Las tres veces

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Las tres veces
En las Escrituras es frecuente encontrar la reiteración de una palabra, de algún atributo o escena, con la
intención de solemnizar el acontecimiento, para que se grabe más en la memoria, o para darle mayor
importancia. Cuando se hace por tres veces adquiere el significado de seguridad, certeza, voluntad
consciente. Es emblemática la escena en la que Josué pide a su pueblo que profese su adhesión al
Señor, como único Dios, y por tres veces aparece el juramento (Jos 24, 13-27), y la narración de la
vocación de Samuel (1 Sam 3, 8).
En las escenas de Pascua
es muy significativa la referencia al “tercer día” (1 Cor 15, 4), expresión con doble resonancia, pues el
día tercero fue el día más bendito de la creación y el día de la resurrección de Cristo, según su propia
profecía. El número tres aparece también cuando el texto señala el dato “por tercera vez”. Así, en el
relato de las apariciones: “Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.” (Jn 21, 14). En el mismo capítulo del cuarto Evangelio, aparece
referida la circunstancia “por tres veces”, cuando Jesús le preguntó a Simón Pedro si “lo amaba”, en
clara alusión a las tres negaciones.
Los Evangelios puntualizan que Jesús se retiró a orar, en la noche de Getsemaní, por tres veces (Mc 14,
41). Respecto a Pilato, en el proceso contra Jesús, se afirma: “Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal
ha hecho éste?” (Lc 23, 22). San Pablo también resalta las tres veces que fue a ver a los de Corinto (2
Cor 13, 1).
En el orden de los testigos, las pruebas se afianzan si se pueden aportar tres fuentes de contraste y de
información: “Por la palabra de dos o tres testigos se zanjará todo asunto.” (2 Cor 13, 1) “Lo que
hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos
acerca de la Palabra de vida, os lo anunciamos.” (1 Jn 1, 1.3). “Pues tres son los que dan testimonio: el
Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo.” (1 Jn 5, 7-8).
Si nos trasladamos a las visiones del Apocalipsis, “los cuatro Vivientes tienen cada uno seis alas, están
llenos de ojos todo alrededor y por dentro, y repiten sin descanso día y noche: «Santo, Santo, Santo,
Señor, Dios Todopoderoso, "Aquel que era, que es y que va a venir"».” (Apc 4, 8)
Tres veces puede significar reincidencia alevosa, puede manifestar opción con determinada
determinación, que diría Santa Teresa de Jesús, testimonio seguro, forma de vida. Pero sobre todo, en
la Sagrada Escritura, el número tres hace explícita referencia al misterio de Dios, “Santo, Santo,
Santo”, a la Trinidad.
¿En que reiteración te sientes más aludido, en las negaciones, en el testimonio, en la profesión de fe, en
la declaración de amor?
Ángel Moreno
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