Actuario Luis Huerta Rosas

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Actuario Luis Huerta Rosas
Presidente del 27º Congreso Internacional de Actuarios.
Actuario Edward J. Levay
Presidente de la Asociación Internacional de Actuarios.
Distinguidos Miembros del Presidium;
Señoras y Señores Congresistas;
Respetable concurrencia:
En nombre y representación del Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos, Lic. Vicente Fox Quesada, doy a ustedes la más cordial
de las bienvenidas a nuestro país y a esta hermosa y espléndida
joya de la Riviera Maya que es Cancún.
El Presidente de México deseaba sinceramente estar con ustedes
en esta ocasión y expresarles personalmente su entusiasmo y su
satisfacción por este magnífico suceso que reúne el talento, la
experiencia profesional y la representatividad de más de 1,300
actuarios de 62 países del orbe.
El Presidente Fox me ha instruido especialmente para que les
exprese sus mejores votos por el éxito absoluto y rotundo de los
trabajos de este 27º Congreso Internacional de Actuarios, pero
también para que les transmita su reconocimiento por la
trascendencia y profundidad de los temas que van a examinar.
Escenarios inéditos, problemas emergentes, perspectivas
renovadas, retos del cambio, propuestas de anticipación, son sólo
algunas de las cuestiones que subyacen en el rico temario que
habrán Ustedes de desahogar en debates, paneles, conferencias,
grupos de trabajo y exámenes que, sin duda alguna, darán luces y
nuevas orientaciones para que la profesión actuarial en el mundo
resuelva con éxito la problemática que le plantea el nuevo milenio.
Actuaría y riesgo son conceptos consustanciales e inseparables.
Cuantificar el riesgo permite prever situaciones futuras y prepararse
para enfrentarlas y resolverlas favorablemente; es decir, permite
utilizar las ideas de probabilidad e incertidumbre sustentadas en las
matemáticas para otorgar un fundamento a la seguridad allí donde
el destino ha sido suplantado por un compromiso activo con el
futuro. Por ello, desde sus principios la idea de riesgo va
acompañada del surgimiento del seguro, pero no sólo considerando
el seguro privado o mercantil. El estado del bienestar, cuyo
desarrollo puede rastrearse hasta las leyes isabelinas de los pobres
en Inglaterra, es esencialmente un sistema de gestión del riesgo.
Parece inicialmente diseñado para proteger contra peligros que
antes eran considerados designios de los dioses: enfermedad,
incapacidad, pérdida del empleo y vejez.
Por muchas razones, que Ustedes conocen muy bien porque es un
elemento esencial de su profesión, la idea de riesgo siempre ha
estados relacionada con la modernidad. pero ustedes estarán de
acuerdo conmigo en que este concepto asume en nuestros días
una nueva y peculiar importancia. Desde la óptica de nuestros
antecesores se suponía que el riesgo era una forma de regular el
futuro, de normalizarlo y traerlo bajo nuestro dominio. Esto es, que
con el desarrollo ulterior de la ciencia y la tecnología el mundo
llegaría a ser más estable y ordenado. El mundo en que nos
encontramos hoy, sin embargo, no se parece mucho al que
pronosticaron; en lugar de esta cada vez más bajo nuestro control,
parece fuera de él –un mundo desbocado, como lo describe
Anthony Giddens-.
En México, el gobierno del Presidente Fox se esfuerza
cotidianamente por robustecer la transición democrática marcada
por su llegada a la Presidencia de la República; se empeña
honestamente por abatir los rezagos históricos y la injusticia
acumulada que lastiman a la sociedad; trabaja, intensamente por
disminuir los efectos negativos de la crisis mundial y de la recesión
económica y el desempleo; pero, simultáneamente, trabaja para
consolidar el futuro del desarrollo nacional manteniendo la disciplina
macroeconómica; estimulando la formación del ahorro interno;
privilegiando el imperio de la ley y el combate a la corrupción, en un
estado de derecho que erradique la impunidad; y procurando la
creciente integración del país a la economía internacional, porque la
globalización en este campo no esperará por nadie y porque no
existe posibilidad real de lograr el desarrollo de una nación --cualquiera que sea su situación particular- sin embargo participar
activamente en el comercio y las inversiones internacionales.
Como pueden Ustedes advertir, Señoras y Señoras Congresistas,
riesgos y seguros, seguridad e incertidumbre, globalización y
cambio, desarrollo y estabilidad, actuaría y buen gobierno, son
conceptos que se enlazan y se vinculan ante las nuevas realidades
que hoy debemos afrontar
Por esas y muchas más razones encomiables, reitero los sinceros
deseos del Presidente de la República porque estos trabajos
alcancen el éxito esperado, por el bien de su profesión y de las
sociedades nacionales en que realizan su misión gremial; por el
progreso y bienestar de un mundo renovado y mejor, por la
permanencia y superación de las organizaciones que han
auspiciado este evento.
Dicho lo anterior, y a nombre del propio Presidente de México,
Vicente Fox Quesada, declaro formalmente inaugurado el 27º
Congreso Internacional de Actuarios, hoy lunes 18 de marzo de
2002. ¡Enhorabuena y felicidades!
LIC. JUAN DE DIOS CASTRO LOZANO
CONSEJERO JURÍDICO DEL EJECUTIVO FEDERAL.
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