DIARIO DE NAVARRA DOMINGO, 1 DE FEBRERO DE 2015 La Semana Navarra En Portada 7 VIRGINIA GÓMEZ SÁNCHEZ, NACIDA EN PARÍS Y VECINA DE PAMPLONA UNA HISTORIA DE IDA Y VUELTA V IRGINIA Gómez Sánchez tiene una historia de ida y vuelta. Hija de emigrantes españoles (su padre es pamplonés y su madre, de Salamanca), nació en París hace 40 años y vivió en la capital gala hasta que cumplió los 12. Allí aprendió español y francés al mismo tiempo. “Mis hermanos y yo aprendimos a hablar en francés y nuestros padres utilizaban siempre ese idioma. Estábamos muy integrados y el entorno, las amistados, la guardería, el colegio... nos llevaban a hablar en francés. Eso sí, dos días a la semana, íbamos a clases de español al colegio del consulado”, recuerda. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Navarra, trabaja en el sector inmobiliario, y, cuando nació su hija mayor hace seis, tuvo muy claro que le hablaría en francés. “Era una pena perder esta oportunidad. Les ofreces tanto...” Desde que eran bebés, se dirige a sus niñas, Carla, de 6 años; y Julia, de 4, en francés. Su marido, Julio Pascual Sánchez, médico, de 40 años, les habla en español. “Entiendo algo de francés pero no como para comunicarme”, confiesa. Así, el idioma de casa es el castellano, excepto cuando Virginia se dirige a sus hijas. “Pero aunque les hablo en francés y entienden todo, ellas me responden siempre en español. De momento, no ven la necesidad de hablar en francés”, explica . Las niñas estudian 1º de Educación Primaria y 2º de Infantil en el colegio San Ignacio (Jesuitas) de Pamplona. El 80% de los libros que les leen en casa están en francés. “Los compramos en San Juan de Luz, cuando vamos de viaje. En Pamplona, hay muy pocas librerías que los vendan”, explica Virginia. Por eso, aprovechan sus excursiones para “abastecerse” de libros, películas... “También grabo muchas canciones en francés y las escuchamos en casa, en el coche...” Además del idioma, Virginia les quiere inculcar también la cultura francesa y las niñas acaban de recibir unos póster con todos los monumentos de París para colorear. Carla ya ha empezado a leer en el colegio. “Y ahora es cuando he comenzado a comprar libros en castellano. Todavía no lee el francés pero le voy a enseñar”. La única ocasión en que Virginia se dirige a sus hijas en castellano es cuando les riñe. “Las broncas son siempre en español”, se ríe. La parisina reconoce que, después de tantos años viviendo en Pamplona, “todavía” hay algunas palabras que le salen en francés. “Julio se ríe cuando le pregunto cómo se dice tal cosa en castellano. Pero es que, a veces, no me cuerdo...” Y lamenta que en el sistema educativo no se dé mucha importancia al idioma galo. “En la mayoría de los colegios solo se estudia de forma voluntaria y como un segundo idioma a partir de los 12 años... Es una pena porque Francia está aquí al lado, es nuestra salida natural a Europa y para muchas personas saber francés podría ser una oportunidad laboral para trabajar al lado de casa o para diferenciarse del resto”. Virginia, al haber nacido en París, cuenta con la nacionalidad francesa y española y las niñas, también. “Les encanta ir de excursión al sur de Francia. Así ven que hay más personas que hablan en francés y a veces se sueltan a decir algunas palabras en los restaurantes y las tiendas. Si no, piensan que el francés solo es el idioma de mamá”. Bonjour ‘LES FILLES DE LA MAISON’. Virginia Gómez Sánchez nació en París hace 40 años pero vive en Pamplona desde los 12. A sus hijas Carla (dcha), de 6 años; y Julia, de 4, les habla siempre en francés. En la imagen, leyendo cuentos infantiles en ese idioma en su casa en Beloso Alto. EDUARDO BUXENS MARCIA TRÄNKNER, NACIDA EN ECUADOR, HABLA A SU HIJO EN INGLÉS UNA MAMÁ CASI BILINGÜE L A de Marcia Tränkner Sagüés ha sido una vida muy internacional. De madre pamplonesa y padre alemán, nació en Quito (Ecuador) hace 30 años. En el país andino asistió a un colegio bilingüe (en el que estudiaba en español e inglés) aunque su lengua materna fue el castellano. “Mis padres se separaron muy pronto y a mi padre solo le veía unos días al año, cuando venía a verme. Por eso, no aprendí alemán”, cuenta. A su regreso a Pamplona, a los 18 años, estudió LADE bilingüe en la Universidad de Navarra y cuando nació su hijo no dudó en que le hablaría “todo en inglés”. “Tengo un nivel casi bilingüe y era una pena no transmitírselo al niño”, cuenta esta joven, que estudió un Erasmus en Manchester (Reino Unido) y trabajó siete meses en una empresa logística en Phoenix (Arizona, Estados Unidos). Su hijo, Carlos Miqueléiz Tränkner, cumplirá 2 años en marzo y habla con su madre en inglés; con su padre (el pamplonés Javier Miqueléiz Garayoa, de 39 años y técnico en Hacienda), castellano; y con su abuela materna (Maite Sagüés, hija de francesa y que estudió interna en Francia), en francés. “El niño entiende los tres idiomas perfectamente y ha- bla palabras sueltas. Él no sabe que son inglés, francés y español pero los diferencia y a cada uno de nosotros nos habla en un idioma”, cuenta Marcia Tränkner, que regenta una tienda de artículos de segunda mano para bebés en el Segundo Ensanche pamplonés . El ejemplo de sus primas A Marcia se le ocurrió la idea de hablar a su hijo en inglés siguiendo el ejemplo de sus primas. Hijas de española e italiano, viven en Bélgica, y a los 8 años ya hablaban cuatro idiomas (francés, español, italiano e inglés). “Así que pensé en hacer lo mismo. Mi marido y yo pedi- mos a mi madre que hablara al niño en francés. Conmigo no lo hizo porque no lo pensamos. Pero se esforzó muchísimo en que aprendiera inglés. Ahora es muy fácil conseguir material pero entonces no y ella encargaba películas de Disney a Estados Unidos para que las viera en versión original”. Ahora, su hijo Carlos, gracias a la TDT, ve los dibujos animados (Pocoyó y Lazy Town) en inglés y tiene muchos libros en este idioma. “Yo le hecho un libro con cartulinas con todas la letras del abecedario en mayúsculas y un dibujo de un objeto o animal que empieza por la misma letra en los tres idiomas (delfín, hipopótamo...) para aprender con mi marido, mi madre y conmigo”. Al principio, reconoce Marcia, cuando iba con Carlos por la calle le daba “un poco de vergüenza” hablarle en inglés. “Pero ya no. Cuando voy al médico, la panadería, los columpios... todo el mundo le dice que qué suerte tiene de aprender un idioma tan fácilmente y sin esfuerzo”. A veces, el pequeño, mezcla las lenguas. “Por ejemplo, dice shoe, en vez de zapato, porque le resulta más fácil. Pero prefiere boca a mouth”, se ríe. El próximo año probablemente el pequeño empezará 1º de Educación Infantil en el colegio Miravalles-El Redín. “Nos gustaría mucho porque se imparten varias materias en inglés”. Good morning INGLÉS, FRANCÉS Y ALEMÁN. Marcia Tränkner Sagüés, de madre pamplonesa y padre alemán, nació en Quito (Ecuador) y estudio en un colegio bilingüe (inglés-español). A su hijo Carlos Miqueléiz, que en marzo cumple 2 años, le habla en inglés y su madre, en francés. En la imagen, mirando banderas del Reino Unido. JOSÉ ANTONIO GOÑI