sociedad conyugal. hipótesis en que forman parte de ella los bienes

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174594. I.3o.C.555 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXIV, Julio de 2006, Pág. 1377.
SOCIEDAD CONYUGAL. HIPÓTESIS EN QUE FORMAN PARTE DE ELLA LOS
BIENES ADQUIRIDOS POR EL CÓNYUGE QUE ABANDONA EL DOMICILIO CON
POSTERIORIDAD A SU SALIDA. La cesación de efectos de la sociedad conyugal,
conforme al artículo 196 del Código Civil para el Distrito Federal, es una figura jurídica que
establece una sanción a cargo del cónyuge que abandona el domicilio conyugal, por más de
seis meses sin causa justificada, consistente en la pérdida de todos los efectos benéficos o de
ganancia obtenidos durante la existencia de la mencionada sociedad, a partir del momento del
abandono, y a favor del cónyuge que permanece en el referido domicilio. Al respecto, debe
precisarse que el régimen de sociedad conyugal es aquel en el que, por regla general, los
bienes adquiridos por uno o ambos cónyuges durante el matrimonio corresponden al fondo
social, y se hacen comunes en cuanto al goce o a la propiedad, recayendo la administración
sobre ambos cónyuges, pues al gozar de la misma autoridad en el hogar, deben resolver de
común acuerdo todo lo conducente al manejo del hogar, a la formación y educación de los
hijos y a la administración de los bienes. Sin embargo, cuando uno de los esposos abandona
el domicilio conyugal, deja de contribuir a la formación del fondo social y de colaborar en la
dirección conjunta del hogar, de los hijos, si los hay, y de los bienes, mientras que el cónyuge
que permanece en el domicilio conyugal, que en el medio social mexicano suele ser con
mayor frecuencia, la mujer, continúa con las cargas o gastos para lograr el mantenimiento y
educación de los hijos, en caso de que los haya, lo que le pone en una situación desventajosa
frente al cónyuge abandonante, pues asume la totalidad de las cargas inherentes al
matrimonio, a diferencia del cónyuge que abandona el hogar conyugal, que con dicha
conducta de abandono, pretende liberarse de todas las cargas que implica el matrimonio. Por
ello, al generar diversos gastos económicos el matrimonio, precisamente con la parte de la
sociedad conyugal que corresponde al cónyuge abandonante por concepto de ganancias, se
debe compensar al otro que fue abandonado de las cargas económicas generadas por el
matrimonio desde que abandonó el domicilio conyugal, lo que incluye aplicar al haber
societario los bienes que adquirió el abandonante con posterioridad a su salida voluntaria del
domicilio conyugal y hasta que se disuelva la sociedad. Lo anterior es así, en primer lugar,
porque el activo de una sociedad conyugal se integra con aportaciones y gananciales, y debe
responder, entre otras cargas o pasivo social, de las relativas a los gastos ordinarios de la
familia, la educación de los hijos comunes, las deudas contraídas durante el matrimonio por
ambos cónyuges, o sólo por uno de ellos, con la autorización respectiva, y los gastos
indispensables para la conservación de los bienes del fondo social; y, en segundo lugar,
porque el mencionado pasivo social que debe cubrirse con el activo es asumido por el
cónyuge que permanece en el domicilio, sin recibir la colaboración del esposo abandonante,
quien, por su parte, libre de las cargas conyugales, puede adquirir activos que, en
reciprocidad por la mayor carga soportada por el cónyuge abandonado, tienen que formar
parte del patrimonio social. No ocurre lo mismo en caso de que el cónyuge que permanece en
el domicilio, a pesar de las adversas condiciones que implica la asunción de todas las cargas
derivadas del matrimonio, incremente el activo de la sociedad conyugal, dado que el
abandonante no podrá reclamar derecho alguno sobre esos nuevos bienes, al haber cesado
para él, por virtud del abandono, los efectos de la sociedad conyugal que, en cambio,
permanecen en toda su extensión para el cónyuge abandonado.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
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174594. I.3o.C.555 C. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXIV, Julio de 2006, Pág. 1377.
Amparo en revisión 113/2006. 4 de mayo de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl
Alfaro Telpalo, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera Judicial del
Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado. Secretario:
José Alberto Jiménez González.
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