Noviembre – Diciembre - revista mexicana de urología

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Volumen 66, Número 6. Noviembre-Diciembre 2006
ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA
Volumen 66, noviembre-diciembre de 2006, Número 6
ISSN-0185-4542
Editorial
Grafofobia
Guzmán Esquivel J.
265
Artículos originales
REVISTA MEXICANA DE UROLOGÍA
Cirugía percutánea, 20 años de experiencia
en el Hospital Central Militar
266
Ricardez-Espinosa A.A. y cols.
Evolución de la nefrectomía radical vs. cirugía
preservadora de nefronas en el carcinoma
de células renales
277
Farfán Chávez F.A. y cols.
Artículo de revisión
Consenso mexicano de salud ósea
del paciente con cáncer de próstata
Jiménez Ríos M.Á. y cols.
283
302
Tumor carcinoide primario de testículo.
Presentación de un caso y revisión
de la literatura
Galán Maraboto J.J. y cols.
306
Tumor testicular gigante. Consideraciones
clínicas y hormonales
Tovar Rodríguez J.M. y cols.
310
Hemangiomas de la uretra masculina.
Crioterapia con nitrógeno líquido
Terán Hinojosa J.M. y cols.
314
Comunicación especial
Casos clínicos
Hemangioma cavernoso de la pelvis renal.
A propósito de un caso
Rodríguez Collar T.L. y cols.
Leiomioma parauretral. Presentación
de un caso en paciente femenino
y revisión de la literatura
Cantellano Orozco M. y cols.
298
Carta de despedida
e Informe del Presidente
Dr. Jorge Jaspersen Gastélum
6
318
ISSN-0185-4542 * ARTEMISA * SSALUD * LILACS * IMLA * PERIODICA-UNAM * ISSSN * IMBIOMED * LATINDEX
ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA
Fundada en 1943
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EDITOR
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CO-EDITOR
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Maestro en Ciencias Médicas
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Dr. Guillermo Feria Bernal
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Dr. Carlos Pacheco Gabhler
Dr. Miguel Rodríguez Esqueda
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COMITÉ DE ASESORES CIENTÍFICOS
Maestro en Ciencias Médicas
Doctor en Ciencias de la Salud
Doctor en Bioquímica y Biofísica
Doctor en Ciencias Médicas
Doctor en Ciencias Fisiológicas
Doctor en Ciencias Médicas
Maestro en Ciencias de la Salud
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Víctor Figueroa Granados
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Clemente Vásquez Jiménez
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COMITÉ EDITORIAL INTERNACIONAL
Dr. Paul A. Escovar Díaz
Dr. Shlomo Raz
Dr. Thayne Larson
Dr. Anthony Atala
Dra. Tania González León
La Revista Mexicana de Urología (ISSN-Q-18J-45-4542) es el Órgano Oficial de Difusión de la Sociedad Mexicana de Urología. Se editan seis
números al año. Las opiniones expresadas en los artículos y sus fotografías son responsabilidad exclusiva de los autores. Los artículos publicados serán propiedad literaria de la Revista y su reproducción, parcial o total, sólo podrá hacerse previa autorización del Editor. Está indizada
en: Base de datos sobre Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud (LILACS), lndex Medicus Latinoamericano (IMLA), Periódica-Índice
de Revistas Latinoamericanas en Ciencias CICH-UNAM.
En INTERNET, compilada en el índice Mexicano de Revistas Biomédicas (IMBIOMED): www.imbiomed.com.mx
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ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA
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Dr. Jorge Jaspersen Gastélum
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Segundo Vocal
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Tercer Vocal
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Oncología
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Urología Pediátrica
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Andrología, Sexualidad Humana
y Disfunción Eréctil
Trasplante
Dr. José Salvador Aburto Morales
Dr. Nicolás Moisés Adame Pinacho
Neurourología y Uroginecología
Dr. Guillermo Soria Fernández
Dr. Víctor V. Kibanov Solomonov
Historia y Filosof ía
Dr. Jesús Torres Aguilar
Dr. Fernando Ugarte y Romano
VOCALES
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Sección Norte
Sección Centro Norte
Dr. Mauricio Casas Varela
Sección Bajío
Dr. Miguel Ángel Hernández López
Sección Noroeste
Dr. Wolfang Willem López
Sección Golfo de Cortés
Dr. Arturo Arias Merino
Sección Oriente
Dr. Rubén González Ramírez
Sección Noreste
Dr. Anel Rogelio Aragón Tovar
Sección Occidente
Dr. Luis Mora Ibáñez
Dr. Héctor Alfonso Solano Moreno
Sección Sur
Dr. Alfredo Medina Ocampo
COMITÉ DE CONGRESO
Dr. Pedro López Cueto Espinosa
Dra. Josefina Félix de la Vega
Dr. León Ovadía Rosenfeld
EDITORES PRECEDENTES
Arturo Lara Rivas
Jaime Woolrich Domínguez †
Antonio Aparicio Sánchez-Covisa †
Xavier Ibarra Esparza
David Jiménez Velasco †
Juan Maldonado Hernández
Elías Zonana Farca
Gilberto Lozano Lozano †
Francisco Castañeda Pérez †
José Antonio Medina Rodríguez
Sergio Martín del Campo Martínez
Enrique Shalkow Polakevitz †
Álvaro Alias Álvarez
Carlos Pacheco Gabhler
Porfirio C. Estrada Arras
Carlos Murphy Sánchezv
CONTENIDO
CONTENTS
Editorial
EDITORIAL
Grafofobia
265
Grafofobia
Guzmán Esquivel J.
Dr. José Guzmán Esquivel
Artículos originales
ORIGINAL ARTICLES
Cirugía percutánea, 20 años de experiencia
en el Hospital Central Militar
266
Percutaneous surgery, 20 years of experience
in the Military Central Hospital
Ricardez-Espinosa A.A. y cols.
Ricardez-Espinosa A.A. et al.
Evolución de la nefrectomía radical vs. cirugía
preservadora de nefronas en el carcinoma
de células renales
277
Evolution of the radical nephrectomy
versus preserving surgery of nephrons
in the renal cells carcinoma
Farfán Chávez F.A. y cols.
Farfán Chávez F.A. et al.
Artículo de revisión
REVIEW ARTICLE
Consenso mexicano de salud ósea
del paciente con cáncer de próstata
283
Mexican consensus of bony health
of the patient with prostate cancer
Jiménez Ríos M.Á. y cols.
Jiménez Ríos M.Á. et al.
Casos clínicos
CLINICAL CASES
Hemangioma cavernoso de la pelvis renal.
A propósito de un caso
298
Cavernous Hemangioma of renal pelvis.
A case
Rodríguez Collar T.L. y cols.
Rodríguez Collar T.L. et al.
Leiomioma parauretral. Presentación
de un caso en paciente femenino
y revisión de la literatura
Paraurethral Leiomyoma. Presentation
of a case in female patient and revision
of literature
302
Cantellano Orozco M. y cols.
Cantellano Orozco M. et al.
Tumor carcinoide primario de testículo.
Presentación de un caso y revisión
de la literatura
Primary carcinoid tumor of testes.
Presentation of a case and revision
of literature
306
Galán Maraboto J.J. y cols.
Tumor testicular gigante. Consideraciones
clínicas y hormonales
310
Giant testicular tumor. Clinical
and hormonal considerations
314
Male Urethra Hemangioma. Liquid
nitrogen Cryotherapy
Terán Hinojosa J.M. et al.
Comunicación especial
SPECIAL COMMUNICATION
Dr. Jorge Jaspersen Gastélum
277
283
298
302
306
310
Tovar Rodríguez J.M. et al.
Terán Hinojosa J.M. y cols.
Carta de despedida
e Informe del Presidente
266
Galán Maraboto J.J. et al.
Tovar Rodríguez J.M. y cols.
Hemangiomas de la uretra masculina.
Crioterapia con nitrógeno líquido
265
318
Letter of goodbye and Report of the President
Dr. Jorge Jaspersen Gastélum
314
318
Editorial
En fecha reciente, escuché de nuevo la palabra
“Grafofobia” y me puse a pensar si en realidad
el médico de cualquier especialidad tiene nexos
recientes con este término o si se encuentra emparentado por alguna secuencia de nucleótidos
del ADN del “grafofobos”. Es un hecho, que la
palabra, más que un concepto, es una conducta complaciente, perezosa y autolimitante, que
obstaculiza la transmisión de los hechos consumados de la vida de cada individuo.
Por otra parte, hablando de revistas y artículos, las revistas indexadas y con impacto, suelen
estar saturadas de documentos enviados, por autores urgidos de publicaciones, en muchos casos
“forzosas”, para mantener su status académico y
pocas veces por presentar artículos libres y plenos, que desde que se lee la primera palabra, nos
dan tranquilidad y un dejo de fiabilidad.
Por supuesto, que las “otras” revistas que no
han sido capaces de entrar en el selecto grupo de
publicaciones indexadas, libran una batalla constante e intensa, para que autores de cualquier
grado de experiencia e incluso iniciadores en el
ámbito de las publicaciones, envíen sus artículos.
Los editores de este tipo de revistas con frecuencia se ven en la necesidad de publicar artículos,
posiblemente simples y con poco grado de complejidad en su diseño. Sin embargo, esto no deja
de ser trascendente para la vida de cualquier colegio, ya que se plasma, con el paso del tiempo, lo
cotidiano y llano de una especialidad.
Se debe abandonar el romance estéril con este
concepto y romper esta secuencia nucleotídica,
ya sea por algún polimorfismo o por mutación,
para de esta manera dar paso, a la formación de
médicos que no sólo se entusiasmen por el trabajo diario de la práctica médica, sino también por
la inquietud de dejar plasmado en documentos
escritos sus conocimientos y experiencias que,
por supuesto, abundan en los hospitales y en la
práctica privada.
Cambiemos de conducta, instruyamos desde
su formación a los alumnos que serán el futuro
de la medicina. En México la urología no puede
quedar estática ni deambulando por las calles sin
nombre, transmitiendo sus conocimientos sólo
de boca en boca. Hagamos un esfuerzo intenso y
comprometido en las aulas y los hospitales para
lograr un mayor reconocimiento y una satisfacción personal que nos llene de orgullo al escuchar a nuestros hijos decir: “Esto es obra de mi
padre”.
“Todos somos parte de una prodigiosa unidad”.
Proverbio inglés .
Dr. José Guzmán Esquivel
Coeditor
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 265 265
INSTRUCCIONES PARA AUTORES
REVISTA MEXICANA DE UROLOGIA publica trabajos originales, artículos de revisión, casos
clínicos, cartas al director y otros artículos especiales que describan nuevos datos de particular
significado referentes a todos los aspectos de la Urología. Los manuscritos deben elaborarse
siguiendo las recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas
(N Engl J Med. 1997;336:309-15), también disponibles en: http://www.icmje.org, que se ajustan
a las siguientes normas:
Remisión de trabajos
Enviar el manuscrito de acuerdo con las instrucciones, con tres copias en un sobre
a: Sociedad Mexicana de Urología. Montecito 38, piso 25, oficina 37. Col. Nápoles, 03810, México, D.F. Tels.: (55) 5488-3385, 5488-3386; y al mismo tiempo también por correo electrónico a las siguientes direcciones: [email protected].
mx, [email protected] y [email protected] incluyendo:
• Carta de presentación.
• Listado de comprobaciones formales del trabajo.
• Formulario anexo de declaración de autoría y cesión de derechos.
• Disquete informático con el texto, especificando nombre del archivo y
programa utilizado; las fotografías, gráficos y cuadros deben venir en
archivo electrónico en jpg o tiff en alta resolución o en su defecto las
fotografías originales (ya que esto se debe manipular para darle tamaño
y posición en el texto).
Carta de presentación
En ella el autor explicará, en 3-4 líneas, cuál es la aportación original del
trabajo que presenta.
Tipos de artículos
• Originales. Podrán referirse a trabajos de investigación básica o clínica o
cualquier otra contribución original en algunos de los aspectos de la
Urología. Se recomienda que el número de autores firmantes no supere
los 6. Las secciones se ordenan como sigue: página del título, resumen
(summary), introducción, métodos, resultados, discusión o comentario,
bibliografía, cuadros, pies de figura y figuras.
• Trabajos de Formación Continuada-Revisiones. Se refiere a puestas al día
de temas concretos de la especialidad o bien a revisiones de tema a propósito de una casuística. La extensión será aproximadamente de 15 páginas de texto con un máximo de10 figuras, cuadros, fotografías o gráficas.
El número de firmantes no será superior a seis. Las secciones se ordenan
como sigue: página del título, resumen, introducción, casuística, discusión o comentario, bibliografía, cuadros, pies de figura y figuras.
• Notas clínicas. Referidas a la descripción de casos clínicos infrecuentes
cuya presentación aporte datos al conocimiento del tema. La extensión
aproximada será de cinco páginas y no más de tres figuras o cuadros. El
número de autores firmantes no superará los cinco. Las secciones se ordenan como sigue: página del título, resumen, introducción, casuística,
discusión o comentario, bibliografía, cuadros, pies de figura y figuras.
• Noticias. Se podrán remitir todas aquellas informaciones, anuncios, comentarios, etc., que puedan ser de interés para los miembros de la sociedad.
Manuscrito
• El autor debe enviar tres juegos completos del manuscrito, mecanografiados a doble espacio en todas sus secciones (incluidas citas bibliográficas, cuadros y pies de figura). Se emplearán páginas tamaño carta,
dejando márgenes laterales, superior e inferior de 2.5 centímetros.
• Todas las páginas irán numeradas consecutivamente, empezando por
la del título.
• Abreviaciones: éstas deben ser evitadas, exceptuando las unidades de medida. Evitar abreviaciones en el título y en el resumen. El nombre completo al que sustituye la abreviación debe proceder el empleo de ésta, a
menos que sea una unidad de medida estándar. Las unidades de medida
se expresarán preferentemente en Unidades del Sistema Internacional
(Unidades SI). Las unidades químicas, físicas, biológicas y clínicas deberán ser siempre definidas estrictamente.
Página del título
• Figurará el título conciso, pero informativo, un título abreviado, los nombres y apellidos de los autores, nombre de (los) departamento (s) y la (s)
institución (es) a las que el trabajo debe ser atribuido y el reconocimiento
de cualquier beca o apoyo financiero.
• Incluir el nombre completo, número de teléfono (fax y e-mail) y la dirección postal completa del autor responsable de la correspondencia y
el material. Estos datos deben figurar en el cuadrante inferior derecho
de esta primera página.
Resumen y palabras clave
• Deberán aparecer en la segunda página. Se recomienda que el resumen
de los artículos originales sea estructurado, es decir, que contenga los
siguientes encabezados e información: Objetivo, Métodos, Resultados y
conclusiones con no más de 200 palabras.
• En la misma hoja debe aparecer una relación con las palabras clave. Las
palabras clave (de tres a diez en total) complementan el título y ayudan
a identificar el trabajo en las bases de datos. Se deben emplear términos
obtenidos de la lista de encabezados de materias médicas (MeSH) del
Index Medicus de la NLM de Estados Unidos. Disponible en: http://
www.ncbi.nih.nih.gov/entrez/meshbrowser.cgi
Abstract y key words
• Es una traducción correcta del resumen al inglés. Se escribirá en una
hoja aparte, donde también figure el título del trabajo y las key words,
ambos igualmente en inglés.
Introducción
• Debe mencionarse claramente los objetivos del trabajo y resumir el
fundamento del mismo sin revisar extensivamente el tema. Citar sólo
aquellas referencias estrictamente necesarias.
Sujetos y métodos
• Debe describir la selección de los sujetos estudiados detallando los métodos, aparatos y procedimientos con suficiente detalle como para permitir reproducir el estudio a otros investigadores. Alguna información
detallada de gran interés puede incluirse como anexo.
• Las normas éticas seguidas por los investigadores tanto en estudios en
humanos como en animales se describirán brevemente. Los estudios
en humanos deben contar con la aprobación expresa del comité local
de ética y de ensayos clínicos, y así debe figurar en el manuscrito.
• Exponer los métodos estadísticos empleados. Los estudios contarán
con los correspondientes experimentos o grupos control; caso contrario se explicarán las medidas utilizadas para evitar los sesgos y se comentará su posible efecto sobre las conclusiones del estudio.
Resultados
• Los resultados deben ser concisos y claros, e incluirán el mínimo necesario de cuadros y figuras. Se presentarán de modo que no exista duplicación y repetición de datos en el texto y en las figuras y cuadros.
Discusión o comentario
• Enfatizar los aspectos nuevos e importantes del trabajo y sus conclusiones. No debe repetirse con detalles los resultados del apartado anterior.
Instrucciones para autores
Debe señalarse las implicaciones de los resultados y sus limitaciones,
relacionándolas con otros estudios importantes. El contenido de esta
sección ha de basarse en los resultados del trabajo y deben evitarse conclusiones que no estén totalmente apoyadas por los mismos. Se comentarán los datos propios con relación a otros trabajos previos, así como
las diferencias entre los resultados propios y los de otros autores.
• La hipótesis y las frases especulativas deben ser claramente identificadas.
Agradecimientos
• Podrán reconocerse: a) contribuciones que necesitan agradecimiento
pero no autoría; b) agradecimiento por ayuda técnica; c) agradecimiento de apoyo material o financiero, especificando la naturaleza de
dicho apoyo, y d) relaciones financieras que pueden causar conflicto
de intereses.
Bibliograf ía
• Las citas bibliográficas se identificarán en el texto con la correspondiente
numeración correlativa mediante números arábigos, en superíndice, inmediatamente después de la puntuación o última palabra de la palabra.
• Se escribirán a doble espacio y se numerarán consecutivamente en el
orden de aparición en el texto.
• Las comunicaciones personales y los datos no publicados no deben aparecer en la bibliografía (se pueden citar entre paréntesis en el texto).
• Las abreviaturas de las revistas se ajustarán a las que utiliza el Index
Medicus de la National Library of Medicine.
• Disponible en: http://www.ncbi.nih.gov/entrez/jrbrowser.cgi
Ejemplo de citas correctas
Revistas:
1. Artículo normal (citar los autores cuando sean seis o menos; si son siete o más, citar los seis primeros y añadir “et al”):
Cañas R, Kilboume E. Oil ingestion and the Toxic-Oil syndrome: results of a survey of
residents of the Orcasur neighbourhood in Madrid, Spain. Int J Epidemiol 1987;1:3-6
2. Suplemento de revista:
Mastri Ar, Neuropathy of diabetic neurogenic bladder. Ann Intern Med 1980;92
(suppl 2):316-8
3. Fascículo sin volumen:
Baumeister AA. Origins and control of stereotyped movements. Monogr Am Assoc Ment Defici 1978;(3):353-84.
Libros y otras monografías:
4. Autor (es):
McDowell Y, Newell C. Measuring health: a guide to rating scales and questionnaires. New York: Oxford University Press, 1987.
5. Capítulo de un libro:
Abramson JH. Cross-sectional studies. En: Holland WW, Detels R, Knox G, Directors. Oxford textbook of public health, volumen 3: Investigative methods in public health. Oxford: Oxford University Press, 1985;89-100.
6. Tesis doctorales o conferencias publicadas:
Youssef NM. School adjustment of children with congenital Heart disease [tesis
doctoral]. Pittsburgh: Universidad de Pittsburgh, 1988.
Cuadros
• Irán numeradas de manera correlativa. Escritas a doble espacio, en hojas
separadas, se identifican con un número arábigo y un título en la parte
superior. Deben contener las pertinentes notas explicativas al pie.
Figuras, fotograf ías, gráficas, dibujos y otras ilustraciones
• Deberán ser seleccionadas cuidadosamente, de modo que contribuyan a la mayor comprensión del texto. El tamaño será de 10 x12 y
10 x18 cm, con la calidad necesaria para su reproducción y en número adecuado según las normas de la introducción.
• Si se presentan microfotografías deberán incluirse el método de tinción y los aumentos empleados.
• Las fotografías en tamaño postal irán numeradas al dorso mediante
etiqueta adhesiva con el nombre del primer autor y título del trabajo e
indicaciones de la parte superior de la misma mediante una flecha.
• Las fotografías digitales vendrán en formato jpg/jpeg en disco o CD y
por correo electrónico junto al trabajo en cuestión.
• Las figuras no repetirán datos y escritos en el texto.
• Los pies de figura se escribirán a doble espacio y las figuras se identificarán con números arábigos que coincidan con su orden de aparición
en el texto. El pie contendrá la información necesaria para interpretar
correctamente la figura sin recurrir al texto.
RESPONSABILIDADES ÉTICAS
• Cuando se describen experimentos que se han realizado en seres humanos se debe indicar si los procedimientos seguidos se conforman a
las normas éticas del comité de experimentación humana responsable (institucional o regional) y a la Declaración de Helsinki de 1975,
revisada en 1983. Disponible en: http//www.wma.net/s/policy/17-c_s.html.
No se deben utilizar nombres, iniciales o números de hospital, sobre
todo en las figuras. Cuando se describen experimentos en animales se
debe indicar si se han seguido las pautas de una institución o consejo
de investigación internacional, o una ley nacional reguladora del cuidado y la utilización de animales de laboratorio.
• Permiso de publicación por parte de la institución que ha financiado
la investigación.
• Conflicto de intereses. La revista espera que los autores declaren cualquier asociación comercial que pueda suponer un conflicto de intereses en conexión con el artículo remitido.
• Autoría. En la lista de autores deben figurar únicamente aquellas personas que han contribuido intelectualmente al desarrollo del trabajo.
Haber ayudado en la colección de datos o haber participado en alguna
técnica no son por sí mismos criterios suficientes para figurar como
autor. En general, para figurar como autor se deben cumplir los siguientes requisitos:
1. Haber participado en la concepción y realización del trabajo que ha
dado como resultado al artículo en cuestión.
2. Haber participado en la redacción del texto y en las posibles revisiones del mismo.
3. Haber aprobado la versión que finalmente será publicada.
La Revista Mexicana de Urología declina cualquier responsabilidad sobre posibles conflictos derivados de la autoría de los trabajos que se publican en ella.
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Los autores deben mencionar en la sección de métodos que los procedimientos utilizados en los pacientes y controles han sido tras la obtención
de un consentimiento informado.
TRANSMISIÓN DE LOS DERECHOS DE AUTOR
Se incluirá con el manuscrito el anexo a estas normas firmado por todos
los autores.
PROCESO EDITORIAL
Una vez evaluado en primera instancia por el Comité Editorial, todo manuscrito recibido es enviado a evaluadores externos, a los autores se le
notificará su aceptación, rechazo o necesidad de cambios.
La valoración seguirá un protocolo establecido a tal efecto y será anónima.
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4. Para mayor información visite la página electrónica de la Revista Mexicana de Urología en: http://www.smu.org.mx.
ARTÍCULO ORIGINAL
Cirugía percutánea, 20 años de experiencia
en el Hospital Central Militar
Ricardez-Espinosa A.A.,2 Campos-Salcedo J.G.,2 Torres-Salazar J.J.,1 Tavera-Ramírez G.,2
Castro-Marín M.,2 López-Silvestre J.C.,2 Aboytes-Velásquez E.A.,2 Ramírez-Pérez E.A.,3
Zapata-Villalba M.Á.,3 De la Rosa-Barrera H.,3 y Olmedo-Aguilera P.4
RESUMEN
SUMMARY
Antecedentes. Los primeros informes sobre cirugía
percutánea datan de 1941 por Rupel y Brown, pero
fue hasta la década de 1980 que se generalizó esta intervención y, después, con la aparición de las máquinas de litotripsia extracorpórea disminuyó su uso.
En nuestro país a principios de 1980 se realizaron los
primeros cursos de cirugía percutánea. En septiembre de 1986 se tiene registro del inicio de la cirugía
percutánea en nuestra institución al frente, en aquel
entonces, del C. Gral. M.C. Elías Zonana Farca.
Material y métodos. Se realizó una revisión retrospectiva y descriptiva de las cirugías percutáneas realizadas en el servicio de urología de Hospital Central
Militar, sus indicaciones y sus complicaciones, en los
últimos años.
Resultados. De septiembre de 1986 al 31 de agosto del
2006, se tiene registro de 700 pacientes, con 922 procedimientos. Con edad de 4 a 87 años con promedio 48.9
años. Masculinos 63%, femeninos 37%. El número de
sesiones por paciente fue de una en 524, dos en 140,
tres en 24, cuatro en nueve y más de cuatro sesiones
The first report of percutaneous surgery was
made by Rupel and Brown in 1941, by the mid1980´s such procedures had already proven their
efficacy and gained universal acceptance. On
September 1986 there was the first percutaneous
nephrolithotomy at our institution by Elias Zonana Farca M.D.
Patients and Methods. We report our experience in percutaneous kidney surgery. We retrospectively evaluated the data of the last 20
years of percutaneous surgery at the department of Urology of Military Medical Center
in Mexico City.
Results. We retrospectively reviewed 922 consecutive percutaneous renal access procedures
performed on 700 patients form September
1986 through August 2006. There was 63%
male and 37% female, with an age range of
4 to 87 years (mean 48.9 years). The number
of procedure performed by patient was: one
1. Jefe del Servicio de Urología del Hospital Central Militar,
México D. F. 2. Médico adjunto al Servicio de Urología del Hospital Central Militar, México D.F. 3. Residente del Curso de Residencia y Especialización en Urología. De la Escuela Militar de
Graduados de Sanidad, de la Universidad del Ejército y Fuerza
Aérea Mexicanos, México D.F. 4. Urólogo Adscrito al Hospital
General José María Morelos y Pavón del ISSSTE.
Correspondencia: Dr. Abel Antonio Ricardez Espinosa. Hospital Central Militar. Servicio de Urología. Periférico Nte. S/N.
Col. Lomas de Sotelo. Delegación Miguel Hidalgo. México D.F.,
CP 11649. Tel.: (52) 5557-3100 Exts. 1704 y 1305. Fax: (52) 55578670. Correo electrónico: [email protected].
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276 266
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
en dos pacientes. Las indicaciones fueron: en 64% por
litiasis renal, 32% derivaciones urinarias, 2% endopielotomías por estenosis uretero-piélica, 1% drenajes de
abscesos perirrenales y/o retroperitoneales y 1% de los
procedimientos fueron fallidos. La morbilidad asociada
con este procedimiento fue sangrado transoperatorio,
la más frecuente, que ocurrió en 9.7% de pacientes, los
cuales requirieron hemotransfusión. La segunda causa
de morbilidad fue la fiebre posoperatoria que se manejó con antibioticoterapia. Dos pacientes diabéticos fallecieron por coagulación intravascular diseminada.
Conclusiones. En el manejo de la litiasis renal mayor
de 3 cm, en manos experimentadas, siempre será
mejor la cirugía percutánea de mínima invasión que
la cirugía abierta, con menor daño renal y morbimortalidad.
procedure in 524 patients, two procedures in
140 patients, tree procedures in 24 patients,
four in 9 patients and five procedures in 2 patients. Indications for percutaneous renal access was 64% litiasis, 32% malignant ureter
stricture, 2% endopyelotomy and 1% perirenal abscess. One per cent of the procedure performed was failed.
Conclusion. The percutaneous kidney surgery is
and accurate, safe ad effective method. Its require to completed the learning curve by the urologist or radiologist.
Keywords: Nephrostomy, Nephrolithotomy, Per-
cutaneous.
Palabras clave: Percutánea, nefrolitotomía, nefrostomía.
INTRODUCCIÓN
Los primeros informes sobre el abordaje percutáneo del riñón datan de la década de 1940.1 En Estados Unidos, Goodwin publicó, en 1955, la primera
nefrostomía percutánea.2 El primer reporte de una
punción renal con el fin de tratar una litiasis fue hecho por Frenstrom y Johanson en 1976.3 Desde entonces, la cirugía percutánea ha evolucionado en
forma muy rápida, pero con la aparición, a principios
de la década de 1980, de la litotripsia extracorpórea
por ondas de choque (LEOCH), su uso se ha visto limitado en el tratamiento de la litiasis renal, debido
a que la LEOCH es un procedimiento más sencillo,
que requiere de una curva de aprendizaje mínima
por parte del urólogo y cada día es más accesible en
el sentido de que se dispone de más equipos.
En comparación, la cirugía percutánea requiere
de una curva de aprendizaje prolongada, por parte
del cirujano urólogo o bien de un radiólogo intervencionista con entrenamiento en este campo. La
morbilidad informada para la cirugía percutánea es
baja: entre 0.04 y 5%.4 A pesar de ello, sus indicaciones actuales son muy precisas en el tratamiento de
la litiasis urinaria, y se ha extendido al manejo de
otras patologías como el diagnóstico y tratamiento
de los tumores de cavidades renales, manejo de las
267 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276
estenosis de la unión uretero-piélica (UP), de las
colecciones renales y perirrenales, pero sobre todo,
como parte del manejo paliativo o terapéutico de
algunas neoplasias que afectan el aparato urinario
inferior que provocan obstrucción.
Así, la Asociación Americana de Urología (AUA)
publicó en 20055 la más reciente actualización de
su guía para el diagnóstico y tratamiento de los cálculos coraliformes, en donde recomiendan que:
1. El paciente esté informado sobre todas las técnicas
de tratamiento, sus beneficios y complicaciones.
2. La nefrolitotomía percutánea (NLP) debe ser el
manejo de primera elección en la mayoría de los
pacientes. En la actualidad le ha tocado competir a este procedimiento contra las nuevas técnicas de cirugía laparoscópica o bien de cirugía
robótica, en algunos de estos padecimientos.6
Sin embargo, se puede considerar que la cirugía
percutánea es todavía menos invasiva que la cirugía laparoscópica.
En este trabajo se presenta la experiencia de la
sección de urología del Hospital Central Militar de
la Ciudad de México, a lo largo de los primeros 20
años en cirugía percutánea.
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
PACIENTES, MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo de las cirugías percutáneas realizadas en la sección de urología del
Hospital Central Militar de agosto de 1986 al 31 de
agosto del 2006. Las fuentes de datos fueron los registros de cirugía endoscópica de la subsección de
quirófano de urología y los expedientes clínicos de
los pacientes (sólo de los últimos 10 años). Se incluyeron todos los procedimientos percutáneos realizados con anotación de sexo, edad, indicación y tipo
de cirugía, lado afectado y número de sesiones que
se realizaron en cada paciente para la resolución de
su problema, las complicaciones transoperatorias
y tardías, así como el procedimiento para su resolución. Estos datos fueron vaciados en una base de
datos para su análisis.
La técnica de la punción percutánea que se realizó en estos pacientes fue de dos formas. La más común fue la guiada por ultrasonido, debido a que los
procedimientos derivativos, por lo general se presentaban en pacientes que cursaban con insuficiencia renal, donde no es posible el uso de medio de
contraste endovenoso. Los pacientes se manejaron
con colocación de un catéter ureteral de oclusión
para opacificar y hacer dilatación de las cavidades.
La punción percutánea dirigida al grupo calicial inferior y/o medio, sólo se realizó en menos de 10 casos por punción del polo superior; la vía de abordaje
fue a criterio del cirujano.
Este procedimiento se efectuó con aguja de shiba
18 G y la dilatación del tracto con dilatadores de amplatz, hasta hace dos años en que se empezaron a utilizar los dilatadores telescópicos tipo Alken. En ambos
casos se dilató el tracto hasta 28-30 Fr. Se efectuó litotripsia intracorporea ultrasónica hasta 1998, posteriormente se utiliza, hasta la fecha, litotripsia neumática y
extracción de los fragmentos con pinza tridente.
De los casos en que se llevó a cabo derivación
percutánea paliativa, 90% presentaban insuficiencia renal y deterioro importante de sus condiciones
generales. Estos pacientes son sometidos a derivación con anestesia local, con la técnica descrita por
Pedersen desde 1976.7 Primero se hace un rastreo
ultrasonográfico para ubicar el sitio de la punción;
en el sitio seleccionado se aplica anestesia local con
xilocaína con epinefrina en un área de 5 cm de diámetro. Después, con la guía por ultrasonido, se hace
la punción seguida de dilatación con amplatz hasta
14 Fr y colocación de una sonda de nefrostomía de
cola de cochino, la cual se cambia en las siguientes
tres semanas por una sonda de Foley.
RESULTADOS
De septiembre de 1986 a agosto de 2006, en la sección de urología del Hospital Central Militar se han
atendido 700 pacientes de cirugía percutánea, con
edad promedio de 48.9 años, con un rango de edad
de cuatro a 87 años. Por grupos de edad, sólo se han
tratado cinco pacientes pediátricos; la mayor frecuencia ocurre entre los 46 y 55 años de edad (figura 1). En cuanto al sexo, 63% fueron varones y 37%
mujeres, con una relación 2:1. La distribución por
grupos de edad y sexo es diferente.
La mayor parte de varones son sometidos a estos procedimientos se encuentran después de la
quinta década de la vida, mientras que en las mujeres la mayor frecuencia es entre la tercera y quinta
décadas de la vida (figura 2).
Figura 1. Distribución de pacientes por grupos de edad.
Figura 2. Distribución por sexo y grupo de edad.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276 268
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
A
B
C
D
Figura 3. Frecuencia en cada una de las indicaciones para cirugía percutánea renal.
El número total de procedimientos de este tipo
efectuados en el Hospital Central Militar ha sido de
922. En los primeros 10 años se realizaron 127 procedimientos en total, número que aumentó en forma
considerable y en los siguientes 10 años se efectuaron, en promedio, 75 por año. En dicha institución
todos los médicos adscritos tienen acceso a participar en la cirugía percutánea; sin embargo, el número de procedimientos que se realiza, cada uno de
ellos, en promedio, es de uno por mes; 524 (74.8%)
se sometieron a una sola cirugía percutánea para la
resolución de su problema, a 140 (20%) se les realizaron dos procedimientos, a 24 (2.85%) tres cirugías, a nueve (1.2%) cuatro y finalmente, dos de ellos
(0.28%) fueron sometidos a cinco intervenciones.
Entre las indicaciones para la cirugía percutánea
renal en nuestro grupo de estudio (figura 3) están: 488
(64 %) por litiasis, 242 (32%) para derivación urinaria
paliativa temporal o definitiva, 17 (2%) para manejo
de la estenosis de la unión uretero-piélica, 11 (1%)
para drenaje de colecciones renales o perirrenales;
en nueve (1%) los procedimientos fueron fallidos y
ameritaron la suspensión de la cirugía. Para el manejo de la litiasis con cálculos mayores de 3 cm, en 62%
se aplicó la NLP como monoterapia, y 38% se trató en
combinación con LEOCH. Los cálculos coraliformes
se presentaron en 75 casos (15.3%), con 94% de éxitos
con el tratamiento solo y combinado.
En los dos últimos años se inició el manejo de cálculos complejos con múltiples tractos en 14 pacientes. En todos ellos se realizaron dos tractos en cáliz
inferior y medio (figura 4). En ellos, se obtuvo una
resolución de 95% del lito en un solo procedimiento quirúrgico y sólo una paciente presentó sangrado
importante que ameritó hemotransfusión.
La nefrostomía percutánea derivativa para paliación de padecimientos malignos que provocaban
obstrucción distal de la vía urinaria, se realizó en
269 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276
Figura 4. A) Paciente con litiasis coraliforme en riñón izquierdo mal rotado. B) TAC con reconstrucción, donde se
observa la vascularidad normal del riñón que llega a través
del polo superior. C) inicialmente se realizó un tracto a través del cáliz inferior y posteriormente se puncionó un cáliz
medio. D) después del tratamiento se resolvió 95% de lito.
242 pacientes, de los cuales 84 eran varones (35%),
con edad promedio de 59 años; 73% fueron bilaterales, 13% únicamente del lado derecho y 14% sólo
del lado izquierdo. Por otra parte, 158 pacientes fueron mujeres (65%), con edad promedio de 52 años,
y de éstas, 63% se presentó de forma bilateral, 23%
sólo del lado derecho y 14% del lado izquierdo.
En 26.7% de casos se presentaron complicaciones de la nefrostomía, con una mortalidad de 0.28%
(tabla 1). En nueve pacientes (1.8%) se presentó falla al realizar el tracto percutáneo, lo que ameritó
suspensión del tratamiento. Quince pacientes (3%)
presentaron sangrado importante en el transoperatorio y estado de choque que obligó a una exploración quirúrgica de urgencia; seis de ellos (1.2% de la
casuística), perdieron la unidad renal porque no fue
posible contener el sangrado en forma oportuna; en
nueve de ellos, se realizó hemostasia y se completó el
tratamiento. Dos pacientes, a quienes se les realizó
nefrectomía, evolucionaron mal debido al desarrollo
de coagulación intravascular diseminada en el posoperatorio inmediato; ambos pacientes fallecieron a
consecuencia de esto.
La complicación transoperatoria más frecuente
fue la perforación de las cavidades renales con el
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
Tabla 1. Complicaciones en cirugía percutánea
Transoperatorias
Perforación de cavidades
Neumotórax
Falla en el tracto
Conversión a cirugía abierta
Pérdida unidad renal
Estado de choque por sangrado posoperatorio
Fiebre
Sepsis
Sangrado
Núm. ptes (%)
70 (14.3)
3 (0.61)
9 (1.8%)
13 ( )
6 (1.2)
7 (1.4)
174 (24.8%)
2 (0.4)
47 (9.6%)
Manejo
De acuerdo con el sangrado, vigilancia con derivación urinaria.
Colocación de sonda pleural por 72 h y retiro de la sonda de nefrostomía
Reprogramar otra sesión 2 a 3 semanas después
Por sangrado importante y estado de choque
Nefrectomía por no poder controlar el sangrado o lesión vascular severa
Hemostasia quirúrgica del sitio de sangrado
Manejo con doble esquema de antibióticos
Manejo en terapia intensiva, antibioticoterapia, inotrópicos
Hemotransfusión
sangrado correspondiente, lo que ocurrió en 70 pacientes (15%); 47 (9.6%), presentaron sangrado importante que fue manejado con hemotransfusión
en el posoperatorio. La complicación por neumotórax se presentó en tres pacientes (0.6%), los que
se manejaron con sonda pleural. Estos casos se presentaron únicamente al inicio de la casuística, porque posteriormente se dejaron de efectuar tractos
del polo superior. De las complicaciones posoperatorias, la más frecuente fue fiebre en 174 pacientes
(24.8%), que se manejó con medidas generales y
antibioticoterapia con doble esquema. Dos pacientes presentaron datos de choque séptico y fueron
manejados en la unidad de terapia intensiva.
DISCUSIÓN
El concepto de curva de aprendizaje se ha enfocado
en el número de procedimientos que debe efectuar
un cirujano para realizar una técnica determinada
con seguridad, y con ello considerarse un experto en
dicha técnica. Por ejemplo, la curva de aprendizaje
de la colecistectomia laparoscópica se ha calculado
en 30 casos;8-9 sin embargo, la curva de aprendizaje
para cada procedimiento debe particularizarse al
procedimiento y al cirujano. El doctor Allen y cols.,10
estudiaron en Londres, Inglaterra, la curva de aprendizaje de la NLP en un centro de referencia en donde se realizan más de mil de estas intervenciones al
año. Al formar cohortes cada 15 procedimientos, se
observó que el tiempo quirúrgico disminuye progresivamente de 142 minutos, en promedio, a 15 a
95 minutos después de 100 procedimientos. Con
este ahorro de tiempo se consigue disminuir la dosis de radiación de 1440 cGy/cm2 de exposición en
596 segundos a 400 cGy/cm2. Los autores de esta
investigación concluyeron que, de acuerdo con las
variables, después de 60 casos, el tiempo quirúrgico,
exposición y tiempo de exposición a fluoroscopia
disminuyen y las habilidades aumentan hasta llegar
a un máximo después de 100 casos, cuando se puede considerar al cirujano un experto.
Estos parámetros son difíciles de completar en
los centros de entrenamiento de residentes, tanto en
nuestro país como en el extranjero. En nuestro medio
la curva de aprendizaje no se completa durante la residencia, ni siquiera en los centros de concentración
de pacientes. En el Hospital Central Militar se realizaron, en promedio, en los últimos 10 años, 80 cirugías
percútaneas (figura 5) por año. De manera que pasan
varios años después de la residencia para que los médicos adscritos alcancen a completar esta curva de
aprendizaje. Sólo los que tienen interés en este tipo
de procedimientos completan su entrenamiento.
Lee y cols,11 de la Universidad de Minessota, realizaron un estudio en donde encontraron que de los
residentes graduados en los últimos 20 años en esa
institución, con entrenamiento en cirugía percutánea, sólo 27% continúa realizando cirugía percutánea; por eso, en esta investigación se considera que
un residente debe realizar, durante su entrenamiento, al menos 24 procedimientos para desarrollar
la suficiente capacidad en esta técnica. En nuestro
servicio, en los últimos 20 años se han graduado 28
cirujanos urólogos. Todos ellos han tenido entrenamiento en cirugía percutánea; sin embargo, en la
actualidad sólo 10 de ellos realizan procedimientos
percutáneos en forma regular (figura 6).
Por otra parte, siempre ha habido controversia
acerca de quién debe realizar el acceso percutáneo
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276 270
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
Figura 5. Número de procedimientos de cirugía percutánea por año.
al riñón, si el urólogo o el radiólogo intervencionista.12 El doctor Watterson13 de la Universidad de Ontario refiere que sólo 11% de los urólogos egresados
realizan los tractos percutáneos, el resto trabajan en
conjunto con los radiólogos intervencionista. En la
investigación también se hace la comparación de 54
procedimientos realizados por radiólogo contra 49
por el urólogo, con lo que se ha encontrando una diferencia significativa en cuanto a las complicaciones,
tiempo quirúrgico y efectividad del procedimiento.
Hubo 9% vs 3% de complicaciones por sangrado (p =
0.08), falla en el acceso de 5% vs 1% (p = 0.23), complicaciones totales en el tracto en 27.8% vs 8.3% (p =
0.02) y éxito o estado libre de enfermedad en 61% vs
85.7 (p = 0.01).
Con el surgimiento de la LEOCH en 1982,14 las
aplicación de la nefrolitotomía percutánea (NLP)
disminuyó considerablemente. Liew y Joyce15 en un
análisis de medicina basada en evidencia establecieron las recomendaciones para el tratamiento de
la litiasis coraliforme y la litiasis coraliforme parcial,
definiendo esta última como la que ocupa la pelvis
renal y algunos grupos caliciales, pero no todos; en
estos casos se establece la NLP y la LEOCH como
monoterapias, la LNP + LEOCH o bien la cirugía
abierta. Las cuatro modalidades son aceptadas en
la actualidad. En la mayoría de los pacientes, la NLP
debe ser la primera línea de tratamiento, seguida de
LEOCH. Los abordajes múltiples con mínima invasión han demostrado dar mejores resultados y la cirugía abierta se debe limitar a los pacientes en los
que no sea posible aplicar la NLP y/o LEOCH.
En la sección de urología del Hospital Central
Militar se ha desarrollado y aplicado, en los últimos
10 años, un protocolo de tratamiento para la litiasis
renal, en el que se considera como indicaciones para
la NLP los cálculos mayores de 3 cm, ya sean simples
271 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276
Figura 6. Número de procedimiento por médico especialista, después de haber concluido su entrenamiento, en donde se encuentran, de izquierda a derecha, por antigüedad, y donde se muestra
que no todos completan su curva de aprendizaje y que los menos
antiguos realizan en promedio un procedimiento por mes.
o complejos, o aquellos casos en los que ha fallado
el tratamiento con LEOCH después de tres sesiones
y en los que la masa calculosa ha disminuido menos
del 50% (figura 7). Otra indicación para cirugía percutánea es el antecedente de cirugía renal previa, por
lo general una nefrolitotomía abierta. Varios estudios
han demostrado que el procedimiento en estos pacientes es seguro, pero se ha encontrado una mayor
morbilidad sobre todo por el sangrado y la infección
posoperatoria16 en pacientes con antecedentes de cirugía previa.
El primer paso para el éxito de una NLP es crear
un tracto adecuado, que sea lo menos traumático
posible, a través de un cáliz. Probablemente, lo más
importante es elegir el cáliz apropiado para tener un
mejor acceso a la mayor masa calculosa a través de
él; o bien, tener acceso a otros sitios anatómicos que
se requieran, como es la unión UP. Cuando se trata
de cálculos coraliformes o complejos, se debe realizar
más de un tracto, o bien punciones de los cálices superiores. Al inicio de esta serie hubo complicaciones
pulmonares en tres pacientes, por lo que se abandonó el acceso del polo superior y hasta hace un par de
años, se retomó esta vía de abordaje por vía subcostal
con mejores resultados. En análisis recientes de diferentes series (tabla 2) se observa que el abordaje del
polo superior del riñón es más eficaz cuando se realiza por vía supracostal, ya sea en el espacio intercostal
11 o el 10, pero tiene un índice de complicaciones de 7
a 15%, mientras que cuando el abordaje se hace subcostal, el índice de complicaciones pulmonares puede disminuir por debajo de 5%. Todos estos pacientes
son manejados con colocación de sonda pleural. Se
recomienda que este procedimiento se realice con
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
Figura 7. Flujograma que muestra el protocolo de manejo de la litiasis renal en la sección de urología del Hospital Central Militar.
DIAGNÓSTICO DE LITIASIS RENAL
MENOR 3CM
MAYOR 3CM
LEOCH
(4000-5000 impactos 17kv)
3 sesiones / valoración Rx
Frag > 50%
Dilatación de cavidades
(Urograma excretor y/o USG)
Frag < 50%
SI
LEOCH
NO
Nefrolitotomía percutánea
NLP
anestesia general para realizar la punción cuando
el paciente se encuentre en espiración forzada, con
elevación del diafragma, para disminuir el riesgo de
lesión pleural.
El mejor método para evaluar la litiasis residual, después de un procedimiento percutaneo,
es la tomografía axial computarizada helicoidal.21
Con este método los casos se clasifican como libres
de enfermedad, con litiasis no significativa (menor de 3 mm), los que requieren un tratamiento
complementario con LEOCH y los que necesitan
una segunda sesión de NLP. En un estudio de 124
procedimientos, el doctor Fuchs encontró 59% de
intervenidos libres de cálculos, 17% con litos no
significativos, 6% que requirieron un tratamiento
complementario con LEOCH y 19% una segunda
sesión de NLP. El doctor Conlin, de la Universidad
de Oregon, también señala que la tomografía helicoidal es mejor que una segunda nefroscopia para
la búsqueda de litiasis residual y, de ser necesario,
permite planear un segundo abordaje.
Cirugía abierta
+ Pielolitotomía
+ Anatrófica
LEOCH
El tratamiento de la litiasis renal ha cambiado
radicalmente en las últimas dos décadas: primero
con la introducción de la LEOCH, con la aparición
de instrumentos y técnicas de endourología y con
el desarrollo de nuevos litotritores. En la actualidad, las opciones de tratamiento de la litiasis renal
son la LEOCH, la cirugía endoscópica o NLP con
litotripsia intracorpórea y, para casos más selectivos o en combinación con las anteriores, la cirugía
abierta (tabla 3).
La LEOCH constituye el tratamiento de elección
para más de la mitad de los casos de litiasis renal.
Sin embargo, el éxito de este tratamiento depende
fundamentalmente de la adecuada selección de los
pacientes, aun en forma independiente del tipo de
litotritor con que se cuente.
Para dicha selección se consideran los siguientes factores:
1. Los límites del cálculo: los litos con un diámetro
menor a 3 cm, tienen una mejor respuesta a la LEO-
Tabla 2. Abordaje percutáneo del polo superior
Punción
Subcostal (n) Supracostal (n)
Lojanapiwat y cols.17
Munver y cols.18
Muzrakchi y cols.19
Lallas y cols.20
294
142
-
170
98
102
120
Éxito
Subcostal (%) Supracostal (%)
77.2
-
82.4
79.5
79.5
-
Complicaciones
Subcostal (%) Supracostal (%)
1.4%
0.2
-
15.3
7.1
9.8
3.3
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276 272
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
Tabla 3. Opciones de tratamiento de la litiasis renal (Fuchs GT y
cols. Texbook of Endourology, 1996.)
Tratamiento de la litiasis renal
70%
LEOCH como monoterapia
15%
LEOCH + NLP
15%
NLP a/b cirugía abierta
1-3%
Cirugía abierta como monoterapia
CH, para los mayores se recomienda tratamiento
combinado con NLP, o para los cálculos residuales
del procedimiento inicial, cirugía abierta en combinación con LEOCH.
2. La localización intrarrenal del cálculo es importante, de tal forma que los cálculos que se encuentran en la pelvis renal tienen una mejor respuesta
a la LEOCH que los que se encuentran en los cálices. Los cálculos caliceales de los grupos inferiores
dependen de la anatomía de los infundíbulos para
el adecuado drenaje de los fragmentos, de tal manera que cuando el infundíbulo es largo, mayor de
4 mm, y con un ángulo mayor de 90°, no se recomienda la LEOCH como tratamiento inicial, sino la
NLP o bien ureteroscopia flexible.
3. La composición del cálculo también desempeñan un papel importante. Los cálculos de cistina
y ácido úrico, además de ser radiolúcidos y constituir un problema para la adecuada colocación del
o los cañones del aparato de LEOCH, tienen una
consistencia es muy dura y requieren de una alta
cantidad de energía y de impactos para su fragmentación.
4. La anatomía renal es importante, en relación a
la anatomía de los infundíbulos, sobre todo en la
situación de litiasis de los cálices inferiores de la
unión UP, en función del adecuado drenaje de los
fragmentos y en general del riñón, en particular en
pacientes con anomalías congénitas como riñón
en herradura, donde la NLP puede ser más difícil
debido a la malrotación del órgano y las modificaciones vasculares que puede tener. La posición
anómala del riñón puede comprometer órganos
vecinos al dirigir las ondas de choque.
273 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276
Un factor importante en la selección del paciente y anatomía renal es la dilatación de las cavidades.
Cuando no existe dilatación el acceso percutáneo
al riñón es difícil, aun en manos expertas, y para
fines prácticos lo podemos considerar como una
contraindicación para la NLP.
5. Las enfermedades concomitantes, sobre todo
aquellas en relación con la función renal previa
al tratamiento, también son relevantes. Si bien es
cierto que en la formación de un tracto percutáneo
se puede perder hasta 1% de las nefronas, esto es
menor que el daño que ocasiona la nefritis poslitotripsia que se presenta en los pacientes sometidos
a LEOCH y que ocasiona una alteración en la filtración glomerular por daño vascular y parenquimatoso, debido a la energía absorbida por las ondas de
choque que atraviesan el parénquima renal.
6. La complexión del paciente es importante, pues
en los obesos al apuntar los cañones del litotritor,
el aumento de la distancia en los focos y la interfase hacen que la LEOCH tenga menor éxito. Por otra
parte, la NLP también es difícil, pues las camisas
convencionales pueden quedar cortas. Es probable
que, en estas condiciones, una buena opción sea la
ureteroscopia flexible, lo que depende del tamaño
del cálculo, o la cirugía abierta.
La nefrostomía percutanea uni o bilateral (más
frecuente) para el manejo paliativo de los padecimientos oncológicos que producen obstrucción
distal del aparato genitourinario ha sido motivo
de controversia, tanto desde el punto de vista técnico como ético. La finalidad de la cirugía percutánea en estos pacientes es el alivio de la estenosis
del o de los uréteres debida a la neoplasia de base,
siempre con la finalidad de conservar la función
renal y evitar el dolor.22 El doctor Garzón, en Colombia,23 refiere que estas derivaciones en pacientes con cáncer cérvicouterino (CaCu) activo son
controvertidas y deben ser individualizadas en
cada caso, por el alto número de complicaciones
que estas pacientes presentan. En su grupo de 106
participantes, 37 con cáncer localmente avanzado de diagnóstico reciente y 69 con progresión,
encontró 90% con insuficiencia renal, 13.2% con
sangrado después de la derivación, 26% con trastornos electrolíticos, 12% con abscesos renales y
13% con infección en el sitio de la punción.
Kul y cols.24 hicieron una comparación entre la
colocación de sondas de nefrostomía o la de una
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
derivación interna con catéter doble J, en pacientes con tumores malignos avanzados que provocaban obstrucción urinaria distal. Encontraron
que el número de casos de pielonefritis que se
presentaron en ambos grupos no era significativamente diferente: 10% en el grupo de derivación
interna y 15% en los pacientes de nefrostomía
percutanea. La falla en la derivación fue mayor en
los pacientes con derivación interna (11.8%, 8 de
68, en comparación 1.3%, 1 de 80).
En nuestra serie, la mayoría de los pacientes
eran mujeres y en muchas de ellas la obstrucción
se debió a CaCu. En los varones, la causa fue cáncer de próstata. En ambos géneros, las neoplasias
obstruyen la vía urinaria por infiltración del piso
vesical, a nivel del trígono, lo que hace prácticamente imposible la colocación de un catéter doble
J por vía retrograda. Los pacientes con estos procesos malignos, con actividad tumoral y a quienes
se les colocó catéter doble J por vía anterograda o
retrograda, tuvieron falla de la derivación, debido
a que el crecimiento tumoral obstruyó la luz del
catéter a las cuatro a seis semanas siguientes a su
colocación. Por este motivo se prefirió la derivación externa con catéter de cola de cochino 10 a
14 Fr, procedimiento que se realiza en un tiempo
promedio de 15 minutos por lado y con anestesia
local. El doctor Richter y cols.22 realizaron un estudio comparativo en 127 pacientes con estenosis de
uréter, secundaria a un proceso maligno, entre la
dilatación con balón y colocación de una prótesis
interna o un catéter, la ureterectomía o la colocación de una sonda de nefrostomía. Encontraron
que la dilatación con balón fue efectiva durante
dos años en cinco de 10 pacientes. Todos los participantes que fueron sometidos a endoureterectomía presentaron falla del tratamiento. Cuando se
empleó sonda de nefrostomía, 58% de los pacientes tuvieron su drenaje adecuado por lo siguientes
dos años.
De acuerdo con diferentes series25-6 se pueden presentar complicaciones en 4 a 34% de los
procedimientos efectuados. En nuestra serie, la
más frecuente fue fiebre posoperatoria en 24.8%
de los casos y dos pacientes presentaron datos
de choque séptico. Rao y col.27 informan que la
frecuencia de fiebre después de la manipulación
endourológica del aparato urinario superior varía
de 24 a 74%, incluyendo pacientes sometidos a
cirugía percutánea y LEOCH. Sólo los que fueron
sometidos a cirugía percutanea presentaron fiebre posoperatoria en 37% de los casos (10/27) y
se relaciona con la presencia de endotoxinas en
el paciente. Por esta razón es imperativo el uso de
antibióticos en el preoperatorio y durante la inducción de la anestesia.27-29
La segunda complicación más frecuentemente observada es la laceración o perforación de las
cavidades renales durante la nefroscopia, con el
sangrado subsiguiente y la necesidad de hemotransfusión. El 10% de hemorragia importante
requiere hemotransfusión y nefrectomía y 1%, embolización selectiva.30 El doctor A. Smith,31 en una
revisión de 2200 cirugías percutáneas informó sangrado posoperatorio importante en 17 pacientes,
de los cuales 90% fueron controlados con embolización selectiva. La necesidad de hemotransfusión
en la cirugía percutánea varía de 1 a 11% en las
diferentes series. El sangrado que aparece durante
la dilatación, por lo general se controla con la colocación de una camisa más gruesa. Si hay sangrado
excesivo durante la nefroscopia, esto se debe a una
selección inadecuada del sitio de punción o a la
manipulación. Como lo refieren los doctores Smith
y Clayman,31,32 el primer paso a seguir cuando esta
es una situación grave en el transoperatorio es la
colocación de una sonda, nefrostomía y tracción
del globo sobre el tracto, con lo que se consigue
controlar la mayoría de las hemorragias; en caso
contrario se realiza embolización selectiva del riñón. De 24% de pacientes con sangrado y dolor,
menos de 1% requiere cirugía abierta. El sangrado
masivo por lesión vascular del hilio renal es raro.
Smith también ha descrito33 sangrado masivo en
cinco casos, manejados inicialmente con la colocación de un balón, de los cuales dos presentaron
nuevamente hemorragia.
CONCLUSIONES
La cirugía percutánea renal es un procedimiento
seguro, con baja morbimortalidad, pero que requiere ser manejada por un especialista que haya
recibido entrenamiento en un centro de concentración de pacientes. Aun así, se debe considerar
que no todos los urólogos capacitados en estos
centros continúan desarrollando estas habilidades
para completar su curva de aprendizaje.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276 274
Ricardez-Espinosa AA y cols. Cirugía percutánea en el Hospital Central Militar
La cirugía percutánea tiene un papel bien definido en el manejo de algunas patologías como el
tratamiento de los cálculos renales mayores de 3
cm o coraliformes, en donde es el procedimiento
de primera elección. En el manejo de otras entidades, como las estenosis UP, esta técnica compite con otras de mínima invasión como la cirugía
laparoscópica y/o la robótica. La selección adecuada del sitio de punción (cáliz) y la dilatación
son los principales factores para evitar complicaciones.
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Rev Mex Urol 2006; 66(6): 266-276 276
ARTÍCULO ORIGINAL
Evolución de la nefrectomía radical vs cirugía
preservadora de nefronas en el carcinoma
de células renales
Farfán Chávez F.A., Pedro Silva I., Matos Lobaina E., García García A.,
Bautista Maldonado J.
RESUMEN
SUMMARY
Antecedentes. La nefrectomía radical (NR) es la referencia en el tratamiento curativo del carcinoma
de células renales (CCR) localizado; sin embargo, la
cirugía preservadora de nefronas (CPN) está ganando adeptos.
Objetivos. Comparar la evolución de la NR con la
CPN en el CCR T1N0M0.
Material y método. Se realizó un estudio descriptivo,
en el periodo de enero de 2000 a diciembre de 2005.
Criterios de inclusión. NR:T1 que afecte el sistema
excretor. CPN: Opcional, T1aN0M0. Aconsejable
enfermedades genéticas. Obligada, monorrenos y
tumor bilateral.
Resultados. Se realizaron 20 NR y 12 CPN con resultado histológico de células claras 17-10. Papilar 1-0. Cromófobo 2-0 y Oncocitoma 0-2, grado
nuclear Fuhrman I de 10-8 y II de 7-2 para NR y
CPN, respectivamente. Promedio de edad: 54.5
años. Más frecuente el lado derecho y de localización central. Tamaño medio de 5.8 cm en NR y 3.3
cm para CPN. No hubo complicaciones. Tiempo
quirúrgico NR, de dos horas 20 minutos y en CPN,
Antecedents. The radical nefrectomy (NR) it is
1 Servicio de Urología. Hospital Clínico Quirúrgico “Hermanos
Ameijeiras”. La Habana, Cuba.
Correspondencia: Calle 4 #462 entre 21 y 19 Vedado. CP 10400.
La Habana, Cuba. Correo electrónico: albaro.farfan@infomed.
sld.cu
Abreviaturas
277 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 277-282
the reference in the healing treatment of the
carcinoma of renal cells (CCR) located, however the conservative surgery (CPN) this winning bigger followers.
Objectives. We realize sectional cross study to
compare the evolution of the NR with the CPN
in the CCR T1N0M0.
Material and Method. Period of January of 2000
to December of 2005.
Inclusion approaches. NR: T1 that affects the
excretor system. CPN: Optional, T1aN0M0 Advisable genetic illnesses. Forced, monorrenos
and bilateral tumor.
Results. 20 NR and 12 CPN were carried out with
having been histology of clear cells 17-10. papilar 1-0. Cromófobo 2-0 and Oncocitoma 0-2, nuclear grade Fuhrman I of 10-8 and II of 7-2 for NR
and CPN respectively. Age average 54.5 years. But
it frequents right side and of central localization.
Half size of 5.8 cm in NR and 3.3 cm for CPN.
There were not complications. Surgical time NR
• CCR: Carcinoma de células renales
• CPN: Cirugía preservadora de nefronas
• NR: Nefrectomia radical
Soria Fernández G y cols. Nefrectomía radical vs cirugía preservadora de nefronas
dos horas 40 minutos. La estadía hospitalaria fue
de cinco días con una sobrevida libre de enfermedad para cinco años del 100%.
Discusión. El diagnóstico inicial determina que la
cirugía sea el tratamiento curativo de elección, el
tamaño es controversial en la CPN, el tipo histológico es un factor pronóstico.
Conclusiones. Tanto la NR como la CPN tienen
una sobrevida del 100% libre de enfermedad a los
cinco años, estableciéndose esta última como la
opción de referencia.
of 2 hours 20 minutes and in CPN 2 hours 40 minutes. The hospital demurrage of 5 days with a
survival free of illness for 5 years of 100%.
Discussion. The precocious diagnosis determines that the surgery is the healing treatment
of election, the size it is controversial in the
CPN, the histological type is a factor presage.
Conclusions. As much the NR as the CPN have
a survival from 100% free of illness to the 5
years, settling down this last one as the reference option.
Palabras claves: Carcinoma de células renales,
cirugía preservadora de nefronas, nefrectomía
radical.
Keywords: Carcinoma of renal cell, surgery con-
servative, radical nefrectomy.
INTRODUCCIÓN
El carcinoma de células renales constituye el 85%
de todos los tumores primarios de riñón, con un
aumento anual progresivo de nuevos casos, debido al incremento en la detección de la masa renal
incidental en 25 a 40% mediante ultrasonido, lo
cual constituye el tumor del radiologista. De esta
manera, la edad de presentación ha ido disminuyendo y el diagnóstico se hace en estadios más
tempranos.1-3,8 Por tanto, la presentación de la triada clásica del tumor del internista es infrecuente,
cuando se encuentra hematuria, en un 10%, como
signo inicial.1 Por otra parte, debemos considerar
que el desarrollo de los estudios genéticos permite
identificar afecciones genéticas relacionadas con
carcinoma de células renales con un comportamiento multicéntrico y bilateral, casos en los que
es obligada la indicación de tratamiento quirúrgico conservador.4,5
La sobrevida del carcinoma de células renales
está dada por el estadio, el subtipo histológico y
el grado nuclear de Furhman, que son los factores
predictivos: a menor estadio mayor supervivencia. La diferenciación sarcomatoide y el subtipo
de células de conductos colectores se relacionan
con pronóstico desfavorable. En cuanto al grado
nuclear, la supervivencia es inversamente proporcional al grado.2,6,7
Con estos antecedentes, la cirugía sigue siendo
la piedra fundamental del tratamiento curativo, con
el objetivo de extirpar la totalidad del tumor con un
borde quirúrgico adecuado. En 1969, Robson estableció la nefrectomía radical como el estándar de
referencia para la curación del carcinoma de células
renales localizado, con un porcentaje de sobrevida
muy elevado. Sin embargo, desde la primera cirugía
preservadora de nefronas que fue descrita por Czerny, en 1890, esta intervención se vio limitada por el
índice de morbilidad asociado. No obstante, Vermooten, en 1950, sugirió que estas neoplasias se
pueden resecar en forma local dejando un margen
de parénquima normal alrededor del tumor, lo que
disminuye la morbilidad consecuente. En las últimas décadas, con la determinación de las indicaciones precisas, este procedimiento ha ido ganando
adeptos hasta constituir una alternativa de tratamiento, sobre todo en enfermedades renales que se
relacionan con trastornos genéticos, pacientes monorrenos o con afección del riñón contralateral.1,9,10
En el protocolo de actuación de los tumores sólidos de riñón del servicio se realizan los dos procedimientos. La mayor presentación del carcinoma
de células renales nos ha motivado a contemporizar la evolución de estos dos procederes en esta patología en un estadio temprano.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 277-282 278
Soria Fernández G y cols. Nefrectomía radical vs cirugía preservadora de nefronas
OBJETIVOS
CRITERIOS DE INCLUSIÓN
Comparar la evolución de la nefrectomía radical
con la cirugía preservadora de neuronas en casos
de carcinoma de células renales en estadio temprano T1N0M0.
Específicos
1. Identificar el grupo etáreo de pacientes a tratar.
2. Determinar la localización de presentación y los
subtipos histológicos.
3. Evaluar los resultados de estos procedimientos
con relación a las complicaciones, tiempo quirúrgico, días de hospitalización y sobrevida a
cinco años.
Nefrectomía radical
1. Estadio T1 tumor menor de 7 cm intraparenquimatoso, que no tenga localización periférica o
que afecte el sistema excretor renal. N0 sin adenopatías y M0 sin metástasis.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realizó un estudio descriptivo para comparar dos
grupos de pacientes. Se revisaron los expedientes de
enfermos con carcinoma de células renales en estadio T1N0M0, intervenidos en el servicio de urología
del Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, durante el periodo de enero de 2000 a diciembre
de 2005.
Debemos establecer que la nefrectomía radical
comprende:11
1. Ligadura temprana de la arteria y la vena renal.
2. Extirpación del riñón por fuera de la fascia de
Gerota.
3. Extirpación de la glándula suprarrenal homolateral.
4. Linfadenectomía desde el pilar del diafragma
hasta la bifurcación aórtica.
Estos dos últimos puntos son controversiales.
La variedad de técnicas quirúrgicas para la cirugía preservadora de nefronas son:
1.
2.
3.
4.
5.
Enucleación simple.
Nefrectomía segmentaria polar.
Resección en cuña.
Resección transversa.
Nefrectomía parcial extracorpórea con autotrasplante renal.
Las tres primeras variedades son las más utilizadas
en el servicio.
279 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 277-282
Cirugía preservadora de nefronas: 9,12,13
1. Opcional, pacientes jóvenes con tumores de fácil acceso quirúrgico y parénquima residual viable y estadio T1a, tumor menor de 4 cm. N0M0.
2. Aconsejable, con diagnóstico dudoso sobre el
tumor y cuando se relaciona con enfermedades
genéticas o sistémicas que pueden predisponer
a insuficiencia renal T1a-bN0M0.
3. Obligada, pacientes monorrenos, bilateralidad
del tumor y estadio T1a-b N0M0.
CRITERIOS DE EXCLUSIÓN
Cualquier T con adenopatía o metástasis.
Todos los pacientes fueron estudiados mediante
ultrasonido abdominal, TAC simple y con contraste
y radiografía de tórax.
Para el análisis se emplearon las siguientes variables:
• Sexo
• Edad
• Lado afectado del riñón
• Localización del tumor
• Tamaño del tumor
• Grado histológico del tumor
• Complicaciones
• Tiempo quirúrgico
• Días de hospitalización
El seguimiento se realizó de manera trimestral
con evaluación clínica, de laboratorio y ultrasonográfica abdominal, el primer año y, luego, cada seis
meses hasta completar cinco años.
RESULTADOS
En el periodo establecido de cinco años se intervinieron 32 pacientes con resultado histológico de carcinoma de células renales, en quienes se realizaron
Soria Fernández G y cols. Nefrectomía radical vs cirugía preservadora de nefronas
20 nefrectomías radicales y 12 cirugías conservadoras de neuronas, cuatro de éstas mediante
resección segmentaria polar inferior, seis por enucleación y dos resecciones en cuña.
El sexo que predominó fue el masculino con 17
casos, lo que hace un 53%, con edades entre 37 y 72
años y una media de 54.5 años.
En 21 pacientes (65.6 %), el lado afectado fue
el derecho. Las localizaciones más frecuentes de
la nefrectomía radical fueron la parte media anterior, que se hizo en 18 (90%) de ellos, y el polo
superior, en dos (10%). Para la cirugía preservadora de neuronas, éstas fueron en el polo inferior
en cuatro (33.3%) casos y en cara anterior hacia el
borde externo en ocho (66.7%).
Los tipos histológicos más frecuentes fueron el
de células claras con 84.4%, oncocitoma y cromófobo con 6.2% y papilar con 3.2% (tabla 1). El grado
nuclear de Fuhrman se presentó en 62.5% en el
grado I y en 37.5% en el grado II (tabla 2).
El tamaño en la nefrectomía radical osciló entre
4 a 7 cm, con una media de 5.8 cm, mientras que en
la cirugía preservadora de nefronas las cifras fueron de 2 a 5 cm, con una media de 3.3 cm.
No se presentaron complicaciones transoperatorias en ninguno de los procedimientos.
El tiempo quirúrgico promedio empleado en la
nefrectomía radical fue de dos horas 20 minutos y
en la cirugía conservadora de nefronas de dos horas 40 minutos.
Tabla 1. Tipo histológico
Tipo
NR
CPN
%
Células claras
17
10
84.4
Papilar
1
0
3.2
Cromófobo
2
0
6.2
Oncocitoma
0
2
6.2
Total
20
12
100.0
n = 36
NR: nefrectomía radical. CPN: cirugía preservadora de nefronas.
Fuente: Hospital Hermanos Ameijeiras.
Tabla 2. Distribución grado nuclear de Furhman
Grado
NR
CPN
%
I
12
8
62.5
II
8
4
37.5
Total
20
12
100
n = 36
NR: nefrectomía radical. CPN: cirugía preservadora de nefronas.
Fuente: Hospital Hermanos Ameijeiras.
La media de la estadía postoperatoria fue, con
ambos procedimientos, de cinco días.
Durante el seguimiento de cinco años no hubo
recidivas, la sobrevida libre de enfermedad fue de
del 100%.
DISCUSIÓN
El carcinoma de células renales es el más mortal de
todos los cánceres urológicos. Tradicionalmente se
informa que 40% de pacientes fallecen como consecuencia del tumor.1,9
En la actualidad, el ultrasonido constituye un
método de escrutinio para el hallazgo incidental de
tumores en el riñón, lo que permite que la edad de
presentación, que de manera clásica se ha mencionado en la literatura era entre la sexta y séptima
década, en la actualidad se esté modificando a edades más tempranas, con lo que aumenta la detección de nuevos casos al año (32,400 en Estados
Unidos); no obstante, el rango de mortalidad no ha
disminuido (en Estados Unidos, en el año 2000 se
informaron 11,900 muertes y, en el 2001, 12,800).8,9
En varones se presenta con más frecuencia, con
una relación de 3:2, respecto a mujeres.
El comportamiento local agresivo del carcinoma de células renales es habitual y puede manifestarse de diferentes maneras. Aun cuando no
existen criterios histológicos o ultraestructurales
fiables para establecer esta agresividad, se plantea
que el subtipo histológico es un factor pronóstico que afecta el riesgo de metástasis y determina
que la variedad de células claras sea la de presentación más frecuente y la de mejor pronóstico.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 277-282 280
Soria Fernández G y cols. Nefrectomía radical vs cirugía preservadora de nefronas
Por el contrario, la variedad papilar tiene una incidencia aumentada de multicentrismo y se relaciona con enfermedades genéticas y mal pronóstico.
En la actualidad, el comportamiento de los oncocitomas está variando y, de acuerdo con esto y con
la diferenciación celular, se han subclasificado en
alto y bajo grado, aunque ello no ensombrece el
pronóstico del adenocarcinoma.9,14,16
El tamaño del tumor es un factor pronóstico
que influye en el riesgo de recurrencia local; sin
embargo, el límite de margen ha ido variando con
el desarrollo de nuevas técnicas en la cirugía preservadora de neuronas. De esta manera, en sus investigaciones, Thrasher no encontró incremento
del índice de recurrencia en pacientes con lesiones de entre 4 y 7 cm, con enfermedad renal preexistente, tumor bilateral o riñón solitario, en los
que los logros de este procedimiento son claros.
No obstante, en pacientes con riñón contralateral
normal se pueden contemporizar estos beneficios
con base en la individualización, enfocando la
edad, longevidad, comorbilidad y consentimiento
del mismo. Asimismo, debemos resaltar que en los
tumores menores de 3 cm, que debutan de forma
asintomática, la observación constituye una variante terapéutica.9,17,19
El tiempo quirúrgico empleado por estos procedimientos es similar; sin embargo, cabe señalar que la experiencia en la cirugía preservadora
de nefronas permite determinar que en tumores
periféricos no es necesario tener control vascular, con lo cual disminuye el tiempo quirúrgico, y
permite que el rango de complicaciones también
sea menor. La estancia intrahospitalaria es corta y
así permite al paciente una pronta rehabilitación
y reincorporación a sus actividades. Es necesario
mencionar, además, que la vía laparoscópica en
este tipo de cirugía actualmente está cobrando
gran auge.15
El índice de supervivencia en estadios tempranos es curativa, lo que concuerda con gran parte de
la bibliografía revisada en que ésta oscila entre 94 y
100% libre de enfermedad a los cinco años.9,17,18,19
CONCLUSIONES
La nefrectomía radical y la cirugía preservadora de
nefronas constituyen las opciones de tratamiento
281 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 277-282
curativo del carcinoma de células renales en estadio temprano, con altos índices de sobrevida libre
de enfermedad a los cinco años. La cirugía preservadora de nefronas se ha establecido como la opción de referencia.
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sparing surgery for renal cell carcinoma and von Hippel-Lindau’s disease: a single center experience. J
Urol. 2003;170:1752-5.
19. Carini M, Minervini A, Lapini A, Masieri L, Serni S.
Simple enucleation for the treatment of renal cell carcinoma between 4 and 7 cm in greatest dimension:
progression and long-term survival. J Urol. 2006;
175:2022-6.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 277-282 282
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Consenso mexicano de salud ósea
del paciente con cáncer de próstata
Jiménez Ríos M.Á.,1 Aragón Tovar A.R.,2 Carvajal García R.,3 Chan Navarro C.A.,4 Cortés
Betancourt R.,5 De Silva Gutiérrez A.,6 Hernández Toriz N.,9 Farías Murguía A.,7 Flores Guerrero A.,8 Hinojosa Gómez J.,10 Nolasco Muñoz R.,11 Serrano Brambila E.,12 Solares Sánchez
M.E.,13 y Tokunaga Fujigaki J.14
RESUMEN
SUMMARY
Un grupo de especialistas mexicanos, expertos en el
tratamiento del cáncer de próstata, identificaron la
necesidad de uniformar los criterios de complicaciones óseas relacionadas con dicho padecimiento.
Con el objetivo de ofrecer recomendaciones a la comunidad médica nacional, sobre el manejo eficaz y
uniforme de la salud ósea del paciente con cáncer
de próstata, llevaron a cabo una reunión de consenso, de la que emanó el presente documento.
El presente trabajo ofrece una visión comprehensiva de la enfermedad, destacando los aspectos
epidemiológicos, la historia natural del padecimiento, la fisiología del recambio óseo y de las
metástasis óseas, además del impacto económico
y social de esta complicación. Los lineamientos
A group of Mexican specialists on prostate cancer
treatment identified the lack of uniformity in the
criteria about the bone complications related to
prostate cancer and their management. Willing to
offer new and updated guidelines and criteria to
the national physicians community for an effective and standard management of the bone health
problems in patients with prostate cancer, these
specialists gathered in a consensus meeting, which produced the next document. This work offers a
comprehensive view of this neoplasia, highlighting
the epidemiological issues as well as the disease’s
natural history, the bone turn-over and metastatic physiology, and the economical & social impact
from these complications. The guidelines suggest
1. Jefe del Departamento de Urología del INCan, Av. San Fernando no. 22 col. Sección XVI, Delegación Tlalpan. 2. Servicio de Urología, Centro Médico Nacional de Especialidades núm. 25, IMSS.
3. Hospital Regional Dr. Gómez Farias “ISSSTE”, Av. Soledad Orozco núm. 203, Col. Centro Zapopan, Jal. 4. Aguamarina núm. 2676,
Col. Bosques de la Victoria, P. 44540 Guadalajara, Jal. 5. Hospital
de Especialidades del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre,
ISSSTE, Edif. A área de Hospitales 3er piso, Jefatura del Servicio
de Urología 6. Jefe de servicio de Urología, Hospital de Alta Especialidad “Dr. Juan Graham Casasús”,. Villahermosa Tabasco Secretaría de Salud, Gregorio Méndez 2885, Col. Tamulte Villa
Hermosa, Tabasco. 7. Hospital Torre Médica, Av. Reforma núm.
56-307, Col. Games, Edif. Torre Médica, CP 36650, Irapuato, Guanajuato. 8. Hidalgo núm. 327-4º piso, Col. Centro, CP 37000 León,
Gto. 9. CMN Siglo XXI, Servicio de Urología, Av. Cuauhtémoc 330,
Col. Doctores. 10. INCan. Instituto Nacional de Cancerología, Av.
San Fernando núm. 22 col. Sección XVI, Delegación Tlalpan. 11.
Hospital Médica Campestre, Calle Lunik 104 esq. Manantial, Col.
Villa de Moral, C.P. 37160 León, Guanajuato. 12. Hospital de Especialidades del CMN Siglo XXI. 13. INCan. Instituto Nacional de
Cancerología, Av. San Fernando núm. 22, Col. Sección XVI, Delegación Tlalpan. Depto. Urología. 14. CM Excel, Paseo de los Héroes 2507, Zona Río, C.P. 22320 Tijuana, BCN.
283 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
Correspondecia: Dr. Miguel Ángel Jiménez Ríos, Jefe del Departamento de Urología del INCan, Av. San Fernando núm. 22 col.
Sección XVI, Delegación Tlalpan.
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
sugieren criterios de prevención de las metástasis
óseas, así como su manejo hormonal, médico y radioterapéutico.
criteria for prevention of bone metastases, as well as
advice on their hormonal, medical and radio-therapeutic management.
Palabras clave: metástasis óseas, eventos relacionados con el esqueleto.
Keywords: Bone metastases, skeletal related events.
ANTECEDENTES
Contar con una visión general, actualizada y estandarizada de los conceptos involucrados con la salud ósea del paciente con cáncer de próstata (CaP),
es de gran importancia para los especialistas que
atienden este tipo de enfermedad. El paciente con
cáncer de próstata presenta alteraciones de salud
ósea por dos motivos: uno es la infiltración ósea
metastásica y otro, la pérdida de la densidad mineral ósea, secundaria al tratamiento con bloqueo
androgénico. Esta última situación es pobremente
calculada, diagnosticada y tratada en detrimento de la calidad de vida de los pacientes y de los
principios fármaco-económicos.1 Aunque hoy se
tiene más conocimiento sobre fisiopatología metastásica, existen lagunas, por lo que se mantiene
la búsqueda de mejores opciones para controlar
y prevenir el desarrollo de las metástasis, tanto en
cáncer de próstata como en otras neoplasias donde se observan índices importantes de metástasis,
como en el cáncer mamario y el mieloma múltiple
(MM). Las diferencias y similitudes entre el CaP y
otras neoplasias, motivaron su estudio como una
entidad oncológica independiente.
El tratamiento del CaP es tan importante como
su diagnóstico oportuno, y éste depende de la información que brinden los sistemas de salud a la
sociedad. Hoy en día es posible valerse de los medios de comunicación para informar de diversas
maneras a la población. Como se sabe, desde la
Abreviaturas
• CaP: cáncer de próstata
• EREs: Eventos relacionados con el esqueleto
• HCM: Hipercalcemia maligna
• NTX: Telopéptido N
• CTX: Telopéptido C
perspectiva histórica y sociocultural, el diagnóstico y tratamiento del CaP ha tenido que ir contra la
corriente, pues una de las pruebas diagnósticas –
exploración rectal digital– no es aceptado por completo por los varones mayores de 40 años de edad,
además no se cuenta con difusión y programas de
detección oportuna lo que retrasa el diagnóstico
de este padecimiento. Hoy, la combinación del antígeno prostático específico [APE] y el tacto rectal
se realizan con más frecuencia. De esta manera, se
esperan más diagnósticos oportunos.
El CaP es un problema de salud pública mundial, que afecta principalmente a la población
masculina > 40 años. Una proporción muy importante de pacientes con CaP desarrolla metástasis óseas. Las metástasis y otros problemas a
nivel óseo propios del proceso de malignidad (hipercalcemia maligna [HCM], resorción, pérdida
de densidad mineral ósea, dolor, fracturas patológicas) forman parte del concepto del daño óseo
relacionado con la enfermedad, y se les reconoce como eventos relacionados con el esqueleto
(EREs), los cuales son muy comunes en cáncer de
próstata. Éstos complican significativamente el
cuadro clínico y en consecuencia, el manejo del
paciente con cáncer.
Epidemiología del cáncer de próstata
En Estados Unidos, el CaP es el tumor maligno
diagnosticado con más frecuencia y representa
el tercer lugar como causa de muerte por cáncer
en el hombre.2 En 2004, en ese país se diagnosticaron 230,110 nuevos casos y 29,900 pacientes
murieron por la enfermedad.
El Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas en México, informó que durante 2002, fallecieron
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297 284
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
58,612 personas por cáncer, lo que corresponde
a 12.7% del total de las defunciones en el año. El
49% de estas muertes ocurrió en hombres, siendo
el grupo de edad de 65 y más años, el que presentó
el índice más alto (633.9 por 100 mil habitantes).
El cáncer de próstata tuvo un índice de mortalidad de 17.9 por 100 mil habitantes seguido por
el de bronquios y pulmón. El total de muertes por
cáncer de próstata fue de 4,231, lo que corresponde
a 7.22% de muertes por cáncer en el hombre.3
estas complicaciones es prolongado. Los afectados
viven entre 12 y 53 meses. En los últimos 20 años,
la sobrevida a cinco años para todas las etapas del
cáncer de próstata es de 98%; a 10 años de 84% y a
15 años, de 56 por ciento.4,5
Después del diagnóstico y tratamiento de una
enfermedad localizada, hay un promedio de siete
años en que los pacientes pueden presentar recurrencia bioquímica (elevación del APE). Muchos de
estos pacientes reciben tratamiento con bloqueo
androgénico. También los pacientes con enfermedad localmente avanzada y metastásica son tributarios a recibir bloqueo androgénico. Esta terapia es
efectiva y logra disminuir la testosterona a cifras de
castración. El control del cáncer, sin embargo, induce pérdida de la densidad mineral ósea (DMO),
lo que incrementa el riesgo de fracturas.
Antecedentes e historia natural del cáncer
de próstata metastásico
Las metástasis óseas son el sitio más común de extensión en el cáncer de próstata; se considera que
entre 65 y 75% de los pacientes con cáncer avanzado las presentan, siendo los sitios más frecuentes,
columna lumbar, costillas y pelvis. Éstas se relacionan con morbilidad considerable donde el dolor
óseo predomina; otras complicaciones pueden ser:
fracturas patológicas, hipercalcemia y compresión
medular, lo que repercute en la calidad de vida del
paciente. Para su control, es usual que se requieran diversas formas de tratamiento. Después del
diagnóstico, el curso clínico de los pacientes con
Fisiología del recambio óseo
Dentro del proceso de remodelación ósea normal
existe un balance coordinado entre osteoclastos (resorción) y osteoblastos (formación), lo que produce
el cambio de hueso viejo por nuevo. Este proceso
de remodelación ósea es dependiente de concentraciones adecuadas de vitamina D, calcio, fosfato y
también del estrés mecánico.
Figura 1. Interacción de factores de crecimiento
CALCIO
CALCIO
PTH
CALCITONINA
HUESO
RIÑÓN
Liberación inmediata
Ca
Resorción ósea
Vitamina D
activa
HUESO
Resorción ósea
RIÑÓN
Pérdida en orina
Ca y fosfato
INTESTINO
Absorción de Ca
y fosfato
Tomado de: Abrahamsson P. Pathophysiology of bone metastases in prostate
cancer. Eur Urol Suppl. 2004;3:3-9.5
285 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
La resorción ósea se inicia en respuesta a la paratohormona (PTH) y factores
locales como IL-1 e IL-6, los cuales estimulan la actividad de los osteoclastos. La
PTH regula la liberación de calcio y fosfato desde el hueso a la circulación, manteniendo la homeostasis mineral en la
sangre. De esta manera, la secreción de
PTH depende de la concentración sérica
de calcio; cuando éstas se incrementan,
disminuyen las de PTH por retroalimentación negativa.
Después que los osteoclastos degradan el hueso, se liberan factores de crecimiento contenidos en la matriz ósea
como: factor de crecimiento transformante beta (TGF-β) y factor de crecimiento tipo insulina (IGF-II), los cuales,
a su vez, estimulan a los osteoblastos
para reparar al hueso en el sitio de resorción (figura 1).5
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
Fisiopatología de las metástasis óseas
La matriz mineral del hueso es rica en factores de
crecimiento que se liberan durante la resorción
ósea, y proveen un ambiente fértil para las células
tumorales.
En las metástasis óseas, el proceso de remodelación se encuentra alterado debido a un incremento
del metabolismo óseo, que facilita el establecimiento de las metástasis; se considera que el primer paso
es la activación de los osteoclastos que inducen
resorción ósea. La aparición de metástasis puede
retrasarse con ácido zoledrónico, el cual inhibe la
resorción (osteoclastos).7 Una vez que las células
tumorales colonizan la matriz ósea, liberan factores de crecimiento que estimulan los osteoclastos,
los que a través de la resorción, liberan factores de
crecimiento que estimulan las células tumorales
convirtiéndose esto en un ciclo vicioso: osteólisis progresión tumoral dentro del hueso.
Las metástasis se clasifican de acuerdo a su aspecto radiográfico como osteolíticas, osteoblásticas
y mixtas. Las primeras se caracterizan por excesiva
resorción alrededor del sitio del tumor, con escasa formación ósea, y aparecen como áreas locales
de osteopenia severa. Las segundas, se relacionan
con un incremento de la formación de hueso y su
aspecto es esclerótico; son típicas del cáncer de
próstata. En las lesiones osteoblásticas hay mayor
formación de hueso alrededor de los sitios de depósito tumoral que se combina con actividad osteolítica aumentada, y por tanto, con mayor recambio
óseo y pérdida ósea significativa. El exceso de formación ósea causa atrapamiento de calcio dentro
del hueso, lo que hace que los niveles de PTH sean
elevados, es el llamado síndrome de hueso hambriento caracterizado por osteopenia generalizada. El mecanismo de metástasis comienza cuando
las células tumorales penetran la membrana basal
y escapan del tumor primario e invaden los linfáticos o vasos sanguíneos. Subsecuentemente, las
células tumorales proliferan, migran a los capilares
en hueso y, de manera eventual, escapan a la vasculatura por extravasación.5
Empleo de los bisfosfonatos en pacientes
con metástasis óseas por cáncer de próstata
Los bisfosfonatos, análogos de los pirofosfatos, tienen una potente actividad anti-resortiva basada en
la inhibición de la actividad, reclutamiento y diferenciación de los osteoclastos. Inicialmente, eran
medicamentos de elección en el tratamiento de la
hipercalcemia maligna. En algunos estudios clínicos se observaron, en estos fármacos, propiedades
analgésicas, lo que sumado a informes clínicos de
disminución de complicaciones óseas, permitió su
indicación en el manejo de las metástasis osteolíticas. En estudios clínicos subsecuentes con ácido
zoledrónico (el más potente, aminobisfosfonato),
se extendió su uso a tumores con metástasis osteoblásticas.4,6
Existen estudios preclínicos en los que se ha
observado cierta actividad antitumoral. Se cree
que este mecanismo se desarrolla a través de proporcionar un microambiente desfavorable para la
colonización por células tumorales, lo que inhibe
la osteólisis y consecuente liberación de factores
de crecimiento. Asimismo, tiene un mecanismo
antitumoral directo demostrado in vitro al inhibir
la proliferación celular e inducir apoptosis. Finalmente, el ácido zoledrónico ha mostrado cierta actividad antiangiogénica.8
Los pacientes con metástasis óseas tienen mayor riesgo de morbilidad esquelética. En pacientes
con cáncer de próstata hormono-resistente, la incidencia acumulativa de complicaciones esqueléticas es de 30%, con una frecuencia anual de 12%.
Las complicaciones más comunes son deformidad
vertebral y colapso (17.9%), fracturas patológicas
(8.9%) y compresión medular (6.2%).
Las fracturas vertebrales lumbares tienen una
repercusión importante sobre la calidad de vida, ya
que se relacionan con dolor lumbar y abdominal
severo, alteraciones funcionales, compresión medular, constipación e incapacidad para valerse por
sí mismo. Las fracturas vertebrales torácicas pueden causar restricción pulmonar.
Los objetivos de tratamiento del cáncer de próstata son prolongar la sobrevida, disminuir los síntomas y mantener la calidad de vida. Aunque los
bisfosfonatos se han convertido en el tratamiento
estándar de la enfermedad maligna a nivel óseo, el
ácido zoledrónico ha sido el primero en demostrar
beneficios objetivos y durables en pacientes con
cáncer de próstata, ya que en estudios fase II se
demostró una reducción significativa y retraso en
la aparición de complicaciones esqueléticas, así
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297 286
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
como disminución del dolor, cuando se comparó
con placebo.
Estudios con otros bisfosfonatos mostraron
éxito limitado en el tratamiento de las metástasis
óseas de pacientes con CaP. Las investigaciones
aleatorizadas con clodronato oral o endovenoso,
así como pamidronato, no demostraron diferencias
estadísticamente significativas entre estos agentes
y placebo, en función de los objetivos primarios
como la proporción de eventos relacionados con el
esqueleto y el tiempo promedio de aparición de los
mismos.
El ácido zoledrónico –un agente cien veces
más potente que pamidronato– mostró beneficio
en el manejo de pacientes con CaP metastásico.
Su perfil de seguridad también está relacionado
con su potencia ya que, al administrarse en dosis mínimas (4 mg) y en infusiones IV muy cortas (15 minutos), el agente resulta menos tóxico
y más cómodo para los pacientes en términos de
facilidad y rapidez de administración. Además,
resulta un agente con buena ecuación costo-beneficio.9,10
El ácido zoledrónico también fue investigado
en un estudio aleatorio controlado con placebo,
encontrando que produce disminución significativa de las concentraciones séricas de telopéptido N; asimismo, los pacientes tratados muestran
una disminución de 22% (p = 0.028) del riesgo de
presentar complicaciones esqueléticas. Por otro
lado, extiende significativamente el tiempo hasta el primer evento por más de cinco meses (488
días vs 321 días p = 0.009). Por último respecto
a la morbilidad esquelética, se consigue una reducción en el índice anual de complicaciones (p
= 0.005). En un análisis de eventos múltiples se
observó que el ácido zoledrónico disminuyó en
36% el riesgo de desarrollar complicaciones esqueléticas, comparado con placebo (p = 0.002), y
en la escala del dolor los valores fueron menores
en los pacientes tratados (p =<0.05).11-14 Se ha demostrado que la dosis estándar de 4 mg IV c/3 o
4 semanas es eficaz para reducir los EREs en pacientes con cualquier tipo de tumores sólidos. Ha
sido, de hecho, el único agente con el que se redujo el riesgo de ERE’s en pacientes con CaP metastásico hormono-resistente, de acuerdo con los
resultados del estudio clínico de fase III de Saad,
Gleason y col.12
287 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
En pacientes con dolor por metástasis óseas,
el uso de bisfosfonatos también demostró ser de
gran utilidad. En el trabajo mencionado previamente, la administración de 4 mg de ácido zoledrónico produjo disminución importante del
dolor durante dos años, así como en el empleo de
analgésicos, en comparación con placebo.12 En los
pacientes con dolor óseo, el empleo de radioterapia también mostró ser muy útil. Cuando existe un
área específica de dolor debido a metástasis ósea,
el empleo de 3000 cGy en 10 fracciones, permite el
control adecuado del dolor en aproximadamente
80% de los casos. Si existen metástasis óseas múltiples, como causantes del dolor óseo, el uso de
radioterapia al hemicuerpo con 450 cGy en una
sola dosis, ha demostrado ser de gran utilidad. De
igual manera, ha mostrado ser útil el empleo de
radioisótopos como el estroncio 89, samario 153,
renio 186 y renio 188.
En Prostate Cancer (2003) se publicó un algoritmo desarrollado como guía clínica acerca del uso
de bisfosfonatos IV en cáncer de próstata metastásico. La recomendación es realizar un gammagrama
óseo para valorar la presencia de metástasis. Ante
la positividad de dicho estudio, ya sea sintomática
o asintomática, se recomienda la administración
de ácido zoledrónico junto con bloqueo androgénico. Si éste falla, se recomiendan tratamientos de
segunda línea.
Las recomendaciones del ácido zoledrónico
en cáncer hormono-sensible tienen como base
la evidencia de que estos pacientes también se
encuentran en riesgo de complicaciones esqueléticas.
En los pacientes con cáncer no metastásico con
pérdida de DMO se recomienda, sobre todo, seguimiento mediante densitometrías.13,14
En México, en 2004, se realizó el Consenso Mexicano sobre el manejo de metástasis óseas en pacientes con cáncer de próstata, en el que se abordaron
los siguientes puntos importantes: en los no tratados, con déficit neurológico secundario a metástasis de columna, se recomienda la orquiectomía
simple bilateral. Mientras mayor sea el tiempo
de evolución del déficit neurológico, las posibilidades de recuperación disminuyen. De inicio se
recomienda el uso de analgésicos y corticoesteroides, con un papel importante de la radioterapia
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
paliativa para el control del dolor en el tratamiento. El tratamiento quirúrgico de columna se
sugiere cuando la afección es muy limitada. Habitualmente, en estos pacientes la presentación es
con dolor agudo punzante y distribución radicular;
sin tratamiento, esta sintomatología se intensifica
y transcurren, en promedio, siete semanas desde
el inicio del dolor hasta la aparición del déficit
neurológico. Como estudios diagnósticos complementarios se proponen la resonancia magnética
nuclear o tomografía axial para valorar el compromiso del canal medular. Asimismo, se recomienda
el uso de bisfosfonatos IV (ácido zoledrónico) que,
de acuerdo con el doctor Saad, reduce de manera significativa las complicaciones esqueléticas,
además de controlar de manera sostenida el dolor
óseo en estos pacientes (cuadro 1).
Cuadro 1. Indicaciones de bisfosfonatos
Condición del paciente
Gammagrama Hormonoóseo
dependiente
Uso de ácido zoledrónico (IV)
Negativo *
Sí
No
Negativo *
No
A discreción del médico
Positivo
Sí
Recomendación especial para su uso
Positivo
No
Sí
* Si el paciente muestra pérdida ósea (en cualquier punto del tiempo)
debe de considerarse la administración de bisfosfonatos.
Tomado de: Jiménez M, Moreno J, Ochoa F y col. Consenso
Mexicano sobre manejo de metástasis óseas en cáncer de próstata. Revista Mexicana de Urología. 2005;65:7-24.
Definición, epidemiología y aspectos económicos de la pérdida de densidad mineral ósea en los
hombres
La pérdida de la densidad mineral ósea (DMO) relacionada con el bloqueo androgénico en pacientes con
cáncer, se define como una enfermedad sistémica del
esqueleto, que se caracteriza por baja densidad mineral y deterioro en la microarquitectura del tejido óseo,
con incremento consecuente de la fragilidad ósea y
por tanto, susceptibilidad al desarrollo de fracturas.15
La pérdida de DMO es un problema de salud no
exclusivo de las mujeres, en quienes usualmente
se relaciona con la menopausia, lo que incrementa
el riesgo de fractura en 10 años antes que en hombres; ejemplo, se sabe que en Estados Unido, más
de dos millones de hombres tienen esta condición,
y otros 12 millones se encuentran en riesgo de desarrollarla.12 Si se analiza por grupos de edad, la frecuencia en varones mayores de 50 años es de 13%,
mientras que en mayores de 60 años tienen un riesgo de 25% de desarrollar fracturas osteoporóticas.
En el sexo masculino, desafortunadamente el impacto médico y económico se ha subestimado.16-18
A diferencia de otros países del mundo donde el
cáncer de próstata se diagnostica en etapas tempranas, en México, 80-90% de los pacientes se diagnostica en etapas avanzadas, donde el tratamiento
con bloqueo androgénico está indicado y como se
verá más adelante, se relaciona con pérdida de la
densidad mineral ósea, por ello, la importancia del
problema.19
El bloqueo androgénico es una causa de hipogonadismo; éste puede llevarse a cabo con orquiectomía o con análogos de LHRH; ambos son el pilar
del tratamiento del cáncer de próstata metastático
y también pueden emplearse en cáncer de próstata
localmente avanzado o recurrente no metastático.
En la actualidad se están llevando a cabo estudios
sobre salud ósea en pacientes con cáncer de próstata.16 Los factores etiológicos pueden clasificarse
en dos grandes grupos (cuadro 2).20
El alcoholismo, la terapia crónica con esteroides
y el hipogonadismo son las mayores causas de disminución de la densidad mineral ósea adquirida en
hombres y producen aproximadamente la mitad
de todos los casos de pérdida ósea. Otras causas
poco frecuentes son el hiperparatiroidismo e hipertiroidismo. El tabaquismo, la dieta baja en calcio, la deficiencia de vitamina D y la vida sedentaria
contribuyen al riesgo de desarrollar disminución
de la densidad mineral ósea.16
Diagnóstico de la pérdida de densidad
mineral ósea
La fuerza del hueso está otorgada por dos componentes:
• Densidad mineral ósea, medida en gr/cm2, que
representa 70%
• Calidad ósea, que representa 30%
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297 288
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
Cuadro 2. Factores de riesgo para el desarrollo de pérdida de densidad mineral ósea
Etiología
Mecanismo
Primaria
Senil o idiopática
Reducción IGF1
Disfunción OB
Secundaria
Exceso esteroides
Alcoholismo
Enfermedad gastrointestinal
Hipercalcemia idiopática
Hipertiroidismo
Mieloma múltiple
Metástasis esqueléticas
Hipogonadismo
Apoptosis OB
Alt. absorción Ca, PO4
Alt. absorción Ca, PO4
+ Calcitonina, disminución de PTH
+ OC
Directa disminución DMO
Directa disminución DMO
Disminución de aromatización
IGF: Factor de crecimiento tipo insulina; OB: Osteoblastos; Ca: Calcio; PO4: fosfato; +: estimulación, PTH: paratohormona; OC: osteoclastos;
DMO: densidad mineral ósea.
De estos dos, la densidad mineral ósea es el
parámetro más útil para el diagnóstico, o seguimiento del riesgo de fracturas o complicaciones
esqueléticas. Existen diversos métodos para medir la densidad mineral ósea.
Absorbimetría por energía dual de rayos X
(densitometría): es el método ideal cuando se
lleva a cabo a nivel del cuello femoral o de la totalidad de la cadera. Para ello se emplean dos rayos, que son atenuados de diferente manera por
tejidos blandos y hueso. Las imágenes son analizadas para determinar el contenido mineral óseo
expresado en gramos, el cual se divide entre el
área total de medición en cm2 obteniendo así la
densidad mineral ósea (DMO). A la fecha, no se
han establecido criterios para el diagnóstico de
pérdida de densidad mineral ósea en hombres;
sin embargo, se emplean los mismos criterios
que para las mujeres, lo que tiene el riesgo de
subestimar o sobrestimar osteoporosis en el sexo
masculino. Sus desventajas consisten, por una
parte, en que el equipo no es portátil y, por otra,
en que tiene un costo elevado de funcionamiento y mantenimiento.
Estos resultados se comparan con los de una
base de datos de mujeres jóvenes sanas que se
encuentran en el punto máximo de DMO. Así se
obtiene el T-score, que se expresa en desviaciones estándar del promedio. Con base en estos
289 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
criterios, la Organización Mundial de la Salud establece el diagnóstico de osteoporosis (cuadro 3).
Cuando se comparan los resultados del estudio
con individuos de la misma edad, entonces se denomina Z-score.17
Cuadro 3. Criterios de la Organización Mundial de la Salud para
el diagnóstico de pérdida de densidad mineral ósea y riesgo de
fractura
Densitometría ósea y riesgo de fractura
Valor T
Diagnóstico
Riesgo de fractura
Entre +1 y -1
Normal
Normal
Entre -1 y -2.5
Osteopenia
Doble que normal
Cifras < -2.5
Osteoporosis
Cuádruple que normal
Cifras < -2.5 más
fractura relacionada
con fragilidad ósea
Osteoporosis severa
Cada desviación
estándar que disminuye
la masa ósea, multiplica
el riesgo por 2
Tomado de: Grupo Medicina Basada en Evidencias de Galicia,
España. Osteoporosis. Guías Clínicas. 2003;3(24).
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
Las indicaciones de densitometría ósea son:
1. Antecedentes de fractura por fragilidad ósea,
después de los 45 años de edad.
2. Tratamiento prolongado con corticoides.
3. Patologías que afecten el metabolismo óseo.
4. Sospecha radiográfica de disminución de
masa ósea y/o deformidad vertebral.
5. Monitoreo de la masa ósea durante el tratamiento farmacológico.21
Existen otros estudios, como la tomografía computarizada cuantitativa y el ultrasonido calcáneo,
que forman parte de los métodos diagnósticos.17,18
En la actualidad, la densitometría central es el
mejor método (sensible y específico) para evaluar
la DMO en un paciente. El mismo método, en el
mismo sitio y con las mismas circunstancias deberá ser usado en todas las evaluaciones.22 El motivo
es que, para un buen seguimiento de la respuesta
al tratamiento, la precisión en la determinación de
la DMO es indispensable. Por ello, debemos contar
con una lectura de la DMO al inicio del tratamiento
de los pacientes con CaP que inician con ADT (terapia de deprivación androgénica).18
La estructura ósea representa un proceso dinámico en el que debe existir un balance entre
resorción (osteoclastos) y la subsiguiente síntesis
(osteoblastos). De tal manera que se pueden emplear marcadores que son liberados, para conocer
la dirección de este proceso.
En el proceso de resorción normal, los osteoclastos hidrolizan el hueso en varios minerales y
colágena; esta última es degradada liberando piridinolina y desoxipiridinolina (DPD), las cuales se
excretan en orina.
Por otro lado, la síntesis ósea la llevan a cabo los
osteoblastos, que sintetizan fibras de colágena y
osteocalcina para formar osteoide, que es mineralizado en hueso. De este proceso se generan dos productos de la formación de fibras de colágena, que se
conocen como telopéptido N (NTX) y el telopéptido
C (CTX), los cuales también se excretan en orina.
Dado que el proceso de recambio óseo es sincronizado, las concentraciones de estos marcadores de resorción se correlacionan de manera
importante con los de formación y viceversa. En los
pacientes con pérdida de DMO se han encontrado
mayores concentraciones de DPD y NTX, compa-
rados con pacientes con DMO normal; sin embargo, estos marcadores se empalman en pacientes
con osteoporosis y osteopenia, de tal manera que,
para predecir el riesgo de fracturas, es necesario
emplear estas determinaciones en combinación
con estudios de imagen que midan la DMO. Asimismo, se emplean en el seguimiento de pacientes
con pérdida de DMO con bloqueo androgénico.
Estos marcadores de formación y resorción ósea
están elevados en pacientes con cáncer de próstata con terapia antiandrogénica aguda o crónica,
comparados con pacientes con cáncer de próstata
sin terapia antiandrogénica y sujetos controles (p
<0.0001). La destrucción ósea y la baja densidad
mineral ósea, son las causas del riesgo elevado
de fracturas en estos pacientes. El índice de pérdida ósea es máxima en el primer año de terapia
de supresión androgénica, lo que implica que las
intervenciones terapéuticas en este lapso son más
efectivas.11,22,23
Pérdida de densidad mineral ósea en pacientes
con cáncer de próstata tratados con bloqueo hormonal
Se reconoce que el tratamiento con análogos de
LHRH u orquiectomía para pacientes con cáncer
de próstata avanzado, retrasa la progresión de la
enfermedad; sin embargo, incrementa el riesgo
de pérdida de DMO (ya que la testosterona es un
modulador esencial del metabolismo óseo). Aunque no hay estudios aleatorios controlados que
permitan definir la verdadera frecuencia de este
fenómeno, se ha demostrado que la incidencia de
fracturas en pacientes con análogos LHRH es de 69% contra 13-40% de aquellos pacientes tratados
con orquiectomía; de tal manera, es evidente que el
tratamiento intermitente, comparado con el continuo, no llega a ser protector al 100% de la densidad
mineral ósea.17,24
La pérdida ósea dentro del primer año de recibir
ADT en pacientes con CaP, oscila entre 0.6 y 9.6%,
variando de acuerdo con la etapa de la enfermedad, el tipo de ADT administrada y el sitio y método
utilizados para medir la densidad mineral ósea.18
Asimismo, la terapia antiandrogénica está indicada en el cáncer de próstata localmente avanzado
tratado con radioterapia y en pacientes con ganglios linfáticos positivos que han sido manejados
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297 290
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
Cuadro 4. Pérdida ósea durante la terapia inicial antiandrogénica en cáncer de próstata.
Estudio
Núm. de pacientes
Terapia hormonal
Ericsson y col.
11
Maillefert y col.
Cambio en DMO a un año
Cadera
Columna
Orquiectomía
-9.6%
ND
12
Agonistas GnRH
-3.9%
-4.6%
Daniell y col.
26
Agonistas GnRH
-3.7%
ND
Smith y col.
47
Agonistas GnRH
-3.3%
-1.8%
Berutti y col.
35
Agonistas GnRH
-2.3%
-0.6%
Smith y col.
106
Agonistas GnRH
-2.1%
-2.8%
con prostatectomía y linfadenectomía pélvica. La
disminución de la masa ósea en estos pacientes
también es un importante efecto adverso de la terapia antiandrogénica.25
En algunos estudios de pacientes con bloqueo
androgénico, se ha informado 38% de pérdida de
DMO, 46% de osteopenia y 50% de fracturas vertebrales. Asimismo, que existe relación entre el tiempo de bloqueo hormonal y la frecuencia de pérdida
de DMO, con 36.4% entre 12 y 36 meses (RR 2.4),
42.1% entre 36 y 60 meses (RR 2.9) y de 50% en
aquellos con más de 60 meses (RR 3.9), contra un
riesgo relativo (RR) de 2.0 para pacientes con cáncer de próstata sin bloqueo androgénico. En un
estudio de pacientes con orquiectomía, después
de 15 años de seguimiento se encontró un riesgo
acumulativo de fractura de 40% contra 19% de la
frecuencia esperada.6,26
La conclusión es que los pacientes que inician
bloqueo androgénico tienen de 5-10 veces más de
incremento de pérdida de densidad ósea, que los
pacientes con cáncer de próstata sin bloqueo androgénico o sujetos controles normales, lo cual incrementa el riesgo de fractura. Más aún, la máxima
pérdida ósea ocurre en el primer año de iniciado el
tratamiento.27
En fecha reciente, los doctores Won Chan Lee,
Matthew R. Smith y Tracey L. Krupski publicaron
en EUA un estudio desarrollado a partir de una
gran base de datos a nivel nacional, con 4,494 pacientes que iniciaron ADT entre 1992 y 1994. En
esta investigación se evaluó la salud ósea de los
pacientes durante los 7 años posteriores; los autores estratificaron a los pacientes en aquéllos con
291 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
más o menos de 697 días con bloqueo androgénico, y evaluaron los problemas esqueléticos que se
presentaron en ambas cohortes de supervivientes.
Durante los primeros tres años, la proporción de
EREs fue similar en ambas cohortes, pero a los siete años de seguimiento se observó que los pacientes tratados con ADT por un tiempo mayor a 697
días habían cursado –efectivamente– con un índice mayor de EREs. En las conclusiones de su trabajo, estos especialistas advierten: “Los hombres con
CaP cursan con un riesgo significativo de EREs,
el cual es debido tanto a la enfermedad como al
tratamiento. La información longitudinal obtenida nos deja ver que las fracturas son frecuentes en
esta población de pacientes y, además, que se correlacionan con la duración de la administración
de ADT”.28
Diferentes estudios hacen evidente la pérdida
de densidad mineral ósea relacionada con el tiempo de bloqueo androgénico (cuadro 4).16
Tratamiento de la pérdida de densidad mineral
ósea relacionada con el tratamiento hormonal
Es recomendable que todos los pacientes que van a
iniciar terapia de deprivación androgénica (ADT),
deben ser sujetos a un examen físico completo,
acompañado de una historia clínica detallada, en la
que se incluya la identificación de factores de riesgo específicos, así como las posibles enfermedades
o condiciones concomitantes que puedan predisponerlos a la pérdida de densidad mineral ósea.
Dentro de los factores de riesgo se encuentra la
presencia de una o más de las siguientes características: duración de ADT > 8 meses, fracturas previas,
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
historia familiar de osteoporosis, bajo peso corporal, alcoholismo, tabaquismo, uso de corticoides,
niveles bajos de vitamina D y comorbilidad.
Como vemos, existen factores de riesgo que, indudablemente, no se pueden modificar como son:
edad, sexo, grupo étnico o historia familiar; sin embargo, existen otros factores modificables.20
Los dos factores principales del estilo de vida,
modificables en el tratamiento de la pérdida de
masa ósea, son el ejercicio y la suspensión del
tabaquismo. Este último disminuye la DMO y algunos estudios demuestran que esta pérdida es
reversible al suspender el consumo de tabaco. En
cuanto al ejercicio, se aconseja aquel en el que
se soporte peso, como correr y levantar pesas, los
cuales incrementan la DMO; ejercicios menos vigorosos, como caminar o los aeróbicos de bajo
impacto, sólo protegen contra la pérdida de DMO,
pero no la incrementan; la natación no tiene efecto alguno sobre la DMO.17
Vitamina D y calcio: se han realizado pocos estudios sobre el empleo de estos tratamientos en
hombres. La combinación de vitamina D (400
UI/día) y calcio (500mg/día) incrementa la DMO
sólo en columna lumbar, y no en cadera o cuello
femoral. Se puede establecer que su uso es seguro
y, aunque son necesarios, no son suficientes para
el tratamiento de pérdida de masa ósea inducida
por deprivación androgénica.
Dieta rica en fitoestrógenos: son compuestos derivados de plantas que tienen actividad estrogénica débil. De las tres clases que existen, los más
comunes son las isoflavonas, que se encuentran
en la soya, frutas y carne, que inhiben los osteoclastos y estimulan los osteoblastos. Esta forma
de tratamiento ha demostrado efecto protector en
pacientes con cáncer de próstata; no obstante, no
hay estudios que demuestren su uso para mantener la DMO en estos pacientes tratados con deprivación androgénica.
Calcitonina: es un péptido secretado por las células C de la tiroides, en respuesta a la hipercalcemia;
inhibe los osteoclastos y disminuye la absorción
de calcio a nivel tubular renal. Por su efecto analgésico, su uso es de primera línea en fracturas
osteoporóticas agudas, aunque faltan estudios a
largo plazo.
Paratohormona: es un polipéptido producido en
células paratiroides, en respuesta a hipocalcemia.
Estimula al riñón para una mayor absorción de
calcio y para convertir la vitamina D en su forma
activa calcitriol, que a su vez incrementa la absorción intestinal de calcio. En cursos cortos, estimula
a los osteoblastos; sin embargo, su empleo crónico
causa resorción ósea.17
Bisfosfonatos: la intervención temprana para
prevenir pérdida ósea en pacientes con cáncer de
próstata es crítica. Por desgracia, en hombres no se
han definido con claridad las concentraciones de
densidad mineral ósea que indiquen que la intervención terapéutica es apropiada. Esta carencia de
información puede ser un obstáculo para el cuidado efectivo de los pacientes con pérdida ósea inducida por terapia de deprivación andrógena. Los
ensayos clínicos para la terapia de disminución
de masa ósea, se ha dirigido fundamentalmente a
mujeres, y por tanto, sus resultados no reflejan la
eficacia relativa de la terapia en hombres.
El alendronato es un bisfosfonato oral aprobado para el tratamiento de la pérdida de masa ósea
en hombres; sin embargo, su eficacia no ha sido
investigada en casos con deprivación androgénica. Más aún, el uso de alendronato u otros bisfosfonatos orales en hombres con cáncer de próstata
puede ser complicado por la alta sensibilidad gastrointestinal relacionada con la edad. El etidronato, otro bisfosfonato oral, ha sido investigado en
pacientes con cáncer de próstata temprano, pero
ha demostrado una limitada eficacia.16,29
En un estudio realizado en 106 pacientes con
cáncer de próstata localmente avanzado o recurrente sin metástasis óseas, los participantes se
distribuyeron de manera aleatoria para recibir terapia de deprivación andrógena más ácido zoledrónico, 4 mg IV cada tres meses (n = 55), o terapia
de deprivación andrógena más placebo (n = 51).
Se analizó la DMO de columna lumbar y fémur
proximal a través de DEXA. El objetivo fue medir
el porcentaje de cambio de la DMO en la columna lumbar, después de un año de tratamiento.
Los cambios en la DMO fueron significativos en
los dos grupos, en todos los sitios medidos; sin
embargo, los hallazgos importantes fueron que
los pacientes que recibieron ácido zoledrónico
incrementaron la densidad mineral ósea en 5.3%
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297 292
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
de la basal a nivel de la columna y en 1.1% a nivel de la cadera, mientras que quienes recibieron
placebo tuvieron una disminución de la DMO de
2.0% en columna lumbar y de 2.8% en la cadera
(p ≤ 0.001).30
Los resultados anteriores indican que la administración de ácido zoledrónico, 4 mg IV cada tres
meses, no sólo previene la pérdida ósea, sino que
incrementa la DMO en pacientes con cáncer de
próstata tratados con bloqueo androgénico.
En posmenopáusicas con osteoporosis, el ácido
zoledrónico a intervalos menos frecuentes, 4 mg
cada año, incrementa significativamente la DMO.31
De manera que, en la actualidad se están llevando
a cabo estudios controlados con placebo, para determinar cuál es el mejor esquema de administración de ácido zoledrónico, en pacientes tratados
con bloqueo androgénico.
Hay estudios que enfatizan en el tiempo de
tratamiento con bisfosfonatos, y que demuestran que si se suspende el tratamiento con alendronato después de uno a dos años, cuando éste
había dado como resultado un incremento de la
DMO, origina una disminución a niveles pretratamiento después de 9-20 meses. Asimismo, las
concentraciones de telopéptidos N y C que habían disminuido con el tratamiento, comienzan a
incrementarse después de tres meses a dos años
de la suspensión hasta niveles pretratamiento;
sin embargo, estos estudios se llevaron a cabo en
posmenopáusicas.32 De esta manera, surge la hipótesis de que sólo el tratamiento constante produce una mejoría continua en la DMO, mientras
que el tratamiento intermitente con bisfosfonatos, sólo mantiene la DMO. Como se menciona
anteriormente, faltan estudios en pacientes con
cáncer de próstata con bloqueo androgénico,
para definir estos conceptos.
Abordaje radioterapéutico del cáncer de próstata
metastásico a hueso
El tratamiento de la enfermedad metastásica requiere un abordaje multidisciplinario que incluya
la enfermedad sistémica y focal, así como esfuerzos
combinados de oncólogos, médicos, cirujanos, radioterapeutas, ortopedistas y urólogos. La enfermedad
sistémica necesita una combinación de quimioterapia, hormonoterapia, inmunoterapia y terapia
293 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
con bisfosfonatos. Las complicaciones locales son
mejor manejadas con cirugía, radioterapia o ambos.33
La mayoría de las fracturas en terreno patológico nunca sanan de manera espontánea y es
usual que requieran intervención quirúrgica; sin
embargo, 13% de pacientes nunca recupera la
función completa después de una cirugía y 18%
de ellos, con compromiso neurológico después
de compresión medular, no mejora después de la
descompresión. El dolor es otro factor que afecta
la calidad de vida. Se presenta en 74% de los casos con cáncer metastático a hueso, 78% lo refieren como severo y 22% como intolerable. Incluso
los opioides son insuficientes para el control del
dolor y suele requerirse radioterapia paliativa
para ello.
El manejo actual de la enfermedad ósea metastásica se enfoca en la mejoría de la calidad de vida
restante. El tratamiento paliativo busca alivio del
dolor, mantenimiento y restauración de la función
y reducción de la masa tumoral local. El alivio del
dolor requiere una combinación de medicamentos
y radioterapia. Los bisfosfonatos han mostrado retrasar el inicio de complicaciones óseas. La cirugía
se indica cuando la fractura es inminente o ya ha
ocurrido, para restaurar la función. La radioterapia
es necesaria para prevenir progresión local de la
enfermedad, de lo contrario la corrección quirúrgica fallará si se destruye más hueso. La intensidad
del tratamiento debe ajustarse al pronóstico y expectativa de vida del paciente.
La efectividad del tratamiento se relaciona con
las características del tumor y el microambiente periférico, tomando en cuenta la localización
ósea, tipo de lesión, si está en un hueso de soporte
(esqueleto axial), si invade otras estructuras (por
ejemplo, médula espinal) o si existe riesgo de fractura, etcétera.
En caso de fractura inminente o al diagnóstico
se prefiere abordaje quirúrgico y existen sistemas
de validación que, según el lugar, dolor, apariencia, tamaño y presencia de otros sitios afectados,
recomiendan iniciar o no con tratamiento quirúrgico.
Una vez que se decide tratar localmente con radioterapia, se toma en cuenta que se puede administrar en forma local o sistémica. La radioterapia
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
local se refiere a la utilización de campos que incluyen el sitio afectado más un margen de seguridad, en particular en las lesiones únicas por región
o solitarias. La radioterapia sistémica es la que utiliza radioisótopos en casos de enfermedad diseminada a varias regiones del cuerpo. También se
incluye en este rubro la radioterapia hemicorporal
o de campos amplios.34
La dosis de radioterapia es variable y va desde
8 Gy en una sola aplicación, la más comúnmente
usada, hasta esquemas fraccionados de 20 a 30
Gy, o más, en cinco a 15 fracciones. Algunos autores sugieren dosis mayores a 30 Gy, sobre todo en
tumores con expectativas de vida mayor, como
los de mama y próstata.35 Por otro lado, se ha sugerido que la administración de dosis únicas resulta ventajosa en términos de costo beneficio al
compararlas con analgésicos, quimioterapia y radioterapia fraccionada, considerando mínima la
necesidad de retratamiento y adecuado el control
del dolor.36 También es importante el número de
metástasis; se ha informado mayor supervivencia
(73 vs 45% a cinco años y 36 vs 18 a 10 años) en
aquellos con menos de cinco lesiones (que corresponde a 40.5% de los pacientes). Esto sugiere
la necesidad de tratamiento más intensivo o con
Figura 2. Marcadores de remodelación ósea
MATRIZ ÓSEA
OSTEOCLASTOS
• Piridinolina
• Desoxipiridinolina
Osteoporosis
DPD
NTX
VIT D
Ca, P
ESTRÉS MECÁNICO
dosis mayor de radioterapia.37 La respuesta analgésica es muy buena, hasta de 90% (50% completa y 40% parcial),38 y produce saneamiento y
reosificación en 65-85% de las lesiones líticas. La
respuesta al tratamiento con radioterapia, por
sitio, es: columna RC, 90%, pelvis, 77%, costilla,
80%, otros, 100%. Por lo general, el control del
dolor en 96% de pacientes ocurre en las primeras
cuatro semanas, la respuesta dura una media de
74 semanas, con supervivencia de 90 semanas.
La radioterapia sistémica más utilizada es con
89Sr (Estroncio), que tiene una vida media de 50.6
días y energía máxima de 1.4 MEV, con lo que se
consigue una respuesta global de 80% en pacientes con cáncer de próstata o mama. El alivio comienza, en promedio, a las seis semanas, y dura
hasta 12 meses.
Seguimiento de los pacientes
La Sociedad Internacional para la Densitometría
Clínica establece las recomendaciones para el seguimiento de pacientes en tratamiento farmacológico para la DMO baja.
Concluyen que la DEXA de columna posteroanterior y de cadera, debe realizarse cada uno
o dos años, como una manera
aceptable de monitorear la eficacia. En muchos estudios se observa un incremento en la DMO
después de un año de tratamiento con BP. En los pacientes que no
muestran incremento después
de un año de tratamiento con BP,
esta pérdida no debe disuadir el
uso de estos medicamentos, porque los pacientes pueden presentar dicha pérdida, durante los
OSTEOBLASTOS
siguientes años.
El telopéptido N urinario, un
• N-telopéptido (NTX)
marcador de remodelación ósea,
se ha empleado en diferentes
• C-telopéptido (CTX)
estudios como parámetro de
seguimiento de la respuesta al
tratamiento. De este modo, se
ha observado que disminuye de
manera considerable tras los tres
primeros meses de terapia con
análogos LHRH y BP.11,22,39
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297 294
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
Figura 3. Algoritmo
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CONCLUSIONES
1. Durante el curso de su enfermedad, los pacientes con cáncer de próstata desarrollan cambios
en la función y composición corporal que impactan negativamente su calidad de vida.
2. Algunas estrategias terapéuticas oportunas
previenen algunos de estos cambios, como
la disminución de la densidad mineral ósea
y las complicaciones esqueléticas del tratamiento hormonal del cáncer de próstata no
metastático.
295 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 283-297
3. La pérdida ósea focal y generalizada ocasiona morbilidad importante durante la evolución de la enfermedad, la cual se incrementa por el tratamiento
médico, en particular, durante el primer año de su
utilización, lo que debe llevar a considerar intervenciones terapéuticas oportunas.
4. La densitometría ósea es el estudio ideal para
identificar el riesgo de morbilidad ósea en pacientes con cáncer de próstata no metastático y
terapia de deprivación andrógena.
Jiménez RMÁ y cols. Consenso mexicano salud ósea. Cáncer próstata
5. Los marcadores de formación y resorción ósea
se encuentran elevados desde el momento del
diagnóstico y se incrementan aún más con la
terapia antiandrogénica.
6. Las concentraciones de antígeno prostático específico son independientes de las concentraciones
de marcadores óseos y de la terapia antiandrogénica aguda o crónica.
7. Los bisfosfonatos previenen la pérdida ósea en
pacientes con terapia de deprivación andrógena y, además, son paliativos para el dolor óseo.
8. Además de preservar la densidad mineral ósea y
prevenir la morbilidad esquelética en pacientes
con cáncer de próstata, existe evidencia preclínica que sugiere que los bisfosfonatos reducen
la incidencia de metástasis óseas.
9. Este potencial de los bisfosfonatos para reducir
las metástasis óseas, es investigado en ensayos
clínicos en pacientes con cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer renal y otros tumores sólidos.
10.El ácido zoledrónico no sólo previene la pérdida
ósea relacionada con el tratamiento, sino que
también incrementa la densidad mineral ósea
en hombres con cáncer de próstata no metastático que reciben terapia antiandrogénica.
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Hemangioma cavernoso de la pelvis renal.
A propósito de un caso
Rodríguez Collar T.L.,1 Gil del Valle Y.,2 González López A.,3 Moreno Miravalles M.4
RESUMEN
SUMMARY
Los hemangiomas son malformaciones benignas de
los vasos sanguíneos, frecuentes en la lactancia y la
niñez; sus variedades fundamentales son la capilar
y la cavernosa. Se presenta el caso de una paciente
de 56 años de edad, a quien en el estudio por hematuria, se le diagnosticó, por ultrasonido y tomografía axial computarizada, un tumor de la pelvis renal
derecha. Se le realizó nefroureterectomía con cistectomía parcial perimeatal de ese lado. El informe
histopatológico del tumor fue: hemangioma cavernoso. La evolución de la paciente ha sido satisfactoria. No existe reporte similar de este tipo de lesión
en esa localización en la literatura revisada.
Hemangiomas are benign blood vessels malformations frequently found in breast-feeding and childhood; their principal varieties being the capillary
and the cavernous ones. A 56-year-old-patient case
is presented in whose hematuria laboratory studies
a right renal pelvis tumor was diagnosed with the
help of ultrasounds and axial computed tomography scannings. A nephro-ureterectomy with partial
perimeatal cystectomy is performed on that side.
The tumor histopathological report was: cavernous
hemangioma. The patient’s evolution has been satisfactory. There is no similar report on this type of lesion on that site in the medical literature consulted.
Palabras clave: Tumor de la pelvis renal, hemangioma cavernoso, diagnóstico, tratamiento.
Key words: Renal pelvis tumor, cavernous hemangioma, diagnosis, treatment.
1. Especialista de Segundo Grado en Urología. Profesor Asistente. 2. Residente de Tercer Año en Urología. 3. Especialista de Primer Grado en Imagenología. 4. Especialista de Primer Grado en
Anatomía Patológica. Profesora Asistente.
Correspondencia: Dr. Tomás Lázaro Rodríguez Collar. Hospital
Universitario Dr. “Carlos J. Finlay”. Calle 114 y Avenida 31. Marianao. Código Postal 11500. Ciudad de La Habana, Cuba. Correo
electrónico: bhfi[email protected]. Calle 114 No. 29J05 entre
29-J y 29-k. Marianao. Código Postal 11500. Ciudad de La Habana.
Cuba. Teléfono: (537) 260-7751.
INTRODUCCIÓN
Los hemangiomas son malformaciones vasculares
congénitas de las venas, sumamente frecuentes, en
especial en la lactancia y la niñez. Constituyen 7%
de todos los tumores benignos en esas edades. La
mayoría son lesiones superficiales que afectan la
cabeza o cuello, pero pueden aparecer en órganos
internos, de los que casi un tercio se localizan en el
hígado; es rara su transformación maligna.1,2
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 298-301 298
Rodríguez CTL y cols. Hemangioma cavernoso de la pelvis renal. A propósito de un caso
Los hemangiomas viscerales se han informado
además en nódulos linfáticos, bazo, cerebro y meninges, iris, retina, glándulas salivales, corazón,
timo, aparato gastrointestinal, pulmón, vejiga, riñón, vesícula biliar, páncreas y suprarrenales.3
Los tumores de la pelvis renal son relativamente infrecuentes y representan 5 a 10% de los
tumores renales.4-9 La mayoría son malignos y de
origen epitelial, aunque se han descrito de origen
mesodérmico malignos y benignos, y dentro de estos últimos se ubican los angiomas.4 Hasta 1980,
en la literatura inglesa sólo se habían informado
siete casos de tumores benignos de la pelvis renal.9 La hematuria es su principal síntoma, y para
su diagnóstico se emplean tanto investigaciones
imagenológicas, endoscópicas y citológicas. El tratamiento de elección, es el quirúrgico.4-9
Se presenta el caso clínico de una paciente
que tuvo hematuria que le provocó anemia, y en
la que se demostró, por ultrasonido y tomografía
axial computarizada, la presencia de un tumor en
la pelvis renal derecha. Se le realizó nefroureterectomía con cistectomía parcial perimeatal. El
informe histopatológico informó hemangioma cavernoso. La evolución fue satisfactoria. No se le demostró otra lesión similar en el resto del cuerpo.
CASO CLÍNICO
Paciente femenina de 56 años de edad, que llegó a
consulta por hematuria y dolor lumbar derecho. La
sintomatología se acentuó, por lo que se decidió
ingresarla en el hospital para su mejor observación
y completar su estudio.
Como antecedente patológico personal se informó una intervención quirúrgica por fractura de
cadera derecha producida en un accidente automovilístico dos años atrás. No tenía hábito tóxico
alguno. En los estudios hematológicos realizados
se constató hemoglobina en 6 gramos por decilitro
y cifras de urea y creatinina séricas dentro de límites normales. La paciente se hemotransfundió porque presentó lipotimias derivadas de la anemia.
En el ultrasonido abdominal se observó una lesión isoecogénica de alrededor de 2 por 1.5 centímetros en proyección de la unión pieloureteral derecha
con pielectasia moderada. El riñón izquierdo y la
vejiga estaban normales. Se le realizaron ecografía
299 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 298-301
Figura 1. Ultrasonido renal en el que se observa el tumor
(T) en la pelvis renal derecha.
(figura 1) y tomografía axial computarizada simple
y contrastada (figuras 2 y 3) mediante las cuales se
confirmaron estos hallazgos. Ni en uno ni en otro
estudio imagenológico se encontraron adenopatías
ni lesiones en el resto de los órganos abdominales
que hicieran pensar en metástasis. La radiografía
del tórax fue normal.
Se le llevó a cabo cistoscopia y se confirmó que
la mucosa vesical era normal y se observó salida de
sangre por el meato ureteral derecho. Se le hizo cateterismo ureteral y lavado con suero salino fisiológico para toma de muestra para estudio citológico,
el cual fue negativo de células neoplásicas.
Se decidió entonces, realizar nefroureterectomía con cistectomía parcial perimeatal por la presunción diagnóstica de un carcinoma de la pelvis
renal derecha. La intervención transcurrió sin complicaciones. El informe histopatológico de la lesión
fue: hemangioma cavernoso (figuras 4 y 5). La paciente evolucionó de manera satisfactoria y a los
dos meses de la cirugía estaba totalmente restablecida e incorporada a sus actividades sociales y laborales habituales.
Con posterioridad al alta hospitalaria, se le realizó un minucioso examen físico de toda la superficie corporal en busca de lesiones angiomatosas,
y no se encontró ninguna. En la tomografía axial
computarizada del cráneo y en el fondo de ojo especializado, tampoco se demostraron angiomas.
Se revisaron con detenimiento las imágenes de la
Rodríguez CTL y cols. Hemangioma cavernoso de la pelvis renal. A propósito de un caso
Figura 2. Tomografía axial computarizada simple. Se visualiza la imagen tumoral (T) en la pelvis renal derecha.
Figura 4. Imagen histológica del hemangioma cavernoso.
Se observan el epitelio transicional (ET) y los vasos sanguíneos (VS). H.E 200 X.
Figura 3. Tomografía axial computarizada contrastada. Se
define la imagen tumoral (T) en la pelvis renal derecha.
Figura 5. Imagen histológica del hemangioma cavernoso.
Se aprecia el conglomerado de vasos sanguíneos (VS). H.E
200 X.
tomografía axial computarizada abdominal inicial,
y no se observaron tumores sospechosos de ser hemangiomas en los órganos intrabdominales.
DISCUSIÓN
De acuerdo con la literatura revisada, los hemangiomas cavernosos son la variedad menos frecuente de
los tumores vasculares benignos, y su localización,
preferentemente, es en órganos internos.1,2 Se informan como muy raros en la clasificación de Linehan
y cols.4 dentro de los tumores benignos de la pelvis
renal, coincidiendo así con este caso.
En la extensa revisión bibliográfica que se llevó
a cabo, no se recoge caso similar al nuestro; el último tumor benigno de la pelvis renal que aparece
publicado corresponde a uno fibroepitelial que fue
informado por Toppercer, en 1980.9
El caso que publicamos tuvo una peculiaridad
en su presentación clínica. La intensidad de la hematuria fue lo que le provocó anemia. Los autores
consultados3,7-9 plantean que la hematuria en los
tumores de la pelvis renal –la mayoría malignoses, de manera habitual, intermitente y no tan profusa como para comprometer la hemodinámica
del paciente. No obstante, el sangrado es una de
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 298-301 300
Rodríguez CTL y cols. Hemangioma cavernoso de la pelvis renal. A propósito de un caso
las complicaciones frecuentes de este tipo de tumor vascular, además de su ulceración y trombosis.1,2 Este dato semiológico quizá nos pudo haber
orientado en la posible etiología de la lesión, pero
debemos recordar que en el momento de diagnosticar no debemos pensar en rarezas.
Para diagnosticar el tumor de esta paciente se
utilizaron las técnicas y medios aceptados y recomendados por los autores consultados.3-7 Las
imágenes del ultrasonido y de la tomografía axial
computarizada simple son demostrativas de la
presencia de neoformación en la pelvis renal derecha. Esta lesión no se realzó cuando se inyectó
contraste yodado en la fase contrastada de esta
última. Según Messing,5 la utilidad del ultrasonido se limita sólo a definir entre tumores o litiasis,
teniendo poco valor para el diagnóstico definitivo,
aunque en nuestro caso la imagen ecográfica es
bastante típica de un tumor de la pelvis renal. En
cuanto al uso de la tomografía axial computarizada, se coincide con este autor en su exactitud, tanto en el diagnóstico como para la estadificación en
los casos de tumores malignos.
La citología urinaria con toma de muestra directa por cateterismo ureteral, es más sensible,
pero en el caso presentado, fue negativa de células
neoplásicas, como ocurre hasta en un 20% de los
casos, aun cuando existen tumores malignos.4,5,8 El
cepillado transureteral de la lesión para biopsia, es
más útil según informan los mismos autores, pero
aún no disponemos del mismo.
Más recientemente, se utilizaron la ureteroscopia y la nefroscopia en el diagnóstico y, en ocasiones, el tratamiento en un solo tiempo de los
tumores pielo-ureterales, sobre todo con el uso de
equipos flexibles y multicanales.4,5
A la paciente se le realizó tratamiento estandarizado para los tumores, presumiblemente malignos,
de la pelvis renal: la nefroureterectomía con cistectomía parcial perimeatal, teniendo una evolución
satisfactoria. No obstante, se sabe que cada día,
un mayor número de pacientes, adecuadamente
301 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 298-301
seleccionados, se benefician con las técnicas de
mínimo acceso, tanto lumbo-laparoscópicas como
endourológicas, que se están empleando de modo
creciente, en nuestros días.
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Can J Surg. 1980; 23: 269.
CASO CLÍNICO
Leiomioma parauretral. Presentación de un caso
en paciente femenina y revisión de la literatura
Cantellano Orozco M., Viveros Elías J.M., Vázquez Ortega L., Lamm Wiechers L.,
Andrade Platas D., Morales Montor G., Pacheco Gahbler C., Calderón Ferro F.
RESUMEN
SUMMARY
El leiomioma parauretral es una neoplasia benigna
que afecta con más frecuencia a la mujer. Además,
se le relaciona con estimulación hormonal del músculo liso y se le ha descrito durante el embarazo. Son
tumores de presentación clínica variable que deben
diferenciarse de los que dependen de la uretra. Su
diagnóstico continúa siendo clínico, endoscópico
y radiográfico. Se presenta el caso de una paciente del sexo femenino, con una tumoración en área
genital suprameatal, independiente de vagina, de
cuatro años de evolución, con resección quirúrgica
completa y diagnóstico histopatológico de leiomioma parauretral, sin recidiva local después de seis
meses. Se realiza revisión de la literatura.
Paraurethral leiomyoma is a benign neoplasm that
affects more frequently women. It has been related
with smooth muscle hormonal stimulation, and
descriptions in pregnant women are frequent. They
are tumors with nonspecific clinical presentation,
and they have to be differentiated with tumors that
arise from urethra. Diagnosis is clinical, endoscopic and radiologic. We present a case from a woman
with a mass in genital area, vagina independent, 4
years of evolution, complete surgical resection with
paraurethral leiomyoma histopathological diagnosis, without local recurrence after 6 months. We
review literature for this case.
Palabras clave: Leiomioma parauretral, uretra, músculo liso, pared vaginal.
1 División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, Secretaría de Salud, México D.F.
Correspondencia: División de Urología, Hospital General “Dr.
Manuel Gea González”, Secretaría de Salud, México D.F. Calzada
de Tlalpan 4800. Col. Toriello Guerra. Delegación Tlalpan. CP.
14000. Tel. 5665-3511 Ext. 173 Fax: 5665-7681.
Abreviatura
• H.E.: Hematoxilina eosina
Key words: Paraurethral leiomyoma, urethra, smooth
muscle, vaginal wall.
CASO CLÍNICO
Paciente del sexo femenino, de 26 años de edad, sin
antecedentes de relevancia para su padecimiento,
quien desde cuatro años antes de su ingreso presentó sensación de cuerpo extraño en área genital,
específicamente localizada en vulva, que a la autopalpación correspondía a una masa tumoral de crecimiento lento y progresivo, no dolorosa, que no se
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 302-305 302
Cantellano OM y cols. Leiomioma parauretral
acompañaba de otros síntomas de tipo irritativo u
obstructivo a nivel urinario. A la exploración física
se detectó una masa tumoral de localización suprameatal, de coloración rosácea, de consistencia
indurada, no dolorosa, de bordes regulares, de 4 x
5 cm aproximadamente, que protruye de forma
anterior e independiente al introito vaginal.
Como estudios de evaluación se realizó urografía excretora que mostró adecuada concentración y eliminación de medio de contraste de
ambos riñones, sin alteraciones en pelvis y ureteros, vejiga de paredes lisas, íntegra, sin deformidades y sin defectos de llenado; no se observaron
lesiones en placas de vaciamiento, por lo que se
informó como estudio sin alteraciones. También
se llevó a cabo uretrocistografía que no mostró
alteraciones en el trayecto de la uretra ni en vejiga. Por los datos clínicos previos, la paciente fue
sometida a resección quirúrgica de la lesión tumoral parauretral con uretrocistoscopia que no
mostró comunicación del tumor con la uretra.
El diagnóstico histopatológico correspondiente
fue de leiomioma parauretral de 3.5 x 4 cm, de aspecto carnoso y rojizo. Los cortes y la tinción con
hematoxilina y eosina mostraron células musculares lisas fusiformes, dispuestas en haces sin mitosis
o atipias.
La paciente se egresó sin complicaciones y se
encuentra sin recidiva de la lesión a seis meses del
procedimiento quirúrgico.
DISCUSIÓN
Los leiomiomas parauretrales son tumoraciones
benignas derivadas de músculo liso, que crecen
en el espacio periuretral y no se comunican con la
uretra, vejiga o vagina.1 La distinción entre neoplasias uretrales, vaginales anteriores y parauretrales
es difícil por su proximidad anatómica. La uretra
femenina y la pared anterior de la vagina contienen múltiples capas de tejido, por lo que su origen
dependa de que contengan músculo liso.
La submucosa de la uretra contiene tejido
conjuntivo, fibras musculares lisas y elásticas. En
estas capas se localizan también las glándulas de
Skene que predominan en la pared posterior. La
capa externa de la uretra contiene músculo liso
con tejido fibroso en disposición circunferencial.
303 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 302-305
Figura 1. Leiomioma parauretral.
Aspecto macroscópico de la lesión
resecada de 4 x 3.5 cm.
El músculo estriado rodea al músculo liso en
forma de herradura y es más prominente en la
porción media de la uretra. La pared vaginal anterior tiene, después de la submucosa, una capa
fibromuscular con células musculares lisas en
dos capas, una interna longitudinal y otra externa circular. Los leiomiomas uretrales son más
frecuentes en la pared posterior de la uretra,
mientras que la mayoría de los vaginales se encuentran en la pared vaginal anterior. Desde el
punto de vista histológico comparten las mismas
características, independientemente de su origen anatómico.2-3
Estas tumoraciones predominan en la mujer,
aunque en el varón se han descrito algunos casos.
Su presentación es mayor en la tercera y cuarta décadas de la vida. Su crecimiento se ha relacionado
con la estimulación hormonal del músculo liso, por
lo que se ha visto que su frecuencia es mayor durante el embarazo, con involución progresiva posterior.
Desde el punto de vista clínico, la sintomatología que producen es muy variable e inespecífica; la de tipo urinario es de predominio irritativo
y obstructivo, con diferentes grados de sensación
de cuerpo extraño; 50% de las pacientes con leiomiomas uretrales y parauretrales cursan con infección urinaria relacionada. En algunos casos
se puede presentar hematuria, disuria o dispareunia.3,4 Se han informado casos de retención urinaria secundaria a un leiomioma parauretral.5
En general el diagnóstico es clínico y, en todos los
casos, se debe complementar con cistouretroscopia
Cantellano OM y cols. Leiomioma parauretral
Figura 2. Fotomicrografía de corte histológico teñido con HE
(4 x). Disposición de las células musculares lisas en haces.
Figura 3. Fotomicrografía de corte histológico teñido con
HE (10 x). Células fusiformes de músculo liso.
para descartar comunicación con vejiga u órganos adyacentes. Desde el punto de vista de
imagenología, estos tumores pueden ser evaluados mediante ultrasonido transvaginal, para
identificar estructuras pélvicas, uretrocistografía, urografía excretora, TAC (tomografía axial
computarizada) como método diagnóstico de
estructuras profundas, y resonancia magnética
pélvica, la cual es de mucha utilidad para identificar planos adyacentes e involucro de otras estructuras anatómicas.4
El diagnóstico diferencial debe incluir todas las
lesiones de la uretra posterior y de la pared vaginal anterior. Así, éste incluye divertículos uretrales, prolapso de la mucosa de la uretra, carúncular
uretrales, abscesos de conductos de Skene, quistes glandulares de Bartholin o de Gärtner, carcinoma uretral, quistes de pared vaginal y uréteres
ectópicos.6
Su manejo es quirúrgico en la mayoría de los
casos, la resección por vía vaginal en su pared
Figura 4. Fotomicrografía de corte histológico teñido con
HE (40 x). Ausencia de mitosis o atipias celulares.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 302-305 304
Cantellano OM y cols. Leiomioma parauretral
anterior es la vía más segura y utilizada en los
diferentes informes de estas lesiones y, por lo
general, este abordaje es suficiente para la resolución de los síntomas que produce. Por otro
lado, si el paciente se encuentra asintomático,
se puede optar por una conducta expectante,
con vigilancia continua; sin embargo, se recomienda la extirpación y análisis histopatológico
para descartar malignidad por medio del conteo
de mitosis. La observación histológica confirma
el diagnóstico y sólo en ocasiones se requiere de
inmunohistoquímica con anticuerpos monoclonales anti-músculo liso para corroborarlo. La
diferencia entre leiomioma y leiomiosarcoma es
de suma importancia, ya que de ello depende
la recurrencia local y el pronóstico del paciente.2,3,7
En conclusión, en el manejo de las masas periuretrales se debe de realizar una exploración
exhaustiva y complementarla con los estudios de
imagen que aporten más datos para su evaluación.
El tratamiento es quirúrgico, ya que el potencial de
malignización es bajo, pero no se descarta.
305 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 302-305
BIBLIOGRAFÍA
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CASO CLÍNICO
Tumor carcinoide primario de testículo.
Presentación de un caso y revisión de la literatura
Galán Maraboto J.J.,1 Ríos Briones N.I.,2 Grimaldo Salazar R.,1 Decanini A.H.,3
y Guardiola Fernández A.4
RESUMEN
SUMMARY
Se presenta caso de paciente masculino de 28 años
de edad. en el que se detecta tumoración testicular
asintomática en el polo inferior del testículo derecho. El ultrasonido evidenció lesión hipoecoica
de 1 cm de diámetro con importante vascularidad
durante la valoración Doppler. Le fue realizada orquiectomía radical. El diagnóstico histopatológico
fue tumor carcinoide primario de testículo.
Report a male patient of 28 years of age with an asymptomatic testicular mass. Physical examination
revealed a right testicular tumor located at the inferior pole. Ultrasound findings reported round, hipoecoic lesion 1.0 cm in diameter. Additionally Doppler
ultrasound test showed a vascular tumor. Orquiectomy was performed. A histopathologic diagnosis was
a primary carcinod tumor of the testis.
Palabras clave: Tumor carcinoide, tumor testicular,
ultrasonido.
Key words: Carcinoid tumor, testis tumor, ultrasound.
1. Centro de Urología Avanzada del Noreste. Hospital Santa Engracia.
San Pedro Garza García, N.L. 2. Centro de Urología Avanzada del Noreste. Radiólogo adscrito al Departamento de Imagenología, Hospital
Santa Engracia. San Pedro Garza García, N.L. Profesor del Centro Universitario de Imagen Diagnóstica Hospital Universitario “Dr. José E.
González”. Coordinador del área clínica Facultad de Medicina UANL.
Monterrey, N.L. 3. Director Médico Hospital CIMA Santa Engracia. San
Pedro Garza García, N.L. 4. Director del Departamento de Imagenología Hospital CIMA Santa Engracia. San Pedro Garza García, N.L.
INTRODUCCIÓN
Correspondencia: Dr. Juan J. Galán Maraboto. Hospital CIMA
Santa Engracia. Av. Frida Kahlo No. 180 Col. Valle Oriente. Garza
García N.L. Tel. (81) 8368-7838 Fax 8368-7837. Correo electrónico: [email protected].
Abreviaturas
• FISH: hibridación de inmunofluorescencia in situ
• 5HIIA: ácido 5-hidroxiindolacético
• PLAP
• NSE: Enolasa Neuronal específica
• AE1 y AE3
Los tumores carcinoides son pocos y se presentan,
en 85% de casos, en el apéndice o región ileocecal.
Cuando se detectan fuera del aparato gastrointestinal por lo general son metastáticos.1 El tumor
carcinoide primario de testículo es una lesión
extremadamente rara, que corresponde a 0.23%
de los tumores testiculares,2 con 57 casos informados en total hasta 2004.3 Alrededor de 25% de
los carcinoides primarios de testículo están relacionados con teratomas y cursan con comportamiento benigno.3 La apariencia ultrasonográfica
se informa como una lesión hipoecoica con áreas
quísticas y/o calcificaciones.2
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 306-309 306
Galán MJJ y cols. Tumor carcinoide primario de testículo. Presentación de un caso y revisión de la literatura
PRESENTACIÓN DEL CASO
Varón de 28 años de edad sin antecedentes de importancia, al que de manera incidental le fue detectada tumoración testicular, que condicionaba
aumento de tamaño del testículo, indolora a la palpación, localizada en polo inferior del testículo derecho. El ultrasonido reveló la presencia de lesión
hipoecoica, bien definida, de 1 cm de diámetro,
redondeada, con importante vascularidad durante la valoración Doppler, sin alteraciones relacionadas (figuras 1 y 2). El epidídimo fue normal y el
testículo contralateral sin alteraciones. En la tomografía computarizada (TC) de tórax y abdomen no
se documentó enfermedad metastásica. Se realizó
orquiectomía informándose tumoración de 1.1 x
1 x 1 cm de diámetro, de color blanco amarillento, encapsulada, bien delimitada (figura 3). En la
valoración microscópica se definió compuesta de
nidos y cordones de células pequeñas con escaso
citoplasma granular y con núcleos pequeños con
cromatina granular, con áreas en donde el patrón
de neoplasia era de tipo sólido. El epidídimo, rete
testis y estructuras del cordón espermático no presentaban alteraciones. Se reportó como tumor carcinoide primario de testículo, positivo para enolasa
y para cromogranina y negativo para cóctel de citoqueratinas, CD99 y PLAP (figuras 4-8).
DISCUSIÓN
Los tumores carcinoides son los más comunes del
apéndice e intestino delgado. Se originan de epitelio que contiene células argentafines1 o de las
células de Kulchitsky presentes en las criptas de
Lieberkühn;2 hasta 15%, se localiza en el recto, hígado o aparato genitourinario. La mayoría de los
carcinoides del aparato genitourinario se relacionan con teratomatosis. El involucro del testículo
por tumor carcinoide es raro y se reporta con una
frecuencia menor a 1% de todas las neoplasias
testiculares.
La edad de presentación se encuentra en el
rango de 10-83 años. Se manifiesta como aumento de volumen no doloroso del testículo.1 El testículo izquierdo es afectado con mayor frecuencia
que el derecho; sólo existe informe de un caso con
presentación bilateral.4 Alrededor de 1.1-3.1% de
casos se asocia con síndrome carcinoide4 con
307 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 306-309
Figura 1.
Figura 2.
Figura 3.
Galán MJJ y cols. Tumor carcinoide primario de testículo. Presentación de un caso y revisión de la literatura
Figura 4.
Figura 5.
Figura 6.
Figura 7.
Figura 8.
manifestaciones clínicas de diarrea, enrojecimiento cutáneo y broncospasmo. Una posible razón de
que los pacientes con carcinoide testicular rara
vez presenten manifestaciones del síndrome, es
que los péptidos secretados por el tumor son inactivos o rápidamente metabolizados, lo que resulta
en presentaciones clínicas atípicas.2
Desde el punto de vista patológico, el tumor
carcinoide se reconoce por sus características histológicas con nidos de células con núcleo uniforme y, de manera habitual, cromatina finamente
granular, secundaria a la inmunorreactividad de
las células tumorales a los marcadores neuroendocrinos, como la cromogranina y sinaptofiscina.1
Los estudios de inmunohistoquímica muestran
que las células tumorales tienen reactividad difusa a los anticuerpos a queratinas AE1 y AE3, cromogranina-A, enolasa neurona específica (NSE) y
sinaptofiscina.2-10
En la ultraestructura de los carcinoides se encuentran gránulos neurosecretores electrodensos
que varían en morfología y diámetro, de 75-500
nm; pueden ser uniformes y redondos, elípticos
o asimétricos. Los tumores carcinoides se dividen
en tres categorías: primario en testículo, primario
originado en un teratoma testicular y metastásico.
Dada la posibilidad de origen metastásico, en este
tipo de lesiones es necesario excluir la presencia
de tumor primario en otra localización para poder
diagnosticarlo como primario de testículo.6
En la valoración del paciente se debe incluir la
determinación de 5HIIA de 24 horas, TC de tórax
y abdomen, determinación de los niveles de serotonina y estudio del aparato gastrointestinal.3
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 306-309 308
Galán MJJ y cols. Tumor carcinoide primario de testículo. Presentación de un caso y revisión de la literatura
Se ha informado que en los estudios de la prueba de hibridación de inmunofluorescencia in situ
(FISH) no se detectaron anormalidades numéricas del cromosoma X, lo que es común en los tumores testiculares, por lo que las bases genéticas
de éstos pueden ser diferentes de las de los tumores de células germinales.7
Dado el comportamiento benigno de las lesiones,
la orquiectomía es el tratamiento de elección, debido a que resulta curativo en la mayoría de los pacientes.1,2 El tratamiento es más extenso en sujetos con
enfermedad diseminada.3 El rango de la frecuencia
de metástasis es de 11 a 12% y, de estos pacientes,
50% presenta síndrome carcinoide; sin embargo, se
ha sido informado la presencia de metástasis hasta
17-19 años posteriores a la cirugía.2,3,8,9
Una revisión de la literatura muestra que el tamaño del tumor y la presencia de síndrome carcinoide se relacionan con un curso maligno.2,6 El
seguimiento recomendado para estos pacientes es
mediante la determinación de ácido 5 hidroxi-indol acético (5-HIAA) urinario, tomografía computarizada o imagenología por resonancia magnética
(IRM) de tórax y abdomen, estudios del aparato
gastrointestinal10,11 y gammagrafía con ocreótido.
Esta última es una modalidad de imagen reciente
que se utiliza para tumores carcinoides. El ocreótido se fija a los receptores tipo 2 de somatostatina
que se expresan en la mayoría de las células de estas neoplasias. Cada tres meses por un año y, después de manera anual, se recomienda realizar una
valoración con 5HIIA, historia clínica y exploración
física. La tomografía por emisión de positrones
puede ser de utilidad para el diagnóstico y seguimiento de estos tumores.2
309 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 306-309
BIBLIOGRAFÍA
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and DNA flow cytometric study of three cases with a
review of the literature. Cancer. 1993;72:1726-32.
CASO CLÍNICO
Tumor testicular gigante. Consideraciones
clínicas y hormonales
Tovar Rodríguez J.M.,1 Bañuelos Ávila L.,1 Chávez Zúñiga I.,1 Vargas Hernández V.M.2
RESUMEN
SUMMARY
Presentamos el caso de un paciente de 30 años de
edad con tumor testicular (seminoma) con peso
de 2.350 g, de cuatro meses de evolución. Se determinaron las concentraciones séricas de hormona
luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH), las
cuales no se modificaron con la orquiectomía, y
los de testosterona total y libre que sí disminuyeron a 50% después de la intervención quirúrgica.
La prolactina antes del tratamiento se encontró
discretamente elevada; sin embargo, se normalizo
después de la orquiectomía. De los marcadores tumorales, sólo la gonadotropina coriónica humana
(hCG) se encontró elevada y esto explica la elevación de la testosterona sérica y su caída posterior
al tratamiento quirúrgico.
We report the case of a patient 30 years old with testicular cancer (seminoma) of 2,350 g of 4 months in progress.
We determine luteinizing hormone (LH), follicle stimulate hormone (FSH), without change before and after
orchiectomy, testosterone total and free decrease at 50%
after surgery, this is because the concentration of human Gonadotropin Chorionic (hCG) was high whereby
stimulate the leydig cell to synthesize testosterone.
We think important to determine what factor or
substance flattering the growth of this type of tumor.
Palabras clave: seminoma, hormona folículo estimulante (FSH), luteinizante (LH), testosterona total
y libre, prolactina, gonadotropina coriónica humana (hCG), alfafeto proteína (AFP).
1. Laboratorio de Biología de la Reproducción. 2. Servicio de Endocrinología. Hospital Juárez de México.
Correspondencia: Dr. José María Tovar Rodríguez. Laboratorio
No. 3 Biología de la Reproducción Humana. Hospital Juárez de
México. Av. IPN 5160. Col. Magdalena de las Salinas. Delegación
Gustavo A. Madero. México, D.F. Tel. 5747-7562 ext. 330. Correo
electrónico: [email protected].
Key words: Seminoma, Luteinizing hormone (LH),
Follicle stimulant hormone (FSH), testosterone, and
prolactin, human Chorionic Gonadotropin (hCG)
alpha feto protein (AFP).
INTRODUCCIÓN
Aunque los tumores de células germinales (TCG) del
testículo comprenden sólo 2% de todas las neoplasias
humanas, son los cánceres más comunes en varones
jóvenes (edad 20-40 años). En décadas pasadas la incidencia de los TCG se ha incrementado en el mundo occidental. Se han identificado varios factores de
riesgo para desarrollar este tipo de tumores como la
criptorquidia, disgenesia testicular, síndrome de Klinefelter o antecedente de tumor testicular.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 310-313 310
Tovar RJM y cols. Tumor testicular gigante.
Los TCG se dividen en dos grandes grupos: seminomas (s) y no seminomas (ns). Los TCG-S retienen
la morfología de las células germinales, espermatogonia y son sensibles al tratamiento con radio y
quimioterapia. Los TCG-NS despliegan patrones
de diferenciación embrionario y extraembrionario,
son sensibles a la quimioterapia y menos que los
tumores seminomatosos puros a la radioterapia.1
Los TCG de todos los tipos están frecuentemente relacionados con el carcinoma in situ (CIS).
Ambos, seminoma y no seminoma, provienen de
lesiones CIS citológicamente idénticas, lo que indica un origen celular común de todos los TCGs.2
Las características clínicas de los tumores testiculares son: presencia de un nódulo discreto y
dolor en una de las gónadas, aunque en la mayoría
de los casos se presentan sin dolor importante. Con
frecuencia, el crecimiento testicular provoca poca
preocupación en el paciente y los médicos no especialistas, lo que retrasa el diagnóstico y tratamiento
oportunos. Este hallazgo puede ser observado por
el paciente o su pareja. Quien lo padece advierte
un nódulo, sensación dolorosa o de inflamación en
uno o ambos testículos. Alrededor de 30 a 40% de
ellos manifiesta sensación de pesadez en la parte
baja del abdomen, área anal o escroto. En ocasiones se presenta en testículos previamente atróficos,
raras veces, la presencia de infertilidad es el signo
predominante.3
La ginecomastia ocurre en cerca de 5% de pacientes con tumor de células germinales y se considera como manifestación endocrina del tumor.
La producción excesiva de estrógenos y andrógenos en pacientes con neoplasia testicular
productora de gonadotropina coriónica humana
(hCG), ocurre en el coriocarcinoma, y con menos
frecuencia en pacientes con carcinomas embrionarios, teratocarcinomas y seminomas. La causa
de la producción incrementada de estrógenos y
andrógenos en estos pacientes puede ser: 1) los
testículos son estimulados por cantidades aumentadas de hCG y se sintetizan más estrógenos que
andrógenos, y 2) los tumores trofoblásticos sintetizan y secretan estradiol.
El examen físico del testículo debe ser bimanual,
comenzando por el testículo aparentemente sano.
La palpación debe ser cuidadosa entre el pulgar y
los dos primeros dedos de la mano examinadora.
311 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 310-313
El testículo normal es de consistencia homogénea,
fácilmente movible y debe identificarse con claridad el epidídimo. Cualquier área firme, dura o fija
dentro de la túnica albugínea debe ser considerada
sospechosa hasta que se demuestre lo contrario. Se
debe explorar el cordón espermático, el contenido
escrotal y la piel.
Los tumores testiculares tienden a ser ovoides y
limitados por la túnica albugínea. Puede estar presente hidrocele, lo que incrementa la dificultad de
la apreciación de una neoplasia testicular.
El ultrasonido del escroto es el método diagnóstico para excluir el hidrocele o epididimitis y debe
ser utilizado en pacientes con cualquier sospecha
de tumor testicular.
El examen físico debe incluir la palpación del
abdomen para la búsqueda intencionada de adenopatía. El examen de tórax puede descubrir la
presencia de ginecomastia o daño en el aparato
respiratorio.
El tamaño que alcanzan los tumores germinales de testículo es muy variado. En el laboratorio de
biología de la reproducción del Hospital Juárez de
México recabamos el peso de los tumores testiculares germinales que se presentaron en el año 2001
en el servicio de oncología. El intervalo fue de 22 g
a 2.350 g. Este último es el caso que presentamos.
Es sorprendente que el enfermo permitiera el crecimiento de este tumor sin acudir a tratamiento
previo; sin embargo, esto permitió evaluar el comportamiento de las hormonas que intervienen en el
eje reproductor en el varón, como son las gonadotropinas hipofisiarias, esteroides sexuales y la prolactina, antes y después del tratamiento quirúrgico.
El objetivo del presente trabajo es evaluar las
características clínicas hormonales de este tumor
testicular gigante.
Presentamos el caso de un varón de 30 años que
acudió a la consulta externa de oncología y biología
de la reproducción en el Hospital Juárez de México por presentar, desde cuatro meses antes, crecimiento importante del testículo izquierdo, lo que
le impedía caminar. Refirió pérdida de peso de 5 kg
en tres meses. Contaba con los siguientes antecedentes: hijo único, tabaquismo intenso de más de
20 cigarrillos por día desde los 16 hasta los 20 años
de edad, negó antecedente de criptorquidia o de
cáncer de cualquier tipo en la familia, es soltero y
Tovar RJM y cols. Tumor testicular gigante.
sin hijos. Exploramos al paciente de pie encontrando habitus exterior delgado, con dificultad para la
deambulación, escaso vello axilar y púbico, gran tumoración genital de aproximadamente 30 x 20 x 18
cm. En el hemiescroto izquierdo, la piel se observaba adelgazada con solución de continuidad de 5 cm,
hiperémica, sin sangrado activo. La masa testicular
era sólida, dolorosa y móvil (figura 1); la transiluminación fue negativa; en ambas ingles se palpaba
cadena ganglionar de 0.5 cm, el testículo derecho
medía 5 x 4 x 3 cm y se encontraba desplazado de su
lugar en el hemiescroto derecho, era de consistencia
sólida y no doloroso. La química sanguínea y la biometría hemática se interpretaron como normales.
Se le tomó ultrasonido testicular, el cual evidenció
gran masa densa mixta con calcificaciones en testículo izquierdo; no se logró identificar el derecho. La
tomografía axial computarizada mostró gran masa
tumoral de 14 x 10 x 10 en retroperitoneo, a nivel
prerrenal del lado izquierdo, que rechazaba la aorta
hacia el centro, e hidronefrosis izquierda por compresión del sistema colector. En tórax se observaba
imagen hipodensa mediastinal a nivel paraaórtico e
imagen nodular apical izquierdo.
Los marcadores tumorales reportaron alfafeto
proteína (AFP) de 4.5 ng/mL, fracción β de gonadotropina corionica (β-hCG) de 2.843 mIU/mL.
Mediante radioinmunoanálisis específico se midieron, por duplicado, gonadotropinas hipofisiarias
(hormona luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH)), prolactina y testosterona libre y total en
suero (antes y después de la cirugía) (tabla).
Figura 1. Presencia de gran tumor testicular en un varón
de 30 años de edad.
Tabla. Resultados de la determinación de hormonas y marcadores tumorales antes y después de la orquiectomía
Hormonas
Prolactina
LH
FSH
Testosterona
Testosterona
β hCG
AFP
ng/mL
mIU/mL
mIU/mL
total ng/mL
libre pg/mL
mIU/mL
ng/mL
Precirugía
18
7.16
0.72
7.38
31.57
2,843
4.5
Poscirugía
32.71
9.70
0.72
3.95
17.24
861
0
Normales
0-17
2.5-12.6
2.3-12.3
1.9-8.9
8.7-54.7
<10
0-5
ng; nanogramos. mIU; miliunidades internacionales; mL: mililitros. pg:picogramos. β hCG: fracción beta de gonadotropina coriónica.
AFP: alfafeto proteína.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 310-313 312
Tovar RJM y cols. Tumor testicular gigante.
Figura 2. Pieza quirúrgica (seminoma) obtenida después de la
orquiectomía izquierda, el tamaño fue de 32 x 16 x 15 cm y 2.350
g. de peso.
Se realizó orquiectomía radical y se obtuvo tumor
testicular de 2.350 g, con medidas de 32 x 16 x 15 cm
(figura 2). El resultado anatomopatológico fue de seminoma con angioinvasión y necrosis, sin tumor en
bordes quirúrgicos ni cordón espermático.
Durante el año que este paciente fue tratado en
el Hospital Juárez, se recibieron 20 pacientes más
con diagnóstico corroborado de cáncer testicular, de
los cuales 10 fueron seminomas y 10 no seminomas.
El intervalo de peso de los seminomas fue de 22.5 a
2.150 g con una mediana de 86 g; el de los no seminomas fue de 22 a 900 g, con mediana de 350 g.
CONCLUSIÓN
Observamos que la concentración de ambas gonadotropinas hipofisiarias no se modificó con el
tratamiento quirúrgico; la FSH continuo en niveles séricos bajos, la testosterona libre y total sí disminuyó en forma importante (aproximadamente
50%) de la concentración después de la orquiectomía; la prolactina se encontraba discretamente
elevada antes de la cirugía y después cayó a niveles
séricos normales.
El peso del testículo fue el mayor de todos los
tumores testiculares que se operaron en el servicio
de oncología del Hospital Juárez de México, en el
año 2001.
DISCUSIÓN
Se conoce el índice de producción de β-hCG en casos de embarazo molar; sin embargo, en el caso de
313 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 310-313
tumores germinales como el coriocarcinoma testicular no se ha medido, ya que este tipo de cáncer no
desarrolla una sola estirpe histológica, y por tanto, no
se sabe cuánta de esta hormona se puede producir.
En el caso particular que estudiamos, a pesar de que
el informe histopatológico fue de seminoma puro,
la cantidad de β-hCG sérica medida fue muy alta,
lo que quizá refleja que el tumor testicular de este
paciente no fue analizado por completo por su gran
tamaño, ya que es probable que en algunos sitios del
mismo se encontrarían nidos celulares de coriocarcinoma, que es la estirpe histológica que produce
en mayor cantidad esta hormona. No obstante, el
efecto hormonal no aumentó en forma importante
la producción de testosterona ni inhibió a la LH, lo
que en otros casos con cáncer sí se presenta. Consideramos que la concentración baja de FSH se debió
al exceso de producción de inhibina por las células
de Sertoli tumorales, ya que esta gonadotropina está
regulada a nivel de hipófisis en forma negativa por
esta hormona. En cuanto a la concentración sérica
de prolactina, se sabe que ésta aumenta en situaciones de estrés como la cirugía.
No fue posible obtener muestra de semen para
análisis espermático; sin embargo, sospechamos
por las características clínicas y hormonales del
caso, que el paciente fuera azoospérmico u oligozoospérmico. Debido al tratamiento al que fue sometido, no se practicó estudio seminal posterior a la
intervención quirúrgica.
A pesar de ser un tumor sólido de gran tamaño
(el mayor registrado en ese año en el Hospital Juárez de México), la producción hormonal fue mínima, pero es importante determinar qué factores
participan para el crecimiento tan significativo de
este tipo de tumor, ya que el paciente refirió que el
crecimiento ocurrió durante los cuatro meses anteriores a su ingreso al servicio de oncología.
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CASO CLÍNICO
Hemangiomas de la uretra masculina.
Crioterapia con nitrógeno líquido
Terán Hinojosa J.M.,1 Seoane Vela M.A.,1 González G.C.,1 y Valdez Colín J.1
RESUMEN
SUMMARY
Se presenta el caso de dos pacientes masculinos de
23 y de 58 años de edad, con hemospermia y hematuria originada por tres hemangiomas de la uretra
peniana en el primero, y en el meato uretral, en el segundo, diagnosticada de una manera poco habitual
en una uretroscopia, utilizando para su ablación nitrógeno líquido. Las razones de este trabajo son que,
desde el primer informe, en 1895, no se han informado más de 30 casos en los que, después de dos años
de seguimiento, no hayan aparecido hemangiomas
o estenosis uretral con esta forma de tratamiento, y
porque éste es el primer informe con la aplicación
uretral de nitrógeno líquido en el manejo.
A 25 years old man and 58 years old man with hemospermia and hematuria from three distal urethral hemangioma in the first case and urethral
meatus hemangioma in the second, we present
two cases. The four lesions was management with
liquid nitrogen. After two years of chrioterapy no
more lesions or urethral stricture appeared. After
the first report in 1895 and no more 30 cases in
the urological literature, we report this unusual
entity.
Key words: Hemangioma, urethra, chrioterapy.
Palabras clave: Hemangioma, uretra, crioterapia.
INTRODUCCIÓN
Los hemangiomas de la uretra masculina son
una enfermedad rara, con una historia natural
benigna, que no siempre es diagnosticada y en
ocasiones es confundida con otras entidades
patológicas.1 Su localización más habitual es
1. Urología Total en Zacatecas, Consultaría Médica Especializada
Nápoles.
en piel o hígado, pero también se informa en las
áreas genitourinarias, incluyendo próstata, uréter, vejiga o glande.2,3,4
El primer informe de hemangioma uretral en
la literatura data de 1895 y no hay más de 30 descritos a la fecha.5 En este artículo se reportan dos
casos de hemangiomas de uretra, con manifestaciones sintomáticas de hemospermia y hematuria, en ambos casos, por más de tres años.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 314-317 314
Terán HJM y cols. Hemangiomas de la uretra masculina. Crioterapia con nitrógeno líquido.
REPORTE DE CASOS
CASO 1
Paciente masculino de 23 años de edad, casado, sin
antecedentes patológicos de interés, incluyendo
urinarios o sexuales. Refiere hematuria moderada,
disuria ocasional, hemospermia total y ocasional,
sin otros síntomas urinarios.
Antes de que acudiera al servicio, le fue realizada uretrocistoscopia, urografía excretora, cistouretrogramas, ultrasonido transrectal y abdominal de
vías urinarias inferiores, riñones, baso e hígado,
además de múltiples exámenes de laboratorio. Con
los datos obtenidos en esa ocasión se llegó al diagnóstico de prostatitis crónica. Fue tratado con antibióticos, antiinflamatorios, agentes bloqueadores
de la 5-alfa-reductasa, anticolinérgicos, con lo cual
refirió mejoría por varios meses, aunque el mismo
cuadro clínico reaparecía, sobre todo, por las mañanas o después de tener relaciones sexuales.
Lo reevaluamos mediante estudios de gabinete
y laboratorio y una nueva endoscopia en el consultorio, sin encontrar datos que pudieran demostrar
de manera clara el origen de la hematuria-hemospermia y obtener verificación de esto por laboratorio o de forma directa.
Se instruyó al paciente para que, en caso de que
reapareciera su problema, acudiera de inmediato al
hospital, lo que sucedió un mes y medio después de
la primera consulta. En esa ocasión presentaba en
su ropa interior, coágulos hemáticos, de poca cantidad, a pesar de lo cual fue imposible corroborar la
hematuria de manera directa, pero en el examen de
orina si hubo constancia de sangre a nivel microscópico. El paciente nunca presentó uretrorragia.
Bajo anestesia se realizó uretrocistoscopia, sin
evidencia franca de sangrado, salvo discretas esfacelaciones que parecían provocar una pequeña cavidad en la uretra peneana, semejantes a los orificios
de las glándulas de Cowper o, incluso, en mayor grado, a los orificios o lagunas de Morgagni propios de
la uretra. Estas esfacelaciones eran tres, asimétricas;
dos de ellas localizadas en la cara lateral de la uretra,
y la otra en la cara dorsal. En razón de que los eventos de hematuria-hemospermia se presentaban por
la madrugada o después de tener relaciones sexuales, se colocó una cinta elástica para realizar ligadura del pene y se repitió la uretroscopia en la que se
315 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 314-317
Figura 1.
localizaron los sitios de esfacelación en las que se
encontraron tres formaciones de superficie lisa, de
color rojo oscuro, que se incrementaban en volumen
según se intensificaba la compresión peneana, de
diámetro no mayor a 5 mm cada una y sin que hicieran suficiente protrución hacia la luz de la uretra
como para obstruirla.
No se llevó a cabo otro estudio complementario
(carvernografía o angiografía selectiva). Tampoco
encontramos lesiones cutáneas similares.
Como tratamiento se eligió la crioterapia endoscópica con nitrógeno líquido, utilizando como vía un
catéter con aguja biselada que se utiliza en la aplicación de materiales formadores de volumen. No usaron soluciones líquidas de irrigación por endoscopio
durante la aplicación de nitrógeno. El procedimiento consistió en introducir el catéter con aguja en la
base del hemangioma, por lo menos 15 segundos o
hasta observar congelación de la lesión. Previo a la
aplicación de nitrógeno, tomamos la pared de uno
de los hemangiomas, con pinza de biopsia, para estudio histopatológico. Se colocó por último sonda
uretral de foley 16 fch, durante dos días.
El informe histopatológico describe una fina capa
de endotelio vascular que, relacionado con el cuadro
clínico, es concluyente de hemangioma de la uretra.
Se siguió la evolución de este paciente por más
de dos años, en los que no han aparecido nuevas
lesiones vasculares ni se observó la presencia de
estenosis uretral. Por lo anterior, podemos decir
que hasta el momento, el tratamiento fue efectivo,
no costoso y fácil de reproducir.
Terán HJM y cols. Hemangiomas de la uretra masculina. Crioterapia con nitrógeno líquido.
Figura 2.
CASO 2
Paciente masculino de 58 años de edad, que refiere
uretrorragia en tres ocasiones, sin coágulos, además de hematuria inicial y hemospermia durante
al menos dos años.
Refiere más de ocho años con síntomas urinarios obstructivos bajos, los cuales se incrementaron en los últimos tres meses previos a la consulta.
Además observó la presencia de una tumoración
violácea dentro de la uretra un mes antes de acudir
al servicio de Urología. No presenta antecedentes
infecciosos o traumáticos de uretra.
A diferencia del caso anterior, en este se menciona la presencia de uretrorragia después de erección del pene con o sin relaciones sexuales, aunque
sólo de manera ocasional. No se encontraron otros
antecedentes familiares personales patológicos de
importancia.
No se obtuvo evidencia de infección urinaria. En
el tacto rectal, la próstata se encontró sin alteraciones;
el APE fue de 0.9 ng/mL, Qmax 19 mls/seg. Se realizó
ultrasonido abdominal en busca de otras lesiones
vasculares, sin que se observaran anormalidades; la
ecosonografía Doppler color en demostró hemangioma de la uretra originado desde el glande, no mayor a
10 mm (sin erección peniana), y en la cavernosografía
se demostró también la lesión vascular.
Al igual que el paciente anterior, éste fue tratado
con crioterapia a base de nitrógeno líquido, y hasta
el momento, con más de seis meses de seguimiento,
no ha presentado recaídas o estenosis de uretra.
Figura 3. Hemangioma. Fotografía macro y microscópica.
Rev Mex Urol 2006; 66(6): 314-317 316
Terán HJM y cols. Hemangiomas de la uretra masculina. Crioterapia con nitrógeno líquido.
DISCUSIÓN
Los hemangiomas de la uretra son extremadamente raros. Algunos autores suponen para éstos
un origen congénito. Están formados de remanentes embrionarios de células unipotenciales angioblásticas que fallaron en transformarse a vasos
sanguíneos.
La mayoría de los informes refieren que se acompañan de múltiples lesiones cutáneas, y que su mayor frecuencia es entre la tercera y sexta década de
la vida, aunque también se presentan en la infancia.
La manifestación más frecuente es la salida de sangre por la uretra, y también se ha descrito retención
urinaria.4,5
Es posible que el sangrado uretral se presente
como principal manifestación de hemangiomas
de la uretra distal, como en el segundo caso, y la
hematuria en lesiones localizadas sobre la uretra
membranosa, prostática o bulbar. Los hemangiomas uretrales pueden ser únicos, múltiples, pequeños o incluyen gran parte de la uretra.
El tratamiento debe ser individualizado y se
han descrito en la literatura múltiples opciones
de manejo; sin embargo, existe cierto consenso
acerca de que en las lesiones pequeñas se pueden
intentar tratamientos poco invasivos: resección
transuretral eléctrica, láser neodymuim YAG, administración de esteroides orales, inyección de
nitrato de plata hasta la embolización selectiva
del hemangioma o resección de la uretra.
En todos los casos existe el riesgo, si la resección
no es total, de que aparezca otra lesión vascular, o
317 Rev Mex Urol 2006; 66(6): 314-317
estenosis de la uretra como complicación después
de tratamiento. En los casos que aquí se describen,
se intentó un tratamiento no descrito informado
en la literatura en la uretra, pero si en pequeñas lesiones de la piel. Con un seguimiento de hasta dos
años, en estos pacientes no se han presentado nuevas lesiones o recidivas, por lo que se considera que
con este manejo se ha obtenido un control completo de la enfermedad.
CONCLUSIÓN
Como los hemangiomas en la uretra son muy
raros, es importante informarlos y reconocerlos
como una posibilidad diagnóstica.
El tratamiento propuesto es fácilmente reproducible, de bajo costo y eficaz. Sin embargo, es indispensable individualizarlo según localización y
tamaño del hemangioma.
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cavernous hemangioma of penis. J Urol.1998;160:62.
Carta de despedida e informe del Presidente
Estimado amigo urólogo:
Haber sido Presidente de la Sociedad Mexicana de Urología fue un enorme privilegio
y una distinción inmerecida, pero asumida con una gran pasión, y fortalecido por el
apoyo de un inmejorable grupo de amigos que conformaron esta Mesa Directiva y que
aportaron su mejor esfuerzo en esta gran aventura.
Con satisfacción, hoy puedo decir que hemos recorrido el camino en forma honesta,
con la tranquilidad del compromiso cumplido, con la claridad de las acciones realizadas, con el fortalecimiento de las amistades y con una mayor sensibilidad en el trabajo
cotidiano hacia mis colegas y en favor de la urología nacional.
Hace un año, durante la toma de posesión en Veracruz, había muchos planes y
proyectos bien definidos, incluso ya estructurados y que fueron presentados en forma completa como lo marcan nuestros estatutos, aunque con muchas incógnitas para
su realización. Hoy podemos contemplar con satisfacción que se lograron cumplir a
cabalidad todos y cada uno de los proyectos presentados en aquel plan de trabajo, rebasando nuestras propias expectativas y concretando además otras acciones que serán
fundamentales en el funcionamiento, organización y compromiso social de nuestra
Sociedad.
Dejamos una Sociedad unida, más fuerte que nunca, y que desea que podamos representar los intereses de nuestro ejercicio profesional por encima de cualquier interés
personal o de grupo.
Cerramos nuestras actividades “Celebrando Nuestra Historia” con una reseña histórica de nuestra Sociedad al cumplir sus primeros 70 años de vida, presentada en CD
e impresa, así como diferentes festejos durante nuestro LVII Congreso Nacional, con
la presencia de destacados representantes de la urología mundial, como los Presidentes de la American Urological Association (AUA) South Central Section (SCS), la European Association of Urology (EAU), la International Society of Sexual Medicine (ISSM), la
World Association of Sexology (WAS) y la Sociedad Latinoamericana de Medicina Sexual
(SLAMS), entre otras relevantes figuras y un selecto grupo de 21 profesores extranjeros:
uno de Japón, cinco de Europa, uno de Canadá, uno de Argentina y trece de Estados
Unidos, así como un muy connotado grupo de profesores nacionales.
Durante el evento se presentaron dos Cursos Precongreso y otros Poscongreso de actualidad y muy concurridos, además de sesiones plenarias de gran calidad académica y
que hoy hacemos llegar a sus manos en forma digital. Cabe mencionar que para revisar
los trabajos libres en cualquier momento, durante el congreso, se montaron modulos
interactivos.
En la parte social, se efectuaron espectaculares eventos (cóctel/espectáculo inaugural, las presentaciones de Gilberto Gless, Yuri y Margarita Gralia, además de la rifa de un
auto modelo 2007), un programa de actividades ex profeso para acompañantes, con la
asistencia sin precedente de 900 congresistas y 1325 personas acreditadas.
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Dr. Jorge Jaspersen Gastélum. Carta de despedida e informe del Presidente
Al término de esta gestión se dejaron finanzas sólidas y compromisos fiscales cumplidos que permitirán tranquilidad en el trabajo de las próximas Mesas Directivas.
Se concretó la compra de una oficina colindante con la sede actual para absorber
las necesidades de crecimiento de la operatividad de nuestra Sociedad, e incluso, se ha
hecho la invitación para que una parte de este nuevo espacio pueda ser utilizado por el
Consejo Nacional Mexicano de Urología y con esto, garantizar una mayor unión en el
quehacer urológico y en la seguridad de permanencia en un lugar definido para archivos que no pueden ni deben estar cambiando continuamente de lugar.
Se han dado los pasos necesarios para la creación de la “Fundación Mexicana para el
Estudio de la Urología”, que dependa del Presidente en funciones de nuestra sociedad,
y asesorado por un consejo consultivo propio para esta fundación, la cual fue aprobada
en la segunda sesión de negocios. Esta fundación tiene como objetivo poder tener acciones educativas y de responsabilidad social sobre la patología urológica, apoyada por
donativos de otras instituciones, fundaciones, compañías, sociedades y con la industria
farmacéutica, con la intención de impactar en el diagnóstico oportuno y proporcionar
un mejor tratamiento de la patología genitourinaria.
Se iniciaron también las acciones necesarias para el proceso que permita a la Sociedad Mexicana de Urología convertirse en un Órgano Colegiado que le autorice a incrementar su representación gremial y legal.
Nos dimos a la tarea de actualizar en el Registro Público de la Propiedad Intelectual
los símbolos que nos representan, es decir, nuestra identidad como sociedad. Registramos nuestro logotipo y nombre para poder emplearlos de manera comercial, otorgar
avales, recomendaciones o representación a nivel nacional e internacional.
Se hizo lo necesario para registrar como marca la “Campaña por la Salud del Padre”,
en favor de la Sociedad Mexicana de Urología y poder cumplir esa gratificante misión
para la cual fue concebida, y que se realizó de junio a octubre, permitiendo que la voz
de nuestra Sociedad se escuche y se escuche fuerte en los medios de comunicación, que
llegue lejos y a los oídos de quien pueda necesitarla, que tienda la mano a quien necesite
apoyo y que canalice la búsqueda de solución a los problemas.
Asimismo, se rescató el “Curso Nacional de Enfermería en Urología”, con una asistencia de 160 enfermeras de todo el país, proponiendo su actividad como una responsabilidad adicional a nuestras actividades académicas y que impactan en forma directa
en la calidad de nuestra atención profesional especializada.
Se tramitó y concretó un convenio con la AUA a partir de esta fecha y de forma permanente, con los apoyos para la realización de tres cursos anuales teórico-prácticos
sobre aspectos de laparoscopia, los cuales se efectuarán en diversas ciudades de la República Mexicana; además, se patrocinará por parte de la AUA un simposio dentro del
congreso anual y la posibilidad de tener seis rotaciones de dos meses cada una para que
residentes mexicanos puedan acceder a hospitales de Estados Unidos.
Se efectuaron los procesos para el ingreso de toda la membresía de la SMU a la Confederación Americana de Urología (CAU), siendo perdonado por esto cualquier adeudo
anterior. Fueron cubiertas las cuotas de este año y acordado que las futuras serán pagadas por la SMU para sus socios al corriente. De esta forma, la Sociedad se constituye
como el representante de la Urología Mexicana en esa organización.
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Dr. Jorge Jaspersen Gastélum. Carta de despedida e informe del Presidente
Se obtuvo el ingreso de los socios de la Sociedad Mexicana de Urología, que estén interesados, al Capítulo de Oncourología de la European Association of Urology, teniendo
a un delegado de nuestra Sociedad en su próximo congreso en Berlín.
Se tramitó una tarifa preferencial de 50% para quien esté interesado en ingresar a la
International Society of Sexual Medicine, lo que a su vez otorga la filiación a la Sociedad
Latinoamericana de Medicina Sexual y al Journal of Sexual Medicine.
Se llevaron a cabo y con una gran calidad, las 10 sesiones académicas mensuales, impartidas por profesores nacionales y extranjeros, las cuales se encuentran disponibles
en nuestra página web y se ha iniciado ya su entrega en forma de CD.
Como parte de nuestro trabajo, durante todo este año se apoyaron las acciones y
esfuerzos académicos a los Colegios y Sociedades estatales que lo han solicitado.
Durante nuestra gestión tuvimos el enorme privilegio de representar a la Sociedad
en los diferentes foros nacionales e internacionales, asumiendo la jerarquía que en ellos
le es reconocida.
Se ha diversificado nuestra forma de comunicación, asumiendo que la responsabilidad
de ésta debe ser de la Sociedad hacia los miembros titulares y no en el sentido opuesto.
Por ello, se establecieron múltiples comunicaciones por correo postal, por vía electrónica,
el envío de nuestra revista al propio domicilio y sin intermediarios, responsabilizándose
de ello nuestra Sociedad. También se realizaron materiales electrónicos y se multiplicaron
y mantuvieron constantemente estas formas de comunicación a lo largo de todo el año.
Por último, cabe mencionar que intensificamos nuestros mejores esfuerzos por unificar a la urología mexicana, proponiendo la realización de actividades conjuntas durante el año y la presencia de un simposio estructurado por parte de la Sociedad en el
congreso del Colegio Mexicano de Urología y viceversa; además, se propuso unificar las
revistas de ambas instituciones. Estos esfuerzos requieren de continuidad y creatividad
en beneficio de todos los urólogos, su seguridad profesional y personal, así como su
representación laboral. No fue posible concluir esta tarea, pero hemos hecho saber y
sentir que es necesario realizarlo y que estamos listos para ello.
No puedo dejar esta responsabilidad sin antes reconocer públicamente el invaluable
apoyo, lleno de generosidad, del doctor José Arturo Rodríguez Rivera, destacado urólogo
–por todos conocido– quien antepone siempre su sentido de responsabilidad, lealtad,
amistad, a nuestra Sociedad y su siempre demostrada capacidad de trabajo para lograr
los resultados y objetivos arriba enunciados. Todos y cada uno de ellos tienen una parte
de él y de la Mesa Directiva con la que he tenido el privilegio de trabajar. El mérito de lo
realizado es de ellos; yo sólo he sido quien preside y está orgulloso de haberte servido…
Muchas gracias por tu apoyo y amistad.
Dr. Jorge Jaspersen Gastélum
Presidente Saliente
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