Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela TEMA 1 El cambio climático en la escuela 1. Introducción El cambio climático es el mayor problema socioambiental al que se enfrenta la humanidad en la actualidad. Sus consecuencias afectarán a la forma de vida de muchas personas y modificarán gran número de ecosistemas. La lucha contra él debe ser un compromiso de toda la población y en el que la educación tiene un papel fundamental. Este problema de magnitud global requiere de respuestas locales y generales simultáneamente y se entremezcla con cuestiones complejas como la pobreza, el desarrollo económico y el crecimiento demográfico. Los países pobres están más expuestos a los efectos del calentamiento atmosférico y son los que menos recursos tienen para enfrentarlo. Por ello, se trata de un desafío social, económico y ambiental global. La Convención Marco de la Naciones Unidas sobre cambio climático «Educación, Formación y Sensibilización del Público» indica que es preciso elaborar y aplicar programas de educación y sensibilización sobre el cambio climático y sus efectos y facilitar el acceso a la información y la participación de la población en la elaboración de respuestas adecuadas. No se puede confundir información con conocimiento. En los últimos años, la información relativa al cambio climático se ha multiplicado, el fenómeno ha pasado del ámbito académico a los medios de comunicación y también al debate político. En concreto, la información relativa al cambio climático resulta difícil de interpretar y valorar, ya que el clima es una abstracción humana que, a diferencia del tiempo atmosférico, no se percibe de forma directa. El cambio climático ha sido reconocido socialmente gracias a las voces de alerta de la comunidad científica y a la divulgación en los medios de comunicación. Sin embargo, algunos estudios realizados con el fin de detectar las ideas de la población en general sobre el cambio climático revelan que el conocimiento del fenómeno es en general superficial y que algunas ideas y conceptos erróneos están muy extendidos. Por ello, la comprensión del fenómeno del cambio climático se presenta como un gran desafío educativo. En el ámbito escolar, uno de los objetivos es capacitar al alumnado para conocer las claves científicas y los dilemas sociales relacionados con el cambio climático, ya que estamos ante un fenómeno que condicionará la vida futura de las generaciones que ahora asisten a nuestras aulas. Para ello, los centros educativos deben poner en marcha acciones encaminadas a favorecer el cambio hacia una cultura «baja en carbono» y generar un sentido de la responsabilidad que haga de cada cual una persona responsable y motivada para el cambio. 1 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela Con esto, no se trata de trasladar a la educación toda la responsabilidad de que se tenga una reacción adecuada ante el cambio climático, pero sí es cierto que la indispensable respuesta social no estará a la altura de las circunstancias si la comunidad en su conjunto no es capaz de valorar adecuadamente el problema e implicarse en los esfuerzos de cambio requeridos.1 Por todo ello, en este curso se aportarán herramientas pedagógicas e instrumentos que favorezcan la reflexión y el tratamiento de las cuestiones ambientales inherentes a todas las actividades cotidianas de los centros escolares, y que deben estar reflejadas en los Proyectos Educativos de Centro. 2. Barreras y niveles de resistencia al cambio Por todo ello, en este curso se aportarán herramientas pedagógicas e instrumentos que favorezcan la reflexión y el tratamiento de las cuestiones ambientales inherentes a todas las actividades cotidianas de los centros escolares, y que deben estar reflejadas en los Proyectos Educativos de Centro. A mediados del siglo pasado (1958) se realizaron las primeras mediciones del CO2 en la atmósfera, y pocos años después comenzaron a sonar las primeras voces de alarma al observar un aumento exagerado de su concentración. En 1979, durante la primera Conferencia Mundial sobre el Clima, se reconoció que el cambio climático era un problema grave, analizando de qué manera este cambio en el clima podría afectar a la actividad humana. La Conferencia adoptó una declaración que exhortaba a los gobiernos a prever y evitar los posibles cambios en el clima provocados por el ser humano. Las políticas que se han ido acordando en el ámbito internacional para luchar contra el cambio climático han estado dirigidas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (políticas de mitigación), haciéndose un reparto por países y diferenciándose entre aquellos que tenían que reducir sus emisiones y aquellos que, por no haber llegado a unos niveles mínimos de desarrollo, pueden seguir emitiendo (protocolo de Kyoto), pero hay que reconocer que la situación actual es muchísimo más crítica que hace 30 años y habría que preocuparse también de identificar y reducir sus efectos negativos y rentabilizar en lo posible los positivos (medidas de adaptación). El cambio climático es un problema ambiental complejo que requiere de respuestas complejas. Se necesitan respuestas políticas, tecnológicas y sociales, todo ello de mano de la ciencia la cual aporta luz sobre las causas del problema y sobre su estado actual y futuro. Estamos, probablemente, ante el primer problema ambiental realmente sistémico: todos, o prácticamente todos, los sistemas ecológicos y humanos están implicados en él y se están viendo o se verán afectados por sus impactos y consecuencias a corto, medio y largo plazo. La complejidad se expresa también en el terreno socioeconómico y político. La necesidad de tomar decisiones al respecto, y de hacerlo con la profundidad y la urgencia que el problema requiere, choca con un modelo energético –y, por extensión, socioeconómico– sustentado sobre las fuentes fósiles de energía, que sirve de soporte indispensable a nuestros estilos de vida y a nuestros modos de producción y consumo. 2 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela Las «soluciones», sea cual sea la definición estratégica del objetivo de respuesta (mitigación o adaptación), tendrán que cambiar totalmente nuestra forma de obtener, distribuir y consumir energía, para lograr una reducción significativa de las emisiones de gases invernadero de origen humano, así como preservar y potenciar los almacenes y sumideros naturales de carbono. Si bien, la dirección y el sentido del cambio ya están identificados, las resistencias son muchas y la misma inercia social ralentiza y bloquea la adopción generalizada de cambios significativos en los estilos de vida y en los comportamientos individuales y colectivos, relacionados con las acciones humanas que contribuyen a desequilibrar el clima. Algunos obstáculos derivan del desconocimiento por gran parte de la población, de las causas y efectos del cambio climático, el minusvalorar los riesgos que comporta o, en algunos casos, el cuestionar su existencia real, todo ello puede servir como excusa para aplazar la adopción de cambios en profundidad. Otro factor es que las personas perciben la lentitud en el desarrollo de las políticas de respuesta al cambio climático como un signo de que la gravedad del problema no es tan grande, y de que no es necesaria la adopción de medidas urgentes ya que, aún existe un margen de tiempo suficiente para actuar. Una de las principales barreras psicosociales, que dificulta el paso de la toma de conciencia sobre el problema a la acción responsable es la percepción de que la acción individual es inapreciable e irrelevante ante la magnitud y la complejidad del problema. Se tiende a trasladar hacia otros agentes la responsabilidad de las soluciones y, por tanto, la iniciativa en la búsqueda de alternativas y en la asunción de cambios (hacia las instituciones gubernamentales, las industrias, los grupos de presión, etc.). En este contexto la responsabilidad individual se diluye en la responsabilidad colectiva. Es evidente, que una parte fundamental del esfuerzo de mitigación se debe hacer a nivel individual y los esfuerzos de reducción del nivel de emisiones precisarán de un mayor grado de implicación social, desde una base más humana, más cercana a nuestros orígenes y al espacio que nos sostiene y, que debe sostener también, a las generaciones futuras. Para arrojar algo más de luz sobre el tema se ha extraído el siguiente fragmento de una entrevista realizada a Jorge Riechmann titulada «Ahora menos que nunca podemos separar el problema ecológico de la cuestión social»2. «Exceptuando a quienes cierran tenazmente los ojos ante la realidad, creo que no costaría ponernos de acuerdo en que estamos ante una crisis ecológico-social. No se trata sólo de una crisis ambiental, que es evidente, sino de algo mayor donde se entrelazan tres fenómenos de grandes dimensiones: 1) tenemos una crisis climática antropogénica –esto es, creada por los seres humanos–, originada por el exceso de gases de efecto invernadero en la atmósfera, crisis con consecuencias potencialmente devastadoras; 2) tenemos además una crisis energética: hemos construido nuestras sociedades industriales sobre la base energética de los combustibles fósiles, un recurso natural limitado, y los hemos estado quemando rapidísimamente, de modo que ahora nos avecinamos a ese punto dramático del peak oil o cenit global del petróleo –al que seguirá muy pronto el del gas natural y, más adelante, el del 3 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela carbón–, punto de inflexión que indica el final de esa economía expansiva basada en combustibles fósiles muy baratos que ha caracterizado a la primera etapa de la sociedad industrial; 3) tenemos, en tercer lugar, una crisis de biodiversidad, con la desaparición de especies y la degradación de ecosistemas, que es también terrorífica en su extensión. Estamos hablando, en efecto, nada menos que de la “sexta megaextinción”. Las cinco anteriores se produjeron por perturbaciones de la biosfera que podemos considerar “externas”, a consecuencia, por ejemplo, del impacto de algún enorme meteorito contra la Tierra, y condujeron a una desaparición de la vida sobre planeta que en algún caso alcanzó al 90% de las especies vivas; y ahora estamos haciendo lo mismo, pero a resultas de la actividad humana, no de ninguna perturbación externa. Ya sólo estas tres grandes dimensiones que he mencionado, y que están relacionadas entre sí por diversos nexos causales, bastan para poder hablar de una crisis ambiental grave, pero, como se aprecia, las causas no son para nada “naturales”, sino que tienen que ver con la deficiente inserción de los sistemas humanos en los sistemas naturales. Se trata, pues, de una crisis socio-ecológica, de modo que ahora menos que nunca se puede separar lo social de lo ecológico. Hay además otra serie de fenómenos, más internos a las sociedades humanas, que también indican crisis a mi modo de ver. Tenemos un mundo más desigual de lo que nunca lo ha sido en la historia de la humanidad, a pesar de las promesas del desarrollo industrial y de la democracia. Tales desigualdades no han dejado de crecer, sobre todo en estas últimas dos o tres décadas de capitalismo neoliberal, hasta niveles que son insoportables. Podemos hablar, pues, de una crisis social vinculada con esos problemas de desigualdad». 3. Claves para enfocar la comunicación del cambio climático En este apartado se proponen algunas recomendaciones a seguir para hacer llegar la información sobre el cambio climático de una manera clara y precisa. El principal objetivo es capacitar al alumnado para analizar la información sobre el cambio climático, tomar conciencia sobre el problema y pasar a la acción responsable. Las claves que se relacionan están basadas en el libro Comunicar el Cambio Climático. Escenario social y líneas de acción, editado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, ya sea incorporadas íntegramente, ya sea reformuladas y matizadas en función del contexto educativo.3 Partimos del hecho de que las personas saben que el cambio climático es un problema y tienden a concederle cada vez mayor relevancia, pero desconocen en gran medida en qué consiste y cómo les influirá, y también manejan poca información sobre cómo pueden actuar para mitigarlo o evitarlo y sobre la urgencia de hacerlo.4 Las herramientas educativas que se vayan a utilizar deben tener en cuenta, al menos, los siguientes aspectos: • proporcionar información veraz y científicamente correcta sobre qué es y cuáles son las causas del cambio climático de origen humano, 4 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela • identificar las consecuencias a medio y largo plazo y hacerlas socialmente significativas, • proponer y promover soluciones o alternativas que puedan mitigar sus impactos ecológicos y sociales, • resaltar el grado de amenaza que supone y la necesidad urgente de actuar, • identificar y destacar las responsabilidades individuales y colectivas en el origen del problema y en las alternativas para enfrentarlo. Algunas recomendaciones que se proponen son las siguientes: 3.1. Revisar las actuales estrategias de comunicación y educación sobre el cambio climático Es preciso modificar algunas rutinas y creencias establecidas en los enfoques de la comunicación del cambio climático. Algunas son comunes al tratamiento educativo e informativo de otros problemas ambientales, mientras que otras se pueden atribuir a las peculiaridades que se derivan de la naturaleza global, compleja y sistémica de este problema: a. Los mensajes, los valores y los comportamientos que experimentan los niños y las niñas en su proceso de socialización primaria y secundaria –en la familia, en la comunidad, en la escuela, a través de los medios de comunicación–; la coherencia que presenten y su orientación responsable, serán los factores que contribuyan más eficazmente a formar una ciudadanía ambientalmente más consciente y responsable. b. El cambio climático, como otros problemas ambientales, comporta graves amenazas y riesgos vitales para las personas, pero no tiene mucho sentido apelar al instinto humano de supervivencia. Este actúa en un tiempo medido en segundos o minutos, como una réplica emocional ante amenazas inminentes y claramente identificadas. Por el contrario, la respuesta al cambio climático requerirá un proceso de adaptación y mitigación que se dilata en años y en lustros, con efectos que se proyectan a medio y largo plazo. c. Es preciso no provocar alarma o miedo sino ofrecer la motivación, la capacitación y el poder para actuar. Es importante utilizar las emociones ligadas al temor con mucha cautela y tener en cuenta que la magnitud del problema puede asustar y convertir en irrelevante la respuesta del individuo. d. Las soluciones al cambio climático han de ser de carácter social y político, antes que de naturaleza científico-tecnológica. Las resistencias a cambiar un estilo de vida que se asocia con el bienestar y el progreso hacen que las personas confíen en que todavía hay tiempo suficiente para que los científicos y los tecnólogos encuentren las “soluciones” oportunas. Es preciso hacer hincapié en este error. e. Las políticas institucionales y las estrategias y contenidos de la comunicación sobre el cambio climático deben de ser coherentes. El sentido común tenderá a no conceder credibilidad ni a aceptar la urgencia de los llamamientos al cambio –máxime cuando este supondrá esfuerzos 5 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela y renuncias importantes– mientras no vengan avalados por otros cambios: de las políticas, de los modelos de gestión y de las formas de hacer que emanan de los centros de información y de poder. 3.2. Integrar razón, emoción e inteligencia social El que una persona tenga acceso a mucha información sobre el cambio climático, incluida la mejor información científica disponible; no garantiza que esta vaya a actuar de forma «proambiental», ya que, existen otros factores que intervienen en cómo las personas interpretan el mundo y actúan en él, y muchas veces son tanto o más decisivos que los meramente racionales. La conexión emocional con el problema es también importante, sobre todo si se tiene en cuenta la naturaleza evidentemente abstracta del cambio climático para la mayoría de la población. Es fundamental elaborar bien la información que se transmite, la actitud que se pretende motivar o el comportamiento que se quiere generalizar, así como la intensidad emocional del problema, también lo es considerar el contexto y las situaciones en las que viven y se desenvuelven cotidianamente las personas destinatarias. 3.3. La incertidumbre como herramienta para informar La incertidumbre es propia del proceder científico, y el cambio climático no es un objeto de la ciencia distinto a otros en este aspecto, aunque sí más complejo por su carácter híbrido (natural y social) y sistémico. Sin embargo, al trasladar la incertidumbre a la población, se puede crear un clima emocional desmovilizador y creador de inseguridad, que desactiva la predisposición al cambio, máxime si las exigencias de cambio y los esfuerzos y costes que dicho cambio comporta son grandes. En todo caso, la incertidumbre misma puede ser utilizada como un recurso para la comunicación, haciendo hincapié en aquellos aspectos del cambio climático en la que se produce y ayudando a entender su naturaleza a partir de los mismos instrumentos que están utilizando las ciencias del clima para reducirla: elaboración de escenarios, uso de modelos y simulaciones, procesos de búsqueda de consenso sobre temas controvertidos, etc. También se debe apelar al principio de prevención y al papel activo de la ciudadanía y las instituciones democráticas en la toma de decisiones. 3.4. Hablemos claro del cambio climático «Es preciso utilizar un lenguaje sobre el cambio climático que combine rigor científico, claridad y expresividad. Esta tarea debe comenzar por la misma denominación del problema. En este sentido, es más correcto utilizar la expresión “cambio climático causado por la acción humana”. Otras expresiones como “cambio global” (demasiado abstracta e inconcreta), “efecto invernadero” (incorrecta desde el punto de vista científico), “calentamiento global” o “calentamiento del clima” (resaltan demasiado sólo una de las consecuencias del cambio climático), deberían ser evitadas en lo posible o ser utilizadas con sumo cuidado». 6 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela 3.5. Aclarar los puntos ocultos «Es necesario destacar los puntos importantes sobre el cambio climático que no se tienen en cuenta en la visión que tenemos: a. La identificación del CO2 como principal gas de efecto invernadero difumina y oculta la existencia de otros gases relevantes en la físicoquímica del cambio climático. b. El cambio climático se asocia más con la contaminación industrial y el transporte a gran escala y, en menor grado, con la que se deriva del consumo doméstico o de la actividad del sector primario (agricultura, ganadería) o de los servicios (comercio, turismo…). c. Es preciso resaltar el papel clave de otros elementos y procesos geofísicos en la dinámica del cambio climático. Es el caso, por ejemplo, de los océanos –como sumideros de carbono, como reguladores térmicos del planeta, etc.– o de los bosques –como sumideros de carbono, etc.–. d. Las consecuencias del cambio climático que la ciudadanía mejor conoce y domina son las geofísicas: deshielo polar y continental, subida del nivel del mar e incremento de fenómenos climáticos extremos (huracanes, inundaciones, sequías...). Frente a este sesgo, es preciso hacer mayor hincapié en las consecuencias ecológicas (cambios en la distribución de los biomas terrestres y marinos, desaparición de especies, proliferación de especies oportunistas, alteración del ciclo del agua…) y en las sociales (movimientos migratorios, impactos sobre la economía, problemas para satisfacer necesidades básicas, impactos sobre la salud humana y sobre la disponibilidad de alimentos, etc.) que son las menos conocidas. e. Es preciso establecer relaciones claras y visibles entre las políticas y los programas de respuesta que ya existen y el cambio climático (por ejemplo: asociar la aplicación de la etiqueta energética en los electrodomésticos para facilitar el ahorro de energía con las respuestas al cambio climático).» 3.6. No alimentar el error Conviene no favorecer concepciones y representaciones sociales sobre el cambio climático erróneas o distorsionadas. La confusión generalizada entre la degradación de la capa de ozono y el cambio climático se puede reducir evitando el hacer mención conjunta de ambos problemas: no asociando los CFC y el cambio climático, no incluyendo la capa de ozono en ilustraciones diseñadas para explicar el cambio climático, etc. 3.7. Pensar a quién va destinado el recurso que se diseña «Los mensajes deben presentarse de forma atractiva, con un lenguaje sencillo y haciendo uso de recursos amenos. La creatividad debe ser una base importante de la comunicación, recurriendo a distintos lenguajes y recursos que se refuercen y complementen». 7 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela Dada la complejidad inherente al cambio climático, a la hora de elegir la cantidad de contenidos, es preciso equilibrar la relación existente entre el tiempo del que se dispone para realizar la actividad y el nivel educativo al que se va a dirigir. Es mejor desarrollar pocas ideas y claras, que muchas y confusas, por lo que se debe definir bien a quién va destinado el recurso que se diseña. 3.8. Ligar el cambio climático a la vida cotidiana Es importante transferir el cambio climático a la dimensión «local», «doméstica» y «cotidiana», para superar la actual percepción social como una cuestión lejana y abstracta. El cambio climático es una amenaza global, pero es preciso hacer sentir su impacto en las casas y en los lugares concretos en los que viven las personas, y es preciso aprender a actuar sobre él también en esos escenarios domésticos y cotidianos. El problema radica en que no es fácil visualizar dichas conexiones. Desconocemos, en gran medida, cómo contribuimos y, por lo tanto, cómo podemos dejar de contribuir, a las emisiones de gases invernadero. Identificar y visualizar estas conexiones y ofrecer alternativas con-cretas y factibles de cambio puede aumentar la predisposición y capacidad para la acción individual y colectiva. 4. Acuerdos básicos Hay diferentes opiniones y posiciones con relación al incremento de la temperatura media del planeta, cuál será el punto de inflexión y a partir de qué temperatura este punto es irreversible. Parece haber un alto consenso sobre un aumento entre 1,4 y 5,8 grados centígrados, sobre la temperatura anterior a la época industrial5, para este siglo y que 2 grados es el punto máximo al que debiéramos acercarnos, pues parece ser el punto de inflexión. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con el fin de analizar y evaluar la información científica, técnica y socioeconómica que sea pertinente para comprender el cambio climático, sus posibles repercusiones y las posibilidades de adaptarse a dicho cambio y atenuarlo. El IPCC en su cuarto informe de evaluación, titulado «Cambio climático 2007: Informe de Síntesis. Resumen para Responsables de Políticas» hace un análisis exhaustivo y actualizado de los conocimientos sobre el cambio climático llegando a conclusiones como las siguientes: • El cambio climático, entendido como fenómeno inducido por la actividad humana, ha pasado de ser considerado una posibilidad técnica a ser constatado como una realidad. • Los fenómenos atribuidos al cambio climático incluyen el aumento global de la temperatura media de la superficie terrestre, la disminución de la extensión de la nieve, el ascenso del nivel del mar y el incremento de las temperaturas máximas extremas. • Existen evidencias que relacionan los cambios observados en el clima con las emisiones de gases efecto invernadero. 8 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela • El fenómeno del cambio climático continuará durante el siglo XXI, incluso si logramos reducir sustancialmente las emisiones de esos gases. • Las previsiones indican que afectará especialmente a los países en desarrollo, precisamente los que tienen menos recursos para adaptarse. • El tiempo juega en nuestra contra: se considera que cuanto más tiempo transcurra sin que reaccionemos, más costoso y difícil será controlar la situación. En definitiva, las ideas dominantes en la comunidad científica indican que las emisiones de gases efecto invernadero están generando un conjunto de problemas caracterizados por su dimensión planetaria, sus severos efectos sobre el ambiente planetario y su difícil reversibilidad.6 En este contexto, unas pocas voces siguen cuestionando el calentamiento global y el cambio climático. Situaciones como la no adhesión al Protocolo de Kyoto y la firma de un acuerdo en 2005, por parte de Estados Unidos, Australia, China, Japón, India y Corea del Sur para colaborar en el desarrollo de tecnología dirigida a reducir las emisiones de gases contaminantes y con el objetivo de combatir el efecto invernadero son señales muy preocupantes para la resolución de una situación ya de por si compleja. Este acuerdo sitúa al margen del mecanismo actual de consenso, el Protocolo de Kyoto, a un grupo de países que producen cerca del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo y que representan a casi el 45% de la población del planeta, bajo la denominación Sociedad Asia-Pacífico para el Desarrollo y el Clima. Su objetivo: «Trabajar por la erradicación del efecto invernadero, sin entorpecer el crecimiento económico».7 Su planteamiento inicial parte de un modelo sin limitaciones, basado en el continuo desarrollo económico y el crecimiento, lo que actualmente es contrario al planteamiento mayoritario de contención del crecimiento y adopción de unos límites situados en los valores de las emisiones de gases de efecto invernadero de 1990. Partiendo de un reconocimiento mayoritario del calentamiento global y el cambio climático, entremos a descubrir, poco a poco su compleja realidad y sus interrelaciones. 1 Heras Hernández, Francisco. (2009). El cambio Climático en las aulas. Aula Verde, núm 34, pág. 4. 2 Boletín ECOS (2008). Entrevista con Jorge Riechmann. Centro de investigaciones para la paz (CIPEcosocial), Núm 1, enero 2008. 3 Meira Cartea, P. (2008). Comunicar el cambio climático. Escenario social y líneas de acción. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Organismo Autónomo de Parques Nacionales. 9 Escuela y Cambio Climático Tema 1. El cambio climático en la escuela 4 Carvalho, A. (2008). Communicating Climate Change: Discourses, Mediations and Perceptions. Braga: Centro de Estudos de Comunicação e Sociedade, Universidade do Minho. Kropp, J. y M, Scholze (2009). Climate change information for effective adaptation, a practitioner´s manual. Eschborn: Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GMBH Climate Protection Programme. 5 Clarity. Cambio Climático (2005). Ministerio de Medio Ambiente. Proyecto financiado por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea. 6 Heras Hernández, Francisco. (Diciembre 2003). Carpeta informativa del CENEAM. Conocer y actuar frente al cambio climático: obstáculos y vías para avanzar. Pag.02.074-02.082 7 Texto del compromiso de EE.UU. para desarrollar soluciones al cambio climático mundial, en http://www.america.gov/st/washfilespanish/2007/July/20070727182624pcg0.8759424.html, activa en septiembre de 2009. 10