británica quedase sometida en su abastecimiento a una empresa como la Royal Dutch-Shell que vendía petrgleotanto al Reino Unido como a Alemania y/o a la Standard norteamericana que era una empresa "extranjera", Churchi11 soryendió 4 los parlamentarios ccnsermdores al anunciar en Julio de 1913, en la Camara dr los Comunes, la adquisición de parte de las acciones de la Anglo-Iranian. se hizo dueño dei 56% , \. Por L 2.001.000, e1 ~imirintaz~o de la Anglo-Persian Oii Co., DqArcy recibi6 los L 225.000 que había gastado en varios años de exploración de los desiertos de Persia y J, 9OO.000 en accionesvde la .BurrnahOil , sociedad que siguió poseyendo parte del capital de la Anglo-Persian.' A fin de acallar las protestas de la bancada conservadopa > por las interferencias gubernamentales en actividades que debían entregarse a la "libre empresa", el Almirantazgo se limitó a una participaci6n minoritaria de dos directores en el Consejo Directivo de la Anglo-Persian y a reservarse un poder de v e t o en aquellas decisiones que tuviesen efectos políticos interna, cionales o diplomáticos. Poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, 1, Cámara de los Comunes ratificó la compra de las Acciones de la Anglo-Persian por una amplia votación y ningún gabinete posterior, fuese laborista o conservador, pretendió aumentar la repesentación gubernamental en la dirección de la compañía o in, tervenir en la política comercial de ella. Todas las transferencias de los derechos de explotación sobre la concesión de DIArcy se hicieron sin el consentimiento del Shah Musaffar-es-Din. Tampoco se modificaron las condiciones de la concesión en términos más favorables a Persia, a pesar de que ya en 1914, a los pocos años del descubrimiento del campo de Masjaid-i-Suleiman, uno de sus pozos producla 600.000 galones diarios de petróleo. En Irak, a diferencia de Irán, la concesión que en definitiva obtuvo la Irak Petroleum Co no fue ni siquiera negociada. Ella fue simplemente impuesta por Gran Bretaña, en su calidad de potencia vencedora de la Primera Guerra Mundial. En Irak actual formaba, a comienzos de siglo, parte del Imperio Otomano y era conocido como la Provincia de Mesopotamia* Las afloraciones de petr6leo superficial en sus tierras habían sido reportado por numerosos viajeros, ingenieros y autoridades. Tales informes hicieron que Kirkuk y Mossul adquirieran pronto reputación de contener vastos yacimientos de hirocarburos y movilizar a diversos intereses para obtener concesiones sobre esos distritos. Los alemanesj a través del Deutschs Bank, aspiraban a lograr los campos petrolíferos del sur de Mesopotamia. La producción dlemana del poco petróleo extraído de la lignita y las importaciones de Galitzia, en Poionia y de Ploesti en Rumania eran insuficientes para las pretensiones militares e industriales que abrigaban el Kaiser Guillermo 11. La marina de guerra alemana demandaba la reconversión del carbón al petr6leo en la flota de altura y el ejército exigfa la motorización de éste. La industria siderúrgica del Ruhr y la industria eléctrica de Rathenau y Siemens-Scherckert exigían petróleo comQ combustible. El Kaiser Guillermo 11 no ocultaba sus deseos imperiales y su "grang nach Osten**comprendía no sólo el control de Turquía sino también el de los yacimientos petrolíferos que Mesopotamia y los restantes territorios del viejo Imperio Otomano pudiesen encerrar. Los acuerdos celebrados para la construcciÓn del Ferrocarril de Anatolia en 1888 fueron extendidos diez años más tarde - con motivo de la visita del Kaiser a la Corte del Sultán Abdul Hamid 11 en su viaje de peregrinaje a Tierra Santa - al tendido del Ferrocarril Berlín-Bagdad. Curiosamente, la concesión para la. construcciÓn del Bagdagbahn abarcaba los derechos para extraer toda clase de minerales incluyendo petróleo hasta 20 kilemetros a ambos lados . . de la línea ferroviaria. Los derechos alemanes sobre el petróleo de Mossul y Kirkuk obtuvieron una ratificación en 1904, al otorgársele al Deutsche Bank una concesión de exploración por dos años en ambos distritos y derechos de explotación exclusivo por 42 afios, para el caso de encontrarse petr6ieo en ellas. Tiempo antes, Abdul FIatnid 11 habia encargado a Pachá Hagop. Y Selim Effendi, sus ministros de Gobierno Interior y de Mineralesi la formación de una comisión encargada de evacuar un informe sobre las riquezas petrolíferas potenciales de Mossul y Kirkuk. Pachá Hagop encomendó esa misión a Colouste Goulbenkiran, un ingeniero armenio, graduado en el King's College y con una vasta experiencia en la industria petrolera adquirida con l o s Nobel en ~ a k Ú . El informe auspicioso de Goulbenkian decidió a Abdul Hamid 11 a presionar a los propietarios del sur de Mesopotamia para que le transfiriesen sus tierras. Bajo amenaza de apropiación sin indemnización, los propietarios cedieron sus terrenos a precios bajísimos para la época. Las adquisiciones de concesiones de exploración y explotación petrolera en Mossul y Kirkuk tenía muchos interesados y el Sultán no encontró mejor forma para incrementar sus ingresos personalec que la de otorgar concesiones a cuantos se lo solicitasen, aunque fuesen sobre los mismos territorios. Mediante pagos de comisiones a la familia real y otros expedientes de igual naturaleza, los solicitantes de concesiones lograron obtener sus objetivos del sultán, que bien poco se preocupaba del petróleo y de los problemas que engendraban sus múltiples concesiones. Así, en 1908, existían varias concesiones otorgadas en Mossul, destacándose la de Colby Chester y la que había obtenido D'Arcy para la Anglo-Persian Oil Co. Chester, un ex-Almirante norteamericano que actuaba respaldado financieramente por la Cámara de Comercio de Nueva York, obtuvo una concesih para explorar en Armenia y Mossul. A cambio de la concesión petrolera, Chester se comprometió a formar una gran corporación turco-americana que construiría ferrocarriles, puertos y hasta ciudades. Como 10s alemanes se habían servido de la construcci~nde ferrocarriles y de la asistencia militar para acceder a los campos petroleros de Mesopotamia, así también Chester se veía obligado a sobrepasar a los alemanes en los ofrecimientos al sultán. . , William Knok DiArcy también obtuvo una concesión para-la D'Arcy Exploration Co., empresa subsidiaria de la Anglo-Persian y que había sido creada para competir por los derechos en Mossul y Kirkuk. Más tarde se supo también que Abdul Hamid 11 habia otorgado otra concesión a una compañía belga, previo pago de L. 40.000 8/ a un familiar del sultan- . - . C La revolución de los "lovenes turcos de 1908, obligó a todos los concesionarios a obtener la ratificación de sus concesiones por parte del nuevo gobierno. La necesidad de retener las concesiones otorgadas llegó a todos los intereses en juego a buscar justificaciones mayores que las que se le podían otorgar al depuesto Abdul Hamid 11. Chester, con sus ampulosas promesas de una corporación de capitales americanos que llevaría progreso a Turquía, obtuvo la renovación de sus concesiones petroleras y ferroviarias. Los ingleses para hacerse más gratos a los nuevos gober-' nantes turcos, crearon el National Bank of Turkey, banco que permitía estrechar -más los intereses comerciales turcos a los de Gran ~ r e t a ñ a Otro ~ tanto hacían los alemanes con el Deutsche ~ a n k ,además de apresurar la construcción del ferrocarril BerlínBagdad. que a la época trabajaba para el goColouste ~oulben-kian, bierno turco y para los intereses de Sir Henry Deterding y la Royal Dutch-Shell, además de los suyos propios, propició la creación de la Turkian Petroleum Co. Sabedor que una división de los distintos aspirantes a concesionarios sólo dilataría la decisión final del gobierno turco, Goulbenkian se dió a la tarea de unir los intereses británicos de la Anglo-Persian y la Royal Dutsh-Shell con los alemanes del Deutsche Bank . Fruto de sus esfuerzos, la Turkish Petroleum Co. se constituyó con un capital suscrito de 100.000 acciones, de las cuales el 2 ? % pasaba a poder del Deutsche Bank. Otias 28.000 acciones quedaban en poder del National Bank of Turkey, a t r a v é s de los cualr;; ectuaba la Anglo-Persian. Para su propio grupo > la Royal Dutsh-Shell, Goulbenkian reservaba 38.000 acciones de las cuales pensaba conservar 18.000 en propiedad personal-9 1 . ~1 principio de acuerdo que había fraguado Goulbenkian disgustó al Foreign Office que quería una participación mayoritaria para la Anglo-Persian en la Turkian Petroleum Co. Finalmente, en Marzo dz 1914, ante Alwyn Parker, Jefe del Departamento del cercano Oriente del Foreign Office, se convino la repartición de la propiedad de la Tudcish Petroleum Co. La Angla-Persian pasaba a tener un 508 de la nueva compañía conjunta, la Royal Dutsh-Shell un 25% y el Deutsche Bank retendría el 25% de los acuerdos originarios. Por su trabajo de armonización de intereses y por las gestiones que era necesario seguir efectuando para conseguir el otopgamiento de una concesión exclusiva para la Turkish en los vastos territorios del Imperio Otomano, Colouste Goulbenkian obtuvo un 5% de la propiedad de la nueva empresa petrolera. Tal 5% que daría origen a una de las más grandes fortunas personales y al sobrenombre de ''Mr. Five Per Cent,'con que Goulbenkian sería denominado en los círculos de la industria petrolera internacional, fue aportado en porcentajes iguales de un 2.58, tanto por la Anglo-Persian como la Royal Dutsch-Shell. El comienzo de la Primera Guerra Mundial suspendi6 temporalmente las disputas sobre las concesiones en Mossul y Kirkuk, Ya qL el arreglo de Goulbenkian dejaba afuera a la Standard de Nueva Jersey y a Colby Chester, también interesados en dichos temitorios. El desproporcionado empleo de tropas británicas en la Campaña de Mesopotamia y la ocupación final de ese teatro de ooperaciones, por las fuerzas del General Sir Edmund Allenby, testimonió cuanta importancia le dispensaba Gran Bretaña a los campos petrolíferos'del futuro Irak. : i i f i i Ya los acuerdos secretos Sykes-Picot de 1916, habían establecido un principio de repartición entre las dos grandes *otencias vencedoras. Gran Bretaña recibiría Mesopotamia y Francia Mossul. I 1 1 ! El acuerdo de repartición se amplió en 1918. Lord Curzon y Clemenceau convinieron que Gran Bretaña obtendría Mesopotamia, incluído Mossul y Palestina. A cambio de dichos territorios, Francia se quedaría con Siria y Líbano y participaría como copropietario de las empresas que explotasen el petróleo de Mesopotamia. 1 Firmado el armisticio, los británicos dirigieron sus esfuerzos a consolidar su control político de la Mesopotamia y a iniciar la explotación petrolera en el sur del país. Por el acuerdo de San Remo, de 1920 los británicos transfirieron la participación alemana del 25% que correspondía al Deutsche Bank a los franceses, sin tomar en consideración la concesión del Almirante Chester, ni las exigencias que la Standard Oil y la Gulf hacían sobre la zona. El repentino aparecimiento de las empresas americanas en la disputa petrolera del Medio Oriente generó un largo conflicto diplomático entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que sólo vino a ser zanjado en 1928. Tanto Gran Bretaña como-Franciase opusieron tenazmente a admitir el ingreso de las empresas.americanas en las recompensa petrolera del Medio Oriente. Ni Lord Curzon ni otros voceros de la política exterior británica trepidaron en señdlar el carácter excesivo que las demandas americanas tenían. Para ellos, Estados Unidos no había gastado ni sangre, ni armas ni dólares en el ue -41 1 .. I A - -a O~ien-teMedio como tampoco había declarado la guerra a T u r q u í a Otzas consideraciones que los británicos hacían, tía en señalar que los americanos controlaban el 70% producc18n mundisl y el 82% si se tomaba en cuenta la Y, ni la 1 Oil ni la Gulf habían participado de S consisde la de México la con- cesi6n hecha a 1,: Tu~kishPetroleum Co. El Departamento de Estado y las empresas americanas señalaban que los Estados Unidos habían suministrado casi la totalidad del pet~zleoque había demandado el esfuerzo de guerra a las pctencias aliadas y, el suministro constante y oportuno que las enpresas arnericz-nashabían efectuado a Gran Bretaña y Francia había ~zsultadoser decisivo para definir finalmente la co'w 11./. t i e r d a bglica-e Silficientemente apoyados por la administración Harding, le S t a d d e d y la Gulf hacían presente que la Turkish Petroleum Co. no h b i a obtenido ninguna concesi6n de las autoridades tccas y su constitución no era más que una alianza para obtener concesiones que jamás se otorgaron. Ifientrza la disputa entre el Foreign Office y el Departamento d2 Estado continuaba en defensa de Las empresas británicas y znc2icana. respectivamente, el Almirante Chester obtenía de las zut rida6es políticas turcas una nueva concesi6n para la construcc;,-1: ?z 2.900 millas de ferrocarril, que comprendía el depecho adicional de explotar todos los minerales y los hidrocarburos que se encontrasen a 20 kilemetros a ambos costados del tendido de las llneas férreas. . C La concesión ferroviaria iba acompañada, además, de derechos de expforaci6n y explotación petrolera eq los distritos de Van, Bitlis y Irser~m,que se sumaban así a las que con anterioridad al inicio de La guerra había obtenido Chester en Mosculy Arnenia , . No obstante, Gran Dretaña no estaba dispuesta a ceder parte de los ricos campos de Irak a las empresas americanas, fuesen para Chester y las instituciones financieras que lo apoyaban o para la Standard Oil de los Rockefeller. Tan pronto como pudo, y después que los británicos lograron contener la primera insurrección irakí, el Alto Comisionado Británico hizo nombrar, por medio de un referendum nacional, a Feisal rey de Irak. La docilidad del nuevo monarca a los intereses británicos al Foreign Office que se le diera un viso aparente de legitimidad convenida al mandato que se le otorgaría a Gran Bretaña para llevar la "civilizaci8n*~ a los árabes del Irak, como decían sus documentos oficiales. En la conferencia de Laussana tanto Gran Bretaña como Francia pidieron que se ratificara la concesión otorgada a la Turkish Petroleum Co., hecho que les permitía dejar fuera del petróleo iraquí a las empresas norteamericanas. La tenaz oposición de Estados Unidos impidió tal decisión, la que además encontraba la resistencia de Turquía, país que todavía abrigaba esperanzas de conservar Mossul y'cuyo Primer Ministro, Raouf Bey, favorecía la concesión del Almirante Chester. En 1925 la Liga de las Naciones adjudicó Mossul a Irak, que ya había sido asignado en mandato a Gran Bretaña por un período de 25 años. . Era intención de Gran Bretaña, com6 su Alto Comisionado en Irak lo revelase posteriormente, que el mandato fuese ratificado por un tratado de alianza entre los brithicos y las autoridades políticas del nuevo estado '.independiente.12/ . "- Las protestas de los irakies obligaron al gabinete a renunciar e impidieron al rey Feisal 1 ratificar el tratado. El Alto Comisionado Britgnico expulsó a los líderes de 1, naciente oposición nacionalista y gobernó con poderes amplísimas hasta que pudo "componerc un nuevo gabinete, cuya finalidad principal - a la luz de los objetivos británicos - era ratifica, el tratado de alianza anglo-iraki, el que permitía validar por :'voluntad soberana de Irak' el mandato que las potencias a l i a d a s habían fabricado. Una mayor apariencia de validez jurídica para la aceptación del mandato se conseguiría con la aprobación adicional de una Asamblea Nacional, la que elegida a comienzos de 1925, demoró la ratificacien del tratado debido a las crecientes manifestaciones populares contrarias a su aprobación. Sobradas razones tenían los irakíes para repudiar eltratado de alianza que le ofrecían los británicos. Entre otras cláusulas agraviantes a su soberanía política y a sus intereses económicos, el a~tículo4 señalaba que el rey de Irak debía orientarse por la guía conseja1 del Alto Comisionado Británico en todos los asuntos que afectasen a los intereses econÓmicos, financieros e internacionales de su Majestad Británica. Obviamente, el otorgamiento de concesiones petroleras en los ricos campos petrolíferos de Irak quedaban en13/ tregadas al buen consejo del Alto Comisionado- . Por eso, no sorprendía que a los árabes de Mesopotamía les disgustase enajenar tanto su soberanía política como económica a los británicos, ya que los pretendidos "aportes civilizatorios' de Gran Bretaña no eran percibidos sino como un cambio de sumisión. Los irakíes pasaban del vasallaje turco al británico. A pesar de que la Asamblea Nücional había sido electa de acuerdo a las intenciones y planes de las autoridades británicas Comisionado amenazó con disolver indefinidademente el No obstante las presiones, los 2 8 votos de oposición a la aceptación del tratado de aiianza, sumados a los 8 de abtención, casi lograron equiparar los 37 votos emitidos a favor de la aprobación. Definidos los límites territoriales de Irak y asegurada la legitimidad ''convenida" del mandato británico, Gran Bretaña y Francia se proponían iniciar la explotación de los campos de Mossul y Kirkuk con una Turkish Petroleum Co. que excluía los intereses americanos en Irak como también en cualquier otro territorio meso-oriental que hubiese formado parte del ex-Imperio Turco. Tan decidida era la voluntad británica de impedir el acceso de las empresas norteamericanas que, incluso, el Alto Comisionado Británico en Irak había expulsado a los geÓlogos e ingenieros de la Jersey Standard que hacían trabajos de reconocimiento geológico en Irak-l'cl . La Jersey Standard reaccionó propiciando medidas de boicot a la Roya1 Dutch-Shell en Estados Unidos, las que abandonó ante posibles acciones de contraboicot. ¿a Standard de Nueva York (Socony) también había sido expulsada de Palestina. Habiendo obtenido una concesión del gobierno turco, con anterio~idada la Primera Guerra Mundial, la Skony pretendió reiniciar los trabajos exploratorios una vez concluida la misma, encontrando un enconado rechazo de parte del Alto Comision3do Británico en Palestina. Este, alegando que la condicien jurídica de dichos territorios no había sido .. definida afin, impidió que la Socony llevara adelante sus propósitos. Los reclamos del Departamento de Estado fueron desestimados por el Foreign Office, pero los norteamericanos no estaban dispuestos a ceder en sus pretensiones de participar-en la producción del Medio Oriente. . Durante la Primera Guerra Mundi31, las empresas petroleras hablan proporcionado el 80% del petróleo requerido por las potencias aliadas. Hasta concluída la guerra sus intereses productores petroleros en el extranjero se habían circunscrito a los campos de Venezuela y México. La falta de interés en el Medio Oriente carc~ióabruptamente una vez finalizado el conflicto bglico. Encontrando buena acogida en la Administración de Warren Harding, las grandes empresas petroleras hicieron presente el aproximamiento de una "crísis energétican por agotamiento de las reservas existentes en el país. Las crecientes demandas del consumo interno, especialmente de la gasolina requerida por la industria automotriz, y , la modep. nización de la marina de guerra y de la flota mercante americana fueron los argumentos señalados para que el Departamento de Estado defendiese sus aspiraciones en el petróleo del Oriente Medio. Los lazos de interrelación generados por la industria ptrolera norteamericana con el gobierno federal basados en la participación de aquella en el Consejo de Industrias de Guerra, se acrecentaron una vez concluído el conflicto bélico, créandose entre las compañías petroleras y el gobierno un consenso de políticas rayano en la identidad. La "Open doors policy'' del Departamento de Estado coincidía plenamente con los objetivos de la industria petrolera, especialmente de las compafijas Standord, de la Gulf y de Texacol. Tal política era sino otra cosa que exigir la.participación de las empresas norteamericanas en el petróleo del Medio Oriente, ya que la "igualdad de oportunidades" para todos en esa región no podía quedar limitada a los intereses petroleros británicos y franceses. 4 Para las grandes empresas americanas, la forma de evitar la "crisis de reservas de petr6leo en Estadcs Unidos consistía en garantizarlo a las compañías norteamericanas las posibilidades de controlar al menos parte de los yacimientos existentes en el Medio Oriente y el rol que debía asumir el Departamento de Estado era hacer factible tales objetivos, A iniciativa de Charles E. Hughes, Secretario de Estado bajo la presidencia de Harding, las principales empresas petroleras organizaron la Near East Development Corp. Para dicha corporación que aglutinaba a la Standard de Nueva Jersey, la Socony, La Gulf, la Texaco, la Sinclair y la Atlantic el Departamento de Estado reclamaba al Foreign Office una participación en la explotaci6n del petróleo del Oriente Medio-15/ . La perseverancia del Departamento de Estado y el agravamiento de las relaciones entre ambos países, llevó a Gran Bretaña a ceder gradualmente en sus intransigentes posiciones originarias. Ya en 1922, la Jersey Standard había iniciado negociaciones directas con la Anglo-Persian. Sir John Cadman, presidente de esta Última, sin poder oponerse indefinidamente de la intromisión petrolera americana en Irak tendría que decir ulteriormente, que tal unión anglo-americana era conveniente por razones financieras, tecnológicas y políticas. El principio de acuerdo que permitía el ingreso de las empresas americanas, dejaba en pie de discusión el porcentaje que a éstas se les otorgaría. Las rivalidades anglo-americanas por el porcentaje de propiedad que detentaría la Near East Development Co. fue una buena excusa británica para obstaculizar y demorar la reconstitución de-la Turkish Petroleum Co. La inestable situación política del Medio Oriente en la década de los años veinte también constituyó un impedimento real para la fornalizaciÓn de los acuerdos definitivos. Los sucesivos levantamientos nacionalistas en Siria, Irak y P a l e s tina, más el de Turquía por el desmembramiento territorial del antiguo imperio otomano y la pérdida de MOSSU~,dilataron los acuerdos finales hasta 1928. En ese año se reorganizó la Turkish Petroleum Co., la cual fue rebautizada un año mas tarde como Irak Petroleum Co. En la nueva sociedad, la Royal Dutch-Shell conservó en gran medida su cuarta parte original del arreglo que, en 1914 había fraguado Calouste Goulbenkian. Para dejar cabida al 5% de Goulbenkian, la Royal Dutch-Shell redujo su participación al 23.75%. La Anglo-Persian sólo pudo retener un 23.75%. La-mitad del SO% que ella tenía por los acuerdos de: 1914, tuvo que ser cecildo a la Near Development Co., y, un 1.15% a Calouste Goulbenkian, por sus servicios de promotor y ''oficial de enlace: de los intereses agrupados en la Turkish Petroleum Co. . - De la Near East Development Co. sólo queda~ael nombre. Gran parte de las compañías que la constituían se habian r e t i r a d o de ells- y ~ 6 1 0subsistían la Jersey Standard y la Socony. Cada una de ellas recibió el 11.875% que correspondía a una repartici6n del 23.75% cedido por la Anglo-Persian. El gobierno francés consiguió también su 23.75%, el que sería posteriormente confiado a la Compagnie Francaise des Pétroles. . Calouste Goulbenkian , "Mr Five Per Cent" , fue recompensado con su S$. Después de trabajar muchos años para los intereses de la Royal Dutch-Shell en su búsqueda de concesiones en Irak, Goulbenkian se había transformado, después de finalizada la Primera Guerra Mundial, en un gran defensor del ingreso de la Standard Oil y las otras compañías petroleras norteamericanas en Irak. Haciendo consideraciones respecto a la necesidad de visua- ' , t i 11 1 ! ii 1 I1 lizar los intereses de la industria petroleia internacional a largo plazo, Goulbenkian se movía tras la consecusiÓn de acuerdos entre las grandes empresas pet~olerasinglesas y norteamericanas que evitasen la *'competenciaineficaz:'en la consecusión dz las riquezas petroleras del Cercano Oriente. Como los descubrimiei~tosde petróleo-en Persia y en Irak hacían altamente probable que gran parte de la zona contuviese importantes yacimientos, las diversas compañías se abalanzarían a la conquista de nuevas concesiones. Coulbenkian, que percibía como peligrosa la competencia por concesiones - especialmente por la pérdida que representaría para 61 quedar fuera de las nuevas concesiones que se disputarían ingleses y americanos - ingenió un nuevo acuerdo para ligar más a h los intereses de los socios de la Irak Pe. - trolewn co. y de su artífice. Por los "Red Line Agreements" todas las compañías hermanadas en la Irak Petroleum Co. se comprometieron a no recibir concesiones aisladamente de las restantes en todos los territorios del antiguo Imperio Otomano. La obtención de concesiones en sociedades conjuntas - como las que inspiraba el modelo de la ex-Turkish 2etroleum - integradas por las principales compañías petroleras del mundo no sólo significaba a estas una mayor posibilidad de exito en la obtención de los fines concesionarios, sino también al '.visionario Mr. Five Per Centf'seguir conservando su porcentaje-16/ . Los acuerdos de la "Línea Rojaf',denominados así por el trazado con color rojo que Goulbenkian efectu6 sobre un mapa del Cercano Oriente para pone$ fin a las~discusionessobre los "límites del ex-Imperio Otomano - que pasaría a constituir el "terreno acotado" de los socios de la Irak Petroleum - satis- Los britanicos aceptaron los acuerdos de la 'Línea Roja!; porque les permitía conservar sus pretensiones en Arabia Saudita, Qatar, la Costa Trucial, Oman y Muscat y el Yemen. g C< Igual aprobación le dispensaron las dos compañías Standard A la Gulf, que se había retirado de la Near East Development co tambi6n le resultaba conveniente ya que ella procuraba Conseguir concesiones en Bahrein y Kuwait, países excluídos de 10s límites del ex-Imperio Otomano y , por ende, de los acuerdas de la ' ~ í n e aRoj a'! dc PE CE a¿ tr Tr . Al fundir los intereses que en la Irak Petroleum tenían las principales compañías americanas y británicas, con los intereses franceses y, al consolidarlos en los acuerdos de la :'~íneaRoja" que posibilitaba la continuidad de la hermandad a otros territorios del Cercano Oriente las principales empresas la formación del cartel petrolero multinacionales iniciaron internacional. El buen entendimiento entre las grandes empresas asociadas a la Irak Petroleum los llevaría a celebrar los acuep17/ dos Achnacarry- ca se tá Em pb ot . Dichos acuerdos, propiciados por Sir Henry Deterding, Presidente de la Royal Dutch-Shell, tenían por objeto hacer cesar la competencia entre las grandes empresas petroleras. la: fimo Para olvidar los resquemores de los viejos tiempos en que habían rivalizado en largas guerras de precios, la Royal DutschShell, la Anglo-Persian y la Standard de Nueva Jersey, convenían la repartición de los mercados y sentaban las bases de un sistema de precios para los crudos que impedla la "competencia desleal" entre ellas. el La trabajosa mancomunicaciÓn de intereses que acceso americano a la producción petrolera de Irak, hizo posible lograr a un conjunto de compañías multinacionales, mucho más que la obtención de algunas concesiones sobre los riquísimos campos petroleros de Mossul y Kirkuk. La ganancia adicional y mayor, fueron los acuerdos de cartelización que 10s socios de la Irak Petroleum Co. consiguieron. do de tac cor con y zad cia ="ee Como contrapartida, Irak pas6 a recibir a título de re4 chelines por tonelada de petrólei. Ella fue su Única tributaria. En la primera concesión de 1925, Irak entregaba derechos d e exploración y explotación a la Irak Petroleurn Co. sobre todo el &S, con excepción de Basorah. En nuevas revisiones de su concesión, la Irak Petroleum Co. obtuvo Basorah y posteriormente concesiones sobre la casi totalidad de las zonas terrestres de Qatar, Abu Dhabi y de los restantes emiratos de la Costa ~~ucial. La obtención de concesiones en Arabia Saudita no estuvo caracterizada por los largos conflictos de la llamada guerra secreta del petróleo" entre las cancillerías americana y británica, que acompañaron a la apropiación del petróleo irakí. Empero, al igual que lo ocurrido en Irak, los arabes sauditas obtuvieron .condiciones muy desventajosas de las concesiones que otorgaron a la Standard Oil de California (Socal). En 1923, Frank Holmes, un ex-oficial del ejército neo-zelandés logró convencer al rey Abdul-Azis Ibn Saud que le confiriese una concesión de exploración, a cambio de la cuál el monarca saudita recibiría una renta de L. 2.000 anuales. . . Después de buscar petróleo en la región de Al Hassa, por dos años, la Eastern and General Syndicate de Holrr,es se retiró de Arabia Saudita. El fracaso de Holmes que antes había tratado de vender sus derechos concesionarios a la Jersey Standardcontribuyó a fortalecer la creencia generalizada entre las grandes compañías, respecto a la pobreza petrolera de Arabia Saudita. Pero, el descubrimiento de yacimientos en Bahrein realizados por el propio Holmes, obligaron a reconsiderar las potencialidades petroleras *de Arabia Saudita, especialmente de la región de Al Hasa, colindante con las aguas del Golfo Pérsico. La Gulf, que había comprado los derechos de la Eastern and General Syndicate sobre Bahrein, tuvo que desistirse de ellos. ya que los acuerdos de la Línea Roja' le impedían explotarlo, sin el consentimiento de los restantes partícipes de la Ir& Petroleurn. La Compañía de los Mellow consideraba más importantes 6eep una parte de la producción de Irak, por reducida que fuese, antes que efectuar una aventura incierta en Bahrein, país que junto a ~uwait,habían sido desechados por los ge6gologos de la Angla, Persian. Esta circunstancia obligó a la Gulf a transferir sus 18/ derechos a la Soca1 en 1928- . En 1930 la Socai solicitó una concesión petrolera a Abdul, Aziz Ibn Saud, pero éste rechazó las pretensiones de la compañía, El fracaso de las exploraciones de Holmes años antes y sus desilucionadoras experiencias con los infieles", hacían pensar al monarca que ningfin resultado provechoso se obtendr4a otorgando nuevas concesiones. La Eastern and General Sindicate se había retirado dejando impagos los derechos anuales de exploración y los dos años en que las cuadrillas de trabajo de la compañía gastaron en Arabia Saudita sin provecho alguno, habían desesperanzado a Ibn Saud respecto de las posibilidades de que su país contuviese petróleo. - N o obstante, la disminución de los ingresos generados por los derechos de perenigraje a La Meca a comienzos de la década de los años treinta, provocada tanto por la depresión mundial como la desconfianza a la ortodoxia Wahabita de parte de los peregrinos musulmanes no arabes, hicieron cambiar de actitud a Ibn Saud. La necesidad de proveer subsidios a los jeques de las tribus del reino que Ibn Saud había unificado, y de cuyo apoyo y lealtad requería para su conservación, más las esperanzas que generaban 10s descubrimientos en Bahrein, constituían motivaciones .sufi- tientes para que el rey se aventurase a otorgar nuevamente concesiones de exploraci6n y explotación de recursos petroleros. La Irak Petroleum ofreció a Ibn Saud L. 10.00C por concesiones petroleras en la regi6n de Al Hasa. Al parecer, las compañ~asasociadas en la Irak Petroleum Co., especialmente la ~nglo-Iranian,estaban más interesadas en evitar el ingreso de nuevos competidores en Arabia Saudita que en la explotación inmediata de los nuevos campos que pudiesen encontrarse. El de Irak era suficiente para cubrir las necesidades que en 1933 tenían las compañías entrelazadas en la Irak Petroleum Co.. A diferencia de la Irak Petroleum Co., la Soca1 no tenía fines preventivos y realmente deseaba conseguir la concesión de parte de Ibn Saud. Resulta difícil pensar que; dado el enorme poder finan- , ciero de los socios de la Irak Petroleum comparado con el de una compañía esencialmente regional como lo era la Soca1 en 1933 - cuyas actividades productoras y de distribución se limitaban a la Costa del Pacífico de Estados Unidos - no haya podido superar la prima de L. 35.000 que ésta había ofrecido-19/ , . del rrayor valor de la prima de la Socal. Ibn Saud tnda otras razones para preferir a esta coq&a sobre la Irak Pe-trolem. Ad& La Socai no teda vinculaciones con los británicos, a quienes Ibn Saud dispensaba una profunda desconfianza. El hecho de que el Colonial Office hubiese favorecido a las mnarquías Easchemitas de Irák y Transjordania, contra las cuales Ibn Saud había conbzttido militarmente, a d d s de los propios enfrentamientos que sus fuerzas habian tenido con las tmpas inglesas que ocupaban esos territorios, kibían predispuesto a Ibn Saud con-ira todo lo que p m viniese de los británicos. El breve interludio de relaciones armoniosas con los británicos se produjo cuando Gran Bretaña había subsidiado a Ibn Saud con L. 5.000 mensuales durante la Primera Guerra Mundial Para que éste interrumpiese su guerra con Hussein por el control de la región de Hejaz-2 o / . Los b r i t á n i c o s h a b í a n p r o p i c i a d o l o s levantamierLtos á r a b e s en c o n t r a d e l o s t u r c o s en H e j a z , encomendándole a la monarquía Haschemita l a r e a l i z a c i ó n d e e s a t a r e a . Concluída l a Primera Guerra Mundial y a p e s a r d e que l o s s a u d i t a s h a b í a n luchado j u n t o a l o s b r i t á n i c o s e n l a Pen í n s u l a A r á b i g a , e s t o s h a b í a n , a l r e a n u d a r l a g u e r r a d e l Hejaz 9 apoyado a l o s Haschemitas en desmedro d e I b n Saud. S t . John P h i l b y , un i n g l é s que h a c í a las v e c e s d e consejeFo d e l monarca, también e x p r e s ó s u s p r e f e r e n c i a s f a v o r a b l e s a l a S o c a l , y a que e s t e pensaba que l a compañía americana tend r í a r e a l e s i n t e r e s e s de d e s c u b r i m i e n t o e i n i c i a r í a rápidamente l a producción y e x p o r t a c i ó n d e l p e t r ó l e o que s e e n c o n t r a s e . En un ambiente d e t a n t a d e s h o n e s t i d a d como e l que caract e r i z a b a a l a c o n q u i s t a d e d e r e c h o s c o n c e s i o n a r i o s d e explot a c i ó n p e t r o l e r a , P h i l b y - que p a r e c í a s e r un "ave r a r i s ' ' por - p r o c u r a b a l o que se p r e s e n t a b a como l a mejor o p o r t u n i d a d d e l momento p a r a l o s *abes s a u d i t a s -2 11 s u moralidad p e r s o n a l . Además d e c a n c e l a r las L. 35.000, e n s o b e r a n o s de o r o , - a p e s a r de que e r a l a Única moneda que a c e p t a b a I b n Saud que e l l a s e s t a b a n f u e r a de c i r c u l a c i ó n p o r h a b e r Gran Bretaña abandonado e l p a t r ó n o r o - l a Soca1 t u v o que comprometerse a o t r o s pagos. A f i n d e s o l v e n t a r l a s n e c e s i d a d e s i n m e d i a t a s d e l a monar- q u í a , l a S o c a l s e comprometió a p a g a r L. 5 . 0 0 0 a n u a l e s hasta que s e e n c o n t r a s e p e t r ó l e o comercialmente e x p l o t a b l e y a adel a n t a r un préstamo p o r L. 100.000 a c u e n t a de f u t u r a s regalías* Cuando s e i n i c i a s e l a producción d e p e t r ó l e o , l a monarquía r e c i b i r í a un r o y a l t y s i m i l a r a l d e l o s i r a k í e s , d e s ó l o 4 chel i n e s por tonelada, E l pago d e l o s r o y a l t i e s que h a c í a l a Soca1 o b l i g a b a a Ibn Saud y a s u s s u c e s o r e s a r e n u n c i a r a c u a l q u i e r imposición 221 t r i b u t a r i a d u r a n t e l o s 6 0 años que d u r a r í a l a . Para iniciar la exploración y explotación de los recursos petroleros de la Arabia Saudita, la Soca1 creó una subsidiaria, la California Arabian Standard Oil Co. - . Con el fin de vender el petróleo de Bahrein y el que obtuviese en Arabia Saudita, la Socal adquirió en 1936 la mitad , de los establecimientos de distribución de la Texaco en el hernisferio oriental. La filial de propiedad conjunta de ambas compañías, la ~alifornia- Texas Oil Co. (Caltex), que se formó para unir los intereses de ambas empresas, se acrecentó en 1938, después del descubrimiento del campo de Damman, en Al Hasa. La Socal traspasó a la Texaco la mitad de sus intereses productivos en Arabia Saudita y Bahrein por US$ 3.000.000 al contado, más de US$ 18.000.000 pagaderos a cargo de futuras ganancias-23/ . Empero, la reconstitución propietaria de Arabian American Oil Co. (Aramco) como pasó a denominarse la compañía en 1944, se produjo en 1948 con el ingreso de la Jersey Standard y la Socony en ella. En efecto, en dicho año, después que Arabia Saudita se había transformado en uno de los países más prometedores en reservas con los descubrimientos sucesivos de los yacimientos de Abu Hadriya y de Abqaic en 1940 y de QDatif y Ai'n Dar en 1945, las dos compañías Rockefeller lograron que la Caltex les traspasase un 40% del capital accionario. ¿Qué circunstancias llevaron a la Caltex a desprenderse de tan importantes riquezas? A raíz de la guerra, la Caltex había reducido su producción exclusivamente a lo que podía vender en condiciones de seguridad de embarques. Esta circunstancia hizo disminuir sustancialmente el monto de las regalías que recibía Abdal-Azis Ibn Caud, a lo que se sumaba el hecho que el peregrinaje de Egipto y la India hacia la Meca se había también reducido un mínimo. , Pa Para sufragar los gastos de la familia real y la incipiente administración pública, además de los subsidios a los jeques de las tribus que ya habían comenzado a disfrutar de la renta petrolera, Ibn Saud requería ingresos anuales permanentes por US$ 10.000.000. En 1940, el monarca Wahabita demandó de la Caltex un préstamo por US$ 6.000.000, esperando obtener el resto de G~~~ Bretaña, la que después del descubrimiento de Damman buscaba. 24/ intensificar sus buenas relaciones con Ibn Saud- . La Caltex suministró US$ 3.000.000 a Ibn Saud y comppometi6 otros US$ 3.000.000 al monarca, los que no fueron aprobados por los consejos directivos de las compañías matrices asociadas a la Caltex. -No obstante, temerosos de deteriorar sus relaciones con Ibn Saud, los ejecutivos de la Caltex se dieron a la tarea de buscar otras soluciones que evitasen desprenderse de US$ 6.000.000 anuales, ya que el pago de regalías a Arabia Saudita no sobrepasaba de US$ l.SOO.OOO al año. La solución prevista no era otra que la de conseguir que el gobierno federal proporcionase los fondos que requería Ibn Saud a través del Lend-Lease 25/ Progran , el Eximbank o cualquier otro medio- . Finalmente, y después que la Marina rechazó la oferta de compra de petr6leo de la Caltex por US$ 6.000.000, señalando que no los requería, los británicos convinieron en ayudar a los administradores del Programa de Préstamos y ~rriendos, haciendo de intermediarios en la transferencia de 10s recursos 26/ destinados a Ibn Saud- El 10 e4 Ca CO te. ár de. te: de de pa: Ca: hit se CO CU ju en ' . De los préstamos otorgados a Gran Pet Ver a 7 Por ser Los escrÚpuios que tenía la Administración Rooselvet para auxiliar directamente a Ibn Saud fueron vencidos en 1943. ~1 hecho de que Gran Bretaña ayudase tambien económicamente a los sauditas y hubiese enviado tropas militares acompañadas de equipos de geólogos e ingenieros petroleros hacían temer a la Caltex de que los británicos estuviesen interesados en obtener concesiones en territorios que ella consideraba suyos. Los proyectos de apertura de bancos británicos en Jeddah tendientes a estrechar más la economía comercial del Hejaz al área de la libra esterlina, unida al creciente acercamiento del Foreign Office a la monarquía saudita, mostraban las intenciones britanicas en el reino de Ibn Saud. La Caltex se movilizó rápidamente convenciendo al gobierno de Roosevelt sobre la necesidad de considerar la conservación de los yacimientos petrolíferos de Arabia Saudita como vitales para el aprovisionamiento petrolero de los Estados Unidos. Su posesión en manos de empresas norteamericanas - de la Caltex naturalmente - sería vital para el suministro futuro de hidrocarburos de la nación norteamericana. Paradojalmente, la seguridad de Estados Unidos aparecía estrechamente ligada al control de algunos yacimientos petrolíferos en el Medio Oriente, cuyo posible arrebato por los británicos, ponía en tela de juicio a aquella. El temor del agotamiento interno de ias reservas petroleras en suelo estadounidense, unido a la necesidad de controlar el árabe saudita, fueron 1o.s argumentos aducidos para convencer a Rooselvet de que comenzase a efectuar préstamos directos a Ibn Saud. Ellos serían cancelados con petróleo saudita proporcionado por la Caltex a la Marina de Guerra y cuyos precios serlan inferiores a los precios de referencia. 1 A cambio de esto. Ibn Saud permitió por acuerdos secretos el establecimiento de bases aéreas norteamericanas en Dahran durante la guerra y convino la iniciación de un programa de asistencia técnica militar. No obstante el éxito que estas medidas tuvieron para aU, mentar la influencia norteamericana en la corte de Ibn Saud y mantener las posiciones logradas por la Caltex en el petróleo de Arabia Saudita, evitando cualquiera interferencia británica, los argmentos que la Caltex había dado a Rooselvet para conseguir el apoyo financiero gubernamental se volvieron en su contra. Harold Ickes , secretario del Interior del presidente Roosel, velt y Administrador del petróleo de Guerra, estimó conveniente que el control de la producción y reservas de hidrocarburos en Arabia Saudita - tan vitales para la seguridad americana como declan la Caltex y la Aramco - fuese controlada directamente por una agencia del gobierno federal. Rooselvet aceptó las ideas de Ickes y de su Petroleum Reserves Co., proponiendo la compra de la totalidad de las acciones de la Aramco a los ejecutivos de la Soca1 y de la Texaco, quienes se opusieron rotundamente a la medida. Como Ickes persistiese en sus objetivos, aunque ahora .abandonando el control federal integro sobre la Aramco y sustituyéndolo por un porcentaje de ella, las empresas petroleras expresaron su solidaridad absoluta con la Caltex y presionaron sobre el Congreso el Ejecutivo Federal a fin de impedir las pretensiones de Ickes. y ,La Caltex rechazó los ofrecimientos de comprar e l 7 O % , e l . 51% y el 33% que sucesivamente hizo Ickes para tratar de conseguir una participación federal en la Aramco. Cuando el Secretario del Interior había rebajado sus aspiraciones a un mero 33% de la propiedad de la Aramco, tanto la Soca1 como la Texaco dilataron sus respuestas. La derrota de las tropas alemanas en Al-Alamein tornó más empecinada la negativa de las compañías asociadas en la Ca1te.xhaciendo desahuciar definitivamente el proyecto-2 8/ . Como Ickes renovase sus pretensiones de control federaldel petróleo del Medio Oriente, esta vez con la construcciÓn de un gran oleoducto de propiedad federal que transportaría : la producción de Arabia Saudita y Kuwait hasta el Mediterráneo, las empresas petroleras volvieron a plantear su oposición a los proyectos de Ickes. La Socal, la Texaco y la Gulf aprobaron en un comienzo la construcciÓn del oleoducto ya que les evitaba hacerlo a ellas. Pero, posteriormente, se sumaron en su oposición a las restantes empresas de la industria, que veían las inicia-. tivas de Ickes como peligrosas y capaces de generar precedentes en otros paises, donde existían inversiones petroleras americanas, y, tal vez en el propio Estados Unidos. La industria petrolera, tan afectada a la "tradición de la libre empresa" americana, definía para el gobierno federal un papel que se limitaba a la protección diplomática y militar de las inversiones privadas en el extranjero. La extensi6n de su rol a una gestión empresarial no era conveniente. La producción y comercialización del petróleo y sus consecuentes beneficios correspondían exclusivamente a las compañías petroleras. A.raíz de que la construcciÓn del oleoducto se hacía necesario - y la producción de la Caltex que .le - - suministraría la Aramco requería de nuevos mercados de los cuáles carecían la Socal y la Texaco - la Jersey Standard encontró su oportunidad de ingreso en Arabia Saudita. Una asociación con la Jersey Standard resultaba conve, niente para la Caltex, ya que le permitía financiar el oleoducto trans-arábigo y balancear la producción con las ventas utilizando los servicios de distribución mundiales de la Jersey y Standard, especialmente los de Europa Occidental, La construcciÓn del oleoducto con el aporte financiero de la Jersey Standard, además de generar mayores utilidades W p el carácter más económico que el transporte por oleoductos tenía sobre el realizado por buques-tanques, permitía impedir .. nuevos intentos de Ickes o de cualquier otro 'new dealeril. En 1948, despues de tres años de negociaciones, la Socal y la Texaco se desprendieron, cada una de un 20% de sus acciones en la Aramco, para dar cabida a la Jersey Standard y a l a Socony . En la reorganización propietaria, la Soca1 y la Texaco retuvieron un 30% de las acciones. La Standard de Nueva Jersey entró a participar con un 30% y el 10% restante le fue otorgado a la Socony. Por sus adquisiciones accionarias en la Aramco, la Jersey 29/ Standard pagó US$ 76.500.000 y la Socony US$ 25.500.000-. Además, tanto la Standard de Nueva Jersey como la Socony se comprometieron a aportar USS 120.000.000 en la contrucción del oleoducto y a no retirar sus beneficios de la Aramco hasta no haber cancelado US$ 300.000.000, en total, a la Soca1 y a la Texaco. Ibn Saud estuvo ausente en todas estas negociaciones de traspaso de propiedad de las acciones de la Aramco. Ciertamente, la aquiescencia del monarca contaba poco para acuerdos que sólo correspondían a los socios de la Caltex. -T ,- - Tampoco el gobierno a~abe-sauditaobtuvo una propietaria en el nuevo arreglo accionario de la Aramco. No percibi6 ni tan siquiera el 5% de Calouste Goulbenkian en la Irak Petroleum Co., a pesar de que Ibn Saud había otorgado nuevas concesiones a la Caltex en 1939. * No obstante haber recibido proposiciones de intereses alemanes, italiano y japoneses, Ibn Saud había optado por renovar su alianza con la Caltex, en 1939, otorgándole una nueva concesión por 80.000 millas 2 , contra el pago de una prima de tan sólo L. 140.000. i i I f ' . 1 ! i I De igual manera que en la concesión de 1933, Arabia Saudita se comprometía a no cobrar impuestos a.la Caltex y a con-- Los acuerdos propietarios de 1948 entre la Caltex y las dos principales compañías Rockefeller, además de aumentar el entrelazamiento de intereses de las principales compañías multinacionales americanas en el Oriente Medio, tuvo otro efecto consecuencia1 importante. La introducción de las dos compañías Standard en la propiedad de la Aramco significó la disoluciÓn de los acuerdos de la "Línea Roja". 1 La Jersey Standard y la Standard de Nueva York habían adquirido derechos de propiedad en límites vedados a las compañías signatarias de los acuerdos de la Línea Roja. Su ingreso individual en la Aramco sin el acompañamiento de los restantes socios de la Irak Petroleum Co. hizo surgir las protestas encendidas de la Compagnia Francaise des Pétroles y de Calouste Goulbenkian. 1 1 l1 Este Último cimenazÓ con iniciar acciones judiciales en Londres en contra de las dos compañias americanas que habían traspasado las ''línea9 rojas1:acordadas 20 años antes. De.nada valieron los argumentos de las dos compañias en un momento muy oportuno - que los acuerdos de 1928 eran con. trarios a la política americana de ),puertasabiertas'' en el Cercano Oriente y restrictivo de la libertad de comercio. Para evitar una publicidad escandalosa y nada Conveniente a sus intereses, las empresas afectadas convinieron en pagarle a Goulbenkian una indemnizaci6n de 3.800.000 de toneladas de petróleo anualmente durante 14 años. Pagos parecidos recibió la Compagnie Francaise des P& troles, la que nada podía hacer para evitar la derogación de los acuerdos de la "Línea Rojas1y su exclusióri en la producción de la Arabia Saudita-31/. En Kuwait , el otorgamiento de concesiones petroleras tuvo las mismas características perjudiciales a los intereses del país que habían tenido en Ir&, Irak y Arabia Saudita. Holmes, después que logró en 1925 obtener su concesión sobre todo Bahrein, gracias a sus conocimientos ingenieriles que ayudaron al jequeato a obtener agua de pozos subterráneos - trató de interesar a la Anglo-Persian, la Roral Dutch-Shell y la Burmah Oil Co. sucesivamente, sin lograr conseguirlo. Posteriormente, Holmes intentó hacer lo mismo con'la Standard Oil de Nueva Jersey y otras compañías importantes fracasando nuevamente, Finalmente, en 1927, la Gulf, desvués de haber rechazado las proposiciones iniciales de Holmes, terminó aceptando comprarle su concesión, la que tuvo que traspasar a la Soca1 un año después, ya que los acuerdos de la "Línea Roja1'1; impedían participar en Bahrein sin el consentimiento de los otros socios de Irak Petroleum, los que no estaban interesados en ella. El carácter promisorio que tuvieron los resultados de 10s reconocimientos geológicos que efectuaba la Soca1 & ~ahrein y el retardo de las negociaciones referentes a la explotación conjunta del petr6leo irakí, hicieron cambiar la política de la Gulf, la que cpt6 p o r renunciar n l consorcio norteamericano que luchaba p o i entrds' en la prodiicci.6n i : ~ a k íy comisionar a Holmes para que le ob-hviase Una concesión e n Kuwait. i i j Hoimes y la O u l f encontraron 1.a oposioijn de la Anglo~ersian,co~y&iía que hnbihdose percatedo de los anteriores errores estimitivos de sus geólogos quería la obtencibn de derechos col?cesiona?ios en Kuwait . Ln cc:,dicih. 3% protectorado británico que tenía Kuwait desde 1 8 9 s otorgaha ventajas notorias a la Anglo-Persian sobre la Gulf para obtzner la concesión. A la conducción de sus relaciones exteriores que el protectorado suponla, los británicos - despues del drscubrimiento de Masjaid-i-Suleiman en Persia había agregado como obligación para el Jeque de Kuwait, la de recabar el consentimiento británico para el otorgamiento de concesiones pet~ole~as. - La Gulf, apoyada por el Departamento de Estado y convenien- 1 i i I I de , temente representada por Andrew Mellon - en su doble papel principal acrionists de la Gulf y Embajador de Estados Unidos ante S.M. Brith~lca- logró conseguir una distribución igualitaria en la onpresa de propiedad conjunta que formaría con la Anglo-Persi an. 1 Pop los acuirrlos de 1 9 3 4 , la Gulf y la Ai~glo-Persianconstituyeron la Kuwait Oil Co. y obtuvieron una concesión sobre . casi todo e l t ~ m i t o r del i ~ protectorad~. 1 Como ya e x - tFaciicionaJ- en las concesiones del Cercano Oriente, Kuvait renmciaba a cobrar impues-Los.,a cambio de una regalía de US9 G.1J por barril, cantidad inferior a la que recibía~Irán, I ~ a ky Arabia Saudita e incluso menor a los US$ 0.14 que obtmía Bahrein. I l . A mayor obcndamiento, el pago de la regalía no.tenía que hacerse en 681ares o libras esterlinas sino en rupias indias,, que era la hita morleda -admitidaen el Jequeato de Kuwait. Más lesivo aUn que los bajísimos ~oyaltiesfueron P a r a los intereses del jeque Ahmad y los kuwaitíes, los acuerdos complementarios que adoptaron las dos compañías socias de la Kuwait Oil Co. Ambas compañías acordaron no perjudicarse mutuamente con la producción de Kuwait cuyo volhen, de ser exportado, deterioraría los precios al crear exceso de oferta. Al margen de los intereses de los kuwaitíes, la AnglaPersian se comprometió a proporcionarle a la Gulf, a precio de costo, todo el petróleo que requiriese para sus ventas en el Hemisferio Oriental desde sus campos iranies. A cambio de esto - que significaba reducir al mínimo la produccibn kuwaití - la Gulf entregaba las decisiones sobre Mlhenes de producci6n a la Anglo-Persian-3 2 / . Ajenos a estas negociaciones, los kuwaitíes se perjudicaron enormemente hasta que la nacionaiizacibn de las instalaciones de la ex-Anglo-Persian en 1951, forz6 a esa compañía a producir el rico campo de Burghan de acuerdo a sus potencialidades reales. Afortunadamente para Kuwait, el boicot a Moussadegh requería que la Anglo-Iranian cubriese sus déficits productivos de Irán en otro sitio, pudiendo así producirse la apertura real de la producci6n petrolera kuwaití. Respecto de ella las compañías enlazadas en la Kuwait Oil Co. habían decidido su virtual cierre hasta que se presentase una mejor oportunidad para sus respectivos intereses comerciales. Que tanto para la Anglo-Persian como para la Gulf, la conobtenida en Kuwait tenía un carácter meramente quedó manifiestamente demostrado. Con una amplia de crudo en Estados Unidos y Venezuela que era suficiente para las restantes operaciones de distribución de la compañía, la Gulf no requería el petr6leo de Kuwait para satisfacer los requerimientos de sus propias instalaciones de distribución. . ceslon C Los sucesivos acuerdos de venta a lzrgo plazo que posteriormente consiguió con la Roya1 Dutsch-Shell ., la Standard de Nueva York y la Atlantic indicaron que el petróleo de ~uwaithabía desbalanceado las distintas operaciones de la . compañía, haciendo que dispusiese de mas petr6leo del que podía vender. 4 El petróleo de Kuwait había no sólo desequilibrado a la Gulf como compañía integrada con operaciones balanceadas sino además a la Anglo-Iranian, la que también por medio de acuerdos de venta por 2 0 años había logrado vender su parte a la Jersey Standard y a la Standard de Nueva York-3 3 / . La posible producción petrolera de Kuwait había sido conseguida para satisfacer necesidades futuras de las compañias y, en la determinación de su volúmen, Kuwait no tenía participación ninguna. 1 1 Kuwait y Arabia Saudita, especialmente ésta Última, tomaron conciencia progresiva de la importancia del petróleo y de lo generosas que habían sido las concesiones otorgadas en la década de los años treinta. A fines de la década de los cuarenta al otorgarle ambos países concesiones por separado a la Arnerican Independent Oil pagos de primas y otras contribuciones aumentaron bastante en comparación a las concesiones primitivas-34/ . I 1 1 i i En la concesión otorgada por Kuwait en 1943 a la Aminoil, el jeque Ahmed obtuvo una prima de US$ 7.500.000 por ella y, el monarca personalmente la entrega de \in yate real de US$ 1.000.000. Ademss, la Aminoil debía garantizar a título de regalias, un pago mínimo de US$ 6 2 5 . 0 0 0 anuales se encontrase o no petróleo- . Un año mas tarde, Ibn Saud, al confe-irle la concesión a Paul Getty, superó las exigencias de Ahmed. A camco del otorgamiento de la concesión, Ibn Saud requiri6 el pago de una prima de US$ 9.500.000. Adicionalmente la cancelación de una prima anual adelantada de US$ 1.000.000, que al igual que en el caso de Kuwait era requerida independientemente de los descubrimientos de petroieo. Por otra parte y lo que parecía ser inusitado - dentro de la tendencia hist6rica que había caracterizado al otorgamiento de concesiones hasta entonces - era el establecimiento de un impuesto a las utilidades cuya tasa se fijaba en un 25% de ellas-361 Paul Getty termine aceptando las condiciones de Ibn Saud ante el temor que otros interesados pudiesen conseguir la concesión. Ya Ralph Dayies había logrado unir diversas compañías petroleras menores en la Aminoil, para acceder a terrenos que hasta entonces habían estado reservados a las grandes compañías multinacionales americanas. Como el Departmento de Estado propiciaba que el control de los recursos petroleros de la Zona Neutral lo tuviesen compañías americanas "independientes" - para evitar así críticas relativas a qve su política sólo favorecía a los Rockefeller y a los Mcllon - Getty cedió a las exigencias de Ibn Saud ante el temor que otras compañías petroleras lograsen desplazarlo. La concesión otorgada tambien est~voacompafiada de exigencias de construcción de viviendas, escuelas y establecimientos hospitalarios para los empleados de la compañía operadora. Además se le exigió a Getty el establecimiento de una Pequeña refinería de 12.000 barriles diarios e instalacione's-de 37/ almacenamiento para 150.000 Carriles- , En Venezuela el otorgamiento de las primeras concesiones petroleras tuvieron lugar durante los primeros años de gobierno de Juan Vicente G6mez. AÜn cuando algunas concesiones alcanzaron a ser otorgadas por Cipriano Castro, fue Ggmez, durante su larlga dictadura de 27 años, quien confirió los primeros derechos de exploraciin y explotaci6n petrolera en Venezuela. Tales concesiones, otorgadas personalmente por el di6tador, no estuvieron sometidas - dadas las características del gobierno de G8mez - ni a criterios legales-generales ni menos a un control pfiblico que evitase el fraude en su otorgamiento y traspaso. La corrupción que envolvía a los procedimientos empleados por Cipriano Castro y Juan Vicente G6mez hicieron de las concesiones petroleras una fuente de enriqueciiniento personal. Ellos no otorgaron las primeras concesiones a las compañías petroleras interesa&s en obtenerlas ;como la Royal Dutsch-Shell, sino a sus propios parientes y amigos. No obstante, el fin perseguido era la obtenci6n de los bene£icios que deparaba su venta posterior a las empresas petroleras extranjeras. Así. las célebres concesiones "Vig&s", ísArang~ren'sg "Valladares" y 'PTrigelles",otorgadas a partir de 1 9 0 7 fueron m& tarde transferidas a la Royal Dutch-Shell-3 8 / . Mbs allá de la '&o~ru~ciónpolítica que su otorgamiento implicaba y de la defraudación fiscal inherente, las concesiones que tanto beneficiaron a los familiar-esde Juan Vicente GÓmez, tuvieron ciertas características relativamente comunes. . En primer lugar, las concesiones otorgadas abarcaban vastas extensiones te~ritori~les, que sobrepasaban por lo general a 1 . 0 0 0 . 0 0 0 de hás. AS$ por ejemplo, la concesión "Vigas" tenía una extensi& de 2 . 0 0 0 . 0 0 0 de has y comprendía todo el distrito de Colón en Zulia. La concesión "Aranguren", de más de 1 . 0 0 0 . 0 0 0 de hbs., se extendía por los distritos de Bolívar y Maracaibo en el estado de ~olívar. Las concesiones, además de otorgarse sobre superficies muy grandes, comprendlan períodos de duración muy largos, ge, neralmente 50 años como en las conferidas a Vigas y a Arangucen . Por el otorgamiento de estas concesiones el fisco venezo, lano no recibía ningún beneficio, con excepción de un impuesto superficial equivalente a 0.38 Ss(bo1ívares) por hectárea. Los concesionarios no cancelaban ni impuesto a los beneficios ni royalties. En 1922 GÓmez convino con las empresas extranjeras una nueva legislación petrolera. Ella representaba cambios más ventajosos con respecto a la situación precedente, pero en ningún caso los que podían esperarse en atención a la importancia creciente que adquiría Venezuela en la producción mundial de petróleo y a la transformación que experimentaba la estructura productiva del país, de agrícola a petrolera. La ley de 1922 contemplaba - para las nuevas concesiones que se otorgasen en el futuro - una extensión máxima de 10.000 hás. y una duración de 40 años. Los concesionarios no podían poseer derechos de exploración y explotación por más de 80.000 hás., limitación que las compañías petroleras violaron con facilidad al multiplicar las subsidiarias de su propiedad. Como las compañías beneficiadas con las concesiones tenían denominaciones distintas de las compañías matrices, tal circunstancia les permitía presentarse como empresas diferentes de sus reales propietarios. Los concesionarios estaban exentos de impuesto a las utilidades y el Único pago que ingresaba al fisco venezolano era el de un royalty del 10% de la producción extraída, que Se cancelaba en efectivo. - 61 - La Roya1 Dutch-Shell estaba excluida del nuevo régimen tributario p o ~ haLzr adquirido sus concesiones mediante transferencias hochas por los titulares de los derechos en lag, concesiones "VLga-S","Aranguren", Valladares", lfTriguelles", etc. y 5012 f v a sometida al pzgo de una regalía equivalente 39/ a US$ 0. O S por tonelada-- v l C . t El proy~c-Lode ley original del Ministro Gumersindo Torres era mucho más radical y en su contenido normativo se mostraba la influencia ds l a lrgislación mexicana. t Las protestas de las compañías petroleras no se hicieron esperar, y GÓmez no encontró otra salida al impasse producido que eliminar a su ministro de hidrocarburos y encomendarle a las propias empresas que redactasen una nueva ley, bajp la excusa de que ellas eran las "expertasf'en los asuntos petpoleros y no el gobierno. La nueva ley de 1922 contemplaba disposiciones que obligaban a devolver al gobierno la mitad del área otorgado al concesionario o1 cabo de 3 años. Estas superficies, objeto de reversión, s~ hacía previo proceso de selección del concesionario, que devoivía obviamente aquellas que eran geológicamente menos prometedorás. I j 1 1 f .,-- Estos teFrenos devueltos por los concesionarios pasaban a formar parte de las "reservas nacionaless',y sirvieron para que.Juan Viccnte GÓmez continuase en el proceso de otorgamiento fraudulento de qmcesiones. . Gómez creó la Ccrporación Venezolana de Petróleo, entidad cuya funcián e-a administrar el otorgamiento de concesionespetroleras. Supuestamente creada para introducir vestigio8 ,.de buena údministraci6n en beneficio del estado y la nación, la corporación de GÓmez sólo constituyó la entidad burocrática que negociaba las concesiones en beneficio de Gómez y de los , propios funcionarj-os. l II I - La intermediación por "parientes y amigos" de las primepa, concesiones continu6 durante todo el gobierno de ~Ómez. Las concesiones que obtuvo la Standard de Indiana en 1919 fueron conseguidas por compra a un yerno del Presidente ~Ómez,quien había sido agraciado con las mismas concesiones que estaba solicitando, sin éxito, la compañía petrolera americana al propio gobernante. A la muerte de Juan Vicente Gómez en 1936, Venezuela había experimentado importantes transformaciones económicas. E l país era el segundo productor mundial de petróleo después de Estados Unidos y había sobrepasado a México y a la unión soviética. El petróleo representaba el 99% de las exportaciones de la nación. Sus otras exportaciones, de naturaleza agrícola, habían disminuído en un 40% desde el comienzo de la exportación petrolera, y las importaciones - fundamentalmente de alimentos - habían subido un 60%. La producción del petróleo venezolano era controlado en un 99% por tres grandes compañías. La Royal Dutch-Shell, producía el 45%, y, la Gulf y la Standard de Indiana un 27% cada una. Los ricos campos petroleros de Venezuela le proporcionaban tanto a la Royal Dutch-Shell y a la Gulf el 50% del total de su producción mundial. Cuando GÓmez murió, el fisco venezolano s81o obtenía un 10% del valor de la producción a titulo de Royalty o impuesto de explotación. Gumersindo Torres había logrado establecer un pequeño impuesto de 2 bs. por tonelada transportada por el lago Maracaibo y, en 1930, introdujo normas de control de la producción en los campos. No obstante las medidas establecidas por Gumersindo Torres quien era la Única autoridad del gobierno de GÓmez interesado en que el petróleo beneficiase algo más a la nación - lo que Venezuela obtuvo durante la dictadura de GÓmez fue muy escaso* El propio Torres calcdaba que lo que Venezuela habia conseguido por concepto de royalties y otros impuestos de la industria petrolera había alcanzado a s6io US$ 186.000.000 entre 1923 y 1929-40/ . e Para Torres, si Venezuela hubiese eliminado toda clase de impuestos, incluso las regalías, y se hubiese limitado a cobrar los derechos de aduanas vigentes - y de los cuáles las empresas petroleras estaban exentas - habría obtenido US$ 1 ! 219.000.000 en dicho período. t 'Entre 1919 y 1936, Venezuela recibió menos Ge la sexta parte del valor del petróleo, estimándose que en promedio, el país obtuvo 0.48 bs. por barril de un total de 5 bs. i 1 1 ! i t. ; En el gobierno de Eleazar LÓpez Contreras, entre los años 1936 y 1941, las relaciones entre la industria petrolera y el gobierno experimentaron algunas modificaciones. Para obtener mayores beneficios fiscales del régimen de concesiones LÓpez Contreras introdujo el procedimiento de las licitaciones públicas como medio de asignación. También se aumentaron ciertas tasas de los impuestos vigentes y se eliminaron algunos costos y descuentos que hacían las compañías en perjuicio del gobierno. Estas reformas introducidas por la ley petrolera de 1938 encontraba la oposición de las compañías extranjeras. Para evitar que el gobierno se beneficiase de la competencia por licitaciones de terrenos, las empresas la boicotearon no presentándose a ellas, obligando de esta manera a LÓpez Contreras a vender directamente a las compañías. ' t a i i Empero, los aumentos de impuestos que había posibilitado la legislación de LÓpez Contreras permitió que los ingresos gubernamentales provenientes del petr6ieo se duplicasen en 1938 con respecto a 1935, Último año del gobierno de Juan Vicente Gómez . En el gobierno de Isaías Medina Angarita, sucesor de Eleazar LÓpez Contreras, se introdujeron modificaciones impar, tantes en el régimen tributario que afectaba a las empresas petroleras y se estableció por primera vez un impuesto a las utilidades. La Ley de Hidrocarburos de 1943 señal6 como régimen tributario para las empresas petroleras - además de los impuestos superficiales y demás contribuciones generales -,un impuesto a la renta que contemplaba el pago de un 9.5% de 10s beneficio,. Hasta entonces, las empresas petroleras con concesiones vigentes pagaban impuestos y royalties con tasas diferentes. Así el 5% del total de la producción pagaba el 15% y el 25% de ella cancelaba un 10% del valor del petróleo producido. No obstante, la Gulf y la Standard de Nueva Jersey sólo contribuían con el 7.5% de los ingresos que generaban sus explotaciones petroleras en Venezuela-411 . Además de crear por primera vez un impuesto a la renta y de uniformizar su tasa a un 9.5%, la Ley de Hidrocarburos de 1943 estableció un royalty Único equivalente al 16.2/3% de la producción. Las nuevas condiciones tributarias de la legislación de 1943 significaban mayores ingresos para el erario nacional y una menor participación de las empresas en la totalidad de los ingresos generados de la actividad productora. Esta circunstancia hizo que las empresas se resistieran en un comienzo a ,los nuevos impuestos creados por Medina Angarita. Finalmente, ellas terminaron por ceder debido a un conjunto de circunstancias que les impedía adoptar una actitud de rechazo total hacia los nuevos tributos exigidos por Medina. En primer lugar, en el gobierno de Medina Angarita se había generalizado la opinión de que Venezuela obtenía muy POCO de su petróleo. Había aumentado en aceptación la opinión de que una repartición igualitaria de los ingresos producidos por e l conceeion.,es o t ~ r g ü d t i .en ~ - * $1 en?-zii2J.a onan nafas y que debía ponerse Los pi?oblenas econ6micos coyunturales a e l gobierno de Medina A n g a r l + a eran dific~leaaesque la propia guerra habla creado y ' ' n - > o ~ u e l a ,;demas ?e zonstituir una fueri-ie de abastecimiento nás ';%hura S a r G !E S coqañías que cualquier otra en el extra_~j;r:-, , propor.cior_~hexcelentes beneficios a las empiesas q _ ? a l l f qzrabsn. Ello hacia aconsejable el no oponerse cerradamente a todas las demandas del gobie~no,y ubtener, incluso, algunas ventajas como coqtrap::?tlaa a los auiie~tosde impuestos y royalties. En las negociaciones previas a la promulgación de la Ley de Hidroczrburos, las compañías consiguieron que se prorrogasen los términos de las concesiones. La mayor parte de ellas t e n í a n q6s de 30 años y estaban destinadas a expirar en 1960. Por la naeva ley se renovaron los plazos de duración a 40 años, de tal modo que, de no ocurrir cambios ulteriores, las concesiones durarlan hasta 1983. Otra conquista que obtuvieron las compañías fue el desentimiento l e g a l q u ~ hacía el gobierno por evasiones tributarias pasadas o por cualquier reclamación por infracción de los contratos de conccsi6n. La ley de Hidrocarburos saneaba los títulos de 13s conceciona~~ios. , cmpañías consiguieron que Medina hgarita Por í ~ ~ t i m olas otorgase ~iiievascor.ccsiones de exploración y explotación por un total de G.561.7SC bis. Al 3ño siguiente de la aprobación de la ley de xforiiia tributa~iaaplicable a la industria petrolera, el gobierno otorgó a las compañías concesionarias 4.)Oí'. 070 hás. más de las que ya disponlzn y, en 1945, efectuó nuevas entregas por 2.134.699 hds-4 2 / . No. sin zn-tzs conseguir condiciones bastante favorable a sus intereses, como las constituidas por la extensión de los términos de las concesiones y el otorgamiento de derechos de exploración y explotiicih on nuevos terrenos, las compañías entraron a pagar impuestcs a las utilidades, por primera vez, y con tasas uniformes del 9 , 5 % . El pago de estos impuestos y de los royalties de 16.2/3% de la producción permitieron a Venezuela aumentar los ingresos. provenientec ae la extraccion de petr6leo. Los 154.000.000 de bs. de ing~esosfiscales que obtenla Venezuela por su petróleo en 1943, subieron a 223.400.000 de bs. al año siguiente y a 382.000.000 de bs. en 1945-4 3 / . El golpe militar que depuso z ~ e d i n aAngarita en 1945 y posibilitó la primera experiencia democrática del país desde los inicios de la independencia de España, permitió aumentar la participación fiscal venezolana en las utilidade-S generadas por el peti6leo. -'Enefecto, bajo la corta presidencia de RÓmulo Gallegos de 1945 a 1948, Acción Democrática empezó a modificar muchas características de la industria petrolera en Venezuela. En el plano laboral, en el gobierno de ~ a l l e ~ ose s firmaron los primeros contratos colectivos de trabajo y se aumentaron los salarios, reconociéndose además, plenamente, los-derechos sindicales, Ellos habían sido sistemáticamente desconocidos en las dictaduras de Gómez y L6pez Contreras. Incluso, durante el gobierno de este Último se había puesto fin a la huelga general de los trabajadores petroleros a fines de 1936, encarcelando o expulsando a sus~dirigentesdel país. ' Respecto al desarrollo de la producción, Acción Democráti-ca pensaba implemenfar una política que ?onza término al otorgamiento de nuevas concesiones a las empresas petroleras extranjeras. Era intención del partido gobernante substituir gradualmente en el rol productor las grandes corporaciones multinacionales por una empresa. estatal. En 1948, Último año de gobierno de RÓmulo Gallegos, una nomisión especial se encontraba trabajando en un proyecto tendiente . a la creación de una corporación pública que participaría en la producción de petróleo y gas de las zonas sedimentarias que formaban parte de las reservas nacionales. En el plano impositivo, Acción Democrática aumentó la t a s a del impuesto a los beneficios del 9.5% que tenía en el gobiePno de 1saias Medina Angarita al 2 6 % , conservando la regalía en un 16.2/3% de la producción. El aumento de la tasa del impuesto a las utilidades y la conservaci0n del royalty al nivel que tenía bajo el gobierno de Medina Angarita permitían, como decían las principales autoridades petroleras del gobierno, que Venezuela tuviese una participación justa en los beneficios de su petróleo. Esta participacidn "justa" no era otra que la obtención, como mínimo, de un 50% de las utilidades producidas de la producción de petróleo. Los ingresos que generarían los royalties y el pago de un 26% de impuesto a los beneficios posibilitaban que Venezuela obtuviese aproximadamente la mitad de los beneficios netos obtenidos de la producción. El pago de las regalías - tanto en especie elección gubernamental - permitió al Ministerio carburos bajo la conducción de Juan Pablo Pérez una experiencia limitada de ventas directas del lano. como en dinero a de Minas e HidroAlfonso iniciar petróleo venezoi \ De ellas, el gobierno obtuvo precios superiores a los precios de referencia fijados por las compañías, logrando ganar en estas ventas entre USS 0.11 y USS 0.15 más por barril de petróleo. También, Venezuela logró efectuar acuerdos comerciales recíprocos 441 con Argentina, intercambiando su petróleo por carne frigorizada- El inicio de las ventas gubernamentales del petróleo, que Venezuela tenía derecho a efectuar de scuerdo a las modalidades de pago de las regalías, obligó a las compañías a reajustar 10s precios de referencia del petróleo, a fin de evitar la continuación e intensificación de su práctitza , A fines de 1948, días antes del golpe militar que depuso a l gobierno de Rbmulo Gallegos, Acción Democrática consolidó el- cambio tributario de 1946 para garantizar una efectiva participación por mitades de los beneficios del petróleo. La ley de Diciembre de 1946 había permitido un aumento considerable de los ingresos fiscales, los que habían subido de 492.500.000 de bs. en 1946 a 817.500.000 de bs en 1947. I i 1 Por la reforma de diciembre de 1948 se consagró el sistema de reparto de los beneficios del "fifty-fifty". Del total de las entradas o ingresos brutos, se descontaban los costos de producción, las amortizaciones y los pagos de regalías hechas al gobierno. Tales descuentos, una vez efectuados, determinaban los ingresos o entradas netas a los cuáles se les aplicaba la tasa del 26% correspondiente al impuesto a los beneficios. A las cantidades resultantes despues de aplicada la tasa del 26%, sumas que configuraban los beneficios netos, se le gravaba'con unJ50%. Sin embargo, la aplicación del impuesto procedía cuando los beneficios netos excedían al total pagado al estado por impuestos y se aplicaba al excedente de beneficios respecto de impuestos. ! 1 El impuesto por mitades fue establecido con un carácter correctivo, tendiente a impedir que las empresas petroleras obtuviesen una proporción mayor de los beneficios netos que i el gobierno. S De hecho esto significó que el estado percibiera, desde 1949 en adelante,' una proporción mayor que las empresas petroleras,,sobrepasando la participación fiscal el 50% de los beneficios netos. I En 1949, año siguiente del establecimiento del nuevo sistema tributario, Venezuela obtenla una participación fiscal total del 60% de los beneficios de la producción petrolera. Los ingresos fis'cales totales que obtuvo Venezuela en el año antes mencionado, provenientes de la explotación petrolera, 1 stunarm 1 . 0 2 6 . 0 0 0 . 0 0 0 de Ds., d2 los cuales 5 2 8 . 0 0 0 . 0 0 0 eran percibidos a título de regalías de petróleo y gas, 2 7 3 . 0 0 0 . 0 0 0 pop i m ~ v e r + -a la renta, 3 5 . 0 0 0 . 0 0 0 sor impuestos superficiales 9 1 . $ 0 0 . 0 0 0 sor derezhos de importaciones y 2 9 . 0 0 0 . 0 0 0 por otros impuest~ai ~ i ~ l i S L . e45,' E- . En es& &o fiscal las utilidades netas alcanzaron a 704.0!l0.00C de bs. y el gobierno obtuvo - de acuerdo a la f ó r mula d e repartici6n p m mitades iguales - 352.000.000- 46/ . El 3echo de que el pago de regalías fuese imputado a gastos no trl: tables sntes de la determinación de los beneficios brutos, Sur objeto de críticas en Venezuela y continuó siéndolo duracte toda la década. de los cincuenta. No obstante eso, el nuevo regimen tributario venezolano signiZic0 un progreso con respecto a la situación precedente y sus efdctos se hicieron sentir en el Medio Oriente, generándose en ~ ~ á Arabia n , Saudita, Irak y Kuwait la aspiración natural a conseguiw 70 que Acción Democrática había logrado en Venezuela. La repartición de los beneficios por partes iguales entre los gohicrnos y las compañías petroleras constituyó en los inicios de la cieczaa de las años cincuenta la principal meta reivindic a t i v a de los paíscs que constituirían la OPEP diez años después. R6muio Gallegos y Acción Democrática no alcanzaron a utilizar lo; rluevos ingresos, cuya percepción habían conseguido al ir-po~erlas leyes tributarias de 1946 y 1948. El q l s e militar de diciembre de 1948 dejó a la Junta militar de gobierno y a Marcos Ferez Jiménez con una favorable situacih de ingresos fiscales provenientes del petróleo que este no mdificó en casi diez años que dur8 su gobierno. Los importantes cambios introducidos a la industria petrolera extranjera en el trienio de gobierno de Rómulo Gallegos - ya precedidos por los generados en el gobierno de Medina Angarita - lueron las Gnicas modificaciones significativas que -a-, a,,, ,.-. : iii,.r, ri I el régimen de concesiones en cerca de medio sjglo de existenciaAl concluir la decada de los cua2er4ta e iniciarse la de los cincuenta, las concesiones ~ s t r o l e ~ aen s las principales zonas productoras del pet-Óleo exportable a los países de economía capitalista tenlan, con excepción de Venezuela, las mismas características esenciales que poseían a coinienzo del siglo cuando ellas se habían originado. En casi todos los países exportadores de petróleo - con excepción de Kuwait - se evidenciaban expresiones de protesta hacia las compañías petroleras y el régimen de contratos concesionarios prevalecientes en ellos. '~ncluso, en Arabia Saudita, Abdullah Tariki - la máxima autoridad gubernamental en los asuntos petroleros en el gobierno del rey Saud, sucesor de Abdul Aziz Ibn Saud - propiciaba reformas a la industria petrolera extranjerz- - cuyas demandas eran más firmemente exigidas Tales cambios en Irán e Irak pretendían la modificacion integral de todo el régimen concesionario clásico. Los sectores políticos opuestos a las compañías petroleras extranjeras, exigían nuevas condiciones concesionarias y sobre todo nuevos sistemas'tributarios que posibilitasen una mayor participación en-los ingresos obtenidos de la producción petrolera. Sin embargo, sería erróneo-pensar que-el descontento existente en los paises productores se limitaba exclusivamente a. los magros ingresos que percibían de 1a.explotaciÓn del petróleo. Ellos abarcaban todos los demás aspectos regulados - tan convenientemente a su'favor por las empresas petroleras - en los contratos de concesiones y que incluso comprendían los problemas del desperdicio del gas. En la mayor parte de los países productores, se habpa generado progresivamente un mayor conocimiento de los efectos que los regímenes concesionarios tenían para los intereses nacionales de los gobiernos concedentes. Cualesquiera que fuesen las formas como el interés nacional se interpretase, tal interés se expresaba en la necesidad de obtener mayores ingresos, cercenando la parte que ganaban las compañías. Que esos mayores ingresos tuviesen por finalidad aumentar el esplendor de la familia real y subsidiar a los jeques de las tribus locales como en Arabia ~audita-6 iniciar una reforma agraria como en Venezuela, aunque relevante en sí mismo para el desarrollo económico de los países respectivos pierde su virtualidad explicativa dentro de las variabilidades históricosociales de ambas sociedades para dar cuenta de la necesidad de obtener mayores rentas del petróleo. Independientemente de las necesidades que los mayores ingresos satisfarían en cada país, de acuerdo a sus propias particularidades políticas y econÓmicas, en todos ellos se expresaban intenciones de introducir cambios en los contratos de concesión de explotación de petróleo. Lentamente en algunos países y más rapidamente en otros como Venezuela, se estaba extendiendo una visión crítica de los contratos de concesión y de las desventajosas.condiciones que contemplaban para los países productores. Las amplias extensiones territoriales otorgadas a las empresas petroleras habían perjudicado los intereses de los países coniedentes. Los derechos exclusivos de exploración y explotación del petróleo empezaban a ser percibidos como extraordinariamente lesivos y perjudiciales para los países productores. Las compañías petroleras podían, mediante los derechos exclusivos, conservar los mejores terrenos y explorarlos de acuerdo a sus necesidades de producci8n, sin verse menoscabados por la presencia de otras mpresas con iguales pretensiones. Las devoluciones territorialés no estaban contempladas en los contratos de conceciÓn, pudiendo las compañías concesionarias rechazar las pretensiones gubernamentales indefinidamente. Al encontrar importantes yacimientos petroleros, cuya producción era suficiente para.sus necesidades de venta, las . compañías podzan reducir o suspender la exploración, impidiendo que otras compañías lo hiciesen. . La prolongada duración de-los contratos imposibilitaba modificar las originarias y devoluciones, y desechadas extensiones territoriales de las concesiones cuando las compañías se allanaban a efectuar ellas se realizaban sobre zonas ya exploradas por los equipos geológicos de las compañías. - -Aquellos terrenos no explorados por las empresas petro- leras eran retenidos por ellas, a pesar de las demandas de . . -10s gobiernos, e incluso, cuando la realización de trabajos ex.ploratorios en tale3 zonas no formase parte de sus-proyectos . . de corto plazo o de m& largo alcance temporal. -- . .. En materias de descubrimiento y retención de extensiones territoriales, las compañías seguían la política del "perro,. . del hortelano", de cuyos efectos los países productores empezaban a tomar conciencia paulatinamente. ' ~ largo l plazo de vigencia de los contratos de concesión hacía imposible - sin entrar-en conflictos agudos con las empresas productoras extranjeras - reveer las facultades que aquellas detentaban para fijar volúmenes de producción y determinar los precios. Tampoco permitía modificar los impuestos, establecer la obligatoriedad de la refinación parcial en el país, y satisfacer otras demandas menores, que tanta incidencia tenían para que los países productores incrementaran sus ingresos. - 74 - Las empresas petroleras, verdaderos enclave^'^ en estru,, turas productivas agrarias o comerciales, no generaron - por lo menos hasta 1950 - ninguna dinamización en los restantes sectores de las economías de los países que formarían p o ~ t e r i ~ ~ , mente la OPEP. Importando la totalidad de sus equipos e insumos del exterioi. I las empresas petroleras no significaron ningún progreso en el resto de las economías de los países que integrarían la OPEp, parte de las cuales eran pre-capitalistas. La industria petrolera, intensiva en el uso de capital, no tuvo una importancia significativa en la generación de empleos, salvo en Kuwait . La propia estrategia de las compañías de impedir el acceso de los nacionales a los altos cargos directivos de las empresas y excepto el caso de la situación venezolana, la imposibilidad real de recurrir al empleo de ellos en muchos cargos de expertidad técnica al menos en los primeros años de explotación petrolera, tornaron igualmente poco importante a la industria petrolera en la generación de empleos técnicos. Por lo demás, las empresas rehuyeron siempre la creación de una "intelligentzia" petrolera nacional. importancia de la indus-ia petrolera en los países p d u c t o r e s del Oriente Medio y en Venezuela se limitó a constituir - salvo en k61-1 significativas fuentes de ingresos fiscales en la principal o una de las y el &S importante rubro de exportación. ]La & una importante trascedencia en la obtencsn de ingresos fiscales y determinando la capacidad de inportaci6n de pahes mnopmductores Y WIexportadores, los países productores & petr6leo se hiciemn p ~ g r e s i v d e dependientes de sus rentas petroleras. -- En sociedades, cuya econda el propio petr6leo había oontribuído a estancar o a deformar, posibilitando un gasto pÚblioo e hprta&ones mmyorrs que las existentes con anterioridad al inicio de la producción Y e%Feación de petróleo, los contMtos de concesión vigentes tenían que formarse inevitablemente en objeto de disputa entre los gobiernos y las @ e 1 La enorme dependencia que con respecto a sus rentas petroleras presentaban los países exportadores de petróleo implicaba conflictos ineludibles, en la medida que los ingresos obtenidos de la producción de petróleo presentaban las características de un juego de suma cero. Los aumentos de ingresos que pudiesen obtener los países exportadores de petróleo por la producción de éste, sólo podía lograrse reduciendo los que ganaban las grandes empresas multinacionales concesionarias en el Medio Oriente y en Venezuela. N O T A S CAPITULO 1 ? 1 i : 1/ En los congresos petroleros de la Liga Arabe fueron frecuentes las denuncias relativas a las dificultades de las autoridades gubernamentales para informarse de la contabilidad de las empresas. .. 2/ OPEC: "The oil industryts organization in the Middle Easte- and some of its fiscal consequen~es'~.Based on a talk by Francisco Parra at a Bussiness Administration Seminar at the American University of Beiruth. November 13, 1963. Stocking, George: "Middle East Oil!'. A Study in Political -3/ and Economic Controversy. Vanderbilt, University Press, 1970, pag.,lo. 4 / Stocking , George : "Middle East Oil" op cit , pág. 11. -5/ Véase ¿onghurst, Henry: "Adventure in oil: the storyqa-f the British Petroleum" Sidgwick and Jackson, London, 1959. 6/ Wenry: "Adventure in oil: the story of the British - Longhurst, Petroleum" op. cit. Wmston:"The world crisis, 1911-1914". N e w York, -7/ Churchill, 1952, págs. 133-141. 8/ Tal antecedente aparece relatado como información pr6veniente de los servicios de inteligencia americanos por el Almirante Bristol, Alto Comisionado en Turquía a partir de 1920. Diario del Almirante Bristol, casilla 16. Bristol Papers.- Sección de Manuscritos, Biblioteca del Congreso. Citado en>Richard O' Connors "The Oil Barons " Hart-Davis , WacGibon , N. York 1972, Chapter 8. -9 / Véase: Hewins, Ralph: "Mr. Five Per Cent", N. York 1958. 10/ Hewins, Ralph, op. cit. 11/ Véase: Denny Ludwel1:"We fight for oil" A Knopf, 1928. 121 - Véase: ~tocking,George: "Middle East oil", op. cit. 13/ Véase:Stocking, George, op. cit. 141 Véase Fanning Leonard:"American oil operations abroad", McGraw Hill, 1947. 15/ - Véase De Novo, John: "American interest in the Middle East, 1900-1939", Minneapolis, 1963. 16/ Véase O'Connors, Harvey:"El imperio del petróleo", Editorial - Platina, Bs.As. 1958, cap. 26. 17/ Véase O'Connors, Harvey: ''El imperio del petróleo" op. cit, cap. 26. 18/ Véase Stocking, George:op. cit. 19/ Mikesell, Raymond and Chenery, Ho1lis:"Arabian Oil American's stake in the Middle East", University of North-Caroline Press, Chape11 Hill, 1949. 20/ "Saudi Arabia", Merip Reports, N026, Marzo 1974. 21/ OtConnors, Richard:"The oil Barons" op. cit, chapter 14. 22/ Stocking, George, op. cit. Michae1:"The energy crisis-World struggle for power 23/ - Tanzer, and wealth". Monthly Review Press, N. York, and London, 1974, pág. 45. , . - - ..... Mikesell , Raymond and Chenery, Ho1lis:"Arabian Oil 11 op. cit. 25/ ~'Connors, Harvey:"La crisis mundial del petróleo1'EditoFial Platina, Buenos Aires, 1963, cap. 26. op cit., Cap, 26. 26/ OIConnors,Harvey:"La crisis mundial 27/ Stocking, George:"Middle East..." op. cit. 28/ Stocking, George:"Middle East..." op. cit. 29/ Mikesell, Raymond and Chenery, Hollis, op. cit. 30/ OIConnors,Harvey:"La crisis...." op: cit., cap. 27. 31/ U.S. Federal Trade Commis~ions:'~The lnternatlonal petroleum cartel", Staff Report to the Federal Trade Commission submitted to the Subcommittee on Monopoly of the Select Committee on Small Businessb U.S. Senate, 1952. 32/ Stocking, George:"Middle East oilfl,op. cit. , págs 114-116, 33/ OIConnors, Har~ey:~'El imperio "op. cit., pág. 303. 341 En la Aminoil, la Phillips poseía 34% del capital social, - la Hancok un 15%, la Signal un 15%uny la Ashland un 12%. Intereses menores tenían la Davies con un 8%, I.S. A b p - . crombie con un 6%, la Deep Rock con un 3%, la Sunray con 3% y la Globe con un 2%. 35/ O'Connors, Harvey:"El imperio..l op. cit., pág. 305. 36/ OIConnors, Harvey, "El imperio ..." op. cit., pag- 305. 37/ Getty, Pa~l:~'My life and fortunes", New York, 1963. op. cit., cap. 10,ll y 12. 38/ O'Connors, Harvey:"El imperio 39/ OIConnors, Iiarvey:"El imperio op. cit., cap. 10,ll y 12, 401 OIConnors, Harvey:"El imperio op. cit., cap. 10,ll y 12. 41/ OIConnors,Harvey,"El imperio.. ." op. cit., cap. 10,ll y 12, 42/ Be$ancourt, RÓmulo: "Venezuela, política y petróleo". 3a. edición, Caracas, pág. 25. 43/ OPEC Annual Statistical Bulletin, 1969, pág. 121. 44/ OIConnors,Harvey:op. cit.? caps. 11,12 y 13. 45/ Venezuela, Ministerio de Minas e Hidrocarburos. petróleo -Y otros datos estadísticos, 1969, Septiembre de 1970, págr 151. 46/ Venezuela, Ministerio de Minas e Hidrocarburos. Petróleo y otros datos estadísticos, 1969, Septiembre 1970, pág. 151. 24/ - - ....." - 7 7 - 7 .... ..." ..." ..."