PERSONAJES FAMOSOS EN LA IMPRENTA MADRILEÑA mmiuüiLi Continuamos la publicación de las monografías ganadoras del premio «Revista Cisneros 1977» Por Ricardo VALLADARES ROLDAN Premio «Revista Cisneros 1977», por su trabajo «Origen y cultura de la imprenta madrileña», del que este mes publicamos la tercera parte, Ricardo Valladares, madrileño, lleva 30 años al servicio de la Diputación Provincial de M a d r i d , en cuyo colegio de San Fernando cursó estudios. Desde él pasó a la Imprenta Provincial y, posteriormente, al «Boletín Oficial de la Provincia», como administrativo. Colaborador asiduo de «Cisneros», «Tierra, mar y aire» y «Boletín Informativo de la Ciudad Sanitaria Provincial Francisco Franco», es t a m b i é n segundo premio literario «Día de la Provincia 1971», con su «Excursión literaria por la provincia de M a d r i d » . EL CARDENAL CISNEROS L cardenal Cisneros nace en la villa de Torrelaguna en el año 1436, aunque algunos historiadores indican que fue en 1437. Sus primeros años transcurrieron en casa de un tío suyo que vivía en el pueblo de Roa en la provincia de Burgos, donde recibió sus primeras enseñanzas. Siendo aún j o ven ingresó en la Orden Franciscana, donde empezó a destacar por su inteligencia y sencillez, haciéndole acreedor de la estima de todos los hermanos de la Orden. Sus virtudes llegaron a oídos de la reina Isabel la Católica, quien le nombró su confesor. Su paso junto a los Reyes Católicos ha quedado 74 débilmente descrito en la Historia. Su afán de llevar al pueblo español a una cultura elevada le lleva a construir la Universidad Complutense de Alcalá de Henares, modelo en su género, calificada como «emporio de las ciencias nobles», por los más ilustres eruditos. Pero la obsesión de este gran cardenal era la confección de una biblia impresa en las lenguas vernáculas con arreglo a los textos sagrados. Esta obra fue hecha realidad en la ciudad alcalaína contando con la colaboración de los más grandes talentos de la época e impresa en las lenguas hebrea, caldea, griega y latín, por Arnaldo Guillen de Brocar. La Biblia Políglota puede decirse que ha marcado el inicio de la imprenta madrileña, consiguiendo un señalado éxito y constituyendo una «in complutensi Academia», asimismo, recibió el título de «tipógrafo regio» por su colaboración en la impresión de la Biblia Políglota. J U A N DE LA CUESTA Pocos datos existen con respecto a este impresor, que dio a conocer el primero la famosa obra cervantina «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha». Se sabe que procedía de Segovia, donde aprendió el arte de imprimir. Llegado a Madrid, se instaló en la calle de Atocha, donde imprimió la primera parte de la edición «Príncipe», de Cervantes. Posteriormente se trasladó a la calle de San Eugenio, realizando la impresión de la segunda parte del «Quijote». Junto con Guillen de Brocar, marcó toda una época en la historia del arte de imprimir en Madrid y su provincia. Mucho se ha escrito sobre la imprenta de Juan de la Cuesta, pero muy poco sobre la personalidad del impresor, solamente lo que a través de su trabajo en la edición cervantina. Sería interesante el poder realizar una investigación más profunda sobre el hombre que dio a conocer la famosa obra y poder rendirle el homenaje que se merece por su contribución a la gloria que ostenta la imprenta madrileña. FRANCISCO DEL HIERRO Facsímil de una página ae la Biblia Políglota, impresa en Alcalá de Henares en el año 1517 por Arnaldo Guillen de Brocar de las obras impresas de más relieve e importancia, tanto en su aspecto cultural como tipográfico. Su impresor supo captar, a satisfacción, los deseos del cardenal, auténtico artífice de esta colosal obra, que coloca a la imprenta madrileña en los primeros lugares de las Artes Gráficas españolas. A R N A L D O GUILLEN DE BROCAR Este célebre impresor empezó a cobrar fama en Pamplona, donde poseía imprenta propia, en el año 1489, donde imprimió la «Política de Aristóteles» y después el «Compendio de la humana salud». En 1500 se traslada a Logroño, donde dos años más tarde, en 1502, imprime «Los seis triunfos», traducción castellana del libro en toscano que escribiera Petrarca. De Logroño pasa a Alcalá de Henares donde, por encargo del cardenal Cisneros, imprime la famosa Biblia Políglota, una obra que le puso en la cumbre de la tipografía española. En 1517 imprime la «Crónica del rey Juan II», auténtica joya artística que le valió el título de impresor imperial. El 6 de junio de 1520 termina en Toledo la impresión de el «Tratado de música práctica», de Spinoza. Arnaldo Guillen de Brocar falleció en Alcalá de Henares el año 1528; le sucedió su hijo Juan de Brocar, que fue protegido del cardenal cisneros, quien le incorporó a la Universidad Complutense como impresor, firmando sus obras Fue el segundo impresor titular de la Real Academia Española. Desempeñó el cargo desde octubre de 1725 hasta 1759, año en que falleció. De 1726 a 1729 imprimió la primera edición del «Diccionario de la lengua castellana», llamado de «Autoridades», compuesto por la Academia. Esta obra que consta de seis tomos y es notabilísima, si tenemos en cuenta la época en que fue realizada, fue un señalado éxito de su impresor. El «Diccionario de Autoridades» es la publicación que la ilustre Academia imprime por vez primera. Un ejemplar del mismo, adquirido por Thomas Hollis, lo envió a la Biblioteca de Harvard College, acompañado de una nota que decía: «Este diccionario es muy apreciado. Hay libros buenos en español y con gusto los envío para que algunos norteamericanos puedan beneficiarse de la literatura y de la ciencia españolas, en vez de limitarse, como otros muchos, a aprovecharse de las riquezas materiales de España». El «Diccionario 75 de Autoridades», que fue enviado por Hollis en el año 1767, causó un gran impacto en los círculos culturales de Norteamérica, precisamente en una época en que la imprenta madrileña empezaba a brillar con luz propia. A N T O N I O PÉREZ SOTO Al igual que Francisco del Hierro, Antonio Pérez fue impresor de la Real Academia Española. A partir del 17 de enero de 1760, imprimió los discursos de salutación de la misma con motivo de la coronación de Carlos III. Hizo muy buenos impresos, entre ellos, obras ilustradas con grabados en cobre, decorativos, a imitación de los que entonces aparecían en los libros editados en Francia. El libro más importante impreso por Soto es la obra maestra de erudición titulada «Bibliotheca Arábico-Hispana Escurialen- se». El autor, don Miguel Casiri, tuvo a su cargo la Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial y su libro es el «Catálogo de los manuscritos árabes» allí existentes. Esta obra consta de dos volúmenes en folio, impresos en latín y árabe en el decenio de 1760-1770 a expensas de la Corona. Para ejecutar la impresión fue nombrado por Real Orden el maestro Antonio Pérez Soto. La composición, hecha con tipo romano y su cursiva, resulta un trabajo bellísimo, a pesar de la diferencia del mal fabricado papel Prensa imprimiendo la primera edición del «Quijote», en la imprenta regentada por Juan de la Cuesta. Año 1604 76 que se utilizó, y el empleo de los caracteres árabes es muy decorativo al lado del tipo romano. ANTONIO SANCHA Hay que destacar, dentro del arte de imprimir o de las Artes Gráficas, una de las especialidades encuadradas dentro de las mismas. Se trata de la encuademación. En esta especialidad España ha dado nombres de resonancia universal. Las bellísimas encuademaciones, la elegancia y tersura de las pieles que cubrían las tapas de los libros, los distintos estilos de encuademación, en donde sobresalía el mudejar, han sido valoradas, con toda justicia, por entendidos y profanos. Y entre los grandes maestros de la encuademación hay que destacar a Antonio Sancha. Nacido en la villa de Torija (Guadalajara), el 11 de julio de 1720; a los diecinueve años se trasladó a Madrid, donde aprendió el oficio de encuadernador, fue tal el dominio que adquirió en esta especialidad, que en 1757 fue designado para encuadernar los libros de la Academia de la Historia, de la Biblioteca Real y de la Academia Española. A la muerte de Gabriel Ramírez (otro de los tipógrafos madrileños que enaltecieron la imprenta de Madrid), Sancha adquirió su imprenta, por lo que, de esta suerte, ingresó en gremio de la impresión y tipografía. Aunque no era un impresor de gran calidad, no por ello dejaba de imprimir buenas obras que, especialmente, llamaban poderosamente la atención por su originalidad y esmerada encuademación. Es obligado reseñar, sobre todas, el «Diccionario español-latín-arábigo», de fray Francisco Cañes, dividido en tres t o mos que se imprimieron en 1787. Antonio Sancha también se distinguió por la impresión de interesantes obras de educación popular. Habiendo marchado a Cádiz para reponer su salud, falleció en aquella ciudad andaluza el día 30 de noviembre de 1790. do se fundó la Academia, en 1752, fue nombrado director de la Escuela de Grabado. Fernando VI le nombró su grabador ordinario. Por sus excelentes retratos, ocupa un lugar importante entre los grabadores españoles. M A N U E L SALVADOR CARMONA Grabador al buril y dibujante, alumno de su tío Luis Salvador Carmona, juntamente con su hermano Juan Antonio, sentó cátedra en el buen hacer del arte del grabado. Se trasladó a París, donde fue alumno de Dupius. Grabó gran cantidad de retratos y de temas mitológicos y religiosos. Mecanismo del arte de la Imprenta para facilidad de los operarios que It txtrxan, '. P O R JUAN JOSEF S I G Ü E N Z A •y »i«*. ¿iiupulc it 1> A « * A , y títmi tttnil ítUlmfrtnUitltCffUtátlmfrtnru J lUrtm ¿el rf yns. MADH.ID IMPRENTA » ( LA COMPAÑÍA T O M A S FRANCISCO PRIETO La especialidad del grabado tuvo, a través de los siglos, una gran importancia dentro de las Artes Gráficas españolas. Los grabadores españoles siempre figuraron en primera línea entre los más acreditados de todo el mundo. La Escuela de Grabado, la primera que existió en España, se fundó en la «Casa de Moneda». Su iniciador fue Francisco Tomás Prieto, relevante grabador que desarrolló una importante actividad, fomentando el desarrollo, dentro de las distintas facetas y variados aspectos de este arte. Fue grabador principal de la «Casa de Moneda», director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, grabador de sellos de Su Majestad y grabador general de Medallas y Casas de Moneda de España y América. Sus inquietudes artísticas le lle- varon a reproducir obras de las más grandes figuras del Renacimiento y del Barroco, junto con otros originales de artistas de gran fama como Alberto Durero, Lucas de Leyden, Callot, etc. Otra de sus preferencias en el difícil arte de grabar era la temática de los libros, lo que da idea de su interés por la cultura clásica y su formación humanística, poseyendo una importante biblioteca con gran cantidad de obras, que llega a abarcar la casi totalidad de materias, objeto de estudio en los siglos XVI y XVII. J U N A BERNABÉ PALOMINO Pintor y grabador al buril, nació en Córdoba. Estudió pintura en Madrid con su tío Antonio,dedicándose, al mismo tiempo, al grabado. Fue protegido por Felipe IV y cuan- * FRANCISCO »8n. SELMA Fue uno de los mejores grabadores españoles. Supo ser un aventajado alumno de Salvador Carmona, estando su obra muy influenciada por los grabados de Edelinck. Grabó las ilustraciones para «La Conquista de Méjico», publicada en Madrid en 1783 y para el «Atlas marítimo de España». CARLOS III (El Monarca tipógrafo) Henos aquí con el rey de España que, pudiera decirse, ha dado más esplendor al pueblo español y, por ende, a Madrid como capital 77 del Reino en cuanto a cultura, progreso, fomento de las artes y todo aquello que redundara en un mayor desarrollo para el país. Madrid supo de sus inquietudes progresistas y su interés por darle el rango que por su capitalidad merecía. Nació en Madrid en 1716, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio. La enérgica intervención de su padre le procuró el ducado de Parma. Fue educado y formado en Italia, donde pasó gran parte de su juventud, especialmente en Ñapóles, rodeado de libros, visitando museos y cultivando el arte en sus múltiples facetas; estudió profundamente todo lo concerniente al comercio, la industria y obras públicas, que supo aplicar a la capital de España, Asimismo, durante su reinado, Carlos III instauró el orden civil, creó numerosos centros de enseñanza, fomentó la agricultura hasta el punto de establecer colonos alemanes en Sierra Morena, promovió el comercio y fundó bancos y compañías comerciales. Gran amante de la industria y el arte, supo combinar ambas cosas en provecho de un mayor desarrollo. Las Artes Gráficas no podían quedar al margen de estas inquietudes del rey. El arte de la imprenta le cautivó desde el primer momento. El proceso laborioso y largo de la confección del libro atrajo podero- Imprenta Real 78