Associació Cultural Granollers - Associació Cultural de Granollers

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Associació Cultural Granollers
Divendres 7 de novembre / 19.00 i 22 hores
Diumenge 9 de novembre4 / 19.00 h
Centre Cultural de Granollers
2014
Dabba
(The Lunchbox)
de Ritesh Batra
Fitxa tècnica
Guió i direcció: Ritesh Batra / Fotografia: Michael
Simmonds / Música: Max Richter / País: Índia
Any: 2013 / Durada: 104 minuts
Fitxa artística
Irrfan Khan, Nimrat Kaur, Nawazuddin Siddique,
Denzil Smith, Bharati Achrekar, Nakul Vaid,
Yashvi Puneet Nagar, Lillete Dubey
SINOPSI. Ila, una mestressa de casa de classe mitjana intenta recuperar l’interès del seu marit amb una recepta especial, però la seva carmanyola acaba lliurada per error al pobre oficinista Saajan, un home solitari a punt de
jubilar-se. Intrigada per la falta de reacció del seu marit, Ila posa una petita nota en l’enviament de l’endemà… i de nou
és Saajan qui ho rep i, al seu torn, contesta a aquesta nota. Així comença una sèrie d’intercanvi de missatges anònims
entre Ila i Saajan que aviat evoluciona cap a una inesperada amistat.
A poc a poc, les notes es van convertint en petites confessions sobre la solitud, els records, els penediments i les
petites alegries, gràcies a les quals cadascun d’ells descobreix una nova visió de si mateixos, però que també podria
posar en perill la seva acomodada realitat
EL DIRECTOR. Ritesh Batraes un director indio que nació y creció en Mumbai. Actualmente vive entre esta ciudad y
Nueva York con su mujer, Claudia, y su hija, Aisha. Sus cortos han sido proyectados en muchos festivales internacionales de cine y en centros de arte. El corto de habla árabe Café Regular, Cairo, le valió 12 premios. Su primer largometraje,
The Lunchbox, protagonizado por Irrfan Khan, Nawazuddin Siddique y Nimrat Kaur, se rodó en Mumbai en 2012 y,
posteriormente, Sony Pictures Classics adquirió sus derechos.
ENTREVISTA AMB EL DIRECTOR
¿Qué es una lunchbox?
Literalmente, la lata del almuerzo. Es un servicio que sólo funciona en Bombay y que funciona desde hace 120 años.
Según un estudio de la Universidad de Harvard, sólo una entre un millón de lunchbox llegan a las manos equivocadas.
Lo que ocurre en el film es pues un pequeño milagro urbano, más teniendo en cuenta que, de esta casualidad, surge
una inesperada historia de amor que ha merecido las mejores críticas al renovar con su frescura un género tan castigado por los tópicos como es la comedia romántica.
En las calles de Bombay
Para el director, todo empezó con la idea de un documental sobre los dabbawallah, los que se encargan de trasnportar
las lunchbox todos los días, una tradición que pasa de padres a hijos. Al final, el documental está en la película, porque
todos los dabbwallah que conocí aparecen en ella.
El bullicio de las calles de Bombay es pues uno de los grandes protagonistas del film, a la contra de las producciones
de Bollywood, que se ruedan en estudio o en otras localizaciones: Es muy raro rodar aquí, porque la ciudad te arrastra,
aunque también te da mucho a cambio. Hay que aceptar el caos. No puedes rodar lo que te apetece, si no lo que te
viene.
Una película que entra por los ojos
La comida juega asimismo un papel esencial. Para Batra, en la vida nos abandonamos a cosas mundanas para no pensar
en nuestros problemas, y la cocina es una buena manera para ella de huir de sus problemas. Pero, irónicamente, es lo
que la conecta con él. Finalmente, además de Bombay y de la comida bien especiada, hay que reconocer el mérito de
Irrfan Khan, actor visto en producciones occidentales (The Amazing Spider-Man, Slumdog Millionaire...), y también de
Nimrat Kaur, que proviene del teatro.
NOTAS DEL DIRECTOR
«Los Dabbawallahs, de Mumbai, son una comunidad de 5000 repartidores de fiambreras. Es una profesión hereditaria.
Todas las mañanas los Dabbawallahs entregan comidas calientes desde las cocinas de las amas de casa a las oficinas
de sus maridos, y luego devuelven las fiambreras vacías de nuevo a las amas de casa por la tarde. Durante 120 años,
han proporcionado a la gente de Mumbai un sabor casero en la oficina. Navegan entre los atestados trenes y las
caóticas calles. Los Dabbawallahs son analfabetos, utilizan un sistema de codificación compleja de colores y símbolos
para entregar fiambreras en el laberinto que es Mumbai. La Universidad de Harvard analizó su sistema de entrega, y
concluyó que sólo uno de cada millón de fiambreras se entregaba erróneamente. “The Lunchbox” es la historia de esa
fiambrera».
ALGUIÉN CON QUIEN COMPARTIR
«Me siento atraído por las historias que hablan de lo ridícula que la vida puede ser a veces, y en la búsqueda de algo
interesante en lo mundano. Hay una fuerte resonancia de esto en “The Lunchbox”, donde los personajes descubren
que han olvidado muchas de las cosas que les han sucedido porque no tenían a nadie a quien contárselas hasta ahora.
Los sutiles elementos de realismo mágico provocan a la audiencia sobre su propia fe en lo fantástico».
VIVIENDO EN CÁRCELES
«Los dos principales personajes de “The Lunchbox” viven en una prisión. Ila, en la prisión de su matrimonio y Saajan en
la prisión de su pasado. La historia trata de cómo la mano del destino guía nuestras vidas pero también de las opciones
que tenemos para transformarlas cuando así lo deseemos. Uno de los personajes centrales de la historia es Shaikh,
nuevo colega de oficina de Saajan y a quien tiene que entrenar para ser su reemplazo. Shaikh es un superviviente, un
huérfano que ha mantenido su nombre y ha seguido su camino a través de la vida en una ciudad difícil. Shaikh parece
ingenuo pero no es una víctima de sus circunstancias. Con el tiempo se forma una relación padre-hijo entre el viejo
Saajan y el joven Shaikh, mientras el mayor sale de su propia prisión».
CRÍTICA
A estas alturas de la era de las nuevas tecnologías, que alguien se plantee realizar una comedia romántica sustentada
en una relación epistolar es, cuando menos, una pequeña y estimable osadía. Habrá quien diga que, con la excusa de
esa lata de comidas hindú que da título al film de Ritesh Batra, no era posible reeditar esta suerte de El bazar de las
sorpresas lubitschiano mezclado con el Breve (y anónimo) encuentro de David Lean a ritmo de WhatsApp. Tal vez, la
verdad es que esta comedia de los errores (Échele la culpa al botones… no, si acaso al repartidor de almuerzos) si tiene
encanto (que lo tiene, y mucho) es por ver a esta pareja hecha por la casualidad escribiendo y leyendo esas cartas,
sosteniendo algo tan físico como es un papel, lo (de momento) más tangible, junto a las comidas, de esta preciosa
relación a dos. Bombay, esa ciudad que es color, olor, sabor y caos, se erige como la clave de ese otro caos de destinos no destinados a cruzarse. No es la Nueva York de Woody Allen, ni el París de Claude Lelouch, pero, dentro de su
exotismo bien llevado y plasmado.
Fotogramas / Fausto Fernández
PROPERES SESSIONS
Dimarts Singulars. Dimarts 11 de novembre/ 20.00 h: Kiraware Matsuko no isshô (Conociendo a Matsuko, 2006), de
Tetsuya Naka shima
14 i 16 de novembre: Les garçons et Guillaume, à table! (Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!, 2013), de Guillaume Gallienne
21 i 23 de novembre: Short Term 12 (Las vidas de Grace, 2013), de Destin Cretton
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