2013-08 Museo Segovia_Pieza Mes_Montera segoviana

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LA PIEZA
La montera que se expone en el museo es una pieza de terciopelo negro en sus
triángulos, rematados en sus bordes con un galón de seda verde y pasamanería
de hilos metálicos. Se decora con abalorios en rojo, negro, azul y transparente,
lentejuelas metálicas coloreadas e hilos metálicos y de seda en diversos colores. La decoración muestra motivos florales y vegetales.
El casco está realizado en brocado de seda rojo, con un galón de hilos metálicos,
en dorado y plateado que lo recorre de arriba abajo. Lleva una decoración con
motivos vegetales, bordados en seda verde y amarilla, junto a los “Doce Apóstoles” –que en este caso eran originalmente diez y además con la ausencia de
uno en cada hilera–, que se muestran en su disposición habitual y cubiertos
de hilos entorchados dorados y asentados sobre pasamanería.
Esta montera presenta la característica de mostrar en su parte superior la
borla realizada en lana amarilla, morada y verde, y otra borla interna, entre el
casquete y el terciopelo, de los mismos materiales que la superior, aunque de
menor tamaño.
Texto: Cristina Gómez González. Restauradora del Museo de Segovia.
Localización en el museo: Sala G “Los Borbones y la Ilustración. El siglo XIX”.
Bibliografía
Vega, C. (2011): “Vestimenta popular segoviana”.
López, A. Maganto, E. Merino, C. (2000): “La indumentaria tradicional segoviana”. Obra social y cultural de la Caja Segovia.
Maganto, E.: “Apuntes históricos sobre la montera de doce apóstoles (II)”.
http://www.indumentariatradicionaldesegovia.blogspot.com/ Juan Alberto de Lucas Martin
http://www.museodeltraje.mcu.es
Museo de Segovia. C/ Socorro 11. 40071 Segovia.
Tfn.: 921 460613. Fax: 921 460580
e-mail: [email protected]
Museo de Segovia
PIEZA DEL MES
AGOSTO 2013
MONTERA SEGOVIANA
MONTERA
Materiales: Terciopelo, brocado de raso, lana, galones metálicos, abalorios,
lentejuelas, hilos de seda y cartón.
Técnica: Tocado realizado mediante costura, con bordados a la aguja y
decoración cosida.
Cronología: Siglos XIX-XX
Medidas: 26,5 cm de alto, 23 de anchura y 19 de fondo.
Borla superior: 10 cm de diámetro. Borla interna: 6 cm de diámetro.
Nº inventario: E-2707
Depósito de los herederos de don Cándido López.
LA MONTERA SEGOVIANA
La montera es la cobertura típica y más característica del tocado segoviano,
siendo la prenda que denota autoridad en la mujer.
En las monteras propias del traje tradicional segoviano se ha querido ver una
pervivencia de aderezos celtibéricos y una quizá más plausible influencia de
tocados castellanos tardomedievales y renacentistas. El modelo del gorro mitrado es muy antiguo y a lo largo de la historia ha sido llevado tanto por hombres como por mujeres, estando asociado con frecuencia al ámbito religioso
y/o de autoridad.
El periodo que abarca desde 1830 hasta 1868 es el momento en el que la
montera masculina parece sustituirse por el sombrero de ala ancha, y también, el inicio del uso del término “montera de Doce Apóstoles”, para denominar a la prenda femenina en su versión festiva y ritualizada.
Las denominaciones de Alcaldesa, Regidora, Capitana o Mayordoma para las
celebraciones del ciclo festivo cristiano de invierno que exaltan la maternidad —en las Candelas se celebra la purificación de la Virgen María tras el parto— y que preceden al Carnaval, transmiten un mensaje explícito: el triunfo temporal y colectivo de la autoridad ritual femenina sobre la masculina,
avanzando en cabeza y recorriendo a pie las distintas calles de pueblos o barrios. Para manifestar públicamente tal autoridad, las mujeres se apropiaron
y adaptaron a su atavío ciertos atributos del poder masculino, presentes en
los uniformes militares. Hay que retrotraerse hasta el reinado de Carlos V y
a la indumentaria militar masculina, para encontrar similitudes: en concreto
los arcabuceros, pertenecientes a la infantería, que avanzan a pie y en primer
lugar en el combate, se tocaban con un casco llamado morrión, usaban jubón
y coleto y llevaban una “bandolera de la que pendían las cargas de pólvora,
los Doce Apóstoles”. En este proceso de masculinización de la indumentaria
femenina también se asentaron, como puede verse en el vestido de las alcaldesas zamarriegas, numerosos detalles del cuerpo de Dragones de 1638,
como los lazos del hombro, y de los del Oficial Mayor de la Guardia de Corps de 1738:
un “gorro en forma de casquete de paño
con frontalera de pergamino o cartón duro,
con galones y divisas”, además del bastón de
mando, las medias rojas y los zapatos de piel
con hebillas de plata.
La elaboración de estos tocados se realizaba
en la propia capital. Segovia contó con una
importante industria sombrerera según indica Carlos de Lecea en su libro Recuerdos de
la Antigua Industria Segoviana, de 1897: “llegó á contar, mas de ochenta fábricas ó tiendas con sus correspondientes maestros, … se
ocupaban de la elaboración en grande escala
de aquellos gorros encarnados, las monteras
de paño y de piel para los labradores y braceros, y las llamadas “de los doce apóstoles”
que usaban las aldeanas, monteras vistosas,
especialidad propia entonces de esta tierra”.
La montera es una pieza a modo de mitra
episcopal, compuesta con dos triángulos de
terciopelo, generalmente negro, y un casco
interno habitualmente de seda labrada, a
veces en color negro y otras en rojo o de diversos colores. El terciopelo va adornado con
abalorios, lentejuelas, pasamanerías y/o bordados; las puntas se rematan con unas borlas
de seda, lana o estambres y en los laterales
lleva seis botones a cada lado, que llaman
“los Doce apóstoles”, colocados cinco de ellos
de arriba abajo y el otro al lado del inferior.
Es habitual completar la montera con la toca
o manteleta, en el caso de las mujeres casadas. Si se lleva montera, el peinado correcto
es una trenza formada por seis u ocho cabos
y adornada en su extremo con una cinta.
Portada: Retrato de Águeda © Unturbe.
A la derecha: frente, lateral y detalle
de la decoración de la montera.
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