VINCENZO PAGLIA LA PALABRA DE DIOS CADA DÍA 2016 COMUNIDAD DE SANT’EGIDIO 2016 En la portada: Icono del beato Óscar Arnulfo Romero, Comunidad de Sant’Egidio, Roma. © del texto: Vincenzo Paglia; de la traducción: Comunidad de Sant’Egidio © Ediciones Sígueme S.A.U., 2015 C/ García Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / España Tel.: (+34) 923 218 203 - Fax: (+34) 923 270 563 [email protected] www.sigueme.es ISBN: 978-84-301-1919-6 Depósito legal: S. 484-2015 Impreso en España / Unión Europea Imprenta Kadmos, Salamanca ÍNDICE Presentación .................................................................................7 Tiempos litúrgicos Tiempo de Adviento .....................................................................15 Tiempo de Navidad ......................................................................47 Tiempo ordinario ..........................................................................71 Tiempo de Cuaresma ....................................................................109 Semana Santa ...............................................................................151 Tiempo de Pascua .........................................................................163 Tiempo ordinario ..........................................................................217 Esquemas semanales de oración Oración de la vigilia .....................................................................429 Oración en el Día del Señor ..........................................................434 Oración por los pobres .................................................................440 Oración con María, madre del Señor ............................................443 Oración con los santos ..................................................................447 Oración por la Iglesia ...................................................................452 Oración de la santa cruz ...............................................................456 Oración del Espíritu Santo ...........................................................460 Oración de los Apóstoles ..............................................................464 Oración con los mártires ..............................................................467 Oración por los enfermos .............................................................471 Oración por la paz ........................................................................475 Oración del tiempo de Navidad ....................................................477 Oración del tiempo de Cuaresma .................................................481 Oración del tiempo de Pascua ......................................................483 Cantos ..........................................................................................487 Oraciones .....................................................................................491 Índice de pasajes bíblicos ............................................................503 PRESENTACIÓN Un mártir de la misericordia La Palabra de Dios cada día 2016 se abre con el icono del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, beatificado el 23 de mayo de 2015. Fue un acontecimiento que lo mostró como la imagen del pastor que ofrece su vida por las ovejas, especialmente por las oprimidas. El santo papa Juan XXIII quiso que con el Concilio Vaticano II la Iglesia se presentara «como es y quiere ser, como la Iglesia de todos, y especialmente la Iglesia de los pobres» (11 de septiembre de 1962). El beato Óscar A. Romero vivió esta imagen de Iglesia, hasta el punto de convertirse en el «primer» mártir. Decía a menudo que el Concilio pedía a los cristianos que fueran mártires, es decir, discípulos dispuestos a dar su vida por el Señor y por los pobres. En la homilía que hizo para el funeral de un sacerdote suyo asesinado por los escuadrones de la muerte, recordó que el Vaticano II pedía precisamente eso a los cristianos, y añadió: algunos, como este sacerdote, «tendrán el honor de dar su sangre física; pero (…) todos debemos estar dispuestos a morir por nuestra fe». Así pues, Romero se preparaba para entregar su propia vida hasta dar su sangre física. El 24 de marzo de 1980, mientras estaba celebrando la Santa Misa, se produjo su martirio. Había terminado la homilía y había pasado del ambón al altar. Era el momento del ofertorio y mientras estaba tomando la hostia para ofrecerla al Señor, un disparo –uno solo– desde el fondo de la iglesia le llegó al corazón y el arzobispo cayó al suelo. Juan Pablo II –que conocía bien a los otros dos santos asesinados en el altar, Estanislao de Cracovia y Tomás Becket de Canterbury–, ante aquella muerte, dijo: «Lo mataron precisamente en el momento más sagrado, durante el acto más alto y más divino… Fue asesinado un obispo de la Iglesia de Dios mientras ejercía su misión santificadora ofreciendo la Eucaristía». Los opresores del pueblo querían impedir que Romero hablara, que celebrara, que defendiera a su pueblo. Su beatificación –que se ha celebrado bajo el pontificado del papa Fran- 8Presentación cisco, que desde su inicio quiso una Iglesia pobre y para los pobres– recuerda con autoridad a toda la Iglesia que el amor por el Señor no se puede separar del amor por los pobres. La beatificación de Romero ilumina este año que el papa Francisco ha querido que fuera un «año de misericordia». El Jubileo de la Misericordia En la Bula de convocación del año santo de la misericordia, Misericordiae Vultus, el papa Francisco escribe: «Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Por esto he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes» (n. 3). Efectivamente, el siglo que hemos dejado atrás ha sido uno de los más violentos de la historia del hombre, aunque ha sido también un tiempo de avances extraordinarios. No obstante, las sombras de las tragedias de ayer se proyectan también en este siglo, y por eso hace falta un estruendo de los corazones, un nuevo nacimiento espiritual de todos, un crecimiento en el amor y en la misericordia. Los creyentes, en particular, están llamados a trabajar para encauzar una venenosa inhumanidad que resurge entre los hombres y para encontrar las maneras de alejar las sombras del mal que se condensan cada vez más sobre las sociedades y que se abaten en primer lugar sobre los más débiles. Para encauzar el avance del mal en el mundo es indispensable hacer que resplandezcan de manera más clara y por tanto más fuerte la misericordia, el amor, la justicia, la solidaridad, la amistad entre las personas y entre los pueblos. Para los cristianos es un llamamiento a vivir el Evangelio tal como es, sin añadiduras, como decía Francisco de Asís. El papa Francisco empieza la Bula de convocación del año jubilar recordando la primera predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret. El evangelista Lucas recuerda que aquel sábado le dieron el rollo del profeta Isaías y que Jesús proclamó el pasaje que dice: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19). Al terminar de leer, Jesús se sentó. Todos se quedaron mirándolo. Y él empezó a hablar diciendo: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» (v. 21). En Presentación9 aquel momento empezaba un año de gracia para toda la humanidad, es decir, un año de liberación, un año en el que Dios volvía a crear el mundo, un año en el que todos pueden hacer fiesta por la renovación de los corazones y de la misma creación. El Jubileo de la Misericordia vuelve a proponer este año de gracia que Jesús inauguró en Nazaret. Desde entonces continúa el tiempo de la predicación del Evangelio, tiempo de amor por los pobres y de liberación de todo mal y esclavitud. Es el tiempo de madurar el Reino de Dios que Jesús compara con una pequeña semilla que crece o con la levadura que fermenta de amor toda la pasta de la historia humana. La columna vertebral de esta historia de salvación es, precisamente, la misericordia. La Palabra de Dios cada día 2016, con humildad y simplicidad, se inscribe en este tiempo de misericordia para ayudar a vivirlo escuchando la Palabra de Dios. Si escuchamos en todo momento entendemos el misterio del amor de Dios que renueva los corazones y la historia. La larga experiencia de escuchar las Sagradas Escrituras que la Comunidad de Sant’Egidio vive desde su inicio es una escuela que ayuda a comprender profundamente sus páginas. Para escuchar la página bíblica, de hecho, debemos unirla a la vida de cada día, debemos hacer que dialogue con el tiempo que vivimos para que, gracias al Espíritu, la Palabra que contiene sea fuente de vida nueva. Escuchar cada día hace que nos familiaricemos no solo con el texto sino también con el espíritu de las páginas bíblicas. Y es el Espíritu, el que ensancha los horizontes de nuestra mente y ayuda a nuestro corazón a calentarse con el fuego del mismo Dios. De este modo el Señor hace que participemos en su diseño de misericordia infinita, sin límites, con el que envuelve toda la historia del mundo. La fidelidad de escuchar cada día la Palabra de Dios hace que crezca también la comunión entre nosotros. Y nos permite formar parte de un gran pueblo de creyentes que, casi como si fuera un santuario espiritual sin límites, eleva a Dios su oración por nuestra salvación y por la paz entre los pueblos. Vivir el tiempo litúrgico en la historia También este año La Palabra de Dios cada día 2016, al igual que el año pasado, va unido a la Misa de cada día, como si quisiera destacar aquel lazo que hay entre el Libro y el Cáliz del que hablaba Juan XXIII y que el Concilio planteó de un modo nuevo. Este libro, como siempre, sigue el calendario litúrgico de la Iglesia latina. Los domingos y los días festivos, pues, comenta –siguiendo el ciclo trienal del año litúrgico– los pasajes bíblicos del ciclo B, con el Evangelio de 10Presentación Marcos que se leerá durante casi todo el año. En los días feriales –que siguen un ritmo bienal– el libro comenta la primera lectura de la Misa tal como está previsto para los años impares. La elección de los textos bíblicos de la primera lectura –que incluyen pasajes extraídos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento– se ha hecho en base a los distintos tiempos litúrgicos. Se cumple así un itinerario espiritual que, a través de las páginas bíblicas de cada día, nos ayuda a crecer en la misma medida que Cristo, para tener en nosotros sus mismos sentimientos, como escribe el apóstol: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo» (Flp 2, 5). El año litúrgico empieza con el tiempo de Adviento, un tiempo en el que esperamos al Salvador y que culmina con la Navidad. No se trata simplemente de recordar un evento lejano, sino de revivirlo en la vida personal y comunitaria. A continuación viene el misterio de la manifestación de Jesús al mundo (la epifanía de los magos) y luego la de Cristo a Israel (el bautismo en el Jordán). Le siguen seis semanas, llamadas del «tiempo ordinario», que acompañan los días hasta el Miércoles de Ceniza, con el que empieza la Cuaresma, es decir, los cuarenta días que la Iglesia dedica a preparar la Pascua. Es el tiempo de «volver» al Señor. Antes de acercarnos al misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor es indispensable purificar nuestros ojos y convertir nuestro corazón a Dios. Solo así, con un corazón arrepentido, podremos recoger los frutos de la gran y santa semana de pasión que culmina en el Triduo santo, recuerdo de la última cena del Señor, de su muerte y de su resurrección. Los cincuenta días tras la Pascua nos llevan hasta Pentecostés, que es el cumplimiento de la Pascua. El misterio que contiene la Pascua y Pentecostés constituye el corazón de la vida cristiana. El día de Pentecostés se podría decir que empieza el tiempo histórico de la Iglesia, que está llamada a anunciar el Evangelio hasta los confines de la Tierra. En este tiempo no hay recuerdos especiales del Señor, precisamente porque sintetiza toda la historia de la Iglesia. El Señor Jesús subió al cielo y envió a los discípulos a recorrer los caminos del mundo sin su presencia visible. Pero el Espíritu Santo, que fue infundido en sus corazones y en el de los discípulos de todos los tiempos, se convierte en la fuerza que guía a la Iglesia a comunicar el Evangelio y su fuerza de salvación con los milagros del amor que llevan a cabo los discípulos. Se abren así las semanas que podríamos denominar del «tiempo de después de Pentecostés». Es un tiempo que incluye toda la historia de la Iglesia, que está llamada a comunicar el Evangelio al mundo, guiada precisamente por el Espíritu infundido en Presentación11 Pentecostés, para que la Tierra sea más humana y esté preparada para el último día, cuando Jesús volverá como rey y juez de todos y de todo, tal como recordamos el último domingo del año litúrgico. El año litúrgico ha tenido una larga gestación en la historia de la Iglesia, pero su nacimiento hay que buscarlo en la Pascua. Inicialmente, en efecto, la Pascua era la única fiesta de los cristianos. En aquella fiesta se celebraba la victoria definitiva de Jesús sobre el pecado y sobre la muerte. El día de Pascua se convierte en el primer día de la nueva creación, el día de la plenitud de la alegría, de la plenitud de la paz, de la plenitud del amor. Podríamos decir también que es el día en el que la comunidad reunida por su Señor muerto y resucitado vive su «plenitud». Tanto la tradición de Oriente como la de Occidente cantan la belleza de la Pascua, de la que emana no solo el año litúrgico sino la vida entera de la Iglesia. Los años, nuestros años, también los años de nuestra vida personal, deberían contarse según el número de pascuas vividas y cada vez deberíamos preguntarnos: ¿qué hemos hecho con la Pascua que celebramos? Vivir la Pascua es la razón de la vida de la Iglesia y de todo creyente. Por eso a lo largo del año litúrgico es como si nos cogieran de la mano para crecer dentro del misterio de Jesús. Cada año litúrgico repite siempre el mismo ritmo. Lo necesitamos para continuar sumergiéndonos en el misterio único de Jesús hasta quedar transformados y poder decir con el apóstol Pablo: «Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Gal 2, 20). Los días vuelven de nuevo para que nosotros seamos distintos, menos como nosotros mismos y más similares a Jesús. Durante el año litúrgico encontraremos días dedicados al recuerdo de María, la madre de Jesús, de los apóstoles y de los santos. La Iglesia no solo nos presenta los milagros de cambio que se producen en aquellos que dejan que el Espíritu del Señor los transforme, sino que nos hace descubrir una familia grande que llega a llenar el cielo: son hermanas y hermanos que, tras haber acogido la Palabra de Dios y haberla puesto en práctica, han alcanzado la estatura de Cristo y ahora están con él en la gloria. Se sumarán, además de los mencionados, otros motivos de recuerdo asociados a la vida de la Comunidad de Sant’Egidio y a otros momentos de la vida del mundo cristiano, de otras religiones mundiales y de la historia universal. El tiempo litúrgico no está separado del tiempo de los hombres; al contrario, aquel es un fermento de amor de este. El tiempo litúrgico es para la historia lo que la Iglesia es para el mundo. Celebrando el misterio de Jesús a lo largo del año ayudamos, misteriosa pero realmente, al mundo entero y a todos los pueblos a abrirse al amor de Dios. 12Presentación El ritmo de la oración La semana, que el domingo («Pascua de la semana») llega a su culmen, marca el paso de todo el año litúrgico. Desde sus inicios, la Comunidad de Sant’Egidio ha vivido el Evangelio de manera íntimamente ligada a los ritmos de la vida de la ciudad. La pregunta, ya entonces, era apremiante: ¿Cómo podemos rezar en la ciudad? ¿Cómo podemos rezar sin dejarnos arrastrar por sus ritmos convulsos? ¿Có­ mo podemos acompasar el tiempo de la oración? De ahí nació la experiencia que presenta este libro: una estructura semanal de oración que culmina el domingo, y en la que los días feriales siguen una especie de hilo de recuerdos fijos que apuntan siempre hacia el día del Señor. El domingo se convierte así en el «culmen» de la semana pasada y en la «fuente» de la que está por empezar. La tradición de Oriente exhorta a los creyentes a ir al encuentro del sacramento del hermano (los pobres, los débiles) tras haber contemplado el sacramento del altar. Por eso el lunes, mientras reanudamos el camino de cada día, el rostro del Señor se nos presenta ya no con los rasgos del resucitado, sino con los del pobre, el débil, el enfermo y el que sufre. La oración vespertina acoge ese día el recuerdo de los pobres, de los que encontramos a lo largo del día y de los que están lejos, que a veces son países enteros que sufren. Todos son presentados al Señor para que los consuele y los libre del mal. El martes, la oración común está acompañada por María, la madre del Señor, para que todos aprendamos de ella, la primera de los creyentes, a «conservar en el corazón» (Lc 2, 51) lo que hemos escuchado, y a dar gracias al Señor que ha dirigido su mirada a los humildes. El miércoles, las comunidades de Sant’Egidio esparcidas por el mundo rezan las unas por las otras y por toda la Iglesia difundida por todas partes. Todas se reúnen en la grandeza, en la profundidad y en la alegría de la comunión que el Señor da a sus hijos. La oración cuenta también con la participación de los santos del cielo, a los que se invoca con su nombre, para que acompañen a todas las comunidades en su andadura por los caminos del mundo. El jueves se recuerdan todas las Iglesias cristianas, las de Oriente y las de Occidente, para que crezca la comunión entre los creyentes en Cristo, y la comunicación del Evangelio se extienda hasta los extremos de la Tierra. El Señor, único pastor de su Iglesia, da a todos su amor apasionado. De ese amor brota la acción pastoral y el trabajo de comunicar el Evangelio. El viernes recordamos la cruz del Señor, para que cada creyente recuerde de dónde nace la salvación y no olvide con Presentación13 qué generosidad amó Dios a los hombres. El cruce entre las bienaventuranzas evangélicas y la narración de la pasión impulsa a contemplar la riqueza de la cruz que es al mismo tiempo anuncio de la muerte del egoísmo y de la victoria del amor por los demás. El sábado es el día de la vigilia y de la espera de la resurrección del Señor. Se canta delante de la tumba de Lázaro muerto para que sea liberado de las vendas que lo oprimen. En él se oye el grito de ayuda que se eleva de todas las partes del mundo hacia el Señor. Le pedimos a Dios que intervenga una vez más y retire la piedra pesada que oprime la vida de sus amigos. La vida de todos, cuando se libra de las vendas del pecado, es salvada por la misericordia de Dios. Así termina la semana, que ya no transcurre de manera casual o caótica. El domingo abraza los días pasados y los orienta hacia el domingo eterno, día sin ocaso. Junto a los ángeles, los discípulos reciben desde ahora la gracia de cantar el Trisagio, que cierra la Oración de la luz. Cuando hay festividades o conmemoraciones que prevalecen sobre los tiempos ordinarios se modifica el orden de la semana. Cuando se conmemora a los apóstoles se sigue, precisamente, la Oración de los apóstoles. Esta oración, al tiempo que nos arraiga en el testimonio de los Doce, nos llama a comunicar el Evangelio hasta los confines de la Tierra. El libro incluye también la Oración del Espíritu Santo, que en el tiempo de Pentecostés o en otras ocasiones nos recuerda que debemos abrir nuestro corazón al soplo del Dios y luchar contra el mal en todas sus manifestaciones extendiendo la obra de la misericordia en la Tierra. La Oración con los mártires nos recuerda el ejemplo de quienes en el pasado y aún hoy testimonian su fe en el Señor hasta derramar su sangre. La comunidad cristiana que lo desee puede utilizar la Oración en el Día del Señor en los días festivos. El tiempo de Navidad y de la semana de la Pascua tienen esquemas de oración específicos. La oración por los enfermos y por la paz Desde hace algunos años en las Comunidades de Sant’Egidio de todo el mundo se da una especial importancia a la Oración por los enfermos y a la Oración por la paz, que se celebran una vez al mes. En la Basílica de Santa Maria in Trastevere de Roma el primer lunes de mes se celebra la Oración por los enfermos y el tercer lunes la Oración por la paz. Existe un esquema de oración para cada una de ellas, como se puede ver en la parte final de este libro. La decisión de vivir de manera especial estas dos oraciones nace de la fe en la misericordia de Dios que se inclina para acoger y ayudar a aquellos que sufren a causa de 14Presentación la enfermedad o de la guerra. La proximidad a los pobres, a los débiles, al mar de sufrimiento que pesa sobre la vida de muchos no puede dejarnos indiferentes. Y escuchando la palabra de Dios recibimos una luz. Las páginas evangélicas nos enseñan la extraordinaria atención que Jesús prestaba a los enfermos que le presentaban. No es irrelevante que la mayoría de milagros que llevó a cabo Jesús estuvieran relacionados con la curación de enfermos. Es una gran luz también hoy. ¡Cuántos enfermos esperan que alguien les lleve al Señor! Y también podemos considerar como enfermos a aquellos pueblos que sufren la violencia de la guerra. En estas dos oraciones mensuales queremos presentarle todos estos enfermos al Señor. Y queremos presentárselos a cada uno por su nombre. Por eso para la oración por los enfermos escribimos en un papel los nombres de los enfermos que durante la oración se recogen y se presentan ante el altar, mientras que en la oración por la paz se leen los nombres de los países en guerra, uno a uno, y se enciende para cada uno de ellos una vela ante el altar, para así presentárselos al Señor. Sabemos que él escucha esta oración y la atiende. Es una práctica antigua de la Iglesia que hoy es necesario recuperar y sobre todo vivir con más generosidad y convicción. La oración por los enfermos y por la paz es el fruto de aquella caridad que no conoce fronteras y de aquella fe convencida de que «no hay nada imposible para Dios». Nos lo recuerda con gran sabiduría san Juan Crisóstomo: «La necesidad lleva a rezar para uno mismo; la caridad estimula a rezar por los demás. Pero a Dios le place más la oración hecha por caridad». Podríamos incluir estas dos oraciones mensuales entre las «obras de misericordia» que tenemos que vivir de manera más significativa y urgente en este Jubileo de la Misericordia. Vivirlas cada mes –y procurar que muchos lo hagan– significa obedecer el mandamiento de Jesús de rezar con un mismo espíritu y sin desfallecer. Es hermoso pensar que la universalidad de la Comunidad y de todo aquel que se une a ella en estos dos días hace realidad una oración continua que se eleva al cielo desde Oriente hasta Occidente sin interrumpirse jamás. TIEMPO DE ADVIENTO Domingo 29 de noviembre: I de Adviento Jer 33, 14-16; Sal 24; 1 Tes 3, 12-4, 2; Lc 21, 25-28.34-36 El evangelio retoma el discurso sobre el final de los tiempos, pronunciado por Jesús en el Templo. Con un lenguaje típico de la apocalíptica, Jesús anuncia que llegarán días en los que habrá gran desconcierto «en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de la gente… Los hombres se quedarán sin aliento por el terror y la ansiedad ante las cosas que se abatirán sobre el mundo». El escenario es toda la creación: hasta «las fuerzas de los cielos –dice Jesús– se tambalearán». Si estas palabras se refieren sobre todo al final de la historia, no están sin embargo lejos de las diferentes épocas de la historia humana, y podemos aplicarlas también a nuestros días, en los que aparecen señales y tambaleos tanto en el cielo como en la tierra, como la de los hombres sin aliento y en ansiedad. Es la angustia de los habitantes de tantas naciones marcadas por la guerra y los conflictos, es la angustia de los millones de pequeños y grandes que siguen sufriendo enfermedades y hambre, es la angustia de tantos obligados a emigrar lejos de su tierra que no encuentran a nadie que les acoja y ayude, es la angustia de tantos ancianos abandonados en soledad. Y entre aquellos «hombres [que] se quedarán sin aliento por el terror» están tanto los que no ven ni para ellos ni para sus hijos un futuro sereno como los que se dejan llevar por el miedo y se encierran en sí mismos. Jesús pronuncia también hoy esas palabras, ciertamente no para entristecer y mucho menos para confirmar miedos o repliegues, al contrario, quiere que no nos dejemos llevar por la resignación. En efecto, es fácil en los momentos difíciles caer en la resignación y dejar que se apague la esperanza de un mundo nuevo, de una vida mejor para nosotros y para los demás. El Señor no ha renunciado a esperar en los hombres y en las mujeres y a cambiar su corazón, no deja que las fuerzas del mal subyuguen imperturbables a la tierra presa de la violencia y de la injusticia. Si los hombres y las mujeres se resignan a este mundo, no así el Señor. Él quiere el final de este mundo para poder instaurar otro. Esto es el Evangelio del Adviento. 16 Tiempo de Adviento También a nosotros Jesús nos dice hoy: «Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación». Ya el profeta Jeremías lo había predicho al pueblo de Israel: «Mirad que vienen días en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá». He aquí que esos días han llegado. El Señor vuelve para que llegue pronto un mundo nuevo donde los pobres sean menos pobres, donde los demás no sean considerados enemigos sino hermanos, donde quien sufre sea consolado, donde el que está solo sea acompañado y el que se ha replegado sobre sí eleve su mirada hacia los demás y hacia el futuro. El Evangelio del Adviento vuelve una vez más. Y vuelve en este tiempo difícil. Vuelve para nosotros, para todos los hombres, y sobre todo para los más pobres. Es el Evangelio el que ablanda los corazones endurecidos, el que abre la mente a quien piensa sólo en su bienes­ tar, el que abre el oído a quien escucha sólo sus razones, el que abre los ojos a quien no ve más allá de su propio horizonte. El Adviento despierta en nosotros y en el mundo la expectación por el Señor que está por venir: «Cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación». Es el tiempo de levantarnos. Si dejamos de hacer nuestras cosas para levantarnos e ir a acoger a un huésped que llega, ¿cuánto más debemos levantarnos de nuestras costumbres para ir a acoger al Señor que viene? Y debemos «levantar la cabeza», añade Jesús. Sí, es fácil permanecer ciego para quien se mira fijamente a sí mismo. El Adviento es un tiempo para abrir los ojos y dirigirlos hacia el Señor que está por venir. Lo veremos en Navidad cuando vayamos a la gruta de Belén. Dejémonos tomar de la mano hasta aquella gruta. Lo necesitamos. Jesús advierte: «Cuidad que no se emboten vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21, 35-36). Estar en vela y rezar. Jesús nos pide estar despiertos, pero no de esa vigilia aturdida de los habitantes de Belén, quienes, en efecto, «embotados por el libertinaje y la embriaguez» no quisieron abrir la puerta. Y no hubo sitio para Jesús en el albergue. El tiempo de Adviento es una gracia para permanecer despiertos y levantar nuestros ojos en la oración al Señor. La liturgia de este primer domingo de Adviento nos hace cantar al inicio: «A ti, Señor, levanto mi alma». Y la Comunidad, como una madre buena, nos ayuda a dirigir nuestros ojos y nuestro corazón hacia aquel niño. En realidad, es el Señor mismo quien ha dirigido sobre nosotros su mirada de misericor- Noviembre17 dia y no cesa de donarnos su Palabra. Podríamos decir que es él mismo quien nos prepara para su Navidad dándonos cada día su Palabra. En efecto, los días del Adviento son días de escucha y de reflexión, días de oración y de amor. La Palabra de Dios será la lámpara que conducirá nuestros pasos iluminando y calentando nuestro corazón. Si perseveramos, quizá no será tanto una gruta oscura y un pesebre maloliente y podrá convertirse en un lugar santo donde Jesús vuelve a renacer. Sintamos, por tanto, dirigida también a nosotros la bendición del apóstol Pablo: «Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos» (1 Tes 3, 12). Sí, el tiempo del Adviento es también un tiempo de amor renovado por los demás, un amor menos concentrado en nosotros, más grande hacia los hermanos, y sobre todo hacia los pobres. Sí, queridos hermanos y queridas hermanas, no repitamos nuestras costumbres de siempre, no persigamos nuestros pensamientos de costumbre. El Adviento es un tiempo nuevo, es un tiempo dado por el Señor para renovar nuestro corazón, para ir con los brazos más abiertos hacia nuestros hermanos y sobre todo hacia los más pobres. Por este camino es por donde encontraremos al Señor. Mientras, levantemos nuestros ojos hacia lo alto y digamos con insistencia: «Ven, Señor Jesús». Oración en el Día del Señor Lunes 30 de noviembre Recuerdo del apóstol Andrés. Mateo 4, 18-22. Llamada de los primeros cuatro discípulos La Iglesia hace hoy memoria del apóstol Andrés, el primero de los llamados. Esta memoria nos recuerda que el cristiano es ante todo un discípulo, es decir, un hombre o una mujer que escucha al Señor y lo sigue. El año litúrgico que acabamos de empezar no es otra cosa que un año de seguimiento de Jesús, un año de escucha del Evangelio para crecer en el amor del Señor y de los hermanos. Por esto la historia del primer llamado –según la narración de Juan– sigue siendo ejemplar. Andrés, hijo de Jonás y hermano de Simón Pedro, era originario de Betsaida y ejercía el oficio de pescador, junto a su hermano. Fue llamado por Jesús mientras estaba echando las redes; las dejó de inmediato y siguió a aquel Maestro. Según la tradición, Andrés anunció el Evangelio en Siria, en Asia Menor y en Grecia, y murió en Patras, crucificado como su Maestro. La Ortodoxia lo venera como el primer obispo de la Iglesia de Constantinopla. El Evangelio de Marcos lo une a los primeros cuatro llamados. En efecto, después del encuentro con Jesús, todos se pusie- 18 Tiempo de Adviento ron a seguirle. La Iglesia, toda comunidad cristiana, toda experiencia religiosa, comienza siempre con un encuentro. Pero no se trata de un saludo con prisa, ni de entretenimientos de salón. ¡Cuántas veces llenamos el tiempo con nuestras habladurías o bien desperdiciamos ríos de palabras! Aquí hay una invitación simple y clara de Jesús: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Andrés y Simón, llamado Pedro, escuchan esta invitación, dejan las redes y le siguen. ¿Por qué seguirle? Es difícil explicar el futuro de Dios a quien, como nosotros, es un analfabeto de su palabra y de su amor. Y aquel Maestro explica el futuro de Dios de la única forma que aquellos pescadores pueden comprender, quizá de la única forma que puede entusiasmarles: «Seguiréis siendo pescadores, pero de hombres». Para esta pesca hay que dejar la barca de siempre y ponerse a caminar ya no sobre el agua sino sobre la tierra de los hombres, quizá todavía más agitada e incierta que las aguas de aquel lago. Ya no es el mar de agua, es el mar de hombres y mujeres, es la multitud de personas que como un mar les absorberá y les arrollará: Andrés acoge la invitación de Jesús junto a los otros tres. No eres tú quien escoge, es otro que te mira, que te ama y te llama. En verdad, Jesús es el primer «pescador de hombres», y llama a aquellos pobres pescadores. No nos corresponde a nosotros juzgar si somos dignos o no, o si otro lo es; estos juicios están ligados a una lógica mundana. En la perspectiva evangélica a nosotros sólo nos toca escuchar la invitación, acogerla y responder, como hicieron aquellos cuatro. Seguir a Jesús no es una decisión de héroes o de espíritus elegidos. Los primeros cuatro eran simples pescadores: escucharon a Jesús, se fiaron y lo siguieron. Aquí está todo el secreto de la fe y de la misma Iglesia. Oración de los apóstoles Martes 1 de diciembre Isaías 11, 1-10. Reposará sobre él el espíritu del Señor Este oráculo de Isaías está estrechamente vinculado a los capítulos 7 y 9, en los que el profeta anuncia el nacimiento de un niño, descendiente de David, el Emmanuel, la luz que resplandece en las tinieblas. La palabra profética anuncia que Dios no abandona a su pueblo al poder de la injusticia y la violencia. En efecto, la esclavitud había convertido a Israel en algo semejante a un tronco seco, destinado a la decadencia, sin poder esperar ya un futuro vigoroso como un árbol en flor con sus hojas y frutos. Pero el profeta anuncia: «Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará». Del tronco seco saldrá un vástago. ÍNDICE DE PASAJES BÍBLICOS Génesis 17, 3-9 Abrahán, padre de una muchedumbre de pueblos ........147 37, 3-4.12-13a.17b-28 José y sus hermanos ..........................................126 49, 2.8-10 Las bendiciones de Jacob ..............................................37 Éxodo 32, 7-14 Un pueblo de dura cerviz ..............................................139 Levítico 19, 1-2.11-18 «Sed santos, porque yo soy santo» ................................115 Números 21, 4-9 La serpiente de bronce ..................................................144 24, 2-7.15-17b De Jacob avanza una estrella ........................................34 Deuteronomio 4, 1.5-9 Poner en práctica las leyes del Señor ............................131 26, 16-19 El Señor Dios de Israel .................................................120 30, 15-20 Dios pide elegir entre el bien o el mal ............................111 Jueces 13, 2-7.24-25a Sansón nace para la salvación de todo el pueblo ...........39 1 Samuel 1, 1-8 Ana afligida por la esterilidad .......................................71 1, 9-20 El Señor se acuerda de Ana y le da un hijo, Samuel .....72 1, 24-28 Agradecimiento de Ana ................................................42 3, 1-10.19-20 Habla, Señor, que tu siervo escucha ..............................72 4.1b-11 Israel es derrotado y el arca de Dios es capturada .........74 8, 4-7.10-22 Lamento a causa del rey. El Señor no responde ............75 9, 1-4.17-19.26;10, 1 La elección de Saúl .............................................76 15, 16-23 La obediencia es mejor que el sacrificio .......................79 16, 1-13 Samuel consagra a David ..............................................81 17, 32-33.37.40-51 David derrota a Goliat ............................................82 18, 6-9;19, 1-7 Jonatán avisa a David de que Saúl trata de matarlo ......83 24, 3-21 Saúl comprende que no debe matar a David .................85 2 Samuel 1, 1-4.11-12.17-27 Anuncio de la muerte de Saúl ..................................86 7, 1-5.8b-11.16 El reino de David durará eternamente ......................44 504 Pasajes bíblicos 7, 4-17 Dios promete a David la descendencia ....................91 7, 18-19.24-29 La oración de David .................................................92 11, 1-10a.13-17 El pecado de David ..................................................93 12, 1-7.10-17 La confesión de David .............................................94 15, 13-14.30; 16, 5-13 David huye de Absalón .....................................98 24, 2.9-17 David y el pecado del censo del pueblo ...................101 1 Reyes 2, 1-4.10-12 3, 4-13 8, 1-7.9-13 8, 22-23.27-30 17, 1-6 17, 7-16 18, 20-39 18, 41-46 19, 9a.11-16 19, 19-21 21, 1b-16 21, 17-29 David dice a Salomón: «Ten valor y sé hombre» ..........102 La oración de Salomón para obtener la sabiduría .........104 El traslado del arca ........................................................106 La oración de Salomón .................................................107 Elías, profeta en Israel ..................................................241 Milagro a la viuda de Sarepta de Sidón .........................242 Enfrentamiento entre Elías y los profetas de Baal ........243 Elías invoca la lluvia .....................................................244 El susurro de una brisa suave en el Horeb .....................245 Elías echa su manto sobre Eliseo ..................................246 La viña de Nabot ...........................................................249 Elías defiende a Nabot contra Ajab ...............................250 2 Reyes 2, 6-14 Eliseo empieza su misión profética ...............................252 5, 1-15a La curación de Naamán ................................................130 11, 1-4.9-18.20 La maldad de la reina Atalía ..............................254 17, 5-8.13-15.18 Destrucción del reino de Samaría ......................259 19, 9-11.14-21.31-36 El rey Ezequías ora y Dios salva la ciudad .........260 22, 8-13; 23, 1-3 Descubrimiento del Libro en el Templo y renovación de la alianza ...........................................261 24, 8-17 Conquista de Jerusalén y destierro del rey ....................262 2 Crónicas 24, 17-25 Asesinato del sacerdote Zacarías ..................................255 Ester 4, 17k.l.s Confiar en la fuerza que viene de Dios .........................118 Job 1, 6-22 Job, ejemplo del creyente ..............................................363 3, 1-3.11-17.20-23 Job maldice el día de su nacimiento ......................364 9, 1-12.14-16 La justicia de Dios está por encima del derecho ....365 38, 1.12-21; 40, 3-5 La sabiduría creadora confunde a Job ...................367 42, 1-3.5-6.12-16 Última respuesta de Job .........................................368 Eclesiastés 1, 2-11 3, 1-11 11, 9–12, 8 Todo es como un soplo de viento ..................................358 Un tiempo para cada cosa .............................................359 Los días tristes de la vejez .............................................361 Pasajes bíblicos 505 Cantar de los Cantares 2, 8-14 La voz de la paloma ......................................................41 Proverbios 3, 27-35 El Señor ensalza a los humildes ....................................355 21, 1-6.10-13 El sabio tiene un corazón misericordioso .....................356 Sabiduría 2, 1a.12-22 No reconocer los misteriosos secretos de Dios .............140 Eclesiástico 47, 2-13 48, 1-4.9-11b 48, 1-14 Elogio de David ............................................................103 Elías volverá .................................................................30 Elías es arrebatado en un torbellino de fuego exilio .....253 Isaías 1, 10.16-20 1, 10-17 6, 1-8 7, 1-9 10, 5-7.13-16 11, 1-10 25, 6-10 26, 1-6 26, 7-12.16-19 29, 17-24 30, 19-26 35, 1-10 38, 1-6.21-22 40, 25-31 41, 13-20 45, 6-8.18-26 48, 17-19 49, 8-15 55, 10-11 58, 1-9a 58, 9b-14 65, 17-21 Dejar de hacer el mal, aprender a hacer el bien .............124 Culto y justicia ..............................................................283 La vocación de Isaías ....................................................280 Invitación a creer ..........................................................284 El orgullo vacío de los poderosos .................................285 Reposará sobre él el espíritu del Señor .........................18 El Señor prepara un convite para todos los pueblos ......19 Que entre una gente justa y fiel .....................................20 Mi alma te anhela, Señor ..............................................286 Aquel día los ojos de los ciegos verán ..........................21 Cuando oiga tu clamor el Señor te responderá ..............22 Buscar al Señor .............................................................25 Cántico de Ezequías ......................................................286 El Señor da vigor al cansado .........................................28 Yo soy tu redentor .........................................................28 Dios se dirige a todos ....................................................36 ¡Si hubieras atendido a mis mandatos! .........................29 La alegría del retorno ....................................................138 La Palabra de Dios no quedará sin efecto .....................116 El ayuno agradable a Dios ............................................112 La misericordia restaura los caminos de los hombres ....113 «Creo cielos nuevos y tierra nueva» .............................136 Jeremías 1, 1.4-10 La vocación de Jeremías ...............................................291 2, 1-3.7-8.12-13 La infidelidad de Israel ...............................................292 7, 1-11 Jeremías contra las falsas seguridades ..........................294 7, 23-28 El culto sin fidelidad .....................................................132 11, 18-20 El profeta es perseguido, pero no deja de hablar ...........141 14, 17-22 Invocación para que Dios no rompa la alianza .............298 15, 10.16-21 La confesión de Jeremías ..............................................298 17, 5-10 Que el hombre no confíe en el hombre .........................125 506 18, 1-6 18, 18-20 20, 10-13 23, 5-8 26, 11-16.24 28, 1-17 30, 1-2.12-22 31, 1-7 31, 31-34 Pasajes bíblicos Jeremías en casa del alfarero .........................................299 Insidias tramadas contra Jeremías .................................125 Oración del profeta encadenado ...................................148 El germen de David conducirá a Israel .........................38 Arresto y juicio de Jeremías ..........................................301 Disputa con el profeta Ananías .....................................304 El libro de la consolación ..............................................305 La salvación en el monte Sion ......................................306 Se promete a Judá la restauración .................................307 Lamentaciones 2, 2.10-14.18-19 Las hijas de Jerusalén gritan al Señor ........................264 Ezequiel 1, 2-5.24-28 La vocación de Ezequiel ...............................................312 2, 8–3, 4 El profeta es invitado a «comer» el libro ......................313 9, 1-7; 10, 18-22 Los justos se salvan de la destrucción ........................314 12, 1-12 El profeta predice el exilio ............................................315 16, 1-15.60.63 La fidelidad de Dios a la alianza con su pueblo ............316 18, 1-13.30-32 Dios juzga a cada cual según su conducta .....................317 18, 21-28 Alejarse de las culpas para vivir y no morir ..................119 28, 1-10 El profeta contra el rey de Tiro .....................................322 34, 1-11 Los pastores de Israel ....................................................322 36, 23-28 Santificar el nombre del Señor ......................................323 37, 1-14 Los huesos secos ...........................................................324 43, 1-7 El Señor vuelve .............................................................325 47, 1-9.12 El Templo, fuente de verdadera vida .............................137 Daniel 3, 14-20.46-50.91-92.95 La oración libera de la muerte .......................145 3, 25.34-43 Azarías reza en el horno ................................................131 13, 1.9.15-30.33-62 Susana experimenta la intervención de Dios .........144 Oseas 2, 16-18.21-22 6, 1-6 8, 4-7.11-13 10, 1-3.7-8.12 11, 1-4.8c-9 14, 2-10 14, 2-10 «Voy a llevarla al desierto y le hablaré al corazón» ......275 «Quiero amor, no sacrificio» .........................................134 La riqueza que aleja de Dios .........................................276 Es tiempo de buscar al Señor ........................................277 Dios es nuestro padre ....................................................278 Retorno al Señor ...........................................................279 El tiempo del retorno ....................................................133 Amós 2, 6-10.13-16 3, 1-8.11-12 7, 10-17 8, 4-6.9-12 9, 11-15 Injusticia, orgullo, desprecio de los pobres ...................266 No se puede no ser profeta ............................................267 Jeroboán quiere hacer callar a Amós .............................270 El final amargo de una sociedad rica .............................271 Elegidos por Dios pero no salvados ..............................272 Jonás 3, 1-10 Miqueas 2, 1-5 6, 1-4.6-8 7, 14-15.18-20 7, 14-15.18-20 Pasajes bíblicos 507 La profecía anunciada a Nínive ....................................117 Iniquidad e injusticia .....................................................287 El lamento de Dios ........................................................290 Dios, pastor misericordioso ..........................................290 Los prodigios de Dios se ponen de manifiesto por medio de su amor ...............................................................127 Nahúm 2, 1.3; 3, 1-3.6-7 ¡Ay de la ciudad sanguinaria! .....................................308 Sofonías 3, 1-2.9-13 La salvación es para todos los pobres ...........................34 Malaquías 3, 1-4.23-24 «Voy a enviaros al profeta Elías» ..................................43 Evangelio de Mateo 1, 1-16.18-23 Genealogía de Jesús ......................................................343 1, 18-25 José asume la paternidad legal de Jesús ........................148 2, 13-18 La matanza de los inocentes .........................................52 4, 18-22 Llamada de los primeros cuatro discípulos ...................17 9, 9-13 Vocación de Mateo ........................................................357 10, 17-22 La persecución de los discípulos ...................................49 11, 25-30 El Evangelio revelado a los sencillos ............................371 16, 13-19 La profesión de fe de Pedro ..........................................123 16, 13-20 El primado de Pedro .....................................................268 20, 20-28 Santiago de Zebedeo .....................................................297 26, 14-25 ¡Ay del traidor! ..............................................................155 27, 57-61 La sepultura ..................................................................336 Evangelio de Marcos 3, 31-35 El verdadero parentesco de Jesús ..................................420 6, 17-29 La muerte de Juan el Bautista .......................................334 Evangelio de Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 Inicio del Evangelio según san Lucas ...........................87 1, 26-38 La anunciación ..............................................................171 1, 39-56 La Visitación .................................................................232 1, 57-66.80 Nacimiento de Juan el Bautista .....................................263 2, 22-40 Presentación de Jesús en el Templo ..............................99 6, 12-16 Elección de los Doce .....................................................396 10, 38-42 Marta y María ...............................................................300 15, 3-7 La oveja perdida ...........................................................236 19, 1-10 Zaqueo ..........................................................................332 23, 50-56 Sepultura de Jesús .........................................................161 508 Pasajes bíblicos Evangelio de Juan 1, 45-51 Encuentro con Natanael (Bartolomé) ...........................329 1, 47-51 Cantemos al Señor, grande es su alabanza ....................366 12, 1-11 La unción de Jesús en Betania ......................................153 13, 21-33.36-38 Anuncio de la traición .................................................154 19, 25-27 Jesús y su Madre ...........................................................351 20, 1.11-18 El sepulcro vacío ...........................................................293 Hechos de los apóstoles 1, 21-26 Elección de Matías ........................................................213 2, 14.22-32 Pedro habla a la multitud ..............................................164 2, 36-41 Convertirse para construir una nueva comunidad .........165 3, 1-10 La curación del tullido ..................................................166 3, 11-26 Pedro habla a la multitud tras la curación del tullido ....167 4, 1-12 Pedro y Juan son arrestados ..........................................168 4, 13-21 El testimonio de Pedro y de Juan ante el Sanedrín ........169 4, 32-37 La primera comunidad cristiana ...................................172 5, 17-26 Arresto y milagrosa liberación de los apóstoles ............173 5, 27-33 Los apóstoles son procesados nuevamente ...................174 5, 34-42 La intervención de Gamaliel .........................................175 6, 1-7 La institución de los siete diáconos ...............................176 6, 8-15 El prendimiento de Esteban. .........................................179 7, 51–8, 1 La lapidación de Esteban ..............................................180 8, 1-8 Persecución y misión de la primera comunidad ............180 8, 26-40 Felipe bautiza a un ministro etíope ...............................181 9, 1-9 Conversión de Saulo .....................................................89 9, 1-20 La conversión de Pablo .................................................182 9, 31-42 Pedro cura a un paralítico y resucita a una mujer ..........183 11, 1-18 Pedro justifica su misión a los paganos .........................186 11, 19-26 Fundación de la Iglesia de Antioquía ............................187 12, 24–13, 5 El envío en misión de Pablo y Bernabé .........................188 13, 13-25 Predicación de Pablo en Antioquía de Pisidia ...............189 13, 26-33 Prosigue la predicación de Pablo en Antioquía .............190 13, 44-52 Pablo y Bernabé se vuelven a los gentiles. ....................191 14, 19-28 Fin de la primera misión de Pablo .................................195 15, 1-6 Controversias en Antioquía y Jerusalén ........................196 15, 7-21 La asamblea de los apóstoles ........................................196 15, 22-31 La carta apostólica ........................................................197 16, 1-10 Travesía de Asia Menor ................................................198 16, 11-15 La llegada a Filipos .......................................................201 16, 22-34 Conversión del carcelero ..............................................202 17, 15.22 Pablo entra en Atenas ....................................................203 18, 1-8 Fundación de la comunidad de Corinto ........................203 18, 9-18 «Tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad» ...........204 18, 23-28 La acción de Apolo .......................................................205 19, 1-8 Pablo en Éfeso ..............................................................208 20, 17-27 Adiós a los ancianos de Éfeso .......................................209 Pasajes bíblicos 509 20, 28-38 Pablo encomienda a los ancianos a la Palabra ...............210 22, 30; 23, 6-11 Pablo ante el Sanedrín de Jerusalén ..............................211 25, 13-21 Pablo y el rey Agripa .....................................................212 1 Corintios 1, 1-9 Pablo da las gracias a Dios por la Iglesia de Corinto ....330 1, 17-25 La locura de la cruz .......................................................331 2, 10b-16 «Tened los mismos sentimientos» ................................335 3, 18-23 La responsabilidad de construir ....................................337 4, 1-5 Atención cuando juzgamos ...........................................338 4, 6b-15 Pablo exhorta a los corintios a que sean humildes ........338 5, 1-8 Erradicar el mal y ser fermento de bien ........................341 6, 1-11 No recurrir a los tribunales paganos .............................342 7, 25-31 Librarse del mundo .......................................................342 9, 16-19.22-27 Siervo de todos .............................................................344 10, 14-22 El único cuerpo de Cristo ..............................................345 11, 17-26.33 La Eucaristía es la unidad de los discípulos ..................347 12, 12-14.27-31 El cuerpo y los miembros ............................................348 15, 12-20 La resurrección de Jesús, centro del Evangelio ............352 15, 35-37.42-49 Cómo resucitan los muertos ........................................353 Gálatas 1, 6-12 Remitente y dirección ...................................................371 2, 1-2.7-14 La asamblea de Jerusalén ..............................................372 3, 1-5 La experiencia cristiana ................................................374 3, 7-14 La bendición de Abrahán es fruto de la fe .....................374 3, 22-29 La ley no anula la promesa ...........................................375 4, 22-27.31–5, 1 Las dos alianzas: Agar y Sara .....................................378 5, 1-6 La libertad cristiana ......................................................378 5, 18-25 Libertad y caridad .........................................................379 Filipenses 1, 18-26 2, 1-4 3, 3-8 3, 17-4, 1 4, 10-19 En primer lugar, el Evangelio .......................................397 El Señor se rebaja .........................................................399 Nuestra única gloria es el Señor Jesús ..........................403 Imitar a los santos .........................................................403 Pablo agradece la cercanía y el afecto ...........................404 2 Tesalonicenses 1, 1-5.11b-12 Remitentes y destinatarios ............................................327 2, 1-3a.13-17 Exhortación a la perseverancia .....................................328 Efesios 1, 1-10 1, 11-14 1, 15-23 2, 1-10 3, 2-12 Saludo ...........................................................................380 El plan divino de la salvación .......................................381 Triunfo y supremacía de Cristo .....................................382 La salvación en Cristo, don gratuito .............................384 Pablo, ministro del misterio de Cristo ...........................386 510 Pasajes bíblicos 3, 14-21 4, 1-6 4, 7-16 4, 32–5, 8 5, 21-33 6, 1-9 6, 10-20 Súplica de Pablo ...........................................................387 Unidad y crecimiento del cuerpo de Cristo ...................388 Edificar el único cuerpo de Cristo .................................389 Imitar a Dios como hijos de la luz .................................492 La relación entre los esposos ........................................393 Revolución en las relaciones familiares y sociales .......394 La vida de fe como combate y oración .........................395 2 Timoteo 1, 1-8 1, 1-3.6-12 2, 8-15 4, 1-8 La gracia del ministerio recibido ..................................90 Las gracias recibidas por Timoteo ................................233 La Palabra de Dios no está encadenada ........................234 Exhortación a anunciar la Palabra de Dios ...................237 Tito 1, 1-9 2, 1-8.11-14 3, 1-7 Saludo ...........................................................................407 Deberes de los distintos estados ....................................408 Deberes hacia los superiores y hacia el prójimo ...........409 Filemón 7-20 Acoger al esclavo como a un hermano .........................410 Santiago 3, 13-18 4, 1-10 4, 13-17 5, 1-6 5, 9-12 5, 13-20 La vida del cristiano es humilde y sabia .......................217 «Pedís y no recibís porque pedís mal» ..........................218 «No sabéis qué será de vuestra vida mañana» ..............219 La vanidad de las riquezas ............................................220 «El juez está ya a las puertas» .......................................221 La fuerza de la oración ..................................................222 1 Pedro 1, 3-9 1, 10-16 1, 18-25 2, 2-5.9-12 4, 7-13 5, 1-14 La alegría de los creyentes ............................................224 «Seréis santos, porque santo soy yo» ............................225 Amarse unos a otros ......................................................226 Linaje elegido, sacerdocio real, nación santa ................227 «El amor cubre multitud de pecados» ...........................228 «Mi hijo Marcos» .........................................................194 2 Pedro 1, 2-7 Dios nos lo da todo para una vida santa ........................232 1 Juan 2, 3-11 2, 12-17 2, 18-21 2, 22-28 3, 7-10 3, 11-21 3, 22 – 4, 6 Quien ama a su hermano permanece en la luz ..............53 Quien cumple la voluntad de Dios permanece ..............53 Es la última hora, la de la decisión ................................54 Lo que oísteis permanezca en vosotros .........................58 Quien permanece en Dios no peca ................................61 Hemos pasado de la muerte a la vida ............................61 «Examinad si los espíritus son de Dios» .......................64 Pasajes bíblicos 511 4, 7-10 4, 11-18 Dios es amor .................................................................65 Si nos amamos, Dios permanece en nosotros ...............66 2 Juan 1.3-9 El mandamiento del amor .............................................411 3 Juan 5-8 Acoger a los misioneros ................................................412 Judas 1, 20-25 Perseverar en la misericordia de Dios ...........................229 Apocalipsis 1, 1-5a; 2, 1-5 La revelación ................................................................414 3, 1-6.14-22 A las iglesias de Sardes y de Laodicea ..........................415 4, 1-11 El trono, los vivientes, los ancianos ..............................416 5, 1-10 El libro sellado ..............................................................416 10, 8-11 El librito devorado ........................................................417 11, 4-12 Los dos testigos .............................................................418 14, 14-19 Los ángeles del juicio ...................................................421 15, 1-4 Las siete plagas de las siete copas .................................422 18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9 Lamentaciones por Babilonia .........................423 20, 1-4.11–21, 2 El reino de mil años de Cristo .....................................425 22, 1-7 El árbol de la vida .........................................................425 *** Comunidad de Sant’Egidio Piazza S. 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