El pre-texto celestinesco: posibilidades interpretativas

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Armando López Castro
María Luzdivina Cuesta Torre
(editores)
A C T A S DEL X I C O N G R E S O INTERNACIONAL DE LA
ASOCIACIÓN HISPÁNICA DE LITERATURA M E D I E V A L
(Universidad de León, 20 al 24 de septiembre de 2005)
VOLUMEN II
UNIVERSIDAD DE LEON
Secretariado de Publicaciones
2007
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Asociación
Hispánica
de
Literatura
Medieval.
Congreso
Internacional (11°. 2005. León)
Actas del XI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de
Literatura Medieval : (Universidad de León, 20 al 24 de septiembre de
2005) / A r m a n d o López Castro, María Luzdivina Cuesta Torre (editores).
— [León] : Universidad de León, Secretariado de Publicaciones, 2007
2
V.
: il. ; 2 4 cm.
Contiene : Voi. I - Voi. II. - Textos en español, portugués y catalán
ISBN 978-84-9773-357-6
1. Literatura medieval-Historia y critica-Congresos. I. López Castro,
A r m a n d o . II. Cuesta Torre, María Luzdivina. III. Universidad de León.
Secretariado de Publicaciones. III. Título
82.09"04/14"(063)
©Universidad
de
León
Secretariado de Publicaciones
© Los autores
ISBN: 978-84-9773-357-6
Depósito Legal: LE-1443-2007
Impresión: Universidad de León. Servicio de Imprenta
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EL PRE-TEXTO CELESTINESCO:
POSIBILIDADES INTERPRETATIVAS
Joseph T. Snow
Michigan State University
En esta presentación pretendo reconstruir e interpretar los setenta y cinco años
(ficcionales) anteriores al comienzo del conocido texto celestinesco. Lo que he hecho es en todo
sentido experimental y especulativo, pero no por eso sin su interés interpretativo. Dio origen a
esta no sé si locura o quimera de mi fantasía el intento de comprender mejor el origen de los
conflictos que afloran en el transcurso del tiempo textual real. Para llevarlo a cabo, he buscado
entresacar del texto impreso todas las referencias al pasado que mencionan sus personajes; luego
sólo tuve que organizar las dichas referencias a su pasado en la configuración cronológica que
presentamos abajo.
Si los hablantes en la Celestina nos son interesantes por habitar el espacio ficcional, sigue
que todo lo relevante a ellos debería interesar. Y así es el caso de su pasado. Si para ellos ha sido
suficientemente importante traerlo a colación, me ha interesado. Según los teóricos de la
Rezeptionstheorie,
a través de la completa visión de la obra literaria, aprendemos que todos los
diseños ingeniados e introducidos en la ficción por los creadores se pueden completar sólo con la
activa colaboración de sus receptores. El receptor de Celestina—entiéndase
en este caso el lector
y/o el oyente—tendría la importante función de entrar en una activa colaboración con el creador
en la progresiva generación del significado del diseño de su obra. Es decir, en la detenninación
del significado de una obra literaria, es tan importante el receptor como el creador original.
Corolario lógico de este particular acercamiento a la obra literaria es que hay tantas
lecturas como lectores (u oyentes). O sea, según las luces de cada receptor, la obra se recibe
diferentemente.
Otro corolario sería éste: como ningún personaje y ninguna acción tiene su
origen en el espacio y el tiempo reales del texto físico, sigue que muchas de las causas de los
efectos producidos en el ámbito textual habría que rastrearlas en una exploración, por parte del
lector/oyente, de lo que aquí estoy llamando el pre-texto. En esta exploración del pre-texto, el
lector/oyente logra complementar o completar el «diseño» literario trazado por el creador.
Dicho de otra manera, los constantes encuentros cruzados de estos personajes en la
actualidad del textual real son el inevitable resultado de un enrevesado antes que debería haber
tenido en mente el creador de Celestina. Si el diseño tan trabajado por el creador del mundo
ficcional es finalmente coherente, sólida en su construcción, ¿no será esto, al menos en gran
parte, el resultado de haber imaginado, en su invención de sus personajes y las situaciones que
viven, una pre-historia capaz de haber generado los plausibles entrecruces de hilos con que va
tejiendo las acciones ocurridas en el tiempo presente de la ficción? Creo que la contestación es
afinnativa.
Igualmente que con el pasado, podemos usar la actualidad del texto real y las acciones
que la pueblan para imaginar o proyectar su futuro. Para la ficción como tal, evidentemente es de
menor interés para el creador original, pero aún así puede seducir la imaginación de algunos
lectores. Esto tiene que ser el caso de Feliciano de Silva, Gaspar Gómez de Toledo, Sancho de
M u ñ ó n y de tantos otros continuadores e imitadores de la Tragicomedia,
antecesores de tantos
casos modernos paralelos, por ejemplo, los muchos imitadores y continuadores de Sir Arthur
Conan Doyle (creador original de Sherlock Holmes y el Dr. Watson) o de lan Fleming (creador
original del agente 007, James Bond). Otro caso en castellano es el reciente libro, Al morir Don
Quijote, de Andrés Trapiello (Barcelona, Destino, 2004), una proyección novelizada de,
principalmente, los personajes menores y su vida posterior al cierre del texto cervantino.
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El interés mío en el pre-texto celestinesco comenzó a perfilarse con la presencia en el
texto de la recordada figura de Claudina—siempre en boca de Celestina—, la difunta madre de
Pármeno, cuya sombra pende sobre las relaciones tanto textuales como pre-textuales entre
Pármeno y Celestina en maneras tanto proféticas como trágicas, ideas que yo iba hilvanando para
desembocar en un estudio sobre la poca fiabilidad de la presentación verbal de la alcahueta
(Snow 1989). Y, andando el tiempo, cuando vi que al creador de la Tragicomedia
le interesó
hacer contemporáneos tan exactos a Celestina y Pleberio, ambos nacidos seis décadas antes del
inicio de la acción de la Tragicomedia,
y que hace 20 estaban ambos en una cumbre personal,
Pleberio ya rico y poderoso, celebrando el nacimiento de su única hija, Celestina con nueve
mozas en casa y sin preocupación alguna profesional y económica, comenzaron también a
interesarme todos los momentos de posible intersección de sus vidas y carreras en el pre-texto,
con unas conclusiones interesantes para el desarrollo de las tragedias finales del texto (Snow
2002).
Entonces, con éstas y otras tales quimeras pretéritas en la cabeza, se m e iba formando la
noción de algún día esbozar en serio un completo cuadro pre-textual de Celestina.
Ahora
podemos consultar los resultados de los primeros frutos de mi lectura cuidada del texto de la
Tragicomedia
de Calisto y Melibea en la que rastreo cada parlamento para detectar, de ser
posible, todas las claves del pasado de cada uno y todos los personajes.
A veces el texto proporciona cifras exactas, normalmente expresado en años. Otras veces
la referencia es imprecisa y yo tenía que intervenir, tomando decisiones, ofreciendo cálculos
aproximados, también en años. Por ejemplo, es suficiente para que C e n t u n o mencione un padre
y un abuelo en el auto XVIII para que éstos aparezcan en el cuadro. Y si Celestina menciona que
se había enviudado, había que proponer una fecha probable para su casamiento. Había que
colocar un probable año para la muerte del padre de Calisto, conocido en vida por Pleberio y
también por el juez que condena a Sempronio y Pármeno. Igualmente, había que asignar fechas
de nacimiento de los personajes cuando el texto no los precisaba, y esto ha sido una parte
intuición mía, y una parte el papel que hacen ellos—o el trato que reciben—en el texto.
C o m o vamos a ver, creo que el texto contiene alusiones para cubrir unos setenta y cinco
años de vida pre-textual. N o hay que pensar que las fechas asignadas aquí son inamovibles o
restringidas al año que yo les consigno. Sé que es inevitable que habrá que hacer ajustes y
modificaciones a estos primeros cálculos. Pero aquí ofrezco un punto de partida.
En verdad no me deja de sorprender la cantidad de claves que están encerradas en el texto
impreso y que dieron valiosas pistas para mi reconstrucción. Antes de ahora, María Rosa Lida de
Malkiel pudo encontrar en nuestro texto dialogado todo un ambiente concreto, recordándonos
una cantidad de objetos que toman cuerpo real al irse mencionando en el texto (Lida de Malkiel
1966). Patrizia Botta pudo trazar e ilustrar las rutas, calles, y edificios de un texto hablado, con el
mismo resultado realista (Botta 1994). Pármeno, en su afamada diatriba contra la «puta vieja»
del primer acto, pudo o f r e c e m o s una visión de varias profesiones que ayudan a poblar y dar vida
a ese centro urbano con sus diversos barrios y bandos, su río con presencia de los navios, sus
tenerías, sus iglesias, abarrotadas por personas de todas las diversas capas sociales.
Efectivamente, todo lo que bulle en los escenarios retratados en los veintiún autos del
texto celestinesco, además de su presencia actual, ha tenido esa misma presencia en el pre-texto,
no vista tan en directo por el lector/oyente, por supuesto, pero claramente sentida para otorgar el
amplio y necesario dinamismo continuado al espacio urbano en el que las acciones trágicas de la
obra se seguirían realizando.
Hay causas y efectos que se realizan completamente en la actualidad del texto. El más
notable ejemplo es cuando Pármeno le amonesta, con una no sospechada ironía dramática, a
Calisto en el auto II: «Señor, porque perderse el otro día el neblí f u e causa de tu entrada en la
huerta de Melibea a le buscar; la entrada causa de la veer y hablar; la habla engendró amor; el
amor parió tu pena; la pena causará perder tu cuerpo y el alma y hazienda» (Rojas 134-135).
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O t r o b u e n e j e m p l o ilustrativo d e causa y e f e c t o — p e r o esta v e z a b a r c a n d o t a m b i é n el t i e m p o pret e x t u a l — s e r í a el q u e f o r m u l a P l e b e r i o en p l e n o planctus, en el auto X X I : « D e l m u n d o m e q u e x o
p o r q u e el sí m e crió, p o r q u e no m e d a n d o vida n o e n g e n d r a r a en él a M e l i b e a ; no n a s c i d a , n o
a m a r a ; n o a m a n d o , cessara mi q u e x o s a y d e s c o n s o l a d a p o s t r e m e r í a » ( R o j a s 343).
P o r lo tanto, p u e d e n bien sirvir estas e n c a d e n a c i o n e s d e las a c c i o n e s p l a n t e a d a s en el
texto c e l e s t i n e s c o c o m o b a s e d e la i m p o r t a n c i a que c o n s i g n o a su p r e - t e x t o . M e interesan los
e s l a b o n e s p r e v i o s a los q u e c o n o c e m o s p o r estas l l a m a d a s de a t e n c i ó n d a d a s a ellos en el t i e m p o
p r e s e n t e textual. E s m á s : creo q u e c u a n d o v e a m o s c o n m a y o r claridad el valor interpretativo del
p r e - t e x t o c e l e s t i n e s c o , m e j o r e n t e n d e r e m o s las m o t i v a c i o n e s d e a c c i o n e s p r e s e n t e s a v e c e s
o c u l t a d a s en el p a s a d o , m o t i v a c i o n e s que h a c e n q u e los p e r s o n a j e s en el p r e s e n t e textual actúen
o h a b l e n d e d e t e r m i n a d a s m a n e r a s . A d e m á s , creo q u e si n o lo h a c e m o s , c o r r e m o s el r i e s g o de
p e r d e r p o s i b l e s c l a v e s i m p o r t a n t e s q u e n o s a y u d a r í a n a ser m e j o r e s c o l a b o r a d o r e s con el c r e a d o r
en la g e n e r a c i ó n del m á s a m p l i o s i g n i f i c a d o p o s i b l e de su texto.
U n r e p a s o d e la c r o n o l o g í a pre-textual m e p a r e c e esencial ahora. Sería m á s útil e
ilustrativo p r o c e d e r p o r etapas d e v e i n t i c i n c o años, o sea, p o r lo q u e suele l l a m a r s e
« g e n e r a c i o n e s » . E n el p r i m e r c u a r t o d e siglo, el m á s lejano al inicio del t i e m p o textual, n a c e n los
p e r s o n a j e s m a y o r e s d e la obra, u n o s — c o m o P l e b e r i o y C e l e s t i n a — q u e a c t ú a n / h a b l a n en el texto
y otros q u e en su m a y o r í a — c o m o C l a u d i n a o el p a d r e de C a l i s t o — h a n p a s a d o a m e j o r vida.
C o n c e d o a los m a r i d o s entre c i n c o a d i e z a ñ o s m á s q u e a sus e s p o s a s , s i e m p r e r e s p e t a n d o u n a
e d a d lógica p a r a q u e ella d é a luz a los h i j o s d e a m b o s .
LA PRIMERA ETAPA
AÑO
A C O N T E C I M I E N T O S (AUTO)
-75
nace el abuelo de Centurie (XVIII); nacen los abuelos de Caliste (I)
-70
nace la abuela de Elicia (VII);
-65
nace el maride de Celestina (I); nace Alberto, padre de Farmene (I); épeca del
nacimiento de las tres hennanas mayores de Celestina (IV), nace el abuelo de
Sosia (XIX)
-60
nace Pleberio (XXI); nace Celestina (XII);' nace Claudina; nace el padre de
Calisto, a quien Pleberio bien conocía (II, XX); nace Cremas, cuñado de
Alisa
-55
nace el padre de Centurie (XVIII); nace la hermana de Alisa; nace la madre de
Caliste (IV)
N a c e n en esta é p o c a — m e n c i o n a d o s en el t e x t o — v a r i o s a b u e l o s d e p e r s o n a j e s
c e l e s t i n e s c o s . P a r e c e q u e t o d o s a h o r a e s t á n m u e r t o s , a u n q u e el ú n i c o d e s i g n a d o así en el t e x t o es
el d e Sosia. P u e d e s o r p r e n d e r que h a g o c o n t e m p o r á n e a s a C e l e s t i n a y C l a u d i n a , s i e n d o q u e
m u c h o s o p i n a n q u e ésta, p o r ser de quien aquélla dice h a b e r a p r e n d i d o tanto, debería ser m a y o r .
' Verdad es que Pánneno en el auto 11 le atribuye a Celestina «seys dozenas» de años, o sea, setenta y dos. Hay dos
posibles explicaciones. Uno es que estos son los años que la vieja parece tener a uno de la tierna edad de Pármeno.
Otro es que un texto original ahora perdido tuviera no «dozenas» sino «dezenas». En todo caso, debemos preferir la
cifra que nos da Celestina; si ella hubiera aprendido la alcahuetería y hechicería de Claudina, ésta con los mismos
años o hasta más que los de una Celestina con setenta y dos, habría sido imposible que Claudina dé a luz a Pármeno
lindando en los sesenta años!
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Pero corno las dos llevaban una vida tan j u n t a s , y eran c o m o hermanas (Rojas 142-143, 196197), m e parece razonable concluir que Celestina ha venido a su segunda profesión algo m á s
tarde que su compañera y es esa ventaja de experiencia, m á s que otro factor, que inspira la gran
admiración que Celestina siente para con «la prima de nuestro oficio» (197). L o s p e r s o n a j e s que
comienzan a aparecer en el texto celestinesco nacen en - 6 0 . Si tan bien, c o m o asevera M e l i b e a ,
conocía Pleberio al padre de Calisto, no debe sorprender su coetaneidad. Y C r e m e s tendrá una
ventaja de años sobre la hermana de Alisa (la hago su h e r m a n a mayor, por elección propia).
En la segunda época es cuando los acontecimientos se complican m á s hacia los futuros
desenlaces. Los del cuadro anterior comienzan a ser influyentes en la sociedad urbana donde
asumen roles centrales dentro de sus respectivas castas sociales.
L A SEGUNDA ETAPA
AÑO
ACONTECIMIENTOS (AUTO)
-50
nace el padre de Areúsa (I)
-45
la abuela de Calisto, con el ximio (I); Pleberio lleno de confianza ante el futuro y
comienza a leer muchos libros de los clásicos (XXI); nace Alisa
-40
Celestina, con 20 años, ya ejerce de puta (VII), nace el padre de Sosia (XIX);
Pleberio, entra plenamente en el mundo mercantil y es víctima de Amor
(XXI)
-35
Celestina, anticipando el futuro, aprende a remendar virgos de la abuela de Elicia
(VII); comenzará o seguirá Pleberio a «plantar árboles, fabricar navios, etc»
(XXI); nace Centuno
-30
Celestina, con 30 años, se casa, sus años de putería en pleno declive y comienza
a ejercer sus otros oficios (I)
-28
nace Sempronio; se enviuda Celestina (1) y florece su gran amistad con Claudina,
alcahueta más afamada; inicio de su época de gran prosperidad (III, IV, VII, XII)
Los destinos de Pleberio y Celestina van paralelos en ascendente. Aquél crece en riqueza
y p o d e r social y ésta en reconocimiento, f a m a y cantidad de profesiones. Pleberio un adepto y
asiduo de A m o r (Rojas 341). N o es imposible que p u e d a haber llegado a conocer a Claudina y,
tal vez, tenido trato con ella. Su futura m u j e r tiene apenas cinco años y no se casarán hasta
quince años m á s tarde. H u b o gran escándalo en casa de Calisto con su abuela «con el ximio»
( R o j a s 96), tal v e z m a r c a n d o su familia con el signo de la lujuria. Celestina pasa de la putería a la
alcahuetería con cierta naturalidad, pero pasa también por un periódo relativamente breve de
matrimonio. H a g o nacer hacia finales de este cuarto de siglo a S e m p r o n i o , dándole la ventaja de
años y experiencia que despertarán la envidia y enemistad de P á r m e n o después. Así, aun de
j o v e n , podría haberse enterado S e m p r o n i o de la f a m a de una tal Celestina y una tal Claudina, sin
darse cuenta que m á s adelante entraría en tan f u n e s t o s negocios con la primera de ellas.
C o m o creo ver, esta segunda etapa estaba propiciando los accidentes de la vida que iban a
seguir entrelazándose cada vez m á s en la tercera e t a p a — l a que da entrada al fiempo recorrido
por el texto impreso. N o sorprende, p o r lo tanto, que es en este cuarto de siglo que caen la m a y o r
parte de las referencias textuales al pasado más reciente.
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LA TERCERA ETAPA
AÑO
A C O N T E C I M I E N T O S (AUTO)
-25 (1575)
Celestina empicotada por hechicera (IV); Pleberio casado ya con Alisa (XXI);
nace Elicia; nace Crito
-23 (1477)
nace Calisto, siendo partera Celestina (IV); nace Areúsa; escarmiento público de
Claudina en la plaza (VII, XII); recibe Celestina su «cuchillada» (1, IV);
Celestina y Claudina comparten vida y buena fortuna (III, VII)
-20 (1480)
nace Melibea; Pleberio, rico ya (XXI), y Celestina en la cumbre de su
fortuna, está regentando una casa con «nueve mo^as» (IX)
-18 (1482)
nace Lucrecia (IX); nace Tristán (XIII);
-16 (1484)
nace Pármeno; nace Sosia; servicio de Sempronio al cura de San Miguel, al
mesonero y a Mollejas el hortelano (XII): gana la vida Centurie con su espada,
ya rufián de mujeres (XVIII)
-11 (1489)
-10 (1490)
fallece Claudina y algo más tarde ¿Alberto?; comienza a servir Pármeno en casa
de Celestina (I, III, VI, XII); una de las «criadas» de Celestina se vende por
virgen al embajador francés (I); uno de los tres casos de emplumamiento de
Celestina (I, VII, XII)?;
fuga de Pármeno de la casa de Celestina y comienzo de su estancia de nueve años
entre los frailes de Guadalupe (I, VII, IX, XII); sigue Celestina gozando de gran
aceptación por sus «seys officios» (I); aunque de vieja crece su afición al vino
(IX); Pleberio sigue edificando torres, fabricando navios y adquiriendo honores
(XXI); el padre de Calisto amigo de un poderoso juez (XIV); Sempronio ya sirve
en casa de Calisto
-9 (1491)
probable muerte del padre (¿y de la madre?) de Calisto
-6 (1494)
Celestina es conocida vecina de Alisa, Melibea, Pleberio (VI); Pleberio adquiere
el cordón que luego ostentará Melibea; Tristán entra en servicio de Calisto
-3 (1497)
Sosia, mozo de espuelas, entra en servicio de Calisto (II); Celestina, ya venida a
menos, recibe caridad de Alisa (IV); Celestina reconoce que hay «nuevas
maestras» de su oficio; además ella no tiene «mesa puesta» (V); ni mantos sin
agujeros (VI) por su lazería (IX); al mismo tiempo, la familia de Pleberio cada
vez más respetada, temida (III); Melibea sigue con la lectura de libros
proporcionados por su padre (XX)
-2 (1498)
Sempronio conoce a Elicia y a Celestina (I, IX); Celestina ya no vive en el barrio
de Pleberio, cerca de las tenerías, vive más lejos (I, IV); crece la fama de Areúsa,
ramera independiente (VII, XVII); posible inicio o fin de su anterior relación con
Centuno (XV); ya sabe Areúsa quién es Calisto (Vil), siendo que vive en su
misma calle (XIV); le repugna ya la fama de bella de Melibea, con sus 18 años
(IX), igual que a Elicia, «contra la vulgar opinion» (IX)
(1499)
Pánneno vuelve después de sus años fuera y entra en el servicio de Calisto,
donde resiente el buen trato otorgado a Sempronio (I); Areúsa emparejada ya con
su amigo soldado (VII, XV)
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- un mes (1500)
Calisto loco por la bella Melibea; soñaría con ella (VI, XII); Melibea consciente
del galán, Calisto, pero todavía sin «entera noticia» de él (XII); comienzan las
charlas de Pleberio y Alisa sobre el ñituro de Melibea (XVI)
-una semana
se enferma la hermana, mujer de Cremes, de Alisa (IV)
- un dia
Calisto toma la decisión de ir de caza mañana, con su neblí (II)
C o m i e n z a n en este último cuarto de siglo a aparecer contrastes significativos. D e s p u é s de
Celestina enviudarse, Pleberio se casa. La f a m a de Celestina le trae uno de sus m o m e n t o s de
«gloria», empicotada por hechicera, a pesar de lo cual está en la cumbre de su carrera de
alcahueta. El p a n o r a m a para Pleberio n o podría ser m e j o r y le nacerá su unica hija, Melibea.
Comienza en serio a vivir por ella, c o n f i a n d o su crianza de niña bien a Alisa. Siendo vecina
Celestina, tendrá amplia noticia del nacimiento; ya es partera de oficio y tres años antés había
a y u d a d o a nacer a Calisto. Pero la partera agraciada todavía no sospecha lo que les espera en el
futuro a estos dos niños y el papel que ella estará llamada a j u g a r en una futura época de radical
empobrecimiento.
Claudina, ya m u y madura de edad, da a luz pero p o c o después se m u e r e y su hijo,
Pármeno, es custodiado p o r Celestina. R e p u l s a d o p o r la vieja, P á r m e n o se escapa y desaparece
de la ciudad durante nueve años. La b u e n a estrella de Celestina c o m i e n z a a enflaquecer y p o c o a
p o c o se refugia en el vino, sus ropas cada v e z m á s descuidadas, sus « m o c h a c h a s » son cada vez
m e n o s , c o m o también sus ingresos. Al m i s m o tiempo, habiendo tenido ella que trasladar su casa
a un barrio periférico y pobre, venida muy a m e n o s , v e que la buena estrella de Pleberio sigue
creciendo. Esto será intolerable para Celestina, habiendo en m e j o r e s días hasta frecuentado su
casa. T o d o ahora conspira hacia el final. Su última «pupila», Elicia, coge a S e m p r o n i o c o m o
a m a n t e (no cliente) y es así que Sempronio, c u a n d o M e l i b e a — a h o r a una doncella de veinte años
y bien criada con la educación de una m u j e r de su clase—rechaza los intentos de un Calisto
lujurioso de seducirla, p u e d e recurrir a una Celestina, antes mítica y ahora real, para servir de
tercera para y por su a m o . La Fortuna, empero, había traído al e s c a p a d o y anti-Celestina
P á r m e n o de n u e v o a este centro u r b a n o y, fatidicamente, al servicio en casa de Calisto. L o s hilos
de todas las tragedias se están tejiendo implacable e irremediablemente.
Celestina m a n t i e n e b u e n a s relaciones con la casa de Pleberio, en la persona de Lucrecia,
criada de Melibea, y con la ramera libre, Areúsa, que le será instrumental en su ataque frontal a
la oposicion de P á r m e n o a que ella m e d i e en los amores de su amo, Calisto. Calisto y Areúsa,
descubrírnoslo avanzada la acción (Rojas 293), viven en la m i s m a calle y barrio. Pleberio ni
sueña con la noción de un revés en su fortuna. Piensa en casar p o r fin a su hija. La h e r m a n a de
Alisa, guardián de Melibea, se enferma, a f i o j a n d o su vigilancia materna. U n día Lucrecia se
ausenta por un rato del lado de Melibea, y ese m i s m o día es c u a n d o Calisto sale a cazar...
¿A qué c o m p o r t a m i e n t o s o motivaciones textuales proporcionan el pre-texto unos
eslabones previos? V o y a dar cinco e j e m p l o s pero se podrían encontrar otros más.
1. Las desavenencias P á r m e n o - S e m p r o n i o , clave para la dificil f o r m a c i ó n de la confederación
que cree esencial Celestina en el acto I, su solidez e f í m e r a y su rápida disolución, lo cual les
lleva a todos a sus m u e r t e s (actos XII y XIII). Diferencia de edad, de experiencias, de trato en
el servicio de Calisto etc. T o d o lo cual está contado en el pre-texto.
2. El carácter independiente de P á r m e n o (refugiado, aprendiz, sentido de ser un despreciado o
s u b v a l o r a d o por su j u v e n t u d , celos, resentimientos, carácter egocéntrico y violento
(¿herencia? auto XII), su constante deseo de «medrar» que pasa a ser una suerte de leit-motif,
r e s u m i d o en su declaración (acto II): «dé a alcahuetas lo suyo, q u e m i p a r t e m e c a b r á »
(137), y esto antes de pedir cuentas a Celestina; la posible vergüenza de saberse «hijo de
p u t a » c o m o p r o v o c a c i ó n adicional.
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3.
El c a r á c t e r d e m i m a d o o c o n s e n t i d o q u e ostenta Calisto, hijo tánico d e f a m i l i a bien, con un
p a d r e q u e m a n i p u l a la j u s t i c i a a su f a v o r , f o r r a d o d e dinero, r o d e a d o d e sirvientes, p e r o con
ciertos e s c á n d a l o s f a m i l i a r e s en el f o n d o d e su historia; un señorito a c o s t u m b r a d o a o b t e n e r
t o d o lo d e s e a d o a c u a l q u i e r precio, c a p a z de h a c e r s e « s i e r v o » d e u n a a l c a h u e t a , a u n q u e al
mismo tiempo despreciándola.
4. La historia d e d o s v i d a s y f o r t u n a s o p u e s t a s , la d e C e l e s t i n a y la d e Pleberio, con los p a r a l e l o s
d e s e n d o s a ñ o s d e p r o s p e r i d a d y los contrastes e f e c t u a d o s c u a n d o la F o r t u n a a b a n d o n a a la
v i e j a a l c a h u e t a y ella v i e n e a m e n o s a la m e d i d a que P l e b e r i o g a n a en riqueza y prestigio. E s e
c o n t r a s t e p u e d e q u e le inspire a C e l e s t i n a un plan d e v e n g a n z a contra él al t r a m a r la p é r d i d a
d e su tínica hija a la v e z q u e ella s u e ñ a c o n v o l v e r a su estado anterior sin los actuales
p r o b l e m a s e c o n ó m i c o s (cien m o n e d a s de oro, n u e v a ropa, la c a d e n a d e oro). La Celestina
textual n o es L a C e l e s t i n a del p a s a d o , a u n q u e d e b i d o a su gran orgullo d e p r o f e s i o n a l
m a n t i e n e esa i m a g e n en el texto para sus clientes y c o n t r i n c a n t e s (actos III, V, X l l ) , un
o r g u l l o tan f u e r t e q u e t i e n d e a b o r r a r en los o j o s del lector sus m u c h a s carencias. El p r e - t e x t o
nos a y u d a a v e r q u e su c a í d a es p r o d u c t o d e u n a e v o l u c i ó n p l a u s i b l e y bien d i b u j a d a ,
c o m p u e s t a en p a r t e s iguales d e codicia y p é r d i d a s , r e s e n t i m i e n t o s y odios, p r e s e n c i a y falta
d e a u t o c o n o c i m i e n t o en m o m e n t o s críticos.
5.
L o s c o n t r a s t e s entre Elicia y A r e ú s a , p r i m a s las dos, u n a p u t a d e p e n d i e n t e y otra « m u j e r
e n a m o r a d a » i n d e p e n d i e n t e , a c e n t u a d o s los c o n t r a s t e s en c u e s t i o n e s d e f o r t u n a s , casas,
inteligencia, c o n t a c t o s . Elicia es la p a s i v a e s p e c t a d o r a y A r e ú s a la activa actriz (acto X V I I , la
s e d u c c i ó n d e Sosia), la s u p e r i o r i d a d d e ésta r e p r e s e n t a d a en sus p a l a b r a s j a c t a n c i o s a s (una
v e z m u e r t a Celestina): « P u e s p r i m a , a p r e n d e , q u e otra arte es ésta q u e la d e C e l e s t i n a ;
a u n q u e ella m e tenía p o r b o v a p o r q u e m e quería y o s e r l o » ( 3 1 2 - 3 1 3 ) .
CONCLUSIONES
O t r o s se h a n p r e o c u p a d o c o n el p r e - t e x t o c e l e s t i n e s c o p e r o en distinta m a n e r a . P i e n s o en
D. S. S e v e r i n c o n su libro s o b r e c ó m o f u n c i o n a la m e m o r i a c o m o e l e m e n t o de la c a r a c t e r i z a c i ó n
d e los p e r s o n a j e s . S e v e r i n tiene r a z ó n , creo, c u a n d o a v e n t u r a la n o c i ó n d e q u e el uso d e la
m e m o r i a en este texto es u n a i n n o v a c i ó n literaria, f u n c i o n a n d o c o m o u n a tercera d i m e n s i ó n y
p o s i b i l i t a n d o t a m b i é n un a u m e n t a d o p e r s p e c t i v i s m o . Y o h e i n t e n t a d o l i m i t a r m e a h a b l a r del
t i e m p o y el e s p a c i o q u e el t e x t o n o s a y u d a a recuperar. H e q u e r i d o atribuirles u n a e x i s t e n c i a real
c o r r e s p o n d i e n t e a la v i d a f i c c i o n a l q u e se p r e s e n t a en el texto i m p r e s o , c o n la f i n a l i d a d de v e r
q u é p o d í a n d e c i m o s s o b r e las f u e n t e s d e las c r u c i a l e s m o t i v a c i o n e s y c o m p o r t a m i e n t o s q u e
f i g u r a n en la Tragicomedia}
E n los c i n c o c a s o s m e n c i o n a d o s , resulta ser m á s q u e un e l e m e n t o
d e la c a r a c t e r i z a c i ó n . P r e t e n d e d a r s u s t a n c i a y p r e h i s t o r i a p l a u s i b l e a los p e r s o n a j e s , p r e t e n d e
c o m p l e t a r su r e t r a t o — l l á m e s e s i c o l ó g i c o o n o — y p r e t e n d e q u e el lector así p u e d a c o l a b o r a r m á s
en el p r o c e s o d e r e c e p c i ó n d e u n o s s i g n i f i c a d o s que, en p a r t e al m e n o s , r e s p a l d a n d e s d e f u e r a del
texto (en el p r e - t e x t o ) los q u e se p e r f i l a n en el texto. E s u n e s f u e r z o m á s p a r a e n c o n t r a r el d i s e ñ o
c o m p l e t o , o d e c o m p l e t a r el d i s e ñ o , d e la red d e s i g n i f i c a c i o n e s q u e p u e d a e x p l i c a r el éxito d e la
Tragicomedia
p a r a distintos p ú b l i c o s a lo largo de sus m á s de c i n c o siglos.
^ Si es esta noeión mía una aportación hacia tan alta meta, será de todas formas modesta —hay que reconocerlo—
siendo que se desprende de, principalmente, un elemento tan poco fidedigno como es la memoria de unos personajes
hábiles en el engafio que, a fin de cuentas, poco tiene de ciencia y mucho de manipulación. Tanto en la vida como en
la ficción que la pretende representar.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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