Michelle Dowling Del aburrimiento al amor Era la Navidad. Y estaba

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Michelle Dowling
Del aburrimiento al amor
Era la Navidad. Y estaba en el lugar que se había vuelto el más estresante, aburrido y
odioso por todas las razones: la casa de mi padre en San José California. Anteriormente, mi
padre y yo éramos mucho más cercanos. Pero había crecido Y en este momento, no nos
conocíamos. Para complicar las cosas, mi madrastra nunca quería cuidar a los niños. Me sentía
como si no me quisiera y no me entendiera. Como una serpiente en la oreja, me parecía como si
ella le contara horriblemente sobre mí a mi padre. Yo casi decidí no viajar a California para la
Navidad, pero sentía la obligación de visitar a mi padre. Y ahora era la Navidad. Y estaba
aburrida. Quería divertirme una vez durante este viaje.
Como todos los años que he estado en California para la Navidad, mi padre tenía una
fiesta en la casa. Habría muchas personas que no conocía y algunos que fingiría recordar. Había
oído de un hombre de veinticinco años que iba a asistir la fiesta, pero no le presté mucha
atención porque no quería estar demasiado emocionada y quedar decepcionada después. Yo vería
como era él y posiblemente trataría de hablar con él si era interesante… O sea, no
completamente aburrido. Durante el resto de las preparaciones, no pensé más en él.
Después de ayudar a preparar para la fiesta, me vestí muy linda para combinar con las
decoraciones. Cuando estaba lista, bajé la escalera. Vi el cuarto dónde fuimos a comer lleno de
sillas de plástico y mesas con manteles blancos, caminos de mesa de plata y centros de mesa con
ramas de pino y candelas. Olí toda la comida que cubrió la cocina: el asado y las carnes con
especias que mi padre preparé, los platos de la comida picante y vegetariana que mi madrastra
cocinó, y las tartas y otros postres. Había tanta comida para cenar una tropa en lugar de las veinte
personas que esperábamos. Para la Navidad, me vestí con una blusa roja, un cinturón de plata y
pantalones negros. El pelo estaba en un moño, y llevé un collar de plata también. Me sentí muy
bella entre una casa decorada y festiva.
Uno por uno, llegaron los invitados. La mayoridad asistía la misma iglesia que mi padre y
madrastra. No hablé mucho con ellos—eran demasiado viejos y religiosos para captar mi
atención por mucho tiempo. Solamente había una pareja que era muy interesante. El hombre, Ed,
escribía códigos para los espectrómetros a pesar de que nunca lo había estudiado en una escuela;
estaba antes de la popularidad del código. Y la mujer, Sue, había cambiado el trabajo dentro del
enfermero unas veces. Pero, después de hablar con ellos, estaba aburrida otra vez. Y quería
sentirme diferente durante la Navidad.
Un poco antes de comer, el hombre de veinticinco años llegó. Era guapo con pelo oscuro
y ojos de chocolate. Tenía una perforación en el mentón que parecía como una punta. Me parecía
atlético. Inmediatamente, habló con otros en la fiesta, y todos le dijeron que debía hablar
conmigo porque éramos de casi la misma edad. Yo tenía vergüenza, pero no me preocupé
mucho; por lo menos, la situación había cambiado de ser más interesante.
Por unas horas más, no pude hablar con este hombre guapo. Se sentó en otra mesa al otro
lado del cuarto para la cena y solamente pude oír un poco de lo que dijo. En mi mesa, Ed y Sue
estaban sentándose en frente de mí, pero una mujer muy religiosa y aburrida se juntó con
nosotros. Nos preguntó sobre los trabajos y la religión (con la suposición de que todos tenían las
mismas creencias que ella). Otra vez, me sentía aburrida. Y quería hablar con el hombre guapo al
otro lado del cuarto. Había que tomar una decisión: podía tratar de hablar con la gente mayor y
fingir interés en lo que me decía, o podía iniciar una conversación con el hombre guapo y,
quizás, divertirme. Decidí que, de alguna manera, iba a hablar con él. No quería estar aburrida
toda la noche.
Después de cenar, encontré al hombre guapo en otro cuarto sentado en un sofá. Lo había
oído hablando sobre la nueva película de The Hobbit durante la cena, y había leído el libro.
Empecé con esto, y le pregunté algo sobre la película. Mordió el anzuelo, y hablamos. Supe que
le gustaban los libros de fantasía, como mí. Supe que la pareja interesante era sus padres, y que
su nombre era Nate. Y supe que era amable y fácil para llevarme bien con él. Me sentía muy
emocionada. Teníamos mucho en común. En una prueba final para sus características como un
nerd, le pregunté sobre la el programa de Firefly. Él no pudo sentarse más. Saltó del sofá y no
pudo sentarse por unos minutos. Yo estaba sonriendo y él estaba mirándome como si fui algo
que nunca había encontrado.
Porque dije “Friefly,” decidimos mirar un episodio del programa. El episodio era enfrente
de nuestras caras, pero hablemos todo el tiempo a pesar de que era nuestro programa favorito.
Después, miremos el metraje de tras bambalinas, pero fue el mismo: solamente hablemos. Y
sonreímos. Y reímos. Cuando necesitaba salir, Nate me abrazó. Me preguntó por mi número de
teléfono y me abrazó otra vez. Pero, por accidente, borró mi número de su teléfono y necesitó mi
número otra vez. Se lo di, y me abrazó otra vez. Traté de no reír porque de todos los abrazos,
pero me los gustaban: Sus abrazos eran fuerte y dulce a la misma vez. Le despide, sonriendo con
una felicidad brillante.
Nate me confesó unas meses más tarde que al principio, no quería conversar conmigo a
causa de la insistencia de todos en la fiesta. Y también me confesó que fue el momento en que
dije “Firefly” que él decidió coquetear conmigo. Y cuando salió, borró mi número de teléfono de
su teléfono deliberadamente porque quería que yo lo hiciera otra vez para que él no se lo olvidara
mi nombre.
Fue en este momento que empezó todo. Estábamos felices y nos reímos mucho toda la
noche. Pero casi no habría ocurrido porque no quería estar en California para la Navidad, pero
fui por mi padre. Era posible que nunca hubiéramos hablado durante la fiesta, pero decidí que iba
a charlar con él. Era posible que nunca nos mantenemos el contacto después de me fui para
Michigan otra vez. O ser buenos amigos. O nos enamoramos. Pero empezó con “Firefly” y una
noche increíble. Y ahora somos felices como nunca creímos posible.
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