JUEVES SANTO MONICIÓN DE ENTRADA Llegada la hora, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo...los amó hasta el extremo. Tarde de amores, tarde de intimidad, encuentro del redentor con los redimidos, como amigos...así nos llamó. Hoy, después de casi dos mil años nos volvemos a reunir en torno a la Mesa del Altar para repetir los mismos gestos y las mismas palabras que se pronunciaron en aquella tarde memorable. La única diferencia es que Él sigue vivo de forma nueva y resucitada. Tarde de amores y, a la vez, de presencias de dolor. Ante el Altar del Señor ponemos nuestras ilusiones y esperanzas, nuestros fracasos y alegrías y, al Señor resucitado, le pedimos que no tenga en cuenta nuestras flaquezas. Le decimos con esta intimidad y confianza que nos ayude. Que el mundo sigue masacrando como le hicieron a Él, que seguimos bombardeando y matando de hambre, que seguimos sin ser honrados y sinceros pero que seguimos diciéndole, como aquellos doce que le acompañaban en la primera tarde de Jueves Santo, “Maestro tu tienes palabras de vida eterna”, Tu nunca fallas, siempre nos das el alimento que necesitamos, no nos dejes, danos tu amor porque donde hay amor ahí estás tu, donde hay caridad y amor allí está Dios. Celebremos esta Eucaristía como Pueblo sacerdotal, como Asamblea Santa, como pueblo de bautizados que peregrinan con María hacia la Tierra definitiva. JUEVES SANTO MONICIÓN AL LAVATORIO DE PIES Jesús se ciñó la toalla y lavó los pies a sus discípulos. Era la misión del criado que acogía a su señor al regreso de las labores del día. Ellos no entendían nada. ¿Cómo el Maestro, el Señor, iba a lavarles a ellos los pies? ¡De ninguna manera!. Era respeto al Señor o quizás miedo por el compromiso que ello significaba? Por que si el maestro lo hacía así ellos tendrían que actuar también así y a ellos les importaban mucho los primeros puestos. Sin embargo la respuesta es clara y contundente y, aún hoy, necesitamos escucharla de nuevo: “Si no te lavo no tienes nada que ver conmigo”. El Párroco se dispone ahora a lavar los pies a unos miembros de la comunidad. Es como un recuerdo de que en la Iglesia el único camino válido es el servicio humilde a los demás. Meditemos el significado profundo de nuestra fe. JUEVES SANTO PETICIONES Por la Santa Iglesia de Dios, nacida del costado de Cristo, por el Papa Benedicto Dieciséis, por nuestro Arzobispo Carlos y su Obispo Auxiliar Enrique, por el Episcopado Universal, por los Sacerdotes y Diáconos, para que sepan servir como lo hizo Jesús. Roguemos al Señor Por los gobiernos de las naciones para que trabajen por la paz que nos trajo Jesús con su Muerte. Roguemos al Señor Por los pobres, los que sufren, los inmigrantes, por los enfermos y por quienes los cuidan para que sientan cercana la protección de Jesús a través de nuestro servicio. Roguemos al Señor. Por nuestra comunidad parroquial de Genovés, por cada uno de sus grupos, para que, a ejemplo de Jesús, sepamos lavarnos los pies los unos a los otros y vivamos la unidad que Jesús le pide al Padre. Roguemos al Señor Para que el Señor envíe vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras a la Iglesia. Roguemos al Señor Por quienes no creen para que nuestro testimonio les lleve a conocer a Cristo. Roguemos al Señor Por todos nuestros hermanos difuntos que nos han legado la fe que profesamos para que sentados a la Mesa del Banquete eterno vivan gozosos para siempre. Roguemos al Señor. JUEVES SANTO MONICIÓN A LA PROCESIÓN AL MONUMENTO Finalizada la celebración de hoy vamos a guardar el Santísimo Cuerpo de Jesús en el lugar preparado para ello. En el monumento estará pidiéndonos, una vez más, “velad y orad para no caer en tentación. Esta llamada del Señor nos interpela y hace que nos sintamos agradecidos por la confianza que deposita sobre nosotros. Los creyentes vamos a estar a su lado hasta que nos volvamos a reunir para celebrar la Hora Santa a las 11’00 h. de la noche y mañana a las 19:00 h. para celebrar los Oficios de la Pasión del Señor donde recordaremos la Muerte de Jesús y nos dispondremos a esperar el momento más importante de todo el año: la Vigilia Pascual el Sábado a las 23’00 h. El Señor nos llama nosotros le respondemos como Samuel: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”.