Censos de aves acuáticas invernantes en la

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Censos de aves acuáticas
invernantes en la
Comunidad Autónoma
del País Vasco
LOS CENSOS INTERNACIONALES DE AVES ACUÁTICAS, UN SISTEMA
DE SEGUIMIENTO DE POBLACIONES A ESCALA BIOGEOGRÁFICA
Desde 1967, la organización Wetlands International promueve y coordina un programa
de censos de aves acuáticas en humedales, que se desarrolla en todos los continentes.
Los censos se llevan a cabo anualmente durante el mes de enero, periodo en el que
muchas especies de acuáticas se congregan en enclaves concretos y sus contingentes se
muestran más estables, por lo que su recuento es más sencillo y fiable que en otras
épocas del año. En la región del Paleártico occidental, que comprende Europa y Oriente
Próximo, se cubren alrededor de 20.000 humedales en 50 países, gracias a la
colaboración de más de 10.000 observadores, que globalmente censan unos 20 millones
de aves de 175 especies.
El aspecto más relevante de este programa es su capacidad para proporcionar tendencias
de poblaciones de aves a largo plazo, mediante recogida de datos de forma
estandarizada: recuentos efectuados con la misma metodología y en los mismos sitios
cada año. De esta forma, se dispone de información sobre la evolución de las
poblaciones de aves acuáticas y su estado de conservación, teniendo en cuenta que esta
información es crucial para su gestión (muchas son aprovechadas cinegéticamente, otras
se encuentran amenazadas). Periódicamente se publican documentos analizando estos
resultados a nivel internacional1.
Además, los censos de acuáticas se han convertido en un instrumento fundamental para
el conocimiento y valoración de sus hábitats, los humedales, que son objeto de atención
preferente por su fragilidad y singularidad. Instrumentos internacionales dedicados a la
protección de humedales y aves, como el Convenio de Ramsar, el Convenio de Bonn y
el Acuerdo para la conservación de las aves acuáticas migratorias afroeuroasiáticas,
se nutren a nivel técnico y científico de los datos suministrados por este programa de
censos.
Más información sobre el programa internacional de censos en www.wetlands.org
Más información sobre el Convenio para la conservación de los humedales de
importancia internacional en www.ramsar.org
1
DELANY, S. & SCOTT, D. (eds.). 2002. Waterbird Population Estimates. Third Edition. Wetlands
International. Wageningen
2
METODOLOGÍA GENERAL
El censo de las aves acuáticas en humedales se realiza por observadores conocedores
del terreno y competentes en la identificación, que desde la orilla prospectan la masa de
agua con medios ópticos adecuados (telescopio y prismáticos). Anotan en fichas el
número de aves presentes de cada especie. Los conteos son diurnos, aprovechando una
mayor estabilidad de los bandos durante el día, cuando las aves dedican mucho tiempo a
reposar o alimentarse sin desplazarse. En el caso de grandes humedales, puede ser
necesario el concurso de varios observadores que se encarguen de contar distintos
sectores. Los censos se efectúan cada año en torno a mediados de enero,
simultáneamente en todos los países del área cubierta, con el fin de evitar conteos
repetidos de ejemplares que pudieran haberse trasladado de un lugar a otro.
Esta metodología resulta particularmente indicada para el censo de anátidas (patos),
gansos y fochas, cuyas poblaciones son así monitorizadas con mucha fiabilidad. Sin
embargo, hay otras especies de aves acuáticas que se dispersan en humedales pequeños
o ríos (garzas, cormoranes), que son de hábitos escondedizos (polluelas y polluelas),
cuyos contingentes son más inestables o que utilizan ambientes diferentes durante el
invierno (gaviotas). Para ellas, las cifras obtenidas con la técnica antes descrita son
menos fidedignas, y es necesario emplear estrategias alternativas (por ejemplo, el
seguimiento de dormideros).
Ramón Arambarri
3
ORGANIZACIÓN
A nivel español, el programa de censos de acuáticas invernantes se inició y desarrolló al
amparo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife). Esta entidad ha jugado
un papel primordial en la ampliación y consolidación de los censos. En la actualidad,
SEO/Birdlife compila los datos por encargo del Ministerio de Medio Ambiente, y ejerce
de enlace con Wetlands International. La reciente monografía La invernada de aves
acuáticas en España2 revisa y analiza los datos disponibles sobre evolución de las
poblaciones de cada especie y en cada humedal.
En el País Vasco, los primeros censos disponibles de aves acuáticas se remontan a 1969.
Durante los años 70, los conteos se realizaron irregularmente y abarcando sólo los
principales humedales (Urdaibai, embalse de Ullibarri-Gamboa), por parte de
observadores voluntarios. En los 80 y 90, el programa se consolida y las diputaciones
forales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, en el marco de sus competencias en materia de
gestión del medio natural, impulsan o prestan apoyo económico al programa de censos.
A partir de 1990, el número de localidades visitadas experimenta un paulatino
incremento, de manera sostenida en Álava pero con ciertos altibajos en Bizkaia y
Gipuzkoa. De cara a la interpretación de la evolución de las poblaciones, estas
variaciones de cobertura deben ser consideradas. De hecho, en el lapso 1969-2004 sólo
tres localidades cuentan con con más de 20 conteos y otras 34 con más de 10, de un
total de 88 que han sido muestreadas en alguna ocasión.
Tradicionalmente, los observadores de campo han estado vinculados al Instituto Alavés
de la Naturaleza, la Sociedad Ornitológica Lanius e Itsas Enara Ornitologi Elkartea,
asociaciones que, en sus ámbitos respectivos, han aglutinado a buena parte de los
ornitólogos interesados en este tipo de aves. El guarderío del Departamento para el
Desarrollo del Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa y personal del Centro
de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz participan también en los
censos.
A partir del año 2004, el Departamento de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente
del Gobierno Vasco asumió la organización del programa de censos, con el ánimo de
mejorar su utilidad, regularizando la cobertura de localidades prospectadas y
asegurando su continuidad. No obstante, se siguió contando con los mismos equipos de
campo que habían venido efectuado los censos durante la última década, para
aprovechar su experiencia en este tipo de trabajo y favorecer la comparabilidad de los
datos. Así, se efectuó una revisión de las localidades que debían ser visitadas – en
función de su importancia ornitológica y de la serie anual disponible para ellas- y se
diseñaron fichas de censo que incluyeran cartografía del recinto que debía ser
prospectado. De esta forma, se garantiza que los tramos censados en enclaves definidos
más arbitrariamente, como ríos o franjas costeras, sean exactamente los mismos de año
en año.
En cada territorio, un coordinador responsable se encarga de asignar los enclaves de
censo a los observadores, para lograr la cobertura prevista. Para algunas localidades
grandes y con regímenes de protección que afectan sólo a una parte de las mismas, se
2
MARTÍ, R. & DEL MORAL, J. C. (eds.). 2002. La invernada de aves acuáticas en España. Ministerio de
Medio Ambiente. Madrid.
4
han considerado “sublocalidades”: este es el caso de las colas de Ullibarri-Gamboa
(Ramsar), Jaizubia-Plaiaundi-Islas (ZEPA, Ramsar), Inurritza (biotopo protegido),
Urdaibai (Ramsar) y Gastelugatxe (biotopo protegido). Finalmente, los datos recogidos
en campo han sido almacenados en una base de datos, para facilitar su explotación y la
confección de los informes.
Álava
Bizkaia
Gipuzkoa
CAPV
Número de localidades
70
60
50
40
30
20
10
20
03
20
01
19
99
19
97
19
95
19
93
19
91
19
89
19
87
19
85
19
83
19
81
19
79
19
77
19
75
19
73
19
71
19
69
0
Años
Evolución del número de localidades censadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Álava
Bizkaia
Gipuzkoa
CAPV
35
Número de
localidades
30
25
20
15
10
5
0
>20
10 a 20
5a9
<5
Número de censos
Distribución de las localidades según el número de censos disponibles para cada una, durante el periodo
1969-2004.
5
FICHAS DE CAMPO UTILIZADAS
RECOMENDACIONES METODOLÓGICAS
¾
Los censos invernales de aves acuáticas constituyen el único programa de seguimiento de avifauna
con carácter internacional, coordinado, y con suficiente tradición como para cumplir objetivos
precisos: evaluar la tendencia de las poblaciones e identificar humedales importantes para su
conservación, a escala regional, nacional o biogeográfica.
¾
Para poder cumplir tales objetivos, es imprescindible establecer criterios y mejorar la calidad de los
censos, de forma que la información obtenida sea más homogénea y comparable. Solo así podrá
ponerse de manifiesto la utilidad de trabajos de este tipo.
¾
Las fechas de censo se fijan, habitualmente, en el segundo fin de semana de enero. No obstante,
cada año son confirmadas por Wetlands International y por la red de coordinadores nacionales y
regionales. En lo posible, los conteos deberán efectuarse en dichas fechas, ya que la simultaneidad
es un requisito metodológico fundamental.
¾
Se han establecido previamente las localidades consideradas de interés, y se ha delimitado la
extensión que debe ser prospectada para cada una. Los observadores encargados del censo en
cada humedal deberán contar estrictamente en las superficies o tramos cartografiados en las fichas
de campo.
¾
En aquellas localidades sometidas a seguimientos más continuos durante el invierno, únicamente los
datos de la fecha propuesta para el censo serán registrados, evitando anotar cifras máximas o
medias durante periodos de tiempo más largos. En unos pocos casos se han determinado
sublocalidades; los recuentos de aves correspondientes a cada una de ellas deberán incluirse tanto
en su propia ficha, como en la de la localidad amplia que la engloba.
¾
El horario será el más adecuado en cada caso para lograr los resultados más fiables, teniendo en
cuenta factores particulares: evitar molestias humanas (caza, paseantes), acoplar el conteo al ritmo
mareal (durante la pleamar), mitigar problemas ópticos (reverberación, contraluz) o aprovechar la
concentración diaria de aves (tramos costeros con dormideros de gaviotas).
¾
La adecuación del número de censadores a las características del humedal, su conocimiento del
mismo y su experiencia en la identificación y recuento de bandos de aves son aspectos
fundamentales. En cuanto a medios materiales, el telescopio terrestre resulta, en la mayoría de los
casos, un instrumento imprescindible.
¾
Durante el censo del humedal se requiere alcanzar la máxima cobertura, de forma que puedan
contarse directamente (o estimarse) los números de todas las aves presentes. Para ello, se
escogerán los mejores oteaderos, teniendo en cuenta las querencias de las especies.
¾
Los resultados se trasladarán cuanto antes a la ficha de censo correspondiente a la localidad,
cumplimentando todos los campos. Es muy importante anotar también los “censos negativos”,
correspondientes a humedales visitados pero sin aves acuáticas.
¾
Con la mayor prontitud, los observadores remitirán las fichas al coordinador local. Este las
trasladará a su vez al coordinador regional, adjuntando en su caso un informe de síntesis o
conclusiones.
¾
El programa de censos de acuáticas invernantes debe convertirse en un sistema eficaz de
seguimiento de poblaciones de aves. La concienciación y preparación de los observadores es un
factor decisivo. Puede obtenerse más información en las páginas web de Wetlands International
(www.wetlands.org) o de SEO/Birdlife (www.seo.org).
6
LAGO DE ARREO
AÑO:
FECHA DE CENSO:
NUMERO DE OBSERVADORES
HORA INICIO:
HORA FINALIZACIÓN:
NOMBRES Y APELLIDOS:
INSTITUCIÓN:
DIRECCIÓN:
TELÉFONO:
CORREO ELECTRÓNICO:
CENSO NEGATIVO
CENSO PARCIAL (no se ha prospectado todo el humedal)
VISIBILIDAD Y CONDICIONES (según meteorología):
Óptimas
Medias
Deficientes
MOLESTIAS DURANTE EL CENSO (que puedan haber repercutido en los conteos):
Caza
Pesca
Obras
Actividades recreativas o deportivas
Otras
NIVEL DE INUNDACIÓN (en humedales interiores):
FASE DE MAREA (en estuarios, rías y tramos costeros):
Alto
Alta
Medio
Intermedia
Bajo
Baja
Seco
Desconocida
COMENTARIOS:
7
DATOS DEL CONTEO
En caso de no poder realizar un conteo preciso, anotar estima según los siguientes rangos: D1 (1-9 ejemplares), D2 (10-99),
D3 (100-999), D4 (1.000-9.999) y D5 (10.000-99.999).
GAVIIDAE
CHARADRIIDAE
Gavia immer
Gavia stellata
Vanellus vanellus
Pluvialis apricaria
PODICIPEDIDAE
Pluvialis squatarola
Tachybaptus ruficollis
Podiceps cristatus
Podiceps nigricollis
Podiceps auritus
Charadrius hiaticula
Charadrius dubius
SCOLOPACIDAE
PHALACROCORACIDAE
Limosa limosa
Phalacrocorax carbo
Phalacrocorax aristoteles
Limosa lapponica
CICONIDAE
Numenius phaeopus
Ciconia ciconia
Numenius arquata
ARDEIDAE
Tringa erythropus
Ardea cinerea
Egretta garzetta
Bubulcus ibis
Botaurus stellaris
Tringa totanus
Tringa nebularia
Tringa ochropus
ANATIDAE
Anser brachyrhynchus
Anser anser
Cygnus olor
Tadorna tadorna
Anas penelope
Anas strepera
Anas crecca
Anas platyrhynchos
Anas acuta
Anas clypeata
Netta rufina
Aythya ferina
Aythya fuligula
Aythya nyroca
Melanitta nigra
Bucephala clangula
Mergus serrator
Oxyura jamaicensis
ACCIPITRIDAE
Circus aeruginosus
Pandion hielaetus
Tringa glareola
Actitis hypoleucos
Arenaria interpres
Gallinago gallinago
Calidris canutus
Calidris alba
Calidris maritima
Calidris alpina
Philomachus pugnax
LARIDAE
Larus canus
Larus argentatus
Larus fuscus
Larus cachinnans/michahellis
Larus cachinnans/argentatus/fuscus
Larus marinus
Larus delawarensis
RALLIDAE
Rallus aquaticus
Larus melanocephalus
Gallinula chloropus
Larus ridibundus
Fulica atra
Larus minutus
Haematopus ostralegus
RECURVIROSTRIDAE
Recurvirostra avosetta
OTRAS ESPECIES
Esta ficha debe hacerse llegar, debidamente cumplimentada, al coordinador local (Instituto Alavés de la Naturaleza,
apartado de correos 2.092, 01080 Vitoria-Gasteiz, teléfono 945246606, e-mail [email protected]).
GRACIAS POR TU PARTICIPACIÓN
Colabora:
8
HUMEDALES DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO
Las zonas húmedas constituyen tipos de ecosistemas netamente diferenciados, que
presentan valores máximos de productividad y diversidad. Albergan muestrarios de
flora y fauna muy particulares, que han evolucionado adaptándose a las condiciones
abióticas y bióticas propias de los medios acuáticos. Se caracterizan también por su
elevado dinamismo ecológico y su sensibilidad frente a las fluctuaciones ambientales.
Conforman ambientes frágiles ante las intervenciones humanas, que históricamente han
consistido en su desecación para aprovechar los terrenos ganados con fines agrícolas o
urbanísticos.
En la Comunidad Autónoma del País Vasco, los humedales costeros se asocian a la
presencia de estuarios más o menos desarrollados, mientras que los interiores presentan
características variadas en función de su regionalización bioclimática y de sus
particularidades geomorfológicas: turberas y esfagnales, sistemas asociados a sustratos
calizos o a diapiros, sistemas endorreicos con lagunas mineralizadas, encharcamientos
freáticos en rellenos aluviales, sistemas fluviales... Existe, además, un buen número de
zonas húmedas de origen artificial, entre las que sobresalen embalses para
abastecimiento y producción de energía, balsas de utilidad agrícola y otras resultantes
de la actividad minera. El grado de conservación estructural y funcional de estos
ecosistemas es variable. Así, se considera que apenas un 20 % de la superficie original
de marismas costeras mantiene en la actualidad características naturales. Los procesos
de deterioro en humedales interiores están generalmente más ligados a la intensificación
agrícola de su entorno.
La valoración de los humedales de la CAPV desde el punto de vista ecológico se ha
efectuado a partir de un baremo multicriterio, en el que la capacidad para albergar
contingentes de aves acuáticas es una variable más. La ría de máxima categoría resulta
ser Urdaibai, un espacio sobresaliente con impactos resolubles. Txingudi, por su parte,
conserva valores naturalísticos importantes gracias a su estratégica ubicación
geográfica, así como a las intervenciones orientadas a la recuperación de terrenos de
marisma y a la recreación de humedales costeros. En el interior, las zonas más
destacadas son el complejo lagunar de Laguardia, constituida por tres sistemas naturales
endorreicos y una balsa artificial; el lago de Arreo-Caicedo Yuso y las Salinas de
Añana, de peculiaridad hidrogeológica y cultural; y Salburua, un encharcamiento
originado por el afloramiento de los niveles freáticos, que fue desecado a lo largo del
siglo XX, pero que ha sido exitosamente restaurado en los últimos años. Aunque de
origen artificial, el extenso embalse de Ullibarri-Gamboa constituye también un
referente importante, gracias al proceso de naturalización que han experimentado sus
colas meridionales. Todos los humedales mencionados forman parte de la lista de zonas
de importancia internacional, de acuerdo con el Convenio de Ramsar.
Más información en http://www.euskadi.net/vima_aguas/humedales_c.htm
9
LA INVERNADA DE AVES ACUÁTICAS EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA
DEL PAÍS VASCO
Duranta el periodo 1992-2004, los humedales de la CAPV han venido acogiendo
anualmente una media de 37.000 (mínimo 23.000, máximo 52.500) aves acuáticas y
marinas, grupos ecológicos diferenciados que incluyen por un lado a somormujos y
zampullines, cormoranes, garzas, anátidas, fochas y limícolas, y por otro a gaviotas y
álcidos, fundamentalmente. El hecho de que los programas de censo se apliquen
conjuntamente a ambos grupos, a pesar de que acuáticas y marinas compartan sólo
parcialmente los mismos hábitats y de que muestren comportamientos sociales y de
alimentación divergentes, obliga a efectuar interpretaciones apropiadas según las
localidades correspondan a tramos costeros, estuarios o humedales de interior. En las
primeras, el porcentaje que representan las gaviotas respecto al total de aves censadas
oscila entre el 80 y el 98 %, mientras que en ambientes estuarinos se sitúa en torno al 50
% y en humedales interiores alcanza el 10 % como máximo.
Las localidades más importantes por la media de efectivos contados en 1992-2004 son
el embalse de Ullibarri-Gamboa (Álava) con 9.700 ejemplares, la ría y puerto de El
Abra (Bizkaia) con 7.800, Urdaibai (Bizkaia) con 3.600, el tramo costero de Pasaia
(Gipuzkoa) con 3.500, la costa de Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa) con 3.400, la
bahía de Txingudi (Gipuzkoa) con 1.900 y Salburua (Álava) con 1.700. En conjunto,
estos siete enclaves agrupan más del 85 % de los efectivos totales, si bien la relevancia
cuantitativa de los costeros se debe exclusivamente, como se ha dicho, a las
agrupaciones de gaviotas. En el contexto español, la Comunidad Autónoma del País
Vasco ocupa un puesto relativo destacado, ya que alberga cerca del 3 % de los efectivos
contados con apenas el 1,5 % de la superficie. Este hecho se puede relacionar con la
posición geográfica de la CAPV, en plena ruta migratoria para buen número de
poblaciones que acceden a sus áreas ibéricas de invernada a través del corredor
pirenaico occidental o de la costa atlántica, pero más aun con la existencia de algunos
humedales con gran capacidad de acogida para algunas especies de aves acuáticas: el
embalse de Ullibarri-Gamboa y el puerto de El Abra son los más destacados.
Más de la mitad del contingente global invernante se debe precisamente a las gaviotas
patiamarilla (Larus cachinnans=L. michahellis), con una media de 12.760 aves que
suponen el 35 % del total, y reidora (L. ridibundus) con 6.415 y el 17 %. Aunque la
evaluación completa de las poblaciones de gaviotas exige procedimientos adecuados, se
procura censar simultáneamente la mayoría de enclaves de alimentación y reposo, para
acceder a una fracción mayoritaria y homogénea de los efectivos. A continuación
figuran la focha común (Fulica atra) con 5.749 aves y un 16 % del total, el ánade
azulón (Anas platyrhynchos), con 2.933 y un 8 % y el porrón europeo (Aythya ferina)
con 1.966 y el 5 % del cómputo. El grueso de las poblaciones de estas tres especies se
concentra en el embalse de Ullibarri-Gamboa, que de hecho se sitúa entre los cinco
humedales españoles más importantes para la invernada de la focha y el porrón europeo.
Por el contrario, el cormorán grande, con una media de 974 ejemplares (3 %), es una
especie bien distribuida tanto en humedales costeros como de interior. El grupo de las
limícolas no está muy representado, y sólo de avefría (Vanellus vanellus) y correlimos
común (Calidris alpina) se cuentan unos 725 individuos anualmente (2 % para cada
10
especie). Las especies mencionadas suponen del orden del 88 % del total de efectivos
censados anualmente.
Aunque su importancia numérica sea menor, hay otras especies que presentan
poblaciones invernantes estimables si se consideran en el ámbito español. Es el caso de
somormujo lavanco (Podiceps cristatus), zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis),
ánade friso (Anas strepera) y porrón moñudo (Aythya fuligula), para los que el embalse
de Ullibarri-Gamboa (y Salburua en el caso del friso) se encuentra entre las 15
localidades más importantes. Urdaibai tiene la misma consideración para una serie de
limícolas como chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), zarapitos trinador (Numenius
phaeopus) y real (N. arquata), y archibebe claro (Tringa nebularia).
Para algunos grupos de especies ecológicamente homogéneos, se ha podido determinar
la evolución de las poblaciones invernantes entre 1993 y 2001 usando el programa
Trends and indices for monitoring data (TRIM), que proporciona índices de variación
anual consistentes, teniendo en cuenta posibles cambios en la cobertura. La evolución
de las poblaciones en el conjunto de la CAPV ha resultado positiva en zampullinessomormujos y cormorán grande; por el contrario, anátidas-fochas y limícolas han
mostrado una evolución ligeramente decreciente. Aplicando criterios de significación a
estas tendencias para un horizonte de 20 años, los zampullines-somormujos y el
cormorán grande habrían experimentado “aumentos sustanciales”, anátidas y fochas
mostrarían un “declive poco relevante”, mientras que no sería posible clasificar la
evolución de los limícolas por la escasa cuantía de sus efectivos.
Evolución reciente de la población invernante de somormujos y zampullines. En rojo, tendencia conjunta
para la CAPV; en azul, para Álava; en verde, para Bizkaia y Gipuzkoa.
11
Ídem para anátidas y fochas.
Ídem para cormorán grande.
Los elevados incrementos experimentados por somormujos, anátidas y fochas en
Bizkaia y Gipuzkoa se explicarían como consecuencia de la poca entidad del
contingente, que facilita tasas elevadas de crecimiento ante mejoras puntuales de la
capacidad de acogida (recreación de humedales dulceacuícolas en Txingudi, por
ejemplo). En el caso del cormorán grande, la tendencia es también claramente
divergente, al detectarse un desplome numérico en Álava, mientras en Bizkaia y
Gipuzkoa el aumento ha sido sostenido.
A nivel general, la capacidad de acogida de los humedales interiores de la CAPV para
las aves acuáticas está muy relacionada con el nivel de inundación de los mismos, que a
su vez depende de las precipitaciones caidas durante el año anterior. Cifras mínimas se
han verificado durante ciclos de sequía, en los que la mayoría de los individuos se
concentran en aquellos humedales que mantengan condiciones hidrológicas aceptables.
No obstante, el estado del conjunto de los humedales ibéricos cuenta, ya que en
temporadas especialmente lluviosas la gran disponibilidad de hábitats permite una
mayor dispersión de las poblaciones, con el resultado de conteos más bajos en
12
humedales concretos. También las tendencias numéricas de algunas poblaciones
derivadas de la protección en zonas de cría (caso del cormorán grande), o las
modificaciones progresivas de los rangos geográficos ocupados, que pueden responder
así ante nuevas condiciones ambientales u oportunidades (caso del ánsar común Anser
anser, que inverna en mayor cuantía en regiones norteñas), pueden verse reflejadas en
los datos de los censos.
Ramón Arambarri
13
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