El Nuevo Orden Alemán

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mayor rapidez que la mayoría
de sus compatriotas y de sus
aliados que a los alemanes se
presentaba una coyuntura única
y tal vez efímera y que, en
consecuencia,
había
que
proceder con rapidez para
convertir en realidad el sueño
de
la
nación
alemana.
Hábilmente supo ganarse la
adhesión del presidente Bush
quien había declarado, sin
embargo, que no iría a "bailar
sobre el muro de Berlín".
Sección
Política
Mundial
El Nuevo Orden
Alemán
Rubén Sánchez D.*
* Profesor del Departamento de
Ciencia Política de la Universidad
de los Andes.
Con la firma en Berlín, el
pasado 31 de agosto, del tratado
de unión entre la RFA y la RDA
culminó un proceso considerado
inconcebible apenas hace unos
meses: la conversión de un
sistema estatal y económico
socialista a un orden liberal. Y si
esta unión se ha convertido en
una realidad en un tiempo récord
para lo que es la escala de la
historia, ha sido gracias a la
concurrencia
de
tres
circunstancias: la política de
Mijaíl Gorbachov, la clara visión
de Helmut Kohl y la prosperidad
económica de la RFA.
"El arte de la política consiste
en saberse servir de las
coyunturas", decía Luís XIV. El
líder soviético y el canciller
alemán han demostrado ser
verdaderos maestros en la
materia. Gorbachov, a pesar de
los violentos coletazos que ha
dado el movimiento por él
desencadenado en 1985, ha
sabido consolidar sabiamente su
poder al tiempo que se
reconciliaba con las democracias
liberales, dos factores que se
necesitan con reciprocidad para
sacar a la URSS de su profunda
crisis. De esta manera, ha
logrado reducir el partido, sin
perder su control, y asegurarse
la complicidad de Bonn. Kohl,
por su lado, comprendió con ma
Como si fuera poco, en menos
de un mes tres acontecimientos
disiparon las últimas dudas: la
Alianza Atlántica declaró el fin
de la guerra fría, enterró el hacha
de guerra y pasó a considerar a
la URSS como un aliado
potencial; la cumbre de Houston,
que reunió los jefes de Estado y
de gobierno de las siete
economías más poderosas del
mundo, legitimó la idea de que se
podía acordar una ayuda
financiera al antiguo adversario;
por último, el presidente
soviético, victorioso en el
XXVIII Congreso del PCUS,
aprobó la unión alemana en el
seno de la Alianza Atlántica.
Julio de 1990 figurará como un
mes importante en los anales de
la historia.
LA PROSPERIDAD
ALEMANA
El curso de los hechos que se
acaban de mencionar no hubiese
sido posible sin el enorme talento
y la habilidad política de
Gorbachov y Kohl, pero la
tercera
circunstancia,
la
prosperidad
económica
de
Alemania Occidental fue la que
permitió que las otras dos
funcionasen. Ha sido la riqueza
alemana la que facilitó el dar
cuerpo al desafío de la
unificación entre la RFA y la
RDA y la que dio al Kremlin la
esperanza de ayudas materiales
suficientes para sortear años
difíciles.
En realidad, el momento de
concretar la unión alemana no
podía ser mejor. Al menos en
este punto los responsables
políticos
y
los
expertos
económicos están de acuerdo.
Después de ocho años de
crecimiento
continuo,
la
economía alemana mantiene su
vigor y exhibe un dinamismo
insolente. Según el último
informe de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo
Económico, OCDE, el ritmo de
crecimiento del PNB se sitúa este
año alrededor del 4.4% anual; la
fuerte
progresión
de
las
inversiones
productivas
ha
permitido crear en los últimos
meses 550.000 empleos y,
durante el primer semestre de
1990 el superávit comercial fue
de treinta y seis mil novecientos
millones de marcos a pesar del
auge de las importaciones. De
acuerdo con Theo Waigel,
Ministro
de
Finanzas
de
Alemania
Occidental,
la
demanda
suplementaria,
resultado de la unión económica
y monetaria con la RDA, será del
orden de los cuarenta mil
millones de marcos, lo que
permitirá crear entre 300.000 y
400.000 nuevos empleos. La tasa
de inflación se mantendría este
año debajo del 3% pero llegaría
a 4% en 1991'. Según el
instituto de investigaciones DIW
de Berlín, sin el empujón de la
unión alemana, "la coyuntura
económica de la RFA habría
presentado una imagen distinta".
Y ello por dos razones: por un
lado, los altos tipos de interés y
por otro, la baja de la demanda
proveniente de los países
industrializados2.
Gracias a la demanda
proveniente de la RDA, se prevé
un incremento de las ventas de
bienes de consumo. La unión
económica
y
monetaria
fomentará las
inversiones
directas en la
RDA, sobre todo en la rama de
la electrónica. Los cálculos del
Instituto de Kiel indican que las
exportaciones de la RFA
aumentarán en un 8-8.5% en el
curso de los dos próximos años,
en la medida en que se consolide
el proceso de unión. Asimismo,
como una parte de las
mercancías vendidas a la RDA
será importada, por encontrarse
la capacidad instalada de la RFA
utilizada en un 90%, las
importaciones alemanas también
conocerían
un
incremento
sustancial (9.5% en 1990 y 7.5%
en 1991). Así se absorbería parte
del excedente comercial de la
RFA, lo que tendría un efecto
positivo
en
el
comercio
internacional. Por lo menos
mientras dure la tarea de
saneamiento económico de la
RDA3. Según el Instituto de
Economía de Colonia (IW), los
principales países beneficiados
serían Italia, con un aumento
anual de sus exportaciones hacia
Alemania del orden del 2.4%,
Francia y Gran Bretaña (+ 2%) y
los Estados Unidos (+ 1.5%)4.
Pero no todo es tan claro.
Desde el lo. de julio el Deutsche
Mark (DM) es también, y tras
más de cuarenta años, la moneda
de curso legal en la RDA.
Simultáneamente con el DM han
entrado en vigor en el territorio
de Alemania Oriental partes
esenciales de la legislación
fiscal de Alemania Federal, así
como diversas legislaciones,
entre ellas, la que amplía la
seguridad
social
de
los
habitantes de la RDA.
En virtud del tratado ínter
alemán
sobre
la
unión
monetaria, económica y social,
el Estado de la RFA aportará los
medios necesarios para la rápida
creación de la infraestructura
física de la RDA y ayudará a
las industrias
3. Ibid.
1. Le monde, 7 de julio de
1990.
2. Ibid.
4. Ibid.
durante la fase de transición.
Todo lo demás, es decir, la
creación de empresas de
servicios y de bienes es cosa de
la industria privada. Se trata de
operar un giro de 180 grados en
la economía de la RDA y
establecer rupturas estructurales
que transformen todas las
energías
productivas
en
generadoras
de
productos
competitivos.
Ardua tarea esta, que hará
atravesar dificultades a la
población de la RDA antes de
alcanzar
el
florecimiento
económico. Las condiciones de
partida de Alemania Oriental no
son muy favorables ya que la
productividad de sus industrias se
estima en 50 por ciento de la
productividad de la competencia
internacional.
Los alemanes de la RDA
tendrán que aceptar el desnivel
material con respecto a los
alemanes federales
durante
mucho tiempo y ser flexibles,
pues se estima que solamente
podrán continuar en sus actuales
funciones entre el 20 y el 30 por
ciento de los trabajadores y
empleados. Se especula que para
que sobreviva al menos parte de
la industria de la RDA, tendrán
que perder sus puestos de
trabajo entre medio millón y dos
millones de personas. De todas
maneras, es imposible predecir
con exactitud qué ocurrirá al
final, dado que esto dependerá
de muchos factores entre ellos la
velocidad con que fluyan las
inversiones
germano
occidentales a la RDA. Y, por
el momento, al empresario
alemán le resulta sumamente
nebuloso
el
ámbito
de
Alemania Oriental, desde lo
relativo a la propiedad hasta el
campo
de
la
protección
ecológica. El interés de los
inversionistas seguirá siendo
escaso mientras no se conozcan
los compromisos comerciales
frente a la Unión Soviética o el
volumen de las viejas cargas de
la RDA.
LAS PERSPECTIVAS DE LA
ALEMANIA UNIFICADA
Helmut Kohl sabe que la
unificación de Alemania será
muy costosa y que suscitará
descontentos y frustraciones a
una y otra parte del Elba. Sabe
también que los recursos
alemanes son, pese a todo,
limitados, y por ello no tiene
interés en practicar una huida
hacia adelante en el plano
internacional. Necesita que la
Unión Soviética no se oponga a
sus proyectos políticos y
económicos y que sus colegas
del Oeste colaboren en los
gastos de la apertura hacia el
Este.
El canciller alemán obtuvo un
gran triunfo con el acuerdo
germano-soviético del 16 de
julio, bendecido un día después
en París en la tercera conferencia
Dos más cuatro (las dos
Alemanias y las cuatro potencias
vencedoras en la Segunda
Guerra Mundial). Con este
acuerdo quedó expedito el
camino para la unificación
política y militar alemana en la
medida en que la Unión
Soviética aceptó la permanencia
de la Alemania unida en la
OTAN.
Su segunda victoria la obtuvo
el 23 de agosto al aprobar la
Volkskammer —el parlamento
de la RDA— el que Alemania
Oriental pida la anexión a la RFA
el 3 de octubre, amparándose en
el artículo 23 de su Ley
Fundamental, después de sortear
el último obstáculo que se
interponía ante la firma del
tratado: el tema de la ley del
aborto. A partir del 3 de octubre,
144 parlamentarios de la RDA
viajarán a Bonn y pasarán a
formar parte del parlamento
federal o Bundestag.
Después que el Parlamento de
la RDA aprobara el 22 de julio
la formación de los Lánder (o
parlamentos regionales), sólo
quedaba que estos votaran la
aplicación
de
la
Ley
Fundamental
de Bonn en sus territorios para
que la unificación legal fuera un
hecho. El Bundestag está
obligado por esta ley a aceptar la
petición de "cualquier territorio
alemán". Por un momento
pareció que esta decisión
tardaría en producirse al
romperse la coalición de cinco
partidos
dirigida
por
el
democristiano
Lothar
de
Maiziere, primero por la
decisión de los liberales de la
RDA de salir del gobierno y,
luego, por la expulsión del
mismo de los socialdemócratas.
El problema giraba en torno a si
la Ley Fundamental se aplicaba
antes o después de las elecciones
panalemanas del 2 de diciembre.
Los democristianos del primer
ministro deseaban retrasar su
aplicación para después de los
comicios porque la ley de la
RDA no limita las posibilidades
de las minorías y hace más difícil
la victoria de la oposición
mientras la ley de la RFA deja
fuera del Parlamento a todos los
grupos que no obtienen el 5 por
ciento de los votos. Liberales y
social-demócratas preferían en
cambio ir a las urnas el 2 de
diciembre con la ley de Bonn
con la esperanza de quitarse de
encima a los ex comunistas y
otras minorías.
El acuerdo electoral, firmado
entre representantes de ambos
gobiernos alemanes, establece
que las elecciones alemanas
conjuntas se celebren bajo las
mismas condiciones electorales,
"en un solo territorio" y no por
separado. Asimismo, permite que
los grupos y movimientos cívicos
de la RDA que no alcanzaron el
fatídico 5% se integren en las
listas electorales de los grandes
partidos, siempre que los partidos
que opten por esta posibilidad no
compitan en un mismo territorio.
El segundo y último tratado
para la unificación alemana que
se firmó el 31 de agosto consta
de 46 artículos y tiene que ser
debatido y aprobado por los dos
gobiernos en las cámaras Baja y
Alta de los parlamentos de los
dos Estados alemanes los días 5
y
21
de
septiembre,
respectivamente.
De
ser
rechazado en uno de esos
trámites, se impondría una ley
transitoria que regularía el
proceso hasta después de la
unificación definitiva del 3 de
octubre y las elecciones
generales conjuntas del 2 de
diciembre.
La unificación significará
también la integración de la RDA
en la Comunidad Europea, la
unión militar de Alemania en la
OTAN y el retiro de tropas
extranjeras del territorio alemán.
El 30 de agosto, el ministro de
Asuntos Exteriores de la RFA,
Hans Dietrich Genscher y el
primer ministro de la RDA,
Lothar de Maiziere, presentaron
el futuro ejército de la
Alemania
unida ante las
conversaciones sobre Desarme
Convencional en Europa (CFE).
Tanto Genscher como de
Maiziere leyeron solemnemente
en
sus
alocuciones
la
declaración formal en la que se
comprometen a que "el futuro
ejército alemán unido quedará
reducido en el plazo de tres a
cuatro años a la cifra de 370.000
hombres, entre las fuerzas de
tierra, mar y aire"5. Genscher
subrayó,
además,
que
la
dimensión del nuevo ejército
unificado será inferior a la actual
del ejército federal y equivale a la
mitad de potencial que la suma
de los actuales ejércitos de la
RFA y RDA. Asimismo, destacó
que la doctrina militar que regirá
en el nuevo ejército sólo tendrá
carácter defensivo, ya que la
Constitución de la RFA, que
adoptará Alemania Oriental,
prohíbe cualquier preparativo de
ofensiva. Bonn, además, confía
en completar antes de la
próxima
5. Ya, 31 de agosto de 1990.
conferencia Dos más cuatro,
prevista para el 12 de septiembre
en Moscú, el borrador de una
declaración final que ponga fin
a los privilegios de los
vencedores de la guerra en
Alemania. Esta declaración, la
firma en Viena en octubre del
primer acuerdo CFE sobre
reducción
de
armas
convencionales y la firma de un
Tratado de No Agresión por la
Conferencia de Seguridad y
Cooperación
Europea,
convocado para noviembre,
fijarán los cimientos del nuevo
orden europeo.
de Rapallo o del pacto MolotovRibbentrop. No sólo el contexto
presente es distinto al de entreguerras, sino que todo cuanto
se ha hecho hasta ahora es
compatible con las estructuras
occidentales de posguerra.
La
unificación
alemana
cambiará el mapa de Europa y
hará depender el destino del
continente del acoplamiento
germano soviético, consecuencia
de la apertura hacia el Este
emprendida por la RFA. Surgirá
así un nuevo orden caracterizado
por el declive relativo de
Estados Unidos y la Unión
Soviética, la ruptura de los viejos
bloques militares, la primacía
del poder económico sobre el
militar y la presencia de una
Alemania
parcialmente
desmilitarizada. El canciller
Kohl no ha cesado de repetir que
hará la reunificación bajo el
techo europeo y nada de lo que
ha hecho hasta ahora permite que
se dude de su buena fe. Pero
sobran motivos para pensar que
los aliados occidentales no' son
ya sino nuevas comparsas en el
nuevo orden europeo impuesto
por la unificación alemana. De
hecho, la conferencia Dos más
cuatro se ha convertido en
simple sello de los acuerdos
bilaterales alcanzados por Bonn y
Moscú que representarán a la
URSS contar con créditos
masivos necesarios para su
estabilización económica. Sin
embargo, sería aberrante ver en
el tratado germano-soviético,
que se anuncia como desenlace
natural de un proceso iniciado
con las primeras brechas del
muro de Berlín, el 9 de
noviembre de 1989, el espectro
15 de enero de 1989:
Cientos de manifestantes que
hasta entonces habían formulado
su protesta en contra del régimen
del SED en círculos de la Iglesia
Evangélica, salen a la calle. Con
motivo del 70 aniversario del
asesinato de Rosa Luxemburg y
Karl Liebknecht, exigen en
Leipzig libertad de expresión, de
reunión y de prensa; 80
manifestantes son detenidos.
CRONOLOGÍA
DEL CAMINO
DE LA UNIFICACIÓN
12 de marzo:
Manifestación en Leipzig de
600 personas que desean salir de
la RDA.
2 de mayo:
Hungría abre su frontera con
Austria, produciendo un agujero
en la Cortina de Hierro que
permite a decenas de miles de
alemanes orientales pasar a
Occidente.
7 de octubre:
El 40 aniversario de la
creación de la RDA es
ensombrecido por protestas
antigubernamentales en todo el
país. Mijaíl Gorbachov dice a su
anfitrión germano, el dirigente
Erick Honecker: "La vida castiga
a los retardatarios".
18 de octubre:
El líder de la RDA, Erick
Honecker,
dimite
y
es
remplazado
por su protegido Egon Krenz,
que
promete
reformas.
Continúan
las
protestas
anticomunistas.
9 de noviembre:
Después de una serie de crisis
de gobierno, Krenz abre el Muro
de Berlín para calmar a la
población de la RDA.
13 de noviembre:
El comunista reformista Hans
Modrow es nombrado primer
ministro de la RDA.
3 de diciembre:
Tras prometer elecciones
libres y el abandono comunista
del monopolio del poder, Krenz
es obligado a abandonar el
poder.
lo. de febrero de 1990:
Modrow ofrece un plan de
unificación gradual alemana.
14 de marzo:
Los cuatro aliados que
triunfaron en la segunda Guerra
Mundial y las dos Alemanias,
inician las reuniones Dos más
cuatro sobre la reunificación de
los dos Estados.
. 18 de marzo:
En las primeras elecciones
libres en la RDA, vence
abrumadoramente
la
conservadora
Alianza por
Alemania, liderada por Lothar
de Maiziere, de la Unión
Cristiana Demócrata.
2 de mayo:
Se fija la fecha del primero de
julio para
la unificación
monetaria y económica de las
dos Alemanias.
6 de mayo:
Los alemanes orientales
desalojan a los pocos comunistas
que seguían ejerciendo cargos
públicos, que son derrotados en
las elecciones comunales.
lo. de julio:
La RDA cede el control de su
economía
planificada
a
Alemania Federal y anula su
moneda para adoptar el
Deutsche Mark. Comienza a
crecer el desempleo mientras la
producción industrial cae en
picada.
Los
inversionistas
occidentales dan pocas muestras
de interés por Alemania
Democrática.
16 de julio:
La Unión Soviética acepta que
la Alemania Unida sea miembro
de la OTAN en una decisión que
elimina un gran obstáculo a los
acuerdos sobre la seguridad del
futuro país.
22 de julio:
El parlamento germanoriental
aprueba la transformación de la
RDA en una Federación y
abandona el sistema centralista
establecido por el anterior
régimen comunista.
abandonar su propuesta de adelantar esas elecciones a causa de
la oposición del partido socialdemócrata.
2 de agosto:
Los gobiernos alemanes
firman
un
tratado
de
procedimientos para celebrar
elecciones generales conjuntas
el 2 de diciembre.
23 de agosto:
CDU y SPD de la RDA se
ponen de acuerdo en fijar el 3 de
octubre la fecha de la unificación
de Alemania, tras la mediación
del canciller germanoccidental
Helmut Kohl, en una maratónica
sesión del parlamento.
9 de agosto:
El primer ministro de la RDA,
Lothar de Maiziere tiene que
31 de agosto:
Las dos Alemanias firman el
Tratado de Unificación Política.
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