4. VALOR DE LA PSIQUIATRIA EN EL DISCURSO PENAL Al faltar

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4. VALOR DE LA PSIQUIATRIA EN EL DISCURSO PENAL
Al faltar una clínica estructural del sujeto del inconsciente, una clínica del superyó
que no lo reduzca sólo al trabajo civilizador de restringir la satisfacción pulsional,
sino que también lo relacione con una exigencia vinculada con la pulsión de
muerte, y no contando con una teoría que diera cuenta de los mecanismos de
formación de síntomas y de la singularidad del modo de satisfacción de la
estructura clínica del sujeto – sea neurótica, psicótica o perversa- pone en juego,
¿de qué disponía el discurso penal, por fuera del sistema estrictamente normativo,
para juzgar al transgresor de la ley a comienzos del siglo XIX?
Se contaba en ese tiempo y se sigue contando hoy en día, con lo aportado por la
medicina mental, discurso al que se subordina el psicólogo forense, capacitado en
técnicas exclusivamente referidas a lo pericial. El discurso psiquiátrico había
producido una clínica de las patologías mentales, basado, como ya se dijo, en el
modelo de las patologías orgánicas; es así como transporta, de la una a la otra,
“los esquemas de abstracción, los criterios de normalidad, o las definiciones del
individuo enfermo”. Con esta transposición arbitraria, ahora más que nunca
implantada gracias al avance de la química farmacéutica, se desacredita la
palabra del sujeto, porque al suministrarse un medicamente, tal como se hace con
un daño orgánico, se renuncia a averiguar, desde el mismo sujeto, el origen, la
fuerza y el sentido de los trastornos que lo afectan.
Hoy se espera del medicamento que sea lo suficientemente poderoso para
silenciar el trastorno. Esto quiere decir que mientras la medicina mental agrega,
deposita algo externo al sujeto –un medicamento- , el psicoanálisis “no quiere
agregar ni introducir nada nuevo, sino restar, retirar, y con ese fin se preocupa por
la génesis de los síntomas y la trama psíquica” de su formación. En esta misma
lógica de agregar y depositar es capacitado el psicólogo forense.
¿Qué le pide el amor del discurso penal al psicólogo forense? Que aprenda
“métodos de exploración y diagnostico”, técnicas que le permitan establecer
“criterios de verdad del testimonio” y definir el perfil psicológico del delincuente
supuesto. Le pide que entre al reino de la medición y la evaluación masiva y
estandarizada, reino en el que siempre se habla de lo que se agrega, pero nunca
de los principios de la acción. En esta forma de proceder con el objeto investigado,
la garantía del acto y su éxito práctico se fundan en la acumulación de un saber
hacer acerca de la aplicación correcta del “conocimiento científico a los
requerimientos legales”
Desde el momento mismo de su constitución histórica, la psiquiatría, como saber y
poder, no ha dejado de suponer que en el fundamento mismo de la locura habita
un peligro, la posibilidad de un crimen, la desobediencia a la norma positiva, a
favor de otra cosa que resulta maligna porque destituye los valores, incentiva el
abuso de poder y su explotación, por encima de cualquier verdad establecida o
dominio legítimamente constituido.
El modo racista de proceder con base en la segregación del diferente sigue
vigente en la actualidad, debido a sus rendimientos prácticos en la perspectiva de
juzgar. El racismo contra el anormal da cuenta de una presunción de insurrección
en quien sufre un trastorno psíquico e introduce una íntima ligazón entre locura y
crimen. Fija, además, que del psiquiatra se espere tenga la capacidad de detectar
del tipo de peligro a sobrevenir allí donde un estado anormal es sospechoso. Pero
este racismo científico no aporta nada con respecto a la verdad de lo subjetivo en
un criminal, verdad a la que se aproxima Freud, porque no conforme con formular
su teoría de las pulsiones, se aplica enseguida a examinar en qué consiste la
oposición entre una ley positiva que busca responsabilizarnos a partir de una
verdad objetiva, y la ley de una voz y una mirada que nos hace culpables por fuera
de esa verdad.
Anticipemos que con la expresión imperativo categórico, Freud invoca “el sesgo
duro y cruel del imperioso debe ser”, referido al yo por parte del superyó. Este
sesgo tiene rendimientos nada desdeñables en la clínica de la psicosis,
rendimientos que el mismo Freud insinúa al enfatizar el rasgo de indefensión que
caracteriza al yo en los estados melancólicos. Aquí el yo es incapaz de interponer
un veto, de oponerse, criticar o defenderse del poder del imperativo, no teniendo
más remedio que confesase culpable de no se sabe qué y someterse al castigo
sin remedio. El sujeto atado al superyó, en tanto “furia inmisericorde”, es un objeto
a destruir, un yo más prometido a la muerte que al principio de placer, un
instrumento de “las mudas pero ´poderosas pulsiones de muerte, que tienen
reposo y querrían llamar a reposo a Eros”
Hay algo de la intimidad que para el sujeto resulta avasallante en un momento
dado y es tenido en cuenta este factor que proponemos abordar al criminal
psicótico. Este abordaje se distingue del que la psiquiatría propone, porque desde
su origen como disciplina de lo mental se ha esmerado en transmitir que su
función, en tanto conocimiento médico, es advertir, “aun donde nadie más puede
verlo todavía, cierto peligro” para el orden establecido. La psiquiatría comienza
reclamando a sujeto hablante, incluyendo la biografía; pero en la medida en que
su palabra le interesa escucharla solo para establecer de qué peligro es signo de
locura, o de qué trastorno captado desde la infancia es signo el crimen, excluye la
dinámica de las relaciones del yo con el superyó y la pulsión, porque se pone del
lado de la dimensión policial y pericial. Al silenciar la verdad en la que se funda el
ser criminal de un sujeto, la psiquiatría le concede todo el peso de la verdad
referida al desorden que subyace al crimen previsible o imprevisible y sin razón,
verdad confundida con aquello que en el discurso forense se denomina psicología
del asesino.
NOTICIA
Las inconsistencias en las versiones y denuncias por parte de Johanna Macías,
sobre el presunto rapto de su bebé, Esteban Alejandro, hicieron que la policía
sospechara desde un principio de la propia madre del recién nacido.
En diálogo con Caracol Radio, el comandante de la Policía de Bucaramanga,
Yesid Vásquez, explicó que desde que comenzó la investigación "algo extraño
estaba ocurriendo".
Vásquez reconoció que la investigación indicaba que el bebé nunca había sido
raptado, pero que esperaban que el mismo hubiese sido regalado o vendido, mas
no asesinado.
"Lamentablemente ayer (martes) nos llevamos la sorpresa del asesinato cuando
se encontró el cadáver y luego cuando la madre nos confesó el crimen", dijo
Vásquez a la cadena radial.
El Alto Oficial puntualizó que la madre siempre cambiaba las versiones y caía
constantemente en imprecisiones, y agregó que la investigación debe continuar
porque no se descarta cómplices en el homicidio.
Se busca establecer por qué nunca el taxista que la llevó, de Bucaramanga a la
zona de pescadero (a 50 kilómetros de la capital santandereana), informó a las
autoridades sobre ese traslado de una madre con un bebé, tras conocerse la
noticia de la desaparición.
Para Vásquez, Johanna Macías se encuentra en plena facultad de condiciones,
aunque fue prudente al aclarar que sólo Medicina Legal determinará la situación
mental de la madre del bebé asesinado, quien durante los días posteriores al
supuesto rapto siempre vistió de negro e incluso describió facciones suyas cuando
señaló a la supuesta mujer que le arrebató al menor de sus brazos, por quien
incluso se alcanzó a ofreces una recompensa de 70 millones de pesos.
Antes, el tío del niño (hermano del padre del menor) dijo en diálogo con la misma
emisora que Macías nunca quiso tener a ese bebé y que de hecho ya había
reconocido a compañeras de trabajo que se encontraba visitando un psicólogo
desde que supo que estaba embarazada, pues al parecer no era su deseo dar a
luz.
Otras versiones radiales indican que la madre habría matado a su propio bebé,
porque al parecer no era primogénito de su esposo.
De acuerdo con la versión del periódico Vanguardia Liberal, "hacia la una de la
tarde, Johanna fue ante las autoridades de Piedecuesta, Santander, para informar
sobre el paradero de su hijo. Y luego de varias preguntas hechas por los agentes
confesó la autoría del crimen, argumentó problemas económicos y psicológicos y
hasta se dispuso como guía para indicar el sitio donde lo enterró".
Ésta habría sido la forma en que la Policía llegó al lugar donde dejaron al bebé
Esteban Alejandro Mosquera. El menor, de ocho días de nacido, estuvo
desaparecido por seis días, luego de ser raptado en el municipio de Piedecuesta
(Santander) por dos hombres y una mujer que huyeron en un Renault 4 color azul.
El viernes anterior, el gobierno departamental había elevado la a $70 millones la
recompensa para dar con su paradero.
De otro lado, el fiscal general de la Nación, Mario Iguarán Arana, fue el primero en
sostener que la madre de Esteban, Johanna Macías, estaría involucrada, sin dar
más detalles. Entre tanto, el general Luis Pérez, director del Gaula de la Policía,
explicó que el menor fue hallado en la vía que de Bucaramanga conduce a San
Gil, en inmediaciones del peaje denominado Pescadero. El alto oficial agregó que
no se han efectuado capturas.
La familia del niño venía distribuyendo fotografías del pequeño Esteban Alejandro
en el área metropolitana de Bucaramanga y, según versiones de Vanguardia, la
mujer fingió su plagio luego de dejarlo en una bolsa y semienterrado en la zona en
mención.
La Juez Segunda Municipal Penal de Piedecuesta, Santander, Nubia Arévalo,
dictó medida de aseguramiento contra la profesora Johana Macías, señalada de
haber asesinado a su hijo, Esteban Alejandro, hace una semana, luego de
denunciar ante las autoridades que lo habían secuestrado.
Macías no aceptó el cargo de homicidio agravado que le imputó la Fiscalía y fue
custodiada en una tanqueta de la Policía que la trasladó a la sede del Grupo
Gaula de la Policía en Bucaramanga.
La audiencia fue suspendida una hora luego que el abogado defensor alegara que
a Macias se le había violado el debido proceso, sin embargo, la juez determinó
que la captura fue legal.
Frente a las instalaciones del CTI, de la Fiscalía en el municipio de Piedecuesta,
estuvieron unas 300 personas que lanzaron arengas contra la madre del niño
Esteban Alejandro.
Por su parte, Orlando Mosquera, padre del menor muerto, está junto con sus
familiares más cercanos a la espera de una decisión judicial contra su esposa,
como también a la entrega del cuerpo de su bebé para darle cristiana sepultura.
La residencia de la familia Mosquera Macías, ubicada en el barrio Chacaritas, en
el occidente de Piedecuesta, está bajo custodia de la policia porque algunos
vecinos del sector trataron de destruír el inmueble ante el impacto del fatal hecho.
PATOLOGIAS MENTALES: La enfermedad mental, concepto enmarcado en la
psiquiatría y medicina, es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del
desarrollo, considerado como anormal con respecto al grupo social de referencia
del cual proviene el individuo. Se encuentra alterado el razonamiento, el
comportamiento, la facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las
condiciones de la vida.
Dependiendo del concepto de enfermedad que se utilice, algunos autores
consideran más adecuado utilizar en el campo de la salud mental el término
"trastorno mental" (que es el que utilizan los dos sistemas clasificatorios de la
psicopatología más importantes en la actualidad: la CIE-10 de la Organización
Mundial de la Salud y el DSM-IV-TR de la Asociación Psiquiátrica Americana).
Sobre todo en aquellos casos en los que la etiología biológica no está claramente
demostrada, como sucede en la mayoría de los trastornos mentales. Además, el
término "enfermedad mental" puede asociarse a estigmatización social. Por estas
razones, este término está en desuso y se usa más trastorno mental, o
psicopatología.
El concepto enfermedad mental aglutina un buen número de patologías de muy
diversa índole, por lo que es muy difícil de definir de una forma unitaria y hay que
hablar de cada enfermedad o trastorno de forma particular e incluso
individualizada ya que cada persona puede sufrirlas con síntomas algo diferentes.
PATOLOGIAS ORGANICAS: Es clínicamente observable que luego de
situaciones penosas o traumáticas, el individuo presente síntomas orgánicos y /o
emocionales que pueden oscilar desde una depresión leve hacia cuadros
depresivos severos o desde un síntoma orgánico menor hasta una patología
orgánica grave. Este libro presenta una modalidad de trabajo en institución y en
consultorio, teniendo en cuenta los avatares de las patologías y dentro del trabajo
dentro de una red individual, familiar, social e institucional en el interjuego
asistencial. La autora conceptualiza el trabajo clínico-psicológico con un enfoque
psicoanalítico en pacientes que padecen patologías orgánicas severas.
TRANSPOCISION ARBITRARIA: Se aplica a la persona que actúa solamente
basándose en su voluntad o capricho y no en la razón, la lógica o la justicia.
SEGREGACION: El término segregar hace referencia apartar, separar a alguien
de algo o una cosa de otra. De esta manera el segregacionismo es aquella
política que separa, excluye y aparta a grupos tales, como las minorías raciales,
las mujeres, los homosexuales (gays, lesbianas), las minorías religiosas, personas
con incapacidades, entre otros del resto de la población humana, en base
principalmente a planteamientos de tipo racial, sexual, religioso o ideológico.
El segregacionismo se manifiesta tanto en el acceso a los recursos básicos
(propiedad privada, trabajo, sanidad, educación, representación y sufragio
político...) así como en otras facetas como la separación de barrios residenciales
en las ciudades con la consiguiente conformación de islas urbanas o "guetos".
Esto debido en muchos casos, a las diferencias económicas, de clases sociales,
de raza y nivel educativo
PERSUNCION: Presumir es sospechar, conjeturar, juzgar por inducción y
sostener aquello en lo que se cree hasta que se pruebe lo contrario. Presunción es
el acto y el efecto de presumir. En condiciones de normalidad es una expectativa
razonable sobre el futuro que dirige la atención de una determinada manera.
En el derecho la presunción de inocencia dice que “toda persona es inocente
hasta que se compruebe su culpa”. Es una cuestión contractual, contingente, que
se basa en un propósito -que por error no se condene a un inocente- pero no es
obligatoria porque el sistema jurídico podría funcionar sin ella o con otra diferente.
Su evaluación dependerá de la racionalidad de los argumentos que la sostienen.
Hay otras presunciones que no admiten prueba en contrario como por ejemplo que
los funcionarios tienen como domicilio el lugar en el que trabaja
INSURECCION: Una revuelta es un movimiento social espontáneo, de carácter
violento y opuesto a alguna figura de poder, aunque a veces el objetivo contra el
que se hace una revuelta puede ser un grupo social desfavorecido (judíos,
gitanos, inmigrantes).
DESDEÑABLE: Que puede no tenerse en cuenta por insignificante o inapreciable.
VETO: La palabra veto procede del latín y significa literalmente [yo] prohíbo. Se
utiliza para denotar que una determinada parte tiene el derecho a parar
unilateralmente una determinada pieza de legislación. Un veto, por tanto,
proporciona poder ilimitado para parar cambios, pero no para adoptarlos
PSICOLOGIA DEL ASESINO: Un asesino en serie, también conocido como
asesino serial, es una persona que asesina a tres o más personas1 2 en un lapso
de más de treinta días, dejando un periodo de "enfriamiento" entre cada asesinato,
y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona dicho
acto.3 4 Los asesinos en serie están específicamente motivados por una
multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por ansias de poder y
compulsión sexual. Los crímenes suelen ser llevados a cabo de una forma similar
y las víctimas a menudo comparten alguna característica (p. ej. ocupación, raza,
apariencia, sexo o edad).
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